No deseo un «feliz año» a nadie y, por el contrario, le deseo un año de muchas luchas y avances democráticos en favor de nuestro pueblo.
Para lograr la efectiva «paz», ahora que Petro avanza por los caminos propuestos por «Pablo» (Jaime Bateman) y no por Antonio Navarro, hay que derrotar los «sueños insurreccionales» que hacen parte del pensamiento e ideario de muchos compañeros de «izquierda» que -con su accionar aventurero- le dan «papaya» a los guerreristas oligárquicos que, como decía John Agudelo Ríos, están agazapados» y están a la expectativa para obligar a Petro a «acelerarse» (como pasó con Chávez, Correa y Evo) o a «frenarse» como ocurrió con Lula y otros gobernantes latinoamericanos.
Tanto «unos» (impacientes) como los «otros» (guerreristas oligárquicos) intentarán -desde sus respectivas miradas y prácticas- «acorralar» a Petro (Kennan, el teórico-asesor estadounidense de los años de posguerra,1947, le llamaba «la política de contención») para que «violente la institucionalidad existente» y generar condiciones para una «guerra jurídica» (Lawfare).
Un buen ejemplo es, lo que está ocurriendo con la liberación de los muchachos llamados de la «primera línea», algunos de ellos que se dejaron provocar y manipular del mismo gobierno y de algunos grupos armados para realizar «actos muy violentos», y que Petro quiere ayudar a liberar del sistema judicial punitivo mediante la figura de «voceros de paz y convivencia».
Desde el otro lado, de los enemigos de la paz y del Cambio, forcejean para impedir esa liberación para desesperar a Petro y llevarlo a cometer errores contra la «institucionalidad existente».
Allí está el «meollo de la paz». Este año que viene (2023), sobre todo, el primer semestre, va a estar «caliente» con las reformas de Pensiones, Salud y Laboral, y algunos sectores de la oligarquía financiera van a tratar de utilizar los efectos de la inflación, la devaluación de la moneda, el «pánico económico», el «costo de vida» (incrementos de los servicios públicos, gasolina, diesel, alimentos, etc.) para generar condiciones para un «estallido social» dirigido a desestabilizar el gobierno de Petro.
Por ello, no deseo un «feliz año» a nadie y, por el contrario, le deseo un año de muchas luchas y avances democráticos en favor de nuestro pueblo. Saludos
Fernando Dorado