Del compañero y miembro de Espai Marx, Carlos Valmaseda.
1. Entrevista a Scott Ritter sobre la escalada.
2. Matar líderes no funcionará (observación de José Luis Martín Ramos)
3. Estancamiento económico secular.
4. La culminación del proyecto hitleriano.
5. El frente de Cisjordania.
6. Bélgica, también a la derecha.
7. Más sobre Assange en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa.
8. Irán, los BRICS y EEUU.
9. Irán nuclear para restablecer la disuasión (observación de José Luis Martín Ramos).
1. Entrevista a Scott Ritter sobre la escalada
Entrevista en el medio italiano L’Antidiplomatico a Scott Ritter sobre la posible respuesta de Israel y sobre la posibilidad de una escalada menor, a la que no tendría que responder Irán. https://www.lantidiplomatico.
Los próximos movimientos de Irán y el impacto de Israel en las elecciones estadounidenses – Scott Ritter en «Hegemonía».
«Irán estaba tratando de enviar un mensaje a Israel sobre el potencial que posee y que si Israel decidía continuar con la escalada de violencia en la región, poseía la capacidad de infligir un gran daño a Israel. Este mensaje fue entendido por todos».
por Alessandro Bianchi
Entre 1991 y 1998 fue inspector de la ONU bajo el mandato de la UNSCOM en materia de armamento en Irak. Dimitió en 1998 por discrepancias con Washington. En 2002 y principios de 2003, cuando George Bush y Tony Blair se preparaban para la guerra de Irak, afirmó con rotundidad que no existían armas de destrucción masiva en el país. Mientras caían las bombas estadounidenses y los periodistas del «mundo libre» construían la narrativa de las armas químicas, ella fue una de las voces más firmes en denunciar estas noticias falsas, simplemente porque, repetía, no había pruebas de producción de armas químicas en el país;
William Scott Ritter, oficial de la Marina desde 1984, tenía razón al exponer las noticias falsas que abrieron la caja de pandora de los crímenes estadounidenses.
Acertó con Irak y lleva acertando desde febrero de 2022 cuando mostró de inmediato la imposibilidad de que ganara el régimen de Kiev y el suicidio de Europa en el conflicto de Ucrania.
Le entrevistamos sobre la posible respuesta de Irán tras el bárbaro asesinato del ex líder de Hamás en Teherán. Una vez más tenía razón.
Tuvimos el privilegio de conversar de nuevo con Scott Ritter para Hegemonía. Le preguntamos sobre la estrategia de Irán a medio y largo plazo y sobre el impacto de las políticas genocidas de Israel en la política estadounidense. Disfruten de la lectura.
La ENTREVISTA
Varios comentaristas occidentales, italianos en particular, se apresuran a juzgar la respuesta iraní a los crímenes de Israel como «un fracaso». ¿Es realmente un fracaso?
Creo que fue, por el contrario, un gran éxito, y a varios niveles. En primer lugar, no sé cómo se le puede llamar fracaso cuando el mundo entero pudo ver el impacto físico de docenas de misiles iraníes sobre objetivos en Israel. Quienes equiparan el éxito a la pérdida de vidas humanas es evidente que no han entendido nada de ese país. Irán es una república islámica fiel a sus principios religiosos, y un aspecto importante de la fe islámica es no matar inocentes y tratar de minimizar los efectos secundarios. Irán no intentaba matar israelíes. Desde luego, ese no era el objetivo. Irán intentaba enviar un mensaje a Israel sobre el potencial que poseía y el hecho de que, si Israel decidía continuar con la escalada de violencia en la región, poseía la capacidad de infligir un gran daño a Israel. Este mensaje fue comprendido por todos.
¿Cuáles son ahora los objetivos a medio y largo plazo en la estrategia de Irán?
Políticamente, una de las cosas que hizo Irán, al tiempo que minimizaba las víctimas humanas, fue permitir a Israel salvar la cara y a Estados Unidos ayudar a Israel a salvar la cara al poder proclamar el ataque iraní como un fracaso. Este lavado de cara es un aspecto importante de la vía diplomática, porque si Israel puede actuar como si no hubiera ocurrido nada grave, esto limita la presión que se ejerce sobre Tel Aviv. Este es el eje, desde mi punto de vista, de la estrategia iraní para encontrar una solución que no desemboque en un conflicto total. Pero si Israel quiere seguir en esa confrontación pasada y escalarla, entonces creo que el objetivo a largo plazo de Irán se convierte en la eliminación de Israel. No porque Irán lo exija como condición previa, sino porque el comportamiento de Israel no ofrece otra alternativa. Si tienes un perro rabioso suelto en tu ciudad, tienes que sacrificarlo. Israel se está convirtiendo rápidamente en un perro rabioso, una nación genocida, una nación de apartheid, una nación que ve a los árabes como infrahumanos, como animales, merecedores de la muerte. Esta actitud es incompatible con cualquier noción de moralidad y normalidad cuando se trata de la coexistencia del hombre con el hombre. Así pues, si Israel se decidiera por la confrontación, Irán buscaría un camino que promoviera la creación de un Estado palestino y la eliminación de Israel. Pero, repito una vez más, no es porque Irán haya elegido este camino. Lo ha hecho Israel.
Centrémonos, pues, en el comportamiento de Israel, que anoche bombardeó simultáneamente Líbano, Cisjordania y Gaza. La noche anterior, también Siria. Crees que Tel Aviv empezará a bombardear territorio iraní o qué respuesta debemos esperar?
Creo que Israel emprenderá definitivamente algún tipo de respuesta para salvar las apariencias. No creo que Israel pueda permitir que Irán se deje atacar de la forma en que lo hizo Teherán, sin enviar una señal de que entonces habría consecuencias para cualquier acción futura de Teherán. Tiene que haber un equilibrio de poder en la región, no una dominación iraní o israelí. Tiene que haber un equilibrio y, para ello, Israel tiene que demostrar que es capaz de golpear a Irán. Habrá que determinar la naturaleza de esta acción. Se habla mucho de un posible bombardeo de instalaciones nucleares iraníes o de instalaciones de producción de petróleo y gas. Esto sería un movimiento fatal por parte de Israel, porque obligaría a Irán no sólo a tomar severas represalias, sino también a crear una crisis energética mundial al afectar significativamente a la producción regional de energía. La mejor defensa de Irán contra los ataques a su energía es tomar a la región como rehén. Esto crearía una crisis energética mundial.
Una crisis energética no interesa a Europa y, desde luego, tampoco a Estados Unidos.¿Cómo juzga el comportamiento de Occidente para resolver la crisis?
Una crisis energética sería catastrófica para Europa. Sería absolutamente devastadora para Estados Unidos, especialmente desde el punto de vista político para la administración Biden, que está promoviendo la candidatura de Kamala Harris. Si la actual administración es incapaz de contener a Israel hasta el punto de desencadenar un conflicto regional, económicamente desastroso para el pueblo estadounidense en vísperas de las elecciones, los responsables de las políticas que han creado estas condiciones pagarán un precio en las urnas. Creo que la administración Biden presionará mucho a Israel para que modere su respuesta. Entonces se presionará a Irán para que no reaccione de forma exagerada. Los iraníes, a diferencia de los israelíes, viven en un mundo basado en la realidad. Entienden que Israel no puede recibir un golpe así sin esperar represalias.
Podríamos entrar entonces en la fase de «escalada controlada». Si Israel toma represalias sin cruzar las líneas rojas, ¿estará Irán dispuesto a decir basta?
Este es el quid de la cuestión. Irán está muy centrado en la evolución de los BRICS: la cumbre de Kazán a finales de mes es un momento clave. El BRICS representa una dirección estratégica que Irán está tomando en términos de alejarse de Occidente hacia Eurasia, hacia Oriente. Su futuro económico está ligado al éxito de esta organización. Y, de forma interconectada, el futuro de los BRICS se verá gravemente amenazado si estalla una guerra regional que podría provocar una crisis de seguridad energética de proporciones mundiales. Hay algunas variables a considerar sobre Irán, pero la mayoría están relacionadas con el liderazgo interno en Tel Aviv. Espero que la escala de escalada sólo suba uno o dos escalones y luego se detenga, con Israel volviendo a donde estaba antes de que Benjamin Netanyahu decidiera utilizar esta guerra para minimizar graves problemas internos. Ha utilizado la guerra para su futuro político y la amenaza de una guerra total con Irán como pretexto para mantener vivo su gobierno. Pero si las cosas no van bien sobre el terreno en Líbano y Gaza, se verá sometido a una enorme presión política y existe un riesgo real, en ese momento, sobre las decisiones que pueda tomar. No es un hombre dispuesto a dimitir y hacer lo correcto para Israel y la región. Es un hombre dispuesto a sacrificar la paz y la seguridad de Israel, de los árabes y de los israelíes por su vida política personal.
¿Cree que una victoria de Trump en las próximas elecciones presidenciales estadounidenses cambiaría el escenario en la región?
Es importante recordar que aunque Trump gane en noviembre, no se convertirá en presidente hasta enero. Y de aquí a enero hay mucho tiempo: en Oriente Próximo puede pasar cualquier cosa. La guerra del Líbano no terminará el 6 de noviembre. La crisis entre Irán e Israel no terminará el 5 o el 6 de noviembre. Lo cierto es que no podemos hablar de lo que haría una presidencia de Trump porque no sabemos qué realidad tendremos delante en enero. Estamos hablando de dentro de muchos meses, y el mundo puede cambiar completamente en ese tiempo. Israel puede sufrir reveses perjudiciales. Podría haber una guerra total. Podría haber una crisis energética mundial. Créanme, si Donald Trump se enfrenta a una crisis energética mundial, se centrará en eso, no en salvar a Israel. Y el pueblo estadounidense, si culpara a Israel de la crisis energética mundial, impondría determinadas medidas. Así que no creo que se pueda dar por sentado que una administración Trump hará X, Y y Z una vez que tenga el poder después del 20 de enero.
¿Qué impacto tendrá la política belicista de Israel en las próximas elecciones de noviembre en su país?
De cara a las próximas elecciones de noviembre, está claro que la administración Biden sigue teniendo las riendas del poder. Enfrentada a Israel, Irán y Hezbolá, creo que es imperativo que la administración Biden trabaje primero para crear cierta estabilidad, porque sólo a través de la estabilidad pueden evitarse las consecuencias económicas de un conflicto regional. Volvamos a 1992, a James Carville, asesor del candidato Bill Clinton, y al mensaje que puso en la puerta de la sala de guerra. «Es la economía, estúpido. Los estadounidenses votarán con sus carteras. Ahora mismo, muchos estadounidenses están endeudados, devastados económicamente o en la ruina por culpa de un huracán. Y la administración Biden está siendo criticada por su respuesta, especialmente en un momento en que las víctimas del huracán necesitan desesperadamente recursos. La administración actual dice que no los tiene, pero acaba de dar miles de millones de dólares a Ucrania e Israel. Esto crea un problema político. Estamos siendo testigos de la huelga de los trabajadores portuarios, que, si no se resuelve pronto, tendrá un impacto devastador en la economía estadounidense, justo cuando nos adentramos en la temporada navideña. Las estanterías de las tiendas no se llenarán solas. Y si se interrumpe el flujo de mercancías a Estados Unidos, la economía no se recuperará a tiempo para las fiestas. Y esto también tendrá un efecto devastador. Añádase a esto un conflicto regional en Oriente Medio que haga que los precios de la energía se disparen, y los estadounidenses culparán a quienes les obligan a pagar 12 dólares por un galón de gasolina en el surtidor porque son incapaces de reponer sus reservas de petróleo.…
2. Matar líderes no funcionará
Israel lleva decenios asesinando líderes de la resistencia, y nunca ha funcionado. Tampoco lo hará esta vez. Una visión sensata desde +972, que debería cambiarse el título por Casandra, porque no parece que en Israel nadie les haga caso. https://www.972mag.com/
Matar a los líderes de Hezbolá fracasó hace 30 años. No funcionará ahora
En lugar de debilitar a Hezbolá, el asesinato de Hassan Nasrallah por parte de Israel puede resultar un importante impulso de relaciones públicas para la asediada organización.
Por Elia Ayoub 4 de octubre de 2024
El 16 de Feb. 16 de febrero de 1992, una década después de la ocupación israelí del sur del Líbano, Israel asesinó a Abbas al-Musawi, cofundador y secretario general de Hezbolá. En aquel momento, los medios de comunicación israelíes elogiaron la decisiva acción del ejército, prediciendo que «la era de las disputas con Hezbolá en su territorio, la Zona de Amortiguamiento, había terminado», y que la muerte de al-Musawi marcaría el comienzo de «una nueva era».
Tales predicciones resultaron ser falsas: al-Musawi fue sustituido por Hassan Nasrallah, un líder mucho más eficaz y carismático, y Hezbolá se hizo tan poderoso que consiguió expulsar a los israelíes del sur del Líbano en el año 2000.
Más de tres décadas después del asesinato de al-Musawi, Israel mató a su sucesor. Como muchos otros en el Líbano y fuera de él, yo estaba conmocionado. Nasrallah era, después de todo, una figura política que me ha acompañado toda la vida. Su historia encarnaba gran parte del Líbano de posguerra: sus contradicciones, traumas, violencia e impunidad, pero también sus momentos de desafío y posibilidad.
La muerte de Nasrallah también se produjo en un momento de debilidad interna sin precedentes para Hezbolá, debido a su impopular participación en la guerra civil siria y a su violenta política en Líbano. En este sentido, la decisión de Netanyahu de asesinar a Nasrallah -convirtiéndolo en un mártir nacional y panárabe- puede resultar la mayor victoria de relaciones públicas de Hezbolá en años.
Nasrallah no era ‘cabeza de serpiente’
«Hassan Nasrallah ya no podrá aterrorizar al mundo», anunció el ejército israelí poco después de su muerte. El portavoz de las FDI, Doron Spielman elogió el asesinato por eliminar «la diabólica cabeza de la serpiente de Hezbolá,»una metáfora frecuentemente utilizada en los medios israelíes.
Es asombroso ver cómo los líderes israelíes se han adherido sistemáticamente a esta lógica, a pesar de que durante décadas se ha demostrado que estaban equivocados. Como afirmaba un artículo publicado en 1992 en Maariv tras el asesinato de al-Musawi: «Cortar la cabeza de la serpiente se ha considerado durante mucho tiempo la forma más eficaz de luchar contra el terrorismo… si se recibe el mensaje de disuasión, y si Israel no cede, hay muchas posibilidades de detener la propagación de este cáncer a largo plazo.» Tales metáforas son una forma cómoda de evitar enfrentarse a la realidad de los movimientos de resistencia.
La estrategia israelí de asesinar a los líderes de Hezbolá se basa en dos supuestos: que el partido depende totalmente de su jerarquía para funcionar -y por tanto se debilita sin Nasralá- y que matarlos sirve como disuasión eficaz.
Hezbolá tiene, en efecto, una jerarquía, y no hay duda de que apuntar a miembros de alto rango es un golpe para el grupo. En el que acabó siendo su último discurso, Nasrallah llegó a admitir que la detonación de buscapersonas y walkie-talkies distribuidos a miembros de Hezbolá fue el resultado de un fallo de inteligencia.
Y, sin embargo, los cohetes de Hezbolá no han cesado desde la muerte de Nasralá. De hecho, han llegado más lejos que nunca en Israel, hasta Tel Aviv y otras ciudades del centro de Israel.
Además, el propio Nasralá se refirió en repetidas ocasiones a su inminente asesinato y, en cierto modo, puede que lo anhelara. En una reciente entrevista que ha salido a la luz de principios de la década de 1990, Nasralá describe el martirio como algo parecido a «entrar en una habitación tranquila y cómoda» en la que «te espera un cóctel y escuchas una hermosa música clásica».
Para un hombre que ha vivido la mayor parte de las dos últimas décadas en búnkeres y túneles subterráneos, el martirio era algo que creía que honraría su lucha en la Tierra. Y en un momento de creciente crisis política para Hezbolá, la muerte de Nasrallah puede haberle convertido en un símbolo más movilizador que cualquier otra cosa que pudiera haber sido en vida.
Un legado desigual para el ‘líder de la resistencia’
Con Nasralá, Hezbolá tuvo altibajos. La liberación del sur de Líbano en 2000 y la «victoria divina» que puso fin a la guerra de 2006 permitieron al partido cultivar su reputación como la «resistencia» más poderosa a la agresión israelí.
Sin embargo, otras políticas hicieron a Hezbolá profundamente impopular. En Siria, la decisión de Nasralá de intervenir militarmente para apuntalar el régimen de Bashar al-Assad sigue siendo muy controvertida, dada tanto la historia de la ocupación del país por la propia Siria hasta 2005, como la brutal violencia del régimen contra los manifestantes y civiles sirios desde la revolución de 2011.
En el propio Líbano, Hezbolá se convirtió en el principal respaldo de un statu quo sectario corrupto que se convirtió en el blanco de un levantamiento libanés en octubre de 2019. El partido y su aliado chií Amal decidieron reprimir a los manifestantes antigubernamentales, cimentando la reputación de Nasralá como «pacto y protector del gobierno de los ladrones», por citaral fallecido escritor libanés Elias Khoury. El asesinato por Hezbolá del memorialista chií de Dahiya Lokman Slim en febrero de 2021 fue otro recordatorio de la voluntad del grupo de matar a quienes considera una amenaza.
Si Israel hubiera seguido debilitando a Hezbolá con su conocida Doctrina Dahiya, destruyendo infraestructuras militares y civiles en todo el sur del Líbano, Nasralá se habría encontrado en una situación política cada vez más precaria: culpado de esconderse mientras se masacraba a tantos civiles. En un país en el que la reputación de Hezbolá ya estaba por los suelos, esto podría haber supuesto un golpe permanente a su papel de «líder de la resistencia».
Pero gracias a Netanyahu y a sus jefes militares, Nasralá murió como vivió: oponiéndose a la maquinaria de guerra israelí. Nos enteramos de que Nasralá estuvo en realidad en Dahiya todo el tiempo, es decir, que nunca abandonó al pueblo que juró defender. Hasta su muerte, demostró que había logrado eludir durante tres décadas a uno de los Estados de vigilancia más sofisticados del mundo, mientras vivía a apenas 100 kilómetros al norte de la frontera israelí.
¿Cuántos miles de millones se gastaron sólo para rastrear y matar a este hombre? Al parecer, la mera posibilidad de que sobreviviera era demasiado aterradora para Israel. Nasrallah era aparentemente digno de lanzar 80 bombas enteras y arrasar edificios enteros llenos de civiles para matar, un método de asesinato que conmocionó a muchos en Líbano y en todo el mundo. La destrucción fue apocalíptica, una escena ya familiar para los beirutíes que sobrevivieron a la explosión del puerto del 4 de agosto. Nunca sabremos con exactitud cuántas personas murieron -muchas fueron pulverizadas hasta desaparecer-, pero según Hizbulá, el cuerpo de Nasralá permaneció relativamente intacto, muriendo de«traumatismo contuso por la fuerza de la explosión».
Lo que hizo Netanyahu no fue cortar «la cabeza de la serpiente». Elevó al líder de un movimiento que cree en la predestinación, en que el futuro ya está escrito por Dios. Siguiendo esta lógica, el propio Netanyahu es ahora un personaje central en la historia de Nasrallah.
También es revelador hasta qué punto Hezbolá llegó a ser tan importante en la psique israelí, que las IDF incluso bautizaron una de sus doctrinas más notorias con el nombre del barrio donde tiene su cuartel general. Nasrallah vivía sin pagar alquiler en la mente israelí, y seguirá atormentándoles durante años.
Escalada a través de la escalada
Entre la plétora de artículos que en 1992 elogiaban el asesinato de al-Musawi, uno hacía una admisión relativamente sobria. «No creemos que esto sirva para avanzar en el retorno de los [israelíes] cautivos y desaparecidos», afirmaba el autor, en referencia a los soldados israelíes secuestrados por Hezbolá en aquel momento. Más de un año después, otro artículo señalaba que «se prevé que la actividad de Hezbolá siga intensificándose», pero citaba a un analista militar que instaba a Israel a «golpearles más fuerte».
La clase dirigente militar y política de Israel parece convencida una vez más de que derrotar a Hezbolá exige bombardear Líbano indiscriminadamente. En el momento de escribir estas líneas, las FDI ya han sufrido sus primeras bajasen su invasión terrestre. Durante meses, Netanyahu ha estado deseando arrastrar a Hezbolá e Irán a una guerra total, y matando a Nasralá y provocando un aluvión de misiles iraníes, puede que finalmente consiga lo que quiere.
Mientras tanto, Hezbolá aún no ha nombrado al sucesor de Nasralá, aunque según Naim Qassem, líder adjunto del grupo, la decisión se tomará de forma inminente. Hashem Safieddine, primo de Nasralá, jefe del consejo ejecutivo del partido y miembro del consejo militar, es el candidato más probable, y algunos analistas ya han declarado que es «incluso más duro» que Nasralá.
Observación de José Luis Martín Ramos:
No es sencillo la sustitución de un líder. El mismo artículo recuerda que tras el asesinato de Al- Musawi le sustituyó un lider mas eficaz, más carismático, Nasrallah; no solo era eso, con un discurso más potente y ahora con treinta años de experiencia. Negar que el asesinato de Nasrallah ha debilitado a Hezbollah me parece no querer ver la realidad; el supuesto impulso de relaciones, más allá de las que ya tenía, no compensa la desaparición , inesperada, de Nasrrallah. Al Fatah nunca se ha rehecho del asesinato de Arafat; su posible sucesor en el liderazgo popular está en la cárcel y gasta que no recupere la libertad no sabremos si la posibilidad es un hecho.
3. Estancamiento económico secular
La Nota económica de Patnaik de la semana está dedicada a la situación de estancamiento continuado de la economía mundial. En lo que él llama periodos «dirigista» y «neoliberal», el primero, curiosamente, y frente a la creencia común de la «efectividad del mercado», tuvo mucho mayor crecimiento. https://peoplesdemocracy.in/
El estancamiento de la economía mundial
Prabhat Patnaik
EL HECHO de que la economía mundial se ha ralentizado desde la crisis financiera de 2008 está fuera de toda duda. De hecho, incluso los economistas conservadores estadounidenses han empezado a utilizar el término «estancamiento secular» para describir la situación actual (aunque tienen su propia definición peculiar para ello). El propósito de la presente nota es ofrecer algunas cifras sobre la tasa de crecimiento para establecer este punto concreto.
Los cálculos del PIB, que son notoriamente poco fiables para determinados países, lo son aún más para el mundo en su conjunto. En India, muchos investigadores han cuestionado las estimaciones oficiales de la tasa de crecimiento del PIB y han sugerido que esta tasa apenas puede ser superior al 4-4,5% anual durante los últimos años, en contraste con el 7% aproximadamente que muestran las estadísticas oficiales. La exultación por la aceleración del crecimiento del PIB en el periodo neoliberal en comparación con el periodo dirigista parece totalmente fuera de lugar; y si la tasa de crecimiento del PIB apenas ha aumentado en comparación con antes, mientras que las desigualdades se han ampliado de forma significativa, entonces la afirmación de que la condición de los trabajadores se ha deteriorado en el periodo neoliberal, como muestran claramente otros indicadores como las cifras de ingesta nutricional, quedaría aún más firmemente establecida. Pero a pesar de la absoluta inestabilidad de los datos del PIB, examinemos lo que ha estado ocurriendo con el PIB mundial.
Para ello utilizo los datos del Banco Mundial, con el PIB «real» estimado a precios de 2015 para cada país y agregado para el mundo en su conjunto en términos de dólares a los tipos de cambio de 2015. La división de todo el periodo desde 1961 en subperiodos y la comparación entre estos subperiodos es bastante delicada. Tomar las tasas de crecimiento decenales es problemático, ya que, si el comienzo de la década resulta ser un año valle, entonces la tasa de crecimiento de la década se exageraría y, por tanto, daría una imagen distorsionada. En la medida de lo posible, he tomado los años pico y he calculado las tasas de crecimiento de pico a pico de la economía mundial, lo que sin duda ofrece una imagen más fiable del cambio secular en la tasa de crecimiento. Los años concretos son 1961, 1973, 1984, 1997, 2007 y 2018, que fue el último año pico antes de que estallara la pandemia. Las tasas de crecimiento del PIB mundial durante los subperíodos definidos por estos años son las siguientes:
Periodo Tasa de crecimiento del PIB
Por año
1961-1973: 5,4
1973-1984: 2,9 por ciento
1984-1997: 3,1 por ciento
1997-2007: 3,5 por ciento
2007-2018: 2,7 por ciento
De estas cifras se desprenden tres conclusiones. En primer lugar, la tasa de crecimiento de la economía mundial durante el periodo dirigista fue mucho mayor que durante el periodo neoliberal en su conjunto. Este es un punto que a menudo se pasa por alto en la discusión estándar, en la que la insistencia en el tema de la «superioridad del mercado» da la impresión de que la economía mundial debe haber crecido más rápido en la era neoliberal; esta impresión, sin embargo, es completamente falsa. De hecho, ocurre exactamente lo contrario, es decir, una notable ralentización de la economía mundial en el periodo del neoliberalismo.
En segundo lugar, entre el periodo dirigista y el neoliberal hubo un periodo intermedio en el que se produjo una ralentización: la tasa de crecimiento bajó del 5,4% al 2,9%. Esta ralentización fue consecuencia de la estrategia capitalista para combatir la aceleración de la inflación que se había producido a finales de los sesenta y principios de los setenta en el mundo capitalista y marcó el final del periodo dirigista. Es este período intermedio de ralentización del crecimiento del PIB mundial el que creó el marco para la introducción del régimen neoliberal. El capital financiero, que había ido aumentando de tamaño y haciéndose cada vez más internacional, había estado presionando para que se pasara al neoliberalismo. Pero esta presión finalmente dio sus frutos debido a la crisis del dirigismo que se manifestó primero en un repunte inflacionista y después como una ralentización del crecimiento, ya que la política oficial en todo el mundo capitalista intentó luchar contra la inflación reduciendo el gasto público y creando un desempleo masivo.
En tercer lugar, las cifras muestran que una desaceleración prolongada bajo el neoliberalismo ha seguido al colapso de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos. Este colapso precipitó una crisis financiera en el mundo capitalista; pero mientras que el sistema financiero fue rescatado mediante la intervención del Estado (hasta aquí la «eficacia del mercado»), la economía real no ha visto ningún estímulo, ni en forma de un mayor gasto estatal ni de una nueva burbuja comparable a la inmobiliaria, para reactivar su tasa de crecimiento.
Hemos tomado deliberadamente 2018 como año terminal, que representa un año pico. El periodo posterior a 2018 ha sido aún más sombrío para la economía mundial; de hecho, la tasa de crecimiento del PIB entre 2018 y 2022, el último año del que disponemos de cifras, ha sido de un escaso 2,1% anual. Las cifras de la población mundial tampoco son muy fiables, ya que la propia India no realizó su censo decenal ni en 2021, cuando le correspondía, ni después; pero la estimación habitual es que ha estado creciendo a un ritmo que apenas llega al 1% (se calcula que será del 0,8% en 2022). La renta per cápita mundial, se deduce, está creciendo en la actualidad a un ritmo ligeramente superior al 1% anual.
Dado que la desigualdad de ingresos en el mundo ha ido en aumento, la inmensa mayoría de la población mundial debe haber sido testigo de un virtual estancamiento de sus ingresos reales por término medio. Un ejemplo ilustrativo dejará claro este punto. Se calcula que el 10% más rico de la población mundial recibe en la actualidad más de la mitad de los ingresos totales del mundo; de ello se deduce que si los ingresos de este 10% más rico crecieran siquiera un 2% anual, los ingresos del 90% restante habrían permanecido absolutamente estancados por término medio. La conclusión es ineludible: el sistema capitalista en su última fase neoliberal ha llevado a la abrumadora masa de la población mundial a un estado de estancamiento de los ingresos, por término medio, que recuerda a la época colonial; para un gran número de personas en el mundo debe haberse producido una disminución de los ingresos reales.
Es más, no se trata de un fenómeno pasajero que desaparecerá con el tiempo. Esto es lo que les depara el neoliberalismo. Una reactivación del crecimiento en la coyuntura actual requeriría un aumento de la demanda agregada en la economía mundial, lo que a su vez requeriría la agencia del Estado; y el Estado sólo puede tener éxito en el aumento de la demanda si financia su mayor gasto bien a través de un mayor déficit fiscal, bien a través de mayores impuestos a los capitalistas y, en general, a los ricos. Pero estas dos formas de financiar un mayor gasto del Estado están mal vistas por el capital financiero internacional; y puesto que el Estado es un Estado-nación, mientras que las finanzas están globalizadas y pueden abandonar un país en masa en un abrir y cerrar de ojos, el Estado debe doblegarse a los dictados de las finanzas para evitar esa fuga de capitales. De ahí que la intervención del Estado por parte de una nación-Estado concreta para impulsar la demanda agregada y aumentar así la tasa de crecimiento de su economía esté fuera de lugar. Ni siquiera se ha planteado la posibilidad de un estímulo fiscal coordinado, en el que varios Estados aumenten simultáneamente el gasto por cualquiera de los medios mencionados, lo que podría impedir que las finanzas huyeran de todo este grupo de países; esto deja a la política monetaria como único medio de intervención al alcance del Estado.
Sin embargo, incluso en este caso, el tipo de interés de un país no puede ser demasiado bajo en comparación con el que prevalece en los países avanzados, especialmente en EE.UU., porque entonces las finanzas considerarían que ese país es «poco atractivo» y lo abandonarían en masa. Sólo EE.UU. tiene la capacidad de bajar autónomamente sus tipos de interés a lo que considere apropiado para estimular la demanda agregada (lo que permitiría entonces a otros países bajar también sus tipos de interés); pero los tipos de interés en EE.UU. durante gran parte del periodo reciente fueron cercanos a cero y aun así no se produjo ninguna reactivación de la economía mundial. Al contrario, unos tipos de interés tan bajos mantenidos durante un largo periodo tuvieron el efecto de envalentonar a las empresas de ese país para que aumentaran sus márgenes de beneficio y dieran lugar a una aceleración de la inflación, como ha ocurrido últimamente.
El proyecto de toda la vida de Keynes de estabilizar el capitalismo en un alto nivel de actividad para que no sea superado por una revolución socialista, ha resultado ser así una quimera. El estado actual del capitalismo neoliberal demuestra ampliamente este hecho.
4. La culminación del proyecto hitleriano
Bifo, siguiendo a Gunther Anders, cree que hemos entrado en la fase terminal de la historia humana, la Solución Final para toda la humanidad. Todo aderezado con un fuerte componente antiruso -bastante ridículo a mi juicio-, marca de la casa. https://francoberardi.
ENDLOSUNG
Israel, heredero del Tercer Reich de Hitler, inició la solución final contra los judíos en el siglo XXI.
franco berardi 04 oct 2024 https://issa-school.org/to-
La parlamentaria sueca Abir Al-Sahlani pronunció un discurso en el Parlamento Europeo el pasado mes de febrero, aún en silencio, con la mano sobre la boca, limitándose a decir en los últimos minutos de que disponía que «no hay más palabras que decir». Volker Türk, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos también dijo que «no hay palabras para captar los horrores que se están desarrollando ante nuestros ojos en Gaza». Estos son sólo algunos ejemplos. La lista de los que han perdido la palabra es mucho más larga. Yo mismo, a mi pequeña manera, he intentado durante varios meses escribir este artículo sin poder encontrarlas.
(Cálculos de Marina: Tempolinea).
ISTUBALZ: el rostro del mañana
El 20 de enero de 1942, una conferencia de altos cargos nazis celebrada en Wannsee inició el exterminio de los judíos, denominado Endlosung..
Mi generación creció con la creencia de que el horror germinado en los cerebros del grupo dirigente de Hitler se había borrado definitivamente con la derrota de la Alemania nazi. Nei wieder.
Un filósofo judío alemán que había escapado de la Shoah, escribió tras la explosión de las dos primeras bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki que las cosas eran muy diferentes: el fin del nazismo de Hitler, escribió Gunther Anders, no era en absoluto el fin del horror, sino sólo una suspensión.
El futuro Reich, el que verán nuestros hijos y nietos, tendrá un carácter mucho más definitivo y total que el que vivimos en las décadas de 1930 y 1940.
El poder destructivo que la tecnología ha puesto a disposición del hombre está destinado a desatarse, porque mientras «toda la humanidad es hoy eliminable», «lo que cuenta es sólo nuestra inferioridad frente a las máquinas que hemos creado.» (Gunther Anders: El hombre es anticuado, Vol. I, p. 57)
Además, «…..para prevenir el peligro extremo de un recuerdo de la conciencia hemos construido entidades a las que atribuimos responsabilidad, autómatas electrónicos de la conciencia, máquinas cibernéticas que asumen, zumbando, la responsabilidad, mientras el hombre se mantiene al margen, y medio agradecido medio triunfante, se lava las manos.» (Boringhieri, Tomo I, p. 230).
Y por último: «La bomba no sólo pende sobre nosotros. La amenaza nunca cesa. Siempre se pospone. Lo que puede evitarse puede ocurrir mañana. Mañana quedará suspendido sobre nuestros hijos y nietos…Y aunque el acontecimiento extremo no se produjera nunca, aunque siguiera suspendido, a partir de ahora estaremos condenados a vivir a la sombra de este compañero ineludible: por tanto, sin esperanza, de una manera que ya no depende de nosotros». (Ibid. 287).
Anders había captado lo esencial: la creación de un sistema técnico hiperpoderoso provoca tanto una «vergüenza prometeica» en el creador de este sistema, como la inevitabilidad de su efecto.
Después de febrero de 2022 y octubre de 2023, hemos entrado en la fase terminal de la historia humana. La venganza de los rusos contra Occidente y de los israelíes contra los palestinos -pero en realidad contra toda la humanidad, marca el comienzo de la Solución Final para toda la raza humana.
No me importa convencer a ninguno de mis (afortunadamente muy pocos) lectores, porque no pretendo proponer ninguna acción, ya que creo que la acción ya no tiene sentido (salvo la acción de cuidarse a uno mismo y a los allegados).
Sólo expongo lo que veo y lo que pienso. Pienso que Israel es una continuación del Tercer Reich de Hitler, que su destino es iniciar la fase final, la Endlosung, que está claramente en marcha en Oriente Próximo, y de la que por el momento las víctimas son los palestinos, judíos del siglo XXI.
El instrumento de esta solución final puede ser el armamento destructivo impulsado por la inteligencia técnica, o puede ser el colapso climático. O más bien una combinación de ambos flagelos.
Para escapar a la violencia sin fin de la solución final que se desarrollará durante el siglo XXI, me parece que la humanidad ha ideado una vía de escape: la deserción de la procreación, la desnatalidad como autosuficiencia de la humanidad, que ha llegado claramente al final de la línea.
En 2022, con un 0,78, Corea del Sur tiene la tasa de fecundidad más baja del mundo -que indica el número medio de hijos que tendrá una mujer a lo largo de su vida- y se espera que este ratio siga bajando hasta el 0,65 en 2025, según las previsiones oficiales de Statistics Korea. Pero en todo el Norte (pronto también en el Sur, predicen los demógrafos) la tasa de natalidad ha caído muy por debajo del umbral necesario para que la población no disminuya.
El descenso de la natalidad ha puesto en marcha el envejecimiento de la población, por lo que, llegados a este punto, la natalidad sólo puede seguir descendiendo. Tranquilos: la natalidad no puede volver a aumentar porque un tercio de la población está formado por ancianos, porque la fecundidad masculina disminuye debido a los microplásticos y porque la conexión informática sustituye a la unión de cuerpos sexuados.
Además, el último y quizás más importante factor denatalitario es un creciente rechazo por parte de las mujeres de todo el mundo a generar las víctimas del infierno de terror y miseria que promete ser el futuro de este planeta.
Un grupo feminista coreano llamado 4B tiene una agenda:
Ni citas, ni sexo, ni matrimonio, ni hijos.
La inteligencia natural de las mujeres, la imaginación y la voluntad de nuestro tiempo se dirigen hacia un auto-acabamiento pacífico: no más procreación.
ISTUBALZ: la cara del infierno
La paranoia de la Europa esquizo
Mientras la UE envía armas a los ucranianos para que no paren de morir asesinados, Putin gana elecciones en un país de Europa tras otro. Y puede que dentro de poco las gane también en EEUU.
Viena septiembre 2024. Elecciones parlamentarias.
Como en todo el continente, los nazis avanzan en Austria.
Aquí se hacen llamar FPO (Freiheitliche Partei Österreichs), partido de la libertad: en nuevo lenguaje libertad nazi-liberal significa nazismo..
No debería sorprendernos: hace un par de siglos Samuel Johnson escribió:
«¿Por qué los traficantes de esclavos son los que gritan más fuerte la palabra libertad?».
«¿Cómo es que oímos los gritos de libertad más fuertes entre los conductores de negros?».
Herbert Kikl es el actual líder del FPO, partido fundado en 1956 por un oficial de las SS y llevado al gobierno en 1999 por Jorge Heider. Hoy, el FPO es el primer partido de Austria, con el 29,3 de los votos.
Nadie se atreve a decirlo, pero la geografía política europea actual se parece a la de 1941, cuando las tropas de Hitler habían llevado la libertad a todo el continente.
En París hay un tal Barnier en el gobierno, portavoz de la petainista Le Pen. En Hungría está Orban, amigo de los descendientes de las cruces, en Holanda los racistas de Geert Wielders, en Italia están los sucesores de Mussolini.
Incluso en Turingia Sajonia y Brandeburgo los nazis son el primer partido.
La novedad con respecto a los años 40 es que hoy el verdadero líder del nazismo europeo está en Moscú.
Y la Unión Europea (una entidad política ahora prácticamente inexistente) envía armas a los pobres ucranianos que están siendo masacrados desde hace dos años, naturalmente también en nombre de la libertad. Muchos de ellos son nazis, pero no pueden decirlo para no disgustar a Biden y a los europeos que les envían armas.
Dentro de un mes, Putin podría ganar también las elecciones estadounidenses, momento en el que los demócratas liberales europeos, que hacen la guerra a Putin mientras sus pueblos votan abrumadoramente a los amigos de Putin, tendrán que decidir con qué cuerda ahorcarse.
Mientras tanto, la economía alemana se derrumba como era el plan de Joe Biden.
¿Hay alguien que pueda poner orden en este lío?
Contémoslo entonces de otra manera.
De París a Roma, de Viena a Berlín, de Varsovia a Ámsterdam, en todas partes una población de viejos blancos necesitados de una mano de obra joven inmigrante que pueda ser ferozmente explotada a bajo coste, pero que están aterrorizados por la inmigración, votan a partidos racistas que prometen deportar, encarcelar, posiblemente ahogar a los inmigrantes que los viejos pedorros de Europa necesitan desesperadamente.
La democracia liberal se está desintegrando, precipitándose en una guerra por la defensa de la libertad (aquella de la que hablaba Samuel Johnson).
Mientras tanto, multitudes de electores votan a partidos Putin-fascistas.
Europa está sumida en la esquizofrenia y, al mismo tiempo, en una paranoia aguda.
Esa palabra, sin embargo, como sabía Oswald Spengler, también significa «tierra de decadencia». Nadie puede detener la decadencia del mundo blanco, pero el mundo blanco está decidido a no permitir que los oprimidos se liberen de la opresión. Más bien desatan la guerra final, de la que nadie saldrá vivo.
Quizá el director de Il Riformista no pensó en ello, pero la defensa de Occidente cueste lo que cueste es el mensaje que Anders Breivik, el noruego que el 11 de marzo de 2011 asesinó a 77 jóvenes socialistas en la isla de Utoya, dejó en su Manifiesto por la independencia de Europa..
En ese repugnante texto, el asesino Breivik señala que no se siente en sintonía con Adolf Hitler, porque éste se equivocaba en un punto decisivo: había creído que los judíos eran los enemigos de la raza blanca, mientras que, añade el propio Breivik, nuestros enemigos son los islamistas.
Y todos los demás negros de la tierra.
5. El frente de Cisjordania
Entre tanta masacre, las de Cisjordania quedan casi en un segundo plano, pero también allí se está produciendo un cambio con una resistencia unificada en crecimiento. Por ejemplo, cada vez veo más acciones de las Brigadas de Al-Aqsa, formalmente vinculada a Fatah, a la vez que esta organización es el núcleo de la Autoridad Palestina colaboracionista.
https://thecradle.co/articles/
Obstáculo a la ocupación: La primera línea de Cisjordania
A medida que se intensifica la lucha de Israel por mantener el control sobre Cisjordania, una fuerza de resistencia creciente y unificada plantea su mayor desafío «interno» hasta la fecha, amenazando con desentrañar la visión estratégica a largo plazo de la ocupación
Aymun Moosavi 4 DE OCTUBRE DE 2024
Tras doce meses de disuasión fallida, la imagen de Israel ha quedado maltrecha y magullada. Desesperado por proyectar fuerza, el Estado ocupante ha recurrido a diversas medidas agresivas, incluidas las amenazas de una invasión terrestre en Líbano y el asesinato del secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrallah.
Con el mismo fin, la agresión contra la resistencia palestina en Gaza ha continuado en paralelo; Mientras que la ocupación marcó oficialmente el final de la mayor incursión militar en el enclave ocupado desde la Segunda Intifada a principios de septiembre, la atención israelí sigue fija en Cisjordania, con renovados ataques sobre Tulkarem.
Anoche, un ataque aéreo israelí contra un popular café del campo de refugiados de Tulkarem causó la muerte de decenas de civiles, entre ellos mujeres y niños, y de algunos combatientes y comandantes de la resistencia, entre ellos el comandante de las Brigadas Quds en Tulkarem, Ghaith Radwan. Se trata de la mayor masacre perpetrada con un solo ataque en Cisjordania ocupada desde 2002. Aunque las autoridades israelíes afirmaron que la operación tenía por objeto asesinar al alto dirigente de las Brigadas Qassam Zahi al-Aoufi, el elevado número de civiles pone en duda esta justificación.
En respuesta, la resistencia palestina ha llamado a la movilización masiva en toda Cisjordania, y los combatientes de Tulkarem han jurado represalias, lo que indica que el asalto israelí de 10 días en agosto hizo poco por debilitar la resistencia. Los continuos fracasos militares de la ocupación indican un problema más profundo: La incapacidad de Israel para suprimir por completo la resistencia en Cisjordania, a pesar de sus intentos de hacerlo.
Intensificación de la ocupación de Cisjordania
Sin embargo, la entidad de ocupación no volvió su atención a Cisjordania en estos renovados ataques – siempre ha estado allí. Durante meses, ha intensificado cada vez más sus operaciones encubiertas en el territorio, utilizando la guerra contra Gaza como tapadera para ello.
El ministro de Finanzas extremista Bezalel Smotrich llamó a aumentar la creación de nuevos asentamientos en Cisjordania para «frustrar el establecimiento de un Estado palestino,»apenas unas semanas después de que el TPIY dictaminara que la expansión de los asentamientos en el territorio era ilegal según el derecho internacional. Esto tuvo lugar junto con diversas tácticas de intimidación, incluido un aumento de las detenciones arbitrarias con el apoyo de la Autoridad Palestina (AP) y redadas en la mezquita de Al Aqsa.
Sin embargo, esta intensidad se está enfrentando con una fuerza sin precedentes a manos de la resistencia de Cisjordania, cuya fuerza ha alcanzado nuevas cotas. Una nueva generación de combatientes ha estado en el centro de este desarrollo.
El movimiento formado para contrarrestar la más reciente incursión militar en Cisjordania, apodado «Horror de los campos», ha demostrado tanto las nuevas y avanzadas capacidades de la resistencia como la incapacidad de la ocupación para alcanzar sus objetivos estratégicos en el territorio.
Gaza frente a Cisjordania: Diferentes tácticas, diferentes amenazas
El objetivo de la ocupación israelí en Cisjordania nunca ha sido únicamente el dominio militar -se trata de control sobre un territorio crucial para la visión de Israel de construir un Estado. Cisjordania, anexionada por Israel tras la guerra de 1967, tiene una inmensa importancia estratégica debido a su tamaño, recursos y significado religioso.
En contraste con la geografía densamente poblada y confinada de Gaza, la vasta masa terrestre de Cisjordania y su proximidad a los asentamientos israelíes la convierten en un frente más complejo y más crítico para Israel. Esto ha dado lugar a un tipo diferente de estrategia de ocupación en Cisjordania en comparación con Gaza.
Gaza y Cisjordania presentan a Israel dos conjuntos distintos de desafíos, y esto ha configurado la naturaleza de su ocupación en cada región. Gaza, una zona pequeña y densamente poblada, ha sido objeto de repetidos bombardeos aéreos, bloqueos y otras tácticas militares agresivas desde la retirada de Israel en 2005.
El objetivo en Gaza ha sido imponer una devastación generalizada con un riesgo mínimo para los colonos israelíes, ausentes del territorio. Las tácticas de Israel en la zona incluyen intensos bombardeos y desplazamientos de población dentro de Gaza para reforzar aún más el control.
Cisjordania, por otra parte, está mucho más integrada geográfica y estratégicamente en los planes más amplios de Israel. Las aldeas palestinas y los asentamientos ilegales israelíes coexisten, creando un complejo mosaico de comunidades y aumentando los riesgos asociados a cualquier acción militar agresiva.
En consecuencia, el Estado ocupante ha optado por formas más encubiertas de ocupación en Cisjordania. Entre ellas se incluyen la construcción de asentamientos que fragmentan las comunidades palestinas, el mantenimiento de la vigilancia mediante puestos de control, la imposición de restricciones a la circulación a través del sistema de permisos, y utilizar la AP para reprimir los movimientos de resistencia. También se ha permitido tácitamente que la violencia de los colonos israelíes continúe y se intensifique, aterrorizando a las comunidades palestinas sin temor a represalias..
A pesar de la naturaleza encubierta de la ocupación, la resistencia de Cisjordania ha seguido evolucionando. A diferencia de Gaza, donde los grupos de resistencia han tenido más libertad para organizarse y lanzar operaciones coordinadas, los movimientos de resistencia de Cisjordania se han basado tradicionalmente en acciones más pequeñas y localizadas como tiroteos a quemarropa, apuñalamientos y ataques con explosivos. .
La continua presencia israelí en la región impide realizar operaciones a gran escala, pero la resistencia se ha adaptado a esta realidad formando grupos ágiles y descentralizados capaces de llevar a cabo ataques rápidos y selectivos.
El surgimiento de una nueva generación de resistencia
La reciente evolución de la resistencia en Cisjordania ha sido impulsada por una nueva generación de combatientes, muchos de los cuales crecieron a la sombra de la ocupación israelí. Estos combatientes han aportado un nuevo enfoque a la resistencia, centrándose en unificar facciones anteriormente fragmentadas bajo un objetivo común: la resistencia armada para la liberación.
Durante la batalla de 2021 ‘Sayf al-Quds, grupos dirigidos por jóvenes como La Guarida de los Leones y las Brigadas de Yenín surgieron como el rostro de este nuevo movimiento. Aunque muchos de sus miembros tienen vínculos con partidos políticos tradicionales como Hamás, Al Fatah y el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), han optado por dejar a un lado las diferencias ideológicas para luchar bajo una bandera colectiva.
Este nuevo enfoque se ha puesto de manifiesto en operaciones recientes, como el Tiroteo del Valle del Jordán en respuesta a la masacre de Fajr en Gaza. Como el difunto líder de la resistencia y comandante de la Brigada de Tulkarem Abu Shujaa remarcó antes de su asesinato: Mi mensaje a la población de Gaza es que sigan adelante, estamos a su lado, y les vemos como mentores y pedimos a Dios que les recompense. Sois un pueblo de paciencia, de persistencia. Esto se sabía desde hace tiempo sobre el pueblo de Gaza, pero la batalla del Diluvio de al-Aqsa demostró al mundo entero que el pueblo de Gaza es capaz de acabar con Israel.
La importancia estratégica de Cisjordania
La ansiedad de Israel por la creciente resistencia de Cisjordania también está relacionada con su proximidad a Jordania, «uno de los frentes árabes más importantes,» según los líderes de la resistencia palestina.
Jordania, que comparte una larga frontera con Cisjordania, alberga la mayor población de refugiados palestinos y se ha convertido en un lugar fundamental para las protestas de solidaridad palestina. Esto se demostró más claramente durante la operación del cruce del puente Allenby, llevada a cabo por el conductor jordano y soldado retirado Maher al-Jazi.
La operación, que tuvo lugar cerca de la frontera entre Cisjordania y Jordania, acentuó los temores de Tel Aviv de que el apoyo popular jordano a la resistencia palestina pudiera suponer una amenaza significativa para su control sobre Cisjordania.
El hecho de que Israel siga centrándose en Cisjordania durante su guerra contra Gaza refleja lo mucho que está en juego. Es probable que se produzcan más incursiones y operaciones militares en Cisjordania, ya que Israel sabe que perder el control del territorio representaría un golpe importante para sus objetivos estratégicos de larga data.
La lucha por romper o reforzar la resistencia
Para comprender la mayor vulnerabilidad de Israel, basta con mirar hacia donde ejerce más fuerza: Cisjordania. Junto con Gaza y Líbano, la intensificación de la represión en Cisjordania revela uno de los temores más profundos de Israel: perder el control de este territorio estratégicamente vital.
Para el Estado ocupante, la batalla en Cisjordania no es sólo otro frente en el conflicto con Hamás: es una lucha por la supervivencia. Si Israel pierde el control de Cisjordania, corre el riesgo de desbaratar su proyecto más amplio de construcción del Estado, así como de exponer sus asentamientos y fronteras a nuevas amenazas.
A pesar de sus mejores esfuerzos, Israel ha sido incapaz de suprimir la creciente fuerza de la resistencia de Cisjordania, que ha evolucionado hasta convertirse en una fuerza formidable y unificada.
Esta resistencia es a la vez un obstáculo crítico para la antigua misión de Israel de integrar plenamente Cisjordania en su territorio y una ambición a largo plazo del Eje de la Resistencia de Asia Occidental para reforzar a las facciones locales con armas y suministros.
El continuo ascenso de la Cisjordania ocupada, contra todo pronóstico, no hace sino ahondar las angustias existenciales de Israel.
6. Bélgica, también a la derecha
Tal como está el mundo, los problemas internos de Bélgica pueden parecer los propios del mantenimiento de un balneario, pero en este artículo en Sidecar se destaca que tras una respuesta no neoliberal, sino neokeynesiana, a la crisis ecónomica, ha venido el ascenso imparable de la extrema derecha, como en todas partes, allí en su variante «mi región, primero», que tan bien conocemos en Cataluña.
¿Paso a nivel nacional?
Anton Jäger 04 de octubre de 2024
Bélgica no es un país propenso a batir récords mundiales. Este verano, los atletas de la nación se llevaron a casa un total de diez medallas olímpicas, mientras que su actuación estelar más llamativa en la última década se ha producido en un ámbito totalmente distinto: el tiempo que se tarda en formar gobierno. Tras las elecciones de 2009, el país permaneció 541 días sin gabinete federal, debido a una disputa sobre los derechos lingüísticos territoriales entre los partidos de Flandes, de habla neerlandesa, y Valonia, de habla francesa. Oficialmente, es el periodo más largo que una nación moderna ha estado sin gobierno sin que se desmoronara la autoridad del Estado. Todo ello en medio de una crisis financiera mundial que llevó a la mayor parte de la periferia europea al borde del abismo económico.
Los resultados del estancamiento fueron llamativos. Dados sus niveles de deuda pública, muchos esperaban que Bélgica aplicara las políticas de austeridad adoptadas uniformemente en todo el mundo atlántico. Sin embargo, la ausencia de un ejecutivo electo hizo que esto no sucediera. En lugar de recortar el gasto público, los gobiernos provisionales del país se atuvieron a la regla de las «doceavas partes provisionales», según la cual los presupuestos se renovaban cada mes sin recortes ambiciosos. Para algunos economistas, esto ofrecía una prueba de laboratorio contrafactual. Liberales de izquierda como Paul Krugman elogiaron el enfoque belga de la gobernanza de la crisis: La no gobernanza, o más bien una especie de gestión de la demanda en piloto automático parecía una alternativa más amigable.
Tras la ronda final de las elecciones de junio, el keynesianismo faute de mieux parece decididamente fuera de moda. Tanto en Valonia como en Flandes, un bloque de partidos de derechas ha obtenido pluralidades decisivas en múltiples niveles de la intrincada arquitectura federal belga. En Flandes, la región más rica del país, se han intensificado tendencias ya consolidadas, con el partido de centro derecha N-VA (Nueva Alianza Flamenca) y el de extrema derecha Vlaams Belang (Interés Flamenco) en primer y segundo lugar. Ambos buscan reformas que vacíen aún más las instituciones federales y otorguen más poder a las regiones. La semana pasada se formó una coalición de centro-derecha que planea recortar las ayudas sociales a los inmigrantes y restringir aún más el acceso a la vivienda social, compensado con vagas promesas sobre la ampliación de las guarderías y la inversión en transporte público.
En Valonia, el giro a la derecha era menos fácil de prever. Esta región prototípica de la posindustria, que suele ser el caldo de cultivo de la extrema derecha emergente en Europa, ha seguido votando durante mucho tiempo al Parti Socialiste (Partido Socialista Valón). Este año, sin embargo, el partido parecía finalmente agotado, víctima del envejecimiento de su base y de la incapacidad de renovar sus cuadros. El principal beneficiario ha sido el Mouvement Réformateur (Movimiento Reformista) -que nominalmente sigue siendo un partido liberal, pero que ahora canaliza la energía de la extrema derecha generalizándose por todo el continente- junto con los democristianos rebautizados de Les Engagés, que también fueron capaces de arrebatar votos a los alicaídos Verdes. A principios de este verano, el MR y Les Engagés llegaron a un acuerdo para reducir el impuesto de sucesiones y prometer recortar el desmesurado funcionariado característico de la región, preludio de la terapia de choque que supuestamente se perdió Valonia en los años noventa.
En conjunto, todo ello parece haber conferido a Bélgica una homogeneidad política poco habitual. Con la derecha ascendente en todo el país, ahora debería ser fácil formar un gobierno federal. Pero, como de costumbre, las apariencias engañan. Antaño, los nacionalistas flamencos invocaban la divergencia política entre regiones -una Flandes mayoritariamente de derechas, una Valonia incorregiblemente de izquierdas- como argumento definitivo para una separación amistosa. Pero con una coalición de derechas en el Sur, los conservadores valones pueden rechazar estas afirmaciones. ¿Por qué dividir el país si las regiones se encuentran en el mismo bando político? Hacerlo les privaría de colaboradores de derechas al otro lado de la frontera lingüística, un vincolo esterno que podría mantener a raya las pasiones izquierdistas en la región. Este pragmatismo es compartido por las empresas exportadoras flamencas, cruciales para la base social de la N-VA, que ansían certidumbre jurídica y un suministro seguro de mano de obra, a ser posible, de una Valonia más pobre. Una vieja generación de nacionalistas flamencos, que aún espera que el partido ayude a la región a separarse, está abocada a la frustración. Una vez más, la mayoría regional más grande de Europa perderá su propio Estado, a diferencia de los irlandeses, checos y eslovacos, que obtuvieron el suyo hace décadas.
Detrás de estas cuestiones regionales se esconden las ominosas perspectivas económicas de Bélgica. En la década de 2010, a pesar de su elevadísima deuda pública, el país se libró de la vigilancia de los bonos infligida a los PIIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España). Sin embargo, el gasto público ha continuado mientras subían los tipos de interés, lo que preocupa a los políticos, que temen que el déficit público ahuyente la inversión extranjera de la que depende la economía belga (y principalmente flamenca). Para los de derechas, esto se relaciona con otro récord mundial. Bélgica tiene el Estado del bienestar más generoso del mundo, según una reciente investigación que compara los sistemas de prestaciones, incluidos los pagos de pensiones, subsidios de desempleo y subsidios de enfermedad. La investigación proporciona una historia inadvertida de las fortunas de la socialdemocracia. Mientras que en 1981 Bélgica seguía ocupando el quinto lugar, por detrás de antiguos abanderados de la socialdemocracia escandinava como Suecia y Dinamarca, a finales de la década de 2010 el país se deslizó hasta el primer puesto.
¿Cuál es la mejor manera de explicar la resistencia socialdemócrata de Bélgica? La investigación sugiere varios factores: el voto obligatorio, el poder intacto de los sindicatos y los restos de los sistemas de partidos corporativistas que unían a empleados y empresarios en un mismo partido. El primero garantiza que la política no se convierta en un asunto exclusivo de las personas con estudios superiores, más proclives a votar a la derecha. Mientras tanto, los sindicatos colectivizaban la negociación laboral, y la estructura belga de pilares proporcionaba cohesión entre las clases. Cuando en los años 80 la Democracia Cristiana quiso imponer en Bélgica una revolución neoliberal, el ala sindical del partido frenó sistemáticamente las medidas más radicales propuestas por la élite del partido. Un partido intraclasista que debía servir tanto a empresarios como a trabajadores no podía permitirse una guerra de clases abierta; se suavizaron las aristas más duras del neoliberalismo anglosajón.
Las consecuencias fueron únicas. Tanto en Francia como en Italia, una versión de la indexación salarial -que ajusta los ingresos de los trabajadores al precio de una serie de bienes de consumo- pereció ya en los años ochenta y noventa. En Bélgica, los partidos de derechas sí forzaron los saltos de indexación y pudieron practicar la moderación salarial de forma encubierta. Sin embargo, desde el punto de vista legislativo, la indexación salarial, junto con las prestaciones continuas por desempleo, las generosas pensiones del sector público y las jubilaciones anticipadas, han sobrevivido mientras que las de los países vecinos no lo han hecho;
Todo esto plantea una pregunta tentadora. ¿Acaso Bélgica nunca experimentó una revolución neoliberal? Para los grupos de reflexión y los partidos pro-mercado, el calificativo de «neoliberal» para un país con una ratio deuda/PIB superior al 100%, un sector público generoso y un Estado del bienestar casi intacto, es irrisorio. En las últimas semanas, el historiador belga Brecht Rogissart ha contraargumentado con fuerza. Para Rogissart, el neoliberalismo es una estrategia colectiva de clase, que da oxígeno a las empresas para recuperar las cifras de crecimiento de la posguerra frenando a la clase obrera organizada. Y en este sentido, sostiene, el neoliberalismo reinó en Bélgica a partir de 1982, cuando una coalición de democristianos y liberales obtuvo el permiso de la ley de emergencia para devaluar el franco y aplicar la represión salarial. Su argumento tiene claras consecuencias políticas. Más que una revolución tardía, Rogissart considera que los últimos acontecimientos representan la culminación de un proceso iniciado en los años ochenta. La derecha belga es «la última neoliberal», según la expresión utilizada por los politólogos franceses Bruno Amable y Stefan Palombarini para referirse a Macron.
Al igual que el belga Javier Milei, el líder del MR valón Georges-Louis Bouchez -ferozmente proisraelí y económicamente libertario- espera llevar la terapia de choque al equivalente europeo occidental de Alemania del Este, tras lo cual Valonia podrá volver a convertirse en un proveedor barato de mano de obra para una economía exportadora del Norte. Para él, no es necesaria una mayor regionalización del país; la terapia de choque es mejor si se lleva a cabo al ritmo nacional, con los nacionalistas flamencos aparcando sus demandas separatistas por encima de las demandas de la élite económica. Esta «burguesía subalterna» -como dijo Matthias Lievens, tomando prestada una frase de Perry Anderson- nunca tuvo que librar una contienda revolucionaria con una aristocracia y no necesitó una historia heroica para apoyar su dominio. Económicamente dominante pero no políticamente hegemónico: ésta es la cómoda pero liminal posición que ocuparon los capitalistas flamencos tras la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, ese dominio sin hegemonía está ahora en peligro, a medida que la crisis industrial europea se extiende desde el corazón de Alemania.
2023 marcó el peor año de quiebras industriales en años, y 2024 ha visto cifras igualmente sangrantes en los sectores de la construcción y la hostelería. Las causas profundas de la crisis son fáciles de conjeturar: no se trata de la deuda nacional ni de la desventaja salarial per se, sino de la renqueante economía alemana, que pierde terreno en el mercado de los vehículos eléctricos y se tambalea por los altos costes de la energía tras su desvinculación forzosa del suministro de gas ruso. La penetración de los productores chinos ha tenido efectos caóticos en las economías satélite del núcleo alemán de Europa, que deben reorientarse hacia las líneas de suministro estadounidenses o esperar una acción supranacional concertada. No está claro que la austeridad pueda contribuir mucho a este esfuerzo de recuperación. Bélgica tiene un control limitado sobre los flujos de capital a los que se ha convertido en un conducto y, por lo tanto, sigue siendo un claro beneficiario de la posible acción multilateral a nivel europeo. El exitoso informe sobre la productividad elaborado por Mario Draghi a principios de este verano parece insinuarlo. Aunque no ofrezca perspectivas de absorción en una federación hamiltoniana, la estrategia de Draghi sólo puede beneficiar a Bélgica.
Sin embargo, existe un obstáculo: los sectores más dinámicos de la economía siguen considerándose dependientes de los resultados de la economía alemana, lo que da lugar a una mentalidad incorregiblemente partidaria de la austeridad. Para ellos, la inversión pública a escala europea conlleva riesgos mortales. En lugar de pugnar por una estrategia supranacional, ven en la disciplina alemana el requisito previo esencial para sus propias tasas de beneficio. Es difícil encontrar mejores ejemplos de irracionalidad colectiva de clase. Para evitar el cataclismo industrial, una pequeña nación como Bélgica -que perdió su capitalismo nacional en algún momento entre 1945 y 1973- sólo puede depositar su esperanza en amos más sabios.
Siga leyendo: Anton Jäger, ‘Regiones rebeldes’, NLR 128.
7. Más sobre Assange en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa.
La visión de Tarik Cyril Amar sobre la importancia histórica de la figura de Assange. https://swentr.site/news/
Por qué este hombre es el preso político vivo más importante
Julian Assange explica en una reunión de 46 países europeos por qué no se debe permitir que Washington pisotee la independencia y la soberanía de los demás
Por Tarik Cyril Amar, historiador de Alemania que trabaja en la Universidad Koç de Estambul, sobre Rusia, Ucrania y Europa del Este, la historia de la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría cultural y la política de la memoria. @tarikcyrilamartarikcyrilamar. tarikcyrilamar.com
Mientras el mundo se tambalea al borde de una guerra masiva en Oriente Próximo que podría convertirse en la Tercera Guerra Mundial, es difícil siquiera darse cuenta de otros acontecimientos importantes.
Lo que parece eclipsar todo lo demás es el espantoso espectáculo de Israel y el Occidente colectivo coperpetrando un genocidio en Gaza al tiempo que producen múltiples ataques y masacres en Cisjordania, Líbano, Siria e Irán, además de lanzar incesantes amenazas de hacer cosas aún peores si las víctimas se atreven a contraatacar. Cuando Gaza está siendo exterminada y Beirut está ardiendo, ¿por qué la gente se volvería para mirar, por ejemplo, a la soñolienta Estrasburgo?
Y, sin embargo, el 1 de octubre tuvo lugar allí un acontecimiento silenciosamente histórico: la primera gran aparición pública de Julian Assange, fundador de WikiLeaks, editor y destacado periodista de investigación, tras su liberación en junio de unos 14 años de feroz persecución y encarcelamiento estadounidense-británico, algunos de los cuales, según el relator especial de la ONU Nils Melzer y la prestigiosa revista médica The Lancet, equivalen a tortura.
Aunque ahora está libre, es importante señalar que Assange no ha recibido justicia y lo más probable es que nunca la reciba: Víctima de escandalosos abusos del poder del Estado, los delitos cometidos contra él ni siquiera han sido reconocidos por sus autores. En lugar de ello, para escapar a una mayor persecución se vio obligado, mediante un acuerdo de culpabilidad, a fingir que reconocía su inexistente culpabilidad. Como él mismo dijo en Estrasburgo -en clara referencia irónica al título de las memorias de un famoso disidente soviético-, «eligió la libertad frente a una justicia irrealizable».
La justicia para él «está ahora excluida» en el futuro, también, porque Washington ha escrito en el acuerdo de culpabilidad que él «no puede presentar un caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos o incluso una solicitud de libertad de información» en los EE.UU. Hasta aquí, una vez más, el Estado de Derecho en el «orden basado en normas»: Pervertido hasta el último momento y más allá. Este resultado extremadamente turbio también significa, de nuevo en palabras del propio Assange, que «hoy no está libre porque el sistema haya funcionado», sino porque se declaró culpable de, en efecto, hacer periodismo, lo que, por supuesto, sencillamente no es un delito.
La ocasión para la declaración de Assange y la breve sesión de preguntas y respuestas en Estrasburgo fue una audiencia a escala engañosamente pequeña en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE, una organización de 46 naciones que no debe confundirse con la UE). Organizada por la Comisión de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de la PACE, la audiencia precedió a un debate completo en el que se abordó un detallado informe sobre el trato dado a Assange y sus «escalofriantes efectos sobre los derechos humanos». Ese debate tuvo lugar el 2 de octubre. Su resultado clave fue la confirmación oficial por parte de la PACE de que Assange era un preso político. A pesar del flagrante abuso por parte de Washington de la Ley de Espionaje de 1917 para perseguirle, todo el mundo al que no le haya lavado completamente el cerebro la propaganda estadounidense lo sabe, por supuesto, desde hace mucho tiempo.
Y no sólo cualquier preso político: Todos los presos políticos sufren injustamente y merecen apoyo. Pero, debido a las repercusiones mundiales de su persecución por parte de Estados Unidos, el hegemón canalla de Occidente, la historia recordará a Julian Assange como el preso político más importante de las primeras décadas posteriores a la Guerra Fría, sin una pizca de hipérbole. Las cuestiones que estaban en juego eran y siguen siendo de importancia mundial y marcarán el futuro de la humanidad, para bien o para mal: la libertad de expresión; el papel de los medios de comunicación libres y sin trabas a la hora de pedir cuentas a los poderosos; sus esfuerzos cada vez más agresivos por acallar tales desafíos, especialmente a través de las fronteras; la falta de protección de las personas perseguidas por Estados poderosos que manipulan o desobedecen sus propias leyes; y, por último, pero no por ello menos importante, los enormes abusos que sufre la gente corriente, especialmente en el Sur Global, a manos de un Occidente que libra guerras de agresión y campañas de tortura y que ahora está coperpetrando un genocidio.
Esa es una de las razones por las que la reunión de Estrasburgo era tan importante. La otra es el hecho de que el destino de Assange está relacionado con los horrores que se están infligiendo actualmente en Oriente Medio. Porque fueron las revelaciones de Assange sobre décadas de crímenes cometidos por EE.UU. y sus seguidores occidentales en Oriente Medio (en sentido amplio) lo que más le llevó a su calvario.
Aunque también fue objeto de Russiagate/Russia Rage fuego por exponer la corrupción del Partido Demócrata y manipulaciones durante las elecciones de 2016 que Hillary Clinton todavía no puede creer que perdió, que no era la cuestión clave. Y Assange obviamente no ha funcionado de alguna manera como un agente ruso. De hecho, en Estrasburgo se esforzó repetidamente por implicar falsamente una equivalencia entre el asesinato masivo sistemático por parte de Israel de periodistas (en su mayoría) palestinos y el asesinato de sus homólogos de ambos bandos en la guerra de Ucrania.
Lo que realmente empezó a poner zancadillas a Wikileaks fue su ejemplar trabajo de investigación sobre las atrocidades estadounidenses durante la fundamentalmente ilegal guerra de agresión en Irak. Eso pintó una primera gran diana estadounidense en la espalda de Assange en 2010. Ese año, WikiLeaks publicó el ya famoso vídeo «Asesinato Colateral«<que aportaba pruebas claras de crímenes de guerra cometidos en 2007 por una alegremente asesina (¡y parlanchina!) tripulación de pilotos de helicópteros de combate estadounidenses. Siguieron más revelaciones, entre ellas sobre lo que en realidad eran escuadrones de la muerte dirigidos por EE.UU. y sus auxiliares durante la guerra de EE.UU. y la OTAN en Afganistán, así como sobre los ‘programas de rendición‘ de EE.UU., es decir, secuestros, sitios negros y torturas, incluso en Europa.
Solo hubo otra hazaña de Wikileaks que rivalizó con su exposición de las muy sucias realidades de la llamada Gran Guerra contra el Terror (y sus secuelas) a la hora de enfurecer a EE. UU: los documentos «Vault 7», publicados en 2017, que, en resumen del propio Assange en Estrasburgo «revelaron la vasta producción de malware y virus por parte de la CIA, su subversión de las cadenas de suministro, su subversión del software antivirus, los coches, los televisores inteligentes y los iPhones.»
Después de eso, y bajo el mismo Donald Trump que bien podría ser el próximo presidente de EE.UU. y hace alarde de su amistad con el propietario de X, Elon Musk, que pretende promover la «libertad de expresión», EE.UU. sacó toda la artillería pesada. Como explicó Assange durante el Q&A en Estrasburgo esta semana, WikiLeaks había enfadado al estado de seguridad nacional, «uno de los poderes constitutivos» del sistema político real en EE UU. En respuesta, el entonces director de la CIA Mike Pompeo «lanzó una campaña de represalias» que incluía no sólo el embrutecimiento de Assange mediante el aislamiento y el encarcelamiento, sino también «planes para secuestrarlo y asesinarlo» dentro de la embajada de otro Estado (Ecuador) en otro país (Reino Unido). «El robo, los ataques de piratas informáticos y la colocación de información falsa» se utilizaron contra los asociados de Assange y el personal de WikiLeaks. En un episodio particularmente vil y espeluznante, su mujer y su hijo pequeño también estuvieron en el punto de mira de los estadounidenses. Se dieron instrucciones para obtener ADN del pañal de su hijo.
Es obvio que Assange se vio obligado a llegar a un acuerdo que pervirtió la justicia. Sin embargo, hay un hecho que se pasa por alto con demasiada frecuencia porque nos hemos acostumbrado a ello: Ante los innumerables crímenes cometidos contra los invadidos y ocupados en Oriente Próximo, los espiados y manipulados en todas partes, y los que intentan sacar a la luz estos abusos, ni un solo culpable ha sido nunca procesado o siquiera investigado, como subraya el informe de la PACE. Si la impunidad del apartheid genocida de Israel en su actual alboroto por Oriente Medio le desconcierta, tenga en cuenta que Occidente en su conjunto tiene una cultura de impunidad mucho mayor y de larga data.
Este nihilismo legal puede ser creativo. Después de 2017, para ir a por Assange, algunas de las mentes más brillantes de la jurisprudencia estadounidense inventaron una teoría completamente nueva y perversa. En el conciso resumen de Assange, según esta patraña, «solo los ciudadanos estadounidenses tienen derechos de libertad de expresión; los europeos y otras nacionalidades no tienen derechos de libertad de expresión». Al mismo tiempo, la ley estadounidense «Espionage Act» sigue aplicándose a ellos independientemente de dónde se encuentren. Por lo tanto, los europeos en Europa deben obedecer la ley de espionaje de EE.UU. sin ninguna defensa en absoluto,» que es incluso menos de lo que se concede formalmente a los ciudadanos estadounidenses en virtud de sus derechos de la primera enmienda. «Un estadounidense en París» (nótese la alusión a Gene Kelly esta vez), señaló Assange, «puede hablar de lo que trama el gobierno de EE.UU. -quizá-. Pero para un francés en París, hacerlo es un delito sin defensa y puede ser extraditado igual que yo».
El caso en curso de Julian Assange trata de muchas cosas cruciales. Pero si tuviera que elegir una sola como la cuestión más importante, sería esta extralimitación casi cómicamente arrogante y burda de Estados Unidos. No porque sea una bofetada obvia a todos los demás Estados del mundo; así es la clase dirigente estadounidense. Parece que no pueden evitarlo.
Lo que hace que esta cuestión sea decisiva es otra cosa: cualesquiera que sean las perversiones y abusos que se les ocurran a los dirigentes estadounidenses, afectarán o bien sólo a EEUU, como debería ser, o bien a todos nosotros, como suele ocurrir ahora. En otras palabras, Estados Unidos no tiene límites sanos. Siempre se excederá, mientras se sienta lo suficientemente fuerte. O que los demás son lo bastante débiles. El primer paso estratégico para al menos limitar y contener los abusos estadounidenses es que otros países preserven o reclamen su soberanía. En este sentido, resulta tristemente irónico que Assange hablara en la UE ante una institución europea. Porque, a pesar de los esfuerzos de la PACE, Europa Occidental es la parte del mundo con menos posibilidades de recuperar la soberanía. Otros, sin embargo, nunca la han perdido o van camino de reafirmarla.
8. Irán, los BRICS y EEUU
Pepe Escobar da algunos datos técnicos sobre el ataque iraní, quizá propagandísticos, y luego vuelve a su tema favorito: Occidente contra los BRICS, en esta ocasión, centrada la lucha en Irán.
Mienten. Engañan. Roban. Bombardean. Y manipulan
Pepe Escobar – 4 de octubre de 2024
Los psicópatas talmúdicos no sólo se obsesionan con insuflar fuego contra el Eje de la Resistencia sino que ahora también van a por los intereses nacionales rusos.
Se podría argumentar que la Noche de las Represalias Balísticas de Irán, una respuesta mesurada a las provocaciones en serie de Israel, tiene menos consecuencias en lo que respecta a la eficacia del Eje de la Resistencia que la decapitación de la cúpula de Hezbolá.
Aún así, el mensaje fue suficiente para que los psicopatólogos talmúdicos entraran en frenesí; a pesar de sus histéricos desmentidos y de su enorme despliegue publicitario, el papel higiénico de hierro y el sistema de flechas quedaron de facto inutilizados.
El CGRI dio a conocer que la andanada de misiles fue inaugurada por un único Fatteh 2 hipersónico que acabó con el radar del sistema de defensa antiaérea Arrow 3 -capaz de interceptar misiles en la atmósfera.
Y fuentes militares iraníes bien informadas afirmaron que los hackers se pusieron en modo ciberataque pesado para interrumpir el sistema Cúpula de Hierro justo antes del inicio de la operación.
El Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica confirmó finalmente que sólo se alcanzó el 90% de los objetivos previstos; la implicación era que cada objetivo debía ser visitado por varios misiles, y que algunos fueron interceptados.
Se puede especular ampliamente sobre cuántos F-35 y F-15 fueron finalmente destruidos o dañados en dos bases aéreas, una de las cuales, Nevatim, en el Negev, quedó literalmente inoperativa.
La entente militar Irán-Rusia -parte de su asociación estratégica integral que pronto se firmaría- estaba en vigor. El IRGC utilizó el recientemente suministrado interferidor electromagnético ruso para cegar los sistemas GPS de Israel y la OTAN, incluidos los de los aviones estadounidenses. Eso explica la Cúpula de Hierro lejos de golpear los cielos nocturnos vacíos.
Enmarcando la represalia de Irán como un casus belli
Nada de eso cambió sustancialmente la ecuación de la disuasión. Israel sigue bombardeando el sur de Beirut. El patrón sigue siendo el mismo: cada vez que son alcanzados, los genocidas gritan de dolor o lloriquean como bebés molestos mientras su máquina de matar sigue funcionando -con civiles desarmados como objetivos privilegiados.
Los bombardeos nunca cesan -y no lo harán-, desde Palestina a Líbano y Siria, a través de Asia Occidental, y dando lugar a la «respuesta» a la Noche Balística de Irán.
Irán se encuentra en una posición geopolítica y militar extremadamente dura – por no hablar de geoeconómica, todavía bajo un tsunami de sanciones. Obviamente, los dirigentes de Teherán son plenamente conscientes de la trampa tendida por el combo talmúdico-americano-sionista – que quieren atraer a Irán a una guerra mayor.
Jake Sullivan, uno de los incondicionales del combo de Biden que realmente está dictando la política estadounidense (en nombre de sus patrocinadores), teniendo en cuenta la patética condición del zombi de la Casa Blanca, prácticamente lo deletreó: «Hemos dejado claro que habrá consecuencias -severas consecuencias- por este ataque, y trabajaremos con Israel para asegurarnos de que así sea».
Traducción: Se le dan vueltas a la Noche de las Represalias como un casus belli. EE.UU.-Israel ya están culpando a Irán por la posible Mega-Guerra que se avecina en Asia Occidental.
Esta guerra es el Santo de los Santos desde al menos los días del régimen de Cheney – hace dos décadas. Y sin embargo Teherán, si así lo decidiera, ya tiene lo necesario para arrasar Israel. No lo harán porque el precio a pagar sería insoportable.
Incluso si los psicópatas talmúdicos y los Zio-cons consiguieran finalmente su deseo, una posibilidad remota, esta guerra, después de una devastadora campaña de bombardeos, sólo podría ganarse con masivas botas estadounidenses sobre el terreno. Cualquiera que sea el giro rodando en Zio-con controlado Think Tankland / pantano de los medios de comunicación, que no va a suceder.
Y todavía la Marcha de la Locura prosigue ininterrumpidamente: el Proyecto Sionista, un abrazo mortal EEUU/Israel, contra Irán. Pero con un potente diferencial: el respaldo de Rusia y, más atrás, China. Estos tres son la tríada clave de los BRICS. Están a la vanguardia en el intento de construir un nuevo y justo mundo multinodal. Y no por casualidad resultan ser las tres principales «amenazas» existenciales para el Imperio del Caos, la Mentira y el Saqueo.
Con el Proyecto Ucrania yéndose por el sumidero de la Historia, además de enterrar definitivamente el «orden internacional basado en reglas» en la tierra negra de Novorossiya, el verdadero gran frente de la Guerra Única, la nueva encarnación de las Guerras para Siempre, es Irán.
Paralelamente, Moscú y Pekín se dan perfecta cuenta de que cuanto más se empantane Excepcionalistán en Asia Occidental, más margen de maniobra tienen para acelerar el vaciado del tambaleante Leviatán.
A Hezbolá le espera un periodo muy duro. Los recursos -especialmente el suministro de armas y equipo militar, a través de Siria y por vía aérea desde Irán al Líbano- serán cada vez más escasos. Compárelo con la ilimitada cadena de suministro de Israel desde Excepcionalistán – por no hablar de las toneladas de dinero.
La información de Israel no es nada despreciable, ya que los comandos se adentraron en secreto en territorio de Hezbolá para recabar información sobre la red de fortificaciones. Cuando -de hecho, si- lleguen a zonas pobladas del sur del Líbano, bombardearán la demencia y lanzarán artillería pesada contra las zonas residenciales.
Esa operación bien podría llamarse Gaza en el Litani. Sólo se llevará a cabo si se desarticula la compleja red de Hezbolá en el sur del Líbano, un «si» muy importante.
Jeffrey Sachs, a pesar de todas sus buenas intenciones, llegó tan lejos como pudo para caracterizar a los israelíes como terroristas extremistas judeoconservadores. Prácticamente toda la Mayoría Global es ahora consciente de ello.
Lo que viene a continuación en la planificación talmúdica-zio-con puede incluir una espantosa bandera falsa, posiblemente después de las elecciones presidenciales de EE.UU., por ejemplo, en un buque de la OTAN o en las tropas de EE.UU. en el Golfo Pérsico, para encerrar a la nueva administración en la largamente planeada guerra de EE.UU. contra Irán. Dick Cheney tendrá un orgasmo y morirá.
La cumbre de los BRICS en Kazán bajo presidencia rusa está a menos de tres semanas. En agudo contraste con el genocidio y las guerras en serie en Asia Occidental, Putin y Xi estarán junto a la puerta -abierta- en nombre del BRICS+, dando la bienvenida a decenas de naciones que huyen del Occidente colectivo como de la peste.
Rusia está ahora totalmente detrás de Irán – y tanto como en la tambaleante Ucrania, eso significa Rusia en guerra con los EE.UU./Israel; después de todo el Pentágono está derribando directamente misiles iraníes, mientras que Israel es el estado preeminente de facto de los EE.UU., totalmente, fiscalmente apoyado por los contribuyentes estadounidenses.
La cosa se complica por momentos. Inmediatamente después de una importantísima reunión entre Alexander Lavrentiev, enviado especial de Putin a Siria, y Ali Akbar Ahmadian, secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Tel Aviv se puso en plena demencia -qué si no- y atacó almacenes de las fuerzas rusas en Siria.
Hubo una respuesta de defensa aérea conjunta Rusia-Siria. Lo que esto demuestra es que los psicópatas talmúdicos no sólo están obsesionados con insuflar fuego contra el Eje de la Resistencia, sino que ahora también van a por los intereses nacionales rusos. Esto puede ponerse muy feo para ellos en un instante -y es una ilustración más de que el nombre del (nuevo, mortal) juego es EE.UU./Israel vs. Rusia/Irán.
(Republicado de Strategic Culture Foundation con permiso del autor o su representante)
9. Irán nuclear para restablecer la disuasión
Thomas Faci ha invitado en su Substack a Andrea Zhok con una propuesta ciertamente polémica: tal como están las cosas, quizá Rusia debería dar armas nucleares a Irán para restablecer la disuasión, ya que Rusia y China no pueden permitirse la destrucción de este país. Zhok hizo casi el mismo planteamiento en este artículo en L’Antidiplomatico https://www.sinistrainrete. Personalmente, creo que habría que encontrar otra alternativa igual de efectiva, porque debemos ir a la desnuclearización, amenaza permanente para la humanidad, no a que cada vez haya más países con armas nucleares. Pero qué sabré yo.
¿Debería Rusia dar armas nucleares a Irán?
Según Andrea Zhok, esta podría ser la única forma de restaurar la disuasión en la región, donde todos los actores principales serían capaces de infligir un daño insoportable a la otra parte
Thomas Fazi 04 de octubre de 2024
Post invitado de Andrea Zhok, profesora de Filosofía Moral en la Universidad de Milán.
La situación en el plano estratégico internacional parece estar tomando ahora una forma bastante clara: Israel y Estados Unidos se mueven al unísono y están dispuestos a hacer lo que sea necesario para perseguir su objetivo final, que es la eliminación completa de Irán como amenaza regional. La cautela restante está relacionada únicamente con la necesidad de minimizar los posibles daños a las ciudades israelíes y a las bases estadounidenses en la región.
El primer punto que debemos tener claro es que Irán no tiene ninguna posibilidad de resistir durante mucho tiempo un ataque israelí sostenido respaldado por Estados Unidos, incluso si el ataque sigue siendo convencional. La principal limitación para Israel reside en los recursos (humanos, militares, financieros) necesarios para una guerra total, pero esta limitación se ve infinitamente amplificada por la interminable cadena de suministro que proporciona Estados Unidos. Los dirigentes iraníes son muy conscientes de ello y, por tanto, siguen actuando de una forma que deja margen para una desescalada del conflicto, respondiendo sistemáticamente de forma relativamente contenida.
El segundo punto es que una derrota estratégica de Irán, suprimiéndolo como actor regional y reduciéndolo a un «Estado fantasma» como Irak, sería una catástrofe no sólo para Irán, sino también para Rusia y China. Irán se está convirtiendo cada vez más en un nodo crucial para los dos pesos pesados de los BRICS como ruta de tránsito comercial, baluarte regional y productor de materias primas (principalmente gas). Un Irán «iraquificado» sería desastroso para las aspiraciones futuras de China y Rusia, que son plenamente conscientes de ello. En el último mes, ha habido conversaciones de alto nivel entre dirigentes iraníes y chinos, por un lado (el ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi), y rusos, por otro (el primer ministro ruso, Mishustin, estuvo en Teherán en vísperas de la respuesta iraní).
Esto nos lleva a la tercera y decisiva cuestión. Dado que Rusia y China no pueden permitirse perder a Irán como aliado regional y que la intención de Israel y Estados Unidos es precisamente «iraquizar» Irán, ¿qué pueden hacer los dos líderes de los BRICS para evitar este desenlace? La diplomacia y las formas de «persuasión moral» en esta coyuntura histórica son mera palabrería. Si existiera la perspectiva de un conflicto a largo plazo, como en Siria, una intervención estructurada de Rusia en la región se convertiría en una posibilidad real, mediante la construcción de bases, mientras que China podría operar, como lo hace ahora, como estabilizador financiero de Rusia. Pero si el escenario es el de Estados Unidos e Israel centrándose en la demolición de Irán, puede que no haya «largo plazo» en absoluto.
La única opción realistamente viable parece ser que Rusia juegue con Irán el mismo papel que EEUU juega con Israel: apoyo militar y económico ilimitado. Pero desde el punto de vista financiero, Rusia no está en condiciones de competir con EE.UU., probablemente ni siquiera con el apoyo lateral de China, mientras que en términos de armamento convencional, Rusia todavía tiene que terminar de ocuparse de la cuestión ucraniana, lo que requerirá un compromiso sustancial durante al menos otros seis meses, y por tanto no puede desviar grandes cantidades de armas que necesita para sí misma.
Por lo tanto, en mi opinión, sólo hay una solución para estabilizar la zona y evitar que Israel y Estados Unidos se vean tentados a entrar en una confrontación final con Irán: que Rusia entregue a Irán un contingente limitado de cabezas nucleares, quizá sólo tácticas. Técnicamente, no se trata de una operación trivial. No es como entregar un arma. Requiere técnicos de apoyo y el máximo secreto. Pero es factible y supondría un «cambio de juego».
Una vez obtenidas y operativas las cabezas nucleares, Irán debería realizar una prueba interna para señalar públicamente la disponibilidad de una fuerza capaz de destruir una ciudad israelí o cualquier base estadounidense en la región. Esta señal debería bastar para restablecer un nuevo equilibrio en la región, donde todos los actores principales parecerían ahora capaces de infligir un daño insoportable a la otra parte. Es un mundo duro en el que el respeto internacional se basa únicamente en la capacidad de aniquilar al adversario, pero eso es lo que nos depara esta era. Y francamente, creo que Rusia e Irán ya piensan en esos términos.
Observación de José Luis Martín Ramos:
Desde la izquierda no veo que pueda haber ninguna posición que no sea el fin de la proliferación de las armas nucleares. Los dos riesgos de extincion general son el desastre ecológico y la guerra nuclear. No creo que podamos especular sobre ninguna de las dos cuestiones. La propuesta de Faci es una barbaridad. Por otra parte, se ha de frenar la tendencia creciente hacia el militarismo.