Del compañero Singuer Lin, 10/07/2022.Gracias, Salva, pero ese mundo de cristianos, y de teólogos (sic) de “izquierdas”, como no me lo creo -disculpa-, no me interesa.
Hay que insistir por analogía: si se quiere pugnar políticamente “por el socialismo”, o “por el comunismo”, o “por el pacifismo”, pues sobra la palabra “cristianos”, cuya preeminente substantividad o adjetividad relega a un segundo plano, claramente, aquello a lo que aspira (“por el socialismo”, p. e.). Como sobraría en el caso de los “budistas”, o el de los “culés”, o el de los “animalistas”, o el de…¿no…?
Tanto es así, que a pesar de mi admiración, cariño y respeto por Paco Fernández Buey, cuando este amigo “se adentró”, moralmente y filosóficamente, en asuntos concernientes a algunas de esas metafísicas, yo no hice eso; tal era, y es, mi rechazo.
Y hoy, para temer la guerra (las guerras) y clamar contra ella (s), para estar -en el doloroso asunto de Ucrania 2022- en contra de la asesina provocación de la OTAN (y en contra de los desoladores delirios reactivos del complejo militar-industrial ruso), no nos hace falta “Jesús de Nazaret” ni su “mensaje”, sin que sea yo el que sepa qué “mensaje” es el necesario.
En este caso de Ucrania, sólo faltaba que a la presunta hipersuperioridad moral del antiotanismo con la que cargamos (que tener esa superioridad la tenemos, pero en sus filas hay gentes como para salir corriendo, aunque no sé yo hacia donde…), sólo faltaba, digo, la prepotencia de las cosas metafísicas más presuntamente “superiores” y morales de un Papa de Roma, o de un “filósofo” que ya conocemos, como es el teólogo González Faus.
Dicho sea todo con respeto y cordialidad.
Salud.
Singuer Lin
10.07.2022
