Dos consideraciones geopolíticas

Del historiador José Luis Martín Ramos, miembro de Espai Marx.

I. Los próximos cruces.

Todo camino está lleno de encrucijadas múltiples. Me da que estamos en uno de esos. La guerra de Ucrania está a la espera de ver hasta dónde puede avanzar la contraofensiva ucraniana. Todo lo que no sea volver a la situación anterior al 24 de febrero solo será un éxito relativo de esa contraofensiva; si la coalición de Rusia y las Repúblicas del Donbás mantienen la mayor parte del Donbás y el eje Mariupol-Melitopol-Jerson habrá sido para ellas un revés relativo. Está por ver, también, hasta qué punto la movilización militar parcial en Rusia resulta, por su parte, una respuesta eficaz que, en cualquier caso, no parece que vaya a tener efectos claros hasta la llegada del invierno. No creo que se produzca un derrumbe general del frente ruso. En el campo de batalla hay muchas incógnitas todavía por despejar. En el político se van a producir noticias importantes en China, EEUU y Europa, que interrelacionarán con la guerra y, por sí mismas, marcarán la configuración de las relaciones internacionales en los próximos dos años. En China será la celebración del Congreso del PCChino el próximo 16 de octubre. Es el primer congreso después de la pandemia, que tiene previsto, en principio, la reelección de Jinping para un tercer mandato. En China hay debate (ver Le Monde Diplomatique de octubre) sobre cómo responder al freno del crecimiento económico, la guerra comercial y tecnológica desencadenada por EEUU desde la toma de posesión de Biden, y el malestar que pueda haber generado la política de covid cero, sanitariamente eficiente pero con costes económicos y sociales. No es ninguna situación grave, la NEP china se encuentra ante el tipo de impasse que ya se encontró en su momento la NEP soviética. EEUU está haciendo todo lo posible en el Mar de la China para tensar ese debate, instrumentalizando la cuestión de Taiwán y desarrollando cada dos por tres maniobras y operaciones navales con el apoyo de Japón. El congreso del PCChino ha de decidir si afronta el envite o da un paso atrás en el ámbito internacional, que para EEUU sería entre otras cosas modificar su posición ante la guerra de Ucrania.

A este respecto se me ocurre una conjetura sobre por qué Putin decidió salir del callejón cerrado -por EEUU y Ucrania- de las negociaciones de Minsk, en el que la política exterior rusa quedaba cada vez más encallada; podría estar considerando su incidencia sobre el debate interior del PC Chino para reforzar las posiciones de quienes rechazan el paso atrás. A la política china actual le conviene la buena relación con Rusia, con la que además puede cooperar en Asia Central y en África; para Rusia esa buena relación no es solo conveniente, es imprescindible. Obviamente la explicación de la «locura» de Putin para entender el paso del 24 de febrero solo vale para la propaganda occidental y para quienes se la tragan a ojos cerrados. Algún día sabremos -o se sabrá, mejor dicho- cuáles fueron los argumentos y cálculos del gobierno ruso, presionado por todos los gestos de Biden y la gimnasia de gendarmería internacional de las maniobras militares atlantistas en el Mediterráneo, el Báltico y los mares de Extremo Oriente.

En EEUU, la noticia será el resultado de las elecciones del 8 de noviembre, que finalmente pueda ser no determinante pero arroje matices sobre el grado de maniobra de Biden-Blinken; si además de su creciente declive físico, Biden sale de las elecciones como «pato cojo» y Trump refuerza su control sobre el partido republicano, la condición de «patio cojo» se puede extender a todo el partido demócrata. Si el congreso del PCChino se reafirma en la línea actual, el gobierno de Biden-Blinken puede tener problemas, en esas condiciones de apoyo interno precario, para mantener todos los frentes que ha abierto. Ya no digamos si en el PCChino se impone la propuesta de responder a la presión de EEUU sobre Taiwan con una intervención militar preventiva antes de que la isla, impulsada por Washington, proclame su plena independencia.

¿Y en Europa? El invierno del descontento de todos ya está ante nuestras narices. No sólo se pasará frío en las casas, también se va a pasar mucho frío en los gobiernos nacionales y en el de la UE. Macron parece querer mantener una posición no seguidista de EEUU. El gobierno alemán hace gestos de saltar del barco con el anuncio de una inversión pública extraordinaria a su industria. Está por ver que hará el nuevo gobierno italiano. El británico está en barrena. De tanto apretar las tuercas EEUU y la OTAN a Europa puede estar rompiendo sus costuras.

Veremos que pasa hasta diciembre.

II. Otro escenario.

Gracias Antonio. Otro escenario a tener muy en cuenta. Turquía camina sobre el alambre entre «occidente» y «oriente próximo»: no es nuevo, es la política exterior tradicional desde Ataturk. Tiene una baza fundamental, la llave de la comunicación entre el Mar Negro y el Mediterráneo. Y una bala en la recámara, el «panturquismo», que no se acaba de decidir a utilizar porque puede significar dar una patada al avispero del mosaico de pueblos del Sudoeste asiático; amaga con ella, pero no llega a entrar a fondo, por temor a quedar atrapado en el clinch. El apoyo a los azeríes en su confrontación con Armenia forma parte de ese amago, pero si quisiera ir más adelante tendría que avanzar más entre las repúblicas musulmanas ex-soviéticas. Eso puede explicar el deseo que ha empezado a manifestar de entrar en el grupo de Shangai. Es, abiertamente, la posición de Perinçek; y es una posición que, me parece, avalaría Rusia si consigue un acuerdo de reparto de influencias en Asia sudoccidental con Turquía. Pero Perinçek es, por ahora, casi un cero a la izquierda; el sexto en las elecciones presidenciales de 2018, pero con solo 99.000 votos de más de 51 millones de votantes y ningún diputado. En junio de 2023 habrá elecciones presidenciales y generales en Turquía. Es otro «veremos». En cualquier caso atentos a este Pequeño Gran Juego de Asia sudoccidental, que tiene tres escenarios de conflicto abierto: Palestina, Siria y el Caúcaso.

Autor: admin

Profesor jubilado. Colaborador de El Viejo Topo y Papeles de relaciones ecosociales.

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