“Hacia un marxismo con características chinas” por Alfredo Iglesias Diéguez

Reseña de Marx&China: la sinización del marxismo (AKAL, 2025), de Xulio Ríos.P
Publicada en rebelión, 25/12/2025.

¿Es China un país capitalista? Obviamente la respuesta es no. ¿Cómo va a ser capitalista un país cuyo Estado, dirigido por cinco generaciones consecutivas de comunistas, controla a la clase capitalista corporativa, especialmente a través de la regulación? Otra cuestión es que nuestro “occidentalcentrismo” nos impida calificar al gigante asiático de un país socialista. En este sentido, para comprender mejor la realidad china, es necesario hacer un recorrido histórico. Empecemos.

China es mucho más que un país: es una vieja civilización milenaria que, según la leyenda, habían fundado los tres augustos y los cinco emperadores hace casi 5.000 años; de hecho, es el único de los focos de neolitización originarios que perdura en la actualidad manteniendo la misma herencia cultural. Si no se tiene este hecho en cuenta, no será posible entender la realidad china actual. Así, cuando en 1839 los ingleses y otras potencias europeas sometieron al Imperio chino a los intereses occidentales, para lo que recurrieron a las guerras del Opio (1839-1842 y 1856-1860), empezó una era a la que la historiografía china denomina el Siglo de la Humillación (1839-1949). A lo largo de esa centuria fueron varios los intentos que se desarrollaron para superar esa situación de humillación, entre ellos el levantamiento de los bóxers (1899-1901) y, principalmente, la revolución Xinhai de 1911, que derrocó a la dinastía imperial Qing y proclamó la República de China. Es en ese contexto de agitación social y política en el que se introdujo el pensamiento marxista en China y se fundó el Partido Comunista de China (PCCh), bajo cuyo liderazgo China no solo ha logrado el objetivo de superar el sometimiento del país a las potencias occidentales, sino que se ha convertido en una gran potencia mundial.

Entonces, ¿es China un país socialista? La respuesta, obviamente, es sí; aunque se trata de un socialismo “ajeno al gusto occidental”. China ha demostrado que se puede modernizar un país sin que eso signifique «occidentalizarse” al lograr su objetivo de modernización a través de la “sinización del marxismo” que es el tema en el cual se centra el excelente ensayo del sinólogo Xulio Ríos: Marx&China: la sinización del marxismo (Akal, 2025). Así, a lo largo de las páginas de Marx&China, Xulio Ríos realiza un exhaustivo recorrido que empieza con la recepción del marxismo en China y la fundación del PCCh y continúa con la llegada al poder de Mao y la revolución china, las reformas y aperturas de Deng Xiaoping y la nueva era de Xi Jinping, para enseñarnos los principales elementos que jalonan ese camino de modernización de China que van de la mano de la sinización del marxismo, de la que fue pionero Li Dazhao con su asimilación al marxismo del ideal Dafong, que afirma que “todo lo que hay bajo el cielo es para el pueblo”.

Ahora bien, en el camino de la modernización de China y de la sinización del marxismo jugó un papel principal Mao Zedong, uno de los fundadores del PCCh en 1921 junto con Li Dazhao, Chen Duxiu y Zhang Guotao, quien definió sus principios rectores para los años por venir: el nacionalismo, la democracia y el bienestar del pueblo.

A partir de ese momento se pueden definir tres fases en “la metamorfosis del comunismo en China”, por usar el título de otro de los libros imprescindibles de Xulio Ríos.

La primera de esas fases es el maoísmo, caracterizada por la integración del marxismo con la práctica de la revolución. Esta fase abarca desde 1921 hasta 1978 y está jalonada por importantes hitos —el principal, el triunfo de la Revolución china en 1949—, en los que fue necesario establecer un camino propio, alejado del liberalismo, pero también del socialismo soviético —que no se adaptaba a la realidad china y que llevó a la ruptura con la URSS en 1956—, que determinaron lo que se dio en llamar el pensamiento Mao, el cual se resume en tres tesis: integración del marxismo-leninismo en la realidad china, la línea de masas y la búsqueda de la verdad en los hechos y el principio de independencia frente a otras experiencias socialistas, como la soviética. En ese sentido fueron años de preparación del socialismo o nueva democracia y de logros económicos fruto de un proceso de industrialización y de la reforma agraria, pero también marcados por dos trágicos acontecimientos: el Gran Salto Adelante (1958-1960) y la Revolución Cultural (1966-1976), cuyo balance es profundamente negativo. No obstante, el maoísmo fue la estrategia que puso fin al Siglo de la Humillación y sentó las bases de la modernización de China.

La segunda fase es el denguismo (1978-2012), que integra los mandatos de Deng Xiaoping (1978-1990), Jiang Zemín (1990-2002) y Hu Jintao (2002-2012) y constituye la consolidación del socialismo con características chinas, que establecieron las bases de un nuevo modelo económico y político. La impronta de Deng en la sinización del marxismo es fundamental, en primer lugar porque estableció que China se encontraba en una etapa primaria del socialismo, lo que le llevó a establecer que el camino hacia el pleno socialismo debía regirse por los siguientes cuatro principios: la perseverancia en el socialismo, la dictadura democrático-popular, la dirección del PCCh y el marxismo-leninismo y el pensamiento Mao. Paralelamente, Deng sentó las bases para la modernización económica del país, que transita la vía del “socialismo de mercado” con base en la propiedad pública y pone énfasis en la redistribución de la riqueza y el bienestar social, y se avanzó en la construcción del socialismo a través de los siete ejes esenciales de la reforma política. En este contexto la llegada de Jiang Zemín incorporó al pensamiento comunista chino la teoría de la triple representatividad, según la cual el partido representa a las fuerzas productivas nacionales, a las fuerzas de la cultura y a los intereses del pueblo, lo que supone que a partir de ese momento el PCCh, reconociendo la realidad social china y basándose en la nueva gobernanza inspirada en un sistema de partidos que aspira a representar al pueblo chino, se convertirá en la vanguardia del pueblo, no solo en el representante de la clase obrera y campesina. Posteriormente, bajo el mandato de Hu Jintao se estableció la “concepción científica del desarrollo’” con la que el PCCh aspira a responder a la justicia social y a la protección ambiental, sin dejar de fomentar el desarrollo económico.

La tercera fase, que completa la modernización de la China socialista es el xiísmo (2012-), que se corresponde con el mandato de Xi Jinping, el cual establece las bases del ”socialismo con peculiaridades chinas en la nueva era”, que se fundamenta en las 14 perseverancias: dirección absoluta del Partido, consideración del pueblo como sujeto central del proceso revolucionario, la profundización de la reforma, la nueva concepción del desarrollo, la condición del pueblo como dueño del país, el gobierno según la ley, los valores socialistas centrales, la garantía y mejora de las condiciones de vida del pueblo, la civilización ecológica, la seguridad nacional, el imperio del Partido sobre el ejército, la reunificación y el principio de “un país, dos sistemas”, la construcción de una comunidad de destino compartido de la humanidad y la exigencia de una mayor severidad disciplinaria en el Partido.

China no pretende ser modelo que haya que seguir, pero tiene mucho que enseñar, principalmente que el marxismo no es un recetario, sino un ideario que aspira a transformar la sociedad y a emancipar a la humanidad, que hay que adaptar a cada realidad social sin renunciar a la herencia cultural, sobre todo a las que permanecen apegadas a la naturaleza y a la solidaridad. Esa es la enseñanza del marxismo chino señalada por Xulio Ríos: “la necesidad de arbitrar políticas sustentadas en un ideario de vocación universal (el marxismo), pero adaptado a su realidad inmediata”.

Un libro necesario. ¡Léanlo, aprendan de él!

Este mismo texto también fue publicado en la edición digital de Mundo Obrero (23 de diciembre de 2025): https://mundoobrero.es/2025/12/23/hacia-un-marxismo-con-caracteristicas-chinas/

https://rebelion.org/hacia-un-marxismo-con-caracteristicas-chinas/.


Autor: admin

Profesor jubilado. Colaborador de El Viejo Topo y Papeles de relaciones ecosociales.

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