Miscelánea 3/VI/2024

Del compañero y miembro de Espai Marx, Carlos Valmaseda.
1. Izquierda antiguerra en Israel.
2. Resultado de las elecciones en Sudáfrica (con una observación de José Luis Martín Ramos).
3. En víspera de los resultados electorales en India.
4. BRICS y desdolarización, 4.
5. Entrevista con Fabio Vighi.
6. Uganda y la RD del Congo.
7. Minería y esclavitud.
8. Entrevista a Ramzy Baroud.
9. Cada presidente, más cerca del Armagedón (con una observación de Antonio Ruiz).

1. Izquierda antiguerra en Israel

Las encuestas que se publican de vez en cuando parecen desmentir el titular, con una inmensa mayoría de israelíes a favor del genocidio, pero concedamos el beneficio de la duda a gente que realmente hace lo que puede en condiciones tan difíciles.https://nuso.org/articulo/

La izquierda antiguerra se abre paso en Israel
Entrevista a Uri Weltmann
Federico Fuentes

El dirigente de Standing Together cuenta cómo la izquierda pacifista, compuesta por judíos y árabes, se organiza contra la guerra, el racismo y la ocupación.

Standing Together [Juntos de pie] es un movimiento social judío-árabe israelí en contra del racismo y la ocupación y en favor de la igualdad y la justicia social. En esta entrevista, Uri Weltmann, organizador nacional de Standing Together, habla sobre el creciente movimiento pacifista en Israel, sobre cómo los activistas están enfrentando a extremistas de la ultraderecha que intentan bloquear la llegada de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza y sobre los recientes avances electorales de la izquierda.

¿Cómo ha evolucionado el movimiento pacifista dentro Israel desde el 7 de octubre? ¿Está consiguiendo cambios en la opinión pública y minar los esfuerzos bélicos del primer ministro Benjamin Netanyahu? ¿Qué papel desempeña Standing Together dentro del movimiento?

Después del 7 de octubre, la policía israelí limitó el derecho de la gente a protestar y a ejercer sus libertades civiles. Era casi imposible conseguir un permiso para manifestarse. Por eso, a lo largo de octubre y noviembre, la mayoría de las acciones emprendidas por el movimiento pacifista -incluido Standing Together- no fueron necesariamente marchas, piquetes o concentraciones. En su lugar, colgamos carteles en las calles que decían «Solo la paz traerá seguridad» y organizamos conferencias judío-árabes de emergencia en dos docenas de pueblos y ciudades en todo Israel, donde planteamos la exigencia de un camino alternativo al del gobierno.

Recién en diciembre surgió la posibilidad de organizar protestas de mayor envergadura. En ese entonces, Standing Together reunió a centenares de personas en una concentración en Haifa el 16 de diciembre y a otras 1.000 personas en una concentración en Tel Aviv el 28 de diciembre. En enero, celebramos nuestra primera marcha contra la guerra, en la que una coalición de más de 30 movimientos y organizaciones pacifistas movilizó a miles de personas.

Las últimas y mayores manifestaciones hasta la fecha se produjeron a principios de mayo, con la participación de oradores palestinos y judíos y con miles de personas marchando en Tel Aviv bajo el lema «Alto a la guerra, traer de vuelta los rehenes». Uno de los oradores fue Shachar Mor (Zahiru), cuyo sobrino está en manos de Hamás en Gaza. Criticó duramente el cinismo de Netanyahu y sus aliados, y pidió el fin de la guerra para traer de vuelta a los rehenes. Avivit John, superviviente de la masacre del kibutz Beeri, donde fueron asesinados muchos civiles el 7 de octubre, dijo a la multitud que, aunque había perdido amigos y familiares en el ataque de Hamás, no quería que nosotros, como sociedad, perdiéramos también nuestra humanidad. Pidió el fin de la guerra, reconocimiento de la humanidad compartida de israelíes y palestinos y la devolución de los rehenes.

Junto con las protestas organizadas por el movimiento pacifista, también ha habido un movimiento de protesta más amplio que reclama el regreso de los rehenes y que, con el tiempo, ha tomado una línea explícitamente antibelicista. En los primeros meses posteriores al 7 de octubre, familiares y amigos de los rehenes organizaron manifestaciones de concientización sobre su difícil situación, con el objetivo de presionar al gobierno. Sin embargo, hace dos meses, este movimiento dio un giro a la izquierda al vincularse con organizaciones contrarias a Netanyahu y anunciar públicamente que habían llegado a la conclusión de que Netanyahu y su gobierno eran un obstáculo para un acuerdo de alto el fuego que pudiera facilitar la liberación de los rehenes. En su lugar, dijeron, lo que se necesita es un movimiento masivo para forzar la salida del gobierno y la celebración de elecciones anticipadas.

Hace unas semanas, cuando las negociaciones entre Israel y Hamás parecían a punto de llegar a un acuerdo, este movimiento de protesta se declaró abiertamente partidario de poner fin a la guerra a cambio de la devolución de los rehenes. Celebraron una de sus protestas masivas de cada sábado en Tel Aviv -a la que asistieron decenas de miles de personas- bajo el lema «Rehenes, no Rafah», y popularizaron el cántico «Kulam Tmurat Kulam» (en hebreo, «[Liberación] de todos ellos, a cambio de todos ellos»), un llamamiento a la liberación de los miles de presos palestinos detenidos en cárceles israelíes a cambio de la de los rehenes israelíes en manos de Hamás.

Este amplio movimiento de protesta ha cambiado el clima político dentro de Israel: los partidos de derecha y extrema derecha que integran la coalición de Netanyahu están perdiendo terreno entre la población. Si bien obtuvieron 64 de los 120 escaños de la Knesset (Parlamento israelí) en las elecciones de noviembre de 2022, según los últimos sondeos hoy solo ganarían entre 45 y 52 escaños. Esto supone un problema para Netanyahu, ya que no solo significa que sería destituido de su cargo, sino que se reanudaría su juicio por corrupción y posiblemente acabaría en la cárcel. Así que tiene un interés tanto político como personal en una guerra prolongada y extendida contra Gaza, como exigen sus socios de coalición de extrema derecha. Sabe que lo más probable es que un acuerdo sobre los rehenes signifique el fin de la guerra. Y que el fin de la guerra signifique el desmantelamiento de su gobierno de coalición y la convocatoria de elecciones anticipadas, con una consiguiente derrota política y la posible pérdida de su libertad personal. Esta valoración es la que ha llevado al amplio movimiento de protesta que pide la devolución de los rehenes a darse cuenta de que Netanyahu es un obstáculo que hay que sacar del medio y no una mera parte interesada a la que hay que convencer.

Los miembros de Standing Together han intervenido en estas protestas masivas -en Tel Aviv, Haifa, Jerusalén, Beer Sheva, Kfar Sava, Karmiel y otros lugares- insistiendo en que el retorno seguro de los rehenes debe ir acompañado del fin de la guerra y de las matanzas de civiles inocentes en Gaza. Además, nuestro mensaje es que la seguridad a largo plazo de ambos pueblos no se conseguirá mediante la guerra, la ocupación y el asedio. Por el contrario, exigimos poner fin a la ocupación y lograr una paz entre Israel y Palestina que reconozca el derecho de todos a vivir en libertad, seguridad e independencia. Hay millones de judíos israelíes en nuestro país y ninguno de ellos va a irse. También hay millones de palestinos en nuestro país y ninguno de ellos va a irse. Este debe ser el punto de partida de nuestra política si queremos imaginar un futuro de justicia, liberación y seguridad.

Standing Together conformó la Guardia Humanitaria para contrarrestar los intentos de la extrema derecha de bloquear los convoyes de ayuda que se dirigen a Gaza. ¿Qué puede decirnos de esta iniciativa?

A mediados de mayo, llamaron la atención imágenes y vídeos de colonos violentos y extremistas, conocidos como Los Jóvenes de la Colina, atacando camiones en el puesto de control de Tarqumia -principal paso fronterizo que conecta territorio palestino ocupado de Cisjordania con Israel- que transportaban alimentos y otro tipo de ayuda humanitaria a la asediada Franja de Gaza. Los camioneros palestinos fueron golpeados y hospitalizados, las bolsas de harina y trigo, destrozadas, y los camiones, incendiados. Estos violentos ataques recibieron la atención de los medios de comunicación locales e internacionales, sobre todo porque se produjeron frente a soldados y policías israelíes que no hicieron nada para impedirlos.

En respuesta, Standing Together anunció la formación de la Guardia Humanitaria, una iniciativa para juntar a activistas por la paz de todo Israel para actuar como una barrera física entre los colonos extremistas y los camiones, documentar lo que ocurría y obligar a la policía a intervenir. Hasta la fecha, más de 900 personas se han anotado como voluntarios para esta iniciativa. Todos los días, decenas de personas acuden desde Jerusalén y Tel Aviv al puesto de control. Nuestra presencia protectora en el puesto de control de Tarqumia ha permitido el paso seguro de cientos de camiones durante las dos primeras semanas, entregando toneladas de alimentos a la población civil de la Franja de Gaza, donde se está produciendo una creciente hambruna y una catástrofe humanitaria.

El primer día que estuve allí, la policía se vio obligada a apartar a los colonos y permitir el paso de los camiones, cuyos conductores tocaron su bocina en señal de apoyo. Los colonos parecían visiblemente molestos por nuestra presencia y por el hecho de que los superamos en número. Abandonaron el puesto de control, pero nos enteramos por su grupo de WhatsApp de que se estaban reagrupando en la carretera para atacar a los camiones antes de que llegaran al puesto de control. Cuando llegamos a la intersección donde estaban, los encontramos saqueando un camión, destruyendo paquetes de comida y arrojándola a un lado de la carretera. Solo cuando llegamos nosotros, la policía los apartó a regañadientes, permitiendo que el camión destrozado se alejara. Recogimos los alimentos para subirlos a los siguientes camiones. También documentamos los ataques de los colonos y presentamos denuncias, que dieron lugar a que la policía detuviera a algunos de ellos.

Consideramos que la Guardia Humanitaria es tanto una forma de expresar solidaridad con la población de la Franja de Gaza como de librar una lucha por el carácter de nuestra sociedad: nos negamos a permitir que la sociedad israelí se modele según los marcos morales de los fanáticos de extrema derecha que deshumanizan a los palestinos y promueven una política de muerte. Standing Together, como movimiento, está arraigado dentro de la sociedad israelí, con todas sus complejidades, y trabaja para generar cambios en la opinión pública y organizar a los ciudadanos judíos y palestinos de Israel para construir una nueva mayoría dentro de nuestra sociedad, una que nos permita avanzar hacia la paz, la igualdad y la justicia social y climática.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) votó recientemente a favor de elevar el estatus de Palestina en esa organización, mientras que algunos gobiernos europeos han reconocido oficialmente al Estado Palestino. Incluso, Estados Unidos se ha negado a suministrar bombas a Israel para atacar Rafah. Dentro de Israel, ¿hay la sensación de que se está perdiendo apoyo internacional? ¿Qué impacto tiene esto en la opinión pública sobre el gobierno?

La votación de la ONU para dar más derechos a los palestinos en esa instancia, así como la decisión de España, Noruega e Irlanda de reconocer formalmente al Estado palestino, son pasos diplomáticos importantes para reforzar la legitimidad internacional de la lucha por la liberación y el derecho a un Estado palestino. Estoy convencido -y existe un amplio consenso internacional al respecto- de que las resoluciones de la ONU constituyen la mejor base para permitir a los palestinos conquistar su derecho a la autodeterminación nacional, mediante el establecimiento de un Estado independiente con Jerusalén Este como capital y la Línea Verde (la frontera anterior al 4 de junio de 1967) como frontera entre los Estados de Palestina e Israel. Dicho acuerdo de paz tendría que incluir el desmantelamiento de todos los asentamientos israelíes en Cisjordania ocupada, que son ilegales según el derecho internacional; una solución justa y consensuada para los refugiados palestinos basada en las resoluciones de la ONU; la demolición del llamado Muro de Separación construido a principios de la década de 2000; y la liberación de los presos palestinos recluidos en cárceles israelíes, incluidos los más de 3.600 «detenidos administrativos» que siguen en el cárcel sin cargos, juicio ni condena, en algunos casos desde hace muchos años.

Dentro de Israel, los principales medios de comunicación presentan este cambio en la opinión pública extranjera y los acontecimientos diplomáticos como supuestamente dirigidos contra todos los israelíes. La clase política israelí trata de mezclar al gobierno y al Estado con la gente común y presenta las críticas internacionales dirigidas contra la actuación del gobierno de Netanyahu en Rafah como críticas dirigidas contra todos los ciudadanos israelíes, mientras que las acusaciones de crímenes de guerra contra Netanyahu y otros en altos cargos se presentan como acusaciones dirigidas contra todos los israelíes. Esto tiene el efecto de consolidar a la gente en torno del gobierno de Netanyahu, de modo que incluso las personas que critican sus acciones o que buscan una alternativa política se ponen de su lado contra el tribunal de La Haya.

Esto demuestra la importancia de crear un espacio dentro de la sociedad israelí para criticar las políticas del establishment político. Si toda la crítica es externa, o si las críticas confunden al pueblo con el gobierno, el efecto será cerrar, en lugar de ampliar, la brecha entre la mayoría del pueblo y los dirigentes actuales.

En medio de la guerra, se celebraron elecciones locales en las que, por primera vez, Standing Together obtuvo representación en los consejos municipales de Tel Aviv y Haifa. ¿Qué puede decirnos de estos resultados y de su importancia para la construcción de una nueva izquierda en Israel?

El 27 de febrero se celebraron elecciones locales en Israel. Inicialmente previstas para octubre, se pospusieron debido a la guerra. Estas elecciones, que se celebran cada cinco años, determinan la composición de los consejos municipales. En los meses previos a las elecciones, dos nuevos movimientos urbanos, ambos afines ideológicamente a Standing Together, surgieron en Tel Aviv y Haifa para concurrir a esos comicios.

En Tel Aviv, el movimiento local Purple City (Ciudad Morada), encabezado por Itamar Avneri, miembro de la dirección nacional de Standing Together, reúne a una coalición de mayoría de jóvenes urbanos en torno de cuestiones de vivienda y justicia climática. En septiembre, se juntó con otros sectores de izquierda, como el Partido Comunista, un movimiento ecologista local y algunos activistas comunitarios para formar una coalición electoral llamada La Ciudad Somos Todos. Esta coalición obtuvo 14.882 votos (7,6%) en las elecciones y ganó 3 de los 31 escaños del concejo municipal. Avneri, que era el tercer candidato en la lista de la coalición, fue elegido concejal.

En Haifa, el movimiento local La Mayoría de la Ciudad, encabezado por Sally Abed, de la dirección nacional de Standing Together, concurrió a las elecciones y obtuvo 3.451 votos (3%), lo que permitió elegir a Abed como única concejala. Era la primera vez que una mujer palestina encabezaba una lista para el concejo municipal de Haifa. La lista también incluyó como candidato a Orwa Adam, un activista palestino abiertamente gay, algo inédito en la historia electoral israelí.

Ambas listas eran movimientos conjuntos judío-árabes y, aunque organizativa, legal y financieramente independientes de Standing Together -como exigen las leyes electorales-, ambas fueron reconocidas públicamente como acordes con nuestra «marca» política. Estas experiencias exitosas de movimientos electorales organizados desde abajo son importantes para la construcción de una nueva izquierda popular y viable en Israel con raíces en nuestras comunidades, una orientación internacionalista y cimentada en valores socialistas. En los próximos años, este es el principal reto que enfrentamos todos quienes esperamos ver una izquierda combativa en Israel capaz de enfrentarse a la hegemonía institucional dominante y de construir poder alrededor de un proyecto político alternativo.

2. Resultado de las elecciones en Sudáfrica

La visión de Bhadrakumar sobre las elecciones sudafricanas. Como estaba previsto, la ANC ha perdido la mayoría absoluta. La relativa sorpresa ha sido el gran resultado de Zuma. Parece ser una regla universal que a la gente no le importa la corrupción, siempre que quien robe sea «de los suyos» -y que conste que la ANC sigue teniendo muy serios problemas de corrupción-. Luego dicen que somos la especie inteligente. https://www.indianpunchline.

Publicado el 1 de junio de 2024 por M. K. BHADRAKUMAR

Sudáfrica camina de puntillas hacia la política de coalición

Los resultados de las elecciones al Parlamento sudafricano del viernes confirmaron la creencia generalizada de que el Congreso Nacional Africano (CNA), en el poder, que encabezó la liberación del país del apartheid en 1993 y desde entonces dominó el panorama político como un árbol baniano, está en franca decadencia. La cuota de votos del ANC se desplomó del 57,5% en las elecciones de 2019 a alrededor del 40%.

Los días felices del ANC están llegando a su fin, pero todo lo bueno se acaba. La ANC pudo al menos aguantar treinta años aprovechando el legado de la lucha por la libertad, lo que no es fácil de hacer, ya que la política es cada vez más competitiva y, junto con el empoderamiento, viene el reto de la rendición de cuentas. En comparación, el Partido del Congreso indio perdió la mayoría parlamentaria en menos de dos décadas.

En general, fuera de algunas provincias mayoritariamente rurales, el apoyo al ANC está en declive, con una fuerte corriente subterránea de sentimiento anti-incumbencia en su contra debido al desempleo masivo, el altísimo nivel de violencia interpersonal, el colapso de los servicios sociales y la corrupción descarada.

El ANC necesitaría la ayuda de otros partidos para reelegir a Cyril Ramaphosa para un segundo mandato. Los otros tres partidos principales son la Alianza Democrática [DA], de orientación liberal, los Combatientes por la Libertad Económica [EFF], de extrema izquierda, y el nuevo Partido MK [MK], liderado por el expresidente Jacob Zuma, que en su día dirigió el ANC.

El DA, que obtuvo más del 21% de los votos, es un partido liberal establecido, dominado por los blancos y financiado por el capital blanco. EFF, por su parte, es un partido populista autoritario, no étnico en su base de apoyo y orientación, y obtuvo algo más del 9% de los votos.

El gran vencedor parece ser MK, una facción escindida del ANC, que entró en la contienda electoral por primera vez y surgió en una marea de nacionalismo zulú para cosechar el 14,83% de los votos.

Aún no está claro el posible carácter de la coalición gobernante entrante. Como era de esperar, los medios de comunicación occidentales apuestan por una coalición ANC-DA. El DA se ha estancado y desea alinearse con el ANC a pesar de su ideología de liberación nacional para compartir el poder.

Las inversiones masivas de los multimillonarios blancos en un conjunto de nuevos partidos liberales no produjeron los resultados deseados en las elecciones del miércoles. Ninguno de esos partidos logró imponerse. El DA es la única excepción, pero incluso en este caso, la mediocridad de su liderazgo y su incapacidad para distinguir las diferencias de tono en la compleja política racial ponen límites inherentes al potencial de crecimiento más allá de sus límites actuales. Muchos sudafricanos negros desconfían de la DA, pues creen que favorece los intereses de los blancos.

Por lo tanto, en el seno del ANC habrá resistencia a una alianza con la DA del político blanco John Steenhuisen, cuyo programa de privatizaciones basado en el libre mercado y el fin de los programas de empoderamiento económico de la población negra choca con las tradiciones del partido gobernante.

Zwelivelile Mandela, nieto de Nelson Mandela y legislador saliente del ANC, declaró a la AFP que la DA tenía «ideales diferentes», por lo que era demasiado difícil asociarse con ella. Predijo que los grupos de izquierda radical liderados por antiguas figuras del ANC -el incendiario EFF de Julius Malema o el MK de Zuma- eran compañeros de cama más probables para el partido gobernante.

Pero podría decirse que estas opciones radicales también podrían encontrar resistencia en los sectores más moderados del CNA. Además, las desavenencias entre Ramaphosa y Zuma -que lleva mucho tiempo resentido por la forma en que se vio obligado a abandonar la presidencia en 2018- siguen sin resolverse.

En medio de todas estas maniobras dentro de la clase política, es difícil calibrar el estado de ánimo popular, dado el control que ejercen los medios de comunicación liberales blancos sobre el discurso nacional. Así, la gravedad del profundo sentimiento de alienación política que empuja a muchos votantes hacia formas de populismo antiliberal y, en ocasiones, antidemocrático, se está pasando por alto alegremente en la obsesión por socavar la imponente presencia del CNA en el panorama político.

Sin duda, el ANC se ha convertido en un adefesio para las potencias occidentales. El papel activo de Sudáfrica en los BRICS y su defensa de la multipolaridad y la «desdolarización», su audaz actuación en la CIJ contra los crímenes de guerra de Israel en Gaza, su cercanía a Rusia y China, etc., tienen enormes consecuencias para los intereses occidentales en la situación mundial contemporánea.

El control que ejerce el capital blanco sobre los medios de comunicación digitales en Sudáfrica le confiere un poder significativo para configurar el discurso nacional, pero no hay ningún intento de comprender la profunda alienación de los sectores desfavorecidos de la sociedad, y mucho menos de abordarla críticamente. Baste decir que se trata de un terreno fértil para que la política étnica eche raíces. La paradoja es que el legado de uno de los movimientos más progresistas de la historia de la liberación anticolonial puede acabar siendo el auge del etnonacionalismo y el populismo bajo personalidades políticas oscuramente cómicas similares a Donald Trump, Boris Johnson, Jair Bolsonaro o Javier Milei.

El quid de la cuestión es que la izquierda no ha logrado presentar una alternativa creíble a la forma depredadora de nacionalismo étnico y populismo engendrada por las terribles circunstancias de pobreza y privación en las que la mayoría de los sudafricanos luchan por vivir. No se ve ni un solo líder a la manera de Lula da Silva o Jeremy Corbyn que pueda unificar a la izquierda. Todo esto deja el campo libre a la clase política depredadora y cleptocrática para desatar los demonios de la política étnica.

Ahora que lo pienso, Zuma convenció a 2,3 millones de sudafricanos para que votaran al partido MK. El MK quiere aumentar el poder de los líderes tradicionales, nacionalizar los bancos y expropiar tierras sin compensación, remontando el «prolongado periodo de vergüenza nacional» de Sudáfrica a 1652, cuando se estableció el primer asentamiento holandés.

En cuanto al EFF, se describe a sí mismo como antiimperialista e inspirado en el marxismo. El EFF también aboga por arrebatar tierras a los agricultores blancos y nacionalizar minas, bancos y otros sectores estratégicos, sin compensación. Afirma que el apartheid no terminó en 1994, argumentando que el acuerdo democrático dejó la economía en manos del «capital monopolista blanco», un mensaje que resuena en un país donde cuatro de cada 10 adultos están en paro.

La conclusión es que, al igual que ocurre con el Partido del Congreso en la India, no existe una alternativa real al ANC como aglutinador, que aún conserva la lealtad de muchos votantes por su papel protagonista en el derrocamiento del gobierno de la minoría blanca y por sus políticas progresistas de bienestar social y de potenciación de la economía negra, a las que sus partidarios atribuyen el mérito de haber ayudado a millones de familias negras a salir de la pobreza.

Observación de José Luis Martín Ramos:
Quizás el problema es el papel, la función, que la corrupción tiene en el sistema sudafricano y no desde ahora. No es para exculpar sino para indicar razones por las que la corrupción no sea un factor fundamental del voto. El éxito de Zuma tiene también una lectura: los votos de la Triple Alianza (ANC, PC, Sindicatos) y los de Zuma sumados son los del voto de las anteriores elecciones. EL CNA, como todos la gran mayoría de los movimientos de liberación colonial, tenía una configuración heterogénea, social e ideológicamente; el PCE llegó a ser en él la fuerza, la incidencia principal (Mandela fue del PCE, Zuma también, etc.). Abolido el estado racista, el equivalente de la liberación colonial en Sudáfrica, en el CNA se van produciendo decantaciones, divisiones; no es necesariamente una «maldición», como he leído en algún artículo. Entra dentro de la lógica del esclarecimiento del conflicto de clases, del paso de la unanimidad «nacional», al pluralismo; que se complica con la herencia del estado colonial, del estado racista en Sudáfrica. Tanto Zuma como el grupo de FFE, la izquierda negra a la izquierda del CNA, se han desgajado del CNA. El EFF se ha estancado en estas elecciones, está por ver si se relanza como alternativa al CNA; lo lógico es que lo intenten y por tanto sigan presentándose como antagonistas. No sé cuál es la situación actual, pero parece que la Triple Alianza no tiene más opciones de alianza que el EFF -no creo que ninguno de los dos lo quiera por ahora- el grupo de Zuma o el «liberalismo blanco», el DA, los preferidos de los gobiernos occidentales.
Me da que la Triple Alianza y Zuma están en este momento obligados a entenderse.

3. En víspera de los resultados electorales en India

Mañana se empiezan a conocer los resultados de las elecciones en India y veremos que tal envejece este artículo, pero me parece un muy buen análisis de la situación política general en India. Parece casi seguro que el BJP ganará pero sin arrasar, aunque su maquinaria propagandística en prensa y redes afirma que las encuestas a pie de urna les dan una victoria total. https://jacobin.com/2024/05/

La oposición india podría frustrar las ambiciones de Narendra Modi

Por Babu Jali

Narendra Modi busca una supermayoría parlamentaria para promulgar un cambio constitucional autoritario. La oposición política india podría desbaratar su plan canalizando el espíritu de resistencia social al chovinismo hindutva de Modi.

Se reconoce ampliamente que un tercer mandato electoral para Narendra Modi precipitaría la transición práctica de la India hacia un régimen neoliberal, autoritario, antiliberal, populista, etnorreligioso e islamófobo en el que las minorías y los opositores son aterrorizados por organismos estatales y grupos parapoliciales. Cada vez más, académicos y activistas indios coinciden en describir este régimen y su ideología hindutva como la variante india del fascismo.

Con el lema excesivamente confiado de «400 par» -que significaría reclamar la victoria en 400 escaños de un total de 543 en la Cámara Baja del Parlamento indio, la Lok Sabha-, el Partido Bharatiya Janata (BJP) de Modi ha anunciado claramente su objetivo de lograr la plena hegemonía dentro del sistema parlamentario.

Según la oposición india, así como algunas declaraciones de los propios líderes del BJP, esto representaría un primer paso hacia reformas constitucionales pioneras que permitirían pasar de una república laica a un Estado hindú. Para mantenerse dentro de los límites de la legalidad, una enmienda constitucional de este tipo requiere una mayoría de dos tercios de los votos en ambas cámaras del Parlamento.

Si logra este objetivo por medios electorales, este régimen transitorio no dudará en seguir llamándose a sí mismo «democracia» en aras de la legitimidad internacional. Mantener formalmente el estatus democrático de India reconfortará a los responsables políticos extranjeros de Estados Unidos y Europa, interesados en la promoción del liderazgo de India en la escena asiática en detrimento de China.

Resistencia social

Sin embargo, ¿acatará el pueblo indio este siniestro escenario? Para entender la mayor capacidad de la oposición para contrarrestar a Modi en las presentes elecciones, en comparación con las dos anteriores, hay que recordar las poderosas formas de resistencia social que han provocado las medidas neoliberales e islamófobas del Gobierno de Modi.

Tras la impresionante victoria sin precedentes del BJP en 2019, que condujo al segundo mandato de Modi, este nombró ministro del Interior a Amit Shah, un lugarteniente de confianza y partidario acérrimo del Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS). Esto allanó el camino para la implementación robusta de la agenda ideológica del RSS.

Ya en agosto de 2019, la derogación por el Gobierno del artículo 370 de la Constitución, que concedía autonomía a Cachemira, promulgó una reivindicación histórica del RSS. En noviembre del mismo año, esto fue seguido por una sentencia del Tribunal Supremo que autorizaba la construcción de un templo hindú en el disputado terreno de una antigua mezquita en Ayodhya.

Esto supuso la victoria final del movimiento de Ayodhya, una oleada masiva de populismo religioso que culminó en diciembre de 1992 con la destrucción de una mezquita del siglo XVI por una multitud organizada. La sentencia también marcó la inscripción positiva del Tribunal Supremo como socio institucional estratégico del BJP.

La creciente arrogancia de Modi tras estas victorias electorales se tradujo rápidamente en una nueva serie de decisiones brutales cuyas desastrosas consecuencias sufrieron sobre todo los trabajadores inmigrantes abandonados a su suerte en el brutal bloqueo pandémico. Privados repentinamente de trabajo y de cualquier medio de transporte público, estos trabajadores no organizados tuvieron que caminar cientos de kilómetros o más para llegar a sus pueblos y sobrevivir, sin poder participar en ningún intento de protesta.

En cambio, cuando las comunidades de musulmanes y agricultores con más recursos se vieron en el punto de mira de las reformas islamófobas y neoliberales, respectivamente, su respuesta fue impresionante. Musulmanes de todo el país desplegaron todas sus fuerzas para contraatacar, al igual que los agricultores del Punjab, Haryana y el oeste de Uttar Pradesh (el cinturón Jat), así como en algunas otras regiones donde su movimiento se reprodujo a menor escala.

Estos movimientos ayudaron a forjar nuevas solidaridades más allá de las fronteras de castas y comunidades. Esta unidad popular podría representar, si se mantiene e impulsa aún más, el mayor obstáculo molecular y a largo plazo que se interpone en el camino de la estrategia divisoria del Hindutva.

Alianza de Rahul Gandhi

En comparación con las elecciones anteriores, en 2024, la alianza opositora liderada por Rahul Gandhi se ha vuelto más agresiva y eficaz. Anteriormente retratado por los principales medios de comunicación pro-BJP como el heredero privilegiado y mediocre de un gobierno dinástico decadente, Gandhi ha reconstruido con éxito su imagen como oponente potente gracias a sus mordaces ataques al capitalismo de amiguetes de Modi.

Revigorizó su débil liderazgo con la ayuda de su primer Bharat Jodo Yatra, que comenzó en septiembre de 2022. El líder del Congreso recorrió miles de kilómetros desde el sur hasta el norte del país, escuchando las quejas y aspiraciones de la población local.

Formada en 2023, la coalición INDIA (Indian National Developmental Inclusive Alliance) ha logrado unir a treinta y siete partidos, en su mayoría regionales (incluidos los comunistas), bajo el liderazgo del Congreso. La campaña electoral de la coalición se ha centrado en el tema populista de izquierdas del capitalismo de amiguetes de Modi frente a las masas desfavorecidas. Ha respaldado este tema con la promesa de medidas redistributivas basadas en ideas de justicia social, frente a las cuales las entregas gratuitas de bombonas de gas y bolsas de grano de Modi a los pobres que llevaban su efigie parecían clientelistas y simbólicas.

Tras fracasar en su intento de rentabilizar la inauguración del templo de Ram en Ayodhya unas semanas antes del inicio de las elecciones, Modi tuvo que recurrir a un repertorio islamófobo en un intento desesperado de polarizar a los votantes en función de la religión. Pero la oposición supo imponer sus temas socioeconómicos en el debate, exponiendo así la irrelevancia del chovinismo hindú de Modi para las preocupaciones cotidianas de la gente.

A pesar del relativo éxito de la campaña de Gandhi, Modi aún puede contar con una comisión electoral servil, unos medios de comunicación dominantes sesgados y la vigilancia eficaz de las redes sociales digitales por parte de la célula informática del BJP. También puede contar con la innegable compra de su liderazgo hipertrofiado entre un amplio sector de los votantes indios.

Sin embargo, la propia narrativa de Modi parece estar en declive, mientras que la postura de Gandhi de proximidad con la gente corriente introdujo eficazmente un liderazgo humanista alternativo. Desenmascaró astutamente la política de odio del BJP utilizando un lenguaje de amor, proyectando así una idea más tolerante y humana del pueblo indio.

La capacidad de Gandhi para hacerlo no refleja simplemente su idealismo personal. Tampoco se lo debe todo a su Bharat Jodo Yatra, que fue un acontecimiento vigilado, adaptado a los medios de comunicación y limitado por estrictos controles de seguridad. La idea de un pueblo luchador, tolerante y progresista que Gandhi publicitó en su Yatra al encontrarse con individuos en su camino ya se había puesto de manifiesto durante los recientes movimientos populares, en los que los valores de solidaridad y humanismo se celebraban en el escenario a través de testimonios, poesía y canciones.

Avances democráticos

Debemos remontarnos a estas protestas para comprender hasta qué punto esta campaña electoral refleja los avances democráticos que surgieron de las calles durante las protestas contra la Ley de Enmienda de la Ciudadanía (CAA) y el movimiento de los agricultores.

La derogación del artículo 370, seguida rápidamente por la sentencia del Tribunal Supremo sobre Ayodhya, dejó a la comunidad musulmana tambaleándose. El gobierno se apresuró a introducir la CAA en noviembre de 2019.

La CAA definió oficialmente un régimen de asilo político para las minorías religiosas de los países musulmanes vecinos. La exclusión de los musulmanes de una ley que redefinía el acceso a la ciudadanía se percibió como un paso indirecto hacia la eventual exclusión de los musulmanes nacidos en India de los derechos de ciudadanía. El ministro del Interior, Amit Shah, reconoció implícitamente esta estratagema cuando introdujo el Registro Nacional de Ciudadanos, que, junto con la CAA, ayudaría a excluir a un gran número de musulmanes pobres nacidos en India que no disponían de certificados de nacimiento.

En Uttar Pradesh, diecinueve personas murieron en diciembre durante unas protestas musulmanas espontáneas. En pocas semanas surgieron cientos de focos de protesta en distintas partes del país. El impresionante movimiento, dirigido tácticamente por mujeres musulmanas para evitar la represión, duró cien días. Se suspendió repentinamente debido al cierre de COVID-19.

La policía no podía permitirse la represión directa de las mujeres en los lugares de las protestas. Sin embargo, hubo atentados planeados por extremistas hindúes que llamaron a la venganza en las redes sociales durante la visita oficial de Donald Trump en febrero de 2020, lo que provocó pogromos antimusulmanes en el noreste de Delhi en los que perdieron la vida cincuenta y cuatro personas (treinta y ocho de ellas musulmanas).

Seis meses después, el gobierno presentó una serie de leyes cuyo objetivo era acabar con la regulación estatal de los mercados mayoristas que garantizaba a los agricultores un precio mínimo por sus cosechas. A pesar del bloqueo, los sindicatos de agricultores convocaron una marcha sobre Delhi, que fue bloqueada en las fronteras estatales de la capital por la policía. En respuesta, los agricultores organizaron acampadas permanentes en varios de los principales puntos de entrada a Delhi.

Los manifestantes bloquearon el tráfico y organizaron dormitorios y cocinas colectivas siguiendo el modelo de los langars sijs a gran escala, alimentando a decenas de miles de manifestantes. Según las cifras recopiladas por los manifestantes, más de setecientos participantes murieron en el transcurso de las protestas, incluidos cuarenta protestantes-suicidas. Sin embargo, la inmensa mayoría de las víctimas fallecieron en los lugares de las protestas por «muerte natural» precipitada por el frío invernal y el agotamiento.

Aunque el Tribunal Supremo suspendió temporalmente las leyes agrarias impugnadas, las protestas continuaron con la exigencia de una garantía de precios mínimos de apoyo, hasta que el propio Modi anunció la derogación de las leyes el 1 de diciembre de 2021, tras un año de protestas. Esta derrota reconocida contrastó con la mera suspensión temporal de la CAA, que siguió existiendo sobre el papel como ley.

En marzo de 2024, el gobierno publicó las normas para la aplicación del CAA. Esto sugería que los musulmanes no merecían la misma consideración que los agricultores, tanto por motivos electorales como ideológicos.

Participación de los dalit

Estos dos movimientos fueron excepcionales por su forma, tamaño y duración. Demostraron su capacidad para capturar el espacio público y movilizar recursos y formas de solidaridad, revelando así la fuerza popular. En ambos movimientos, las mujeres estuvieron muy implicadas, alterando así los patrones tradicionales de género, al menos temporalmente.

Ambos movimientos buscaron también apoyo externo, especialmente de los dalits. Era la primera vez que otros sectores de la población solicitaban el apoyo de los activistas dalit, estableciendo así su legitimidad, que se les había negado durante mucho tiempo anteriormente. Como uno de los sectores más marginales y estigmatizados de la sociedad india, la forma que adquirió su inclusión en las protestas requiere nuestra atención.

La relación de los agricultores con los dalit está marcada por antagonismos de clase que son coterráneos y están sobredeterminados por las identidades de casta. Hay que reconocer que el comité de coordinación (Samyukt Kisan Morcha) estaba compuesto casi en su totalidad por jat (hindúes o sijs), una casta agrícola dominante conocida por su actitud opresiva y poco amable hacia los jornaleros dalit.

Desde el punto de vista económico, los dalit no estaban en condiciones de abandonar su trabajo y sus jornales para participar. Sin embargo, como señalaron algunos observadores, algunos dalit se sintieron animados o incluso quizá presionados a unirse a las protestas de sus empleadores jat, que les daban compensaciones monetarias para sufragar sus gastos familiares.

En contraste con los bajos niveles de participación de los propios jornaleros agrícolas dalit, los líderes sindicales dalit estuvieron bien representados en las protestas. De hecho, muchos jornaleros agrícolas son también terratenientes marginales cuya vulnerabilidad a las medidas propuestas es grande. Entrevistado en un libro de próxima aparición sobre las protestas, un dirigente punjabí de los jornaleros dalit explica también su participación como un intento estratégico de ganarse el apoyo de las organizaciones de orientación izquierdista para las futuras luchas de los jornaleros agrícolas.

Este intento de crear alianzas se reflejó en el lema «kisan mazdoor ekta zindabad» («viva la unidad entre agricultores y trabajadores») que se escuchaba habitualmente en los lugares de protesta. Mostrar esta unidad era importante ante los intentos del BJP de movilizar a los dalit a favor de las leyes. Figuras simbólicas dalit como Sant Ravi Das y B. R. Ambedkar recibieron así un respeto inusitado por parte de los terratenientes jat.

Aunque las relaciones entre castas se hicieron más cordiales en el contexto de una oposición compartida al Hindutva, los participantes dalit eran conscientes de que esta repentina simpatía podría no perdurar después del movimiento. El periodista dalit Shivam Mogha, procedente de la agricultura, narró conmovedoramente estos dilemas en un relato personal de su participación.

No obstante, el movimiento se percibió como un acontecimiento histórico que atrajo a estudiantes y activistas ambedkaritas y de izquierdas. Sus ideas progresistas encontraron un terreno favorable en los lugares de la protesta, como atestigua el periódico diario de la protesta, conocido como Trolley Times, así como la creación de bibliotecas progresistas en los lugares de la protesta.

Sacrificios compartidos

En las protestas contra la CAA, la prominencia otorgada a la figura de Ambedkar, el líder dalit del movimiento contra las castas y principal arquitecto de la Constitución india, sirvió a un doble propósito. En primer lugar, Ambedkar fue celebrado como la encarnación de los valores constitucionales. Era la primera vez que los musulmanes se identificaban con este símbolo del orgullo dalit.

En segundo lugar, la abrumadora presencia de Ambedkar y la constitución en la iconografía de las protestas reflejaba un intento estratégico de ganarse el apoyo de los dalit. Al igual que en el movimiento campesino, la participación de los dalit se limitó sobre todo a activistas ambedkaritas que sentían la necesidad de mostrar cierta solidaridad de su comunidad en defensa de la constitución y de construir futuras alianzas para contrarrestar el hindutva. El mejor ejemplo de ello es el caso de Chandra Shekhar Azad, el joven e incendiario líder dalit del Ejército Bhim.

Azad es un activista cuya radical política callejera contra el hindutva tiene muchos seguidores entre los jóvenes dalit de Uttar Pradesh y Delhi. El movimiento anti-CAA le dio la ocasión de ganar visibilidad nacional y ganar capital político, como reveló la creación de un partido político, el Azad Samaj Party, en marzo de 2020.

Su manifestación prohibida en apoyo de los musulmanes en la Jama Masjid de la Vieja Delhi el 19 de diciembre de 2019 fue un espectacular acto de desafío. Estaba dirigido específicamente a Amit Shah y escenificado con un notable sentido del heroísmo de Bollywood que atrajo una considerable atención de los medios de comunicación. La extravagante declaración de Azad de que estaba dispuesto a dar su sangre para proteger el derecho de sus hermanos musulmanes, antes de ser detenido y encarcelado, sugirió la posibilidad de crear lazos de sangre mediante el sacrificio por una causa común: la derrota del hindutva.

Esta transgresión simbólica y profundamente política de las fronteras comunales aportó un fuerte sabor subversivo al acto. Al llevar el movimiento más allá de la mera defensa de los derechos de los musulmanes en nombre del laicismo, el gesto solidario de Azad sentó las bases de una lucha común de todos los sectores oprimidos contra el comunalismo y las castas. Su revolucionario llamamiento a la solidaridad entre dalits y musulmanes puso en tela de juicio la táctica del Hindutva de enfrentar a dalits y musulmanes en nombre de la unidad hindú, golpeando así de lleno el mayoritarismo del Hindutva.

Obstáculos a la unidad

En contraste con esta poderosa dinámica progresista surgida de los lugares de protesta, la actual campaña electoral ha incrementado el aislamiento político de los dalits. A excepción del partido Viduthalai Chiruthaigal Katchi de Tamil Nadu, ninguno de los partidos ambedkaritas ha aceptado unirse a la alianza INDIA.

En Uttar Pradesh, el Partido Bahujan Samaj (BSP) se ha abstenido de unirse a la alianza anti-BJP desde 2019. Esto se debe supuestamente al temor de la líder del partido, Mayawati, a ser procesada por el Gobierno central por casos de corrupción. Aunque no habla explícitamente a favor del BJP, su decisión de que el BSP se mantenga por su cuenta ayuda indirectamente al partido de Modi al dividir a la oposición. Su propio partido, anteriormente exitoso, ha perdido gran parte de su relevancia política debido a esta neutralización efectiva.

Hay otros ejemplos que apuntan a la existencia de un entorno hostil hacia los dalit. Varios partidos dalit más pequeños y radicales se negaron a unirse a la coalición INDIA por el insuficiente número de escaños que se les concedía, entre ellos el Azad Samaj Party (el nuevo partido de Chandra Shekhar Azad en Uttar Pradesh), o el Vanchit Bahujan Aaghadi de Prakash Ambedkar en Maharashtra. Sin embargo, los obstáculos a la unidad iban más allá de la cuestión del reparto de escaños.

Por un lado, varios partidos regionales importantes de la alianza INDIA representan a otras clases atrasadas, como los yadav en Uttar Pradesh o los marathas en Maharashtra. Los intereses agrarios de estos grupos como agricultores medios o ricos, junto con el peso de la mentalidad rural de casta, militan en contra de las alianzas con radicales dalit como Azad o Prakash Ambedkar.

En Uttar Pradesh, Akhilesh Yadav, la principal figura regional de la Alianza INDIA, pretende de hecho hacerse con el espacio político dejado por el BSP de Mayawati, contrarrestando insidiosamente el ascenso del ASP de Azad. Pero para los dalits, la ausencia de un liderazgo dalit sólo puede aumentar su vulnerabilidad en un entorno socialmente hostil.

Por otra parte, la campaña de Gandhi ha ofrecido pocos incentivos para que los dalit se unan a ella. Sin perder de vista a los votantes de las castas superiores, evita mencionar episodios de violencia de castas o comunal y ha evitado pronunciarse demasiado sobre la cuestión del censo de castas, que el programa de su partido prometía como primer paso para paliar las desigualdades entre castas.

La visión humanista del hinduismo de Gandhi también niega la crítica ambedkarita de las castas, que ningún movimiento sinceramente progresista puede evitar. Además, sus referencias a los símbolos hindúes también juegan con una forma suave de Hindutva, que otros socios de INDIA como Arvind Kejriwal en Delhi y Mamata Banerjee en Bengala Occidental apoyan con entusiasmo.

También es notable que, mientras que la alianza ha hecho referencias positivas a las protestas de los agricultores, ha permanecido casi en silencio sobre cuestiones musulmanas como la CAA. Esto demuestra que la oposición se siente vulnerable ante las acusaciones de Modi de ser pro-musulmán y también revela su incapacidad para adoptar una postura ideológica a favor del laicismo, como hicieron las protestas contra el CAA.

Con la vaga promesa de devolver a la India los fundamentos del Partido del Congreso, Gandhi no ha emprendido el necesario examen crítico del historial negativo de su partido en el pasado desde la perspectiva de los dalits, los sijs y los pobres en general.

Por otra parte, aunque los dalit ambedkaritas siguen oponiéndose fundamentalmente al hindutva, que consideran un renacimiento de la ortopraxis de las castas brahmánicas, el BJP tiene la capacidad de dar un reconocimiento superficial a sus símbolos, cooptar a algunos de sus líderes y abordar la discriminación de los dalit por motivos de casta como una cuestión religiosa interna que puede resolverse mediante las promesas de reformas hindúes del hindutva.

Con los partidos ambedkaritas marginados en la actual contienda entre el BJP y el Congreso, el electorado dalit tiene que elegir entre un enfoque puramente económico de la privación, que deja sin abordar la cuestión crucial de la casta, y la falsa promesa del Hindutva de reconocimiento como hindúes.

La palabra F

Hace un año, durante una visita a Londres, Gandhi recordó a su audiencia las raíces fascistas del RSS, cuya trayectoria comparó con la de los Hermanos Musulmanes en Egipto. El uso que hace de esa terminología refleja simplemente una preocupación táctica por dar la voz de alarma en la escena internacional.

Sin embargo, para quienes en la India hacen uso de la palabra «fascismo», el término también implica replantear estratégicamente su oposición al régimen de Modi en términos más progresistas y radicales. En relación con las nuevas solidaridades entre religiones y castas que han surgido sobre el terreno, la campaña electoral de Gandhi no es más que un tenue reflejo de las aspiraciones políticas que están tomando forma.

A pesar de su debilidad ideológica, sólo cabe desear éxito a la coalición INDIA para evitar el peor resultado que representaría una victoria del BJP. En el transcurso de las elecciones -hay cinco fases territoriales en total- ha habido una discernible falta de entusiasmo por parte de los partidarios tradicionales del BJP (especialmente los partidarios del RSS, que sienten que Modi los ha dejado de lado y los ha dado por descontados). Esto se ha combinado con la desesperación económica y el rechazo popular del gobierno hegemónico de Modi entre los pobres.

Desde la primera fase de la votación, los informes procedentes de las cabinas electorales han suscitado un ambiente de optimismo entre los partidarios de INDIA sobre los resultados electorales. Esperan que la alianza sea capaz de crear una ola anti-Modi que repercuta en los votantes durante las sucesivas fases electorales. Si esta dinámica acaba frustrando las ambiciones de Modi, revelará la capacidad de la oposición india para salvaguardar su Constitución, si no para lograr el progreso social.

Babu Jali es investigador sobre política y movimientos sociales indios.

4. BRICS y desdolarización, 4.

El último de los artículos de la revista Wenhua Zongheng y el Instituto Tricontinental sobre el tema. https://thetricontinental.org/

Las reservas de divisas de China: desafíos de seguridad pasados y presentes

Por Yu Yongding

Yu Yongding (余永定) es miembro de la Academia China de Ciencias Sociales. Ha sido miembro del Comité Asesor de Planificación Nacional de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de la República Popular China desde 2004. También ha formado parte del Comité de Política Monetaria del Banco Popular de China, del Comité Asesor de Política Exterior del Ministerio de Asuntos Exteriores de la RPC y del Comité de Asuntos Exteriores de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino. Sus principales áreas de investigación son la macroeconomía, las finanzas internacionales y la economía mundial.

Las reservas de divisas de China: desafíos de seguridad pasados y presentes” (中国外汇储备的前世今生和当前面临的安全挑战) se publicó originalmente en China Reform (中国改革), núm. 4 (julio de 2022).

El 28 de febrero de 2022, Estados Unidos y sus aliados anunciaron el congelamiento de 300.000 millones de dólares en reservas de divisas del Banco Central de la Federación Rusa. En ese momento, las reservas de divisas de China ascendían a aproximadamente 3,3 billones de dólares, incluyendo más de 1 billón en bonos del Tesoro estadounidense.1

La seguridad de las reservas de divisas de China no es solo una cuestión financiera internacional, sino también geopolítica y de gestión de activos. ¿Qué medidas concretas debe adoptar China para garantizar la seguridad de sus reservas de divisas? Responder de forma integral a esta pregunta escapa a la capacidad de este autor. Más bien, este artículo pretende presentar un boceto del origen de las reservas de divisas de China, los desafíos que enfrenta en el período actual y cómo reconducir la situación desde la perspectiva de las finanzas internacionales.

Del patrón oro a la era post-Bretton Woods

La deuda entre países se paga mediante la transferencia de ciertos medios de liquidación aceptados internacionalmente, como el oro, las monedas de reserva internacionales o los derechos especiales de giro (DEG). La liquidez internacional es la reserva de estos medios de liquidación. Mediante el déficit por cuenta de capital o el déficit por cuenta corriente, los países que emiten moneda de reserva internacional (es decir, Estados Unidos) pueden proporcionar liquidez internacional o reservas internacionales a otros países.2

En macroeconomía internacional, la balanza de pagos registra todas las transacciones realizadas entre entidades de un país con entidades del resto del mundo. Estas transacciones incluyen importaciones y exportaciones de bienes, servicios, capital, así como pagos de transferencias como ayuda exterior y remesas. Un déficit en la cuenta de capital indica que está saliendo más dinero de la economía junto con un aumento en la propiedad de activos extranjeros. Por otro lado, la cuenta corriente se define como la suma de la balanza comercial (exportaciones de bienes y servicios menos importaciones), los ingresos netos procedentes del extranjero y las transferencias corrientes netas. Un déficit en la cuenta corriente se produce cuando el valor total de los bienes y servicios que un país importa supera el valor total de los bienes y servicios que exporta.Nota al pie

En el sistema de Bretton Woods, en el que el dólar estaba vinculado al oro, Estados Unidos proporcionaba liquidez internacional o reservas internacionales a otros países a través del déficit de la cuenta de capital. Entre 1945 y principios de la década de 1950, Europa y Japón necesitaban imperiosamente importar bienes de Estados Unidos, pero no podían obtener suficientes dólares estadounidenses a través de las exportaciones y también debido a la grave “escasez de dólares” a nivel mundial. En la década de 1960, las economías europea y japonesa se revitalizaron y la balanza comercial mejoró. Mientras tanto, Estados Unidos, debido al recalentamiento de su economía nacional y a su pérdida de competitividad internacional, experimentó una disminución de su superávit comercial de bienes y un aumento de su déficit comercial de servicios (incluido el gasto militar en el extranjero). Simultáneamente, debido al incremento de los tipos de interés en Europa, el capital estadounidense circuló hacia ese continente en grandes cantidades, eludiendo el control y formando el mercado europeo del dólar, aumentando rápidamente el déficit de la cuenta de capital estadounidense. Desde la perspectiva de Europa y Japón, aunque sus déficits comerciales disminuían, seguían entrando grandes cantidades de dólares estadounidenses, por lo que sus reservas de divisas en dólares crecieron rápidamente. La “escasez de dólares” se convirtió en un “exceso de dólares”. Desde el punto de vista de Estados Unidos, su superávit comercial casi desapareció (con algunos países ya era deficitario), mientras que su déficit de capital aumentó tanto que, para utilizar la terminología de la época, su balanza de pagos internacional se desplomó bruscamente.

La fijación del dólar estadounidense al oro tenía como objetivo asegurar a los tenedores de dólares que, aunque el dólar era una moneda fiduciaria impresa por Estados Unidos sin valor inherente, podía cambiarse por oro a un tipo de cambio determinado. De este modo, podían poseer dólares estadounidenses con confianza. El desequilibrio internacional de los pagos se tradujo en la pérdida de las reservas de oro de Estados Unidos. Aunque el oro puede haber permanecido en las cámaras acorazadas estadounidenses, ya no era propiedad del país. Los bancos centrales extranjeros siempre podían convertir sus excedentes de dólares en oro y enviarlo de vuelta a sus países. En 1971, Estados Unidos tenía poco más de 10.000 millones de dólares en reservas de oro, frente a los más de 40.000 y 30.000 millones de dólares en manos de funcionarios extranjeros y particulares, respectivamente. Eventualmente, ya no pudo mantener el tipo de cambio prometido de 35 dólares por onza de oro. El 15 de agosto de 1971, el presidente estadounidense Richard Nixon anunció el “cierre de la ventana de oro”. El sistema de Bretton Woods se vino abajo.

Sin embargo, la contradicción inherente de utilizar la moneda fiduciaria de un país como moneda de reserva internacional no ha desaparecido en el sistema post-Bretton Woods. El dólar estadounidense, como ancla del sistema monetario internacional, debe permanecer estable y esa estabilidad es multidimensional. Es decir, por un lado su poder adquisitivo debe ser estable y debe desempeñar el papel de bien público mundial y servir al interés global. Por otro lado, el dólar es impreso por el gobierno estadounidense. La estabilidad del poder adquisitivo real del dólar depende fundamentalmente de la política interna del gobierno, que no tiene ninguna obligación de sacrificar sus propios intereses nacionales en favor del interés público mundial.

Estados Unidos fue la potencia económica abrumadoramente dominante en el período post-Bretton Woods. Pero tras su declive, la contradicción entre el estatus del dólar como moneda nacional (al servicio de los intereses estadounidenses) y su estatus como moneda de reserva internacional (al servicio de los intereses mundiales), se manifiesta en el hecho de que Estados Unidos tiene que proporcionar al mundo liquidez internacional, o una moneda de reserva, principalmente a través de déficits por cuenta corriente (déficits comerciales). A medida que el producto interno bruto (PIB) mundial crece, también lo hace la moneda de reserva internacional necesaria para el comercio mundial y las transacciones financieras. Cuanta más moneda de reserva proporcione Estados Unidos al mundo, mayor deberá ser el déficit comercial estadounidense. Dicho de otro modo, Estados Unidos proporciona moneda de reserva mundial a través de pagarés. El crecimiento de la economía mundial exige que Estados Unidos emita cada vez más pagarés, y cuantos más pagarés emita, más deuda externa tendrá. Sin embargo, los economistas no esperaban que, a pesar de la enorme deuda neta de Estados Unidos, su balanza de pagos por rentas de inversión fuera positiva. Estados Unidos no sólo no tiene que pagar intereses, sino que además recauda muchos. La razón fundamental por la que el dólar estadounidense se ha mantenido estable – a pesar de que Estados Unidos es el mayor deudor del mundo– es que la demanda del resto del mundo del dólar estadounidense como moneda de reserva también ha ido en aumento, lo que implica que otros países están dispuestos a prestar dinero a Estados Unidos y a financiar su déficit comercial. Así, la diferencia entre la inversión y el ahorro internos de Estados Unidos se compensa con el ahorro exterior, y la presión de la inflación y la depreciación del dólar se reducen considerablemente. Estados Unidos emite dólares indiscriminadamente para compensar su falta de ahorro interno, por lo que si no hubiera una fuerte demanda de reservas de divisas en dólares estadounidenses en otros países, el dólar habría colapsado hace mucho tiempo.

Desde la crisis de las “hipotecas subprime” en 2008, Estados Unidos ha aplicado políticas fiscales y monetarias extremadamente expansivas. La fuerte demanda de bonos del Tesoro y otros activos estadounidenses por parte de gobiernos e inversores extranjeros crearon las condiciones externas necesarias para que Estados Unidos haya tenido una inflación baja y un crecimiento más rápido durante más de diez años. Sin embargo, Estados Unidos ha acumulado pasivos externos netos por un valor de 14 billones de dólares (2020) y una deuda nacional de 28 billones de dólares (2021),3 lo que representó aproximadamente el 67% y el 122% del PIB, respectivamente. La situación no hace sino empeorar. Según la Oficina Presupuestaria del Congreso de Estados Unidos, la relación entre la deuda nacional y el PIB superará el 200% en 2051.4

Nadie sabe cuánto tiempo podrá mantenerse la confianza de los inversores en el dólar y los bonos del Tesoro estadounidenses ante el empeoramiento de la situación de la deuda del país. Nadie sabe cuándo el mercado perderá la confianza en el dólar y éste se desplomará. Sin embargo, ¿no sería prudente tener en cuenta esa posibilidad a la hora de tomar decisiones?

Consecuencias del congelamiento de las reservas de divisas de Rusia por parte de Estados Unidos

Tras el estallido del conflicto entre Rusia y Ucrania, Estados Unidos congeló en 72 horas 300.000 millones de dólares en reservas de divisas del Banco Central ruso. Esto ha socavado gravemente la credibilidad internacional de Estados Unidos y ha sacudido los cimientos crediticios del sistema financiero internacional dominado por Occidente. ¿Qué país puede confiar en que Estados Unidos no congelará sus reservas de divisas de forma similar en el futuro? La militarización de las reservas de divisas por parte de Estados Unidos ha superado las peores estimaciones de los economistas sobre la seguridad de las reservas de divisas de China. Su valor no sólo sufrirá pérdidas debido a la inflación estadounidense, la depreciación del dólar y la caída de los precios de los bonos del Tesoro o los impagos, sino que pueden desaparecer en un instante por razones geopolíticas.

¿Tomará Estados Unidos medidas tan extremas contra las reservas de divisas de China? Ya en 2013, Martin Wolf, comentarista jefe de economía del Financial Times, escribió que, en caso de conflicto, Estados Unidos bien podría congelar los activos en divisas de China.5

Martin Wolf, “China Must Not Copy the Kaiser’s Errors” [China no debe copiar los errores del Kaiser], Financial Times, 3 de diciembre de 2013, https://www.ft.com/content/.Nota al pie

Aunque ambas partes sufrirían grandes pérdidas, las de China serían aún mayores. Una cuestión a la que China podría enfrentarse en breve es sí debe o no sumarse al embargo sobre el petróleo y el gas rusos y a las amplias sanciones financieras contra Rusia. Hasta ahora, Estados Unidos no ha impuesto un embargo total de petróleo y gas a Rusia, por lo que China e India pueden seguir comprándolos. Sin embargo, una vez que Estados Unidos crea que Europa puede librarse de su dependencia del petróleo y el gas rusos, podrá entonces señalar con el dedo a China e India. Es probable, que la compra continua de petróleo y gas ruso por parte de China se convierta en un motivo para que Estados Unidos actúe contra las reservas de divisas de ese país o imponga sanciones a las instituciones financieras chinas.

Reservas masivas de divisas de China y sus contramedidas

China ha acumulado sus enormes reservas de divisas durante un largo periodo de tiempo, a través de un “doble superávit”, es decir, superávit por cuenta corriente y superávit por cuenta de capital. Desde cualquier punto de vista, las reservas de divisas de China, que ascienden a 3,3 billones de dólares (excluyendo 496.800 millones de Hong Kong y 548.400 millones de Taiwán), superan con creces el requisito de adecuación de reservas reconocido internacionalmente. En segundo, tercer y cuarto lugar de los mayores tenedores de reservas de divisas del mundo se sitúan Japón, con 1,3 billones de dólares; Suiza, con 1 billón de dólares e India, con 569.900 millones de dólares.6

Reservas de divisas a finales de 2021. Fuentes: Administración Estatal de Divisas de la República Popular China, Autoridad Monetaria de Hong Kong, Banco Central de Taiwán, Ministerio de Finanzas de Japón, Banco Nacional de Suiza, Banco de la Reserva de la India.Nota al pie

Como el rendimiento de las reservas de divisas es extremadamente bajo, si la proporción de reservas de divisas en activos en el extranjero es demasiado alta, el rendimiento global de éstos será, inevitablemente, demasiado bajo. De los 9 billones de dólares en activos exteriores de China, los activos de reserva representan el 37% del total; de estos activos de reserva, los bonos del Tesoro de EE. UU. representan el 32%.7

Es preciso señalar que, para mejorar la tasa de rentabilidad de las reservas de divisas, la Administración Estatal de Divisas, órgano de administración del Banco Popular de China y otros organismos pertinentes han tenido en cuenta no sólo la seguridad y la liquidez, sino también la tasa de rentabilidad en su asignación de activos. Además de las letras del Tesoro de Estados Unidos y otros países, los activos de reserva de China también incluyen bonos de organizaciones internacionales, bonos de gobiernos locales, inversiones de capital privado e inversiones políticas como la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI). Estos esfuerzos deberían ser productivos. Pero en cualquier caso, debido a los requisitos de seguridad y liquidez, una proporción excesiva de las reservas de divisas en activos en el extranjero conducirá inevitablemente a una disminución de los ingresos procedentes de esos activos. No sólo eso, una gran proporción de las reservas de divisas de China se “toma prestada” a través de la introducción de capital extranjero, en lugar de “ganarse” a través del superávit comercial. En comparación con los ingresos de inversión, el costo de la deuda de las reservas de divisas “prestadas” es extremadamente alto. Una encuesta realizada en 2008 por la oficina del Banco Mundial en Beijing mostró que los ingresos por inversión de las empresas estadounidenses en China son del 33%, frente al 22% de las empresas extranjeras en general. Al mismo tiempo, el rendimiento de las inversiones en bonos del Tesoro estadounidense era inferior al 3%. Ésta es también una de las razones del rendimiento negativo de las inversiones chinas a pesar de sus 2 billones de dólares en activos netos en el extranjero. La situación de la balanza de pagos y de las inversiones en el extranjero de China contrasta fuertemente con la de Estados Unidos. Como ya se ha mencionado, este último tendrá casi 200.000 millones de dólares de ingresos por inversiones en 2021 a pesar de ser un deudor neto de 15 billones de dólares. Mirando alrededor del mundo, Argentina y Rusia son los únicos países en el mismo barco que China.

En los albores de la reforma y apertura, la escasez de divisas era el principal cuello de botella para el crecimiento del país. Si bien hubo parcialidad y reacciones exageradas, fue un paso acertado que China desarrollara vigorosamente el comercio de transformación para obtener divisas, que introdujera activamente la inversión extranjera directa y que devaluara de una sola vez y de forma drástica el renminbi chino (RMB). Sin embargo, tras las turbulencias financieras asiáticas de 2003, China, por “fobia a la apreciación”, retrasó la ligera apreciación del RMB hasta 2005. La consecuencia de ello fue, por un lado, que el superávit comercial de China aumentó bruscamente y, por otro, que la burbuja de activos nacionales y la fuerte expectativa de apreciación del RMB provocaron una gran afluencia de “dinero caliente”. Una vez que el superávit de la cuenta de capital de China superó al superávit comercial, se convirtió en la principal fuente de nuevas reservas de divisas. Es justo decir que el hecho de que China no dejara que el RMB se apreciara a tiempo y su falta de flexibilidad cambiaria fueron las condiciones que llevaron al país a una acumulación excesiva de reservas de divisas.

Los principales objetivos de la reorganización de la estructura de activos y pasivos de China en el extranjero y de la estructura de la balanza de pagos deberían ser dos. En primer lugar, mejorar la estructura de los activos y pasivos y aumentar el rendimiento de sus activos netos en el extranjero. Para ello, China debería reducir la proporción de reservas de divisas en sus activos exteriores. En segundo lugar, mejorar la seguridad de los activos de China en el exterior, especialmente de sus reservas de divisas. En las actuales circunstancias, China debería reducir su stock hasta, al menos, el nivel internacionalmente reconocido de adecuación de las reservas. ¿Cuántas reservas de divisas debe tener un país? En general, esto depende del volumen de las importaciones (o exportaciones) del país, del volumen de la deuda exterior a corto plazo, del volumen de otros pasivos de valores y de la oferta monetaria más amplia (M2).8

Se emplean diversas medidas para calcular la oferta monetaria, es decir, la cantidad total de dinero en circulación en una economía. El Banco Mundial define estas medidas de la siguiente manera: La más restrictiva, M1, abarca el efectivo en manos del público y los depósitos bancarios a la vista. M2 incluye M1, además de los depósitos a plazo y de ahorro en bancos que requieren aviso previo para su retiro. M3 comprende M2, así como diversos instrumentos del mercado monetario, como certificados de depósito emitidos por bancos, depósitos bancarios denominados en moneda extranjera y depósitos en instituciones financieras distintas de los bancos. Véase “Glosario de Metadatos”, Banco Mundial, consultado el 20 de marzo de 2024, https://databank.worldbank..Nota al pie

No puede descartarse la posibilidad de que Estados Unidos congele y embargue los activos de China en el extranjero. Sin embargo, lo más probable es que Estados Unidos actúe contra China utilizando su lista de Nacionales Especialmente Designados (Specially Designated Nationals, SDN) para sancionar a personas y entidades (similar a las sanciones contra Irán de la ya desaparecida Lista de la Parte 561). Para hacer frente a esta posibilidad, China necesita mejorar su infraestructura financiera. En cuanto a sus reservas de divisas, debería considerar las siguientes medidas:

1. Aumentar las tenencias de otras formas de activos al tiempo que se reducen las tenencias de bonos del Tesoro estadounidense. En el pasado, se han formulado argumentos a favor de la diversificación monetaria de las reservas de divisas de China (hacia el euro y el yen) debido a la preocupación por la depreciación del dólar estadounidense. Sin embargo, en las actuales condiciones geopolíticas, tal diversificación puede no ser sensata.

2. Acelerar la construcción de infraestructuras financieras, como sistemas de liquidación, compensación y mensajería, independientes de Estados Unidos. Aprovechar al máximo las reservas tecnológicas y la fuerza de China en el campo de la tecnología digital para mejorar el sistema de pagos transfronterizos que se adapta a la nueva tendencia del comercio digital.

3. Reducción de las tenencias de letras del Tesoro estadounidense de acuerdo con las reglas del mercado. Se ha reportado que, en los últimos años, los bancos centrales de muchos países han estado vendiendo letras del Tesoro estadounidense. Estas operaciones son puramente comerciales, por lo que Estados Unidos no tiene motivos para oponerse.

¿Qué papel puede desempeñar la internacionalización del RMB?

Con el deterioro de la situación geopolítica internacional, la internacionalización del RMB ha vuelto a ser un tema candente. En 2008, estalló la crisis sobre las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos y la quiebra de Fannie Mae y Freddie Mac, que poseían grandes cantidades de deuda del Tesoro estadounidense y de agencias gubernamentales, causó gran ansiedad en el Gobierno chino. En 2009, Zhou Xiaochuan, entonces gobernador del Banco Popular de China (PBOC), el banco central del país, propuso que los derechos especiales de giro sustituyeran al dólar estadounidense como moneda de reserva internacional. Sin embargo, esta propuesta fue abortada debido a la oposición de Estados Unidos. Por ello, China encontró otra forma de reducir el riesgo de sus activos en el extranjero: internacionalizar el RMB. No obstante, este proceso se vería obstaculizado, ya que la expectativa de apreciación del RMB se convirtió en depreciación. Durante algún tiempo después de 2015, China tuvo que endurecer los controles de capital debido a las graves salidas y fugas de capitales.

Yi Gang, sucesor de Zhou como gobernador del PBOC, subrayó en varias ocasiones que “la internacionalización del RMB debe ser impulsada por el mercado, y el banco central no tomará la iniciativa de promoverla”.9

Esta afirmación del gobernador Yi es correcta y está en consonancia con la experiencia histórica de la internacionalización del RMB hasta la fecha. De hecho, entre 2009 y 2014, se celebraron debates detallados y exhaustivos sobre los beneficios y los costes de la internacionalización del RMB y la hoja de ruta que China debía seguir tanto en el ámbito económico nacional como en el exterior. Estas ideas se han puesto a prueba en la práctica. Por ejemplo, el dólar estadounidense fue sustituido por el yuan para pagar las importaciones cuando China tenía un gran superávit por cuenta corriente. Como resultado, las reservas de divisas de China en dólares estadounidenses aumentaron en lugar de disminuir. En otro ejemplo, se esperaba que los no residentes aumentaran sus tenencias de depósitos y bonos del Tesoro en RMB en grandes cantidades, pero después de que la expectativa de apreciación del yuan desapareciera en 2014, el interés de los no residentes en mantener depósitos y otros activos en esa moneda también desapareció en gran medida. La experiencia nos dice que, aunque la internacionalización del RMB es una causa loable, el proceso debe estar impulsado por el mercado. China no debe dar prioridad a los beneficios a corto plazo o a la gratificación instantánea, ni tratar de ayudar a crecer a los brotes jóvenes estirándolos hacia arriba.

Siempre que sea posible, debe aprovecharse la ventaja del comprador o del vendedor para impulsar la fijación de precios y la liquidación en RMB. Por ejemplo, China es el mayor comprador de muchos productos básicos, y sin duda sería beneficioso para ella que estos productos se denominaran en RMB. Impulsada por el mercado, la internacionalización del RMB ha progresado de forma sólida, aunque no espectacular. En conjunto, la aparición del yuan como moneda internacional, y en particular como moneda de reserva internacional, podría reportar enormes beneficios a China.

Sin embargo, en general, la internacionalización del RMB no debe primar sobre las consideraciones comerciales. Por ejemplo, cuando un inversor chino compra un bono extranjero en el mercado internacional de capitales, la moneda en la que se denomina y liquida el bono la determina el mercado. Para los inversores chinos, si el RMB se encuentra en una senda de apreciación a largo plazo, es preferible que el bono se denomine en yuanes en lugar de en dólares estadounidenses. No obstante, cuando una empresa china se encuentra en una posición deudora, es preferible que el bono se denomine y se liquide en una moneda que se deprecie. China también necesita promover la internacionalización de sus mercados de capitales. Sin embargo, el objetivo de dicha promoción, especialmente del mercado de bonos, no es internacionalizar el RMB, sino mejorar la eficiencia de la asignación de recursos financieros de China. El mercado conoce mejor lo que ocurre a nivel microeconómico. La elección de la moneda en las transacciones comerciales y financieras debe dejarse a la discreción de las empresas y las instituciones financieras. A medida que la pujanza económica de China aumente y sus mercados financieros se vuelvan más sofisticados, el RMB será naturalmente elegido cada vez más como moneda internacional de denominación y liquidación.

El nivel más alto de internacionalización del RMB es que éste se convierta en moneda de reserva para otros países. El yuan puede suministrarse a otros países a través de déficits por cuenta corriente y superávits por cuenta de capital. China paga su déficit comercial en RMB y el banco central del país con superávit comercial lo adquiere y mantiene en el mercado de divisas, utilizándolo para comprar bonos del Tesoro o determinados bonos chinos seguros y líquidos. De este modo, el yuan se convierte en la moneda de reserva del país con superávit. China, a su vez, puede utilizar el RMB como moneda de reserva internacional y como nota de crédito para acceder a recursos.

Asimismo, China puede promover el RMB como moneda de reserva a través de las exportaciones de capital. En términos generales, cuando China proporciona yuanes a otros países a través de la exportación de capital, el país importador los utilizará para importar bienes de China y el RMB fluirá de regreso. El país que importa capital registrará un déficit comercial chino y un superávit equivalente de la cuenta de capital en el estado de su balanza de pagos, pero sus reservas de divisas no aumentarán como consecuencia de ello. Si el país no utiliza el RMB para comprar bienes chinos, éste puede salir a través de la cuenta de capital, o puede venderse al banco central y utilizarse para comprar bonos del tesoro chinos u otros activos financieros seguros y líquidos, formando así las reservas de divisas del país.

Sin embargo, para los países receptores de las exportaciones de capital chino, estas reservas de divisas en RMB serían prestadas por China, no obtenidas a través de los excedentes de exportación. Importar capital de China pero no utilizarlo para comprar bienes y servicios chinos sino para mantener capital chino a corto plazo con bajos rendimientos puede ser una mala asignación de recursos. Como resultado, los receptores de las exportaciones de capital chino minimizarán esta parte de las reservas de divisas en yuanes. En otras palabras, mientras que China puede proporcionar RMB a otros países a través de las exportaciones de capital, la disposición de otros países a convertir el yuan correspondiente en bonos chinos a corto plazo o bonos del Tesoro (si estos últimos están disponibles), formando así las reservas de divisas en yuanes de estos países, puede ser limitada.

En resumen, para que el RMB se convierta en una moneda de reserva internacional, China debe cumplir una serie de condiciones previas. Entre ellas, establecer un mercado de capitales sólido (especialmente un mercado de bonos del tesoro seguro y de gran liquidez), un régimen de tipo de cambio flexible, libre flujo de capital transfronterizo y crédito a largo plazo en el mercado. Para ello, China debe superar el llamado “pecado original” de las finanzas internacionales y ser capaz de emitir internacionalmente bonos del Tesoro en RMB.10

En la literatura financiera internacional, el “pecado original” es un término que hace referencia a “una situación en la que la moneda nacional no puede utilizarse para obtener préstamos en el extranjero o préstamos a largo plazo, ni siquiera a nivel nacional”. Véase Barry Eichengreen y Ricardo Hausmann“Exchange Rates and Financial Fragility” [Tipos de Cambio y Fragilidad Financiera], Documento de Trabajo NBER 7418 (Cambridge, MA: Oficina Nacional de Investigación Económica, noviembre de 1999), https://www.nber.org/system/.Nota al pie

De lo contrario, será difícil que el yuan se convierta en moneda de reserva internacional y su internacionalización quedará incompleta.

¿Puede la internacionalización del yuan aumentar la seguridad de las reservas de divisas de China? Si se considera esta pregunta en el contexto de un sistema económico mundial complejo, la respuesta debería ser afirmativa. Sin embargo, a corto plazo y en términos de impacto directo, incluso si las reservas de divisas de China consistieran en su totalidad en activos en RMB, su seguridad no cambiaría sustancialmente. Entre las reservas de divisas de China, hay más de 1 billón de dólares en bonos del Tesoro estadounidense. Si Estados Unidos no tiene intención de devolver el principal (la cantidad nominal prestada inicialmente) y los intereses según el acuerdo original, ¿qué puede hacer China? Nada. Supongamos que el Tesoro de Estados Unidos emite 7 billones de RMB en bonos del Tesoro y China los compra, teniendo así 7 billones de RMB en lugar de 1 billón de dólares en reservas de divisas; si Estados Unidos no tiene intención de pagar el servicio de la deuda de los bonos del Tesoro de Estados Unidos que se acordó denominar en RMB, el dilema al que se enfrenta China seguirá siendo el mismo que si los activos están denominados en dólares estadounidenses. Porque la clave del problema no reside en la moneda en que se denominen y liquiden las reservas de divisas de China, sino en si China debe dinero a Estados Unidos o viceversa. Independientemente de su denominación y liquidación, las reservas de divisas de China son deuda de Estados Unidos con China. Es dinero que Estados Unidos debe a China. Así pues, la seguridad de las reservas de divisas de China depende de si Estados Unidos cumplirá sus compromisos de servicio de la deuda y, en caso contrario, de si China puede obligar a Estados Unidos a hacerlo. Si China no puede garantizar que Estados Unidos no incumplirá, no le quedará más remedio que reducir gradualmente sus reservas de divisas. Por supuesto, denominar y liquidar ciertas transacciones (por ejemplo, las importaciones) en RMB puede conducir a una reducción de las reservas de China, reforzando así su seguridad en un sentido indirecto. Es interesante observar que, a principios de diciembre de 1950, cuando Estados Unidos anunció un severo “bloqueo” y “embargo” contra China, ésta se esforzó por “arrebatar” y “comprar” mercancías a los países occidentales. Cuando las Naciones Unidas aprobaron la resolución de embargo contra China en 1951, el país ya había agotado todos sus ahorros en divisas.

En resumen, si bien la internacionalización del RMB es un objetivo que merece la pena perseguir, se trata de un proceso a largo plazo. “El agua lejana no saciará la sed inmediata”. Ante los desafíos geopolíticos, la internacionalización del RMB también tendrá un efecto limitado en la protección de los actuales activos de China en el extranjero.

Lo que puede hacer ahora China para afrontar los retos con sus reservas de divisas es “rehacer el redil”. En otras palabras, es mejor actuar tarde que no actuar en absoluto para prevenir daños mayores. Como escribió uno de los más grandes poetas chinos, Tao Yuanming (365-427 d.C.), “sabiendo que lo que hice en el pasado no puede enmendarse, aún puedo evitar mis errores en el futuro”. La clave está en comprender y aplicar correctamente la política estratégica de fomentar un nuevo paradigma de desarrollo con la circulación nacional como base, reforzándose mutuamente con la circulación internacional. De este modo se acelerará la transformación de la estrategia de desarrollo de China, se materializará el giro hacia la circulación interna y se consolidará la demanda interna como motor del crecimiento económico.

El economista británico John Maynard Keynes dijo una vez: “Si le debes cien libras a tu banco, tienes un problema. Pero si le debes un millón, el banco tiene un problema”. En el peligroso entorno geopolítico actual, si un país no puede salvaguardar sus derechos como acreedor, debe esforzarse por evitar convertirse en deudor en la medida de lo posible. Ante la posibilidad de que Estados Unidos imponga sanciones financieras en un futuro próximo, las autoridades chinas responsables de la toma de decisiones deben analizar varios escenarios posibles y desarrollar contramedidas preventivas y de respuesta.

Notas

1 Véase “2021 Annual Report” [Memoria anual 2021] (Pekín: Administración Estatal de Divisas de la República Popular China), https://www.safe.gov.cn/en/; “Major Foreign Holders of Treasury Securities” [Principales tenedores extranjeros de bonos del Tesoro] (Washington, DC: Departamento del Tesoro de EE. UU., 15 de marzo de 2023), https://ticdata.treasury.gov/.

2 En macroeconomía internacional, la balanza de pagos registra todas las transacciones realizadas entre entidades de un país con entidades del resto del mundo. Estas transacciones incluyen importaciones y exportaciones de bienes, servicios, capital, así como pagos de transferencias como ayuda exterior y remesas. Un déficit en la cuenta de capital indica que está saliendo más dinero de la economía junto con un aumento en la propiedad de activos extranjeros. Por otro lado, la cuenta corriente se define como la suma de la balanza comercial (exportaciones de bienes y servicios menos importaciones), los ingresos netos procedentes del extranjero y las transferencias corrientes netas. Un déficit en la cuenta corriente se produce cuando el valor total de los bienes y servicios que un país importa supera el valor total de los bienes y servicios que exporta.

3 Sobre los pasivos externos netos de Estados Unidos, véase Gian Maria Milesi-Ferretti, “The US Is Increasingly a Net Debtor Nation. Should We Worry?” [Estados Unidos es cada vez más una nación deudora neta. ¿Deberíamos preocuparnos?], The Brookings Institution, 14 de abril de 2021, https://www.brookings.edu/. Sobre la deuda nacional de EE. UU., véase  “2021 Financial Report of the United States Government” [Informe Financiero del Gobierno de Estados Unidos], (Washington, DC: Departamento del Tesoro de EE. UU., febrero de 2022), https://home.treasury.gov/.

4 “The 2021 Long-Term Budget Outlook” [La Perspectiva Presupuestaria a Largo Plazo de 2021] (Washington, DC: Oficina de Presupuesto del Congreso de Estados Unidos, marzo de 2021), https://www.cbo.gov/.

5 Martin Wolf, “China Must Not Copy the Kaiser’s Errors” [China no debe copiar los errores del Kaiser], Financial Times, 3 de diciembre de 2013, https://www.ft.com/content/.

6 Reservas de divisas a finales de 2021. Fuentes: Administración Estatal de Divisas de la República Popular China, Autoridad Monetaria de Hong Kong, Banco Central de Taiwán, Ministerio de Finanzas de Japón, Banco Nacional de Suiza, Banco de la Reserva de la India.

7 “2021 Annual Report” [Memoria anual 2021] (Pekín: Administración Estatal de Divisas de la República Popular China), https://www.safe.gov.cn/en/.

8 Se emplean diversas medidas para calcular la oferta monetaria, es decir, la cantidad total de dinero en circulación en una economía. El Banco Mundial define estas medidas de la siguiente manera: La más restrictiva, M1, abarca el efectivo en manos del público y los depósitos bancarios a la vista. M2 incluye M1, además de los depósitos a plazo y de ahorro en bancos que requieren aviso previo para su retiro. M3 comprende M2, así como diversos instrumentos del mercado monetario, como certificados de depósito emitidos por bancos, depósitos bancarios denominados en moneda extranjera y depósitos en instituciones financieras distintas de los bancos. Véase “Glosario de Metadatos”, Banco Mundial, consultado el 20 de marzo de 2024, https://databank.worldbank..

9 “人民银行副行长易纲:人民币国际化应由市场驱动” [Yi Gang, vicegobernador del Banco Popular de China: La internacionalización del RMB debe ser impulsada por el mercado], Consejo de Estado de la República Popular China, 14 de octubre de 2012, https://www.gov.cn/jrzg/2012-.

10 En la literatura financiera internacional, el “pecado original” es un término que hace referencia a “una situación en la que la moneda nacional no puede utilizarse para obtener préstamos en el extranjero o préstamos a largo plazo, ni siquiera a nivel nacional”. Véase Barry Eichengreen y Ricardo Hausmann“Exchange Rates and Financial Fragility” [Tipos de Cambio y Fragilidad Financiera], Documento de Trabajo NBER 7418 (Cambridge, MA: Oficina Nacional de Investigación Económica, noviembre de 1999), https://www.nber.org/system/.

Bibliografía

2021 Annual Report” [Memoria Anual 2021]. Pekín: Administración Estatal de Divisas de la República Popular China. https://www.safe.gov.cn/en/.

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Major Foreign Holders of Treasury Securities” [Principales tenedores extranjeros de bonos del Tesoro]. Washington, DC: Departamento del Tesoro de Estados Unidos, 15 de marzo de 2023. https://ticdata.treasury.gov/.

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5. Entrevista con Fabio Vighi.

El italiano Fabio Vighi, profesor de filosofía política en la Universidad de Cardiff, considera que el relato apocalíptico forma parte esencial de la «ideología capitalista», y sirve para reforzarlo. Uno de los muchos puntos de esta entrevista en Offline. https://www.sinistrainrete.

Entrevista con Fabio Vighi por Offline

Offline: Dependiendo del punto de vista de cada uno, es decir, si es favorable o desfavorable al sistema, últimamente se habla -refiriéndose al futuro (incluso muy próximo, prácticamente presente)- de distopía o utopía (digitalización, ciudades de 15 minutos, crédito social, inteligencia artificial, etc.). En su opinión, ¿hacia dónde vamos? Si la estructura social básica permanece inalterada, ¿dónde aterrizaremos? ¿Cuál será el destino de nuestro mundo dentro de 100, 500, 1000 años, mañana? Preguntamos esto porque creemos que, a pesar de todo, tal vez no sea una conclusión inevitable que acabaremos en el abismo, ya sea social o ecológico, o al menos no todos, y no de la misma manera. Puede que el sistema se las arregle de alguna manera para mantener un nivel de supervivencia, cualitativamente bajo (incluso muy bajo) para muchos y alto (incluso muy alto) para unos pocos, y que los que estén abajo, se queden abajo (quizá hipercontrolados, con tecnologías punteras y muy eficaces) y los que estén arriba, se queden arriba, siguiendo llevando la dorada vida idiota a la que parecen aspirar y devastando el mundo todo lo posible. ¿Cuál es su opinión al respecto?

Fabio Vighi: Creo que estamos viviendo un lento colapso socioeconómico acompañado de varios fantasmas escatológicos, que servirán para hacerlo más apetecible, por así decirlo. El fantasma escatológico, es decir, la amenaza de un acontecimiento cataclísmico capaz de aniquilar o casi aniquilar la vida humana, está incluido en el precio que nos hacen pagar, forma parte del juego. Esto es lo que la psicopandemia debería habernos enseñado. Cuanto más esclavos seamos del capitalismo ultra-financiero, especialmente en términos de deuda, más visiones distópico-apocalípticas seguirán floreciendo. Por lo tanto, parece inútil especular sobre cuándo o cómo terminará el capitalismo, porque todo fantasma del fin está incrustado en el sistema, al igual que en la cinematografía de Hollywood. El fantasma escatológico es pura disuasión. Sirve para endulzar el inevitable estancamiento y la barbarie de la civilización capitalista.

Esto no significa que no vayamos a acabar en el abismo -una gran parte de la humanidad ya está en el abismo-. Significa más bien que, para alimentarse, el capitalismo de crisis necesita proyectar la imagen de (su propia) catástrofe en un futuro próximo, siempre a la vuelta de la esquina. Esta paradójica estratagema, que antes habríamos llamado «ideológica», podría mantener artificialmente vivo al capitalismo durante mucho tiempo todavía. De hecho, podríamos llamar a esta estratagema una «ideología escatológica», que va bien con la crisis final del sistema capitalista.

OL: Hablando de Inteligencia Artificial: ¿cómo la interpreta? ¿Elemento positivo o elemento negativo? ¿Es un «mal en sí misma» en la medida en que deshumaniza? ¿Es un «bien en sí mismo» en la medida en que libera tiempo y hace posible una vida mejor? ¿Es un elemento neutro, por lo que depende del contexto social y de su uso? ¿Qué opina al respecto?

FV: Baudrillard decía: no es inteligente porque no es suficientemente artificial. Estoy de acuerdo: la inteligencia artificial carece del artificio propio de la inteligencia humana, en resumen, es fundamentalmente estúpida, y por tanto cuando imaginamos un mundo dominado por este tipo de inteligencia sin el inconsciente -es decir, privada de su «motor»- tendemos a caer en una trampa de tipo escatológico, en la que el sujeto acaba esclavizado a la máquina -una fantasía muy antigua y bastante perversa. Por otra parte, es cierto que vivimos en la era de la perversión generalizada, en la que estamos dispuestos a deshumanizarnos por el Otro, para mantener viva la ilusión de que el Otro -el Capital- sigue siendo capaz de sostener nuestro vínculo social, dándonos así una identidad. Es una versión actualizada del mundo «al revés» del que habla Marx cuando describe el fetichismo de la mercancía. Es una perversión de tipo masoquista, donde precisamente en el sujeto prevalece su ser subjectum, subyugado. Pero incluso desde esta perspectiva, creo que la inteligencia artificial es hoy comparable a uno de los jinetes del Apocalipsis. Asusta, y sin duda fascina, pero creo que todo proyecto distópico acabará en fracaso, porque el sujeto, por mucho que quiera someterse al Otro, queda al final definido por su propia libertad, que yo interpreto como una especie de compulsión a negarse. Ser libre es decir no, ponerse en medio; una actitud que va más allá de la argumentación racional, y se convierte en algo pulsional y contagioso. La libertad entendida en un sentido «positivo», por otra parte, acaba coincidiendo con lo que Hegel llamaba el «mal infinito», una ruptura (en última instancia falsa y especiosa) de todos los límites. A nivel sistémico, la inteligencia artificial continuará en el surco cavado por la microelectrónica, haciendo que el «sujeto del trabajo», capitalistamente entendido, sea cada vez más superfluo y, por tanto, prescindible. Esto es sin duda traumático, pero también potencialmente liberador, en el sentido de que es capaz, si somos lo bastante valientes, de abrir nuevos horizontes socioantropológicos, en los que el trabajo humano podrá desempeñar un papel completamente distinto del que desempeña hoy, y tal vez ni siquiera seguir llamándose trabajo.

OL: Volvamos a la crisis y al control: la crisis económica estructural del sistema, que según la escuela Wertkritik (y Marx) es inevitable en un sistema que pivota sobre el crecimiento continuo en un régimen de competencia, parece ahora evidente. Esto recuerda la cuestión del control, siempre central en el capitalismo y, en cualquier caso, en general allí donde se requiere «gubernamentalidad», pero hoy más que nunca, precisamente porque la crisis aprieta y las pesadas contradicciones sistémicas se hacen más acuciantes. Esta cuestión, por cierto, no parece ser tomada suficientemente en serio por los movimientos y, en cualquier caso, por cualquiera que quiera oponerse al statu quo y a su degeneración. Al contrario, a menudo son precisamente éstos los que acaban poniéndose del lado del sistema (véase la crisis «covídica»), generando confusión y desánimo, así como grandes problemas a quienes, en cambio, motivando esta oposición con pleno conocimiento de causa y desde luego no de forma «conspirativa» -por utilizar un término difamatorio muy querido por estos neopaladines del sistema-, quisieran intentar oponerse a ciertos dictados. Pero el control, sobre todo el control «preventivo», parecería en cambio convertirse realmente en el arma central del sistema, y no prestar la debida atención a este punto nos arrojaría probablemente a sus fauces sin dar un golpe. ¿Cuál es su opinión al respecto?

FV: Lo has resumido perfectamente. Asistimos a un violento cambio de paradigma en el seno del lazo social capitalista. Al ser manifiesta e irreversible, la crisis de valorización (creación de plusvalía a través de la explotación del trabajo) está empujando forzosamente al capital hacia un modelo autoritario, si no explícitamente totalitario, basado en el control tanto de los sujetos económicos como de aquellos que ahora están excluidos, como superfluos, del mecanismo de creación de beneficios. La actual masacre de palestinos perpetrada por Israel, facilitada por un Occidente dirigido por Estados Unidos que suele lanzar anatemas y sanciones por mucho menos, es el ejemplo flagrante de esta violencia sistémica hacia un excedente humano que puede ser eliminado impunemente como excedente para la lógica reproductiva del sistema productor de mercancías. El actual modo de producción financierizado -o mejor dicho, el actual modo de reproducción del signo financiero que, como tal, no contempla la mediación del trabajo intensivo de masas- está inevitablemente ligado a tecnologías de poder basadas en el control capilar de las poblaciones; control también de carácter eugenésico, que siempre ha formado parte del arsenal misantrópico del capital. El poder económico basado en la magia de las ultrafinanzas ya no sabe qué hacer con millones de seres humanos que ya vegetan en condiciones de «muerte simbólica», que ya no tienen un papel que desempeñar -ni siquiera como «ejército industrial de reserva» marxiano- en el gran (en sentido cuantitativo) poema épico del capital. Es en este nivel donde la contradicción, en cierto modo dialéctica, de la que siempre se ha hablado con respecto a los movimientos obreros podría estallar realmente; no entre el capital y el trabajo, sino entre el capital y su «excedente excremental», esas masas humanas cada vez mayores que el capital no puede dejar de considerar como residuos de los que hay que deshacerse. Muchas de las generaciones futuras se encontrarán ocupando precisamente la posición del desecho en relación con la loca, ciega y furiosa dinámica capitalista. Si no se les recicla de alguna manera -según el modelo del «capitalismo verde»- es probable que se les encierre en un sistema de control totalitario, que obviamente se les venderá como inclusivo y solidario; y que ante todo tratará de impedir que adquieran conciencia de la posición topológicamente subversiva del «excedente humano» en relación con el discurso capitalista. Porque el «rechazo» como rechazo del sistema representa eo ipso la negación («rechazo» como sustantivo y como verbo) del propio sistema. Pero el punto fundamental es que, precisamente sobre la inevitable producción del rechazo prescindible (el homo sacer del que escribía Agamben), habrá que construir un horizonte antropológico alternativo al capitalista, en el que las categorías de trabajo, ganancia, etc. tendrán que ser barridas. Por supuesto, no hay certeza de que esto vaya a ocurrir, especialmente a corto plazo, pero al mismo tiempo estoy convencido de que cualquier proyecto totalizador está condenado al fracaso.

OL: Una pregunta sobre el Estado, cuya presencia no se ha expresado explícitamente en las preguntas anteriores. El Estado es sin duda uno de los dispositivos más eficaces del capital, el que de alguna manera administra el caos capitalista, o al menos debería hacerlo, pero sobre todo el que nos mantiene a raya y nos golpea a la orden. En cierto modo, casi podríamos decir que el Estado es, sobre todo hoy, la organización del control. Siguiendo siempre la lectura marxiana, que identificaba al Estado como el «capitalista ideal», también podríamos definir al Estado como la «otra cara del capital», que se supone que desaparecerá junto con él. Así, el Estado no es nuestro referente, no queremos conquistarlo y ‘cambiarlo’, sino que es nuestro enemigo. ¿Pero en lugar de eso? Aquí queremos plantear la cuestión de la organización social. ¿Cómo estructuramos el «después» (si es que lo hay y cuando lo haya)? ¿Cómo se «gobierna»? ¿Con un parlamento mundial, una especie de ONU real que trabaje para los pueblos? ¿Con una especie de «república de consejos» generalizada? ¿O de otro modo? En otras palabras, ¿qué forma debe adoptar la «representación», siempre en el posible «después»? Suponiendo, claro está, que aún podamos hablar de representación, de gobierno, de instituciones, globales o no.
Y, si es así, ¿qué en su lugar, dando por sentado que una organización social, mundial creemos, es en cualquier caso indispensable y debe gestionarse de algún modo?

FV: Me gustaría responder a esta pregunta citando una famosa metáfora culinaria de Marx: es imposible escribir las recetas de las tabernas del futuro. No se trata, sin embargo, de renunciar a la construcción del futuro, sino de tomar nota de que el primer paso que nos proyecta hacia un futuro alternativo es el abandono, el desprendimiento, de las categorías (¡como modos de disfrute!) que nos atan al presente capitalista y a su historia cada vez más destructiva. La organización social postcapitalista no puede ser prêt-à-manger, ni prêt-à-porter. La propia voluntad de cambio es algo que no podemos darnos ni imponernos, sino que debe surgir de una especie de necesidad oscura y visceral que se experimenta colectivamente como un sentimiento a la vez traumático y liberador, que poco a poco, inevitablemente incluso a través de errores, conduce a la construcción de un orden social que todavía podemos, en el mejor de los casos, sólo adivinar. Por lo que a mí respecta, el Estado podría seguir sirviendo de referente, tal vez en un periodo de transición, pero evidentemente sólo a condición de que se despoje, aunque sea paso a paso, de su función de «ángel de la guarda» del capital. La cuestión de la representación es, al fin y al cabo, secundaria frente a la de la emergencia de las nuevas categorías de socialización. Por implosiva que sea, la (post)modernidad capitalista sigue poseyendo un profundo poder gravitatorio, es decir, de atracción sobre las masas. Esto significa que organiza su disfrute en torno a la ganancia, el consumo, el trabajo, etc. Por eso no basta con desentrañar la corrupción del Poder capitalista. Primero hay que romper esta adicción inconsciente, salir del hechizo, de la hipnosis colectiva que es, cada vez más manifiestamente, una pesadilla que parece no tener fin. El punto de partida es el eslabón débil del capitalismo contemporáneo: el trabajo. Es el propio capitalismo el que está rompiendo su dependencia del trabajo intensivo de masas. Pero si también queremos romper esta dependencia, en algún momento tendremos que sustituir la principal forma de alienación moderna -el trabajo para el capital- por una forma radicalmente distinta de actividad socializadora que organice y satisfaga de algún modo nuestras necesidades psíquicas y pulsionales. El sujeto como animal social está alienado por su propia naturaleza, en el sentido de que la formación de la identidad subjetiva (el yo) no puede separarse del encuentro con el otro, representado ante todo por el lenguaje. El lenguaje, como comprendió perfectamente Lacan, es lo que nos forma dividiéndonos: nos da una identidad separando el yo consciente de su exceso/falta de sentido (el sujeto del inconsciente). Esta escisión se moviliza en todo tipo de socialización, ya que para que un lazo social arraigue, debe poder organizar el deseo y el goce del ser humano, que se originan en su ser «carente de sí mismo», es decir, ontológicamente incompleto, contradictorio, etc. La implosión del capitalismo implica entonces la necesidad de inventar una nueva socialización de nuestro inconsciente más allá de la dependencia tóxica de los fetiches capitalistas, incluyendo, en primer lugar, el del trabajo asalariado para la extracción de plusvalía. Pero precisamente porque se trata de procesos inconscientes, no es que podamos sentarnos y decir: quiero esto o aquello. No podemos hacer una lista de la compra. Más bien, creo que el nuevo horizonte social nacerá sobre las cenizas del capitalismo una vez que nos demos cuenta de que ya estamos viviendo en sus cenizas.

OL: Entremos en más detalles: ¿pero qué se supone que es este «comunismo» (resumiendo con esta palabra el sistema social liberado y positivo que se supone que tomará el relevo del capitalismo), cómo se va a estructurar? Sabemos que es casi imposible darle algún tipo de «forma» antes de que «suceda» – y la propia historia de los intentos realizados en este sentido ciertamente nos enseña algo. Sin embargo, ¿no es cierto que, cada vez que afirmamos que no puede prefigurarse de antemano, acabamos siempre encontrando una justificación para no comprometernos a pensarla con más detalle, y al hacerlo también nos distanciamos de ella, impidiendo cualquier «avance» y profundización de esta propuesta? ¿Por qué no intentar hipotetizar formas de sociedad muy diferentes de ésta, pero no por ello menos (potencialmente) reales?

FV: Absolutamente, es necesario trabajar sobre estos supuestos de las sociedades postcapitalistas. Es necesario liberar la imaginación. Sin embargo, el problema objetivo con el que nos encontramos cada vez que intentamos hacerlo es el siguiente: los límites de nuestra imaginación son los límites del propio capitalismo, que no puede ver más allá de sus propios fetiches. Estos fetiches anclan, fijan, el discurso social, dando al «vampiro global» un aura de necesidad ontológica. Se trata de una limitación estructural. La política es el emblema de esta impotencia del pensamiento, porque justificará el sistema hasta su autodestrucción. Volvamos, pues, a la cuestión planteada anteriormente: el sujeto que empezará a imaginar y al mismo tiempo a construir los cimientos de un futuro post-capitalista -pero también post-socialista (de ahí post «sociedad del trabajo»)- sólo puede ser aquel sujeto (colectivo) para el que los fetiches del capital hayan perdido su «carga erógena», por decirlo de un modo un tanto banal. Me refiero a un sujeto que ya no puede disfrutar de los (supuestos) dones que provienen del sistema productor de mercancías y generador de beneficios. Alcanzada esta condición de extrañamiento, el sujeto, si no quiere caer presa de una depresión también «marcada» y protegida por el capital (desde las drogas a los psicofármacos pasando por la ideología del emergentismo perpetuo), no puede sino cambiar la orientación de su goce, relacionándose de otro modo con los objetos del mundo. Imaginar un lazo social postcapitalista significa, como diría Freud, «mover el subsuelo», es decir, injertar nuevos modos de inversión pulsional (nuevos deseos, nuevas formas de entusiasmo, etc.) en sustitución de los que sostienen al capital; obviamente, sin dejarse cooptar por él (como ocurrió, por ejemplo, con la «revolución del 68», la ética del rechazo de Marcuse ligada a una ingenua «liberación del Eros»). Esta reflexión, que vengo desarrollando desde hace años, me lleva a una conclusión que también puede utilizarse a nivel intuitivo: querer el cambio nunca es condición suficiente para el cambio mismo, porque la voluntad moral o intelectual opera exclusivamente por encima de la superficie del agua, es decir, como conciencia racional, sin actuar sobre la dimensión inconsciente, que es precisamente la que nos ata en un doble hilo a un orden social dado. Por lo tanto, podemos pensar el tema de la liberación como un proceso de vaciamiento que coincide con la determinación de nuevos contenidos sociales que sólo pueden «afianzarse» si se complementan con nuevas «atracciones inconscientes». Esto, por su propia naturaleza, no puede establecerse en un escritorio, sino que debe atravesarnos como un fenómeno cárstico, actuando en profundidad, de maneras que sólo podemos comprender y articular parcialmente. Un buen punto de partida sería acabar con los significantes obsoletos que remiten a estructuras fallidas o fracasadas, entre los que incluiría el de «comunismo», que con demasiada frecuencia acaba confundiéndose con el «socialismo real». Si se trata de significar el mundo de una manera alternativa a la marca diabólica del capital, entonces se necesitan nuevos significantes, un lenguaje que nos permita acceder a una visión profundamente cambiada, basada en una nueva concepción y praxis del tiempo, el espacio y el movimiento. Empezando, obviamente, por el imperativo de mejorar las condiciones de la humanidad, hoy cada vez más aplastada por la lógica del capital a pesar del enorme potencial técnico de que dispone.

OL: Un punto de partida, para un posible «desencadenante» de la transformación, podría ser la búsqueda de la satisfacción de las «necesidades«. En efecto, no se puede negar que una gran parte de la humanidad se ve obligada a prescindir de las necesidades más básicas, paradójicamente justo en medio de la mayor abundancia. Reivindicar el derecho a un nivel de vida digno, dentro de un sistema social que estructuralmente no puede garantizarlo a todos, podría ser ya un paso «subversivo» de cierta magnitud. Esta cuestión ya fue objeto de reflexión en el pasado, por ejemplo en el pensamiento de Agnes Heller, retomado por los movimientos más radicales en Italia en los años setenta. Incluso el «Manifiesto contra el trabajo» habla de una sociedad liberada en la que «las cosas se producirán en función de las necesidades y cada cual tomará simplemente lo que necesite» (Mimesis 2023, p. 75). Así, se ha hablado, e incluso se habla ahora, de «la satisfacción de las necesidades» cuando se habla de la transformación comunista de la sociedad. Pero, ¿cuáles son estas necesidades, quién decide cuáles son? ¿Es un coche propio una necesidad? ¿Es un yate una necesidad? ¿Es viajar una necesidad?
Tal vez incluso entrar en el fondo de esta cuestión pueda ayudar a aclarar algunos puntos y situarnos en el camino correcto, el de la superación del sistema del capital, que es lo que más nos importa.

FV: Estoy de acuerdo, pero no hay ninguna garantía de que la satisfacción de las necesidades conduzca a un cambio radical, más allá del capitalismo. Quizá haya que mirar más allá de las necesidades, en el sentido de que debe tomar el relevo una nueva arquitectura social, capaz de dirigir hacia otra parte (hacia nuevos objetos e ideales) los deseos y sobre todo las pulsiones del sujeto, que están más allá de la satisfacción de la necesidad -que es entonces lo que nos diferencia de los animales. Como se ha dicho, puede que esta estructura ya se haya puesto en marcha, en cuyo caso nos corresponde a nosotros identificarla y darle un sentido que pueda consolidarse socialmente. Los cambios siempre empiezan cuando tienen que empezar, no se inventan en el escritorio. Esto puede parecer un punto de vista determinista, y quizá en parte lo sea, aunque insisto en su carácter dialéctico. El deseo de cambio del sujeto forma parte de un proceso que se pone en marcha por las contradicciones que el sistema hegemónico ya no puede gestionar. Entonces el sujeto debe apoderarse del proceso de cambio y consolidarlo, convertirlo en una necesidad histórica. Esto es exactamente lo que ocurrió con la revolución capitalista – nadie puede decir con seguridad dónde y cuándo empezó, y desde luego no es como si alguien decidiera de repente un día acabar con el sistema feudal. Ha habido una transición muy larga en la que han ido arraigando nuevas categorías, empezando por el trabajo asalariado, liberado del papel que desempeñaba en la matriz feudal, y el dinero, que ha pasado de ser un simple mediador del intercambio de mercancías a convertirse en capital, es decir, en un mecanismo un tanto monstruoso para su propio engrandecimiento. Sobre este punto Althusser dice algo con lo que estoy de acuerdo: el capitalismo nace gracias a un encuentro aleatorio, contingente, que sin embargo posibilita la creación de nuevas condiciones de posibilidades socio-ontológicas. Según el materialista Althusser, es el encuentro entre una cierta cantidad de «dinero» y de «trabajo» que, en un momento histórico y en un lugar geográfico determinados, se encuentran liberados de la estructura feudal. Era una entre otras posibilidades, y después de algunos fracasos finalmente arraigó, en el momento en que la fórmula capitalista se transformó de contingencia en necesidad, asumiendo un carácter ontológico – como dijo Benjamin, transformando la carga metafísica del modelo feudal en un «culto terrenal».

OL: Ya que estamos hablando de perspectivas y de las formas en que sería posible abrir algunas de ellas, una pregunta contundente sobre las elecciones: ¿crees que el cambio debería venir sólo a través de movimientos callejeros, posiblemente bien estructurados y bien equipados intelectualmente también, o también a través de elecciones? Hay quienes sostienen que las elecciones son precisamente la negación del cambio, ya que agitan dentro del orden que quisiéramos romper, y además quitan mucha energía, sobre todo a quienes quisieran de buena fe trabajar por una transformación pero se apagan dentro de los juegos electorales, mientras que esas energías podrían emplearse, de forma mucho más fructífera, en construir una sociedad alternativa desde abajo -por tanto con mucho más esfuerzo, pero al menos con unas perspectivas reales y no ficticias como en el caso de las elecciones. Por otro lado, hay quienes sostienen que es un error «desairar» los momentos electorales y que también hay que participar en ellos activamente y con convicción, porque son si no la única al menos una de las pocas formas realistas de intervenir sobre el «statu quo». ¿Cómo lo ve usted?

FV: Creo que la democracia parlamentaria, en el momento del colapso económico «a cámara lenta» (por ahora) en el que flotamos, no tiene otra función que ofuscar las contradicciones y las criticidades sistémicas, por eso no tengo ninguna fe en estas instituciones. Los valores políticos son una extensión de los valores del sistema económico, y heredan de él el mismo grado de cinismo, corrupción o amoralidad. En este sentido, su función es también dar un rostro «humano» a la objetividad autodestructiva del sistema, un rostro en el que las masas puedan descargar sus frustraciones. Desde el punto de vista de las élites económico-financieras, el político corrupto es incluso conveniente como cordero de sacrificio para arrojarlo a las masas siempre que surja la necesidad. Todavía estamos en el nivel de distracción de las masas de la raíz del problema. Dicho esto, creo que el cambio en algún momento debe pasar necesariamente por la política representativa. Pero primero tenemos que desarrollar una profunda conciencia crítica a nivel extrapolítico, a través de un movimiento de masas transnacional dirigido a superar las categorías del capitalismo y abrirse a formas alternativas de organización social.

OL: Volvamos a los medios de comunicación: a menudo, en la búsqueda del pensamiento y la praxis antisistémicos, pasamos por alto su importancia y su impacto en la realidad, o más exactamente en su determinación de la realidad y su configuración. ¿Cuál podría ser la solución? ¿Ocuparlos? ¿Crear medios de comunicación alternativos? O salir del propio horizonte mediático e intentar encontrar otros canales de comunicación, otros horizontes de comunicación. ¿Pero cuáles? Por ejemplo, ¿podríamos viajar y encontrarnos más, como hacíamos antes (y, por eso mismo, había una red de acogida por todas partes que ahora ni siquiera podemos imaginar, y 1000 maneras de viajar gratis)? ¿O? ¿Los famosos «sociales», en este sentido (es decir, para contrarrestar el dominio del pensamiento «main stream»), podrían ser útiles? ¿O son otra estafa?

FV: Los grandes medios de comunicación son cada vez más fundamentales para la propaganda, o al menos para el control de la información. En cuanto a lo «social», a menudo se dice que también puede unir a la gente en términos antisistémicos, canalizar nuevas ideas, etcétera. Esto no es del todo erróneo, al menos en general, porque la tecnología es por definición ambigua, y lo que importa son las ideas que se mediatizan. Sin embargo, en este momento, por mucho que parezca que se está produciendo una fragmentación de la información, o al menos una separación entre medios dominantes y alternativos, no es fácil encontrar canales que reflexionen en términos colectivos sobre la cuestión de la necesidad de apartar la conciencia del sujeto contemporáneo de los imperativos del totalitarismo capitalista en ciernes, y de su lógica cada vez más mortífera. No porque los medios de comunicación sean malos o ineficaces, sino porque falta (¿todavía?) la voluntad colectiva de desvincularse definitivamente de la matriz del capital. Si nos fijamos entonces específicamente en lo «social» hoy en día, me parece que su función es cualquier cosa menos emancipadora. Más bien, las condiciones impuestas por el «capitalismo comunicativo» son las de una especie de «fragmentación en forma de participación». En otras palabras, el capitalismo hace de la comunicación un circuito de gravitación pulsional, cerrado y esencialmente repetitivo, que aísla a los sujetos al tiempo que pretende unirlos. La limitación de nuestros medios de comunicación, incluso cuando canalizan prácticas de compromiso colectivo con causas nobles, es que ocultan sistemáticamente el trasfondo, la dinámica del sistema: es decir, el hecho de que operan dentro de una lógica implosiva que «desocializa la sociedad». Por otra parte, el capitalismo financiero no puede dejar de ser asocial, ya que se ha desprendido de todas aquellas cargas político-ideológicas de las que el capital solía hacer uso en el pasado, cuando el trabajo productivo de masas seguía estando en el centro de su narrativa y, por tanto, tenía que ser «representado». Más bien, la era del «declive de la eficiencia socio-simbólica» en la que vivimos produce una condición de perversión generalizada. Y éste es el punto que me gustaría abordar brevemente. ¿Qué es la perversión? Lacan, retomando a Freud, la definió como el intento desesperado de negar el vacío en el Otro, es decir, la impotencia del aparato simbólico que sostiene nuestra identidad dentro de una constelación social dada. El Gran Otro del que hablaba Lacan hoy debería declinarse como el «discurso de las grandes finanzas». Al tratarse de un discurso brutalmente desocializador, la comunicación de masas que facilita no puede sino asumir connotaciones perversas, es decir, destinadas a negar la evidencia del vacío, entendido como evaporación del lazo social. En esencia, YouTube, Twitter, Facebook, etc. facilitan la integración de sus usuarios en la matriz de un capitalismo que simultáneamente los atomiza, instalando un bucle perverso entre ansiedad y participación. Cuanto más se tambalea e implosiona el sistema, más tiende inconscientemente el sujeto preso de la ansiedad a querer recuperar su autoridad, incluso bajo la forma de un mando autoritario e inflexible, como en el ejemplo clásico del masoquista que da el látigo a la dómina. Y es que el declive de la eficacia simbólica del capitalismo liberal-democrático amenaza con pulverizar las propias subjetividades que ha creado. Por tanto, está claro que la perversión no tiene nada de transgresor. Lo que distingue a la economía libidinal de los perversos es esa tentación masoquista, exquisitamente conservadora, de «entregarse al Otro», que caracteriza, en efecto, todas esas variantes de narcisismo exhibicionista que llenan las «sociales». Quienes, por ejemplo, se pasan días enteros «posteando» en la red (fotos, opiniones, etc.) se convierten efectivamente en el instrumento (fetiche) del goce del Otro (el capital), precisamente porque, al hacerlo, se engañan a sí mismos pensando que el capital está cumpliendo su función socializadora; es decir, se engañan a sí mismos pensando que siguen participando de un vínculo que, en realidad, ya se encuentra en avanzado estado de descomposición. La pasión perversa que mueve a quienes permanecen apegados día y noche a lo «social» es profundamente necrófila: es la ilusión de «hacer gozar a un muerto», de vivificar un sistema ya vaciado de sustancia social. En su definición freudiana más elemental, la perversión es la respuesta psíquica que el sujeto da a su propia angustia desencadenada por el encuentro con la ineficacia (o la inconsistencia) del Otro. Hoy, en la era de la gran simulación financiera, la desertización de la ley simbólica se ve colmada, al menos parcialmente, por el uso cada vez más perverso (en los términos aquí resumidos) que hacemos de las redes sociales.

OL: Últimamente el tema de la cementación del mundo ha llamado la atención de muchos. Un hermoso libro de Anselm Jappe, titulado «Cemento, arma de destrucción masiva» (Eleuthera 2023) ha hecho hincapié en esta cuestión, con todo lujo de detalles, y ha tenido una buena acogida. Por otra parte, este tema plantea la cuestión de la arquitectura y el urbanismo de las ciudades no capitalistas, es decir, cómo deberían ser. ¿Qué debería cambiar, en su opinión, en las ciudades que ya no están sometidas a las exigencias del sistema del capital? ¿Quizás el propio concepto de «ciudad» también entraría en crisis, y quizás surgirían «nuevas» formas de convivencia, donde incluso la división entre campo y ciudad perdería su sentido? ¿O? ¿Cómo lo ve usted?

FV: Antes de nada, diré que no he leído el libro de Jappe (y añado que lo haré pronto). Me parece evidente que la arquitectura y el urbanismo son la expresión de una conciencia cultural sistémica, en nuestro caso de modernización capitalista. Desde una perspectiva postcapitalista, la obsesión por el cemento debería desvanecerse de golpe, pues responde ante todo a la lógica de la burbuja inmobiliaria, del cemento como huida hacia adelante del capital -huida que constituye, hoy como en 2008, uno de los centros neurálgicos del capitalismo con su impulso financiero-especulativo. No es casualidad que sigamos insistiendo en la necesidad de terminar las tristemente célebres «grandes obras», como el puente sobre el estrecho de Mesina, ejemplo clásico del impulso financiero de la industria del cemento. Tal y como intento imaginarlo, la crisis de la ciudad moderna, es decir, definida esencialmente por las leyes del mercado y del beneficio, podría dar lugar a una nueva relación con el horizonte espacio-temporal que nos define, a la vez estética y ecológica. No se trataría de una «vuelta a la naturaleza», sino ante todo de una concepción menos abstracta y «brutalista» del espacio urbano y suburbano, pero también del espacio abierto y del paisaje. Esto sólo puede ser el reflejo de una emancipación real de la dinámica aburrida de la modernización capitalista.

OL: Pregunta contundente, algo provocadora: ¿qué responde a quienes afirman que para resolver todos los problemas bastaría con volver a un sistema de bienestar eficaz, y para ello bastaría con recuperar el dinero de la evasión fiscal, que en algunos países es realmente llamativa (por ejemplo, en Italia)? En la práctica, el sistema también podría funcionar de alguna manera, sin dejar a nadie atrás, si todo el mundo pagara los impuestos que le corresponden, quizás con un gobierno «ilustrado» (y obviamente de izquierdas) que destinara los recursos principalmente a servicios sociales, (educación, sanidad, cultura, trabajo socialmente útil, etc.) y menos a armamento, ejércitos, fuerzas policiales, etc. ¿Está de acuerdo?

FV: Este punto de vista es moralmente compartible pero anacrónico, ya que elude por completo la cuestión subyacente, a saber, el hecho de que la actual condición implosiva se deriva de la incapacidad objetiva del capital para crear suficiente plusvalía para la reproducción social. En términos capitalistas, tanto los «recursos» como el poder adquisitivo están destinados a declinar como expresiones fenoménicas de la plusvalía. En cierto sentido, pensar que se pueden resolver los problemas con un bienestar efectivo y una recaudación y distribución más justa de los impuestos responde a una lógica nostálgica que, enlazando con lo dicho anteriormente, podemos englobar bajo el paraguas de la perversión, ya que persiste en negar la impotencia del Otro (el capital como motor de la reproducción social).

OL: Una pequeña provocación más: se dice que los bancos centrales o quienes sean «inventan» literalmente dinero sin valor para mantener en marcha la economía capitalista. Pero, siendo así, si en lugar de dárselo a los capitalistas o a los Estados se lo dieran a la gente corriente, ¿no se solucionaría todo? Todo el mundo se convertiría en un «comprador fiable», dotado de la liquidez necesaria, y todo lo que no se vendiera y aún más se valorizaría, y todos vivirían felices para siempre. Es un poco como la utopía de una «renta universal» para todos, no vinculada al rendimiento del trabajo. ¿Sería posible? Y, si no, ¿por qué no? Se podría argumentar que esta afluencia de dinero crearía una demanda exagerada en relación con una oferta por lo demás limitada, y por tanto una inflación en cascada, pero incluso esto no es del todo cierto, ya que la oferta también es «exagerada», puesto que la producción impulsada por la microelectrónica vierte ahora en exceso en los mercados bienes de todo tipo, que sufren precisamente porque se quedan sin vender. En este sentido, una distribución del tipo «dinero helicóptero» sería la panacea, tanto para los mercados como para los ciudadanos de a pie. Entonces, ¿por qué no nos movemos en esta dirección, reclamando precisamente la distribución general y generalizada de dinero para todos?
¿Qué hay de malo en este planteamiento?

FV: No es correcto decir que el exceso de demanda artificial absorbe el exceso de producción barata. No hay equiparabilidad entre ambos fenómenos, por la sencilla razón de que el único índice de equiparabilidad es la plusvalía producida. Me explico. En primer lugar, el aumento de la productividad significa, hoy en día, que cada vez se utiliza menos energía humana para la producción de más mercancías. Por lo tanto, el aumento de la productividad no aumenta el valor real contenido en la mercancía, sino que lo disminuye, porque el valor se origina en el trabajo humano. Quienes sostienen lo contrario confunden el análisis socioeconómico del capital total con el análisis de la economía del empresario individual. Hoy en día, aumentar el valor resulta cada vez más difícil ante niveles de productividad cada vez más elevados, ya que esta productividad utiliza cada vez menos mano de obra. Por otra parte, es cierto que una mayor explotación del trabajo (aumento de la tasa de plusvalía) se corresponde con la creación de mercancías más baratas, pero en conjunto se produce cada vez menos valor, con lo que se crean distorsiones masivas que hay que compensar con inyecciones de crédito generadas de la nada, lo que acaba manifestándose como devaluación del dinero y, por tanto, pérdida de poder adquisitivo. Repito el punto central: el poder adquisitivo es hijo de la plusvalía extraída del trabajo; si la plusvalía total disminuye, el poder adquisitivo también disminuye (es decir, el dinero se devalúa). Hoy estamos viviendo exactamente esta fase de la crisis.

OL: Por último, nos parece oportuna una pregunta sobre el «capitalismo de emergencia», una definición de cuyo éxito usted es en cierto modo el «mayor responsable», en el sentido de que si desde hace algunas décadas ha tomado forma un interés más profundo por las continuas «emergencias» que caracterizan nuestro momento histórico, se debe principalmente a su reflexión sobre este aspecto. El capitalismo actual, al límite de sus fuerzas como tal, es decir, como capitalismo puro, puesto que ya no puede reproducirse satisfactoriamente según sus propias reglas, se ha convertido en un «capitalismo de emergencias»: «estrategia» ésta que, no sabemos cuánto estudiada en la mesa pero de hecho operando -y con gran eficacia-, permitiría a este sistema enfermo mantenerse a flote tanto desde el punto de vista disciplinario (las emergencias posibilitan continuas «derogaciones» a las supuestas reglas de la vida democrática, es decir, ante una emergencia, por tanto un «peligro» potencial, todo está permitido -por supuesto con el objetivo declarado de «servir al pueblo», detournando en este caso una expresión que viene de un origen completamente diferente, o casi), que desde un punto de vista financiero (porque con la emergencia es posible encontrar las justificaciones necesarias, siempre obviamente para salvar al mundo, para hacer que los distintos bancos centrales abran las carteras y autoricen inundaciones de dinero sin valor, el famoso «aire caliente» marxiano que en realidad calienta muy poco, pero que sirve para mantener el sistema a flote, al menos un poco más).
¿Podría darnos su opinión al respecto?

FV: Lo has resumido perfectamente. El aluvión de emergencias globales al que estamos expuestos desde hace algún tiempo, que se ha acelerado significativamente con la llamada «emergencia pandémica», sirve tanto para justificar la creación de cantidades cada vez más grotescas de dinero sin sustancia, tecleado directamente en las pantallas de los bancos centrales e inyectado en el sistema en forma de deuda, como para el control biopolítico de las poblaciones empobrecidas. ¡Dos pájaros de un tiro! En cuanto al primer punto, hemos pasado de miles de millones de dólares en 2008 a billones en 2020. Nunca hay suficiente, porque el sistema de burbujas financieras, constantemente desbordado en la galaxia de los derivados, es un agujero negro que se traga dosis cada vez mayores de liquidez. Hemos llegado realmente al paroxismo de los paroxismos financieros. La mayoría de la gente no tiene ni idea de hasta qué punto la reproducción social se ha vuelto en poco tiempo totalmente dependiente de esta lógica de endeudamiento estructural, a la que sólo puede corresponder la aceleración de la crisis y el advenimiento de una fase profundamente antiliberal y autoritaria, ya no basada en la intermediación del dinero, sino en el control directo de las poblaciones. De emergencia en emergencia, la matriz capitalista se vuelve cada vez más violenta, claustrofóbica, opresiva. Los muros de la prisión se estrechan, el aire se corta. ¿Seremos capaces de escapar antes de que sea demasiado tarde?

6. Uganda y la RD del Congo

Artículo sobre otro de los países en la larga lista de los implicados en el conflicto de la RD del Congo: Uganda. Un dato significativo: su principal producto de exportación es el oro procedente del Congo. https://afriquexxi.info/Dans-

Uganda en apuros en el este de la RD del Congo

Investigación –Desde el regreso del Movimiento 23 de Marzo al este de la República Democrática del Congo, en marzo de 2022, se acusa a Kigali de apoyar a esta rebelión de mayoría tutsi. Pero también se dice que este grupo armado se beneficia de un apoyo menos visible de Kampala, cuyos intereses en la región son más o menos los mismos que los de Ruanda.

En 2012-2013, había abundantes pruebas del apoyo de Uganda al Movimiento 23 de Marzo (M23), un grupo armado que ha vuelto a actuar en el este de la República Democrática del Congo(RDC) desde marzo de 2022. El grupo de expertos de la ONU informó, por ejemplo, de que en 2012 Kampala había apoyado al grupo mediante «refuerzos directos de tropas en territorio congoleño, entregas de armas, asistencia técnica, planificación conjunta, asesoramiento político y facilitación de las relaciones exteriores » . Además, después de que los combatientes del M23 abandonaran Uganda en 2017 para instalarse en el este de la RDC, la mayoría de sus familias permanecieron allí.

Sin embargo, desde el nuevo compromiso del M23 hace más de dos años, Uganda ha participado en varias iniciativas destinadas a poner fin a esta nueva crisis, por ejemplo aportando tropas a la Fuerza Regional de la Comunidad de África Oriental, que operó desde finales de 2022 hasta finales de 2023 en el este de la RDC. El presidente Yoweri Museveni siempre ha abogado oficialmente por las conversaciones entre el grupo armado y Kinshasa. A pesar de ello, ha habido protestas en la región contra la presencia ugandesa, con la sociedad civil y altos cargos políticos acusando a Uganda de » hipocresía » . Las redes sociales congoleñas se inundaron de acusaciones sobre la presencia masiva e ilegal de tropas ugandesas en la RDC, que Kampala negó rotundamente. Entonces, ¿cuál es la verdadera cara de Uganda en esta crisis? ¿Cuál es la naturaleza de su relación actual con el M23?

El este de la RDC es un mercado especialmente importante para Uganda. En los últimos años, se han tomado una serie de iniciativas destinadas a impulsar el comercio transfronterizo, como el Memorando de Entendimiento de 20181 o la decisión de Kampala de cofinanciar las infraestructuras viarias de la región, que el presidente Museveni legitimó declarando al Nile Post en octubre de 2020: «Necesitamos comerciar con el Congo. Esto nos dará más recursos para ocuparnos de las carreteras que no hemos podido construir». La admisión formal de la RDC en la Comunidad del África Oriental (CAO) en 2022 ha acelerado aún más este proceso. De hecho, las cifras comerciales de 2024 del Banco de Uganda muestran que la RDC es el mayor mercado regional de exportación para el país, con un superávit de 59,67 millones de dólares (unos 55 millones de euros) en enero y de 56,52 millones en febrero.

Exportaciones informales de oro congoleño

Como parte de esta relación comercial, es un secreto a voces -y bien documentado- que una gran proporción del oro congoleño se transporta de manera informal a Uganda, donde se convierte en oro ugandés. El preciado mineral es una materia prima especialmente importante para la economía ugandesa, ya que es el principal producto de exportación del país. Los últimos datos disponibles2 muestran que aportó 2.700 millones de dólares en el ejercicio 2023, es decir, el 37% de los ingresos totales por exportaciones. Esta cifra ha aumentado especialmente en los últimos años, ya que en 2018 fue de 890 millones de dólares, es decir, el 15,54% de las exportaciones. Esta cifra es muy superior a la de Ruanda (acusada periódicamente por Kinshasa de expoliar los recursos del este de la RDC), donde, según los últimos datos oficiales disponibles del Fondo Monetario Internacional (FMI), las exportaciones de oro alcanzaron los 654 millones de dólares en 2022. En comparación, Uganda exportó 1.920 millones de dólares el mismo año, según el Observatorio de la Complejidad Económica3.

Uganda también tiene intereses de seguridad: el país ve la inestabilidad en el este de la RDC como una amenaza para su territorio. Este es especialmente el caso de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), que han reanudado una serie de ataques en territorio ugandés en los últimos años -como el ataque a una escuela en el oeste en junio de 2023, en el que murieron al menos 41 personas-. En particular, el grupo se considera una amenaza para las instalaciones petrolíferas a orillas del lago Alberto, cerca de la frontera. El lanzamiento de la Operación Shujaa – una operación conjunta de los ejércitos ugandés y congoleño lanzada en noviembre de 2021- pretende derrotar al ADF y, al mismo tiempo, sirve a objetivos económicos, incluida la protección de las obras viarias.

Por último, todos estos compromisos en esta inestable región tienen también un significado político. Museveni lleva en el poder desde 1986 y su legitimidad política ha disminuido considerablemente. El argumento de la «liberación«4 esgrimido desde hace cuarenta años para legitimarse – que consiste en decir que gracias a él el país está en paz tras haber sido asolado por décadas de guerra civil – ya no funciona con la mayoría de la población nacida bajo su reinado, cuando el 70% de los ugandeses tiene menos de 30 años. El argumento tiene poco valor para estos «bebés Museveni » 5 que quieren empleos y servicios que en gran medida no existen o son inaccesibles.

Retorno del M23 en un contexto de tensiones regionales

Por ello, la estabilidad económica es crucial para el régimen de Museveni. Su principal temor es un escenario de «primavera árabe», en el que los jóvenes empiecen a protestar, lo que podría desencadenar una crisis económica. Las protestas «walk to work » de 2011, que tuvieron lugar en un contexto de subida de los precios de los alimentos, fueron un anticipo de ello. Así pues, el este de la RDC se considera un factor crucial para la estabilidad de la economía ugandesa, pero también de su régimen.

El resurgimiento del M23 en marzo de 2022 debe entenderse a la luz de sus relaciones con el gobierno congoleño, así como de sus relaciones regionales más amplias. En primer lugar, por lo que respecta a las primeras, el diálogo confidencial entre Kinshasa y una delegación del M23 iniciado en septiembre de 2020 fracasó catorce meses después. En este contexto, los líderes del M23 consideraron que no tenían otra opción que volver a tomar las armas. En segundo lugar, el resurgimiento del grupo se vio6 como el resultado de las crecientes tensiones regionales, con Ruanda expresando cierto desdén por el hecho de que Uganda y Burundi hubieran podido llevar a cabo operaciones militares en la RDC: a principios de 2021, la RDC concluyó acuerdos bilaterales de cooperación militar con estos dos países, pero no con Ruanda, lo que provocó cierta frustración. Además, la presencia militar ugandesa, a través de la Operación Shujaa , y las obras viales previstas en el marco de esta misión fueron vistas por Kigali como una amenaza directa a su zona de interés.

En otras palabras, el resurgimiento del M23 debe entenderse también como el resultado de las tensas relaciones regionales, en particular entre Ruanda y Uganda. Cuando el M23 retomó las armas, las relaciones entre Uganda y Ruanda eran tensas desde hacía varios años, lo que llevó en 2019 al cierre del principal puesto fronterizo entre ambos países. Este se reabrió en enero de 2022, después de que el primer hijo de Yoweri Musevini, Muhoozi Kainerugaba, desempeñara un importante papel diplomático, realizando numerosos viajes de ida y vuelta entre ambas capitales.

Una «República de Kivu»

¿Cuáles son las consecuencias para las relaciones entre Uganda y el M23? Kigali y Kampala tienen intereses comunes en el este de la RDC, como la estabilidad de la región y sus recursos naturales. Ambos países ven la región como una fuente potencial de inseguridad -Ruanda con las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda(FDLR7), Uganda con las ADF- y, en distintos grados, perciben que el Estado congoleño no puede y/o no quiere eliminar estas amenazas. Ambos Estados tienen también un gran interés en los minerales, siendo el oro su principal producto de exportación. Esto significa que se esfuerzan por ejercer cierto control sobre la región, al tiempo que compiten entre sí por el acceso a los recursos.

En este contexto, explica un analista ugandés que habla bajo condición de anonimato, los funcionarios ugandeses y ruandeses creen que » mientras el este de la RDC no esté debidamente organizado , [ellos] necesitan ejercer otra forma de influencia » . Esto va desde estrategias limitadas de mitigación de riesgos hasta considerar el este de la RDC como una «zona tampón » o incluso una «República de Kivu» como sugieren algunos círculos influyentes8. En ambos escenarios, el control y la influencia en esta región a través de actores como el M23 se considera «la mejor opción de todas las malas opciones » .

Luego está la historia de Uganda con Ruanda: Uganda no puede permitir que su «frenemigo» (contracción de «amigo » y «enemigo » ) , Ruanda -o, dicho de otro modo, el presidente Museveni nunca puede permitir que su «frenemigo», el presidente Paul Kagame- se haga con el control en el este de la RDC. Por ello, cuanto más claro esté que el M23 va a mantenerse y extender su influencia, más difícil le resultará a Kampala ignorar al grupo rebelde. Uganda quiere asegurarse de que Ruanda no tiene el monopolio de la influencia extranjera en el este de la RDC y proteger sus intereses económicos.

Libre circulación del M23

Sin embargo, el M23 no refleja necesariamente los intereses de Kigali: existen, por ejemplo, diferencias de opinión entre los líderes del M23 en cuanto al grado de alineamiento con Kigali, basadas en sus experiencias pasadas y sus relaciones con el régimen. En 2013, Kigali y Kampala le obligaron a detenerse, aunque consideraba que «el trabajo aún no había terminado » 9. El M23 quiere evitar un escenario similar y por ello busca un cierto grado de independencia, pero no es seguro que lo haya conseguido.

Diversas fuentes informan de crecientes contactos entre Kampala y el grupo. Al mismo tiempo, es esencial que Uganda tenga cuidado de no ofender al gobierno de Félix Tshisekedi, presidente de la RDC, ya que esto podría significar el fin de la operación Shujaa ( y de las obras viarias asociadas), así como de su comercio con el este de la RDC. Por ello, se muestra reacio a implicarse abiertamente en el conflicto, por ejemplo mediante apoyo militar directo.

Miembros del M23, en Bunagana (RD del Congo, en la frontera con Uganda), en julio de 2012.

Al Jazeera English / Flickr

Sin embargo, los combatientes del M23 pueden cruzar la frontera ugandesa sin impedimentos, incluidos los nuevos reclutas, como muestra, por ejemplo, el informe de diciembre de 2022 del grupo de expertos dela ONU antes citado. El periódico francés Le Monde también informó en 2022 de que el M23 se estaba reabasteciendo en Uganda. Del mismo modo, se señaló -también en los diversos informes del grupo de expertos dela ONU- que el M23 seguía reclutando en Uganda. Y lo que es más importante, mientras que las Fuerzas de Defensa del Pueblo Ugandés(UPDF) habían apoyado al ejército congoleño a finales de marzo de 2022 para impedir que el M23 tomara la ciudad fronteriza congoleña de Bunagana, la situación cambió el 12 de junio de 2022. Ese día, lasUPDF permitieron a los combatientes del M23 cruzar a la RDC para atacar esta ciudad estratégica, y otros informes incluso acusan alas UPDF de cruzar la ciudad con los rebeldes, acusación negada por Kampala. No obstante, varias fuentes anónimas hablan de un número limitado de tropas ugandesas no combatientes que «vigilan» la situación, pero subrayan que no están proporcionando apoyo militar directo.

El apoyo abierto del hijo de Museveni

El M23 también es miembro de la Alianza del Congo Floreciente (AFC), junto con otros ocho grupos armados. Se trata de una coalición político-militar fundada en diciembre de 2023 por el antiguo jefe de la comisión electoral congoleña, Corneille Nangaa. Como mínimo, esta coalición muestra «rastros» de implicación ugandesa, ya que, durante el último año, diversas fuentes bien informadas han informado de presiones de Uganda sobre el M23 para abrir el grupo, tanto en términos de composición étnica (es decir, más allá de los tutsis), como de agenda política y apoyo externo. Esto diluiría la influencia ruandesa y abriría la posibilidad de un futuro apoyo ugandés, además de favorecer la continuación de las negociaciones.

Según muchos observadores, la creación de la Alianza del Río Congo, cuyo objetivo es «llevar la paz » a la RDC, debe considerarse a la luz de estos requisitos. En diciembre de 2023, el periódico alemán Die Tageszeitung también informó de que Uganda y Kenia estaban implicadas en la formación de laAFC, con reuniones en noviembre en ambos países. Además, se sospecha que Corneille Nangaa, coordinador delAFC, vive parte del tiempo en Kampala. Según un artículo publicado el 17 de mayo en el boletín Africa Intelligence, comandantes de alto nivel del M23, como su jefe militar, Sultani Makenga, y cuadros políticos experimentados son caras conocidas en la capital ugandesa.

Por otra parte, el papel crucial desempeñado por el hijo de Museveni en el restablecimiento de las relaciones de su país con Ruanda dio la impresión de que Kampala estaba en la misma línea que Kigali y, por tanto, que el M23. Sus tuits, en particular, contribuyeron a confirmar esta posición: en momentos en que la hostilidad entre Kinshasa y Kigali era especialmente fuerte, mostraba constantemente su apoyo a Kigali, por ejemplo llamando a Paul Kagame su «tío» («Lo siento mucho por todos aquellos que piensan que pueden derrotarme militarmente a mí y a mi tío.Será un desastre para ellos. [Que vengan, estamos más que preparados «) .

En varias ocasiones, tuiteó su apoyo a las tropas del M23, llamándolas «nuestros hermanos » (20 de noviembre de 2022 y 31 de marzo de 2023) y advirtiendo a cualquiera que quisiera atacarlas: » En lo que respecta al M23, creo que es muy, muy peligroso que alguien luche contra estos hermanos nuestros. NO son terroristas. Luchan por los derechos de los tutsis en la RDC”; o también: » ¡No es un crimen ser mututsi, muhima, muhema o munyamulenge! El M23 lleva años buscando el diálogo. La Comunidad del África Oriental debería ayudar a resolver este problema.

«Vamos a concentrarnos en el Interahamwes » .

Nada de esto pasó desapercibido en la RDC: el 14 de junio de 2022, el presidente del Parlamento, Christophe Mboso, acusó a Muhoozi de haber «firmado un pacto » con Kagame y anunció la suspensión del proceso de ratificación de todos los acuerdos con Uganda. También denunció la «complicidad e implicación » de Uganda en la toma de Bunagana, antes de acusar a Uganda de «hipócrita » . También ha habido manifestaciones contra las ocupaciones extranjeras -incluidas las ugandesas- en el este de la RDC, en junio y diciembre de 2022.

La cuestión no es sólo qué significan las declaraciones de Muhoozi para la RDC, sino también qué significan para Uganda. Las relaciones de Kampala con el M23 se basan en un cuidadoso cálculo de intereses, contrariamente a lo que sugieren las declaraciones de Muhoozi. En marzo, fue nombrado jefe de las Fuerzas de Defensa (tras haber sido apartado de la estructura de mando en octubre de 2022). Aunque la postura oficial del gobierno de Museveni es mantenerse al margen del conflicto, ¿seguirá Muhoozi, como jefe de las Fuerzas de Defensa, esta estrategia a la luz de sus declaraciones públicas?

Muhoozi Kainerugaba (izquierda) se reúne con Paul Kagame en Ruanda en marzo de 2022.

Paul Kagame / Flickr

Esto parece ser así por el momento, pero ¿por cuánto tiempo? Muhoozi tuiteó ue, tras la derrota de las ADF, su ejército podría implicarse en la lucha contra el M23: » Vamos a concentrarnos en los Interahamwes10 en el este de la RDC. Criminales que masacraron a nuestros hermanos y hermanas en 1994. El tiempo de las conversaciones llegará pronto a su fin.

Un delicado equilibrio

Queda por ver qué ocurrirá tras la operación Shujaa y cómo cambiará esto el cálculo de Kampala. Además, Uganda tiene un sector de la seguridad fragmentado, con diferentes actores y agencias con capacidades operativas independientes, lo que significa que algunos actores de la seguridad pueden actuar con independencia de la cadena de mando oficial, bajo las órdenes personales de oficiales de alto rango.

Así, en el contexto regional general, Ruanda no debería ser el único país en centrar su atención en la cuestión del conflicto con el M23, y también Uganda: este país tiene fuertes intereses en el este de la RDC, tanto económicos como de seguridad y políticos, todos ellos fuertemente entrelazados. Esto no significa una repetición de 2012, cuando el apoyo de Kampala era relativamente claro. Se trata más bien de un juego táctico cauteloso, en el que Uganda busca proteger sus intereses en el este de la RDC, y que implica un claro compromiso con Kinshasa pero también, en menor medida, con el M23. Esto es especialmente cierto porque el M23 está ampliando (y conservando) su territorio, lo que anima a los actores regionales a comprometerse con él. También muestra la volatilidad de la situación: cuanto más se prolongue la crisis del M23, mayor será el riesgo de escalada.

Kinshasa es consciente de este juego, y Africa Intelligence informa de que se han enviado emisarios congoleños a Kampala para discutirlo. Sin embargo, el presidente Tshisekedi es reacio a abrir un segundo frente diplomático, dado que las relaciones con Kigali ya son tensas.

7. Minería y esclavitud.

Un provocador artículo de Antonio Aretxabala: solo conocemos dos tipos de minería, hecha con diésel o con esclavos. https://www.elsaltodiario.com/

Bases geológicas de la esclavitud y la guerra digital

Solo conocemos dos tipos de minería: la basada en el diésel y la realizada por esclavos. La rebelión y la desobediencia se han vuelto obligaciones morales para toda criatura que aún se considere humana

Antonio Aretxabala

Geólogo, doctor investigador independiente en obra civil, urbanismo, nuevas tecnologías de extracción y cambio climático.

2 jun 2024 14:29

Solo conocemos dos tipos de minería: la basada en el diésel y la realizada por esclavos. La producción de diésel decae desde 2018, de 27,5 millones de barriles diarios hasta los 22 de 2022 (un 20% menos) igualando la producción de 2005. Actualmente en el mundo hay unos 50 millones de esclavos modernos. Según Walk Free (OIT-ONU) son quienes realizan trabajos forzados, venden sus cuerpos o son forzosamente entregados en matrimonio. Aproximadamente una cuarta parte son niñas y niños. Un elevado porcentaje trabaja en el sector textil, son objetos sexuales o malviven entre la minería impulsada por capital chino, estadounidense y europeo que en los últimos años ha adquirido un fuerte impulso en el sector armamentístico de alta precisión. Nuestra denominada transición verde se basa fundamentalmente en la eficiencia con su supuesta herramienta digital, pero es también militar. Para extraer los minerales de moda entre los innovadores ministerios para la transformación digital se necesitan recursos geológicos muy diseminados y no hay inteligencia artificial que compita con la manera más eficiente de minería en dichas circunstancias: la mano humana, incluida la infantil.

Para procesar una tonelada de cobre en un grado de concentración en roca de entre el 1% y el 3% es necesaria una intensidad energética promedio de entre 100 y 150 GJ con minería convencional basada en el diésel, pero el grado de concentración decae y a partir del 0,5 % el consumo energético se cuadruplica encareciendo los procesos y viéndonos obligados a triturar cordilleras para arrancar a la tierra el preciado metal. Desde 1975 el volumen de roca a triturar para la extracción de una tonelada de cobre se ha multiplicado por 14. En el caso del uranio, el carbón o las tierras raras, la evolución es similar, pues hablamos de recursos no renovables.

El auge del reciclado, por tanto, se justifica una vez más desde razonamientos exclusivamente economicistas que dejarían a un lado cosas “sin importancia” como la salud, la libertad o la dignidad humana. Los efectos secundarios sobre nuestros basureros favoritos: atmósfera, hidrosfera, ecosistemas y seres vivos, incluidos nuestros cuerpos humanos, hace décadas que son un quebradero de cabeza para las opulentas sociedades que hemos construido con energía solar fosilizada en forma de hidrocarburos y materiales geológicos clave que éstos nos permitieron arrancar. Un pozo sin fondo para nuestros sistemas de salud. Pero el origen de ese creciente impacto fuera y dentro de nuestros cuerpos sigue velado a quienes deben seguir consumiendo para dinamizar la economía.

La geología del armamento de precisión y el escaparate de los genocidios

Según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el 38% de las reservas de las llamadas “tierras raras” de nuestro planeta se pueden encontrar en China. Este país suministró el 80% de estos materiales geológicos a Occidente en 2019, antes de la pandemia de Covid 19 decretada por la OMS. La República Democrática del Congo el 75% del cobalto. El cerio, por ejemplo, se utiliza en las baterías y en la mayoría de los dispositivos con pantalla e imanes forjados con neodimio y samario que soportan altas tasas de humedad y temperaturas extremas necesarias en dispositivos militares modernos. Se usan en las aletas de los aviones de combate, como guía de misiles, motores de aviones, submarinos y tanques. Son imprescindibles en las comunicaciones por satélite, los nuevos radares y sónares, los sistemas con turbinas a reacción, armas de precisión avanzada combinada con láseres y satélites y todo el ecosistema de redes de comunicación e información basado en la inteligencia artificial aplicada al internet de las cosas. Este nuevo paradigma tecnológico, fundamentalmente militar, cuyos escaparates presenciamos día tras día en Ucrania, Sudán, el Congo o Palestina se basa sobre todo en la minería de tierras raras, cobre, cobalto, litio para almacenaje y distribución de energía e información, lo cual requiere una mayor integración e interconexión de dispositivos con una mayor concurrencia desde el procesamiento centralizado hasta el periférico.

Esas tres cuartas partes del cobalto de nuestros dispositivos digitales, de nuestras infraestructuras de transformación y captación de energías “limpias” y de nuestra industria armamentística de precisión –con la ayuda de fondos chinos y capital occidental–, han convertido a la República Democrática del Congo en uno de los países más pobres y esclavistas del mundo (el 74% de su población vive por debajo del umbral de pobreza). Pero ese mismo mundo permanece indiferente porque al parecer no somos capaces o no queremos ver otra salida que el sueño del crecimiento verde, público o privado y participado, es decir, sufragado por quienes aún vivimos y quienes aún no pueden tomar decisiones sobre sus vidas porque, o bien son niños pequeños o aún no han nacido pero ya están endeudados de por vida. Paradójicamente rebajar las exigencias medioambientales es la nueva excusa para promover la “economía verde”, tanto en la implantación de megaproyectos eólicos o fotovoltaicos como en la minería que apuntala su despliegue, con sus infraestructuras de transporte, energéticas, digitales y militares que acompañan una transición abocada al más rotundo de los fracasos si no se puede desplegar desde regímenes casi o abiertamente totalitarios.

El objetivo: favorecer la inversión y subvencionar el cambio de modelo extractivo para beneficio de los grandes fondos de inversión y una clase política cómplice que recoge algunas migajas.

Rebelión y desobediencia, obligaciones morales

En el Congo, cientos de miles de personas trabajan en esta eficiente economía eufemísticamente denominada artesanal, incluidos decenas de miles de los denominados “niños del cobalto” de tan solo cinco o seis años. Los más pequeños cavan en la superficie raspando para recoger lo que pueden y, sobre todo las niñas, tamizan y seleccionan. Cuando consiguen un saco de tierra y piedra tienen que separar las partes que contienen cobalto en charcos de agua pútrida y tóxica. Luego, a medida que crecen, si llegan a adolescentes, pasan a excavar túneles manualmente, lo que requiere más fuerza, pero sin sostenimiento, ventilación o seguridad suelen colapsar y mueren enterrados vivos. Hay decenas de miles de niños y adolescentes que trabajan así junto a sus padres; muchos ya son huérfanos. El libro Cobalto Rojo del profesor de la Academia Británica de ciencias, Siddharth Kara (Ed. Capitán Swing, 2024), relata cientos de experiencias de este tipo que sustentan nuestra transformación digital.

Barcelona es una de las pocas ciudades que ha estudiado el fenómeno de puertas adentro. Unos 3.200 chatarreros o recicladores trabajan para ganar unos 20 euros al día en la recogida de metales. La mayoría son migrantes en situación irregular, casi el 80% africanos sin DNI. La economía circular impulsada desde la UE con dictámenes como el SC/048 sigue siendo tan ignorada por las instituciones como la inestimable labor del reciclado que realizan estas personas marginadas sin vivienda ni derechos laborales. Chatarrerías e intermediarios reaprovechan los cerca de 400 kilos diarios de metales, aluminio, cobre, metales mixtos o acero por una media de 0,19 euros por kilo de hierro o 5,6 euros el de cobre limpio. Son datos del Informe Wastecare de la Universidad de Barcelona, 2024. “¿Estamos dispuestos a tener esclavos para obtener unas mejores tasas de reciclado?”, se pregunta Federico Demaria, profesor de Economía Ecológica de la Universidad de Barcelona y coautor del informe.

No son pocas las voces que intentan frenar semejante injusticia, social y ambiental, pues choca directamente contra los 17 ODS de la malograda Agenda 2030. Afortunadamente, hay un fondo de rebelión ciudadana y contestación popular creciente, también un auge entre la juventud mejor informada de una desobediencia civil que las instituciones intentan ocultar y acallar con mecanismos como la Ley Mordaza. A nivel internacional prosperan los nuevos luditas trabajando en red para detener esta psicópata marea de guerra contra la vida. Grupos comunitarios como la Coalición Alto al Espionaje del LAPD se están organizando para destruir los algoritmos de los programas policiales. La creciente campaña para prohibir el uso gubernamental de software de reconocimiento facial ha obtenido importantes victorias en California, Massachusetts o Alemania. Los trabajadores de Amazon sabotean a su compañía para que deje de vender dicho software a las autoridades. En las calles de Hong Kong, los manifestantes ponen en funcionamiento técnicas para evadir la mirada algorítmica utilizando láseres que confunden a las cámaras de reconocimiento facial o derribando las farolas “inteligentes” equipadas con dispositivos de vigilancia. Les Soulèvements de la Terre de Francia se burlan de la gendarmerie actuando como una masa crítica metamorfoseante. La indiferencia y la falta de radicalidad ante la guerra declarada contra nuestras vidas es una manera de justificar genocidios por mor de un “crecimiento económico”. Pero éste ya no es posible, ni siquiera socavando la base vital que toleramos como aceptable hasta hoy. La rebelión y la desobediencia se han vuelto obligaciones morales para toda criatura que aún se considere humana.

8. Entrevista a Ramzy Baroud.

A veces hemos visto por aquí algún artículo de este periodista palestino que ahora entrevistan en Nueva revolución con un repaso a la situación en Palestina.

https://nuevarevolucion.es/

Ramzy Baroud: “Netanyahu tiene razón, esta será la última guerra en Gaza”
Entrevistamos al periodista palestino-estadounidense Ramzy Baroud. 

Por Tania Lezcano | 2/06/2024

Ramzy Baroud es un periodista palestino-estadounidense. Entre otras cosas, es doctor en Estudios Palestinos por la Universidad de Exeter, consultor de medios, escritor, columnista, editor de Palestine Chronicle (1999-presente), ex editor en jefe del Middle East Eye con sede en Londres, ex editor en jefe de The Brunei Times y ex editor jefe adjunto de Al Jazeera online.

Es autor de seis libros, incluido My father was a freedom fighter, donde cuenta la historia de su padre como combatiente en la resistencia palestina. El más reciente se publicó en 2022, del cual es coeditor junto al historiador israelí Ilan Pappé: Our Vision for Liberation: Engaged Palestinian Leaders & Intellectuals Speak Out.

En esta entrevista, realizada el pasado 28 de mayo, el mismo día en que el gobierno español reconocía el Estado de Palestina, hablamos con Baroud sobre la situación actual, el futuro y el papel que desempeñan los medios de comunicación y la juventud en medio del genocidio.

Tenemos que empezar con la reciente y terrible masacre en Rafah. Israel hizo exactamente lo contrario a lo que le ordenó la Corte Internacional de Justicia (CIJ). ¿Por qué?

Era un mensaje para la Corte Internacional de Justicia. Ahora mismo, todos están tratando de conseguir influencia para recriminar a Israel, para que deje de matar y masacrar a personas inocentes. Sin embargo, no hay que olvidar el contexto de la CIJ. A lo largo de los años ha tomado decisiones extraordinarias en su relación con Israel. Tras la denuncia de Sudáfrica, era la primera vez que la CIJ abría una investigación sobre los crímenes de guerra israelíes, sugiriendo que, efectivamente, tal vez Israel esté cometiendo un genocidio en Gaza. Sin embargo, la CIJ no ordenó a Israel que detuviera sus matanzas, al menos hasta el final de la investigación. Esto dio espacio a Israel y permitió que una vez más se confiara en él para investigar su propio genocidio. Imaginen lo absurdo de este asunto: la CIJ, conociendo muy bien el increíblemente elevado número de muertos en Gaza, la hambruna y la forma en que avanza, diciendo que hay muchas pruebas que sugieren que se está cometiendo un genocidio y, sin embargo, en realidad van al propio Israel y le dicen: “Israel, ¿podrías por favor investigarlo? Y cambiar de rumbo, si es necesario”. Sí, hubo mucha celebración cuando se abrió la investigación en primer lugar. Pero, en lo que respecta al pueblo de Gaza, no supuso ninguna diferencia en su vida cotidiana.

Sin embargo, esta última decisión de la CIJ ha sido diferente. No han dicho que detengan la guerra en todas partes de Gaza, pero, al menos, como punto de partida, han utilizado un lenguaje diferente, ordenando a Israel que se detuviera. Netanyahu tenía dos opciones: detenerse o encontrar una manera de maniobrar políticamente alrededor de la decisión diciendo que en realidad no estaban operando dentro de Rafah, sino en las instalaciones de Rafah. Pero lo que realmente hizo fue la cobardía más extraña y arrogante que podamos imaginar: matar a 45 personas inocentes, incluidos cinco niños que fueron decapitados por los misiles israelíes. Así que este es un desafío muy directo a la CIJ, que Washington y algunos otros aliados aplauden, apoyan o ignoran constantemente.

El otro mensaje fue para el público israelí. Primero, tenemos que entender algo sobre la psicología de Israel. En Israel, cuando la comunidad internacional critica a sus líderes, estos lo utilizan como argumento para decir que son los protectores de Israel. De hecho, los protectores de todo el pueblo judío en todas partes. Así que ese también fue un mensaje para su pueblo. Que están desafiando a la comunidad internacional, la CPI, la CIJ, el Consejo de Seguridad, la Asamblea General, a todos.

Por último, hay que tener en cuenta un elemento de las negociaciones de tregua que se reiniciaron primero en París y luego en Doha (Catar). La delegación israelí había estado sugiriendo que quizá se abrieran a una discusión vinculante sobre un acuerdo de tregua para un alto el fuego permanente. Así que necesitaban sabotear eso antes de que realmente sucediera. ¿Cómo se hace? Se mata a un gran número de civiles y así se presiona a Hamás y a otros para que digan que no pueden hablar con Israel cuando están masacrando a civiles con esta impunidad. Quieren sabotear las conversaciones y culpar también a los palestinos. El propio Netanyahu lo ha calificado de “terrible error”. Si fue un error, ¿por qué regresó 36 horas después y mató a un gran número de palestinos en esa misma zona? ¿Fue realmente un error? Por supuesto que no, fue deliberado. Y ha sido parte de la estrategia israelí desde el principio, utilizando a civiles para tomar represalias contra la resistencia por no conseguir ninguna victoria militar o estratégica sobre el terreno.

Hablando de justicia, ¿cómo ve la posible orden de arresto contra Netanyahu y Galant por la Corte Penal Internacional (CPI)?

Hay algo que debemos recordar acerca de estas instituciones internacionales, y es que son instituciones políticas. Los expertos jurídicos intentan constantemente recordarnos que no hay diferencia entre un palestino, un israelí, un africano o un ucraniano, pero en realidad sí la hay. Por ejemplo, de las 54 órdenes de arresto emitidas contra criminales de guerra o presuntos criminales de guerra desde el inicio de la CPI en 2002, más de 40 de ellas eran africanas, la mayoría de ellos eran del Sur Global. Eso no tiene ningún sentido si lo pensamos. Veamos los crímenes que se cometieron en Irak. Millones de personas murieron en Oriente Medio como resultado de la llamada “guerra contra el terrorismo” de Estados Unidos. Miremos lo que pasó en Afganistán, cuántos países de Europa estuvieron directamente involucrados en todos estos crímenes de guerra que hemos visto y presenciado, pero ninguno de ellos tuvo que rendir cuentas. Por tanto, es una institución puramente política y una institución política occidental.

Por otro lado, durante años los palestinos han estado persiguiendo a la CPI, exigiendo que abriera una investigación por presuntos crímenes de guerra israelíes como potencia ocupante y régimen de apartheid que lleva años y años perpetrando masacres en toda Cisjordania y Gaza. Y la CPI ha estado perdiendo el tiempo, se ha convertido en la organización más burocrática del mundo. Podemos pensar que la burocracia es burocracia, pero recordemos lo que ocurrió contra Rusia. En muy poco tiempo logró emitir órdenes de arresto contra el presidente ruso y otros funcionarios debido a presuntos crímenes de guerra cometidos en Ucrania. Comparemos esto con lo que está pasando en Palestina. Como decía, los palestinos llevan más de diez años persiguiendo al tribunal. Y cada vez se retrasó la solicitud por diferentes razones: por no ser miembro de pleno derecho, porque había países que no reconocían ese estatus, etc. Llevan retrasando el caso palestino durante más de una década. Y ahora, sumado a todo esto, se está cometiendo un genocidio absoluto. Incluso lo admite la CIJ, lo que coloca a la CPI en una situación imposible.

De hecho, debemos fijarnos en las palabras del fiscal, Karim Khan, que ha estado retrasando intencionadamente el caso palestino y no lo ha movido en absoluto desde la partida de Fatou Bensouda en 2021, quien finalmente había abierto una investigación. Por cierto, el periódico británico The Guardian ha revelado hoy que el jefe del Mosad israelí amenazó personalmente a Bensouda para que cerrara la investigación o su propia familia resultaría dañada. Esto no lo digo yo, es The Guardian, basado en informes de filtraciones. Entonces llegó Karim Khan y congeló por completo la investigación. No pasó nada. Hasta que se produce el genocidio. Y en lugar de ir a Gaza, Karim Khan va a Israel y se reúne con las familias de los prisioneros y las víctimas. Lo que está pasando ahora es que la ira por lo que está ocurriendo en la CPI, la CIJ, el Consejo de Seguridad, Estados Unidos, Bruselas, Europa, y todo el fracaso moral y político colocan a la CPI ante una tarea imposible: o continúa ignorando el genocidio absoluto que está teniendo lugar en Gaza, simplemente finge que no existe, destruyendo su credibilidad para siempre; o emite posibles órdenes de arresto. Y eso es lo que pasó. Pero si escuchamos el lenguaje de Karim Khan, enumeró a los palestinos antes que a los israelíes, había tres palestinos a los que se solicitaba arrestar y solo dos israelíes. Además, la Associated Press (AP) emitió un informe un par de días después de su afirmación, diciendo que no hay absolutamente ninguna evidencia de que se hayan producido violaciones. Aun así, Karim Khan dijo: “Según el informe médico, concluimos que efectivamente se han producido violaciones”. Y, después de todo eso, pidió dos israelíes. E incluso antes de que pidiera el arresto de los dos israelíes, él también añadió la excusa de que Israel tiene derecho a defenderse. No usa la palabra “genocidio”, usa la palabra “exterminio”, y así sucesivamente. Así que somos muy cautelosos con respecto a lo que la CPI está haciendo en este momento. Pero, aun así, queremos mantener la presión para que se emita una orden de arresto y sea aplicada.

Netanyahu dijo que esta será la última guerra en Gaza, la definitiva tras acabar con Hamás completamente. En uno de sus vídeos más recientes, usted dice que está de acuerdo en que será la última. ¿Por qué?

Sí, será la última guerra porque Israel es una sociedad colonizadora formada por colonos. Esta no es una noción académica. Es una noción cotidiana. Israel, antes de su existencia en mayo de 1948, no existía como Estado. No había ningún registro histórico de la existencia de Israel antes de esa fecha, a pesar de que les gustaría incluir a Dios y la religión. Pero en realidad no existió y ahora existe como un Estado colonial, fue la extensión del colonialismo británico en esa zona. De modo que la historia de Israel está vinculada al colonialismo occidental. Para que un Estado colonial siga existiendo como tal, significa que tiene que estar en un estado constante de expansión. Sin esa expansión, ya no cumplirá el papel que se le ha asignado en la historia. Para que se produzca la expansión, Israel tendría que tener un poder militar superior a todos, que de ninguna manera obstaculice su capacidad para expandirse, según lo considere adecuado para sus propios intereses, para su propio crecimiento económico, etc.

Bill Clinton se refirió a esto durante su presidencia, en los años 90, como la ventaja militar. Israel siempre debe tener ventaja militar sobre los árabes. ¿Por qué? Ahora dicen que para defenderse, pero ¿defenderse de quién? Israel es quien está en estado de agresión. ¿Cómo podría un Estado que se encuentra en estado de agresión estar también en estado de autodefensa? ¿Todo al mismo tiempo? No tiene sentido. De modo que Israel necesita el poder militar para proteger sus intereses como Estado colonial. Y lo ha conseguido. Marginó a Egipto después de los acuerdos de Camp David e intimida por completo a todos los demás. Y cuando llega el momento, va a Gaza. La estrategia militar israelí es cortar el césped. Vamos a Gaza y deterioramos —y este no es mi lenguaje, es su lenguaje— sus capacidades militares. Se trata de llevar a Gaza al punto de partida. Lo hicieron en 2008-2009, 2012, 2014, 2021 y 2022. Y, de nuevo, esperaban que sucediera lo mismo. Pero no ha sido así, ha ocurrido lo contrario. Su gobierno y su ejército están siendo devastados en Gaza. Y daré un ejemplo. Si visitamos algún sitio web militar o grupo de expertos que hablan sobre las capacidades militares de Israel antes del comienzo de la guerra, encontraremos que tenían 2.150 tanques Merkava. Son el orgullo y el tesoro de la maquinaria militar israelí y los han estado exportando a todo tipo de países en todo el mundo. De esos 2.150, solo 1.500 pueden operar actualmente. Sabemos que más de 1.500 tanques Merkava israelíes han sido completamente destruidos o dañados total o parcialmente desde el comienzo de la guerra.

¿Cuándo podrá Israel volver a hacer lo que ha hecho: reconstruir su ejército, conseguir apoyo internacional en torno a su guerra, hacer que el mundo vuelva al punto de partida e ir a cometer otro genocidio en Gaza? Netanyahu tiene razón: sabe que esta es su única oportunidad. Cuando la guerra termine, terminará para siempre. Mis predicciones son que van a ir a por Cisjordania, porque la resistencia allí está aislada y no es tan fuerte como en Gaza. No se atreven a atacar Líbano, saben que esa guerra estará perdida. No se atreven a regresar a Gaza. Así que van a ir a por Cisjordania y posiblemente el Mosad llevará a cabo algún asesinato de activistas palestinos que viven en el extranjero para renovar su sensación de poder. Pero Gaza como frente de guerra habrá terminado para Israel, al menos durante mucho tiempo. En el momento en que termine la guerra, no importa cuál sea la situación en Gaza, incluso si la mitad de Gaza desaparece, habrá gente allí celebrando su victoria. Y en el momento en que eso ocurra, marcará el comienzo de un nuevo tipo de relación entre Israel y los palestinos. Y esta nueva relación se va a basar en la máxima de que la guerra ya no es una opción, su ventaja militar ya no le permitirá obtener los resultados políticos y estratégicos deseados. Y para un Estado colonial, se acabó el juego. Porque una vez que llegas a esa conclusión, tienes que aceptar que necesitas encontrar una manera de convivir con tus vecinos, porque no puedes expandirte.

Pasemos ahora a los medios de comunicación. Desde el principio, los medios occidentales han utilizado palabras como “guerra” o “evacuación” incluso cuando importantes expertos de las organizaciones internacionales hablaban de “genocidio” o “desplazamiento forzado”. ¿Hasta qué punto los medios son cómplices necesarios del genocidio?

Definitivamente son cómplices del genocidio. Pero permítanme culparnos primero. Tenemos una idea errónea sobre el papel de los medios. Construimos nuestra visión de los principales medios corporativos como si, por definición, debieran dedicarse a decir siempre la verdad. Creemos que deberían respetar las reglas de la libertad de expresión, etc. Pero los principales medios corporativos nunca se crearon para esa función. Rupert Murdoch no invierte miles de millones de dólares para crear organizaciones de medios en todo el mundo dedicadas a la moral y la ética. Lo hace porque quiere avanzar y quiere apoyar a quienes le están ayudando en su búsqueda financiera para construir un imperio más grande. Si es necesario apoyar el genocidio en Irak, lo hará. Si es necesario apoyar el genocidio en Afganistán, lo hará. Y recordemos que, antes de que en Europa se definiera el fascismo, en realidad se llamaba corporativismo. Porque existió para garantizar que las corporaciones tuvieran absoluta supremacía y control sobre los recursos. El fascismo es el componente político del corporativismo que surgió con el tiempo. De modo que los medios corporativos están dedicados a la supremacía total y los intereses de quienes los financian y de quienes los apoyan políticamente. Noam Chomsky habla brillantemente sobre esto en su libro Los guardianes de la libertad. Antonio Gramsci, el intelectual italiano antifascista, habla de hegemonía cultural. Eso es lo que es. Los medios corporativos están dedicados a la hegemonía cultural. Tratan de hacernos pensar que los agresores son los que están en estado de autodefensa y las pobres víctimas palestinas en Gaza son los terroristas. Siempre han existido para esto.

Ahora, un genocidio en Gaza no va a cambiar la relación, no va a redefinir la existencia misma de los medios corporativos, no tendría sentido. Dejarían de existir si redefinieran su papel en esta ecuación. Por lo tanto, y es por lo que digo que nos culpo, en lugar de asumir inmediatamente que los principales medios de comunicación van a adoptar plenamente ese papel, debemos crear nuestros propios canales alternativos de medios independientes para equilibrarlo. Seguimos centrándonos en los principales medios de comunicación, como si se supusiera que deben decir la verdad. La buena noticia es que esto está cambiando, y lo hace gracias a personas como ustedes, pero también a millones de jóvenes que utilizan las redes sociales y otras formas de comunicar el mensaje. Y es por eso que la masa crítica finalmente se ha inclinado a favor de los palestinos. Por eso, finalmente logramos, y creo que por primera vez en la historia moderna, inclinar la balanza por completo a favor de la víctima y desafiar a los principales medios de comunicación a pesar de cada atrocidad, cada mentira, cada engaño, todo lo que han hecho: desde la decapitación de bebés hasta las violaciones masivas en Israel, pasando por la acusación de que Israel estaba en estado de autodefensa y todo lo demás. Hemos logrado revertir esto. Y rezo para que así sea permanentemente, pero para que así sea debemos mantener la presión, debemos seguir creando nuestras propias plataformas que les hagan comprender que la relación entre la audiencia y los medios se ha invertido para siempre.

A pesar de los medios, actualmente se están produciendo históricas protestas en Estados Unidos. ¿Qué efectos cree que tendrán estas protestas en el país o, por ejemplo, en las elecciones de noviembre?

Es terrible que Netanyahu haya prolongado la guerra tanto tiempo porque cada día aumenta el número de palestinas y palestinos masacrados. Pero, al hacerlo, sin darse cuenta, ha ayudado a cimentar la comprensión global de lo que está sucediendo en Palestina. Sin esta duración, habría sido otra guerra como las que ocurrieron en 2008-2009, 2012, 2021, solo otra guerra, en la que nada cambia, quien apoya a un bando sigue apoyando al mismo. Pero, debido a que ha prolongado esta guerra, ha permitido que la masa de gente creciera desde un pequeño número de activistas hasta este movimiento global, donde personas comunes y corrientes que quizás ni siquiera están involucradas en política han tomado conciencia de lo que está sucediendo en Rafah, en Gaza, en Khan Younis. Y el movimiento global finalmente ha llegado a Estados Unidos. Ayer estuve en una protesta que en realidad inició mi hijo aquí, en Seattle (Washington). Inspirándose en un grupo de niños en las redes sociales, querían ir y hacer algo. Esperaban que asistieran unas 50 personas, apenas entregaron unas cuantas octavillas. Sin embargo, miles de personas acudieron al centro de Seattle, celebridades importantes, entre ellas Macklemore, el famoso rapero, que es de aquí, compartiendo información al respecto en las redes sociales.

Pero lo que también me pareció interesante es que mientras marchábamos por las calles había gente que venía de las tiendas, de las cafeterías y restaurantes, coreando por Gaza. No son activistas, no están involucrados en nada. No les informaron de que habría una protesta por Gaza. Y se unieron, a pesar de que la protesta prácticamente cerró el centro de Seattle y afectó a sus negocios de manera negativa. No hubo ni una sola queja de que los dueños de restaurantes corearan “Free free Palestine”. Vine a Seattle por primera vez en el año 1994 y estoy muy familiarizado con el tipo de pensamiento y cultura de esta sociedad. No solo nunca antes había presenciado algo como esto, sino que nunca esperé presenciarlo.

Ahora apliquemos esto a todos los rincones de Estados Unidos y del mundo. Y, por supuesto, la juventud liderará este movimiento, porque suele ser la que tiene más motivación moral, es más idealista, más organizada, tiene sus campus, que sirven como plataformas de comunicación, y no está en deuda con el poder de los medios corporativos, volviendo a la pregunta anterior. Los jóvenes no se sientan a ver Fox News ni de día ni de noche. No ven la televisión, no poseen pantallas de televisión. Tienen sus teléfonos, siguen las novedades en Instagram y las redes sociales. Y por eso no se corrompen. No sienten que tengan que revertir este ciclo masivo de propaganda que se ha construido en todo Estados Unidos gracias a los principales medios corporativos. Por eso son puros, están enfadados y están bien organizados. Y salen y protestan en masa.

Y Biden, si realmente se preocupara tanto por su país, al menos diría: “¿Sabéis qué? Tal vez no esté de acuerdo con vosotros, pero estoy orgulloso de esta generación. Al menos me iré de este mundo sabiendo que dejé atrás unos Estados Unidos que representan algo”. Sin embargo, salió la primera vez y los condenó como antisemitas y racistas. Imaginemos cuán horroroso es este cisma que existe entre las clases dominantes de Estados Unidos y la gente común y corriente. Existía de antes, pero ahora se está ampliando. ¿Tendrá impacto en las elecciones? Estoy seguro de que lo tendrá. No solo porque estemos juzgando en base a esta evidencia racional que tenemos ante nosotros, sino también porque, cuando tuvieron lugar las primarias del Partido Demócrata, cientos de miles de personas escribieron en sus papeletas que estaban en contra de la guerra de Gaza, Palestina libre, Gaza libre, indeciso, contra Biden. Todas estas cifras incluso se duplicarán o triplicarán para cuando lleguen las elecciones de noviembre, que serán muy disputadas, posiblemente las elecciones más disputadas en la historia de este país.

El gobierno español acaba de reconocer el Estado de Palestina junto a Irlanda y Noruega. Sin embargo, no ha roto ningún tipo de relación con Israel. ¿Tendrá algún efecto real el reconocimiento?

La respuesta es sí y no. Creo que tenemos que distinguir entre reconocer el Estado de Palestina y la solución de los dos Estados. No creo que sea posible una solución de dos Estados. No creo que proporcione ni siquiera la mínima cantidad de justicia para el pueblo palestino. Pero sigo apoyando el reconocimiento de un Estado palestino porque va en contra de la trayectoria política impulsada por Israel, Estados Unidos y algunos otros, que consiste en negar completamente a los palestinos, no solo un Estado, sino cualquier sentido de reconocimiento. En los últimos años, comenzando con Trump —pero también continuó con Biden—, cuando Trump reconoció los asentamientos judíos ilegales en Cisjordania como si fueran legítimos, la ocupación israelí de los Altos del Golán como si fuera legítima, la anexión de Cisjordania como si fuera legítima, y también la normalización entre Israel y los árabes saltando completamente por encima de los palestinos como si no existieran, como si no fueran una entidad política con capacidad política alguna.

Entonces viene España y dice: “No, el pueblo palestino sí existe y yo reconozco el Estado de Palestina”. En lo que respecta a España, ha desafiado por completo esa campaña y trayectoria política que han impulsado los estadounidenses bajo Jared Kushner, Trump, etc. Con esto, España afirma que el palestino es un pueblo legítimo, una nación, está reconocido por el derecho internacional y tiene derecho a tener aspiraciones políticas. Así que creo que es un paso muy importante. ¿Detendrá el genocidio? No, no detendrá por sí solo un genocidio ni será siquiera un componente para lograrlo. Pero definitivamente envía un mensaje a Israel, que el péndulo está girando, que ellos pensaron que habían llegado al final del proceso, al final de su campaña de colonialismo, descartando por completo la existencia misma del pueblo palestino, sus derechos e historia, su lengua y su cultura. No, vamos a regresar, como si nada hubiera cambiado, a junio de 1967.

Pero, dicho esto, hay que seguir otros pasos significativos. Aprecié especialmente la declaración de la vicepresidenta segunda de España, la que hacía referencia a “del río al mar”. Creo que esta es una declaración extremadamente valiente. Y no solo una declaración valiente contra Israel, sino también contra Estados Unidos y contra quienes intentan controlar cómo se nos permite percibir nuestra relación con Palestina y el pueblo palestino. Felicitaciones a España, pero también felicitaciones a las organizaciones activistas, a la sociedad civil, a los políticos y a los parlamentarios que han trabajado tan duro a lo largo de los años para lograr este momento. Porque lo que España está diciendo a Estados Unidos, junto con Irlanda y Noruega y otros, es que van a seguir adelante sin ellos. Porque todo el entendimiento sobre lo que está pasando en Palestina y el llamado proceso de paz y la solución de dos Estados se ha basado en que cualquier reconocimiento de Palestina tendría que ocurrir después de que las dos partes se sentaran juntas y lograran algún tipo de acuerdo negociado. Solo entonces en Europa quizá se permitiría reconocer el Estado palestino. El problema es que hay un lado que está exterminando activamente, en palabras del propio Karim Khan, al otro lado. Entonces, no hay negociación, no hay horizonte político que pueda surgir de esto. Por lo tanto, nosotros, como gobiernos europeos, decidimos que Palestina existe. Y reconocemos el Estado de Palestina.

Así que creo que esto es muy importante, especialmente cuando va seguido de una acción más fuerte por parte de la propia España, lo que significa cortar los lazos con Israel. Vaticino que este será uno de esos momentos. Y soy historiador, así me gano la vida. En la historia siempre hay un momento en el que los gobiernos, las entidades y los individuos miran hacia atrás y tratan de negociar su relación con el pasado. Y hay quienes van a decir, como Alemania, que siguen financiando el genocidio israelí, a pesar de que la CIJ y la CPI han dicho que se ha producido genocidio o exterminio en Palestina. Y hay países como España que van a decir: “Yo me levanté contra el genocidio y reconozco el Estado de Palestina”. Este será un momento de orgullo en la historia de las futuras generaciones de españolas y españoles. Pero la pregunta es: ¿Puedes realmente seguir adelante? ¿Puedes marcar el camino y llevarnos a un nivel completamente nuevo de orgullo no solo al decir eso, sino también al cortar los lazos con el Estado de Israel? Creo que España puede hacerlo.

Terminamos con una pregunta muy básica. Para quienes todavía hablan de los dos Estados, ¿por qué no son posibles?

La idea de dos Estados surgió con la idea de que hay dos grupos separados de personas que viven en dos entidades separadas. Y uno de ellos merece tener un sentido de nación, aspiraciones políticas que culminen al final con el anuncio de un Estado y una bandera. Pero la demografía de Palestina no lo permite. Una de las mayores masas de palestinos, más de dos millones, vive dentro de Israel. Son ciudadanos de segunda, tercera o cuarta clase. Se les niegan todos sus derechos nacionales, se les maltrata y son víctimas del racismo, la discriminación y el apartheid dentro de Israel. Luego tenemos más de medio millón de colonos judíos israelíes que se trasladaron ilegalmente a Cisjordania. También están millones de refugiados palestinos como yo, que no somos de Cisjordania, Jerusalén ni Gaza, somos del interior, de lo que hoy es Israel. Mi problema no se solucionará si Gaza se convierte en un Estado que tenga una bandera. Mi condición de refugiado, mi derecho a regresar, que está protegido como inalienable por el derecho internacional, solo puede satisfacerse si regreso a mi pueblo, a mi ciudad en Palestina.

Por lo tanto, tenemos esta demografía mixta en la que, si Palestina existe como Estado en Cisjordania y Gaza, los millones de palestinos que pertenecen a otro lugar nunca recibirán ningún tipo de justicia. Y confirmará aún más la idea de que Israel tiene derecho a existir como Estado judío. ¿Pero no es esto lo que nos metió en este lío en primer lugar? ¿No es este tipo de supremacía chovinista racial lo que nos metió en este lío? ¿Por qué deberíamos permitir un resultado político, especialmente después de este genocidio, que le diga a un grupo de personas que es superior a los demás? Habrá quien diga que son superiores en su propia tierra. No, no son superiores en su propia tierra, son superiores en una tierra donde tendrán un tercio de la población compuesta de árabes musulmanes y cristianos. ¿Qué pasará con estas personas y qué pasará con los millones de refugiados que pertenecen a esa tierra? Lo que buscamos en Palestina es una solución de supuestos completos. Durante muchos años hemos evitado hablar y ser honestos con nosotros mismos en cuanto a que la solución a la ocupación militar es el fin de la ocupación militar, la solución al apartheid es el desmantelamiento del apartheid, la solución al racismo es acabar con el racismo. Si marcamos estas tres casillas, ya no tendremos ningún problema en Palestina o Israel. Pero seguir hablando de la solución de dos Estados es simplemente evitar la raíz del problema, lo que originó todo.

9. Cada presidente, más cerca del Armagedón

Sachs no es en absoluto santo de mi devoción, pero espero que cale el mensaje de que hace falta más sensatez en la presidencia de los EEUU. https://globalter.com/

Presidentes que apuestan por el Armagedón nuclear

Cada uno de los últimos cinco presidentes, tanto demócratas como republicanos, nos ha acercado al borde del abismo. Necesitamos desesperadamente líderes con un don para la paz que puedan conducir a la nación, y al mundo, hacia un futuro más seguro y menos peligroso.

JEFFREY D. SACHS

La tarea primordial de cualquier presidente estadounidense es mantener a salvo a la nación. En la era nuclear, eso significa principalmente evitar el Armagedón nuclear. La imprudente e incompetente política exterior de Joe Biden nos está acercando a la aniquilación. Se une a una larga y poco distinguida lista de presidentes que han jugado con el Armagedón, incluido su inmediato predecesor y rival, Donald Trump.

Actualmente se habla de guerra nuclear en todas partes. Los líderes de los países de la OTAN piden la derrota e incluso el desmembramiento de Rusia, mientras nos dicen que no nos preocupemos por las 6.000 cabezas nucleares rusas. Ucrania utiliza misiles suministrados por la OTAN para derribar partes del sistema ruso de alerta temprana de ataques nucleares dentro de Rusia. Mientras tanto, Rusia realiza ejercicios nucleares cerca de su frontera con Ucrania. El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dan luz verde a Ucrania para que utilice las armas de la OTAN para golpear territorio ruso, según lo considere oportuno un régimen ucraniano cada vez más desesperado y extremista.

Estos líderes descuidan, por nuestra cuenta y riesgo, la lección más básica del enfrentamiento nuclear entre Estados Unidos y la Unión Soviética en la Crisis de los Misiles de Cuba, tal y como nos la contó el presidente John F. Kennedy, uno de los pocos presidentes estadounidenses de la era nuclear que se tomó en serio nuestra supervivencia. Tras la crisis, Kennedy nos dijo a nosotros, y a sus sucesores: Por encima de todo, al tiempo que defendemos nuestros propios intereses vitales, las potencias nucleares debemos evitar aquellas confrontaciones que llevan a un adversario a elegir entre una retirada humillante o una guerra nuclear. Adoptar ese tipo de actitud en la era nuclear sólo demostraría la bancarrota de nuestra política, o un deseo colectivo de muerte para el mundo”.

Sin embargo, esto es exactamente lo que Biden está haciendo hoy, llevando a cabo una política insolvente y temeraria.

La guerra nuclear puede surgir fácilmente de una escalada de la guerra no nuclear, o de un líder exaltado con acceso a armas nucleares que decida un primer ataque sorpresa, o de un grave error de cálculo. Esto último estuvo a punto de ocurrir incluso después de que Kennedy y su homólogo soviético Nikita Khrushchev hubieran negociado el fin de la Crisis de los Misiles de Cuba, cuando un submarino soviético inutilizado estuvo a punto de lanzar un torpedo con punta nuclear.

La mayoría de los presidentes, y la mayoría de los estadounidenses, no tienen ni idea de lo cerca que estamos del abismo. El Boletín de Científicos Atómicos, fundado en 1947 en parte para ayudar al mundo a evitar la aniquilación nuclear, estableció el Reloj del Juicio Final para ayudar al público a comprender la gravedad de los riesgos a los que nos enfrentamos. Los expertos en seguridad nacional ajustan el reloj en función de lo lejos o cerca que estemos de la «medianoche», es decir, de la extinción. Hoy en día, el reloj está a sólo 90 segundos de la medianoche, lo más cerca que ha estado nunca en la era nuclear.

El reloj es una medida útil para saber qué presidentes lo han «entendido» y cuáles no. La triste realidad es que la mayoría de los presidentes han jugado temerariamente con nuestra supervivencia en nombre del honor nacional, o para demostrar su dureza personal, o para evitar los ataques políticos de los belicistas, o como resultado de la pura incompetencia. Según un recuento simple y directo, cinco presidentes han acertado, alejando el reloj de la medianoche, mientras que nueve nos han acercado al Armagedón, incluidos los cinco más recientes.

Truman era presidente cuando se inauguró el Reloj del Juicio Final en 1947, a 7 minutos de la medianoche. Truman avivó la carrera armamentística nuclear y dejó el cargo con el reloj a sólo 3 minutos de la medianoche. Eisenhower continuó la carrera armamentística nuclear, pero también entabló las primeras negociaciones de la historia con la Unión Soviética sobre desarme nuclear. Cuando dejó el cargo, el reloj marcaba 7 minutos para la medianoche.

Kennedy salvó al mundo razonando con frialdad durante la Crisis de los Misiles de Cuba, en lugar de seguir los consejos de los exaltados asesores que pedían la guerra (para un relato detallado, véase la magistral obra de Martin Sherwin Gambling with Armageddon, 2020). En 1963 negoció con Jruschov el Tratado de Prohibición Parcial de Pruebas Nucleares. En el momento de su muerte, que bien pudo haber sido un golpe de estado resultante de la iniciativa de paz de Kennedy, JFK había retrasado el reloj a 12 minutos de la medianoche, un logro magnífico e histórico.

No iba a durar. Lyndon Johnson no tardó en escalar en Vietnam y volvió a retrasar el reloj hasta sólo 7 minutos para la medianoche. Richard Nixon alivió las tensiones tanto con la Unión Soviética como con China, y concluyó el Tratado de Limitación de Armas Estratégicas (SALT I), retrasando de nuevo el reloj a 12 minutos de la medianoche. Sin embargo, Gerald Ford y Jimmy Carter fracasaron en su intento de conseguir el SALT II, y Carter, de forma fatídica e imprudente, dio luz verde a la CIA en 1979 para desestabilizar Afganistán. Cuando Ronald Reagan asumió el poder, el reloj marcaba sólo 4 minutos para la medianoche.

Los 12 años siguientes marcaron el final de la Guerra Fría. Gran parte del mérito se debe a Mijaíl Gorbachov, que pretendía reformar política y económicamente la Unión Soviética y poner fin al enfrentamiento con Occidente. Pero el mérito también se debe a Reagan y a su sucesor George Bush, padre, que trabajaron con éxito con Gorbachov para poner fin a la Guerra Fría, lo que a su vez fue seguido por el fin de la propia Unión Soviética en diciembre de 1991. Cuando Bush dejó el cargo, el reloj del Juicio Final marcaba 17 minutos para la medianoche, la hora más segura desde el comienzo de la era nuclear.

Lamentablemente, el sistema de seguridad estadounidense no podía aceptar un «sí» por respuesta cuando Rusia dijo rotundamente sí a unas relaciones pacíficas y de cooperación. Estados Unidos necesitaba «ganar» la Guerra Fría, no sólo ponerle fin. Necesitaba declararse y demostrar que era la única superpotencia del mundo, la que escribiría unilateralmente las reglas de un nuevo «orden basado en normas» liderado por Estados Unidos. Por lo tanto, después de 1992, Estados Unidos lanzó guerras y amplió su vasta red de bases militares a su antojo, ignorando firme y ostentosamente las líneas rojas de otras naciones, con el objetivo de hacer retroceder humillantemente a sus adversarios nucleares.

Desde 1992, todos los presidentes han dejado a Estados Unidos y al mundo más cerca de la aniquilación nuclear que su predecesor. El Reloj del Juicio Final marcaba 17 minutos para la medianoche cuando Clinton llegó al poder, pero sólo 9 minutos cuando lo dejó. Bush redujo el reloj a sólo 5 minutos, Obama a 3 minutos y Trump a sólo 100 segundos. Ahora Biden ha reducido el reloj a 90 segundos.

Biden ha llevado a Estados Unidos a tres crisis fulminantes, cualquiera de las cuales podría acabar en Armagedón. Al insistir en la ampliación de la OTAN a Ucrania, en contra de la brillante línea roja de Rusia, Biden ha impulsado repetidamente la humillante retirada de Rusia. Al ponerse del lado de un Israel genocida, ha avivado una nueva carrera armamentística en Oriente Próximo y un conflicto en Oriente Próximo en peligrosa expansión. Al burlarse de China por Taiwán, que Estados Unidos reconoce ostensiblemente como parte de una sola China, está invitando a una guerra con China. Trump también ha agitado la olla nuclear en varios frentes, de forma flagrante con China e Irán.

Washington parece tener una sola mente en estos días: más financiación para las guerras en Ucrania y Gaza, más armamento para Taiwán. Nos acercamos cada vez más al Armagedón. Las encuestas muestran que el pueblo estadounidense desaprueba abrumadoramente la política exterior de Estados Unidos, pero su opinión cuenta muy poco. Tenemos que gritar por la paz desde todas las colinas. La supervivencia de nuestros hijos y nietos depende de ello.

Jeffrey D. Sachs es director del Centro para el Desarrollo Sostenible de la Universidad de Columbia (EEUU) y presidente de la Red de Soluciones de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Ha sido asesor de tres secretarios generales de la ONU.

Observación de Antonio Ruiz:
Lo que expone tiene suma importancia en este momento. Los medios europeos no mencionan el acto del sábado atacando los radares de «alerta temprana» rusos, es decir: dejar a Rusia sin saber si el ataque era nuclear o no. Cualquier belicista loco tenía justificación para responder con armas nucleares. Estos dirigentes seniles e incapaces están provocando a Rusia todos los días para justificar una guerra mundial que puede ser nuclear. Mientras, los medios europeos no informan nada a sus pueblos. Tal servilismo informativo ante un caso grave, jamás lo había visto.
El escrito, no lo dice todo, pero sí lo suficiente para su difusión.

Autor: admin

Profesor jubilado. Colaborador de El Viejo Topo y Papeles de relaciones ecosociales.

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