Miscelánea 4/VI/2024

Del compañero y miembro de Espai Marx, Carlos Valmaseda.
1. Los riesgos de una escalada.
2. El funcionamiento del Parlamento Europeo.
3. Situación en Kanaky.
4. Armas rusas y occidentales.
5. ¿Portaaviones tocado?
6. Entrevista a Enric Tello.
7. El marco Pilko.
8. Resumen de la guerra en Palestina, 3 de junio.
9. La experiencia comunista austriaca.

1. Los riesgos de una escalada

Tomaselli también analiza la escalada militar que está intentando la OTAN en Ucrania, a pesar de los riesgos evidentes que eso tiene. https://giubberossenews.it/

LA ESTRATEGIA DE PATEAR LA LATA Por Enrico Tomaselli

Se ha dicho muchas veces, en estas páginas, que Estados Unidos -y la OTAN- se enfrentaron al conflicto con Rusia en Ucrania, con una idea general de lo que esperaban sacar de él, pero sin una estrategia real (en todos los ámbitos, no sólo el militar) para lograrlo. Algunos se han lamentado de la ausencia de un plan B, pero en realidad el verdadero problema era, y es, la ausencia de un plan A… Esto se ha examinado muchas veces, y desde muchos frentes, tratando de entender las razones – que, en última instancia, se pueden resumir en una sola cuestión: subestimación del enemigo, y sobreestimación de uno mismo.

Si el objetivo hubiera sido la desvinculación de Europa (Alemania) y la Federación Rusa, esto sólo podría haber tenido la intención de debilitar a ambas, pero está demasiado claro que este diseño sólo funcionó a medias: afectó a los amigos, pero sólo melló al enemigo. Es más, según la lógica imperial fundamental de divide y vencerás, incluso resultó contraproducente: tras el conflicto, de hecho, se estableció una alianza muy firme entre todos los principales países hostiles a Estados Unidos, y en particular -lo más importante- entre Rusia y China.

Excluyendo que alguien en Washington pudiera pensar alguna vez en derrotar a Rusia en el campo de batalla, y más aún utilizando el proxy ucraniano, el único objetivo militar que el Occidente colectivo podía fijarse de forma realista era el del desgaste. Entablar con Moscú un conflicto lo suficientemente largo y duro como para obligar al enemigo a consumir una parte significativa de su capital humano, industrial y económico.

Aunque no hacía falta ser von Clausewitz para darse cuenta de que incluso este objetivo mínimo era poco realista (como de hecho muchos de nosotros hemos argumentado desde el principio), esto quedó absolutamente claro tras el estrepitoso fracaso de la contraofensiva ucraniana en el verano de 2023. A partir de entonces, dentro del establishment político-militar estadounidense, la idea de la retirada empezó a tomar fuerza.

Dado que la guerra no sólo no se podía ganar, sino que con toda probabilidad se perdería tarde o temprano, se hizo necesario emprender un camino que la prolongara lo más posible y que diera a Estados Unidos una salida, al menos sustancial.

Para ello, Washington pensó básicamente que lo mejor y más lógico era pasar la patata caliente a los europeos, algunos de los cuales, además, ya estaban compitiendo por un papel más destacado.

Por supuesto, aunque EEUU sea un imperio, esto no significa que haya también un emperador, capaz de decidir e imponer sus decisiones; la articulación del poder imperial es mucho más compleja, e implica la coexistencia de diferentes líneas de pensamiento y acción, cuyo peso en las decisiones del país varía en función de una serie de factores internos y externos. En consecuencia, ni siquiera las líneas de actuación estadounidenses en Ucrania son siempre unívocas y coherentes.
Un ejemplo de esta doble vía puede verse estos días. Cuando se planteó la cuestión de si autorizar o no el uso de armas occidentales para golpear profundamente en territorio ruso, varios países europeos (con la evidente 
aportación estadounidense) acabaron alineándose con el consenso, mientras que Estados Unidos adoptó una postura aparentemente más moderada.

Pero la falta de una verdadera estrategia, que tenga en cuenta tanto el contexto político internacional como la situación en el campo de batalla, corre el riesgo, por una parte, de frustrar cualquier iniciativa y, por otra, de conducir el conflicto hacia un punto sin retorno, más allá del cual se abre el abismo de la guerra nuclear.

Desde el punto de vista occidental, el aspecto militar es de enorme importancia, y nada favorable. En primer lugar, como se puso especialmente de manifiesto durante la contraofensiva de Kiev, pero de hecho desde el comienzo de la guerra, las armas occidentales no han servido para nada. No sólo nunca han sido capaces de cambiar el rumbo del conflicto, sino que en conjunto tampoco han sido capaces de reequilibrarlo. La destrucción gradual de las fuerzas armadas ucranianas ni siquiera se ha frenado. Y al mismo tiempo, esto ha servido para exponer tanto la absoluta insuficiencia de la producción industrial bélica de todo Occidente (incomparablemente inferior a la de Rusia) como las innumerables limitaciones de los cacareados sistemas de armamento de la OTAN.

En este marco, la Alianza Atlántica debe idear constantemente algo que sea capaz, al menos por un tiempo, de aplazar la redde rationem. Y éste es el caso, precisamente, del suministro de armas de medio y largo alcance, y/o de la autorización para utilizarlas para golpear suelo ruso.

La lógica subyacente es que, en el mejor de los casos, esto acabará convenciendo a Moscú de que es mejor llegar a un acuerdo, incluso en el extremo inferior de la escala con respecto a la situación sobre el terreno, para evitar los peligros de esta continua espiral de escalada; en el peor, que obligará a Rusia a alejar cada vez más la línea del frente de su frontera, lo que conducirá inevitablemente a una prolongación del conflicto, y por tanto -una vez más- a mayores costes que asumir.

Sin embargo, todo esto tiene una serie de limitaciones importantes, de las que los estrategas estadounidenses parecen no  ser conscientes. Tanto los dirigentes estadounidenses como los europeos, de hecho, parecen ser presa de lo que Pepe Escobar ha llamado con acierto el éxtasis occidental [1]. ¿Cómo podría definirse, de hecho, sino como un «estado de aislamiento y evasión total de la realidad circundante del individuo completamente absorbido por un único objeto»?

La primera limitación, la más evidente, es que no existe ningún sistema de armas capaz, por sí solo, de cambiar el destino del conflicto. Si, por supuesto, el suministro de misiles de medio y largo alcance se materializara al menos en una medida significativa (y sabemos que los costes, los plazos de producción y las existencias actuales militan a favor de una cantidad limitada), esto podría crear problemas a la maquinaria bélica rusa, pero no afectaría en absoluto a la ucraniana, que en cambio está cada día más cerca del colapso, y por causas totalmente distintas. Además, una creciente agresividad de la OTAN, capaz de golpear en suelo ruso en mayor medida de lo que ya lo hace, acabaría inevitablemente fomentando un clima de movilización patriótica, que se reflejaría favorablemente en una posible movilización militar posterior.
El problema para las Fuerzas Armadas de Kiev es la disponibilidad de personal entrenado y con experiencia en combate (así como, secundariamente, de suficientes medios blindados de movilidad).

Ya hoy, el Estado Mayor ucraniano está enviando al frente, en las zonas de mayor crisis, a soldados con sólo unos días de entrenamiento -esencialmente, por tanto, mera carne de cañón, pero cuya pérdida se resta a la futura capacidad de combate. Éste, y no otro, es el problema al que tiene que enfrentarse el ejército ucraniano; y es un problema que la OTAN no puede resolver, no sólo porque cualquier intervención directa de tropas atlánticas abriría de hecho la caja de Pandora de la guerra directa con Rusia, sino también porque los países europeos de la Alianza no podrían desplegar un número suficiente de ellas para cambiar -aunque sólo fuera de forma limitada- el curso del conflicto. Para llevar al menos 100.000 hombres a la línea de batalla (el mínimo para tener algún efecto), la OTAN tendría que ser capaz de desplegar al menos 400.000 hombres en Ucrania, además de todo el apoyo necesario en términos de medios -tanques, vehículos blindados de combate y de transporte de tropas, artillería… En la práctica, toda la capacidad operativa de los ejércitos europeos tendría que ser lanzada al caldero ucraniano, con el riesgo de que ni siquiera fuera suficiente y de que nos encontráramos totalmente desarmados al (poco glorioso) final de la guerra.

Sin embargo, el mayor riesgo reside en lo que podríamos llamar -con un oxímoron- el enfoque estratégico occidental. Para la OTAN, y por tanto esencialmente para Estados Unidos, el criterio rector es lo que el analista ruso Ilya Kramnik define como evaluación basada en los costes. En la práctica, en una especie de enfoque economicista (y no es de extrañar…), se considera que imponer costes económicos, materiales y humanos suficientemente elevados al adversario es un elemento de disuasión que conduce a la victoria, o al menos a doblegar al adversario. Se trata, pues, de una evaluación coste-beneficio. Y como para Washington los costes son hasta ahora bastante bajos, se deduce que la valoración de los dirigentes estadounidenses es que todavía hay un amplio margen para la escalada, porque los costes los soportarán principalmente los europeos, y tarde o temprano en Moscú pensarán que -precisamente- la relación coste/beneficio ya no merece la pena, y buscarán un acuerdo con Occidente.

Pero, como siempre advierte Kramnik [2], éste no es el criterio ruso; Rusia, de hecho, evalúa sobre la base del riesgo. Lo que significa que Moscú reflexiona sobre los riesgos de actuar y/o no actuar, y sobre esta base elige su curso de acción. La brecha entre estas dos perspectivas es un gran factor de riesgo, porque el modo de escalada -practicado por EEUU- se compone básicamente de una sucesión de pequeños pasos; cada vez que se da una patada a la lata, se avanza más, y a ver qué pasa. Si no ocurre nada, se asume que el enemigo probablemente ni siquiera reaccionará a la siguiente patada, y la progresión continúa.

Por el contrario, Rusia parte de la idea de tener una profundidad estratégica incomparable, que no es sólo espacial (Rusia es la nación más grande del mundo, como aprendieron a su costa Napoleón y Hitler), sino también temporal: puede encajar durante más tiempo, para evitar que el choque alcance niveles peligrosos, sabiendo que -si es necesario y cuando lo sea- sabrá y podrá reaccionar con una fuerza incontenible.

En esencia, Estados Unidos actúa con la mentalidad del fanfarrón, a lo sumo del jugador de póquer, que espera reacciones inmediatas, y si es oportuno hace su farol; si el otro no reacciona, o si no ve el farol, significa que está jugando con un bobo, y por tanto puede volver a subir. Rusia, en cambio, razona como un jugador de ajedrez, para quien todo es transparente, todas las piezas están a la vista, y sacrificar incluso muchas de ellas forma parte del camino hacia el jaque mate.

Esta diferente visión del campo de batalla puede llevar a EEUU a creer que se puede acorralar a Moscú, aunque ahora esté ganando sobre el terreno, simplemente subiendo el listón cada vez más. Aunque Rusia sigue lanzando advertencias (desoídas) a Washington, si se ve acorralada no dudará en recurrir a cualquier opción que le permita evitar la derrota.

Y es que -en todo esto- Rusia advierte que está en juego una amenaza existencial, y que su eventual derrota en la guerra de Ucrania, sea cual sea la forma en que se determine, sería el pródromo de su disolución.

Por lo demás, para Estados Unidos este conflicto es sí de gran importancia, pero no existencial. Al fin y al cabo, los estadounidenses son especialistas en metabolizar las derrotas militares, y en este caso concreto son muy conscientes de que el impacto de una victoria rusa afectaría principalmente a los europeos, muy probablemente colapsando la ya de por sí tambaleante Unión Europea (algo que a Washington no le importaría tanto después de todo), y en el peor de los casos socavaría la actual configuración de la OTAN. Pero, en cualquier caso, ninguno de ellos supondría una amenaza para la propia existencia de Estados Unidos.

Además, el adversario estratégico sigue siendo China y, por tanto, para los dirigentes estadounidenses ése es el conflicto existencial, para el que deben prepararse y, sobre todo, en vista del cual deben mantener su potencial bélico intacto en la medida de lo posible.

Esta brecha en la interpretación -de los acontecimientos y del enemigo- puede, como decíamos, desencadenar involuntariamente una crisis que luego haga imposible la retirada y acabe así por descontrolarse. Esto es lo que debería preocupar principalmente a los dirigentes europeos, ya que el mayor riesgo reside precisamente en el viejo continente, y no sólo por una cuestión de contigüidad geográfica.

En este contexto general, de hecho, existe un umbral de ruptura, identificable precisamente con el uso de armas nucleares, que constituye una línea roja para ambos contendientes, ya que ni Moscú ni Washington quieren arriesgarse a verse envueltos en un conflicto de este tipo, que implicaría un nivel de destrucción mutuamente exacerbado. Pero si los dos adversarios no se entienden, si uno no comprende la mentalidad del otro, sigue existiendo el riesgo de un error de cálculo, de un movimiento equivocado. Aunque, volviendo a la metáfora del ajedrez, siempre es posible que Estados Unidos sacrifique a la reina (Europa), si eso sirve para hacer tablas.

A juzgar por lo que vemos, desgraciadamente los dirigentes europeos parecen más preocupados por salvar sus propios escaños (su propio poder como élites continentales), que perciben estrechamente ligado a la suerte del conflicto ucraniano, en el que han invertido demasiado, que por los riesgos para las poblaciones europeas, para lo que queda de su influencia y de su economía, para las que un conflicto en el que aparezcan armas nucleares sería sencillamente devastador. Por otra parte, ni siquiera un simple conflicto convencional que enfrentara a los países europeos con Rusia lo sería menos. De hecho, paradójicamente, una guerra de desgaste, que reduciría media Europa a lo que es ahora Ucrania, sería quizá peor que un misil nuclear táctico sobre Ramstein, que acabaría con la guerra como la bomba de Hiroshima

Desgraciadamente, y esto también se ha dicho muchas veces, estas clases dirigentes europeas no están ni remotamente a la altura del dramatismo de la situación. De la que incluso parecen ser en gran medida inconscientes. Baste pensar en Alemania, que se tragó la destrucción de los gasoductos North Stream sin emitir un suspiro, o en Francia, que hincha el pecho y ruge hacia el este, como si eso pudiera ocultar que atraviesa una crisis de las que hacen época. Y, por supuesto, no se trata de una cuestión que pueda reducirse a la mediocridad contingente de sus respectivos líderes; aunque tanto Scholtz como Macron, por diferentes razones, son claramente inadecuados, no se puede dejar de observar que el juicio puede extenderse fácilmente a la totalidad de las clases dirigentes de los dos países, que, de hecho, siguen siendo incapaces de expresar el más mínimo anhelo de autonomía, de instinto de conservación… En resumen, en esta ruleta rusa, somos los únicos que realmente corremos el riesgo de suicidarnos.

1 – «Pepe Escobar: Occidente está empeñado en provocar una guerra caliente contra Rusia», Sputnik Internacional

2 – Las opiniones de Kramnik se expresan habitualmente en su canal de Telegram, pero las que se mencionan en el artículo se han resumido eficazmente en italiano en Twitter/X, y pueden consultarse aquí.

2. El funcionamiento del Parlamento Europeo

No os paso el último y excelente como siempre artículo de Poch porque nos lo envió ayer Salvador (https://rafaelpoch.com/2024/), pero os paso al menos otra de las entradas de su blog, la traducción de este artículo del alemán sobre la inoperancia de nuestra clase política europea expresada en el Parlamento europeo.

https://rafaelpoch.com/2024/

Un parlamento de pacotilla

La Unión Europea (UE) interviene cada vez más profundamente en la vida de sus ciudadanos. Nacida de una comunidad económica que pretendía crear una unión aduanera y un mercado único ilimitado, hace tiempo que mutó en una entidad que presume de regular cada vez más ámbitos de la vida social de los Estados miembros. El Parlamento Europeo será elegido el domingo, pero, ¿qué decide realmente? Nuestro autor, Andreas Wehr, ha trabajado como asistente de investigación para un grupo parlamentario y resume sus competencias y procesos de toma de decisiones.

Autor: Andreas Wehr

La Unión Europea (UE) tiene su propio presupuesto, un Tribunal de Justicia y un Tribunal de Cuentas, así como una moneda común, el euro, que es el medio de pago en veinte de sus 27 Estados miembros. Además de los tratados, el corpus legislativo común, conocido como acervo comunitario, que ha ido creciendo a lo largo de sesenta años, incluye ahora miles de directivas, reglamentos y decisiones.
La UE también tiene su propio parlamento. Sus representantes son elegidos directamente por los ciudadanos cada cinco años. Esto volverá a ocurrir el domingo. Sin embargo, esta institución también es motivo de preocupación para los partidarios de la UE, ya que el número de personas que participan regularmente en las urnas es significativamente menor que en las elecciones nacionales. En toda Europa, la cifra apenas superó el 50% en 2019. En Alemania, la participación fue del 61,4%, superior a la de las cuatro elecciones europeas anteriores. Sin embargo, en comparación con las elecciones al Bundestag de septiembre de 2021, en las que participó el 76,4%, siguió siendo muy baja. «Una fachada sin sustancia detrás»
¿Quién hace las leyes de la Unión?
Al Parlamento Europeo no sólo se le niega el derecho a nombrar al Presidente de la Comisión y, por tanto, al jefe del ejecutivo de la UE. Tampoco tiene derecho de iniciativa, lo que significa que no puede proponer leyes. Ni siquiera tiene derecho a exigir que se revisen o deroguen las directivas y reglamentos que ha cooptado.
derogados. La posición del Parlamento en materia legislativa es, por tanto, débil debido a las disposiciones de los tratados de la UE. Ni siquiera está autorizado a regular sus propios asuntos. Por ejemplo, no tiene poder para decidir dónde quiere reunirse. La absurda y costosa división en dos sedes parlamentarias en Bruselas y Estrasburgo no puede anularse por resolución, ya que así lo establecen los tratados.
Ahora se dice que, aunque el Parlamento no tenga derecho de iniciativa, al menos está en pie de igualdad con el Consejo en el proceso legislativo. Y de hecho, desde la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, ambas instituciones comparten este derecho. El procedimiento de codecisión ha pasado a ser el procedimiento legislativo ordinario en prácticamente todos los ámbitos políticos.

Pero, ¿cómo se organiza en detalle este procedimiento de codecisión? Según el Tratado, consta de tres etapas. Las dos primeras consisten en alcanzar compromisos entre los dos órganos legislativos, el Consejo y el Parlamento. Si no se llega a un acuerdo, el Parlamento tiene derecho a imponer su voluntad a la Comisión y al Consejo en la tercera etapa. Sin embargo, para ello es necesaria la mayoría absoluta de los representantes elegidos. Sin embargo, tal mayoría es extremadamente difícil de alcanzar en el fragmentado PE, tradicionalmente compuesto por un gran número de grupos políticos más grandes y más pequeños.
Incluso para lograr una mayoría simple, al menos tres y a menudo hasta cuatro grupos políticos deben trabajar juntos regularmente. En estas circunstancias, es casi imposible lograr una mayoría absoluta de representantes electos. Por lo tanto, el procedimiento de codecisión, utilizando plenamente sus tres etapas posibles, casi nunca se utiliza. En su lugar, el Parlamento intenta regularmente hacer valer sus intereses negociando con el Consejo en el llamado procedimiento de trílogo dentro de la primera fase.
Al final de las negociaciones, el resultado del diálogo a tres bandas se somete a votación en el Parlamento, con lo que concluye el procedimiento, que sigue estando formalmente en la fase de primera lectura. Aunque las comisiones parlamentarias han podido debatir a fondo la decisión original y se ha traducido a todas las lenguas oficiales de la UE, nada de esto se aplica al texto negociado en el diálogo a tres bandas. Por lo general, éste sólo se presenta unos días antes de la votación parlamentaria final, y entonces sólo en inglés como moción de algunos grandes grupos políticos. Como en esta fase se trata de una propuesta a tres bandas que ya ha sido aprobada por el Consejo, el Parlamento ya no puede enmendarla. Sólo puede aceptarla o rechazarla.
En la actualidad, más del 80% de la legislación de la UE se aprueba mediante el diálogo a tres bandas. La igualdad oficial del Parlamento y el Consejo en el proceso legislativo ha dado lugar, por tanto, a un proceso de negociación a puerta cerrada muy opaco en la práctica. Esto ya no tiene mucho que ver con el procedimiento de codecisión realmente previsto.

(Publicado en Hintergrund: https://www.hintergrund.de/ )

3. Situación en Kanaky

Un repaso a cómo van las cosas por Kanaky, y las diferencias entre los diferentes sectores independentistas, con la curiosa presencia de banderas azerbayanas en las movilizaciones. https://newint.org/

Los neocaledonios siguen luchando por liberarse de Francia

30 de mayo de 2024 Olly Haynes

Tras dos semanas de protestas mortales por las reformas electorales, Olly Haynes descubre divisiones en el movimiento independentista de la isla del Pacífico.

Francia ha luchado mucho por conservar el botín de su imperio. En Nueva Caledonia, la propuesta de París de conceder el derecho de voto a los residentes no indígenas en una isla que sigue luchando por su independencia desencadenó disturbios generalizados a principios de este mes.

Cientos de personas resultaron heridas y siete murieron. Entre los muertos había cuatro canacos, el grupo étnico indígena de la isla que vive bajo el dominio colonial francés desde 1853. Con el tiempo, los canacos se han convertido en una identidad tanto política como étnica, ya que los indígenas han intentado liberarse del dominio francés.

El 28 de mayo, Francia levantó el estado de emergencia de dos semanas en Nueva Caledonia, o Kanaky, como la conoce la población indígena. Esto había incluido la movilización del ejército francés y la prohibición de TikTok. Siguen vigentes el toque de queda y la prohibición de vender alcohol.

Situado al este de Australia y al norte de Nueva Zelanda, el territorio alberga a unas 293.000 personas, el 41% de las cuales son canacos. La isla lleva desde 1946 en la lista de la ONU de territorios no autónomos que necesitan la descolonización. Pero a pesar de un prolongado conflicto civil que dio paso a un proceso de paz a finales de la década de 1990, sigue siendo una «colectividad sui generis» de Francia.

Las escenas de las dos últimas semanas en la isla se han comparado con Les Evènements, una larga guerra de la década de 1980 en la que la población canaca se rebeló contra sus colonizadores franceses, que animaron a los colonos a trasladarse a la isla como medio de socavar el poder político canaco.

Arnaud Chollet-Leakava, activista del Movimiento de los Pueblos del Océano por la Independencia, describe la reacción del gobierno francés ante los recientes disturbios como «un método puramente colonialista».

Pero a medida que el polvo empieza a asentarse, las divisiones entre la población europea y la indígena se acentúan y las tensiones se agudizan sobre el futuro del proceso de descolonización. No podemos negar que estamos presenciando disensiones y oposición dentro del movimiento independentista», afirma una representante de Decolonial Pause, una emisora de radio feminista de la capital, Numea. La gente está perdiendo la confianza [en el gobierno]».

«Asistimos a la disidencia y la oposición en el seno del movimiento independentista».

Un futuro precario

Un acuerdo de paz en 1988 puso fin a Les Evènements, y en 1998 un tratado conocido como los Acuerdos de Numea concedió la devolución de poderes y tres referendos de independencia en Nueva Caledonia. Los acuerdos también impusieron restricciones estrictas sobre quién podía votar en las elecciones provinciales y en los referendos, en un intento de dar mayor representación a la población canaca.

En los sucesivos referendos de 2018 2020, casi la mitad de la población de Nueva Caledonia votó a favor de la independencia. En 2021, el Gobierno francés insistió en adelantar el tercer referéndum de independencia, previsto para 2022, a pesar de la pandemia.

Mickael Forrest, ministro del gobierno independentista FLNKS, formado por una amplia coalición de partidos denominada Frente Kanak y Frente Socialista de Liberación Nacional, afirma: » El Estado francés adelantó la fecha para reducir el número de votantes, haciéndola coincidir con Covid, un periodo de grandes dificultades para nosotros». Los independentistas boicotearon el referéndum, alegando que violaba los términos de los Acuerdos de Numea. También cortaron el contacto con Francia durante año y medio.

Pero el entonces ministro francés de los Territorios de Ultramar, Sebastien Lecornu, argumentó que los secesionistas habían solicitado inicialmente que el referéndum se celebrara en 2021, y que la estabilidad económica exigía que se hiciera rápidamente. Tras el boicot, Lecornu afirmó que los acuerdos no exigían un mínimo de participación y que, por tanto, el resultado de la votación en contra de la independencia era legítimo.

En mayo, el gobierno de Emmanuel Macron votó a favor de «descongelar» el electorado de la isla, lo que permitió a decenas de miles de residentes no indígenas votar sobre el precario futuro de la isla, desencadenando los últimos disturbios.

La inviolabilidad de los Acuerdos de Numea, que han contribuido a garantizar la paz en la isla durante más de dos décadas, ha sido objeto de un intenso escrutinio en las últimas semanas. Según David Chappell, profesor de Historia del Pacífico en la Universidad de Hawai, «los Acuerdos de Numea dicen específicamente que sólo pueden ser sustituidos por un acuerdo negociado y eso no es lo que ha ocurrido». Forrest compara la sensación de traición con «ser pisoteados en nuestras propias tierras». Desde 2021, las fuerzas independentistas de Nueva Caledonia han estado estudiando la forma de llevar el caso ante la Corte Internacional de Justicia para recurrir el referéndum.

Puntos de vista divergentes

El resurgimiento del nacionalismo canaco es en gran medida una lucha anticolonial, aunque contiene distintas corrientes con opiniones divergentes sobre la respuesta del gobierno independentista a la crisis. La Unidad de Coordinación de Acciones sobre el Terreno (CCAT), un movimiento transversal a las distintas facciones independentistas de Nueva Caledonia, fue una fuerza movilizadora detrás de las principales manifestaciones callejeras.

Brenda Wanabo-Ipeze, portavoz del CCAT, declara a New Internationalist que el FLNK representa ‘la cabeza de la estrategia de salida … [pero] hablan en una sola lengua. Debemos tener una sola voz, la del pueblo canaco que lucha por su independencia».

Muneiko Haocas, del Movimiento Nacionalista, Independentista y Soberanista (MINS), fue más allá al afirmar que «todos los servicios públicos carecen de plan de emergencia… este es un Gobierno fantasma». Y continúa: No hay reservas estratégicas de alimentos, ni un plan de emergencia antidisturbios elaborado conjuntamente con las autoridades estatales competentes para garantizar la seguridad de la población».

Haocas y los representantes de la Pausa Decolonial subrayan que la población se está organizando para su propia protección sobre el terreno, construyendo barricadas en los barrios para impedir la entrada de la policía y participando en actividades de ayuda mutua. Afirman que la solidaridad con el propio movimiento independentista es inquebrantable.

Según Chollet-Leakava, de los Pueblos del Océano por la Independencia, «necesitamos internacionalizar nuestra lucha al máximo posible para tener una oportunidad con nuestra soberanía».

Pero es más fácil decirlo que hacerlo.

Necesitamos internacionalizar al máximo nuestra lucha para tener una oportunidad con nuestra soberanía’.

Mundos aparte

A miles de kilómetros de Nueva Caledonia, en el sur del Cáucaso europeo, los líderes beligerantes de Armenia y Azerbaiyán también ejercen su influencia política en la pequeña isla del Pacífico.

Gracias al apoyo de Francia a Armenia en la guerra de Nagorno-Karabaj, Azerbaiyán ha expresado su apoyo a la lucha canaca, y algunos canacos se han puesto la bandera azerí en un improbable gesto de solidaridad. Wanabo-Ipeze, del CCAT, agradece el apoyo de la sociedad civil azerbaiyana. Pero otros grupos rechazan el uso de la bandera de Azerbaiyán. No podemos pedir ayuda para impugnar el tercer referéndum a Estados que a su vez están cometiendo un genocidio», afirma Chollet-Leakava, reconociendo la declaración de los fiscales de la Corte Penal Internacional de que en Nagorno-Karabaj podría estar teniendo lugar un genocidio.

En cambio, el movimiento Pueblos del Océano por la Independencia ha pedido ayuda a Argelia y Sudáfrica para impugnar el resultado del tercer referéndum de 2021. Chollet-Leakava afirma que esperan obtener la experiencia jurídica de estos países como resultado de los casos presentados en nombre de los palestinos en medio de la actual guerra de Israel en Gaza.

Creemos que las dos experiencias de Argelia, que movilizó a cientos de abogados para defender la causa palestina a escala internacional, y de Sudáfrica, que llevó a la CPI una acción contra el genocidio palestino, podrían ayudarnos a impugnar el tercer referéndum. En el marco de nuestro movimiento, también queremos establecer fuertes vínculos con los países apoyados por el movimiento panafricanista».

Un momento histórico

Tanto Chollet-Leakava como Decolonial Pause subrayaron que lo que impulsó a sus compañeros del movimiento independentista más amplio a aceptar el apoyo de Azerbaiyán fue el carácter calamitoso de la situación desde el tercer referéndum. Francia ha emprendido acciones de presión internacional para cerrar vías de apoyo a la lucha canaca. Recientes aperturas diplomáticas, como un acuerdo de defensa firmado entre Francia y Fiyi en diciembre de 2023 y una propuesta de febrero de 2024 de acuerdo de defensa y cooperación humanitaria con Papúa Nueva Guinea, forman parte de la política de Macron del «Eje Indo-Pacífico». Su objetivo es aumentar la influencia francesa en el Pacífico. A Chollet-Leakava le preocupa que estos acuerdos puedan poner en peligro el apoyo de otras naciones insulares del Pacífico a la hora de presentar un caso en su nombre ante la CIJ.

A pesar de la sombría situación de la isla, hay motivos para el optimismo entre los movimientos interrelacionados. Estamos asistiendo a un momento histórico en el que la solidaridad con Kanaky se hace más global y mucha gente está aprendiendo sobre el colonialismo francés en Kanaky y la lucha del pueblo canaco por su liberación desde 1853″, afirma Decolonial Pause.

Aunque los movimientos canacos tienen opiniones divergentes sobre la «estrategia de salida» planteada por el gobierno en el poder, los movimientos independentistas están unidos en su ira contra la dominación colonial francesa.

Muneico Haocas, del MINS, quiere que se renueve el «pacto» con la población y que se celebren elecciones anticipadas. Afirma que el movimiento necesita «considerar un marco de salida que ya no sea bipolar ni dividido, sino basado en la emancipación y la autodeterminación» y añade que «ese es el sentido de la ley, de los acuerdos y de nuestra historia».

4. Armas rusas y occidentales

Un repaso a la situación en Ucrania desde el punto de vista del armamento ruso y occidental, a partir de medios de comunicación occidentales. https://journal-neo.su/2024/

Enterrados en acero: Producción militar y guerra por poderes de la OTAN en Ucrania

Ahora en su tercer año, la Operación Militar Especial (OME) de Rusia, precipitada por el derrocamiento del gobierno electo de la vecina Ucrania y la posterior militarización del país por parte de Estados Unidos y el resto de la OTAN, se está beneficiando, hay que reconocerlo, de la inmensa base industrial militar rusa.

Los medios de comunicación colectivos occidentales, antes repletos de historias de armas rusas anticuadas y de mala calidad que eran aplastadas por las armas de la OTAN «que cambian el juego», ahora presentan titulares sobre la creciente brecha entre la producción militar rusa y la incapacidad de la OTAN para ponerse al día. Otros titulares admiten ahora que las armas de la OTAN, de las que antes se alardeaba, presentan deficiencias que han quedado al descubierto en el transcurso de los más de dos últimos años de combates.

Enterrados en acero: La producción rusa de proyectiles de artillería y bombas planeadoras

Entre estos titulares se encuentra el artículo de Sky News de finales de mayo de 2024, «Rusia está produciendo proyectiles de artillería unas tres veces más rápido que los aliados occidentales de Ucrania y por aproximadamente una cuarta parte del coste», que admite: El estudio sobre proyectiles de artillería realizado por Bain & Company, que se basó en información de dominio público, reveló que se prevé que las fábricas rusas fabriquen o reacondicionen este año unos 4,5 millones de proyectiles de artillería, frente a una producción combinada de unos 1,3 millones de proyectiles en los países europeos y Estados Unidos.

La artillería es uno de los factores más decisivos que deciden los combates en Ucrania. Según el gobierno estadounidense y el Consejo de Relaciones Exteriores, financiado por corporaciones occidentales, un informe de abril de 2024 titulado «Armas de guerra: la carrera entre Rusia y Ucrania», señala: La artillería ha sido conocida como el «rey de la batalla» durante siglos, y esto sigue siendo cierto en gran medida hoy en día. En la guerra entre Rusia y Ucrania, el fuego de artillería representa alrededor del 80% de las bajas en ambos bandos. Por eso resulta aún más inquietante que en los últimos meses, tras el corte de la ayuda estadounidense, Ucrania haya pasado de ser superada por la artillería en una proporción de cinco a uno a diez a uno.

Si Ucrania está en desventaja entre 5:1 y 10:1, esto significa que sus bajas también reflejarán esta disparidad. Según diversas fuentes occidentales, incluido el Ministerio de Defensa británico, si Rusia ha sufrido «355.000» bajas, Ucrania ha sufrido aproximadamente entre 5 y 10 veces más, es decir, entre 1,7 y 3,5 millones de bajas ucranianas.

Siendo más realistas, es más probable que las pérdidas rusas sean de 50.000 contra medio millón de pérdidas ucranianas.

Otro motivo de creciente preocupación para la OTAN y sus aliados ucranianos es el uso por parte de Rusia de bombas planeadoras de precisión lanzadas por aviones de guerra rusos fuera del alcance de lo que queda de las defensas aéreas ucranianas, capaces de apuntar y desmantelar las fortificaciones ucranianas a una escala de la que es incapaz incluso la inmensa ventaja de la artillería rusa.

La BBC, en un artículo de finales de mayo de 2024 titulado «Las bombas planeadoras rusas devastan las ciudades ucranianas a bajo precio», lo explicaría:
Rusia utiliza cada vez más «bombas planeadoras» -artillería barata pero altamente destructiva- para avanzar en su ofensiva en Ucrania.
Se cree que más de 200 de ellos han sido utilizados en sólo una semana para bombardear la ciudad septentrional ucraniana de Vovchansk durante el actual avance transfronterizo ruso cerca de Kharkiv.
El Presidente Volodymyr Zelensky declaró que sólo en marzo se lanzaron 3.000 bombas de este tipo sobre el país.

Aunque Ucrania ha recibido el equivalente estadounidense, el Joint Direct Attack Munition (JDAM), con su menguante número de aviones de guerra unido a las superiores capacidades rusas de guerra electrónica (EW), esta capacidad se ha vuelto irrelevante.

El Royal United Services Institute (RUSI), con sede en Londres, en un informe de junio de 2023 titulado «Jamming JDAM: The Threat to US Munitions from Russian Electronic Warfare», explicaría extensamente las deficiencias de las municiones estadounidenses y la improbabilidad de que EE.UU. resuelva los desafíos técnicos de probar las bombas planeadoras estadounidenses contra la interferencia rusa.

Incluso si Estados Unidos fuera capaz de superar las capacidades EW rusas, el número de bombas planeadoras de fabricación estadounidense y europea seguiría siendo siempre una fracción de las utilizadas por Rusia debido a la falta de aviones de guerra y pilotos entrenados capaces de lanzarlas.

Las «armas maravilla» de la OTAN no cumplen las expectativas

Además de los JDAM de fabricación estadounidense que no dieron en el blanco, otras armas guiadas de precisión transferidas a Ucrania también se han enfrentado a interferencias EW rusas, como el proyectil de artillería Excalibur de 155 mm guiado por GPS, de fabricación estadounidense, el sistema de cohetes de lanzamiento múltiple guiado (GMLRS) disparado por lanzadores HIMARS y M270, también de fabricación estadounidense, y las bombas de pequeño diámetro lanzadas desde tierra (GLSDB), también de fabricación estadounidense, lanzadas a través de sistemas HIMARS y M270.

Aunque estas armas se han empleado con éxito en el campo de batalla, su eficacia global se ha visto obstaculizada por las capacidades rusas de EW. Como además se suministran en cantidades menores que las municiones rusas equivalentes, esto crea una ventaja decisiva para Rusia.

Otras armas «revolucionarias» que han quedado al descubierto durante los combates en Ucrania son los carros de combate Leopard 1 y 2, de fabricación alemana, y el carro de combate Challenger 2, de fabricación británica, ambos utilizados en la fallida ofensiva ucraniana de 2023.

También se transfirieron a Ucrania MBT M1 Abrams de fabricación estadounidense. Estos fueron retenidos durante la ofensiva de 2023, y en su lugar hicieron su debut en el campo de batalla durante los combates en Avdeevka este año, en los cuales prevalecieron las fuerzas rusas.

Las imágenes y filmaciones de los M1 Abrams ardiendo en el campo de batalla demostraron que no fueron una excepción al resultado de otros MBT occidentales en Ucrania.

La CNN, en un artículo reciente, entrevistó a tripulaciones ucranianas que intentaban utilizar el M1 Abrams, informando de su frustración y decepción.

Titulado «Soldados en Ucrania dicen que los tanques suministrados por EE.UU. les han convertido en blanco de ataques rusos», el artículo admite: Las tripulaciones entrenadas en Alemania afirmaron que los vehículos -el principal carro de combate del ejército estadounidense, valorado en 10 millones de dólares y utilizado en Irak contra las fuerzas de Sadam Husein y los insurgentes- carecían de un blindaje capaz de detener las armas modernas.
«Su blindaje no es suficiente para este momento», dijo un miembro de la tripulación, de indicativo Joker. «No protege a la tripulación. De verdad, hoy es la guerra de los drones. Así que ahora, cuando sale el tanque, siempre intentan atacarles».

Esto contradice las afirmaciones de analistas y comentaristas occidentales que alaban la «capacidad de supervivencia» de los vehículos blindados occidentales.

El artículo también habla de los problemas logísticos y de mantenimiento del tanque, por lo que muchos de los que quedan son inoperativos.

El artículo lo admite:
…parece que también tienen problemas técnicos.
Uno de ellos, aparcado bajo un árbol, estaba casi inmóvil durante la visita de la CNN, debido a un problema con el motor, dice la tripulación, a pesar de que el vehículo acababa de ser enviado desde Polonia. También se quejan de cómo, con lluvia o niebla, la condensación puede freír los componentes electrónicos del interior del vehículo.

La CNN también informó de que la munición suministrada a las tripulaciones de los M1 Abrams ucranianos estaba pensada para la guerra tanque contra tanque, lo que el artículo admite que es poco frecuente. En cambio, los tanques se utilizan como cañones de asalto para disparar contra posiciones de infantería, lo que significa que una munición de alto poder explosivo sería más apropiada, pero al parecer no se suministró en cantidades suficientes.

Por último, la CNN admite que el fracaso de los tanques M1 Abrams de fabricación estadounidense también puede deberse al hecho de que se espera que Ucrania los utilice de una forma que Estados Unidos y la OTAN nunca pretendieron, sin suficiente artillería ni apoyo aéreo.

Notas de la CNN: La tripulación ucraniana expresó su frustración por el hecho de que los tanques estuvieran hechos para el estilo de guerra de la OTAN, en el que la aviación y la artillería preparan el campo de batalla antes de que avancen los tanques y la infantería. Kiev lleva mucho tiempo lamentándose de su falta de artillería y potencia aérea.

Ucrania no tiene ni lo uno ni lo otro, lo que hace que todos los complejos, pesados y poco fiables tanques occidentales transferidos a las fuerzas ucranianas sean especialmente vulnerables, incluido el M1 Abrams.

Un resultado previsible

Contrariamente a los numerosos titulares occidentales que anunciaban la transferencia de armas occidentales a Ucrania anticipando resultados que «cambiarían las reglas del juego«, el fracaso del armamento estadounidense-europeo era totalmente previsible.

El mito de la superioridad militar occidental se basó por completo en una serie de desajustes que abarcaron múltiples conflictos a lo largo de varias décadas, en los que Estados Unidos y sus aliados hicieron la guerra a naciones con fuerzas mal entrenadas y mal equipadas. Aunque muchas de estas naciones supuestamente utilizaban material militar «soviético» o «ruso», se trataba de varias generaciones atrasadas con respecto al estado actual de la técnica y operadas por unidades mal organizadas incapaces de utilizar el material en todo su potencial.

A pesar de todas estas desventajas, las naciones que han sido blanco de las guerras de agresión de Estados Unidos durante décadas han demostrado que, al menos en teoría, las armas estadounidenses y europeas tienen limitaciones y son vulnerables en combate contra un adversario similar o casi similar. Por eso, y por otros factores como los problemas de adiestramiento y logística, la eficacia (o falta de ella) de las armas occidentales en el campo de batalla de Ucrania era previsible.

El mito de la superioridad militar occidental se ha derrumbado por completo en Ucrania, donde las armas occidentales están resultando sufrir limitaciones cuantitativas y cualitativas, dando a las fuerzas rusas una ventaja decisiva en el campo de batalla, y una ventaja que Occidente es incapaz de aprovechar para sí mismo.

El mencionado artículo de Sky News, en el que se hablaba del vasto y multiplicado número de bombas planeadoras rusas, también señalaba la escasez de armas suministradas por Occidente debido a la insuficiente producción industrial militar en todo Occidente.

El artículo incluye una sección titulada «Las fábricas podrían ganar la guerra en primera línea», en la que se admite: La importancia de producir armas y municiones es la razón por la que muchos expertos afirman que las líneas de producción de las fábricas -y no la línea del frente- podrían ser el lugar donde se gane la guerra en Ucrania.

Esto refleja el adagio «los aficionados hablan de estrategia y los profesionales de logística».

El artículo explica que los fabricantes occidentales de armas sólo amplían la capacidad de producción cuando se reciben suficientes pedidos. Esto maximiza los beneficios, pero a expensas de la preparación. Ampliar la producción es un proceso costoso, que requiere recursos y, lo que es más importante, tiempo.

Las empresas estatales rusas de fabricación de armas dan prioridad a la preparación y mantienen una capacidad excesiva independientemente de los pedidos, lo que significa que son capaces de aumentar la producción en un período de tiempo relativamente corto, medido en meses, frente a las fábricas occidentales, que necesitan un año o más.

Está claro que la crisis actual de Ucrania es el resultado, al menos en parte, de la apuesta a largo plazo de Rusia por la producción industrial y logística militar, años antes de que se lanzara el OMU, frente a un Occidente colectivo cuya guerra por delegación se está librando con armas y una base industrial militar nunca pensadas para operar a esta escala, con esta intensidad y durante tanto tiempo.

En el caso de que el Occidente colectivo se esfuerce seriamente por ampliar la producción industrial militar, Rusia ya parte con varios años de ventaja. Por ejemplo, se prevé que la producción colectiva de proyectiles de artillería de Estados Unidos y Europa aumente a entre 2,5 y 3 millones de proyectiles al año entre 2025 y 2027. Esta cifra sigue siendo inferior a la producción actual de Rusia. Para 2025-2027, es casi seguro que Rusia habrá aumentado aún más su producción.

En última instancia, la «victoria» de Ucrania en medio de este conflicto nunca fue un objetivo genuino entre los responsables políticos de Washington, Londres y Bruselas. Como se admite en el documento de la Corporación RAND de 2019, «Extendiendo Rusia», el plan siempre fue provocar una costosa intervención rusa en Ucrania para sobrecargar a Rusia y posiblemente precipitar un colapso al estilo de la Unión Soviética. El conflicto para Ucrania, predijo el informe, «podría producir bajas ucranianas desproporcionadamente grandes, pérdidas territoriales y flujos de refugiados. Podría incluso llevar a Ucrania a una paz desventajosa».

Hoy vemos cuál es la secuela de la guerra por poderes de Washington con Rusia en Ucrania: una nación de Europa del Este, que antaño se equilibraba entre Oriente y Occidente, beneficiándose de hacer negocios con ambos mundos, es sepultada por el acero ruso en beneficio de unos aliados que no pueden y tampoco quieren ayudar de verdad a Ucrania.

Gran parte de la retórica procedente del Occidente colectivo está diseñada para animar a Ucrania a seguir luchando irracionalmente a pesar del resultado obvio de la lucha, un resultado bien conocido incluso en 2019. Aunque en los corazones y las mentes de muchos ucranianos se ha sembrado deliberadamente un profundo odio contra Rusia, su verdadero enemigo siempre ha sido el liderazgo del Occidente colectivo. La miopía de la política occidental, basada en la perpetua pero insostenible obtención de beneficios, poder e influencia, convierte a Occidente en su peor enemigo.

Sólo el tiempo dirá hasta dónde llega este proceso autodestructivo antes de que prevalezca un consejo más sensato, se adopte una política exterior occidental más adecuada y Ucrania se siente por fin a la mesa de negociaciones para poner fin a una guerra que no sólo no puede ganar (y que nunca se esperó que ganara en primer lugar), sino que cuanto más tiempo luche, menos «Ucrania » habrá en última instancia si se permite que su conclusión se decida por completo en el campo de batalla.

Mientras tanto, la producción industrial militar rusa no hace más que crecer. Los proyectiles de artillería, los blindados, la potencia aérea, las bombas planeadoras, los aviones no tripulados, las defensas antiaéreas y los misiles de todo tipo no sólo se siguen produciendo en mayores cantidades, sino que se están desarrollando hacia una mayor calidad. En muchos casos, el material militar ruso supera las capacidades de sus homólogos occidentales. Simplemente porque hay más, independientemente de la calidad, puede «enterrar» a sus adversarios en el campo de batalla con acero.

Brian Berletic es investigador geopolítico y escritor afincado en Bangkok, especialmente para la revista en línea «New Eastern Outlook».

5. ¿Portaaviones tocado?

Aunque resulta muy difícil confirmarlo, parece que es cierto que los yemeníes consiguieron bombardear el portaaviones Eisenhower. Ha abandonado las costas cerca de Yemen https://x.com/MenchOsint/ y su capitán publicó un tuit con un vídeo fake -con imágenes de hace unos meses- para demostrar que no había recibido ningún impacto https://x.com/richimedhurst/. https://thecradle.co/articles/

Yemen contraataca con el USS Eisenhower como objetivo

Las Fuerzas Armadas yemeníes, alineadas con Ansaralla, han elevado la apuesta en el Mar Rojo al atacar al portaaviones estadounidense Eisenhower, dos veces en 24 horas. El audaz movimiento demuestra un proyecto estratégico para exponer la creciente vulnerabilidad militar estadounidense en Asia Occidental.

Khalil Nasrallah 3 DE JUNIO DE 2024

El 1 de junio, las Fuerzas Armadas yemeníes, alineadas con Ansaralla, hicieron gala de una notable audacia al atacar dos veces en 24 horas al portaaviones estadounidense Eisenhower en el Mar Rojo. Esta acción, en respuesta a los ataques conjuntos de Estados Unidos y el Reino Unido en el país, marca una escalada significativa en el teatro yemení dentro del conflicto regional más amplio centrado en Gaza.

A lo largo del último período, Sanaa ha atacado constantemente acorazados y destructores con misiles y aviones no tripulados. Sin embargo, el ataque contra el Eisenhower supone un salto cualitativo en la confrontación, independientemente de que Estados Unidos reconozca el golpe.

Rápida respuesta de Sanaa

El viernes 30 de mayo, horas después de que el portavoz militar yemení, el general de brigada Yahya Saree, anunciara una serie de operaciones militares en el marco de la  cuarta fase de la escalada, Ansarallah derribó un avión no tripulado estadounidense MQ-9 de 30 millones de dólares, el sexto durante la operación «Al-Fateh Al-Mubin».

En represalia, Estados Unidos lanzó al amanecer una serie de ataques aéreos contra instalaciones civiles en la capital, Saná, y en las provincias de Hodeidah y Taiz. Estos ataques, los más intensos desde que comenzaron los ataques estadounidenses y británicos el 12 de enero de este año, causaron la muerte de 16 yemeníes e hirieron a otros 41, tanto militares como civiles.

La magnitud de los ataques aéreos y las bajas resultantes provocaron una respuesta rápida y dura por parte de Sanaa. Como parte de la cuarta fase de escalada de la guerra para apoyar a la resistencia palestina y ampliar su banco de objetivos al Mar Mediterráneo, los yemeníes atacaron rápida e inesperadamente el USS Eisenhower, estacionado en el norte del Mar Rojo.

El portaaviones, que sirve de plataforma de lanzamiento para las agresiones a Yemen y presta apoyo a la guerra de Israel contra Gaza, fue alcanzado de nuevo en un espacio de 24 horas. Además, un destructor fue blanco de varios misiles y drones, lo que confirma nuevos impactos.

Importancia del USS Eisenhower

Encargado en 1977, la construcción del USS Eisenhower costó unos 5.300 millones de dólares (ajustados a la inflación). Pesa 114.000 toneladas, mide 332,8 metros de eslora y es un portaaviones de propulsión nuclear.

El navío sirve de base aérea móvil y de formidable brazo de la Fuerza Aérea estadounidense, encargada de llevar a cabo operaciones ofensivas en Asia Occidental.

A bordo hay aproximadamente 90 aviones y helicópteros y cinco mil personas, entre pilotos y marineros que operan y mantienen un hospital integrado. El portaaviones está acompañado por varios buques, entre ellos el crucero de misiles guiados Philippines Sea y los destructores de misiles guiados Graffley y Mason.

Los yemeníes han ampliado sus objetivos estratégicos, apuntando a una variedad de fuentes de ataques tanto en el mar como en tierra, no sólo a buques comerciales y de guerra. Esto sugiere que su plan de atacar portaaviones era deliberado y que su ejecución dependería de la intensidad de la agresión contra su país.

El ataque al Eisenhower tiene implicaciones significativas. Sanaa no se deja intimidar por el creciente número de objetivos que puede atacar, mostrando su voluntad de emprender acciones audaces sin vacilar. Demuestra la audacia de atacar objetivos que Washington considera líneas rojas, incluidos portaaviones y, potencialmente, emplazamientos y bases terrestres en etapas futuras.

EE.UU. en negación

Tras el anuncio del ejército yemení confirmando el ataque contra el Eisenhower, Estados Unidos restó importancia inicialmente al suceso, absteniéndose de hacer comentarios. Sin embargo, el medio saudí Al Arabiya, citando a un funcionario de defensa estadounidense, informó de que las afirmaciones del «grupo respaldado por Irán» eran falsas.

Sin embargo, la falta de un comentario directo, oficial y de fuente estadounidense, incluso como desmentido, es en sí misma un indicio del objetivo, independientemente de si el portaaviones resultó dañado o no.

El 1 de enero, Estados Unidos abrió fuego contra varios barcos de la marina yemení, causando la muerte de diez marineros. A este incidente siguió, el 12 de enero, la primera oleada de incursiones contra Yemen. Ese día, las fuerzas armadas yemeníes prometieron responder, subrayando que la agresión «no quedará impune».

Sanaa comenzó gradualmente a atacar buques estadounidenses y británicos en la región, llegando a apuntar a acorazados y destructores en función de sus capacidades. Las respuestas no fueron inmediatas, sino que se desarrollaron por etapas, lo que indica que las fuerzas armadas de Yemen estaban perfeccionando cuidadosamente su estrategia.

En su última respuesta, poco después de una serie de incursiones en distintas zonas de Yemen y la consiguiente pérdida de vidas humanas, los yemeníes respondieron rápidamente con misiles alados y balísticos dirigidos contra el portaaviones Eisenhower.

Esta respuesta fue significativa en dos sentidos: la magnitud del objetivo -un portaaviones- y la rapidez y repetición de la respuesta. Esto sugiere que futuras agresiones pueden desencadenar represalias aún más sorprendentes, similares a la rápida acción emprendida al amanecer del viernes.

La audacia yemení y los cálculos futuros de Estados Unidos

Aunque la audaz medida de las Fuerzas Armadas yemeníes pueda sorprender a algunos, cabe señalar que la audacia demostrada por Yemen desde su decisión de apoyar a la resistencia palestina tras la declaración de guerra de Israel contra Gaza indica que los responsables de Sanaa no pueden descartar nada.

En consecuencia, los cálculos estadounidenses deben tener en cuenta esta imprevisibilidad en cualquier futuro paso hostil hacia Yemen, ya sea en el contexto de la guerra de Israel contra Gaza o de la actual guerra saudí-emiratí contra Yemen. El objetivo sigue siendo restaurar la soberanía sobre todo el territorio yemení por tierra y mar.

El ataque contra el portaaviones estadounidense también envía mensajes de alto nivel sobre el futuro de la confrontación, indicando que no hay límites para el alcance y la intensidad de la respuesta yemení. Sanaa se está consolidando como un actor regional al que no se puede ignorar, posicionándose entre los principales países y fuerzas del Eje de Resistencia de Asia Occidental.

El aspecto más crítico de esta operación es su impacto en la disuasión estadounidense. El ataque socava la percepción de invencibilidad del poder militar estadounidense, lo que podría afectar a los intereses de Washington, a la presencia de sus fuerzas en la región y a sus relaciones con los aliados.

EEUU reconoce plenamente la erosión de su poder disuasorio y comprende que perderlo puede tener consecuencias de largo alcance. En respuesta, los estadounidenses tratan de aplicar políticas de elusión, como la creación de alianzas regionales mediante la normalización entre Israel y los países árabes y, posiblemente, el fomento de más conflictos.

Sin embargo, las acciones de Yemen en el último año han convertido la normalización con Tel Aviv en una empresa costosa, ya que los aliados árabes de la región están divididos sobre cómo enfocar la situación en Yemen.

6. Entrevista a Enric Tello

En la revista Alternativas económicas están publicando «Economía fuera del carril», una serie sobre tradiciones económicas heterodoxas, y su última entrega ha sido esta entrevista a Enric Tello, uno de los fundadores de nuestra «economía ecológica». https://alternativaseconomicas.coop/articulo/entrevista/crecer-a-toda-costa-nos-lleva-al-peor-decrecimiento

«Crecer a toda costa nos lleva al peor decrecimiento”

Entrevista a Enric Tello, catedrático de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona Por Pere Rusiñol

La serie de videoentrevistas Economía fuera del carril, coproducida por Alternativas económicas y elDiario.es con el apoyo del programa de Proyectos Singulares de la Generalitat de Catalunya, aborda la economía ecológica de la mano de Enric Tello, uno de los referentes de esta tradición en España. Lo que sigue es una versión editada de la conversación.

¿Qué es la economía ecológica?

Una disciplina científica que podríamos llamar híbrida porque traspasa fronteras y combina las enseñanzas de dos áreas: la ecología y la economía. El puente entre ambas nos permite responder a los problemas contemporáneos de la insostenibilidad a la que nos ha conducido la economía convencional.

¿Economía ecológica o ecologista?

El ecologismo se refiere al movimiento de denuncia y de transformación, mientras que la ecología es una disciplina científica. Hay relaciones entre ambas, claro, pero es importante distinguirlas para que quede claro que la economía ecológica es una disciplina científica.

¿Y en qué se distingue de las corrientes de la economía convencional que también se preocupan del medio ambiente?

En la corriente neoclásica, la economía ambiental viene a ser un intento de abrirse y considerar los problemas ambientales. El problema es que este enfoque, con el que la economía ecológica mantiene una discusión científica, intenta llevar al terreno del mercado y de la cuantificación coste-beneficio, en términos puramente monetarios, lo que ellos llaman externalidades. Es decir, consideran que la interacción entre el funcionamiento de la economía y el medio ambiente es una externalidad, lo que ya indica con claridad que para ellos es algo que está fuera.

¿Fuera de la economía?

Que la economía está fuera de la naturaleza y de la sociedad. Como si estuviera en un vacío mercantil, en una especie de campana de cristal, donde se ha extraído el aire de todo lo que tiene vida y solo quedan esos elementos abstractos de supuestos agentes que interactúan en un mercado perfecto para asignar los recursos de forma óptima de acuerdo con unos precios que surgen por oferta y demanda. Este es el universo mental de la economía convencional. Pero a estas alturas tienen que reconocer que fuera hay algo: las externalidades. Y entonces intentan internalizarlas contándolas en dinero, pero al estar fuera del mercado incurren en procedimientos discutibles.

¿Y cuál es el planteamiento alternativo de la economía ecológica?

Hace la operación conceptual contraria: empieza por subrayar que la economía funciona dentro de la sociedad, y ambas dentro de la naturaleza porque es el sostén que nos da vida, con sus materiales, energía… Sin esto, no existe ni sociedad ni economía. No es concebible, pues, que la economía deteriore la naturaleza: nos lleva a un camino insostenible. El Instituto de Resiliencia de Estocolmo ha mostrado que el crecimiento económico y la lógica del beneficio, que es el objetivo de la economía estándar, han provocado que se hayan superado ya nueve límites planetarios. El crecimiento infinito en una biosfera finita es una quimera y nos lo dicen los científicos. No es que hayamos superado solo los límites del clima, sino hasta nueve límites planetarios.

O sea: nuestros problemas van mucho más allá del cambio climático.

Evidentemente, y son anteriores. El deterioro de la biodiversidad de la que dependemos es enorme en servicios ecosistémicos clave, desde la polinización, sin la cual las plantas no pueden crecer, o la disrupción de los ciclos biogeoquímicos de los macronutrientes de los que se alimentan plantas y animales.

Estos límites son científicos. ¿Por qué no lo asume la economía convencional?

Aún piensa que el crecimiento económico puede seguir adelante. Reconoce que tenemos un problema con el cambio climático, pero que se resuelve pasando de combustibles fósiles a renovables. Como si cambiáramos la rueda del coche que se ha pinchado. Le ponemos la de recambio de las renovables y listo.

¿Y esto por qué esto no es posible?

No es suficiente. Claro que hay que hacer la transición a las renovables, pero no es suficiente. No salen los números.

¿Tampoco con la tecnología?

La innovación tecnológica es importantísima, pero los economistas convencionales, que viven en esa burbuja, dan por supuesto que siempre encontraremos una solución tecnológica. En realidad, en sus modelos es una externalidad, algo que cae del cielo. Lo dan por supuesto, pero no lo demuestran. Nosotros también trabajamos con las contabilidades convencionales, en dinero, pero relacionándolas con las biofísicas. En nuestros modelos se calcula en términos físicos, energéticos, biológicos, territoriales y, luego, se conecta con los flujos de dinero. Vemos cómo unos arrastran a los otros y ahí nos damos cuenta de que no es tan fácil eso de que ya se inventará algo. Desde luego, no podemos darlo por sentado y menos con tan poco tiempo: ¡ya hemos traspasado los límites planetarios!

¿En qué tipo de indicadores deberíamos fijarnos para saber si la economía va bien o mal respetando los límites?

Los indicadores son una de las grandes diferencias entre la economía convencional y la ecológica, que propone una visión alternativa de lo que es una buena economía y, por tanto, necesita otro tipo de indicadores, como las huellas ecológica, hídrica, de carbono, etc. Y como la clave está en los límites, está ganando interés el enfoque que llamamos donut, o rosquilla, una idea de la economista de la Universidad de Oxford Kate Raworth, que tiene en cuenta estos límites planetarios con una plasmación muy visual.

¿En qué consiste?

Hay dos círculos, uno hacia afuera con límites planetarios, y otro dentro, con indicadores sociales, de ahí la imagen de donut o rosquilla. Cuando vamos bien —no se superan los límites—, la sección se pinta de verde, mientras que si vamos mal, de rojo. Sería como concebir una casa con un suelo en el que todo el mundo tiene que estar y un techo que nadie tiene que traspasar: el espacio seguro y justo para que todo el mundo pueda vivir una vida digna sin superar límites planetarios. Esta foto, o espejo, permite ver cómo vamos y, a partir de ahí, ver qué podemos hacer para decrecer en impactos biofísicos y a la vez mejorar la calidad de vida de todos.

¿Existe algún país que tenga en verde ambas esferas?

Ninguno. Lo que suele observarse es una curva en la que los países que no superan los límites planetarios tienen un fundamento social inaceptable, y al revés. Y lo que es peor: en los últimos 30 años, muchos países estamos aumentando los impactos y la superación de límites planetarios sin mejora de los fundamentos sociales y, a veces, incluso empeorándolos por el aumento de la desigualdad. Con estos indicadores se observa que la solución no es el crecimiento económico.

¿El problema es el capitalismo?

Evidentemente. Necesitamos un cambio sistémico que pueda afrontar las enormes injusticias sociales y ambientales globales, con cambios de las formas de producir, consumir y habitar el planeta. Este cambio puede recibir diversos nombres, pero está claro es que el capitalismo no es la solución, sino el problema.

¿La vía para ello que propone la economía ecológica es el decrecimiento? Mucha gente asocia decrecer con empeorar: es difícil que esta bandera concite apoyos mayoritarios.

Lo importante es aclarar de qué estamos hablando. Si resulta que estamos superando determinados límites planetarios, pues habrá que decrecer estos impactos. Y existe una extraordinaria correlación estadística entre el crecimiento del PIB y todos estos impactos.

Pero entonces, más que enredarnos en debates sobre crecer o decrecer, ¿no habría que romper la vinculación entre economía y PIB como indicador central?

¡Sin duda! La economía ecológica hace años que discute la hegemonía del PIB y muchos economistas de la corriente principal asumen que es un mal indicador. Lo que hacemos nosotros es abrir la caja del PIB y buscar qué hay dentro.

¿Y en qué se fijan dentro de la caja?

Ahí están las tablas input-output, que permiten descomponer por sectores y fijarse en los flujos, que van desde la extracción de materiales hasta el consumo final de cada país o región, analizar las exportaciones e importaciones, y las las relaciones entre sectores. Por ejemplo, la agricultura produce, luego la industria alimentaria transforma y lo que no comemos deviene en residuo, que hay que seguir para ver si vuelve a la tierra o si contamina. Esta tabla se puede descomponer con los flujos de dinero de valor añadido y, por tanto, mirar quién se lo queda y entender por qué el crecimiento degrada el medio ambiente sin mejorar la vida de la gente. Las tablas se van enlazando: de los flujos de energía a las emisiones, los consumos de agua, la contaminación, la ocupación de suelo… y así sucesivamente.

¿Adónde nos lleva esta secuencia?

Nos permite establecer modelos y sistemas de cálculo, y con ello previsiones más razonables que en los modelos estándar, que solo cuentan dinero. Es cuando abrimos la caja del motor y vemos cómo funciona cuando nos damos cuenta de la necesidad de cambio sistémico. Y ahí habrá sectores que tienen que crecer mucho, como la agricultura ecológica. El PIB cuenta tanto los bienes como los males, lo cual es absurdo. No hay que quedarse atrapado ahí.

¿La economía convencional no está interesada en entrar dentro de la caja?

Veámoslo con el cambio climático. Tenemos un modelo, Medeas, que se ha hecho con un programa europeo que permite prever los impactos de la transición energética de forma interconectada. Y ahí vemos que las renovables aumentan mucho el consumo de materiales como el litio y otros, que son muy limitados y, además, exigen mucho consumo energético para extraerlos, procesarlos y con ellos hacer placas solares y coches eléctricos. Si hacemos los cálculos con este modelo, vemos que el crecimiento verde impulsado con políticas keynesianas que movilicen inversiones puede impulsar el PIB, pero choca con los límites biofísicos. Resultado: no cumplimos con el Acuerdo de París y el calentamiento global supera de mucho los dos grados.

La economía ecológica parece siempre portadora de pésimas noticias… ¿Hay alguna esperanza?

El propio modelo nos dice que hay una vía de salida: un decrecimiento suave a nivel global, pero bien planeado, con un cambio estructural e integrando todas las piezas, como la alimentación, con la agroecología, que enfría y regenera la tierra, cambios en la dieta, con menos consumo de carne, lo cual es, asimismo, bueno para la salud… Entonces, si cambias el sistema agroalimentario y si otros sectores industriales avanzan hacia modelos de ecología industrial circular, sí que salen los números. Es cierto que, además del llamado crecimiento verde y del cambio sistémico, hay un tercer escenario: no hacer nada. Pero esto sí que sería la peor noticia: el desastre. Los negacionistas climáticos, los que quieren crecer a toda costa, sí que nos llevan al peor decrecimiento.

¿Por qué en hay tanta oposición en el campo a la transición verde?

En todos lados se dan pulsiones contradictorias: se quiere el crecimiento y que sea verde; el problema es que hay que elegir. En el caso de los agricultores, cuando analizamos las cadenas de producción y consumo, vemos que cada vez es más asimétrica: hay unas pocas grandes corporaciones vendiendo los inputs industriales, basados en combustibles fósiles —fertilizantes, pesticidas, tractores, etc.— cada vez más caros, y luego los grandes supermercados comprando cada vez más barato. Esto significa que de lo que paga el consumidor final, el valor añadido que les llega a los agricultores es cada vez más estrecho: ya no se ganan la vida y nos estamos quedando sin campesinos.

¿Pero con este esquema, por qué se dirige el malestar contra los ecologistas?

Ahí tiene mucho que ver el engranaje de la deuda: muchos tienen el patrimonio familiar comprometido con inversiones industriales y tratan de salir a flote como pueden. Es una rueda de la que es difícil salir. Pero si logras reconvertirte hacia la agricultura ecológica, rápidamente notas mejoras: te liberas de la dependencia de los inputs externos costosos, recuperas el control sobre qué hay que producir y conectas con canales de distribución más cortos, que buscan un consumidor más consciente que paga mejor, con lo que se recibe una parte mayor del valor añadido produciendo menos cantidad por unidad de suelo. Esto no es una teoría: es lo que dicen ya los estudios.

¿Quién es?

Enric Tello, catedrático del Departamento de Historia Económica, Instituciones, Política y Economía Mundial de la Universidad de Barcelona, se jubila a finales de este curso académico tras haber consolidado un prestigioso núcleo de economía ecológica en la Facultad de Economía y Empresa de esta universidad, de referencia internacional. Discípulo de Joan Martínez Alier, uno de los fundadores de la disciplina en España, Tello procede de la tradición del marxismo heterodoxo articulada alrededor de la revista Mientras Tanto, fundada en 1979 por los filósofos Manuel Sacristán y Giulia Adinolfi, que sigue editándose en versión digital.

7. El marco Pilko

En un ejercicio de «porno doom», os paso los posibles pasos hacia la guerra nuclear que podría seguir Rusia en caso de que siga la escalada: «el marco Pilko». Como complemento, os paso otro artículo del mismo autor en el AntiDiplomatico que se cita en el primer texto y permite hacerse una idea más general de la situación en el tablero nuclear en Europa. https://www.sinistrainrete.

El «marco Pilko»: así podría empezar una guerra nuclear por Giuseppe Masala

«Hace falta tener una idea rusa simple y clara para poder explicársela a cualquier gilipollas de cualquier Harvard: tal y cual, y a tomar por culo en vez de mirarme así.Y hay que saberlo bien también, de dónde venimos».

Viktor Pelevin, Babilonia

Con las acciones de bombardeo de los Radares Estratégicos de Alerta Temprana situados en las provincias de Krasnodar y Orenburg, se cruzó sin duda una importante línea roja, al intentar socavar la capacidad de la Federación Rusa para detectar un ataque nuclear (o potencialmente nuclear) procedente de otros países.

En primer lugar, hay que decir que el ataque ucraniano contra estos radares no resultó del todo ineficaz: el radar situado en la región de Krasnodar resultó claramente dañado, como demuestran los vídeos de aficionados colgados en línea del artefacto, así como los estudios por satélite, mientras que en lo que respecta al radar situado en la provincia de Orenburgo, no hay imágenes del artefacto después de los hechos, pero la información en mi poder [y procedente de una fuente occidental] indica que el radar está completamente destruido e inutilizable.

Además, cabe destacar que los drones utilizados en esta operación son Tekever AR3 de fabricación británico-portuguesa; este elemento, además de emblemático, es indicativo de una implicación occidental cada vez más clara.

De la profunda trascendencia de esta ruin acción militar perpetrada por los ucranianos (pero claramente ordenada por Occidente), ya les hablé en un artículo anterior, en el que también desandaba todo el asunto vinculado al tablero nuclear en Europa, que lleva en marcha desde al menos 2015, es decir, desde que la OTAN decidió instalar una especie de escudo antimisiles entre Turquía (radar de alerta temprana), Polonia y Rumania (baterías antimisiles, sin embargo, capaces de lanzar a su vez misiles de crucero), iniciando así una serie de movimientos y contramovimientos entre la OTAN y Rusia en el plano de las armas nucleares.

Si el asunto de los primeros ataques de radar rusos ha pasado en gran parte desapercibido en Occidente, no puede decirse lo mismo en Rusia, donde, por el contrario, ha sonado la sirena de la alarma general, tanto a nivel político como a nivel de los Think Tanks estratégico-militares, así como en los medios de comunicación.

A nivel de Think Tanks y líderes de opinión, lo que ha propuesto Alexey Pilko, director del Eurasian Center y comentarista en varios medios de comunicación rusos (TV Zvezda, PRAIM, Radio Sputnik, AiF, Gazeta.ru) es ciertamente relevante: el suyo es un marco real en el que la respuesta a lo sucedido debería implementarse por etapas; de la menos grave a la más grave en función de la retroalimentación que, de vez en cuando, se enviaría desde Occidente.

Este es el marco Pilko:

1- Derribo de un dron estadounidense sobre el Mar Negro teniendo en cuenta además que estos drones hipertecnológicos dirigen misiles occidentales hacia objetivos en Crimea y Krasnodar Krai;

2- Bombardeo de un cuadrante marítimo o de un territorio deshabitado pero formalmente perteneciente a un país de la OTAN. [Hay que añadir que otros comentaristas rusos han propuesto las Islas Feroe en el Océano Atlántico, que de hecho corresponden a las características indicadas por Pilko];

3- El tercer paso propuesto por Pilko es el bombardeo de una pequeña instalación de la OTAN en la región del Mar Negro, siempre que un pequeño número de tropas estadounidenses estén estacionadas allí;

4- En caso de que los tres primeros pasos no sean suficientes para hacer desistir a los occidentales, Pilko propone el bombardeo de la gran base de la OTAN situada en Rzeszow, en Polonia, que, desde el inicio del conflicto, sirve de centro logístico clave para abastecer a Ucrania.

Si el plan propuesto por Pilko le parece muy extremo, no tiene ni idea de qué otras posturas hay al respecto entre los comentaristas rusos, así que en aras de la brevedad nos limitaremos aquí a destacar lo propuesto por Dmitry Suslov, miembro del Consejo de Política Exterior y de Defensa de Moscú, un Think Tank considerado muy cercano a Putin. Suslav -del que también informó la agencia de noticias Reuters- propuso una explosión nuclear de demostración para obligar a Occidente a dar un paso atrás.

Que el debate ruso se ha vuelto incandescente es evidente no sólo por las declaraciones procedentes de los Think Tanks, sino también por las durísimas palabras expresadas por Putin durante una conferencia de prensa en Tashkent (Uzbekistán), en la que el presidente ruso afirmó textualmente que «Occidente está jugando con fuego», y a continuación volvió a afirmar: «los gobiernos de los países de la OTAN deberían recordar que los miembros de la Alianza son, por regla general, Estados pequeños con una densidad de población muy elevada».

El problema es que a pesar de todo esto los occidentales, y en particular los anglosajones, siguen adelante con sus provocaciones. A estas alturas, todos los países de la OTAN (excepto Italia y algunos más) han dado permiso formal para que se utilicen las armas suministradas a Ucrania para golpear en territorio ruso, como se reconoce internacionalmente desde la caída de la Unión Soviética, y también es inminente la formación de una coalición de países dispuestos a enviar «instructores» militares a suelo ucraniano. Son pasos ruines, dictados también por la lógica profundamente diferente con la que razonan los anglosajones y los rusos. Si los primeros aplican una lógica típicamente utilitarista centrada en aumentar los costes para el adversario hasta que éstos sean superiores a las ganancias con el fin de desalentar las actividades hostiles, los rusos razonan en términos diametralmente opuestos: aumentar la respuesta a cualquier precio a medida que aumentan las amenazas que tienen delante.

Los niños de Dostoievski hacen oídos sordos a la lógica utilitarista de Jeremy Bentham. Cuanto antes lo entiendan en Occidente, mejor para todos….

https://www.lantidiplomatico.

¿Es posible una escalada nuclear? A qué se arriesga Europa

La disuasión es el arte de crear en la mente del eventual enemigo el terror de atacar.

Doctor Strangelove de Stanley Kubrick

por Giuseppe Masala para l’AntiDiplomatico

Probablemente sea correcto argumentar que cuando dos o más potencias nucleares chocan, incluso a través de estados interpuestos, ya está en marcha una crisis nuclear. Este punto de vista es aún más correcto en el caso de que una o ambas partes del conflicto con armas nucleares pongan en riesgo su integridad, ya sea territorialmente, o desde el punto de vista del estatus internacional, o desde el punto de vista del colapso de las instituciones estatales, o de nuevo, arriesguen el colapso económico y social.

Desgraciadamente, en el conflicto en curso en Europa del Este entre Estados Unidos, la OTAN y Ucrania, por un lado, y Rusia, por otro, están en juego elementos fundamentales como la seguridad territorial, socioeconómica e institucional de los países implicados. Por lo tanto, desde el primer momento de su deflagración, esta crisis debía considerarse -al menos potencialmente- como una crisis nuclear.

Hay que admitir que, en este aspecto particular y fundamental, esencialmente todos los comentaristas y expertos en relaciones internacionales y guerra han subestimado los riesgos. Sin embargo, no puede decirse lo mismo de los responsables de la toma de decisiones de ambos bandos, que ya entonces eran plenamente conscientes de lo que el mundo corría peligro de afrontar. Esto puede argumentarse porque desde los primeros días tras el inicio de la«Operación Militar Especial» en Ucrania, los estadounidenses y la OTAN ya habían empezado a filtrar a través de los medios de comunicación la duda de que los rusos pudieran utilizar un arma nuclear táctica como forma de disuasión preventiva (escalar para desescalar), es decir, para mostrar al adversario la voluntad de proceder por cualquier medio necesario y así intimidarle en última instancia con su propia disuasión.

Que esta opinión no era errónea puede decirse también sobre la base de lo ocurrido el 27 de febrero de 2022, cuando Putin, delante de la cámara, ordenó al ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, y al jefe del Estado Mayor, Valery Guerásimov, que sometieran a las fuerzas de disuasión de las Fuerzas Armadas rusas (incluidas las armas nucleares) a un «régimen especial de servicio de combate», alegando que«los países occidentales no sólo están adoptando medidas hostiles contra nuestro país en el ámbito económico, y me refiero a las sanciones que todo el mundo conoce, sino que también altos funcionarios de los principales países de la OTAN están haciendo declaraciones agresivas contra nuestro país».

Desde entonces, se ha producido un lento pero inexorable aumento del riesgo de un enfrentamiento nuclear entre EEUU-OTAN y Rusia; creo que podríamos hablar de un bradiseísmo nuclear en curso en el que, mutatis mutandis, el magma nuclear de la caldera del conflicto presiona hacia arriba aumentando el riesgo de un enfrentamiento nuclear.

Por parte rusa, los momentos sin duda clave en esta escalada del riesgo nuclear fueron, además del estado«listo para el combate» de la disuasión nuclear el 27 de febrero de 2022, la transferencia de armas nucleares tácticas a Bielorrusia a partir de la primera mitad de 2023 y los ejercicios con armas nucleares tácticas en Rusia pero en la frontera con Ucrania que comenzaron en la segunda quincena de mayo de este año y aún continúan.

Sin embargo, ni siquiera los estadounidenses ni la OTAN se quedaron de brazos cruzados ante las maniobras rusas. Desde el principio, trajeron de vuelta a Europa bombarderos estratégicos con capacidad nuclear B-52, más tarde trajeron también bombarderos B-2 y, sobre todo, concedieron a los ucranianos armas con capacidad nuclear (aunque sólo fuera potencial) como los misiles británicos Storm-Shadow o los SCALP franco-italianos. Lo mismo debe decirse de la (hasta ahora) prometida entrega de cazabombarderos F-16 a Ucrania por parte de los países de la OTAN: se trata de aviones -como hemos señalado desde el principio- aprobados para el transporte de bombas nucleares tácticas y, de hecho, el propio Serguéi Lavrov ha dicho que una vez que estén en el aire sobre los cielos ucranianos serán considerados por Moscú como una amenaza nuclear potencial. Por último, hay que recordar que Polonia ha solicitado a la OTAN desplegar en su territorio, y por tanto en la frontera con Rusia y Bielorrusia, armas nucleares con doble llave, es decir, que sólo pueden ser activadas con el consentimiento del país anfitrión (en el caso de Polonia) y del propietario del arma (EEUU y/o la OTAN).

También hay que dejar claro que la postura nuclear de EEUU y la OTAN ha sido muy agresiva durante muchos años (mucho antes de que comenzara el conflicto en Ucrania), especialmente hacia Moscú.De hecho, el escudo antimisiles de la OTAN ya está activo desde hace años en Europa, compuesto por un sistema de radar de alerta temprana en Turquía y dos baterías terrestres, una en la base rumana de Desevelu, en Rumanía, y otra Redzikowo, en Polonia (muy cerca del enclave ruso de Kaliningrado), además de todas las baterías antimisiles presentes en las flotas de los países de la OTAN y, por tanto, móviles por definición. Un escudo antimisiles que enfureció inmediatamente a los rusos, no sólo porque su función es derribar misiles rusos de corto y medio alcance, sino también porque las baterías pueden utilizarse también como herramienta ofensiva si se cargan con misiles de crucero.

Además, desde 2015, EE.UU. ha decidido sustituir las antiguas bombas nucleares lanzadas desde el aire por las recién desarrolladas B61-12, también lanzadas desde el aire. Estos instrumentos son «filosóficamente» peligrosos porque permiten ajustar la potencia de la explosión desde un mínimo de 0,3 kilotones hasta un máximo de 50 kilotones y, en consecuencia, podrían utilizarse casi como bombas convencionales. A este respecto, me gustaría señalar una bonita entrevista con el general Fabio Mini en la que ilustra que, en la visión de la OTAN, las bombas nucleares tácticas deben considerarse como simples armas convencionales y que, de hecho, están a plena disposición del SACEUR o comandante militar de la OTAN, que -por cierto- sigue siendo estadounidense, en la actualidad el general Christopher Cavoli.

En esta situación ya de por sí incandescente -aunque silenciada por casi todos los comentaristas- se han producido en los últimos días nuevos episodios de la máxima gravedad que deberían poner en alerta máxima a cualquier persona sensata.

En primer lugar, la acusación del portavoz del Pentágono, Patrick Ryder, de que: «Rusia ha lanzado un satélite a la órbita baja de la Tierra que creemos es probablemente un arma antiespacial, presumiblemente capaz de atacar otros satélites en órbita baja de la Tierra» . Se trata de una acusación muy grave porque impediría a EE.UU. (en caso de utilizarla) detectar el posible lanzamiento de misiles nucleares contra su propio territorio y, por tanto, posibilitaría de hecho un primer ataque que paralizaría el país haciendo imposible una represalia creíble. Hay que decir que los rusos, conscientes de la gravedad de la acusación, la han desmentido con palabras muy firmes a través del viceministro de Asuntos Exteriores Sergey Ryabkov.

Este desmentido no fue suficiente, ya que el pasado viernes -como era de esperar- aviones no tripulados ucranianos atacaron las instalaciones de la antena del radar de alerta temprana Voronezh-DM, cerca de Armavir, en la región de Krasnodar. Se trata de un acto muy grave que hace vulnerable la red de radares rusos diseñada para detectar la llegada de misiles estratégicos al país. También hay que decir que, según la doctrina rusa, este tipo de ataques deben considerarse estratégicos porque tienen como objetivo hacer inofensiva la disuasión nuclear. Además, éstas son exactamente las mismas consideraciones que hacen los estadounidenses si alguien amenaza sus satélites de alerta temprana. Llegados a este punto, parece innecesario subrayar que los ucranianos, en su vil ataque, actuaron siguiendo órdenes ajenas, ya que Kiev no dispone ni de armas nucleares ni de lanzadores adecuados para su uso.

Sólo nos queda considerar cómo, según los expertos, toda guerra nuclear comienza con un intento de cegar el sistema de alerta temprana del enemigo. No hay mucho más que añadir, salvo esperar que nadie haga movimientos equivocados o ambiguos que sean malinterpretados por el enemigo.

8. Resumen de la guerra en Palestina, 3 de junio

Ayer volvió a haber resumen de la guerra en Palestina en Mondoweiss, así que aquí os lo paso. https://mondoweiss.net/2024/

Día 241 de la «Operación Inundación de Al Aqsa»: Israel contradice a Biden sobre su propuesta de alto el fuego

Las protestas israelíes exigiendo un acuerdo de intercambio de prisioneros continúan en Tel Aviv y Jerusalén mientras Blinken discute la propuesta con Gantz y Gallant. Mientras tanto, las autoridades de Gaza afirman que miles de niños se enfrentan a la muerte por inanición.

Por Qassam Muaddi 3 de junio de 2024 

Bajas

  • 36.439 + muertos* y al menos 82.627 heridos en la Franja de Gaza*.
  • Más de 521 palestinos asesinados en Cisjordania ocupada y Jerusalén Este.**
  • Israel revisó a la baja su estimación de víctimas mortales del 7 de octubre, de 1.400 a 1.140.
  • Desde el 7 de octubre se han anunciado 644 soldados israelíes muertos y al menos 3.657 heridos.***

*El Ministerio de Sanidad de Gaza confirmó esta cifra en su canal de Telegram el 2 de junio de 2024. Algunos grupos de derechos humanos estiman que el número de muertos es mucho mayor si se tienen en cuenta los presuntos muertos.

** El número de muertos en Cisjordania y Jerusalén no se actualiza periódicamente. Según el Ministerio de Sanidad de la AP el 2 de junio, esta es la última cifra.

*** Estas cifras han sido dadas a conocer por el ejército israelí, mostrando los soldados cuyos nombres «se permitió publicar».El número de soldados israelíes heridos, según declaraciones del jefe de la asociación de heridos del ejército israelí al Canal 12 de Israel, supera los 20.000, incluidos al menos 8.000 discapacitadospermanentes desde el 1 de junio.

Principales acontecimientos

  • Israel mata a 268 palestinos y hiere a 1.207 desde el jueves 30 de mayo en toda Gaza, lo que eleva el número de muertos desde el 7 de octubre a 36.439 y el de heridos a 82.627, según el Ministerio de Sanidad de Gaza.
  • Israel y Hamás aceptan inicialmente el marco propuesto por Biden para el acuerdo de intercambio de prisioneros.
  • Blinken discute la propuesta de acuerdo con Benny Gantz y Yoav Gallant. Netanyahu discute la propuesta con Ben-Gvir, mientras Smotrich estudia las posibilidades de retirarse de la coalición gubernamental si Israel acepta oficialmente el acuerdo.
  • El canal 13 de Israel cita a funcionarios del likud diciendo que Netanyahu no dejará pasar la propuesta de acuerdo de Biden y la obstruirá.
  • Familiares de presos israelíes protestan en el interior del edificio de la Knesset en Jerusalén.
  • Un soldado herido lanza una granada aturdidora a la entrada del Ministerio de la Guerra israelí en Tel Aviv como forma de protesta.
  • El ejército israelí dice que 46 soldados han resultado heridos en Gaza desde el jueves. Cuatro admitidos muertos desde la semana pasada.
  • Un millón de casos de enfermedades contagiosas en la Franja de Gaza debido a los desplazamientos, las malas condiciones sanitarias y el bloqueo de suministros médicos, según la oficina de prensa del gobierno de Gaza.
  • Las fuerzas israelíes matan a dos palestinos en una semana, elevando a 521 el número de muertos en Cisjordania desde el 7 de octubre.
  • Colonos israelíes incendian tierras de cultivo en Mughayyir, al noreste de Ramala.
  • Fuerzas israelíes asaltan Nablús y escoltan a colonos a lugares religiosos de la ciudad.
  • Hezbolá ataca la base de mando del ejército israelí en Galilea, Israel bombardea el sur del Líbano y mata a dos personas.
  • Ataques israelíes matan a 17 personas en Alepo.

Israel mata a 268 personas en Gaza desde el lunes

El Ministerio de Sanidad palestino, con sede en Gaza, anunció que los hospitales que quedan en la Franja de Gaza recibieron a 268 palestinos muertos en ataques aéreos israelíes desde el jueves 30 de mayo, mientras que otros 1207 llegaron heridos.
Mientras tanto, fuentes de los medios de comunicación locales informaron de que, en las últimas 24 horas, los ataques aéreos y los proyectiles de artillería israelíes siguieron teniendo como objetivo los barrios de Zeitoun y Sabra de la ciudad de Gaza. El domingo se informó de la muerte de al menos dos niños.

En Jabalia, al norte de la Franja de Gaza, la Defensa Civil Palestina declaró que sus equipos habían recuperado 70 cadáveres de entre los escombros dejados por las fuerzas israelíes tras retirarse del campo de refugiados de Jabalia después de una invasión terrestre de tres semanas. El ejército israelí invadió Jabalia a mediados de mayo por segunda vez desde el comienzo de la guerra, en medio de intensos combates con grupos de la resistencia palestina. En diciembre, Israel había declarado el control de todo el norte de Gaza, incluida Yabalia.

Para más información sobre las consecuencias de la invasión de Jabalia en mayo de 2024, lea aquí.

En el centro de la Franja de Gaza, buques de guerra israelíes abrieron fuego contra la playa de Deir al Balah, mientras continuaban los ataques aéreos contra Mighraqa, Al Zaharaa y los campos de refugiados de Nuseirat y Bureij. En Nuseirat, se informó de la muerte de al menos palestinos el domingo después de que ataques israelíes alcanzaran la casa de la familia Abu Nar. Otro número indeterminado de palestinos murieron en un ataque contra la casa de la familia Aqel en Bureij.

En el sur de la Franja de Gaza, se intensificaron los ataques aéreos y los bombardeos de artillería israelíes contra el barrio de Tal al Sultán, en el oeste de la ciudad, en medio de intensos combates entre fuerzas israelíes y combatientes palestinos en la zona. Los ataques israelíes también tuvieron como objetivo el centro y el norte de la ciudad.

En Jan Yunis se informó de la muerte el domingo de 10 palestinos, entre ellos niños, en ataques israelíes contra dos casas familiares en el barrio de Rumeida, al este de la ciudad. Los ataques israelíes también alcanzaron los alrededores del Hospital Europeo de Gaza, en las afueras de Jan Yunis.

Hamás recibe «positivamente» la propuesta de alto el fuego de Biden, inicialmente aceptada por Israel

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, habló de la última propuesta de intercambio de prisioneros anunciada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en sendas llamadas telefónicas con el israelí Benny Gantz y el ministro de Guerra Yoav Gallant, ambos críticos con Netanyahu y miembros del gabinete de guerra.
Según el Departamento de Estado estadounidense, Biden dijo a ambos dirigentes israelíes que el acuerdo garantiza la seguridad de Israel a largo plazo. El domingo, un asesor cercano a Netanyahu declaró a 
The Sunday Times que Israel había aceptado el marco del acuerdo, «aunque no es un buen acuerdo».

La propuesta incluye tres fases. La primera se extiende durante seis semanas de alto el fuego total, durante las cuales Hamás liberaría a las mujeres y niños cautivos que quedan en Gaza a cambio de que Israel libere a los detenidos palestinos. Las fuerzas israelíes se retirarían de las zonas urbanas de la Franja y se permitiría a los palestinos desplazados regresar a todas las zonas, incluido el norte de la Franja. Durante este periodo, entrarían en Gaza 600 camiones de ayuda diarios.
Durante la segunda fase, Israel y Hamás negociarían un alto el fuego permanente al tiempo que liberarían a los prisioneros palestinos a cambio del resto de cautivos israelíes. El alto el fuego continuaría mientras prosiguieran las negociaciones. Esta fase incluiría el inicio de las operaciones de reconstrucción en la Franja de Gaza.

Para más información sobre la propuesta de alto el fuego de Biden, lea aquí.

El lunes, los medios de comunicación israelíes informaron de que Netanyahu comunicó a sus aliados de la coalición de gobierno, Ben-Gvir y Smotrich, que, contrariamente a lo afirmado por Biden, la propuesta no incluye una cláusula sobre el fin de la guerra. Tanto Ben-Gvir como Smotrich habían amenazado con retirarse de la coalición si Israel ponía fin a la guerra, provocando el colapso del gobierno de Netanyahu.

Mientras tanto, los israelíes seguían protestando en Tel Aviv y Jerusalén exigiendo un acuerdo de intercambio que supusiera la liberación de los presos israelíes en Gaza.

Lo más destacado de Mondoweiss

Lea el extenso ensayo de la semana pasada de Abdaljawad Omar, colaborador habitual de Mondoweiss , sobre el papel de Hamás en la lucha de liberación palestina y cuál debe ser la postura de la izquierda internacional y del movimiento de solidaridad.

9. La experiencia comunista austriaca

Hasta ahora más bien habíamos visto artículos sobre el Partido Comunista de Austria escritos «desde fuera». En la página de la Fundación Rosa Luxemburg, sin embargo, han dado voz a dos de sus miembros, explicando sus planteamientos y su acción política. Muy sensata, por cierto. https://www.rosalux.de/en/

Diferenciarnos

El Partido Comunista de Austria combina reformas concretas con la lucha por la transformación social, y de paso gana las elecciones.

Georg Kurz, Sarah Pansy

Georg Kurz fue coordinador de la campaña electoral del KPÖ en Salzburgo.

Sarah Pansy es diputada del Parlamento de Salzburgo por el Partido Comunista de Austria.

Si se pregunta a un transeúnte cualquiera por las calles de Salzburgo qué es lo que distingue al Partido Comunista de Austria (KPÖ), probablemente tendrá bastante que decir, independientemente de que vote o no al KPÖ.

Por ejemplo, es bien sabido que los representantes del KPÖ regalan gran parte de sus sueldos para no quedar fuera del alcance del pueblo, y que ese dinero se reparte entre quienes lo necesitan con más urgencia, todo ello sin trámites burocráticos. También es probable que el transeúnte medio sepa que el partido lucha incansablemente por la vivienda asequible. En definitiva, es muy probable que nuestro entrevistado al azar llegue a la conclusión de que el KPÖ no participa en disputas con otros partidos; están ahí «para el pueblo».

Para un partido que hasta ahora sólo ocupaba uno de los 40 escaños del parlamento municipal y que, por tanto, era intrascendente en la correlación de fuerzas del gobierno de la ciudad de Salzburgo, es todo un logro. El KPÖ sabe plantear las preocupaciones de la población en el ayuntamiento y en los medios de comunicación de forma más visible que los demás partidos, pero es fuera del parlamento donde la eficacia del partido es más inequívoca. Y eso es precisamente lo que diferencia su forma de entender la política de la de todos los demás partidos: sí, los miembros del KPÖ nos presentamos a las elecciones, utilizamos nuestro tiempo de palabra en el Parlamento y presentamos mociones en él. Pero lo hacemos sabiendo perfectamente que las mayorías necesarias para las políticas transformadoras no se organizan en el parlamento.

Si no tienes mayoría, créala

Un gran ejemplo de ello lo encontramos en Graz: en los años 90, el concejal del KPÖ Ernest Kaltenegger presentó una moción para que nadie pagara más de un tercio de sus ingresos en el alquiler de los pisos de propiedad municipal, que se habían encarecido cada vez más. En una época en la que el neoliberalismo y las privatizaciones estaban en su apogeo, Kaltenegger estaba, por supuesto, solo: la moción fue rechazada por todos los demás partidos.

Si lo hubiera hecho como miembro de cualquier otro partido, éste habría sido el final de la historia: «Lástima que no lo quisieran, teníamos muy buenos argumentos, pero por desgracia no tenemos mayoría». Sin embargo, el KPÖ de Graz pasó a la acción, lanzó una gran campaña y colaboró con los inquilinos para recoger 17.000 firmas. La presión pública fue inmensa, y no dejó otra opción a los demás partidos: el KPÖ volvió a presentar la moción, y esta vez se aprobó por unanimidad. El KPÖ había creado su propia mayoría en el Parlamento.

Esto se confirmó en las siguientes elecciones de 1998: con algo menos del 8 por ciento, el partido casi duplicó su popularidad, sentando las bases para otras campañas de éxito y logros que culminaron en 2021. Con un 28,8%, el KPÖ es ahora la fuerza más fuerte de Graz. Elke Kahr, miembro del partido, es actualmente alcaldesa de la ciudad, y no ha hecho más que aumentar su popularidad desde que asumió el cargo.

El ejemplo de los camaradas de Graz demuestra claramente por qué el KPÖ no renuncia por completo a un uso estratégico del Parlamento, pero nuestro poder está firmemente arraigado en el trabajo que realizamos en los barrios, no en el Parlamento.

No se puede hacer carrera en el KPÖ

No seríamos los primeros en empezar con ideales tan elevados, pero, por supuesto, existe el riesgo de que, tarde o temprano, caigamos en el parlamentarismo como todo el mundo: después de todo, los parlamentos están creados precisamente para que sus miembros se mantengan sistemáticamente alejados del resto de la población y de sus problemas cotidianos, instalados en edificios lujosos con todas las comodidades imaginables, salarios elevados, servicios de chófer, personal y similares.

Por esta razón, el KPÖ ha seguido el ejemplo de la Comuna de París al crear estructuras fijas para evitar el mundo paralelo de la política profesional: todo aquel que acepta un mandato para el partido, ya sea como concejal local o como alto cargo del Gobierno, recibe como máximo el salario medio de un trabajador cualificado, que actualmente asciende a 2.500 euros. Todo lo que supere esta cantidad se devuelve directamente a la población en horario de consulta, sin burocracia alguna.

En Salzburgo, el año pasado pudimos prestar ayuda concreta en cientos de casos. Es un valor en sí mismo. Incluso los políticos del KPÖ que realizan las consultas sociales como parte de su trabajo diario para el partido se benefician de ellas: Cualquier político que tenga que enfrentarse a problemas como el moho en las viviendas sociales, el aumento de las facturas del gas y la falta de acceso a cursos de alemán, en lugar de ocuparse de las agendas de los comités y las reuniones de los grupos de presión, acabará cambiando su perspectiva política. La deducción salarial es una prueba sustancial de que cumplimos nuestras promesas: podemos aplicarla incluso al día siguiente de las elecciones. A nadie se le escapa que no solo hablamos, sino que pasamos a la acción.

Sin embargo, las horas de consulta no son la única forma de evitar quedar demasiado envueltos en la maquinaria del gobierno: Los representantes del KPÖ también desempeñan funciones organizativas en el partido, participan en otras tareas que van surgiendo y están constantemente en contacto con la gente corriente, no sólo a través de las horas de consulta, sino también mediante otras actividades del partido, como los puestos de información, la recogida de firmas y el sondeo puerta a puerta.

Trabajar en el Parlamento o en el Gobierno es un servicio necesario para el partido, igual que limpiar su oficina y distribuir su periódico son tareas necesarias para el éxito del partido. Sin embargo, ningún cargo exime al titular de sus otras obligaciones: en el KPÖ nos dedicamos a organizar la vida social. Esto tiene lugar principalmente fuera de los parlamentos, por lo que nuestro trabajo no se centra en la política parlamentaria.

La mayoría está ahí, sólo hay que organizarla

Como demuestra el ejemplo de Graz, nuestra eficacia se debe en gran medida al hecho de que podemos decir legítimamente en voz alta y clara que nuestro trabajo refleja las preocupaciones de la mayoría.

Recibimos constantemente comentarios positivos sobre nuestro trabajo práctico en Salzburgo. La gente lo aprecia porque ve los beneficios. Esto nos confiere una legitimidad que va mucho más allá de nuestra base de votantes.

Por eso, en todo lo que hacemos, no nos centramos en lo que divide, en los desacuerdos entre distintos grupos de interés, sino en los intereses comunes del 99%.

No ponemos en primer plano los intereses particulares de minorías, porque existen medios más eficaces de mejorar la realidad vital de los afectados: una buena política social es a menudo la mejor política para personas desfavorecidas, y al mismo tiempo tiene el apoyo de la mayoría. En última instancia, mejorar la situación real de los habitantes de barrios desatendidos beneficia sobre todo a las minorías marginadas y privadas de derechos. Lo mismo puede decirse de nuestras horas de consulta y otros servicios de apoyo. No nos interesan las batallas culturales divisorias, las políticas identitarias ni los gestos simbólicos, sino que estamos plenamente comprometidos con la mejora material de las condiciones de vida colectivas.

¿Quiénes somos?

Un partido de izquierdas eficaz es un partido no sólo para la izquierda, sino para todos los asalariados. Nuestro público objetivo no es la escena de izquierdas, sino todos los que están descontentos con las condiciones imperantes y los partidos establecidos: los desafectos, los marginados, los desilusionados, los no votantes.

Hasta ahora, su principal opción en términos de representación política ha sido el Partido de la Libertad (FPÖ), de extrema derecha. Sin embargo, la motivación para votar no suele basarse en ninguna adhesión a visiones morales del mundo, sino más bien en el sentimiento de ser tomado en serio y en la identificación con los marginados. Esto puede lograrse posicionándonos fuera del consenso de los demás partidos. De este modo, construimos una base de simpatizantes que se mantendrán fieles al KPÖ a largo plazo y en lugar de permanecer indecisos en vísperas de las elecciones.

El KPÖ no se mete en el terreno de los demás partidos progresistas: no pretende redistribuir votos dentro del campo de la izquierda, ni aspira a ser una versión superior de los Verdes, o un Partido Socialdemócrata (SPÖ) más a la izquierda. De todos modos, el potencial de estos partidos es limitado. Si aspiramos a construir mayorías, tenemos que lanzar una red más amplia: nos dirigimos casi exclusivamente a los barrios y a la gente que han sido olvidados durante mucho tiempo por los partidos establecidos, donde la gente o no vota en absoluto o vota a la derecha. Esto explica por qué ni siquiera intentamos competir con los demás partidos y evitamos deliberadamente las habituales trifulcas políticas, las peticiones de dimisión y las acusaciones mutuas: el KPÖ se ocupa de la mitad de la ciudad que ha dejado de participar en las elecciones.

Al devolverlos gradualmente al redil de la sociedad urbana e integrarlos en nuestro trabajo, ejercemos una influencia duradera en el panorama político. El KPÖ se dedica a democratizar sectores de la sociedad que, por buenas razones, han dado la espalda a la política establecida. El creciente apoyo del partido en estas zonas es una piedra angular del tipo de cambio sistémico por el que luchamos.

Presionar al Estado y organizar la sociedad

El interés público por el KPÖ aumenta drásticamente tras el éxito de cada elección. Sin embargo, hace tiempo que nuestro interés va más allá de los resultados electorales: para nosotros, son más bien una prueba de fuego de hasta qué punto nuestro trabajo de todo el año ha dado frutos. Tenemos una idea más amplia de nuestro potencial como partido: queremos una sociedad basada en la solidaridad, así que ya hemos empezado a organizarla. No dependemos del Estado para que nos solucione las cosas: nos estamos «desinstitucionalizando» construyendo nosotros mismos estructuras comunitarias y asumiendo gradualmente cada vez más responsabilidades estatales.

Actividades aparentemente apolíticas como mercadillos, festivales callejeros, reuniones de inquilinos, sesiones de tutoría, recogida de basuras, cocinas de barrio, clubes de lectura, cafés de reparaciones y cursos de alemán tienen un objetivo claro: sacar a la gente de su aislamiento y permitirles experimentar la comunidad y los intereses compartidos. Se trata de un requisito necesario para poder sobrevivir en medio de grandes conflictos. No vivimos precisamente tiempos revolucionarios, así que la pregunta es: ¿cómo lograr un cambio real?

Sin conciencia de clase, no hay lucha de clases. Y sin confianza en el Partido Comunista para representar estos intereses de clase, estas luchas no pueden tener éxito. La gente que ni siquiera ha experimentado la posibilidad de mejorar sus propias condiciones de vida tendrá poca fe en las perspectivas de una sociedad liberada. Mientras nuestros propios barrios no estén organizados, no tiene sentido hablar de revolución mundial.

Cuando echamos la vista atrás y recordamos los grandes movimientos comunistas de siglos anteriores, tendemos a recordar las manifestaciones masivas y las huelgas generales. Sin embargo, a menudo olvidamos que un requisito previo para todo ello fueron los años de arduo trabajo de base en la esfera prepolítica.

Por qué nos llamamos comunistas

«Con los políticos siempre pasa lo mismo, sea del partido que sea»: este tipo de afirmaciones se basan en experiencias reales de las últimas décadas y, por tanto, son difíciles de superar. Eso, a menos que uno se llame Partido Comunista y se posicione conscientemente fuera del sistema político establecido.

La gente cree que realmente queremos cambiar las cosas. Esto atrae a los no votantes y a los votantes de protesta. Cuanto más se unen los partidos establecidos y se unen contra nosotros, más contribuyen involuntariamente a nuestro mensaje central de ser «diferentes de los demás».

El alarmismo de los demás partidos ha sido en gran medida ineficaz porque el KPÖ desafía conscientemente todos los estereotipos asociados a los malvados comunistas: nos presentamos como notablemente accesibles, constructivos y cálidos, siempre estamos sonriendo, y nuestros carteles consisten exclusivamente en gente amable y mensajes positivos.

Más allá de toda consideración estratégica, es más urgente que nunca volver a poner en el orden del día una alternativa concreta a la miseria del mundo. La idea comunista ha capacitado a masas de trabajadores para luchar por todas las mejoras y derechos que hoy damos por sentados. Estamos sobre sus hombros. Conocer la tradición política olvidada de la que formamos parte transforma nuestra perspectiva de la historia y del mundo.

Crear credibilidad

Un partido político es una construcción abstracta y la gente tarda mucho tiempo en confiar realmente en él. Una persona que encarna nuestros valores a la vista de todos mejora exponencialmente nuestra capacidad de reconocimiento y es mucho más rápido recibir los apoyos por los que trabajamos.

El reconocimiento y la imagen pública logrados por personas como Kay-Michael Dankl en Salzburgo o Elke Kahr en Graz se han cultivado meticulosamente. Esto requiere años de constancia. El objetivo final, por supuesto, es que la gente confíe en el KPÖ como organización en su conjunto. Ya hemos avanzado mucho en este sentido. No obstante, poner a determinadas personas en el punto de mira es un punto de partida necesario para este proceso.

¿Por qué nos centramos en la vivienda? Porque en este único tema convergen dos factores cruciales: por un lado, la crisis de la vivienda es grave y, por otro, existe una amplia conciencia pública de este problema y la voluntad de abordarlo con políticas impulsadas por necesidades concretas y no por los beneficios: Existe un apoyo mayoritario a la idea de que no se debe dejar que el mercado determine la vivienda.

Sobre el papel, todos los partidos están a favor de la vivienda asequible. Pero si la gente no cree que un partido concreto vaya a cambiar las cosas después de las elecciones, su posición es irrelevante: no hay razón para votarle.

Marcar una verdadera diferencia en un asunto que se ha considerado una causa perdida durante décadas exige aunar fuerzas sin concesiones. Limitarse a exigir mejoras es un planteamiento tentador pero ineficaz. En realidad, imponer su aplicación es laborioso y requiere toneladas de recursos. El ejemplo de Graz ilustra que se necesitan años de denodados esfuerzos para lograr incluso una pequeña victoria. Es imposible lograrlo si se lucha al mismo tiempo por todas las demás cuestiones importantes de la izquierda.

Por eso, si de verdad queremos marcar la diferencia, debemos superar el reflejo moral de querer defender todas las causas buenas del mundo y oponernos simultáneamente a todas las malas. De lo contrario, acabaremos con la conciencia limpia, pero las condiciones reales seguirían estando determinadas por otros. Hemos tomado la decisión consciente de hacer lo que hacen los partidos de éxito: concentrar toda nuestra energía en un tema central de nuestra propia elección.

El declive del FPÖ

A pesar de liderar todas las encuestas nacionales durante un tiempo y parecer intocable, el FPÖ no ha logrado avanzar en Salzburgo. Al contrario, como ya ocurrió en Graz y ahora también en Innsbruck, el partido ha quedado muy por debajo de las expectativas, en gran parte debido a que no le estamos haciendo al FPÖ el favor de enemistarse con él.

No hablamos de su tema favorito: la inmigración. Hablamos de vivienda y trabajamos constantemente en ella, haciendo campaña sin parar sobre el tema, obligando así a los demás partidos a abordar la cuestión, y cerrando a su vez la retórica del FPÖ de «echar a los extranjeros».

Poco antes de las elecciones, los partidos de derechas de Salzburgo también retomaron lo que hacía tiempo que se había establecido como el tema electoral central: la vivienda. La movilización final del FPÖ consistió en recortes de cartón a tamaño natural del candidato principal sosteniendo un cartel. En contra de lo esperado, no ponía «Por más deportaciones» ni nada parecido. En su lugar, decía: «Defiendo alquileres asequibles».

Anteriormente, el FPÖ (similar al conservador ÖVP) había advertido del «bandazo a la izquierda» con grandes carteles adornados con una hoz y un martillo. Esto era claramente una referencia a nosotros y a nuestra cuestión central: los demás partidos se definen en relación con nosotros. Al hacerlo, no hacen sino confirmar nuestro propio argumento: todos están en contra del KPÖ, nosotros somos la alternativa.

Esto es algo con lo que debemos saber vivir, y no pasa nada si siempre hay alguien lanzando estridentes advertencias contra nosotros, al tiempo que adopta gradualmente nuestras posiciones. Del mismo modo, muchos llevan décadas advirtiendo contra el FPÖ, pero esto nunca ha obstaculizado su ascenso. En lugar de advertir contra su programa, ahora jugamos en nuestro propio terreno.

Acabamos de empezar

El KPÖ está dando a la gente la sensación de que hay una alternativa real a los partidos establecidos, alguien en la política que escucha sus preocupaciones. La gente sabe que puede acudir a los comunistas con sus problemas y que serán tomados en serio. Somos un partido que cumple lo que promete antes de las elecciones.

Este proceso de creación de confianza ya está dando frutos tangibles, y nuestro éxito en las elecciones municipales lo ha hecho visible al mundo exterior. El hecho de que el KPÖ forme ahora parte del gobierno de la ciudad no cambia el hecho de que seguiremos centrándonos en lo que nos hace fuertes, para poder seguir construyendo nuestra fuerza. No hemos hecho más que empezar.

Autor: admin

Profesor jubilado. Colaborador de El Viejo Topo y Papeles de relaciones ecosociales.

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