DEL COMPAÑERO Y MIEMBRO DE ESPAI MARX, CARLOS VALMASEDA.
ÍNDICE
1. Elecciones en Irak.
2. Dossier del Tricontinental sobre Palestina.
3. Vijay en Corea del Sur.
4. Los tanes visitan Washington.
5. Mamdani visto por Wolff y Hudson.
6. Reconocimiento al papel de Cuba en la historia de África.
7. Homenaje a Virno.
8. LFI y el anticapitalismo.
9. Resumen de la guerra en Palestina, 11 de noviembre de 2025.
1. Elecciones en Irak.
Ayer hubo elecciones en Irak, y en The Cradle publican este artículo sobre uno de los actores políticos tras la retirada pública de al-Sadr: una nueva clase empresarial.
El vacío sadrista y la campaña multimillonaria para controlar el futuro de Irak
Desde que el clérigo populista Muqtada al-Sadr se retiró de la política electoral, ha surgido una nueva clase de poderosos para llenar el vacío: empresarios y políticos con profundos vínculos con los partidos y bolsillos aún más profundos.
Abutalib Albohaya
10 DE NOVIEMBRE DE 2025
En el escenario infinitamente volátil de la política iraquí, las elecciones parlamentarias previstas para el 11 de noviembre de 2025 ya han comenzado a remodelar el terreno. Pero esta vez, la contienda se desarrolla bajo la sombra de una ausencia decisiva: la no participación del movimiento de Muqtada al-Sadr, que obtuvo la mayoría de escaños en las últimas elecciones.
El boicot sadrista deja un enorme vacío en el panorama político chií y una oportunidad para que el Marco de Coordinación consolide su dominio. Sin embargo, este vacío también ha atraído a una fuerza más insidiosa: una clase en expansión de empresarios-políticos híbridos, forjados en el crisol de las oficinas económicas iraquíes posteriores a 2010, cuya fortuna proviene de redes de contratos afiliadas a partidos políticos.
Estas figuras no son producto del panorama comercial orgánico de Irak. Como explica el periodista Jalil Ouda a The Cradle, son «la versión más clara de una economía de influencia», y añade que no se trata de empresarios corrientes, sino de beneficiarios de fondos públicos y redes de influencia arraigadas en las instituciones estatales.
Muchos de ellos, que comenzaron como facilitadores de licitaciones de los partidos, ahora financian grandes campañas. Con el tiempo, algunos de los que trabajan en estas oficinas han amasado enormes fortunas y se han convertido en los principales financiadores de las campañas electorales.
Un economista con sede en Bagdad informa a The Cradle de que «los fondos desviados del presupuesto nacional a lo largo de los años están regresando ahora a través de canales electorales», en referencia al reciclaje de dinero público dentro del proceso político iraquí. Esto ha creado una clase híbrida de empresarios-políticos, más motivados por el lucro que por el servicio público.
Esta dependencia de tales financiadores se ha convertido en un factor decisivo en la formación de alianzas y la selección de candidatos. Muchas campañas están ahora gestionadas por redes comerciales que cubren los gastos a cambio de futuros contratos o influencia legislativa, lo que en la práctica traslada la toma de decisiones de las instituciones al capital.
El capitalismo de campaña y la ilusión de la supervisión
Aunque la ley iraquí limita el gasto de campaña a 250 dinares (0,19 dólares) por votante, la realidad es muy diferente. El economista Hossam Asim Shahid estima que el gasto real oscila entre 3 y 4 billones de dinares, más de 8000 millones de dólares. Este gasto inflacionario transforma el proceso electoral en el sector económico más grande de Irak, superando incluso a las industrias de servicios básicos, explica Shahid a The Cradle.
En las zonas empobrecidas e informales, este dinero se convierte en lo que el exdiputado Ayoub al-Rubaie denomina «dinero político negro», utilizado para manipular la voluntad pública e influir en los votos explotando la vulnerabilidad socioeconómica.
El experto en derecho constitucional Abdulamir al-Nouri advierte que esto socava la integridad electoral, erosiona la confianza pública en las instituciones y atrapa el proceso democrático en un círculo financiero cerrado que comienza con la financiación y termina en la corrupción administrativa.
Los partidos dependen cada vez más de estas redes de empresarios, no solo para la financiación, sino también para el dominio operativo. Las campañas se subcontratan a consorcios privados que pagan la factura a cambio de un acceso garantizado: contratos postelectorales, influencia legislativa y exenciones reglamentarias.
Esta externalización vacía de contenido las instituciones iraquíes, transfiriendo el poder del Parlamento a los plutócratas. Como resultado, la mercantilización de la candidatura significa que menos voces de la sociedad civil o de la clase profesional pueden permitirse participar. El coste de entrar en la política se ha disparado, creando un mecanismo de control basado no en el mérito o la visión, sino en la riqueza y las conexiones.
La IHEC y la vanguardia digital
En este contexto, la Comisión Electoral Independiente de Alto Nivel (IHEC) está tratando de actuar como «válvula de seguridad» del sistema, encargándose de administrar las votaciones en medio de numerosos retos.
Las cifras oficiales indican que más de 21 millones de iraquíes tienen derecho a votar, con alrededor de 7754 candidatos compitiendo por 329 escaños parlamentarios. Estas cifras apuntan a la fragmentación del voto y a la incertidumbre sobre el bloque líder, pero también reflejan la amplitud de la competencia, a pesar del escepticismo generalizado sobre su importancia.
A la complejidad se suma el reto de la desinformación algorítmica, con la inteligencia artificial (IA) emergiendo como un actor peligroso e influyente. El experto en tecnología digital Ali al-Imran explica a The Cradle que Irak ha entrado en una era de «desinformación industrial», en la que herramientas como las cuentas falsas pueden redirigir el discurso público antes de las votaciones.
Un informe de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas para Irak (UNAMI) señaló más de 1800 casos de desinformación digital durante las elecciones de 2021. Sin una nueva legislación para combatir estas técnicas, la integridad de la carrera electoral de 2025 podría estar determinada menos por las papeletas que por los bots.
Najaf, la calle y la cuestión de la participación
La característica más llamativa de estas elecciones es, sin duda, la decisión del movimiento sadrista de no participar. Tras obtener el mayor número de escaños en 2021, la decisión de Muqtada al-Sadr de boicotear lo que él denomina «los corruptos» reorganiza el panorama político y allana el camino para que sus rivales chiitas del Marco de Coordinación consoliden su influencia.
Esta ausencia deja un vacío en la esfera política chií, pero mantiene el potencial de tensión política, ya que el atractivo masivo de Sadr sigue siendo una fuerza poderosa fuera de las urnas.
Más allá de las campañas y el capital, existe otra fuerza decisiva: el clero de Najaf. La máxima autoridad religiosa de Irak ha mantenido su posición de «neutralidad basada en valores» y «distancia consciente», negándose a apoyar u oponerse a ningún bando.
Un episodio reciente en el que el representante de la autoridad de Nayaf en Basora, Ali Mohammad Rashad al-Muzaffar, se disculpó por un sermón en el que instaba a la participación electoral sirvió como recordatorio público de que los púlpitos religiosos deben mantenerse libres de mensajes políticos.
El experto en asuntos estratégicos Mohammad al-Tamimi explica a The Cradle que la disculpa refleja la insistencia del clero en evitar la alineación política y dejar la elección totalmente en manos de los ciudadanos.
En cuanto a los índices de participación, el miembro del comité legal parlamentario Murtadha al-Saadi declara a The Cradle que espera una participación relativamente alta en las regiones occidentales de mayoría suní y en el norte kurdo, mientras que las zonas de mayoría chií también podrían registrar un aumento de la participación, impulsadas por los mensajes del clero y las élites políticas.
Washington, Teherán y el voto por poder
Como siempre, las elecciones iraquíes no son totalmente iraquíes. Tanto Estados Unidos como Irán entran en la contienda de este año con intereses claros y contrapuestos.
Washington, que ha pasado de la coacción militar a la gobernanza condicional, pretende configurar el próximo Gobierno mediante palancas económicas y de seguridad, con el objetivo de formar un gabinete que aísle a las facciones de la resistencia y permita la entrada de Estados Unidos en el mercado. Esta es ahora una condición previa para sacar a Irak de la lista anual de emergencias nacionales de Washington, que autoriza las sanciones.
Los observadores señalan que, aunque las herramientas han cambiado, el objetivo sigue siendo el mismo. Irak sigue siendo una piedra angular del proyecto estadounidense de recalibrar los equilibrios de poder en Asia Occidental. El desarme de las facciones es fundamental para ese esfuerzo. La participación o el éxito de estos grupos se considera en Washington como una provocación directa.
Teherán, por el contrario, está jugando a largo plazo. Una revisión estratégica ha provocado cambios en el personal y en el enfoque, alejándose de la coordinación en materia de seguridad y acercándose a la mediación política. El objetivo es mantener la cohesión del bloque de la alianza chiíta, al tiempo que se preservan las líneas de trabajo con Estados Unidos.
A pesar de presentarse en listas separadas, las facciones del Marco de Coordinación siguen colaborando tácticamente. Las voces antiiraníes advierten de que Teherán sigue «moviendo los hilos», garantizando un voto chiíta unificado e impidiendo la plena alineación de Irak con las vías de normalización lideradas por Estados Unidos, incluidos los Acuerdos de Abraham.
Otros actores
Cualquiera que observe la situación actual de Irak puede ver fácilmente que el panorama electoral refleja las luchas de poder regionales e internacionales que hay detrás. Irak, que debería ser libre de elegir su propio camino, se ve una vez más atrapado en un juego regional en el que las potencias circundantes mueven los hilos desde detrás del telón.
La fórmula es clara: una intervención invita a otra. La presencia duradera de Estados Unidos, entrelazada con la influencia arraigada de Irán, ha atraído naturalmente a los Estados del Golfo y a Turquía a la mezcla, no por curiosidad, sino para proteger sus intereses y asegurar su participación en el rico panorama iraquí.
Sin embargo, lo que destaca en estas elecciones es que la participación regional —especialmente la del Golfo y Turquía— ha traspasado las líneas sectarias o nacionalistas tradicionales para apoyar los movimientos civiles chiítas, como informa The Cradle.
Este cambio refleja una comprensión más profunda de la realidad iraquí posterior a 2003: el poder ya no se obtiene mediante consignas o políticas identitarias, sino mediante el control de las instituciones estatales, la economía y los medios de comunicación.
Además, según se informa, este apoyo va más allá de las campañas mediáticas inteligentes e incluye esfuerzos logísticos destinados a impulsar fuerzas políticas específicas en las próximas elecciones. El objetivo final es salvaguardar una amplia red de intereses económicos y de inversión, lo que marca una nueva fase en la lucha de Irak por la influencia, una lucha que se libra con dinero en lugar de con armas.
La prueba de Sudani y la carrera para llenar el vacío
Estas elecciones son también un referéndum sobre la trayectoria del primer ministro iraquí, Mohammed Shia al-Sudani. Se prevé que su alianza «Reconstrucción y Desarrollo» obtenga alrededor de 50 escaños, impulsada por un mandato pragmático y orientado al servicio. Ahora se encuentra en competencia directa con figuras como el ex primer ministro iraquí Nouri al-Maliki, cuya alianza «Estado de Derecho» apuesta por las redes tradicionales de clientelismo.
El atractivo de Sudani proviene no solo de la prestación de servicios, sino también de su capacidad para equilibrar los centros de poder internos sin alienar ni a Irán ni a Estados Unidos. Su postura tecnocrática le ha valido un apoyo silencioso más allá de las líneas ideológicas, algo poco habitual en Irak.
En el ámbito suní, el poder se concentra entre dos polos principales: la alianza «Taqaddum» de Mohammed al-Halbousi, que busca seguir siendo el mayor bloque suní mediante el afianzamiento regional, y la alianza «Siyada» de Khamis al-Khanjar, que pretende unificar las fuerzas suníes.
En la región kurda, los principales bloques tradicionales —el Partido Democrático y la Unión Patriótica— se presentan a las elecciones en listas separadas, lo que refleja profundas divisiones en su liderazgo. Pero su peso combinado en Bagdad será decisivo en las negociaciones para la formación del Gobierno.
La verdadera contienda: silencio frente a captura
Mientras la comisión electoral trata de mantener la integridad del proceso, la escena política iraquí se ve empañada por más de 8000 millones de dólares en financiación política opaca, desinformación impulsada por la inteligencia artificial y la ausencia del movimiento sadrista, que ha dejado un enorme vacío político y popular.
En su lugar, una clase de políticos respaldados por las empresas ha consolidado su control, convirtiendo la desesperación pública en capital electoral.
Para los iraquíes que observan desde los márgenes, en particular los jóvenes excluidos de la vida económica y política, esta votación puede ser la última oportunidad de forzar una ruptura en un sistema diseñado para excluirlos.
Si la mayoría silenciosa pasa del rechazo a la participación, puede obligar al sistema a adaptarse. De lo contrario, Irak corre el riesgo de hundirse aún más en un ciclo en el que las reglas son fijas, los actores permanecen inalterados y los resultados están predeterminados.
2. Dossier del Tricontinental sobre Palestina.
Los compañeros del Tricontinental han centrado este dossier en las diferentes expresiones de la resistencia cultural palestina.
https://thetricontinental.org/es/dossier-resistencia-cultural-palestina/
Dossier Nº 94
A pesar de todo: resistencia cultural por una Palestina libre
Frente a décadas de agresiones genocidas sionistas, las y los palestinos empuñan el arte y la cultura para resistir el borrado, dar testimonio e imaginar un futuro en el que su pueblo sea libre.
11 de noviembre de 2025
![]()
Kael Abello (Venezuela), Símbolos de resistencia, 2024. Cortesía de Utopix.
Las obras de arte que ilustran este dossier fueron realizadas por trabajadoras y trabajadores culturales de todo el mundo como parte de una colaboración entre Artists Against Apartheid y Utopix.
Si debo morir,
tú debes vivir para contar mi historia,
para vender mis cosas,
para comprar un trozo de tela
y algunas cuerdas,
(hazla blanca, con una larga cola)
para que un niño,
en algún lugar de Gaza,
mientras mira al cielo a los ojos,
esperando a su padre
que se fue entre llamas
—y no se despidió de nadie
ni siquiera de su propia carne
ni siquiera de sí mismo—
vea la cometa,
la cometa que me hiciste,
volando alto
y piense por un momento
que allí hay un ángel
trayendo de vuelta el amor
Si debo morir,
deja que traiga esperanza
deja que sea un cuento.– Refaat Alareer, If I Must Die [Si debo morir] (2023).
El 14 de octubre de 2023, días después de que Israel desatara su genocidio en Gaza, el escritor y educador palestino Refaat Alareer publicó su poema Si debo morir en las redes sociales (2023). Poco más de un mes después, Alareer fue asesinado en un ataque aéreo israelí contra la casa de su hermana en Shuja’iyya, en el este de la ciudad de Gaza, junto con su hermano, su hermana y los cuatro hijos de ella. Aunque amigos y colegas le habían instado a abandonar Gaza, decidió quedarse. Este fue su acto final de sumud (صُمُود) [perseverancia], el concepto palestino de firmeza y determinación de permanecer en la tierra.
“Soy el hombre que soy gracias a las historias que me contaron mi madre y mi abuela”, dijo Alareer en una charla en 2015. “Las historias también son importantes en nuestras vidas como palestinxs, como pueblo bajo ocupación, como pueblo originario de esta tierra, no solo porque nos dan forma y nos hacen ser quienes somos, sino también porque nos conectan con nuestro pasado, nos conectan con nuestro presente y nos preparan para el futuro” (2015). Además de sus propios escritos, Alareer editó y publicó varios volúmenes de otrxs escritorxs palestinxs. En 2015 fundó We Are Not Numbers [No somos números], un proyecto que emparejaba a jóvenes escritorxs de Gaza con mentorxs en el extranjero para que pudieran contar sus historias y contrarrestar el borrado de la historia, la identidad y la resistencia palestina, un ejemplo llamativo de la resistencia cultural y el desafío del pueblo palestino frente a una ocupación continua.
Desde la operación Inundación de Al Aqsa (el ataque armado de Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023), el genocidio en Gaza ha sido transmitido en vivo para que el mundo lo vea. Hasta octubre de 2025, más de 67.000 palestinxs han sido asesinados, hay más de 730.000 personas desplazadas e innumerables mutiladas, heridas y hambrientas, todo con el pleno respaldo de Estados Unidos (Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo, UNRWA por su sigla en inglés, 2025).
Solo los primeros tres meses de bombardeos provocaron una reducción de 11,5 años en la esperanza de vida en Palestina, de 76,7 años en 2022 a apenas 65,2 años en 2023 (Prashad, 2025). En abril de 2025, la ONU estimó que el 92% de todos los edificios residenciales han sido dañados o destruidos, dejando atrás 50 millones de toneladas de escombros que tomarán décadas en removerse (Televisión web de la Organización de Naciones Unidas, 2025).
La magnitud impensable de muerte, destrucción y hambruna deliberada ha llevado al pueblo palestino a llamar a esto la “segunda Nakba”, o “Nakba de Gaza”. La primera Nakba [Catástrofe], en 1948, fue un acto de limpieza étnica que se apoderó del 78% de la tierra palestina, destruyó más de 500 pueblos y aldeas, desplazó a más de la mitad de la población, –alrededor de 800.000 palestinxs– y llevó a la creación del Estado de Israel (Prashad, 2023). Desde la Nakba de 1948 hasta el genocidio intensificado de hoy, el establecimiento y la existencia continua del Estado de Israel han dependido de la convergencia del proyecto sionista y el imperialismo occidental.
Sin embargo, el patrocinio imperialista no asegura, por sí solo, el consentimiento y la impunidad. Estos deben lograrse por otros medios. Entonces, ¿cómo fabrica el sionismo, como proyecto colonial de asentamiento, la legitimidad para llevar a cabo un programa de tal violencia y barbarie?
Hace casi seis décadas, Ghassan Kanafani, novelista y miembro del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), buscó responder precisamente esa pregunta. En su libro Sobre la literatura sionista (1967), examinó lo que definió como “todo lo que se ha escrito para servir al movimiento por la colonización judía de Palestina ya sea directa o indirectamente” (2022: 1). Para Kanafani, “conocer a tu enemigo” requiere examinar su producción cultural. En el libro, analiza cómo la ficción sionista falsificó la historia para los lectores occidentales. Por qué las instituciones culturales, incluido el Comité Nobel, recompensaron a autores reaccionarios como Shmuel Yosef Agnon en 1966. Cómo los comentaristas occidentales terminaron reproduciendo las narrativas sionistas y si la cobertura occidental de la guerra de 1967 fue el resultado previsible de una larga campaña de desinformación cultural (2022: 4).
Para Kanafani, el sionismo político, el movimiento para crear un Estado colonial de asentamiento judío en la Palestina histórica, requería un frente cultural para propagar su ideología a través de la producción literaria y artística. No es casualidad que el arquitecto del sionismo, Theodor Herzl, fuera primero un novelista: su libro Altneuland [Vieja-nueva nación] (1902), dice Kanafani, marcó el comienzo de “la marcha del personaje literario sionista al unísono con el programa político sionista” (2022: 53). De hecho, una tarea central del aparato cultural sionista era deshumanizar al pueblo palestino para justificar su desplazamiento (2022: 83).
Kanafani documentó cómo la novela sionista, en particular, fue clave para este trabajo, representando al pueblo árabe como atrasado, bárbaro y desconectado de la tierra (2022: 69). Escribió sobre cómo la literatura sionista inventó y consolidó narrativas que resuenan hoy, entre ellas, la afirmación del “atraso mental y civilizatorio de los árabes como una enfermedad incurable”, la noción de que “los árabes no merecen un país”, la idea de que las vidas de las niñeces árabes son “inútiles en oposición a la moral de las niñas y los niños judíos” y la “asociación absurda” que trasladó política y emocionalmente los crímenes nazis hacia lxs árabes en Palestina (2022: 69, 83-84, 90, 99). De este modo, la ideología y la producción cultural sionista como una “misión civilizadora” frente la supuesta “barbarie” de árabes y palestinxs (2022: 69, 91).
En las décadas posteriores, esas mismas narrativas deshumanizadoras han sido recicladas y desplegadas muchas veces por el Estado israelí y regurgitadas por los medios occidentales dominantes. En los meses posteriores al 7 de octubre, Law for Palestine [Derecho para Palestina] compiló una base de datos de más de 500 casos de incitación israelí al genocidio (2025; Al-Haq Investigates, 2025).
El 9 de octubre de 2023, el ministro de Defensa israelí Yoav Gallant pronunció lo que se convertiría en una declaración definitoria del genocidio: “Estamos luchando contra animales humanos y actuamos en consecuencia”. Cuatro días después, el presidente israelí Isaac Herzog dijo: “Es toda una nación la que es responsable”. Galit Distel Atbaryan, miembro de la Knesset (el parlamento de Israel), pidió el “borrado” de “Gaza de la faz de la Tierra” y la muerte de los “monstruos de Gaza”. El ministro de Agricultura y Desarrollo Rural de Israel, Avi Dichter, abogó sin ironía por la limpieza étnica al decir: “Estamos haciendo una Nakba de Gaza 2023”. David Azoulay, el alcalde de Metula, evocó explícitamente la recreación del Holocausto al afirmar: “La Franja de Gaza entera debe quedar vacía. Arrasada. Igual que en Auschwitz”. El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ha calificado repetidamente a lxs palestinxs de “monstruos”. Esta interminable lista de incitaciones a la limpieza étnica es muy anterior al 7 de octubre. La deshumanización de lxs palestinxs es una narrativa histórico-cultural que durante más de un siglo se ha utilizado para justificar su exterminio con plena impunidad moral, política y militar (2025).
El proyecto sionista también se ha construido sobre el borrado cultural sistemático. Durante la primera Nakba, el saqueo y el pillaje de pinturas, fotografías, películas, grabaciones musicales, instrumentos y otros artefactos culturales fueron ampliamente documentados (Raz, 2024). Se estima que 70.000 libros fueron robados, muchos están ahora en manos de archivos israelíes, incluida la Biblioteca Nacional de Israel (Hatuqa, 2013). Este robo y destrucción ha continuado durante las últimas ocho décadas. Desde el 7 de octubre, Israel ha atacado aún más los centros culturales y a lxs trabajadorxs de la cultura, un componente esencial del proyecto de genocidio cultural. Entre quienes murieron se encuentran numerosos pintorxs, poetas, escritorxs y escultorxs de Palestina, lo que hace que la cuestión de la cultura sea aún más urgente para las aspiraciones inconclusas de la liberación palestina (Sheehan, 2023).
Con esto en mente, ¿cómo se puede resistir el programa cultural colonial de asentamiento sionista desde un frente cultural? ¿Cuál es el papel de lxs artistas en tiempos de genocidio? ¿Puede la producción cultural humanizar a un pueblo, rescatar su historia y avanzar en su lucha? Para explorar estas preguntas e iluminar la rica cultura de liberación de Palestina y sus raíces históricas, el Instituto Tricontinental de Investigación Social entrevistó a artistas contemporánexs y trabajadorxs culturales en Palestina y la diáspora. Este dossier no es un estudio exhaustivo del arte palestino. Más bien, abre una conversación sobre el lugar de la resistencia cultural en la liberación palestina. Examina cómo el arte y la cultura se han utilizado para resistir el sionismo cultural y la deshumanización al recordar el pasado de Palestina, dar testimonio de su presente e imaginar su futuro, uno en el que su pueblo sea soberano y libre de regresar a su hogar. Como afirmó Ibraheem Mohana, un artista de Gaza de 18 años que alcanzó la edad adulta en medio del genocidio: “Comenzaron la guerra para matar nuestras esperanzas, pero no lo permitiremos” (Chak, 2024).
![]()
Aude Abou Nasr (Líbano), Gaza, 2023. Cortesía de Artists Against Apartheid.
Cultura de resistencia y liberación nacional
A lo largo de las luchas anticoloniales y de liberación nacional, la cultura ha sido considerada un arma integral en la batalla de ideas y las emociones. Figuras revolucionarias como Amílcar Cabral y Mao Zedong surgieron de estas luchas no solo como estrategas militares y dirigentes partidarios, sino también como poetas y teóricos de la cultura. Como parte de la tradición marxista de liberación nacional, Mao y Cabral, de manera independiente pero convergente, desarrollaron teorías sofisticadas sobre la cultura como un frente primario e indispensable en la lucha de liberación nacional (Tricontinental, 2021). Para ambos, la cultura es el terreno mismo en el que la liberación debe ganarse o perderse.
Para Cabral, quien dirigió el Partido Africano para la Independencia de Guinea-Bissau y Cabo Verde (PAIGC), “La liberación nacional es necesariamente un acto de cultura” (1970: 6). Su lógica era clara: porque la dominación imperialista no es solo política y económica, “tiene la necesidad vital de ejercer la opresión cultural”. Busca detener el desarrollo histórico y cultural de los pueblos colonizados. Por lo tanto, la resistencia a la dominación imperialista debe ser un acto cultural, colectivo, no individual. El movimiento de liberación, argumentó, no es otra cosa que la “expresión política organizada de la cultura del pueblo que emprende la lucha” (1970: 6).
Para Cabral y Mao, la resistencia cultural era tan importante como la resistencia armada. En el Foro de Yan’an sobre Arte y Literatura de 1942 (una conferencia de tres semanas que reunió a lxs principales escritores, artistas, intelectuales, soldados y cuadros del Partido en China), Mao declaró: “En nuestra lucha por la liberación del pueblo chino existen varios frentes, entre ellos el frente de la pluma y del fusil. Los frentes culturales y militares” (1967). De manera similar, en una serie de charlas ofrecidas a miembros del PAIGC en 1969 sobre el “Análisis de los distintos tipos de resistencia”, Cabral destacó la “resistencia cultural” como uno de cuatro frentes clave de la lucha, junto con la resistencia política, económica y armada. Para ambos, la cultura era un campo de batalla primario y decisivo y el ejército cultural era tan vital como el ejército del pueblo.
De la misma forma, la teoría y la práctica cultural para la liberación nacional fueron una parte integral de la lucha palestina, particularmente para Kanafani. En Resistance Literature in Occupied Palestine 1948–1968 [Literatura de resistencia en la Palestina ocupada 1948–1968] un análisis fundamental de la producción literaria de lxs árabes palestinxs bajo ocupación israelí en las dos décadas posteriores a la primera Nakba, Kanafani escribió: “La resistencia cultural es esencial y no es menos importante que la resistencia armada”. Constituye el “terreno fértil” para cualquier lucha armada exitosa (1968: 9-10). Ese mismo año, en Resistance Literature in Occupied Palestine [Literatura de resistencia en Palestina ocupada] publicado en Afro-Asian Writings, delineó las características de la literatura de resistencia palestina, que también llamó la “literatura de combate” y la literatura de la Palestina ocupada. Señaló que tomó alrededor de cinco años después de la primera Nakba para que lxs palestinxs se dieran cuenta que “habían perdido no solo a sus familias y amigos, sino también su país” (1968: 69). Para recuperar su tierra perdida, una lucha debía librarse tanto en los frentes armados como en los culturales. Esta bandera ha sido llevada por generaciones de artistas palestinxs tanto en su patria como en todo el mundo.
En Liberation Art of Palestine [El arte de liberación de Palestina] (2001), la reconocida artista y académica palestino-estadounidense Samia A. Halaby documenta meticulosamente el desarrollo de una identidad artística distintivamente palestina en el contexto de ocupación, el desplazamiento y la resistencia. Sostiene que este “arte de liberación” está intrínsecamente vinculado a la lucha palestina por la autodeterminación, con una iconografía única que incluye símbolos de sumud como el cactus y el caballo, así como temas de martirio y el derecho al retorno. Para ella, todo “buen arte” es “arte político” y el arte de liberación es “un arte práctico [que] necesita ser claro y útil como cartel, folleto o pancarta” (2001: 45). Ella describe el vínculo inseparable entre arte y liberación:
El arte de Palestina descansa sobre la lucha palestina por la liberación. Sin esa base, lxs artistas palestinxs serían una colección atomizada de imitadores de estilos internacionales de moda y muchxs lo son. Lxs artistas de liberación de Palestina son conscientes de que tienen la fortuna de tener una causa y al cumplir con su deber de servirla, su arte gana significado histórico como una escuela con características propias (2001: 54).
La historia de la cultura de resistencia y liberación palestina ha estado marcada por rupturas políticas. Estas rupturas, las seis “declaraciones de guerra” contra el pueblo palestino, como las llama el historiador Rashid Khalidi en The Hundred Years’ War on Palestine [La guerra de los cien años contra Palestina] (2020), son:
- La Declaración Balfour de 1917, que comprometió el apoyo británico para establecer un “hogar nacional para el pueblo judío” en Palestina, allanando el camino para el Mandato Británico y la colonización sionista.
- La Resolución 181 de la Asamblea General de la ONU de 1947, que llevó a la primera Nakba.
- La Guerra de los Seis Días de 1967 —conocida en Palestina como la Naksa (Revés)— cuando Israel ocupó la Península del Sinaí, la Franja de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este y los Altos del Golán.
- La invasión israelí de Líbano en 1982, que expulsó a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) de Beirut.
- La Primera Intifada (1987–1993), el levantamiento masivo palestino contra la ocupación israelí.
- La Segunda Intifada, que comenzó en 2000 y preparó el escenario para el genocidio en curso en Gaza.
En cada una de estas rupturas, lxs artistas y trabajadores culturales palestinxs respondieron con su oficio y su producción. Para Halaby, esta historia del arte de liberación “ascendió con las insurrecciones y disminuyó con sus repliegues”.
A continuación, destacamos algunas expresiones de la resistencia cultural palestina a través de estas seis rupturas (2001: 32).
![]()
Olfer Leonardo (Perú), Sabra y Shatila, 2021. Cortesía de Utopix.
Recordar
Mis raíces fueron plantadas antes de que naciera el tiempo
Antes de que comenzara la historia
Antes del ciprés y los olivos
Antes de que brotara la hierba– Mahmoud Darwish, extracto de Identity Card [Cédula de identidad] (1964) (2011).
El reconocido actor y cineasta Mohammad Bakri, que ha actuado en casi 50 películas y dirigido 4 documentales a lo largo de 40 años de trayectoria, recuerda haberse encontrado y enamorado del cine cuando era niño en su pueblo natal, al-Bi’neh. En su aldea, recuerda, estaban “sin electricidad, pero había cine” (2015). Bakri forma parte de la minoría palestina dentro de Israel, uno de los dos millones de descendientes de lxs 159.000 palestinxs que no fueron expulsadxs en la Nakba de 1948. El rastrea las “cinco estaciones” de su propia politización y trabajo creativo, similar a la periodización de Khalidi, hasta la primera Nakba, describiendo cómo ese evento fundacional y las historias que escuchó de su padre y abuelo moldearon su conciencia política. Como lo expresó, “contar la historia de mi pueblo, en ficción y en documental… es mi forma de luchar. Para proteger mi cultura, mi identidad y mi humanidad. Nada más”.
En The Origins of Palestinian Art [Los orígenes del arte palestino] (2013), Bashir Makhoul y Gordon Hon describen la primera Nakba no como un momento histórico pasado sino como un acontecimiento continuo de desplazamiento, muerte y pérdida, un “presente perpetuo en el que los eventos históricos todavía están ocurriendo” (2013: 10-11). Para Bakri y muchxs trabajadorxs culturales palestinxs, situar el “origen” de la resistencia cultural palestina en la primera Nakba no es solo un acto personal sino profundamente político, una forma de refutar las reivindicaciones sionistas sobre la “tierra prometida” y las políticas de borrado cultural e histórico.
En The Ethnic Cleansing of Palestine [La limpieza étnica de Palestina] (2006), el historiador israelí Ilan Pappé utiliza el término “memoricidio” para describir el borrado sistemático de la primera Nakba en el paisaje histórico y físico de Israel. La cultura se arma así para solidificar el acto físico de limpieza étnica, negando los crímenes cometidos y reemplazando la historia de las víctimas con la de lxs perpetradores. Organismos financiados por el Estado, particularmente el Fondo Nacional Judío, han sido centrales en implementar este programa. Desde renombrar pueblos, aldeas, calles y puntos de referencia con nombres hebreos e imponer mapas del “antiguo Israel” hasta plantar bosques que ocultan las ruinas de aldeas palestinas destruidas (2006: 226-229). Estos esfuerzos apuntan a justificar el mito fundacional sionista de “una tierra sin pueblo y un pueblo sin tierra”.
Frente al memoricidio, preservar el arte y la historia cultural palestina es una forma de resistencia. Para un pueblo geográficamente fragmentado y disperso, shatat, en árabe, los orígenes son centrales para crear lo que el teórico poscolonial palestino Edward Said llama “coherencia”. Según Said, esta coherencia cultural es posible porque lxs palestinxs “han sido unidxs como pueblo en gran medida gracias a la idea palestina (que hemos articulado a partir de nuestra propia experiencia de desposesión y opresión excluyente)” (1992: 42).
En Resistance Literature [Literatura de resistencia], Kanafani destaca la política israelí de “ignorancia deliberada”, que separó generaciones de palestinxs de su herencia árabe e identidad nacional (1968: 19). Este programa de alienación cultural se logró degradando la calidad de la educación que lxs palestinxs podían recibir, desde restringir los recursos disponibles para lxs estudiantes árabes hasta nombrar maestrxs árabes no calificadxs o “colaboradores”, y promoviendo una “cultura híbrida y trivial”. Esto dejó al pueblo palestino árabe con dos opciones: emigrar o asimilarse (1968: 22-25).
Nacido dentro del Estado de Israel pocos años después de la Nakba y formado en la Universidad de Tel Aviv en actuación teatral y literatura árabe, Bakri ha tenido que navegar las industrias culturales palestinas, israelíes e internacionales para realizar sus películas y ha enfrentado persecución política y legal sostenida.
Desde el estreno de Jenin, Jenin (2002), un documental sobre el masivo asalto israelí al campo de refugiados de Jenin durante la Segunda Intifada, ha sido perseguido por batallas legales. Como explicó: “La película fue prohibida en Israel. He estado pagando 1.000 dólares al mes a un soldado israelí que afirmó que aparece en mi película, durante tres segundos y medio. Y seguiré pagando durante años… Es como la Edad Media, como cuando quemaban libros” (2025). A pesar de la persecución que enfrenta, Bakri continúa filmando, desafiando la falsa disyuntiva entre emigrar o asimilarse e insistiendo en documentar y dar testimonio de la resistencia continua del pueblo palestino y sus aspiraciones de liberación.
![]()
Pablo Kalaka (Chile y Venezuela), Olivos y resistencia, 2023. Cortesía de Utopix y Artists Against Apartheid.
Testimoniar
Nuestros poemas están sin color, sin sabor, sin voz
Si no llevan la lámpara de casa en casa– Mahmoud Darwish sobre la función de la poesía (1968: 74).
“La segunda etapa de mi politización fue 1967”, recuerda Bakri, durante “la Guerra de los Seis Días entre Israel y el mundo árabe, cuando Israel ocupó Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este”. Cuando tenía 14 años, recuerda haber visto llorar a su padre. Más tarde, comprendió que sus lágrimas eran por la “nueva catástrofe del mundo árabe y el pueblo palestino, [por] la primera generación de refugiados [que] fue creada en 1948 [y] la segunda [que] fue creada en 1967” (2025).
El reconocido caricaturista político Naji al-Ali fue parte de esa primera generación, expulsado de su aldea de al-Shajara durante la primera Nakba. En 1961, Kanafani publicó por primera vez el trabajo de al-Ali en la revista del movimiento nacionalista árabe Al-Hurriya (Libertad), que él editó. Unos años después, mientras trabajaba para un periódico kuwaití, al-Ali comenzó a dibujar a Handala, un personaje que definiría su carrera (Totry y Medzini: 25). Eternamente un niño de diez años, la edad en que al-Ali fue forzado al exilio, descalzo y con ropa andrajosa, Handala siempre aparece dibujado de espaldas a la audiencia. Con sus brazos cruzados detrás de la espalda, da testimonio de las atrocidades cometidas contra el pueblo palestino pero también de su resistencia inquebrantable, la promesa del retorno y una Palestina libre. Nombrado como una planta del desierto, de raíces profundas y resiliente, Handala encarna el sumud. Las más de 40 mil caricaturas que al-Ali dibujó en su vida son un testimonio de esta firmeza.
Los eventos de 1967 y el fracaso del nacionalismo burgués panarabista para enfrentar el expansionismo sionista, inspiraron una ola de resistencia cultural masiva y un renacimiento de la cultura palestina. Como señala Rashid Khalidi: “Escritorxs y poetxs tanto en toda la diáspora palestina, como viviendo dentro de Palestina —Ghassan Kanafani, Mahmoud Darwish, Emile Habibi, Fadwa Touqan y Tawfiq Zayyad, junto con otros artistas e intelectuales talentosxs y comprometidxs, jugaron un papel vital en este renacimiento, cultural y políticamente” (2020: 107). La ocupación convirtió a la cultura en un frente clave en la lucha, inaugurando una nueva era de teatro militante.
“El teatro en Palestina es nuevo, en general”, dice Amer Khalil, cofundador y director de El-Hakawati (más tarde conocido como el Teatro Nacional Palestino) en Jerusalén. En una entrevista con Tricontinental, explicó que “En los años 1920, 1930 y 1940, la gente solía hacer teatro relacionado con el trabajo social. Pero después de la guerra del 67, todo un movimiento de intelectuales, artistas, educadores [y] estudiantes universitarios inició un movimiento teatral para liberar Palestina… y el movimiento teatral realmente se volvió militante” (2025). A partir de finales de la década de 1960, el teatro palestino también se profesionalizó y construyó la capacidad para formar directoras, directores, actrices y actores, incluso en medio de una represión extrema. Como escribió un crítico de teatro en 1976: “Ningún grupo de teatro ha actuado jamás sin tener a uno o dos de sus integrantes en la cárcel” (Snir: 11).
En el contexto de la creciente censura e interrupción por parte de las autoridades de ocupación, empeñadas en obliterar cualquier cosa considerada “nacional” (es decir, palestina), el teatro asumió un papel importante. A través del uso inteligente del simbolismo y la alegoría para permitir múltiples interpretaciones, las dramaturgas y dramaturgos palestinos desarrollaron un “lenguaje especial [que] sirvió como un código artístico entre el teatro y su audiencia… para transmitir mensajes de construcción nacional” (Snir: 7). “La cultura siempre ha sido un objetivo de ataque”, agregó Khalil en la entrevista. “Los espacios teatrales atacados, artistas amenazados. ¿Por qué la cultura es tan peligrosa? Porque las palabras cambian a las personas. Las historias hacen que las personas piensen. Y cuando las personas piensan, comienzan a hacer preguntas, sobre cómo viven, por qué viven de esa manera y cómo podría ser la vida. Por eso la cultura es peligrosa, porque mueve a las personas” (2025).
La compañía El-Hakawati, que significa “cuentacuentos” en árabe, se formó en 1977 para hacer precisamente eso: contar historias, conmover a las personas y cambiar la realidad. La compañía reunió a estudiantes palestinxs de los territorios ocupados de 1948 con artistas e intelectuales de Jerusalén Este ocupada, desafiando la fragmentación sionista del pueblo palestino. Durante sus primeros seis años, El-Hakawati llevó el teatro al pueblo, viajando a escuelas, salas de cine, plazas de aldeas y campos de refugiados antes de encontrar un hogar permanente en un cine abandonado en 1983, donde funciona hasta el día de hoy. La compañía ha sido esencial para contar las historias de la vida y la resistencia palestina, incluso convirtiéndose en el primer grupo teatral palestino en actuar internacionalmente (s.f.).
La década de 1980 estuvo enmarcada por dos rupturas importantes: la invasión israelí del Líbano en 1982 y la Primera Intifada (1987–1993). Estas rupturas, junto con el menguante apoyo a la lucha armada como el camino principal hacia la liberación, tuvieron un impacto significativo en la resistencia cultural. Fue en este entorno que la activista judía israelí Arna Mer-Khamis fundó el Teatro de la Piedra en el campo de refugiados de Jenin en 1987, en referencia al lanzamiento de piedras por parte de niñas y niños durante la Primera Intifada.
En 2002, en el punto álgido de la Segunda Intifada, el Teatro de la Piedra fue destruido durante una invasión israelí masiva del campo. De los escombros surgió el Teatro de la Libertad, fundado por Juliano, el hijo de Arna, que continúa con la metodología del Teatro de la Piedra de usar el teatro para procesar el trauma, afirmar la identidad y participar en la resistencia. Hoy, el teatro es dirigido por Mustafa Sheta, quien participó en el Teatro de la Piedra cuando era niño. En una entrevista con Tricontinental en julio de 2025, poco después de su liberación tras 15 meses de detención en una prisión israelí, explicó que “El arte no está separado del movimiento nacional. Nuestro trabajo es una extensión de ese movimiento, enraizado en la dignidad, la narración de historias y la resistencia”. El Teatro de la Libertad, nos dijo, ve su papel como formar actores que también son organizadores comunitarios: “Nuestras graduadas y graduados no son solo intérpretes, son agentes de cambio” (2025).
El 4 de abril de 2011, Juliano recibió cinco disparos de un pistolero aún no identificado. La compañía respondió con While Waiting [Mientras se espera] (2011), una reelaboración de Esperando a Godot (1953) de Samuel Beckett que reflexiona sobre el anhelo de libertad y Estado y sobre no rendirse jamás (Mee, 2012: 174-175). Poco antes de su asesinato, Juliano había pedido una “intifada cultural”, que el Teatro de la Libertad abrazó: “Creemos que la tercera intifada, la intifada que viene, debe ser cultural, con poesía, música, teatro, cámaras y revistas” (Mee, 2012: 168).
![]()
Tings Chak (China), Palestina será libre, 2024. Cortesía de Utopix y Artists Against Apartheid.
Imaginar
Nosotrxs, que no tenemos existencia en “la Tierra Prometida”, nos convertimos en el fantasma de lxs asesinadxs que atormentan al asesino tanto en la vigilia como en el sueño y en el reino intermedio, dejándolo perturbado y abatido. La insomne grita: ¿Acaso no han muerto todavía? No, porque el fantasma alcanza la edad del destete, luego viene la adultez, la resistencia y el retorno. Los aviones persiguen al fantasma en el aire. Los tanques lo persiguen en la tierra. Los submarinos persiguen al fantasma en el mar. El fantasma crece y ocupa la conciencia del asesino.
– Mahmoud Darwish (Hamdi, 2023: 1).
La naturaleza del trabajo cultural palestino cambió en la década de 1990 con los Acuerdos de Oslo.1 Como explicó Amer Khalil, con las llamadas soluciones políticas presentadas por los acuerdos, el mundo del teatro, al igual que otros campos culturales, comenzó a alejarse del carácter militante que había marcado el período anterior. Kaleem Hawa, poeta, especialista en literatura y organizador del Movimiento de la Juventud Palestina, explicó en una entrevista con Tricontinental que “Después de los Acuerdos de Oslo, muchas instituciones sociales y culturales palestinas fueron viciadas por el sionismo y vaciadas por la ‘compradorización’ de la burguesía palestina, dejando de ser aptas para sus fines”. En este contexto, Hawa enfatizó la necesidad de una cultura revolucionaria como el “ligamento más importante” entre generaciones. “La juventud palestina [ha] recurrido a la producción de videos y diarios tipo cápsula en las redes sociales para narrar su experiencia social colectiva, que incluye la alienación y la firmeza. Y nuestrxs mayores han tenido que luchar contra un impulso concertado, nada menos que de sus propios gobiernos árabes, para hacerles olvidar todo lo que saben y han aprendido” (2025).
Para lxs artistas y trabajadorxs culturales palestinxs, el período posterior a los Acuerdos de Oslo inauguró el comienzo de una crisis respecto al concepto mismo de cultura de resistencia. Con el aumento del reconocimiento global vinieron nuevos desafíos: navegar la institucionalización. La cooptación de la producción cultural por parte de donantes internacionales y la dependencia de éstos. La separación del arte y la cultura palestina de las realidades concretas del pueblo. La ilusión de un “proceso de paz” en el horizonte. La era posterior a Oslo también generó una profunda desilusión con el liderazgo político tradicional, empujando a lxs artistas y grupos culturales palestinos contemporáneos hacia una postura crítica e independiente, que a su vez reflejaba una fragmentación más amplia del proyecto nacional.
En este contexto, la sátira y el humor se convierten en herramientas de resistencia. Como explicó Samer Asakleh, el compositor e intérprete de laúd árabe de la banda palestina Darbet Shams [Insolación], a Tricontinental: “A veces, los temas políticos son demasiado sensibles, como los acuerdos de paz o los acuerdos de normalización regional. La sátira se convierte en una forma de hablar sobre ellos sin censura ni represión inmediata y abrir conversaciones que de otro modo serían silenciadas”. Refiriéndose a su canción Do You Condemn Hamas? [¿Condenas a Hamás?], que escribió después del 7 de octubre, Asakleh señaló: “La letra es sarcástica, [la pregunta retórica] plantea que solo tienes emociones si condenas a Hamás. La audiencia se rió y luego reflexionó. Varias personas se me acercaron más tarde y dijeron: ‘Nos reímos de nosotrxs mismxs y comenzamos a pensar más profundamente sobre la pregunta’” (2025).
Como muchos grupos culturales de su generación, la banda refleja una coyuntura política muy distinta de la que enfrentaron los grupos musicales de épocas anteriores. La vocalista principal Hanan Wakeem agregó: “Hubo un tiempo en que los partidos políticos en Palestina tenían sus propias bandas. En los años 60 y 70, grupos como Fatah tenían alas culturales completas con cantantes y bailarines, a menudo vinculados directamente al movimiento. Eso prácticamente ha desaparecido. Algunxs artistas siguen afiliadxs de manera informal a partidos, pero ya no es como antes, no existe una infraestructura cultural sólida construida por los movimientos políticos” (2025).
El antídoto del internacionalismo
En un contexto de despolitización, mercantilización y fragmentación, lxs artistas dependen cada vez más del apoyo financiero de organizaciones internacionales, arriesgándose a una mayor cooptación política. Un antídoto a esta tendencia global es el renacimiento del internacionalismo y de la imaginación revolucionaria. En ningún lugar es más clara la convocatoria al internacionalismo que en las respuestas culturales ante el genocidio en curso en Gaza.
Artists Against Apartheid [Artistas Contra el Apartheid], una red de más de 15.000 artistas de todo el mundo, fue fundada en octubre de 2023 por artistas y trabajadorxs culturales que vieron una profunda necesidad de movilizarse por la liberación palestina. Las integrantes Hannah Craig y Tahia Islam describen la red así: “Inspiradas por artistas revolucionarixs que usaron sus prácticas en la lucha contra el sistema de apartheid sudafricano, construimos esta red sabiendo que como artistas tenemos una responsabilidad única de usar nuestra voz y nuestras prácticas artísticas para protestar contra el apartheid y amplificar la causa justa del pueblo palestino y su resistencia contra la ocupación y la opresión” (2025).2
De modo similar, Utopix, un colectivo internacionalista de diseño y comunicación con sede principalmente en América Latina y el Caribe, ha reunido a más de 80 artistas de 20 países para producir más de 100 carteles sobre Palestina durante el último año, que están disponibles para ser descargados gratis y se exhiben en todo el mundo.3 David Jacob Carmona (“Rasan Abu Apara”), un diseñador gráfico chileno-palestino y miembro de Utopix, considera la liberación palestina como “representando una lucha más amplia con los pueblos del mundo, desde los pueblos de África que están bajo el neocolonialismo occidental hasta el Walmapu [universo o territorio circundante en mapudungun] en Chile. El arte debe romper silencios y educar con la verdad… Es una trinchera, un arma para la lucha. En otras palabras, el arte debe hablarle al mundo real y buscar transformarlo” (2025).
El arte y la cultura revolucionaria hacen más que romper el silencio o dar testimonio de las atrocidades del imperialismo y el colonialismo: tienen la responsabilidad y la capacidad, de imaginar un futuro aún no nacido. Las exposiciones han jugado un papel importante en fomentar este imaginario internacionalista. En 1978, la Sección de Artes Plásticas de la Oficina de Información Unificada de la OLP organizó la Exposición Internacional de Arte por Palestina en la Universidad Árabe de Beirut. Como documentan Kristine Khouri y Rasha Salti en Past Disquiet (2018), el ambicioso proyecto formaba parte de los esfuerzos de la OLP para “encargar, financiar y promover la producción de carteles, arte, cine, teatro, danza, música y publicaciones. Organizar, preservar y exhibir folklore y tradiciones culturales. Galvanizar el apoyo internacional para la lucha palestina en el mundo de las artes y la cultura” (2018: 28). El objetivo también era forjar un sentido de nación entre el pueblo palestino y movilizar la solidaridad internacional. Como escribieron Khouri y Salti: “Si las casas fueron usurpadas, el registro de haber tenido un hogar permanecería vivo en un poema y una canción; si la tierra fue removida de la vista por la distancia, su representación retendría su visibilidad en innumerables formas” (2018: 30).
Con este espíritu, se solicitaron donaciones de obras de arte para la exposición de todo el mundo. La idea era imaginar un futuro museo en un Estado palestino futuro, donde las obras de solidaridad se convertirían en los propios cimientos de la institución. A pesar de que los tanques israelíes avanzaban hacia el sur del Líbano en una operación que involucró a unos 25.000 soldados, la exposición se inauguró el 21 de marzo de 1978 con contribuciones de Claude Lazar (Francia), Gontran Guanaes Netto (Brasil) y Bruno Caruso y Paolo Ganna (Italia), entre otros (2018: 31). En junio de 1982, cuando Israel comenzó su invasión masiva del Líbano para expulsar a la OLP, los archivos de la organización, incluidos documentos y planos para el museo, fueron destruidos (2018: 34).
El reconocido artista chileno Roberto Matta, quien contribuyó a la exposición de la OLP, había donado a un proyecto similar en Chile unos años antes. Este proyecto, el Museo de la Solidaridad, fue impulsado por el presidente chileno Salvador Allende en 1972, un año antes del golpe orquestado por Estados Unidos que derrocó a su gobierno, y convocó a artistas internacionales a donar obras en apoyo de la “vía chilena al socialismo”. Muchas de las 674 obras fueron forzadas al exilio, algunas de ellas resguardadas en Cuba junto con artistas, intelectuales y militantes de izquierda. En 1975, el proyecto resurgió como el Museo Internacional de la Resistencia Salvador Allende, una red dispersa que operó en América Latina, Europa, Asia y África, antes de regresar a Chile en 1991 como el Museo de la Solidaridad Salvador Allende (2018: 46).
De Palestina a Chile, estos museos son parte de los muchos esfuerzos internacionalistas que han desempeñado un papel esencial en la resistencia cultural, defendiendo luchas socialistas y revolucionarias e imaginando una nación futura para un pueblo al que se le niega la condición de Estado. La lucha por una Palestina libre no es solo una lucha del pueblo palestino. Es parte de una lucha mundial contra el imperialismo y el colonialismo. Como escribió Ghassan Kanafani en The Revolution of 1936–39 in Palestine [La revolución de 1936–39 en Palestina]: “El imperialismo ha puesto su cuerpo sobre el mundo, la cabeza en Asia Oriental, el corazón en Medio Oriente y sus arterias llegando a África y América Latina. Donde sea que lo golpees, lo dañas y sirves a la Revolución Mundial” (2023).
![]()
Ilga (Palestina y Chile), Palestina resiste, 2016. Cortesía de Utopix.
La cultura es vida
Mohammad Bakri considera que el genocidio en curso en Gaza es la quinta estación de su politización. Aunque ha sido transmitido en teléfonos celulares y pantallas de computadora en todo el mundo, Bakri insiste en que “eso no es cine”. Para él, “el cine debe hacerte preguntar, pensar, comprender y sacar una conclusión”. Reflexiona sobre una pregunta que le hizo un habitante del campo de refugiados en su documental Jenin, Jenin: “¿Qué puede hacer tu cámara cuando el mundo entero no hace nada para ayudarme?”. Al pensar en el presente, dice: “Lo mismo ocurre en Gaza. ¿Qué puede hacer una cámara por la gente que muere de hambre? Mi cámara no puede darles pan” (2025). Esa pregunta, ¿qué puede hacer el arte frente a tales atrocidades?, interpela a cada artista y trabajador cultural.
Wakeem de Darbet Shams recuerda el impacto del genocidio en lxs artistas palestinxs: “Los primeros meses estuvieron marcados por un shock total. Muchxs artistas no podían cantar, moverse ni crear”. Esto no fue solo debido a la represión intensificada. Muchxs ya no sabían qué podía o debía hacer el arte. “Hubo preguntas constantes sobre el rol del arte en un tiempo de genocidio”, continuó Shams. “¿Es apropiado hacer música? Si la canción no es sobre la guerra, ¿debería siquiera compartirse?” (2025). En tales condiciones, ¿cuáles son las responsabilidades de un artista, cuáles son los límites del arte y la cultura y cómo se ve la resistencia cultural?
En esta quinta estación de politización, las sobrias palabras de Bakri nos recuerdan que la cultura es un arma poderosa y necesaria para la liberación y una expresión desafiante de la vida misma. Nos llaman a continuar alzando la bandera de la liberación palestina y a humanizar al pueblo palestino y su lucha con cada canción, cada pintura, cada película, cada danza, cada poema, cada novela y cada arma cultural a nuestra disposición, a pesar de todo:
La cultura es vida. La cultura es raíces e historia. La cultura es humanidad. Si perdemos la cultura, perdemos nuestra identidad. Perdemos nuestra vida. No hay sentido sin cultura. No hay sentido en la vida sin amor. La cultura es amor. No permitiré que me arrebaten mi amor. Mi cultura. Este es mi corazón. Este es mi pueblo. Estos son mis recuerdos. Esta es mi infancia, cuando caminaba sin electricidad y sin agua. Las canciones que escuché. La comida que comí. El aire que respiré. La montaña que escalé. El mar en el que nadé. Esta es mi cultura, mi existencia. Nadie me la quitará. Así que seguiré haciendo películas. Pese a todo (2025).
![]()
shenby g (Estados Unidos), The World Stands with Palestine! [¡El mundo está con Palestina!], 2023. Cortesía de Utopix y Artists Against Apartheid.
Notas
Los Acuerdos de Oslo fueron una serie de acuerdos firmados entre Israel y la OLP a mediados de la década de 1990 que establecieron la Autoridad Palestina y le otorgaron una autogobernanza limitada en partes de Cisjordania y la Franja de Gaza, mientras Israel mantenía el control efectivo sobre las fronteras, el espacio aéreo, el comercio exterior, la circulación y la seguridad, así como el control total sobre más del 60 % de Cisjordania. Junto con el Protocolo de París, este marco integró la economía palestina al régimen aduanero y fiscal israelí.
2Craig e Islam, entrevista. Para ver la colección de afiches producida por Artists Against Apartheid. Disponible en: https://againstapartheid.art/downloads.
3Para descargar los afiches visiten su sitio web: https://utopix.cc/bitacora/eyes-on-palestine/.
Referencias bibliográficas
Abu Hashhash, Arwa, citada en “El pueblo palestino ya es libre, Boletín 42 (2023)”. Instituto Tricontinental de Investigación Social, 19 de octubre de 2023. https://thetricontinental.org/es/newsletterissue/palestina-2/.
Al-Haq Investigates. “A Registry of Israeli Genocidal Statements on Gaza”. Al-Haq Investigates. Disponible en: https://www.alhaq.org/FAI-Unit/26257.html.
Alareer, Refaat. “If I Must Die”. Instagram, 14 de octubre de 2023. Disponible en: https://www.instagram.com/p/CyWiTgerMXT/.
______. “Stories Make Us”. TEDxShujaiya. 15 de noviembre de 2015. Video, 5:54 min. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=YsbEjldJjOw.
Asakleh, Samer. Entrevista realizada por Tings Chak, Zoom, 29 de julio de 2025.
Bakri, Mohammad. Entrevista realizada por Tings Chak, Zoom, 31 de julio de 2025.
Cabral, Amílcar. “Analysis of Different Types of Resistance”. En Unity and Struggle: Speeches and Writings, editado por Basil Davidson. Nueva York: Monthly Review Press, 1979 [1969].
______. “National Liberation and Culture”. Eduardo Mondlane Memorial Lecture, 20 de febrero de 1970, Syracuse University, Estados Unidos.
Carmona, David Jacob. Entrevista realizada por Tings Chak, correo electrónico, 2 de agosto de 2025.
Chak, Tings. “Iniciaron la guerra para acabar con nuestras esperanzas, pero no lo permitiremos”. Instituto Tricontinental de Investigación Social, 1 de diciembre de 2024. Disponible en: https://thetricontinental.org/es/boletin-de-arte-ibraheem-mohana/.
Craig, Hannah y Tahia Islam. Entrevista realizada por Tings Chak, correo electrónico, 10 de agosto de 2025.
Darwish, Mahmoud. Mahmoud Darwish: Select Poems, editado por Daoud Ya’qoub. Beirut: Al-Manhal, 2011.
El-Hakawati Theatre. “Founders of El-Hakawati Theatre”. Disponible en: https://el-hakawati.org/el-hakawati/el-hakawati-history/founders-of-el-hakawati-theatre/.
Halaby, Samia A. Liberation Art of Palestine: Palestinian Painting and Sculpture in the Second Half of the 20th Century. Nueva York: H.T.T.B. Publications, 2001.
Hamdi, Tahrir. Imagining Palestine: Cultures of Exile and National Identity. Londres, Nueva York, Dublin: I. B. Tauris, 2023.
Hatuqa, Dalia. “Israel’s ‘Great Book Robbery’ Unravelled”. Al Jazeera, 29 de enero de 2013. Disponible en: https://aje.io/el4k2.
Hawa, Kaleem. Entrevista realizada por Tings Chak, correo electrónico, 10 de agosto de 2025.
Kanafani, Ghassan. “Resistance Literature in Occupied Palestine”. Afro-Asian Writings, 1968, pp. 65-79.
______. The 1936–39 Revolt in Palestine. Nueva York: Committee for a Democratic Palestine, 1980 [1972].
______. Resistance Literature in Occupied Palestine. Beirut: Dar al-Adab, 2013 [1968].
______. On Zionist Literature. Traducido por Mahmoud Najib. Oxford: Ebb Books, 2022 [1967].
______. The Revolution of 1936–1939 in Palestine. Nueva York: 1804 Books, 2023 [1972].
Khalidi, Rashid. The Hundred Years’ War on Palestine: A History of Settler-Colonial Conquest and Resistance, 1917–2017. Nueva York: Metropolitan Books, Henry Holt and Company, 2020.
Khalil, Amer. Entrevista realizada por Tings Chak, Zoom, 31 de julio de 2025.
Khouri, Kristine y Rasha Salti. Past Disquiet: Artists, International Solidarity and Museums in Exile. Varsovia: Museum of Modern Art in Warsaw, 2018.
Law for Palestine. “Law for Palestine Releases Database with 500+ Instances of Israeli Incitement to Genocide – Continuously Updated”. 4 de enero de 2024. Disponible en: https://law4palestine.org/law-for-palestine-releases-database-with-500-instances-of-israeli-incitement-to-genocide-continuously-updated/.
Makhoul, Bashir y Gordon Hon. The Origins of Palestinian Art. Liverpool: Liverpool University Press, 2013.
Mao, Zedong. “Talks at the Yan’an Forum on Literature and Art”. En Obras seleccionadas de Mao Tse-tung. Peking: Foreign Languages Press, 1967. Disponible en: https://www.marxists.org/reference/archive/mao/selected-works/volume-3/mswv3_08.htm.
Mee, Erin B. “The Cultural Intifada: Palestinian Theatre in the West Bank”. TDR/The Drama Review 56, nº 3 (2012), pp. 167–177. Disponible en: http://www.jstor.org/stable/23262940.
Mer-Khamis, Juliano y Danniel Danniel, dirs. Arna’s Children. Israel: Trabelsi Productions, 2004. Film.
Mitwasi, Faten. Reflections on Palestinian Art: Art of Resistance or Aesthetics. Belén: Diyar Publisher, 2015.
Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente. “UNRWA Situation Report #193 on the Humanitarian Crisis in the Gaza Strip and the Occupied West Bank, Including East Jerusalem”. 13–19 de octubre de 2025. Disponible en: https://www.unrwa.org/resources/reports/unrwa-situation-report-193-situation-gaza-strip-and-west-bank-including-east-jerusalem.
Organización de Naciones Unidas. Televisión web de la “Searching Gaza’s Missing under the Rubble”. 25 de abril de 2025. Disponible en: https://webtv.un.org/en/asset/k18/k185yu5ul2.
Pappé, Ilan. The Ethnic Cleansing of Palestine. Oxford: Oneworld, 2006.
Prashad, Vijay. “La esperanza de vida del pueblo palestino se redujo 11,5 años en los tres primeros meses del genocidio, Boletín 5 (2025)”. Instituto Tricontinental de Investigación Social, 30 de enero de 2025. Disponible en: https://thetricontinental.org/es/newsletterissue/boletin-esperanza-de-vida-desciende-en-gaza/.
______. El pueblo palestino ya es libre, Boletín 42 (2023) Instituto Tricontinental de Investigación Social, 19 de octubre de 2023. Disponible en: https://thetricontinental.org/es/newsletterissue/palestina-2/.
Raz, Adam. Loot: How Israel Stole Palestinian Property. Nueva York: Verso, 2024.
Said, Edward W. The Question of Palestine. Nueva York: Vintage Books, 1992.
Sheehan, Dan. “These Are the Poets and Writers Who Have Been Killed in Gaza”. Literary Hub, 21 de diciembre de 2023. Disponible en: https://lithub.com/these-are-the-poets-and-writers-who-have-been-killed-in-gaza/.
Sheta, Mustafa. Entrevista realizada por Tings Chak, Zoom, 29 de julio de 2025.
Snir, Reuven. “The Emergence of Palestinian Professional Theatre After 1967: al-Balalin’s Self-Referential Play al-[ayin]Atma (The Darkness)”. Theatre Survey 46, nº 1 (2005). DOI:10.1017/S0040557405000025.
Totry, Mary y Arnon Medzini. “The Use of Cartoons in Popular Protests That Focus on Geographic, Social, Economic, and Political Issues”. European Journal of Geography 4, nº 1 (2013): 22–35.
Instituto Tricontinental de Investigación Social. Amanecer: Marxismo y liberación nacional, dossier n° 37, 8 de febrero de 2021. Disponible en: https://thetricontinental.org/es/dossier-37-marxismo-y-liberacion-nacional/.
Wakeem, Hanan. Entrevista realizada por Tings Chak, Zoom, 29 de julio de 2025.
3. Vijay en Corea del Sur.
Un relato de la estancia de Vijay Prashad estos últimos días en Corea del Sur.
https://peoplesdispatch.org/2025/11/10/a-diary-from-the-streets-of-south-korea/
Un diario desde las calles de Corea del Sur
Perspectivas de los trabajadores de Seúl en medio de las luchas laborales, la continua subordinación de la soberanía de Corea del Sur, el pago de la mayor parte de su presupuesto anual y sus reservas al Gobierno de Estados Unidos, el genocidio en curso en Gaza y mucho más.
10 de noviembre de 2025 por Vijay Prashad

Jinsoo Koh en el paso elevado. Foto: Vijay Prashad
Jinsoo Koh ha estado viviendo en un paso elevado metálico destartalado que se encuentra sobre la calle Toegye-ro en Seúl, frente al antiguo Hotel Sejong. Llevaba 261 días allí ilegalmente cuando lo conocí. No subí y él tampoco bajó. En cualquiera de los dos casos, uno de nosotros habría sido arrestado. Así que hablamos a través de megáfonos, ya que el tráfico de la calle ahogaba nuestras palabras.
Jinsoo trabajaba en el restaurante japonés del Hotel Sejong como chef de sashimi. Durante la pandemia de COVID-19, él y otros 259 trabajadores del hotel fueron despedidos colectivamente, algunos de ellos obligados a jubilarse anticipadamente. El hotel, cuyo propietario también es dueño de la Universidad Sejong y otras propiedades, solo conservó a 21 trabajadores y contrató a empresas subcontratistas para que se encargaran del resto de las funciones del hotel con trabajadores temporales. Jinsoo me cuenta que las autoridades del hotel dicen que los trabajadores que han montado una tienda de campaña fuera del hotel, hacen piquetes y viven en el paso elevado frente al hotel están alterando la paz. «¡Alterar la paz de los clientes del hotel!», dice. «Pero la paz debe basarse en la felicidad y la seguridad de los trabajadores».

Autor con Park Jae-song (director de organización de la Confederación Coreana de Sindicatos, sucursal de Seúl) y Kim Hye-jeong (subdirectora senior de la Confederación Coreana de Sindicatos, sucursal de Seúl). Foto: Vijay Prashad
Jinhee (55 años), una de las seis trabajadoras a las que Sejong se niega a readmitir y que vive frente al hotel, afirma que ha trabajado para el hotel durante años y que lo bueno del hotel se debe al trabajo de los trabajadores. Ahora, en plena lucha, siente la energía de sus compañeros y de su sindicato, la Confederación Coreana de Sindicatos (KCTU). «No podría soportar esta lucha sin el sindicato. No podríamos haberlo conseguido». A medida que su lucha se desarrollaba desde diciembre de 2021, los seis trabajadores y quienes los apoyaban estudiaron juntos y agudizaron su propia comprensión del sistema y de la lucha. Cuando el expresidente Yoon Suk Yeol intentó establecer la ley marcial el 3 de diciembre de 2024, los trabajadores, incluida Jinhee, acudieron a la Oficina Presidencial de Yongsan para defender la Constitución. Se sintió animada por los demás ciudadanos y su compromiso con un mundo nuevo se fortaleció.
No muy lejos, fuera del Centro de Trabajo y Bienestar de Seúl, los trabajadores despedidos por una gran empresa, Eland, se sientan en bancos de plástico y hablan de su lucha. Jeong Juwon nos cuenta que el propietario ganó miles de millones a lo largo de los años, pronuncia consignas cristianas, pero no se preocupa en absoluto por los trabajadores. Los trabajadores fijos, que ahora han sido despedidos, comprenden mejor el sistema capitalista, Jeong Juwon y Son Myung. Los jefes suelen enfrentar a los trabajadores fijos con los trabajadores temporales. Pero ahora, dice Jeong Juwon, «los trabajadores temporales son nuestros amigos y nuestra familia. Son nuestros amigos y nuestra familia».
«Soy israelí»
Free
Pancarta de «Palestina libre» frente al Centro de Trabajo y Bienestar de Seúl. Foto: Vijay Prashad
Cuando los líderes de los veintiún países acudieron a la reunión de la Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), sus coches no pasaron ni por el Hotel Sejong ni por el Centro de Trabajo y Bienestar de Seúl. No pudieron ver a Jinsoo Koh con su pancarta de «Palestina libre» ni a Jeong Juwon con su kufiyah. «Fuimos colonizados por los japoneses», dice Jeong. «Por eso podemos entender la lucha de los palestinos, colonizados por los israelíes».
Un hombre se coloca a mi lado mientras escucho a Jeong. Nuestra conversación comienza lentamente:
Vijay: Es una lucha laboral.
Hombre (señalando la bandera de Palestina): Ya veo. Soy israelí.
Vijay: Somos pro-Palestina.
Israelí: ¿Qué pueden hacer? El terrible asesinato de bebés, cortándoles la cabeza…
Vijay: Eso es propaganda israelí. Usted es un israelí lavado el cerebro.
Hombre: No, no lo es. Es la verdad. Ellos empezaron…
Vijay: No. Ustedes empezaron cuando ocuparon la tierra en 1948.
Hombre: Eso no es cierto. Usted no sabe…
Vijay: Sé más que tú.
Hombre (enfadado): No, no es verdad. Tú eres un forastero. Yo vivo allí.
Vijay (pone la mano delante del hombre): Te han lavado el cerebro.
El israelí se aleja, furioso.
¿Por qué debería hacer que sea cómodo ser sionista en las calles de Seúl?
Nuestra delegación, aquí en Corea como invitados del Centro Internacional de Estrategia y la Asamblea Internacional de los Pueblos (IPA) para una cumbre alternativa a la APEC, está llena de personas que llevan la kuffiyeh y no toleran este tipo de pensamiento genocida. Todos los coreanos que conocemos en el movimiento sindical y en los movimientos sociales tienen una fuerte conciencia sobre Palestina. «Desde Palestina hasta Corea, el imperialismo estadounidense ocupa, divide y destruye», me dice Dae-Han Song, del Centro Internacional de Estrategia. «La liberación de Palestina es nuestra liberación».
El estado mafioso de Estados Unidos

Piquete frente al rey Sejong. Foto: Vijay Prashad
Frente a la embajada de Estados Unidos en Seúl hay una gran estatua del rey Sejong, que da nombre al hotel. Sejong gobernó el país entre 1418 y 1450. Decidió que la escritura coreana estaba dominada por la aristocracia terrateniente (yangban) y era inaccesible para los plebeyos. Por lo tanto, rechazó los antiguos caracteres y diseñó el Hangul, los sonidos de cada símbolo —según él— como la forma de la lengua cuando se pronuncia ese sonido. Hay ejemplos muy interesantes de democratización histórica en nuestras historias.
Justo al lado de la estatua, varios grupos coreanos han organizado un gran piquete contra la extorsión de Trump, con la mirada puesta en el edificio de la embajada de Estados Unidos, cuya fachada de los años 70 parece cinematográfica por su aspecto destartalado. Una horda de turistas europeos pasa junto a nosotros para tomar una foto de Sejong y, con cautela, para tomarnos una foto a nosotros con nuestros carteles contra Trump. Un hombre coreano comienza a gritar. Se opone a que hagamos el piquete cerca de la estatua de Sejong. (¿Se pregunto si le preocupa que el nombre de Sejong sea utilizado por un hotel que trata brutalmente a sus trabajadores?). «La política coreana es extraña», me dice un joven estudiante a modo de disculpa. La política en todo el mundo parece extraña últimamente, le digo, y sonreímos juntos. Hay afinidad en ese reconocimiento.

El autor con una joven activista coreana frente a la embajada de Estados Unidos y el rey Sejong. Foto: Vijay Prashad
Sejong, por su parte, fue un hombre extraordinario, creyente en los experimentos científicos y mecenas de científicos como Chang Yongsil (diseñador del reloj de agua en 1434) e Yi Chon (quien, junto con Chang Yongsil, desarrolló el pluviómetro o Chugugi dos siglos antes de que Benedetto Castelli lo inventara en Europa). Dudo que Sejong estuviera orgulloso de su país, que ha desangrado su riqueza al estado mafioso de Trump. El hombre que defendió a Sejong puede que tenga algunas ideas erróneas sobre el nacionalismo, pero lo que sin duda no parece tener es una idea que Sejong comparte: la idea de la soberanía de un país. La soberanía de Corea del Sur fue robada por Estados Unidos cuando sus tropas desembarcaron para ocupar el país después de 1945.
Donald Trump llegó a Corea del Sur una hora más o menos después de que comenzara nuestro piquete. Nos encontramos con la multitud de la hora del almuerzo en la plaza Gwanghwamun, un enorme espacio abierto flanqueado por un Starbucks cerca de la embajada de Estados Unidos y el gran teatro. La gente pasaba con sus cafés y tés de burbujas, hombres y mujeres con ropa de oficina, así como turistas con sus cámaras y guías turísticas. Algunos se detuvieron y leyeron nuestros carteles, carteles radicales sobre Trump y su agenda extorsionadora. Poco después de que terminara nuestra cálida manifestación, Trump se reunió con el nuevo presidente de Corea del Sur, Lee Jae Myung, que no es el peor de los presidentes del país. Trump llegó a Corea del Sur justo después de las manifestaciones «No Kings» en Estados Unidos. Fue vulgar que el presidente Lee decidiera regalarle a Trump una corona de oro, coronándolo rey en contra de la voluntad del pueblo estadounidense.
Y entonces, con la corona de oro en la mano, Trump estableció las condiciones del acuerdo. No llevaría a la quiebra a los chaebols surcoreanos, que dependen del mercado estadounidense para algunas insumos y ventas, si Corea del Sur invertía en Estados Unidos. Lee puso cientos de miles de millones de dólares sobre la mesa con ese único propósito. Fue una extorsión, un chantaje. A cambio de la protección militar estadounidense sobre Corea del Sur, Trump exigió un pago, y lo consiguió. El presidente Lee entregó a Estados Unidos el 70 % del presupuesto anual de Corea y el 85 % de sus reservas de divisas. Ese fue el verdadero resultado de la cumbre de la APEC. Olvídese de la declaración, que es un espectáculo secundario. Lo principal es que Trump, en esencia, se llevó el tesoro de Corea del Sur a Estados Unidos. Hacer grande de nuevo a Estados Unidos, empobrecer a Corea del Sur. Ese es el eslogan de Trump en coreano.
Desde lo alto de su paso elevado, Jinsoo Koh dice por su megáfono: «No podemos fingir que el Gobierno que le da la corona a Trump es otra cosa que un Gobierno arraigado en el sistema capitalista».
Del río a Gyeongju

El autor con Lee Baek-yoon (líder del Partido Laborista), Kim Chang-hwi (colíder del Partido Verde), Kwon Yeong-guk (líder del Partido de la Justicia) y Lee Sang-hyun (colíder del Partido Verde). Foto: Vijay Prashad
Estamos marchando en Gyeongju, una ciudad conservadora. La marcha está encabezada por líderes de la amplia izquierda: el Partido de la Justicia, el Partido Verde y el Partido Laborista, así como de movimientos sociales (los sindicatos y el Centro de Estrategia Internacional). Avanzamos por las calles. Una tendera inicia una discusión con los manifestantes. Es un altercado menor. Le molesta la presencia de la izquierda en su ciudad. En un cruce, hay un pequeño grupo de personas con banderas que me interesan, y en ese momento, Kwon Yeong-guk (líder del Partido de la Justicia) se inclina y me dice que son de un movimiento fascista; Lee Baek-yoon, del Partido Laborista, dice que hay una corriente de política religiosa de derecha que ha ido creciendo. Todavía hay apoyo para el presidente derrocado Yoon y, en esa línea, para Estados Unidos e Israel.
Coreamos más fuerte por Palestina. Parece ser una clara división en la política del país. Los cánticos por Palestina son en inglés. Los coreanos, que por lo demás no hablan inglés, dominan estos cánticos. Los han practicado durante los últimos dos años en los piquetes que se celebran cada dos sábados. Palestina libre, libre y Del río al mar.
Quizás también estén pensando en Corea. Quizás algún día pueda unirse, desde el río Yalu hasta el mar del Sur. Pero, por hoy, tal canto sería ilegal según la Ley de Seguridad Nacional de 1948.
4. Los tanes visitan Washington.
Los presidentes de cinco países «tanes» de Asia Central se han reunido con Trump, para el que no han faltado los habituales ditirambos que tanto le gustan. Escobar analiza los resultados.
https://www.unz.com/pescobar/timur-trump-sets-out-to-reconquer-the-heartland-really/
Timur Trump se propone reconquistar el corazón del país. ¿De verdad?
Pepe Escobar • 10 de noviembre de 2025
Así que la historia dictaminó que ningún conquistador procedente de Occidente atravesaría el Pamir; eso ocurrió con Alejandro Magno y con el Islam. Pero es muy posible que ocurra con Timur Trump, conquistador de China.
El presidente Donald Trump no defraudó al definir siglos de compleja historia del corazón del continente con una frase ingeniosa y reduccionista, marca de su estilo:
«Es una parte difícil del mundo, no hay nadie más duro ni más inteligente».
Bueno, todos los tipos duros, desde Gengis Kan hasta Timur, pueden sentirse ahora aliviados. Especialmente los líderes de los cinco «stans» de Asia Central —Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán— invitados como grupo a una sesión fotográfica y cena en la Casa Blanca.
Como sabe cada grano de arena de la antigua Ruta de la Seda, presumir es el territorio por excelencia de Timur Trump. Elogió un «increíble» acuerdo comercial con Uzbekistán, en virtud del cual Tashkent comprará e invertirá casi 35 000 millones de dólares, y hasta 2035, 100 000 millones de dólares, en áreas críticas como minerales, aviación, infraestructura, agricultura, energía y productos químicos, y TI.
No se proporcionaron detalles sobre cómo Tashkent va a conseguir ese dinero ni sobre cómo planea invertirlo exactamente. Sin embargo, esa fue la oportunidad perfecta para que el presidente uzbeko, Shavkat Mirziyoyev, un pragmático inteligente, elogiara profusamente a Timur Trump:
«En Uzbekistán, le llamamos el presidente del mundo (…) Usted fue capaz de detener ocho guerras (…)
El presidente kazajo, Kassym-Jomart Tokayev, se hizo eco fielmente de estas palabras:
«Millones de personas en muchos países le están muy agradecidas (…) Usted es el gran líder, el estadista enviado por el cielo para devolvernos el sentido común y las tradiciones que todos compartimos y valoramos (…) Bajo su presidencia, Estados Unidos está entrando en una nueva edad de oro (…) Como presidente de la paz, usted, señor Trump, ha puesto fin a ocho guerras en solo ocho meses».
Y, justo en ese momento, Tokayev anunció debidamente que Kazajistán está dispuesto a firmar los Acuerdos de Abraham, que están a punto de fracasar, lo cual es bastante redundante, teniendo en cuenta que Astana ya normalizó sus relaciones con Israel en 1992 y siempre ha mantenido relaciones relativamente estrechas con Tel Aviv.
Traducción: la estafa de los Acuerdos de Abraham forma parte de un intercambio que incluye la firma de un acuerdo entre Estados Unidos y Kazajistán sobre metales tecnológicos y tierras raras. El único vector que importa aquí es la loca carrera de la cadena de suministro entre Estados Unidos e Israel para eludir las restricciones de China sobre las tierras raras y seguir abasteciendo su ámbito tecnológico y de defensa.
Después de todo, Asia Central es bastante rica en tierras raras y también en uranio. El problema es que, por el momento, Kazajistán exporta muchos más minerales a Rusia y China que a Estados Unidos.
Timur Trump, en cualquier caso, estaba radiante: «Un país tremendo con un líder tremendo», refiriéndose a Tokayev.
Pues bien, este «tremendo» país es miembro de pleno derecho de la OCS; socio del BRICS (al igual que Uzbekistán); socio de la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda (BRI), muy cercano a China; miembro de pleno derecho de la Unión Económica Euroasiática (EAEU); y miembro de pleno derecho de la Comunidad de Estados Independientes (CEI).
Así pues, Kazajistán mantiene relaciones comerciales muy estrechas con la asociación estratégica entre Rusia y China. Además, su idioma comercial sigue siendo eminentemente el ruso.
Volvamos una vez más al quid de la cuestión: Timur Trump parece decidido a hacer estallar desde dentro la combinación BRICS/OCM. Por supuesto, sin llegar a los proverbiales intentos de revolución de colores, si los «stans» no se comportan. Por cierto, fueron Putin y el ejército ruso quienes salvaron personalmente al Gobierno de Tokayev durante el último intento de revolución de colores en Kazajistán, coordinado desde la vecina Kirguistán.
Los rasgos de un giro estratégico
Timur Trump incluso mencionó que quiere revivir las «conexiones de la Ruta de la Seda». Bueno, al menos no se refería a Hillary Clinton a principios de la década de 2010, que intentaba construir una versión estadounidense sin sentido de la Ruta de la Seda con Afganistán, todavía en guerra, como centro.
Timur Trump se refería al marco «C5+1»: Estados Unidos más los «stans». Eso no tiene absolutamente nada que ver con la «estabilidad»: se trata únicamente de expansión estratégica. Especialmente ahora que el Imperio del Caos, tras dos décadas y billones de dólares, ha conseguido sustituir a los talibanes por los talibanes y, a efectos prácticos, debería decir adiós a Afganistán, que se está integrando progresivamente en la OCS y la BRI, como proyecto paralelo al Corredor Económico China-Pakistán (CPEC).
Así pues, el espectáculo de Timur Trump se reduce a impulsar una posible avalancha de inversiones estadounidenses y, por lo tanto, a estar más arraigado —e influyente— en la esfera de Asia Central. Tiene mucho menos que ver con cadenas de suministro de minerales inestables o con montones de «inversiones» milagrosas que con apostar por un giro estratégico. Hablamos de una quimera.
Y en lo que respecta a los oleoductos, el difunto criminal de guerra Dick Cheney, a mediados de la década de 2000, lo intentó todo para convertir Pipelineistán, en el corazón del país, en una ventaja para Estados Unidos, enviando «misiones» comerciales sin descanso. Todo quedó en nada.
Rusia es muy consciente de que el Imperio del Caos puede estar intentando volver al tablero de ajedrez del corazón del país, con la influencia arraigada de todos los sospechosos habituales, como una serie de ONG, programas «educativos» y «comités de gestión».
Timur Trump ve el «tremendo» Heartland como un bloque monolítico, suponiendo que pueda señalarlo correctamente en un mapa (olvidando su historia). Antes formaban parte de Rusia, como en la URSS, por lo que ahora deben estar abiertos al máximo ataque estadounidense. Es tan simple como eso.
Como era de esperar, Rusia no pierde el sueño. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, afirma: «La cooperación entre los países de Asia Central y Estados Unidos en el marco del C5+1 es bastante natural». Peskov y los dirigentes rusos son muy conscientes de que Rusia y los «stans» de Asia Central se reúnen constantemente y discuten todo: la última vez fue hace poco más de un mes.
Entonces, ¿por qué ahora la ofensiva de Timur Trump? Bueno, el Imperio del Caos está desatando su furia en todo el Sur Global, dada su impotencia para someter realmente a Rusia y China. Anteriormente, Mirziyoyev, de Uzbekistán, y Tokayev, de Kazajistán, se habían reunido con líderes empresariales estadounidenses al margen de la 80.ª sesión de la Asamblea General de la ONU en Nueva York. Por supuesto, hablaron de negocios.
Y saben cómo funciona. Washington sigue teniendo una influencia total sobre el mercado financiero mundial. No es prudente enemistarse con el rey de la selva. Las sanciones paralizantes pueden estar a la vuelta de la esquina. Mientras los «stans» puedan sacar provecho de la obsesión imperial por el petróleo, el gas y las tierras raras, todo irá bien. Desde el punto de vista de Rusia y China, la cosa cambia por completo si vuelve a plantearse la cuestión de las bases militares estadounidenses en Asia Central.
Ahora construyamos una pirámide de cráneos
Hay más paralelismos fascinantes entre Timur Trump y su predecesor, el «Señor de Hierro», de lo que parece a simple vista.
Timur se jactaba de ser pariente de Gengis Kan, el conquistador absoluto y su modelo a seguir. La historia escrita por Occidente presentó a Timur como una leyenda salvaje: un perpetrador de masacres en serie en una época en la que había que infligir horrores indescriptibles para ser considerado verdaderamente cruel.
La leyenda de Timur presenta interminables pilas sangrientas o «torres» de enemigos decapitados y/o sus cráneos: una tradición mongola impregnada de significado religioso, llevada por Timur al grado de un método científico. Para Timur, lo más importante era el orden meticuloso en el horror. Prueba de ello son las 120 torres de 750 cabezas cada una dispuestas en Bagdad, o las 70 000 cabezas en Isfahán, divididas equitativamente y distribuidas entre sus cuerpos de ejército.
Sin embargo, se perdonó la vida a intelectuales, artesanos, artistas y figuras religiosas. Una vez más, Timur sistematizó y reguló un principio mongol: los prisioneros competentes y útiles debían mantenerse con vida.
Un principio estratégico clave era exterminar a quien se resistiera, de modo que al final no hubiera resistencia y las ciudadelas cayeran voluntariamente. Con Timur, eso se convirtió en un código. La capitulación inmediata se recompensaba con la salvación de vidas; el enemigo debía someterse y pagar un rescate. Si la resistencia se prolongaba demasiado, la ciudad pagaría el precio, incluido el saqueo, pero se perdonaría la vida a los civiles. Tercera conclusión: el infierno, en forma de violaciones, saqueos y exterminio total.
Sin embargo, el emir no gobernó como un kan oceánico solo por ser cruel. Tamerlán lanzó una guerra de (cursiva mía) terror, pero no provocó ninguna creencia colectiva en el fin del mundo. Por cierto, Europa lo amaba. Porque impidió que la Horda Dorada aplastara a los cristianos ortodoxos rusos; y porque llegó a un acuerdo con el basileus de Constantinopla, antes de derrotar al peor enemigo del cristianismo, el turco otomano Bajazet.
Así que Timur era un aliado objetivo de Occidente. Desde luego, no era un peligro. Además, era muy hábil en diplomacia. Antes de que la Guerra de los Cien Años destruyera su reino, Carlos VI de Francia recibió una carta escrita en hojas de oro y con el sello de Timur: tres círculos que simbolizan la conquista del universo. Timur quería un acuerdo comercial. Al final, debido a la incompetencia europea, no se llegó a nada.
La corte de Tamerlán no era un Mar-a-Lago ostentoso: era el ápice de la opulencia real y el gusto lujoso, con joyas fabulosas, elefantes itinerantes, vestimentas suntuosas y casas fabulosas.
Fue enterrado en Samarcanda, espléndidamente aislado de los demás timúridas, en una tumba austera coronada por un monolito de jade negro. Descansa detrás de su maestro espiritual, Sayyid Baraka, y la inscripción en el portal del santuario es puramente sufí: «Bendito sea aquel que rechazó el mundo antes de que el mundo lo rechazara a él».
Tamerlán era esencialmente un turco tribal, musulmán e ideológicamente mongol. Una contradicción andante, en realidad. Aunque pasó parte de su vida luchando contra los jefes de la Horda de Oro y otros mongoles, mucho más mongoles que él mismo, se proclamó sucesor del Khan Oceánico.
Incluso cuando derrotó al otomano Bajazet, ofreciendo de facto una prórroga de 50 años a Constantinopla, era turco.
Y aunque se alió con los cristianos y rindió homenaje a las deidades paganas, siguiendo la mejor tradición chamánica, también se consideraba un hombre del Corán: fue a la guerra llevando consigo una mezquita portátil.
Timur tenía el sueño definitivo de la Ruta de la Seda: quería conquistar China. Incluso cuando la unidad mongola se había convertido en una ficción, cuando el emperador Yuan se había sinicizado por completo y resultó ser muy diferente de los turco-mongoles de Transoxiana, seguían reconociendo la soberanía de la dinastía Yuan.
En Samarcanda: el imperio de Tamerlán, en constante expansión. Pero nunca conquistó China. Foto: P.E.
Sin embargo, con la dinastía Ming, la historia fue completamente diferente. Tamerlán estaba preparando una expedición conquistadora cuando murió en Otrar, en el sur de la actual Kazajistán, de fiebre, en 1405, después de dictar su testamento y dejar a 100 000 soldados en el limbo.
La dinastía Ming había escapado del peligro supremo. Así, la historia dictaminó que ningún conquistador procedente de Occidente atravesaría el Pamir; eso ocurrió con Alejandro Magno y ocurrió con el Islam.
Pero eso bien podría ocurrir con Timur Trump, conquistador de China. En su propia mente, por supuesto.
(Reproducido de Strategic Culture Foundation con permiso del autor o representante).
5. Mamdani visto por Wolff y Hudson.
Si ayer veíamos la intervención de Hudson en el programa de Diesen, hoy le toca a su conversación habitual con Wolff en el programa de Alkhorsid, empezando por el triunfo de Maidani en Nueva York.
https://michael-hudson.com/2025/11/municipal-socialism-meets-donor-politics/
El socialismo municipal se encuentra con la política de donantes
NIMA ALKHORSHID: Hola a todos. Hoy es jueves, 6 de noviembre de 2025, y nuestros queridos amigos Richard Wolff y Michael Hudson están aquí con nosotros. Bienvenidos de nuevo, Richard y Michael.
RICHARD WOLFF Y MICHAEL HUDSON: Encantados de estar aquí.
NIMA ALKHORSHID: Permítanme comenzar con lo que ha sucedido en Nueva York. En las elecciones a la alcaldía, el resultado fue alguien que, si lo miran, reúne todas las características negativas: es musulmán, socialista, inmigrante… Es increíble verlo, porque los multimillonarios invirtieron, pagaron más de 40 millones de dólares, si no me equivoco, en contra de él en esta campaña. Y, al fin y al cabo, [Zohran] Mamdani tuvo éxito en su forma de llegar al cargo.
Michael, viendo lo que ha pasado en Nueva York, ¿qué opinas de lo que ha pasado y qué significa para el futuro del Partido Demócrata?
MICHAEL HUDSON: Bueno, ambos partidos están tratando de darle la vuelta a las elecciones. Los demócratas están tratando de decir: «Bueno, ya ves, hemos ganado. Todo es un rechazo a Trump». Y los republicanos están tratando de hacer creer que todo se debe al socialismo, y miran a los demócratas de derecha que ganaron en Virginia y Nueva Jersey.
Pero lo cierto es que tanto los republicanos como los demócratas han perdido, como resultado de lo ocurrido en la ciudad de Nueva York. Toda la atención, como acaba de señalar, se centra en la ciudad de Nueva York. Aunque se trataba de las elecciones más locales, tenían un alcance nacional porque no solo determinan el futuro del Partido Demócrata, sino también el de las elecciones de mitad de mandato del año que viene.
Los republicanos perdieron las elecciones en Nueva Jersey frente al gobernador que quería reducir las facturas de electricidad que se han aumentado a costa de la población; y Virginia eligió a un demócrata de la CIA, que obviamente forma parte del ala derechista del Partido Demócrata. Por lo tanto, los demócratas están reivindicando la victoria.
Pero todo esto se vio eclipsado por la victoria de Mamdani en la ciudad de Nueva York, y su victoria es lo que convirtió a los demócratas en perdedores, a pesar de que las elecciones eran locales. En realidad, se presentó contra el Comité Nacional Demócrata, cuyos líderes han anunciado su odio absoluto, no solo hacia él, sino también, durante el último año, hacia Bernie Sanders y AOC [Alexandria Ocasio-Cortez]. El Comité Nacional Demócrata dice: Tenemos que evitar que el partido se incline hacia la izquierda. Tenemos que apoyar a Israel. Tenemos que apoyar a Wall Street. Tenemos que oponernos a la fiscalidad progresiva y, en esencia, seguir haciendo lo que hemos hecho hasta ahora, ser republicanos moderados.
Y ahora todo eso ha sido repudiado. Así que Mamdani no solo se enfrentaba al desacreditado exgobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ni solo a los republicanos, sino realmente a todo el dinero —los 40 millones de dólares que has mencionado— que se movilizó en su contra. Y en ese sentido, no se le definía simplemente por su programa de transporte gratuito en autobús y cuidado infantil, sino por sus enemigos, que lo atacaban con todo tipo de acusaciones de que era marxista, socialista…
Es como si a los periódicos les diera vergüenza decir que ha habido encuestas de opinión pública (que Richard y yo hemos mencionado antes en su programa) en las que los votantes prefieren la palabra «socialismo» a «capitalismo». El «socialismo» no es una mala palabra. Así que, al llamarlo «socialista» por querer mejorar el transporte; «socialista» por proteger los derechos de los inquilinos frente a los propietarios; «socialista» por mejorar la situación de los neoyorquinos y gravar progresivamente la riqueza, no solo le quita la base demócrata, sino también la base republicana.
Y la razón por la que los 40 millones de dólares procedían de sionistas ricos no era por su socialismo. Era porque intentaban derrotarlo. Lo que hizo que la gente se apasionara tanto por estas elecciones fue toda la cuestión del sionismo, planteada por sus oponentes, como el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, que se negó a apoyar a Mamdani, diciendo que Mamdani defendía a los palestinos contra los bombardeos israelíes y que él no podía apoyar eso.
Bueno, ¿qué mejor apoyo se puede pedir de la población de Nueva York? Y el hecho de que más del 70 % de la población judía de Nueva York votara a Mamdani demuestra lo desagradable que es el intento de difamarlo. Y si nos fijamos en los únicos distritos en los que Mamdani perdió, estaban en la zona fundamentalista judía ortodoxa de Brooklyn y en Queens (cerca de Long Island), donde, por supuesto, se vio que las elecciones giraban en torno al sionismo.
Creo que un editorial del Wall Street Journal de hoy explica muy bien la historia. Decía: «Si [la gobernadora de Nueva York, Kathy] Hochul gira a la izquierda [en las elecciones a gobernador del año que viene], podría derrotar a [su vicegobernador] Antonio Delgado, que se presentará por la izquierda de Mamdani. [Pero] si la Sra. Hochul gira hacia la izquierda, puede que derrote al Sr. Delgado, pero se expondrá a un probable desafío del Partido Republicano por parte de la representante Elise Stefanik».
Bueno, Stefanik era la mujer intimidatoria del Congreso que atacó a los rectores de la Universidad de Columbia y la Universidad de Harvard por permitir las protestas contra el ataque israelí a los palestinos. Y atacó a estas universidades por no expulsar a los estudiantes que se oponían al genocidio, estudiantes que decían: Los palestinos son seres humanos, son civiles. Esto va en contra de las leyes de la guerra. Va en contra de todo el derecho internacional. Ella dijo: Deben ser expulsados, y cualquier profesor que dé voz al punto de vista palestino debe ser expulsado de su universidad. Harvard y Columbia expulsaron debidamente a los profesores y a los estudiantes de la universidad.
Y si eso es lo que va a ser la elección para el Senado de Nueva York el año que viene, pueden estar seguros de que esto va a dividir toda la campaña electoral de Estados Unidos, al igual que la división sobre Charlie Kirk ha dividido a sus seguidores republicanos de derecha sobre la cuestión del sionismo.
Y eso es lo que los periódicos se resisten a escribir.
Los republicanos temen reconocer que eso es lo que estaba en juego en las elecciones. Fingen que se trataba del marxismo. Y no se trata en absoluto del marxismo. No hay nada marxista en proporcionar educación subvencionada, para que los trabajadores puedan permitirse ganar un salario más bajo de sus empleadores y hacer que estos sean más competitivos. Quiero decir, esa es la estrategia básica del capitalismo industrial clásico del siglo XIX para ser más competitivo. En realidad, todo se reduce a la cuestión sionista.
Y en el Wall Street Journal (mismo número), en la siguiente página editorial, hay un escritor judío [preocupado]: «Si los socialistas se convierten en la cara del Partido Demócrata» [como escribió Karl Rove en el mismo número], tendrá miedo de llevar su kipá (su yarmulke) en público; y se compró una gorra de repartidor de periódicos porque cree que, de alguna manera, la población judía se verá amenazada. Esto es histeria. Y la histeria es parte de lo que realmente ha motivado, creo, a los votantes de Mamdani a decir: No queremos formar parte de esto. No vamos a seguir esta demagogia, en absoluto.
Trump ya ha dicho que si Nueva York vota a Mamdani, retirará todo el apoyo público federal a Nueva York. Y los republicanos y los demócratas quieren tratar a la ciudad de Nueva York como Estados Unidos y Europa trataron a la Rusia soviética después de su revolución: intentar hacer todo lo posible para oponerse a ella, agotarla, aislarla, dificultar su gobierno y, luego, decir que el socialismo no funciona, cuando tienen que dedicar todo su tiempo a defenderse. De eso se tratará.
De hecho, acabo de recibir (ayer) la revista The Nation de este mes, la revista de izquierdas del siglo pasado. Y hay un artículo sobre cómo el grupo de representantes negros en el Congreso de Estados Unidos ha sido dominado por el AIPAC [Comité Americano-Israelí de Asuntos Públicos], que dice que si no siguen la línea pro sionista del AIPAC, se les opondrá; y el AIPAC financiará a sus oponentes con el fin de, esencialmente, movilizar fondos electorales para el sionismo. Así que, de alguna manera, esta cuestión ha dominado todo el proceso electoral aquí.
NIMA ALKHORSHID: Richard, si miramos quién votó por Mamdani, los jóvenes menores de 30 años, más del 75 % votó por Mamdani. Y esto es lo que Donald Trump [publicó] antes de las elecciones: «¡Cualquier judío que vote por Zohran Mamdani, un probado y autoproclamado ENEMIGO DE LOS JUDÍOS, es un estúpido!».
Y sabemos que Bernie Sanders, dado que los demócratas no querían apoyar a Mamdani, se lanzó a por él. Y sabemos lo que le pasó a Bernie Sanders durante las elecciones presidenciales. Esta vez, vino y apoyó a Mamdani. En aquellos días, [Sanders] no tenía a nadie que lo apoyara contra Hillary Clinton.
Pero, ¿qué opinas tú de lo que ha pasado?
RICHARD WOLFF: Bueno, yo lo veo desde una perspectiva un poco diferente a la de Michael, pero creo que son [perspectivas] complementarias, o que pueden ir juntas.
Quiero hablar de la historia, porque creo que se trata de un cambio histórico. Comenzó con Bernie, sin duda. Alexandria Ocasio-Cortez y el grupo de mujeres jóvenes que saltaron a la fama con ella le dieron un impulso adicional. Y ahora ha dado un nuevo salto cuantitativo con la elección de Mamdani.
Pero quiero hablar de la histeria desde una perspectiva histórica. Va desde lo patético hasta lo ridículo. Quiero decir, estamos viendo —ya sea en el Wall Street Journal, o en Elise Stefanik, o en cualquier otro sitio— cómo vomitan sus reacciones histéricas que no tienen ningún sentido. Es una revelación de su ignorancia. Deberían sentirse avergonzados, y algún día lo estarán.
¿Qué quiero decir? Mamdani es un socialista democrático. Hace hincapié en la expresión «socialista democrático», y tiene todo el derecho a hacerlo. Es un tipo de socialismo el que defiende. Es muy parecido a lo que antes se llamaba «socialismo municipal». ¿Por qué? Porque se trata del tipo de cambios políticos limitados y moderados que los alcaldes han intentado llevar a cabo en ciudades estadounidenses y extranjeras durante los últimos dos siglos. No es revolucionario. No supone nada parecido a los comentarios histéricos que hacen los estadounidenses.
¿Sabéis lo que demuestra esta respuesta? Demuestra que, durante 75 años, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ha escondido la cabeza bajo el ala, fingiendo que el socialismo, el comunismo y el marxismo son algo malo y horrible… allí. No han entendido cómo se desarrolló. No entienden los diferentes puntos de vista dentro del socialismo. Nada de eso. No lo saben ni les importa. Y así, cuando ven a un socialista, no saben cómo entenderlo, salvo desde su atraso subdesarrollado, de 75 años, anticuado.
Déjame explicarlo de otra manera. Alguien contó una vez que 75 ciudades estadounidenses en la historia de este país han tenido alcaldes que eran socialistas y lo decían abiertamente. Lo sé por mi investigación: una vez trabajé mucho sobre la alcaldía de Bridgeport, Connecticut. Lo hice porque me presenté a la alcaldía de la ciudad de New Haven, Connecticut, que, al igual que Bridgeport, es una de las tres ciudades más grandes del estado de Connecticut. Bridgeport tuvo un alcalde socialista durante muchos años. Nada parecido a las alucinaciones de la derecha ocurrió en Bridgeport durante el mandato de su alcalde. Lo mismo ocurre en Milwaukee. Lo mismo ocurre en las 75 [ciudades]. Número uno.
Número dos. En este momento, en Europa hay alcaldes socialistas. Varias de las principales ciudades de Europa —por cierto, lugares como París, Londres, Milán, etc.— están gobernadas por socialistas, o lo han estado en distintos momentos de su historia, y nunca ha ocurrido allí nada parecido a los horrores fantásticos que se difunden en los medios de comunicación estadounidenses. Los partidos socialistas participan habitualmente en todos los países de Europa y más allá. Pero quiero hablar de Europa, porque si no, me extenderé demasiado.
Así pues, lo que se observa en la respuesta de la derecha en este país es una muestra de su absoluta ignorancia, su mala educación y, como digo, su atraso de 75 años: hablan como se hablaba en la época del Comité de Actividades Antiamericanas. Piensa en el propio nombre: ridículo, como si tuvieran la autoridad exclusiva para decidir qué es y qué no es americano. Es una broma. Eso es lo primero.
Lo segundo. Es importante entender que esto es una señal de un problema realmente grave. Esto es algo que Michael y yo hemos intentado transmitir con mucho esfuerzo. En mi opinión: es el declive de nuestro imperio. Es una serie de problemas, muchos de los cuales Michael nos ha mostrado de forma muy creativa: cómo se han acumulado; cuál es su historia; cómo los responsables no han resuelto estos problemas, sino que básicamente los han dejado de lado, tiempo durante el cual se han acumulado y empeorado. Si no resuelves tus problemas médicos, empeoran; si no resuelves tus problemas psicológicos, empeoran. Bueno, lo mismo ocurre en economía.
Y esto es una señal de que los neoyorquinos, que no son tan diferentes de la gente de cualquier otro lugar, tomaron una decisión. Y esto es lo que creo que demostró la elección. El Sr. [Curtis] Sliwa (el republicano) y el Sr. Cuomo (el demócrata) representan, en su totalidad, lo mismo de siempre, lo mismo de siempre, lo mismo de siempre. Literalmente: Sliwa ha sido candidato desde que tengo memoria aquí en Nueva York. Y, como todos sabemos, Cuomo fue gobernador, trabajó con los Clinton, y bla, bla, bla… todo es lo mismo. Y nada de lo que dijeron ninguno de los dos dio a nadie motivos para creer que, en el futuro, iban a ser diferentes de lo que no fueron en el pasado.
Por lo tanto, el Sr. Mamdani tuvo una oportunidad increíble. Todo lo que tenía que hacer —y, por cierto, no le quito ningún mérito— era llevar a cabo una campaña brillante. Ha tenido mucho éxito. Se merece el asombro y las felicitaciones de todo el mundo. Así que no quiero que haya confusión en lo que voy a decir, pero él sacó provecho, como siempre hacen los políticos exitosos, de algo mucho más grande y diferente que él mismo. Él era el cambio obvio, diferente y nuevo. Lo encarnaba: un musulmán en Nueva York, un socialista en este país. Vaya. ¿Quién lo hubiera pensado?
Las cosas están cambiando. Por supuesto, los jóvenes vienen (75 %). Quieren un cambio. Saben que el «sueño americano» que les prometieron ya no está disponible. Nadie tiene que persuadirles. Ya están ahí. Quieren un cambio. ¿Y mirando a Sliwa, Cuomo y Mamdani? ¡Es fácil, ahí es donde está tu mejor oportunidad para el cambio!
Ahora, el último punto. Sí, es socialista. Y no sé exactamente qué significa eso para él, ya que soy muy consciente de que el socialismo significa cosas muy diferentes para diferentes personas. La Unión Soviética era un tipo de socialismo. Norman Thomas, que fue el gran líder de los socialistas estadounidenses durante muchos años, era un enemigo acérrimo de la Unión Soviética y de todo lo que representaba. Eso demuestra que las personas que querían el nombre de «socialista» podían referirse a cosas muy diferentes. Existe una tradición trotskista, que va en otra dirección. Las personas que actualmente dirigen China se refieren a su país como «socialismo con características chinas».
Bien, ¿dónde encaja Mamdani en todo esto? Bueno, Estados Unidos está demasiado atrasado en este ámbito como para siquiera poder plantear la pregunta. Así que la fantasía de todos sobre lo que podría significar se desborda —y me refiero a las páginas del New York Times y el Wall Street Journal—; es vergonzoso que se sepa tan poco que ni siquiera se entienda este «socialismo» de Mamdani, que lo llama «democrático» y que dice muy claramente lo que planea hacer. Es una declaración notable, pero tiene enormes implicaciones, también para la nueva izquierda emergente en Estados Unidos; porque él, al igual que Ocasio-Cortez y Bernie, [ellos] van a ser los abanderados. En virtud de lo que ha sucedido, ellos van a ser el «socialismo».
Pero te garantizo que lo que voy a decir es cierto. (No creo en las predicciones, no puedo predecir nada, y nadie más puede, pero lo voy a hacer de todos modos). Los otros tipos de socialismo están esperando entre bastidores. Ahora van a surgir. ¿Por qué digo eso? Porque lo han hecho en todas partes del planeta, así que aquí también lo van a hacer. Así que, un consejo para los sabios, si son lo suficientemente inteligentes como para escuchar. Sr. Bloomberg (que donó la mayor cantidad de dinero); o el propietario de Airbnb (que donó mucho dinero); o el Sr. [Ken] Langone, de Home Depot (que donó mucho dinero); permítanme darles un consejo: más les vale alegrarse de que Mamdani haya ganado, porque los otros socialistas que vienen detrás serán mucho peores para ustedes que él. Esa es la realidad.
Pero eso también supone un reto para el Sr. Mamdani. También tiene que enfrentarse a la magnitud de sus soluciones, que, sospecho, él sabe que son inadecuadas para la magnitud de los problemas a los que se enfrenta: no va a resolver los problemas de Estados Unidos (que hemos pasado meses en este programa tratando de aclarar y explicar). No los va a resolver, ni con autobuses gratuitos, ni con tiendas de comestibles públicas en desiertos alimentarios, ni con un impuesto del 2 % sobre el patrimonio superior a 100 millones de dólares, ni con cualquier otra cosa que sea su [programa].
Es un programa perfectamente válido. Me alegro de que lo haya presentado. Pero aquí está el problema, y debería aprender del Sr. Trump. Esta ha sido una derrota rotunda para el Sr. Trump. ¿Y saben por qué? No por cómo habla o por las cosas extremas que hace. (Ojalá hubiera sido una derrota por esas razones, pero no lo fue). Fue una derrota porque lo que está haciendo el Sr. Trump no puede, no va a resolver y no ha resuelto los problemas que heredó. Su gran y magnífica ley (fiscal) empeora esos problemas. Su programa arancelario, lo permita o no el Tribunal Supremo, no resuelve estos problemas. No puede hacerlo.
Eso, señor Mamdani, también tiene que entenderlo usted. Usted también se enfrentará, como Trump, a la difícil pregunta: ¿qué hay que hacer para resolver los problemas reales que tenemos? Puede hacerlo, pero tiene que admitir que ese es el caso. De lo contrario, descubrirá, como está descubriendo el Sr. Trump, que prometer a la gente soluciones rápidas y fáciles, como si estuvieran disponibles y como si usted pudiera ofrecerlas, no funciona. Y eso alejará a esas personas de usted. Y eso es lo que le ha pasado a él. Y le va a pasar más y más y más. Y, a medida que eso ocurra, las personas que le rodean le abandonarán. Ya está sucediendo, y seguirá sucediendo.
Pero la moraleja es que ese problema también afecta a la izquierda.
MICHAEL HUDSON: Gracias, Richard, por recordarnos el socialismo municipal en Estados Unidos. Esa siempre ha sido una de las fuerzas detrás del socialismo. En la década de 1950, cuando crecí, fue Robert La Follette [Jr.] de Milwaukee quien lideró toda esta reforma, y eso hizo que todo Wisconsin se volviera progresista. Y la ciudad donde crecí (Minneapolis) era, creo, la única ciudad trotskista en todo el mundo, lo que llevó a las huelgas generales de Minneapolis de la década de 1930. Incluso el gobernador de Minnesota, Floyd B. Olson, dijo que esperaba que el capitalismo se fuera al infierno. ¡Eso le valió la reelección! Se podría decir que el socialismo en Estados Unidos demostró su eficacia desde el único lugar donde tenía posibilidades de hacerlo: a nivel local.
Quiero volver al ámbito nacional en este caso, porque es ahí donde se obtiene el dinero para las campañas a nivel local. Y lo que aterroriza tanto a los demócratas como a los líderes del Partido Republicano es que la mayoría de las elecciones de mitad de mandato se van a centrar, como he dicho, en el sionismo y la violencia israelí en Gaza y Cisjordania.
Esa fue la cuestión que en gran medida provocó la derrota de los demócratas en las elecciones presidenciales de noviembre. Como Jill Stein y yo pronosticamos en nuestras entrevistas contigo, Nima, los votantes islámicos de Pensilvania, Míchigan y Minnesota se negaron a votar a la demócrata Kamala Harris debido a su dependencia de los donantes sionistas y su firme apoyo a Israel First. Y esa es una de las razones por las que las victorias demócratas de ayer en Nueva Jersey y Virginia fueron mucho más contundentes para los demócratas que los votos presidenciales para Harris. Ella era impopular porque continuó con la política belicista de Biden, la política que Trump ha intensificado al convertir las guerras en Ucrania, Israel —y ahora Venezuela y Nigeria— en su guerra.
Por lo tanto, hay un movimiento para oponerse a cualquier candidato que reciba financiación electoral, básicamente, de la AIPAC. Y eso amenaza con convertirse en una prueba de fuego para los candidatos. La oposición de los demócratas al Comité Nacional va a ser: ¿Te negarás a votar por cualquier político que reciba dinero de la AIPAC? Bueno, la AIPAC ya se ha dado cuenta de esto y ha dicho: Tenemos que crear un sistema de campaña sionista proisraelí que no sea el AIPAC, que esté financiado por los multimillonarios de Silicon Valley y otros multimillonarios que defienden a Israel. La lucha contra Mamdani va a ser, en ese sentido, una lucha de los políticos para seguir recibiendo contribuciones para sus campañas, sobre todo del AIPAC, pero también de otros donantes con intereses especiales.
Y eso es en lo que se ha convertido todo el sistema electoral político estadounidense. El sistema electoral se ha privatizado en este país y se ha vendido a la clase donante. Esa es la consecuencia de la sentencia del Tribunal Supremo en el caso Citizens United, según la cual cualquier empresa y cualquier donante puede dar todo el dinero que quiera a los políticos. No hay ningún límite.
Bueno, Mamdani se presentó con muchos menos fondos que cualquier otro y ganó. Así que ha desafiado todo este sistema, pero ha planteado la cuestión de lo que van a ser las elecciones estatales y las elecciones nacionales del año que viene en Estados Unidos: ¿cómo va a sobrevivir la política estadounidense a esta privatización y financiarización de las elecciones? Si no se resuelve esto, Estados Unidos se convertirá en un Estado fallido políticamente, porque la demanda de la derecha de «originalismo» en el Tribunal Supremo es decir: bueno, ¿qué dictarían hoy los propietarios de esclavos que redactaron la Constitución? Pues bien, apoyarían a todos los derechistas.
Y la misma lucha se produjo en Atenas, en el siglo IV a. C. ¿Cuál era la Constitución original de Solón? ¿Qué hizo realmente Solón? Bueno, había opiniones rivales sobre el significado de la Constitución.
Una de las consecuencias de estas elecciones en Nueva York y del socialismo municipal será, básicamente, toda la cuestión de la oligarquía y las campañas. Y por eso Mamdani ha utilizado una y otra vez la palabra «oligarquía». Y ahí es donde se distingue de los demás. ¿Y el tema? En realidad, no es el marxismo; no es el socialismo como tal, porque hay muchos tipos diferentes de socialismo, como ha señalado Richard. Es la oligarquía frente a la democracia real, lo que significa políticas que se promulgan para proteger a la población en general: a los inquilinos, a los asalariados, al 90 % más pobre de la población , no solo el 10 % más rico, como hemos estado hablando.
Así que esto es exactamente de lo que tratarán las elecciones al Senado de 2026. Y si AOC se presenta contra Chuck Schumer, tratando de desbancarlo —lo mismo ocurre con la Cámara de Representantes—, tendrás a los demócratas, en particular, compitiendo contra Bernie Sanders, AOC, [en contra] de cualquier intento de implantar la sanidad pública, porque eso amenaza con cortar su propio flujo de contribuciones electorales procedentes de los intereses especiales.
Por lo tanto, todo esto va más allá de la ideología política en sí misma. Tiene que ver con toda la estructura del sistema político. Y por eso tanto los republicanos como los demócratas se quedaron tan sorprendidos por la victoria de Mamdani, y por eso su victoria es tan histórica, si es que realmente va a cambiar las cosas.
La gente ha estado diciendo: Bueno, mirad cómo Bernie y AOC acabaron rindiéndose ante [Nancy] Pelosi y Schumer, y simplemente siguiéndoles la corriente a la mayoría demócrata. Fueron cooptados. Bueno, Mamdani está libre de la presión que se ejerció sobre Bernie Sanders y AOC porque no hay ningún partido por encima de él como alcalde de Nueva York. No hay nadie que pueda decirle qué hacer o decirle: Si no apoyas esta política, no te pondremos en un comité poderoso, tal o cual comité; o no te daremos voz.
Ahora tiene voz para hacer lo que quiera. Hoy ha nombrado a Lina Khan, la excelente abogada antimonopolio de Biden, como una de las copresidentas de su campaña [de transición] a la alcaldía. Está reuniendo a todos los progresistas en este equipo [de transición]. Y lo que va a hacer no es simplemente una lucha personal por Nueva York: es un político muy dotado, tiene un talento natural para la política, como habrán podido comprobar todos los que escucharon su discurso de victoria la otra noche. Realmente es un todo: su equipo dirá: Hay una alternativa, y no hay otra alternativa en la agenda; y vamos a empezar con esta alternativa a escala de Nueva York, si podemos.
Y si Trump y el Gobierno federal se oponen, intentando privarnos de los fondos para transporte y todos los fondos federales que recibimos; si Trump envía a la Guardia Nacional para empezar a arrestar a ciudadanos —uno de los partidarios de Trump dijo ayer que quiere que el ICE (la autoridad de inmigración) examine la solicitud de ciudadanía de Mamdani y dijo: ¿Había algún error? ¿Había algún error tipográfico? Si es así, deportémoslo a África. Ya han visto cómo estalló ayer. Eso es lo que está en juego en lo que serán sus políticas como alcalde.
NIMA ALKHORSHID: Richard, creo que lo más importante, lo que acaba de decir Michael, es muy importante: ¿Quién va a formar parte de su equipo y cuáles serán las políticas que va a adoptar? Después de todo, sabemos que el statu quo no funciona en Estados Unidos. Por eso la gente vota a Mamdani y a personas como él.
Y no se trata solo del Partido Demócrata. Dentro del Partido Republicano está ocurriendo lo mismo. Aquí hay un breve fragmento de lo que dijo Tucker Carlson.
LINDSEY GRAHAM (FRAGMENTO): […] el Partido Republicano. Estamos matando a todas las personas adecuadas y reduciendo sus impuestos.
TUCKER CARLSON (FRAGMENTO): Reducir sus impuestos y matar a todas las personas adecuadas. Esa es realmente la forma más concisa de describir la unión entre la economía libertaria y la política exterior neoconservadora: reducir impuestos y matar. Y si lo piensas bien, ¿quién querría estar asociado con eso? Reducir los impuestos en sí mismo no es precisamente una virtud. Es una cuestión contextual. A veces lo es, a veces no. Depende totalmente. Pero en la formulación simplista pero sincera de Lindsey Graham, reducir los impuestos es siempre algo positivo. Y lo mismo ocurre con matar gente. Matar a las personas adecuadas. No, tienen que ser las personas adecuadas, pero matar gente. Matar gente es algo bueno. Es una de esas cosas que no hace falta describir […]
NIMA ALKHORSHID: Sí.
RICHARD WOLFF: Sabes, el problema con Tucker Carlson es que no entiende hasta dónde llega eso, por lo que solo se le ocurren los ejemplos que se le ocurren.
Pero déjame dar un paso más, porque se trata de lo que Mamdani va a tener que hacer.
Cuando el Sr. Trump llega al cargo, tiene un problema. La deuda nacional estadounidense se ha disparado más rápido que cualquier otra cosa. ¿A cuánto asciende ahora? A 35 billones de dólares, o más. En muy poco tiempo, ha pasado de unos pocos cientos de miles de millones a 35 billones de dólares: una deuda nacional fuera de control. Tan grave que hemos perdido nuestra calificación crediticia AAA. Tan grave que los prestamistas nos dicen que ya no quieren prestar dinero a Estados Unidos porque no confían en su capacidad de pago, que es la razón por la que no tenemos la calificación AAA.
Así que él llega y se encuentra con un problema. Va a hacer algo. Promete que va a hacer algo con respecto a esta deuda nacional, con respecto a la capacidad de los Estados Unidos para pedir préstamos.
Y para aquellos que no lo entienden, un recordatorio: Todas las guerras importantes en las que hemos participado en los últimos tiempos, empezando por Vietnam, se han financiado mediante préstamos; y la razón es que no se pueden librar estas guerras si se hace pagar al pueblo estadounidense los impuestos para financiarlas, porque se opondrían desde el principio. Ahora se tarda un año en entrar en estas guerras antes de que el pueblo estadounidense empiece a darse cuenta de lo desesperanzador y absurdo que es, para ellos.
Por lo tanto, hay que poder pedir préstamos. No se puede llevar a cabo la política exterior. Ni siquiera se puede dirigir el Gobierno. ¿Por qué? Muy sencillo. Tenemos una política en la que las empresas y los ricos exigen al Gobierno todo tipo de servicios, pero no quieren pagar impuestos. Y mediante donaciones, o la falta de ellas, pueden obligar a los políticos a no gravarles con impuestos. ¿De acuerdo?
¿Y qué hay de la masa popular? Quieren que el gobierno les proporcione todo tipo de prestaciones: educación, hospitales, carreteras, policía, bomberos, lo que sea. Y no quieren pagar impuestos, pero se han visto obligados a hacerlo.
La carga fiscal, como sabe cualquiera que la estudie, se ha desplazado, a lo largo del último siglo, de las empresas y los ricos a la persona media, a la clase media. Eso es lo que ha ocurrido.
Así que Trump llega al poder después de esto, pero tiene un problema. No puede limitarse a pedir más préstamos. Lo hizo en su primera campaña presidencial y todo el mundo le señaló que no había resuelto la deuda del Gobierno, sino que la había empeorado, lo cual, por supuesto, era cierto, porque heredó la estructura que lo hacía antes que él, lo hizo durante su mandato y lo hizo después de él con Biden.
Entonces, ¿qué va a hacer? Lo único que sabe: intentar hacer lo que hacen los republicanos, pero más.
¿Qué significa eso? No gravar a las empresas ni a los ricos. Una vez más, la primera medida de su nueva presidencia, el actual segundo mandato, la gran y hermosa ley (fiscal): prorrogar los recortes fiscales del primer régimen y añadir algunos más, que es lo que hizo.
Entonces, ¿qué queda? No hay forma de reducir la deuda pública si no se grava a las empresas y a los ricos. No se atreve a gravar a la masa popular porque esa es su base política.
Entonces, ¿qué hace? Solo queda una cosa. Tiene que recortar gastos. La primera fase la lleva a cabo con Elon Musk, y enarbola la bandera de la eficiencia: voy a recortar el gasto público mediante la eficiencia.
Y cuando eso se agota y se encuentra con todas las dificultades imaginables, tiene que abandonarlo. Echa a Musk a la calle, lo tira bajo el autobús y se le ocurre una nueva forma de ahorrar dinero llamada cierre del gobierno, que es lo que estamos viviendo.
Eso es tan fantasioso y absurdo como lo era antes la tontería de la eficiencia. Lo único que está haciendo —y, por supuesto, no es suficiente— es intentar ahorrar dinero para poder hacer algo con respecto a la deuda nacional, que ha heredado. Pero no puede hacerlo a una escala que marque la diferencia.
Así que está atascado. ¿Y sabes cómo sabe que está atascado? Por las elecciones de hace dos días. Esa es su señal: estás atrapado, Jack. La suma de las cosas que estás haciendo hace que la gente encuentre razones para no votar por ti o por las personas a las que apoyas. Todos los que él apoyó perdieron. Todos los que él se opuso ganaron. No solo Mamdani.
Y entiendo lo que Michael dijo sobre los otros demócratas. No son nada del otro mundo, pero eran las personas a las que Trump pudo derrotar antes, y ahora ya no puede hacerlo. Eso es un problema. Michael tiene razón: Mamdani se va a enfrentar a todo tipo de obstáculos y oposición imaginables. Si empieza a hacer lo que tiene que hacer, esa oposición empeorará.
Pero si no lo hace, se encontrará con la misma triste historia.
Las personas que votaron por él le están dando una oportunidad. Pero si no cumple, votarán en su contra la próxima vez. De verdad lo harán. Y tendrán mucha ayuda para hacerlo. La ciudad de Nueva York es el hogar de más multimillonarios de este país que cualquier otro lugar, así que los tiene.
Inglaterra tiene toda una serie de leyes, por si las necesita, que exigen a cualquiera que abandone el país pagar todas las prestaciones que ha recibido mientras ha estado allí, como condición para marcharse.
Oh, oh. Aquí, los multimillonarios amenazan con marcharse y nadie se atreve a decir nada.
¿Tendrá el Sr. Mamdani el valor y la previsión para saber que no puede dar la misma respuesta? Tiene que irse, y no solo porque eso pagará sus programas, que lo hará. Sus programas son modestos. Si nos fijamos en el coste de las tiendas de comestibles y los viajes gratuitos en autobús, no es caro, en relación con el presupuesto de la ciudad de Nueva York, al menos. Pero tiene que hacerlo. Tiene que hacerlo por razones políticas. Y tiene que contar con asesores que sean capaces y estén dispuestos a ver y ayudarle a manejar esa situación.
MICHAEL HUDSON: Creo que tienes razón en que muchas de las reformas que puede llevar a cabo no cuestan más dinero. Por ejemplo, una de las cosas que puede hacer para apoyar los derechos de los inquilinos es acabar con la corrupción del departamento de construcción heredada del régimen del alcalde [Ed] Koch y de [Rudolph] Giuliani, en la que los departamentos de construcción dirigidos por los promotores inmobiliarios han permitido a promotores como Trump derribar edificios emblemáticos sin recibir más que una multa simbólica por hacer negocios.
Los promotores inmobiliarios han dirigido la ciudad y los propietarios han dirigido los tribunales municipales en contra de los inquilinos. Al proporcionar abogados públicos a los inquilinos, se puede defender a estos frente a los intereses de los propietarios en estos tribunales. Y el hecho de que Mamdani haya dicho que Nueva York es inhabitable, con un alquiler medio de más de 4500 dólares al mes en Nueva York, ¿quién puede permitirse vivir aquí si no hereda suficiente dinero [o] consigue un trabajo [bien remunerado]?
Puede gravar a Wall Street, como usted ha dicho. Esa es realmente la clave. ¿Van a mudarse realmente estos multimillonarios, concentrados en la ciudad de Nueva York como centro financiero del país? Bueno, hoy en día es difícil mudarse a Florida, con todos los huracanes que amenazan las propiedades allí. Realmente no tienen ningún sitio al que mudarse. Así que, por supuesto, puede subir los alquileres. Va a tener que arrastrar al ayuntamiento y a otras agencias con él.
Sería estupendo que pudiera arrastrar al actual gobernador de centro-derecha, Hochul, a imponer las tasas (originalmente más altas) por conducir tu automóvil en la ciudad, que siguen paralizando el tráfico aquí.
Y el metro ha gastado todo el dinero para ayudar a los promotores inmobiliarios del Upper East Side con la ampliación de la Segunda Avenida, por lo que no han arreglado el metro que sale de Manhattan, hacia Queens, Brooklyn y el Bronx. (Anoche, el trayecto de 45 minutos de mi mujer le llevó una hora y media, incluyendo más de media hora sentada en la oscuridad cuando se cortó la electricidad en la línea que lleva a donde vivimos, en Forest Hills, Queens). El metro se está cayendo a pedazos, y es allí donde viven la mayoría de los asalariados, que tienen que ganarse la vida en Manhattan y ya no pueden permitirse vivir allí debido a los alquileres.
Así que todas estas cosas se pueden hacer sin mucho dinero. Creo que la restricción económica no vendrá de lo que haga Mamdani, sino de la retirada del apoyo estatal y federal que ha estado subvencionando a Nueva York, siempre y cuando fuera a favor de los propietarios, de Wall Street y de la oligarquía.
Eso va a ser una lucha. Y, de nuevo, esa lucha va a ser más que una simple lucha municipal. Va a ser una lucha nacional, contra el socialismo municipal y las cosas obvias que Mamdani ha prometido, que es la razón por la que consiguió tantos buenos seguidores desde el principio.
NIMA ALKHORSHID: Richard, creo que esta es una gran oportunidad para un socialista que trabaja en la ciudad de Nueva York. ¿En qué medida podría ayudar Bernie Sanders a este tipo de movimiento en la ciudad de Nueva York? ¿Y cómo va a utilizar [Mamdani] la experiencia de Bernie Sanders? ¿Qué sabemos sobre la relación entre ambos?
RICHARD WOLFF: Bueno, en este momento, la primera respuesta es que podría necesitar la ayuda de Bernie Sanders en todo momento. Quiero decir que necesita que Bernie le ayude a difundir el mensaje, por así decirlo, a nivel nacional.
Bernie encabeza muchas encuestas. La gente debería saberlo. Hay personas que van por ahí preguntando: en tu opinión, como ciudadano estadounidense, ¿quién es el político más popular que se te ocurre? Y Bernie gana ese concurso una y otra vez, porque, aunque no ganó las elecciones, no tiene ninguna negatividad. No ha tenido que hacer frente a promesas que no ha podido cumplir, porque la gente no le dio el cargo. Por lo tanto, puede decir: «Os lo dije. Hay que hacerlo. Vosotros no lo hicisteis. Y ahora tenemos un problema». Y esa es una posición mucho mejor en la que estar, cuando un imperio está en declive, porque vas a enfrentarte a pérdidas, una tras otra.
Quiero recordar a la gente, porque los estadounidenses no quieren afrontarlo, que, por ejemplo, el director ejecutivo de NVIDIA, el Sr. [Jensen] Huang, pronunció ayer un discurso en el que básicamente dijo que debemos entender que la revolución de la inteligencia artificial ya se ha ganado, y que el ganador es la República Popular China. Esto es cierto en todos los ámbitos: militar, político y económico. La alianza BRICS está explotando en el mundo. Tiene muchos problemas, por supuesto. Abarca políticas y economías muy diferentes —no quiero simplificarlo— y no todos son pro-chinos, ni nada por el estilo, pero es una alternativa viable.
El poder del Sr. Trump —el último garrote que podría usar contra el resto del mundo para ponerlos a raya— es: No os dejaré venir a comerciar aquí. No os dejaré comprar aquí. No os dejaré vender aquí. Tendréis que darme mucho dinero si queréis vender vuestros productos aquí. Solo os impondré un arancel bajo si hacéis grandes [inversiones] —
Está exigiendo tributo a todo el mundo.
Pero es demasiado tarde. Habría tenido que hacerse hace 20 años. Entonces podría haber funcionado. Pero no era necesario. Ahora que es necesario, es demasiado tarde. Eso ocurre a menudo en la historia.
Los BRICS son la alternativa. China está recurriendo a ellos, y ellos a China. Estados Unidos se está aislando de forma activa. Esa es la realidad. Y eso va a provocar la implosión de Estados Unidos de muchas maneras. El Sr. Mamdani, lo quiera o no, se va a encontrar en la siguiente situación: ¿qué puede hacer un socialista (respecto a lo que acabo de decir) para distinguir una respuesta socialista mejor que la capitalista ante un imperio en declive?
Y ahí es donde entran Bernie y Ocasio-Cortez, porque son los nacionales y, por lo tanto, los internacionales adecuados.
Permítanme ser atrevido y decir algo que la gente pueda recordar: hay dos formas en que Estados Unidos puede lidiar con la República Popular China.
Una es agresiva, hostil: esa es la que tenemos. Aquí hay una alternativa: sentarse, dividir el mundo de tal manera que ambos puedan encontrar oportunidades para crecer y desarrollarse.
¿Qué significaría que los socialistas se convirtieran en defensores de ese segundo enfoque, como parte de una transformación de Estados Unidos? Vaya. ¿Podría eso aportarles un nivel de apoyo, aunque solo fuera por parte de todos los estadounidenses que ya temen que la relación con China vaya camino de una guerra nuclear? Vaya.
Un movimiento socialista digno de ese nombre tiene que pensar así, tiene que tener lo grande, así como la tienda de comestibles pública en el desierto alimentario. Y ojalá hubiera suficientes socialistas para dividir el trabajo, pero no los hay. Así que, señor Mamdani, que va a ser la cara visible del socialismo durante un tiempo, depende de él. Puede movilizar a Bernie y a Ocasio-Cortez, probablemente, si comprende la situación en la que se encuentra realmente.
NIMA ALKHORSHID: ¿Michael?
MICHAEL HUDSON: Richard ha dado en el clavo. Tienes razón. Los socialistas siempre han estado en contra de la guerra porque la mayoría de las guerras van en contra del socialismo.
NIMA ALKHORSHID: Sí. Muchas gracias, Richard y Michael. Ha sido un placer, como siempre.
RICHARD WOLFF: Sí, ha sido una conversación importante, posible gracias a unas elecciones importantes. Y creo que hablaremos muchas veces en el futuro sobre las implicaciones y ramificaciones de estas conversaciones.
NIMA ALKHORSHID: Exactamente. Sí. Muchas gracias. Nos vemos pronto. Nos vemos la semana que viene. Adiós.
Transcripción y diarización: https://scripthub.dev
Edición: Kimberly Mims
Revisión: ced
6. Reconocimiento al papel de Cuba en la historia de África.
En el marco de la celebración del 50 aniversario de la independencia de Angola, un recuerdo a la ayuda que recibieron de las tropas cubanas, lo que tuvo repercusiones también en Sudáfrica.
https://jacobin.com/2025/11/cuba-angola-anti-imperialism-solidarity
El papel de Cuba en Angola cambió el curso de la historia africana
- Por
- Antoni Kapcia
Cuando Angola obtuvo su independencia en 1975, el ejército cubano acudió en defensa del nuevo Gobierno. La misión tuvo repercusiones a nivel mundial, desde acelerar la caída del apartheid sudafricano hasta remodelar la propia identidad y visión del mundo de los cubanos.
El fin del dominio colonial portugués en Angola hace cincuenta años fue también el comienzo de una misión militar cubana que tuvo un gran impacto en la historia del país, al repeler una invasión sudafricana y negar a Pretoria la oportunidad de llevar al poder a sus aliados locales. También dejó su huella en toda la región: Nelson Mandela atribuyó a la victoria cubana sobre el ejército sudafricano en 1988 el haber acelerado la caída del apartheid.
Cuando las fuerzas armadas cubanas se involucraron abiertamente en Angola en noviembre de 1975, se extendió la creencia de que Cuba era un «proxy» soviético. Quienes conocían bien a Cuba argumentaban que no era tan sencillo. Cuestionaban si realmente se podía describir como un Estado cliente y si Moscú estaba realmente interesado en verse envuelto (indirectamente) en los conflictos internos del sur de África.
Con el tiempo, nuevas investigaciones desviaron la atención de una interpretación que se basaba en gran medida en la perspectiva hegemónica de la Guerra Fría. Poco a poco quedó claro que la participación de Cuba se había producido a petición del nuevo gobierno del Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), al que Portugal había cedido apresuradamente el control del país.
El MPLA se veía ahora amenazado por fuerzas rivales que contaban con el respaldo de Sudáfrica y Estados Unidos. El MPLA solicitó ayuda a La Habana basándose en sus estrechos vínculos con Cuba y en el historial de apoyo cubano a la lucha anticolonial.
Solidaridad internacional
A partir de 1961, Cuba siguió una estrategia de apoyo activo a las revoluciones armadas y las luchas anticoloniales en América Latina, África y Asia. La trascendental Conferencia Tricontinental de La Habana de 1966 expresó esta línea de solidaridad ideológica con los radicales del Tercer Mundo.
Esa política también incluía el apoyo a los Estados poscoloniales contra las amenazas externas, por ejemplo, mediante la ayuda militar para defender a Siria contra Israel en 1973. La solicitud del MPLA en 1975 fue, por lo tanto, un paso natural, al igual que la respuesta positiva de Cuba. Desde agosto, ya había un pequeño contingente cubano en Luanda asesorando sobre las defensas de la ciudad.
La rápida respuesta de Cuba a la solicitud de ayuda tomó por sorpresa a Moscú, y los líderes soviéticos se vieron obligados a ofrecer apoyo logístico a pesar de sus reservas, que se hacían eco de su anterior oposición a la estrategia insurreccional de Cuba. Lejos de obedecer los dictados de su aliado soviético, La Habana estaba influyendo en las interpretaciones soviéticas de los acontecimientos en el Sur Global, un patrón que se repitió más tarde con Nicaragua y Granada.
Había otro contexto, más interno, para la participación de Cuba en Angola, arraigado en la cultura política del país. La solidaridad con las fuerzas antiimperialistas en el extranjero era en parte una manifestación externa de patrones bien establecidos en el país, como se ha visto en muchas de las movilizaciones y campañas participativas exitosas desde 1959.
Todo esto ocurría en un Tercer Mundo que estaba experimentando transformaciones dramáticas. Estaban surgiendo nuevos gobiernos poscoloniales, y muchos de ellos buscaban el asesoramiento o la ayuda de Cuba sobre la base de vínculos pasados. En América Latina, el patrón de regímenes militares proestadounidenses durante los años sesenta y principios de los setenta había comenzado a cambiar, con gobiernos más nacionalistas en muchos países dispuestos a reconocer a Cuba y comerciar con ella.
Esto pone en tela de juicio la visión tradicional de que Cuba puso fin a su apoyo activo a la lucha armada en América después de 1970 debido a su dependencia económica de la URSS. De hecho, al haberse relajado en cierta medida el asedio de Estados Unidos y del continente a la isla, Cuba podía ahora buscar aliados a través de la diplomacia en lugar de apoyar a los movimientos guerrilleros.
La estrategia insurreccional regional de Cuba no se basaba únicamente en una interpretación radical y poco ortodoxa del marxismo y en un compromiso ideológico con el antiimperialismo. También reflejaba la realidad de que Cuba tenía poco que perder al responder de esa manera al asedio y al aislamiento, en el contexto del compromiso secreto de Estados Unidos, tras la crisis de los misiles cubanos de 1962, de no invadir la isla. Ahora que el aislamiento se estaba suavizando, La Habana podía explorar nuevas formas de promover la solidaridad con el Tercer Mundo.
Una vez que el MPLA y sus aliados cubanos detuvieron la amenaza militar inmediata a Angola, la ayuda cubana se extendió a áreas civiles para la construcción de infraestructura poscolonial. Cientos de técnicos, personal médico, profesores, agrónomos e incluso trabajadores culturales se ofrecieron como voluntarios durante largos periodos. A partir de entonces, la práctica cubana del internacionalismo se manifestaría principalmente en ámbitos no militares, extendiéndose a más de cuarenta países.
Punto de inflexión
¿Qué significó todo esto para la propia Cuba? Mirando atrás, está claro que la participación del país en Angola representó un punto de inflexión en varios sentidos.
El voluntariado desempeñó un papel importante desde el principio. Los dirigentes de La Habana dejaron claro que toda la empresa se basaría en ese principio y pidieron a los soldados cubanos que respondieran.
La magnitud de su respuesta fue notable. De hecho, a muchos extranjeros les pareció increíble, ya que asumieron que la voluntad de servir era el resultado de la coacción o de la promesa de beneficios materiales. Sin embargo, cuando académicos de fuera de Cuba investigaron el fenómeno, tendieron a coincidir en que el voluntariado era genuino, al menos en las primeras etapas.
Para entenderlo, debemos verlo en el contexto de la participación popular en Cuba desde 1959. En 1975, la solidaridad práctica e ideológica se había movilizado a través de la participación masiva en una serie de organizaciones —la más evidente, los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) de los barrios— y una serie de campañas para alcanzar objetivos definidos, desde la promoción de la alfabetización y la salud hasta la defensa de Cuba contra la amenaza de invasión.
A través de esas constantes experiencias colectivas, las nociones de solidaridad y voluntariado se habían convertido en partes familiares del tejido social y la cultura política cubanos. De hecho, gran parte del proyecto de construcción de la nación de los años sesenta y principios de los setenta se había logrado a través de esos mecanismos.
También había otros atractivos. Por ejemplo, muchas personas podían ver el trabajo en el extranjero como una forma de romper con sus hábitos impuestos de mirar hacia dentro bajo el asedio de Estados Unidos, lo que les ofrecía nuevas experiencias. También podía darles acceso a bienes y divisas fuertes que de otro modo serían escasos. Además, existía un cierto grado de presión por parte de los compañeros en el lugar de trabajo, con el ejemplo de los voluntarios persuadiendo a otros para que siguieran su ejemplo.
Sin embargo, con el tiempo, la estrategia de enviar personas al extranjero para prestar asistencia se convirtió en un elemento natural y destacado de la política exterior de Cuba y de la vida de los cubanos de a pie. Muchas personas trabajaban en el extranjero o tenían un amigo o familiar que lo hacía.
Cuba y África
En cuanto al esfuerzo militar real en Angola, una de las primeras reacciones del público fue un alto grado de orgullo nacional. Ahora se consideraba que Cuba estaba actuando en apoyo de un Estado poscolonial hermano, contra los impopulares Estados Unidos y el régimen paria del apartheid de Sudáfrica. Esto impulsó la confianza colectiva en el potencial de Cuba para desempeñar un papel global que era claramente honorable, pero que antes parecía imposible.
La campaña de Angola también tuvo un efecto imprevisto pero significativo. Trajo consigo un nuevo enfoque, tanto popular como oficial, sobre la composición étnica de Cuba. A partir de noviembre de 1975, los dirigentes cubanos se refirieron al proyecto como «el regreso de los esclavos», recordando el gran número de africanos que los colonialistas españoles habían traído por la fuerza desde Angola para impulsar la producción de azúcar. El nombre oficial de la campaña fue Operación Carlota, en honor a una famosa esclava rebelde angoleña de la época.
Angola recordó así a los cubanos el impacto cultural de África en su sociedad y su contribución vital a los patrones económicos del país, así como a su radicalismo político (en las tres rebeliones independentistas del siglo XIX). Esto reconfiguró el proceso de definición de la identidad cubana como base de la revolución y como forma de encontrar un lugar en el mundo.
Esto era necesario porque los cubanos habían pasado por una experiencia bastante típica en la que el colonialismo y el neocolonialismo habían moldeado su identidad, llevándolos a aceptar su propia inferioridad y la superioridad de sus colonizadores, y a mirar hacia el norte en busca de aspiraciones colectivas para un futuro «Cuba Libre». Ese patrón continuó durante el período de independencia cuestionable de Cuba entre 1902 y 1958, reforzado por una importante inmigración española hasta la década de 1930.
Después de 1959, las nuevas políticas y la hostilidad de Estados Unidos hacia la Revolución Cubana obligaron a desarrollar una nueva afinidad radical con América Latina. Esto se expresó a través del apoyo activo a la rebelión armada en la región, pero también a través del protagonismo cultural continental seminal de la Casa de las Américas. Sin embargo, a principios de la década de 1970, la adhesión de Cuba al Comecon, la red comercial del bloque liderado por la Unión Soviética, puso fin a la austeridad de la década anterior. Las mejoras materiales generaron una tendencia entre los cubanos a considerarse potencialmente parte del «Segundo Mundo».
La participación de Cuba en Angola, junto con nuevas formas de colaboración con un Caribe anglófono cada vez más radicalizado y un visible giro hacia la izquierda en Centroamérica, sirvió como un poderoso recordatorio de que África siempre había contribuido de manera sustancial a la configuración de la identidad nacional cubana. Esa contribución había sido objeto de cuestionamientos y controversias durante mucho tiempo, a pesar de las reformas sociales y las declaraciones oficiales tras la victoria rebelde.
De repente, el color dejó de ser un tema tabú (en una sociedad supuestamente ciega al color) y pasó a representar un elemento básico de una identidad de la que los cubanos podían sentirse orgullosos. La nueva ola de austeridad que azotó a Cuba tras el colapso de la Unión Soviética y la pérdida de esperanza que lo acompañó socavaría en cierta medida esta conciencia del color. Aun así, dicha conciencia tenía ahora raíces más profundas que antes y seguía siendo una parte fundamental de toda la ecuación cubana.
Legados
En vista de todo esto, ¿cómo siguieron percibiendo los cubanos el papel de su país en Angola? En la década de 1980 se produjo un ligero descenso del entusiasmo inicial, con un número estimado de víctimas mortales de alrededor de seis mil, de los más de doscientos mil que prestaban servicio allí. También hubo una tendencia en algunos sectores a considerar la presión de los compañeros como una forma de presión estatal, y el voluntariado como un medio para que los individuos se saltaran las colas para obtener viviendas u otros beneficios.
Tras una epidemia de dengue en 1980, se extendió el rumor de que su origen se encontraba en el voluntariado internacionalista. Al año siguiente, la huida masiva de más de 120 000 cubanos en el puerto de Mariel, que conmocionó tanto al pueblo cubano como a sus dirigentes, hizo que las quejas sobre Angola se hicieran más audibles.
Sin embargo, el entusiasmo y el orgullo volvieron tras los acontecimientos de marzo de 1988, cuando una fuerza de más de cincuenta mil soldados cubanos infligió una importante derrota al ejército sudafricano en Cuito Cuanavale, en una batalla campal que supuso un gran impulso para la moral.
El orgullo creció a medida que se hicieron evidentes los efectos de la victoria cubana: las tropas sudafricanas se retiraron de Angola y Namibia poco después, y el estado del apartheid pronto comenzó a desmoronarse con la liberación de Mandela en 1990, seguida de su elección como presidente del país. Ese sentimiento de orgullo incluso sobrevivió (y puede que ayudara a consolar a la gente) durante la crisis de principios de la década de 1990.
Sin embargo, esa misma crisis también acabó con la capacidad de Cuba para continuar con su política de internacionalismo a la escala anterior. La prestación de ayuda se limitó entonces, en general, a la asistencia tras desastres naturales o, como en el caso de Palestina, a la educación y formación gratuitas para estudiantes del Sur Global.
La paciencia de los cubanos se vio a menudo puesta a prueba durante los años de crisis, ya que algunos contrastaban sus dificultades diarias para sobrevivir con suministros limitados y racionados con lo que consideraban la generosidad de Cuba en el extranjero. Sin embargo, en general, el compromiso con la idea de la solidaridad internacional parecía perdurar entre muchos cubanos, lo que sugiere (en las situaciones más desesperadas) que la creencia popular en la solidaridad todavía tenía cierta influencia.
También puede haber ayudado el hecho de que el historial de Cuba en la prestación de ayuda a otros países, incluso durante la crisis, suscitara una importante simpatía mundial hacia el país. Esto se puso de manifiesto cada año a partir de 1992 en las abrumadoras votaciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas contra el embargo estadounidense (al que solo se oponían ritualmente Estados Unidos e Israel), lo que reforzó la sensación de que Cuba no estaba sola. Con Donald Trump endureciendo aún más el embargo, esa simpatía podría parecer una pequeña bendición, pero no obstante fue una bendición (y quizás aún lo sea).
La experiencia angoleña afectó así a Cuba de varias maneras, en su mayoría positivas. Reforzó muchas de las creencias y compromisos del país, le granjeó muchos aliados e inspiró sentimientos de orgullo (así como quejas y resentimientos). Cuba después de 1975 era diferente, y probablemente aún estemos descubriendo el alcance y el carácter de esas diferencias.
Antoni Kapcia es profesor de historia latinoamericana en el Centro de Investigación sobre Cuba de la Universidad de Nottingham. Entre sus obras se encuentran Leadership in the Cuban Revolution: The Unseen Story, A Short History of Revolutionary Cuba: Revolution, Power, Authority and the State from 1959 to the Present Day y Cuba in Revolution: A History Since the Fifties.
7. Homenaje a Virno.
No sabía que Virno había muerto, hasta que he visto un par de artículos de homenaje en Jacobin lat. Os paso uno de ellos.
https://jacobinlat.com/2025/11/la-sustancia-de-las-cosas-esperadas/

«La tradición que hay que inventar no puede ser sino una proyección hacia atrás de este presente, de las esperanzas y deseos que lo desgarran.»
La sustancia de las cosas esperadas
Giuliano Santoro
Traducción: Pedro Perucca
Paolo Virno, fallecido a los 73 años hace pocos días, supo pensar el comunismo releyendo la composición de clase y las luchas con las herramientas de la filosofía, la lingüística y la antropología.
«Una cosa es fingir haber leído a Schumpeter o a Keynes, y otra muy distinta es fingir haber leído el “Librito” de Mao». Así, con su habitual ironía divertida —que escondía tras una actitud despreocupada y sonrisas teñidas de melancolía—, Paolo Virno describía la postura teórico-política de Potere operaio, el grupo al que se unió siendo adolescente en 1969. Lo decía para expresar lo que había aprendido de aquella experiencia: la amplitud de horizontes culturales, la necesidad de medirse con los gigantes, incluso con los más lejanos o enemigos, para llegar a la raíz de las contradicciones.
Con la perspectiva que da el tiempo, podemos decir que esa vastedad de referencias fue también la condición de su permanencia. En el fondo, una de las características de Virno —y de muchos de sus compañeros y compañeras— fue haber mantenido esa mirada revolucionaria sin rigidez, sin cerrar la puerta a los cambios constantes del capitalismo y sabiendo observarlos de frente para captar en ellos sus contradicciones y sus posibilidades liberadoras. Sin perder radicalidad, pero sin caer en la nostalgia.
La apuesta es alta. El hilo conductor del pensamiento político de Virno se encuentra en la idea de que la revolución que intentó llevar a cabo —aquella que, con una cita dantesca dirigida a los inquisidores del 7 de abril que lo interrogaban con una embarazada reverencia intelectual, definió como «la sustancia de las cosas esperadas»— era inédita porque no se trataba simplemente de una lucha contra la pobreza. No había, afirmaba, ninguna brecha que cerrar ni un solo país que liberar: el enfrentamiento era directamente contra la relación de producción capitalista. Lo que debía superarse era el propio concepto de trabajo asalariado. Y la lucha, incluso en sus formas más radicales, no debía servir para golpear el corazón del poder, sino para proteger la deserción colectiva del trabajo explotado, como la retaguardia de Aarón cubría las espaldas de los hebreos durante el éxodo bíblico.
A finales de los años ochenta, una vez terminado el calvario judicial (pasó varios años en prisión, pero salió absuelto con fórmula plena) y retomado el trabajo teórico y político que había continuado incluso desde la cárcel, Virno participó en las experiencias de las revistas Futuro Anteriore y Luogo Comune. «No existe una tradición a la que recurrir por adelantado —parecía advertir Virno a los posibles nostálgicos o viejos militantes—. Es preciso, más bien, construirla: se nos presenta como una tarea, no como una herencia a nuestras espaldas. Pero la tradición que hay que inventar no puede ser sino una proyección hacia atrás de este presente, de las esperanzas y deseos que lo desgarran. El ’68 nos espera al final de un largo periplo: por ahora, que siga siendo un emblema indescifrado, un jeroglífico, una mitología».
Estos escritos partían del supuesto de que la contrarrevolución de aquella década —y, podríamos añadir, también la de estos tiempos— no implicaba una restauración del ancien régime. Escribía en su contribución a La horda de oro, el libro editado por Nanni Balestrini y Primo Moroni que reabrió, proyectado hacia adelante, el debate sobre los años setenta del siglo XX:
La «contrarrevolución» es, literalmente, una revolución al revés. Es decir: una innovación impetuosa de los modos de producir, de las formas de vida, de las relaciones sociales, que sin embargo consolida y relanza el mando capitalista. La «contrarrevolución», igual que su opuesto simétrico, no deja nada inmutable. Determina un estado de excepción en el que parece acelerarse el ritmo de los acontecimientos. Construye activamente su propio «orden nuevo». Forja mentalidades, actitudes culturales, gustos, usos y costumbres, en suma, un sentido común inédito. Va a la raíz de las cosas y trabaja con método. Pero hay más: la «contrarrevolución» se basa en los mismos presupuestos y en las mismas tendencias —económicas, sociales y culturales— sobre las cuales podría injertarse la «revolución»; ocupa y coloniza el territorio del adversario, da otras respuestas a las mismas preguntas.
Rastros de ese trabajo minucioso, centrado en las características antropológicas de esa ocupación del territorio revolucionario por parte de la contrarrevolución, se encuentran en los artículos que escribió para il manifesto a finales de los ochenta, cuando trabajó en la redacción cultural antes de dedicarse a la carrera universitaria. Esos textos se han reunido recientemente en una antología. Así, Virno escribió una pieza de culto sobre la desaparición de los pinballs o flippers de los bares, sustituidos por los primeros videojuegos, como signo del fin del fordismo y del tipo de relación hombre-máquina que representaban. Se cuenta que fue el texto que presentó para convertirse en periodista profesional, y que dejó atónito al jurado del examen. También se permitió una digresión de autobiografía velada cuando describió la forma de vida del jugador de póker, un juego en el que el «destello de genio» se produce solo dentro del absoluto gris de la rutina. Como sucede en la sociedad de libre mercado.
En la revista Luogo Comune publicó en 1993 sus Tesis sobre el nuevo fascismo europeo, donde interpretaba las nuevas formas reaccionarias en relación con la transformada composición de clase del posfordismo:
El fascismo de fin de siglo da una expresión directa a la «cooperación excedente», se lee en la quinta tesis. Pero es una expresión jerárquica, racista, despótica. Convierte la socialización extralaboral en un ámbito desregulado y feroz, predispuesto al ejercicio del dominio personal; instala en ella los mitos de la autodeterminación étnica, de la raíz recuperada, del «suelo y sangre» de supermercado; restablece entre sus pliegues vínculos familistas, de secta o de clan, destinados a lograr el disciplinamiento de los cuerpos que ya no garantiza la relación laboral. El fascismo de fin de siglo es una forma de colonización bárbara de la cooperación social extralaboral. Es la parodia grotesca de una política finalmente no estatal.
Estas palabras contienen en filigrana los motivos de su disenso teórico con Toni Negri, con quien había llevado al centro del debate mundial la categoría spinoziana y antihobbesiana de multitud, a partir de la cual imaginaban una suerte de ucronía en la historia del pensamiento político (¿qué habría pasado si, en lugar del pueblo, las teorías del siglo XVII hubiesen consagrado a la multitud?).
Podemos contarlo con las palabras sencillas pero concretas de los militantes que presenciaron aquel choque durante un seminario romano: para Negri, la multitud, al estar formada por la cooperación social, era necesariamente liberadora, buena y constituyente. Virno, en cambio, se interrogaba por el lado oscuro del sujeto: «Las condiciones biolingüísticas del “mal” son las mismas condiciones biolingüísticas que nutren la “virtud”». Llegó así a teorizar la necesidad de un katechon, la «fuerza que retiene» y que dilata cada vez más el tiempo del Apocalipsis del que hablaba Carl Schmitt al citar a Pablo de Tarso en la «Segunda epístola a los Tesalonicenses». Para Virno, esa fuerza no era la soberanía: debía ser una institución «no estatal».
El ejemplo supremo de esa dimensión es el lenguaje, que por definición se desarrolla siempre en un espacio de relación, situado entre los individuos. El pensamiento de Virno no niega la dimensión individual; más bien la invierte: sostiene que el individuo es el resultado de los espacios colectivos, no al revés. La relación entre la acción virtuosa —típicamente individual— y la acción revolucionaria —forzosamente colectiva— le sirve para redefinir algunos conceptos clave del nuevo milenio en Virtuosismo y revolución.
Este sincretismo entre teoría política, filosofía y lingüística emerge también en el texto que mejor representa su intento de delinear un (probablemente se estremecería al oír estas palabras) manifiesto político. En Gramática de la multitud, desde el título mismo, se entrelazan esas esferas: la búsqueda del sujeto político y la producción colectiva de reglas, formas de vida e instituciones del común. Sin ninguna concesión al posmodernismo, que en Italia, especialmente, se había aliado con la contrarrevolución de la que hablábamos antes. Al respecto, aclara:
Para no entonar cancioncillas desafinadas de cuño posmoderno («la multiplicidad es el bien, la unidad la desgracia de la que hay que guardarse»), es preciso reconocer que la multitud no se opone al Uno, sino que lo reinterpreta. También los muchos necesitan una forma de unidad, un Uno; pero —y aquí está el punto— esa unidad ya no es el Estado, sino el lenguaje, el intelecto, las facultades comunes del género humano.
Y se pregunta:
¿Es concebible una institución política, en el sentido más riguroso del término, que tome su forma y su funcionamiento de la lengua? . (…) Que el autogobierno de la multitud pueda conformarse directamente a la linguisticidad del ser humano, a la perturbadora ambivalencia que la marca… bueno, eso debería permanecer, al menos, como un problema abierto.
En la época del conocimiento social puesto directamente a trabajar, deberíamos aprender de los chistes, de las irrupciones lingüísticas repentinas que, aun habiendo asimilado las reglas y los hábitos, se apartan bruscamente de ellos, porque es en esos momentos cotidianos de vida y producción donde se crea lo impensado y se abren las posibilidades. Un poco como ocurre con el destello repentino del jugador de póker frente al tapete verde.
Giuliano Santoro es periodista de il manifesto. Autor, entre otras obras, de Un Grillo qualunque y Cervelli Sconnessi (Castelvecchi, 2012 y 2014), así como de Al palo della morte (Alegre Quinto Tipo, 2015).
8. LFI y el anticapitalismo.
Vimos hace un mes, más o menos, un artículo de Lordon sobre La Francia Insumisa y Mélenchon, preguntándose si el partido es anticapitalista. Hoy le responden esto desde LFI en Contretemps.
https://www.contretemps.eu/france-insoumise-anticapitaliste-reponse-lordon/
¿Es La France insoumise anticapitalista? Respuesta a Frédéric Lordon
Antoine Salles-Papou 11 de noviembre de 2025
«¿Es La France insoumise anticapitalista?» Esta es la pregunta que plantea Frédéric Lordon en un reciente artículo de su blog en Le Monde Diplomatique, una contribución tanto teórica como estratégica. Antoine Salles-Papou, responsable de la escuela de formación del instituto La Boétie (creado por La France insoumise), le responde aquí.
***
«¿Es La France insoumise anticapitalista?», se pregunta Frédéric Lordon en un artículo bien argumentado. Aquí intentaremos responder a este texto, que tiene el mérito de abrir un debate teórico de alto nivel. Es de alto nivel porque vincula las consideraciones sobre el análisis del capitalismo y las clases sociales con cuestiones directas para la acción política.
Por supuesto, hay muchos puntos en común y de acuerdo con Frédéric Lordon, uno de los intelectuales más motivadores de nuestra familia política. Su contribución a la vitalidad del mundo intelectual crítico francés y, sobre todo, su vínculo con las luchas de los últimos quince años son una referencia para nosotros.
Sin embargo, su texto abre una serie de matices e incluso, en ocasiones, desacuerdos que es necesario examinar. Lo hago aquí, en particular, a la luz de la teoría de la era del pueblo, presentada de forma muy completa en la obra Faites mieux : vers la révolution citoyenne (Hacedlo mejor: hacia la revolución ciudadana), y de los análisis destacados en el último libro del Instituto La Boétie, Nouveau peuple, nouvelle gauche (Nuevo pueblo, nueva izquierda).
Un problema determinante
Curiosa pregunta, que se propone sondear la esencia de un movimiento político, como si sondease el corazón de un ser humano. «Anticapitalista» solo puede designar dos cosas: un cuestionamiento de una relación social de dominación en la distribución de la riqueza producida y una forma de organización de las reglas del intercambio en la sociedad. Ambos tienen su propia historia cuando se adaptan a las situaciones que crean con su actividad. Surge un problema para el análisis cada vez que se quiere congelar la realidad del capitalismo en una forma atemporal y ahistórica.
Es el caso de Lordon, que a lo largo de su texto llega a evaluar el «anticapitalismo» a la luz de una definición general y que puede ser fija, del capitalismo. Su argumentación comienza, por otra parte, retomando la crítica de Evgeny Morozov al concepto de «tecnofeudalismo» propuesto por el economista Cédric Durand para describir los cambios en el modo de producción introducidos por el auge del capital digital. Para Morozov, al igual que para Lordon, los capitalistas digitales no hacen más que aplicar las recetas de todos los capitalistas desde el siglo XIX. En el centro de su argumento, las colosales inversiones realizadas en infraestructuras por las grandes empresas digitales demostrarían que la lógica del desarrollo de las fuerzas productivas mediante la reinversión de una parte de la plusvalía sigue vigente hoy en día. Nada nuevo bajo el sol, pues.
Cédric Durand refutó esta crítica mostrando claramente la naturaleza diferente de las inversiones de los señores de la tecnología con respecto a las del capital industrial de antaño. Los primeros buscan el control, la ampliación de su ámbito de recopilación de datos, su dominio sobre la producción y la circulación de información y conocimientos, reforzando así su capacidad para obtener rentas. Esto es diferente de las inversiones destinadas a mejorar la eficiencia del proceso de producción industrial. Este debate sobre el tecnofeudalismo solo proporciona el gancho del texto de Lordon. No voy a entrar en la defensa de la noción, que ha sido desarrollada más ampliamente por el propio Durand en un artículo publicado en Contretemps[1].
Es sintomático de un rasgo central del razonamiento del economista y filósofo. El capitalismo se reduce a una serie de principios fundamentales, que, por cierto, Lordon cita. Para él, describir el capitalismo es, ante todo, disipar los ropajes y oropeles particulares de la época para llegar a esos principios atemporales. En cualquier caso, habría un nivel de verdad superior a este ejercicio en lugar de la simple descripción de una formación histórica en evolución.
Por supuesto, no se trata de un razonamiento caricaturesco por parte de Lordon, que es un espíritu agudo. Pero en el análisis, como él mismo escribe, de «este» capitalismo o «el» capitalismo, prevalece el segundo término. Para nosotros, que intentamos desarrollar la teoría de la era del pueblo como una nueva rama del materialismo histórico, ocurre lo contrario. Creemos que la verdad útil para la acción revolucionaria se encuentra, en palabras de un famoso comunista, en «el análisis concreto de una situación concreta»[2]. Y este análisis concreto nos lleva a ver en el sistema económico contemporáneo, no una serie de leyes inmutables que se transmiten desde el pasado, sino una nueva forma, que llamamos capitalismo tributario.
El capitalismo tributario
¿Cómo podría haber permanecido igual el modo de producción capitalista desde el siglo XIX? Cuando se desarrolló por primera vez en su forma industrial, era en un mundo con mil millones de seres humanos. Hay que precisar que, en aquella época, una parte nada desdeñable de la población humana vivía al margen de las relaciones sociales capitalistas. La inmensa mayoría de las personas procedían entonces de un mundo rural, campesino y semiautárquico… ¡y seguirían allí durante muchas décadas!
Hoy en día, el capital se despliega en un mundo con 8000 millones de seres humanos, en el que la mayoría vive en ciudades. La consecuencia lógica es una formidable profundización y complejización de la división del trabajo: entre trabajadores, pero también entre unidades de producción y entre países. De ahí el papel preponderante que ocupa hoy en día la acumulación en la esfera de la circulación y los intercambios. La intuición (genial) de Marx, en El capital, es más bien que hay que revelar lo que ocurre de fundamental en la esfera de la producción. Escribe estas famosas líneas, justo cuando su exposición abandona la esfera de la circulación para pasar a la de la producción:
«Así pues, junto con el poseedor del dinero y el poseedor de la fuerza de trabajo, abandonaremos esta esfera ruidosa donde todo sucede en la superficie y a la vista de todos, para seguirlos a ambos al laboratorio secreto de la producción, en cuya puerta se lee: No se admite el público. Allí veremos no solo cómo produce el capital, sino también cómo se produce él mismo. La fabricación de la plusvalía, ese gran secreto de la sociedad moderna, se desvelará por fin. »
Pero hoy en día, con la evolución del capitalismo, habría que hacer casi lo contrario. No negar «la fabricación de la plusvalía» en la esfera de la producción, sino desvelar esta vez los «grandes secretos de la sociedad moderna» en la esfera de la circulación, que se ha vuelto tan compleja y esencial para el propio proceso de valorización.
En este punto, podemos refutar un nuevo argumento utilizado por Lordon para descalificar la hipótesis tecnofeudal (pero con ella, también rechaza la del capitalismo tributario, como explica a continuación). En esencia, dice: la prueba de que el capitalismo digital no presenta nada nuevo es que se podrían aplicar los mismos criterios al capitalismo petrolero durante los «treinta gloriosos», e incluso hoy en día.
Es cierto que el capital fósil ocupaba un lugar destacado entre las primeras empresas del mundo durante los «treinta gloriosos». Según una clasificación de la revista Forbes en 1955, tres de las diez empresas más grandes. Pero en esta clasificación también se encuentran industrias como General Motors, US Steel, General Electric o Chrysler. Hoy en día, siete de las diez empresas más grandes son empresas digitales. Y no hay ninguna empresa industrial. Entre las cinco más grandes, la única que no es un gigante tecnológico es, de hecho, una empresa petrolera.
En nuestra época, el argumento de Lordon ya es más válido, pero más bien en el sentido de una especificidad del capital fósil, al igual que existe una especificidad del capital digital. De hecho, el volumen del comercio mundial, que en un 90 % se transporta por vía marítima en barcos que consumen petróleo, se ha multiplicado por 43 desde 1950. Es evidente que el sector de la energía fósil, que permite esta formidable expansión de la esfera de circulación de mercancías, ha adquirido ahora un lugar de otra naturaleza. Todo el sistema de producción, consumo e intercambio depende mucho más de él. La petro-oligarquía forma parte de los amos del capitalismo tributario. Aquí empezamos a ver el interés de centrarnos en «este» capitalismo en lugar de en «el» capitalismo.
Las redes
El análisis que identifica en nuestra época los puntos nodales, los actores estratégicos, las claves del sistema es más útil para la acción que aquel que quiere borrar la situación concreta para dejar aparecer solo las leyes inmutables. En este sentido, no es inútil actualizar las herramientas teóricas marxistas de análisis del capitalismo.
Esto es lo que hace, por ejemplo, Ulysse Lojkine en su notable obra Le fil invisible du capital : déchiffrer les mécanismes de l’exploitation (El hilo invisible del capital: descifrar los mecanismos de la explotación). Lojkine se esfuerza por actualizar la teoría de la explotación. Su gran aportación es descentrar la relación salarial en los mecanismos de apropiación del trabajo ajeno en el capitalismo. Pone de relieve otros tipos de relaciones de explotación. En primer lugar, la explotación comercial, es decir, a través de la subcontratación y las relaciones desiguales entre empresas. En el capitalismo contemporáneo, marcado por la fragmentación de las cadenas de valor, esta forma es predominante. Crea una fuerte jerarquía entre las empresas y un lugar especial para aquellas que logran controlar estas cadenas de valor.
De hecho, según Cédric Durand, es este poder sobre la organización global de la producción lo que fundamenta en parte el dominio de los señores de la tecnología. Lojkine también habla del lugar cada vez más importante que ocupa la explotación por renta: a través de la propiedad intelectual o del mercado inmobiliario. Lo mismo ocurre con la explotación financiera. El auge de estos otros tipos de explotación responde a una lógica de expansión del capitalismo. La novedad conceptual de Lojkine consiste en no considerar estos tipos de explotación como derivados de la explotación salarial. Esta última tiene una especificidad con respecto a las demás, nos dice, y es que permite el desarrollo de las fuerzas productivas.
Ahora bien, ¿qué hemos visto durante medio siglo? Un capitalismo que parece haber acabado con esta misión histórica. Un capitalismo en ralentí, que se refleja en la disminución progresiva y continua de las tasas de crecimiento y en la desaceleración del crecimiento de la productividad. Esto nos lleva a plantear la hipótesis de que las explotaciones comerciales, financieras y rentistas están ocupando un lugar cada vez más importante en el sistema en relación con la explotación salarial. A partir de ahí, Lojkine nos propone considerar el capital no solo como una «relación de producción», sino también como una «relación de coordinación».
Aquí se percibe una afinidad —aunque ambos no dicen exactamente lo mismo— con la tesis del capitalismo tributario defendida por Jean-Luc Mélenchon. Se trata también de una inversión de la inversión realizada por Marx en El capital entre la esfera de la circulación y la esfera de la producción. El verdadero poder del capital, hoy en día, residiría en su capacidad para organizar la producción y el consumo a escala planetaria. Y, por lo tanto, para controlar la circulación de capitales, mercancías, trabajadores y consumidores, así como su coordinación en un sistema global.
Esta es la razón de la centralidad de las redes en el capitalismo tributario. Son las infraestructuras que organizan esta circulación global sin la cual no hay valorización del capital. Ya sea para la coordinación de las cadenas de valor, para las redes digitales, logísticas o financieras, para la del consumo, para las redes urbanas de agua, energía, gran distribución, o incluso para la reproducción de las redes de salud o educación: quienes las poseen y controlan ganan un poder superior sobre el conjunto de la sociedad. Forman la oligarquía. La de Elon Musk, señor feudal digital; la de Donald Trump, magnate inmobiliario; la de Xavier Niel, multimillonario de las telecomunicaciones; la de Vincent Bolloré y Rodolphe Saadé, fortunas amasadas en la logística, y así sucesivamente. Identificar esto no es poca cosa.
No se trata, contrariamente a lo que parece decir Lordon, de intentar eludir el hecho de tener como enemigo al capitalismo en general. Al contrario, se trata de generar una visión útil para enfrentarlo de manera concreta. Es disponer de las claves de comprensión necesarias para identificar el problema de los desiertos de redes como una nueva cuestión social. O el del coste de la vivienda y, con él, el acceso a la ciudad. O el papel estratégico de la táctica del «bloqueo de flujos» en los movimientos sociales. Más que ser anticapitalista como profesión de fe, es ser revolucionario como acto de lucha.
Clase y pueblo
La crítica de Lordon a la hipótesis tecnofeudal y, más ampliamente, a la actualización del análisis del capitalismo, lleva a la actualización de la teoría de clases. Comienza elogiando el trabajo teórico realizado por el libro del Instituto La Boétie Nouveau peuple, nouvelle gauche (Nuevo pueblo, nueva izquierda) para desvincular el tema revolucionario de la figura del «proletariado obrero» masculino y blanco y poner de relieve todas las nuevas configuraciones que existen. A continuación, lamenta que esta diversidad de situaciones de dominación se reduzca, según la teoría de la era del pueblo, a un único criterio: la dependencia de las redes. Sin embargo, él mismo acaba restableciendo la superioridad de un criterio sobre los demás, de una situación sobre las demás, la de la explotación en la producción, el «corazón del reactor», como él mismo escribe.
Veamos cómo se puede articular todo esto de otra manera. Los investigadores que contribuyen al libro del Instituto La Boétie muestran, en efecto, una pluralidad de situaciones, cada una de las cuales puede asimilarse a una situación de clase, ya que traduce una forma de dominación del capitalismo: precariedad, trabajo no asalariado, sexismo, racismo, relegación espacial, etc. Todo ello forma un agregado social que corresponde a la extensión del capitalismo que hemos descrito. Esta pluralidad es, en efecto, como escribe Lordon (antes de volver a poner en escena la prioridad de la esfera de la producción), insuperable.
La teoría de la «era del pueblo» parte de esta constatación, no para borrar la especificidad de las experiencias de clase bajo el capitalismo del siglo XXI, sino para identificar el elemento común que engloba todas estas situaciones. Lo hace siguiendo el mismo movimiento que para el análisis del capitalismo, es decir, pasando de la esfera de la producción a la de la circulación y los intercambios. De ahí la centralidad de la condición urbana moderna, definida como la obligación de acceder a las redes para producir y reproducir su existencia material. No homogeneiza a la multitud, la federa. Tal es, pues, el pueblo.
Contradicción principal y dominante
El argumento de Lordon culmina al caracterizar el proyecto propuesto por La France insoumise como un sucedáneo de la revolución socialista, una versión «light», por así decirlo. Según él, el enfrentamiento del pueblo con la oligarquía dejaría de lado, de manera decisiva, ciertas cuestiones esenciales, como la de la «propiedad lucrativa de los medios de producción». Una vez más, el defecto de esta crítica es presentar los retos de una manera demasiado general y abstracta, y no lo suficientemente concreta y estratégica.
El análisis del capitalismo tributario y de la estructura de clases que se deriva de él abre el camino a la recomposición, en nuestro beneficio, del campo colectivista. El pueblo, ya que la teoría ofrece una definición lo suficientemente amplia como para abarcar todo el conjunto social que se encuentra ahora bajo el dominio del capital tributario, incluye categorías que solían excluirse de los límites del sujeto revolucionario: autónomos, artesanos, pequeños empresarios. De hecho, estos también son explotados por el capital tributario. Muchas pequeñas empresas están absolutamente dominadas por las fuerzas del capital digital, financiero, inmobiliario, energético, etc. Los dirigentes de estas empresas tienen objetivamente un interés común con el resto del pueblo en la confrontación con la oligarquía y en la colectivización de las redes.
Por supuesto, se objetará que esta propuesta ignora las fuertes contradicciones entre los pequeños empresarios y sus empleados en materia de salarios, condiciones de trabajo y poder en la empresa. Es evidente que existe el potencial reaccionario de esta fracción del pueblo, al mismo tiempo que su potencial progresista. Su alineamiento con los intereses específicos de los asalariados —otra fracción del pueblo— es la condición necesaria para la formación de un frente antioligárquico. Pero, al mismo tiempo, el frente antioligárquico es también la herramienta para movilizar a los pequeños empresarios en un sentido revolucionario.
En el pequeño libro que firma para el Instituto La Boétie, «¿Hay que prescindir de lo digital para salvar el planeta?», Cédric Durand se refiere a Mao para justificar una idea adyacente: el frente antitecnofeudal. El revolucionario chino escribió en 1937 un famoso texto, De la contradicción. En él defiende la idea de que, ante una agresión imperialista, la contradicción dominante pasa a ser la lucha contra el agresor, en lugar de las luchas entre clases y fracciones de clases nacionales. Pero también muestra cómo es a través de la lucha antiimperialista como se resolverá la lucha de clases nacional (la llamada «contradicción principal»).
Retomando a Zizek explicando a Mao y citado por Durand, «en cada situación concreta reside una contradicción «particular» distinta, en el sentido preciso de que, para ganar la batalla de la contradicción principal, conviene tratar una contradicción particular como la contradicción predominante». Así, la lucha del pueblo contra la oligarquía es, en nuestra situación concreta, la contradicción dominante. Sin embargo, no anula la diversidad de otras contradicciones que existen en este agregado social. Al contrario, es el camino por el que se pueden resolver las demás contradicciones, en el marco de una lucha a muerte con la oligarquía.
¿Es La France insoumise revolucionaria?
¿Es La France insoumise anticapitalista? Sin duda, ya que tanto en la práctica como en la teoría, se esfuerza por abordar las contradicciones más importantes del capitalismo de nuestra época. Pero, ¿es esa la pregunta correcta? Para un movimiento político, la pregunta pertinente debería ser más bien: ¿es La France insoumise revolucionaria?
En La ideología alemana, Marx y Engels escribieron: «Llamamos comunismo al movimiento real que abolió el estado actual y su conciencia». Los fundadores del movimiento comunista hacían hincapié en la práctica concreta de la lucha de clases. Marx afirma: «El proletariado es revolucionario o no es nada». Para responder a nuestra pregunta, son «comunistas» y, por lo tanto, anticapitalistas, aquellos que son revolucionarios. Y los revolucionarios son aquellos que contribuyen a la lucha de clases en un sentido revolucionario. Su intervención en las instituciones, en los movimientos sociales, su forma de participar en las elecciones y su programa: todo en La France insoumise se ajusta perfectamente a esta definición.
La idea de que su programa sea revolucionario es objeto de debate en la extrema izquierda. A veces se dice que es socialdemócrata, menos ambicioso que el programa común. Pero eso es pasar por alto lo esencial. El programa revolucionario es aquel cuya aplicación desencadenará el enfrentamiento abierto en la contradicción dominante de la época. ¿Quién negaría que L’Avenir en Commun obliga a enfrentarse a la oligarquía? No Fréderic Lordon, que ya lo ha dicho y escrito. Por último, L’Avenir en Commun pretende construir el colectivismo, el comunismo en el sentido marxista, a partir de «las premisas actualmente existentes», como escriben Marx y Engels en la siguiente frase de La ideología alemana.
Estas premisas, en nuestra situación, son de varios tipos. Está la sociedad urbana de redes, que ya es una forma avanzada de colectivización de la vida cotidiana, pero que ha sido vampirizada por el capital. La extensión de tres lógicas también contribuye a construir el colectivismo a partir de lo «ya existente»: la de los servicios públicos, la de la seguridad social y la del plan. La dinámica que suscita este «ya existente» anticapitalista no carece de precedentes en la historia de las contradicciones revolucionarias que actúan en un orden social. Ya fue la que impulsó la transición revolucionaria del sistema feudal a la dominación burguesa a través de las cartas y corporaciones que introdujeron en el orden feudal, donde dominaba la relación entre el señor y el siervo, la contradicción del orden protoburgués.
Notas
[1] Véase: https://www.contretemps.eu/capitalisme-numerique-technofeodalisme-durand-morozov
[2] Lenin, Obras – T. XXXI (abril-diciembre de 1920)
9. Resumen de la guerra en Palestina, 11 de noviembre de 2025.
El seguimiento en directo de Middle East Eye.
https://www.middleeasteye.net/live/live-israel-dropped-153-tonnes-bombs-gaza-sunday
En directo: Ron Dermer, principal asesor de Netanyahu, dimite
Mientras tanto, Israel ha matado a casi 250 palestinos desde que comenzó el alto el fuego
Puntos clave
El número total de muertos en Gaza supera los 69 000
Francia y la Autoridad Palestina crean un comité para el Estado palestino
6000 amputados en Gaza necesitan atención urgente
Actualizaciones en directo
Nuestro blog en directo cerrará en breve hasta mañana por la mañana.
Estos son los acontecimientos más destacados del día:
– El ministro de Asuntos Estratégicos israelí, Ron Dermer, que desempeñó un papel clave en las negociaciones del alto el fuego en Gaza y cultivó estrechos vínculos con funcionarios estadounidenses desde su etapa como embajador en Washington, ha dimitido de su cargo.
– Un funcionario israelí citado por el Times of Israel ha desmentido una información publicada por Yedioth Ahronoth según la cual Estados Unidos e Israel han acordado un plan para deportar a 200 combatientes de Hamás desde Gaza.
– Unicef ha afirmado que Israel está impidiendo la entrada en Gaza de artículos esenciales, entre ellos 1,6 millones de jeringuillas y neveras solares utilizadas para almacenar viales de vacunas.
– El Ministerio de Salud palestino en Gaza ha declarado que 6000 amputados necesitan rehabilitación urgente.
– Con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, en París el martes para reunirse con el presidente francés, Emmanuel Macron, ambas partes han anunciado la creación de un comité conjunto destinado a consolidar un Estado palestino.
– Mustafa Ayyash, el periodista palestino que fundó el medio de comunicación Gaza Now en las redes sociales, será expulsado por los Países Bajos a Austria, lo que hace temer que pueda ser entregado a las autoridades israelíes.
– Aysam Mualla, de trece años, que llevaba un mes en coma tras inhalar gas lacrimógeno lanzado por soldados israelíes, ha sucumbido a sus heridas en Beita, al sur de Nablus, en la Cisjordania ocupada.
Los huzíes de Yemen han sugerido que dejarán de atacar a Israel y a los buques del Mar Rojo tras el alto el fuego en Gaza, en una carta compartida en una publicación en X que indica que el grupo busca superar el conflicto de dos años.
«Ha presentado al mundo entero el mayor ejemplo de firmeza islámica», decía una carta dirigida a Hamás por el jefe del Estado Mayor del ejército huzí, el general de división Yusuf Hassan al-Madani, añadiendo que el grupo había derrotado a «los imperios más fuertes del dinero, la fe y la tecnología».
La carta, sin fecha, publicada por los huzíes el domingo, agradecía a Hamás sus condolencias por la muerte del jefe del Estado Mayor militar de los huzíes, el general de división Mohammed Abdul Karim al-Ghamari.
Los Estados Unidos están sopesando un plan para construir viviendas para miles de palestinos «seleccionados» detrás de la llamada línea amarilla en Gaza, ocupada por las tropas israelíes, según un informe de The Atlantic publicado el lunes.
Los funcionarios estadounidenses e israelíes que trabajan en el plan lo denominaron «comunidades seguras alternativas». Los palestinos serían seleccionados por su sentimiento «anti-Hamás» antes de que se les permitiera entrar en los recintos.
La propuesta fue discutida en un correo electrónico por el teniente general estadounidense Patrick Frank, que dirige el centro de coordinación civil-militar que supervisa el alto el fuego en Gaza, que se ha visto empañado por las continuas violaciones israelíes.
La agencia de noticias Wafa informó el martes que Aysam Mualla, de 13 años, que llevaba un mes en coma tras inhalar gas lacrimógeno lanzado por soldados israelíes, sucumbió a sus heridas en Beita, al sur de Nablus, en la Cisjordania ocupada.
Mualla sufrió sus heridas cuando las fuerzas israelíes atacaron a recolectores de aceitunas palestinos en la zona de Jabal Qamas, en Beita, el mes pasado.
Un funcionario israelí niega la información de que se enviará al exilio a combatientes de Hamás
Un funcionario israelí citado por el Times of Israel el martes ha negado una información de Yedioth Ahronoth según la cual Estados Unidos e Israel han acordado un plan para deportar a 200 combatientes de Hamás desde Gaza.
Mustafa Ayyash, el periodista palestino que fundó el medio de comunicación Gaza Now en las redes sociales, será expulsado por los Países Bajos a Austria, lo que hace temer que pueda ser entregado a las autoridades israelíes, según informó Al Jazeera el martes.
Ayyash fue detenido en septiembre y acusado por la fiscalía de canalizar dinero a Hamás. Sus abogados niegan las acusaciones.
En un comunicado, Gaza Now afirmó que Ayyash «representa la voz libre de Palestina, y cualquier amenaza a su seguridad personal o a la libertad de prensa constituye una violación de las leyes internacionales relativas a la libertad de los medios de comunicación y la protección de los periodistas».
«La agencia hace un llamamiento a la comunidad internacional y a las organizaciones de derechos humanos para que sigan de cerca su caso y tomen las medidas necesarias para garantizar su seguridad y protección frente a cualquier amenaza potencial durante el proceso de deportación».
El ministro de Asuntos Estratégicos israelí, Ron Dermer, dimite: Informe
El ministro de Asuntos Estratégicos israelí, Ron Dermer, que desempeñó un papel clave en las negociaciones del alto el fuego en Gaza y cultivó estrechos vínculos con funcionarios estadounidenses desde su etapa como embajador en Washington, ha dimitido de su cargo, según informaron los medios israelíes el martes.
Kushner y Netanyahu deciden deportar a los combatientes de Hamás: Informe
El medio de comunicación israelí Yedioth Ahronoth informó el martes que la reunión del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, con el yerno del presidente estadounidense, Jared Kushner, ha dado lugar a la decisión de «deportar a los 200 combatientes de Hamás atrapados en los túneles bajo Rafah».
No está claro si Hamás fue informado de la decisión a través de los mediadores Egipto y Qatar.
Kushner, que es amigo íntimo de la familia Netanyahu desde su infancia, también se reunió con el líder de la milicia palestina respaldada por Israel, Yasser Abu Shabaab, durante su parada en el centro de mando conjunto estadounidense-israelí en Kiryat Gat, según informó la cadena Al-Arabiya.
Francia y la Autoridad Palestina crearán un comité destinado a la creación de un Estado palestino
Con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, en París el martes para reunirse con el presidente francés, Emmanuel Macron, ambas partes han anunciado la creación de un comité conjunto destinado a consolidar un Estado palestino, según informó Reuters.
Colonos israelíes incendian una zona industrial palestina cerca de Tulkarm
Colonos israelíes lanzaron esta tarde un ataque incendiario a gran escala contra zonas industriales y agrícolas al este de Tulkarm, lo que provocó importantes incendios y causó heridas a varios palestinos.
Testigos dijeron a la Agencia Palestina de Noticias e Información que los colonos incendiaron varios vehículos, entre ellos cuatro camiones pertenecientes a una fábrica de productos lácteos en la zona industrial de Al-Lada’in, cerca de Beit Lid, y causaron daños a las propias instalaciones. Los colonos también destruyeron tierras de cultivo cercanas, cobertizos metálicos y tiendas de campaña utilizadas por una pequeña comunidad beduina que vive en la zona.
Israel bloquea un millón de jeringuillas necesarias para vacunar a los niños de Gaza, según Unicef
Unicef afirmó el martes que Israel está bloqueando la entrada en Gaza de artículos esenciales, entre ellos 1,6 millones de jeringuillas y neveras solares utilizadas para almacenar viales de vacunas.
La advertencia se produce mientras Unicef trabaja para llevar a cabo una campaña de vacunación infantil masiva bajo el frágil alto el fuego, que Israel ha violado 282 veces desde octubre.
Las jeringuillas, junto con los biberones para leche maternizada, llevan desde agosto esperando el despacho de aduanas, lo que pone en peligro a miles de niños, ya que los servicios sanitarios de la Franja sitiada siguen destrozados tras dos años de genocidio por parte de Israel.
Israel derriba más de diez tiendas palestinas en el sur de Israel
Israel derribó más de diez tiendas en la localidad palestina de Laqiya, en el Negev, el martes por la mañana, lo que provocó la indignación de los residentes y los propietarios de los negocios.
La medida se produce en medio de una campaña militar más amplia dirigida contra varias comunidades palestinas del sur de Israel, en la que Israel impone políticas restrictivas sin ofrecer un marco de planificación que permita una actividad económica estable.
Los propietarios de las tiendas afirmaron que los negocios demolidos sustentaban a decenas de familias y que no se les había ofrecido ninguna alternativa ni opción de licencia. El mismo día, el ejército israelí emitió órdenes de demolición para siete estructuras agrícolas al oeste de Belén, en la Cisjordania ocupada.
Macron recibirá a Abbas en París para hablar sobre el alto el fuego en Gaza y la futura gobernanza
El presidente francés, Emmanuel Macron, se reunirá con el presidente palestino, Mahmoud Abbas, el martes en París, con el objetivo de impulsar la plena aplicación del acuerdo de alto el fuego en Gaza.
Abbas, considerado el artífice de las relaciones diplomáticas con Israel, ha sido presidente de la Autoridad Palestina durante casi dos décadas. La Autoridad Palestina, que solo ejerce un control limitado sobre algunas partes de Cisjordania, está siendo propuesta ahora por los líderes occidentales como posible autoridad gobernante en Gaza en virtud del acuerdo de alto el fuego.
La reunión se produce tras la decisión de Francia en septiembre de reconocer un Estado palestino en una cumbre de las Naciones Unidas.
El Al Israel Airlines registró un aumento del 8 % en sus beneficios trimestrales, beneficiándose de la suspensión de vuelos a Israel por parte de las aerolíneas extranjeras durante el genocidio en Gaza, según Reuters.
Algunas compañías internacionales reanudaron sus vuelos en agosto, mientras que otras anunciaron que los reanudarían tras el acuerdo de alto el fuego negociado por Estados Unidos entre Israel y Hamás en octubre.
Un informe acusa a Israel de torturar «sistemáticamente» a los prisioneros palestinos
Israel está llevando a cabo «una práctica organizada y sistemática de tortura sexual» contra los prisioneros palestinos de Gaza que se encuentran bajo su custodia, según un nuevo informe de una importante organización de derechos humanos.
Investigadores y abogados del Centro Palestino para los Derechos Humanos (PCHR) entrevistaron a hombres y mujeres de la Franja de Gaza que habían sido liberados de la detención israelí. Los detenidos relataron violaciones, desnudamientos forzados, grabaciones de abusos, agresiones sexuales con objetos y perros y humillaciones psicológicas.
«Deseaba morir en todo momento», dijo una madre de 42 años que fue detenida mientras cruzaba un puesto de control israelí en el norte de Gaza en noviembre de 2024.
Ella le dijo al PCHR que sufrió violaciones repetidas y abusos físicos que continuaron durante días.
La exprisionera describió cómo la desnudaron, le aplicaron descargas eléctricas, la golpearon y la grabaron mientras estaba desnuda.
Soldados cierran la puerta del centro de detención de Sde Teiman tras la llegada de la policía militar israelí como parte de una investigación sobre los abusos a un detenido palestino, 29 de julio de 2024 (Reuters/Amir Cohen)
El déficit fiscal de Israel sigue aumentando en medio de una fuerte caída de los ingresos
El déficit fiscal de Israel siguió aumentando en octubre, alcanzando el 4,9 % del PIB en medio de una fuerte caída de los ingresos públicos, según un informe publicado por el periódico israelí Calcalist.
El informe señala que el déficit total alcanzó unos 31 300 millones de dólares durante los últimos 12 meses, lo que refleja la creciente brecha entre el gasto público y los ingresos.
Israel tiene un déficit anual de casi el 5,1 % del PIB, según el informe, que cita estimaciones del Banco de Israel.
Las autoridades de Gaza afirman que 6000 personas amputadas carecen de acceso a atención médica
El Ministerio de Salud palestino en Gaza afirmó el martes que 6000 casos de amputación registrados en el Ministerio de Salud requieren rehabilitación urgente.
El ministerio, en un comunicado, dijo que los niños representan el 25 % del número total de casos de amputación, mientras que las mujeres representan el 12,7 %.
«La escasez de recursos médicos y dispositivos de asistencia está agravando el sufrimiento de los heridos que han perdido extremidades», afirma el comunicado.
El ministerio instó a las organizaciones internacionales a intervenir urgentemente para satisfacer las necesidades de los heridos, en medio de una catástrofe humanitaria cada vez más grave en la Franja de Gaza.
Ministerio de Salud: tres palestinos muertos en 24 horas, el número total asciende a 69 182
El Ministerio de Salud de Gaza informó el martes de que, en las últimas 24 horas, las fuerzas israelíes han matado a tres palestinos en todo el enclave y una persona ha resultado herida debido a la agresión israelí.
«El balance total de la agresión israelí ha ascendido a 69 182 mártires y 170 694 heridos desde el 7 de octubre de 2023», según el comunicado.
Desde el inicio del alto el fuego, las fuerzas israelíes han matado al menos a 245 palestinos, mientras que otros 623 han resultado heridos, según el ministerio, que añadió que sus equipos han recuperado hasta ahora 529 cadáveres de entre los escombros.
El comunicado afirma que muchas víctimas siguen bajo los escombros y en las carreteras, ya que las ambulancias y los equipos de defensa civil no han podido llegar hasta ellos hasta ahora.
Cuatro quintas partes del suministro de agua en Gaza están contaminadas, según la Media Luna Roja
Bashar Murad, director de programas de salud de la Sociedad de la Media Luna Roja Palestina, afirmó el martes que el 80 % del agua de la Franja de Gaza está completamente contaminada, según informó Al Jazeera.
Murad afirmó que esto ha «provocado un aumento de los casos de hepatitis C, con más de 70 000 casos registrados» desde el inicio del genocidio en 2023.
El 3 de noviembre, las Naciones Unidas afirmaron que más del 81 % de todos los edificios de Gaza han sido dañados o destruidos por los implacables bombardeos de Israel.
Citando datos satelitales, el portavoz adjunto del secretario general de la ONU confirmó que el 81 % de las estructuras del enclave han sufrido destrucción, lo que subraya la magnitud catastrófica del ataque de Israel contra el enclave, que ha sido reconocido como genocidio por la ONU.
Barrios enteros de Gaza han quedado reducidos a escombros, dejando a familias desplazadas y destruyendo infraestructuras esenciales.
La fiscalía israelí solicita al tribunal la confiscación de 50 embarcaciones de la Flotilla Sumud
La fiscalía israelí solicitó el lunes al tribunal la confiscación de 50 embarcaciones que intentaron romper el bloqueo naval ilegal de Israel sobre Gaza, lo que provocó una hambruna masiva en el enclave, según informaron los medios locales.
La Flotilla Global Sumud zarpó en agosto e incluía docenas de embarcaciones y cientos de activistas de múltiples países. La marina israelí interceptó la flotilla a principios de octubre y detuvo a más de 400 activistas, parlamentarios y abogados.
Los activistas de la flotilla afirmaron haber sufrido malos tratos y violaciones de sus derechos por parte de las autoridades israelíes.
El ministro israelí Itamar Ben Gvir repartió dulces en el Parlamento el lunes después de que un proyecto de ley que permite la pena de muerte para los presos palestinos superara su primera lectura.
El proyecto de ley fue aprobado por una mayoría de 39 de los 120 miembros del Knesset, con 16 votos en contra en el Parlamento israelí.
Permitiría a los jueces imponer la pena de muerte a los palestinos condenados por matar a israelíes por motivos «nacionalistas».
La legislación no se aplicaría a los israelíes que mataran a palestinos en circunstancias similares.
El proyecto de ley ahora requiere dos lecturas más en la Knesset antes de que pueda convertirse en ley oficial.
Hamás calificó la legislación de «fascista y sádica» y pidió una acción global contra Israel, incluyendo «sanciones disuasorias».
La Yihad Islámica afirmó que la aprobación del proyecto de ley era «una peligrosa escalada criminal».
El ministro de Seguridad Nacional israelí, Itamar Ben Gvir, camina por el interior del Knesset el 13 de octubre de 2025 (Reuters/Chip Somodevilla)
Aviones de combate israelíes lanzan dos ataques aéreos sobre Jan Yunis, en Gaza
Aviones de combate israelíes lanzaron el martes dos ataques aéreos al este de la ciudad de Jan Yunis, en Gaza, según informaron los medios locales.
La oficina de prensa de Gaza afirmó el lunes que Israel ha violado hasta ahora 282 veces el acuerdo de alto el fuego del 10 de octubre, durante el cual ha matado a 242 palestinos y herido a 620.
Israel detiene a un residente de Tel Aviv acusado de espiar para Irán
La agencia de inteligencia israelí Shin Bet detuvo el lunes en Tel Aviv a un hombre de 27 años sospechoso de colaborar con los servicios de inteligencia iraníes, según informó Yedioth Ahronoth.
El informe afirma que el residente de Tel Aviv supuestamente espiaba para Irán a cambio de pagos en criptomonedas para «grabar varios lugares públicos».
La policía israelí afirmó que la investigación del ordenador portátil del hombre reveló que estaba en contacto con agentes iraníes a través de las redes sociales.
Un empleado de la embajada británica en Tel Aviv posee una propiedad en un asentamiento construido por una organización sancionada por Gran Bretaña, según informó el medio de comunicación The National News .
Gila Ben-Yakov Phillips, empleada desde hace mucho tiempo de la embajada británica en Tel Aviv, es propietaria de una vivienda en Kerem, según muestran los registros oficiales.
El asentamiento en la Cisjordania ocupada, donde Phillips es propietaria desde 2022, se considera ilegal según el derecho internacional.
El informe afirma que el asentamiento es un proyecto de Amana, una organización de colonos a la que el Reino Unido sancionó en 2024.
Estados Unidos planea establecer una base militar en Gaza, según informan los medios israelíes
Estados Unidos planea establecer una base militar en Gaza, según informó la agencia de noticias Yedioth Ahronoth, citando una fuente israelí.
La noticia se produce mientras el Gobierno turco está ultimando los planes que darían lugar al despliegue de cientos de soldados en Gaza como parte de una fuerza internacional de mantenimiento de la paz, mientras continúan las negociaciones con Estados Unidos e Israel sobre la cuestión.
Fuentes familiarizadas con el asunto han informado a MEE de que una brigada de mantenimiento de la paz, que se estima que contará con al menos 2000 soldados, ha estado reclutando personal de todo el país en las últimas semanas.
El contingente, que se uniría a la fuerza internacional de estabilización en Gaza junto con otros países socios, estará compuesto por soldados de múltiples ramas del ejército con experiencia previa en mantenimiento de la paz y zonas de conflicto.
El plan de paz para Gaza, negociado por el presidente estadounidense Donald Trump, prevé que Turquía sea uno de los países líderes que se haga cargo de grandes extensiones de territorio en el enclave palestino que actualmente controla Hamás.
El Movimiento de Resistencia Islámica Hamás afirmó el martes que la ratificación de la ley para ejecutar a los prisioneros palestinos es «una prolongación del enfoque racista sionista y un intento de legitimar el asesinato en masa contra nuestro pueblo».
Hamás calificó el proyecto de ley israelí como «una peligrosa escalada criminal dentro del exterminio sistemático y la limpieza étnica contra» el pueblo palestino.
El Knesset israelí presentó un proyecto de ley para imponer la pena de muerte a los prisioneros palestinos condenados por matar a israelíes por «motivos nacionalistas».
En la primera lectura, 39 miembros aprobaron el proyecto de ley, mientras que otros 16 se opusieron.
Un proyecto de ley debe superar la tercera y última fase de votación por mayoría simple para convertirse en ley.
La legislación, defendida por el ministro de Seguridad Nacional de extrema derecha Itamar Ben Gvir, fue aprobada por el Comité de Seguridad Nacional del Knesset el 3 de noviembre, lo que provocó la condena generalizada de los grupos de derechos humanos.
Recuperados los cadáveres de dos palestinos tras una incursión israelí en una casa de Gaza
Los cadáveres de dos palestinos muertos en una incursión israelí en una casa de Jan Yunis fueron recuperados el martes en Gaza, informó Al Jazeera.
Al menos 242 palestinos han muerto y otros 622 han resultado heridos en violaciones israelíes del acuerdo de alto el fuego, según informó el martes el Ministerio de Salud palestino en Gaza.
El lunes, el ministerio afirmó en un comunicado que el número de muertos por el genocidio de Israel desde octubre de 2023 ha ascendido a 69 179, mientras que otros 170 693 han resultado heridos. Miles más están desaparecidos y se presume que han muerto.
El ministro de Seguridad Nacional israelí, Itamar Ben Gvir, repartió dulces en la Knesset el lunes para celebrar que los legisladores votaran a favor de un proyecto de ley que impondría la pena de muerte a los «terroristas», la primera de las tres votaciones necesarias para que se convierta en ley.
Treinta y nueve legisladores votaron a favor del proyecto de ley, mientras que 16 votaron en contra.
El proyecto de ley volverá ahora al Comité de Seguridad Nacional del Knesset.
Gaza inicia una campaña de vacunación infantil retrasada por el genocidio israelí
El Ministerio de Salud de Gaza lanzó el martes una campaña de vacunación para los niños que no recibieron las vacunas básicas durante los dos años de guerra genocida librada por Israel.
Los niños constituyen el 47 % de la población total de Gaza, según un comunicado emitido por la Oficina Central de Estadística Palestina el pasado mes de abril.
Las fuerzas israelíes incendian tierras palestinas y llevan a cabo redadas en Cisjordania
Las fuerzas israelíes incendiaron el martes tierras palestinas cerca del muro de separación en la aldea de Arrabuna, al este de la ciudad de Jenin, en el norte de Cisjordania, informó Al Jazeera Arabic.
El informe señala que las fuerzas israelíes llevaron a cabo redadas en la ciudad de Huwara, el campo de refugiados de Balata y el campo de New Askar, al sur de Nablus.
Las fuerzas irrumpieron en viviendas durante una incursión en el barrio de Al-Zar’ina, en la localidad de Aqaba, al norte de Tubas.
El Knesset israelí aprueba un proyecto de ley para cerrar cualquier medio de comunicación extranjero
El Knesset israelí, en su primera de tres votaciones, aprobó un proyecto de ley que permite el cierre de cualquier medio de comunicación extranjero sin la aprobación de un tribunal, informó Haaretz.
El informe señala que el proyecto de ley tiene por objeto convertir la «Ley Al-Jazeera», una orden temporal que permite el cierre permanente de medios de comunicación extranjeros en Israel, en una ley permanente.
El proyecto de ley fue aprobado por una mayoría de 50 votos a favor y 41 en contra, en medio de la oposición de los asesores jurídicos.
Para convertirse en ley, el proyecto debe superar la tercera y última fase de votación por mayoría simple.
Israel impulsa un proyecto de ley para imponer la pena de muerte a los presos palestinos
El Knesset israelí aprobó el martes un proyecto de ley para imponer la pena de muerte a los presos palestinos condenados por matar a israelíes por «motivos nacionalistas».
En la primera lectura, 39 miembros aprobaron el proyecto de ley, mientras que otros 16 se opusieron.
Un proyecto de ley debe superar la tercera y última fase de votación por mayoría simple para convertirse en ley.
La legislación, impulsada por el ministro de Seguridad Nacional de extrema derecha, Itamar Ben Gvir, fue aprobada por la Comisión de Seguridad Nacional del Parlamento israelí el 3 de noviembre, lo que provocó la condena generalizada de los grupos de derechos humanos.
Buenos días,
Estamos en el día 32 después de que se acordara un frágil alto el fuego para poner fin a la guerra genocida de dos años de Israel contra Gaza. Israel ha violado la tregua en numerosas ocasiones, ya que ha lanzado nuevas operaciones y sigue atacando Gaza, mientras que los colonos desplazan a los palestinos de Cisjordania.
Estos son los principales acontecimientos de las últimas horas:
- Las fuerzas israelíes han irrumpido en pueblos y ciudades de la Cisjordania ocupada, entre ellos Huwara, Qaryut, Yamoun, el campo de refugiados de Balata y el campo de New Askar. Las fuerzas también han incendiado tierras palestinas cerca del muro de separación en la aldea de Arrabuna.
- El Knesset israelí, en su primera de tres votaciones, ha aprobado un proyecto de ley para ejecutar a los prisioneros palestinos. 39 miembros han aprobado el proyecto de ley, mientras que otros 16 se han opuesto.
- El Knesset también aprobó, en la primera de las tres votaciones necesarias, un proyecto de ley que permite el cierre de medios de comunicación extranjeros sin la aprobación de un tribunal.
- Marco Rubio, del Departamento de Estado de los Estados Unidos, discutió con su homólogo turco, Hakan Fidan, el alto el fuego en Gaza y los próximos pasos para garantizar la estabilidad.
- El Ministerio de Salud de Gaza lanzó una cWampaña de vacunación para los niños que no recibieron las vacunas básicas durante los dos años de la guerra genocida cometida por Israel.
Autor: admin
Profesor jubilado. Colaborador de El Viejo Topo y Papeles de relaciones ecosociales. Lee todas las entradas de admin