Del compañero y miembro de Espai Marx, Carlos Valmaseda.
1. Guerra híbrida a los BRICS.
2. Mi imagen del día.
3. Primeros esbozos de ecofascismo.
4. Guerra híbrida contra los BRICS.
5. Los objetivos geopolíticos árabes.
6. ¿Escisión en Die Linke?
7. La industria alemana, kaputt-
8. Perdiendo aceite.
9. La respuesta de Parrique a David Cayla.
10. De nuevo sobre la desdolarización.
11. Situación militar.
1. Guerra híbrida a los BRICS
Pepe Escobar se nos ha echado definitivamente al monte prorruso, y parece el principal promotor de este Movimiento Internacional Rusófilo (MIR)… El texto tiene muchísimos enlaces y vídeos, pero os paso solo la traducción del cuerpo principal.
El golpe a Rusia: El nacimiento del movimiento rusófilo internacional (MIR)
Por un enviado especial, con introducción de Pepe Escobar
Pepe Escobar – 3 junio, 2023
El arzobispo Vigano, Sergei Lavrov y otras personalidades dan el pistoletazo de salida a un nuevo y prometedor movimiento popular mundial que podría llegar a ser muy, muy grande. Rusófilos de 40 países se reúnen en Moscú.
Tengo el placer de presentar el primer informe completo y detallado en inglés, escrito por una persona con información privilegiada, sobre el Movimiento Rusófilo Internacional, lanzado el mes pasado en Moscú.
Este proyecto, apoyado por el Ministerio ruso de Asuntos Exteriores, pretende contrarrestar las implacables olas de rusofobia y cultura de cancelación desatadas por los sospechosos habituales desde el inicio de la Operación Militar Especial (OME) en Ucrania en febrero de 2022.
Como los lectores podrán comprobar, se trata de un proyecto de información multipolar que puede convertirse en una inspiración para el Sur Global. Se trata de contrarrestar la arrogancia y la intolerancia con una postura afirmativa profundamente arraigada en la cultura, los valores civilizacionales y la visión de un sistema de relaciones internacionales más equitativo.
Es hora de cambiar la narrativa. Disfrutar del viaje (P.E.)
Desde el inicio de la operación militar rusa en Ucrania en febrero del año pasado, los medios de comunicación de la élite globalista se han puesto las pilas tratando de presentar a Rusia tal y como existe hoy en día, y a todo lo ruso -su gobierno, presidente, cultura, historia, religión- como el epítome del mal. Como era de esperar, esto está fallando gravemente. Al darse cuenta de la oportunidad, una destacada figura pública búlgara está llevando su movimiento rusófilo de 20 años a todo el mundo, con el aplauso y el aliento del gobierno ruso y de las influyentes élites rusas. Si se consolida, lo que es una posibilidad muy real, Rusia y sus muchos amigos y admiradores de todo el mundo se habrán anotado una poderosa victoria de relaciones públicas contra las élites globalistas.
El recientemente inaugurado Movimiento Rusófilo Internacional (MIR, Mouvement International Russophile), que significa «paz» o «mundo» en ruso, celebró su congreso fundacional en marzo en Moscú con una brillante serie de actos públicos bien organizados y muy cubiertos por los medios de comunicación rusos, en los que participaron amigos y delegados de 42 países.
La fiesta de bienvenida fue un acontecimiento muy ruso, con animados brindis, un rico bufé, un excelente grupo de música y danza cosaca, vodka y champán a raudales, y mucha alegría por doquier. La Sra. Zakharova, conocida por su afición a la danza folclórica rusa, no decepcionó, disfrutando claramente de la oportunidad de subirse a los tacones, una distracción probablemente bienvenida de las infowars diarias de las que es una popular campeona rusa.
Enlace al vídeo anterior. 820.000 visitas.
Al día siguiente, el MIR celebró acertadamente su congreso fundacional en un gran atrio acristalado del principal museo de Rusia dedicado a su poeta favorito, el genio ruso Alexander Pushkin. Pesos pesados de la política rusa de todo el espectro dieron la bienvenida a los delegados, empezando por el ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, la Sra. Zakharova de nuevo, varios jefes de los principales partidos políticos rusos, altos cargos del Gobierno, el destacado empresario Konstantin Malofeev, el influyente filósofo político Alexander Dugin, y una calurosa bienvenida del jefe de la Iglesia rusa, el Patriarca Kirill, transmitida por el Sr. Malofeev.
Un discurso muy memorable en un día de grandes discursos vino del arzobispo italiano Vigano, ex Nuncio Papal en los EE.UU. y crítico abierto del Papa Francisco, quien dio un discurso de 10 minutos a través de enlace de vídeo, llamando a Rusia, «el último bastión de la civilización contra la barbarie». Para la traducción del texto en inglés, haga clic aquí. Aquí hay una buena reseña del discurso. Aquí está el vídeo en italiano.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, pronunció el discurso principal del acto. Comenzó leyendo un mensaje del Presidente Putin al Congreso. Puede consultar el texto completo aquí. Su intervención incluyó las típicas réplicas de Lavrov:
Aquí todos somos adultos. No tratemos de ser condescendientes, como hacen nuestros colegas occidentales cuando exigen públicamente que todos, incluidos los países que representan a grandes civilizaciones antiguas, sigan sus órdenes.
Aquí radica la diferencia entre nosotros y aquello en lo que está degenerando la civilización occidental, obsesionada con su grandeza y excepcionalidad. Ahora lucha por su vida y hace lo que sea para aferrarse a un dominio mundial que se le escapa.
Estados Unidos (anglosajones, admitámoslo) ha tomado las riendas del poder en sus manos y no se anda con rodeos a la hora de decirle a Europa que se olvide de la autonomía estratégica. ¡Nada de autonomía estratégica para vosotros! Todos ustedes, les hacen saber, harán lo que nosotros digamos.
Un gran número de europeos impregnados de las tradiciones de los clásicos de nuestro vasto continente común no están dispuestos a renunciar a los logros de nuestra cultura e historia comunes, ni a la lucha por los derechos que realmente necesitan los pueblos de nuestro planeta, incluido nuestro vasto continente euroasiático común.
También intervinieron miembros fundadores del MIR, entre ellos el conocido periodista brasileño Pepe Escobar, el empresario Pierre de Gaulle (nieto del antiguo presidente francés), la popular escritora, académica y activista pública italiana, la Presidenta de la Sociedad Árabe Alemana, Princesa Dra. Vittoria Alliata, y el político y activista alemán Waldemar Herdt (antiguo miembro del Bundestag por la AfD).
El discurso de la Dra. Alliata, que comparó la rusofobia con la islamofobia, también fue muy bien recibido, y da una buena idea del alto nivel oratorio del acto. El vídeo del discurso puede verse aquí. El texto completo en inglés puede encontrarse aquí, y aquí hay una entrevista informativa (impresa) con Alliata de un sitio de noticias cristiano ruso (Tsargrad).
Tras los discursos, los delegados fundaron formalmente el movimiento y eligieron un órgano de gobierno.
Escribiendo sobre el evento en Zerohedge, Escobar explicó por qué se unió al MIR:
Soy miembro fundador y mi nombre figura en los estatutos. En mis casi cuatro décadas como corresponsal extranjero, nunca he formado parte de ningún movimiento político/cultural en ningún lugar del mundo; los nómadas independientes son una raza feroz.
Pero esto es extremadamente serio: las actuales e irremediablemente mediocres autodenominadas «élites» del Occidente colectivo no quieren menos que cancelar Rusia en todo el espectro.
No pasarán.
Aquí está el discurso de Escobar:
Aquí hay un enlace a una entrevista con el Dr. Alliata de RT en los márgenes
Aquí hay un enlace a un vídeo del acto completo (en ruso)
La Iglesia Ortodoxa Rusa oficial también estuvo fuertemente representada en el congreso, enviando a cuatro representantes para participar. Aquí hay un enlace a un reportaje de la televisión rusa (en ruso).
Por la noche, los delegados y sus amigos volvieron a ser agasajados en la «Casa de Recepciones» del Ministerio de Asuntos Exteriores, una extraordinaria mansión gótica del siglo XIX en el centro de Moscú que perteneció a uno de los hombres más ricos de la Rusia zarista y que el Ministerio utiliza ahora para sus eventos sociales más lujosos. Lavrov y Zakharova asistieron de nuevo, junto con otras personalidades, y estuvieron a disposición de los invitados durante horas, a menudo codeándose con pequeños grupos en un animado intercambio de ideas. Fue todo lo contrario de una reunión rígida y formal, y un claro ejemplo de cómo la Rusia oficial utiliza el encanto personal y la diplomacia de un modo inusualmente eficaz.
Otros nombres destacados que participaron en los actos fueron la periodista alemana y sensación de las redes sociales Alina Lipp, el activista y empresario ruso Alexey Komov, el actor estadounidense Steven Seagal, el sacerdote cristiano ortodoxo estadounidense Joseph Gleason y el periodista alternativo alemán Thomas Roeper, que escribió sobre el acto para el público alemán.
El entusiasmo por el MIR llega hasta el Sr. Putin, que concedió a Malinov una rara medalla, la «Orden de la Amistad», en 2019. En ese momento, Malinov le contó a Putin su deseo de crear un movimiento rusófilo global y Putin apoyó de corazón la idea.
La cuestión central es si, tras un lanzamiento tan fuerte, el MIR se pone realmente manos a la obra y realiza el duro trabajo necesario para cumplir su promesa. La entusiasta despedida de la clase dirigente rusa es comprensible y, de hecho, los beneficios diplomáticos, de poder blando y de relaciones públicas de la MIR son evidentes. Sería el colmo que, frente a una campaña masiva de los medios de comunicación globalistas para aislar a Rusia, millones de personas de todo el mundo, especialmente en Estados Unidos y Europa Occidental, el territorio de la élite globalista, rechazaran la demonización y dijeran que más bien les gusta y admiran a Rusia por multitud de razones. Esto es precisamente por lo que apuesta el MIR.
Rusia, más que la mayoría de los países, cuenta con un enorme recurso de poder blando, en gran medida desaprovechado, en la inusitada riqueza y popularidad de sus logros culturales, cristianos e históricos a lo largo de los siglos. Su literatura, música, ballet, danza, arte, deportes y demás son legendarios y ampliamente queridos y admirados, y no es probable que sucumban a una rutinaria campaña de demonización globalista. La emergencia de Rusia como principal defensora del cristianismo tradicional es otro frente convincente. Décadas de defensa de la soberanía y de los movimientos anticoloniales en el Tercer Mundo han granjeado a Rusia amigos y admiradores en todo el Sur global.
Parece que el MIR es en gran medida la idea correcta en el momento adecuado, coincidiendo con un sorprendente aumento del apoyo y la simpatía hacia Rusia en Occidente, y en todo el mundo, en los últimos meses en respuesta al conflicto de Ucrania. Si al comienzo de la intervención militar, hace 14 meses, reinaba la propaganda globalista occidental, generando una fuerte simpatía por Ucrania, desde entonces las poblaciones occidentales han tenido tiempo de entender mejor el conflicto, y con los hechos ampliamente disponibles en Internet, muchas personas se están poniendo del lado de Rusia. Tanto en EE.UU. como en Europa Occidental, el apoyo a Rusia ha crecido de forma espectacular, alcanzando niveles significativos, como el 30% en EE.UU., lo que ejerce presión sobre la capacidad de la clase dirigente neoconservadora para proseguir la guerra.
La semana pasada, un mes después de la fundación de MIR, tuvimos la oportunidad de sentarnos con Malinov en Moscú y preguntarle qué progresos está haciendo MIR y qué pueden esperar los rusófilos de todo el mundo en el futuro. Nos confirmó que el trabajo avanza a toda máquina, con planes impresionantes.
En concreto, están construyendo un sitio web mundial en varios idiomas a través del cual los miembros puedan mantenerse en contacto con el movimiento y conocer las últimas actividades, y que permita a la gente registrarse y afiliarse. También están planeando una serie de eventos en línea a lo largo del año, «mesas redondas» virtuales sobre multitud de temas relacionados con la cultura y la historia rusas. El más próximo, un debate en línea de 24 horas sobre la multipolaridad, está previsto para el 29 de abril. Está abierto a todo el mundo que quiera participar. Los detalles sobre cómo hacerlo pueden encontrarse aquí.
Se está planeando una mesa redonda física en Serbia para finales de junio, también con participación en línea. Y lo que es más importante, se está debatiendo la posibilidad de organizar peticiones. Una posibilidad que se está barajando es realizar una campaña de recogida de firmas en la UE con el objetivo de reunir un millón de firmas exigiendo el fin de las sanciones económicas contra Rusia, lo que obligaría, por ley, a un debate sobre el tema en el Parlamento Europeo. La «diplomacia de los pueblos» será fundamental para el MIR, lo que implicaría fomentar el turismo a Rusia y hacer de los visados turísticos un trámite sencillo y sin complicaciones. En enero de 2024 quiere celebrar un gran acontecimiento en Moscú, que atraiga de nuevo a cientos de personas de todo el mundo en nombre de la rusofilia.
Raíces búlgaras
Malinov (Wikipedia), de 54 años, una figura pública de toda la vida en su Bulgaria natal, ha promovido profesionalmente la rusofilia durante casi toda su vida política. Explicó que, al igual que en la vecina Serbia, el afecto por Rusia es una poderosa corriente política en Bulgaria, debido a una secular hermandad eslava y cristiana ortodoxa (los pueblos ruso y búlgaro proceden de las mismas tribus eslavas) entre Bulgaria y Rusia que se remonta a 1500 años.
Bulgaria es la cuna de la lengua eclesiástica, el eslavo eclesiástico antiguo, utilizado en los servicios religiosos, las oraciones y las Biblias en Rusia (en la que los rusos incluyen a Ucrania y Bielorrusia), Bulgaria y Serbia. De hecho, Bulgaria, al igual que Serbia, recuperó su independencia del imperio otomano gracias al considerable sacrificio y apoyo rusos en las guerras ruso-turcas de …, y Bulgaria, al igual que Serbia, fue un importante refugio para los rusos blancos que huían del infierno bolchevique.
Malinov participó en la fundación del movimiento rusófilo búlgaro en 2003, y desde entonces ha sido una parte importante de su vida; de hecho, es una fuerza significativa en la política nacional búlgara.
Malinov afirma que lleva años pensando en crear un movimiento rusófilo global, y que la decisión de empezar se tomó en septiembre del año pasado, cuando habló de ello con el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, cuando asistieron a la inauguración de una estatua de San Alejandro Nevski (+1263), uno de los héroes militares y religiosos más grandes y populares de Rusia, en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Moscú.
Comenzó a presionar activamente a los líderes políticos rusos para que se pusieran detrás de un movimiento rusófilo global a partir de 2018, en el Foro de Livadia, una conferencia anual celebrada por el Consejo de la Federación, el equivalente ruso del Senado de Estados Unidos, en el famoso palacio real del mismo nombre en Crimea, uno de los favoritos del último zar y su familia, que desde entonces han sido canonizados. El evento anual se inició después de que Crimea votara a favor de formar parte de Rusia con el objetivo de reunir a amigos de Rusia de todo el mundo.
La organización búlgara «Rusófilos» de Malinov tiene delegaciones en toda Bulgaria y ha organizado actos públicos al aire libre a los que han asistido 40.000 personas. Aquí hay un enlace a su sitio web, y un artículo de Wikipedia sobre ellos. Sus actividades incluyen el mantenimiento de monumentos públicos a la amistad ruso-búlgara, la identificación de fechas históricas importantes en torno a las cuales organizar actos públicos, mesas redondas y conciertos, la publicación de libros, artículos, segmentos de televisión y películas, y la educación sobre Rusia, incluida la colaboración con escuelas y guarderías.
Malinov ha desarrollado toda su carrera en la política de partidos búlgara, principalmente en el Partido Socialista Búlgaro (PSB), sucesor socialdemócrata del Partido Comunista Búlgaro.
2. Mi imagen del día: las recetas israelíes
Es bien sabido que los israelíes presentan como platos propios recetas que son comunes a todo el Mediterráneo oriental: falafel, hummus, etc. Un ejemplo típico reciente:
En esta imagen vemos perfectamente explicado el modus operandi israelí para crear su cocina nacional: Fuente: https://twitter.com/palinfoen/
3. Primeros esbozos de ecofascismo
En política el vacío no existe, así que ante el principal reto que tenemos ya, si no hay ecosocialismo, puede que llegue el ecofascismo.
https://www.elsaltodiario.com/
Supremacía verde: cuando la extrema derecha se apropia del ecologismo
A medida que las consecuencias del cambio climático son cada vez más difíciles de ignorar, algunas facciones de la extrema derecha están empezando a reconocer la gravedad de la situación. La incapacidad de las políticas convencionales para responder a los retos que supone el calentamiento del planeta puede generar frustración e impotencia entre la ciudadanía, lo que podría desembocar en un vuelco hacia unas ideologías y medidas nefastas.
Diego Marín Roig
Marguerite Culot
12 jun 2023 06:05
4. Guerra híbrida contra los BRICS
Tres artículos sobre la guerra híbrida emprendida por EEUU contra los BRICS, intentando dividirlos. El propio Pepe Escobar, el autor, propone leerlos juntos.
En otro orden de cosas, se acaba de publicar que Emmanuel Macron ha pedido a Ramaphosa participar en la próxima cumbre del BRICS, que se celebrará en Sudáfrica. https://twitter.com/ (el artículo en el que se basa el tuit es de pago: Pourquoi Emmanuel Macron veut aller au sommet des Brics)
Escobar: The Hegemon Will Go Full Hybrid War Against BRICS+
El hegemón se lanzará a la guerra híbrida contra los BRICS
Lunes, Jun 12, 2023 – 11:30 AM
Autor: Pepe Escobar,
Los Think Tank Land hacks estadounidenses no están precisamente familiarizados con Montaigne: «En el trono más alto del mundo, seguimos sentados sólo sobre nuestro propio trasero».
La arrogancia lleva a estos especímenes a presumir de que sus flácidos traseros están situados muy por encima de los de los demás. El resultado es que una mezcla característica de arrogancia e ignorancia siempre acaba desenmascarando la previsibilidad de sus pronósticos.
La Think Tank Land estadounidense -embriagada por su autocreada aura de poder- siempre telegrafía por adelantado lo que se trae entre manos. Así ocurrió con el Proyecto 11-S («Necesitamos un nuevo Pearl Harbor»). Fue el caso del informe RAND sobre la sobreextensión y el desequilibrio de Rusia. Y ahora es el caso de la inminente guerra estadounidense contra los BRICS, tal y como la describe el presidente del Eurasia Group, con sede en Nueva York.
Siempre es doloroso sufrir los sueños húmedos intelectualmente superficiales de Think Thank Land disfrazados de «análisis», pero en este caso concreto los principales actores del Sur Global deben ser muy conscientes de lo que les espera.
Como era de esperar, todo el «análisis» gira en torno a la inminente y devastadora humillación para el Hegemón y sus vasallos: lo que suceda a continuación en el país 404, también conocido -por ahora- como Ucrania.
Brasil, India, Indonesia y Arabia Saudí son descartados como «cuatro grandes indecisos» en lo que se refiere a la guerra de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia. Es el mismo viejo tropo de «estás con nosotros o contra nosotros».
Pero entonces se nos presentan los seis principales culpables del Sur Global: Brasil, India, Indonesia, Arabia Saudí, Sudáfrica y Turquía.
En otra burda remezcla parroquial de una frase hecha referida a las elecciones estadounidenses, se les califica como los Estados clave que el Hegemón necesitará seducir, engatusar, intimidar y amenazar para asegurar su dominio del «orden internacional basado en normas».
Arabia Saudí y Sudáfrica se añaden a un informe anterior centrado en los «cuatro grandes indecisos».
El manifiesto de los Estados indecisos señala que todos ellos son miembros del G-20 y «activos tanto en geopolítica como en geoeconomía» (¿en serio? Eso sí que son noticias de última hora). Lo que no dice es que tres de ellos son miembros del BRICS (Brasil, India y Sudáfrica) y los otros tres son serios candidatos a unirse al BRICS+: las deliberaciones se acelerarán en la próxima cumbre del BRICS en Sudáfrica en agosto.
Así que está claro de qué va el manifiesto de los Estados indecisos: una llamada a las armas para la guerra estadounidense contra los BRICS.
Así que el BRICS no tiene garra
El manifiesto de los Estados indecisos alberga sueños húmedos de deslocalización y deslocalización amistosa lejos de China. Tonterías: el aumento del comercio intra-BRICS+ estará a la orden del día a partir de ahora, especialmente con la ampliación de la práctica del comercio en monedas nacionales (véase Brasil-China o dentro de la ASEAN), el primer paso hacia la desdolarización generalizada.
Los Estados oscilantes se caracterizan por «no ser una nueva encarnación» del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL), ni de «otras agrupaciones dominadas por el Sur Global, como el G-77 y los BRICS».
Hablando de tonterías exponenciales. Se trata del BRICS+, que ahora cuenta con las herramientas (incluido el NDB, el banco del BRICS) para hacer lo que el MNOAL nunca pudo lograr durante la Guerra Fría: establecer el marco de un nuevo sistema que eluda Bretton Woods y los mecanismos de coerción entrelazados del Hegemón.
En cuanto a la afirmación de que el BRICS no ha «tenido mucha fuerza», eso sólo revela la ignorancia cósmica de Think Tank Land de EE.UU. sobre lo que es el BRICS +.
La posición de la India sólo se considera en términos de ser un miembro de la Cuádruple – definida como un «esfuerzo liderado por EE.UU. para equilibrar a China». Corrección: contener a China.
En cuanto a la «elección» de los estados indecisos de elegir entre Estados Unidos y China en semiconductores, IA, tecnología cuántica, 5G y biotecnología, no se trata de «elección», sino de hasta qué nivel son capaces de sostener la presión hegemónica para demonizar la tecnología china.
La presión sobre Brasil, por ejemplo, es mucho más fuerte que sobre Arabia Saudí o Indonesia.
Al final, sin embargo, todo vuelve a la obsesión neoconservadora straussiana: Ucrania. Los Estados oscilantes, en diversos grados, son culpables de oponerse y/o socavar la demencia de las sanciones. A Turquía, por ejemplo, se la acusa de canalizar artículos de «doble uso» hacia Rusia. Ni una palabra sobre el sistema financiero estadounidense que obliga con saña a los bancos turcos a dejar de aceptar las tarjetas de pago rusas MIR.
En el frente de las ilusiones, esta perla destaca entre muchas: «El Kremlin parece creer que puede ganarse la vida dirigiendo su comercio hacia el sur y el este».
Pues bien, Rusia ya se está ganando muy bien la vida en toda Eurasia y en una vasta extensión del Sur Global.
La economía se ha reactivado (los motores son el turismo interno, la construcción de maquinaria y la industria metalúrgica); la inflación es de sólo el 2,5% (más baja que en cualquier lugar de la UE); el desempleo es de sólo el 3,5%; y la directora del Banco Central, Elvira Nabiullina, dijo que para 2024 el crecimiento habrá vuelto a los niveles anteriores a la Segunda Guerra Mundial.
El Think Tankland estadounidense es congénitamente incapaz de entender que, aunque las naciones BRICS+ puedan tener todavía algunos problemas serios de crédito comercial que resolver, Moscú ya ha demostrado cómo incluso un respaldo duro implícito de una moneda puede convertirse en un cambio de juego instantáneo. Al mismo tiempo, Rusia respalda no sólo el rublo, sino también el yuan.
Mientras tanto, la caravana de la desdolarización del Sur Global avanza sin descanso, por mucho que las hienas de la guerra por poderes sigan aullando en la oscuridad. Cuando se revele toda la escala -asombrosa- de la humillación de la OTAN en Ucrania, posiblemente a mediados del verano, el tren de alta velocidad de la desdolarización estará lleno, sin parar.
«Otra vez la «oferta que no puedes rechazar
Por si todo lo anterior no fuera ya bastante tonto, el manifiesto de los Estados indecisos redobla la apuesta en el frente nuclear, acusándoles de «futuros riesgos de proliferación (nuclear)»: especialmente -quién si no- Irán.
Por cierto, Rusia se define como una «potencia media, pero en declive». Y encima «hiperrevisionista». Con «expertos» así, los estadounidenses ni siquiera necesitan enemigos.
Y sí, a estas alturas ya pueden reírse a carcajadas: Se acusa a China de intentar dirigir y cooptar a los BRICS. La «sugerencia» -u «oferta que no se puede rechazar», al estilo mafioso- a los Estados indecisos es que no pueden unirse a un «organismo dirigido por China y asistido por Rusia que se opone activamente a Estados Unidos».
El mensaje es inequívoco: «La amenaza de una cooptación chino-rusa de un BRICS ampliado -y a través de él, del sur global- es real, y hay que abordarla».
Y aquí están las recetas para abordarla. Invitar a la mayoría de los Estados indecisos al G-7 (que fue un miserable fracaso). «Más visitas de alto nivel de diplomáticos estadounidenses clave» (bienvenida a la distribuidora de galletas Vicky Nuland). Y por último, pero no menos importante, tácticas mafiosas, como en una «estrategia comercial más ágil que empiece a romper la nuez del acceso al mercado estadounidense».
El manifiesto de los estados indecisos no podía sino dejar salir al gato superior de la bolsa, prediciendo, más bien rezando para que «las tensiones entre Estados Unidos y China aumenten drásticamente y se conviertan en una confrontación al estilo de la Guerra Fría». Eso ya está ocurriendo – desatado por el Hegemón.
¿Y cuál sería la continuación? El tan buscado e hilado hasta la muerte «desacoplamiento», forzando a los Estados indecisos a «alinearse más estrechamente con uno u otro bando». Es «estás con nosotros o contra nosotros» otra vez.
Ahí lo tienen. En carne y hueso, con amenazas veladas incorporadas. La Guerra Híbrida 2.0 contra el Sur Global ni siquiera ha empezado. Estados oscilantes, estáis todos avisados.
Pepe Escobar: US Attempts ’Divide and Conquer’ Strategy Against BRICS
Pepe Escobar: EEUU intenta una estrategia de «divide y vencerás» contra los BRICS
Algo extraordinario, al menos en apariencia, ocurrió al margen del Diálogo de Shangri-La en Singapur a principios de este mes, un asunto un tanto pomposo autodenominado «la principal cumbre de defensa de Asia».
Los jefes de inteligencia de 24 países se reunieron en un semiclandestino de facto, porque al final el evento se filtró debidamente (la prensa occidental lo calificó de reunión «informal»).
Entre los 24, el verdadero acuerdo incluía a Estados Unidos y a todos los demás Cinco Ojos, además de representantes de dos miembros del BRICS, China e India. Todos los demás no fueron identificados con certeza o prefirieron permanecer en el anonimato, presumiblemente debido a su condición de «colgados».
Rusia, miembro clave de los BRICS, no estaba representada.
Reuters juró que la información sobre la reunión no tan secreta procedía de cinco fuentes distintas, no identificadas. Un diplomático del Sudeste Asiático confirmó de forma independiente la presencia de los Cinco Ojos, China, India y Singapur, y eso fue todo. El patrocinador de facto de la reunión fue el Ministerio de Defensa de Singapur.
Las cosas se ponen cada vez más curiosas cuando examinamos la filtración un poco más de cerca. Tantas fuentes que básicamente se corroboran entre sí apuntan a un giro concertado, prácticamente a nivel oficial. Si se pretendía que esto fuera realmente secreto, como en el pasado, así habría sido, con todos los labios implicados convenientemente sellados. Entonces, ¿por qué filtrarlo?
La estrategia de Washington de dividir y conquistar
Históricamente, este tipo de reuniones de espías contra espías tardan siglos en prepararse, especialmente una en la que participan 24 países y en la que las superpotencias rivales son Estados Unidos y China. Eso implica innumerables sherpas cualificados redactando documentos; una logística muy complicada; un entorno ultraseguro; y un guión extremadamente detallado que cubra cada intervención.
Todo ello debió de debatirse con insoportable detalle durante meses, paralelamente a la elaboración de la agenda general del Diálogo de Shangri-La, y mientras tanto no hubo filtraciones.
Y lo que se filtró, después de la reunión, fue simplemente lo que ocurrió. Sólo se identificó plenamente a los participantes seleccionados. No hay absolutamente nada de sustancia.
Resulta increíble que los Cinco Ojos discutan abiertamente con los chinos los temores y/o procedimientos occidentales en materia de seguridad, por no mencionar a los demás colaboradores menores. Después de todo, los dirigentes de Pekín son plenamente conscientes de que Estados Unidos y el Reino Unido están embarcados en una guerra híbrida total contra China, con los Cinco Ojos y mecanismos de contención como la Cuadrilateral y AUKUS a remolque.
La razón principal de la filtración es evidente cuando vemos lo que el Think Tankland estadounidense está diciendo: Estados Unidos estaba hablando de seguridad con China e India a espaldas de Rusia. Traducción: Estados Unidos está tratando de socavar los BRICS y la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) desde dentro.
Esto es pura ilusión, porque nadie sabe nada sobre el fondo de las discusiones. El meollo del asunto no se filtró a propósito.
Al menos en la esfera pública occidental, la pista falsa de que la filtración estaba diseñada para socavar a los BRICS tendría que venir de los propios sospechosos habituales: Los think tanks estadounidenses, insertados en lo que el indispensable Ray McGovern, antiguo analista de la CIA, bautizó como MICIMATT (Military-Industrial-
El presidente del Eurasia Group lo expuso todo en detalle: La política exterior estadounidense necesita esencialmente desplegar todo el arsenal de técnicas de Guerra Híbrida para seducir, coaccionar o someter a 6 de los llamados «Estados pendulares» en la arena geopolítica: Brasil, India, Indonesia, Arabia Saudí, Sudáfrica y Turquía.
No es casualidad que tres de ellos sean miembros del BRICS (Brasil, India, Sudáfrica) y que los otros tres (Indonesia, Arabia Saudí, Turkiye) sean los principales candidatos a la inevitable expansión, BRICS+, que ya se está discutiendo y que está a punto de comenzar durante la próxima cumbre del BRICS en agosto en Sudáfrica.
Las tácticas estadounidenses siguen siendo predecibles: el clásico divide y vencerás; intentos de socavar el BRICS desde dentro mediante operaciones de relaciones públicas y una vasta 5ª brigada; y si todo va mal, intentos de revolución de color y cambio de régimen.
Recientemente, las tácticas fracasaron estrepitosamente tanto contra Turquía como contra Arabia Saudí, y también están fracasando a la hora de provocar el malestar dentro del trío clave de los RIC (Rusia-India-China).
Señales crecientes de desesperación estadounidense
La filtración fue, una vez más, un juego de sombras: una capa adicional de niebla de guerra – y relacionada con una guerra en curso. Resulta bastante intrigante que la táctica «secreta» tuviera lugar justo antes de que los sospechosos habituales dieran luz verde a Kiev para bombardear la presa de Kajovskaya, y del inicio de facto de la «contraofensiva» ucraniana, hilada hasta la muerte.
Que la directora del DNI, Avril Haines, y su homólogo de Pekín, Chen Wixin, discutan esto en la misma mesa es de lo más inverosímil.
Un escenario más realista sería tener a China e India en la misma mesa discutiendo sus intratables problemas fronterizos. Pero no necesitan ir a Singapur para hacerlo; lo hacen en el marco de la OCS, de la que ambos son miembros, con Rusia desempeñando un papel mediador.
El razonamiento de los Think Tankland/MICIMATT estadounidenses, previsiblemente disfrazado de análisis político, nunca va más allá del nivel de las conjeturas: asumen que China estaba discutiendo sobre seguridad con la superpotencia que realmente importa -Estados Unidos- mientras abandonaba su asociación estratégica global con Rusia.
El sinsentido se repite: las cuestiones de seguridad más importantes que conciernen a ambos países se discuten al más alto nivel, por ejemplo durante la reciente visita a Moscú del Ministro de Defensa chino, Li Shangfu, que tuvo un encuentro personal con Putin.
Incluso sin ninguna aportación sobre el fondo de la reunión, es justo considerar todo lo relativo a la filtración que apunta a Ucrania.
La narrativa de la inteligencia estadounidense sería algo así: necesitamos una estrategia de salida, urgentemente, de inmediato. Así que consigamos que la inteligencia china convenza a los rusos de que congelen el campo de batalla tal y como está, una especie de alto el fuego. Entonces podremos rearmar Kiev y volver a intentarlo más adelante.
Cualquiera que haya seguido la interacción de alto nivel entre Rusia y China en los últimos meses sabe que esto es -una vez más- una tontería. Puede que Pekín tenga su plan de paz de 12 puntos, que Moscú respeta. Pero los hechos sobre el terreno, impuestos por la arrogancia de Estados Unidos y la OTAN, han provocado un gran cambio en el juego.
Y luego está la cuestión realmente fundamental: cuándo y cómo decidirá Rusia cruzar el Dnepr. Sólo después de eso Moscú estará dispuesto a discutir cualquier posible «paz», y sólo bajo sus propios términos.
Al mismo tiempo, tanto Moscú como Pekín son plenamente conscientes de que la guerra por poderes de Estados Unidos y la OTAN en Ucrania contra Rusia es un ensayo incorporado en la crónica en curso de una guerra anunciada: la verdadera, la próxima, contra China, con Taiwán como pretexto.
Creer que la inteligencia china se doblegaría voluntariamente a los caprichos de los Cinco Ojos porque sienten que China está en una posición geopolítica precaria no califica ni siquiera de risible. Y, sin embargo, eso también está incorporado en el giro del Think Thankland estadounidense.
Es tan risible como la narrativa de Beltway, impuesta 24/7, de que «China amenaza con una guerra por Taiwán» cuando es el Hegemón el que está utilizando Taiwán como una Ucrania remezclada, obligando a Pekín a perder su paciencia taoísta.
Así que, al final, ¿qué es lo que realmente destaca en esta saga de espía contra espía? No mucho. Excepto otro tufillo a desesperación hegemónica.
Cómo el tren de la BRI tomó el camino de Shangri-La
En menos de una década, la BRI de China ha transformado radicalmente la geopolítica mundial. Para Occidente ya es demasiado tarde para competir.
Por Pepe Escobar 12 de junio de 2023
Es importante reconocer que la guerra por poderes de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia en Ucrania es simultáneamente una guerra diseñada para interrumpir el progreso de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) de China.
A medida que nos acercamos al décimo aniversario de la BRI, que se celebrará en el tercer Foro de la Franja y la Ruta a finales de este año en Pekín, está claro que el Cinturón Económico de la Ruta de la Seda original -anunciado por el presidente Xi Jinping en Astana, Kazajstán, en septiembre de 2013- ha recorrido un largo camino.
En enero de este año, 151 naciones ya habían suscrito la BRI: nada menos que el 75% de la población mundial que representa más de la mitad del PIB mundial. Incluso una entidad atlantista como el Centro de Investigación Económica y Empresarial, con sede en Londres, admite que la BRI puede aumentar el PIB mundial en la friolera de 7,1 billones de dólares al año para 2040, dispensando beneficios «generalizados».
Incluida en la Constitución china desde 2018, la BRI constituye de facto el marco general de la política exterior china hasta 2049, año del centenario de la República Popular China.
La BRI avanza a lo largo de varios corredores de conectividad terrestre, desde el Transiberiano hasta el «corredor central» a lo largo de Irán y Turquía y el Corredor Económico China-Pakistán (CPEC) hasta el mar Arábigo. Mientras tanto, en el frente de las vías navegables, la Ruta Marítima de la Seda ofrece una red paralela desde el sureste de China hasta el Golfo Pérsico, el Mar Rojo, la costa swahili y el Mar Mediterráneo.
Todo ello se refleja en la Ruta Marítima Septentrional, impulsada por Rusia, que conecta los lados oriental y occidental del Ártico y reduce el tiempo de navegación de ida y vuelta de Europa a Asia de un mes a menos de dos semanas.
Las élites occidentales no podían dejar de interpretar un proyecto de esta envergadura, centrado en la conectividad, la construcción de infraestructuras, el desarrollo sostenible y la perspicacia diplomática, centrado en el Sur Global, como una amenaza geopolítica y geoeconómica suprema.
Y por eso todas las turbulencias geopolíticas del tablero están directa o indirectamente relacionadas con la BRI. Incluida Ucrania.
«Una elección totalmente nueva»
En el Foro Lanting celebrado en Shangai el mes pasado, el Ministro de Asuntos Exteriores chino, Qin Gang, se mostró muy cómodo presentando a una selecta audiencia extranjera las líneas maestras de la «modernización a la china» y cómo puede aplicarse en todo el Sur Global.
Por su parte, los expertos del Sur Global tuvieron ocasión de reflexionar sobre los motivos subyacentes a la constante paranoia de «amenaza» del Occidente colectivo. La conclusión es que para EE.UU. y sus aliados vasallos es anatema que Pekín -basándose en su propio éxito- ofrezca un modelo de desarrollo alternativo frente al único producto existente en el mercado desde 1945.
La ex presidenta brasileña Dilma Rousseff, actualmente nueva presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) con sede en Shanghái -el banco de los BRICS-, explicó en el foro cómo el neoliberalismo se impuso en América Latina como un camino falso hacia el éxito económico. El modelo chino, en cambio, como subrayó, ofrece ahora una «opción totalmente nueva», que respeta las peculiaridades nacionales.
Zhou Qiangwu, vicepresidente chino del NDB, espera que esto empuje al FMI y al Banco Mundial a dar más voz al Sur Global en su toma de decisiones como parte de las nuevas «soluciones de gobernanza».
Sin embargo, es poco probable que eso ocurra porque Estados Unidos y sus vasallos no están mentalmente preparados para deshacerse de su bagaje de prejuicios seculares y sentarse a la misma mesa con los representantes del Sur Global y aceptarlos como iguales, además de como partes interesadas cualificadas.
Sin embargo, el Sur Global no espera a nadie. Las mesas redondas ya se suceden a velocidad de vértigo. Un caso clave fue la cumbre China-Asia Central celebrada los días 18 y 19 de mayo en la antigua capital imperial, Xi’an, en la que el Presidente Xi se reunió con los presidentes de Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán, las cinco antiguas repúblicas de la URSS del Heartland.
El Presidente ruso Vladimir Putin se reunió con los mismos cinco «stans» en Moscú el 9 de mayo, Día de la Victoria.
Desde el punto de vista diplomático, esto sugiere la existencia de un eje 5+2 en evolución que une a Rusia, China y los cinco «stans», que operan a través de su propia secretaría de una forma ligeramente diferente a la BRI, la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y la Unión Económica de Eurasia (UEEA).
¿Y por qué? Por un problema que aquejará a todas estas nuevas organizaciones multilaterales lideradas por el Sur Global: Las fricciones internas.
Y eso nos lleva a la presencia de India dentro de la OCS, una organización que privilegia el consenso en cada decisión.
Se trata de un problema enorme cuando se contrasta con el intratable conflicto entre India y Pakistán, y aún más delicado cuando se trata de la postura vacilante de Nueva Delhi respecto a la Quad y AUKUS. Al menos los indios no se han sometido totalmente a la OTAN en su guerra híbrida contra Rusia-China y su sueño de dictar los términos en el Indo-Pacífico.
«Una asociación euroasiática a gran escala»
Xi y Putin han comprendido perfectamente lo que está en juego en materia de energía estratégica: El aumento de los envíos de petróleo y gas ruso a China equivale a un mayor tránsito a través del Heartland. Así que es imprescindible una estrategia totalmente integrada. Y tendrá que integrarse a nivel de la BRI y de la interacción de la UEEA, aunque pueda haber un «vacío» dentro de la OCS.
Entre los ejemplos prácticos cabe citar la aceleración de la construcción del ferrocarril ultraestratégico Xinjiang-Kirguistán-
Paralelamente, el CPEC se extenderá a Afganistán: Así se decidió finalmente durante una reunión ministerial AfPak-China celebrada en Islamabad el 5 de mayo. Aunque todavía queda un expediente muy espinoso: Cómo tratar, engatusar y satisfacer a los dirigentes talibanes de Kabul.
Xi y los líderes del Heartland se comprometieron enérgicamente en Xi’an a impedir la «injerencia extranjera» y los proverbiales intentos de revolución de colores. Todo ello está diseñado para perturbar la BRI.
Ahora compárenlo con la reunión del G7 en Hiroshima, que fue otro ejercicio apenas disfrazado sobre la «contención» de China. El comunicado de Hiroshima, emitido el 20 de mayo, un día después de la reunión de Xi y Asia Central en Xi’an, insistió mucho en el «desacoplamiento», el nuevo mantra occidental que sustituye al «desacoplamiento».
La UE ya había telegrafiado la jugada a través de la notoria presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen: El engaño manda, porque el concepto que realmente importa, la «coerción económica», persiste. Sin embargo, ningún actor serio del Sur Global cree que se le esté «coaccionando» para unirse a la BRI.
Se ofreció un alivio cómico a través del compromiso del G7 de recaudar la friolera de 600.000 millones de dólares en financiación para construir «infraestructuras de calidad» a través de la denominada Asociación Mundial para la Inversión en Infraestructuras: Llámenlo la respuesta del hombre blanco a la carga del BRI.
El hecho es que nadie -desde el denominado «Indo-Pacífico» occidental hasta la ASEAN y el Foro de las Islas del Pacífico (FIP)- está dando muestras de sentirse «coaccionado» por China, por no hablar de mostrar interés en abandonar o enemistarse con una gran cantidad de perspectivas comerciales y de conectividad.
En la cumbre de la UEEA celebrada en Moscú a finales de mayo, le correspondió a Putin ir al grano haciendo hincapié en la cooperación activa de Rusia con los BRICS, la OCS, la ASEAN, el CCG y las organizaciones multilaterales de África y América Latina.
Putin se refirió explícitamente a la «construcción de nuevas cadenas logísticas sostenibles» y al desarrollo de la conexión clave entre la EAEU y el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INTSC).
Y aún hay más. También hizo hincapié en trabajar con China para «vincular los procesos de integración» de la EAEU y la BRI, «implementando así la idea a gran escala de construir una asociación euroasiática a gran escala.»
Todo está aquí: Todo lo que hace aullar de desesperación a las élites atlantistas. El viejo zorro presidente bielorruso Alexander Lukashenko, que lo ha visto todo desde sus días en la URSS, lo resumió así: Combinar los esfuerzos de integración -UEEA, OCS, BRICS- «contribuirá a la creación de la mayor coalición de Estados».
Y pronunció una frase que seguramente resonará en todo el Sur Global: «Si perdemos tiempo, nunca lo recuperaremos. El que corra más rápido ahora estará en vanguardia durante un par de décadas».
El tigre de jade se abalanza
Todo esto nos lleva a Shangri-La, la principal plataforma de diálogo de Asia Oriental, celebrada en Singapur el pasado fin de semana.
El verdadero punto culminante fue el Consejero de Estado y Ministro de Defensa, el general Li Shangfu, que explicó en detalle la «Nueva Iniciativa de Seguridad» de China.
Li hizo hincapié en el concepto de «seguridad común, integral, cooperativa y sostenible». Recuerden: Eso es exactamente lo que Moscú propuso a Washington en diciembre de 2021, que recibió una respuesta de no respuesta.
Señaló que China está «dispuesta a trabajar con todas las partes» para reforzar la conciencia de una «comunidad Asia-Pacífico con un futuro compartido» (Nota: Asia-Pacífico es la denominación que todo el mundo entiende en la región, no «Indo-Pacífico»).
Y luego entró en materia: Taiwán es el Taiwán de China. Y cómo resolver la cuestión de Taiwán es asunto del pueblo chino. El mensaje no podía ser más directo:
«Si alguien se atreve a separar Taiwán de China, los militares chinos salvaguardarán resueltamente la soberanía nacional y la integridad territorial de China sin vacilación alguna, a toda costa y sin temer a ningún adversario».
La delegación china en el Shangri-La desestimó totalmente la «llamada ‘estrategia Indo-Pacífica'» como un chabacano desvarío hegemónico.
Lo que Shangri-La desveló fue, de hecho, la respuesta clara y concisa de Pekín a todas esas descalificaciones de la BRI, a todas esas carantoñas sobre la «trampa de la deuda» y la «coerción económica», a toda esa retórica de «des-riesgo», y a todas esas crecientes insinuaciones de falsas banderas en Taiwán que conducen a la guerra «real» con la que sueñan los neoconservadores a cargo de la política exterior estadounidense.
Obviamente, los tipos intelectualmente superficiales de Beltway no captarán el mensaje. Sobre todo porque Li Shangfu era tan pulido como un tigre de jade, que se abalanzó con elegancia sobre una avalancha de mentiras. ¿Quieres meterte con nosotros? Estamos listos. Como era de esperar, los bárbaros seguirán golpeando la puerta. El tigre de jade espera.
5. Los objetivos geopolíticos árabes.
Algunos materiales sobre la posición del mundo árabe en el nuevo panorama geopolítico. En este primer vídeo, el propio MBS explica su objetivo, hacer de Oriente Medio la nueva Europa, y se marca un plazo: cinco años.
Esta misma idea se desarrolla con más amplitud en este artículo:
Arab resolve to focus on development, strategic autonomy
La resolución árabe se centra en el desarrollo y la autonomía estratégica
Por Ebrahim Hashem | China Daily Global | Actualizado: 2023-06-13 09:02
Los Estados árabes están entrando en una era de «renovación y reforma», como ha demostrado la Cumbre de la Liga Árabe celebrada este año en Arabia Saudí.
El mundo entero parece sentir el enorme impacto de una de las reuniones de líderes árabes más significativas de las dos últimas décadas, que ha enviado un claro mensaje de que los árabes están decididos a cerrar el trágico capítulo anterior de agitación y conflictos y comenzar un nuevo capítulo esperanzador de desarrollo y progreso.
El príncipe heredero y primer ministro saudí, Mohammed bin Salman Al Saud, que presidió la cumbre el 19 de mayo en Yedda, destacó la importancia de este hecho: «Estamos avanzando hacia la paz, la cooperación y el desarrollo para servir a los intereses de nuestro pueblo y proteger los derechos de nuestra patria. … Estamos cerrando la página de los dolorosos años pasados de conflictos, por los que nuestra región y nuestro pueblo han sufrido y se ha interrumpido el camino del desarrollo».
En un hecho histórico que despejó todas las dudas, el presidente sirio, Bashar al-Assad, fue recibido calurosamente en la cumbre. El regreso de Siria a su hogar árabe ha vuelto a confirmar la percepción de que la región y el mundo están experimentando una enorme transformación a muchos niveles y en muchos ámbitos. Los árabes han mostrado su determinación de utilizar su soberanía para decidir sobre los asuntos árabes y que los extranjeros, bien intencionados o no, no pueden influir en sus decisiones internas.
El papel de Siria en el mundo árabe es importante desde el punto de vista histórico, cultural, económico y de muchas otras maneras. Es difícil que el mundo árabe alcance la estabilidad y la prosperidad sin estabilidad y prosperidad en Siria.
La Liga Árabe es varios meses más antigua que las Naciones Unidas. Siria fue uno de sus siete miembros fundadores cuando muchos otros árabes aún luchaban por conseguir su independencia. Los sirios han sido una importante fuente de fuerza para los árabes y su unidad y han contribuido enormemente a sus hermanos árabes. El regreso de Siria a la Liga Árabe y a los círculos árabes de toma de decisiones añadirá potencia a las posiciones regionales e internacionales.
Con su regreso a la Liga Árabe y la participación del presidente sirio en la última cumbre, Siria y su gobierno han recuperado oficialmente su legitimidad en el mundo árabe.
Ahora los árabes colaborarán con el gobierno sirio para poner en marcha las labores de reconstrucción. Y la declaración de la cumbre mencionaba específicamente que los árabes «exigen que se ponga fin a la injerencia extranjera en los asuntos árabes y rechazan categóricamente el apoyo prestado a la formación de grupos armados y milicias».
Al aclarar en los discursos y en la declaración final de la cumbre el derecho soberano de los árabes a rechazar la intervención extranjera en sus asuntos internos, los dirigentes árabes reiteraron que rechazan completamente la hegemonía cultural y la idea de que una civilización sea superior a otra.
Tras los reveses de las dos últimas décadas, los árabes están recuperando la confianza en sí mismos, y su visión de sí mismos y de su región es cada vez más clara. Cada vez se ven más como un polo independiente en el mundo multipolar que está surgiendo. Con claridad de miras y seguridad en sí mismos, los árabes están estableciendo relaciones con países de todas las partes del mundo, asociándose con «amigos de Occidente y Oriente».
La amplitud y la profundidad de las relaciones árabes con otras naciones vienen determinadas por la capacidad y la voluntad de esas naciones de contribuir a las estrategias y la visión de desarrollo de los árabes. Los intereses del mundo árabe no se limitan a la energía o la seguridad, sino que son mucho más amplios y de mayor alcance.
Los países árabes están interesados en diversificar sus economías, mejorar su producción de tecnología e innovación, construir infraestructuras y ofrecer oportunidades de empleo a sus jóvenes poblaciones en rápido crecimiento.
Además, quieren ser considerados y respetados como un polo independiente. Las dos cartas enviadas a la cumbre por los presidentes chino y ruso, en las que elogiaban los recientes logros árabes y destacaban la importancia del papel de los árabes en un mundo multipolarizado, reforzaron la percepción de que los árabes son un actor importante en un mundo cambiante.
Como afirmó el príncipe heredero saudí, las naciones árabes poseen los ingredientes civilizacionales y culturales y los recursos humanos y naturales que le permiten asumir un papel avanzado y de liderazgo y lograr una renovación integral en todos los campos. Comentó en la cumbre árabe-china de diciembre: «Que el mundo sepa que los árabes se están levantando de nuevo».
Está claro que los Estados árabes han emprendido su viaje estratégico hacia un futuro prometedor, tratando de eliminar los conflictos regionales para poder centrarse en el desarrollo y la integración. También se toman en serio la protección de su soberanía sobre su territorio y la toma de decisiones, y se muestran inquebrantables a la hora de impedir la injerencia extranjera en sus asuntos internos. Han demostrado que toman la iniciativa en la gestión de los asuntos regionales y mantienen su autonomía estratégica.
Con una nueva generación de líderes árabes, ambiciosa y visionaria, los árabes se afanan en construir un futuro mejor para su región.
El autor es ex asesor del presidente de la Oficina Ejecutiva de Abu Dhabi y ex jefe de la división de estrategia de Abu Dhabi National Oil Co. Es Asia Global Fellow del Asia Global Institute de la Universidad de Hong Kong.
Y, por último, un balance de la visita de Blinken, esa en la que no le pusieron la bandera en la foto oficial:
La fallida visita saudí de Blinken
12 de junio de 2023
Los acontecimientos ocurridos durante la visita del secretario de Estado Blinken a Arabia Saudí encajan con las crecientes especulaciones sobre una mayor autonomía del Consejo de Cooperación del Golfo respecto a Estados Unidos, escribe Abdul Rahman.
Por Abdul Rahman Peoples Dispatch
El Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, concluyó el pasado jueves su visita de tres días a Arabia Saudí. Era el segundo alto cargo estadounidense que visitaba el reino en menos de un mes, después del consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan.
Su visita fue ampliamente vista como un intento desesperado de la administración de Joe Biden de aferrarse a su «aliado más cercano» en la región de Asia Occidental.
Antes de iniciar su gira, Blinken había declarado que la normalización de las relaciones entre Arabia Saudí e Israel era una de las principales prioridades de su gobierno.
Sin embargo, los informes indican que Blinken no sólo no obtuvo ninguna garantía de los saudíes en ese frente, sino que tuvo que ceder cierto terreno crucial en importantes cuestiones regionales.
Durante su gira, Blinken se reunió con el príncipe heredero Mohammed bin Salman el 6 de junio, asistió a una reunión de ministros de Asuntos Exteriores del Consejo de Cooperación del Golfo en Riad el 7 de junio y a una reunión de la llamada Coalición Global para derrotar al ISIS el 8 de junio.
Discurso en el AIPAC horas antes de partir
Horas antes de viajar a Arabia Saudí, Blinken intervino en una reunión del American Israel Public Affairs Committee (AIPAC), un grupo de presión proisraelí en Estados Unidos, afirmando que la administración Biden «tiene un interés real de seguridad nacional en promover la normalización entre Israel y Arabia Saudí».
También señaló que no hay perspectivas reales de una solución de dos Estados en un futuro próximo y que su gobierno no presionará para conseguirla.
Unos días después, el 8 de junio, antes de abandonar Arabia Saudí, Blinken intervino en una conferencia de prensa en Riad junto con el ministro saudí de Asuntos Exteriores, el príncipe Faisal bin Farhan, en la que reiteró la determinación de su gobierno de trabajar por la normalización entre Israel y Arabia Saudí.
Sin embargo, Blinken fue contradicho por Faisal bin Farhan, quien señaló que «la normalización de los lazos con Israel tendrá un beneficio limitado sin un camino hacia la paz para los palestinos».
Anteriormente, Blinken acabó comprometiéndose a trabajar por la resolución del conflicto en Palestina y la creación de un Estado palestino a lo largo de las fronteras de 1967 en una declaración conjunta emitida un día después de su reunión con los ministros de Asuntos Exteriores del CCG.
La declaración, sin nombrar a Israel, subrayaba «la necesidad de abstenerse de toda medida unilateral que socave la solución de dos Estados y aumente las tensiones, para preservar el statu quo histórico en los lugares santos de Jerusalén».
Dos de los miembros del CCG, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos, ya han «normalizado» sus relaciones con Israel en virtud de los denominados Acuerdos de Abraham, con la mediación de Estados Unidos.
La declaración indicaba que Estados Unidos podría haber cedido terreno geopolítico crucial también en otras cuestiones. Por ejemplo, aunque planteaba la cuestión de la «libertad de navegación y la seguridad marítima en la región», aludiendo a supuestas amenazas iraníes, acogía con satisfacción el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Irán y Arabia Saudí, invirtiendo el anterior tono cauteloso de Estados Unidos.
Apoyo a la paz en Yemen
La declaración también apoyó los esfuerzos de paz en curso en Yemen y expresó la necesidad de un proceso político inclusivo intra-yemení. Y ello a pesar de que la administración Biden ha mantenido que los houthis son aliados de Irán y que la guerra en Yemen es una guerra por poderes.
Los sucesivos gobiernos estadounidenses desde Barack Obama han proporcionado miles de millones de dólares en armas a Arabia Saudí y a sus socios de la coalición para que las utilicen contra la población civil de Yemen.
En otro acontecimiento significativo, Estados Unidos parece haber suavizado sus objeciones a que los países árabes normalicen sus relaciones con Siria. La declaración conjunta expresó su apoyo a los «esfuerzos de los países árabes por resolver la crisis [siria] paso a paso».
La declaración reiteró que la paz en el país debe basarse en la resolución 2254 (2015) del Consejo de Seguridad de la ONU y expresó compromisos con la unidad y la soberanía de Siria.
Todo ello a pesar de que algunos países del CCG, como Catar y Kuwait -estrechos aliados de Estados Unidos-, expresaron su disconformidad con la normalización con Siria. Estados Unidos había declarado anteriormente que no «apoya la normalización con Damasco» ni «que otros la normalicen».
El resultado de la visita de Blinken a Arabia Saudí es similar al de la visita del presidente Joe Biden al reino el año pasado, cuando no logró convencer a MBS de que aumentara la producción de petróleo para aliviar los precios mundiales. Encaja con las crecientes especulaciones sobre una mayor autonomía del CCG, que ya no sigue la línea de Estados Unidos.
Abdul Rahman es corresponsal de Peoples Dispatch.
Este artículo es de Peoples Dispatch.
6. ¿Escisión en Die Linke?
Claramente el autor no les tiene ninguna simpatía, y no he buscado fuentes alternativas, pero las cosas no parecen ir muy bien en el seno de la izquierda alemana.
Die Linke, al borde de la escisión
Martes 13 de junio de 2023
Nada va bien para el Partido de Izquierda (Die Linke).
Entre sus fracasos electorales, la derrota en Turingia (elecciones en el distrito de Sonneberg) y sus guerras internas, Die Linke podría firmar pronto su sentencia de muerte.
Artículo y traducción Nico Maury
El Consejo de Dirección de Die Linke ha adoptado por unanimidad una resolución en la que pide a Sahra Wagenknecht que dimita como diputada. Si Sahra Wagenknecht es expulsada o dimite de Die Linke, el partido perdería su grupo en el Bundestag, tendría que despedir a un gran número de empleados y dispondría de un margen de maniobra considerablemente menor en el panorama mediático e institucional.
Esta resolución tuvo el efecto de una bomba en las filas de Die Linke. El domingo llegaron fuertes críticas de los miembros del Bundestag Klaus Ernst y Alexander Ulrich, que pidieron la dimisión de la Junta Directiva. En el documento, los autores acusan a la Junta de «dividir al partido y llevarlo a la insignificancia». Wagenknecht no debe «bajo ningún concepto renunciar a su mandato», según Ernst y Ulrich, porque habla «en nombre de millones de personas y de miles de miembros de base del partido que ya no se sienten representados por esta Junta y su línea».
Los llamamientos a la dimisión de la Junta Directiva de Die Linke se multiplican. Varios diputados han amenazado con dimitir si no se retira la resolución.
En muchas organizaciones de base, nadie quiere esta escisión. Incluso los «viejos miembros del PDS» -Gysi, Bartsch, Loetzsch, Brie- tampoco la quieren. Es muy posible que las tropas de la casa Liebknecht (sede de Die Linke) acaben de perder el liderazgo del partido.
La «crisis Wagenknecht» oculta la deriva oportunista y centrista de Die Linke
La dirección de Die Linke busca ante todo atraer a Die Linke a los votantes verdes «decepcionados» y espera resultar más atractiva para ellos expulsando ostensiblemente a Wagenknecht.
Pero la dirección corre el riesgo de desaparecer del panorama político al perder su base. En cuanto los partidarios de Wagenknecht -y seguramente muchos otros camaradas con ellos- hayan abandonado el partido, éste estará formado sólo por dos o tres corrientes liberales de izquierda sin base electoral estable, que no discreparán en cuestiones fundamentales y sólo seguirán una línea oportunista destinada a participar en los Gobiernos para ganar algunos puestos con los Verdes o el SPD.
La principal razón por la que Die Linke está al borde del colapso es que está dirigido por personas que representan una posición moderada en todas las cuestiones fundamentales, y ya no es portador de los valores que lo convirtieron en un poderoso partido de izquierdas: el socialismo democrático y el internacionalismo (paz).
7. La industria alemana, Kaputt.
Dos noticias que se entienden mejor juntas:
Alemania advierte del cierre de su industria si cesa el flujo de gas ruso
El Ministro de Economía Habeck insta a los responsables políticos a aprender del pasado https://www.bloomberg.com/
El viceministro de Energía ucraniano ha dejado claro que el contrato de tránsito ruso-ucraniano NO se prorrogará el año que viene.
No es sólo Alemania. Austria no tiene ahora mismo otra alternativa para obtener gas ruso. La cuota actual de Austria de gas ruso es del 78%. https://twitter.com/
8. Perdiendo aceite.
Si ya sabíamos que se había perdido buena parte de la cosecha de cereal de este año, y el otro día nos decía Jaime que también se había perdido la cereza en el Jerte, parece que con el aceite no va a ir mucho mejor. Un hilo explicativo:
¡Por fin ha llegado! ¡Todo lo que querías conocer sobre el mercado del aceite pero no sabías!
El hilo definitivo ¿nos vamos a quedar sin aceite de oliva este año? Respuesta corta: si. Respuesta larga en el hilo.
Empezamos por lo básico: estamos en una racha nefasta. ¿Como de nefasta? Bastante. Los motivos son simples: la campaña 22/23 ha sido de las peores de la historia, tan sólo 660.000 tm. Veníamos de una media de aproximadamente 1.400.000 tm.
¿Pero producir 660 ktm (miles de toneladas a partir de ahora) cuanto de poco es? Para que os hagáis una idea, solo el consumo o yerno de España, sin contar exportaciones, ronda el millón de toneladas.
¿Cómo se suele solucionar esto? Pues importando, traemos aceite de Grecia e Italia y solucionado. Principalmente de países de la UE pues los de fuera tienen limitaciones.
Que pensaréis «Joder cuanto lío, cuando la situación era tan fácil». Pues no. La producción española ha caído mucho, y el problema es que nosotros producimos la mitad del aceite del mundo.
Segundo problema «unos crían la fama y otros cardan la lana». Nosotros somos los principales productores, pero la marca y el prestigio lo tiene Italia, seguido por Grecia. Eso hace que no sea tan fácil ir a comprar allí, puesto que ellos usan su aceite para exportar.
El aceite de exportación, principalmente al norte de Europa y EEUU se paga mucho mejor. Para que os hagáis una idea las dos principales marcas españolas en EEUU se llaman Pompeian y Carapelli. Nombre italiano para despistar. Son propiedad de Dcoop y Deoleo, respectivamente.
¿A donde vamos con esto? A que no es tan fácil comprar en esos países para nuestro suministro. Más bien suele ser al revés. Para que os hagáis una idea mi aceite (de calidad top) se suele vender a intermediarios italianos. Luego se envasa en Italia y se vende como suyo.
De hecho este año ya hemos dejado secos a todo el norte de África, Turquía, Portugal y Grecia. No nos queda de donde importar.
¿Que ha pasado hasta ahora? Que hemos jugado mucho con las importaciones. Teníamos salidas de 60 ktm de nuestras bodegas y otras 15 ktm de importación. Así no abogamos las bodegas.
¿Cuál es el problema? Que nos quedan 263 ktm en bodegas. Y que hoy se han publicado las salidas de mayo, durante el mes se dio salida a 81 ktm. ¿Que quiere decir eso? Que a este ritmo hay aceite para tres meses y poco. Junio, julio y agosto.
Si las salidas bajan algo en verano, que es habitual, igual podemos llegar a septiembre. También contamos con otras 221 ktm en manos de los envasadores. Pero esos siempre mantienen sus bodegas estables, es de lo que van tirando para las ventas de cada mes.
¿Segundo problema? Lo que conocemos como el enlace. Es la cantidad de aceite con la que tenemos que llegar al 30 de setiembre. ¿Por qué? Porque aunque ahí se considera que empieza una nueva campaña, en realidad la recolección de aceituna no se generaliza hasta diciembre.
Hay que cubrir, por tanto, otros tres meses. Normalmente se considera un enlace saludable entre 400 y 600 ktm. A este ritmo tenemos suerte si llegamos a septiembre con 0 kg en bodegas y 160 ktm en manos de los envasadores.
Eso es una barbaridad, solo en existencias operativas y en el lineal del súper casi te lo comes. Y estamos hablando de septiembre, cuando no existe aceite nuevo de manera generalizada hasta diciembre.
Evidentemente esto es algo que se ha tratado de evitar por parte de los operadores. ¿Cómo? Pues subiendo precios. Si el aceite está más caro habrá menos salidas (ventas) y aguantaremos el año. Pero es que la salidas no han bajado. Aquí mi análisis lo achaca a dos motivos.
1. El mercado nacional es muy maduro, el consumidor no quiere aceites de baja calidad, busca oliva cueste lo que cueste.
2. El mercado internacional es capaz de pagar perfectamente estos precios. La subida en origen apenas repercute en destino, donde los márgenes son grandes.
Y así nos encontramos ahora mismo, con la pescadilla que se muerde la cola. El aceite ha subido ya a los 6.40€/kg en origen. ¿Cuanto más lo podemos subir? ¿A 7? ¿A 10? ¿Y bajarán las salidas?
Cuando el aceite llegó a 3,5€ se dijo que iba a bajar el consumo y regular el mercado. A 4€ se dijo que el mercado estaba loco. A 4,5€ que sólo había recorrido hacia abajo. A 5€ ya todos asumieron que no sabían lo que estaba pasando. A 6,4€ podéis imaginar el desconcierto.
La perla final. Nos enfrentamos a una futura campaña similar, ligeramente peor o ligeramente mejor a la actual. Estamos hablando de 600 – 800 ktm. Sin enlace ninguno para regular el mercado. Hemos vivido un año sin precedentes, pero el que nos espera probablemente sea peor.
Siento el enorme tostón que os he metido, he intentado simplificar en lo posible un tema bastante complejo. Si se me va ocurriendo algo más lo añadiré o haré otro hilo más adelante. Para cualquier duda ya sabéis que estoy encantado de responder, podéis ponerla aquí.
Un abrazo a todos y especialmente a todos los compañeros olivicultores que el próximo año no va a tener cosecha, o esta va a ser testimonial. De nada sirve que el aceite valga 10€ si no tienes producción. Estos dos años se van a llevar a mucha gente por delante.
Como siempre digo, para evitar suspicacias: la realidad global es la que es. La mía es distinta. Ya sabéis que me dedico a esto, mis olivos tradicionales están a 0, pero los nuevos tienen una carga increíble. La 1° foto es mía. Pero, como siempre, la excepción no hace la regla.
Esta pregunta se está repitiendo. No hay aceite para llegar a noviembre. Sucederá el milagro de los panes y los peces. Milagrosamente tendremos botellas de algo que parece oliva pero no termina de saber a oliva. A buen entendedor…
9. La respuesta de Parrique a David Cayla
La semana pasada vimos una reseña crítica de David Cayla del libro de Parrique Ralentir ou périr. Hoy, el autor le responde.
Respuesta a David Cayla : Decrecer para disminuir
Por Timothée Parrique 13 de junio de 2023
Qué placer leer una reseña detallada de Ralentir ou périr. La economía del decrecimiento (2022). Gracias a David Cayla por tomarse el tiempo de escribir «Réflexions sur le bon usage du PIB». Su texto plantea una serie de preguntas que despertarán la curiosidad de muchos economistas: ¿Por qué abrir el libro con una crítica del PIB? ¿Cuál es el objetivo del decrecimiento? ¿Qué debe reducirse prioritariamente? ¿Quién decidirá qué producción es la más esencial? ¿En qué proporción debe reducirse el PIB? ¿Es socialmente aceptable reducir a la mitad la renta disponible de los hogares? ¿Cómo gestionar políticamente el choque del decrecimiento?
Decrecimiento y disminución: lo imaginario y lo real
«Timothée Parrique pretende ofrecer una reflexión general sobre el decrecimiento. Extrañamente, sin embargo, Parrique tiene dificultades para dar una definición precisa, como tampoco las tiene para definir el crecimiento o el PIB». Esta es la principal crítica de David Cayla: que mis definiciones son confusas. Antes de aclarar lo que entiendo por crecimiento y decrecimiento, recordemos que los conceptos se definen siempre al menos en dos niveles: las ideas y la realidad. El primero se refiere al contenedor (la naturaleza del concepto como idea) y el segundo al contenido (el fenómeno descrito por el concepto). Desde el punto de vista de las ideas, el decrecimiento es a la vez una teoría crítica utilizada en economía ecológica, una corriente de pensamiento surgida en 2002, una estrategia de transición para hacer frente a las crisis ecológicas y muchas otras cosas a la vez, según el ángulo desde el que se analice (véase El futuro es decrecimiento para una visión de conjunto).
Pero también se puede conceptualizar el decrecimiento como un fenómeno real. En el libro, lo defino como «una reducción de la producción y el consumo para aligerar la huella ecológica, planificada democráticamente con un espíritu de justicia social y preocupación por el bienestar». La definición sigue siendo la misma. Se anuncia en la introducción (p. 15) y se repite en el capítulo 6: «Un chemin de transition. Mettre l’économie en décroissance», en el que las cinco subsecciones corresponden textualmente a los elementos de la definición, cada una de las cuales intenta detallar qué se entiende exactamente por (1) reducción de la producción y el consumo, (2) aligerar la huella ecológica, (3) planificada democráticamente, etc.
El PIB es también a la vez una idea y un fenómeno, de ahí el subtítulo del capítulo 1: «entre fenómeno e ideología».
Las palabras pueden cambiar de una definición a otra, pero la idea sigue siendo la misma: «la suma del valor añadido bruto de nueva creación de las unidades productoras residentes en un año determinado, valorado a precios de mercado», según la definición del INSEE. Para ser aún más precisos, el Sistema Nacional de Compatibilidad lo define como «la suma del valor añadido bruto de todas las unidades productoras residentes más la parte (posiblemente el total) de los impuestos menos las subvenciones sobre los productos que no esté ya incluida en la valoración de la producción» (p. 35). El PIB como idea es un tema más complejo de estudiar, y los análisis son numerosos y diversos[1].
El crecimiento económico como fenómeno es simplemente el aumento del PIB, que supuestamente refleja un aumento de la producción. Cuando el PIB aumenta, significa que una economía está produciendo más. El crecimiento económico como idea es mucho más difícil de precisar. Mi primer intento de explicación data de The political economy of degrowth (2019), que puede encontrarse en el capítulo 1, y más concretamente en los apartados «¿Cómo crece? Fuentes e impulsores» (pp. 62-67) y «¿Por qué debería crecer? Imaginarios colectivos sobre el crecimiento» (pp. 67-76). Este es el análisis del principio del libro: el crecimiento como obsesión sociopolítica. «Si éste es el objetivo del decrecimiento -limitar nuestras necesidades sociales para limitar nuestro impacto sobre el medio ambiente-, ¿por qué empezar el libro con una crítica del PIB? Sencillamente porque hoy es para defender el PIB por lo que nos negamos a producir y consumir menos. Como escribo en la introducción del capítulo 1: La vida secreta del PIB: «si el crecimiento se ha convertido en el principal motor de la insostenibilidad social y ecológica [ésta es la hipótesis central del libro], comprenderlo y desmitificarlo es nuestra única forma de escapar de él». Si el crecimiento se ha convertido en una ideología, primero tendremos que decrecer. El decrecimiento es, pues, a la vez un descreimiento (una teoría crítica) y un decrecimiento (un fenómeno real). El decrecimiento pretende «descolonizar el imaginario del crecimiento» (Serge Latouche), es una «palabra cáscara» para «pulverizar la ideología del crecimiento» (Paul Ariès), un «ataque frontal al imaginario del crecimiento» (Giorgos Kallis). Decrecer pretende reducir la producción y el consumo para aligerar la huella ecológica, planificada democráticamente en un espíritu de justicia social y preocupación por el bienestar.
¿Qué es exactamente lo que hay que reducir?
«En última instancia, ¿cuál es el objetivo del decrecimiento?», se pregunta David Cayla. Lo más importante que hay que reducir es nuestra huella ecológica. Un país como Francia se encuentra en la insostenible situación de superar su biocapacidad. Una cifra entre muchas: Francia consume cada año el equivalente a 2,86 veces su biocapacidad. Esto significa que si todo el mundo viviera como el francés medio, necesitaríamos casi tres planetas para satisfacer nuestras necesidades. Si no es posible reducir la huella ecológica total produciendo y consumiendo más (o incluso lo mismo), tendremos que producir y consumir menos (este es el argumento del capítulo 2: El desacoplamiento imposible). Por eso me gusta comparar el decrecimiento con un régimen macroeconómico: eliminar productos para aliviar la presión sobre el medio ambiente.
A pesar de su abstracción y de sus muchas limitaciones, el PIB es una medida precisa de la agitación monetaria, una agitación que hoy sigue estando fuertemente correlacionada con las presiones sobre el medio ambiente. Por tanto, el PIB es una buena aproximación para estimar la carga ecológica en un momento dado (lo que también explica por qué es imposible reducir el uso de los recursos naturales sin una caída concomitante de la actividad económica total). Pero cuando David Cayla se pregunta «¿en cuánto debe reducirse el PIB? está mirando el dedo que apunta a la luna. El objetivo último es reducir la demanda de energía, la extracción de materiales, el uso del suelo, el impacto sobre la biodiversidad, las emisiones de gases de efecto invernadero, etc. La primera familia de indicadores para medir el impacto de nuestras actividades sobre el medio ambiente es el Protocolo de Kioto. La primera familia de indicadores para medir el éxito de una transición a la baja puede contarse en toneladas de CO2, grados de temperatura, kilos de materiales, litros de agua, kilómetros cuadrados de tierra artificializada o número de especies, no en euros.
Así que pasemos a la segunda etapa: ¿qué tenemos que dejar de producir y consumir para reducir nuestra huella ecológica total? «Si llamo a un taxi para que me lleve a la estación, aumento el PIB; si pido a un amigo que me lleve en coche, satisfago la misma necesidad sin modificar el PIB. Pero desde el punto de vista del planeta, las dos operaciones son perfectamente equivalentes. Lo importante aquí es reducir la producción y el consumo de automóviles. Por eso prefiero hablar de reducción de la producción y del consumo en mi definición del decrecimiento en lugar de referirme a indicadores monetarios como el PIB. Insisto en la producción y el consumo: no tiene sentido dejar de producir coches mientras seguimos importándolos del extranjero, y no tiene sentido dejar de conducir coches si seguimos exportándolos al extranjero. Para reducir nuestra huella ecológica, tenemos que dejar de producir coches.
«Porque antes de decir que hay que reducir el PIB, es importante saber exactamente de qué estamos hablando, algo que los teóricos del decrecimiento raramente hacen. La distinción entre consumo e inversión es una convención contable[2] Desde un punto de vista biofísico, no hay diferencia entre el consumo de los hogares, el consumo no de mercado y la inversión pública y privada. En términos de energía y materiales, un coche producido es un coche producido, independientemente de que lo utilice un hogar, una asociación, un funcionario o una empresa. «¿Qué hay que reducir prioritariamente? ¿El gasto de consumo de los hogares? ¿La producción de servicios públicos y de beneficencia? ¿La inversión?», se pregunta David Cayla. La respuesta está en otra parte. Sea cual sea la categoría contable que le demos, lo que hay que reducir, en el ejemplo anterior, es el número de coches y de kilómetros recorridos.
Siguiendo con el ejemplo de la movilidad, el cambio se produce al menos a tres niveles. En primer lugar (1) podemos evitar desplazamientos, es decir, simplificar determinadas necesidades de movilidad (por ejemplo, teletrabajar, ir de vacaciones más cerca de casa o vivir más cerca de nuestro lugar de trabajo). La evitación se traduce en la desaparición -parcial o total- de la necesidad de disponer de un automóvil. Esto es decrecimiento en el sentido más puro del término: menos coches y menos kilómetros recorridos. Podemos entonces (2) sustituir los modos de desplazamiento: coger el tren en lugar del avión o la bicicleta en lugar del coche. Y por último (3) podemos mejorar el modo de desplazamiento que no podemos evitar ni sustituir: compartir el coche con un coche eléctrico, compartir bicicletas de carga. A diferencia de la evitación, el efecto de la sustitución en la actividad económica es más sutil y dependerá de las opciones de producción, incluso si podemos suponer que la movilidad activa y el transporte público son menos intensivos en términos de valor monetario añadido. La misma incertidumbre se aplica a las mejoras: compartir un coche entre varias personas y alargar su vida útil reduce la producción total de automóviles, pero la invención de nuevos coches provocará un aumento de la actividad económica para producirlos y venderlos.
«Los imperativos ecológicos exigirán un cambio fundamental de nuestro sistema de producción, lo que requerirá inversiones en ferrocarriles, renovación de edificios, descarbonización de nuestro sistema de producción… Sin duda habrá que reducir otras inversiones puramente comerciales. ¿Cuál sería el equilibrio global? La respuesta no está clara. La respuesta es clara: el equilibrio global debe ser necesariamente una reducción de la huella ecológica total. Dado que es imposible tender vías, hacer circular trenes y renovar edificios sin utilizar energía y materiales y sin generar residuos y contaminación, inevitablemente tendremos que encontrar el presupuesto biofísico para estas actividades. El problema es que ya estamos ecológicamente sobrecargados. Para reducir nuestro uso total de recursos naturales, cualquier aumento de la producción en un área requerirá una mayor reducción de la producción en otra parte. El balance global será, pues, una economía con un metabolismo biofísico menor y, por tanto, según la hipótesis del capítulo 2 del libro, una economía cuyos niveles de producción y consumo serán inferiores a los actuales. Tercer paso: ¿por qué combinar la desmercantilización y la reducción de la huella ecológica? Respuesta: la mercantilización de ciertos servicios nos encierra a menudo en estrategias de crecimiento. A un taxista que trabaja para una empresa con ánimo de lucro se le pedirá que haga cada vez más viajes. No es el caso del amigo que nos deja en casa. La empresa de taxis se organiza en torno a la producción de un valor de cambio (un volumen de negocio que podemos tratar de aumentar ad infinitum), mientras que el amigo servicial se centra en un valor de uso (la satisfacción de una necesidad puntual y, por tanto, finita). La hipótesis que exploro en mis trabajos es que una desmercantilización parcial de ciertos sectores (vivienda, agricultura, energía, telecomunicaciones) permitiría prescindir de los imperativos de crecimiento, lo que facilitaría la reducción de la producción y el consumo. Si nadie se enriqueciera construyendo coches, autopistas y aparcamientos, sería más fácil decidir dejar de producirlos.
A riesgo de decepcionar a algunos economistas, no importa lo grande que sea la reducción del PIB tras (1) la reducción de la producción y el consumo y (2) la desmercantilización de una parte de la economía. La pregunta de David Cayla – «¿en cuánto debe reducirse el PIB? – no debe distraernos. La única razón por la que damos importancia a esta pregunta es que estamos sociopolíticamente obsesionados con el PIB – de ahí la importancia de criticarlo y de formular un plan de transición con indicadores más concretos.
Decrecimiento y servicios públicos
«Si reduces la producción de mercado en 100.000 millones de euros, reducirás automáticamente los ingresos monetarios en 100.000 millones de euros. Al mismo tiempo, también reducirás los ingresos fiscales y, por tanto, la capacidad de financiar la actividad no mercantil, es decir, los servicios públicos». Aquí es donde el marco teórico de David Cayla llega a sus límites.
El problema es que sólo piensa en euros. La economía estándar sugiere que una actividad de mercado genera riqueza monetaria que luego está disponible para financiar una actividad que no es de mercado. Sin embargo, razonar en términos de flujos biofísicos es exactamente lo contrario. Si una empresa compra un camión para hacer entregas, supone un presupuesto de carbono, materiales y agua (todos los recursos necesarios para construir y hacer funcionar el camión) que ya no estará disponible en ningún otro lugar de la economía. El mismo razonamiento se aplica al uso de nuestro presupuesto de tiempo. Una hora empleada en conducir un camión de reparto es una hora que no se empleará en conducir un autobús escolar. Si queremos seguir financiando -en litros, toneladas, vatios y horas de trabajo- estas cosas que queremos ver crecer, vamos a tener que liberar un presupuesto ecológico y social en otra parte (este fue uno de los mensajes de mi presentación en la conferencia «Más allá del crecimiento» del Parlamento Europeo).
Ahora imaginemos que la naturaleza se organizara como un gobierno que recaudara impuestos para pagar a sus abejas, sus vasos de tierra y sus árboles. Como estas especies no aceptan euros, habría que pagarles en recursos naturales, espacio (y por tanto energía y materiales) y horas de trabajo para preservar, mantener y reconstruir ecológicamente (para lo que sea posible reparar). Si queremos más servicios ecosistémicos, tendremos que «invertir» una mayor proporción de nuestro presupuesto biofísico y, por tanto, reducir inevitablemente el uso de estos recursos en otras partes de la economía.
Dicho esto, David Cayla tiene razón al señalar que, en una economía monetarizada, la asignación de estos recursos suele organizarse en euros. Pero este límite no es insalvable. Basta con que nos pongamos de acuerdo colectivamente para movilizar (invertir) y dejar de movilizar (desinvertir) una parte de nuestros recursos humanos y naturales. Los precios son instituciones humanas y los euros los creamos nosotros mismos. Existe el dinero mágico (por ejemplo, la flexibilización cuantitativa de los bancos centrales), pero no existe la energía mágica. Admito que la tarea no es sencilla, pero es relativamente más simple que conseguir mantener una economía en funcionamiento en un mundo con ecosistemas degradados. Dicho de otro modo, la financiación de los servicios públicos es un problema secundario comparado con la financiación de los servicios ecológicos.
La única situación que justificaría un crecimiento de la actividad total sería que en Francia no tuviéramos suficientes productos para satisfacer las necesidades de toda la población. Esto está lejos de ser el caso. El economista Pierre Concialdi calcula la renta nacional mínima que permitiría a toda la población francesa vivir decentemente. En 2021, esta renta mínima necesaria correspondía al 56% de la renta nacional (pp. 120-122 en Ralentir ou périr). La pobreza y la insuficiencia de los servicios públicos no es un problema de producción que requiera un aumento de la actividad total, sino un problema de asignación que exige decisiones colectivas de asignación. Si queremos erradicar la pobreza de ingresos, simplemente demos dinero a la gente que no tiene, como sugiere Denis Colombi en Où va l’argent des pauvres? Si queremos mejores servicios públicos, simplemente decidamos movilizar parte de nuestra riqueza para proporcionarlos.
Decrecimiento y desigualdad
Como señala David Cayla, «reducir el PIB significa inevitablemente reducir la renta». Pero afirmar que «el consumo individual de los hogares se reducirá necesariamente» sugiere una cierta restricción general que pondría en peligro a los hogares más precarios. El mismo escollo se encuentra cuando David Cayla afirma que el decrecimiento no será «felicidad y dicha para todos» o que será «increíblemente violento para todos». Recordemos que el decrecimiento es un fenómeno macroeconómico, es decir, una reducción de la renta nacional. Es importante recordarlo porque no todos los hogares tienen el mismo nivel de vida. Según el último informe del Observatoire des Inégalités, el 30% más rico acapara la mitad de la renta nacional y la mitad más rica de los hogares acapara casi el 70% de todos los ingresos, dejando sólo el 30% para el resto de la población, incluido sólo el 9% para el 20% más pobre de los hogares.
Si quisiéramos reducir la renta nacional, podríamos simplemente empezar por eliminar parte de los ingresos de la mitad más rica de la población francesa. Pero cuidado: el objetivo del decrecimiento no es reducir la renta, sino reducir la producción y el consumo de aquello que aumenta nuestra huella ecológica. Afortunadamente, son los más ricos quienes consumen más recursos naturales[3], lo cual es una feliz coincidencia: la forma más eficaz de reducir nuestra huella ecológica es también la que tiene más probabilidades de ser aceptada por la mayoría de la población.
Por tanto, tenemos un margen de maniobra considerable para una reducción proporcional en la que los más privilegiados reducirían su huella de carbono más y mucho más rápido que la media, y verían desaparecer una parte de sus ingresos equivalente a la evitación de actividades económicas. Según los cálculos del ingeniero Clément Caudron, es posible reducir a la mitad el PIB de Francia sin que ello afecte a los ingresos de la mitad más pobre de la población, y se pueden encontrar resultados similares en varios ejercicios de modelización posteriores al crecimiento[4]. También en este caso, podemos poner reparos a las cifras, pero la lógica es sólida: es perfectamente posible reducir la actividad económica total garantizando al mismo tiempo que los efectos sean diferenciados para las distintas clases de hogares.
«Es absurdo afirmar que el decrecimiento sólo afectará a una minoría de la sociedad. La realidad es que el decrecimiento representará una ruptura antropológica de una violencia sin precedentes para todos». Acabamos de demostrar que el decrecimiento no afectará a todos de la misma manera. La simplificación de las necesidades (es decir, la evitación) debe ser proporcional a la huella ecológica del individuo: mucho para los que tienen la huella más grande, menos para los que tienen una huella media, y muy poco o nada para los más pobres. Si volvemos a la tríada expuesta anteriormente : (1) la evasión afectará sobre todo a los ricos, mientras que los más pobres estarán más del lado de (2) la sustitución y (3) la mejora.
«Aunque, como se suele decir, ‘el dinero no puede comprar la felicidad’, es difícil afirmar que la reducción de los ingresos garantizará que los hogares sean más felices, más emancipados y más libres, sobre todo si esta reducción pesa exclusivamente sobre la parte del consumo que pueden elegir libremente. Una vez más, todo depende de a quién se pregunte. En Francia, el punto Easterlin (umbral a partir del cual un aumento de los ingresos pierde su correlación con un aumento del bienestar) se sitúa en torno a los 2000 euros (p. 37). También en este caso podemos discrepar sobre las cifras, pero menos sobre la tendencia: la caída de la renta/bienestar de una minoría acomodada se verá compensada con creces por el aumento de la renta/bienestar de la mayoría más pobre. Tome unos cuantos miles de millones de Bernard Arnault y dé el resto a los hogares de bajos ingresos: lo más probable es que el balance final en términos de bienestar sea positivo. Haga lo mismo, destruyendo una parte de esa riqueza (es el aspecto de evitación del decrecimiento)[5], y ese balance social positivo se convertirá también en un balance medioambiental positivo.
«Lo que es seguro es que es muy poco probable que la transición hacia el post-crecimiento sea feliz para todos. [Enmascarando esta violencia para hacer deseable su proyecto, los partidarios del decrecimiento corren el riesgo de hacer mucho más difícil la aceptación de las medidas que tendrían que tomar si llegaran al poder. Churchill tuvo el valor de decir al pueblo británico que le había prometido «sangre y lágrimas» para derrotar a la Alemania nazi. Esperamos que el movimiento por el decrecimiento tenga la misma honestidad intelectual. ¿Qué le parece?
Es un punto que, a lo largo de los años, me ha dado mucho que pensar. Sinceramente, estoy más convencido que nunca de lo que el antropólogo Jason Hickel llama la «feliz doble coincidencia del decrecimiento»: las cosas que tenemos que hacer para sobrevivir son también las que deberíamos hacer para vivir mejor. ¿Y por qué no alabar la lentitud, la sencillez y la convivencia? El materialismo excesivo (Kate Soper; Juliet Schor) y la cultura del trabajo que lo acompaña nos hacen infelices (Céline Marty; Dominique Méda), al igual que las desigualdades (Pickett y Wilkinson), la falta de democracia (Julia Cagé) y la destrucción de la naturaleza (Alice Desbiolles). Más que nunca, necesitamos nuevas narrativas. El verdadero reto es educar nuestro deseo colectivo de futuros más ambiciosos y creer en ellos para tener los medios de hacerlos realidad.
Decrecimiento y democracia
«¿Debemos reducir a la mitad lo que gastamos en vacaciones, restaurantes, cines, cambios de vestuario, etc.? ¿Quién decidirá lo que es útil y lo que es superfluo? Y, sobre todo, ¿cómo conseguir que la gente acepte estas decisiones? En primer lugar, ¡cuidado con reducirlo todo a decisiones de consumo! Hay que reducir el consumo y la producción y, por tanto, exigir cambios de comportamiento tanto a los consumidores como a los productores. Estas decisiones deben tomarse a varios niveles.
El gobierno ya está imponiendo una división entre lo útil y lo superfluo, a través, por ejemplo, de diferentes tipos de IVA (tipos reducidos del 10%, 5,5%, 2,1%, e incluso 0% para los bienes y servicios considerados esenciales), diversos impuestos sobre los bienes de lujo, la progresividad de los impuestos sobre la renta y el patrimonio, y a través de la orientación del gasto público en general. Ahora hay que integrar el aspecto ecológico en estas decisiones. El reto es tal que habría que organizar convenciones ciudadanas para que estas decisiones reflejen el bien común, lo que seguramente las haría más aceptables para la población.
Estas decisiones también se toman a nivel municipal. Los presupuestos participativos ya son una forma de debatir democráticamente el uso de parte del presupuesto de un municipio. ¿Por qué no ampliar esta participación a todas las transformaciones necesarias para la transición ecológica? Podríamos imaginar convenciones municipales para decidir cómo asignar un presupuesto limitado (y decreciente) al carbono, los materiales y el agua, además del presupuesto en euros, y así sucesivamente. Una vez más, sería una buena forma de garantizar que las medidas de transición sean socialmente aceptables.
«¿Deberíamos limitar el acceso a determinados recursos para que, en su tiempo libre, los individuos no sigan produciendo y profundizando su huella ecológica? También en este caso: ¡ya lo estamos haciendo! En Francia existen unos cuarenta instrumentos de fiscalidad medioambiental y una serie de cuotas (por ejemplo, caza, pesca, construcción, carbono, agua en épocas de sequía) y protecciones (parques naturales, especies protegidas, maltrato animal) para evitar los excesos ecológicos. Lejos de mí la pretensión de que este sistema sea eficaz. Por el momento, no ha conseguido invertir la tendencia, por lo que deberá desarrollarse considerablemente si se quiere obtener mejores resultados. Pero la lógica sigue siendo la misma: vamos a tener que decidir colectivamente limitarnos (sobre este tema, véase el libro esencial de Giorgos Kallis, Elogio de los límites).
Cada empresa y asociación decide también qué produce y qué consume para hacerlo. También en este caso, los objetivos medioambientales (y sus implicaciones sociales) tendrán que integrarse en estas decisiones. Sabemos que, colectivamente, las empresas energéticas deberían dejar de abrir nuevos pozos de petróleo y gas y los fabricantes de automóviles deberían dejar de producir vehículos sobredimensionados. En Slow Down or Perish, propongo simplemente democratizar estas decisiones dotando a las empresas de sectores socioecológicamente estratégicos (energía, movilidad, alimentación, construcción, etc.) de consejos de transición multipartitos. Cuantas más partes interesadas estén representadas y más se les permita deliberar, más probabilidades habrá de que las decisiones finales sean aceptadas por el conjunto de la población.
Y no olvidemos a los individuos. Cada día marcamos la diferencia entre lo útil y lo superfluo a través de nuestras elecciones de consumo y actividad. También en este caso, los mecanismos seguirán siendo los mismos, pero habrá que incluir un nuevo elemento: la huella ecológica. En función de los recursos disponibles (que se decidirán políticamente a los niveles antes indicados), tendremos que optar por renunciar a tal o cual producto. Ya es el caso de los hogares que se toman a pecho el reto de la sostenibilidad, decidiendo renunciar al coche, dejar de volar y comer menos comida para mascotas. También es el caso de esta generación de profesionales que renuncian a empresas ecocidas para dedicarse a actividades menos nocivas. En función de las prioridades de cada individuo y del marco colectivo más general de gobiernos, autoridades locales, asociaciones y empresas, tendremos que trabajar juntos para elegir las actividades que más importan.
«Decir que esto sería políticamente aceptable en un sistema democrático me parece totalmente irrazonable. Lo posible es un espectro. Me parece que sería más factible reducir a la mitad la renta media de los hogares franceses, suprimir todas las compañías aéreas nacionales y gravar con impuestos la totalidad de los beneficios de Total que vivir sin biodiversidad en un clima a +4°C. Admito que se trata de un reto social de primer orden, pero siempre volvemos a la elección corneliana a la que nos enfrentamos: disminuir o perecer. Decrecer hoy o colapsar mañana. Si aceptamos que el decrecimiento elegido es más aceptable democráticamente que el colapso sufrido, entonces la pregunta no es «¿es posible el decrecimiento en el contexto actual?», sino «¿cómo lo hacemos posible?».
La cuestión no es «¿es posible decrecer en el contexto actual?», sino más bien «¿cómo podemos hacerlo posible?» y «¿cómo podemos gestionar tal decrecimiento y la conmoción que produciría políticamente?». Empecemos por recordar que el choque dependerá de cómo lo organicemos. En esta respuesta he demostrado que es posible decrecer protegiendo a los más pobres, manteniendo un cierto nivel de servicios públicos y, potencialmente, incluso mejorando la calidad de vida a largo plazo. Si conseguimos organizarlo tal como es (y ese debería ser el objetivo), el decrecimiento no supondrá realmente un choque. Recordemos por última vez que el verdadero choque que hay que evitar es el del colapso; un colapso cada vez más probable debido a nuestra negativa a producir y consumir menos. El decrecimiento que elijamos hoy será mucho más fácil de organizar de forma democrática, justa y convivencial que el colapso que nos espera mañana.
***
En cuanto a la forma, lo que me sorprende de la crítica de David Cayla es que sea sospechoso de deshonestidad intelectual. No me gusta mucho que me califiquen de «décroissant» y menos aún de «décroissantiste», como dice Christian Gollier. ¿Qué ganaría un universitario mintiendo, si no arriesga su carrera? Todas mis publicaciones están a disposición de todo el mundo, y las críticas son siempre bienvenidas. No hay nada que vender, sólo elementos de reflexión. Si alguien falsificara convincentemente mi teoría, demostrando así la inutilidad o ineficacia del decrecimiento, simplemente pasaría a otro tema de investigación. Esto todavía no se ha hecho. En cuanto al contenido de las críticas, gran parte del artículo de David Cayla trata de detalles contables que, como espero haber demostrado, tienen poca importancia en la lógica general del argumento. También hay preguntas legítimas sobre el aspecto político de dicha transición, a las que he intentado responder lo mejor que he podido. Al final, esta reseña constituye una agradable sorpresa. Si, de todo mi trabajo, son sólo estos pocos puntos los que causan ofensa, significa que el debate sobre la economía del decrecimiento ha avanzado mucho desde que surgió el concepto hace más de veinte años.
[1] Véanse, por ejemplo, Si las mujeres contaran (1988), La hegemonía del crecimiento (2016), Más allá del PIB (2008), Los nuevos indicadores de riqueza (2005), Medir mal nuestras vidas (2010), El problema interno bruto (2013), PIB: una breve pero cariñosa historia (2014) o El pequeño gran número (2015).
[2] En el Sistema de Cuentas Nacionales se distingue entre consumo e inversión (formación bruta de capital fijo). «El consumo es la actividad mediante la cual las unidades institucionales utilizan bienes o servicios» (p. 8). Para ser aún más precisos, corresponde al «pleno empleo de bienes y servicios en un proceso de producción o para la satisfacción directa de necesidades humanas» (p. 188). Si los bienes y servicios se destruyen totalmente durante la producción, hablamos de consumo intermedio. El consumo final es una categoría más general de utilización de bienes y servicios por los hogares o la sociedad. La formación de capital fijo -también conocida como inversión- corresponde al «valor de las adquisiciones neto de las cesiones de activos fijos» (p. 8), siendo activos fijos aquellas cosas que se utilizan repetidamente en la producción durante más de un año (si el activo se destruye en menos de un año, se trata de un consumo intermedio).
[3] En la actualidad hay muchos estudios que lo demuestran, recientemente para Austria, Reino Unido, Francia y Alemania, Europa y Estados Unidos (véase también el Informe sobre la desigualdad climática 2023). Para consideraciones más generales: Carbon Inequality (2019), Fin du monde et petits fours (2023) y Comment les riches détruisent la planète (2007).
[4] Por ejemplo, Antoine Monserand en el capítulo 3 de The macroeconomics of degrowth (2022); Peter Victor con su modelo de bajo crecimiento para Canadá (véase la segunda edición de Managing without growth, 2019) adaptado también para Alemania en la tesis de Christoph Gran en 2017; los ejercicios de modelización de Tim Jackson y Peter Victor, por ejemplo «Does slow growth lead to rising inequality? Does slow growth lead to rising inequality? (2016); el escenario de decrecimiento en Francia desarrollado por François Briens en su tesis, La décroissance au prisme de la modélisation prospective (2016); y otro escenario también para Francia con el modelo EUROGREEN (Feasible alternatives to green growth, 2020) de Simone d’Alessandro y sus colegas.
[5] Cuando hablo de «destruir» la riqueza, no me refiero a quemar billetes y hundir el megayate de Bernard Arnault, sino a aceptar la desaparición de estos activos en favor de una ganancia medioambiental. El jet privado se quedará en tierra y se convertirá en un parque infantil gratuito, el yate se desmantelará y se reciclará en bicicletas de carga, las empresas se reorientarán hacia una producción respetuosa con el medio ambiente y el dinero se movilizará para inversiones ecológicas con rendimientos negativos.
10. De nuevo sobre la desdolarización.
Aunque quizá no aporta datos nuevos, me parece que este periodista colombiano hace un buen resumen del proceso de desdolarización en curso. En esta línea, sigue el goteo de dirigentes de países que apoyan este proceso. El último el presidente de Kenia, que pide que en los intercambios entre países africanos no se utilice el dólar: «¿Por qué en el comercio entre Yibuti y Kenia hacen falta dólares?»
Hacia la desdolarización y un mundo multipolar
SERGIO NAVAS
Con el fin de la Segunda Guerra Mundial y el establecimiento del Acuerdo de Bretton Woods, el dólar estadounidense se convirtió en la moneda hegemónica mundial. El billete verde ha regido el comercio internacional y los intercambios de monedas, al mismo tiempo que ha servido como unidad de cuenta y divisa de reserva. Esta omnipresencia se ha traducido en influencia sobre la economía global y le ha otorgado a la Casa Blanca un tremendo poder financiero y político por más de 70 años.
Por ejemplo, la alta demanda mundial de dólares permite a Estados Unidos vivir más allá de sus posibilidades. Estados Unidos tiene un déficit creciente que solo puede cubrir elevando el techo de su deuda, y lo ha hecho más de 70 veces desde 1960. Mientras que un país en vías de desarrollo se desangraría para pagar esta enorme deuda en dólares, enfrentando altas tasas de interés y presión para reducir su gasto público, la Casa Blanca simplemente eleva su límite de deuda y toma prestado dinero barato en forma de bonos del tesoro. En pocas palabras, Estados Unidos es el único país que no tiene problemas para pagar una deuda en dólares, ya que puede crear la moneda siempre que sea necesario.
Adicionalmente, instituciones globales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el sistema de pagos SWIFT son, en la práctica, brazos financieros de la Casa Blanca. Aunque se supone que deben ser neutrales y servir a intereses internacionales, en realidad apuntan a países específicos mediante la aplicación de sanciones económicas, causando un grave daño a aquellos que se oponen a las directrices de Estados Unidos. El dólar está en el centro de estas estructuras financieras y su despliegue constante para lograr intereses particulares es lo que se ha llamado la “weaponización” de la moneda. En los últimos años, estas instituciones han congelado activos y restringido el comercio de países como Irán, Libia, Venezuela y Rusia, por lo que cada vez más naciones temen ser el blanco del poder financiero de Estados Unidos. El dólar ha perdido su propósito como “moneda mundial de confianza” y las potencias emergentes están ansiosas por construir una alternativa menos peligrosa.
La hegemonía estadounidense y su sistema financiero están cada vez más incómodos con el ascenso global de China. Desde que se unió a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001, el país asiático aceleró su ascenso y se ha convertido en el segundo PIB nominal del mundo y el más grande medido en Paridad de Poder Adquisitivo (PPA). Este crecimiento exponencial ha abierto el camino para pensar en un mundo multipolar, creando un impulso en el que varios países muestran su cansancio hacia el prescrito modelo occidental de globalización y sus hipócritas discursos sobre democracia.
El sistema financiero promovido por la anglosfera ha beneficiado abrumadoramente a los países ya desarrollados del Norte Global, mientras desencadena crisis sistémicas en el Sur Global. Como resultado, muchas naciones no occidentales anhelan un orden global sin una fuerza hegemónica. No se trata de reemplazar a Estados Unidos por China como fuerza dominante, sino de establecer múltiples polos, cada uno disfrutando de su importante esfera de influencia. Surge así una nueva visión global que permite más situaciones de “ganar-ganar” entre los países en desarrollo, y que debería conducir a un comercio, préstamos y transferencias tecnológicas más justas.
Durante la Guerra Fría, el mundo tenía dos polos de influencia fijos y evidentes. Sin embargo, con el colapso de la Unión Soviética, Estados Unidos se convirtió en la superpotencia indiscutible de un mundo unipolar. Durante la mayor parte de la segunda mitad del siglo XX, China mantuvo un perfil bajo y no fue un actor destacado en la política mundial. Este enfoque funcionó notablemente bien para su ascenso. Ahora el mundo ha cambiado: la China de hoy tiene mayores ambiciones en la esfera internacional y se ha convertido en el rival número uno de Estados Unidos. Teniendo en cuenta estas transformaciones, China ni quiere ni puede mantener un perfil bajo.
La guerra comercial en curso entre las dos economías más grandes, iniciada por el entonces presidente Donald Trump y continuada bajo la administración de Joe Biden, continúa empeorando. Esta disputa ha ido más allá de los aspectos puramente económicos, cada vez involucra más a la diplomacia global, e incluso amenaza con tener un escenario militar. EEUU utilizó a Taiwán como pretexto para escalar su confrontación con China, y ahora la isla simboliza el mayor riesgo geopolítico entre las dos superpotencias. A medida que más países están considerando tomar partido y parece estar en marcha un serio desacoplamiento, la preparación para esta ruptura económica está alimentando la formación de un mundo multipolar, impulsando la necesidad de disponer de una estructura financiera alternativa. En este escenario de tremenda complejidad, China está obligada a jugar sus cartas con prudencia, empleando una política exterior que construya alianzas y evite nuevos enemigos. El mundo multipolar debe construirse sobre la paz en el estrecho de Taiwán.
Varios académicos, grupos de expertos y estrategas geopolíticos reconocen la creciente relevancia de un “mundo multipolar”. Estados Unidos domina un polo y China el otro. Todavía no está claro qué naciones formarán los otros centros de poder: India es un candidato obvio, mientras que Rusia, Irán o Arabia Saudita pueden establecer esferas de influencia más pequeñas pero regionalmente poderosas. Una Unión Europea con autonomía estratégica parece ser el deseo del presidente francés Macron y de otros líderes europeos, pero la mayoría de la UE parece estar cómoda con la subordinación a Estados Unidos.
Probablemente el nuevo orden mundial no será tan rígido como la estructura de la Guerra Fría. Los polos emergentes pueden continuar sobreponiéndose económicamente mientras compiten políticamente. Europa, por ejemplo, critica a India y a China, pero no va a desvincularse de sus gigantescos mercados. Un número cada vez mayor de países, especialmente en el Sur Global, no quiere alinearse incondicionalmente con ninguna superpotencia. Quieren ser independientes, perseguir sus intereses nacionales y trabajar en colaboración con los múltiples polos.
En este nuevo orden mundial, la importancia geopolítica de los países BRICS aumentará. La influencia de estas grandes economías emergentes (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) es imparable en los asuntos internacionales, ya que juntas superaron recientemente el PIB combinado del G7 (Grupo de las Siete economías más avanzadas: Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Canadá).
Los BRICS también representan el 41% de la población mundial, el 24% del PIB mundial y el 29% de la superficie terrestre total. Por estas razones, no sorprende que dichos gobiernos estén considerando una alternativa a la hegemonía del dólar. Los cinco países principales de la alianza, así como los que se espera que se unan en 2023 (algunos son Arabia Saudita, Argentina y Egipto), comparten el objetivo de reducir su dependencia del dólar estadounidense y al mismo tiempo aumentar los lazos económicos del grupo.
Para estos países el proceso de desdolarización significa tanto comerciar directamente con sus propias monedas como sustituir gradualmente sus reservas en dólares. Este largo proceso ya comenzó y fortalecerá los poderes financieros de la alianza BRICS. Tienen mucho más que ganar: la desdolarización también se traduciría en menos poder geopolítico para Estados Unidos, reduciendo su influencia sobre la economía global y disminuyendo el daño de las posibles sanciones económicas. Si el apetito mundial por dólares se debilita, la Casa Blanca tendrá que reducir su gasto nacional y actuar también a nivel internacional de acuerdo a sus reales posibilidades financieras. Tal cambio representaría una ganancia significativa para un mundo verdaderamente multipolar.
Sin embargo, sería un error sonar la campana por el “fin del dólar”, tal como han tratado de afirmar algunos periodistas y analistas. En el futuro previsible, el dólar estadounidense seguirá siendo relevante y la moneda dominante en el mundo occidental. Al mismo tiempo, China no disfruta de la confianza mundial necesaria para convertir el yuan en la moneda más apreciada, y la importancia del euro europeo y la rupia india también podría crecer en términos de participación de mercado en los próximos años. La mayoría de los países no buscan una nueva moneda hegemónica que otorgue enormes privilegios a una sola nación sino un sistema global más justo. Dentro de este contexto y en vista del surgimiento de nuevas estructuras financieras, China puede confiar en sus capacidades de planificación a largo plazo y sumar aliados para el mundo multipolar.
Actualmente, los BRICS están discutiendo un sistema para eludir completamente al dólar, tanto en el comercio como en las reservas internacionales. Varios analistas consideran que los BRICS quieren respaldar el nuevo sistema monetario con materias primas como oro, plata, petróleo y tierras raras, haciendo la estructura más confiable. Este enfoque lo haría realmente atractivo para mantener reservas internacionales, ya que varios países preferirían el sistema BRICS en vez de los “dólares weaponizables”, que además son una moneda fiduciaria sin ningún respaldo en materias primas.
Otro plan sobre la mesa es tener acuerdos mutuos a largo plazo para comerciar directamente entre las monedas BRICS. Se han firmado varios tratados y parte de las transacciones de energía ya se realizan con el renminbi chino. Estamos ante la formación de una nueva estructura financiera. El Nuevo Banco de Desarrollo (NDB) ya es un competidor directo del Fondo Monetario Internacional (FMI). La coalición financiera de los miembros BRICS resulta tan poderosa que incluso los medios más pro occidentales comienzan a reconocerla. El éxito de los BRICS en desdolarizar significaría automáticamente un nuevo orden mundial.
La idea de BRICS+ (ampliando la alianza con nuevos miembros de América Latina, África, Medio Oriente y el Sudeste Asiático) podría enviar un mensaje importante de cooperación internacional y anti-hegemonía. Este grupo sería demasiado grande para ser saboteado por las potencias occidentales, y su pluralidad, el mejor símbolo de un mundo verdaderamente multipolar. Sin embargo, la cohesión del grupo no está garantizada y los miembros deben trabajar intensamente para mantenerlo bien encaminado. China es el líder natural para dejar atrás el mundo unipolar y desafiar el orden hegemónico estadounidense, pero necesita cooperar con el Sur Global. Para China, es de suma importancia manejar la alianza “generosamente”, ya que BRICS+ es la organización que podría brindar más estabilidad y beneficios económicos para la mayoría de la población mundial.
Sergio Navas es periodista colombiano.
11. Situación militar
Como complemento a lo que nos envía Miguel, os paso un par de noticias sobre el frente. La primera es que una de las fuentes rusas más fiables, Rybar, ahora tiene cuenta oficial en inglés en Twitter, y está publicando esos resúmenes diarios de los que os había enviado alguno hace meses. Este que os paso es el del 13 de junio:
Y una buena noticia, -aunque nunca sabes si estos vídeos son fake- porque para estos soldados la guerra ha terminado. Todo un pelotón ucraniano se rinde con su blindado. Al parecer, su comandante contactó con los rusos porque tenían varios heridos y no les dejaban evacuar. https://twitter.com/
Una explicación de por qué los rusos se empeñan en reconquistar los escasos territorios ocupados por los ucranianos en la contraofensiva -algunos pueblos han cambiado muchas veces de manos-, cuando claramente no parecen tener gran interés militar. Eso sí, el tuitero lleva el poco prometedor nombre de Von Clownsewitz:
La advertencia obligatoria es que no estoy al tanto de la planificación estratégica entre bastidores, y para qué se utilizan las posiciones avanzadas es circunstancial y varía en función de los objetivos, el terreno y la situación general.
No obstante, he aquí algunos objetivos generalizados,
1. 1. Reconocimiento/recopilación de información: estás más cerca de las líneas contrarias y puedes obtener información sobre sus movimientos y actividades, transmitiéndola a la retaguardia.
2. 2. Alerta temprana: relacionado con lo anterior, sabes que se acercan antes de que estén justo encima de ti. Esto puede dar a las principales líneas defensivas un tiempo crucial para prepararse.
3. Proyección de fuerzas: quizás no sea el mejor término para esto, pero es lo que es, amplía el alcance operativo más allá de las líneas defensivas: las unidades de vanguardia pueden llevar a cabo operaciones ofensivas sin comprometer la integridad de las líneas defensivas.
4. Retraso e interrupción: Las unidades de vanguardia pueden intervenir antes, perturbando los movimientos del enemigo, o simplemente tratar de retrasar el avance de las tropas. Entablar combate antes significa que puedes retrasar antes, alargar un avance antes y, en general, impedir el movimiento hacia tus líneas defensivas.
5. Diversión y Maskirovka: atraer los recursos y la atención del adversario hacia la posición adelantada puede crear oportunidades para que la fuerza principal explote las debilidades y contraataque en otro lugar.
6. Defensas reforzadas: una zona tampón: en este caso, vemos las posiciones avanzadas desplegadas al final de llanuras despejadas sin cobertura. El lugar perfecto para una zona de muerte.
7. Negación de información: Si se trata de ataques de sondeo, su objetivo es obtener información sobre las posiciones defensivas: si no lo consiguen, están en desventaja.
«Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no debes temer el resultado de cien batallas. Si te conoces a ti mismo pero no al enemigo, por cada victoria obtenida sufrirás también una derrota».
– Sun Tzu, El arte de la guerra
8. Como componente de una estrategia de Defensa en Profundidad: que parece ser el caso aquí, ya que vemos posiciones adelantadas y una serie de líneas-atrás-líneas-atrás-
Básicamente, se compromete la capacidad ofensiva cediendo territorio ligeramente defendido para diluir la concentración de fuerzas, estirar la logística e infligir bajas.
El Reducto Suizo es quizás el mejor ejemplo de esto, destinado a retrasar y agotar cualquier fuerza invasora. La defensa soviética más tarde en la Segunda Guerra Mundial también aplicó la defensa en profundidad para contrarrestar la guerra de maniobras alemana.
En la Defensa en Profundidad básicamente estás luchando en todas partes mientras retrasas y cedes terreno según sea necesario (pero luego también desafías ese terreno). Incluso en las zonas grises y las posiciones avanzadas, lo ideal es no tener que retirarse de las líneas reales a menos que no haya otra opción, ya que más adelante tendrás que luchar tú mismo a través de esas fortificaciones.
Además, puedes erigir nuevas barreras (y volver a minar) a medida que se recuperan las posiciones, obligando al atacante a hacerlo todo de nuevo en la siguiente ofensiva. Esto también tiene un efecto psicológico y moral.
Por último, como señal de que algunos prorrusos se están viniendo arriba por cómo va la contraofensiva ucraniana -yo sería más cauto-y ya se plantean las exigencias que podrían exigir los rusos para acabar la guerra:
MoA – Ukraine SitRep: Destruction Of Its Third Army – Issues To Negotiate
Ucrania SitRep: Destrucción de su Tercer Ejército – Cuestiones a negociar
Otro ataque ucraniano empantanado en un campo de minas.
Pérdidas:
3 Leopard 2R finlandeses con equipo de limpieza de minas
1 tanque de recuperación alemán Bergepanzer III (basado en el chasis del Leopard 2) con equipo de limpieza de minas
2 Leopard 2M6 alemanes
2 vehículos de combate de infantería M2 Bradley estadounidenses
1 vehículo blindado de transporte MaxxPro estadounidense
1 vehículo blindado de transporte estadounidense HMMWV
1 vehículo no identificado
Esta cifra se suma a otras importantes pérdidas recientes.
El coste total de reemplazo de los vehículos mencionados en valor actual es de unos 60-70 millones de dólares.
Durante la primavera y el verano de 2022 las fuerzas rusas destruyeron el ejército ucraniano regular de preguerra. Fue sustituido por material de la época soviética procedente de estados de Europa del Este y reclutas ucranianos. A principios de este año ese segundo ejército también había sido destruido.
Lo que estamos presenciando actualmente es la desmilitarización del tercer ejército de Ucrania.
Como ya detallé en enero:
Las reservas de dos ejércitos completos ya han sido destruidas en Ucrania. Los recursos para un tercero más pequeño se entregarán en las próximas rondas de entregas de equipos «occidentales» durante los próximos meses. Rusia destruirá debidamente el tercer ejército de Ucrania al igual que ha destruido el primero y el segundo. Es dudoso que a «Occidente» le quede material suficiente para proporcionar a Ucrania un cuarto ejército.
Eso deja entonces sólo dos opciones. Enviar ejércitos «occidentales» con el material del que aún disponen o declarar la victoria y marcharse a casa.
No percibo ningún apetito en Estados Unidos o Europa por enviar a sus soldados a Ucrania. Es bastante obvio que sus destinos no serían diferentes de los de los ucranianos.
La única opción son las negociaciones. Habrá muchas dudas, ya que el precio que Rusia pedirá para detener la guerra será alto:
Para empezar, ¿insistirá Rusia en asegurarse los derechos sobre todo el territorio al este del río Dniéper y en un estatus especial para Odessa? Yo creo que sí. Odesa dejaría de estar gobernada por Ucrania. También esperaría que Rusia exigiera (no negociable) la detención y el procesamiento de los responsables del asesinato de 42 ucranianos de habla rusa en 2014 que buscaron refugio en la Casa de los Sindicatos.
También esperaría que Rusia exigiera el desmantelamiento de los sistemas de misiles Aegis de la OTAN en Polonia y Rumanía y la prohibición de que tropas estadounidenses o de la OTAN estén destinadas en países que comparten frontera con Ucrania. A la luz del objetivo declarado de Rusia de desnazificación, no me sorprendería que Rusia exija que se modifiquen las leyes de Ucrania y que se prohíban los partidos y símbolos afiliados al nazismo.
Creo que Rusia querrá que todas las regiones históricas rusas, al menos las que Lenin y Jruschov cedieron a Ucrania por las razones que fueran, vuelvan a estar bajo control ruso. Rusia también exigirá el levantamiento de todas las sanciones en su contra.
Occidente no está comprendiendo la realidad de que Rusia cree que está ganando la guerra en Ucrania y que no está sufriendo daños económicos ni políticos en su propio país. Y, si se tiene en cuenta el ámbito internacional, la guerra ha demostrado ser una bendición para los esfuerzos de Rusia por ayudar a crear un nuevo sistema financiero/comercial internacional que eluda el control de Washington. En otras palabras, Rusia tiene pocos incentivos para entablar negociaciones que requieran concesiones rusas.
Todavía hará falta algún tiempo para que la opinión pública «occidental» pase de tragarse la propaganda de que «Ucrania está ganando» a reconocer la realidad. Por desgracia, también serán necesarias más pérdidas ucranianas y rusas.
Pero creo firmemente, quizás con demasiados deseos, que el final de la guerra está llegando.
Por último, esto es lo que dijo ayer Putin en una reunión con corresponsales y tuiteros militares rusos:
Declaraciones del Presidente ruso, Vladimir Putin, en una reunión con corresponsales militares rusos:
-Los objetivos de la operación especial cambian según la situación actual, pero en general siguen siendo los mismos.
-Rusia sigue decidida a mantener las relaciones más amistosas con la antigua Unión Soviética y con Occidente.
-Occidente intenta utilizar a Ucrania para desestabilizar a Rusia.
-Nosotros pensábamos que formábamos parte del club, e incluso planteé la idea de entrar en la OTAN, pero ni siquiera se nos tuvo en cuenta.
-Sobre los sucesos de Donbass en 2014: No tocamos [la situación] ni con un dedo, pero nos vimos obligados a dar la cara por la gente. Intentamos negociar con sinceridad.
-Sobre Zelensky: Me sorprende que una persona que tiene sangre judía en las venas pueda apoyar a los neonazis.
-Los ucranianos «tiraron por la borda» todos los acuerdos alcanzados en marzo de 2022 tras la retirada de las tropas rusas de Kiev.
-Lenin está siendo arrojado de su pedestal en Ucrania y el fascista Bandera está siendo colocado en su lugar. Ha sido elevado al rango de héroe nacional.
-Lo que está ocurriendo ahora en Ucrania nunca le vendrá bien a Rusia. [En Rusia] nunca habrá nada neonazi.
-Rusia está desmilitarizando Ucrania de forma gradual y metódica.
-El complejo militar-industrial de Ucrania pronto dejará de existir del todo.
-Sobre la ofensiva ucraniana: Se trata de una contraofensiva a gran escala, pero no ha tenido éxito en ninguna zona.
-Resumen de los resultados de los primeros casi diez días de la ofensiva ucraniana: Según el presidente, las AFU están sufriendo pérdidas, la [proporción de] pérdidas irrecuperables de Ucrania [respecto a las sanitarias] son de «casi 50 a 50», 1 a 10 a favor de Rusia.
-De todas las pérdidas, se acercan a una estimación que puede calificarse de catastrófica, en términos de personal.
-Nuestras pérdidas de personal las dirá el Ministerio de Defensa, pero hemos perdido 54 tanques.
-Sobre la destrucción de la central hidroeléctrica de Kajovskaya: Desgraciadamente, frustró el contraataque [ucraniano] [en esta zona], habría sido mejor que hubieran atacado.
-La crecida del Dnepr desbarató la ofensiva de las AFU en la zona, lo que es malo para nosotros, porque para las AFU habría sido aún peor.
-Los mercenarios polacos están luchando en la zona fronteriza rusa y están sufriendo grandes pérdidas.
-Los cementerios y cementerios de ganado acabaron bajo el agua tras la destrucción de la central hidroeléctrica de Kakhovskaya, pero el problema tiene solución, las tropas de protección química ayudarán a resolver los problemas.
-Sobre los ataques con drones a Rusia: Lo mismo ocurrió en Siria, rápidamente aprendimos a luchar, el problema aquí también es solucionable.
-Rusia considerará crear una «zona sanitaria» [GB: «buffer zone»] en el territorio de Ucrania en caso de que continúe el bombardeo de nuestras regiones. Se creará una «zona sanitaria» en el territorio de Ucrania. Dicha zona es necesaria para asegurar nuestras regiones. Pronto comenzarán los trabajos al respecto.
-Sobre Rusia y Ucrania: Nosotros tenemos un país, ellos tienen un régimen.
-En general, no hay necesidad de introducir la ley marcial en Rusia, es necesario trabajar más a fondo en algunas cuestiones.