Miscelánea (14/10/2022)

Del compañero Carlos Valmaseda, miembro de Espai Marx.

1. La camarada Angela Lansbury

Según Jacobin, que publica un artículo con este título, «Angela Lansbury fue una actriz brillante y una camarada». https://jacobin.com/2022/10/angela-lansbury-film-theater-actor-comrade-obituary Le viene de familia, porque era nieta del dirigente laborista George Lansbury. https://es.wikipedia.org/wiki/George_Lansbury. Nunca los había asociado. La única vez que la vi «roja» fue en su gran papel en El mensajero del miedo [The Manchurian candidate], haciendo de agente soviética infiltrada y malísima madre.

2. Salida del Tratado de la Carta de la Energía

¡No todo van a ser malas noticias! Esta es buenísima, y muy esperada: España abandona el Tratado de la Carta de la Energía, un yugo que nos impedía cualquier avance en política energética. Ha salido en varios medios, pero os envío la entrada en la página web de Ecologistas en Acción: España anuncia, por fin, su salida del Tratado de la Carta de la Energía • Ecologistas en Acción

España anuncia, por fin, su salida del Tratado de la Carta de la Energía

La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, comunicó a Político que España ha iniciado el proceso de salida del Tratado de la Carta de la Energía (TCE).

Aunque su posición aún es incierta, otros países como Francia, Alemania, Países Bajos o Bélgica podrían seguir la estela de España.

La campaña estatal No a los Tratados de Comercio e inversión (No a los TCI), de la que forma parte Ecologistas en Acción, celebra la noticia como un paso indispensable para el abandono de los combustibles fósiles y el impulso de legislaciones ambiciosas para hacer frente a la crisis climática y energética.

Durante los últimos cuatro años, la salida del TCE ha sido una demanda de las principales organizaciones ecologistas españolas —Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF— al Gobierno.

El 12 de octubre de 2022, la vicepresidenta segunda del Gobierno para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, comunicó a Político la decisión del Gobierno de abandonar el Tratado de la Carta de la Energía (TCE), un acuerdo muy controvertido del que España forma parte junto a otros 52 países de Europa y Asia.

La noticia —que según fuentes oficiales cuenta con el respaldo de la ministra de Industria, Comercio y Turismo, María Reyes Maroto, y del ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares— se ha conocido a seis semanas de que se celebre la Conferencia anual de la Secretaría de la Carta de la Energía en Mongolia, que tiene por objetivo ratificar la modernización del Tratado.

El TCE, calificado recientemente por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) como “un grave obstáculo para la mitigación del cambio climático”, protege las inversiones extranjeras en el sector energético —sobre todo aquellas relacionadas con los combustibles fósiles— y permite a las empresas demandar a los países ante un sistema de tribunales privados (conocido como el ISDS) si consideran que han legislado en contra de sus beneficios.

Dada su incompatibilidad con el Acuerdo de París y otras políticas que persiguen la acción climática, hace más de cuatro años los países se embarcaron en un proceso para “modernizar” el TCE. Las negociaciones culminaron el pasado 22 de junio con la adopción de un acuerdo preliminar, que fue calificado de “insuficiente” e “inaceptable” por las organizaciones de la campaña No a los TCI.

Ahora, la propia Teresa Ribera —que ya había mostrado en varias ocasiones su escepticismo— ha reconocido que la modernización no ha dado lugar a «ninguna mejora» para reducir la protección de las inversiones fósiles.

El texto propuesto garantiza al menos 10 años más de protección a las inversiones existentes en combustibles fósiles, mientras que algunas inversiones nuevas en gasoductos y centrales eléctricas de gas quedarían protegidas hasta 2030 ó 2040.

Además, amplía el ámbito de aplicación del Tratado a otras tecnologías energéticas controvertidas, como el hidrógeno o la biomasa, aumentando el riesgo de nuevas demandas. Si bien la propuesta pretende prohibir las demandas ISDS entre países de la UE, esta medida aún podría tardar entre cinco y diez años más en entrar en vigor, que son los años cruciales para impulsar la transición energética.

Marta García Pallarés, portavoz de Ecologistas en Acción y de la campaña No a los TCI, ha declarado: “Estamos en un momento extremadamente crítico y necesitamos medidas valientes, la salida del TCE es una de ellas y lo celebramos. Ahora es crucial que más países sigan el camino iniciado por España; es sencillamente vergonzoso que los países de la UE acudan a la COP 27 en Egipto prometiendo reducir las emisiones, mientras continúa en un tratado que solo en Europa protege infraestructura fósil por valor de más de 340.000 millones de euros”.

El único país de la UE que no es miembro del TCE es Italia, que lo abandonó en 2016. Tras el paso dado por España, otros países indecisos como Francia, Alemania, Países Bajos o Bélgica podrían hacer lo mismo. A finales de octubre se espera una votación en el Consejo de la UE en la que los países se tendrán que posicionar a favor o en contra del TCE modernizado. Si otros países optan por la salida, se podría conseguir un bloque minoritario que pusiera freno a la modernización, ya que se requiere una mayoría cualificada para poder dar luz verde al nuevo texto antes de proceder a su ratificación final en la Conferencia de Mongolia el 22 de noviembre.

Hasta la fecha, existen 143 demandas bajo el TCE, muchas de ellas relacionadas con medidas para paliar la crisis climática o proteger el medio ambiente, como el caso de Países Bajos, Eslovenia o Italia. Sin embargo, España es el país más demandado.

Lucía Bárcena, investigadora del Transnational Institute —organización que ha revelado datos importantes sobre el caso español— ha afirmado: «El TCE se ha convertido en una pesadilla jurídica para España, las demandas de arbitraje ya han costado más de 1.000 millones de euros de dinero público para dar compensaciones y pagar a abogados y árbitros. Estas reclamaciones no hacen más que desviar importantes recursos públicos que se podrían destinar a impulsar la transición energética».

Por su parte, Clàudia Custodio, también portavoz de Ecologistas en Acción y de la campaña No a los TCI, ha añadido: «Si bien la salida del TCE no conduce automáticamente a una transición energética justa, es sin duda un paso necesario que despejará el camino hacia el abandono de la economía fósil y el desarrollo de regulaciones ambiciosas y participadas, como el impulso del autoconsumo o las comunidades energéticas entre otras muchas cosas».

Ecologistas en Acción ha recordado que en 2015 miles de personas en toda Europa salieron a las calles y consiguieron impedir que se firmara el Tratado Transatlántico para el Comercio y la Inversión (TTIP) entre la UE y EEUU. También la ciudadanía y las principales organizaciones ecologistas—Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF— llevan años exigiendo la salida de España del TCE.

La salida de España del TCE es otra victoria que nos recuerda, una vez más, que la lucha de las organizaciones y movimientos sociales es crucial a la hora de impulsar cambios para la construcción de sociedades más justas que sitúen el bienestar social y del planeta en el centro”, ha concluído Marta García Pallarés.

3. La fe en los medios de comunicación

Me resulta difícil de creer, pero al parecer hay periodistas occidentales que creen que ellos sí que cuentan la verdad, y se frustran cuando ven que los rusos no se creen ni su prensa, ni la otanista.

Una de las cosas más frustrantes cuando hablas con rusos es su opinión sobre los medios de comunicación. Simplemente rehusan creer nada.

Aceptan que los medios rusos están constantemente arrojando propaganda, pero SIEMPRE le sigue «Pero los medios occidentales también mienten sobre Ucrania».

Décadas de mierdas y mentiras ha hecho que crean que absolutamente cualquier pieza informativa es propaganda. No importa si viene de RIA Novosti, BBC o CNN. Todos cuentan mentiras. Nadie sabe la verdad.»

Como es lógico, los rusos se parten cuando se encuentran gente así

«Soy optimista sobre las perspectivas históricas del pueblo ruso en la «era de la desinformación» porque el estado normal del ruso medio es que el gobierno está lleno de mierda y los medios mienten, mientras los occidentales viven en el universo cinemático de Marvel

Los occidentales desean desesperadamente que la conciencia rusa de que los gobiernos sean en general una mierda y los medios generalmente un atajo de estafadores deshonestos se traduzca en la aprobación de las políticas occidentales antirusas, lo que, por supuesto, no hacen.»

https://twitter.com/RWApodcast/status/1580502513102385152

4. Situación militar

Hoy, poca cosa, que ayer envié demasiados mensajes.

Sigue la guerra de nervios: Bielorrusia acaba de declarar el «estado de operación antiterrorista». Un paso más en la posible intervención directa de las tropas del país en el conflicto. https://twitter.com/kuzmlive/status/1580699598200328192

Borrell sigue haciendo de las suyas con declaraciones «explosivas». Si ayer decía que Europa es un jardín, y el resto del mundo una selva, luego declaró que si Rusia usase armas nucleares en Ucrania, el ejército ruso sería aniquilado. Poco después, un funcionario europeo contestó lo siguiente al Wall Street Journal: «Él, sin tener autoridad para hacerlo, habló sobre opciones [respuesta] de las que no es responsable, mediante medios que no tiene. Sólo podemos estar perplejos» https://t.me/tass_agency/160500

-«Guerra en Ucrania» publica una entrada que consta básicamente de los informes de Rybar, por lo que no los incluiré más adelante, aunque sí sus vídeos: https://guerraenucrania.wordpress.com/2022/10/13/parte-de-guerra-13-10-2022-informe-especial/

-El mapa fijo de War Mapper: https://twitter.com/War_Mapper/status/1580714054062333952

-Los dos vídeos de hoy de «Yuri», el mismo que os pasé ayer, porque creo que explica muy bien la evolución, con mucho detalle: https://twitter.com/DeuNachrichten/status/1580785174811676674 (primera parte) y https://twitter.com/DeuNachrichten/status/1580785244378390528 (segunda). En ruso con subtítulos en inglés.

-La crónica de Rybar sobre la situación en la zona de Starobelsk entre el 11 y el 13 de octubre: https://twitter.com/DeuNachrichten/status/1580788850548670466

-Y otro vídeo muy interesante de Rybar sobre la posible ocupación de la central nuclear de Zaporizhie por parte de los ucranianos: https://twitter.com/rybar_en/status/1580701933081628672

Os paso los textos del vídeo traducidos:

El escenario ucraniano de la ocupación del PN de Zaporizhzhia

La central nuclear de Zaporizhia es la mayor central nuclear de Europa. Antes del inicio de la operación especial, la central nuclear de Zaporizhia generaba 1/5 de toda la electricidad de Ucrania. Ahora la central está desconectada de la red ucraniana y los reactores están apagados debido a los constantes bombardeos.

En estos momentos, con la mediación del OIEA, Rusia y Ucrania están negociando sobre la desmilitarización de la zona de la central. La parte ucraniana exige la retirada de todas las unidades rusas del lugar.

Los negociadores rusos están seguros de que Ucrania romperá sus promesas, por lo que comenzaron a construir una cubierta protectora para el almacenamiento de combustible nuclear gastado en el territorio de la NPP. Esto es lo que las AFU están bombardeando, tratando de causar un desastre nuclear y luego culpar a Rusia.

Al mismo tiempo, las unidades ucranianas están practicando un escenario de fuerza para tomar la planta. El agua en el embalse de Kakhovka comenzó a ser descargada con el fin de dañar las barreras de minas rusas cerca de la orilla del río.

Al mismo tiempo, las unidades especiales de reconocimiento de la Infantería de Marina ucraniana llevan a cabo un entrenamiento diario de desembarco de tropas en la orilla no equipada en Vilnoandriivka.

Según la administración estatal regional de Zaporizhzhya, las unidades ucranianas podrían intentar ocupar la estación el 14 de octubre. Es posible que se produzca un desembarco anfibio desde las direcciones de Nikopol y Zolota Balka.

También existe la posibilidad de otro escenario: se podría concluir un acuerdo falso a través del OIEA para desmilitarizar la estación, tras lo cual los acuerdos serán interrumpidos por Ucrania.

Para la parte ucraniana, la central nuclear de Zaporizhzhia es un símbolo importante que debe ser devuelto al control de Kiev.

Y, por último, la entrada de hoy en Slavyangrad.es:

https://slavyangrad.es/2022/10/14/lucha-por-los-cielos/

Lucha por los cielos

Desde el comienzo de la guerra en 2014, cuando Ucrania se encontró con un ejército desorganizado y en el que la corrupción de los años de la restauración capitalista había hecho mella, Kiev ha tenido clara la obligación moral de sus socios occidentales de suministrar el armamento necesario para ganar la guerra. Presentando siempre el conflicto como un enfrentamiento contra Rusia, aunque no lo fuera realmente hasta el 24 de febrero de 2022, Ucrania ha presionado y suplicado a los países de la OTAN, especialmente a Estados Unidos, en busca de renovar su armamento y acercarse así a la entrada en la Alianza, uno de los principales objetivos de las administraciones post-Maidan mucho antes de que las tropas rusas cruzaran la frontera.

En los primeros años de guerra, cuando Ucrania se enfrentaba a una milicia improvisada apoyada por miles de voluntarios rusos y ayuda extraoficial que llegaba de la frontera (en los últimos meses, Evgeny Prigozhin ha admitido la presencia de mercenarios de su empresa, Wagner en Donbass), el principal objetivo de Kiev fueron los misiles antitanque Javelin. El conflicto, especialmente tras la firma de los acuerdos de Minsk en febrero de 2015, se limitaba a una incansable guerra de trincheras en las que era la artillería la que primaba. La escasa distancia que separaba a los dos bandos en conflicto hacía innecesario suplicar artillería de largo alcance. La artillería ucrania era más que suficiente para mantener vivo el conflicto y justificar así más financiación, más misiones extranjeras de entrenamiento de tropas en un momento en el que la guerra “contra Rusia” estaba siendo utilizada como un mito fundacional en el proceso de construcción nacional de una nueva Ucrania.

Entregados finalmente los misiles antitanque Javelin en tiempos de Donald Trump -Obama había considerado la entrega de armamento “ofensivo” una línea roja cuyo cruce era innecesario-, Ucrania buscó nuevas armas que solicitar a sus socios. Era el tiempo de solicitar la entrega de drones turcos Bayraktar, que al igual que los Javelin cambiarían el rumbo del conflicto, desde hacía varios años estancado en un proceso de paz en el que Ucrania nunca tuvo intención de negociar ni de cumplir los términos firmados. Sus éxitos en los tiempos de la guerra Ucrania-Donbass se limitaron a la captura de una única localidad sin importancia estratégica y apenas defendida por el ejército de la RPD. El acto, eso sí, permitió a Ucrania jactarse del uso de un Bayraktar para destruir un tanque de la RPD en una trinchera. Como colofón, el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksiy Reznikov, alegó que el uso de Bayraktar por parte de Ucrania no infringía los acuerdos de Minsk. Dichos acuerdos no solo prohibían el uso de drones a ambos bandos -la OSCE era la única parte autorizada para utilizar vehículos no tripulados- sino que se encontraba en vigor un alto el fuego, por lo que todo ataque estaba, por principio, prohibido.

La intervención rusa provocó un cambio absoluto en el rumbo de la guerra, que no solo se extendió de Donbass a gran parte del país, sino que cambió completamente la dinámica y los medios utilizados en el día a día. Atrás quedó la guerra de trincheras sin avances territoriales y sin uso de aviación, anulada por las milicias de la RPD y la RPL a base de MANPADs en 2014 y el conflicto, aunque nunca llegara a convertirse en una guerra abierta, amplió la gama de ataques y cambió completamente las necesidades de las tropas en liza.

Fracasado el intento ucraniano de lograr que la OTAN “cerrara los cielos de Ucrania” con una zona de exclusión aérea, que no solo habría implicado derribar las aeronaves rusas dentro de Ucrania sino también dentro de Rusia, Ucrania se centró en la exigencia de carros de combate y, sobre todo, artillería de largo alcance. Aunque utilizados de forma combinada con otra artillería pesada de producción ucraniana o rusa, los tan preciados HIMARS estadounidenses y otra artillería de largo alcance suministrada por los países europeos ha causado serias pérdidas a Rusia y las Repúblicas Populares. En una táctica de uso combinado con otros proyectiles de menor coste económico, los HIMARS han sido clave a la hora de inhabilitar el importante puente Antonovsky, que une la margen izquierda del Dniéper con la ciudad de Jerson. Aunque el puente soviético se mantiene en pie, los meses de constantes ataques han hecho inviable su reparación. Agujereado, parece haber sido abandonado, una pérdida sustancial para las tropas rusas a la hora de suministrar a sus tropas en Jerson, especialmente ahora que se aproxima la batalla por la ciudad, y para evacuar a la población, como solicitaba ayer Vladimir Saldo, gobernador en funciones de la parte de la región bajo control ruso.

La artillería de largo alcance de los países de la OTAN ha sido clave también para hacer estallar numerosos polvorines y arsenales de las tropas rusas y los ejércitos de la RPD y la RPL, que han dificultado la ya de por sí deficiente logística rusa en esta guerra. Pero han sido utilizados también en bombardeos indiscriminados de la ciudad de Donetsk o de numerosas localidades de la retaguardia. La localidad de Perevalsk, en la retaguardia de la RPL, tuvo el honor de ser la primera en la que Ucrania utilizaba sus nuevos HIMARS, que también hicieron acto de presencia en Alchevsk, tiempo atrás base de la brigada Prizrak de Alexey Mozgovoy, donde Ucrania destruyó el depósito de autobuses.

Los ataques rusos de los últimos días han aumentado una exigencia que Kiev había planteado hace semanas. Aunque uno de los principales éxitos de Ucrania en esta guerra ha sido precisamente impedir que Rusia se hiciera con el control de los cielos, algo que ha logrado gracias a sus defensas, la entrega de armas antiaéreas por parte de los países de la OTAN e Israel ha sido una de las exigencias más repetidas en los últimos meses. La fortaleza de las defensas antiaéreas de los dos contrincantes, que poseen sistemas similares, ha hecho de la aviación un elemento secundario en una guerra en la que el protagonismo absoluto ha sido de la artillería. Sin embargo, la aparición en el frente de drones de fabricación iraní ha servido de argumento para recuperar ese deseo y hacerlo con más ímpetu. El argumento del peligro iraní ha sido la principal baza para tratar de lograr de Israel un “Iron dome” a un Tel Aviv que trata de mantener el equilibrio entre la defensa de Ucrania y el mantenimiento de relaciones cordiales con Moscú. La seguridad de sus aeronaves en sus ataques contra Siria podría estar en juego.

A lo largo de la última semana, la presencia de los drones kamikaze iraníes en el discurso ucraniano se ha hecho aún más presente. Por primera vez desde el comienzo de la guerra, Rusia ha atacado, durante al menos cuatro días consecutivos, infraestructuras críticas ucranianas, especialmente instalaciones de producción y suministro eléctrico, aunque también nudos de comunicaciones y conexiones ferroviarias. Y lo ha hecho replicando, en cierta forma, la estrategia ucraniana contra el puente Antonovsky. El uso masivo de drones kamikaze no solo permite la destrucción de objetivos secundarios -los ataques en el puerto de Odessa mostraron la capacidad de estas armas, pero también que no pueden sustituir a los misiles Kalibr-, sino saturar las defensas antiaéreas con multitud de objetivos simultáneos. Con ello aumentan las posibilidades de que los misiles, con mayor capacidad de destrucción y también de coste significativamente más elevado, consigan alcanzar sus objetivos en lugar de ser derribados.

En los últimos días, la prensa occidental ha pasado de un discurso de condena de ataques indiscriminados rusos contra ciudades ucranianas a tener que explicar los motivos del reducido -aunque siempre condenable- número de civiles que han muerto en esas decenas de ataques. Mientras la prensa alega la baja calidad de los misiles rusos, Ucrania responde afirmando haber derribado la práctica totalidad de los proyectiles. Sin embargo, Kiev admite también que alrededor del 30% de las infraestructuras eléctricas habían resultado afectadas en apenas dos días de ataques rusos. Y pese a la aparente práctica infalibilidad de sus defensas aéreas, Ucrania exige armas a sus socios, que ya han anunciado planes para enviar tanto defensas antiaéreas de gran potencia -aunque difícilmente capaces de superar los éxitos que Ucrania afirma haber logrado estos días- e inhibidores de drones.

Ante el riesgo de que Rusia, reforzada con armas de las que carecía hasta hace apenas unas semanas, consiga hacerse con el control de los cielos, los países de la OTAN tratan de responder con rapidez. Por el momento, los misiles rusos han infligido daños que Ucrania no parecía esperar y los drones iraníes han causado varias preocupaciones. En el día de ayer, admitido por ambas partes y con imágenes que prueban el derribo, un dron kamikaze iraní logró infligir daños en un MiG-29 de la aviación ucraniana, cuyo piloto hubo de eyectarse y tras lo que la aeronave se estrelló para quedar destruida. Por otra parte, Ucrania y sus socios temen también que Rusia esté utilizando los drones como señuelo para hacer responder a las defensas antiaéreas ucranianas y tratar de destruirlas. La lucha por los cielos de Ucrania está en marcha.

Autor: admin

Profesor jubilado. Colaborador de El Viejo Topo y Papeles de relaciones ecosociales.

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