53.000 muertos después, la UE revisará sus acuerdos comerciales con Israel.
53.000 muertos después, con sus caras, sus ojos y sus manos, el Reino Unido suspende la negociación de un acuerdo comercial con Israel.
53.000 muertos después, con sus virtudes y sus defectos, con sus frustraciones y sus sueños, el Congreso español ha admitido a trámite una ley de Sumar, Podemos y el BNG para impedir el comercio de armas con Israel.
53.000 muertos después, con sus amores y sus odios, con su pasado y su presente, pero ya sin su futuro, la ONU alerta de que 14.000 bebés podrían morir en Gaza en las próximas 48 horas ante el bloqueo de Israel a la ayuda humanitaria.
53. 000 muertos después, uno tras otro, con sus sonrisas y sus lágrimas, sus hijos, sus maridos y mujeres, sus padres y sus madres, el fascismo sionista de Netanyahu prosigue su operación de limpieza étnica para expulsar al pueblo palestino de Gaza y Cisjordania y así construir el Gran Israel.
53.000 muertos después, niños y niñas, jóvenes y viejos, seres humanos como usted y como yo, personas vivas que querían vida, ver a amanecer y atardecer, ver crecer a sus vástagos, casarse a sus hijos, ver morir de forma natural a sus mayores, sí, 53.000 muertos después el estado neocolonial israelí pretende con su actual y progresiva transformación en un estado neofascista culminar el plan Dalet de 1947/48 expulsando a los palestinos de Palestina para a la postre fundar un gran estado teocrático y racista en oriente próximo.
53.000 muertos después, ya polvo, ya en la nada, ya solo recuerdo doloroso para sus compatriotas, ya solo testimonio sangriento de la razón criminal de estado; sí, 53000 asesinados después, pulsión de vida arrojada cruelmente a la muerte, es hora de poner toda la fuerza diplomática, política y económica del mundo para parar la máquina bélica y genocida del neofascismo sionista de Netanyahu.
