Del compañero y miembro de Espai Marx, Carlos Valmaseda.
1. Mi vídeo del día: La resistencia
2. El peligro de la ultraderecha en Francia.
3. Se pincha el globo
4. Más sobre el ascenso de la ultraderecha en Alemania
5. ¿Peligro nuclear?
6. Fragmento del Decrecimiento: del qué al cómo.
7. A Lula no le ofende que le llamen comunista
8. Que las escuche Txapote
9. Los fachas estadounidenses se han cansado de la guerra en Ucrania
10. Pepe Escobar sigue con la asonada.
11. Novedades desde Globetrotter: Vijay Prashad: Por qué Turquía y Hungría están bloqueando el ingreso de Suecia en la OTAN
1. Mi vídeo del día: La resistencia
Esta señora me ha recordado a aquellos indepes que proponían ir cada día al banco y sacar y meter sin parar diez euros o algo así para hacer colapsar la economía española. Ella había decidido dejar encendidas todas las luces mañana y noche para colapsar el sistema eléctrico ruso. Pero la factura se la han enviado los ucranianos. https://twitter.com/djuric_
2. El peligro de la ultraderecha en Francia.
No es solo que haya «vigilantes» que hayan salido a cazar «saqueadores»:
Es que los sindicatos policiales dicen cosas como esta:
Se trata de un comunicado irreal de los principales sindicatos policiales franceses, en el que se declara esencialmente que Francia está en guerra civil y que la policía está en la «resistencia» contra el gobierno.
Esta es la traducción:
«Ya basta…
Frente a estas hordas salvajes, ya no basta con pedir calma, ¡hay que imponerla!
Restablecer el orden republicano y poner a los aprehendidos más allá de la capacidad de hacer daño deben ser las únicas señales políticas a dar.
Frente a tales exacciones, la familia policial debe permanecer unida.
Nuestros colegas, como la mayoría de los ciudadanos, no soportan más la tiranía de estas minorías violentas.
No es el momento de la acción sindical, sino del combate contra esas «plagas». Rendirse, capitular y complacerlos deponiendo las armas no son las soluciones ante la gravedad de la situación.
Hay que poner todos los medios para restablecer el Estado de derecho lo antes posible.
Una vez restablecido, ya sabemos que volveremos a vivir este desastre que venimos soportando desde hace décadas.
Por estas razones, la Alliance Police Nationale y la UNSA Policía asumirán sus responsabilidades y advertirán al gobierno a partir de ahora que al final, estaremos en acción y sin medidas concretas para la protección jurídica de la Policía, una respuesta penal adecuada, medios significativos proporcionados, la policía juzgará el alcance de la consideración dada.
Hoy la Policía está en combate porque estamos en guerra.
Mañana estaremos en resistencia y el gobierno tendrá que ser consciente».
Y gente como esta, o Le Pen, pueden pescar en río revuelto:
Zemmour sobre los disturbios: «Estamos en las primeras fases de una guerra civil. Eso es evidente. Es una guerra étnica. Podemos ver claramente que es una guerra racial. Vemos qué fuerzas están implicadas. Necesitamos a alguien decidido y firme. … El problema, sobre todo, es el número [de inmigrantes]»
3. Se pincha el globo.
Hace poco más de una semana Biden llamaba a Xi dictador y decía que el presidente chino se había enfadado cuando los estadounidenses habían volado el globo «espía» chino. https://twitter.com/djuric_
El Pentágono acaba de confirmar que el globo espía no espió nada… https://twitter.com/El_Doomer/
Y eso que la BBC lo tenía clarísimo, no solo que espiaba sino que enviaba los datos en tiempo real a China: Fuente: https://twitter.com/
4. Más sobre el ascenso de la ultraderecha en Alemania
¿Es el avance de la ultraderecha en Alemania culpa de la izquierda por su postura belicista en Ucrania? Eso parece pensar esta articulista de CTXT.
La moral de guerra alemana erosiona la democracia
El avance imparable de Alternativa por Alemania, que ya supera en las encuestas a los socialdemócratas, es en buena parte resultado de la política belicista y de la fragmentación de la izquierda
Carmela Negrete Berlín , 28/06/2023
La ultraderecha alemana ha festejado esta semana una victoria que augura un futuro incierto para el país. En el distrito de Sonneberg, situado en el estado oriental de Turingia, en la frontera sur con Baviera, se elegía el 25 de junio al primer administrador de distrito (“landrat”, en alemán) del partido Alternativa por Alemania (AfD). El puesto, que en dicho estado se designa para los próximos seis años, se encuentra en la escala política por encima de los alcaldes, ya que en el distrito se agrupan varios pueblos. La mayor autoridad política de la zona, en la que viven unas 56.000 personas, será por tanto un político de una formación xenófoba, que niega el cambio climático, que promueve el odio en la sociedad y que, en definitiva, se encuadra en el giro fascista al que estamos asistiendo en toda Europa.
El candidato cristianodemócrata de la CDU había sido apoyado por el resto de partidos con representación en un intento de frenar la elección de los ultras. Pero el cordón sanitario no funcionó. El Gobierno alemán, por medio del portavoz de cancillería, Steffen Hebestreit, expresaba su preocupación: “El resultado no llevará a este país a nada bueno en el futuro”. AfD se dedica a “enfrentar a unos con otros y a hacer responsables a los inmigrantes de cosas de las que no lo son”, afirmó el copresidente de Die Linke, Martin Schirdewan, “tenemos que colocar en el centro de nuestra comunicación política la historia de los alemanes del Este, tanto su frustración como su desventaja social y económica, que hoy todavía existe”.
Sin embargo, la región que ha elegido al candidato del AfD no es precisamente una zona deprimida; de hecho, el paro es más bajo que en la media nacional. Lo que sí juega un papel fundamental es el miedo a perder lo que se tiene, que es algo que sí experimentaron los alemanes del Este en el pasado. Durante la reunificación, se vendieron sus empresas estatales a precios irrisorios a compradores occidentales, provocando millones de parados. En Sonneberg, la industria del vidrio depende de una fuente energética que hasta ahora era el gas barato de Rusia. Como en esta región, en el resto de la antigua Alemania del Este, las encuestas sitúan al partido AfD como primera fuerza en las próximas elecciones al Bundestag.
En 2024 se votará en tres de dichos estados y por ahora todo apunta a una victoria de la AfD. También en Turingia, donde se presenta Björn Höcke, un político al que se puede llamar fascista, como decretó un tribunal alemán, por sus ideas racistas, y que podría ser elegido candidato a canciller por la formación. Höcke deja claro siempre que puede el valor que le merece la democracia. El pasado 17 de junio afirmó que “la democracia ya solo está en el envoltorio, pero lo que hay dentro ya es algo diferente, es un estado ideológico, una sociedad transformada, una especie de pseudodemocracia”.
Segunda fuerza en intención de voto
Las posibilidades a nivel nacional no son pocas para el AfD. La primera encuesta en la que el partido ultra supera al SPD se publicó el pasado 23 de junio en la televisión pública ARD. El partido más votado sería la CDU, con un 29% de los votos, seguido de la AfD, con el 19%, y el SPD quedaría en tercer puesto, con el 17%. Una reedición del gobierno tripartito actual no sería posible. Los conservadores de la CDU junto con la AfD tendrían una amplia mayoría, aunque en Alemania, por ahora, los neofascistas están vetados por todos los partidos, que no los consideran dignos de asumir responsabilidades de gobierno. Die Linke estaría al borde de quedarse fuera del Parlamento, como ya ocurrió en las últimas elecciones, con el 4% de los votos. Paralela al ascenso de la ultraderecha en las urnas, también la violencia y los ataques de la extrema derecha han aumentado, en especial contra refugiados, como explicó la semana pasada la ministra del Interior, Nancy Faeser, del SPD.
El elefante en la habitación de los medios de comunicación, de los institutos demoscópicos y de los analistas estos días es la guerra de Ucrania. Omnipresente en el día a día alemán, mucho más que en España, y ausente sin embargo en el análisis de la victoria y los pronósticos para la AfD. Sin embargo, en el discurso del partido ultra, la guerra de Ucrania está en el centro. Hablan de que las sanciones a Rusia perjudican a la economía alemana. Y agitan el miedo a que las empresas cierren por el aumento del coste de la energía, y por tanto, de la producción. Ambas cosas están marcadas por noticias que les dan la razón. Aunque es probable que, si la AfD llegase a cogobernar, mostrase que su retórica no es más que eso en relación al conflicto ucraniano, como han hecho los fascistas de Meloni en Italia.
En Alemania, el cordón sanitario que excluye a la extrema derecha aún aguanta aunque el proceso de desnazificación tuviera luces y sombras. Tras la guerra, en la Alemania Federal hubo políticos que habían sido funcionarios del NSDAP nazi y que pasaron a otros partidos, incluido el socialdemócrata, y fueron diputados. Igual que destacados nazis ocuparon puestos de responsabilidad en las más altas instancias, incluida la Oficina para la Defensa de la Constitución, todo con la excusa de combatir al comunismo. Sin embargo, la extrema derecha ha tenido escasa representación parlamentaria desde que, en 1969, el Partido Nacionaldemócrata de Alemania (NPD), que ahora ha cambiado su nombre por el de La Patria (Die Heimat), se quedase a unas décimas de entrar en el Bundestag.
La AfD, creada en 2013, absorbió en buena medida a funcionarios y votantes del NPD, y llegó a un mayor número de electores con su discurso antieuro durante la crisis de la eurozona. Por aquel entonces, pedían bajar los salarios aún más a los españoles, agitando a la población contra los vagos países del sur, sin mencionar por supuesto que a quien se estaba salvando con los rescates era, en buena parte, a las grandes fortunas y empresas alemanas. Otro empujón le dio al partido la crisis migratoria de 2015, cuando la canciller Angela Merkel decidió acoger a cientos de miles de refugiados en el país. Movida por sus convicciones cristianas, o bien por lo que el periodista David Goeßmann describió como un movimiento táctico para impedir cerrar el espacio Schengen, y con él, el mercado de mercancías interno de la Unión, del que Alemania siempre ha sido la gran beneficiada.
El impulso ahora viene de la caída del nivel de vida derivado de la guerra en Ucrania, de la crisis energética y el aumento de los precios de producción. Y, por supuesto, de la llegada de cientos de miles de refugiados al país que se ha producido en el último año. La AfD sabe canalizar el miedo de los alemanes a la guerra y a la inflación, así como su descontento con la nefasta política energética, que critican porque niegan el cambio climático, aunque desde el punto de vista ecológico también es muy contradictoria y nociva. La quiebra de las relaciones con Rusia, en especial en el este del país, es algo que muchos alemanes no celebran, sino todo lo contrario. A ello se une la decadencia de las infraestructuras del país, que renquea en cuestiones fundamentales de digitalización, educación, transporte y sanidad, resentidas tras décadas de desgaste neoliberal. Esa insatisfacción se traduce en el discurso populista de la AfD, que promete “hacer limpieza” y “mano dura” cuando lleguen a gobernar.
En este contexto de descrédito creciente de la coalición tripartita de gobierno de socialdemócratas, verdes y liberales, la oposición cristianodemócrata recoge una parte del electorado descontento que tampoco quiere votar a la extrema derecha. La Izquierda (Die Linke) ha perdido un perfil claro por las luchas internas en torno a la cuestión de la guerra de Ucrania y el apoyo occidental, con el consecuente riesgo de una guerra peor. La única figura que planteaba una posición clara a ese respecto, Sahra Wagenknecht, tiene sin embargo muchos fans, en buena medida fuera de partido. Sus posiciones conservadoras en relación a la migración o los derechos civiles, por otro lado, no casan con las ideas de una parte de su propia formación. Una encuesta del semanario Der Spiegel le daba un 25% de los votos a un posible partido dirigido por la política, que aún no ha dejado claro si lo quiere formar, pero que ha asegurado en varias ocasiones que la situación excepcional en la que nos encontramos, al borde de un conflicto nuclear, le hacen planteárselo seriamente.
La llegada de la AfD a la política nacional –recordemos que en las penúltimas elecciones fue el tercer partido más votado– ha venido de la mano de la aparición de intelectuales de la llamada nueva derecha en torno al Instituto para la Política de Estado, así como del movimiento juvenil identitario y del movimiento contra la islamización de occidente, PEGIDA. Todos ellos han ido colocando en el debate ideas, conceptos y discursos que hasta hace unas décadas solo defendía en público una minoría insignificante. El propio ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner, advirtió este fin de semana en una conversación con ciudadanos en Weimar que Alemania “ha dificultado la llegada de aquellos que necesitamos de forma urgente, como programadores o enfermeros”. Y a continuación aseguró que se ha acogido “a aquellos que han entrado de forma irregular para aprovecharse de nuestro Estado”. Esta afirmación, además de ser mentira –la ley de extranjería se ha endurecido varias veces en los últimos años–, está al nivel del discurso de la AfD y Lindner no es, ni mucho menos, el único político con responsabilidades a nivel nacional que ha tirado del odio en los últimos tiempos.
Sin embargo, la derechización de la sociedad alemana va más allá. La guerra ha abierto la puerta a un nuevo patriotismo alemán. Algo que, por otro lado, ya se venía dibujando con el título que se le dió al ministerio del Interior “y de Protección a la Patria” en 2018. La guerra y su necesaria moral patriótica crea la necesidad de un pensamiento determinado, un concepto de patria que en Alemania, por su pasado histórico imperial agresivo, hasta ahora se había mantenido en el ámbito privado.
“Un ‘nosotros’ se encuentra con una moral patriótica luchando contra el mal y por el bien”, escribe Norbert Wohlfahrt, profesor de Ciencias Sociales de la Uninversidad Evangélica de Lippe. “Hacerse a un lado no es posible aquí, no hay ninguna disidencia pacifista o derrotista posible”, reza la contraportada de su libro, El avance de la moral de guerra alemana, que acaba de publicar. “En el discurso público, desde el Zeitenwende, el compromiso con esta línea ha sido una condición de admisión. No se puede tolerar el rechazo, la distancia o la ‘fatiga de guerra”, escribe parafraseando a la ministra de Exteriores, Annalena Baerbock. Este discurso centrado en el patriotismo solo puede favorecer a la AfD, que lleva una década con esa cantinela. El proyecto de rearme alemán, que pretende llegar a ser la tercera potencia militar mundial, a la vista del avance de la extrema derecha, debería hacer plantearse al resto de países del entorno europeo si de verdad quieren que Alemania, como ella misma ha escrito en su Estrategia de Seguridad hace dos semanas, asuma un papel líder en las cuestiones de la guerra en Europa.
Al respecto, una cita del libro Dignidad y Resistencia, del filósofo Heleno Saña, publicado en alemán en 2007: “La interminable historia de estrecheces de miras teutónicas, su prepotencia, su racismo ciego y un largo etcétera de rasgos de carácter negativos continúa felizmente. Los nazis vuelven a marchar por las ciudades alemanas, con permiso expreso de los tribunales y escudados y resguardados de los manifestantes antifascistas por la policía. Si los alemanes no logran defenderse de este desarrollo fatal, este país tendrá que prepararse para días incómodos. El mundo, en general, ha tratado con amabilidad a la Alemania de la posguerra. Pero no se ha olvidado nada”.
5. ¿Peligro nuclear?
Es posible que no sea más que propaganda por ambas partes, pero llevamos mucho tiempo oyendo hablar de un posible ataque ucraniano o de falsa bandera ruso en la central nuclear de Zaporizhie y también se habló durante tiempo de acabar con Nord Stream, volar el puente de Kerch y destruir la presa de Nova Kakhovka, y todos sabemos cómo terminaron esas amenazas. Y sabemos que los ucranianos han bombardeado en numerosas ocasiones la central. ¿Es posible que den un paso más allá haciéndolo con misiles más potentes y alguna «bomba sucia», por ejemplo? Es posible que esta próxima semana lo sepamos.
Así lo ven varios tuiteros prorusos. Un ejemplo: https://twitter.com/
Durante los próximos 10 días, el régimen de Kiev va a lanzar todo lo que tiene en reserva, alrededor del 70% de la fuerza ofensiva, contra las líneas defensivas rusas, en múltiples ejes a la vez.
Zelenskiy tiene que mostrar algún «retorno de la inversión» a sus amos de la OTAN para la gran Cumbre de la OTAN del 11 de julio 1/-.
^ 2/- Prepárate para que puedan romper y superar algunas defensas rusas. Las tropas rusas se verán obligadas a retirarse en algunos lugares. Tanto en el este como en el sur. Los flancos de Bakhmut en particular. Posiblemente una retirada de la orilla izquierda del Dnepr.
^ 3/- Un ataque contra Energodar y ZNPP a través del embalse vacío y la falsa bandera nuclear se ve más probable desde el encuadre narrativo del régimen para sentar las bases para culpar a Rusia. El objetivo sería congelar y/o «internacionalizar» el conflicto si fracasa la ofensiva.
^ 4/- Esto podría proporcionar un pretexto para la intervención directa de Occidente con EE.UU., Polonia, el Reino Unido, Rumania y los países bálticos enviando tropas a Ucrania occidental como «fuerzas de paz».
^ 5/- En última instancia, cualquier avance territorial que consiga el régimen de Kiev en las próximas 2 semanas de renovado empuje ofensivo se producirá sólo con un desgaste demoledor. Será insostenible en términos de proyectiles, equipo y hombres. No logrará los objetivos de «dividir el puente terrestre».
^ 6/- Y después de que la ofensiva del régimen de Kiev/OTAN se haya agotado y abatido, posiblemente atascada y extendida profundamente en las líneas defensivas rusas, Rusia utilizará sus grandes reservas de espera para pasar a la contraofensiva. ¿Se puede decir caldero?
^ 7/- En ese momento, la bandera falsa de la ZNPP y la intervención directa de la OTAN o la rampa de salida es realmente todo lo que quedará. O Kiev podría ir puramente a la defensiva con un apoyo reducido de la OTAN durante un año o dos.
Otro ejemplo de un tuitero austríaco muy popular entre los prorrusos:
Ante el tuit de un NAFO que dice que son los rusos los que han minado y la volarán pronto:
https://twitter.com/GeromanAT/
No
Ucrania bombardeará el depósito de residuos con misiles, tal vez incluso llenos de residuos nucleares, también conocidos como bombas sucias.
No vamos a ver una gran fusión – sino una radiación más alta – y se echará la culpa a los rusos.
Ocurrirá a finales de la próxima semana.
Que conste que el propio director de la IAEA cree que las acusaciones de Ucrania de que los rusos han minado la central no son ciertas:
https://twitter.com/ (el vídeo es algo más extenso que estas frases entresacadas)
P: Zelensky afirma que Rusia trasladó vehículos con explosivos a la central nuclear y minó los estanques de refrigeración. ¿Lo ha visto su equipo sobre el terreno?
Grossi: Nunca discutiría con el Presidente de Ucrania… Puedo decir que estuve allí y no vi este tipo de acontecimientos. Nuestros equipos están allí e informan a diario.
Pero algunos indicios inquietantes de que Ucrania podría estar preparando algo:
En los territorios controlados por Ucrania, adyacentes a la central nuclear de Zaporozhye, se están llevando a cabo ejercicios a gran escala del Ministerio del Interior de la Policía Nacional sobre escenarios de una catástrofe nuclear en la central.
Puede ser propaganda rusa, pero se habla de que los ucranianos planean una posible evacuación de Nikopol, la ciudad en manos ucranianas más cercana a la central:
Ucrania se prepara para evacuar a los habitantes de Nikopol, en la región de Dnepropetrovsk, situada a 16 kilómetros de la central nuclear de Zaporozhye.
Los medios de comunicación ucranianos publicaron documentos que confirman los planes de la junta de Kiev.
En el país de Chernobyl, el ministro de sanidad dice que un accidente nuclear no es para tanto. Y total, si se produce la catástrofe, a Kiev no va a llegar, dice el ministro…
Los habitantes de Kiev no sentirán las consecuencias en caso de accidente en la central nuclear de Zaporozhye, declaró el ministro de Sanidad ucraniano, Viktor Lyashko, en la televisión ucraniana.
Según Lyashko, la tarea fundamental es «hacer todo lo posible para prevenir» las emergencias en la central. El ministro también instó a no crear pánico ni excitación artificial. Añadió que el Ministerio de Sanidad ha desarrollado algoritmos de actuación y probado sistemas de alerta que funcionarán en caso de accidente.
En antena, Lyashko también admitió que es imposible proteger a toda la población durante un accidente radiactivo. Según él, las personas que viven en la posible zona afectada ya han recibido medicamentos para proteger la glándula tiroides.
Continúan las declaraciones de las autoridades ucranianas sobre las posibles consecuencias de la explosión de la central nuclear de Zaporizhzhya.
En Kiev se han instalado sensores adicionales para medir el nivel de radiación. Dos nuevos dispositivos se instalaron en los distritos de Goloseevsky y Svyatoshinsky, según informó Alexander Vozniy, director del Departamento de Protección del Medio Ambiente de la Administración Estatal de la ciudad de Kiev.
Así, actualmente funcionan en Kiev siete sensores que transmiten información sobre el nivel de radiación en tiempo real a la aplicación Kiev Digital.
6. Fragmento del Decrecimiento: del qué al cómo.
Sí o sí, este será uno de los libros que compre ahora cuando vaya para España. Os pasé el otro día un vídeo de uno de sus autores comentándolo -que no tuvo ningún comentario-. Sigo mi campaña de promoción con este fragmento que han publicado en Climática – La Marea.
Avance editorial: ‘Decrecimiento: del qué al cómo’ – Climática
7. A Lula no le ofende que le llamen comunista.
Tampoco dice claramente que lo sea, pero algo es algo…
https://twitter.com/ (vídeo subtitulado en inglés)
LULA: Nos acusan de comunistas, como si eso nos ofendiera. No nos ofende.
Nos ofenderíamos si nos llamaran nazis, neofascistas, terroristas. Pero nunca comunista, socialista. Eso no nos ofende. Muchas veces nos enorgullece. Y muchas veces sabemos que merecemos que nos llamen así».
8. Que las escuche Txapote
Va a resultar que es verdad que todo es ETA. ¡Hasta el K-Pop! Un grupo de chicas de pop coreano, que no conozco, aunque creo que no importa mucho porque son todos iguales, ha lanzado el teaser de su nuevo disco y ha provocado una cierta estupefacción, porque se títula ETA. No sé en coreano, pero en inglés esas siglas se suelen utilizar en términos militares o policiales para «Estimated Time of Arrival», tiempo estimado de llegada, pero tanto la tipografía del título en el vídeo como los nombres citados parecen apuntar a algo peor. Quizá sea como cuando Boney M cantaron al Lute, y no sepan muy bien de qué hablan, pero en El Español se han apresurado a escandalizarse.
Nuevo escándalo en el K-Pop: NewJeans, acusado por apología del terrorismo en su nueva canción ‘ETA’
La formación del país asiático anuncia el lanzamiento de una nueva canción con un título que ha provocado múltiples especulaciones.
30 junio, 2023 17:19
Alberto G. PalomoTienen entre 15 y 19 años. Sus rostros lucen la inocencia y el lustre de la juventud. Cantan al amor, a las cuitas sentimentales, a la búsqueda de una identidad en proceso. Y, quizás lo más importante para esta historia: han nacido en Seúl, la capital de Corea del Sur. Es decir, a unos 10.000 kilómetros de Euskadi.
Un dato que no hace más que acrecentar el misterio. ¿Por qué una banda de música asiática ha levantado una polvareda en España? Mirando sus estilosas coreografías o sus poses chiclosas poco se podría averiguar de esta incipiente polémica. Las cinco chicas que integran el grupo -Minji, Hanni, Haerin, Danielle y Hyen- congregan a millones de personas en sus conciertos o viendo sus vídeos.
Y en las redes, esa herramienta de promoción, exposición y difusión de su producto, rara vez bajan los likes del millón y medio. Da igual que presenten una nueva línea de ropa de marcas multinacionales o que posen con purpurina y mirada angelical. Es precisamente en esta esfera donde se ha agitado el avispero y han saltado las dudas.
¿Por qué? El anuncio de una de sus próximas canciones. El 21 de julio, NewJeans publica un tema y el nombre, ojo, es algo que no ha pasado desapercibido: ETA. Así, en mayúscula, sin adornos, sin paréntesis con más texto. Elección curiosa, no solo por el significado en estos lares, sino por lo inusual entre su propia discografía: la banda del denominado K-Pop, o pop coreano, suele tirar de títulos escuetos, generalmente sin muchas connotaciones. Get up (levántate), Attention (cuidado) o Cookie (galleta) son tres ejemplos.
Viniendo, además, de una industria poco dada a lo político, y con un año de trayectoria, el dato es todavía más curioso. Compañeras de sello con otro fenómeno internacional de este estilo como BTS, NewJeans no tendría por qué dirigirse tan explícitamente a una parte tan enraizada a la sociedad española (a pesar de que su primer videoclip está grabado en Girona).
Por eso, cuando se publicó el nombre del single, las especulaciones hablaban de posibles coincidencias. Quizás se trataba de una romanización del coreano que significara cualquier cosa inocua. O las siglas de una fórmula como Estimated Time of Arrival (tiempo estimado de llegada). Sin embargo, la intriga ha ampliado cuando han sacado un cartel y un avance de la canción.
No solo las letras tienen una tipografía que se denomina habitualmente «vasca» o «euskara», muy característica de la región, sino que están acompañadas de tres nombres: Eva, Mikel, María. Es decir, posibles nombres de algunos líderes de la banda terrorista con el acrónimo de Euskadi Ta Askatasuna.
En orden, Eva podría hacer alusión a la hija de José Larrañaga, apodado Txiki’, a quien ETA asesinó el día de Nochebuena de 1984. O hay quien menciona a Eva Forest, escritora y activista de antifranquista, ligada a la izquierda aberzale. Mikel puede referirse a Mikel Antza, uno de los máximos dirigentes del grupo terrorista. Su mujer, María Soledad Iparraguirre (probablemente la María del cartel), también era una integrante de la banda, y se le atribuye la participación en el asesinato de Carrero Blanco, en diciembre de 1973.
Aparte, hay otros elementos interesantes. Los escasos segundos del teaser muestran un coche en la oscuridad, algo que encaja con el método de ETA, organizando en la sombra sus acciones o trasladándose de noche para evitar ser detenidos. La fecha del lanzamiento, 21 de julio, coincide con algunos atentados de la banda, como el de dos miembros del ejército en 1978.
La elección, no obstante, ha tenido una enorme reacción en redes. «Es absolutamente repugnante publicar cualquier cosa que rodee a un grupo terrorista. No es culpa de las chicas, pero sus productores y gerentes deben ser despedidos y educados sobre este tema«, opina uno en inglés. «Para la gente que dice que ETA son solo siglas y que no deberían cambiar el nombre de la canción, me gustaría ver si pasaría lo mismo si lo llamasen Hitler o Franco«, indica otro.
«Cambien el nombre de la canción, ya que representa algo inapropiado. A todos nos encantan las NewJeans y queremos apoyar su nuevo álbum, pero el título de esta canción es algo que no se puede ignorar», apunta una tercera usuaria. «Las chicas deberían tener un regreso divertido sin boicotear ni recibir odio, por su seguridad», añade, dirigiéndose a la compañía: «HYBE, ADOR y Min Hee Jin, piensen en la seguridad y el éxito de las chicas en el nuevo álbum y no lancen esta canción con este título. ETA es un grupo terrorista español».
Este escándalo no es nuevo. Al K-Pop le rodean desde sus inicios (con el Gangnam Style como punta de lanza de su universalización) noticias de acosos sexuales, de posesión de drogas o de rupturas inesperadas. Ahora se le suma el de posible enaltecimiento de terrorismo. Se ignora si habrá modificación y el fin del misterio puede que se resuelva el 21 de julio. Hasta entonces, hay tiempo de revisar todos los vídeos de estas cándidas adolescentes y tratar de adivinar en qué momento se convirtieron en la kale borroka.
9. Los fachas estadounidenses se han cansado de la guerra en Ucrania
O eso parece por el tratamiento que le dieron recientemente a Lindsay Graham en Carolina del Sur, su estado natal. No tengo muy claro por qué los fachas hacen a veces lo que hacen, pero en este caso parece claro que es por la postura totalmente proguerra de este halcón. Solo espero que con su acendrado gusto por las armas, alguno de ellos pase de los abucheos a los hechos. https://twitter.com/DC_Draino/
10. Pepe Escobar sigue con la asonada.
Parece haber decidido que era básicamente una maskirovka, una operación psicológica del Kremlin. Sinceramente, no lo creo.
A Matryoshka of Psyops: And why General Armageddon is not going anywhere — Sott.net
Una Matrioska de Psyops: Y por qué el General Armagedón no va a ninguna parte
Pepe Escobar
Cultura Estratégica
Vie, 30 Jun 2023 18:13 UTC
El secreto de una operación psicológica perfecta es que nadie la entiende realmente.
Una operación psicológica perfecta cumple dos tareas: deja al enemigo aturdido y confuso al tiempo que logra una serie de objetivos muy importantes.
Ni que decir tiene que, más pronto que tarde, deberíamos ver surgir los verdaderos objetivos de la jugada estratégica en Rusia que describí como El día más largo.
El Día Más Largo puede o no haber sido una operación psicológica más grande que la vida.
Para despejar la niebla, empecemos con un repaso a los sospechosos habituales de ser los «ganadores».
El primero es, sin duda, Bielorrusia. Gracias a la inestimable mediación del viejo Luka, Minsk cuenta ahora con el ejército más experimentado del mundo: los músicos de Wagner, maestros de la guerra convencional (Libia, Ucrania) y no convencional (Siria, República Centroafricana).
Eso ya está infligiendo el Miedo del Infierno en la OTAN, que de repente se enfrenta en su flanco oriental a un ejército superprofesional, muy bien equipado, e incontrolable de facto, y encima acogido por una nación dotada ahora de armas nucleares.
Simultáneamente, Rusia apuntala la disuasión en su frente occidental. Como un reloj, eso está llevando a la OTAN a invertir en presupuestos militares cada vez mayores (con fondos que no tiene). Ese proceso resulta ser un pilar clave de la estrategia rusa desde al menos marzo de 2018.
Y como bonus extra Rusia crea una amenaza 24/7 a todo el frente norte de Kiev.
No está mal para un «motín».
El baile de los oligarcas
Mucho más compleja es la dinámica interna de Rusia. Las difíciles decisiones actuales y posteriores de Putin pueden conllevar una pérdida de popularidad unida a una pérdida de estabilidad interna, dependiendo de cómo se presenten a la opinión pública rusa las victorias estratégicas definidas por el Kremlin.
Independientemente de lo que digan los medios de comunicación de la OTAN, la explicación oficial del Kremlin para el 24 de junio se reduce a una manifestación de Prighozin: sólo estaba tratando de agitar las cosas.
Pero es mucho más complicado. Hubo ganancias estratégicas, por supuesto, y Prighozin parece haber seguido un guión muy arriesgado que al final favorece a Moscú. Pero aún es pronto para saberlo.
Una subtrama clave es cómo se desarrollará el Baile de los Oligarcas. Los medios de comunicación independientes rusos ya esperaban que algunos actores -traidores-, incluidos funcionarios del Estado, compraran su billete de ida cuando las cosas se pusieran difíciles (o que dijeran que estaban «enfermos», o que se negaran a responder a llamadas importantes). La Duma -alimentada por el FSB de Bortnikov- ya está elaborando una lista considerable.
El sistema ruso -y también la sociedad rusa- ven a gente como ésta como supremamente tóxica: de hecho, mucho más peligrosa que la demshiza (término que mezcla «democracia» y «esquizofrenia», aplicado a los neoliberales globalistas).
En el frente militar, la cosa se complica aún más. Putin ha encargado al ministro de Defensa, Shoigu, que elabore la lista de generales que serán ascendidos tras El Día Más Largo. Por decirlo suavemente, para bastantes personas, de muy diversas tendencias, Shoigu se ha convertido en un elemento tóxico en la política rusa.
Wagner -rebautizado y bajo nueva dirección- seguirá sirviendo a los intereses de Rusia a través de Minsk, incluso en África.
El viejo Luka, astuto como siempre, ya ha declarado firmemente que no habrá ninguna provocación contra la OTAN a través de Wagner. No se abrirán oficinas de reclutamiento de Wagner en Bielorrusia. Los bielorrusos podrán unirse a Wagner directamente. Tal y como están las cosas, la mayoría de los combatientes de Wagner siguen en Lugansk.
A efectos prácticos, a partir de ahora el gobierno ruso no tendrá nada que ver, ni militar ni financieramente, con Wagner.
Además, no hay armas pesadas que confiscar. Ya el lunes 26 de junio, Wagner había trasladado sus armas pesadas a Bielorrusia. Lo que quedaba -y no había sido trasladado durante El día más largo- fue devuelto al Ministerio de Defensa (MoD).
El baile de los generales
Un claro ganador en todo el proceso es la opinión pública rusa: lo dejaron gráficamente claro en Rostov. Todo el mundo apoyaba al mismo tiempo a Putin, a los soldados rusos, a Wagner y a Prighozin. El objetivo general era mejorar el ejército ruso para ganar la guerra. Así de sencillo.
La purga dentro del Ministerio de Defensa será dura. Con el pretexto de la represión o la «rebelión», los generales de opereta» (como los define el propio Putin) que no entrenaron adecuadamente a sus soldados, no organizaron bien la movilización o fueron incompetentes en la batalla, serán definitivamente destituidos.
El problema es que todos forman parte del círculo de Gerasimov. Por decirlo diplomáticamente, tiene que responder a muchas preguntas serias.
Y eso es lo que nos lleva a la monstruosa noticia falsa de que «el general Armageddon ha sido detenido», que todo el universo informativo de NATOstan repite alegremente como loros.
El general Surovikin recibió a Prighozin en Rostov, pero nunca fue cómplice de la «rebelión». El Viceministro de Defensa Yevkurov también estuvo en el Cuartel General de Rostov y recibió a Prighozin junto a Surovikin. Yevkurov pudo haber desempeñado el papel de observador estratégicamente situado.
El culebrón de la rebelión de Prighozin comenzó de facto en febrero, y no se hizo nada para detenerlo. Independientemente de que se comparta o no la versión oficial.
Lo que esto implica es que el Estado ruso lo vio venir. ¿Hace eso que El día más largo sea la madre de todas las Maskirovskas?
Una vez más: es complicado. A diferencia del Occidente colectivo, Rusia no practica ni impone la cultura de la cancelación. Wagner estaba protegido por la ley marcial. Cualquier insulto contra un «músico» que luche contra el Banderistán neonazi se castigaría con hasta 15 años de cárcel. Cada combatiente de Wagner es oficialmente un Héroe de Rusia, algo que el propio Putin siempre subrayó.
En el frente maskirovka, no hay duda de que las tensiones latentes en los círculos militares rusos antes de El día más largo fueron manipuladas, al estilo de la niebla de guerra, para desorientar al enemigo. Funcionó a las mil maravillas. El fatídico 24 de junio, Surovikin dirigía una guerra y no se pasaba el día bebiendo brandy con Prighozin.
El eje OTANstan se está agarrando a un clavo ardiendo. Ha bastado un rumor relacionado con Surovikin para que entren en éxtasis, lo que demuestra una vez más hasta qué punto temen al general Armagedón.
Un vector clave es cómo considera la opinión pública a Surovikin en comparación con los «generales de opereta» supervivientes.
Construyó la ahora legendaria defensa de tres capas que ya está enterrando la «contraofensiva». Introdujo en el campo de batalla los drones iraníes Shahed-136, de gran éxito. Y organizó la devastación de la picadora de carne en Bakhmut/Artemyovsk, que ya ha entrado en los anales militares.
Ya en el otoño de 2022, fue el general Armageddon quien dijo a Putin que las fuerzas rusas no estaban preparadas para una ofensiva a gran escala.
Así que, independientemente de lo que inventen los quintacolumnistas, el general Armadeggon no se va a ninguna parte, excepto a ganar una guerra. Y Rusia no «abandona» África. Al contrario: un Wagner rebautizado está allí para quedarse, y permanece en marcación rápida en varias latitudes.
La tendencia, a corto plazo, parece apuntar a un -enrevesado- drenaje del pantano militar ruso. El día más largo parece haber galvanizado a los rusos de todas las tendencias para que identifiquen quién es el verdadero enemigo y cómo derrotarlo, cueste lo que cueste.
«Nada ocurre por casualidad»
El historiador Andrei Fursov, reviviendo a Roosevelt, observó que «en política, nada ocurre por casualidad. Si ocurre, seguro que estaba previsto».
Pues bien, Maskirovska cabalga de nuevo.
Sin embargo, el principal problema al que se enfrenta Rusia no es el Hegemón y la OTAN: es interno.
Basándonos en conversaciones con analistas rusos, y en sus impresiones de personas muy agudas que vivieron en Rusia, Ucrania y Occidente, sería posible identificar básicamente cuatro grupos principales que tratan de imponer su idea de Rusia.
1. La banda «De vuelta a la URSS». Incluye, por supuesto, a algunos antiguos miembros del KGB. Cuentan con cierto apoyo de la población en general. Una gran cantidad de especialistas educados (profesionales de la vieja escuela, en su mayoría en edad de jubilación). Este proyecto sugiere una revolución – un 1917 con esteroides. ¿Pero dónde está Lenin?
2. La gente de «Volver al Zar». Eso implicaría a Rusia como la «Tercera Roma» y un papel destacado para la Iglesia Ortodoxa. Con grandes fondos detrás. Un gran interrogante es cuánto apoyo popular, especialmente en la Rusia «profunda», tienen realmente. Este grupo no tiene nada que ver con el Vaticano – que está vendido al Gran Reset.
3. Los Saqueadores – como en robar a Rusia a ciegas en favor del Hegemón. Congrega a los quintacolumnistas, y a todo tipo de «neoliberales totalitarios» adoradores de los «valores» del Occidente colectivo. Los restantes pronto recibirán una llamada a la puerta por parte del FSB. Su dinero ya está bloqueado.
4. Los euroasiáticos. Este es el proyecto más factible, en estrecha colaboración con China y con el objetivo de un mundo multipolar. Aquí no hay lugar para los oligarcas rusos. Sin embargo, el grado de colaboración con China sigue siendo muy discutible. La verdadera cuestión candente: ¿cómo integrar realmente, en la práctica, la Iniciativa de la Franja y la Ruta con la Asociación para la Gran Eurasia?
Esto es sólo un esbozo, abierto al debate. Es posible que los tres primeros proyectos no funcionen, por una serie de razones complejas. Y el cuarto aún no ha cobrado suficiente fuerza en Rusia.
Lo que es seguro es que todos ellos luchan entre sí. Ojalá el actual drenaje del pantano militar sirva también para despejar el cielo político.
11. Novedades desde Globetrotter: Vijay Prashad: Por qué Turquía y Hungría están bloqueando el ingreso de Suecia en la OTAN
Titular: Por qué Turquía y Hungría están bloqueando el ingreso de Suecia en la OTAN
Por Vijay Prashad
Biografía del autor: Este artículo fue producido para Globetrotter. Vijay Prashad es un historiador, editor y periodista indio. Es miembro de la redacción y corresponsal en jefe de Globetrotter. Es editor en jefe de LeftWord Books y director del Instituto Tricontinental de Investigación Social. También es miembro senior no-residente del Instituto Chongyang de Estudios Financieros de la Universidad Renmin de China. Ha escrito más de 20 libros, entre ellos The Darker Nations y The Poorer Nations. Sus últimos libros son Struggle Makes Us Human: Learning from Movements for Socialism y The Withdrawal: Iraq, Libya, Afghanistan, and the Fragility of U.S. Power (con Noam Chomsky).
Fuente: Globetrotter
Los días 11 y 12 de julio de 2023, los 31 miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) celebrarán su cumbre anual en Vilna, Lituania. Para preparar la cumbre, el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, se reunió con el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, para tratar el orden del día de la cumbre. Hablaron de la importancia del apoyo occidental a Ucrania “a largo plazo” y Stoltenberg dijo a Biden que “espera dar la bienvenida a Suecia como miembro de pleno derecho de la OTAN lo antes posible”.
En su conferencia de prensa conjunta del 13 de junio, ni Biden ni Stoltenberg mencionaron nada sobre el ingreso de Ucrania en la OTAN, aunque ambos esperaban que Suecia se convirtiera en miembro, “ojalá… muy pronto”, como dijo Biden. A pesar de los ruidos en el Bundestag alemán por parte de los miembros demócrata-cristianos – como la insistencia de Roderich Kiesewetter – para que Ucrania entre en la OTAN, no parece que por el momento estén los ánimos para esto, y menos aún por parte del Canciller alemán Olaf Scholz, que se muestra muy cauto. Alemania se muestra reacia a permitir la entrada de Ucrania en la OTAN durante una guerra, pero no tiene ningún problema – en principio – con el ingreso de Ucrania en la OTAN. Con Suecia, el tablero es mucho más complicado.
Finlandia se une, pero no Suecia
En mayo de 2022, Finlandia y Suecia solicitaron su ingreso en la OTAN, una alianza militar que en ese momento contaba con treinta países (el último en ingresar fue Macedonia del Norte en 2020). En aquel momento, Stoltenberg dijo de las solicitudes: “Es estupendo veros a los dos”. De hecho, era de esperar que estas solicitudes se tramitaran por la vía rápida y que los cuatro Estados escandinavos entraran en el campo militar de la OTAN. Noruega y Dinamarca fueron miembros fundadores en 1949 (la adhesión de Dinamarca fue especialmente necesaria para que los Estados Unidos pudieran construir en 1951 una enorme base en la Groenlandia colonizada por los daneses: la Base Espacial de Pituffik, la base militar norteamericana más septentrional, desplazando a la población inuit local).
Poco menos de un año después, el 4 de abril de 2023, la OTAN dio la bienvenida a Finlandia. “El ingreso en la OTAN es bueno para Finlandia”, declaró Stoltenberg. “Es bueno para la seguridad nórdica, y es bueno para la OTAN en su conjunto”. Finlandia comparte una larguísima frontera (832 millas) con Rusia, la más larga de cualquier Estado de la Unión Europea o de la OTAN. Al ingresar en la OTAN, Finlandia ha duplicado la frontera OTAN-Rusia. Finlandia comenzó a construir una valla fronteriza a lo largo de las “zonas de mayor riesgo”, especialmente donde los migrantes rusos podrían intentar cruzar. Las redes sociales finlandesas se burlaron de las imágenes de la valla publicadas por la Guardia de Fronteras, afirmando que sólo servía para detener caballos; la “valla no es para caballos”, respondió el teniente coronel Jukka Lukkari.
En la ceremonia de bienvenida a Finlandia a la OTAN, el Presidente de Finlandia, Sauli Niinistö, dijo que la adhesión de su país “no está completa sin Suecia”. A su lado, Stoltenberg, de la OTAN, dijo: “Espero dar también la bienvenida a Suecia lo antes posible”.
¿Por qué no se admitió a Suecia en la alianza militar occidental? En 1949, cuando se creó la OTAN, el principio de toma de decisiones adoptado por los miembros fue el del “consenso”, lo que significa que todos los países deben estar de acuerdo con cualquier decisión; esta toma de decisiones por consenso se aplica especialmente a la cuestión de la adhesión. Dos miembros de la OTAN – Hungría y Turquía – ratificaron la entrada de Finlandia en la OTAN, pero bloquearon la de Suecia. El hecho de que permitieran a la OTAN dar la bienvenida a Finlandia, que – a diferencia de Suecia – tiene frontera directa con Rusia, demuestra que no es la guerra de Ucrania lo que preocupa a estos dos países. Tienen otros problemas, directamente con Suecia.
El problema de Suecia
En una rueda de prensa en Washington con el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, y Stoltenberg, de la OTAN, Vivian Salama, del Wall Street Journal, preguntó: “¿Les preocupa que Turquía se esté convirtiendo cada vez más en un aliado perturbador?”. Tanto Blinken como Stoltenberg eludieron la pregunta, lo que llevó a Kylie Atwood, de la CNN, a preguntar directamente por el ingreso de Suecia en la OTAN. Stoltenberg señaló oblicuamente la preocupación de Turquía por la presencia del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en Suecia. “Todos los aliados de la OTAN están, por supuesto, dispuestos a sentarse y abordar esas preocupaciones, incluidas las amenazas que el PKK representa para Turquía”, dijo Stoltenberg.
En 2009, cuando Suecia ocupaba la presidencia del Consejo de Europa, el entonces primer ministro Fredrik Reinfeldt prometió guiar a Turquía hacia la Unión Europea. En aquel momento, las relaciones eran sólidas. La guerra de Turquía en los últimos años contra las minorías kurdas en el sureste del país y en el norte de Siria despertó a la comunidad kurda exiliada en Suecia. Las protestas en Estocolmo han molestado al presidente turco Recep Tayyip Erdogan, que ha llamado en repetidas ocasiones al embajador sueco en Ankara para quejarse de estas protestas. Cuando el Comité Rojava de Suecia quemó una efigie de Erdogan, el ministro sueco de Asuntos Exteriores, Tobias Billström, escribió en Twitter: “Retratar a un presidente elegido popularmente como ejecutado frente al Ayuntamiento es aborrecible”. Esta declaración no fue suficiente. El primer ministro sueco, Ulf Kristersson, dijo que su país tenía leyes “antiterroristas” débiles y que su Gobierno estaba en conversaciones con Ankara para ver qué se podía hacer.
De camino a Azerbaiyán, el 14 de junio, Erdogan descartó la posibilidad de que se permitiera a Suecia entrar en la OTAN en julio.
En mayo de 2023, el presidente de Hungría, Viktor Orban, viajó a Doha para asistir al Foro Económico de Qatar. Se le preguntó por qué su alianza gobernante, Fidesz-KDNP, que domina el Parlamento (135 de 199 escaños), se niega a ratificar la entrada de Suecia en la OTAN. Orban dijo sin rodeos que no daría marcha atrás porque “Suecia expresa injustamente una opinión perjudicial sobre la situación de la democracia y el Estado de Derecho en Hungría”. Suecia no está sola en estas preocupaciones, expresadas con mucha firmeza por trece intelectuales húngaros en un impactante libro (“Igazságosság–demokrácia–fenntarthatóság”) el año pasado.
Orban estaba muy molesto con Suecia por su apoyo a un informe parlamentario de la Unión Europea de septiembre de 2022 que describía el sistema político húngaro como “un régimen híbrido con autocracia parlamentaria”. A menos que Suecia revoque esta actitud, dice Budapest, no le permitirá entrar en la OTAN.