«El arte de aprender a no ser machistas» de Rosa Ana Alija Fernández

Ha aparecido en el boletín electrónico de mientras tanto del mes de septiembre: http://www.mientrastanto.org/boletin-182/notas/el-arte-de-aprender-a-no-ser-machistas. En mi opinión, un excelente escrito con análisis crítico y temperado del caso de Plácido Domingo. Pero hay más.

Señala la autora sobre el movimiento Me Too:
«Debo confesar que hay dos aspectos del Me Too que me disgustan.
Uno es el espectáculo que generan en torno a él muchos medios de comunicación, aparentemente más interesados en el morbo de descubrir depredadores sexuales (o, más simplemente, hombres que no han sido moralmente irreprochables, o -aún peor- que no han sido los “caballeros” que se espera: una percepción que nos coloca en la casilla de salida en la deconstrucción del género) en determinados sectores sociales que en reflexionar seriamente sobre las implicaciones de este movimiento.
El segundo es que haya sido necesario que el mundo ideal que vende el show business hollywoodiense se revelara tremendamente terrenal para que el movimiento haya recibido atención. La expresión “Me too” ya había sido utilizada durante mucho tiempo por la activista Tarana Burke para promover el empoderamiento de mujeres negras, principalmente pobres, que habían sufrido abusos sexuales. Y como ellas, muchas otras mujeres en el mundo. Pero la empatía y la reacción de los medios hacia una realidad que no tiene nada de nueva solo han llegado cuando la denuncia ha venido de mujeres blancas y ricas. Bienvenida sea la caída de venda que han provocado, porque todo suma, pero también pone de manifiesto que la violencia contra las mujeres tiene muchos techos de cristal que romper, pues no toda violencia contra toda mujer es igual de relevante. En este sentido, es de agradecer que la actriz Alyssa Milano, que popularizó la expresión en Twitter al invitar a que mujeres que hubieran sufrido acoso o agresión sexual lo utilizaran, reconociera posteriormente desconocer el movimiento impulsado por Burke y lo difundiera también por el mismo medio.
Al hilo de lo anterior, el aspecto más positivo de este movimiento es sin duda el haber generado entre las mujeres la conciencia de que las experiencias de abuso que han sufrido no son excepcionales, todo ello enmarcado en una red de sororidad que les permite reconocerse víctimas de un comportamiento indeseado e indeseable del cual no tienen la culpa. Claramente, el inmenso altavoz de las redes está teniendo en este tema un efecto pedagógico fundamental para que las propias mujeres identifiquen y rechacen prácticas a las que el patriarcado nos tiene oportunamente acostumbradas y ante las que nos han enseñado a callar aunque nos violenten, configurando así un perfecto bucle de dominación.
Pero no solo está favoreciendo la reeducación de las mujeres, sino también la de los hombres, puesto que algunos han tenido el valor suficiente de reconocer sus propias conductas machistas abusivas. Y como parece que hoy en día sin etiquetas y/o hashtags las cosas no existen (otro elemento de crítica hacia el Me Too, pues se diría que el acoso no tenía suficiente entidad hasta que no fue etiquetado), el de ellos es #HowIWillChange (“Cómo cambiaré”).»

Sus palabras de cierre:
«La pedagogía requiere no quedarse solo en la acusación y el linchamiento social. Las penas dan sentido a la represión del delito si son una vía para la reinserción, no si son puramente retributivas. Marcar a los hombres que han acosado o violentado a las mujeres sin hacerles entender el daño causado y sin aceptar que puedan modificar su comportamiento es tanto como asumir que el patriarcado es inevitable. Hacia ahí deberían tender las políticas públicas en materia de género: hacia una pedagogía crítica que dote a cada persona de elementos de juicio para que pueda desprenderse del fardo del género a la hora de desarrollar libre y responsablemente su relación con las demás. La lucha contra el machismo no va de revanchas, sino de aprender a ser mejores personas.»

 

Autor: admin

Profesor jubilado. Colaborador de El Viejo Topo y Papeles de relaciones ecosociales.

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