DEL COMPAÑERO Y MIEMBRO DE ESPAI MARX, CARLOS VALMASEDA.
ÍNDICE
1. El «día después» en Gaza.
2. Crisis en Filipinas.
3. Nueva conversación Wolff-Hudson.
4. El imperio contra todos.
5. Primer punto de no retorno sobrepasado.
6. Apostándolo todo a la IA.
7. Entrevista a Walden Bello.
8. Las doctrinas políticas de hoy comparadas con el fascismo.
9. Resumen de la guerra en Palestina, 14 de octubre de 2025.
1. El «día después» en Gaza.
Desde la perspectiva de la resistencia, algunas reflexiones sobre cómo podría ser el futuro político en Gaza.
No hay gobierno sin resistencia: el futuro de Gaza tras la guerra y el colapso de las ilusiones extranjeras
Mientras las potencias occidentales imponen la tecnocracia por encima de la soberanía, los movimientos de resistencia palestinos advierten de que no puede haber reconstrucción sin liberación.
Mohammad al-Ayoubi
13 DE OCTUBRE DE 2025
Tras la devastadora guerra en Gaza, la cuestión más apremiante ya no es el alto el fuego o la reconstrucción, sino quién gobernará el enclave.
Se trata de una lucha por el significado, la legitimidad y la soberanía. ¿El futuro de Gaza lo determinará su pueblo o las mismas potencias extranjeras que ayudaron a destruirlo bajo la bandera de la «salvación»?
Cada vez que se abren las puertas de la «reconstrucción» y la «ayuda», se cierran de golpe las ventanas de la soberanía. Lo que se desarrolla es un espectáculo colonial recurrente: un orden político palestino rehecho bajo supervisión extranjera, donde se promueve el «realismo político» como sustituto de la justicia y se comercializa la «tecnocracia» como una alternativa estéril a la resistencia.
El día después
El alto cargo de Hamás Ayham Shananaa declara a The Cradle que el resultado de la guerra no puede medirse con los criterios de los conflictos interestatales tradicionales, sino que debe entenderse como «una lucha existencial entre un pueblo que busca la liberación y una ocupación respaldada por Occidente».
Afirma que la mera supervivencia de Hamás en la arena política tras dos años de guerra constituye una victoria estratégica, ya que Israel no ha logrado alcanzar sus objetivos declarados, ni siquiera con un respaldo internacional sin precedentes.
Esta opinión es compartida por el responsable de la Yihad Islámica Palestina (PIJ), Haitham Abu al-Ghazlan, quien afirma que «la resistencia está ahora más arraigada que nunca» e insiste en que la verdadera medida de la victoria no reside en la destrucción material, sino en el fracaso del proyecto sionista de desplazar a la población y quebrantar la voluntad palestina.
Shananaa añade que la resistencia «se ha impuesto como un actor clave que no puede ser ignorado en ningún debate sobre el futuro de Gaza», argumentando que su firmeza la ha transformado de un actor puramente militar en un proyecto nacional con una visión y una estrategia.
Lo más significativo, añade, es que «esta guerra ha marcado un cambio en la conciencia global», citando la solidaridad sin precedentes con los palestinos, las protestas masivas y los reconocimientos simbólicos del Estado de Palestina, todo lo cual apunta a un profundo cambio en la opinión pública occidental sobre la ocupación.
La reconstrucción como palanca: la nueva cara de la ocupación
Las propuestas internacionales para la administración de Gaza, ya sea en forma de un gobierno tecnocrático o de una autoridad de transición, se están vendiendo como necesidades humanitarias. En realidad, no son más que un cambio de imagen cosmético de los antiguos mecanismos de control.
En este contexto, Abu al-Ghazlan subraya que cualquier propuesta de este tipo «debe ser el resultado de un diálogo nacional palestino inclusivo, no de acuerdos extranjeros o tutela internacional». Afirma que «la reconstrucción es un derecho humano, no una moneda de cambio política», y rechaza cualquier intento de vincularla al desarme o a restricciones a la resistencia.
La política de gobernanza: ¿puede la resistencia ceder ante la tecnocracia?
Uno de los debates centrales a los que se enfrentan ahora las facciones palestinas es si la autoridad de la resistencia puede transformarse en una gobernanza tecnocrática, es decir, si la separación entre la seguridad y la toma de decisiones políticas es posible o incluso deseable.
Shananaa es inequívoco: «Las armas de la resistencia son una línea roja mientras exista la ocupación». Aunque Hamás no se opone a una administración civil que gestione la vida cotidiana en Gaza, insiste en que el movimiento no transigirá en lo que respecta al núcleo de su aparato de seguridad.
Abu al-Ghazlan, hablando desde la perspectiva de la YIP (que, a diferencia de Hamás, no tiene agenda política), afirma la misma línea roja: «Todos los procesos de paz que despojaron a la resistencia de sus armas terminaron en más agresiones y expansión de los asentamientos».
Lo que surge es una fórmula compartida: un gobierno civil es posible, pero la soberanía —en particular la soberanía en materia de seguridad— sigue siendo innegociable.
La idea de una «administración civil temporal» puede parecer moderada, pero en realidad se trata de un gobierno sin poder, una estructura administrativa desprovista de agencia política.
Este modelo busca gobernar Gaza, no liberarla; gestionarla, no emanciparla. Lo que Washington y Tel Aviv están tratando de construir es un modelo palestino vacío que presenta la ilusión de «autogobierno» bajo el techo de la ocupación.
Shananaa y Abu al-Ghazlan enfatizan que cualquier acuerdo futuro «debe basarse en la protección de los derechos del pueblo, no en la presión extranjera».
El término «consenso nacional» puede sonar atractivo en la retórica, pero a menudo funciona como una máscara para la ilusión política. El verdadero consenso requiere una soberanía real y una voluntad palestina independiente, mientras que el consenso impuesto desde el exterior no es más que una tutela renovada disfrazada.
La ecuación de la supervivencia: Hamás, la legitimidad y la resistencia callejera
Mientras que la Autoridad Palestina (AP) persigue la legitimidad perdida a través de los canales de los donantes, Hamás obtiene su autoridad de la supervivencia entre los escombros. El pueblo de Gaza, aunque agotado, no ve en Hamás la perfección, sino el desafío, la negativa a capitular ante la aniquilación.
Sobre la cuestión de un gobierno de unidad nacional que abarque Gaza y la Cisjordania ocupada, Shananaa afirma que esta propuesta no es nueva. Hamás lleva mucho tiempo pidiendo una verdadera asociación nacional, dice, refiriéndose a los repetidos intentos de reconciliación con Fatah en El Cairo, Argel, Moscú y, en particular, Pekín.
Sin embargo, ninguno se llevó a cabo debido a la negativa del presidente de la AP, Mahmud Abás, a compartir el poder o aceptar un marco equilibrado, explica:
«Hamás no se opone a que la Autoridad Palestina desempeñe un papel supervisor o financiero en los acuerdos de reconstrucción, siempre que se haga en el marco de acuerdos claros que preserven las armas de la resistencia y eviten cualquier interferencia extranjera en las decisiones de seguridad».
Abu al-Ghazlan añade que la confianza entre la Autoridad Palestina y la resistencia «no se puede construir con palabras, sino con posiciones. Cuando el pueblo sienta que la decisión política protege a la resistencia y no la limita, entonces podremos decir que hemos emprendido el camino hacia la reconstrucción de la confianza nacional».
El futuro de Gaza parece limitarse a tres posibles escenarios, determinados por los equilibrios de poder establecidos por la guerra y el alcance de las intervenciones internacionales y regionales en la configuración del llamado «día después».
Escenario 1: Gobierno liderado por la resistencia: Hamás llena el vacío
Este es el resultado más probable, con una probabilidad de alrededor del 60 %. Se basa en el principio de la «realidad impuesta», en el que Hamás reafirma su control sobre Gaza en el vacío dejado por la retirada del ejército israelí de las zonas de la Línea Amarilla.
Desde el primer día del alto el fuego, las Fuerzas de Seguridad Nacional de Hamás se desplegaron en las calles, intersecciones y zonas liberadas, restableciendo de forma visible una arquitectura de seguridad que se había derrumbado parcialmente durante la guerra.
Shananaa lo deja claro cuando confirma que «alrededor del 70 % de la franja está bajo el control de las fuerzas de seguridad palestinas formadas por Hamás», lo que refleja una realidad sobre el terreno que no puede revertirse fácilmente.
Este escenario implica que la Franja permanecerá bajo la administración política y de seguridad de Hamás durante al menos uno o dos años, hasta que los acuerdos internos y externos maduren lo suficiente como para formar un gobierno tecnocrático de unidad nacional aceptable tanto para los actores palestinos como para los internacionales.
Esta fase equivaldría a un «gobierno de transición por la fuerza», una mezcla de autoridad de resistencia y administración civil provisional, a la espera de una declaración política más amplia.
Escenario 2: Vuelta a la situación anterior a 2005: coordinación de la seguridad y supervisión extranjera
Este escenario, favorecido por Estados Unidos y algunas potencias regionales (con una probabilidad estimada del 25 %), prevé un retorno a los acuerdos anteriores a 2005: una coordinación tripartita entre la ocupación israelí, la Autoridad Palestina y un organismo de supervisión liderado por Estados Unidos, posiblemente con el respaldo de Egipto y Qatar.
En este marco, fuerzas palestinas «aceptables internacionalmente» supervisarían la administración de Gaza, la seguridad fronteriza, los esfuerzos de desarme y la distribución de ayuda bajo un comité internacional central.
Pero esta visión se derrumba ante dos contradicciones:
En primer lugar, Hamás no tiene intención de renunciar a su posición política o militar tras sobrevivir a la guerra y forzar un alto el fuego.
En segundo lugar, años de colaboración en materia de seguridad con la ocupación han dejado a la Autoridad Palestina sin ninguna confianza pública.
En resumen, esto sigue siendo una fantasía occidental, no una hoja de ruta viable.
Escenario 3: Caos provocado: un descenso controlado hacia el conflicto
El escenario menos probable (15 %), pero el más peligroso, prevé una recaída en los enfrentamientos armados entre las facciones palestinas —o entre los grupos de resistencia y las milicias respaldadas por Israel, o el ejército de ocupación— si el alto el fuego se rompe o las negociaciones políticas fracasan.
Este es el resultado preferido por Tel Aviv, ya que garantiza el desgaste continuo de la resistencia y mantiene a Gaza en estado de agitación, impidiendo la formación de cualquier orden político estable o unificado.
No obstante, a pesar del riesgo que conlleva, este escenario es poco probable a corto plazo, ya que los actores regionales —especialmente Egipto y Qatar— están trabajando intensamente para evitar una nueva explosión que podría desmantelar lo que queda del proceso político.
La implosión política de Tel Aviv: la caída de Netanyahu y la crisis del sionismo
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quería grabar su nombre en la historia como el hombre que aplastó a Hamás. En cambio, es posible que sea recordado como el artífice de su propia caída, una opinión que se repite incluso en los círculos políticos israelíes, desde Yair Lapid hasta Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir.
El acuerdo de alto el fuego fue, en efecto, una admisión del fracaso sionista. Los objetivos de la guerra —eliminar a Hamás y liberar a los cautivos por la fuerza— se evaporaron ante la resistencia.
Incluso si Netanyahu se va, el establishment político y de seguridad israelí seguirá buscando el control sobre Gaza, pero sin la narrativa unificada que antes justificaba matar en nombre de la supervivencia.
Shananaa afirma que el acuerdo de alto el fuego ha profundizado la crisis interna de Israel y ha debilitado la cohesión de la coalición de extrema derecha, y describe el Gobierno de Netanyahu como «fascista, extremista y que ha perdido legitimidad incluso dentro de la sociedad israelí».
«Más de 1,5 millones de israelíes protestaron contra la guerra, y la oposición crece día a día. El apoyo estadounidense es lo que mantiene vivo políticamente a Netanyahu, pero su caída es solo cuestión de tiempo».
Los objetivos de la guerra pasaron de «eliminar a Hamás» a «sobrevivir al fracaso». Fue un descenso de la visión estratégica a la reacción táctica; de un Estado que hacía historia a un Estado que luchaba por sobrevivir a su propio presente.
Al final, la pregunta «¿Quién gobierna Gaza después de la guerra?» es existencial más que administrativa. ¿Quién tiene la legitimidad real? ¿Quién define el futuro? ¿Quién decide cuándo termina la guerra?
Shananaa responde con claridad: «No hay autoridad por encima de la resistencia, ni reconstrucción sin soberanía».
La legitimidad no la otorgan los donantes ni se impone a través de marcos. Se forja bajo el fuego, se arrebata de entre los escombros. Y el «día después» no comenzará con firmas, sino con el desmantelamiento de la ocupación.
2. Crisis en Filipinas.
La verdad es que el titular me parece una verdadera exageración. En Filipinas se ha producido un movimiento similar al de Sri Lanka, Nepal, Marruecos, etc. por parte de una juventud desencantada. Pero de ahí a pensar en una insurrección me parece un salto demasiado grande.
https://www.rosalux.de/en/news/id/53901/the-philippines-a-country-on-the-edge-of-insurrection
Filipinas: ¿un país al borde de la insurrección?
Décadas de explotación y corrupción han llevado a muchos filipinos al límite.
Herbert Docena
Herbert Docena es un investigador y educador que ayuda a organizar The Workers’ School, una nueva iniciativa educativa para ayudar a los grupos oprimidos de Filipinas a educarse a sí mismos y entre ellos
A finales de septiembre de este año, decenas de miles de filipinos salieron a las calles tras semanas de revelaciones de que algunos de los más altos funcionarios del país habían estado recibiendo millones de dólares en comisiones ilegales por contratos gubernamentales. Entre ellos estaban, aproximadamente, mil manifestantes, en su mayoría jóvenes de los barrios pobres, que insistieron en marchar hacia el palacio presidencial y posteriormente participaron en algunos de los actos de protesta más conflictivos de la historia reciente de Filipinas.
Los jóvenes manifestantes intentaron incendiar un camión de diez ruedas que les bloqueaba el paso y lanzaron cócteles Molotov a la policía fuertemente blindada. Incluso después de que la policía respondiera con munición real, se negaron a retroceder. «¡Que le den al sistema!», gritó uno de ellos ante las cámaras. Otros lanzaron un grito diferente, pero complementario: «¡Revolución! ¡Revolución! ¡Revolución!».
Los funcionarios del Gobierno y muchos comentaristas descartaron rápidamente lo sucedido como poco más que un disturbio sin sentido, obra de «alborotadores» irracionales y sin ideas propias, pagados por «fuerzas malévolas» que buscaban desestabilizar un Gobierno por lo demás estable. Detrás de estas acusaciones había una suposición tácita: que nadie en Filipinas, y mucho menos los hijos de los trabajadores pobres, tiene motivos para querer «joder» el sistema. Pero solo alguien que no conozca la experiencia vital de la clase trabajadora filipina podría no comprender por qué una parte de la juventud está harta de las protestas «pacíficas».
De hecho, solo los ricos, confinados en sus áticos dorados o torres de cristal y totalmente ajenos a la situación real del país, podrían no entender la lógica que hay detrás de ese llamamiento a la «revolución». Porque Filipinas es un país dividido por una profunda desigualdad y un dolor aún más profundo, un dolor que acaba saliendo a la superficie de una forma u otra.
Los sospechosos habituales
Para empezar a comprender por qué los jóvenes pobres de las ciudades se niegan a limitar sus protestas a meros rituales o ceremonias, es necesario entender lo que les ha estado sucediendo a manos del Estado filipino en los últimos años. Al hacerlo, también podemos empezar a trazar un panorama de la sociedad filipina contemporánea diferente al que han interiorizado y propagado las élites del país.
Durante las últimas décadas, los jóvenes de las clases oprimidas y explotadas del país han soportado el peso de la violencia directa e indirecta perpetrada por el Gobierno filipino y otros aparatos estatales, como los tribunales, la policía y el ejército. Como han señalado otros, los adolescentes y los jóvenes adultos que viven en los extensos barrios marginales y distritos obreros de Filipinas se han convertido en los sacos de boxeo preferidos —si no en blancos de tiro— de la violenta fuerza policial del país.
A diferencia de los jóvenes de clase media que viven en urbanizaciones cerradas, condominios exclusivos u otros lugares a los que la policía no puede entrar libremente, estos jóvenes de clase trabajadora son presas más fáciles: siempre son los primeros en ser detenidos por la policía durante las redadas antidroga u otras operaciones policiales. Sus padres son recolectores de basura o trabajadores de fábricas con pocos vínculos sociales, a diferencia de los abogados o los profesionales de cuello blanco que tienen amigos en las altas esferas, por lo que también son siempre más vulnerables a ser golpeados, torturados o maltratados por la policía cuando están detenidos.
De hecho, como algunos han señalado acertadamente, los jóvenes pobres de las ciudades constituían una gran parte de todos los muertos en la brutal «guerra contra las drogas» librada con impunidad por la policía bajo el mandato de Rodrigo Duterte, el expresidente filipino ahora detenido por la Corte Penal Internacional de La Haya precisamente por instigar esta matanza. Piensen en Kian delos Santos, el estudiante de 17 años de Caloocan, un conocido barrio obrero al norte de Manila, que fue acusado injustamente de ser traficante de drogas y luego asesinado a tiros por unos policías que posteriormente fueron condenados por su muerte. Era solo uno de los muchos menores de clase trabajadora de entre las 12 000 y 30 000 personas asesinadas como parte de la mal disimulada guerra de Duterte contra los pobres.
No debería sorprender que algunos de estos jóvenes, tras años y años de opresión, marginación y deshumanización, hayan abandonado sus inhibiciones anteriores y ahora se rebelen abiertamente contra un Estado que nunca les ha dado nada. Lo más sorprendente es que no haya ocurrido antes.
La violencia se presenta de muchas formas
Sin embargo, estas formas directas de violencia estatal no son el único factor que brutaliza a los hijos de los trabajadores pobres filipinos. Consideremos de nuevo el caso de Kian. Su madre, Lorenza, trabajó como empleada doméstica en Riad durante los últimos tres años de la breve vida de Kian. Ella es solo una de los millones de filipinos de clase trabajadora que se han visto obligados a abandonar el país por la incapacidad del Estado para crear una economía capaz de generar más empleo interno, y que luego han sido empujados a Arabia Saudí por ese mismo Estado, que actúa como un «Estado intermediario de mano de obra», promoviendo activamente la exportación de mano de obra para sostener la economía nacional.
En 2023, se informó de que 2,2 millones de filipinos trabajaban en el extranjero como «trabajadores filipinos en el extranjero», de los cuales aproximadamente la mitad eran mujeres empleadas como trabajadoras domésticas, como Lorenza. ¿Cuántos de los que participaron en los «disturbios» o animaron a los «alborotadores» en septiembre crecieron como Kian, lejos de sus madres durante años, sin poder recibir su abrazo cuando estaban enfermos ni compartir su alegría con ellos cuando estaban felices?
La pobreza, la falta de tierras, la falta de oportunidades de empleo en su país y las normas patriarcales que convierten a las mujeres en poco más que esclavas glorificadas de sus maridos, padres o hermanos son condiciones que, de una forma u otra, empujan a las mujeres filipinas a escapar del país y trabajar en el extranjero. No son «naturales». Deben mantenerse o recrearse de nuevo mediante acciones deliberadas del Estado o de quienes ostentan el poder.
Desde la década de 1970, el Estado filipino ha hecho precisamente eso: negándose a redistribuir la riqueza de los más ricos, no contrarrestando los intereses de los terratenientes que bloquean la reforma agraria, negándose a ir en contra de los empresarios y los ideólogos neoliberales que se oponen a la política industrial, repudiando las medidas destinadas a erosionar el poder de la Iglesia y otras fuerzas conservadoras y antifeministas, etc. ¿No son todas estas acciones, estas medidas tomadas o no tomadas, que dan lugar a que tantos niños se separen de sus madres, una forma de violencia contra los hijos de los trabajadores pobres?
La clase trabajadora bajo ataque
Consideren también a los hijos e hijas de aquellos a quienes ni siquiera se les concede el «privilegio» de ser explotados en el extranjero: aquellos que no pueden permitirse las elevadas tasas de colocación necesarias para trabajar en otros países y, por lo tanto, no tienen más remedio que quedarse atrás y trabajar en las ciudades superpobladas de Filipinas como parte del proletariado urbano o en el campo como jornaleros o pequeños arrendatarios.
En las últimas décadas, estos sectores de los trabajadores pobres de Filipinas han ido perdiendo terreno, al igual que sus homólogos en muchos otros países del mundo. A pesar del enorme aumento de la productividad, la participación de la mano de obra urbana y rural en la producción total frente al capital ha disminuido, y los salarios reales no han logrado en gran medida seguir el ritmo del aumento del costo de la vida y las crecientes expectativas sociales. Lo que queda de la cada vez más reducida población campesina filipina está siendo atacada, ya que los productos más baratos del extranjero inundan el mercado nacional, mientras que el precio de los fertilizantes y otros insumos sigue siendo inasequible.
Por si fuera poco, las empresas que buscan salidas para la especulación o zonas para la extracción de recursos han intensificado sus esfuerzos por apoderarse de tanta tierra como sea posible, expulsando a los campesinos y obligándoles a huir a las ciudades para unirse a lo que Karl Marx denominó el «ejército industrial de reserva de mano de obra» o las crecientes filas de desempleados o subempleados. Para empeorar aún más la situación de tantos filipinos trabajadores y pobres, ha sido la absoluta insuficiencia de las llamadas «redes de seguridad social» del país, destinadas a amortiguar el impacto de su sometimiento a la merced del mercado. Desde la década de 2000, el acceso a los servicios sociales se ha restringido o estigmatizado mediante condiciones o «sistemas de selección» que tratan de distinguir entre los llamados «pobres merecedores» y «pobres no merecedores».
Nada de esto ocurrió de forma espontánea. Desde la década de 1960, el Estado filipino ha movilizado constantemente sus vastos recursos para generar y afianzar una forma de sociedad y un tipo de economía que antepone intrínsecamente los intereses de los grandes terratenientes y los grandes capitalistas a los intereses de la mayoría de la clase trabajadora. A partir de la década de 1980, el Estado decidió adoptar un tipo aún más cruel de desarrollo capitalista que facilitó aún más a las grandes empresas la apropiación de vastas extensiones de tierra y recursos de los pequeños campesinos o los pueblos indígenas, el pago a los trabajadores de salarios muy por debajo del salario mínimo y la evasión de una mayor parte de la carga que supone el mantenimiento de los hospitales públicos, las escuelas públicas y otros servicios esenciales. También toleró, si no fomentó, diversas formas de corrupción y actividades de búsqueda de rentas, lo que permitió a una vasta red de dinastías políticas utilizar los fondos públicos para enriquecerse.
El dolor del capitalismo tardío
Al consolidar el capitalismo en el país y perseguir una forma neoliberal de desarrollo, el Estado filipino contribuyó a extraer enormes cantidades de riqueza de los trabajadores pobres del país. El PIB nacional creció más de un 1000 % en las últimas cinco décadas, y la economía filipina se ha convertido ahora en la novena más grande de Asia y la trigésimo segunda más grande del mundo, superando a las economías de más de 150 países.
Pero al contribuir a crear y reforzar las condiciones en las que los grupos subordinados se ven obligados a producir toda esta riqueza, el Estado también ha causado mucho dolor. Las masas filipinas han pasado por todo tipo de emociones complejas en las que normalmente no pensamos ni hablamos, porque las políticas sociales o la acción del Gobierno se discuten típicamente en términos cuantitativos —número de puestos de trabajo destruidos, suma de salarios no pagados, superficie total de tierra expropiada, etc.— en lugar de en términos del dolor que se siente.
Piensen en la agonía del pequeño agricultor de la isla de Sicogon que vio cómo la pequeña parcela de tierra que se suponía que iba a recibir en virtud del programa de reforma agraria del gobierno era pavimentada para dar paso a un complejo turístico de lujo. Pensemos en el trauma de la madre que vio cómo su chabola en el Triángulo Norte de Quezon City era arrasada para dejar espacio a un centro comercial. Imaginemos la angustia de millones de trabajadores que se dan cuenta de que sus salarios son insuficientes para enviar a sus hijos a la escuela, o la desesperación de la gente de Bicol cuyas casas fueron arrasadas por las inundaciones que los inexistentes proyectos de control de inundaciones del gobierno no lograron prevenir.
Ahora considere el impacto de todo este dolor en los niños. ¿Es realmente de extrañar que tantos jóvenes filipinos de clase trabajadora quieran «joder al sistema» y pidan la «revolución»? Los que están en el poder están desconcertados por la revuelta, pero quizás el verdadero misterio, si se observa la realidad filipina desde la perspectiva de la clase trabajadora, es por qué la revuelta no es aún mucho mayor. El enigma para muchos comentaristas ha sido «¿por qué todos estos niños pobres no pueden permanecer en paz?», pero tal vez el verdadero enigma, teniendo en cuenta todo lo que han sufrido en las últimas décadas, es cómo han podido permanecer en paz todos estos años.
Filipinas es un país lleno de gente que sufre. Cuando la gente sufre, reacciona, a veces de forma colectiva. A veces incluso llegan a llevar a cabo una insurrección. Que esto aún no haya ocurrido en Filipinas, a diferencia de Bangladesh o Nepal, no significa que nunca vaya a ocurrir.
Quizás no en los próximos meses, quizás no en los próximos años, pero en algún momento, si las cosas no cambian, la furia de todos aquellos que han sufrido la violencia del Estado se alzará como una inundación, romperá las presas deficientes erigidas por los que están en el poder y lo arrasará todo. La pregunta es: ¿qué se necesita para que eso suceda? ¿Cómo debería suceder? ¿Y qué tipo de mundo nuevo construiremos juntos cuando lo hagamos realidad?
3. Nueva conversación Wolff-Hudson.
La discusión de la semana pasada entre Wolff y Hudson en el programa de Alkhorsid sobre la situación política y económica internacional, empezando por el «plan de paz» de Trump.
https://michael-hudson.com/2025/10/the-narrative-battlefield/
El campo de batalla narrativo
https://youtu.be/-p7IaxBbyWU
NIMA ALKHORSHID: Hola a todos. Hoy es jueves, 9 de octubre de 2025, y nos acompañan nuestros queridos amigos Michael Hudson y Richard Wolff. Bienvenidos de nuevo.
RICHARD WOLFF Y MICHAEL HUDSON: Encantados de estar aquí.
NIMA ALKHORSHID: Dado que todo el mundo está hablando del plan de paz de Trump, quiero empezar por ahí. Michael, ¿qué opinas de lo que está pasando? Me has enviado un correo electrónico. Has mencionado que lo que ha ocurrido en Gaza no es una guerra de Israel, sino una guerra de la OTAN. ¿Qué quieres decir con eso?
MICHAEL HUDSON: Bueno, Trump dijo anoche a Fox News: Lo importante es que la gente vuelva a amar a Israel. Le dije a Bibi que Israel no puede luchar contra el mundo entero.
Y Netanyahu ha estado diciendo que esta guerra va mucho más allá de un simple conflicto entre Gaza e Israel.
En realidad es una lucha, un noveno frente. Y ese noveno frente es: ¿quién va a controlar la forma en que los estadounidenses ven las relaciones internacionales, la geopolítica de lo que está sucediendo? Y creo que si el enfrentamiento militar se detuviera, al menos temporalmente, entonces este conflicto se habría trasladado al campo de batalla político y cultural. Y creo que tenemos que fijarnos en eso.
Esto se está convirtiendo en un conflicto mucho más profundo y duradero, y va más allá de Palestina e Israel. Para responder a tu pregunta, la guerra en Gaza y Cisjordania no es simplemente un conflicto militar entre Israel y los palestinos. Al igual que Rusia no está simplemente en un conflicto militar con Ucrania, los palestinos no están en guerra con Israel, sino con la OTAN liderada por Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania. Y la estrategia de Israel es… bueno, ¿cómo mantenemos la lealtad de Estados Unidos, ahora que las encuestas de opinión muestran que los jóvenes se están poniendo del lado de los palestinos, y no de Israel? ¿Qué augura eso para el apoyo continuo de Estados Unidos a Israel?
Bueno, esta es una lucha mucho más duradera, que va más allá del campo de batalla militar, y es cómo el mundo enmarca el pensamiento sobre lo que le está sucediendo. Y este es el campo de batalla más profundo, e incluso el más amenazador, por el control de la narrativa —la narrativa de cómo enmarcar la cuestión— y lo que se enseña en las escuelas, en las universidades y se difunde en las plataformas de Internet y los medios de comunicación, que ahora ya están bajo el control de los extremistas sionistas de línea dura.
Y eso es lo que ha sido toda la lucha de la última semana en torno a TikTok. El presidente Netanyahu ha explicado que Israel está en guerra con lo que él llama este noveno frente: controlar Estados Unidos. Esa es la verdadera guerra que se está librando. Y este control no se va a establecer militarmente, sino controlando la opinión pública estadounidense a través, esencialmente, de multimillonarios sionistas extremistas, los multimillonarios de Silicon Valley, que controlan los medios de comunicación. Los hemos visto tomar el control de la inteligencia automática para comprar TikTok y rediseñar los algoritmos de TikTok para sustituir las imágenes que TikTok mostraba sobre bebés palestinos asesinados, todo tipo de horrendos ataques genocidas. Todo esto va a desaparecer.
Y el nuevo algoritmo está bloqueando cualquier debate o denuncia de lo que Israel ha estado haciendo en Gaza y Cisjordania. Y al igual que Israel se ha concentrado —el ejército se ha concentrado— en matar a dos grupos de personas: los periodistas —deben destruir cualquier intento de dar a conocer al mundo lo que están haciendo— y los médicos —los médicos no deben curar a los heridos, especialmente a los niños que pueden crecer— y crecer con el recuerdo de lo que les está sucediendo.
E Israel dice que, si estos niños viven, es una amenaza para el judaísmo, porque Israel es un Estado judío, lo que significa, como dice Alistair Crooke, una teocracia; y una teocracia no tiene cabida para nadie que no sea miembro del Estado judío.
Así que esta guerra se está extendiendo a las iglesias. ¿Qué van a decir las iglesias? ¿Van a decir que esta guerra de Israel contra los palestinos es parte de la Biblia, que el Señor respalda a Israel, como ha afirmado el embajador de Estados Unidos en Israel, que tiene que seguir la Biblia?
Hay todo un intento de crear esto, no solo una narrativa falsa, sino utilizando los algoritmos de todas las principales plataformas de Internet —Facebook, Google, incluso X—; si intentas utilizar estas plataformas, ahora puedes expurgar o censurar cualquier debate que no refleje la opinión israelí, y así estás moldeando la opinión pública. Y si puedes controlar las noticias, como CBS News, que acaba de ser tomada por un ferviente sionista…
Estás convirtiendo las universidades, que impiden cualquier manifestación estudiantil a favor de la paz —dicen: si quieres la paz y no la lucha, entonces eres antisemita, te expulsaremos— y si eres un profesor que describe este «te expulsaremos», como ha hecho la Universidad de Columbia, otras universidades están haciendo lo mismo…
Esto es una guerra cultural, y eso es lo que se está viendo eclipsado por toda esta discusión militar. Y como ni Richard ni yo somos especialistas en temas militares, creo que eso es realmente lo que hay que debatir en su sitio web, porque ya hay suficientes militares explicando la brutalidad de lo que está sucediendo.
NIMA ALKHORSHID: [en silencio, dirigiéndose a Richard Wolff] … desde un ángulo diferente, pero tienes razón. Ya lo hemos hablado antes. Adelante. ¿Qué opinas?
RICHARD WOLFF: Déjame plantearlo de una manera ligeramente diferente, pero, creo, de una manera que complementa lo que Michael acaba de decir. Esta es mi interpretación de lo que —traducción sería una palabra más adecuada— traducción de lo que Trump dijo en Fox News, que Michael citó. Esta es mi traducción. Esto no es lo que dijo el presidente, pero esto es lo que creo que hay detrás de sus palabras: que ha llegado a la conclusión, junto con sus asesores, de que la marea ha cambiado en el mundo; que Israel está perdiendo la campaña para ganarse los corazones y las mentes que lanzó, y que, en ese ámbito, hizo demasiado poco y demasiado tarde; y que no pudo ocultar la realidad de lo que estaban haciendo a los palestinos en Gaza durante los últimos dos años.
De acuerdo. Es demasiado tarde. No sé si hay que darle el mérito a los medios de comunicación críticos a nivel mundial, si hay que ponerle otra medalla a Greta Thunberg, pero él está perdiendo. Y no creo que al presidente Trump le importe de todos modos.
Pero lo que le han dicho sus asesores es que la marea está cambiando dentro de Estados Unidos. Se está volviendo políticamente imposible para él continuar con las políticas de Biden y Trump, de ser 100 % proisraelí, más de la mitad de la población de Israel lo es, en términos de la política de guerra. Se está volviendo peligroso. AIPAC, con todo el dinero que gasta y toda la influencia que tiene, no ha prevalecido.
Y le está diciendo a Bibi: Escucha, Jack, no puedo seguir apoyándote si, en mi país, la opinión pública se está alejando de ti. He hecho todo lo que he podido. Me retiro. Ahora tienes que hacerlo tú, y luego dice algo que es ridículo: tienes que hacer que el mundo te quiera.
Bueno, sé lo que quiere decir. Quiere decir que AIPAC tiene que hacer algo para cambiar la dirección de la opinión política estadounidense. Y ahí, de nuevo, me gustaría recordarles a todos: estamos a muy pocas semanas de unas elecciones que, según las encuestas, van a llevar a un socialista musulmán antiisraelí a la alcaldía de la ciudad más grande del país. Este es un mensaje extremadamente poderoso. Incluso si perdiera las elecciones —no parece que vaya a ser así, pero incluso si lo hiciera—, ¡mira lo lejos que ha llegado!
Y si lo siguen —lo cual yo he hecho desde el comienzo de su campaña, mucho antes de que se hiciera famoso—, uno de sus principales apoyos fue una organización llamada Jewish Voice for Peace, que es una organización judía pro palestina y antiisraelí, en la ciudad que tiene más judíos que ninguna otra en Estados Unidos. ¡Vaya! ¿Qué?
Y creo que están aprendiendo y están muy preocupados. Marjorie Taylor Greene ha anunciado que votará con los demócratas porque no puede estar de acuerdo con la política de recortar Medicaid para los pobres. El Sr. [Thomas] Massie está intentando sin descanso que se abran los archivos de Epstein. Hay serias especulaciones de que la verdadera razón por la que cerraron el Gobierno no tenía nada que ver con Medicaid ni con nada más: tenía que ver con posponer el desenlace de los archivos de Epstein.
De acuerdo, no sé si estas cosas son ciertas o no, pero si las juntas todas, sugieren que Michael tiene razón; que aquí hay un punto de inflexión; que incluso los israelíes y los estadounidenses entienden ahora que la acción militar en Gaza tiene que parar, porque es contraproducente, es perjudicial. El objetivo era darles más seguridad y, como les han dicho los críticos durante años, eso no va a funcionar. Están complicando aún más su situación.
Y se ve en todo el mundo, incluso entre los cómicos: Jon Stewart, explicando a su público que Netanyahu es quien está amenazando con una ola global de antisemitismo. ¿Qué quería decir? Por lo que estáis haciendo en Gaza, locos, en nombre de la supervivencia, os estáis matando a vosotros mismos. Y eso me permite decir, y tengan paciencia conmigo: nada, nada, es más típico de los imperios en declive que tener líderes que hacen cosas que todo el mundo les grita: «¡No hagan eso! Eso empeora su declive».
Pero no pueden oírlo. Están atrapados en estas formas de hacer las cosas. Y no sé si Netanyahu puede oír algo de esto (tampoco), pero esa es mi sospecha. El Sr. Trump se está dando cuenta de que va a tener que elegir, y está muy claro quién va a ser sacrificado.
Ya sabes, los alemanes cometieron el Holocausto, cometieron un genocidio, y siguen sufriendo, hasta el día de hoy, la reputación que tienen en todo el mundo por ello. Cómo ha quedado grabado todo esto en la mente de un millón de personas… Ya sabes, no se borra tan rápido. Hitler murió en 1945: aquí estamos, ochenta años después, y todavía podemos ver a Alemania dentro de la Unión Europea. Quiero decir, mi familia es en parte francesa y en parte alemana. He vivido los efectos de todo esto durante toda mi vida. Aunque nací en Estados Unidos, soy estadounidense y todo eso, soy plenamente consciente de que eso sigue vivo y, bueno, de mil maneras, Israel tardará mucho tiempo, si es que alguna vez lo consigue, en salir de debajo de lo que ha hecho.
Y ahora el Sr. Trump les está diciendo: «También me van a perder a mí, porque no voy a sacrificar mi vida política», porque la AIPAC no es capaz de comprar y controlar el discurso, tal y como explicó Michael. Antes lo hacía, y era muy buena en ello. Todos admirábamos, a nuestra manera, cómo lo hacía. Pero todos sabíamos, si lo pensamos bien, que no duraría para siempre. Bueno, irónicamente, el esfuerzo más agresivo por mantenerlo, la destrucción de Gaza, es también su fin.
MICHAEL HUDSON: Richard, hace unos meses, Netanyahu dijo que los mayores enemigos de Israel son los judíos asimilacionistas. Esto es relevante para la candidatura de [Zohran] Mamdani a las elecciones. Dijo que, como los judíos asimilacionistas quieren formar parte de su propia sociedad, quieren formar parte de su propia economía, no miran a Israel, no ponen a Israel en primer lugar. Y si los judíos estadounidenses ponen a Estados Unidos en primer lugar, los judíos europeos pondrán a los europeos en primer lugar: ellos son el enemigo.
Bueno, un amigo mío comentó el otro día que es como si Netanyahu hubiera leído 1984, de [George] Orwell, y se hubiera tomado muy en serio su afirmación de que quienes controlan el presente controlan el pasado, y quienes controlan el pasado controlan el futuro. Así que lo que Israel está tratando de hacer es replantear todo el pasado y toda la historia del asentamiento de Israel desde el principio: el Holocausto israelí, la Nakba, los asesinatos en masa, toda la historia militar.
Bueno, como mencioné: para establecer todo esto, hay que controlar la narrativa. Y es una narrativa histórica, es una narrativa de noticias en curso, y está limitada por lo que se enseña a los estudiantes.
Quiero hablar de los aspectos económicos de cómo surgió esta narrativa, y tengo cierta experiencia personal en esto. En la década de 1970, hace más de siete décadas, vi cómo se sentaban las bases para la guerra cultural que se estaba preparando. Yo era economista en Wall Street y algunos de mis amigos más antiguos trabajaban para Drexel Burnham, la empresa de banca de inversión dedicada a las adquisiciones corporativas con bonos basura.
A menudo me reunía con ellos y, en ocasiones, intervenía en sus reuniones de la junta directiva, y varios de sus directivos me dijeron que lo más importante para ellos en la vida era el sionismo. Drexel [Burnham] era la empresa de banca de inversión que desarrolló los bonos basura para adquirir empresas y los convirtió en vehículos financieros para obtener ganancias de capital. Era parte de la transición del capitalismo industrial estadounidense al capitalismo financiero depredador, mediante ofertas de compra para adquirir empresas y convertirlas en vehículos financieros.
Y el principal organizador, Michael Milken, fue a la cárcel por organizar operaciones con información privilegiada con los inversores de Drexel. Y lo importante, según me explicaron, era que todos estos inversores eran judíos, y más que judíos, eran sionistas.
Los detalles financieros de todo esto se han difundido ampliamente, pero lo que no se reconoce es que existía una especie de pacto personal entre todos estos inversores: que se iban a hacer muy ricos aplicando nuevas reglas —que los bufetes de abogados y las empresas de inversión de prestigio no aplicarían—, realizando adquisiciones hostiles en lugar de propuestas de fusión amistosas. Y el trato era que todos debían destinar una parte sustancial de sus ganancias a la causa sionista, y eso iba más allá de la AIPAC: significaba apoyar la causa sionista en muchas, muchas dimensiones.
Unas décadas más tarde, me reuní con algunos de los antiguos estrategas de Drexel que habían creado sus propias empresas. Y aplicaron este principio —que para unirse a esta incursión corporativa— y estamos hablando de que estos inversores fueron los que se hicieron con el control de Silicon Valley, y las acciones de Internet y de tecnología de la información — se centraron en eso desde el principio. Se convirtieron en multimillonarios y, en el caso de Larry Ellison, ahora es billonario — pudieron operar con una libertad para atacar la economía en general que los bancos de inversión tradicionales, las empresas y los bufetes de abogados no tenían.
Bueno, avancemos rápidamente hasta la última década: tenemos las mayores empresas de inversión, las de Silicon Valley, y todas ellas están dirigidas por sionistas, que colaboran con Israel y el Partido Likud, así como con la AIPAC. Participan activamente en las campañas políticas estadounidenses. Están utilizando parte de sus miles de millones de dólares para promover la causa sionista.
Y este intento de moldear la opinión pública estadounidense se centra en el sector financiero y, concretamente, en el control financiero del sector de la tecnología de la información, las principales plataformas de comunicación por Internet, todo lo que comentaba antes, donde se libra la guerra de la información, incluida la adquisición de CBS News para promover las posiciones sionistas; la adquisición de cadenas aquí; la adquisición de publicaciones de los medios de comunicación de masas; y la enorme propaganda dentro de las iglesias, especialmente las iglesias fundamentalistas, para difundir este falso cristianismo, basado en la Biblia de Scofield y la idea de que Dios le dijo a Israel: Matad a todos los no judíos, para que así lleguéis al fin de la historia y Jesús pueda volver y enviarnos a todos nosotros al cielo y a todos los demás al infierno —
Esta es la locura que ha sido patrocinada, esencialmente, por los israelíes, empujando a las crédulas iglesias cristianas a transformarse. Lo que la gente piensa de Estados Unidos como un país cristiano no es algo que ni los católicos tradicionales ni la mayoría de las iglesias protestantes, tal y como existían antes de 1900, reconocerían hoy en día.
Por eso Trump hizo el trato con China, forzando la venta de TikTok como parte de esta campaña —junto con Facebook y X, y otras plataformas y medios de comunicación— para crear la perspectiva sionista.
Y, como recordarán, Hitler creó una historia falsa: cuando el mundo se vio devastado por los problemas de deuda de los años veinte y treinta, Hitler intentó culpar de todo a los banqueros judíos. Bueno, lo cierto es que la banca estadounidense y la banca europea eran bastante antisemitas. Y el origen de estos banqueros internacionales —fue la Iglesia católica, en el siglo XIII, para recaudar préstamos de guerra para los reyes que eran leales a la Iglesia y luchaban en guerras religiosas y cruzadas en su nombre—, así que existía esta historia falsa.
Y lo cierto es que la presencia financiera judía en Estados Unidos no estaba en la banca. Cuando empecé a trabajar para bancos en la década de 1960, había un marcado antisemitismo allí. No contrataban a personas judías. Y un banco para el que trabajé incluso contrató a un empleado negro antes que a un judío.
Bueno, ¿cómo explicas la presencia judía? Estaban en el sector de la intermediación financiera. Estaban en el sector bursátil, en el sector de la banca de inversión —como Drexel Burnham—, pero no en la banca en absoluto. Y es esta remodelación del sector de la banca de inversión la que ha costado miles de millones, y supongo que se podría decir que billones, de dólares. Parte de ello ha consistido en eximirse del pago de impuestos, de pagar un impuesto sobre la renta o el patrimonio tan alto como el que paga el 90 % de la población.
Por lo tanto, creo que es apropiado explicar cómo el motor económico de este intento de propaganda no solo está moldeando la forma en que los estadounidenses piensan sobre Israel, sino [también] porque las empresas estadounidenses de Internet y las empresas asociadas de Silicon Valley controlan las grandes empresas que operan en Europa y Asia. Lo que tenemos son estas empresas que utilizan algoritmos e inteligencia automática para actuar esencialmente como una censura que va mucho más allá de Estados Unidos, sino que abarca toda la economía mundial que utiliza Facebook y X, y todas estas otras redes sociales, como TikTok, ahora.
Lo que tenemos es una lucha, una lucha global, para remodelar la historia de una manera sesgada, extremista, sionista, al estilo de la Guerra Fría, al estilo neoconservador, al estilo de la derecha oligárquica. Toda la narrativa se está volviendo oligárquica, neoconservadora y sionista. Ese es realmente el contexto de la lucha que veremos desarrollarse, probablemente durante los próximos años.
RICHARD WOLFF: Es muy, muy útil tener este tipo de historia. Michael es excepcional en eso, y lo ha sido durante mucho tiempo. Los libros que escribe, los artículos que escribe, la recuperación, responden a la pregunta. Otras personas se dan cuenta de algo. Michael hizo la pregunta: ¿Por qué es así? ¿Por qué, por ejemplo, los judíos destacan en un sector concreto y no en otro? Y, entonces, ¿cómo ayuda eso a explicar por qué Silicon Valley debería estar poblado por las personas que hay ahora, en lugar de por la banca convencional? Y él explica: porque los judíos fueron excluidos de la banca histórica, por lo que se fueron a otro lugar, y eso se convierte en parte de la historia.
Bueno, quiero hacer lo mismo. Los judíos se han dividido, desde que tengo memoria, entre los que pensaban que debía haber una patria, entre comillas, para los judíos, un Sión, un lugar para ellos, y todos sabemos cuál debe haber sido parte de la razón: que estaban excluidos en casi todos los demás lugares. El antisemitismo, de una forma u otra, podía llevar a la gente a tener la fantástica idea: ¡Caramba! Si estuviéramos en un país que controláramos, tal vez, por fin, no seríamos vulnerables a lo que nos ha sucedido —en España con la Inquisición, en Alemania con el Holocausto, y así sucesivamente; o en Estados Unidos, con las formas más educadas de antisemitismo que han existido aquí desde hace mucho tiempo y que aún persisten.
Y quiero recordar a la gente: ¿por qué los judíos se dedicaron a las finanzas? Solía ser una crítica, que las finanzas… [Friedrich] Engels escribió una vez: «El socialismo puede adoptar una forma estúpida», esa fue su palabra, «estúpida». Eso es cuando piensas que el problema no es el capitalista, sino el judío. El antisemitismo es el socialismo de los estúpidos, así es como él lo articuló.
Bueno, a los judíos no se les permitía formar parte de la Europa feudal. No eran aceptables, ni como siervos, ni como vasallos, ni como señores. Entonces, ¿cómo iban a vivir? No podían vivir de la tierra, como lo hacían todos los demás en lo que era un sistema económico rural. Así que se convirtieron en intermediarios. Se convirtieron en comerciantes que no tenían tierras, que se desplazaban de un lugar a otro, comprando barato y vendiendo caro, porque así es como se vive si se es comerciante.
De acuerdo, se convirtieron en comerciantes, pero aquí no hay ningún misterio. No hace falta la Biblia para entender nada de esto. Solo hace falta un poco de historia económica para saber exactamente cómo evoluciona.
Pero eso me lleva al punto —y quizás aquí Michael y yo discrepamos—. Creo que tiene razón al exponerlo, pero creo que ahora una de las partes está perdiendo claramente, y es la que antes ganaba. En otras palabras, estamos en un punto en el que los antiguos ganadores, las personas que hicieron el trato, el ala sionista de la comunidad judía —que, por cierto, siempre fue una minoría, pero importante, y contaba con muchos recursos— consiguieron su pequeño país, lo construyeron, con la ayuda de judíos de fuera, por supuesto, y con la ayuda de aliados como Estados Unidos y Gran Bretaña.
Pero se acabó. Se acabó, no porque uno u otro haya fracasado, sino porque forman parte de los perdedores de la economía mundial actual. Ese es su problema. Ese es el problema del Sr. Trump. Si no tuviera otras seis crisis que le acechan, podría dar más al Sr. Bibi. Ya no puede hacerlo. Simplemente no puede. Es demasiado costoso. Y ahora se ha convertido en algo costoso para él políticamente. Y como eso es todo lo que tiene…
Trajo a trescientos generales y almirantes a Washington hace un par de semanas. Los insultó. Hizo que un ministro de Defensa idiota les dijera que eran gordos y que no estaban a la altura. Es indignante lo que hizo. Ya sabes, es tan insensible como para hacer algo así… Trump, igualmente. Están en problemas. Por eso hicieron esa locura y luego la estropearon.
Ya sabes, si tienes demasiadas de estas cosas, ya no es el fracaso de este o aquel plan, o la estrategia errónea… No, no, tienes que juntarlo todo. ¿Qué está pasando aquí? Y le está diciendo al Sr. Netanyahu: Mira. Tienes que cambiar la posición de Israel en el mundo…
Eso va a ser muy difícil para Israel. ¿Por qué le pedirías eso a un país? ¿Verdad? Le estás pidiendo, quiero decir, la luna… no puedes. ¿Por qué estarías en posición de hacer eso?
Y está señalando claramente de quién es esa tarea, esa tarea imposible: son ellos, no yo, yo estoy de vuelta. Es un poco como lo que les ha estado diciendo a los europeos: ya saben, yo no estoy en esta guerra en Ucrania, como lo estaba antes. Ustedes pueden hacerlo. Más les vale hacerlo. Pero yo ya no voy a ayudarles a hacerlo, salvo de forma periférica.
Eso es lo que les está diciendo a todos. Es porque Estados Unidos no puede desempeñar el papel que desempeñaba. Estamos en esta situación —perdón— al revés, tratando de decirle al mundo, y a nosotros mismos, que el imperio ha terminado y que tenemos que idear una narrativa, una estrategia, un sistema de alianzas, un marco de seguridad completamente nuevos, llámese como se llame. Se acabó, y estamos en una nueva situación. Y no podemos salir de ella mediante la militarización.
MICHAEL HUDSON: Bueno, ahí va Richard otra vez. Está siendo razonable.
No creo que Israel sea razonable. Conozco a esa gente. Son fanáticos. He trabajado con el jefe del Mossad de Netanyahu, con sus asesores… No hay forma de que cambien. No van a ser razonables con los palestinos. Están decididos a exterminarlos. Los cristianos estadounidenses están decididos a cometer un genocidio. Ya visteis en toda la decisión de deshacerse del Sr. [Charlie] Kirk, hace un mes —él quería intentar ser un poco más razonable y reflejar exactamente lo que Richard ha estado diciendo—, fue asesinado. Cualquier negativa a seguir al pie de la letra su programa se trata de la misma manera que se trata a los congresistas republicanos aquí en Estados Unidos: se les expulsa del grupo de iniciados si no siguen al 100 % el extremismo.
Creo que estamos ante una ideología extremista, con una convicción fundamentalista religiosa, que no está dispuesta a escuchar a la razón. Y a Trump le encanta hacer promesas y decir: «Aquí tenéis una promesa de paz».
Trump no tiene ninguna intención de cumplir su promesa.
Justo en las noticias de hoy, el peso argentino se está desplomando porque Trump había prometido 20 000 millones de dólares a [Javier] Milei en Argentina, y realmente no ha hecho nada, al igual que hizo promesas a Rusia para intentar, al menos, estabilizar la diplomacia. Y en los últimos dos días, un portavoz ruso ha dicho que Trump no ha cumplido ni una sola de las promesas que ha hecho. Lo que estamos viendo hoy es la euforia de una promesa que se va a romper tan pronto como Israel entre en guerra con Irán. Y ya se pueden imaginar las consecuencias.
Pero quiero continuar con la lógica que estoy exponiendo: ¿Qué haces si eres un extremista? Tienes que ser totalitario en lo que respecta al conocimiento. Y Trump ha declarado la guerra a las universidades de Estados Unidos, para tratar a los estudiantes que se manifiestan en contra del genocidio, para expulsarlos. Y está siguiendo el ejemplo de los donantes sionistas de las universidades, que han dicho que van a cortar toda la financiación a Harvard y otras universidades de prestigio que no apoyan una posición sionista, concretamente antipalestina.
Y creo que el trauma que tienen en mente los estrategas sionistas son las protestas contra la guerra de Vietnam de los estudiantes estadounidenses: los asesinatos de Kent State, que mataron a los estudiantes que protestaban contra la guerra. Y eso es lo que llevó al presidente Johnson a dimitir en 1968 y a decir que no se presentaría de nuevo porque no podía ir a ningún sitio en Estados Unidos sin escapar por la entrada de servicio de los hoteles, donde nadie le gritaría: «Eh, eh, LBJ, ¿a cuántos niños has matado hoy?
Todo esto está en la mente cuando piensas que no quieres que las universidades y los jóvenes adopten una postura de apoyo a la paz, porque la paz es asimilacionismo. Querer la paz es negar que tanto el control conjunto de Estados Unidos e Israel sobre el petróleo de Oriente Próximo como todo Oriente Próximo/Medio están en juego.
Bueno, el pasado diciembre, el senador estadounidense Tom Cotton presentó un proyecto de ley en el Senado que pretende eliminar cualquier uso federal del término «Cisjordania» y sustituirlo por «Judea y Samaria». Y en Florida, el gobernador ha intentado insistir en que los libros de texto utilizados en las escuelas de Florida reescriban la historia para utilizar esta terminología diferente. La terminología es una especie de identificación de qué idioma vas a utilizar. Y la Cámara de Representantes tiene un proyecto de ley que dice que el Gobierno va a eliminar todas las referencias a Cisjordania de los debates del Gobierno estadounidense.
Los combates con Gaza pueden continuar. Así que los colonos israelíes están redoblando ahora su ola de asesinatos contra [los palestinos] en Cisjordania. Están quemando sus olivos. Están destruyendo sus casas. Están bombardeando todas sus casas para expulsarlos. La guerra en Cisjordania es ahora tan cruel como lo fue en Gaza, pero no hay protección militar. Y es sintomático del control de las noticias que esto no se haya discutido en ningún sitio, excepto en Internet.
Richard dijo al principio del programa que no tiene la información, que no tenemos acceso a la información. Richard, tú y yo tenemos mejor información que el presidente Trump. Leemos Internet. Leemos los periódicos. Sabemos lo que está pasando. Trump está rodeado de sionistas neoconservadores y, a pesar de que tiene la perspectiva de relaciones públicas que tú has descrito, no comprende el panorama general que tú y yo, y creo que la mayoría de las personas que siguen el canal de Nima, tenemos. Eso es lo que más llama la atención de todo esto.
RICHARD WOLFF: Creo que el tiempo nos dirá cómo va a acabar todo esto. Podría estar equivocado. Podría estar equivocado al pensar que la situación está cambiando en contra de Israel y que esto es sintomático de ello. Pero déjame darte más pruebas de que podría estar cambiando.
El sistema político británico se encuentra ahora en estado de colapso. Quiero decir que casi todos los puntos de vista sobre Gran Bretaña, tanto dentro como fuera del país, estarían de acuerdo. El Partido Laborista ha perdido prácticamente todo el impulso que obtuvo al ganar las últimas elecciones y colocar a [Keir] Starmer en el cargo de primer ministro. El Partido Conservador, que ha gobernado Gran Bretaña durante la mayor parte de los últimos treinta años, se encuentra en sus últimas. Puede que desaparezca, ya que se encuentra muy débil en este momento. Las encuestas le son desfavorables. Sus líderes se pelean entre sí. Es realmente una sombra. Y un partido reformista de extrema derecha es probablemente el que está mejor posicionado en este momento, si se celebraran elecciones. Se trata de un partido minoritario, con muy poca historia y un hombre muy extraño al frente.
Pero lo que está claro es que el programa de deshacerse de un líder laborista muy popular, Jeremy Corbyn, que fue llevado a cabo por el Sr. Starmer, el hombre que ahora ocupa el cargo, ridiculizando a Corbyn, culpándolo de no estar lo suficientemente alerta contra el antisemitismo, cuando la prueba era su apoyo a Palestina, ha terminado. Es un juego al que se puede jugar una vez, pero nunca se puede jugar dos veces. Es como la amenaza de suicidarse. Se puede jugar muy bien una vez, pero la segunda vez ya no tiene el mismo impacto que la primera.
Quiero recordarles a todos que hace una semana hubo una huelga general en Italia. Todo el país se detuvo, porque todo el país salió a la calle y dejó de trabajar en solidaridad con el sindicato de trabajadores portuarios, que se había negado a cargar o descargar mercancías israelíes de cualquier barco que atracara en los puertos italianos.
Y unos días antes, el 18 de septiembre, el 2 de octubre y el 10 de septiembre, hubo movimientos masivos en toda Francia, y entre todas las banderas de los millones de personas que salieron a las calles de Francia se veían las banderas palestinas, que eran evidentes en todas partes. No es solo Mamdani en Nueva York. Hay un giro global en contra…
Mira. Es sorprendente que haya tardado tanto, teniendo en cuenta el tiempo que los israelíes llevan haciendo lo que han hecho en Gaza y Cisjordania, y teniendo en cuenta la forma en que han tratado a los árabes, que, recordemos, son aproximadamente la mitad de la población del país de Israel, por lo que hay esta división en el país, y todo eso… ¡Ha tardado muchísimo tiempo! Pero creo que ahora hay señales. Gran Bretaña ha reconocido a Palestina como Estado. Lo mismo han hecho la mayoría de los demás países europeos. Irlanda lo hizo hace mucho tiempo, pero España, Italia… Alemania, creo, está a punto de hacerlo, Francia lo ha hecho. Quiero decir que el aislamiento de Israel es prácticamente total.
Incluso hay conservadores en Estados Unidos que intentan explicar al pueblo estadounidense que muy pronto la población mundial alcanzará los diez mil millones de personas. La mitad de ellas, cinco mil millones, son musulmanas. Aquí hay un problema. Y cada vez es más imposible fingir lo contrario. Todo el dinero de los multimillonarios de Silicon Valley y toda la experiencia que ha demostrado la AIPAC no son suficientes. No se puede ir en contra de un cambio histórico, cuando ha llegado su momento. Puede que Michael tenga razón, puede que aún no haya llegado. Puede que yo esté viendo cosas que, incluso en su conjunto, no son suficientes.
Pero, aunque antes no lo pensaba así, ahora sí lo creo. Las comunicaciones que he recibido durante el último mes, tanto de Francia como de Italia, y también un poco de Alemania, muestran que la cuestión israelí —que en Alemania ha sido muy importante debido a su culpa colectiva y todo eso— ya no funciona. La Alternativ für Deutschland [AfD], que es la heredera de la derecha del pasado nazi, puede ser lo que es ahora, el partido más grande que eclipsa por primera vez a los demócratas cristianos en Alemania, y su posición es inequívoca. No se ve frenada, como solía ocurrir, por el legado del Holocausto. Para los israelíes, todo esto son malas noticias indescriptibles.
MICHAEL HUDSON: Has dado en el clavo con lo realmente importante: ¿qué va a hacer el resto del mundo?
Y algunos de mis amigos que siguen vinculados al Partido Demócrata han sugerido imponer una prueba de fuego: que los candidatos políticos se comprometan a no aceptar ninguna contribución para la campaña del AIPAC u otras organizaciones sionistas. Y si aceptan esa financiación, se pide a los votantes demócratas que los rechacen; y si ganan las primarias, que se abstengan de votar por ellos, incluso si eso perpetúa el dominio republicano en el Congreso. Hay que deshacerse de los candidatos financiados por el AIPAC que reflejan los intereses sionistas.
Y más allá de la política electoral, existe la amenaza inminente de la sentencia del Tribunal Supremo sobre Citizens United. Y esa es la farsa moderna, tan destructiva como la sentencia Dred Scott que condujo a la Guerra Civil. El Congreso tiene que aprobar una ley que prohíba las contribuciones privadas a las campañas políticas más allá de un límite circunscrito, con sanciones por soborno y corrupción para los infractores. Esa es la única manera de cortar el dinero que apoya esta posición neoconservadora, belicista, oligárquica y antiobrera del Congreso. Y sin esa legislación, Estados Unidos y su sistema político seguirán siendo una oligarquía, no una democracia. Y será una oligarquía controlada por una minoría extremista de instituciones financieras ricas y los neoconservadores internacionales que las apoyan.
Así que, en última instancia, dependerá de Estados Unidos. Y lo mismo se aplica a Europa y otros países. Depende de estos otros países —fuera de Israel— liderar la oposición al genocidio que se está produciendo y a toda la idea del nacionalismo étnico y la limpieza étnica que se está llevando a cabo en Ucrania contra los rusoparlantes; en Oriente Medio por parte de Al Qaeda, apoyada por Estados Unidos, y el ISIS, que ahora es el que lleva la batuta; y por parte del propio Israel en Gaza y Cisjordania.
Y si reconoces que la guerra de Israel contra Gaza y Hamás va en contra de los principios más amplios de la civilización, que han tardado siglos en desarrollar las leyes de la guerra, las leyes de la diplomacia internacional, las leyes de, básicamente, las relaciones internacionales, entonces te das cuenta de la parodia que se está produciendo al dar al traste con todo este impulso centenario de intentar establecer una civilización básica…
RICHARD WOLFF: Michael parece haberse quedado bloqueado. Déjame continuar mientras esperamos a que vuelva.
NIMA ALKHORSHID: Richard. Ya que has mencionado el caso de Alemania, aquí tienes la encuesta que se realizó en ese país. Tres de cada cinco votantes creen que la acción de Israel en Gaza puede calificarse de genocidio. Esto es significativo, como has mencionado. Adelante.
RICHARD WOLFF: Sí. Pero quiero subrayar la idea de verlo como un síntoma de un declive mayor, un rechazo, un rechazo activo de lo que solían ser —al menos oficialmente— las normas de comportamiento aceptable. Lo entiendo. En secreto, esos servicios secretos de muchos países violan esas normas constantemente, lo entiendo, no lo cuestiono. Y eso es un problema grave.
Pero es otro paso cuando se hace de forma abierta y pública.
Y creo que quiero señalar algo que podría incluso ser un argumento en contra de lo que estoy diciendo. He visto, y estoy seguro de que todos ustedes también lo han visto, durante el último mes, al menos en cuatro ocasiones que yo sepa, que Estados Unidos ha decidido bombardear y destruir barcos en el Caribe que se mueven en aguas cercanas a Venezuela. Cada vez, el presidente nos dijo que esos barcos estaban involucrados en el tráfico de drogas y que las personas que iban en ellos habían muerto, impidiéndoles así completar lo que fuera que estuvieran haciendo con las drogas. De acuerdo, matamos a once en un caso, a cuatro en otro, y no recuerdo el número de personas que iban en los otros dos barcos.
Bien, en esta situación, el presidente, que anunció y autorizó estos actos, está actuando como policía, como jurado, como juez y como verdugo. En Estados Unidos, participar en el tráfico de drogas no es un delito capital. No te matan por eso, si te declaran culpable. Tienes que tener la oportunidad de ver las pruebas que se presentan en tu contra. Tienes que tener un abogado. Tienes que poder cuestionar y rebatir las pruebas. Luego se lleva ante un jurado, y solo si el jurado decide por unanimidad que eres culpable, se te castiga con la pena, que en el 99 % de los casos es algún tipo de prisión. No matamos a esas personas.
En Estados Unidos matamos, lo cual ya es bastante malo, pero normalmente matamos a personas que han matado a alguien. Y no hay pruebas —ni siquiera las ha presentado el presidente, que no ha mostrado ninguna prueba de nada, pero no ha mostrado ninguna prueba— de que estas personas hayan matado a alguien. Esto es un extra, y nadie en los puestos oficiales del Gobierno de los Estados Unidos —que yo sepa, no soy un experto—, pero no he oído ninguna protesta, después de que lo hiciera la primera vez, lo hizo una segunda, tercera y cuarta vez. Esto es, quiero decir, esto es increíble.
Se trata del asesinato oficial de personas sin necesidad de pruebas, sin procedimiento, sin el debido proceso, sin la presunción de inocencia hasta que se demuestre lo contrario. Nada. ¿Y la pena máxima, la ejecución? ¿Soy el único aquí que encuentra esto extraño? ¿Por qué harías esto? Olvidemos si es correcto o no que estas personas estuvieran involucradas en drogas, no lo sé, pero lo estuvieran o no, ¿por qué harías esto? ¿Por qué sería importante que tu Armada, que está allí, no arrestara a estas personas? De acuerdo. Abordadlos. Investigad, ya sabéis, traedlos de vuelta y sometedlos a… ¿Por qué no harías eso? ¿Por qué los matarías primero?
Y aquí está mi respuesta, de nuevo. Veo —y me encantaría que se argumentara que estoy equivocado— veo desesperación. Veo a gente reuniéndose en una sala. Tienen que hacer algo. Tienen esa mentalidad: estamos perdiendo algo, debemos actuar de una manera que, con suerte, nos granjee apoyo…
Y ya sabes, ir a la guerra, al menos durante unas semanas o meses, te proporciona eso. Es horrible, entonces, cómo se desvanece todo después de unos meses, y esa ha sido la experiencia estadounidense en Vietnam y en Afganistán. Esas guerras se perdieron, en parte, porque el pueblo estadounidense ya no las apoyaba como lo había hecho al principio. Lo mismo ocurre en Irak. Pero durante un breve periodo de tiempo, se obtiene un impulso.
¿Y ahora se comportan? Miren. Ninguna ley del mundo permite que un país mate a personas en los barcos de otro país y afirme que estaban involucradas en alguna transacción que no nos gusta, que ni siquiera castigamos con la pena capital. Es un comportamiento extraordinario, por parte de un régimen que se comporta de manera extraordinaria. Por lo tanto, veo un nivel de desesperación, y lo menciono porque creo que debe tenerse en cuenta a la hora de analizar todas estas otras cuestiones, ya que esa histeria, esa desesperación, está presente en todos los ámbitos.
NIMA ALKHORSHID: Parece que Michael tiene algún tipo de problema con su conexión a Internet. Muchas gracias, Richard, por estar hoy con nosotros. Ha sido un gran placer, como siempre.
RICHARD WOLFF: Como siempre, y espero volver a hablar con usted la semana que viene.
NIMA ALKHORSHID: Hasta pronto. Adiós.
Transcripción y diarización: https://scripthub.dev
Edición: Kimberly Mims
Revisión: ced
4. El imperio contra todos.
Yo no estoy tan seguro de que no haya imágenes de sumisión abyecta a Trump. Ahí tenemos las recientes imágenes en Egipto, con todos los líderes europeos y musulmanes besándole el culo. Por lo demás, muy interesante el análisis de Crooke sobre la tendencia de ir «contra todos» de los EEUU.
https://www.unz.com/acrooke/waiting-on-images-of-abject-submission-that-dont-appear/
A la espera de imágenes de sumisión abyecta que no aparecen
Alastair Crooke • 13 de octubre de 2025
La continuidad del «dominio» estadounidense requiere atacar en múltiples direcciones, porque la guerra unidireccional contra Rusia ha fracasado inesperadamente.
Trump: «Este problema con Vietnam… Dejamos de luchar para ganar. Habríamos ganado fácilmente. Habríamos ganado fácilmente en Afganistán. Habríamos ganado fácilmente todas las guerras. Pero nos volvimos políticamente correctos: «¡Ah, tomémonoslo con calma!». Es que ya no somos políticamente correctos. Para que lo entiendas: ganamos. Ahora ganamos». Todo esto habría sido fácil, junto con Afganistán.
¿Qué significaba la referencia de Trump a Vietnam? «Lo que estaba diciendo es que «nosotros» habríamos ganado fácilmente en Vietnam si no hubiéramos sido woke y DEI». Algunos veteranos podrían amplificar: «Ya sabes: teníamos suficiente potencia de fuego: podríamos haber matado a todos».
«No importa a dónde vayas», añade Trump, «no importa en qué pienses, no hay nada como la fuerza de combate que tenemos [incluida] Roma… Nadie debería querer empezar una pelea con Estados Unidos».
La cuestión es que, en los círculos actuales de Trump, no solo no hay miedo a la guerra, sino que existe esta ilusión infundada sobre el poderío militar estadounidense. Hegseth dijo: «Somos el ejército más poderoso de la historia del planeta, sin excepción. Nadie más puede siquiera acercarse a él». A lo que Trump añade: «Nuestro mercado [también] es el más grande del mundo, nadie puede vivir sin él».
El «imperio» anglo-estadounidense se está acorralando a sí mismo en un «declive terminal», como lo expresa el filósofo francés Emmanual Todd. Por un lado, Trump está intentando imponer un nuevo «Bretton Woods» para recrear la hegemonía del dólar mediante amenazas, bravuconadas y aranceles, o incluso la guerra, si es necesario.
Todd cree que, a medida que el imperio anglo-estadounidense se desmorona, Estados Unidos arremete contra el mundo con furia y se devora a sí mismo al intentar recolonizar sus propias colonias (es decir, Europa) para obtener rápidos beneficios económicos.
La visión de Trump de una fuerza militar estadounidense imparable equivale a una doctrina de dominación y sumisión. Una que va en contra de todo el antiguo discurso narrativo de los valores occidentales. Lo que está claro es que este cambio de política está «unido a la cadera» con los credos escatológicos judíos y evangélicos. Comparte con los nacionalistas judíos la convicción de que ellos también, en alianza con Trump, están al borde de una dominación casi universal:
«Hemos aplastado los proyectos nucleares y balísticos de Irán; siguen ahí, pero los hemos recuperado con la ayuda del presidente Trump», se jacta Netanyahu. «Teníamos una alianza precisa, en cuyo marco compartimos la carga [con Estados Unidos] y logramos la neutralización de Irán». Según Netanyahu, «Israel salió de este acontecimiento como la potencia dominante en Oriente Medio, pero aún nos queda algo por hacer: lo que comenzó en Gaza terminará en Gaza».
«Tenemos que «desradicalizar» Gaza, como se hizo en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial o en Japón». Netanyahu insistió a Euronews. Sin embargo, la sumisión está resultando difícil de conseguir.
La «dominación» continuada de Estados Unidos, sin embargo, requiere actuar en múltiples direcciones, porque la guerra unidireccional contra Rusia —que se suponía que iba a proporcionar al mundo una lección práctica sobre el «arte» de la dominación anglo-sionista— ha fracasado inesperadamente. Y ahora se está agotando el tiempo para la crisis del déficit y la deuda de Estados Unidos.
Esto, aunque se articula como el deseo de dominación de Trump, también está generando impulsos nihilistas de guerra y, al mismo tiempo, fracturando las estructuras occidentales. Están surgiendo tensiones amargas en todo el mundo. El panorama general es que Rusia ha visto la escritura en la pared: la cumbre de Alaska no ha dado frutos; Trump no se toma en serio su deseo de reformular las relaciones con Moscú.
Las expectativas en Moscú se inclinan ahora hacia una escalada de Estados Unidos en Ucrania, un ataque más devastador contra Irán o alguna acción punitiva y teatral en Venezuela, o ambas cosas. El equipo de Trump parece estar animándose a sí mismo hasta alcanzar un estado de excitación psíquica.
Los oligarcas judíos y la derecha del gabinete de Israel, en este panorama emergente, necesitan existencialmente que Estados Unidos siga siendo una hegemonía militar temida (tal y como promete Trump). Sin el «imparable» garrote militar estadounidense y sin la centralidad del uso del dólar en el comercio, la supremacía judía no es más que una quimera escatológica.
Una crisis de desdolarización o una explosión del mercado de bonos, yuxtapuesta al auge de China, Rusia y los BRICS, se convierte en una amenaza existencial para la «fantasía» supremacista.
En julio de 2025, Trump dijo a su gabinete: «Los BRICS se crearon para hacernos daño; los BRICS se crearon para degenerar nuestro dólar y quitarlo como estándar».
Entonces, ¿qué vendrá después? Es evidente que el objetivo inicial de Estados Unidos e Israel es «marcar» la psique de Hamás con la derrota; y si no hay una expresión visible de sumisión total, el objetivo general probablemente será expulsar a todos los palestinos de Gaza e instalar colonos judíos en su lugar.
El ministro israelí Smotrich argumentó hace unos años que el desplazamiento completo de la población palestina y árabe no sumisa solo se lograría finalmente durante «una crisis importante o una gran guerra», como la que se produjo en 1948, cuando 800 000 palestinos fueron expulsados de sus hogares. Pero hoy, a pesar de los dos años de masacres, los palestinos no han huido ni se han rendido.
Así que Israel, a pesar de que Netanyahu se jacta de haber aplastado a Hamás, aún no ha derrotado a los palestinos de Gaza, y algunos medios de comunicación hebreos califican el acuerdo de Sharm el-Sheik como «una derrota para Israel».
Las ambiciones de Netanyahu y de la derecha israelí no se limitan a Gaza, sino que van mucho más allá: pretenden establecer un Estado en toda la «Tierra de Israel», es decir, el Gran Israel. Su definición de este proyecto colonial es ambigua, pero es probable que quieran el sur del Líbano hasta el río Litani; probablemente la mayor parte del sur de Siria (hasta Damasco); partes del Sinaí; y tal vez partes de la Ribera Oriental, que ahora pertenecen a Jordania.
Así pues, a pesar de dos años de guerra, lo que Israel sigue queriendo, opina el profesor Mearsheimer, es un Gran Israel sin palestinos.
«Además», añade el profesor Mearsheimer:
«hay que pensar en lo que quieren con respecto a sus vecinos. Quieren vecinos débiles. Quieren dividir a sus vecinos. Quieren hacer con Irán lo que hicieron en Siria. Es muy importante entender que, [si bien] la cuestión nuclear es de vital importancia para los israelíes en Irán, tienen objetivos más amplios, que son destruir Irán y convertirlo en una serie de pequeños Estados».
«Y luego, los Estados que no dividen, como Egipto y Jordania, quieren que dependan económicamente del Tío Sam, para que este tenga una enorme influencia coercitiva sobre ellos. Por lo tanto, están pensando seriamente en cómo tratar a todos sus vecinos y asegurarse de que sean débiles y no supongan ningún tipo de amenaza para Israel».
Israel busca claramente el colapso y la neutralización de Irán, como señaló Netanyahu:
«Hemos aplastado los proyectos nucleares y balísticos de Irán; siguen ahí, pero los hemos recuperado con la ayuda del presidente Trump… Irán [ahora] está desarrollando misiles balísticos intercontinentales con un alcance de 8000 km. Si añaden otros 3000, podrán alcanzar Nueva York, Washington, Boston, Miami y Mar-a-Lago».
A medida que un posible acuerdo de alto el fuego comienza a tomar forma en Egipto, el panorama regional más amplio es que Estados Unidos e Israel parecen decididos a provocar un enfrentamiento entre suníes y chiíes para rodear y debilitar a Irán. La declaración conjunta de la UE y el CCG de los últimos días sobre las reivindicaciones de los Emiratos Árabes Unidos de soberanía sobre las islas Abu Musa y Tunb refleja un análisis cada vez más extendido en Teherán de que las potencias occidentales están utilizando una vez más a las monarquías del Golfo como instrumentos para provocar inestabilidad regional.
En resumen, no se trata de las islas ni del petróleo, sino de crear un nuevo frente para debilitar a Irán.
Y con todos estos proyectos de reordenamiento de la región para aceptar la hegemonía de Israel, los grandes donantes judíos quieren garantizar una situación en la que Estados Unidos apoye incondicionalmente a Israel, de ahí la gran financiación destinada a los medios de comunicación y las redes sociales para garantizar el apoyo de toda la sociedad estadounidense a Israel.
El segundo aniversario del 7 de octubre plantea una pregunta: ¿cuál es el balance? La alianza entre Estados Unidos e Israel ha logrado destruir Siria, convirtiéndola en un infierno de matanzas internas; Rusia ha perdido su presencia en la región; el ISIS ha resurgido; el sectarismo está en auge. Hezbolá ha sido decapitado, pero no destruido. La región está siendo balcanizada, fragmentada y brutalizada.
Se ha activado la cláusula de restablecimiento de sanciones del JCPOA para Irán y, el 18 de octubre, expira el propio JCPOA. Trump se queda entonces con una «hoja en blanco» en la que puede escribir un ultimátum exigiendo la capitulación iraní o una acción militar (si así lo decide).
Por otro lado, si echamos la vista atrás a los objetivos iniciales de la Resistencia de agotar militarmente a Israel, crear una guerra intestina dentro de Israel y cuestionar moral y prácticamente el principio del sionismo que confiere derechos especiales a un grupo de población sobre otro, entonces podría decirse que la Resistencia, a un coste muy, muy alto, ha tenido cierto éxito.
Más significativo aún, las sangrientas guerras de Israel ya le han costado una generación de jóvenes estadounidenses, que no volverán. Sean cuales sean las circunstancias del asesinato de Charlie Kirk, su muerte ha liberado al genio del dominio «Israel primero» en la política republicana.
Israel ya ha perdido gran parte de Europa, y en Estados Unidos, la intolerante insistencia de Trump y los partidarios de «Israel primero» en la lealtad a Israel y sus acciones ha desencadenado una intensa reacción en contra de la Primera Enmienda.
Eso pone a Israel en camino de «perder» a Estados Unidos. Y eso podría ser existencial para Israel, que tal vez tenga que reevaluar fundamentalmente la naturaleza del sionismo (que era, por supuesto, el objetivo declarado de Seyed Nasrallah).
¿Cómo sería eso? Una migración acelerada, dejando un mosaico de reductos sionistas que sobreviven en medio de una economía estancada y el aislamiento global. ¿Es eso sostenible?
¿Cuál será el futuro que les espera a los nietos de Israel?
(Reproducido de Strategic Culture Foundation con el permiso del autor o representante).
5. Primer punto de no retorno sobrepasado.
El calentamiento global supone ya un punto de no retorno para los arrecifes de coral.
https://climatica.coop/arrecifes-de-coral-punto-de-no-retorno/
El planeta alcanza el primer punto de no retorno: los arrecifes de coral de aguas cálidas, condenados a una mortalidad masiva
Los arrecifes de coral, sustento para la vida marina y millones de personas, tienen una probabilidad del más del 99% de colapsar, según un informe científico publicado este lunes.

Una estrella de mar azul (Linckia laevigata) en un arrecife prácticamente muerto en la isla más grande de Fiji, Viti Levu. Foto: Tom Vierus / Climate VisualsEFE/Climática
13 octubre, 2025
Los arrecifes de coral, sustento de una cuarta parte de la biodiversidad marina y de casi mil millones de personas, se enfrentan a una muerte sin precedentes y se perderán si no se adoptan medidas a fin de revertir el calentamiento global, advierte el nuevo informe Global Tipping Points 2025 (Puntos de no retorno) difundido este lunes.
El documento –elaborado por 160 científicos y liderado por la Universidad británica de Exeter, con contribuciones del Instituto para la Investigación sobre el Impacto Climático de Postdam (PIK) y otras 85 instituciones– expone los crecientes riesgos detectados en los sistemas de la Tierra.
La desaparición masiva de los arrecifes de coral de aguas cálidas es el primer punto de no retorno (también llamado punto de inflexión) que alcanza el sistema terrestre, es decir, un imbral crítico que, si se traspasa, lleva a cambios significativos y a menudo irreversibles.
Además, el artículo científico incluye otros «riesgos en aumento» que afrontan los sistemas de la Tierra: desde el derretimiento de los glaciares y de pequeños campos de hielo hasta la desaceleración de las corrientes oceánicas, el deshielo de las capas de hielo polares y la presión sobre las selvas tropicales.
Riesgos y consecuencias
Los riesgos, consecuencias y desafíos de gobernanza en torno a esos puntos de inflexión abarcan desde impactos a nivel local, como los glaciares, hasta consecuencias a escala global, como las grandes circulaciones oceánicas, las capas de hielo polares y la selva amazónica.
El calentamiento global actual, situado en alrededor de 1,3–1,4 ºC, sobrepasa ya el umbral estimado del ‘punto de no retorno’ para los arrecifes de coral de aguas cálidas.
En todo el mundo, los arrecifes de coral de aguas cálidas están experimentando una mortalidad sin precedentes debido a los repetidos episodios de blanqueamiento masivo. Con un calentamiento global de 1,3-1,4 °C, los arrecifes están sobrepasando su punto de inflexión térmica (estimado en torno a 1,2 ºC). Incluso estabilizando el calentamiento en 1,5 °C, los arrecifes de coral de aguas cálidas tienen una probabilidad prácticamente segura (más del 99 %) de colapsar, señala el grupo de especialistas.
Para revertir esta situación, es necesario que la temperatura global vuelva a un calentamiento de 1 °C o menos. Asimismo, señalan que es posible preservar algunos fragmentos de arrecife con medidas de conservación que minimicen otros factores de estrés humanos, como la sobrepesca y la contaminación. En este sentido, los autores del estudio piden consideran que se necesitan «urgentemente» evaluaciones regionales de riesgos y gobernanza para prepararse ante la creciente pérdida de los servicios ecosistémicos que prestan los arrecifes.
Además, varios elementos críticos del sistema terrestre como el permafrost terrestre, las capas de hielo de Groenlandia y de la Antártida Occidental, y el AMOC podrían alcanzar sus respectivos puntos de no retorno con un aumento de temperatura apenas superior a los 1,5 grados.
«Tenemos cada vez más evidencia de puntos de no retorno en todos estos sistemas diferentes», ha indicado la científica del PIK Sina Loriani, al tiempo que ha señalado que existe un riesgo creciente de que se activen bucles de retroalimentación que amplifiquen y aceleren los cambios en el sistema terrestre.
Conforme al documento, el colapso generalizado de la selva amazónica a causa del estrés del cambio climático y la deforestación podría desencadenarse a una temperatura más baja de lo que se pensaba anteriormente, situándose ahora el límite inferior del rango estimado en 1,5 ºC, lo que pone de manifiesto la necesidad de adoptar «medidas urgentes».
El enorme impacto de traspasar los puntos
Una investigación detallada acerca de Áakʼw Tʼáak Sítʼ, también denominado glaciar Mendenhall, cerca de Juneau, Alaska (Estados Unidos), resalta los «riesgos sustanciales» de traspasar puntos de no retorno, incluso en sistemas de escala relativamente pequeña, como glaciares y campos de hielo menores.
En Alaska, las inundaciones repentinas por desbordamiento de lagos glaciares provenientes del citado glaciar rompieron récords consecutivos en 2023, 2024 y 2025, ocasionando decenas de millones de dólares en daños y presentando desafíos graves para la región.
Para Donovan Dennis, científico del PIK y líder del estudio de caso, esa situación «subraya el enorme impacto que tendrá traspasar puntos de no retorno sobre las ciudades, comunidades locales y pueblos indígenas en todo el mundo, ya que ellos serán quienes carguen con el peso de adaptarse al cambio ambiental continuo».
Aspecto positivos identificados
Además de las advertencias, los autores argumentan que la naturaleza «abrupta e irreversible» de esos puntos implica «un tipo de amenaza diferente a otros desafíos ambientales» y que las actuales políticas no son adecuadas para afrontarlos.
También han observado «cambios positivos» con la adopción de paneles solares fotovoltaicos, energía eólica a nivel mundial, los vehículos eléctricos, almacenamiento en baterías y bombas de calor en los mercados líderes.
El director ejecutivo del Global Carbon Project e investigador jefe del Centro de Ciencias del Clima CSIRO en Canberra (Australia), Pep Canadell, ha señalado que el nuevo informe «deja claro que cada año hay un aumento en el alcance y la magnitud de los impactos negativos del cambio climático, que cada año hay más personas que experimentan impactos más prolongados y diversos y que cada año esos impactos se están acelerando».
6. Apostándolo todo a la IA.
Michael Roberts analiza los efectos de la gigantesca burbuja de la IA sobre la economía estadounidense, que lo ha apostado todo a esta tecnología.
https://thenextrecession.wordpress.com/2025/10/14/the-ai-bubble-and-the-us-economy/
La burbuja de la IA y la economía estadounidense
El mercado bursátil estadounidense sigue alcanzando nuevos máximos históricos; el precio del bitcoin también se acerca a máximos y el precio del oro se ha disparado a máximos históricos.
Los inversores en activos financieros (bancos, compañías de seguros, fondos de pensiones, fondos de cobertura, etc.) se muestran muy optimistas y confiados con respecto a los mercados financieros. Como presidente de Rockefeller International, Ruchir Sharma lo expresó así: «A pesar de las crecientes amenazas para la economía estadounidense —desde los altos aranceles hasta el colapso de la inmigración, el deterioro de las instituciones, el aumento de la deuda y la inflación persistente—, las grandes empresas y los inversores parecen imperturbables. Cada vez están más convencidos de que la inteligencia artificial es una fuerza tan grande que puede contrarrestar todos los retos». Las empresas de IA han representado el 80 % de las ganancias de las acciones estadounidenses en lo que va de 2025. Esto está contribuyendo a financiar e impulsar el crecimiento de Estados Unidos, ya que el mercado bursátil impulsado por la IA atrae dinero de todo el mundo. Los extranjeros invirtieron una cifra récord de 290 000 millones de dólares en acciones estadounidenses en el segundo trimestre de 2025 y ahora poseen alrededor del 30 % del mercado, la cuota más alta en la historia desde la Segunda Guerra Mundial. Como comenta Sharma, Estados Unidos se ha convertido en «una gran apuesta por la IA».
La «burbuja» de inversión en IA (medida como el precio de las acciones en relación con el «valor contable» de una empresa) es 17 veces mayor que la locura de las puntocom de 2000 y cuatro veces mayor que la burbuja de las hipotecas subprime de 2007. La relación entre el valor del mercado bursátil estadounidense y el PIB (también conocida como «indicador Buffett») ha alcanzado un nuevo récord del 217 %, más de dos desviaciones estándar por encima de la línea de tendencia a largo plazo.
Y no solo están en auge las acciones corporativas. Existe una enorme demanda para mantener la deuda de las empresas estadounidenses, en particular las grandes empresas tecnológicas y de IA, como las denominadas «Siete Magníficas». El «diferencial» entre el interés pagado por los bonos corporativos y los bonos del Estado «seguros» ha caído por debajo del 1 %.
Estas apuestas por el éxito futuro de la IA cubren todas las bases o, dicho de otro modo, ponen todos los huevos en la misma cesta: la IA. Los inversores apuestan por que la IA acabará generando enormes beneficios en sus compras de acciones y deuda, cuando la productividad laboral aumente drásticamente y, con ella, la rentabilidad de las empresas de IA. Matt Eagan, gestor de carteras de Loomis Sayles, afirmó que los altísimos precios de los activos sugerían que los inversores apostaban por «ganancias de productividad como nunca antes habíamos visto» gracias a la IA. «Es lo primero que podría salir mal».
Hasta ahora, hay pocos indicios de que la inversión en IA esté generando una productividad más rápida. Pero, irónicamente, la enorme inversión en centros de datos e infraestructura de IA está sosteniendo la economía estadounidense mientras tanto. Casi el 40 % del crecimiento del PIB real de EE. UU. en el último trimestre se debió a las inversiones en tecnología, y la mayor parte de esas inversiones se destinó a la IA.
La infraestructura de IA ha aumentado en 400 000 millones de dólares desde 2022. Una parte notable de este gasto se ha centrado en equipos de procesamiento de información, que se dispararon a una tasa anualizada del 39 % en la primera mitad de 2025. El economista de Harvard Jason Furman comentó que la inversión en equipos y software de procesamiento de información equivale solo al 4 % del PIB estadounidense, pero fue responsable del 92 % del crecimiento del PIB en la primera mitad de 2025. Si se excluyen estas categorías, la economía estadounidense creció solo un 0,1 % anual en la primera mitad del año.
Por lo tanto, sin el gasto en tecnología, Estados Unidos habría estado cerca de una recesión, o incluso en recesión, este año.
Lo que esto muestra es la otra cara de la moneda: el estancamiento del resto de la economía estadounidense. La industria manufacturera estadounidense lleva más de dos años en recesión (es decir, cualquier puntuación en el gráfico siguiente inferior a 50).
Y ahora hay indicios de que el sector de los servicios, más amplio, también está en dificultades. El PMI de servicios del ISM (un indicador de encuestas económicas) cayó a 50 en septiembre de 2025 desde 52 en agosto, muy por debajo de las previsiones de 51,7, lo que indica que el sector de los servicios se ha estancado.
El mercado laboral estadounidense también parece débil. Según datos oficiales, el empleo creció a una tasa anualizada de solo el 0,5 % en los tres meses hasta julio. Eso está muy por debajo de las tasas observadas en 2024. «Estamos en una economía con pocos contratamientos y pocos despidos», dijo el mes pasado el presidente de la Reserva Federal, Jay Powell.
Los trabajadores jóvenes de EE. UU. se están viendo afectados de manera desproporcionada por la actual recesión económica. El desempleo juvenil en EE. UU. ha aumentado del 6,6 % al 10,5 % desde abril de 2023. El crecimiento salarial de los trabajadores jóvenes ha disminuido drásticamente. Las ofertas de empleo para quienes comienzan su carrera profesional han caído más de un 30 %. Los trabajadores que se encuentran al inicio de su carrera profesional en ocupaciones expuestas a la inteligencia artificial han experimentado un descenso relativo del 13 % en el empleo.
Los únicos estadounidenses que gastan mucho dinero son el 20 % de los que más ganan. A estos hogares les ha ido bien, y a los que se encuentran en el 3,3 % superior de la distribución les ha ido aún mejor. El resto se está apretando el cinturón y no está comprando más.
Las ventas minoristas (una vez eliminada la inflación de los precios) se han mantenido estables durante más de cuatro años.
El gráfico anterior muestra que la inflación ha mermado el poder adquisitivo de la mayoría de los estadounidenses. La tasa de inflación media se mantiene estancada en torno al 3 % anual según las cifras oficiales, muy por encima del objetivo del 2 % anual fijado por la Reserva Federal. Y esa tasa media oculta gran parte del impacto real en el nivel de vida y los aumentos salariales reales. Los precios de los alimentos y la energía están subiendo mucho más rápido. La electricidad cuesta ahora un 40 % más que hace cinco años.
De hecho, los precios de la electricidad están aumentando aún más debido a los centros de datos de IA. OpenAI consume tanta electricidad como Nueva York y San Diego juntas, en el pico de la intensa ola de calor de 2024. O tanto como la demanda total de electricidad de Suiza y Portugal juntas. Eso equivale a la electricidad de aproximadamente 20 millones de personas. Google canceló recientemente un centro de datos de 1000 millones de dólares que tenía previsto construir en Indiana después de que los residentes protestaran porque el centro de datos «encarecería los precios de la electricidad» y «consumiría una cantidad ingente de agua en una zona ya afectada por la sequía».
Y luego está el impacto de los aranceles de Trump sobre las importaciones de bienes a Estados Unidos. A pesar de las negativas de la administración Trump, los precios de las importaciones están aumentando y comenzando a repercutir en los precios de los bienes dentro de Estados Unidos (y no solo en la energía y los alimentos).
Hasta ahora, las empresas extranjeras, en conjunto, no están absorbiendo los costes de los aranceles. Durante la guerra comercial de 2018, los precios de las importaciones fueron descontados principalmente por las empresas extranjeras. Esta vez, los precios de importación no han bajado. Son los importadores estadounidenses, y no los exportadores extranjeros, los que están pagando los aranceles, y es probable que los consumidores acaben soportando una mayor parte del coste. Como dijo el presidente de la Reserva Federal, «los aranceles los pagan principalmente las empresas que se encuentran entre el exportador y el consumidor… Todas esas empresas y entidades intermedias dirán que tienen toda la intención de repercutir ese coste [al consumidor] con el tiempo».
Los importadores, mayoristas y minoristas están pagando costes más elevados por adelantado y esperan poder subir los precios lo suficiente como para trasladar la carga. El problema es que los consumidores ya están agotados. Los presupuestos familiares están bajo presión debido al aumento de la deuda, la morosidad y los salarios que no dan para mucho. Intentar trasladar los costes de los aranceles en este entorno reduciría aún más la demanda.
Las empresas lo saben, por lo que muchas de ellas están absorbiendo los costes. Pero cuando lo hacen, sus márgenes se reducen y resulta más difícil mantener las operaciones sin realizar recortes en otras áreas. Cuando la rentabilidad se ve presionada, la dirección tiene pocas opciones. No pueden controlar los aranceles ni obligar a los consumidores a gastar más. Lo que pueden controlar son los gastos. Eso comienza con la ralentización de la contratación y la reducción de los planes de crecimiento, y luego con la reducción de las horas y las horas extras. Si los aranceles se mantienen y los consumidores siguen débiles, los efectos se extenderán aún más al mercado laboral.
Luego está el gasto público. El actual cierre de los departamentos gubernamentales impuesto por el Congreso ha dado a la administración Trump una nueva oportunidad para recortar el empleo en el gobierno federal en un vano intento de reducir el déficit presupuestario y la creciente deuda pública. Es un intento vano porque la afirmación de Trump de que el aumento de los ingresos por aranceles será la solución no es creíble. Los ingresos por aranceles desde enero de 2025 siguen siendo solo el 2,4 % de los ingresos federales totales previstos para el año fiscal 2025, que ascienden a 5,2 billones de dólares.
Y en cuanto a la afirmación de que los aranceles acabarían solucionando el déficit comercial de Estados Unidos con el resto del mundo, hasta ahora también ha resultado ser una tontería. En los primeros siete meses de 2024, el déficit fue de 500 000 millones de dólares; en los primeros siete meses de 2025, fue de 654 000 millones de dólares, un 31 % más que el año anterior, alcanzando un máximo histórico.
Contrariamente a lo que afirma Trump, el aumento de los aranceles sobre las importaciones contribuirá muy poco a «hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande» en el sector manufacturero. Robert Lawrence, de la Kennedy School de Harvard, considera que «reducir el déficit comercial apenas aumentaría la proporción de empleo en el sector manufacturero estadounidense». El valor añadido neto del déficit comercial en productos manufacturados en 2024 fue del 21,5 % de la producción estadounidense. Este sería el aumento del valor estadounidense si se eliminara el déficit comercial. ¿Cuántos puestos de trabajo generaría esto? Supondría 2,8 millones de puestos de trabajo, lo que representaría un aumento de solo 1,7 puntos porcentuales en la proporción de la industria manufacturera en el empleo estadounidense, hasta el 9,7 % del total de puestos de trabajo. Pero la proporción de trabajadores de producción en la industria manufacturera estadounidense en este caso es solo del 4,7 %, y los otros 5 puntos porcentuales corresponden a directivos, contables, ingenieros, conductores, comerciales, etc. El aumento del empleo de los trabajadores de producción sería de solo 1,3 millones, es decir, solo el 0,9 % del empleo en Estados Unidos.
La economía estadounidense aún no está de rodillas ni en recesión, ya que la inversión empresarial sigue aumentando, aunque a un ritmo más lento.
Los beneficios empresariales siguen creciendo. Los ingresos operativos de las empresas del S&P 500 (excluidas las financieras) crecieron un 9 % en el último trimestre, en comparación con el año anterior. Los ingresos aumentaron un 7 % (antes de la inflación). Pero eso solo se aplica a las principales empresas lideradas por las Siete Magníficas. En general, el sector empresarial no financiero de EE. UU. está empezando a ver desaparecer el crecimiento de los beneficios.
Y la Reserva Federal tiene previsto recortar aún más su tipo de interés oficial durante los próximos seis meses, lo que reducirá el coste de los préstamos para aquellos que quieran especular con esos activos financieros ficticios. Por lo tanto, aún no se ha producido una recesión. Pero, cada vez más, todo depende de que el auge de la IA se traduzca en productividad y rentabilidad. Si el rendimiento de las enormes inversiones en IA resulta ser bajo, eso podría provocar una grave corrección del mercado bursátil.
Es cierto que las grandes empresas tecnológicas han financiado en su mayor parte sus inversiones en IA con flujo de caja libre. Pero las enormes reservas de efectivo de las Siete Magníficas se están agotando y las empresas de IA recurren cada vez más a la emisión de acciones y deuda.
Las empresas de IA están firmando ahora contratos entre ellas para generar ingresos. Se trata de una especie de juego de sillas musicales financiero. OpenAI ha firmado este año acuerdos por valor de unos 1000 millones de dólares para obtener la potencia informática necesaria para ejecutar sus modelos de inteligencia artificial, compromisos que eclipsan sus ingresos. OpenAI está gastando mucho dinero en infraestructura, chips y talento, sin disponer ni de lejos del capital necesario para financiar estos grandiosos planes. Por lo tanto, para financiar su expansión, OpenAI ha recaudado enormes cantidades de capital y ha comenzado a recurrir a los mercados de deuda. El año pasado obtuvo 4000 millones de dólares en deuda bancaria y ha recaudado unos 47 000 millones de dólares en operaciones de capital riesgo en los últimos 12 meses, aunque una parte significativa de esa cantidad depende de que Microsoft, su mayor patrocinador, siga en el proyecto. La agencia de calificación crediticia Moody’s ha señalado que gran parte de las futuras ventas de centros de datos de Oracle dependen de OpenAI y de su camino aún por demostrar hacia la rentabilidad.
Ahora mucho depende de que los ingresos de empresas como OpenAI aumenten lo suficiente como para empezar a cubrir el aumento exponencial de los costes. Los economistas de Goldman Sachs afirman que la IA ya está impulsando la economía estadounidense en unos 160 000 millones de dólares, o el 0,7 % del PIB de EE. UU. en los cuatro años transcurridos desde 2022, lo que se traduce en aproximadamente 0,3 puntos porcentuales de crecimiento anualizado. Pero esto es más un truco estadístico que un crecimiento real de la productividad gracias a la IA hasta ahora, y el aumento de los ingresos del sector de la IA es escaso. De hecho, es posible que los beneficios del desarrollo de la IA estén disminuyendo. El coste de lanzar ChatGPT-3 fue de 50 millones de dólares, el de ChatGPT-4 fue de 500 millones, mientras que el de la última versión, ChatGPT-5, fue de 5000 millones, y según la mayoría de los usuarios, no era notablemente mejor que la versión anterior. Mientras tanto, empresas como la china Deepseek y otros competidores mucho más baratos están socavando los ingresos potenciales.
Por lo tanto, se avecina una crisis financiera. Pero cuando estallan las burbujas de inversión financiera, la nueva tecnología no desaparece. En cambio, puede ser adquirida a precios bajos por nuevos actores en lo que el economista austriaco Joseph Schumpeter denominó «destrucción creativa». Por cierto, este es precisamente el argumento de los ganadores de este año del llamado premio Nobel de Economía, Philippe Aghion y Peter Howitt. Los auges y las recesiones son inevitables, pero necesarios para impulsar la innovación.
Por lo tanto, la tecnología de IA podría acabar generando un mayor crecimiento de la productividad si consigue reducir suficientemente la mano de obra humana. Pero eso solo podría materializarse tras una crisis financiera y la consiguiente recesión de la economía estadounidense. Y si la economía estadounidense impulsada por la IA se hunde, lo mismo ocurrirá con el resto de las principales economías. El tiempo no está del lado de los Siete Magníficos. De hecho, la adopción de la tecnología de IA por parte de las empresas sigue siendo baja e incluso está disminuyendo entre las grandes empresas.
Mientras tanto, el gasto en capacidad de IA sigue aumentando y los inversores siguen acumulando efectivo para comprar acciones y deuda de empresas de IA. Es una gran apuesta por la IA para la economía estadounidense.
7. Entrevista a Walden Bello.
Consciente de la derrota, Bello no era partidario de escribir una autobiografía, pero finalmente se decidió a hacerlo. También reflexiona sobre el multilateralismo al que deberíamos aspirar.
https://znetwork.org/znetarticle/walden-bello-on-the-world-order/
Walden Bello sobre el orden mundial
El antiguo multilateralismo está agonizando. ¿Cómo será el nuevo multilateralismo?
Por Walden Bello, Ulrich Brand y Christa Wichterich 13 de octubre de 2025
Walden Bello es una figura destacada del movimiento antiglobalización. Aquí conversamos con Ulrich Brand y Christa Wichterich.
Ulrich Brand: En su nuevo libro, comienza con una reflexión muy intensa sobre por qué no es la mejor idea escribir memorias o una biografía. Cito: «¿Por qué dar consejos a los jóvenes cuando su generación perdió su lucha?». Y dice que la generación R, la generación revolucionaria de los años sesenta y setenta, fracasó en lo que respecta al proyecto emancipador en Filipinas y al socialismo realmente existente. Entonces, ¿por qué escribió el libro al final? ¿Cuál es el mensaje principal del libro?
Walden Bello: Hubo varios intentos de empujarme a escribir el libro. Uno de ellos fue Eric Olin Wright, que me llevó a la Universidad de Wisconsin para escribir sobre mi experiencia como intelectual público. Pero pasé mi tiempo allí escribiendo sobre otras cosas que no eran ser un intelectual público. Como dije, la sensación de que hubo un fracaso tanto de la Revolución Democrática Nacional en Filipinas, en la que participé como miembro del Partido Comunista, como de la visión socialista que se derrumbó en 1989. Eso me hizo dudar mucho a la hora de escribir, porque soy activista y, aunque individualmente pude haber tenido algunos logros, mi identidad principal era ser activista. Por eso sentí que había fracasado. Pero escribí y empecé a descubrir que escribir unas memorias es como escribir un poema o un ensayo en el que básicamente solo quieres expresar algo, y es el público el que decide si lo que expresas tiene valor o no. Por lo tanto, es un gran riesgo. La gente puede decir: «Oh, esto es basura». O algunas personas pueden decir: «Oh, aquí hay algo valioso». Realmente depende del público.
Christa Wichterich: Me conmovió bastante leer sobre el fracaso, porque refleja muy bien un sentimiento de nuestra generación, a saber, que los impresionantes movimientos en los que éramos activistas en aquella época fueron, en última instancia, incapaces de aprovechar plenamente su fuerza. No pudieron transformarse en una fuerza motriz que hubiera cambiado la situación o asegurado nuestros éxitos a largo plazo. Si queremos aprender de los fracasos y movimientos del pasado, debemos reflexionar sobre ellos y analizarlos. ¿Dirías que hubo suposiciones erróneas en los movimientos o conceptos falsos, o cómo explicas este fracaso o desvanecimiento?
Bello: Cuando hablaba de fracaso, me refería principalmente al movimiento revolucionario en Filipinas y también al proyecto socialista más amplio de los últimos 150 años. Nos guste o no, el colapso de los gobiernos de Europa del Este y la Unión Soviética tuvo un impacto en todo el proyecto socialista, incluso en el socialdemócrata. Pero cuando empecé a escribir, me di cuenta de que, oye, sí que habíamos logrado algo en los últimos tiempos. Una cosa es que desacreditamos los esfuerzos de globalización. Demostramos que el neoliberalismo era un proyecto falso en cuanto a aportar un mayor bien para las personas y el planeta. Pero también detuvimos a Estados Unidos en Oriente Medio, tras 20 años de intervención en la región. Creamos un movimiento contra la guerra, aunque fueron los pueblos de Oriente Medio los que desempeñaron el papel central. Por lo tanto, creo que nuestro movimiento sí desempeñó un papel. El New York Times lo calificó de «segunda potencia mundial» después de Estados Unidos cuando nos movilizamos contra la guerra de Irak. Esa es la primera aclaración que me gustaría hacer.
La segunda es que fue una victoria incompleta porque no fuimos capaces de dar continuidad a ese movimiento contra el neoliberalismo con un movimiento que, de hecho, creara nuevas estructuras como alternativa a lo que impulsaba el neoliberalismo. Y, además, el movimiento contra la guerra no logró institucionalizarse. Fueron victorias incompletas. Todavía estoy tratando de entender por qué no podemos, de hecho, crear movimientos que se institucionalicen, que creen instituciones permanentes. Y eso es lo que he estado tratando de explorar. Es difícil formular una alternativa. Y también, ¿cómo se institucionaliza una organización que mantenga viva esa alternativa? Eso es con lo que estoy luchando.
Brand: Pero, ¿no se podría decir que el gobierno de Chávez en Venezuela, el de Morales en Bolivia o incluso, en cierta medida, el de Lula en Brasil fueron una especie de institucionalización? ¿Tenía la esperanza de que institucionalizaran las demandas o pensaba en otras dimensiones?
Bello: Bueno, sí tenía esperanzas en esa marea rosa, especialmente en el gobierno de Chávez y, en cierta medida, en Lula. Y también, hace un par de años, cuando Boric llegó al poder en Chile, todavía formaba parte de esa especie de marea progresista. Por lo tanto, si Chávez hubiera vivido, creo que las cosas habrían tomado un rumbo mucho más positivo en Venezuela. Aunque era populista, era muy democrático. Lula y el Partido de los Trabajadores fueron demasiado cautelosos, se conformaron con la Bolsa de Familia, las transferencias de efectivo a los pobres. Eso fue muy importante para reducir la pobreza, pero no estuvieron dispuestos a impulsar un programa más audaz que ese. Por eso, después, muchas de las personas que se beneficiaron de las transferencias de efectivo no pensaban que realmente provinieran del gobierno. Esos fueron algunos de los problemas que frenaron la marea rosa, pero de los que podemos aprender muchas lecciones.
Wichterich: Usted dice que el multilateralismo ha muerto. ¿Se trata ahora de construir una forma más democrática de multilateralismo? ¿O cuál es el panorama para las instituciones multilaterales como la Organización Mundial de la Salud, que ha sido y sigue siendo muy importante para el Sur Global? ¿Necesitamos un sustituto? ¿Cuál es la perspectiva o el futuro del internacionalismo con respecto a las instituciones?
Bello: Creo que hay instituciones o fuerzas que niegan el multilateralismo y que es mejor dejar que mueran, como el Banco Mundial, el FMI y la OMC. Pero con Trump, que prácticamente ha retirado a Estados Unidos de eso y de muchos otros problemas, ese sistema parece morir de todos modos. Hay algunas instituciones que están en problemas, pero debemos salvarlas porque proporcionan un foro en el que podemos difundir ideas y tomar medidas eficaces, como las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud. Y luego hay nuevas instituciones que deben crearse, como una Organización Mundial del Medio Ambiente que se centre en el cambio climático. Ahí es donde nos encontramos ahora mismo. El multilateralismo del futuro sería una mezcla de iniciativas. Y la forma en que se institucionalice dependerá del juego de las fuerzas globales. Pero mi sensación es que estamos entrando en un período de cambio en el que habrá una interacción entre las instituciones antiguas y las nuevas. Y esperemos que la mezcla que surja sea más positiva que negativa.
Brand: ¿Qué espera de los países BRICS y su desarrollo en los últimos 15 años? ¿Cuál es su papel en la renovación del multilateralismo?
Bello: En primer lugar, me gustaría decir que los países BRICS se consideran casi automáticamente una posible alternativa al sistema multilateral. Inicialmente no había intención de intentar suplantar el sistema multilateral dominado por Occidente. Muchos países, en particular los del Sur Global, buscan nuevos modelos o nuevas fuentes de ayuda. Y no solo ayuda en términos materiales, sino más ayuda en términos de disponer de un espacio de desarrollo. Pero, como he dicho, los propios BRICS, los miembros originales, se han mostrado muy reticentes a proyectarse como un nuevo sistema multilateral. Las instituciones siguen estando bastante subdesarrolladas. Se están realizando esfuerzos para incorporar a algunos países ricos, como los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí, y unos 54 países están llamando ahora a las puertas de los BRICS.
Puede que pase algún tiempo antes de que surja una especie de BRICS más institucionalizado. Porque, en primer lugar, los BRICS están muy diversificados. Básicamente, las prioridades de los diferentes países no son exactamente las mismas. Sin embargo, ellos, en particular China, seguirán siendo una fuente de ayuda para el Sur Global y un modelo de desarrollo exitoso impulsado por el Estado. Proporciona recursos y espacio de desarrollo a los países en desarrollo en términos de acceso a recursos, ayuda y apoyo diplomático. Especialmente ahora que estamos entrando en un período muy difícil con posibilidades de conflictos geopolíticos, los BRICS serán muy importantes como voz de estabilidad y paz a la que pueda recurrir el Sur Global.
Wichterich: Pero al mismo tiempo, usted critica a los BRICS por su élite y por su arraigo o sus esperanzas en un desarrollo capitalista. Así que realmente no tenemos modelos alternativos.
Bello: Efectivamente, he planteado que, aunque los BRICS han contribuido al equilibrio del poder económico mundial hacia el Sur, al mismo tiempo, en términos de gobernanza interna, no son precisamente modelos de participación democrática. Los regímenes, ya sean autoritarios o formalmente democráticos, están muy influenciados por sus sistemas de clases. No puede haber un nuevo orden multilateral democrático que no esté influenciado por el sistema de clases que tienen. ¿Podemos esperar que, ahora que no hay alternativa al capitalismo, ya sea de mercado, de desarrollo o de Estado, la dinámica siga siendo esencialmente la misma? ¿Es realmente posible un nuevo orden multilateral democrático dentro de un sistema capitalista global? Lo planteo más como una pregunta que como una afirmación de que es imposible. Realmente tenemos que hablar más sobre las limitaciones en la dirección del desarrollo de las instituciones, en lugar de ser dogmáticamente deterministas y descartar a priori las posibilidades de cambio en una dirección positiva.
Wichterich: La descolonización es una perspectiva estratégica importante en varios países. ¿Cómo se puede conciliar esto con el multilateralismo basado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos? Hoy en día, los derechos humanos «universales» son tachados de occidentales e imperialistas en el Sur Global.
Bello: Este año se cumple el septuagésimo aniversario de la emblemática Conferencia de Bandung. El Sur Global ha recorrido un largo camino en términos de descolonización y se ha acercado a un punto de inflexión en el equilibrio global de poder frente al Norte Global. Pero la Declaración de Bandung no fue solo un documento que promovía la descolonización política y económica. De hecho, el primero de los diez puntos de la Declaración era «el respeto de los derechos humanos fundamentales y de los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas».
Es cierto que Occidente ha utilizado los «derechos humanos» como arma en su esfuerzo por preservar su hegemonía. Pero eso no debe desviarnos del hecho de que, desde el comienzo de la era de la descolonización, los pueblos del Sur Global han considerado los derechos humanos como un valor universal. Debemos denunciar simultáneamente el uso de los derechos humanos como arma por parte de las élites occidentales y no permitir que nuestras élites utilicen este uso como excusa para ignorarlos.
Brand: ¿Puede darnos una idea de cómo se percibe a China entre la gente común? ¿Entre las fuerzas progresistas del sudeste asiático? ¿Es atractiva como modelo de desarrollo, a pesar de sus tendencias autoritarias?
Bello: China es percibida de manera muy diferente según los países. Por ejemplo, como modelo económico, Vietnam emula a China y, en cierta medida, también Camboya y Laos. Sin embargo, al mismo tiempo, Vietnam critica a China por su plan de adueñarse de todo el mar de la China Meridional. En cuanto a otros países como Tailandia, Malasia e Indonesia, creo que se han adaptado al hecho de que China será la principal potencia económica de la región.
Y luego está Filipinas, que lleva mucho tiempo asociada a Estados Unidos y que se ve amenazada por la presión de China para dominar el mar de la China Meridional. Pero, en general, diría que, salvo quizá en Filipinas, no se percibe como una potencia imperialista en el mismo sentido en que se ha percibido a Estados Unidos y a Occidente.
Ahora bien, si vamos más allá del sudeste asiático e incluimos América Latina y África, creo que la percepción positiva supera a la negativa. Aunque la gente es consciente de que la ayuda de China tiene sus propios problemas, en general existe la sensación de que equiparar a China con una potencia imperialista no es del todo convincente. Un punto importante es que China se ha convertido en una potencia mundial que ahora es quizás la número uno o la número dos, dependiendo de la medida que se utilice, ya sea en dólares o en PPA, paridad de poder adquisitivo. Pero tenemos que darnos cuenta de que, básicamente, ha ganado sus mercados sin violencia. A diferencia de los 500 años de historia de Occidente, en los que los mercados se ganaron con violencia. Creo que esa es una diferencia muy grande. China no va por ahí fomentando golpes de Estado, incluso cuando tiene diferencias diplomáticas con otros países. Por otro lado, China anima a los países a caer en la trampa de la deuda, como Sri Lanka. Por lo tanto, para mí, China tiene sus puntos positivos. También tiene sus defectos, pero decir que es una potencia imperialista, como Estados Unidos o los países de Europa, es realmente una distorsión de la realidad.
8. Las doctrinas políticas de hoy.
Ante las continuas referencias a la situación política en los años 30, Todd cree que las sociedades de entonces y ahora son totalmente diferentes, pero se plantea la posibilidad de que en las doctrinas políticas haya algún paralelismo, por lo que procede a analizar algunas de ellas.
https://substack.com/home/post/p-176018373
Hitlerismo, trumpismo, netanyahismo, lepenismo, macronismo
Emmanuel Todd
13 de octubre de 2025
Un enfoque comparativo y expresionista
Emil Nolde, Máscaras Naturaleza muerta, 1911
Las referencias a los años treinta se multiplican. La degeneración de la democracia estadounidense parece llevarnos de vuelta a la de la República de Weimar alemana. Trump, con su disfrute de la violencia y la mentira, con el ejercicio del mal, nos lleva irresistiblemente de vuelta a Hitler. En Europa, el auge de los movimientos clasificados como de extrema derecha nos obliga a volver sobre nuestra historia.
Sin embargo, las sociedades occidentales ya no se parecen en nada a lo que eran en los años treinta. Han envejecido, son consumistas, terciarias, las mujeres están emancipadas y el desarrollo personal ha sustituido a la afiliación partidista. ¿Qué relación hay con las sociedades de los años treinta: jóvenes, frugales, industriales, obreras, masculinas, afiliadas? Es este distanciamiento sociohistórico lo que me había llevado a considerar hasta ahora como a priori inválido el paralelismo entre las «extremistas de derecha» del presente y las del pasado. Pero las doctrinas políticas existen, hoy como ayer, y no podemos contentarnos con postular la imposibilidad, por ejemplo, de un nazismo de ancianos, un franquismo de consumidores, un fascismo de mujeres liberadas o un LGBTismo Croix-de-Feu.
Ha llegado el momento de comparar las doctrinas de nuestro presente con las de los años treinta. He aquí un esbozo de lo que podría ser el estudio comparativo de cinco fenómenos históricos: el hitlerismo, el trumpismo, el netanyahi(u)smo y el lepenismo. Al final añadiré, brevemente, el macronismo. El extremismo centrista y europeísta que lleva a Francia al caos nos obliga a realizar este examen. ¿Es este extremismo tan centrista?
Se tratará de un enfoque impresionista, sin pretensiones de exhaustividad ni siquiera de coherencia, cuyo objetivo es abrir pistas, no llegar a conclusiones. Exagero los rasgos y los colores para situar los conceptos unos en relación con otros. Exagero a propósito, para recuperar o incluso anticipar una historia que se acelera. Quizás un enfoque expresionista sería una metáfora más adecuada.
Comencemos por la dimensión general del racismo o la xenofobia.
El rechazo de un «otro» definido como ajeno a la comunidad nacional, con niveles de intensidad muy variables, es común al hitlerismo, al trumpismo y al lepenismo. En el caso del hitlerismo y el trumpismo, lo que tienen en común es la noción de racismo, explícita o implícita. Los judíos eran considerados por el nazismo como una raza, en el sentido biológico. Los negros, objetivos apenas ocultos del partido republicano trumpista, también se definen biológicamente. Al lepenismo, en cambio, solo podemos asociarle el concepto de xenofobia. Los árabes o los musulmanes se definen por su cultura. Una de las características de la obsesión francesa por la inmigración sigue siendo su fijación por el islam y su incapacidad para centrarse en los negros, cuya llegada masiva es, sin embargo, el elemento nuevo del proceso migratorio. La tasa de matrimonios mixtos de mujeres negras es muy alta en Francia, pero sigue siendo insignificante en Estados Unidos.
Una característica común a los «populismos» occidentales es, por supuesto, su rechazo a la inmigración: Reform UK, los Sverigedemokraterna (Demócratas de Suecia), la AfD, Viktor Orbán en Hungría, Ley y Justicia en Polonia, Giorgia Meloni en Italia, al igual que Trump o Le Pen, superan la prueba de este denominador común. ¿Basta con definirlos como de extrema derecha, en el sentido en que el nazismo y el fascismo eran de extrema derecha? No lo creo. Hay una diferencia fundamental entre el populismo actual y la extrema derecha de tipo hitleriano o mussoliniano: el nazismo y el fascismo eran expansionistas, con el objetivo de proyectar al exterior el poder del pueblo alemán (ario) o italiano (romano). Eran agresivos, nacionalistas, conquistadores. Se apoyaban en partidos de masas. Es difícil imaginar a los populistas actuales organizando desfiles al estilo de Núremberg. Las meriendas con salchichas y vino del RN son ciertamente antimusulmanas, pero, aun así, menos impresionantes que las ceremonias bélicas hitlerianas. ¿De Núremberg a Hénin-Beaumont? ¿De verdad?
El único populismo occidental que hoy en día superaría al 100 % la prueba del expansionismo sería el de Netanyahu. Colonias en Cisjordania, genocidio en Gaza: es inevitable establecer un vínculo entre el hitlerismo y el netanyah(u)ismo.
Las xenofobias francesa, británica, sueca, finlandesa, polaca, húngara e italiana son, al contrario que el nazismo y el fascismo, defensivas. No se trata de pueblos que quieren conquistar, sino de pueblos que quieren seguir siendo dueños de su territorio. Por eso, hoy en día, en Europa, la dimensión cultural prevalece sobre la noción racial y por eso solo se puede hablar aquí de xenofobia. Esta xenofobia es conservadora, mientras que el racismo hitleriano era revolucionario porque trastocaba la organización social. Por lo tanto, el concepto de nacionalismo no se aplica a los populismos europeos actuales, ni tampoco el de extrema derecha, o de lo contrario tendríamos que introducir oxímorones como «nacionalismo moderado» y «extrema derecha moderada». Prefiero hablar de conservadurismo popular.
Personalmente favorable a una inmigración controlada, debo admitir la legitimidad de esta xenofobia porque acepto el axioma de que un grupo humano portador de una cultura, consciente de existir como colectividad, en definitiva, un pueblo, tiene derecho a querer seguir existiendo. En concreto: un pueblo puede controlar sus fronteras. El nazismo, con sus soldados instalados desde el Atlántico hasta el Volga para esclavizar o exterminar a otros pueblos, era algo completamente diferente.
El trumpismo representa una forma mixta porque combina un elemento central defensivo, antiinmigración, con un fuerte potencial de agresión al mundo exterior. No se trata propiamente de expansionismo. Son la expansión anterior del aparato militar estadounidense y el papel del dólar en la depredación imperial los que han hecho posibles los violentos actos trumpistas dirigidos contra otros pueblos y naciones: Venezuela, Irán, nosotros, los pueblos sometidos de Europa occidental, y por supuesto los árabes, con los palestinos como objetivo principal. La progresiva integración de Israel en el Imperio, a partir de 1967, hace que en 2025 ya no se pueda distinguir el trumpismo del netanyahismo. Pero Trump, más allá de sus payasadas dignas del Nobel, es el principal culpable del genocidio de Gaza por su prolongado apoyo a la violencia de Israel: este hecho tan simple sitúa al trumpismo del lado del hitlerismo. Trump sigue al volante: las aceleraciones y frenazos estadounidenses regulan la agresividad genocida de Netanyahu. Tengo suerte: en el momento en que escribo, Trump, asustado por la reacción de los países árabes al ataque israelí contra Catar, y en particular por la alianza estratégica entre Arabia Saudí y Pakistán, da marcha atrás. Ordena a Netanyahu que se disculpe por el bombardeo de Catar y este obedece. Trump impone a Israel un acuerdo con Hamás y Netanyahu lo firma. ¿Y después? Trump es un perverso, imposible de predecir.
El concepto de «trumpo-netanyahismo», bastante feo, lo admito, permite definir la cuestión judía como un punto común entre la crisis estadounidense de los años 2000-2035 y la crisis alemana de los años 1920-1945.
La postura radical proisraelí del trumpismo enmascara, en mi opinión, un antisemitismo visceral y vicioso: la identificación de todos los judíos con el netanyahismo, fenómeno histórico efectivamente monstruoso, cáncer en la historia judía, solo conducirá a renovar la concepción nazi de un pueblo judío monstruoso. Me refiero aquí al antisemitismo 2.0.
Soy consciente de que pocos lectores me seguirán en este punto. Pero aquí solo hablo como un profeta banal del Antiguo Testamento. «No hemos sido elegidos para estar del lado de los poderosos. La historia no deja de tendernos esta trampa». Cuántas veces los judíos se han creído salvados por los fuertes, por los poderosos, por el poder, por un imperio, designados incluso por un privilegio —el éxito financiero, intelectual, la importancia en el partido bolchevique— para acabar siendo arrojados como presa a pueblos furiosos… Mi corazón sangra cuando veo a tantos judíos franceses, que hoy se creen en el lado ganador, justificar la política de Netanyahu. Pero lo que se está abriendo son las fauces de una trampa. Por cortesía de Trump, el planeta entero se está volviendo antisemita. Los judíos estadounidenses, cuya mayoría rechaza la línea de Netanyahu, son más sensatos y justos. Pero, ya, los judíos hostiles a Netanyahu, universitarios o no, son sospechosos por el poder de ser antisemitas. Reina la perversidad. Reina el trumpismo.
¿Cuándo se cerrará la trampa? Algún día, inevitablemente, las naciones cristianas harán las paces con 1600 millones de musulmanes. Los judíos serán entonces abandonados por sus admiradores y, ahora solos, serán arrojados como presa a otros pueblos furiosos.
Las tierras prometidas se suceden, seguidas de desastres. Nightfall, una precoz novela corta de Isaac Asimov, el gran autor estadounidense de ciencia ficción, me parece una metáfora de la larga sucesión de dramas que constituye la historia judía: en el seno de una poderosa civilización, un resto de profecía anuncia una misteriosa catástrofe… que llega, sorprendente… La civilización se derrumba… luego, lentamente, renace, florece… Un resto de profecía anuncia una misteriosa catástrofe… llega, sorprendente…
En realidad, el simple regreso de la obsesión judía al corazón de Occidente valida la hipótesis de una continuidad amenazante entre el pasado y el presente.
Protestantismo zombi y nazismo, protestantismo cero y trumpismo.
La crisis económica de 1929 fue un factor determinante, muy conocido, de la hitlerización de Alemania. Seis millones de desempleados hicieron que la sociedad alemana escapara a toda fuerza de retorno ideológico. La liquidación del desempleo por parte de Hitler en pocos meses selló el destino del liberalismo.
El contexto religioso del ascenso del nazismo, igualmente importante, es menos conocido: entre 1870 y 1930, la fe protestante se desvaneció en Alemania, primero en el mundo obrero y luego en las clases medias y altas. Las regiones católicas resistieron. En 1932 y 1933, el mapa del voto nazi pudo reproducir, con una precisión fascinante, el del luteranismo. El protestantismo no creía en la igualdad de los hombres. Había los elegidos, designados como tales por el Eterno incluso antes de su nacimiento, y los condenados. Una vez desaparecida la creencia metafísica protestante, lo que quedó fue la histerización por el miedo al vacío de su contenido desigualitario, con los judíos, los eslavos y tantos otros como condenados. En Estados Unidos, el protestantismo de origen calvinista se centró en los negros. El pueblo calvinista, centrado en la Biblia, se identificaba con los hebreos, lo que limitó el antisemitismo estadounidense de los años treinta y puso a los judíos a salvo. Bueno… a salvo hasta la reciente aparición de la fijación evangelista por el Estado de Israel.
En la Francia católica (especialmente en la cuenca parisina y en la costa mediterránea), el colapso de la fe y la práctica religiosa a partir de 1730 transformó la igualdad de oportunidades de acceso al paraíso (obtenida mediante el bautismo, que lava el pecado original) en igualdad de los ciudadanos y emancipación de los judíos. La idea republicana del hombre universal sustituyó a la del cristiano universal católico (katholikos significa universal en griego). Un programa muy diferente al del nazismo, pero que, mucho antes que este, había representado la primera sustitución masiva de una religión por una ideología. Sin embargo, tanto en la Francia revolucionaria como en la Alemania nazi, el potencial de control social y moral de la religión había sobrevivido a la creencia: el individuo seguía siendo miembro de su nación, de su clase, portador de una ética del trabajo y del sentimiento de obligación hacia los miembros del grupo. La capacidad de acción colectiva era fuerte, quizás multiplicada por diez. Es lo que yo llamo la etapa zombi de la religión. El nazismo correspondía a esta etapa zombi, de ahí, lamentablemente, su eficacia económica y militar.
Podría completar esta explicación religiosa de la ideología con una explicación de la religión en sí misma, influenciada por las estructuras familiares subyacentes, desiguales en Alemania e igualitarias en la cuenca parisina. Pero aquí podemos contentarnos con una continuidad del protestantismo al nazismo y del catolicismo a la Revolución Francesa.
Encontramos protestantismo en el trumpismo. Encontramos entonces la desigualdad asociada a la negrofobia. Sin embargo, ya no estamos en la etapa zombi de la religión, sino en su etapa cero. La moralidad común ha desaparecido. La eficacia social ha desaparecido. El individuo flota, especialmente en esta América de estructura familiar nuclear absoluta, individualista y sin reglas de herencia bien definidas. Por lo tanto, hay que esperar otra cosa como ideología trumpista: la desigualdad siempre, pero menos estabilidad en el delirio, oscilaciones brutales que no provienen, fundamentalmente, del cerebro de un presidente vulgar y vicioso, sino de la propia sociedad. La capacidad de acción colectiva, económica y militar está, afortunadamente para nosotros, muy disminuida.
Cabe señalar, en el caso del trumpismo, la aparición de formas pseudorreligiosas nihilistas que incluyen una reinterpretación obscena de la Biblia, como una glorificación de los ricos. Claramente más débil que el nazismo en la dimensión del racismo, el trumpismo va más allá en la inmoralidad económica.
El nazismo era simple y explícitamente anticristiano. El trumpismo se presenta como religioso, pero a la manera de un culto satánico, mediante la inversión de los valores. El mal es el bien, la injusticia es la justicia. Hitler no era más que el Führer, guía del pueblo alemán hacia su martirio; Trump no es Satanás, pero sospecho que para sus seguidores satanistas su gorra roja es la del Anticristo.
En el caso del lepenismo, no hay ningún legado protestante desigualitario. Ahí reside el verdadero misterio del Rassemblement National: xenófobo, nació en tierra católica. Peor aún, sus primeras zonas de influencia, en la costa mediterránea y en la cuenca parisina, fueron las de la Revolución: igualitarias en el plano familiar y descristianizadas desde el siglo XVIII. Entonces, ¿qué? ¿Es desigualitario el Rassemblement National? ¿Igualitario? Es un misterio para nosotros, y probablemente también lo sea para él mismo. Su rechazo al otro es el resultado de un igualitarismo perverso que exige una rápida asimilación de los inmigrantes en lugar de considerarlos esencialmente diferentes. Sobre todo, el RN, fuertemente determinado por el rechazo a los inmigrantes, e incluso a sus hijos, no deja de recordar constantemente la tradición igualitaria francesa porque sus votantes odian a los ultrarricos, a los poderosos, en definitiva, a nuestras estúpidas élites, y no solo a los inmigrantes. Por eso la unión de las derechas tiene dificultades para cuajar en Francia. De una forma u otra, la unión de los oligarcas y el pueblo (blanco) contra el extranjero no plantea problemas ni en Estados Unidos, ni en el Reino Unido, ni en Escandinavia, donde las fuerzas populares conservadoras y las fuerzas de la derecha clásica se entienden fácilmente. En Francia, la coalición de ricos y pobres contra los extranjeros se elude.
Sin embargo, no subestimemos la violencia potencial de una xenofobia de esencia universalista. Puede convertirse perfectamente en racismo. Si un hombre piensa a priori que los hombres son iguales en todas partes y se encuentra con hombres que tienen costumbres diferentes, puede muy bien llegar a la conclusión de que no son hombres.
El RN es el producto de un catolicismo cero, como la Revolución lo fue de un catolicismo zombi. Por eso no dará lugar a ningún proyecto colectivo. Remito el examen detallado del RN y su relación con el futuro a un próximo texto, ni impresionista ni expresionista, que dedicaré íntegramente a la lógica interna y la dinámica del caos francés.
Psiquiatría de las clases medias altas.
Ahora paso a una diferencia fundamental, que debería ser evidente para todos y que deberían recordar los comentaristas políticos que nos remiten constantemente a 1930 con su vocabulario. Comprender la dimensión religiosa, o posreligiosa, del hitlerismo, el trumpismo o el lepenismo, presuponía unos conocimientos históricos que no se pueden exigir a los politólogos de los platós de televisión. En cambio, sí podemos exigirles que sepan situar socialmente las ideologías del pasado y del presente, que acercan sin descanso con el término «extrema derecha». La diferencia entre el pasado y el presente es aquí muy clara.
El nazismo y los movimientos de extrema derecha de antes de la guerra tenían su epicentro social en las clases medias y, en particular, en las clases medias altas, amenazadas por el movimiento obrero, socialdemócrata o comunista. Estas clases medias estaban nerviosas, muy ocupadas encerrando a sus mujeres y persiguiendo a los homosexuales. Hoy en día, los movimientos denominados de extrema derecha encuentran, por el contrario, su epicentro en los medios populares, especialmente en un mundo obrero empobrecido, sacudido o destruido por la globalización económica y amenazado por la inmigración. Las clases medias de hoy, definidas en gran medida por la educación superior, se ven menos o incluso muy poco afectadas por la «extrema derecha ». Las clases medias altas, que combinan educación superior e ingresos elevados, son especialmente inmunes.
Por esta razón, prefiero hablar de conservadurismo popular en lugar de extrema derecha. Su arraigo en el grupo de los dominados explica el carácter defensivo del conservadurismo popular. Su elector no se imagina conquistando Europa o el mundo si considera que su propia vida es una cuestión de supervivencia.
El verdadero error intelectual sería quedarse ahí. Sigamos adelante, incluso invirtamos la problemática de la asociación entre ideología y clase. Hemos comparado las ideologías del presente con las del pasado, comparemos ahora las clases del presente con las del pasado.
Algunas clases medias europeas del periodo de entreguerras enloquecieron. El mundo obrero fue más razonable. Pero ¿son razonables las clases medias de hoy, especialmente las clases medias altas? ¿Son pacíficas? ¿Cuáles son sus sueños?
Están locas. La construcción de una Europa posnacional es un proyecto delirante cuando se conoce la diversidad del continente. Ha llevado a la expansión de la Unión Europea, improvisada e inestable, en el antiguo espacio soviético. La UE es ahora rusófoba, belicista, con una agresividad renovada por su derrota económica frente a Rusia. La UE intenta arrastrar a los pueblos británico, francés, alemán y tantos otros a una verdadera guerra. Pero qué guerra tan extraña sería, en la que las élites occidentales habrían adoptado el sueño hitleriano de destruir Rusia.
La comparación por clases sociales nos permite, por tanto, un importante avance intelectual. El europeísmo, y por tanto el macronismo, caen, por su agresividad exterior, del lado del nacionalismo, del lado de la extrema derecha de antes de la guerra. Si añadimos las violaciones de la libertad de información y de la expresión del sufragio popular, violaciones cada vez más masivas y sistemáticas en el espacio de la UE, nos acercamos aún más al concepto de extrema derecha. Fundada como una asociación de democracias liberales, Europa se está transformando en un espacio de extrema derecha. Sí, la comparación con los años treinta es útil, incluso indispensable.
En el grandioso proyecto europeísta encontramos una dimensión psicopatológica ya observable en el hitlerismo: la paranoia. La paranoia europeísta se centra en Rusia. La de los nazis daba prioridad a la amenaza judía, sin descuidar por ello el bolchevismo ruso (denominado judeobolchevismo).
Hoy, como ayer, podemos analizar una psicopatología de las clases dirigentes europeas. La extraña secuencia iniciada por la elección de Trump, con la voluntad del inestable presidente de dialogar con Putin, nos ha permitido seguir en directo la salida de la realidad de nuestros propios dirigentes. Resumamos nuestro delirante proceso. Comenzó hacia 2014, antes, durante y después de Maidan, el golpe de Estado que desintegró Ucrania, teledirigido por estrategas estadounidenses y alemanes. La continuación ahora:
– 2014-2022: Provocamos a Rusia, que había advertido que no toleraría la anexión de Ucrania por parte de la Unión Europea y la OTAN.
Hecho. Putin invadió Ucrania.
– 2022-2025: Perderemos la guerra económica que esto nos ha acarreado.
Ya está hecho. Nuestras sociedades están implosionando.
– 2022-2025: Perderemos la guerra en sentido estricto librada en nuestro nombre por el régimen de Kiev.
Ya está en marcha.
El cambio de los gobiernos europeos a una realidad paralela comienza en 2025.
– Sacamos de nuestra derrota la idea de que por fin podemos imponer nuestra voluntad e instalar nuestras tropas en Ucrania, para anexionar a la UE lo que quede de ella. Pero ¿cómo no pensar en Hitler encerrado en su búnker en 1945, dando órdenes a ejércitos que ya no existen?
Hoy en día, en Europa nos enfrentamos a locos, o más bien a una locura colectiva que se ha apoderado en masa de los individuos de los círculos sociales dominantes. Solo en Francia, miles de periodistas, políticos, universitarios, empresarios y altos funcionarios participan en la alucinación colectiva de una Rusia que querría conquistar Europa (paranoia). No se puede responsabilizar personalmente a tal o cual individuo. Nos enfrentamos a una dinámica psíquica colectiva.
Estoy convencido de que la disminución del individuo nacida del estado cero de la religión explica el nacimiento de estos bancos de peces rusófobos.
Como expliqué en Les Luttes de classes en France au XXIème siècle (Las luchas de clases en Francia en el siglo XXI), la desaparición de las creencias colectivas —creencias religiosas y luego creencias ideológicas del estado religioso zombi— ha llevado a un colapso del superyó humano. A diferencia de los militantes de la liberación del yo, no defino el superyó como algo únicamente o principalmente represivo. El superyó, como ideal del yo, ancla en la persona valores morales y sociales positivos. Las nociones de honor, valentía, justicia y honestidad encuentran su origen y su fuerza en el superyó. Si este se debilita, ellas se debilitan. Si desaparece, ellas desaparecen. Por lo tanto, el hombre no ha sido liberado por el fin de la religión y las ideologías, sino que, por el contrario, se ha visto mermado. Son hombres y mujeres muy cultos, pero moral e intelectualmente empobrecidos por el estado nulo de la religión, los que, en masa, son portadores de la patología rusófoba.
Los antisemitas nazis tenían una constitución psíquica muy diferente. La muerte de Dios, por decirlo como Nietzsche, los había lanzado sin duda a la búsqueda de un Führer, pero no carecían de superyó y seguían siendo capaces de actuar colectivamente. Las trágicas actuaciones del ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial dan fe de ello. ¿Quién se atrevería hoy a imaginar a nuestras clases medias altas corriendo hacia la muerte, al frente de sus pueblos, hacia Kiev y Járkov? Nuestra guerra en Ucrania es una broma, producto de la emancipación del yo, hija del desarrollo personal. Solo morirán ucranianos y rusos.
A menos que…
Los intercambios termonucleares pueden prescindir de héroes.
9 de octubre de 2025
9. Resumen de la guerra en Palestina, 14 de octubre de 2025.
En directo: Israel devuelve los cadáveres a Gaza mientras los prisioneros palestinos liberados denuncian torturas en las celdas
Alrededor de 2000 prisioneros y detenidos palestinos liberados de las cárceles israelíes
Puntos clave
El ejército israelí mata a siete palestinos en Gaza
La agencia de ayuda de la ONU destinará 11 millones de dólares para impulsar la ayuda en Gaza
Decenas de trabajadores sanitarios entre los prisioneros palestinos liberados
Actualizaciones en directo
El presidente sudafricano afirma que el caso contra Israel ante la CIJ sigue en curso
El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, ha declarado ante el Parlamento que el plan de paz para poner fin a la guerra de Israel contra Gaza no influirá en la acusación de genocidio presentada por su país contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
«El caso sigue adelante y ahora debe pasar a la fase en la que Israel debe responder a los alegatos que hemos presentado ante el tribunal», ha afirmado, añadiendo que el plazo para hacerlo vence en enero.
Las minas sin detonar en Gaza suponen un riesgo «enorme» para los palestinos desplazados que regresan a sus hogares, advirtió el martes la ONG Handicap International, según informó la AFP.
La ONG, especializada en la remoción de minas y la asistencia a las víctimas de minas antipersonales, pidió que se permitiera la entrada del equipo necesario para el desminado.
«Los riesgos son enormes: se estima que se han lanzado 70 000 toneladas de explosivos sobre Gaza» desde el inicio de la guerra, afirmó Anne-Claire Yaeesh, directora de la organización para los territorios palestinos. «Las capas de escombros y los niveles de acumulación son extremadamente altos», añadió Yaeesh.
Advirtió de que los riesgos se ven agravados por la naturaleza «extremadamente compleja» del entorno, debido al espacio limitado en las zonas urbanas densamente pobladas.
En enero, el Servicio de Acción contra las Minas de las Naciones Unidas estimó que «entre el 5 % y el 10 %» de las municiones disparadas sobre Gaza no habían explotado.
Los presos palestinos hablan y muestran signos de violencia contra ellos en las cárceles israelíes
Algunos presos palestinos liberados el lunes de las cárceles israelíes sufren problemas de salud como consecuencia de la violencia sufrida en prisión, según informaron médicos y presos liberados a Associated Press.
Imed al-Shami, médico residente en el Complejo Médico Palestino (PMC) de Ramala, que recibió a 14 hombres que fueron liberados y dados de alta todos menos dos, dijo que el estado de los pacientes sugería que «habían sido objeto de graves palizas, lo que refleja el alcance de la violencia que sufrieron».
Kamal Abu Shanab, que fue liberado tras más de 18 años en prisión, dijo que las palizas le provocaron una rotura en el hombro. «Durante ocho meses, no me dieron ni una pastilla para el dolor», afirmó.
El servicio penitenciario israelí negó las acusaciones de violencia hacia los presos palestinos.
– Información de AP
El hospital Nasser de Gaza recibió el martes los restos de 45 palestinos, según la Associated Press. El hospital afirmó que esperan que Israel devuelva a Gaza un total de 450 cadáveres de palestinos.
Los cadáveres pertenecen a palestinos que el ejército israelí había detenido y que murieron mientras estaban detenidos desde el 7 de octubre de 2023.
El hospital afirmó que algunos de los cadáveres mostraban signos de tortura y tenían las manos atadas. No quedó claro de inmediato cuándo ni cómo murieron.
La OMS envía un equipo médico de emergencia al hospital Al-Ahli de la ciudad de Gaza
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó que había ampliado sus operaciones en Gaza en una publicación en X el martes.
Tedros Adhanom Ghebreyesus dijo que la OMS había desplegado un equipo médico de emergencia en el hospital Al-Ahli de la ciudad de Gaza. La ciudad de Gaza ha sido objeto de intensos bombardeos durante semanas, lo que ha provocado un elevado número de víctimas.
También dijo que ocho camiones con suministros médicos, entre los que se encontraban insulina, material de laboratorio y medicamentos esenciales, habían entrado en la franja.
«La mejor medicina es la paz», afirmó.
Los restos de otros cuatro cautivos israelíes entregados a la Cruz Roja
Hamás entregó los ataúdes con los restos de otros cuatro cautivos israelíes fallecidos al Comité Internacional de la Cruz Roja el martes por la tarde, hora local, según informó Haaretz.
Una fuente de alto rango de Hamás ha declarado a Middle East Eye que Israel es responsable de los retrasos en la localización y devolución de los cuerpos de los cautivos que siguen desaparecidos en Gaza.
La fuente hizo estas declaraciones después de que funcionarios israelíes afirmaran el martes que el paso fronterizo de Rafah entre Gaza y Egipto permanecería cerrado durante el miércoles y acusaran a Hamás de retener los cuerpos de los cautivos que se había comprometido a devolver como parte del acuerdo de paz negociado por Estados Unidos que puso fin a dos años de guerra.
Sin embargo, la fuente de Hamás declaró a MEE que sus negociadores dejaron claro durante las conversaciones que la presencia de las fuerzas israelíes y los ataques genocidas e indiscriminados de Israel, que causaron una destrucción generalizada, complicarían la tarea de localizar los cuerpos de los cautivos muertos, lo que requeriría más tiempo y esfuerzo.
«Dejaron claro durante las negociaciones que se necesitaría tiempo y grandes esfuerzos tras la retirada de las fuerzas de ocupación israelíes para recopilar información sobre los cuerpos», afirmó la fuente.
«Esto quedó claro y fue aceptado durante las negociaciones. El acuerdo firmado incluía una cláusula muy clara al respecto».
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Israel ha comunicado a las Naciones Unidas que a partir del miércoles solo permitirá la entrada de 300 camiones de ayuda en la Franja de Gaza, lo que supone la mitad de la cantidad acordada.
El Coordinador de Actividades Gubernamentales en los Territorios (Cogat) de Israel afirmó que no se permitirá la entrada de combustible ni gas en la Franja, a menos que sea para necesidades específicas relacionadas con la infraestructura humanitaria, según una nota vista por Reuters y confirmada por la ONU.
Olga Cherevko, portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU en Gaza, confirmó que la ONU había recibido la nota de Cogat, el brazo militar israelí que supervisa los flujos de ayuda a Gaza.
Cogat afirmó que las restricciones se estaban aplicando porque «Hamás violó el acuerdo relativo a la entrega de los cuerpos de los rehenes».
Hamás afirmó que sería difícil y llevaría tiempo encontrar los lugares de descanso de todos los cautivos israelíes fallecidos entre los escombros de Gaza. Trump dijo que se nombraría un organismo internacional para ayudar a ellos a hacerlo.
Cair pide a Trump que abogue por la liberación del Dr. Hussam Abu Safiya
Una organización estadounidense de defensa de los derechos civiles ha pedido al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que exija la liberación del médico palestino Dr. Hussam Abu Safiya.
El Consejo de Relaciones Americano-Islámicas (CAIR) pidió la liberación del pediatra y exdirector del Hospital Kamal Adwan, en el norte de Gaza, que fue secuestrado por el ejército israelí en diciembre de 2024, así como de otros profesionales médicos. Safiya ha sido detenido sin cargos y torturado en la prisión de Ofer.
«También pedimos al presidente que exija a Israel la liberación del Dr. Hussam Abu Safiya y de todos los demás profesionales médicos secuestrados», ha declarado el CAIR en un comunicado.
Starmer afirma que el canto de «intifada» es una «llamada al ataque» contra el pueblo judío
El primer ministro británico, Keir Starmer, ha confirmado que cree que la llamada a «internacionalizar la intifada» es una «llamada al ataque contra las comunidades judías de todo el mundo».
El diputado conservador Julian Lewis preguntó a Starmer en el Parlamento el martes por la tarde si aceptaba que no había otra interpretación posible de «internacionalizar la intifada» que no fuera «una llamada a atacar a las comunidades judías de todo el mundo».
Lewis parecía referirse al popular canto «globalizar la intifada», que se utiliza a menudo en las protestas a favor de Palestina.
Starmer respondió: «No hay otra interpretación». Añadió que se alegraba de que Lewis hubiera planteado la cuestión.
Los activistas pro Palestina han negado rotundamente que «globalizar la intifada» sea antisemita o un llamamiento a la violencia, y los judíos británicos han tenido un papel destacado en las marchas pro Palestina en el Reino Unido.
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Israel mata a siete palestinos en violación del alto el fuego en Gaza
Las fuerzas israelíes mataron al menos a siete palestinos en la Franja de Gaza el martes, en violación del acuerdo de alto el fuego firmado la semana pasada.
Según las autoridades sanitarias locales, seis personas murieron en la ciudad de Gaza y una en Jan Yunis.
En el barrio de Shujaiya, al este de la ciudad de Gaza, al menos cinco personas murieron en un ataque aéreo mientras inspeccionaban sus casas, según la Defensa Civil Palestina.
Por otra parte, un ataque con drones en la localidad de al-Fukhari, al este de Jan Yunis, causó la muerte de una persona.
Estos ataques constituyen una violación del acuerdo de alto el fuego que entró en vigor el viernes, en el que se establecía explícitamente que «se suspenderán todas las operaciones militares, incluidos los bombardeos aéreos y de artillería y las operaciones de ataque».
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¿Por qué se izaron banderas israelíes a lo largo del paseo marítimo de Hastings?
Los residentes de Hastings se despertaron el 7 de octubre con una imagen inusual a lo largo del paseo marítimo: banderas israelíes que se extendían a lo largo de casi una milla desde el muelle de Hastings hasta el puerto deportivo de St Leonards, cerca de la mezquita de la ciudad.
El acto fue extraño, pero los residentes de la ciudad costera del sur de Inglaterra no pasaron por alto el momento en que se produjo.
Las banderas aparecieron en el segundo aniversario de los atentados del 7 de octubre contra el sur de Israel, que desencadenaron el genocidio de Israel en Gaza, en el que han muerto y resultado heridos más de 245 000 palestinos.
Las imágenes de las cámaras de seguridad grabadas entre la 1:20 y las 6:00 de la madrugada parecían mostrar una figura moviéndose por el paseo marítimo, colgando las banderas de farola en farola.
Al amanecer, la exhibición estaba completa y la magnitud del acto se convirtió rápidamente en tema de debate generalizado.
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Más de 9000 palestinos permanecen en cárceles israelíes tras el intercambio de prisioneros en Gaza
A pesar de la liberación de casi 2000 prisioneros palestinos el lunes como parte de un acuerdo de intercambio con Israel, más de 9100 palestinos permanecen bajo custodia israelí en condiciones duras y cada vez peores.
El intercambio del lunes supuso la liberación de 20 cautivos israelíes retenidos en Gaza, lo que supone el tercer intercambio de prisioneros entre Israel y Hamás desde que comenzó la guerra en octubre de 2023.
Un mes después del inicio de la guerra, 240 prisioneros palestinos fueron liberados a cambio de 105 cautivos durante una breve tregua de siete días.
En un segundo intercambio, en enero y febrero, se liberó a 1778 palestinos a cambio de 38 cautivos.
En total, 3985 palestinos han sido liberados a cambio de 163 israelíes.
Sin embargo, ahora que todos los cautivos israelíes vivos han regresado, más de 9100 palestinos permanecen en prisiones israelíes, muchos de ellos detenidos sin cargos ni juicio.
Ellos están recluidos en lo que los grupos de derechos humanos denominan «campos de tortura», donde sufren abusos diarios, palizas, hambre y humillaciones.
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Los restos de 45 palestinos entregados por Israel llegan a Gaza
Los restos de 45 palestinos entregados por Israel como parte del acuerdo de alto el fuego con Hamás han llegado al Hospital Nasser de Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, según se anunció el martes por la tarde.
«Los restos mortales de 45 mártires llegaron al hospital a través de la Cruz Roja tras ser liberados por [Israel] como parte del acuerdo de intercambio», dijo el centro médico en un breve comunicado.
El lunes, Israel y Hamás intercambiaron cautivos como parte del plan de alto el fuego de 20 puntos para Gaza del presidente estadounidense Donald Trump.
La cobertura de los principales medios de comunicación occidentales sobre el intercambio reflejó el mismo sesgo proisraelí que ha caracterizado durante mucho tiempo la información sobre Israel y Palestina, que privilegia las vidas israelíes sobre las palestinas.
Los principales medios de comunicación, como la BBC, The New York Times, The Wall Street Journal, CNN, Associated Press, The Washington Post, Reuters, Deutsche Welle y Agence France-Presse, dieron protagonismo a los cautivos israelíes, tanto vivos como muertos, mientras que restaron importancia en gran medida a las experiencias de los palestinos.
En los periódicos, las emisiones de televisión, los sitios web y las redes sociales, los cautivos israelíes y sus familias recibieron mucha más atención —y fueron humanizados a través de detalles personales e imágenes emotivas— que los palestinos.
Israel entrega el primer grupo de cadáveres palestinos a Gaza
El primer grupo de cadáveres de palestinos asesinados por Israel desde octubre de 2023 ha llegado al enclave tras ser entregado por Israel, según informaron el martes las autoridades sanitarias locales a Reuters.
Israel sigue reteniendo cientos de cadáveres de palestinos asesinados desde el 7 de octubre de 2023, incluidos los de los combatientes que participaron en el ataque al sur de Israel ese día y en los combates posteriores.
Jordania condena la incursión de Ben Gvir en el complejo de la mezquita de Al-Aqsa
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Jordania denunció el martes las incursiones del ministro de Seguridad Nacional israelí de extrema derecha, Itamar Ben Gvir, y de los colonos en el complejo de la mezquita de Al-Aqsa.
En un comunicado, el Ministerio calificó la medida como «una violación flagrante del estatus legal e histórico de la mezquita de Al-Aqsa».
«Israel no tiene soberanía sobre la ciudad ocupada de Jerusalén y sus lugares sagrados islámicos y cristianos», añadió el Ministerio.
El martes, Ben Gvir irrumpió en la zona por segunda vez en una semana.
La devolución de los cuerpos de los rehenes de Gaza puede llevar tiempo, según la Cruz Roja
El Comité Internacional de la Cruz Roja afirmó el martes que llevará tiempo entregar los restos de los rehenes y detenidos asesinados durante la guerra, calificándolo de «reto enorme» dadas las dificultades para encontrar los cuerpos entre los escombros de Gaza.
«Es un reto aún mayor que liberar a las personas vivas. Es un reto enorme», afirmó el portavoz del CICR, Christian Cardon, quien añadió que podría llevar días o semanas y que existe la posibilidad de que nunca se encuentren.
Información de Reuters
Las fuerzas israelíes confirman la muerte de cinco palestinos en la ciudad de Gaza
El ejército israelí afirmó que sus tropas han matado a cinco palestinos en el barrio de Shujaiya, en la ciudad de Gaza.
El ejército israelí afirmó que los palestinos muertos se acercaban a sus soldados cuando fueron abatidos.
Más de 250 cadáveres rescatados desde que cesó la guerra, según el portavoz de Defensa Civil de Gaza
El portavoz de Defensa Civil de Gaza, Mahmoud Basal, dijo que los equipos de rescate han recuperado más de 250 cadáveres de entre los escombros desde que cesaron los combates en la franja.
En declaraciones a Al Jazeera, Basal dijo que algunos de los cadáveres recuperados yacían en las calles.
«Nos enfrentamos a una importante escasez de maquinaria pesada para retirar los escombros», afirmó.
«Más de 10 000 personas siguen bajo los escombros y no tenemos medios para llegar hasta ellos», añadió Basal.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó que buscará el apoyo de los Estados del Golfo, Estados Unidos y Europa para la reconstrucción de Gaza en virtud del nuevo acuerdo de alto el fuego, y añadió que creía que la financiación del proyecto se proporcionaría rápidamente.
En declaraciones a los periodistas durante el vuelo de regreso desde Sharm el-Sheikh, Erdogan afirmó que las decisiones de los países occidentales de reconocer al Estado palestino deben considerarse como pilares de una solución de dos Estados, según una transcripción compartida por su oficina el martes.
Información de Reuters
Soldados israelíes abren fuego contra palestinos en Gaza
El ejército israelí emitió un comunicado en el que afirmaba que sus soldados habían abierto fuego contra palestinos, a los que calificaban de «varios sospechosos», que se acercaron a las tropas estacionadas en el norte de Gaza el martes por la mañana.
«Se intentó alejar a los sospechosos. Estos no obedecieron y continuaron acercándose a las tropas, que abrieron fuego para eliminar la amenaza», decía el comunicado.
«Lo llaman paz, pero para los palestinos corre el riesgo de ser el peor apartheid», afirma Albanese
Francesca Albanese, relatora especial de la ONU para los territorios palestinos ocupados, ha comentado la prohibición de las fuerzas israelíes a los palestinos de celebrar la liberación de prisioneros en la Cisjordania ocupada.
El X, afirmó: «Todas las miradas deben permanecer fijas en Palestina. Gente del mundo, no miren hacia otro lado ahora».
Continúan los enfrentamientos en Jabalia, Gaza: Informe
Los medios de comunicación palestinos informan de que desde el martes por la mañana se están produciendo violentos enfrentamientos al este de Jabalia, en el norte de Gaza.
En los combates participan fuerzas de seguridad afiliadas al Ministerio del Interior y grupos armados que, según se dice, cuentan con el respaldo de Israel.
Las fuerzas israelíes disparan y detienen a palestinos en Cisjordania ocupada
Al menos dos personas resultaron heridas cuando las tropas israelíes abrieron fuego contra palestinos mientras llevaban a cabo redadas nocturnas en varias zonas de Cisjordania ocupada, según la agencia de noticias Wafa.
En la localidad de Anabta, situada en Tulkarm, soldados israelíes dispararon a un joven en la mano y detuvieron a varios otros jóvenes tras agredir a ellos.
En otro incidente registrado en la localidad de al-Issawiya, cerca de la Jerusalén ocupada, otro joven resultó herido por las fuerzas israelíes antes de ser detenido.
Las ciudades de Qalqilya y Tubas y la localidad de Tammun también han sido asaltadas por soldados israelíes, que han registrado varias viviendas en estas zonas.
Trump afirma que su plan de paz consiste en «reconstruir Gaza»
Cuando se le preguntó sobre la propuesta de una solución de dos Estados presentada por el presidente egipcio Abdel Fattah el-Sisi, el presidente estadounidense Donald Trump dijo que su plan de paz era algo muy diferente: «reconstruir Gaza».
En declaraciones a los periodistas a bordo del Air Force One sobre el acuerdo de alto el fuego en Gaza, dijo: «A mucha gente le gusta la solución de un solo Estado; a mucha gente le gusta la solución de dos Estados… No he hecho comentarios al respecto. En algún momento decidiré lo que creo que es correcto, pero lo haré en coordinación con otros Estados y otros países».
Los periodistas también le preguntaron sobre la segunda fase del acuerdo para Gaza, y él respondió diciendo: «Saben, tenemos mucho poder».
Añadió: «Son países realmente muy ricos y pueden manejarlo», refiriéndose a los países cuyos líderes asistieron a la cumbre.
Buenos días, lectores de Middle East Eye, aquí tienen las últimas noticias:
– El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comentó que sacó a colación el tema del indulto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, durante su discurso en la Knesset israelí el lunes, diciendo que lo hizo solo porque Netanyahu «tenía muy buena mano [aplausos]» y era «un buen momento».
– La lista de palestinos liberados de las prisiones israelíes el lunes incluía los nombres de al menos 55 trabajadores sanitarios, entre ellos 24 enfermeras, siete médicos y dos paramédicos, según la organización de defensa Healthcare Workers Watch.
– El hermano del corresponsal de Al Jazeera Ibrahim al-Khalili, Mohammed, fue uno de los palestinos liberados el lunes. Afirmó que durante los 19 meses de detención, los presos «fueron golpeados y humillados».
– El jefe de ayuda humanitaria de la ONU, Tom Fletcher, dijo que se asignarán 11 millones de dólares adicionales del fondo de respuesta de emergencia de la ONU para ayudar a «aumentar la ayuda» en Gaza ante la llegada de los meses de invierno, lo que eleva a 20 millones de dólares el total de fondos utilizados para proporcionar «alimentos, agua, refugio y servicios sanitarios».
– El emir de Catar, el jeque Tamim bin Hamad Al Thani, ha elogiado los «resultados positivos de la Cumbre de Paz de Sharm el-Sheikh» y ha expresado su esperanza de que el acuerdo «sirva de punto de partida para futuros acuerdos que satisfagan las aspiraciones de nuestros hermanos en la Franja de Gaza».