Del médico de familia Antonio Navas, 21/03/2022.
Dice Tooze: Argumentar que la invasión de Ucrania por parte de Putin era una respuesta previsible a las decisiones políticas estadounidenses no significa que fuera una respuesta justificada a esas decisiones. Demasiado a menudo estos últimos días, las personas que intentan formular el primer argumento se han visto denunciadas por enunciar el segundo… La invasión de Ucrania por parte de Putin fue una elección libre. Y sea cual fuere el papel que desempeñara la política estadounidense para determinar la decisión de Putin, no le forzó a ello.
Tan libre como el golpe de estado del Maidán, los miles de millones invertidos por Occidente a tal efecto, y la ahora ya no tan descabellada e increíble acusación rusa de renazificación ucraniana (empiezan a abundar los documentos, los informes, los datos, los hechos), así como los anuncios ufanos de su intención de poseer armas nucleares (para defenderse del abrazo mortal del oso ruso, por supuesto) e integración de Ucrania en la OTAN. Todo ello en un clima de gran libertad. Nada ni nadie forzó a Putin. Más claro imposible. Si a ti y a tu familia te amenazan de muerte y respondes, el responsable eres tú y tu libre y voluntaria decisión. Pues sí, como argumento lógico me parece indestructible.
Dice Tooze: Si nos tomamos en serio lo que cuenta Mearsheimer, Rusia, en lugar de constituir un agente estratégico sensible, queda reducida a algo semejante a un robot resentido.
Solo puede ser un robot resentido. Ni siquiera un colectivo humano resentido, y con un temor más legítimo si se tiene memoria que cualquiera de los países que circundan al robot Rusia.
Tooze: Y en este contexto, repetir fórmulas de rivalidad entre grandes potencias para explicar el ataque de Rusia a Ucrania es tan voluntariamente burdo e inadecuado que huele a mala fe. Es eso lo que tendría que hacer que la gente se enojara con Mearsheimer.
Eso suena muy abstracto, muy vago, y muy genérico, ¡ve a los hechos concretos amigo! Análisis concreto de la situación concreta.
Tooze: En 2015, la postura de Mearsheimer ya resultaba controvertida. Hoy, a la luz de la flagrante violación del Derecho internacional por parte de Putin, ha cobrado una nueva vida. El 28 de febrero, cuando el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso “tuiteó” su apoyo a la opinión de Mearsheimer, se abalanzó sobre ella Anne Applebaum, la célebre historiadora y defensora del liberalismo postsoviético de Europa del Este.
Rusia es la que se ha saltado el Derecho internacional en este conflicto. También claro e inapelable. Nadie se ha saltado Minsk, nadie ha bombardeado a su propio pueblo, nadie lo ha quemado vivo, nadie ha provocado una masacre en el Maidán 2. Nadie se ha salido de Tratados de control internacional de armas nucleares. Nadie ha faltado a su palabra y compromisos sobre el equilibrio militar y la política de seguridad europea en las últimas décadas. Nadie ha dejado de acumular países, tropas, bombas convencionales y nucleares en una organización (OTAN) conocida por ser un adalid del pacifismo a escala planetaria.
Tooze: Las implicaciones para la soberanía ucraniana del punto de vista de Mearsheimer son, innegablemente, sombrías. Siempre se verá limitada por el destino de encontrarse dentro de la esfera de influencia de Rusia. Pero por muy poco apetecible que esto resulte, si no se reconocen los hechos del poder y los intereses rusos, el resultado será aún peor. Ucrania corre el riesgo de quedar destrozada. Mearsheimer no niega la agresión rusa, simplemente la toma como algo dado. Toda la fuerza de su polémica se dirige hacia la UE y a la OTAN por llevarse a Ucrania «al huerto». Teniendo en cuenta que Occidente habla de un posible ingreso en la OTAN y de acuerdos de asociación con la UE, ¿cómo iban a resistirse los políticos ucranianos al atractivo de una posible inclusión? Pero si sucumben a esa tentación, se exponen a la ira de Rusia.
Al pueblo ucraniano por lo visto solo lo condicionan los rusos. Su inclinación prooccidental es, obviamente y fuera de toda discusión, libre, voluntaria y ancestral.
Tooze: Por encima de todo, tenemos que empezar por reconocer que para la gran mayoría de los analistas, esta guerra ha supuesto una conmoción que no confirma, sino que pone en cuestión nuestro sentido de la realidad.
Se han preguntado por qué. Porque de ser los USA la potencia implicada, nuestro sentido de la realidad daría por descontado que invadiría, bombardearía y aniquilaría. ¿Y aún así Rusia es la que supura una melancolía imperial- zarista-stalinista-veterocomunista?
No me parecen formas honestas de razonar las de este articulista.