DEL COMPAÑERO Y MIEMBRO DE ESPAI MARX, CARLOS VALMASEDA.
ÍNDICE
1. Los levantamientos de la Generación Z.
2. No Kings desde Sudáfrica.
3. La victoria de Huawei: Proyecto Eliminar a Estados Unidos.
4. La situación económica mundial.
5. Malas noticias para Ucrania.
6. El tercer lugar.
7. Del capitalismo verde a la motosierra.
8. La evolución ideológica y política de Colletti.
9. Resumen de la guerra en Palestina, 24 de octubre de 2025.
1. Los levantamientos de la Generación Z.
También Prashad analiza en su último boletín las recientes movilizaciones de los jóvenes del Sur Global.
https://thetricontinental.org/es/newsletterissue/boletin-gen-z-rebelion/
Boletín Semanal
Siete tesis sobre los levantamientos de la Generación Z en el Sur Global | Boletín 43 (2025)
Los estallidos de la Gen Z en el Sur Global revelan crisis profundas provocadas por el neoliberalismo. Aunque suelen ser cooptados, su energía confronta un sistema fallido. ¿Puede esta fuerza encauzarse hacia un horizonte progresista?
23 de octubre de 2025
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Guillermo Grebe (Chile), Muro sagrado de la dignidad, 2021.
Queridas amigas y amigos,
Saludos desde las oficinas del Instituto Tricontinental de Investigación Social.
Los muros de Santiago, la ciudad donde vivo en Chile, conservan los grafitis descoloridos del estallido social de 2019. Años después, esas consignas aún se desbordan por las veredas, desde “Nos quitaron tanto que nos quitaron hasta el miedo” hasta “No son 30 pesos, son 30 años”. Ambas consignas aluden a los 30 años de austeridad neoliberal impuesta al pueblo chileno, que incluyeron un alza de 30 pesos en el precio de los boletos de metro y recortes profundos en el sistema de bienestar social del país.
El estallido fue liderado por estudiantes de secundaria nacidxs entre los años 2001 (18 años) y 2005 (14 años), que forman parte de la Generación Z o “Gen Z”. Sin embargo, este término impuesto al mundo por los grandes medios de comunicación a menudo borra la complejidad social y la especificidad nacional de estas rebeliones. Aun así, vale la pena explorar este término y el concepto de “generación”.
Las protestas en Chile, que eventualmente atrajeron a todos los grupos de edad y deslegitimaron al gobierno de derecha de Sebastián Piñera, no fueron un caso aislado. Las personas jóvenes nacidas en esta época lideraron protestas en todo el mundo, incluidas movilizaciones masivas contra una violación grupal en Delhi, India (2012); la campaña March for Our Lives [Marcha por Nuestras Vidas] contra la violencia armada en Estados Unidos (2018) y la campaña Fridays for Future [Viernes por el Futuro] contra la crisis climática (2018), iniciada por la activista sueca Greta Thunberg (nacida en 2003 y recientemente torturada por el Gobierno israelí). El estallido chileno fue seguido por la huelga nacional en Colombia en 2021, la Aragalaya [lucha] en Sri Lanka en 2022 y el auge de las protestas en Nepal a comienzos de este año, que culminó con la renuncia del Gobierno de centroderecha. En todos estos casos, lo que comenzó como una indignación moral ante un hecho concreto se transformó en una crítica a un sistema incapaz de garantizar la reproducción de la vida para la juventud.
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Joseph Mbatia Bertiers (Kenia), A Week before the Elections [Una semana antes de las elecciones], 2007.
El concepto de generación fue desarrollado hace un siglo por el académico alemán Karl Mannheim en su ensayo El problema de las generaciones (1928). Para Mannheim, una generación no se definía por la época en que había nacido un grupo, sino por su soziale Lagerung [ubicación social]. En términos políticos, una generación surge cuando experimenta cambios rápidos y disruptivos que la llevan a reencontrarse con la tradición a través de nuevos Kulturträger [portadores culturales], personas e instituciones que transmiten la cultura y se convierten en una fuerza activa para el cambio social. Esto dista mucho de la manera en que, después de la Segunda Guerra Mundial, las generaciones se transformaron en una tipología de mercado (baby boomers, Generación X, Generación Y, etc.). Mannheim concebía a las generaciones como fuerzas para el cambio social, mientras que la cultura neoliberal las redujo a “segmentos” dentro de sus estrategias de creación de marcas.
El término Gen Z se ha utilizado en descripciones de protestas que tienen lugar desde Los Andes hasta el sur de Asia, donde la juventud, frustrada por las limitadas posibilidades de avance social, salió a las calles para rechazar un sistema fallido. Algunos elementos de la teoría de Mannheim se manifiestan en estos procesos. Es cierto que las fuerzas imperialistas intervienen con frecuencia para provocar y moldear estas protestas, pero sería inexacto considerarlas únicamente como el producto de una intervención externa. Existen factores sociológicos internos que deben analizarse para comprender estas “protestas de la Generación Z”. Muchas de ellas son impulsadas por una serie de procesos superpuestos que emergen del contexto nacional, y a la vez están condicionadas por la coyuntura internacional. En este boletín, proponemos siete tesis para comenzar a comprender estos desarrollos y quizás canalizarlos en una dirección progresista.
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Muvindu Binoy (Sri Lanka), Protest in Colour IV [Protesta en color IV], 2022.
Tesis uno. En el Sur Global existe una explosión demográfica juvenil: la edad media es de 25 años y las personas en estas sociedades jóvenes son víctimas de severas políticas de endeudamiento y austeridad, catástrofes climáticas y guerras permanentes. En África, la edad media es de 19 años, más baja que en cualquier otro continente. En Níger, la edad media es de 15,3 años. En Mali, de 15,5 años. En Uganda y en Angola, de 16,5 años y en Zambia, de 17,5 años.
Tesis dos. La juventud en el Sur Global está frustrada por el desempleo. El neoliberalismo ha debilitado la capacidad estatal, dejando muy pocas herramientas para abordar este problema (lo que ha dado lugar a demandas como la apertura de oportunidades de empleo en el sector público, en el caso del movimiento de Reforma de las Cuotas en Bangladesh). La juventud educada con aspiraciones de clase media no puede encontrar trabajo adecuado, lo que lleva al desempleo estructural o a un desajuste de habilidades. Existen varias expresiones coloquiales para los tipos de trabajos precarios que se ofrecen: en Argelia, hay un término, hittiste para las personas desempleadas que toma del árabe (hayt, “muro”) y lo mezcla con una terminación del francés y quiere decir “quienes se apoyan en la pared para sostenerla”.
Durante la década de 1990, el sistema universitario se expandió y privatizó, lo que significó que se abrieron las puertas, mediante el pago de una tarifa, a grandes sectores que luego se convertirían en la Generación Z. Son hijas e hijos de las clases medias y medias-bajas, pero también de la clase trabajadora y de familias campesinas que habían logrado ascender socialmente. La Generación Z es la generación más educada de la historia, pero también es la más endeudada y subempleada. Esta contradicción entre aspiración y precariedad produce un gran resentimiento.
Tesis tres. Las personas jóvenes no quieren tener que migrar para tener una vida digna. En Nepal, lxs jóvenes manifestantes coreaban contra la compulsión hacia la migración económica: “Queremos trabajos en Nepal, no queremos tener que emigrar por trabajo”. Esta compulsión por migrar provoca vergüenza sobre la propia cultura y una desconexión de la historia de las luchas que han dado forma a la sociedad. Hay casi 168 millones de trabajadorxs migrantes en el mundo. Si fueran un país, serían el noveno más grande del mundo, después de Bangladesh (169 millones) y por sobre Rusia (144 millones). Entre ellxs se encuentran lxs trabajadorxs de la construcción nepaleses en los estados del Golfo y lxs trabajadorxs agrícolas andinxs y marroquíes en España. Envían remesas que sostienen el consumo de los hogares en sus países. En muchos casos, las remesas totales (que ascendieron a USD 857.000 millones en 2023) son mayores que la inversión extranjera directa (como en el caso de México). El desarraigo social, la línea de color internacional del trabajo y el maltrato hacia lxs migrantes, incluido el desprecio por sus títulos académicos, hacen que la ilusión de migrar sea casi nula.
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Sabita Dangol (Nepal), Protective Shelter [Refugio protector], 2020.
Tesis cuatro. Los grandes agronegocios y las empresas mineras han intensificado su ofensiva contra lxs pequeñxs agricultorxs y trabajadorxs agrícolas (el incentivo para la rebelión campesina en India). La juventud de estas clases, harta del sufrimiento rural y radicalizada por las luchas a menudo frustradas de sus progenitores, se traslada a las ciudades y luego al extranjero en busca de trabajo. Llevan su experiencia del campo a las ciudades y a menudo son la columna vertebral de estos movimientos de protesta.
Tesis cinco. Para la Generación Z, el problema del cambio climático y la crisis ambiental no son una abstracción, sino una causa directa de proletarización a través del desplazamiento y las crisis de precios. Las comunidades rurales son testigos de cómo los glaciares se derriten y las sequías e inundaciones golpean precisamente las zonas donde las cadenas de suministro “verdes” del imperialismo buscan recursos como litio, cobalto e hidroelectricidad. Comprenden que la catástrofe climática está directamente relacionada con su incapacidad de construir un presente y mucho menos un futuro.
Tesis seis. La política institucional es incapaz de abordar las frustraciones de la Generación Z. Las constituciones no reflejan la realidad y los poderes judiciales, incapaces de responder ante nadie parecen vivir en otro planeta. La principal interacción de esta generación con el Estado es a través de burócratas sordos y una policía militarizada. Los partidos políticos están paralizados por el consenso de austeridad y endeudamiento impuesto por Washington y las organizaciones no gubernamentales se concentran en problemas individuales en lugar del sistema en su conjunto.
Los antiguos partidos de liberación nacional han agotado en gran medida su agenda o la han visto destruida por la austeridad y la deuda, dejando un vacío político en el Sur Global. “Deshacerse de todxs” es una política que desemboca en un giro hacia influencers de redes sociales (como el alcalde de Katmandú, Balen Shah) que no provienen de la política partidaria y que a menudo utilizan sus plataformas para predicar un evangelio de antipolítica y resentimiento de clase media.
Tesis siete. El auge del trabajo informal ha creado una sociedad desorganizada, sin esperanza de compañerismo de la clase trabajadora ni de pertenencia a organizaciones de masas como los sindicatos. La uberización de las condiciones laborales ha generado una informalidad de la vida misma, donde la persona trabajadora está alienada de todas las formas de conexión.
La relevancia de las redes sociales crece con el incremento de la informalidad, ya que internet se convierte en el principal medio para la transmisión de ideas, sustituyendo los modos más antiguos de organización política. Es tentador pero inexacto sugerir que las redes sociales son en sí mismas una fuerza impulsora detrás de esta ola de protestas. Las redes sociales son una herramienta de comunicación que ha permitido una difusión de sentimientos y tácticas, pero no la condición para que surjan esos sentimientos. También es importante señalar que internet es una herramienta para la extracción de plusvalía, las personas trabajadoras de plataformas, o trabajadorxs temporales, son disciplinadas por algoritmos que las impulsan a trabajar cada vez más duro por un salario cada vez menor.
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Camilo Egas (Ecuador), Fiesta indígena, 1926.
Las siete tesis anteriores intentan esbozar las condiciones que han provocado los levantamientos de la Generación Z en el Sur Global. Estos estallidos han sido en gran medida urbanos, con pocas indicaciones de que hayan involucrado al campesinado y a lxs trabajadorxs rurales. Además, las agendas de estas protestas rara vez abordan las crisis estructurales a largo plazo en los países subdesarrollados. Para ser directos, la política típica de los levantamientos de la Generación Z conduce al abismo del resentimiento de clase media.
Estas protestas a menudo son, como en Bangladesh y Nepal, cooptadas por fuerzas sociales arraigadas que se hacen eco de las voces de la calle y desarrollan una agenda que beneficia los intereses de los financistas occidentales. No obstante, estos levantamientos no pueden ser descartados: su frecuencia solo aumentará debido a los factores que hemos esbozado. El desafío para las fuerzas socialistas es articular los agravios genuinos de la Generación Z en un programa que exija una mayor parte del excedente social y utilice ese excedente para mejorar la inversión neta fija y transformar las relaciones sociales.
Cordialmente,
Vijay
2. No Kings desde Sudáfrica.
Patrick Bond, en una entrevista en Sudáfrica, analiza las recientes manifestaciones en EEUU y las perspectivas de la izquierda en el país, en el que vivió muchos años.
https://znetwork.org/znetarticle/us-protest-no-kings-against-trump-policies/
Protesta en EE. UU. «No Kings» contra las políticas de Trump
Por Patrick Bond, Elphas Nkosi 23 de octubre de 2025
https://iono.fm/e/1609795
Elphas: Marcus Zahaba Online Radio, a su servicio dondequiera que se encuentre. Cuatro minutos después de las 12 del mediodía, hora de África Central, bienvenidos a la edición del martes de News Hour aquí mismo, en Marcus Zahaba Online Radio, la voz de Ahlus Sunnah wal Jama’at. Mi nombre es Alpha Simposi; es un gran honor estar con ustedes esta tarde.
Estaremos juntos desde ahora hasta las 12:55. Ha sido una mañana muy interesante en lo que respecta a las noticias. Analizamos la Comisión Matlanga y el Comité Ad Hoc, muy explosivos por ambas partes. La gran pregunta es: ¿qué va a pasar al final?
Sin embargo, tengo una historia que contarles esta tarde. No sé si saben de la protesta No Kings que está teniendo lugar en los Estados Unidos de América. Vamos a analizarla y a ofrecerles algunos comentarios sobre esta protesta en particular. Durante la semana pasada, algunos líderes republicanos esperaban que las manifestaciones No Kings del sábado —marchas y concentraciones organizadas por una coalición de grupos liberales de todo el país y del mundo— se tornaran violentas.
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, las calificó de «manifestaciones contra Estados Unidos», un apodo que rápidamente adoptaron otros republicanos, que describieron la protesta No Kings como un crisol de posibles disturbios que representaban a grupos pro-Hamás y Antifa. Se dijo que las protestas reunían a nazis, socialistas, anarquistas y elementos de extrema izquierda del Partido Demócrata.
Ahora la gran pregunta es: ¿marcará esta protesta masiva de No Kings una nueva postura política estadounidense? Analizaremos esto con el profesor Patrick Bond, que nos ayudará a desentrañar este y otros temas. También hablaremos de los acontecimientos en Madagascar, donde, según se informa, la Unión Africana ha expulsado a Madagascar de un concurso, mientras que el líder interino insiste en que seguirán adelante con sus planes.
Quédese con nosotros. Hablamos con el profesor Patrick Bond.
Elphas: Buenas tardes, profesor, y bienvenido de nuevo al programa.
Patrick: As-salamu alaykum, es maravilloso estar de vuelta contigo, Elphas. Gracias.
Elphas: Analizamos la protesta «No Kings». El sábado, millones de personas salieron a protestar, lo que sugiere que el pueblo estadounidense odia aún más a Trump. ¿Qué significa esto ahora? Mi pregunta es: ¿podría esto marcar una nueva postura política estadounidense?
Patrick: Bueno, es un buen momento para preguntarlo, porque el sábado casi 7 millones de personas salieron a las calles en Estados Unidos. Y esto supone un aumento con respecto a la otra protesta masiva «No King’s». Eso fue a mediados de junio. Quizá recuerdes que era el cumpleaños de Donald Trump y que convocó una especie de fiesta por el 250.º aniversario de su ejército, la fiesta del 250.º aniversario del Ejército de los Estados Unidos. Fue un fiasco.
La protesta No King’s, por el contrario, a mediados de junio, realmente sorprendió a todos porque hubo 2000 lugares diferentes. Es un país grande, con unos 330 millones de habitantes en Estados Unidos. Conseguir 5 millones en ese momento y ahora casi 7 millones, casi el 2 %, es un logro extraordinario, porque es una sociedad apática, una sociedad tan profundamente dividida ahora que se lanzan insultos contra los manifestantes de No King’s, tratando de relacionarlos de alguna manera con Hamás, de alguna manera con el extremismo.
De hecho, se trata de una coalición muy amplia que incluye a los antiguos neoconservadores. Estoy seguro de que hay algunos de ellos allí. Uno de ellos es el famoso exasesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, que odia a Trump. Esto pone de manifiesto una de las divisiones dentro del movimiento Make America Great Again y del Partido Republicano, es decir, entre el grupo MAGA y lo que se denomina la ideología paleoconservadora y los neoconservadores. Pero también los neoliberales, los políticos clásicos de la administración Clinton y de la administración Obama del Partido Demócrata.
Y luego también están los tercermundistas, que promueven la política identitaria, que promueven la capacidad de Estados Unidos para declinar, con suerte de forma elegante. Y luego también están los socialdemócratas. Yo incluiría en esa categoría a Bernie Sanders, Alexandria Ocasio-Cortez y a alguien que espero que sus oyentes conozcan, probablemente el primer alcalde musulmán de Nueva York cuando se celebren las elecciones dentro de un par de semanas, y ese es Zhoran Mamdani. Mamdani creció en Kampala y en Ciudad del Cabo antes de trasladarse a Estados Unidos a los siete años.
Y a esa red de socialdemócratas añadiría la amplia izquierda de Estados Unidos, la izquierda independiente. Es una izquierda que conozco personalmente porque es donde, durante unos 25 años de mi vida, me sentí cómodo. Cuando vivía en Estados Unidos, estudiaba en la universidad allí. Y ahora es un periodo muy interesante, porque esa izquierda ha estado de capa caída, en parte porque desde aproximadamente 2009, cuando Barack Obama llegó al poder, la izquierda independiente fue sistemáticamente reprimida, de modo que cuando apoyaron a Bernie Sanders, este quedó completamente despojado de poder. Fue atacado por otros demócratas, y Barack Obama lideró el ataque en 2016. Entonces, en realidad, Bernie Sanders debería haber vencido a Hillary Clinton para convertirse en el candidato, y probablemente habría vencido a Trump, por lo que no habría habido un primer mandato, y mucho menos un segundo mandato de Trump. Y Sanders, una vez más, fue expulsado de las primarias del Partido Demócrata de 2020. Una vez más, la culpa es de Obama. Ahora bien, ese es el tipo de cosas que dejan a la oposición estadounidense profundamente dividida entre un ala neoliberal y conservadora del establishment y aquellos que, por ejemplo, apoyarían firmemente a Palestina. Los primeros apoyarían muy activamente a Israel, y esa fue la gran división que condujo, en mi opinión, a la derrota de Kamala Harris en las elecciones del pasado mes de noviembre.
Ahora bien, aquí está el punto más crucial. Se pueden seguir organizando protestas callejeras, pero las relaciones de poder cruciales se determinarán en parte en el Congreso. Así pues, en poco más de un año, un año y unas dos semanas, veremos las próximas grandes elecciones, que no son las presidenciales, sino las de mitad de mandato, en las que se renueva un tercio del Senado y toda la Cámara de Representantes, es decir, las dos ramas del Congreso de los Estados Unidos. el Parlamento, se someten a elección, y un tercio del Senado, es decir, los republicanos, que tenían una ventaja bastante sólida de 52 a 48, digo sólida porque no ha sido 50-50, y eso se ha ido desgastando, pero ha sido lo suficientemente sólida como para que los republicanos del Senado puedan derrotar a los demócratas, y especialmente con J.D. Vance, vicepresidente, actuando como senador, cuando hay una votación reñida.
Pero, en segundo lugar, la propia Cámara de Representantes, con 435 miembros, puede volver a cambiar. Se trata de una mayoría republicana de unos ocho escaños. Por lo tanto, hay muchas posibilidades de que tanto la Cámara como el Senado, o incluso solo uno de ellos, cambien, lo que causaría enormes problemas durante los dos últimos años del mandato de Trump. De hecho, es tan aterrador para él que incluso se habla de que podría suspender de alguna manera, declarar el estado de emergencia y crear suficiente caos durante el próximo año como para no tener que celebrar elecciones de mitad de mandato. Podría seguir gobernando con su actual grupo muy poderoso, que es el presidente republicano, los republicanos que dirigen el Senado y la Cámara de Representantes y, por supuesto, el Tribunal Supremo republicano.
Y por eso, para evitar que las protestas se apaguen, quizás la siguiente etapa sea, como señala el alcalde de Chicago, ver realmente —lo que hemos visto la semana pasada en Italia— una huelga general. Todo el mundo se declara en huelga, y ahí es donde las grandes empresas empiezan a ponerse nerviosas. Realmente afecta profundamente y hace que la sociedad sea ingobernable.
Y esto es en un contexto, no lo olvidemos, en el que todo el Gobierno, con la excepción de los controladores aéreos y el ejército, las personas que consideran esenciales, están de permiso. No se les paga y no se les permite ir a trabajar, porque hay una especie de colapso en las finanzas del Gobierno. Puede que solo falten unos días para que se resuelva, pero Trump se ha negado a llegar a un acuerdo con los demócratas y, como resultado, está contento de ver al Estado estadounidense entrar en esta parálisis en la que solo funciona el ejército. Y, con suerte, se puede pasar por la aduana y la inmigración, si se entra y se sale de Estados Unidos, pero, por supuesto, el ICE, que es la policía de inmigración, está trabajando duro. Eso es parte del fascismo estadounidense, las personas que intentan erradicar, en particular, a los inmigrantes mexicanos.
Ahora, cuando se junta todo, parece una situación de guerra civil. Pero el sábado hemos visto una protesta muy pacífica. No se detuvo a ninguno de los aproximadamente 7 millones de manifestantes. Hubo 22 detenciones de contramanifestantes de Trump, lo que demostró que intentaban ponerse agresivos, y la policía detuvo a algunas personas pro-Trump.
Así que es un momento fascinante, ¿no?, en el que se puede plantear la pregunta: ¿será suficiente el calor de la calle de la gente que sale a protestar, o tendrán que retirar su fuerza de trabajo en un día laborable, no en un sábado? Y, de hecho, ¿podrán hacer algo más que eso compitiendo en las elecciones del año que viene?
Pero, en el periodo que queda hasta entonces, confían en los tribunales. Confían en las protestas por un solo tema. Se burlan de Trump. Los cómicos siguen desatados, aunque hay un poco de censura. Al más popular, Stephen Colbert, le cancelaron su programa. Eso entrará en vigor en mayo. Y al otro más popular, Jimmy Kimmel, le cancelaron su programa, pero hubo tal reacción hace unas semanas que lo volvieron a poner en antena.
Así que te haces una idea de la sociedad que se encuentra, digamos, en las primeras etapas de una guerra civil total. Los republicanos, los hombres estadounidenses, los hombres agresivos y a veces racistas, blancos, de clase trabajadora, a menudo con un arma, bueno, probablemente podrían ganar solo por su fuerza armada. Pero al propio Trump no le va muy bien. Las encuestas le dan entre un 41 % y un 44 %, lo que es un nivel de popularidad muy bajo para un presidente.
Y la gran pregunta es: ¿pueden estas protestas seguir aumentando y significarán un cambio, tal vez, hacia esta nueva generación de jóvenes izquierdistas como Zhoran Mamdani, como Alexandria Ocasio-Cortez, que tiene ascendencia puertorriqueña, como Bernie Sanders, que tiene 82 años, pero sigue muy fuerte, capaz de movilizar a decenas de miles de personas en estas protestas? Así que es un momento fascinante. Debemos aprender mucho de él, sobre el peligro del populismo de derecha, es decir, el movimiento Trump-MAGA (Make America Great Again) de la clase trabajadora que se vuelve de derecha cuando se siente amenazada.
Pueden volverse especialmente xenófobos, islamófobos, sexistas, homófobos y transfóbicos. Pueden volverse muy reaccionarios culturalmente. Están quitando a las mujeres sus derechos reproductivos, sus derechos al aborto. Por lo tanto, están avanzando rápidamente en el frente cultural para cancelar a las personas que no les gustan, que intentan tener un estilo de vida más liberado o que simplemente tienen derechos civiles y libertad de expresión.
Eso es lo que está en juego. Y creo que en este país deberíamos aprender mucho del potencial de una reacción de la derecha. Tenemos suerte. Hemos visto muy poco de eso, pero podría darse, como hemos visto con la Operación Dubula y con la población blanca, que normalmente serían los partidarios de BizNews, seguidores de Rob Hersov y los suyos.
Y ese puede ser, entonces, el siguiente punto de comparación en el que Donald Trump ha visto a la gente aquí en Sudáfrica, porque cree que los blancos son objeto de genocidio. Esa es su ridícula afirmación. Menos mal que últimamente ha estado callado al respecto.
Pero probablemente daría algún apoyo, al igual que Steve Bannon, a esas fuerzas de derecha como Dubula en Gauteng y, en cierta medida, en los municipios de Durban, pero también a los blancos ricos que quieren tener una ciudad de escape, una Ciudad del Cabo para escapar del resto de Sudáfrica. Y quieren tener una Provincia Occidental del Cabo independiente. No lo conseguirán porque la Constitución lo hace muy difícil. Pero es el tipo de movimiento en el que se puede ver que los blancos se están volviendo un poco más rebeldes, y se les ve más agresivos, animados por Donald Trump y gente como Rob Hersov.
Elphas: Sí. Ahora bien, en la charla principal, en general, ¿qué imagen da esto de la administración Trump?
Patrick: Bueno, es una imagen ambigua porque todas las promesas que hizo a su base no se están cumpliendo, con una excepción, que es que está tomando medidas drásticas contra la inmigración. Es decir, tiene el objetivo de deshacerse de entre 10 y 13 millones de personas, dependiendo de quién diga qué y cuándo. Su principal responsable de inmigración es un hombre llamado Stephen Miller, y el jefe de Seguridad Nacional, que es un antiguo gobernador de uno de los estados occidentales. Él es muy, muy agresivo, y en una ocasión se jactó de haber disparado a un cachorro.
Así que esa gente sigue fuerte y está violando los derechos de las personas. Se dedican al racismo explícito diciendo: «Hablas español o tienes la piel morena, así que te vamos a encerrar y luego podrás demostrar si eres realmente ciudadano estadounidense». Y eso está ocurriendo a un ritmo muy rápido. Imagínate intentar deshacerte de 10 o 15 millones de personas en un corto periodo de tiempo. Esa es la forma más explícita en la que Donald Trump ha cumplido su promesa electoral, que era ser muy duro con la inmigración y los trabajadores indocumentados.
Pero en otras promesas, como la inflación, ha fracasado. La tasa de inflación no ha subido tanto como se esperaba debido a los aranceles que iban a entrar en vigor. Y creo que una de las cosas que la gente está tratando de entender es la falta de actividad económica en la economía real de Estados Unidos, la desaceleración, la falta de creación de empleo. Todo ello se ve compensado por un enorme peligro, que es la gran burbuja del mercado bursátil. Y los que tienen algo de dinero en el mercado bursátil dicen: «Oh, me va bien porque las acciones de inteligencia artificial están en auge».
Y existe un gran temor de que, bueno, no haya mucho detrás de la clásica burbuja que podría estallar en cualquier momento. Es algo que se entiende ampliamente, que la Bolsa de Nueva York y los demás mercados bursátiles, el NASDAQ, están realmente muy, muy altos. Como Sudáfrica. Sudáfrica está aún más sobrevalorada, utilizando lo que se denomina el indicador Buffett, que es la capitalización bursátil de nuestra Bolsa de Johannesburgo, dividida por el PIB. Y Estados Unidos y Sudáfrica se encuentran en niveles muy altos.
Y la burbuja afectará sin duda a un lugar como Estados Unidos, donde podría estallar en cualquier momento, como ha quedado claro, si los chinos cumplen su amenaza de prohibir o restringir los materiales de tierras raras, que son muy importantes como minerales para algunas de las aplicaciones de inteligencia artificial, para las baterías, para el almacenamiento y para las actividades que consumen mucha energía. Digamos que la economía estadounidense se encuentra en un punto en el que la inflación, el aumento de los precios, no ha bajado. Con el aumento de los aranceles, los productos importados están subiendo de precio. Las importaciones procedentes de Sudáfrica han aumentado un 30 % para muchos de nuestros productos. Para algunos de ellos, como el platino y el cromo, importaciones muy importantes —el oro, por supuesto— a Estados Unidos, esas importaciones tienen una calificación del 0 %. Pero otras, como el acero, el aluminio y los automóviles, con un 25-50 %, se verán muy afectadas. Ya hemos visto enormes descensos en los envíos desde Sudáfrica. Y luego veremos lo mismo con los chinos, que también están en el nivel del 30 %. Brasil e India, 50 %.
Trump prometió aplicar esos aranceles, pero dijo que lo haríamos de una manera que creara puestos de trabajo. Y todavía no hay pruebas de que el hecho de que haya aranceles elevados sobre las importaciones signifique que se vayan a obtener muchas inversiones nuevas. Todavía no hemos visto ninguna prueba. Por supuesto, es un proceso a largo plazo, pero nadie dice que, ahora, debido a los aranceles, vaya a montar su propia fábrica. Y así estamos viendo nuevos puestos de trabajo. Estamos viendo las cifras de inflación en un periodo en el que Trump ha dicho: «No, prometemos bajar los precios». Bueno, no lo hemos hecho. Y luego está la otra cosa extraordinariamente peligrosa que ha hecho, por ejemplo, poner fin a la USAID, lo que es potencialmente desastroso para la salud pública, que podría recuperarse si se produce otra pandemia como la de la COVID.
La huelga por el clima, de nuevo, terriblemente peligrosa para Estados Unidos, que se está viendo afectado por emergencias climáticas, fenómenos meteorológicos muy, muy extremos. O la destrucción del sistema Medicaid, porque recordarán que un gran logro que Trump y su Congreso republicano tuvieron hace unas semanas fue aprobar lo que él llamó la Gran Ley Hermosa, que redujo los impuestos a las empresas y a la élite, a los principales contribuyentes, a las personas más ricas, continuando con los recortes fiscales de Trump de su primer mandato. Pero también elimina a hasta 14 millones de personas del sistema de asistencia médica llamado Medicaid y dificultará mucho más el acceso a Medicare, que es la asistencia sanitaria para las personas mayores, debido al cierre de clínicas en zonas rurales y en barrios marginales que dependen de Medicaid y que también se supone que deben ayudar a Medicare, a las personas mayores que necesitan el seguro médico estatal.
Ahora bien, creo que esos recortes serán más devastadores en enero y febrero, cuando realmente entren en vigor. Y entonces, creo, veremos mucha más rebeldía dentro de la base. Y la última observación al respecto: ¿cómo le va a Trump? Ha perdido mucho apoyo, porque en lugar de ser ese paleoconservador que mencioné antes, es decir, aislacionista, que se mantiene al margen de las guerras de otros, que intenta no imponer la democracia, como intentó hacer George W. Bush, su predecesor republicano, y pongo democracia entre comillas porque sabemos lo que realmente querían cuando invadieron Irak, que era petróleo.
Y así, cuando terminan sus compromisos de esa manera, como esperaba la gente de MAGA, puede significar la necesidad de recortar el gasto militar. Y ese es otro factor importante por el que los neoconservadores, la vieja guardia del complejo militar-industrial, en el Departamento de Estado, tuvieron que acudir a los medios de comunicación think tank, esperan que Trump continúe realmente la lucha militar de Estados Unidos. Y eso no solo incluye el bombardeo de Irán, es decir, en junio, intervino para ayudar a Israel y conseguir un alto el fuego entre Israel e Irán bombardeando algunas de las instalaciones nucleares de Irán. No sabemos con cuánta antelación se avisó, porque los iraníes parecían haber conseguido sacar este peligroso plutonio antes de que Estados Unidos atacara dos de las bases donde se estaba trabajando en él, el uranio enriquecido.
Pero además, hemos visto a Trump involucrarse de forma muy agresiva en Ucrania, primero amenazando al Gobierno ucraniano con retirar el apoyo estadounidense y luego retirando el apoyo a Putin. Así que es un zigzag. Y actualmente, después de lo que ocurrió el viernes, es decir, Trump se reunió con el primer ministro de Ucrania, Volodimir Zelensky, y le dijo: «Tienes que aceptar que Putin ha capturado ahora alrededor del 20 % de tu país. Simplemente tienes que aceptarlo». Y Zelensky se marchó enfadado. Estaba furioso y no lo aceptó. Así que la pregunta de si Trump seguirá respaldando a Ucrania sigue sin respuesta. Pero, en particular, porque Trump ha dicho: India, si sigues comprando petróleo ruso, te vamos a aplicar un arancel del 50 %.
Así que la situación es muy confusa en lo que respecta a Ucrania. Lo único claro que puedo asegurarles es que Trump es un sionista acérrimo que apoya a Israel hasta la última bala, y lo que él espera que sea el último palestino. Y eso significa que, tal y como expresó su gran visión, la Riviera de Oriente Medio, la limpieza del territorio y la expulsión de todos los palestinos de Gaza, eso sigue estando en el fondo de su mente. Ahora, cuando vimos hace un par de semanas que Trump parecía estar negociando un alto el fuego, sabemos, en retrospectiva, que en los últimos diez días no ha habido alto el fuego. Así que lo que estamos viendo es a Trump jugando con todos, haciendo planes grandiosos. Realmente esperaba ganar el Premio Nobel de la Paz hace unos nueve días. No lo consiguió. Lo ganó el líder de la derecha venezolana.
Pero lo más importante de todo esto es que Trump y Netanyahu mantuvieron su amistad, y cualquier pequeña disputa que tuvieran se desvaneció. Y el destino de los palestinos sigue siendo incierto, porque, aunque Hamás ha liberado a los rehenes, veinte rehenes vivos, y están buscando los cuerpos de los otros rehenes muertos, realmente asesinados por los bombardeos de Israel. Está bastante claro que Hamás no está dispuesto a rendirse, que muchos de los túneles bajo Gaza siguen intactos. Su armamento sigue siendo potente. Si lo necesitan, pueden volver a luchar. Los israelíes nunca han parado. Pero Hamás ha hecho una pausa. Bueno, aún pueden causar mucho daño a Israel. Así que podríamos ver un reinicio.
Pero, por supuesto, lo más terrible es que, mientras mueren decenas, cientos de palestinos, no llegan los envíos de alimentos, la posibilidad de reconstrucción, la evidente deuda que Israel tiene con Palestina, que no tiene precio, por matar a decenas y decenas de miles, muchos más de 60 000, lo sabemos, quizá decenas de miles más bajo estos escombros. Pero, sobre todo, la negativa de Israel a ver lo que todos sabemos que debería ver, es decir, una resolución de la ONU que establece que los palestinos tienen derecho a regresar, que no debe haber discriminación de los palestinos en Israel y que no debe haber más ocupación de la Palestina ocupada. Esas son las tres demandas del movimiento de boicot, desinversión y sanciones.
Y creo que el último punto a destacar es que, en Estados Unidos, sigue siendo un movimiento fuerte, aunque no tan fuerte como lo era hace aproximadamente un año y medio, cuando los universitarios salieron a la calle. Desde entonces, han sido intimidados. Es un movimiento fuerte a favor del boicot, la desinversión y las sanciones. Pero, por supuesto, vemos que aquí en Sudáfrica, con Colombia habiendo detenido las ventas de carbón, somos el principal comerciante de carbón, que abastece el 20 % de la red eléctrica de Israel. Han sido las minas de carbón colombianas a través de Glencore y la empresa estadounidense Drummond, y ahora Glencore y su socio aquí, African Rainbow Minerals, los que siguen siendo parte integrante del suministro de carbón.
De hecho, Sudáfrica es ahora el principal proveedor de carbón. Hay tres barcos, dos de los cuales se encuentran ahora mismo en el océano, que van desde Richard’s Bay hasta Hadera, y uno que ha atracado en Hadera y Ashkelon, los dos principales puertos donde se descarga el carbón. Uno acaba de atracar el 1 de octubre. Así que creo que nos avergüenza mucho que Sudáfrica no haya abordado la profunda hipocresía del cuñado del presidente Ramaphosa, Patrice Motsepe, que dirige African Rainbow Minerals, a pesar de las protestas en su oficina y de varias protestas en la oficina de Glencore.
Todavía no tenemos la fuerza necesaria para intentar corregir el hecho de que apoyen el proyecto de Trump y Netanyahu, que consiste en permitir que Israel se imponga sobre Gaza y alimentar ese proyecto con carbón. Quizás podamos llamar a eso una gran hipocresía, una gran vergüenza. Así que creo que todos estamos implicados en esto. Pero lo más importante es que creo que tenemos que aprender, como los activistas de Madagascar la semana pasada, como la gente de Marruecos la semana anterior, Túnez un par de semanas antes y Kenia, que la gente puede escribir su propia historia y protestar desde abajo y crear una nueva sociedad.
Elphas: Sí, por supuesto. Profesor, creo que dedicaremos algo de tiempo a profundizar en Madagascar. Se nos acaba el tiempo, pero espero que podamos volver a hacerlo en otra ocasión. Creo que es importante que abordemos la cuestión de Madagascar. Pero muchas gracias por sus comentarios en este momento, profesor. Le agradezco mucho su tiempo.
Patrick: Siempre es un placer estar aquí. Gracias.
Elphas: Ha sido un gran placer. Muchísimas gracias a nuestro invitado, el profesor Patrick Bond, distinguido profesor de Sociología y Economía Política de la Universidad de Johannesburgo.
3. La victoria de Huawei: Proyecto Eliminar a Estados Unidos.
Sobre cómo EEUU jamás ha aceptado la libre competencia, como aplastó a rivales tecnológicos, lo intentó con Huawei, pero estos le comieron la tostada. Aún estoy enfadado, por cierto, porque mi teléfono de muchos años -un Xiaomi-, que ha funcionado en India, Filipinas, Vietnam, España, Marruecos… no puedo utilizarlo en EEUU. Me dijeron que es un azar. Aproximadamente la mitad de los teléfonos chinos no funcionan con las SIM yankis por restricciones gubernamentales. Me tuve que comprar otro. También chino por cierto, de la mitad que funciona.
Cómo una empresa privada ganó la guerra que le declaró el Estado más poderoso: se revela el secreto del regreso de Huawei
Publicado originalmente: CovertAction Magazine el 22 de octubre de 2025 por Felix Abt
Durante décadas, Estados Unidos defendió el libre mercado y la competencia leal, hasta que dejó de tener la ventaja.
Hoy en día, oligarcas como Peter Thiel, figura clave en el aparato de seguridad estadounidense y fundador de Palantir, el gigante de la vigilancia y la elaboración de perfiles financiado con dinero de los contribuyentes y creado con el respaldo de la CIA, afirman que la competencia es «mala para los negocios».
En el mundo de Thiel, el monopolio no solo es aceptable, sino que es el verdadero motor de la innovación y los beneficios, lo que da un giro radical al ideal estadounidense de mercados abiertos.
En realidad, el «compromiso» de Washington con el libre mercado siempre ha sido de boquilla. Estados Unidos ha intentado constantemente aplastar a los competidores superiores de sus grandes empresas. La guerra económica no es nada nuevo.
Tomemos como ejemplo a Toshiba: según un artículo de agosto de 1992 del Los Angeles Times, era el principal fabricante de chips de Japón en la década de 1980, con un 80 % del mercado mundial de memorias dinámicas de acceso aleatorio (DRAM) en 1987.
Al igual que Huawei hoy en día, Toshiba se convirtió en objetivo de Estados Unidos bajo la bandera de la «seguridad nacional».
Después de que Toshiba y una empresa noruega vendieran máquinas fresadoras avanzadas a la Unión Soviética en 1986, al igual que habían hecho otras empresas europeas, Washington se abalanzó sobre ellas.
Impuso una prohibición general de dos a cinco años a todos los productos de Toshiba, alegando una amenaza para la seguridad de Estados Unidos. Este golpe allanó el camino para los fabricantes de chips estadounidenses, mientras que otras empresas extranjeras que vendían equipos similares a la URSS salieron indemnes.
O pensemos en Alstom, que en su día fue aclamada como la «joya de la industria francesa». Líder mundial en tecnología energética y de transporte, compitió directamente con el gigante estadounidense General Electric a principios de la década de 2010.
Entonces llegó la jugada de Washington: en 2013, el ejecutivo de Alstom Frédéric Pierucci —autor de The American Trap: My Battle to Expose America’s Secret Economic War Against the Rest of the World (La trampa estadounidense: mi batalla para desenmascarar la guerra económica secreta de Estados Unidos contra el resto del mundo)— fue detenido en un aeropuerto de Nueva York por unos controvertidos cargos de soborno relacionados con un contrato en Indonesia.
Pierucci recordó que le ofrecieron una elección draconiana: declararse culpable y salir en libertad en unos meses, o arriesgarse a pasar 125 años en prisión. Varios ejecutivos de Alstom también fueron detenidos, y los tribunales estadounidenses impusieron una multa de 772 millones de dólares.
Ante esta forma de coacción y la implacable presión legal, Alstom se vio obligada en 2014 a vender sus divisiones principales de energía y redes eléctricas a GE, lo que supuso el desmantelamiento efectivo de un importante competidor europeo.
El patrón se repite en otros lugares. Bajo la enorme presión de Estados Unidos, Suiza se vio obligada a abolir el secreto bancario y sus cuentas numeradas anónimas, que durante mucho tiempo habían sido la piedra angular de su industria financiera.
Mientras tanto, los estados de Estados Unidos mantuvieron discretamente su propio sistema de sociedades ficticias anónimas, convirtiendo a Estados Unidos en el mayor refugio del mundo para el blanqueo de capitales y la evasión fiscal. Se convirtió en el refugio preferido de los cárteles de la droga latinoamericanos para guardar de forma segura sus ganancias ilícitas.
Los centros financieros extraterritoriales de Panamá, Singapur y el Caribe se vieron sacudidos por filtraciones y escándalos, pero nunca las instituciones estadounidenses. No fue una casualidad: la NSA y otras agencias de espionaje estadounidenses se centran en los bancos extranjeros, no en los estadounidenses.
Estados Unidos perforó el secreto bancario suizo como si fuera un queso suizo, mientras fortificaba sus propias instituciones financieras para convertirlas en fortalezas impenetrables. [Fuente: bbc.com]
Ya sea Toshiba, Alstom o la banca suiza, la historia es la misma: Washington utiliza la «ley», la «seguridad» y la «ética» como armas para eliminar a sus rivales y luego adopta las mismas prácticas que condena en el extranjero.
Pero Huawei —y, por extensión, China— es un objetivo diferente. A diferencia de Japón, Francia o Suiza, China no puede ser fácilmente coaccionada para que se someta. Por el contrario, es mucho más probable que la campaña de Estados Unidos contra Huawei resulte contraproducente y se convierta en una derrota decisiva para los agresores occidentales, como se verá en el resto de este artículo.
El campo de batalla económico: cómo Estados Unidos apuntó a Huawei
Antes del 29 de agosto de 2023, el mundo había sido testigo de una lucha casi cinematográfica: Estados Unidos, la nación más poderosa del planeta, librando una guerra económica contra una sola empresa privada.
Huawei, un titán mundial de las telecomunicaciones en ascenso, se enfrentó a sanciones devastadoras, bloqueos paralizantes de la cadena de suministro, batallas legales implacables y la sonada detención de la directora financiera Meng Wanzhou en Canadá por acusaciones en gran parte infundadas.
Se presionó a países de todo el mundo para que prohibieran a Huawei acceder a las redes 5G, y la empresa fue calificada oficialmente como «amenaza para la seguridad nacional». Para los observadores externos, Huawei parecía estar al borde del abismo.
Entonces llegó el 29 de agosto de 2023. De forma discreta y sin fanfarria, Huawei incluyó el Mate 60 Pro en su página web. Al principio, los expertos en tecnología se quedaron perplejos, luego sorprendidos y, finalmente, incrédulos. Dentro de este elegante smartphone se encontraba el Kirin 9000S, un sistema en chip de 7 nanómetros con capacidad 5G completa.
Para los ajenos al sector, no era más que un chip. Para quienes seguían la rivalidad tecnológica entre Estados Unidos y China, era toda una declaración: Huawei no solo había sobrevivido, sino que había contraatacado. El Mate 60 Pro vendió más de 14 millones de unidades en China, combinando el triunfo tecnológico con el orgullo patriótico.
Renacer de sus cenizas: el viaje de Huawei hacia el liderazgo nacional
La guerra económica contra Huawei y otras empresas chinas ha alimentado una ola de consumo patriótico en toda China. Muchos consumidores están dejando de lado los productos occidentales en favor de las marcas nacionales, apoyando la innovación local, impulsando las industrias autóctonas y reforzando el impulso de China hacia la autosuficiencia tecnológica.
El ingeniero implacable: de la pobreza a la cima de Huawei
Ren Zhengfei, fundador de Huawei, no era un director ejecutivo cualquiera. Nacido en 1944 en la pobre zona rural de Guizhou, creció en una familia que se enfrentaba a graves dificultades económicas. Su juventud estuvo marcada por la Revolución Cultural, el encarcelamiento de su padre y largos períodos de adversidad. Estas dificultades moldearon su filosofía de chī kǔ, «comer amargura», una mentalidad que más tarde definiría la cultura corporativa de Huawei.
Tras años como ingeniero en el Cuerpo de Ingenieros del Ejército Popular de Liberación, Ren se encontró entre los muchos oficiales que se vieron obligados a pasar a la vida civil cuando las reformas radicales de Deng Xiaoping en la década de 1980 redujeron el tamaño del ejército para redirigir los recursos hacia el crecimiento económico. Al carecer de otras oportunidades profesionales, se dedicó al emprendimiento como forma de aprovechar sus conocimientos técnicos y ganarse la vida.
En 1987, con solo 21 000 yuanes (unos 5000 dólares), Ren se trasladó a Shenzhen y fundó Huawei. Al principio, la empresa funcionaba como un pequeño distribuidor de conmutadores PBX, pero pronto adoptó la ingeniería inversa y la autosuficiencia. En 1993, Huawei había desarrollado con éxito su primer conmutador digital de producción nacional, lo que indicaba que la supervivencia —y, en última instancia, el éxito— dependía de la independencia tecnológica.
Contexto: de las economías planificadas al poder del mercado
Hace cincuenta años, la actividad económica en China y la URSS estaba dictada por planificadores centrales. Hoy en día, China es el primer exportador mundial y está profundamente arraigada en el capitalismo de mercado global.
Pero, ¿qué significa realmente el «socialismo con características chinas»?
En The New China Playbook: Beyond Socialism and Capitalism, el profesor Keyu Jin, economista chino formado en Harvard, describe una «economía de alcaldes locales», en la que los funcionarios compiten por fomentar las empresas privadas que se alinean con los objetivos del Partido Comunista. Cada plan quinquenal establece prioridades —crecimiento del PIB, protección del medio ambiente, desarrollo de vehículos eléctricos, etc.— y se evalúa el rendimiento de los funcionarios, recompensando a los que obtienen mejores resultados con ascensos.
Si bien el Partido establece la estrategia nacional, la ejecución depende de una interacción dinámica entre las empresas privadas, las empresas estatales y los funcionarios locales, todos ellos compitiendo por alcanzar objetivos ambiciosos. Esta competencia ha convertido a la economía china en uno de los escenarios más dinámicos del mundo, impulsando una innovación y unos avances tecnológicos incesantes, al tiempo que se busca reducir las diferencias de riqueza y avanzar hacia el objetivo de la «prosperidad compartida» (共同富裕, gòngtóng fùyù).
Y, a diferencia de las plutocracias de estilo occidental dominadas por oligarcas, China funciona como una meritocracia, un tema que exploro en mi artículo Cuando la China imperial tenía un primer ministro vietnamita.
De la cultura del lobo al dominio mundial
La «cultura del lobo» de Ren, inspirada en el ejército, impulsó el auge mundial de Huawei. En lugar de enfrentarse directamente a los gigantes occidentales, la empresa conquistó mercados desatendidos en África, América Latina y Rusia con precios agresivos, financiación flexible y un servicio excepcional.
A mediados de la década de 2000, Huawei se había asociado con 31 de los 50 principales operadores de telecomunicaciones del mundo. A continuación, la empresa se expandió al sector de la electrónica de consumo, lanzando las series Ascend, Mate y P, junto con sus chips Kirin de fabricación propia. En 2018, Huawei había superado a Apple en China y estaba desafiando a Samsung a nivel mundial, lo que provocó un intenso escrutinio y sanciones por parte de Estados Unidos.
En el metro, se puede ver a niños y madres chinos llevando relojes inteligentes, una señal de lo rápido que Huawei ha alcanzado y superado a Apple como líder del mercado. Más allá de los relojes inteligentes, Huawei también tiene ventaja en las gafas inteligentes, mientras que Apple aún no ha lanzado ninguna.
Proyecto «Eliminar a Estados Unidos»: el camino hacia la supervivencia
Con las ventas internacionales de teléfonos inteligentes paralizadas, Huawei puso en marcha una audaz estrategia denominada internamente «Proyecto Eliminar a Estados Unidos», que consistía en eliminar sistemáticamente la tecnología estadounidense de su ecosistema. HarmonyOS sustituyó a Android, Huawei Mobile Services sustituyó a las aplicaciones de Google y se aceleró la producción nacional de chips. El Mate 60 Pro y el Kirin 9000S se convirtieron en los símbolos definitivos de este regreso, un gesto de desafío tecnológico al bloqueo estadounidense.
Más allá de los teléfonos inteligentes
Las ambiciones de Huawei van mucho más allá de los teléfonos. Sus servicios en la nube rivalizan con los líderes mundiales, sus chips de IA y sus modelos de lenguaje de gran tamaño impulsan la innovación de próxima generación, y sus soluciones automovilísticas inteligentes alimentan los vehículos inteligentes de empresas como SERES y Chery. Sus soluciones de IoT y automatización industrial modernizan los puertos y las infraestructuras críticas. Huawei es más que una empresa de teléfonos inteligentes: es una potencia tecnológica diversificada que está transformando industrias enteras y convirtiendo la coacción occidental en un catalizador de la innovación.
En sus tiendas, Huawei ahora exhibe teléfonos inteligentes, dispositivos portátiles y automóviles nuevos equipados con tecnologías inteligentes, desde funciones avanzadas de infoentretenimiento y conectividad hasta soluciones de conducción autónoma, lo que destaca su expansión más allá de la electrónica de consumo hacia la automoción.
Huawei también ofrece un conjunto completo de servicios en la nube, que incluyen computación con IA, almacenamiento de datos, ciberseguridad y soluciones empresariales, respaldados por un ecosistema completo que abarca infraestructura de telecomunicaciones, chips personalizados, plataformas de borde a nube e innovación en IA.
El coste del regreso
El resurgimiento tuvo un precio. En 2024, los ingresos alcanzaron los 120 000 millones de dólares, pero el beneficio neto cayó un 28 %. La I+D consumió más del 20 % de los ingresos y el 67 % de las operaciones se concentraron en China, lo que dejó a la empresa expuesta a las fluctuaciones nacionales. Las brechas tecnológicas persisten —los chips de 7 nm de SMIC están por detrás de los procesos de 3 nm y 2 nm de TSMC—, pero los ingenieros, la innovación y la fuerza de voluntad de Huawei sugieren que nos esperan más sorpresas.
Oculto tras los árboles, pero no tras sus competidores, el centro de I+D de Huawei en Shenzhen es un importante centro de innovación que alberga a miles de ingenieros y científicos que trabajan en 5G, IA, semiconductores y tecnologías en la nube. A pesar de las sanciones globales y los bloqueos de la cadena de suministro, o quizás precisamente por ellos, Huawei sigue invirtiendo fuertemente en I+D —más de 20 000 millones de dólares al año—, lo que le permite seguir siendo competitiva con los gigantes tecnológicos occidentales y, en varios ámbitos, incluso superarlos.
Persisten los obstáculos geopolíticos y de reputación. Las investigaciones europeas, incluida la investigación de Bruselas de 2025, y la exclusión de Huawei de las asociaciones industriales ponen de relieve la continua presión occidental. Sin embargo, Huawei ha recuperado el mercado chino y avanza con paso firme en los mercados del futuro, donde reside la mayoría mundial, en lugar de en el Occidente en declive.
El desafío de Huawei: innovación, soberanía y la caída del dominio occidental
Estados Unidos, una nación con menos de tres siglos de antigüedad y superpotencia mundial solo desde el final de la Segunda Guerra Mundial, se enfrenta a China, una civilización con cinco mil años de historia y una potencia económica dominante durante gran parte de los últimos dos milenios, que desempeñó un papel clave como proveedor del Imperio Romano mucho antes del nacimiento de Cristo. En este contexto, el auge de Huawei es nada menos que legendario.
Huawei, una empresa privada sometida al implacable ataque del Estado más poderoso del mundo, ha desafiado las expectativas con una innovación audaz y atrevida. El Mate 60 Pro y el Kirin 9000S son más que dispositivos: son símbolos de resistencia, ingenio y desafío inquebrantable. Cada avance en múltiples tecnologías consolida la posición de Huawei como una fuerza global que Occidente ya no puede ignorar.
El mensaje es inequívoco: China ya no tolerará el acoso ni la humillación. Está reafirmando su poderío tecnológico y su soberanía, y enviando una severa advertencia de que subestimarla tiene un alto precio.
Más allá de Huawei, la amplia, próspera y rápidamente creciente clase media china, la más grande del mundo, contrasta fuertemente con la clase media estadounidense, cada vez más reducida y endeudada. Esta realidad demográfica y económica posiciona a las empresas chinas, y a las empresas de todo el Sur Global, para dominar la próxima era de los mercados globales, incluso mientras las corporaciones occidentales luchan contra el estancamiento y el declive.
A pesar del aumento del gasto en vivienda, electrónica, viajes y artículos de lujo, la clase media china sigue manteniendo altas tasas de ahorro, especialmente en comparación con sus homólogos occidentales. [Fuente: Foto cortesía de Felix Abt]
La trayectoria de Huawei es una llamada de atención: el equilibrio del poder tecnológico y económico está cambiando, el dominio occidental se está tambaleando y los esfuerzos por contener a China solo han acelerado su propio declive.
4. La situación económica mundial.
Michael Roberts estudia los últimos indicadores de actividad económica, que muestran una situación de impasse en las que las principales economías ni caen en recesión ni aceleran el ritmo.
https://thenextrecession.wordpress.com/2025/10/24/depression-and-creative-destruction/
Depresión y destrucción creativa
Los últimos indicadores de actividad económica, denominados índices de gestores de compras (PMI), confirman que las principales economías siguen avanzando lentamente, sin caer en una recesión ni acelerar el ritmo. El PMI mundial se situó en 52,4 en septiembre (cualquier puntuación superior a 50,0 significa expansión, mientras que cualquier puntuación inferior significa contracción).

Fuente: JPMEn efecto, las principales economías siguen inmersas en lo que yo denomino una «larga depresión», que comenzó tras la Gran Recesión de 2008-2009. En los últimos 17 años, la expansión económica (medida por el PIB real, la inversión y el crecimiento de la productividad) ha estado muy por debajo de la tasa anterior a 2008, sin signos de ningún cambio significativo. De hecho, tras la recesión provocada por la pandemia en 2020, la tasa de crecimiento de todos estos indicadores se ha ralentizado aún más. Mientras que el crecimiento medio anual del PIB real mundial era del 4,4 % antes de la Gran Recesión de 2008-2009, en la década de 2010 solo alcanzó el 3 % y, desde la recesión provocada por la pandemia en 2020, el crecimiento medio anual se ha ralentizado hasta el 2,7 %. Y hay que recordar que esta tasa incluye las economías de rápido crecimiento de China y la India. Además, en algunos países clave (Estados Unidos, Canadá y Reino Unido), hasta hace poco, ha sido la inmigración neta la que ha impulsado la mano de obra que ha sostenido el crecimiento del PIB real; el crecimiento del PIB per cápita ha sido mucho menor.

Fuente: FMI, Banco Mundial
Por encima de todo, la rentabilidad del capital en las principales economías sigue estando cerca de su mínimo histórico y muy por debajo del nivel anterior a la Gran Recesión.
Fuente: EWPT 7.0 series, AMECO, cálculo del autorEn sus últimas previsiones económicas publicadas la semana pasada, el FMI mejoró ligeramente sus previsiones de crecimiento mundial, pero siguió pronosticando una desaceleración. «Ahora prevemos un crecimiento mundial del 3,2 % este año y del 3,1 % el año que viene, lo que supone una revisión a la baja de 0,2 puntos porcentuales desde nuestras previsiones del año anterior». Los economistas del FMI calculan que el PIB real de Estados Unidos aumentará solo un 2,0 % este año, frente al 2,8 % de 2024, y que el año que viene solo crecerá un 2,1 %. Y ese es el mejor resultado que se espera en las principales economías capitalistas del G7, ya que Alemania, Francia, Italia y Japón probablemente registrarán un aumento inferior al 1 % este año y el próximo. Canadá también se ralentizará hasta situarse muy por debajo del 2 %; solo el Reino Unido mejorará (hasta un modesto 1,3 % este año y el próximo). Pero incluso estas previsiones están en duda, ya que las perspectivas «siguen siendo frágiles y los riesgos siguen inclinándose a la baja». El FMI está preocupado por: 1) el estallido de la burbuja de la inteligencia artificial; 2) la ralentización de la productividad en China; y 3) el aumento de la deuda pública y el servicio de la misma.
Los economistas de la OCDE son igual de pesimistas. En su informe provisional de septiembre sobre la economía mundial, la OCDE prevé que el crecimiento económico mundial se ralentice hasta el 3,2 % en 2025 y el 2,9 % en 2026, frente al 3,3 % en 2024. De hecho, los economistas de la OCDE calculan que el crecimiento del PIB real de Estados Unidos será el más lento desde la pandemia, al igual que el de China. Y la zona del euro, Japón y el Reino Unido crecerán solo un 1 % o menos. Se espera que el crecimiento en Estados Unidos sea del 1,8 % en 2025 y del 1,5 % en 2026. Se prevé que el crecimiento de China se modere hasta el 4,9 % en 2025 y el 4,4 % en 2026, aunque esa tasa sigue siendo casi tres veces superior a la de Estados Unidos y cuatro veces superior a la de la zona del euro, que se prevé que crezca un 1,2 % en 2025 y un 1,1 % en 2026. A diferencia del FMI, la OCDE prevé que el Reino Unido se ralentice hasta solo el 1 % anual en 2026, mientras que Japón crecerá un 1,1 % y un 0,5 % durante el mismo periodo.
La agencia de comercio y desarrollo de la ONU (UNCTAD) también ha publicado un avance de su Informe sobre Comercio y Desarrollo 2025. Se trata de una lectura sobria sobre las perspectivas de crecimiento y comercio mundiales. Los economistas de la UNCTAD ven «un crecimiento mundial vacilante que no muestra signos de repunte a corto plazo. El crecimiento de la producción mundial sigue estando por debajo de las tendencias previas a la pandemia. El impulso sigue siendo frágil y se ve empañado por la incertidumbre. La ansiedad de los inversores ha impulsado los mercados financieros, pero no la inversión productiva».
Sin embargo, las principales economías no han caído en una nueva recesión como la experimentada en 2008-2009 y en la recesión pandémica de 2020. En cambio, se ha reanudado el avance lento. Pero el capitalismo tampoco muestra signos de dar un salto adelante: las principales economías están cada vez más atrapadas en un período de «estanflación», es decir, un crecimiento estancado junto con una inflación creciente.
¿Por qué ocurre esto? Según la teoría marxista de las crisis, un auge prolongado solo sería posible si se produjera una destrucción significativa del valor del capital, ya sea físicamente o mediante la devaluación de los precios, o ambas cosas. Joseph Schumpeter, economista austriaco de la década de 1920, siguiendo el ejemplo de Marx, denominó a este fenómeno «destrucción creativa». Al limpiar el proceso de acumulación de tecnología obsoleta y capital fallido y poco rentable, las nuevas empresas innovadoras prosperarían, impulsando la productividad del trabajo y aportando más valor. Schumpeter consideraba que este proceso rompía los monopolios estancados y los sustituía por empresas innovadoras más pequeñas. Por el contrario, Marx veía la destrucción creativa como un aumento de la tasa de rentabilidad, ya que los pequeños y débiles eran devorados por los grandes y fuertes.
Para Marx, la «destrucción creativa» tenía dos partes. Por un lado, estaba la destrucción del capital real «en la medida en que se detiene el proceso de reproducción, se limita o incluso se detiene por completo el proceso de trabajo y se destruye el capital real», porque «las condiciones de producción existentes […] no se ponen en práctica», es decir, las empresas cierran sus plantas y equipos, despiden a sus trabajadores y/o quiebran. El valor del capital se «amortiza» porque la mano de obra y los equipos, entre otros, ya no se utilizan.
En el segundo caso, es el valor del capital lo que se destruye. En este caso, «no se destruye ningún valor de uso», sino que «una gran parte del capital nominal de la sociedad, es decir, del valor de cambio del capital existente, se destruye por completo». Y se produce una caída del valor de los bonos del Estado y otras formas de «capital ficticio». Esto último conduce a una «simple transferencia de riqueza de unas manos a otras» (los que se benefician de la caída de los precios de los bonos y las acciones frente a los que pierden).
Marx argumentó que no hay ninguna crisis permanente en el capitalismo que no pueda ser superada por el propio capital. El capitalismo tiene una salida económica si la masa de trabajadores no adquiere el poder político para sustituir el sistema. Con el tiempo, tras una serie de crisis, la rentabilidad del capital podría restablecerse lo suficiente como para empezar a aprovechar los nuevos avances técnicos y la innovación. Eso ocurrió tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando la rentabilidad del capital era muy alta y las empresas podían invertir con confianza en las nuevas tecnologías desarrolladas durante la depresión de los años treinta y la guerra. Si la rentabilidad pudiera aumentar considerablemente ahora, en 2025, la difusión de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, que ya se están «agrupando» en la actual depresión, podría despegar y provocar un cambio radical en la productividad laboral de las principales economías.
Esta teoría de la destrucción creativa ha sido adoptada por los economistas dominantes. Los recientes ganadores del premio Nobel (Riksbank) de Economía, Philippe Aghion y Peter Howitt, señalaron que la velocidad del auge de las nuevas empresas con nuevas tecnologías y la caída de las antiguas empresas con tecnologías obsoletas está correlacionada positivamente con el crecimiento de la productividad laboral.«Esto podría reflejar la contribución directa de la destrucción creativa y, posiblemente, también un efecto indirecto de la destrucción creativa en los esfuerzos de las empresas establecidas por mejorar sus propios productos». Pero la rentabilidad no tiene ningún papel en esta teoría dominante de la destrucción creativa. Aghion y Howett se ciñen estrictamente a la visión de Schumpeter sobre la innovación de las pequeñas empresas. Sin embargo, Aghion y Howett señalan que las tasas de salida y entrada de empresas en los sectores han disminuido en Estados Unidos en las últimas décadas. La cuota de empleo de las nuevas empresas (empresas con menos de cinco años de antigüedad) se redujo del 24 % al 15 %. En otras palabras, la principal forma de reactivar la inversión y la producción capitalistas se ha disipado. Dado que la «destrucción creativa» es un factor esencial para el crecimiento, «este declive del «dinamismo empresarial» ha contribuido al lento y decepcionante crecimiento de la productividad en Estados Unidos».
La inteligencia artificial y otras nuevas tecnologías, aunque sean eficaces (y eso es dudoso), no proporcionarán un crecimiento sostenido y más elevado, ya que no ha habido «destrucción creativa» desde 2008. En cambio, se ha producido una expansión sin precedentes del dinero de crédito barato para apoyar a las empresas, grandes y pequeñas, en un intento de evitar las crisis. No se ha producido ningún colapso en los precios de las acciones y los bonos ni quiebras masivas de empresas; al contrario, se alcanzan continuamente nuevos máximos históricos en los activos financieros e inmobiliarios. En lugar de liquidaciones, ha habido un número creciente de empresas «muertas vivas» o capitales zombis, que no obtienen suficientes beneficios para pagar sus deudas y, por lo tanto, solo piden más préstamos. También hay una capa considerable de «ángeles caídos», es decir, empresas con deudas crecientes que pronto podrían convertirlas también en zombis.
Al comienzo de la Gran Depresión de los años treinta, hubo una división de opiniones entre los estrategas del capital sobre qué hacer. El entonces secretario del Tesoro, Andrew Mellon, le dijo al entonces presidente Hoover: «Liquida la mano de obra, liquida las acciones, liquida a los agricultores, liquida los bienes inmuebles». Dijo: «Esto purgará la podredumbre del sistema. El alto coste de la vida y el alto nivel de vida bajarán. La gente trabajará más duro y llevará una vida más moral. Los valores se ajustarán y las personas emprendedoras recogerán los restos de las personas menos competentes». Pero, al igual que ahora, la política de liquidación fue rechazada por el resto de la administración, no porque fuera errónea desde el punto de vista económico, sino por temor a las repercusiones políticas. No obstante, Hoover se opuso a la planificación o al gasto público para mitigar la recesión. «Rechacé los planes nacionales para que el gobierno entrara en competencia con sus ciudadanos. Eso era una idea de Karl Marx. Veté la idea de la recuperación mediante un gasto enorme para reactivar la economía. Eso era una idea de un profesor británico. Rechacé los intentos de centralizar la ayuda en Washington con fines políticos y de experimentación social».
Quizás el único ejemplo reciente de política de «liquidación» sea el intento del presidente Milei en Argentina. Pero sus drásticos recortes en el sector público, al tiempo que se mantienen altos tipos de interés y se restringe la oferta monetaria, no han producido ningún resultado «creativo». En cambio, su intento de «limpiar» el sistema del gasto «innecesario», los trabajadores improductivos y las empresas débiles de Argentina, para hacer la economía «más ágil y eficiente», ha llevado al peso argentino al borde del colapso, ya que las reservas de divisas se agotan y se enfrenta a enormes deudas en divisas que pronto deberán pagarse. Así que Trump y su secretario del Tesoro, Bessent, han acudido en ayuda de Milei con un rescate, igual que hicieron los bancos estadounidenses en 2008. Una vez más, el miedo a la caída de Milei ha llevado a lo contrario de la liquidación.
Y el resultado es más deuda. En su intento por evitar la recesión, los gobiernos y los bancos centrales han inyectado dinero y han permitido que las empresas y los gobiernos acumulen deuda. La deuda mundial ha alcanzado casi los 340 billones de dólares, lo que supone un aumento masivo de 21 billones en lo que va de año, tanto como el aumento durante la pandemia. Los mercados emergentes representaron 3,4 billones de dólares del aumento en el segundo trimestre, lo que elevó su deuda total a 109 billones de dólares, un máximo histórico. La ratio deuda/PIB total se sitúa ahora en el 324 %, por debajo del máximo alcanzado durante la recesión pandémica, pero aún por encima de los niveles previos a la pandemia.
Para resolver el problema del crecimiento y la deuda, el FMI pide recortes en el gasto público («los gobiernos no deben retrasarse más. Mejorar la eficiencia del gasto público es una forma importante de fomentar la inversión privada»), es decir, destrucción; al tiempo que impulsa un mayor apoyo al sector capitalista («Los gobiernos deben empoderar a los empresarios privados para que innoven y prosperen»), es decir, creación. La destrucción aquí solo afecta a los servicios públicos y al bienestar, mientras que el sector privado puede esperar más de lo mismo: tipos de interés bajos, recortes fiscales y subvenciones para «empoderar a los empresarios privados».
5. Malas noticias para Ucrania.
Amar cree que la cancelación de la cumbre Putin-Trump supone en realidad una muy mala noticia para Ucrania, porque seguirá perdiendo tierra y gente.
https://swentr.site/news/626915-trump-putin-summit-ukraine/
Por qué la cancelación de la cumbre entre Putin y Trump es una pésima noticia para Ucrania
Occidente y Kiev vuelven a dejar a los ucranianos abandonados en una zona de muerte eterna
Por Tarik Cyril Amar
Hubo, o al menos eso parecía, esperanza de paz durante un breve instante. Y qué engañosa resultó ser. Yo era uno de los que se mostraban cautelosamente optimistas cuando, hace poco más de una semana, se nos informó de que los presidentes de Rusia y Estados Unidos, Vladímir Putin y Donald Trump, habían mantenido una larga y fructífera conversación telefónica y tenían previsto reunirse de nuevo en persona.
La «cumbre Alaska 2.0», que iba a celebrarse en la capital húngara, Budapest, ha sido cancelada antes incluso de que se fijara una fecha definitiva, y las relaciones entre Rusia y Estados Unidos han sufrido nuevos golpes severos. Washington ha impuesto sanciones sin precedentes a las dos mayores empresas petroleras de Rusia, que no habían sido sancionadas anteriormente, y a docenas de sus filiales. Todo ello acompañado de lo que parece ser una retórica deliberadamente condescendiente y ofensiva que culpa a Rusia y a su presidente —y solo a ellos— del persistente estancamiento en la búsqueda de una solución negociada al conflicto de Ucrania, es decir, la guerra proxy occidental contra Rusia.
En realidad, por supuesto, es Washington quien no puede dejar de dar giros de 180 grados que estropean lo que podría haber sido un proceso racional, aunque difícil, de paz. Basta con ver la forma bastante absurda en que Trump y su equipo han oscilado entre exigir a Ucrania que ceda territorios aún no ocupados por Rusia y volver a la posición sin salida anterior a la cumbre de Alaska de que el alto el fuego debe preceder a la paz total.
Además, la administración Trump se ha mostrado, en el mejor de los casos, ambigua sobre otra escalada: Trump lo ha negado de forma poco creíble, pero, en realidad, Washington parece haber permitido a Kiev llevar a cabo ataques de largo alcance con misiles europeos —en particular, el británico Storm Shadow— que incluyen piezas estadounidenses y datos de localización estadounidenses: otra escalada grave y provocadora.
La única medida de moderación razonable que sigue vigente en Washington en este momento es la negativa a transferir misiles de crucero Tomahawk a Ucrania (a través de una Europa de la OTAN y la UE dispuesta a pagar, por supuesto). Una vez más, dada la breve pero decepcionante trayectoria de la segunda administración Trump, no hay motivos para considerar que esta negativa sea fiable y permanente. El anticuado líder de Ucrania, Vladimir Zelensky, ya se ha jactado de que «todavía» no ha conseguido los Tomahawk. Es como si Trump disfrutara de que el mismo hombre al que humilla regularmente en público lo presente como voluble y manipulable. Qué relación tan extraña.
Mientras tanto, los europeos de la OTAN y la UE han paralizado su tan cacareado plan de un «préstamo» sin intereses —no es realmente el término adecuado para dinero que nunca se devolverá— de otros 140 000 millones de euros, utilizando los activos rusos congelados como pseudogarantía.
«Pseudo», porque el pequeño y sucio secreto a voces del plan es que, al final, serán una vez más los contribuyentes de la UE quienes realmente paguen la factura. De hecho, para aquellos que tienen ojos para ver, el canciller alemán Friedrich Merz lo ha admitido desde hace tiempo, aunque en un medio que la mayoría de sus votantes no lee y en términos claramente elegidos para confundir: «las garantías presupuestarias de los Estados miembros… [serán] sustituidas por garantías colaterales en el marco del presupuesto a largo plazo de la UE». Traducción: Ustedes, ciudadanos de la UE, pagarán, pero de una manera lo suficientemente oscura como para que no se den cuenta.
Por ahora, la fortuita incapacidad de la UE para ponerse de acuerdo sobre cómo repartir los riesgos financieros y políticos bastante descabellados de esta doble estafa —a Rusia y a los contribuyentes de la UE— y la descarada exigencia de la ultra corrupta Ucrania de obtener este dinero sin preguntas, solo con confianza, han retrasado la realización del plan. Eso, al igual que la negativa de Estados Unidos a entregar misiles Tomahawk a Kiev, es un pequeño vestigio de cordura que puede que no dure mucho. La nueva fecha límite fijada para tomar una decisión es diciembre. Si los partidarios de la línea dura y los rusófobos de Europa del Este, como el polaco Donald Tusk, «me encantan los atentados terroristas contra infraestructuras vitales siempre que afecten a Alemania», siguen marcando la pauta, es probable que la operación de préstamo para enterrar la credibilidad del euro siga adelante pronto.
Sin duda, la UE no ha perdido su apetito por las medidas que prolongan una guerra devastadora para los ucranianos y dañan la economía y el bienestar general de los habitantes de los territorios de la OTAN y la UE. Se ha lanzado el decimonoveno paquete de sanciones y se han utilizado métodos duros para convencer a los resistentes dentro de la UE —Hungría y Eslovaquia— de que se sometan a un corte total del gas y el petróleo rusos. Es muy posible que estos métodos ya incluyan más ataques terroristas al estilo Nord Stream, ya que las refinerías que procesan petróleo ruso están explotando a un ritmo asombroso.
En resumen, mientras que las autoridades de Kiev pueden celebrar, las noticias para los ucranianos de a pie son terribles: con Estados Unidos volviendo por completo a una guerra por poderes y la UE sin pensar siquiera en abandonarla, la guerra parece destinada a continuar hasta el año que viene. A menos que se produzcan nuevos giros importantes, Ucrania se enfrenta a un invierno terrible y, después, a una primavera que verá renovadas las ofensivas terrestres rusas (como muy tarde).
Mientras tanto, el líder de la OTAN y adulador profesional de Trump, Mark Rutte, cómodamente sentado junto a su jefe estadounidense, ha dicho, en esencia, que le importa un comino el hecho de que menos de una cuarta parte de los ucranianos quieran que esta guerra continúe. El ex primer ministro polaco Leszek Miller recomienda enviar al frente a los jóvenes ucranianos que han huido a Polonia. En resumen, la carne de cañón debe fluir.
Occidente inició su política sistemática y temeraria de exponer a Ucrania en la cumbre de Bucarest de 2008, hace casi 20 años. Lo que vemos ahora es que no cambiará de rumbo ni siquiera ante el terrible fiasco que, como era de esperar, ya ha provocado esa política. La loca y perversa estrategia de sacrificar a Ucrania para dañar a Rusia continúa. Peor aún, cuanto más fracasa, más se intensifica, al estilo de los jugadores compulsivos que no pueden parar hasta que lo han perdido todo. La tragedia de Ucrania es que lo que se está jugando es su tierra y su pueblo.
6. El tercer lugar.
Ayer fue el día internacional de las bibliotecas, aunque solo porque de las muchas bibliotecas destruidas, al extremo centro solo le interesa destacar la de Sarajevo. Dejando eso de lado, permitidme un poco de corporativismo con este artículo sobre nuestro trabajo.
Bibliotecas públicas: un tercer lugar donde ensayar la utopía
Sarah Babiker
Elvira Megías Fotógrafa

24 oct 2025
El 27 de noviembre de 2023, las bombas israelíes arrasaron la biblioteca municipal de Gaza, la más grande de la Franja. Días después, la académica y bibliotecaria Laila Hussein Moustafa escribía en Los Angeles Times: “Cuando se ataca a las bibliotecas, no solo se produce la terrible destrucción de libros. Las bibliotecas son depósitos culturales. Contienen la memoria colectiva, preservan el patrimonio cultural, muestran el desarrollo social y brindan a las personas la oportunidad de aprender y crecer”. En la primavera de 2025, tras año y medio de intensificación del genocidio israelí contra el pueblo palestino, un informe de Naciones Unidas reportaba que 13 bibliotecas de la Franja ya habían sido destruidas.
La biblioteca de Alejandría en llamas, la quema de miles de libros a manos de los nazis en las plazas alemanas, las históricas bibliotecas de Sarajevo y Bagdad asaltadas por el fuego: las bibliotecas han sido históricamente objetivo de ataques que no siempre han tomado la forma de incendio o metralla, el desinterés o la censura también son una amenaza para su supervivencia. Ejemplo reciente de ello es la ofensiva del presidente estadounidense Donald Trump, quien, tras regresar a principios de año a la Casa Blanca, no tardó en embestir contra las bibliotecas por dos frentes: primero, el de la guerra cultural, ordenando retirar los libros considerados woke de las bibliotecas escolares dependientes del Ministerio de Defensa. Segundo, con el desmantelamiento del Instituto Federal de Servicios de Museos y Bibliotecas.
Con todo, las bibliotecas, más allá de ser objetos de destrucción, o presas de la censura y la desinversión, constituyen una institución que ha resistido durante miles de años en diversas formas. En concreto, las bibliotecas públicas fueron categorizadas en los años 80 por el sociólogo Ray Oldenburg, como un tercer lugar, “un espacio de interacción social informal y libre, esencial para la democracia”. Así, la Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias (IFLA), el principal organismo internacional en este ámbito, nacido de la mano de la UNESCO, afirma: “Las bibliotecas metropolitanas sirven como destino y lugar de reunión, acercando a las personas en el centro urbano y en los barrios locales, y a menudo funcionan como un tercer lugar que es a la vez acogedor y un refugio”.

Cuatro estudiantes pasan el tiempo en una zona de la biblioteca de San Fermín, llamada La Casita del Árbol. Elvira Megías
La biblioteca que soñó el barrio
La conexión entre biblioteca y participación vecinal tomó la forma de un edificio de tres plantas, con un espacio arbolado adyacente, en el barrio madrileño de San Fermín. Y es que fueron sus vecinas y vecinos quienes no solo lucharon durante casi tres décadas para conseguir una biblioteca pública, sino que se involucraron en su diseño mediante un proceso participativo. “Esto generó un fuerte sentido de pertenencia incluso antes de que existiera el edificio”, explica Juan Carlos Pérez Iglesias, responsable de la biblioteca municipal, erigida sobre el solar donde la asociación de vecinos levantó una primera biblioteca vecinal en 1994. En 2008 arrancarían el compromiso para disfrutar de una dotación municipal del entonces alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, pero el diseño y la construcción de la prometida biblioteca no empezaría hasta la llegada de Ahora Madrid al ayuntamiento. Finalmente, fue inaugurada en 2022. Para quien ha sido su director desde el principio, la biblioteca es “un símbolo de orgullo para San Fermín. Representa lo que el barrio puede conseguir cuando se organiza”.
Jose ojea periódicos en la hemeroteca de la planta de acceso, lleva cinco años jubilado y viene a menudo a esta biblioteca. Conoce varias, pero considera que esta es la mejor con diferencia. Aquí lee la prensa y a veces usa los ordenadores. No es un experto, pero cuando no se apaña con algo, el personal le echa una mano, lo que agradece. Jose no es vecino y desconoce la historia detrás de este edificio, pero los amplios espacios, la tranquilidad y la iluminación natural le hacen visitarlo a menudo. “Nadie observa lo que haces, te sientes libre para ir a cualquier parte”.
La hemeroteca comparte planta con la sala de ordenadores y un espacio donde se puede comer decorado con un mural del artista Okuda San Miguel en cuya realización también participó el barrio, según nos explica Juan Carlos mientras nos muestra el edificio. Del otro lado de la isleta donde un grupo de bibliotecarias recibe a los usuarios, está la bebeteca y la zona infantil. El espacio juvenil, la comiteca, la colección de libros, el espacio polivalente, las salas de trabajo y de lectura se reparten por el resto del edificio, que cuenta con una terraza abierta con vistas al parque lineal del Manzanares. Abajo, entre los árboles, un pequeño anfiteatro y una mesa con bancos completan este tercer lugar donde se suceden numerosas actividades: presentaciones de libros, visitas escolares, cuentacuentos, talleres de ganchillo, clases de árabe. Es evidente que era un espacio esperado: “El primer mes tras la inauguración hicimos tres mil carnets”, recuerda su director.
Javier entra a trabajar en el turno de tarde y recibe la felicitación de sus compañeras: le quedan pocos meses en San Fermín, acaba de sacarse una plaza como bibliotecario para el Ministerio de Cultura. Ya ha sido interino en la Biblioteca Nacional, allá sabe que trabajará con otro material y otros usuarios. “Lo que más me gusta de trabajar aquí es el encuentro con los vecinos”, explica. Pone un ejemplo, el de un señor de 60 años “que nunca había podido leer, porque ha pasado toda la vida trabajando, y me dice ‘desde que vengo aquí, ya no paro’”. Javier es minoría en un equipo hecho mayoritariamente de mujeres, tradicionalmente más presentes en las bibliotecas. Cristina, una de ellas, aventura una hipótesis sobre esta preponderancia femenina: “Creo que hay una parte fundamental de refugio en la lectura, y me parece que aquí nos encontramos mucho las mujeres: en los clubes de lectura, en la propia biblioteca sin más. Somos grandes lectoras, en todas las edades. Además, tenemos mucho interés por compartir esas historias, que también son nuestras historias”. Pone como ejemplo el club de lectura feminista, un espacio autogestionado al que cada vez se suma más gente.
“Aunque se suele leer y escribir en soledad, estos son actos colectivos porque nos acercan a otras mentes, a otros lugares y otros siglos. Nos ayudan a contener multitudes”, explica por correo electrónico, con su evocadora prosa, la historiadora de los libros y las bibliotecas Irene Vallejo. Los libros, continúa, ayudan a “apartarnos de la catarata de mensajes fragmentarios, propagandísticos, efímeros y espasmódicos que nos inundan en las redes. Cuando, además, ese primer momento de introspección desemboca en la conversación compartida de un club de lectura, el impulso transformador se amplifica. A estos círculos se entra con una sola lectura del libro y se sale con puntos de vista múltiples, en gozosa polifonía”. Para la autora de El Infinito en un Junco. La invención de los libros en el mundo antiguo (Siruela, 2019), iniciativas como los círculos de lectura, surgidos desde abajo “implican un desafío al individualismo extremo y tejen redes”.

Cristina, bibliotecaria en la BPM de San Fermín Elvira Megías De redes también habla Cristina, aquellas que se generan en una biblioteca que siente como propia. “La hemos estrenado, la hemos montado nosotros, la gente sabe quién eres, cómo te llamas, viene a hacer visitas, te cuentan sus cosas, si les ha gustado el libro. Es todo muy cercano”. Recuerda que los primeros días, cuando los vecinos pasaban a curiosear, ella les recordaba “muévete libre, estás en tu casa”. Tres años después siente que en la cotidianeidad se ha hecho familia, ha visto crecer a niños y niñas que la saludan por su nombre y le piden recomendaciones. El barrio hizo la biblioteca, pero también “la biblioteca hace barrio”.
Un barrio hecho de gente de todos los orígenes y todas las edades. En la casita del árbol, un espacio de madera que sobresale de la primera planta, pasan el rato un grupo de chicas. Cuentan que están a gusto en este rincón de la biblioteca que, recuerda Pérez Iglesias, los vecinos idearon. Charlan, miran el móvil, dos de ellas han sacado unos cuantos mangas de la comiteca. Ya fuera, dos niños y su madre entran en el recinto ajardinado. No tienen planes de meterse en el edificio, acaban de salir del colegio y hay hambre. “Mi hija me ha pedido pasar porque echaba de menos la biblioteca después de todo el verano”. ¿Qué es lo que tanto te gusta de este lugar? le preguntamos. “¡Que hay libros para leer!”, responde la niña, de unos siete años.
Un palacio del pueblo en Carabanchel
“Los manga tienen mucho éxito”, informa Conchi, en su mesa en la Comiteca de la Biblioteca Luis Rosales, de la red autonómica madrileña. Explica que también los superhéroes gozan de mucho tirón entre la chavalada y que los adultos buscan más cómic europeo. Esta bibliotecaria piensa que lo que hace venir a tanta gente a esta sección no es solo el amplio fondo del que dispone, sino que también el espacio invita a estar: con una fácil visibilidad de las obras disponibles, cómodos sofás donde hojear el material, y al lado del punto joven. María Teresa Morata Arráez, directora de la biblioteca, cuenta que, cada tarde, después del instituto, todo el espacio se llena de chavalada. “Vienen a estudiar, a verse, al bar. Hacen mucha vida social”. Natalia está sentada junto a dos amigos en los sillones frente a uno de los principales atractivos de la biblioteca: la fachada acristalada con vistas a la ciudad. Vienen aquí para estar tranquilos, afirman que hay pocos espacios en la ciudad donde simplemente estar. A unos metros, en una mesa medio escondida entre estanterías, Marta revisa su TFG de Biología, viene de vez en cuando en busca de silencio y espacio, algo no siempre fácil de encontrar en su casa.

Marta prepara su TFG en la Luis Rosales. Elvira Megías Mari Carmen acude casi cotidianamente con su marido: mientras él lee la prensa, ella devora libros en un sofá. El ambiente tranquilo, ver a gente de todas las edades compartiendo espacio y la impresionante vista son algunas de las razones por las que le gusta este lugar. Morata Arráez es consciente de lo excepcional de la panorámica, a ella le impresionan los cambios de luz a lo largo del día, “una pena que no podáis estar más tiempo para apreciarlo”. En una ciudad donde están de moda bares en las azoteas para disfrutar de las vistas mientras se consume, los usuarios de la Luis Rosales pueden disfrutar del mismo lujo gratis. Inaugurada en 2010 en una zona de expansión demográfica que venía necesitando este tipo de infraestructura, la biblioteca, considera su directora, “es un espacio muy importante para el barrio”. Equipada con un espacio de accesibilidad, que cuenta con lupas de ampliación, audiolibros, o una colección de lectura fácil, la biblioteca también acoge a quienes tienen dificultades con la lectura. Colegios de educación especial o asociaciones hacen uso de este recurso, explica su directora. Además, vecinas y colectivos del barrio solicitan las instalaciones para todo tipo de actividades.
Maria Teresa Morata, directora de la Biblioteca Pública Luis Rosales. Elvira Megías De la sala polivalente salen unos gritos que chocan con la calma del lugar. Adentro, un grupo de actores prepara una obra de teatro que estrenarán pronto. “Cuando buscamos un sitio de ensayo público y pensamos en la biblioteca, no sabíamos que tenía esta sala tan chula”, explica Sergio, el director de la compañía. Acostumbrados a ensayar en sitios mucho menos acogedores, en la biblioteca, además, se amplían las posibilidades: durante las pausas pueden tomar libros prestados, o subir a disfrutar de las vistas, celebra.
“Construir espacios donde pueda reunirse todo tipo de gente, es la mejor manera de reparar las fracturadas sociedades en las que vivimos hoy en día”
Mucho antes de que la sociología apuntara al concepto de tercer lugar, el filántropo multimillonario estadounidense Andrew Carnegie acuñó la expresión “palacios del pueblo” para las bibliotecas. Quien no fuera precisamente generoso con sus trabajadores como magnate industrial dedicó gran parte de su fortuna a la construcción de miles de bibliotecas públicas. El sociólogo Eric Klinenberg retoma este concepto en su libro Palacios del Pueblo: políticas para una sociedad más igualitaria (Capitán Swing, 2021) donde destaca el potencial de las infraestructuras sociales en ciudades marcadas por la desigualdad, la segregación y la desconfianza. El autor recuerda que “construir vínculos reales requiere un entorno físico común, una infraestructura social”. Así, defiende, “construir espacios donde pueda reunirse todo tipo de gente, es la mejor manera de reparar las fracturadas sociedades en las que vivimos hoy en día”.
Por su parte, en su libro Bibliotecas: una historia frágil (Capitán Swing, 2024) Andrew Pettegree y Arthur Der Weduwen consideran que si las bibliotecas han sobrevivido a desafíos como la emergencia de internet, se debe principalmente a que “son espacios donde pensar despacio, lejos del ajetreo de la vida cotidiana: es la aleatoriedad de los libros, del gusto y de la curiosidad lo que garantiza que las bibliotecas sigan siendo un lugar donde una amplia muestra transversal de la sociedad puede acercarse, pasear, rebuscar y marcharse cuando le plazca. Es la arbitrariedad la que diferencia la biblioteca de otros espacios públicos compartidos, y la búsqueda de algo enriquecedor, sea lo que sea”.

Por las tardes, son muchos los y las estudiantes que se juntan a estar tranquilas en los sillones de la Luis Rosales. Elvira Megías
Un espacio irremplazable
De un día para otro, allá en 2019, la Manuel Alvar no abrió sus puertas. El cierre tomó al barrio de la Guindalera (Madrid) por sorpresa, los libros en préstamo aún estaban en las casas de los usuarios. La biblioteca —la única de titularidad estatal en Madrid, gestionada por la comunidad autónoma— pasó por una primera obra de urgencia a cargo del Ayuntamiento. Cuando parecía que iba a abrir, aparecieron nuevos carteles anunciando una inversión mucho mayor para planes de mejora. Seis años después, el espacio sigue cerrado, aunque se suponía que abriría en septiembre. Por el 24 de octubre, día Internacional de las Bibliotecas, las vecinas volverán a concentrarse ante el edificio para reivindicar su apertura. En el centro cultural La Atenea, podrán después debatir con representantes de las administraciones implicadas.

Marisa, activista por la reapertura de la Biblioteca Manuel Alvar, ante el edificio en obras. Elvira Megías Es justamente en La Atenea, a pocas manzanas de la biblioteca cerrada, donde Marisa relata minuciosamente el recorrido que los colectivos del barrio han hecho durante el tiempo que se han visto privados de su principal biblioteca. Quien fuera ávida usuaria de las instalaciones lamenta que en estos seis años una generación de niñas y niños pequeños no haya podido disfrutar de la sala infantil, y otra generación de estudiantes de instituto no haya contado con este espacio para estudiar: hasta 2023 los libros permanecieron en la biblioteca cerrada. Averiguaron que iban por fin a retirarlos para acometer la reforma, gracias a su rastreo de las licitaciones. Y es que, protesta, es todo muy opaco. Van enterándose de las cosas gracias a una doble vigilancia vecinal: a través del portal de transparencia comprueban el ritmo al que se ejecuta el presupuesto, mientras observan los lentos avances en el edificio vacío. Y presionan con movilizaciones los días del libro y de la biblioteca, y con reuniones con las distintas administraciones. Marisa no tiene muy claro que esta presión esté sirviendo para mucho, explica frente al edificio en el que efectivamente no parece que haya una inminente apertura en camino. Empieza a sospechar que “a nadie le importan las bibliotecas, quizás piensen que son una cosa antigua”.
En realidad, las bibliotecas parecen importarle a mucha gente, prueba de ello es el gran éxito que cosechó El infinito en un junco, con cien millones de lectores en todo el mundo. “Las bibliotecas públicas cumplen una labor social irremplazable: ofrecen un lugar hospitalario donde estudiar, leer y aprender a quienes no lo tienen, con calefacción en invierno, aire acondicionado en verano, ordenadores y conexión a internet, infinitas posibilidades”, defiende su autora. “También brindan algo especialmente valioso: ayuda de personal humano. Albergan actividad cultural gratuita. Ponen a disposición de todos libros, periódicos, revistas, películas, series, música y la posibilidad de navegar sin ningún coste”. Y esto, en la urbe neoliberal entregada al negocio, no es poca cosa: “Hay pocos lugares en nuestras ciudades y pueblos donde todo el mundo sea recibido, sin pedirle que consuma, que gaste, que compre”.

Una de las bibliotecarias de La Magdalena posa frente al local. Elvira Megías
Bibliotecas del común
No son siempre las administraciones públicas las que ofrecen este refugio: entre las calles de las urbes gentrificadas, o en las zonas rurales aisladas en la periferia del capitalismo, las bibliotecas comunitarias, de inspiración obrera o popular, forman también parte de la larga historia de esta institución hecha de libros y de encuentro. En el barrio de Lavapiés, entre cuquis locales para tomar el té, tiendas al por mayor regentadas por personas migrantes y airbnbs, resiste desde hace más de diez años la Biblioteca Anarquista Magdalena. El nombre le viene de la calle donde surgió en 2003 y pasó sus primeros años, compartiendo un espacio de la CNT con otras iniciativas libertarias. Lo que arrancó como un proyecto para mandar libros a presos, se ha convertido en una biblioteca de 4.000 volúmenes.
En la Magdalena abren todos los días y consideran que, si resisten, es porque son muy cabezotas, pero también porque tienen una buena red de apoyo
Abren todos los días y consideran que, si resisten, es porque son muy cabezotas, pero también porque tienen una buena red de apoyo. “Solidaridad llama a solidaridad”, apuntan, y además “en el mundo libertario siempre ha habido mucho apoyo mutuo”. Justamente Mark, estudiante ruso, ha venido por segunda vez al local. Busca a su compatriota Kropotkin: quiere leerlo en español. No es el único visitante, Carla, una estudiante colombiana, lleva un buen rato mirando entre los estantes, encontró la biblioteca en las redes y aunque le ha costado sacar un rato para venir, al final lo ha conseguido: se lleva un libro sobre migraciones y otro sobre la hiperconectividad digital. A pie de calle, en el espacio entran personas como ellos, que buscan específicamente libros libertarios y de pensamiento crítico y se han acercado a propósito hasta allí, pero también turistas y curiosos, o gente que conocía el proyecto desde el antiguo local. Desde hace un año, los martes reciben la visita de niños y niñas, integrantes de los Dragones de Lavapiés —un club de fútbol del barrio— que vienen a aprender a jugar al ajedrez, una algarabía que es bienvenida.
Aunque la asamblea que mantiene el espacio pensó en trasladarse a algún otro barrio más asequible ante la embestida de la gentrificación, finalmente decidieron que siendo la única biblioteca anarquista grande en Madrid, debían permanecer en el centro. Se trata de que todo el mundo pueda acercarse, dar espacio a otros proyectos, o incluso guardar material. La biblioteca también sirve, en palabras de sus responsables para dar “apoyo logístico cuando hay concentraciones y manifestaciones, es punto de encuentro y punto seguro. Ya todo el mundo sabe que si hay algún problema, nos vamos a Magdalena, es como nuestra casa en el centro, nuestro núcleo de resistencia”. Una casa en la que una vez al mes ofrecen un desayuno entre libros. Una actividad de la que dudaron al principio y sin embargo se ha revelado un éxito: esos días se añaden más socios y se prestan más libros que nunca.

Mark, estudiante ruso, entra en la Biblioteca Anarquista. Elvira Megías Con un océano de por medio, desde el interior de Rio Grande do Sul, en Brasil, Alejandro manda varios audios entusiastas en los que nos habla de su trabajo en el Instituto Atairu, el paraguas bajo el que se agrupan varias bibliotecas comunitarias en dos asentamientos de la reforma agraria. La primera de ellas, en Belo Monte, acaba de cumplir una década. “Lo que ofrece cada biblioteca depende de cada comunidad, todas las bibliotecas están en locales que son propiedad de las comunidades, gestionados por ellas mismas”. Más allá de los libros que ponen a disposición de estas comunidades rurales alejadas de las grandes urbes, donde a veces solo llegan las iglesias, las bibliotecas son centros de actividad cultural, apoyo al aprendizaje en todas las franjas etarias, encuentro intergeneracional, memoria. “Hay veces que tu libertad no es solamente que no puedas hacer las cosas, sino que no eres capaz de imaginarlas”, apunta Alejandro. Por eso considera que la cultura, las artes, la lectura crítica que se potencia en las bibliotecas son fundamentales para sustentar la participación democrática.
Para la organización es muy potente también políticamente descentralizar la cultura de las ciudades, trayendo artistas, músicos y escritores hasta los asentamientos, montando festivales, pero también posibilitando que su población muestre su actividad artística y cultural en otros lugares del país. Para ello, pertenecer a redes de bibliotecas populares a lo largo y ancho del estado es fundamental, “nos hace mucho más fuertes realmente, aprendemos mucho de quienes gestionan otras bibliotecas que han vivido situaciones similares”.

Una compañía de teatro ensaya en la sala de la biblioteca Luis Rosales. Elvira Megías
Entre la resistencia y la utopía
Son numerosas las voces que consideran que las bibliotecas públicas son una anomalía en las sociedades neoliberales, y como tal suponen un espacio de resistencia ante el empuje de un sistema que también las afecta. En su artículo “Neoliberalism, Democracy and the Library as a Radically Inclusive Space”, el teórico inglés Tim Huzar problematiza el extendido uso de la palabra “cliente” para definir al usuario, un término con el que se cuela una razón neoliberal con “connotaciones monetarias y transaccionales inherentes”.
“El neoliberalismo”, explica este autor, está reinventando la biblioteca pública como lugar de inversión para el homo œconomicus, una configuración particular de ser humano entendida, ante todo, como una inversión en uno mismo, y definida por la utilidad y el cálculo individual personal”. Así como vamos al gimnasio para invertir en nuestras identidades físicas, “la biblioteca se convierte en el gimnasio intelectual del homo œconomicus”. Frente a este paradigma, Huzar defiende que la biblioteca ejerce como espacio de resistencia en cuanto a su radicalidad inclusiva. El hecho de no categorizar a la población, de acogerla sin preguntas, ni condiciones, ni requisitos de membresía, es lo que genera esta inclusividad radical. Pero también la apertura a la posibilidad de múltiples usos “basados en la imaginación y las acciones de los usuario y el personal de la biblioteca, y en la supuesta confianza entre la biblioteca y sus usuarios”.
“La vida cotidiana en la biblioteca no estaba totalmente colonizada por el orden capitalista, ya que los usuarios hacían suyo el espacio a través de prácticas cotidianas”
Por su parte, la antropóloga Sofya Aptekar, a partir de su trabajo de campo en una biblioteca del barrio neoyorkino de Queens, concluye que “las bibliotecas pueden verse como nodos fundamentales del derecho de las personas a la ciudad”. “La vida cotidiana en la biblioteca no estaba totalmente colonizada por el orden capitalista, ya que los usuarios hacían suyo el espacio a través de prácticas cotidianas”, explica en el artículo “The Public Library as Resistive Space in the Neoliberal City”. Estas prácticas cotidianas emancipatorias van más allá de poder tomar prestados recursos sin pagar por ello, e incluyen muchas veces al personal con “normas explícitas o implícitas de evitar llamar a la policía, pero también no sancionar los retrasos en algunos casos, y proveer activamente espacios para la gente que son un respiro frente al sistema capitalista”. En conversación con El Salto, la investigadora también remite al concepto de “moral underground” [ética clandestina], acuñado por la socióloga Lila Dodson, que habla de cómo los trabajadores en Estados Unidos se saltan cotidianamente las normas de un sistema económico injusto. No faltan, sin embargo, las presiones contra esa “ética clandestina” en unos trabajadores “que también están exprimidos por el neoliberalismo, e intentando sobrevivir”.
En un artículo publicado el 15 de julio de 2024, tras perder su cargo como presidenta de la ALA —la asociación de bibliotecarios estadounidense, fundada en 1876—, Emily Drabinski osaba defender las bibliotecas como “lo más cercano a una institución socialista en los Estados Unidos contemporáneos”, recordando que, frente al acecho privatizador, “no hay infraestructura que pueda absorber toda la labor pública que realiza una biblioteca. Para muchos bibliotecarios, las consecuencias materiales del capitalismo desenfrenado son cotidianas. A menudo, somos el único espacio público interior de nuestras comunidades y ofrecemos el único baño público accesible”. Esta académica y bibliotecaria marxista piensa que, después de todo, la censura de libros no es más que una forma de atacar una institución pública. Enumera casos en los que pánicos morales ante algunas obras se han traducido en la desfinanciación de las bibliotecas señaladas. Y es que, defiende, los bibliotecarios no sólo ofrecen libros woke, sino que garantizan el acceso de la gente a bienes públicos. Por ello, concluye que “los bibliotecarios debemos estar en el corazón de la lucha por el mundo que queremos”.
Vallejo coincide en esta mirada sobre las bibliotecas. “Día a día favorecen lo comunitario y disminuyen el aislamiento. Nacieron para contrarrestar diferencias de nacimiento y obstáculos sociales. Son útiles y amables: una aproximación a la utopía”, defiende. En la misma línea, Aptekar recupera la idea de utopía imperfecta del teórico Eric Olin Wright, quien entendió las bibliotecas como un ejemplo de utopía real, en cuanto que permiten a las personas “trascender el mercado capitalista y alejarse de formas de vida centradas en el consumo”. La antropóloga apuesta así por una mirada cercana a las prácticas cotidianas emancipatorias que se dan en estos palacios del pueblo. “Las bibliotecas públicas, mundanas y dadas por sentadas, nos permiten ver utopías reales e imaginar otras alternativas”.
7. Del capitalismo verde a la motosierra.
Hemos pasado de un Green Deal europeo a leyes ómnibus para acabar lo más rápidamente posible con las leyes de protección de la naturaleza, limitación de los combustibles fósiles, etc.
https://www.elsaltodiario.com/union-europea/motosierra-servicio-capital-fosil
La motosierra de la UE al servicio del capital fósil
La cumbre del Consejo Europeo, que se celebra entre el jueves y el viernes, tiene la agenda de la desregulación entre las principales prioridades.
Tom Kucharz
23 oct 2025
Diecinueve dirigentes europeos, entre ellos Friedrich Merz, Emmanuel Macron, Giorgia Meloni y Donald Tusk, escribieron este lunes al presidente del Consejo Europeo, António Costa, exigiendo una “revisión sistemática” de todas las leyes de la UE. “Pedimos una revisión sistemática de toda la normativa de la UE para identificar las normas superfluas, excesivas o desequilibradas”, rezaba la carta. “Debemos examinar todo el acervo de normas de la UE para determinar si siguen siendo adecuadas para su propósito”, tal como propuso Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo y antiguo ejecutivo del banco de inversión Goldman Sachs, en su informe sobre competitividad el año pasado.
Casi todos los Estados de la UE han designado un funcionario en Bruselas para que se dedique a tiempo completo a recortar la legislación comunitaria. Estos “diplomáticos de motosierra” negocian hasta dos días enteros a la semana y reciben instrucciones directas de las jefaturas de gobierno, de acuerdo a la información que maneja Euroactiv. En el caso de la Representación Permanente de España en la UE, los funcionarios encargados de la coordinación para los temas Ómnibus son Ignacio Garrido y Alejandra Sánchez.
Según los 19 mandatarios, los próximos cuatro años de legislación se caracterizarán por un “flujo constante” de propuestas Ómnibus, los paquetes jurídicos que pretenden recortar las normas existentes. De hecho, la mayoría neoliberal de conservadores, liberales y socialdemócratas del Parlamento Europeo acaba de aprobar —aún falta el voto definitivo en Pleno— el primer paquete Ómnibus para reescribir las directivas sobre diligencia debida en la cadena de suministro e información empresarial con el fin de que las transnacionales sigan recurriendo impunemente al trabajo infantil, la esclavitud moderna o destruyendo ecosistemas, algo sobre lo que volveremos en este texto.
El poder económico ha utilizado todo la influencia a su alcance para impedir que estas directivas entren en vigor. En los últimos meses ha habido un cabildeo sin descanso. Petroleras como ExxonMobil o TotalEnergies, así como la élite económica, presionaron a los gobiernos europeos. El canciller alemán, Friedrich Merz visitó a Pedro Sánchez para pedirle que llamara a Iratxe García, miembro de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE y presidenta de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D) del Parlamento Europeo. El Partido Popular Europeo (PPE) amenazó a las bancadas de S&D y Renew con votar con la extrema derecha si estas no aceptaran sus medidas. Incluso, el Gobierno de Donald Trump intimidó a la UE por estas leyes, especialmente sus disposiciones climáticas que afectarían a las grandes sociedades estadounidenses que operan en la UE.
“Necesitamos su influencia”
La Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha dejado muy claro que la prioridad de la UE para los próximos años será impulsar la “competitividad” de la industria, entre otras cosas mediante la desregulación de las normas comunitarias que el sector industrial percibe como gravosas. Esta ofensiva capitalista incluye el desmantelamiento de las normas sociales y medioambientales existentes, vías de escape que permitan a las empresas eludir la regulación, así como nuevos obstáculos para la regulación a nivel nacional. Para eso fue investida con los votos de PPE, S&D, Renew y Los Verdes.
En febrero de 2025, la Comisión Europea presentó los dos primeros paquetes Ómnibus para rebajar el marco regulatorio para las empresas, incluyendo las directivas relativas a información corporativa en materia de sostenibilidad (CSRD) y diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad (CSDDD), además de un proyecto de Acto Delegado sobre Taxonomía y un anexo para la simplificación del Reglamento Mecanismo en Ajuste de Frontera de Carbono (CBAM).
Von der Leyen admitió que procede mano a mano con la industria. En una conferencia organizada por la Federación de Industrias Alemanas (BDI), la Asociación de Cámaras de Industria y Comercio Alemanas (DIKH) y otros grupos de presión, celebrada en Berlín el 18 de septiembre, dijo: “Hay que reducir la burocracia. Por eso, junto con las asociaciones y las empresas de los distintos sectores, estamos examinando los distintos ámbitos de la legislación europea. Hemos lanzado los seis primeros paquetes de simplificación: los omnibuses. (…) Y hay más en camino”.
De aquí a diciembre, la Comisión Europea tiene previsto publicar otros tantos paquetes Ómnibus sobre simplificación digital (19 de noviembre), medio ambiente (25 de noviembre) y seguridad alimentaria y de los piensos (10 de diciembre), así como movilidad militar, automoción y energía (fechas por confirmar).
Además, Von der Leyen animó al empresariado a contribuir a la aprobación de los recortes: ”Señoras y señores, para conseguir que todo el mundo apoye este programa en la práctica, también necesitamos su influencia. La influencia de una industria fuerte, de unas pymes fuertes. Pongan esa influencia sobre la mesa. En el Parlamento, en el Consejo. No es momento de vetos“. Los organizadores del acto habían preparado cinco peticiones, entre ellas ”una aplicación estricta del principio de ‘uno dentro, dos fuera’“ (lo que significa que sólo se podrán introducir nuevas leyes si se suprimen dos de las ya existentes).
Aunque von der Leyen enfatizó en numerosas ocasiones que los paquetes Ómnibus no tienen que ver con la desregulación, hizo esta intervención en la Cumbre de Competitividad de Copenhague el 1 de octubre: ”Cuando hablamos de simplificación, todos estamos de acuerdo en que necesitamos simplificación, necesitamos desregulación. La necesitamos a nivel europeo. En realidad, también la necesitamos a nivel nacional, en lo que se refiere a la sobrerregulación. Pero espero que con los omnibuses estemos dando un buen ejemplo para que otros puedan seguirlo“.
Esta agenda, asumida por toda el ejecutivo de la UE, incluyendo a la vicepresidenta Teresa Ribera (PSOE), se inspira en gran medida en las propuestas de los grupos de presión empresariales. El momento se parece mucho a cuando las clases dirigentes determinaron tanto el sistema de gobernanza económica así como los tratados de la UE (de Maastricht a Lisboa) que consagraron el objetivo central de salvaguardar una economía de mercado neoliberal asegurando que la maquinaria institucional estuviera al servicio del gran capital.
Pero cuando los titulares sobre la agenda internacional están copados por cada exabrupto de Trump, se hace cada vez más difícil destapar que las políticas de la UE equivalen a las del gobierno estadounidense, que está ejerciendo poder en favor de un orden mundial basado en los combustibles fósiles, frustrando activamente la descarbonización.
Las prioridades del Consejo Europeo
En lo más inmediato, los jefes de Estado o de Gobierno de la UE buscan acelerar la mal llamada simplificación legislativa con el fin de facilitar a las grandes corporaciones la obtención de beneficios, según un documento filtrado obtenido por Politico. El borrador de las conclusiones del Consejo Europeo, la reunión que se celebrará este jueves en la capital belga, subraya ”la necesidad de avanzar urgentemente en una agenda ambiciosa y horizontal de simplificación y mejora de la regulación a todos los niveles“.
La propuesta de declaración conjunta insta a la Comisión Europea y al Parlamento a acelerar el trabajo para recortar las medidas reguladoras ”con carácter prioritario“, instando a la aprobación de los paquetes ”Ómnibus“ propuestos por el brazo ejecutivo del bloque este año y en línea con la carta de la mayoría absoluta de la derecha europea en el Consejo.
Al mismo tiempo, pide a la Comisión ”que presente rápidamente otros ambiciosos paquetes de desregulación en los ámbitos de la automoción, la movilidad militar, el sector digital, el medio ambiente y la seguridad alimentaria, así como una revisión del reglamento REACH“, el principal reglamento de la UE sobre sustancias químicas tóxicas. Además de los nuevos ámbitos, se aboga por ”reforzar la simplificación“ en el sistema bancario.
Otras medidas del necrocapitalismo europeo son los llamamientos para garantizar que la transición ecológica no obstaculice la industria, la ampliación del régimen de guerra de la UE, nuevas leyes contra las personas migrantes y el apoyo financiero a Ucrania.
Al final, todo se resume en dinero. Los ministros de industria de la UE debatieron a finales de septiembre el Fondo Europeo de Competitividad, dotado con 410.000 millones de euros, una de las principales partidas del presupuesto comunitario de 2 billones de euros para el periodo comprendido entre 2028 y 2034. El Gobierno de España ha defendido una “mayor presencia de los sectores industriales” en el instrumento y más dinero a sectores como la automoción y la química.
ExxonMobil fusila la legislación climática
Con el lanzamiento de la Declaración de Amberes, en febrero de 2024, asociaciones empresariales como Cefic y BusinessEurope comenzaron a abogar por una normativa Ómnibus destinada a ”corregir“ las leyes del Pacto Verde de la UE, incluida la Directiva sobre diligencia debida. Mientras que la mayoría de las compañías dejan que las asociaciones empresariales lideren el cabildeo, una ha destacado por lograr cambios radicales en la legislación de la UE: el gigante estadounidense del petróleo y el gas ExxonMobil, como reveló una investigación de la ONG SOMO.
Los documentos de ExxonMobil, a los que SOMO ha tenido acceso, muestran que desde 2023 la petrolera ha presionado duramente contra la diligencia debida y, concretamente, los planes de transición climática. Debatió la propuesta Ómnibus I en al menos 25 reuniones con la Comisión Europea y el Parlamento entre enero de 2024 y julio de 2025, lo que la convirtió en la empresa más activa en esta cuestión. Igualmente ha financiado grupos de expertos y eventos mediáticos que han promovido la misma narrativa contra la burocracia comunitaria. Todo ello dio sus frutos: tres de las cuatro prioridades del gigante energético para debilitar la directiva debida acabaron en la propuesta Ómnibus de la Comisión Europea, así como en las posiciones del Consejo y del ponente del Parlamento Europeo, Jörgen Warborn.
El director ejecutivo de ExxonMobil, Darren Woods, presionó con éxito al presidente estadounidense Trump con el fin de que utilizara las negociaciones comerciales con la UE para atacar las legislaciones europeas. El documento acordado entre la Casa Blanca y la Comisión Europea de agosto de 2025 incluye un compromiso con al menos tres de sus demandas.
Días antes de una votación relevante en la eurocámara, algunos de los actores corporativos más poderosos de Europa, encabezadas por TotalEnergies y Siemens, han reclamado la abolición total de las directivas de rendición de cuentas sobre los derechos humanos, el daño ambiental y la acción climática. En una carta dirigida al presidente Macron y al canciller Merz, firmada por 46 empresas francesas y alemanas, los directores ejecutivos pidieron, la “abolición total de CS3D como una señal clara y simbólica para las empresas europeas e internacionales de que los gobiernos y la Comisión están realmente comprometidos con la restauración de la competitividad en Europa” (la lista completa de firmantes se puede consultar aquí).
Merz-Sánchez: unidos en la desregulación
Ahora sabemos que estas maniobras han llegado a las más altas esferas políticas. Ha salido a la luz que el canciller alemán presionó personalmente al presidente del Gobierno español para que aceptara los recortes en las legislaciones sobre responsabilidad empresarial en el Parlamento Europeo. Una maniobra con peso real, dado que el PSOE lidera el grupo S&D.
El pasado 1 de octubre, en la reunión informal de jefes de Estado o de Gobierno en Copenhague, Merz instó a sus homólogos a acelerar lo que llaman eufemísticamente la “reducción de la burocracia” pero que en realidad implica amplías medidas para blindar los intereses del poder económico y financiero. Sólo una semana después se produjo un importante desenlace en el Parlamento Europeo: el grupo socialdemócrata (S&D) abandonó su oposición para descafeinar aun más, si cabe, las normas de carácter medioambiental y de derechos humanos.
La rapidez con la que el S&D cedió tiene que ver, en parte, con la amenaza del Partido Popular Europeo (PPE) de aprobar los cambios con los votos de la extrema derecha, pero aún más importante fue la presión conjunta de Merz y Sánchez. El pasado 18 de septiembre, Merz visitó al presidente del Gobierno español en La Moncloa, poniendo fin así a un pequeño periodo de enfriamiento de relaciones entre Berlín y Madrid, después de que Sánchez había mantenido una estrecha relación con el ex canciller del SPD, Olaf Scholz.
A puerta cerrada en Madrid, Merz apremió a Sánchez que influyera en los eurodiputados del PSOE —el grupo más importante del S&D y que preside García Pérez— para que cedieran en leyes importantes como el paquete “Ómnibus” de desregulación. Sánchez accedió a esta petición, convenció a García Pérez y S&D dio marcha atrás en la ley de sostenibilidad empresarial. La eurodiputada neerlandesa y ponente del grupo en las negociaciones para recortar las obligaciones empresariales, Lara Wolters, dimitió de su cargo en señal de protesta.
El propio Merz insinuó el nuevo eje Berlín-Madrid: tras la reunión de septiembre afirmó que ambos jefes de Gobierno cooperarían “muy estrechamente” en adelante para permitir “una colaboración realmente buena” entre los dos grupos políticos en el Parlamento Europeo.
En España, de todo ello no trascendió nada a la opinión pública. Sumar, el socio minoritario del Gobierno de coalición, tampoco protestó ante lo ocurrido.
Ómnibus I: más impunidad corporativa
El 13 de octubre, y como consecuencia de todo el cabildeo anterior, la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo aprobó, con 17 votos a favor, seis en contra y dos abstenciones, una sustanciosa reversión de dos leyes europeas destinadas al mundo empresarial, que ya de por sí eran laxas y poco ambiciosas: la de información corporativa en materia de sostenibilidad y diligencia debida conocidas por sus terribles acrónimos en inglés CSRD y CSDDD. La primera apremia a las empresas a informar sobre sus impactos sociales y ambientales. La segunda requiere que identifiquen y prevengan abusos en sus cadenas de suministro.
Adoptados en 2023 y 2024, respectivamente, las directivas sobre información corporativa (CSRD) y diligencia debida (CSDDD) únicamente obligarían a las empresas de cierto tamaño a presentar informes de sostenibilidad verificados por terceros (suelen ser las multinacionales de la auditoría cómplices de sus clientes), por un lado, e integrar la diligencia debida en sus políticas y sistemas de gestión, por el otro, —o sea,rellenar formularios con información del propio interesado sin la garantía que se ajuste a la verdad— para, presuntamente, identificar, prevenir, mitigar y reparar los efectos adversos que sus actividades tienen en los derechos humanos y la naturaleza a lo largo de toda su cadena de valor. No realizar las diligencias podría acarrear multas de hasta el 5% de la facturación mundial. La segunda ley también estableció un plan de transición climática, así como la implementación de mecanismos de reclamación y la supervisión de las medidas adoptadas.
Numerosos actores sociales, como la campaña para desmantelar el poder corporativo, han criticado ambas directivas argumentando que podrían ser utilizadas como herramientas de greenwashing (lavado de cara verde) para que las grandes corporaciones parezcan más sostenibles permitiéndoles eludir responsabilidades y no realizar cambios significativos en sus modelos de negocio. Afirman que las leyes carecen de mecanismos de control y rendición de cuentas suficientes para garantizar una aplicación efectiva.
Este año, las instituciones de la UE han debilitado ambas legislaciones aún más, si cabe, mediante el paquete Ómnibus I, eludiendo cualquier procedimiento democrático, desde la evaluación de impacto a la consulta pública, como remarca la ONG ClientEarth.
¿Cuáles han sido los cambios principales aprobados?
El Parlamento Europeo, en su propuesta, ha excluido al 90% de las empresas del ámbito de alcance de la directiva sobre informes empresariales (solo estarán obligadas las empresas de más de 1.000 empleados de media y más de 450 millones de euros de facturación anual neta), lo que representa dos tercios menos de sociedades que las incluidas en la Directiva sobre informes no financieros de 2014.
Respecto a la ley de diligencia debida, se reduciría en un 70% el número de empresas afectadas. La obligación se limitaría a grandes empresas con más 5.000 empleados y más de 1.500 millones de euros de facturación (idéntico umbral para empresas extracomunitarias en relación con su facturación en la UE). En lugar de exigir sistemáticamente información a las contrapartes, las empresas solo deberían pedir datos cuando exista una probabilidad razonable de impacto adverso.
También se rebajaría la ambición de los Planes de Transición (se habla de “contribución” en vez de exigir compatibilidad con el Acuerdo de París) y una cláusula de opt-out de 2 años que haría no obligatorios esos planes ese periodo. Se ha eliminado el requisito anterior de “ponerlos en práctica”. El Parlamento también propone eliminar la obligación de detallar las “acciones de implementación”. La eficacia climática es nula.
Se decidió asimismo no crear una responsabilidad civil a nivel UE (las víctimas sólo podrán reclamar reparación vía tribunales nacionales). Se fijaría además un límite de sanción del 5% del volumen de negocio global como máximo.
La negociadora del grupo S&D, Lara Wolters, quien ha impulsado la directiva de diligencia debida desde 2019, advirtió que “no hay acción para evitar que las maquiladoras colapsen sobre los trabajadores”. El eurodiputado Jörgen Warborn, que redactó el texto aprobado, se mostró indiferente: “Sopesamos los pros y los contras, pero al final del día nos quedamos con lo que las empresas están acostumbradas”, dijo. “Esto es lo que las empresas querían de la votación”, enfatizó. “El objetivo del Partido Popular Europeo siempre ha sido simplificar las normas y recortar los costes para las empresas”, agregó el político sueco.
¿Cuántos miembros de la Eurocámara habrán recibido algún tipo de favor para garantizar el resultado? Lo que es seguro es que, una vez más, ha funcionado la presión de las empresas y sus lobbies que afirman que el cumplimiento de las normas obstaculizaría la competitividad de las industrias europeas. En realidad, nada que ya no supiéramos que iba a ocurrir.
Ayer, el pleno del Parlamento Europeo decidió no enviar el texto del Ómnibus I a trílogos con 309 a favor y 318 en contra. La extrema derecha solicitó una votación secreta por lo que no podremos ver cómo ha votado cada eurodiputado, una hipocresía muy habitual en estas formaciones que pactan acuerdos secretos a la vez que claman contra la élite irresponsable que tiene algo que ocultar. Esto significa que el texto aprobado por la Comisión JURI será sometido a votación en la próxima sesión plenaria (10-13 de noviembre), lo que también abrirá la posibilidad de presentar nuevas enmiendas.
Esta votación indica que la alianza neoliberal (PPE, S&D, Renew) podría carecer de los números necesarios para sacar adelante el compromiso actual y se antoja la posibilidad de que el PPE y los grupos de extrema derecha vuelvan a alinearse. Esto significa que las modificaciones aprobadas por JURI no son todavía la ley ni el mandato final, sino que están sujetas a la decisión del pleno y a negociaciones posteriores con el Consejo y la Comisión.
Mientras tanto, los grupos de extrema derecha (ECR, Patriots for Europe, ESN) presionan por una versión que eliminaría todas las obligaciones climáticas.
Tras el voto en el pleno de noviembre, comenzarían las negociaciones del diálogo tripartito, unas negociaciones informales entre el Parlamento, el Consejo y la Comisión destinadas a alcanzar un acuerdo político provisional. Está previsto que concluyan en diciembre.
Los chantajes comerciales de la Casa Blanca
El Gobierno de EE UU ha exigido a la UE que rebaje o elimine varias partes clave de su legislación ambiental apenas unas semanas después de la declaración conjunta sobre un marco para un acuerdo comercial. Según un documento oficial estadounidense filtrado al Financial Times, Washington reclama la eliminación de los requisitos europeos que obligan a las empresas extranjeras a presentar “planes de transición climática” y la modificación de las normas de diligencia debida en las cadenas de suministro para excluir a las compañías estadounidenses.
La Administración Trump considera que la legislación ambiental europea es una “grave e injustificada extralimitación regulatoria”. Concretamente, se refiere al impuesto fronterizo al carbono por penalizar industrias contaminantes extracomunitarias; la ley antideforestación (EUDR), que vetaría importaciones de madera, soja, cacao y otros bienes asociados a la destrucción de bosques—; así como las reglas sobre grandes tecnológicas, vistas como una amenaza a las firmas estadounidenses.
Estas presiones forman parte de una estrategia más amplia del Gobierno de Trump para debilitar las políticas climáticas globales en instituciones como el Banco Mundial o los reguladores bursátiles. EE UU ha vinculado la continuación del pacto comercial —“Turnberry deal”— a que la UE relaje sus regulaciones. Aunque el acuerdo fijó tarifas del 15 % para la mayoría de los productos europeos, la administración Trump deja claro que podría endurecer el pacto si la UE no cede.
Ursula von der Leyen ya ha cedido parcialmente, retrasando o suavizando leyes sobre deforestación, impacto ambiental y trabajo forzoso.
No van a parar
En un nuevo intento para influir en las negociaciones legislativas, Estados Unidos y Catar han advertido a la UE esta semana de que su comercio, sus inversiones y su suministro energético se verán perjudicados a menos que el bloque dé marcha atrás en sus normas sobre clima y derechos humanos. Los dos gobiernos afirmaron que las normas perjudicarían sus exportaciones de gas fósil licuado, que se volvió central para la UE tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia en 2022.
“Más allá de los riesgos directos para la seguridad energética, la CSDDD también amenaza con perturbar el comercio y las inversiones en casi todas las economías asociadas a la UE. Su aplicación podría poner en peligro las inversiones actuales y futuras, el empleo y el cumplimiento de los acuerdos comerciales recientes”, reza una carta conjunta dirigida a los líderes de la UE firmada por los ministros de Energía de Estados Unidos y Catar, a la que ha tenido acceso el Financial Times. Estados Unidos argumenta que el alcance extraterritorial de la ley podría exponer a sus empresas a litigios.
En 2024, la UE recibió el 16,5% del total de importaciones de gas de EE UU y el 4,3 % de Catar. Si nos fijamos sólo en el segmento de importaciones de GNL (gas natural licuado), EE UU proporcionó el 45% del GNL importado por la UE y Catar alrededor del 10 %. Recientemente, los ministros de Energía europeos acordaron eliminar gradualmente el 19% restante del gas que compra a Rusia para finales de 2027, lo que agudiza el impacto de estas amenazas.
La carta conjunta del secretario de Energía de EE UU, Chris Wright y el ministro de Energía de Catar, Saad al-Kaabi, afirma que la UE y los Estados miembros deben actuar con rapidez para abordar sus “preocupaciones legítimas” sobre la directiva, incluyendo su alcance extraterritorial, las sanciones, las responsabilidades civiles y los planes de transición energética.
También cabe destacar, que QatarEnergy ya tiene contratos para suministrar gas fósil a largo plazo con algunos de los gigantes energéticos europeos, como Shell, TotalEnergies y ENI. Así que, aunque la retórica se intensifica, la realidad es que los negocios siguen adelante.
La derecha sigue amputando leyes ambientales
En esta semana la mayoría reaccionaria del Parlamento Europeo ha rechazado la Ley de Monitoreo Forestal, un revés profundamente decepcionante para la capacidad de la UE de proteger y restaurar sus bosques, lo que socavará los esfuerzos para responder a la emergencia climática y la pérdida de biodiversidad. La propuesta legislativa iba proporcionar datos fiables y armonizados sobre la salud de los bosques y los riesgos climáticos en toda la UE. Apoyar la gestión forestal o ayudar a detectar y responder a incendios forestales, plagas y sequías de manera más efectiva.
A su vez, la Comisión Europea ha publicado su propuesta para modificar elementos clave del Reglamento de Deforestación (EUDR) que pretende evitar las importaciones de materias primas agropecuarias (como soja, aceite de palma, café o cacao) causantes de deforestación, degradación forestal y violaciones de derechos humanos.
La aplicación de esta ley ya fue aplazado un año por iniciativa del Partido Popular Europeo, y la Comisaria de Medio Ambiente, Jessika Roswall, planteó retrasarla otro año (alegó problemas informáticos) coincidiendo con la firma del acuerdo comercial UE-Indonesia. El Gobierno de Jakarta lleva años montado en cólera por la legislación antideforestación debido a que la expansión de la palma aceitera ha sido uno de los motores principales de la deforestación en Indonesia. Se estima que el negocio con el aceite de palma ha eliminado más de tres millones de hectáreas de bosque tropical antiguo convertido en monocultivos. Una fracción significativa de esa deforestación está ligada a exportaciones a la UE.
En la modificación del reglamento, se propone introducir una nueva categoría de “operadores intermedios” y se eliminaría la obligación presentar una declaración de diligencia debida para los comerciantes y operadores intermedios que sólo deberían garantizar la trazabilidad completa de sus productos. Se aplicaría una nueva definición de “micro y pequeños operadores primarios” —para pequeños productores agrarios, ganaderos y forestales— simplificando su papeleo y retrasando los plazos para la entrega de documentación (30 de diciembre de 2026) y sanciones por incumplimiento (30 de junio de 2026).
Desde WWF consideran que el intento de “simplificar” el reglamento sería “peligrosamente irresponsable” porque “aumentarían los riesgos de deforestación e ilegalidad en las cadenas de suministro, penalizando precisamente a las empresas que ya han invertido en sostenibilidad y cumplimiento”.
Una ola de desregulación
El martes pasado, la Comisión Europea publicó su programa de trabajo detallado para 2026 en el que se exponen los planes legislativos en todos los ámbitos, desde la agricultura hasta la sanidad y la defensa. Se prevé un ciclo legislativo maratoniano, durante el cual el ejecutivo de la UE tratará de recortar numerosas legislaciones, impulsar las inversiones militares y profundizar el mercado único. Por ejemplo, en el primer trimestre del próximo año, se anunciará la propuesta legislativa sobre el denominado “28º régimen”, que permitiría a determinadas empresas eludir las leyes nacionales.
También se espera una nueva “ley Ómnibus fiscal” en el segundo trimestre, así como una propuesta actualizada sobre las normas de contratación pública y nuevas regulaciones sobre la vigilancia del mercado.
8. La evolución ideológica y política de Colletti.
Del PCI a Forza Italia y del neoidealismo a Kant. La curiosa evolución de Lucio Colletti.
https://jacobin.com/2025/10/lucio-colletti-italy-left-marxism
Lucio Colletti y la crisis del marxismo italiano
- Giorgio Cesarale
El filósofo italiano Lucio Colletti fue uno de los pensadores marxistas más destacados de la posguerra. Pero el posterior giro hacia la derecha de Colletti simbolizó un cambio más amplio en todo el eje político de Italia, a medida que los movimientos de izquierda, antes poderosos, entraron en declive.
El nombre de Lucio Colletti, uno de los principales filósofos marxistas de la posguerra italiana, resume la alternancia entre «progreso» y «reacción» que ha experimentado el país desde la caída del fascismo.
El propio Colletti vivió de primera mano el intenso crecimiento económico y político de Italia tras levantarse de la destrucción de la guerra para convertirse en una potencia industrial mundial a mediados de la década de 1960.
Su trayectoria también simbolizó el posterior período de declive —económico, político y cultural— a medida que todo el eje del país se desplazaba hacia la derecha.
Entre ambas fases se situó el movimiento de protesta de 1968, que no fue solo un movimiento estudiantil en Italia, sino que también involucró a los trabajadores del país y duró mucho más que sus homólogos en otros países occidentales. Con su investigación filosófica y su militancia política, Colletti contribuyó a preparar las protestas italianas de 1968.
Pero también contribuyó a la crisis de la izquierda radical, pasando posteriormente a apoyar el socialismo liberal del primer ministro socialista Bettino Craxi antes de abrazar el neoliberalismo de Silvio Berlusconi. La metamorfosis de Colletti, de teórico marxista en los años cincuenta y sesenta a parlamentario de derecha del partido Forza Italia de Berlusconi en los noventa, es complicada y debe analizarse en detalle.
Más allá del neoidealismo
Los primeros años de Colletti fueron típicos de los jóvenes intelectuales italianos de la década de 1940. Durante el periodo de la resistencia, Colletti se unió al Partito d’Azione. Se trataba de un grupo muy influyente que incluía a los partidarios de Justicia y Libertad, la organización antifascista fundada en el exilio por el socialista liberal Carlo Rosselli.
Su formación filosófica se desarrolló a la sombra de los grandes maestros del neoidealismo italiano. Colletti se graduó en 1949 en la Universidad La Sapienza de Roma bajo la supervisión de Carlo Antoni, uno de los mejores alumnos de Benedetto Croce, con una tesis sobre «La lógica de Benedetto Croce». El neoidealismo de Croce y Giovanni Gentile llevaba tiempo bajo presión, con la aparición de nuevas corrientes filosóficas como el existencialismo, el neopositivismo y el pragmatismo. También se encontraba en el punto de mira de Palmiro Togliatti, secretario general del Partido Comunista Italiano (PCI).
Togliatti promovía una nueva política cultural que pudiera atraer las simpatías de los intelectuales que escapaban de la órbita de Croce y Gentile. En línea con el análisis de Antonio Gramsci en sus Cuadernos de la cárcel, Togliatti veía a Croce como el máximo garante ideológico de la alianza entre los terratenientes del sur de Italia y los capitalistas del norte. Según esta perspectiva, el neoidealismo había logrado establecer su hegemonía cultural a finales del siglo XIX porque ninguno de sus principales rivales —el positivismo de la burguesía democrática y el materialismo vulgar de los primeros socialistas italianos— había proporcionado una concepción general de la compleja historia de Italia y de los objetivos a corto plazo dictados por la construcción de un Estado recientemente unificado.
Togliatti dio así al marxismo italiano un sello «historicista», porque entendía que reconstituía el vínculo entre el pasado y el presente, entre los intentos liberales y democráticos de renovación durante el Risorgimento y los esfuerzos posteriores de los comunistas y socialistas italianos durante la Resistencia y la reconstrucción de la posguerra. Esta línea se convertiría en la bandera de una nueva cultura «nacional» y «popular», en torno a la cual se podrían reunir las aspiraciones de los intelectuales y de las masas de trabajadores industriales y agrícolas.
El marxismo como ciencia
Sin embargo, al Colletti que se afilió al PCI en 1949-1950 no le atraía esta reinterpretación «historicista» del marxismo. Como recordó más tarde, creía que era necesario tomar partido entre Estados Unidos y la Unión Soviética en el contexto de la Guerra Fría y el estallido del conflicto en Corea. Desde el punto de vista filosófico, no fue Gramsci quien le inspiró, sino Vladimir Lenin en Materialismo y empiriocriticismo, una obra en la que el líder soviético defendía la realidad de la materia más allá de cualquier proyección subjetiva.
Reflexionando sobre su etapa como miembro del PCI, la describió como «una experiencia extremadamente importante y positiva» que no cambiaría aunque tuviera la oportunidad de volver a vivir su vida:
La primera importancia de la militancia en el PCI radicaba esencialmente en esto: el Partido era el lugar en el que un hombre como yo, de formación completamente intelectual, entraba en contacto real por primera vez con personas de otros grupos sociales, a las que de otro modo nunca habría conocido, salvo en tranvías o autobuses. En segundo lugar, la actividad política en el Partido me permitió superar ciertas formas de intelectualismo y, con ello, comprender algo mejor los problemas de la relación entre la teoría y la práctica en un movimiento político.
La adhesión de Colletti al leninismo es muy visible en sus primeros artículos, publicados en una importante revista teórica del PCI, Società. Colletti utilizó un seudónimo, Giovanni Cherubini, ya que durante ese periodo trabajaba en el Ministerio de Asuntos Exteriores italiano. Sin embargo, su leninismo no equivalía a dogmatismo: para Colletti, la obra de Lenin debía servir como herramienta para criticar las corrientes filosóficas contemporáneas. Su ensayo de 1952 «Strumentalismo e materialismo dialettico», por ejemplo, utilizaba el realismo de Lenin como antídoto contra el pragmatismo de John Dewey, que estudiaba la interacción entre los seres humanos y la naturaleza sin hacer referencia a las relaciones de clase y la transformación de los medios de producción.
El punto de inflexión en la carrera intelectual de Colletti se produjo con la publicación de La lógica como ciencia positiva, de Galvano Della Volpe, en 1950. Rápidamente se convirtió en seguidor de Della Volpe, que había sido crítico del neoidealismo desde finales de la década de 1920. Pero no fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial cuando Della Volpe formuló su posición filosófica original. Fue uno de los primeros en reconocer la importancia de las obras juveniles de Karl Marx, como Crítica de la doctrina del Estado de Hegel, Sobre la cuestión judía y los Manuscritos económicos y filosóficos de 1844.
Della Volpe consideraba a Marx como el «Galileo del mundo moral», porque había trasladado el método experimental de las ciencias naturales a las ciencias históricas y sociales. Tanto Galileo como Marx utilizaron el círculo de la inducción y la deducción: al recopilar una gran cantidad de material empírico, llegaron a un conjunto de abstracciones y determinaciones simples, a partir de las cuales, como leyes naturales, volvieron al mismo material empírico con el que había comenzado el círculo.
Colletti retomó y amplió las ideas de Della Volpe, sobre todo en dos obras: su introducción a los Cuadernos filosóficos de Lenin (1959) y «El marxismo como sociología» (1959). En la primera, Colletti atacó la metafísica construida en torno a la noción hegeliana de Aufhebung («sublación»), argumentando que Hegel descuidó la tarea principal de cualquier teoría del conocimiento: explicar cómo se forma el conocimiento cuando se parte de dos fuentes diferentes —la sensibilidad y el intelecto, el ser y el pensamiento— cuyos productos son complementarios.
Para Colletti, si el marxismo quería tener una base filosófica, debía dejar de mirar a Hegel, como hicieron Engels en su Dialéctica de la naturaleza y Lenin en sus Cuadernos filosóficos. En su lugar, debía volverse decididamente hacia Immanuel Kant.
Colletti sabía que no era la primera vez en la historia del marxismo que se alzaba el grito de Zurück zu Kant («Volver a Kant»). En el período previo a la Primera Guerra Mundial, en medio de la «crisis del marxismo» asociada a la crítica de Eduard Bernstein a Marx, ya se había recurrido a Kant por parte de figuras como Karl Vorländer, que complementó el materialismo histórico con la finalidad de la voluntad, o Max Adler, que trató de sustituir el materialismo dialéctico de Engels y Georgi Plejánov por una epistemología «crítica» basada en la Crítica de la razón pura de Kant.
El Kant de Colletti es también el filósofo de la Crítica de la razón pura. Sin embargo, a diferencia de Adler, no extrae de la Crítica una explicación del origen de nuestros juicios. Su Kant es el «materialista» del Materialismo y empiriocriticismo de Lenin. Del kantismo, el marxismo puede aprender cómo acceder a las ciencias naturales, pero no a las ciencias histórico-sociales o morales, para las que Marx ya ha creado el concepto fundamental: las «relaciones sociales de producción».
¿Qué son las «relaciones sociales de producción»? En «El marxismo como sociología», Colletti define esas relaciones como la producción de cosas (la relación entre el hombre y la naturaleza) en un vínculo orgánico y unitario con la producción de relaciones humanas (la relación entre los hombres y otros hombres). Fuera de este nexo, que siempre está determinado históricamente, solo se pueden encontrar las abstracciones indeterminadas del naturalismo y el darwinismo, que sitúan la producción de cosas fuera de la producción de relaciones humanas, y del historicismo y el idealismo, que sitúan la producción de relaciones humanas fuera de la producción de cosas.
Abandonando el PCI
Mirando atrás desde la década de 1970, Colletti insistió en que nunca había suscrito el culto a la personalidad construido en torno a Joseph Stalin. Su reacción a la muerte de Stalin en 1953 fue muy diferente, recordaba, a la de la mayoría de los intelectuales comunistas o procomunistas: «Ellos lo sintieron como un desastre, la desaparición de una especie de divinidad, mientras que para mí fue una emancipación».
Esto determinó su respuesta al «discurso secreto» de Nikita Khrushchev en el que denunciaba los crímenes de Stalin en el XX Congreso del Partido Comunista Soviético en febrero de 1956: «Mientras que la mayoría de mis contemporáneos reaccionaron a la crisis del estalinismo como una catástrofe personal, el colapso de sus propias convicciones y certezas, yo experimenté la denuncia de Stalin por parte de Khrushchev como una auténtica liberación».
Los acontecimientos de 1956 tuvieron un profundo impacto en Colletti. Colaboró en la redacción del Manifiesto de los 101, un documento que criticaba la posición del PCI sobre la invasión soviética de Hungría. Sin embargo, siguió participando activamente en la vida cultural del partido durante esos años. A partir de 1957, formó parte del consejo editorial de Società, una revista teórica vinculada al PCI, que más tarde fue cerrada en 1962 por sus tendencias «extremistas».
Colletti acabó abandonando el PCI en 1964. Una década más tarde, dio la siguiente explicación de su salida:
Mi decisión de marcharme fue el resultado de la evolución general del partido. En cierto sentido, el proceso de renovación que yo había esperado tras el XX Congreso del Partido no se había producido, pero en otro sentido sí se había producido, en una dirección claramente hacia la derecha. Entre 1956 y 1964 me di cuenta poco a poco de que tanto el régimen soviético como los partidos comunistas occidentales eran incapaces de llevar a cabo la profunda transformación necesaria para volver al marxismo y al leninismo revolucionarios.
En 1966 fundó La Sinistra, una publicación mensual que encontró simpatía entre los socialistas y comunistas de izquierda, así como entre la creciente subcultura de protesta estudiantil. La Sinistra instaba a apoyar las grandes batallas antiimperialistas que se libraban en países como Cuba y Vietnam y pedía la intensificación de las luchas obreras.
Su pensamiento político se inspiraba en las ideas de León Trotsky y Rosa Luxemburg, subrayando (como Trotsky) el carácter necesariamente internacional de las revoluciones socialistas y (como Luxemburg) las nuevas relaciones democráticas de producción que debían surgir de ellas. Cada vez dejaba más clara su distancia con Della Volpe, quien en la década de 1960 había defendido la continuidad entre la democracia liberal y la democracia socialista.
Podemos medir la distancia entre ambos observando su interpretación de Jean-Jacques Rousseau. Mientras que Della Volpe ve a Rousseau como el nexo entre las libertades democráticas burguesas y las libertades socialistas, Colletti lo presenta como el teórico de la democracia jacobina y revolucionaria, a cuyo pensamiento político Marx y Lenin simplemente añadieron una mayor consideración por la base económica de todo régimen político.
Modos comunales y comerciales
La distancia filosófica de Colletti con respecto a Della Volpe también aumentó. En la segunda parte de su libro Marxism and Hegel y en su introducción a Early Writings (1971) de Marx, Colletti reprende a Della Volpe por el carácter puramente metodológico de su marxismo, como herramienta al servicio tanto de las ciencias naturales como de las ciencias históricas y sociales. Su exploración más profunda del concepto de «relaciones sociales de producción» le hizo darse cuenta de que las relaciones cooperativas entre los seres humanos son una constante a lo largo de la historia. Lo que cambia entre un modo de producción y otro son las modalidades con las que se articulan estas relaciones.
Para Colletti, que ahora estaba muy cerca de algunos teóricos de la Escuela de Frankfurt en esta cuestión, existen esencialmente dos modos de distribuir la riqueza y organizar la cooperación social. El primero es un modo comunal, en el que la distribución de los medios de producción y de intercambio se decide conscientemente ex ante (en los ejemplos dados por Marx: la comuna india antigua, la familia patriarcal medieval, el modo de producción comunista). El segundo es un modo comercial, en el que los medios de producción y de intercambio se distribuyen a posteriori, a través de la circulación de mercancías mediada por el dinero.
Sin embargo, en este último modo de producción ocurre algo extraño: los individuos son independientes entre sí, pero también independientes del nexo social que aún los mantiene sometidos a través del dinero. Esto equivale a decir que los individuos son independientes entre sí en la medida en que dependen del nexo social, del mercado y de la circulación general de mercancías.
Lo que hace esto posible es una cualidad abstracta de las mercancías, su valor, que a su vez es producido por una de las dos propiedades del trabajo en el modo de producción capitalista: el trabajo abstracto. Esta fue la situación que Marx describió en El capital, en la sección sobre el «fetichismo de las mercancías».
Durante esta fase de su desarrollo, Colletti deriva algunas consecuencias muy significativas de esto. En primer lugar, no es posible identificar la abstracción solo en términos metodológicos (como hizo Della Volpe) sin encontrarla de nuevo en la realidad actual del capitalismo. En segundo lugar, si los hombres dependen del trabajo abstracto del mercado, sin decidir por sí mismos cómo, cuánto y qué producir, entonces el trabajo abstracto es también trabajo alienado.
Por último, si los individuos son al mismo tiempo y en el mismo sentido independientes y dependientes, entonces la sociedad está dividida por una contradicción real. Cuando Hegel describió la destrucción de lo finito por lo infinito, no estaba describiendo la realidad en general, sino la realidad específica del capitalismo moderno, una realidad puesta patas arriba, invertida, alienada.
Ciencia y revolución
En este punto, el problema para Colletti se convirtió inmediatamente en político. Si el capitalismo se basa en una inversión de la realidad y no simplemente en una relación de poder desigual a nivel económico y político, entonces esta inversión debe ser invertida a su vez mediante un proceso revolucionario. Sin embargo, en Italia y otros países europeos, la explosión de 1968-1969 no condujo a la elaboración de una nueva estrategia revolucionaria.
Los socialistas italianos permanecieron divididos de los comunistas, mientras que la «Nueva Izquierda» se fragmentó en una miríada de grupos y partidos que promovían diversas ideologías —obreristas, románticamente anticapitalistas, tercermundistas y neostalinistas—, ninguna de las cuales resultaba atractiva para Colletti. El propio Colletti fue objeto de críticas por parte de los estudiantes de 1968, algunos de los cuales incluso garabatearon el mensaje «Colgad a Colletti» en las paredes de su facultad.
Este fue el punto de partida para una laboriosa revisión por parte de Colletti de toda su perspectiva. Un documento muy interesante de esta reevaluación es la entrevista que le hizo Perry Anderson en 1974. Colletti renunció al «triunfalismo dogmático con el que una vez respaldé cada línea de Marx» y argumentó que su generación de marxistas no había aceptado los defectos de la teoría económica marxista:
No solo no se ha verificado empíricamente la caída de la tasa de ganancia, sino que la prueba central de El capital aún no se ha producido: una revolución socialista en el Occidente avanzado. El resultado es que el marxismo se encuentra hoy en crisis, y solo puede superarla reconociéndola. Pero precisamente este reconocimiento es evitado conscientemente por prácticamente todos los marxistas, grandes o pequeños.
En un ensayo que la revista New Left Review de Anderson tradujo al año siguiente, «Marxism and the Dialectic» (El marxismo y la dialéctica), Colletti rechazó la idea de la contradicción dialéctica por considerarla poco científica. Dado que el marxismo se basaba en gran medida en esta idea, argumentó, no podía considerarse una ciencia.
Para Colletti, los desarrollos más recientes del marxismo por parte de figuras como Herbert Marcuse y Louis Althusser ofrecían una confirmación adicional de esto: solo servían para separarlo irracionalmente de los requisitos de una sociedad técnicamente avanzada, en la que la ciencia se ha convertido en la principal fuerza productiva. La revolución no es posible, no porque carezcamos de las herramientas necesarias para la transición política, sino porque la ciencia que debería guiarla no es realmente una ciencia, sino una construcción romántica.
Regreso al liberalismo
Buscando establecer un nexo orgánico entre la ciencia y la revolución, Colletti volvió a trazar con gran rigor los conceptos fundamentales del marxismo, desde las «relaciones de producción» hasta la «alienación» y la «contradicción». Su intento fue comparable al de otros tres grandes filósofos del marxismo occidental: Althusser, Karl Korsch y Georg Lukács. En algunos momentos, Colletti demostró una voluntad mayor que cualquiera de este trío para poner a prueba la coherencia y la validez de los supuestos teóricos hasta el final.
Sin embargo, cabe preguntarse si, en una fase no revolucionaria o contrarrevolucionaria como la que ha caracterizado al Occidente capitalista desde mediados de la década de 1970, debemos buscar la verificación de una teoría revolucionaria como el marxismo en su capacidad para provocar la transición a una formación social superior. Colletti parece haber creído que sí, basándose en la perspectiva racionalista y ilustrada que confería un atractivo especial a sus mejores escritos.
Sin embargo, la racionalidad crítica y la herencia de la Ilustración se convirtieron gradualmente para Colletti en una mera herramienta polémica contra cualquier construcción romántica, y dejaron de ser una forma de fomentar un esfuerzo intelectual para reflejar las contradicciones sociales e históricas. De este modo, la Ilustración volvió al liberalismo que Colletti había canalizado anteriormente hacia el proyecto de una democracia socialista más completa. La poderosa oleada emancipadora de 1968 acabó encorsetada en la modernización liberal de Craxi y Berlusconi.
Giorgio Cesarale es profesor de filosofía política en la Universidad Ca’ Foscari de Venecia.
9. Resumen de la guerra en Palestina, 24 de octubre de 2025.
El seguimiento en directo de Middle East Eye.
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En directo: la esposa de Marwan Barghouti pide a Trump la liberación de su marido
Mientras tanto, varias ONG alertan sobre el rechazo por parte de Israel de las solicitudes para transportar ayuda a Gaza
Puntos clave
La ONU afirma que Israel nunca ha permitido la entrada de 600 camiones de ayuda en Gaza en un solo día
Gaza se enfrenta a décadas de amenaza por los artefactos explosivos israelíes sin detonar, advierte un experto
Trump descarta la anexión israelí de Cisjordania
Actualizaciones en directo
Buenas noches, lectores de Middle East Eye:
Al menos dos palestinos murieron el viernes en un ataque con drones israelíes al este de Deir al-Balah, en el centro de la Franja de Gaza, según informó Al Jazeera Arabic, citando al Hospital de los Mártires de Al-Aqsa.
Mientras tanto, en una reunión en El Cairo con otras facciones palestinas, Hamás dijo que aceptaba ceder el gobierno de Gaza a un comité tecnocrático.
Esto es lo que necesitan saber:
- Cientos de miles de niños palestinos en Gaza están a punto de convertirse en una «generación perdida» a menos que se reanuden rápidamente las clases, advirtió el viernes Naciones Unidas.
- Soldados israelíes lanzaron una nueva incursión en la ciudad de Beita, al sur de Nablus, en la Cisjordania ocupada, según informan los medios de comunicación árabes.
- La agencia de noticias palestina Wafa informó de que los colonos destrozaron el interior de una mezquita en Khirbet Tana, una aldea situada cerca de la ciudad de Beit Furik, al este de Nablus.
- Estados Unidos está utilizando drones de vigilancia sobre Gaza para supervisar el alto el fuego en el enclave, según un informe del New York Times.
El jefe de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos afirmó que el genocidio de Israel en Gaza revelaba «un desprecio absoluto por el derecho internacional humanitario» en una publicación en X.
Philippe Lazzarini, director de la UNRWA, afirmó que Israel estaba utilizando la ayuda como arma en el enclave.
A pesar de la entrada en vigor de un alto el fuego a principios de este mes, Israel sigue negándose a abrir el paso fronterizo de Rafah y está limitando la ayuda que llega a Gaza.
Estados Unidos utiliza drones para supervisar el alto el fuego en Gaza: informe
Estados Unidos está utilizando drones de vigilancia sobre Gaza para supervisar el alto el fuego en el enclave, según un informe del New York Times.
Israel ha aceptado la participación de los drones estadounidenses, que son operados por el nuevo Centro de Coordinación Civil-Militar en el sur de Israel.
Según los medios de comunicación, Estados Unidos ya utilizó drones para localizar a funcionarios y prisioneros de Hamás durante las primeras etapas de la guerra.
Soldados israelíes irrumpen en una ciudad cerca de Belén y atacan una casa cerca de Hebrón
Según los medios de comunicación árabes, los soldados israelíes han intensificado sus ataques en toda la Cisjordania ocupada.
Los soldados israelíes irrumpieron el viernes en la ciudad de Tuqu, al sureste de Belén. Los palestinos resistieron el ataque y los soldados israelíes dispararon munición real y gases lacrimógenos contra ellos.
Mientras tanto, los soldados israelíes irrumpieron en la casa de Issa Amro, un destacado activista palestino de derechos humanos, cerca de Hebrón, en la Cisjordania ocupada.
La agencia de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA) es la «columna vertebral» de la labor humanitaria en Gaza y no tiene ningún vínculo con Hamás, afirmó el viernes un portavoz adjunto del secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
El comentario se produjo después de que el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, dijera que Estados Unidos estaba dispuesto a colaborar con la ONU en la ayuda a Gaza, pero no con la UNRWA.
«La UNRWA no está vinculada a Hamás. La UNRWA es la columna vertebral de nuestras operaciones humanitarias en Gaza», afirmó Farhan Haq, portavoz de la ONU.
«Había un pequeño número de miembros del personal de la UNRWA que estaban vinculados de forma creíble a Hamás, y hemos gestionado esa situación y despedido a ese personal. No se encontró que otros tuvieran ningún vínculo, o no se proporcionaron pruebas que respaldaran ninguna acusación», añadió.
Israel le dijo a JD Vance que el 60 % de los túneles de Hamás no fueron destruidos en la guerra
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, le dijo al vicepresidente estadounidense JD Vance durante su visita a principios de esta semana que el 60 % de los túneles de Hamás en Gaza no han sido destruidos, informó el Canal 12.
El informe señala que la mitad de los túneles existentes se encuentran en territorio aún ocupado por las tropas israelíes.
Colonos israelíes atacan y profanan una mezquita en la Cisjordania ocupada
Colonos israelíes atacaron y vandalizaron una mezquita en la Cisjordania ocupada, en la última serie de ataques contra palestinos en los territorios ocupados.
La agencia de noticias palestina Wafa informó de que el viernes los colonos destrozaron el interior de una mezquita en Khirbet Tana, una aldea situada cerca de la ciudad de Beit Furik, al este de Nablus.
Thaer Hanani, miembro de Defensa de las Tierras de Tana, dijo que los colonos irrumpieron en la mezquita de Bayt al-Sheikh y destrozaron su interior.
Los palestinos de Gaza están utilizando sacos de arroz y harina para construir tiendas de campaña, ya que alrededor del 90 % de la población se encuentra desplazada y la mayoría de las viviendas han sido destruidas por Israel, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de las Naciones Unidas.
«Las necesidades de refugio siguen siendo acuciantes», afirmó la ONU, señalando que al menos 1,5 millones de palestinos necesitan refugio de emergencia ante la llegada del invierno.
La agencia dijo que solo se han enviado 2500 tiendas de campaña a Gaza desde que se anunció el alto el fuego a principios de este mes. Decenas de miles de tiendas más están esperando su entrega en Jordania, lo que podría proporcionar refugio temporal a hasta 168 000 personas.
«Dada la escasez de tiendas de campaña y lonas, algunos están utilizando sacos de harina y arroz para protegerse de las inclemencias del tiempo», dijo la OIM.
Al menos dos palestinos muertos por un ataque con drones israelíes en el centro de Gaza
Al menos dos palestinos murieron el viernes en un ataque con drones israelíes al este de Deir al-Balah, en el centro de la Franja de Gaza, según informó Al Jazeera Arabic, citando al Hospital de los Mártires de Al-Aqsa.
El ataque es la última de una serie de violaciones del alto el fuego en Gaza por parte de Israel.
Israel ha seguido atacando Gaza y restringiendo la cantidad de ayuda que entra en el enclave.
Hamás dice que acepta entregar el gobierno de Gaza a tecnócratas palestinos
Hamás dijo el viernes que había acordado con otras facciones palestinas entregar el gobierno de Gaza a un comité de tecnócratas palestinos.
La declaración también decía que las facciones acordaron «establecer un comité internacional para supervisar la financiación y la ejecución de la reconstrucción de la Franja» y tomar «todas las medidas necesarias para mantener la seguridad y la estabilidad en toda la Franja».
La declaración se produjo tras una reunión celebrada en El Cairo, Egipto.
Cientos de miles de niños palestinos en Gaza están a punto de convertirse en una «generación perdida» a menos que se reanuden rápidamente las clases, advirtió el viernes Naciones Unidas.
«Este es el tercer año que no hay clases», declaró a la AFP Edouard Beigbeder, director regional para Oriente Medio y Norte de África del Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Añadió que Unicef solo ha podido facilitar la escolarización de una sexta parte de los niños de Gaza en «centros de aprendizaje» temporales.
Israel destruyó alrededor del 85 % de las escuelas de Gaza o las dejó inutilizables en su genocidio contra los palestinos.
«Si no iniciamos una transición real para todos los niños en febrero, entraremos en un cuarto año. Y entonces podremos hablar de una generación perdida», añadió.
Soldados israelíes irrumpen en una localidad cercana a Nablus, en la Cisjordania ocupada
Soldados israelíes lanzaron el viernes una nueva incursión en la localidad de Beita, al sur de Nablus, en la Cisjordania ocupada, según informan los medios de comunicación árabes.
La agencia oficial de noticias palestina, Wafa, afirmó que las tropas israelíes irrumpieron en la localidad disparando munición real y bombas de gas lacrimógeno.
Las tropas israelíes están atacando a los palestinos de la localidad que se resisten a la incursión, añadió Wafa.
Un joven palestino de 18 años sucumbe a sus heridas tras una incursión israelí en Nablus
Un palestino de 18 años, Mohammed Ahmed Abu Haneen, sucumbió el viernes por la mañana a las heridas sufridas durante una incursión militar israelí en el campo de refugiados de Askar al-Jadeed, al este de Nablus, según la agencia de noticias Wafa.
Wafa informó de que las tropas israelíes irrumpieron en el campo el jueves por la noche, lo que provocó enfrentamientos con los residentes.
Durante el asalto, los soldados israelíes dispararon munición real, alcanzando a Abu Haneen en la espalda. Resultó gravemente herido y falleció a causa de sus heridas a la mañana siguiente.
Estados Unidos nombra al embajador en Yemen para dirigir el centro de coordinación de Gaza
El Departamento de Estado de Estados Unidos ha nombrado al actual embajador en Yemen y funcionario de carrera del servicio exterior, Steven Fagin, como responsable civil de un nuevo centro que ha creado para aplicar el acuerdo de alto el fuego en Gaza, según informó el departamento en un comunicado.
El anuncio se produjo después de que el secretario de Estado, Marco Rubio, visitara el Centro de Coordinación Civil-Militar en el sur de Israel y se comprometiera a que más diplomáticos estadounidenses se unieran a los aproximadamente 200 militares estadounidenses destinados allí.
«El embajador Steven Fagin será el responsable civil del Centro de Coordinación Civil-Militar, que apoya la aplicación del Plan de Paz de 20 puntos del presidente para Gaza», ha declarado el departamento.
El centro fue inaugurado esta semana por el Mando Central de Estados Unidos, y Patrick Frank, comandante del Ejército Central de Estados Unidos, fue nombrado su responsable militar.
Fagin ha sido embajador de Estados Unidos en Yemen desde 2022, aunque ha desempeñado su función desde fuera del país, ya que Washington no reconoce al Gobierno hutí de Saná.
Información de Reuters
El máximo tribunal penal de España ha anunciado que ha abierto una investigación por presunta complicidad en crímenes contra la humanidad o genocidio contra ejecutivos de la siderúrgica Sidenor por comerciar con una empresa armamentística israelí.
España afirmó que había dejado de intercambiar armas con Israel tras el inicio de la guerra en Gaza en octubre de 2023.
El embargo entró en vigor oficialmente este mes como parte de las medidas destinadas a detener lo que el presidente Pedro Sánchez ha calificado de genocidio en Gaza.
El presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga Gómez, y otros dos ejecutivos están siendo investigados por presunto contrabando y complicidad en crímenes contra la humanidad o genocidio por vender acero a Israel Military Industries, según informó la Audiencia Nacional.
La empresa española vendió el metal sin solicitar el permiso del Gobierno ni registrar la transacción, y sabía que el material «iba a ser utilizado para la fabricación de armas», según informó el tribunal en un comunicado.
Añadió que la empresa en sí no estaba siendo investigada gracias a los empleados denunciantes que contribuyeron a la denuncia y ayudaron a «impedir la continuación de la presunta actividad delictiva».
El juez de instrucción ha citado a los tres sospechosos a declarar el 12 de noviembre en el caso, iniciado tras una denuncia de una asociación pro palestina.
Sidenor no respondió a la solicitud de comentarios de la AFP.
Información de la AFP
El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, afirmó el viernes que la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) no puede tener futuro en la gestión de Gaza.
En declaraciones a los periodistas en la sede del Centro de Coordinación Civil-Militar de Estados Unidos, que supervisa el alto el fuego en Gaza, Rubio repitió las afirmaciones israelíes, ampliamente desacreditadas, de que la organización es una «filial de Hamás».
«La UNRWA no va a desempeñar ningún papel en [la prestación de ayuda]», afirmó.
Sus comentarios se producen pocos días después de que la Corte Internacional de Justicia dictaminara que la afirmación israelí de que la UNRWA estaba compuesta «en su mayor parte» por partidarios de Hamás carecía de fundamento.
En su opinión consultiva, el máximo tribunal de la ONU determinó el miércoles que la UNRWA es imparcial e indispensable para la prestación de ayuda a los palestinos, tal y como lo exige la Asamblea General de la ONU.
El secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, habla con los medios de comunicación tras visitar el Centro de Coordinación Civil-Militar de EE. UU. en el sur de Israel el 24 de octubre de 2025 (Fadel Senna/AFP).
La esposa de Marwan Barghouti apela a Trump para que libere a su marido
La esposa de Marwan Barghouti ha apelado al presidente de EE. UU., Donald Trump, para que consiga la liberación de su marido de la prisión en Israel.
El político palestino cumple varias cadenas perpetuas por su papel en la Segunda Intifada, pero es muy popular entre los palestinos y se le considera un futuro líder.
«Señor presidente, le espera un socio genuino, alguien que puede ayudar a cumplir el sueño que compartimos de una paz justa y duradera en la región. Por el bien de la libertad del pueblo palestino y la paz para todas las generaciones futuras, ayude a liberar a Marwan Barghouti», dijo la abogada Fadwa Barghouti en un comunicado.
Rubio: La UNRWA no tiene ningún papel que desempeñar en el futuro de Gaza
El secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, ha afirmado que la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA) no puede tener ningún futuro en la gestión de Gaza.
En declaraciones a los periodistas en la sede del Centro de Coordinación Civil-Militar de Estados Unidos, que supervisa el alto el fuego en Gaza, Rubio repitió las afirmaciones israelíes de que la organización es una «filial de Hamás».
«La UNRWA no va a desempeñar ningún papel en [la prestación de ayuda]», afirmó.
Genocidio en Gaza: por qué queremos que se juzgue a un soldado británico-israelí
Mientras los líderes occidentales se pelean y se preocupan por el llamado «plan de paz» del presidente estadounidense Donald Trump, los medios de comunicación han empezado a preguntarse «qué pasará ahora», en lugar de reflexionar sobre los 734 días de genocidio que han soportado los palestinos.
El plan de Trump está plagado de señales de alarma sobre la erosión de la agencia palestina, el control neocolonial británico-estadounidense sobre Gaza y el fracaso a la hora de detener las continuas violaciones del alto el fuego por parte de Israel.
Todas estas preocupaciones son de vital importancia, pero igualmente importante es la rendición de cuentas de los autores del genocidio, desde los generales de más alto rango hasta los soldados rasos de menor rango.
Por eso, el Centro Internacional de Justicia para los Palestinos (ICJP) ha solicitado una citación judicial para procesar a un soldado con doble nacionalidad británica e israelí por alistarse presuntamente en el ejército israelí, en violación del artículo 4 de la Ley de Alistamiento Extranjero de 1870.
Se cree que esta persona sirvió en una unidad del ejército israelí en la frontera con el Líbano antes de ser desplegada en la Cisjordania ocupada.
Dos personas han muerto y otras dos han resultado heridas después de que un dron israelí atacara un coche en la localidad de Toul, en el sur del Líbano, según ha confirmado el Ministerio de Sanidad libanés.
El jueves, cuatro personas murieron en ataques aéreos israelíes en el este y el sur del Líbano. El ejército israelí afirmó que estaba atacando posiciones de Hezbolá.
Israel ha seguido incumpliendo casi a diario el alto el fuego de noviembre de 2024 con Hezbolá desde que se anunció el acuerdo.
Trump supuestamente envía una severa advertencia a Netanyahu por la violencia en Gaza
El vicepresidente estadounidense JD Vance supuestamente transmitió un «mensaje firme» del presidente Donald Trump al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu durante una reunión celebrada el miércoles en Jerusalén, según informó Politico, citando fuentes con conocimiento de la conversación.
Una de las fuentes afirmó que altos funcionarios estadounidenses consideraban que los ataques israelíes del domingo, que causaron la muerte de más de 40 civiles palestinos, eran una prueba de que Israel estaba actuando «sin control».
Un funcionario de la Casa Blanca, que también habló de forma anónima, dijo a Politico que las recientes declaraciones públicas «reflejan lo que piensa el presidente» sobre las acciones israelíes tras el alto el fuego.
Como se informó anteriormente, funcionarios estadounidenses, incluido el propio Trump, también han criticado el nuevo proyecto de ley del Parlamento israelí sobre la anexión de Cisjordania, que según los analistas supone una desviación inusual y significativa de la alineación habitual de Washington con la política israelí.
El futuro de la ocupación: ¿qué le depara ahora a Palestina después de Gaza?
El futuro de la ocupación de los territorios palestinos después de Gaza es una recopilación de acceso libre que se lee como una guía de campo para ciudadanos, periodistas, responsables políticos, estudiantes y cualquiera que se niegue a mirar hacia otro lado.
Parte de un hecho inquebrantable: que los alto el fuego y las declaraciones de la cumbre no pusieron fin a la ocupación, sino que la remodelaron.
El capítulo inicial lo afirma sin retórica y plantea una pregunta más difícil que muchas conversaciones siguen eludiendo.
¿Cómo será exactamente la ocupación dentro de cinco o diez años si las fuerzas actuales siguen tirando en la misma dirección, y qué se necesitaría para cambiar el rumbo?
La contribución fundamental del libro es metodológica más que ideológica. En lugar de prometer certezas, utiliza la planificación de escenarios para trazar varios futuros plausibles.
Turquía afirma que Israel está rompiendo el alto el fuego en Gaza y pide medidas más contundentes
Turquía ha acusado a Israel de violar el alto el fuego en Gaza y ha instado a Estados Unidos y a otros países a tomar medidas más contundentes, como sanciones o la suspensión de la venta de armas.
En declaraciones a la prensa durante su vuelo de regreso desde Omán, el presidente Recep Tayyip Erdogan afirmó que Hamás ha cumplido el acuerdo.
«Gaza es una prueba para el mundo islámico. Si Dios quiere, superaremos esta prueba con nota y ocuparemos nuestro lugar junto a nuestros hermanos y hermanas de la forma más firme posible», afirmó, añadiendo que Turquía está dispuesta a apoyar al grupo de trabajo previsto para Gaza en todo lo que sea necesario.
Informes recientes indican que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha descartado la presencia de personal turco sobre el terreno en Gaza. Erdogan ha condenado con frecuencia a Israel desde que comenzó la guerra, lo que ha tensado aún más las relaciones bilaterales.
Agricultores palestinos fueron agredidos por colonos israelíes el viernes por la mañana mientras cosechaban aceitunas en Beit Iksa, al noroeste de Jerusalén, según informaron testigos presenciales a Wafa.
Al parecer, un grupo del asentamiento de Ramot, construido en territorio palestino, lanzó piedras, profirió insultos e intentó expulsar a los agricultores de sus campos bajo la protección de las fuerzas israelíes en la zona de Wadi al-Madina.
Los testigos afirmaron que los agricultores resistieron el ataque y continuaron con su trabajo, señalando que este tipo de incidentes se repiten cada año durante la cosecha de aceitunas, lo que refleja los continuos intentos de apoderarse de más tierras.
Beit Iksa lleva mucho tiempo sufriendo repetidos ataques de los colonos, especialmente durante la temporada de cosecha. El acceso a las tierras de cultivo está muy restringido por la ocupación, que exige permisos especiales y días designados, como parte de una estrategia más amplia para desplazar a los residentes y controlar las tierras agrícolas cercanas al asentamiento de Ramot y al muro del apartheid.
Mi hijo era amor y luz, apagado por la maquinaria de muerte de Israel.
Arriba, en la casa de mi padre en el barrio de Tel al-Sultan de Gaza, una «zona segura» designada por Israel al oeste de la ciudad de Rafah, recuerdo haber visto a mi hijo, Abdullah, pocos meses antes de cumplir 13 años.
Aquel día, a finales de 2023, poco después de que estallara la guerra, estaba en la cocina preparando una taza de té. En la mano llevaba un paquete de galletas saladas que acababa de comprar en una tienda local.
Me dijo: «Papá, ¿quiere compartirlas?». Le respondí: «Gracias, cariño. Por la mañana prefiero galletas dulces».
«Pero estas le gustarán», dijo. «Pruebe una».
Cogí una galleta. «Tiene razón». Me dijo que le avisara cuando quisiera más y que él me traería más de la tienda.
Dos palestinos muertos en ataques aéreos israelíes sobre la ciudad de Gaza
Dos palestinos murieron el viernes a causa de las heridas sufridas en los ataques aéreos israelíes sobre la ciudad de Gaza, según informó la agencia de noticias Wafa.
Por otra parte, dos niños resultaron heridos en el barrio de Al-Nasr, al oeste de la ciudad de Gaza, tras la detonación de una munición israelí sin explotar.
Esta mañana, la artillería israelí disparó múltiples proyectiles al este de Deir al Balah, en el centro de la Franja de Gaza.
La UNRWA advierte de la escalada de violencia israelí y la anexión en Cisjordania
La agencia de la ONU para los refugiados palestinos, la UNRWA, prohibida por Israel, dijo el X que, desde el 7 de octubre de 2023, la Cisjordania ocupada, incluida Jerusalén Este, ha sido testigo de un fuerte aumento de la violencia israelí y de los colonos.
Según la oficina humanitaria de la ONU, más de 1000 palestinos han muerto en ataques de las fuerzas israelíes y los colonos desde que comenzó la guerra en Gaza, y los niños representan alrededor de una quinta parte de las muertes.
La UNRWA advirtió de que «la creciente anexión de Cisjordania se está produciendo de forma constante, en una grave violación del derecho internacional», citando la expansión y el reconocimiento formal de los asentamientos ilegales israelíes.
Un niño palestino muerto por disparos israelíes en el campo de refugiados de Nablus
El corresponsal de Al Jazeera informó de que un niño palestino murió en el campo de refugiados de Askar, en Nablus, en la Cisjordania ocupada, tras recibir disparos de las fuerzas israelíes.
Las fuerzas de ocupación israelíes detienen a cuatro palestinos en redadas en Hebrón
Las fuerzas israelíes detuvieron a cuatro palestinos en Hebrón, en la Cisjordania ocupada, el viernes tras realizar redadas y registros en varias viviendas, según fuentes locales y de seguridad citadas por Wafa.
Los detenidos fueron identificados como Qusay Munjed Al-Qasrawi Al-Tamimi, Mu’min Munqidh Al-Qasrawi Al-Tamimi, Bassam Al-Atrash y Ataf Al-Atrash.
Las tropas también registraron otras viviendas pertenecientes a las familias Al-Atrash y Al-Rajabi, entre otras.
Se instalaron puestos de control militares en las entradas de las ciudades, pueblos y campamentos de Hebrón, y se cerraron varias carreteras principales y secundarias con puertas de hierro, bloques de hormigón y montículos de tierra.
Farhan Haq, portavoz adjunto del secretario general de la ONU, declaró a Al Jazeera que Israel no ha permitido la entrada de 600 camiones de ayuda de la ONU en Gaza en ningún día desde que comenzó el alto el fuego.
«Queremos que las autoridades israelíes permitan la entrada de más camiones en más puntos de cruce, lo hemos dejado claro», afirmó.
Haq señaló que, aunque tras el alto el fuego ha aumentado el número de camiones de la ONU y comerciales que llegan a Gaza, la magnitud de la ayuda durante el ataque de Israel fue tan limitada que un panel respaldado por la ONU declaró oficialmente la hambruna en algunas partes del enclave sitiado.
Un ataque aéreo israelí mata a una anciana libanesa en el sur del Líbano
Una mujer libanesa de 80 años murió el jueves por la noche tras un ataque aéreo israelí que alcanzó la localidad de Arabsalim, en la región de Iqlim al-Tuffah, según la Agencia Nacional de Noticias del Líbano.
El ataque tuvo como objetivo una habitación cercana al ayuntamiento local y una escuela primaria, y los medios de comunicación libaneses informaron de que la mujer murió en el acto a causa del ataque llevado a cabo por las fuerzas israelíes.
Olivares sitiados: familias palestinas se enfrentan a la violencia israelí durante la cosecha
«Sentí que me moría», dijo Afaf Abu Alia, recordando el momento en que los colonos israelíes se turnaron para golpearla con palos mientras ella y su familia cosechaban aceitunas en un pueblo cerca de Ramala, en la Cisjordania ocupada.
Señalando su cuerpo exhausto y hablando con voz apenas audible, la palestina de 53 años añadió: «Estaba sola entre más de 20 colonos… Me golpearon en la cabeza y en las manos… aquí y aquí».
Afaf y su familia habían salido temprano el domingo por la mañana para recoger aceitunas en Turmus Ayya. Después de unas tres horas, un pequeño grupo de colonos, procedentes de asentamientos cercanos como Maale Levona, Shilo, Givat Harel y Eli, les atacó.
Junto con su marido, sus hijos y sus cuñados y sus esposas, Afaf huyó a una zona lejana y más segura, dejando atrás sus herramientas, su vehículo y las aceitunas que ya habían recolectado.
Aproximadamente media hora más tarde, cuando los colonos se marcharon, la familia regresó y encontró su vehículo destrozado y su cosecha robada. Decidieron trasladarse a una parcela más segura, pero en el camino una patrulla militar israelí, enviada para proteger a los colonos, los interceptó y disparó un bote de gas en su dirección. Afaf, que padece una alergia respiratoria, se vio afectada por el gas.
Gaza se enfrenta a décadas de amenaza por municiones israelíes sin detonar, advierte un experto
Nick Orr, especialista en desactivación de artefactos explosivos de Humanity & Inclusion, ha descrito Gaza como un «campo minado abierto» y ha advertido de que podrían necesitarse al menos dos o tres décadas para limpiar el enclave de municiones israelíes sin detonar.
Una base de datos de la ONU ha registrado más de 53 muertes y cientos de heridos relacionados con explosivos abandonados durante la guerra que dura ya dos años, aunque los grupos de ayuda insisten en que la cifra real es significativamente mayor.
«Si usted quiere eliminar completamente los escombros, eso nunca va a suceder. Están bajo tierra. Seguiremos encontrándolos durante generaciones», dijo Orr.
Añadió que la retirada de los artefactos sin detonar de la superficie podría ser posible «en una generación, creo que en 20 o 30 años».
Incluso entonces, advirtió, «sería una solución a una parte muy pequeña de un problema muy grande».
Buenos días, lectores de Middle East Eye.
Aquí tienen las últimas noticias sobre la guerra de Israel contra Gaza:
- El número de muertos por el ataque de Israel contra la Franja de Gaza ha ascendido a 68 234, y hay 170 373 heridos.
- Al Jazeera informa de que colonos israelíes incendiaron un vehículo durante un ataque en la zona de Al-Tall, en Deir Dibwan, al este de Ramala, en la Cisjordania ocupada.
- Las fuerzas israelíes y los colonos de toda Cisjordania, incluida la Jerusalén Oriental ocupada, han matado a más de 1057 palestinos y herido a cerca de 10 000 desde el 7 de octubre de 2023.
- Más de 20 000 palestinos, entre ellos al menos 1600 niños, han sido detenidos durante las redadas israelíes.
- El corresponsal de Al Jazeera afirma que las tropas israelíes detuvieron al preso liberado Malek Al-Jallad tras irrumpir en su casa en Tulkarm, en el norte de Cisjordania.
- Una nueva encuesta estadounidense revela que el 59 % de los estadounidenses apoya el reconocimiento de un Estado palestino, incluido el 41 % de los republicanos y el 80 % de los demócratas.
Autor: admin
Profesor jubilado. Colaborador de El Viejo Topo y Papeles de relaciones ecosociales. Lee todas las entradas de admin





