Miscelánea 18/VI/2023

Del compañero y miembro de Espai Marx, Carlos Valmaseda.
1. Paradoja de Jevons a tutiplén.
2. El acuerdo que no pudo ser.
3. Situación militar.
4. Putin y los corresponsales.
5. Clase media.
6. Ellsberg y Assange.

1. Paradoja de Jevons a tutiplén

Miguel Pajares sigue siendo muy incisivo con el bla-bla-bla de la transición verde.

https://blogs.publico.es/

La moto que nos venden sobre la transición energética

Miguel Pajares

MIGUEL PAJARES Antropólogo social, miembro de Ecologistas en Acción y autor del libro ‘Bla-bla-bla, el mito del capitalismo ecológico’ (2023, editorial Rayo Verde)

La Agencia Internacional de la Energía, en su último informe, ‘World Energy Investment 2023’, dice que la inversión en tecnologías de energía limpia está superando significativamente a la que se hace en combustibles fósiles, y hace afirmaciones como que «en 2023 la energía solar eclipsará la producción de petróleo por primera vez». Concretamente, prevé que en el 2023 se invertirán alrededor de 2,8 billones de dólares a nivel mundial en energía, y que de ellos más de 1,7 billones se destinen a tecnologías limpias. Este informe ha despertado cierto optimismo por lo que a la transición energética se refiere, y no han faltado titulares que señalan que por fin el petróleo da paso a la energía solar, dando casi por sentado que estaríamos ya iniciando el declive en el consumo de petróleo, o más aún, el declive de todos los combustibles fósiles.

De entrada conviene señalar que, cuando la AIE habla de 1,7 billones de inversión en tecnologías limpias, incluye no solo las energías renovables, sino también los vehículos eléctricos, la energía nuclear, las redes de suministro, el almacenamiento, los combustibles de bajas emisiones, las mejoras de eficiencia y las bombas de calor. Cuando buscamos en el informe la inversión en renovables del 2022 resulta que fue de 600.000 millones de dólares, mientras que la inversión en combustibles fósiles fue de 930.000 millones. Se sigue invirtiendo más en combustibles fósiles que en renovables. Y lo cierto es que en los últimos años, desde la pandemia, el incremento de la inversión en combustibles fósiles ha sido sostenido y la AIE prevé que en el 2023 siga creciendo. En concreto, prevé que la inversión en petróleo y gas crecerá un 7 % en este año.

Por transición energética deberíamos entender el hecho de que el crecimiento de las energías renovables conlleve decrecimiento en el consumo de combustibles fósiles, algo que justamente no está ocurriendo. Más bien, lo que sucede es que, por mucho que crecen las energías renovables, también crecen los combustibles fósiles. ¿Por qué ocurre tal cosa?

Para entender esa paradoja debemos tener en cuenta el punto del que partimos. Según el último ‘Statistical Review of World Energy’ de BP, el del 2022, del conjunto de la energía primaria que gastamos en el mundo (595,15 exajulios), solo el 6,7 % es energía renovable (39,91 exajulios), y eso incluye la biomasa y otras fuentes que la AIE considera renovables, que, si las excluimos, resulta que las renovables solar y eólica solo son el 1,7 % (10,4 exajulios). Los combustibles fósiles representan todavía el 81,4 % de la energía primaria que consumimos. Este es el punto de partida, de modo que por muy alto que sea el porcentaje de crecimiento de las energías solar y eólica, que lo es, necesitará mucho tiempo para comenzar a sustituir a los combustibles fósiles.

Pero la paradoja se explica por algo más, y es el hecho de que el crecimiento económico, elemento central en el funcionamiento del sistema capitalista, demanda incremento del gasto energético; y eso es algo que no hemos logrado corregir pese a que haya muchos tecnooptimistas que afirmen que la eficiencia energética nos llevará a crecer económicamente sin incrementar el gasto de energía. Lo cierto es que se está cumpliendo la paradoja de Jevons, que dice que una mejora de la eficiencia energética genera una mayor actividad y no supone ningún ahorro de energía. Los datos lo demuestran con contundencia: desde 1990, la eficiencia energética ha crecido notablemente, pero el gasto energético no solo no ha disminuido sino que ha aumentado un 75 % (de 340 a 595 exajulios).

Este incremento continuo en la demanda de energía es lo que hace que no estemos prescindiendo de los combustibles fósiles. Las energías renovables crecen mucho, pero como crece más la demanda energética, también crece el consumo de combustibles fósiles. En las dos primeras décadas del siglo xxi, las renovables crecieron espectacularmente, más o menos un 400 % en cada década: si tal crecimiento lo traducimos en petróleo, las renovables pasaron de casi 60 millones de toneladas equivalentes en el 2000 a casi 800 millones en el 2020. Pero ese aumento de 740 millones no impidió que también aumentara mucho el consumo de combustibles fósiles, ya que la energía total consumida creció en más de 4800 millones de toneladas equivalentes.

Y todo indica que eso es lo que va a seguir pasando. Un informe del Gobierno de Estados Unidos emitido en el 2021 señaló que entre el 2020 y el 2050 la energía consumida por cada dólar de aumento del PIB mundial iría disminuyendo gracias a la eficiencia energética, pero, aun así, el crecimiento del PIB seguiría impulsando el incremento del consumo energético. Su vaticinio fue que el crecimiento económico se comerá todas las mejoras en energías renovables y eficiencia energética sin que pueda disminuir el consumo de combustibles fósiles. La regla de tres que nos dibujó es bastante simple: más crecimiento económico lleva a más gasto de energía, y más gasto energético lleva a mantener el consumo de combustibles fósiles, aun cuando crezcan las energías renovables y la eficiencia energética.

Si esto es así, debemos concluir que no estamos haciendo ningún tipo de transición energética. Hacerla significa reducir el consumo de combustibles fósiles para que puedan disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. El citado informe del Gobierno de los EEUU vaticina que «el crecimiento del PIB seguiría impulsando el incremento del CO2 emitido». Así que, cuando se nos anuncia que el desarrollo de las energías solar y eólica está acelerando la transición energética, se nos está vendiendo una moto.

¿Podría, pese a todo, haber un desarrollo tan grande de las renovables que nos llevara a esa reducción drástica del consumo de combustibles fósiles que necesitamos para combatir el calentamiento global? Si queremos hacerlo manteniendo el crecimiento económico, tendría que ser un desarrollo de las renovables muy, pero que muy, grande, y eso tropieza con los límites de la minería. No hay que olvidar que esas energías dependen de unos metales que son escasos. Como tampoco hay que olvidar que la minería es tremendamente dañina para el medio ambiente y que, además, requiere mucha agua, que cada vez es más escasa, especialmente en los países del sur que es donde la minería se ha desarrollado.

No hay más alternativa que abandonar el crecimiento económico. Si no vamos a una nueva situación de decrecimiento, no lograremos hacer ningún tipo de transición energética, y mucho menos la transición ecológica que necesitamos. Hay que ir a una economía decrecentista que permita satisfacer las necesidades de la población con un menor consumo de energía. Ello requiere de cosas como una relocalización industrial generalizada que permita la reducción drástica del transporte, una reconversión también generalizada de los monocultivos de la agricultura industrial en agricultura campesina, una reducción contundente del consumo suntuario del 10 % más rico de la población, y mucho más del consumo del 1 % más rico, un desarrollo de las empresas públicas en todos los niveles gubernamentales que le quite el control de la economía a los poderes corporativos y financieros, un gran desarrollo paralelo de la economía social y cooperativa. La lucha contra el cambio climático requiere de todo eso, y si no hacemos esas cosas no estamos haciendo frente a la emergencia climática. Aumentar la energía solar y eólica, mientras todo lo demás sigue igual, no sirve de mucho.

2. El acuerdo que no pudo ser.

Tras la accidentada visita a Kiev con la polémica de si hubo o no ataque ruso, la delegación de paz africana ha llegado a Rusia. Se ha reunido con Putin, y este les ha enseñado el preacuerdo que se firmó con mediación de Erdogan. Preacuerdo firmado por el jefe de la delegación ucraniana. Los rusos se retiraron de todo el norte de Ucrania, y se produjo la visita del payaso de Johnson que hizo recular a Zelenski. Naturalmente, todo esto es la explicación rusa, pero el documento ahí está. Y por la cara de los jefes de estado africanos, ellos también parecen creerlo…

Este es el vídeo subtitulado en español de la intervención de Putin ante los mandatarios africanos: https://twitter.com/

En el documento se especificaba hasta el tamaño del futuro ejército ucraniano, uno que garantizase la seguridad de Rusia. Es este que os paso, en el que se dice, por ejemplo, que el número máximo de tropas del ejército ucraniano debe ser de un máximo de 250.000 personas; 800 tanques, etc., etc.:

Fuente: https://twitter.com/21WIRE/ (una de ellas, ahora circula en centenares de tuits)

Aquí una versión con traducción automática al inglés:

Fuente: https://twitter.com/

Un hilo de, rara avis, un periodista español que no da vergüenza:

https://twitter.com/

Putin ha mostrado a líderes africanos el borrador de acuerdo que Ucrania habría firmado en las negociaciones del año pasado. La retirada de Kiev era una de las condiciones, según el presidente ruso, que acusa a la parte ucraniana de, inmediatamente, incumplir el pacto.

El proyecto de este acuerdo fue rubricado por el jefe del grupo de negociaciones de Kiev. (…) Pero después de que, como prometimos, retiráramos nuestras tropas de Kiev, las autoridades de Kiev, como suelen hacer sus dueños, lo tiraron todo a la basura de la historia”.

Putin ha hablado a los líderes de Senegal, Egipto, Zambia, Uganda, RDC, Comoras y Sudáfrica. El grupo africano pretende mediar con Ucrania. El líder ruso asegura que está dispuesto a negociar.

El fracaso de las negociaciones de marzo-abril de 2022 es uno de los episodios clave de la guerra. Hubo declaraciones que indicaban claramente la posibilidad de un acuerdo, como esta de la mediadora Turquía

Turkey says Russia and Ukraine are ‘close to agreement’ in talks

Luego vino la retirada rusa de Kiev y el descubrimiento de la masacre de Bucha. Pero ni siquiera la matanza de civiles en los alrededores de Kiev cerró la puerta al diálogo. Eso sólo ocurrió a partir de las visita de Boris Johnson a Zelenski (9 de abril).

Con civiles masacrados, con violación de fronteras y todo tipo de denuncias de crímenes de guerra, sí fue posible la negociación. Que luego no se haya retomado el contacto, y sólo esté abierta la vía del combate, es uno de los enigmas pendientes de resolver.

Tras mostrar el documento, Putin ha dicho que ellos siempre estarán dispuestos a negociar y tienen interés en el plan africano.

https://twitter.com/

De nuevo, las caras de la delegación africana creo que lo dicen todo.

3. Situación militar.

Rybar no ha publicado todavía el resumen de ayer, día 17. Si lo veo más adelante, os lo paso, aunque quizá no lo hagan en fin de semana. Pero hay un par de datos que me parecen interesantes:

1.- En la televisión francesa, por primera vez desde el inicio de la guerra, un corresponsal francés de TF1 ha estado en el frente con las tropas rusas, sin la habitual y ridícula cháchara sobre lo mal que están, lo malos que son y la paliza que les van a dar los ucranianos. De hecho, el reportaje ha causado una tremenda impresión en Ucrania, que lo ha visto como una traición. ¿Están ya los otanistas preparando a la población para la derrota de Ucrania?

https://twitter.com/Darwin_

2.- Parece que esta noche ha sido terrible. Todos los canales rusos hablan de una auténtica carnicería de las tropas ucranianas. De momento, no hay muchos datos, pero esto es lo que opina un corresponsal ruso generalmente no especialmente propagandista,Yuri Podolyaka:

La masacre cerca de Orekhovo -incluso los oficiales experimentados nunca vieron esto.
Lo que ha ocurrido hoy cerca de Orekhovo ha sido una ¡¡¡Masacre!!!
Uno tiene la impresión de que los miembros de la OTAN ponen al régimen de Kiev en un «duro trance».

El tiempo es limitado (cumbre de la OTAN el 11-12 de julio), se han fijado objetivos (victoria en la batalla de Azov). El enemigo (es decir, nosotros) es fuerte, pero esto no debe convertirse en un obstáculo para la ejecución de los planes de Washington y Londres.
He recibido datos sobre las pérdidas del enemigo cerca de Orekhovo (sin derecho a publicarlos). Creo que mañana o pasado mañana habrá nuevos vídeos de equipos dañados que son terribles para la población de Ucrania. Hay mucho de eso allí -docenas de unidades.

Pero lo peor ni siquiera es eso. Lo peor es la pérdida de personal. El enemigo ni siquiera pudo sacar de allí a los heridos.

Y los oficiales experimentados (los nuestros) están conmocionados por lo que han visto hoy. Nunca habían visto tal masacre (según ellos), y tal desprecio por la vida de sus soldados (por parte de las Fuerzas Armadas de Ucrania). Y decían todo esto… con respeto por el valor del enemigo (soldados, no mandos), capaz de llevar a cabo una orden tan demencial.

P.D. Es una pena que sólo hoy muchos cientos de tipos esencialmente rusos (incluso ucranianos) hayan pagado con su vida los intereses británicos y estadounidenses.
PP.S. Y sí, ¡¡¡los nuestros ya han restablecido sus posiciones cerca de Orejov!!!

4. Putin y los corresponsales.

Otro entusiasta artículo de Escobar, volviendo a la reunión de Putin con periodistas y blogueros de guerra, esta vez en Zerohedge, en el que ya ve a los rusos en Kiev… Es interesante lo que comenta sobre BlackRock, que se me pasó enviaros algo la semana pasada.

https://www.zerohedge.com/

Escobar: Putin y lo que realmente importa en el tablero de ajedrez
Sábado, Jun 17, 2023 – 11:10 AM
Es fascinante ver cómo los corresponsales de guerra rusos desempeñan ahora un papel similar al de los antiguos comisarios políticos en la URSS.
La reunión del presidente Putin con un grupo de corresponsales de guerra rusos y blogueros de Telegram -entre ellos Filatov, Poddubny, Pegov de War Gonzo, Podolyaka, Gazdiev de RT- fue un extraordinario ejercicio de libertad de prensa.
Entre ellos había periodistas seriamente independientes que pueden ser muy críticos con la forma en que el Kremlin y el Ministerio de Defensa (MoD) están llevando a cabo lo que puede definirse alternativamente como una Operación Militar Especial (SMO); una operación antiterrorista (CTO); o una «casi guerra» (según algunos influyentes círculos empresariales de Moscú).
Es fascinante ver cómo estos periodistas patrióticos/independientes desempeñan ahora un papel similar al de los antiguos comisarios políticos de la URSS, todos ellos, a su manera, profundamente comprometidos en guiar a la sociedad rusa hacia el drenaje del pantano, lento pero seguro.
Está claro que Putin no sólo comprende su papel, sino que a veces, al estilo de los «golpes de efecto», el sistema que preside pone en práctica las sugerencias de los periodistas. Como corresponsal extranjero que trabaja en todo el mundo desde hace casi 40 años, me ha impresionado bastante la forma en que los periodistas rusos pueden disfrutar de un grado de libertad inimaginable en la mayoría de las latitudes del Occidente colectivo.
La transcripción de la reunión en el Kremlin muestra que Putin no se anda con rodeos.
Admitió que hay «generales de opereta» en el Ejército; que escasean los drones, las municiones de precisión y los equipos de comunicación, algo que ya se está solucionando.
Discutió la legalidad de los equipos mercenarios; la necesidad de instalar tarde o temprano una «zona tampón» para proteger a los ciudadanos rusos de los bombardeos sistemáticos del régimen de Kiev; y subrayó que Rusia no responderá al terrorismo inspirado por Bandera con terrorismo.
Tras examinar los intercambios, es imperativa una conclusión: Los medios de comunicación de guerra rusos no están llevando a cabo una ofensiva, ni siquiera cuando el Occidente colectivo ataca a Rusia 24 horas al día, 7 días a la semana, con su enorme aparato mediático de ONGs/soft power. Moscú no está -¿todavía? – en las trincheras de la guerra de la información; en la actualidad, los medios de comunicación rusos sólo juegan a la defensiva.

¿Hasta Kiev?

Podría decirse que la cita más importante de todo el encuentro es la evaluación concisa y escalofriante de Putin sobre nuestra posición actual en el tablero de ajedrez:
«Nos vimos obligados a intentar poner fin a la guerra que Occidente inició en 2014 por la fuerza de las armas. Y Rusia pondrá fin a esta guerra por la fuerza de las armas, liberando todo el territorio de la antigua Ucrania de Estados Unidos y de los nazis ucranianos. No hay otras opciones. El ejército ucraniano de Estados Unidos y la OTAN será derrotado, sin importar los nuevos tipos de armas que reciba de Occidente. Cuantas más armas haya, menos ucranianos y lo que antes era Ucrania quedarán. La intervención directa de los ejércitos europeos de la OTAN no cambiará el resultado. Pero en este caso, el fuego de la guerra envolverá a toda Europa. Parece que Estados Unidos también está preparado para ello».
En pocas palabras: esto sólo terminará en los términos de Rusia, y sólo cuando Moscú evalúe que se han cumplido todos sus objetivos. Todo lo demás son ilusiones.
De vuelta a los frentes, como señala el indispensable Andrei Martyanov, el corresponsal de guerra de primera clase Marat Kalinin ha expuesto de forma concluyente cómo la actual contraofensiva ucraniana de ataúdes metálicos no ha sido capaz de alcanzar ni siquiera la primera línea de defensa rusa (están a una larga -autopista al infierno- distancia de 10 km). Todo lo que el mejor ejército proxy de la OTAN jamás reunido fue capaz de lograr hasta ahora fue ser masacrado sin piedad a escala industrial.
Conozca al General Armageddon en acción.
Surovikin dispuso de ocho meses para colocar su huella en Ucrania y desde el principio comprendió exactamente cómo convertirla en un juego de pelota completamente nuevo. Podría decirse que la estrategia consiste en destruir por completo las fuerzas ucranianas entre la primera línea de defensa -suponiendo que lleguen a traspasarla- y la segunda línea, que es bastante considerable. La tercera línea permanecerá fuera de los límites.
Como era de esperar, los medios de comunicación occidentales se están volviendo locos, empezando por fin a mostrar las horrendas pérdidas ucranianas y dando pruebas de la total incompetencia acumulada de los matones de Kiev y sus jefes militares de la OTAN.
Y por si las cosas se ponen difíciles -por ahora una posibilidad remota- el propio Putin ha entregado la hoja de ruta. Suavemente, suavemente. Como en: «¿Necesitamos una marcha sobre Kiev? Si es así, necesitamos una nueva movilización, si no, no la necesitamos. No hay necesidad de movilización ahora mismo».
Las palabras clave son «ahora mismo».

El fin de todos sus elaborados planes

Mientras tanto, lejos del campo de batalla, los rusos son muy conscientes de la frenética actividad geoeconómica.
Moscú y Pekín comercian cada vez más en yuanes y rublos. Los 10 miembros de la ASEAN apuestan por las divisas regionales, prescindiendo del dólar estadounidense. Indonesia y Corea del Sur están turboalimentando el comercio en rupias y won. Pakistán paga el petróleo ruso en yuanes. Los EAU y la India aumentan su comercio no petrolero en rupias.
Todos y cada uno de sus vecinos hacen lo posible por unirse a los BRICS+, lo que obliga a un hegemón desesperado a desplegar toda una serie de técnicas de guerra híbrida.

Ha pasado mucho tiempo desde que Putin examinó el tablero de ajedrez a principios de la década de 2000 y luego desencadenó un programa de misiles de choque para misiles defensivos y ofensivos.
En los 23 años siguientes, Rusia desarrolló misiles hipersónicos, misiles balísticos intercontinentales avanzados y los misiles defensivos más avanzados del planeta. Rusia ganó la carrera de misiles. Y punto. El Hegemón -obsesionado por su propia guerra fabricada contra el Islam- se vio completamente sorprendido y no hizo ningún avance material en misiles en casi dos décadas y media.
Ahora la «estrategia» consiste en inventar de la nada una Cuestión de Taiwán, que está configurando el tablero de ajedrez como la antesala de una Guerra Híbrida sin cuartel contra Rusia-China.
El ataque por poder -a través de las hienas de Kiev- contra el Donbass rusófono, incitado por los psicópatas neoconservadores straussianos a cargo de la política exterior estadounidense, asesinó al menos a 14.000 hombres, mujeres y niños entre 2014 y 2022. Eso también fue un ataque contra China. El objetivo final de este gambito de Divide y vencerás era infligir una derrota al aliado de China en el Heartland, para que Pekín quedara aislada.
Según el sueño húmedo de los neoconservadores, todo lo anterior habría permitido al Hegemón, una vez que se hubiera apoderado de Rusia de nuevo como hizo con Yeltsin, bloquear a China de los recursos naturales rusos utilizando once fuerzas de tarea de portaaviones estadounidenses más numerosos submarinos.
Obviamente, los neoconservadores, deficientes en ciencias militares, ignoran el hecho de que Rusia es ahora la potencia militar más fuerte del planeta.
En Ucrania, los neoconservadores esperaban que una provocación hiciera que Moscú desplegara otras armas secretas aparte de los misiles hipersónicos, para que Washington pudiera prepararse mejor para una guerra total.
Puede que todos esos elaborados planes hayan fracasado estrepitosamente. Pero queda un corolario: los neoconservadores straussianos creen firmemente que pueden instrumentalizar a unos cuantos millones de europeos -¿quién será el próximo? ¿Los polacos? ¿Estonios? ¿Letones? ¿Lituanos? ¿Y por qué no alemanes? – como carne de cañón, como hizo EE.UU. en la Primera y la Segunda Guerra Mundial, luchando sobre los cadáveres de europeos (incluidos rusos) sacrificados para la misma vieja toma de poder anglosajona de Mackinder.
Hordas de quintacolumnistas europeos hacen que sea mucho más fácil «confiar» en EE.UU. para protegerlos, mientras que sólo unos pocos con un coeficiente intelectual por encima de la temperatura ambiente han entendido quién realmente bombardeó Nord Stream 1 y 2, con la connivencia del Canciller alemán de salchichas de hígado.
La conclusión es que el Hegemón simplemente no puede aceptar una Europa soberana y autosuficiente; sólo un vasallo dependiente, rehén de los mares que controla EEUU.
Putin ve claramente cómo se ha dispuesto el tablero de ajedrez. Y también ve cómo «Ucrania» ya ni siquiera existe.
Mientras nadie prestaba atención, el mes pasado la banda de Kiev vendió Ucrania a BlackRock, valorada en 8,5 billones de dólares. Así de fácil. El acuerdo se cerró entre el Gobierno de Ucrania y el vicepresidente de BlackRock, Philipp Hildebrand.
Van a crear un Fondo Ucraniano de Desarrollo (FUD) para la «reconstrucción», centrado en la energía, las infraestructuras, la agricultura, la industria y las TI. BlackRock absorberá todos los activos valiosos que queden en lo que será una Ucrania dividida: desde Metinvest, DTEK (energía) y MJP (agricultura) hasta Naftogaz, Ferrocarriles Ucranianos, Ukravtodor y Ukrenergo.

¿Qué sentido tiene entonces ir a Kiev? El neoliberalismo tóxico de alto grado ya está de fiesta allí mismo.

5. Clase media.

De estas declaraciones lo que más me choca es que alguien que ganaba 600 euros y no tiene para pagar el alquiler se considere clase media. Baja, eso sí.

https://twitter.com/ctxt_es/

Raquel arrastra una deuda desde la pandemia: en ERTE ganaba 600€. «La solución no es marcharme a otro piso donde pague 800€. Necesitamos alternativas para la clase media baja que vivimos al día»

6. Ellsberg y Assange.

Esta semana ha muerto Daniel Ellsberg, antecedente de Assange y Snowden cuando durante la guerra de Vietnam publicó los conocidos como Papeles del Pentágono. Hasta su muerte, siempre ha apoyado a Assange y Snowden, por cierto, autoincriminándose en la posesión de los documentos que filtró Assange, por ejemplo. Os paso un pequeño cómic que han publicado en Al Jazeera. Está en inglés, claro, pero os paso los textos traducidos al español. Tampoco son muchos, es un comic… The Pentagon Papers, Julian Assange and the right to know

Por Danylo Hawaleshka
Publicado el 12 jun 2023
Historia Ilustrada es una serie semanal de perspectivas perspicaces que sitúa los acontecimientos noticiosos y la actualidad en un contexto histórico mediante gráficos generados con inteligencia artificial.

Los Papeles del Pentágono eran un alijo secreto de documentos gubernamentales que exponían cómo, durante años y años, Estados Unidos había mentido a su pueblo sobre la guerra de Vietnam.

El 13 de junio de 1971, el New York Times empezó a publicar artículos basados en esos documentos, pero tuvo que dejar de hacerlo dos días después, cuando la administración Nixon solicitó una orden judicial.

En una sentencia histórica, el Tribunal Supremo se negó a frenar el derecho de la Primera Enmienda a la libertad de prensa. Dijo que el gobierno no había demostrado cómo la publicación causaría un daño «grave e irreparable».

Nixon la calificó de «decisión apestosa» y descargó su ira contra los jueces.

El hombre detrás de la filtración, Daniel Ellsberg, nunca fue absuelto en los tribunales. Enfrentado a 115 años de prisión, vio cómo se desestimaba su caso, no porque tuviera razón, sino porque el gobierno había infringido la ley para reunir pruebas contra él.

La cuestión de lo que el público tiene derecho a saber volvió a plantearse en 2010, cuando Julian Assange publicó documentos militares y diplomáticos filtrados.

La filtración incluía un vídeo grabado el 12 de julio de 2007, cuando dos helicópteros estadounidenses rodearon a civiles desarmados en Irak y abrieron fuego. Al menos 12 personas murieron. El ejército intentó encubrirlo

Assange se enfrenta ahora a 175 años de prisión. Ya ha pasado casi siete años en una embajada de Londres, y los últimos cuatro en una cárcel británica luchando contra la extradición a Estados Unidos.

En la actualidad, el Reino Unido está elaborando un nuevo proyecto de ley de seguridad nacional que carece de una cláusula de «defensa del interés público». Como resultado, algunos medios de comunicación temen que parte de su periodismo de investigación pueda ser criminalizado. Me pregunto qué pensarán Ellsberg y Assange al respecto.

Autor: admin

Profesor jubilado. Colaborador de El Viejo Topo y Papeles de relaciones ecosociales.

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