Del historiador y miembro de Espai Marx, José Luis Martín Ramos.
Una nota sobre la primera vuelta.
Ha ganado RN, eso se daba por descontado; ninguna novedad. La novedad, si se quiere, es que el resultado final ha quedado por debajo de las expectativas que le daban todos los sondeos: le atribuían, de manera prácticamente unánime, el 36% del voto y ha conseguido, el 33,2% (en ambos casos se sumaban los votos directos de RN y lo de su último aliado el sector Ciotti de Les Republicains), con un total de 10,6 millones de votos (9,4 para los candidatos de RN, votados también por republicanos de Ciotti, y 1,2 para candidatos de Ciotti votados por lepenistas). La extrema derecha venía a estas elecciones muy movilizada, por su expectativa de triunfo y por las adhesiones que ha conseguido desde el anuncio de las elecciones; pero el aumento de votos y porcentaje, con respecto a las recientes europeas, no es tan notable, en estas RN había obtenido el 31,4%. Se ha beneficiado de la división de los Repubicanos y también del retroceso del partido Reconquete de Zemmour-Marion Marechal Le Pen, que había obtenido 1,35 millones en las europeas y a pesar del aumento de participación (51,5 % en las europeas, 66,7% en las legislativas de ayer) ha conseguido 240.000 votos, es decir, ha perdido más de un millón que más que probablemente han ido a parar a RN. Más que un mantenimiento de la progresión, RN ha experimentado una cierta ralentización.
Los resultados del Nuevo Frente Popular han cumplido las expectativas demoscópicas; los sondeos le daban entre el 27 y el 29% y ha obtenido un 29,3% y 8,97 millones de votos. Es evidente que la propuesta del Frente Popular ha tenido un efecto movilizador. Ha obtenido tres millones largos de votos más que la NUPES de 2022. Ha mostrado el acierto de invocar el referente del FP, por encima de las diferencias entre 1936 y 2024. Punto para quien lo propuso, los de la France Insoumise. Han conseguido movilizar al electorado y todo apunta a que han sido los mayores beneficiados del aumento de la participación.
En esta primera vuelta solo se han elegido menos ochenta diputados del 577 escaños. Su reparto ha subrayado también quienes son los protagonistas del duelo: 39 diputados ya elegido de RN, 32 de NFP, 2 del partido de Macron, 1 de Los Republicanos, 2 de otras formaciones de derecha. La distribución interna de los diputados ya electos del NFP pone de manifiesto la fuerza electoral de FI, con 20 de los 32, el Partido Verde y el Partido Socialista han conseguido 5 cada uno de ellos y el PCF 2.
Todo se decide en la segunda vuelta. Todavía puede ganar la mayoría absoluta RN, pero ahora tiene menos expectativas que anteayer. Si funciona la llamada de Macron-Attal a votar contra RN, no conseguirá esa mayoría. Pero todavía quedan muchas partidas por jugar en esta segunda batalla: hasta dónde llegará el hundimiento del macronismo y hasta donde el electorado de derecha será capaz de votar «tapándose la nariz» a los candidatos «frentepopulistas»; hasta donde, por tanto, puede llegar el NFP. No tengo todavía los datos de la cantidad de circunscripciones en la que los candidatos del NFP pueden llegar a ganar frente a RN, y menos aún el color político concreto de esos candidatos. Al votante de derecha, liberal, no le dolerá en excesivo votar a un candidato socialista o «glucksmannista», pero estará al borde del infarto si ha de votar a un insumiso o a un comunista y su tentación puede ser la de abstenerse en estos casos, lo que será sin duda abstenerse en favor del RN.