Miscelánea 25/2/2024

Del compañero y miembro de Espai Marx, Carlos Valmaseda.
1. Novedades desde Globetrotter: Vijay Prashad: La Corte Internacional de Justicia censura a Israel por su guerra genocida.
2. Novedades desde Globetrotter: Pranjal Pandey: Secuelas de las elecciones en Pakistán: Gobierno de coalición, desafíos económicos y lucha por soluciones de fondo

1. Novedades desde Globetrotter: Vijay Prashad: La Corte Internacional de Justicia censura a Israel por su guerra genocida

El 26 de enero de 2024, los jueces de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) hicieron pública su orden de 29 páginas en la que encontraban pruebas “plausibles” (párrafo 54) de que Israel estaba llevando a cabo un genocidio contra los palestinos en Gaza. La Cortel intervino en esa guerra gracias a la demanda de Sudáfrica, que argumentaba que Israel había incumplido sus obligaciones con la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio (1948). Sudáfrica acudió a la CIJ dos meses y tres semanas después del brutal bombardeo militar de Israel contra los y las palestinas. La acusación de Sudáfrica  de 84 páginas, presentada ante la CIJ el 29 de diciembre de 2023, incluía declaraciones de altos cargos de Israel en las que se pedía la aniquilación total de los “salvajes humanos” de Gaza e incluía detalles de cómo estaba actuando Israel en relación con dichas declaraciones.

La CIJ dio la razón a Sudáfrica e instó a Israel a “tomar todas las medidas a su alcance para impedir la comisión de todos los actos genocidas” (párrafo 78). La orden no es un veredicto final, ya que no hubo juicio. Son “medidas provisionales”. La CIJ tardaría varios años en juzgar si Israel está cometiendo realmente un genocidio contra los palestinos y las palestinas. La CIJ no pidió directamente un alto el fuego o un “cese de las hostilidades” (como había hecho en marzo de 2022, cuando ordenó a Rusia “suspender las operaciones militares”). Sin embargo, es difícil leer el párrafo 78 de otra forma que no sea que pide a Israel que silencie sus armas.

Hace veinte años, la CIJ estudió la construcción de un muro alrededor de Cisjordania en los Territorios Palestinos Ocupados (TPO). En julio de 2004, la CIJ declaró que “la construcción del muro por Israel… es contraria al derecho internacional”. Ha habido una batalla incesante sobre la jurisdicción de la CIJ para dictaminar sobre el comportamiento de Israel en los TPO, incluso en 2022, cuando varios Estados solicitaron un dictamen jurídico sobre la conclusión de una comisión de investigación del Consejo de Derechos Humanos de la ONU presidida por la jueza sudafricana Navi Pillay. El informe de Pillay encontró “motivos razonables para concluir que la ocupación israelí de territorio palestino es ahora ilegal según el derecho internacional debido a su permanencia y a las políticas de anexión de facto del gobierno israelí”. Israel impugnó la competencia de la CIJ en el caso. Ahora, con esta acusación de genocidio, la Corte estableció su jurisdicción e Israel la aceptó participando en el proceso.

Medidas provisionales

La CIJ fue creada por las Naciones Unidas como mecanismo de resolución de disputas entre Estados. Sudáfrica llevó su disputa con Israel ante la CIJ, acusando a Israel de violar un tratado internacional. Tras examinar el litigio, la CIJ dio la razón a Sudáfrica y ofreció “medidas provisionales” para defender los derechos del pueblo palestino. La orden de la CIJ es inapelable. Es definitiva. La CIJ dio a Israel un mes para demostrar que ha tomado medidas para proteger a los palestinos. Si Israel no responde o no lo hace satisfactoriamente, la CIJ enviará su orden al Consejo de Seguridad de la ONU (CSNU) para su ejecución. El CSNU estará obligado por la Carta de la ONU a hacer cumplir la orden.

Israel ya ha rechazado la orden. Eso significa que la orden se enviará, dentro de un mes, al CSNU. En ese momento, será interesante ver cómo reaccionan a la orden los tres países del Norte Global con poder de veto (Francia, Reino Unido y los Estados Unidos). El 25 de enero, el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Vedant Patel, declaró que el Gobierno estadounidense cree que “las acusaciones de que Israel está cometiendo genocidio [son] infundadas”. Patel dijo que Israel debe “tomar medidas factibles, medidas adicionales para evitar daños a civiles”, pero que no hay ningún genocidio que Israel esté llevando a cabo. Esto provocará un enfrentamiento en el CSNU. Argelia, miembro del CSNU en este momento, ha pedido que se celebre una reunión para debatir el veredicto y que el CSNU pida un alto el fuego inmediato.

La reputación de la Corte

Junto con la orden de la CIJ, la juez Xue Hanqin escribió una opinión separada, en la que señalaba que hace 60 años, los Gobiernos de Etiopía y Liberia habían llevado a Sudáfrica ante la CIJ por su papel en el suroeste de África (actual Namibia). La CIJ, escribió, rechazó el caso, y esta “denegación de justicia dio lugar a una fuerte indignación” contra la CIJ “empañando gravemente su reputación”. La jueza Xue llegó a la CIJ en 2010 y – debido a su seriedad – fue elegida vicepresidenta de la Corte en 2018. En marzo de 2022, la juez Xue votó en contra de la orden provisional que instaba a Rusia a suspender su operación militar en Ucrania (cuando se dictó esa orden, habían sido asesinados poco más de mil civiles en la guerra, mientras que cuando la CIJ se ocupó del bombardeo israelí, habían muerto más de 25.000 civiles). En el caso de la brutal guerra de Israel contra los palestinos, la juez Xue planteó la cuestión erga omnes (“hacia todos”), que implica que se trata de un caso en el que las acciones de Israel perjudican a la comunidad mundial e Israel debe ser impelido a detener su guerra en nombre de toda la humanidad. “En el caso de un grupo protegido como el pueblo palestino”, escribió el juez Xue, “lo menos controvertido es que la comunidad internacional tiene un interés común en su protección”.

Hay tres jueces asiáticos en la Corte, con la Juez Xue acompañado por el Juez Iwasawa Yuji de Japón y el Juez Dalveer Bhandari de India. El juez Bhandari ha tenido una distinguida carrera en la India en el Tribunal Superior de Delhi (1991-2004), en el Tribunal Superior de Bombay (2004-2005) y en el Tribunal Supremo (2005-2012) antes de ser elevado a la CIJ. Sólo cinco jueces adjuntaron su opinión al auto, uno de los cuales era el juez Bhandari. En su opinión , el juez Bhandari repasó los fundamentos jurídicos del caso de Sudáfrica, pero se aseguró de dejar constancia de su opinión de que otras leyes internacionales, además de la Convención sobre el Genocidio, se aplican a esta guerra y que todas las partes deben adherirse a estas leyes. Aunque la orden en sí no pedía directamente el cese de las hostilidades, el juez Bhandari sí lo hizo. “Todos los participantes en el conflicto”, escribió, “deben garantizar el cese inmediato de todos los combates y hostilidades y la liberación inmediata e incondicional de los rehenes capturados el 7 de octubre de 2023”. Es probable que el juez Bhandari pusiera su propia opinión en la Corte para dejar constancia de la necesidad de pedir directamente ese alto el fuego.

La reacción de Israel y sus aliados

La reacción de Israel a la orden de la CIJ fue característica. El Ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben-Gvir, dijo que la CIJ era una “corte antisemita” y que “no busca la justicia, sino la persecución del pueblo judío”. Curiosamente, Ben Gvir dijo que la CIJ “guardó silencio durante el Holocausto”. El Holocausto llevado a cabo por el régimen alemán nazi y sus aliados contra los judíos europeos, los romaníes, los homosexuales y los comunistas tuvo lugar entre finales de 1941 y mayo de 1945 (cuando el Ejército Rojo soviético liberó a los prisioneros de Ravensbrück, Sachsenhausen y Stutthof). La CIJ se creó en junio de 1945, un mes después de que finalizara el Holocausto, y comenzó a trabajar en abril de 1946. Intentar deslegitimar a la Corte diciendo que permaneció “en silencio” cuando no existía, y luego utilizar esa falsa afirmación para calificar a la CIJ de “corte antisemita” demuestra que Israel no tiene respuesta a los méritos de la orden de la CIJ.

Lo que es interesante es que el juez israelí en la CIJ, Aharon Barak, se unió a la mayoría de los jueces en una votación de 16-1 para decir que Israel no permite la ayuda humanitaria a los palestinos en Gaza, y que Israel debe “prevenir y castigar la incitación al genocidio”. Es difícil que los altos cargos israelíes consideren a Barak “antisemita” o menosprecien sus credenciales. Barak ha ocupado altos cargos en Israel, como Fiscal General (1975-1978), Juez del Tribunal Supremo de Israel (1978-1995) y Presidente del Tribunal Supremo (1995-2006). Barak votó en contra de la afirmación de que existían pruebas “plausibles” de genocidio por parte del gobierno israelí. “Genocidio”, escribió en su dictamen , “es para mí algo más que una palabra; representa la destrucción calculada y el comportamiento humano en su peor expresión. Es la acusación más grave posible y está profundamente entrelazada con mi experiencia vital personal”. Aunque Barak, el nominado israelí en la CIJ para este caso, no votó sobre la acusación de que se está llevando a cabo un genocidio en Gaza, el juez Barak estuvo de acuerdo, no obstante, en que hubo “incitación al genocidio”. La diferencia entre ambos pende de un hilo, perseguido por el fantasma de los 30.000 palestinos y palestinas asesinados (casi la mitad de ellos niños).

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en apuros políticos dentro de Israel, celebró que la CIJ no ordenara un alto el fuego y luego dijo que su Gabinete de Guerra seguirá adelante con su guerra. Este giro del veredicto es inverosímil. No convencerá a nadie, y menos aún a los jueces de la CIJ que han considerado “plausible” la acusación de genocidio y han pedido a Israel que ponga fin a su guerra genocida.

2. Novedades desde Globetrotter: Pranjal Pandey: Secuelas de las elecciones en Pakistán: Gobierno de coalición, desafíos económicos y lucha por soluciones de fondo

Resumen: Las recientes elecciones pakistaníes dieron lugar a una coalición entre la PML-N y el PPP, ensombrecida por los retos económicos y el protagonismo de las personalidades. Sin embargo, persiste la pregunta general: ¿pueden estos partidos ofrecer una alternativa sustancial a la población?

Por Pranjal Pandey

Biografía del autor: Este artículo ha sido producido por Globetrotter. Pranjal Pandey, periodista y editor residenciado en Delhi, ha editado siete libros sobre diversos temas disponibles en LeftWord. Puede consultar sus contribuciones periodísticas en NewsClick.in.

El 8 de febrero de 2024, Pakistán celebró elecciones parlamentarias en las que 44 partidos políticos se disputaron 265 escaños de la Asamblea Nacional. Se trataba de las doceava elección general celebrada en el país desde su independencia hace 76 años.

Tras el anuncio de los resultados el 11 de febrero, la Liga Musulmana de Pakistán-Nawaz (PML-N), bajo el liderazgo de Nawaz Sharif, y el Partido Popular de Pakistán (PPP), liderado por Bilawal Bhutto-Zardari, se unieron para formar Gobierno. Ambos partidos no lograron alcanzar la mayoría. Nawaz Sharif propuso a su hermano menor, Shehbaz Sharif, como candidato a Primer Ministro.

Partidos y resultados por regiones

La Asamblea Nacional de Pakistán consta de 336 escaños, y se celebraron elecciones para 265 escaños. La elección de un escaño se aplazó tras el fallecimiento de un candidato, mientras que los escaños restantes (60 para mujeres y 10 para minorías) se reservaron a miembros de esos grupos y se asignaron en función de la representación proporcional de los partidos en los resultados electorales.

Según la Comisión Electoral de Pakistán, los independientes apoyados por el partido del ahora exiliado Imran Khan, el Pakistán Tehreek-e-Insaf (PTI), obtuvieron 93 escaños en la Asamblea Nacional. La Liga Musulmana de Pakistán (Nawaz), encabezada por el ex Primer Ministro Nawaz Sharif, obtuvo 75 escaños. El Partido Popular de Pakistán (PPP), dirigido por el ex ministro de Asuntos Exteriores Bilawal Bhutto Zardari, obtuvo 54 escaños. El Movimiento Muttahida Qaumi (MQM), partido con sede en Karachi, protagonizó una notable remontada al obtener 17 escaños en las urnas, y ha prometido pleno apoyo a la PML-N. Los 26 escaños restantes fueron obtenidos por otros partidos.

En las elecciones provinciales, los candidatos de la PML (N) obtuvieron 138 escaños cada uno de los 296 totales, mientras que los independientes respaldados por el PTI obtuvieron 116 escaños. Además, el PPP obtuvo 10 escaños y posteriormente ofreció su apoyo al partido de Nawaz Sharif. Los candidatos apoyados por el PTI obtuvieron la mayoría en Khyber Pakhtunkhwa, con 84 de los 113 escaños. En Sindh, el PPP obtuvo la mayoría con 83 escaños de un total de 130, mientras que en Baluchistán se votó en una asamblea indecisa.

Maryam Nawaz, hija de Nawaz Sharif, hizo historia al ser la primera mujer nombrada ministra principal de la provincia paquistaní de Punjab.

¿Qué llevó al resurgimiento del PTI?

Estas elecciones se produjeron en un contexto de amplio descontento público dirigido contra el anterior Gobierno encabezado por la PML (N) y el PPP. El descontento se debía a su incapacidad para controlar los precios de los productos básicos y hacer frente a los problemas económicos de la mayoría de los paquistaníes.

Además, la detención de Imran Khan, su implicación en múltiples causas judiciales, las condenas que recibió y el hecho de que su partido perdiera su símbolo contribuyeron al caos reinante. No obstante, la opinión pública percibió la persecución de Imran como un atentado contra la democracia, lo que movilizó apoyos y desempeñó un papel importante en los resultados del PTI. Los paquistaníes expresaron su insatisfacción con el papel de los militares en la política, buscando un cambio y un sistema democrático genuino. Imran Khan surgió como el candidato preferido para satisfacer estas aspiraciones.

Cuestiones electorales

En Pakistán, una de las principales preocupaciones de los votantes se centró en el candente tema de la inflación, un factor crítico que ha erosionado significativamente los salarios reales. El salario real es la renta que percibe un individuo por su trabajo, ajustada a la inflación. El salario real medio ha experimentado un descenso sustancial en Pakistán, desplomándose un 13% sólo en el año 2023, lo que ha aumentado la presión financiera sobre la población.

El sector industrial del país se encuentra en recesión y los elevados costes de los insumos actúan como un importante obstáculo. La producción manufacturera de las grandes industrias experimentó una asombrosa contracción interanual del 15% en junio de 2023, debido al elevado coste de la actividad empresarial. Por otra parte, el escenario económico más amplio desde julio de 2022 hasta junio de 2023 indica un declive industrial global del 10,26%, lo que apunta a la intensidad de los retos a los que se enfrenta el sector manufacturero.

La imposición de estrictas medidas de austeridad impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la transición hacia unos precios basados en el mercado han limitado aún más la capacidad de Pakistán para hacer frente a los retos económicos con eficiencia. Este cambio en la política económica no sólo ha afectado al poder adquisitivo de los ciudadanos y ciudadanas, sino que también ha intensificado las dificultades económicas a las que se enfrentan las empresas, especialmente en el sector manufacturero, que es el que más oportunidades de empleo crea.

A esta complejidad se añade la ausencia de un plan global de reindustrialización, lo que deja a la economía sin una hoja de ruta clara para revitalizar su base industrial. La asignación de una parte sustancial del presupuesto, aproximadamente 17.000 millones de dólares, a subvenciones que benefician principalmente a una élite privilegiada aumenta las disparidades económicas dentro del país. Al mismo tiempo, la elevada y persistente tasa de desempleo, que en la actualidad se sitúa en el 8%, subraya los retos a los que se enfrenta la gente común.

En conjunto, estas cuestiones pusieron de relieve el intrincado panorama económico de Pakistán, donde la preocupación por la inflación, el declive industrial, las medidas de austeridad y la distribución de los recursos desempeñaron un papel fundamental a la hora de configurar las perspectivas de los votantes e influir en sus decisiones.

Sin embargo, un notable resultado positivo de las recientes elecciones es la limitada influencia de los partidos religiosos, cuya representación se mantuvo por debajo de los 10 escaños. Esto sugiere una preferencia de los votantes por un panorama político más laico e integrador, que haga hincapié en los intereses nacionales por encima de las afiliaciones religiosas.

Las elecciones celebradas recientemente en Pakistán, consideradas como unas de las más importantes, registraron una importante participación a pesar de las persistentes dudas sobre su imparcialidad. Antes de los comicios, surgieron dudas sobre la imparcialidad de la Comisión Electoral, que negó al PTI su símbolo, y sobre la constante “persecución” de Imran Khan. Varias peticiones impugnaron los resultados de las circunscripciones electorales tras las elecciones generales, alegando problemas con los formularios 45 y 47, cruciales en el proceso electoral pakistaní. El formulario 45, en el que se registran los votos en los colegios electorales, incluye datos vitales que se remiten al funcionario encargado de las votaciones para obtener los resultados definitivos. El formulario 47 ofrece una visión provisional antes de la confirmación oficial, consolidando los datos del formulario 45. El PTI expresó su preocupación por el hecho de que sus agentes electorales no recibieran el formulario 45 y por las importantes discrepancias entre los resultados del formulario 47 y la información detallada del formulario 45 en varios casos.

Los llamamientos a la unidad de figuras políticas y militares ponen de manifiesto la tensa relación entre civiles y militares. Por desgracia, ninguno de los partidos políticos presentó un programa alternativo sustantivo. Las cuestiones críticas pasaron a un segundo plano en los debates. En su lugar, la atención se ha centrado desproporcionadamente en las personalidades de Imran Khan y Nawaz Sharif, convirtiendo toda la narrativa electoral en un concurso de carisma.

Asif Ali Zardari se prepara para un posible segundo mandato como presidente. Imran Khan ha advertido contra la “desventura” de establecer un Gobierno basado en “votos robados”, afirmando que tal manipulación electoral no sólo faltaría al respeto a los ciudadanos, sino que empeoraría el declive económico del país.

Persisten las incertidumbres sobre los beneficios tangibles para la población, como el aumento de los ingresos de agricultores y trabajadores prometido, la prevención del derrocamiento del Gobierno por los militares y las posibles sorpresas de Imran Khan. En medio de numerosas preguntas, las respuestas siguen siendo esquivas, dejando a la población enfrentada a los desafíos mientras las élites construyen sus castillos.

Autor: admin

Profesor jubilado. Colaborador de El Viejo Topo y Papeles de relaciones ecosociales.

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