Miscelánea 5/III/2024

Del compañero y miembro de Espai Marx, Carlos Valmaseda.
1. El modelo de desarrollo chino.
2. La pulverización del comunismo italiano.
3. Los francotiradores de Maidán.
4. Lenin y el futuro.
5. Concreto y abstracto en el marxismo.
6. John Bellamy Foster recuerda a Paul Burkett.
7. Declaración Conjunta de las Organizaciones de Izquierda del Sudeste Asiático sobre Palestina.
8. Resumen de la guerra en Palestina, 3 de marzo.
9. Piratas.

1. El modelo de desarrollo chino

Observaciones de Xulio Rios sobre la situación de la economía china.

https://politica-china.org/

La economía china en el diván parlamentario

Xulio Ríos 2024-03-02

Las controversias acerca de la situación de la economía china son el pan de cada día en numerosos medios internacionales. Mientras para unos casi todos son signos en rojo, para otros, a pesar de las dificultades, la cosa no estaría tan mal. En Beijing no se niegan las referencias a las dificultades si bien se contextualizan en lo delicado de la recuperación pos-covid, la debilidad del consumo interno y global e incluso el efecto de las tensiones geopolíticas.

De las 31 demarcaciones territoriales chinas, 17 no lograron sus objetivos de crecimiento del PIB en 2023. Y en las sesiones parlamentarias provinciales y regionales llevadas a cabo con carácter previo a las de nivel estatal de este mes de marzo, los objetivos para 2024 oscilan entre el 4,5% y el 8%. Solo cuatro fijaron objetivos más altos que en 2023 mientras que 16 los redujeron. El año pasado, el PIB de China creció un 5,2% interanual, superando el objetivo del 5%.

Procurando huir del énfasis en las sombras, en las sesiones parlamentarias anuales que se celebran en Beijing, la economía reinará en buena parte de los trasiegos de sus señorías. Habitualmente, se presentan estos encuentros como meramente legitimadores de decisiones adoptadas previamente por el liderazgo partidario. Pero en 2023, hecho un tanto anodino, la sesión ordinaria del Comité Central del PCCh que habitualmente en su tercer pleno anual de otoño aborda las cuestiones económicas no se llegó a celebrar, lo cual deja el escenario un tanto abierto.

La clave central de la política china en este orden sigue siendo el modelo de desarrollo. Y no tanto atendiendo a la cifra de crecimiento o el estado de ciertos indicadores por más valiosos que pudieran ser sino a la cuestión estratégica de la orientación económica. El modelo está definido desde hace tiempo. Lo que falta es comprobar si encaja como adecuado para resolver las ecuaciones imperiosas del momento, desde lo tecnológico a lo ambiental, incluyendo la cuestión social o de la “prosperidad común”, en palabras de Xi Jinping, una alusión que algunos consideran “izquierdista”, si bien habría que celebrarla para trascender las persistentes desigualdades.

Que China no quiere ser solo la fábrica del mundo está claro desde hace tiempo. Anhela más. El factor decisivo radica en la capacidad para trasladar la innovación a la producción industrial y manufacturera con la rapidez y garantías requeridas. Es todo un reto y nada fácil de encarar. Incluso en la inteligencia artificial, donde acumula posiciones avanzadas, no parecen ser sus empresas las que aportan grandes novedades, al menos a juzgar por la trascendencia mediática de las innovaciones, muy inclinadas del lado del competidor estadounidense. Y quizá ello no se deba solo al efecto de las sanciones de Washington en el ámbito de los chips, que podrían hacerle daño, sino a factores más estructurales sobre los que debería actuar. El tiempo lo dirá.

China tiene una importante motivación. No es solo la competencia. Es el propósito de completar la modernización, un proceso que vive ahora momentos decisivos si para 2049 debe estar ultimado.

Es por eso que en las sesiones parlamentarias, la cuestión de cómo lograr el impulso económico ninguneando la política de contención alentada por EEUU, es un asunto crucial. El PCCh no se plantea cambiar el modelo estructural que le ha permitido llegar hasta aquí, con fuerte peso del sector público, desoyendo la presión para apoyarse más en la economía privada. Por el contrario, sí apunta al trazado de nuevos segmentos productivos, diferentes a los tradicionales, en los que radicaría la capacidad para acelerar el desarrollo sobre bases autóctonas y sostenibles.

Es hora de balance del “Made in China 2025”, una  estrategia anunciada por el Consejo de Estado en mayo de 2015 con el objetivo central de aumentar, consolidar y equilibrar la industria de manufactura para convertir a este país en una potencia tecnológica mundial influyente. Mucho de ese esfuerzo hoy se orienta a dominios diferentes a la defensa y gasto militar, con prioridad para la economía, sociedad y medio ambiente.

La ciencia y la innovación tecnológica deben aupar las nuevas industrias que se promueven en Beijing. Es un cambio de paradigma que no solo modernizará la industria tradicional sino que ayudará a configurar un sistema moderno con el auge de las emergentes, la recalificación de la fuerza laboral y la nueva infraestructura necesaria para el desarrollo de estos sectores. El toque de corneta afectaría sobre todo a las tecnologías consideradas centrales y debe concretarse en el aumento significativo de la competitividad de los sectores fabriles más avanzados.

Mientras la obsesión por la seguridad condicione el rumbo en Occidente, esa apertura china hacia nuevos horizontes productivos solo puede llevarla a cabo contando con sus propios medios ya que la cooperación científica con terceros países se ha resentido de las tensiones geopolíticas. Una situación parecida la vivió en los años sesenta, tras la ruptura con la URSS. Entonces, globalmente, superó la prueba con holgura. Y sin duda, esa experiencia pesa en el imaginario de los actuales líderes chinos.

(Para Diario El Correo)

2. La pulverización del comunismo italiano

Reflexiones de uno de los pecios resultado del hundimiento del comunismo italiano, el MpRC, y en concreto de su coordinador, Fosco Giannini. Naturalmente, propone a su organización como plataforma para que se unan todas las demás…

https://futurasocieta.com/

Comunistas: el fantasma de la continua fragmentación y la necesidad de unidad
por Fosco Giannini
Ante el escenario de pulverización del movimiento comunista en Italia, reducido a «islas» incapaces, por falta de fuerza o incapacidad de relacionarse fuera de su propia burbuja, de salir de su «zona de confort», el compromiso por la unidad es crucial, y sólo puede encontrar fundamentos en la presencia concreta en lugares de conflicto social y en una redescubierta compacidad cultural, política e ideológica, alimentada por una investigación teórica abierta y antidogmática. Sólo así se podrán sentar las bases para la construcción del añorado partido comunista en Italia.
Un espectro acecha al movimiento comunista italiano: el espectro de la fragmentación compulsiva, de la multiplicación paroxística. Parece que no pasa un día sin que una imperceptible parte comunista se desprenda de otra pequeña parte y se organice como un frente, una asociación, un grupo, un sitio comunista en línea. El movimiento comunista italiano, sumido en una profunda crisis y que puede contar entre seis y siete mil afiliados totales de los tres partidos más conocidos (PCR, PC, PCI), parece entonces «sufrir» en su continua reaparición, aunque sea molecular, en ciudades y pueblos y, a este paso, incluso en bloques de pisos. Incluso la prolongada y continua sangría de militantes y ejecutivos que marcó al PCI (de Rizzo, se dice), agotándolo, no ha encontrado un único camino para «salir» y reorganizarse, sino que, a su vez, ha reaparecido y reaparece bajo formas muy diversas y autónomas, en territorios muy diferentes y, unos de otros, «independientes». En un marco global de feudalización total del movimiento comunista italiano.
Este fenómeno -todo y sólo italiano- de la reproducción infinita de infinitesimales señoríos comunistas podestarios sobre cada territorio, sin tener, además, ningún vínculo con el territorio, debe ahora, por su innegable evidencia, ser tomado, precisamente como «fenómeno», en consideración. Merece ahora un análisis en profundidad que, por lo tanto, ciertamente no puede agotarse en un editorial, en este artículo. Aquí sólo puede iniciarse, si acaso.
Mientras tanto: ¿cuál podría ser (utilizamos el condicional precisamente porque el terreno de la investigación está inexplorado y aquí sólo avanzamos las primeras y aproximadas hipótesis) la base material de este incesante movimiento de disolución y reaparición comunista, aunque sea en esas formas larvarias que casi nunca alcanzan la fase de muda para convertirse en formas maduras, en organizaciones comunistas serias y adultas?
Creemos que una primera base material, un primer esbozo de respuesta puede encontrarse en la larga involución política e ideológica del histórico PCI, que en su «misteriosa», e incluso precoz, transmutación de partido comunista, de clase y revolucionario, reapareció bajo las formas, antes de desvanecerse en el actual PD liberalista, de un partido socialdemócrata de izquierdas e inmediatamente después «radical». A lo largo de más de una década de muda, que acabó en suicidio político, ha generado sin duda estragos en el movimiento comunista italiano, confusión ideológica, pérdida de orientación y la consiguiente urgencia de reencontrarla a través de múltiples reorientaciones con una fuerte inclinación por tanto, a la división, a la pérdida del sentido de la disciplina, del sentido de pertenencia, del impulso, revolucionario, a formar parte «humildemente» de un «centro de gravedad permanente» (el partido, en el sentido más elevado de ese «unicum» comunista que es el único que puede aterrorizar a la burguesía).
La repentina desaparición del PCI como punto de referencia político, cultural y sobre todo, con toda probabilidad, moral fue, para el movimiento comunista italiano, como la muerte de un Cristo para un cristianismo sin Pablo de Tarso: sin la guía moral y unitaria, el PCI, y sin un cerebro político unificador, San Pablo, el movimiento comunista italiano empezó a fragmentarse en cien astillas, como un mosaico enloquecido.
El Partido de la Refundación Comunista, mantenido en su forma deliberadamente ecléctica, y por tanto volátil, por un Bertinotti que experimentó empíricamente con el arte del «divide y vencerás» también a través de la legitimación de las fracciones internas, acentuó aún más el impulso de pulverización del movimiento comunista italiano, ratificando, por así decirlo, la «licitud» política a la continua segmentación y reproducción de «movimientos» comunistas filosóficamente atraídos por el concepto de «minimalia», a través del cual se eliminaba e incluso teóricamente se deslegitimaba la necesidad de un partido comunista «pesado» y de masas. El caso verdaderamente sorprendente de los 500.000 camaradas y compañeros que pasaron por las filas del PCR, incluso en sus primeros años, para abandonarlo rápidamente, o para abandonar la militancia u otras formas organizativas, dice mucho de la enfermedad del «nomadismo» que ha golpeado al movimiento comunista italiano.
Las sucesivas experiencias comunistas organizadas, después de Rifondazione Comunista, no han desencadenado ciertamente una fuerza política, cultural y moral tal que produjera un impulso de reagrupamiento y reunificación del pueblo comunista italiano. Por el contrario, entre involuciones tan «institucionalistas» como para aceptar, con el fin de permanecer en el gobierno (en el gobierno de D’Alema) incluso la guerra contra Yugoslavia; entre la reciente degeneración ideológica y moral tan perversa y profunda como para «legitimar» la unidad política y electoral entre comunistas y «fuerzas» que se refieren explícitamente a extremistas de derecha como Steve Bannon a nivel internacional y fascistas descarados; entre la desaparición en el aire político de otras organizaciones comunistas, la tendencia, ya fuertemente presente dentro del movimiento comunista a dividir y multiplicar, se ha vuelto aún más pronunciada. Como si dijéramos: la falta de un catalizador comunista central ha producido, en Italia, un pequeño universo en expansión, multiplicando las pequeñas «estrellas» y distanciándolas unas de otras. Y aunque la multiplicación de los minúsculos planetas comunistas deshabitados pueda quizás interpretarse positivamente como una esforzada vitalidad y resistencia a la crisis general del comunismo italiano, el hecho es que esta disipación es una de las causas de la gran dificultad de la reconstrucción unitaria del movimiento comunista en nuestro país.
Segunda cuestión: el PCI histórico también había mantenido unido al pueblo comunista a través de un poderoso sistema de pensamiento forjado a lo largo del eje Lenin-Gramsci-Togliatti. El desmoronamiento de este sistema de pensamiento (con todas las piedras angulares teórico-políticas que se desmoronaron y luego se rompieron hasta el punto de vaciarse de significado y la eliminación de la concepción del imperialismo, del pensamiento leninista y gramsciano, de la concepción de la revolución en Occidente, de la forma-partido comunista, de la unión dialéctica entre el partido de cuadros y el partido de las masas), fue una razón más, y poderosa, para la división del comunismo italiano.
Razón para la división del movimiento comunista italiano e incluso para la reorganización de sus esquirlas a través de nuevas «piedras angulares» ideológicas cuya naturaleza es a menudo política y teóricamente débil y a veces incluso culpablemente extravagante (basta pensar en la concepción de Toni Negri y Micheal Hardt del «Imperio» y las «Multitudes», una concepción de la que Bertinotti y sus apóstoles se habían enamorado, lanzando a todo el PCR a una «centrifugación» ideológica y desorganizando aún más a toda la población comunista italiana). El inmenso vacío dejado por el (largo) desmoronamiento del sistema de pensamiento unificador del PCI histórico nunca se ha llenado; el proyecto evocado por el nombre mismo de Rifondazione Comunista ha fracasado bajo los golpes de la frágil y, a fin de cuentas, meramente «liquidacionista», en relación con toda la historia del movimiento comunista italiano e internacional, «improvisación» bertinottiana, de modo que, en el caos magmático que sigue a la desaparición -para bien o para mal- del «heliocentrismo» del PCI histórico los intentos de relanzar y actualizar el pensamiento revolucionario han sido llevados adelante, en Italia, sólo a través de estudios y trabajos individuales, producidos por intelectuales marxistas reducidos a la soledad de sus academias por la falta de un intelectual colectivo, y por lo tanto incapaces de reproducir un fulcro ideológico central capaz de recomponer el comunismo.
Tercera cuestión: El imponente ataque ideológico llevado a cabo por la cultura burguesa dominante a la concepción tout-court del partido (no sólo a la del partido comunista, aunque el ataque se ha centrado en ésta) y a su sentido de lo colectivo (ataque «contemporáneo» que está históricamente ligado al ataque a la concepción del partido que la aristocracia y la neoburguesía desataron sobre los nacientes partidos obreros durante la revolución industrial inglesa y tras la revolución francesa) se ha combinado con el proceso de construcción del individualismo y el narcisismo de masas típico de las actuales sociedades capitalistas de mercantilización total, produciendo tanto una desafección masiva al sentido de lo colectivo como una particular predisposición a la actividad política individual o de pequeños grupos. De ahí la atracción fatal de muchos hacia la construcción de su propia «isla» política comunista, aunque sea pequeña, remota, a menudo inesencial para los fines de la lucha de clases y de la reconstrucción del partido comunista nacional, y el enamoramiento de su propia «zona de confort», una zona cómoda que, al negarse a trabajar por la unidad de los comunistas, permite tanto la construcción, en un campo reducido, de diversos líderes y liderazgos, como el mantenimiento de la autonomía incontaminada y autorreferencial de la propia «isla» comunista.
Cuarta cuestión: no cabe duda de que la Red, Facebook, Instagram, Twitter y demás han creado una especie de ‘ilusión de masa’ a través de la cual incluso cada una de las ‘islas comunistas’ puede creer, con una falsa conciencia deliberada y autoconsolatoria, que realmente existen y tienen relaciones de masa, y ello a través de una de las ‘leyes’ centrales, también ideológicas, de la Red: hacer mitológica la idea de ‘reunificación’ general que promete, eliminando la verdad del distanciamiento espacio-temporal que la propia Red determina.
A quien esto escribe le ha sucedido muchas veces oír a exponentes de esas ‘islas comunistas’, formadas en una ciudad o en un país, afirmar que tenían ‘cientos de camaradas’ con ellos, cuando en verdad esos ‘cientos de camaradas’ no eran más que ‘likes’ temporales y pasajeros de aprobación de un artículo o de una idea. Pero el problema es que, en la fase de construcción del individualismo y del narcisismo de masas de la cultura burguesa, la conquista de algunos centenares de ‘me gusta’ puede muy bien sustituir y eliminar la cuestión de la construcción de la unidad de los comunistas, de la construcción del partido comunista, de su enraizamiento real en los territorios y del vínculo con el movimiento obrero en su conjunto.
Además, hoy en día, es precisamente la ausencia de un partido comunista fuerte capaz de ser un catalizador de la diáspora comunista la causa de la permanencia de las «mil islas comunistas» tan distantes entre sí como para determinar la propia inestabilidad comunista. Algo así como la ausencia de una monarquía central, en la Italia de los mil señoríos de los siglos XIV y XV, fue la causa de la imposibilidad de la construcción de la unidad nacional.
En este contexto disipador y centrífugo del comunismo italiano, el Movimento per la Rinascita Comunista (Movimiento por el Renacimiento Comunista), constituido, tras un proceso unitario que duró unos cinco años, el 11 de noviembre de 2023 en Roma, en la sala «Intifada», ratificó la unidad de los comunistas de Sicilia, Cerdeña, Calabria, Nápoles, Marche, de Roma, Milán, Turín, Génova, Trentino, Véneto, Friuli Venezia Giulia y varios otros territorios, en un proceso de unidad que está lejos de ser exhaustivo y concluido, pero que ciertamente ha contrastado totalmente con la disipación comunista, con la multiplicación, en muchos sentidos absurda, de «islas comunistas».
Sólo unidos, a través de una unidad que nada tiene que ver con el eclecticismo dictatorial de Bertinotti y su circo Barnum, sino que se basa tanto en una fuerte afinidad cultural, política e ideológica como en una investigación teórica abierta y antidogmática, podremos invertir la nefasta marcha hacia la pulverización comunista y sentar las bases para la construcción del tan necesario partido comunista en Italia.
Además, es la situación concreta la que dicta una plataforma potencialmente unitaria: la movilización contra las guerras imperialistas y el poderoso rearme italiano; la lucha contra la dominación absoluta de la OTAN y por salir de la OTAN; el compromiso militante contra las políticas ultraliberales de la UE y por salir de la UE y del Euro; las luchas por el salario, contra la precarización salvaje del trabajo, por el restablecimiento de la «escalera mecánica» y del artículo 18; la movilización contra el asesinato masivo de los empresarios en las fábricas y en las obras y por el establecimiento de leyes reales y estrictas que impidan las muertes y lesiones en el mundo del trabajo; la lucha para impedir la privatización del Servicio Nacional de Salud relanzando su carácter universal y público; el compromiso contra el premierato y la autonomía diferenciada, los dos proyectos del gobierno Meloni destinados, en el primer caso, a construir un régimen a través del cual será aún más fácil extender por toda Italia los golpes de porra de Pisa y Florencia contra estudiantes y trabajadores y, en el segundo caso -un viejo objetivo de la Liga- será posible dividir la Italia «rica» del norte del «lastre» del sur.
Sobre esta plataforma ‘natural’ sería más fácil unirse, sería más fácil superar la diáspora comunista, invirtiendo el camino de la fragmentación y acumulando fuerzas.
¿No podemos intentarlo?
Está claro: esto quiere ser también un sincero y sentido llamamiento a la unidad tanto a las ‘viejas’ como a las nuevas ‘islas comunistas’ que aún en esta última fase están, como una compulsión a la repetición, constituyéndose como tales en nuestro país.
Por el contrario, ¡unámonos, estudiemos, trabajemos y luchemos juntos por la construcción del partido comunista en Italia!
* Coordinador Nacional MpRC

3. Los francotiradores de Maidán

Os he pasado con frecuencia las investigaciones del investigador ucraniano-canadiense Katchanovski, que explican claramente que los francotiradores que provocaron las víctimas en la plaza Maidán fueron organizados por los golpistas. Los izquierdistas antirusos de Spilne, publican esta versión atacando las conclusiones de Katchanovski, que ellos consideran «conspirativas». Francamente, me quedo con la versión de Katchanovski porque este autor argumenta, por ejemplo, que cuando Iarosh y Poroshenko hicieron que militantes de extrema derecha escoltasen a francotiradores hasta un lugar seguro, «no se puede saber si esos francotiradores eran del bando del gobierno o del bando de Maidán». Ejem.

https://commons.com.ua/en/

El tiroteo de Maidan: Teorías conspirativas y preguntas sin respuesta
20.02.2024 William Risch
Hace una década, las protestas del Euromaidán lograron derrocar al gobierno de Yanukóvich. Paradójicamente, nadie se enfrentó a la justicia por el ataque más sangriento contra los manifestantes, el fusilamiento masivo de personas que subieron por la calle Instytutska el 20 de febrero. Todos los partidarios de Euromaidán asesinados quedaron inmortalizados como los Cien Celestiales, y sus nombres y fotos se expusieron públicamente en la Maidan y en algunas ciudades ucranianas. En cambio, los nombres de los autores siguen siendo oscuros a pesar de varias investigaciones y juicios. Tal situación dio lugar a diversas especulaciones, que llegaron a culpar a los dirigentes de Euromaidán de una operación de bandera falsa para desacreditar a Yanukóvich, a su Gobierno y a la policía antidisturbios.
El siguiente texto del historiador William Risch analiza las investigaciones sobre los tiroteos del 20 de febrero. Forma parte de un capítulo de su próximo libro, que amablemente ha compartido con nosotros antes de su publicación. El libro trata sobre Euromaidán, las protestas anti-Maidán y la intervención rusa (antes de febrero de 2022) que las siguió. Esta sección critica la versión de Ivan Katchanowski sobre los tiroteos del 20 de febrero, aportando pruebas públicamente disponibles sobre esos hechos.
William Risch es profesor de Historia en el Georgia College de Estados Unidos. Su especialidad es la historia europea moderna, soviética y ucraniana. Es autor de The Ukrainian West: Culture and the Fate of Empire in Soviet Lviv.
La teoría de la «masacre de Maidan»
El colapso del régimen de Yanukóvich tras los tiroteos de Maidán ha suscitado muchas especulaciones sobre quién estaba realmente detrás de ellos. Ivan Katchanovski ha sido el más franco al respecto. Ha afirmado en artículos que políticos de la oposición y nacionalistas de extrema derecha organizaron y llevaron a cabo lo que él denomina la «masacre de Maidan». Afirma que organizaron una operación de falsa bandera para culpar del derramamiento de sangre a las fuerzas de seguridad ucranianas, lo que provocó que Occidente presionara más a Yanukóvich para que hiciera concesiones considerables al Maidán, concesiones que Yanukóvich no podía permitirse hacer[1].
Katchanovski estudió a fondo los propios tiroteos, así como las investigaciones sobre los tiroteos del 20 de febrero en Maidán y los juicios contra cinco hombres de Berkut (dos comandantes y tres soldados) que estaban bajo arresto. Estos juicios se interrumpieron después de que los cinco sospechosos fueran liberados en el marco de un intercambio de prisioneros con Rusia en 2019. Se reanudaron después de que dos de ellos regresaran de la autoproclamada República Popular de Donetsk para demostrar su inocencia.
Los argumentos de Katchanovski son los siguientes. Sostiene que el gobierno ucraniano posterior a Maidan saboteó y encubrió lo ocurrido aquel día. Los informes médicos de las autopsias de las víctimas y las investigaciones balísticas iniciales de los fiscales indicaron que los primeros manifestantes muertos habían recibido disparos desde el Hotel Ucrania y el Conservatorio, que lindaban con la Maidan. A continuación, los fiscales dejaron de realizar más análisis balísticos y se basaron casi exclusivamente en expertos médicos forenses para determinar quién había disparado a las víctimas y desde dónde. Los propios expertos médicos admitieron que no era la práctica habitual, e incluso un juez reprendió a los investigadores por basarse únicamente en el análisis médico forense y por descartar el testimonio de testigos presenciales de que los disparos habían procedido de edificios controlados por la Maidan.
Numerosos testigos presenciales afirmaron que los francotiradores disparaban desde el Hotel Ucrania, que entonces estaba bajo control de los manifestantes, y desde los tejados de otros edificios que no estaban bajo control de las fuerzas gubernamentales. En contra de lo que afirman los medios de comunicación y los fiscales ucranianos, la mayoría de los manifestantes no murieron a manos de las tropas de Berkut y otras fuerzas gubernamentales apostadas tras su barricada de bloques de hormigón y camiones en la calle Instytutska. Las fuerzas gubernamentales estacionadas en los tejados de los edificios cercanos o detrás de la barricada de la calle Instytutska -las tropas Alfa, las fuerzas Omega y las fuerzas de la UDO [Guardia Estatal Ucraniana]- declararon que habían sido desplegadas sólo después de que comenzara la masacre, y que su trabajo consistía en eliminar a los francotiradores que supuestamente disparaban tanto a la policía como a los manifestantes. Algunos manifestantes (como el activista del Sector Derecho Kii) incluso afirmaron públicamente que Petro Poroshenko, entonces político de la oposición, y Dmytro Iarosh, líder del Sector Derecho, habían dado cobertura a estos francotiradores desde el lado de Maidan, dejándoles escapar de Kiev con otros policías antidisturbios capturados el 20 de febrero[2].
Katchanovski critica un estudio informatizado en 3D de la muerte de tres manifestantes utilizado como prueba en el juicio por los tiroteos de Maidan. El estudio, realizado por SITU Research, un estudio de arquitectura de Brooklyn que se ocupaba de la videoforense, utilizó numerosos datos de vídeo, fotos y teléfonos móviles recogidos por la activista de Lviv Evelyn Nefertari. Katchanovski sostiene que la demostración realizada por SITU Research ignora las autopsias médicas de las víctimas. Sustituyendo el análisis balístico real por inteligencia artificial (IA), trasladó las heridas para que se ajustaran a la dirección desde la que las fuerzas de Berkut dispararon sus balas[3].
Investigaciones chapuceras
Katchanovski omite matices importantes en estas investigaciones. Un informe de un Grupo Asesor Internacional que se ocupó de las investigaciones del Maidán, patrocinado por el Consejo de Europa y publicado el 31 de marzo de 2015, señaló varios problemas en ellas que no implicaban una manipulación intencionada por parte de los líderes políticos. Se trataba de problemas que hacían que cualquier investigación sobre los tiroteos resultara problemática para cualquier funcionario del Gobierno. La mayoría de los crímenes cometidos contra manifestantes habían tenido lugar en territorio controlado por el Maidán. Esto impidió que las fuerzas del orden registraran los lugares donde había víctimas o donde se sospechaba que los manifestantes habían disparado a otros.
A menudo se habían trasladado los cadáveres de los muertos y heridos. Estos factores dificultaron la investigación de las trayectorias de las balas. Los historiales médicos de las víctimas de Maidan se habían realizado en distintos lugares y a menudo estaban incompletos. Los manifestantes heridos fueron tratados en centros médicos in situ por necesidad o por miedo a las represalias de las fuerzas gubernamentales. Los hospitales no conservaron pruebas como las balas extraídas. Desaparecieron documentos gubernamentales, robados o destruidos. Por ejemplo, el fiscal general de Ucrania y su adjunto informaron de que los archivos del Ministerio del Interior sobre los manifestantes del Maidán asesinados a tiros el 22 de enero de 2014 en la calle Hrushevsky estaban prácticamente vacíos.
Debido a que los funcionarios de la era de Yanukóvich se centraron en investigar a las víctimas -es decir, a los manifestantes- y no a los autores de los asesinatos, no se produjo ninguna investigación gubernamental real sobre los tiroteos hasta la última semana de febrero de 2014. Las protestas, la violencia cometida contra los manifestantes y la escena del crimen eran extensas. Dado que las fuerzas del orden carecían de distintivos de identificación y a menudo llevaban máscaras faciales o escudos, resultó difícil identificar a los posibles autores por su parte.  El informe no mencionaba los problemas a los que se enfrentaba la investigación de los homicidios cometidos por las fuerzas de seguridad.  Sin embargo, lo más probable es que fueran análogos a los de estos otros casos[4].
El Panel Asesor Internacional hizo hincapié en que un número considerable de altos cargos habían huido de Ucrania y no podían ser investigados por su papel en incidentes como los tiroteos del 20 de febrero. Altos cargos del gobierno, como los responsables del Ministerio del Interior, el SBU y el Fiscal General de Ucrania habían huido, al igual que un gran número de funcionarios a sus órdenes. Ucrania fue incapaz de extraditarlos. La Federación Rusa ignoró todas las más de 400 solicitudes de extradición presentadas por el Ministerio del Interior del gobierno posterior a Maidan desde finales de febrero de 2014. Las fuerzas del orden y los órganos de seguridad tuvieron que lidiar con subordinados posiblemente implicados en los crímenes del Maidán.
Así, el Departamento Principal de Investigación de la Fiscalía General de Ucrania tuvo que investigar delitos de cuello blanco y de abuso de poder, así como delitos relacionados con el Maidán de funcionarios de alto rango. El personal de la Fiscalía General de Ucrania se había reducido antes de las protestas del Maidán para dar paso a la formación de una Oficina Estatal de Investigaciones, que aún no se había creado en el momento del Maidán. Así, la Fiscalía General de Ucrania se enfrentó a
considerables problemas de personal, así como a una avalancha de causas penales. Los acontecimientos posteriores de 2014, relacionados con la anexión de Crimea por Rusia, los levantamientos prorrusos en el sur y el este de Ucrania y la guerra en el Donbás distrajeron aún más a los investigadores de su trabajo sobre los delitos relacionados con el Maidán[5]. Tres meses de ausencia total de investigaciones sobre los crímenes del Maidán, antes del 22 de febrero de 2014, habían provocado graves retrasos en las investigaciones sobre dichos crímenes, especialmente los violentos. En noviembre de 2014, por ejemplo, la Fiscalía General de Ucrania declaró que aún no disponía de los resultados de las pruebas de balística de las armas con las que se había armado la unidad Omega del Ministerio del Interior en febrero de 2014. También se habían producido retrasos en los exámenes forenses[6].
Aunque Katchanovski subraya que no había pruebas documentadas de que Yanukóvich o sus funcionarios dieran órdenes de disparar a los manifestantes el 20 de febrero, el Grupo Asesor Internacional destacó que el régimen de Yanukóvich llevó a cabo operaciones contra los manifestantes sin dejar constancia escrita. O bien no se realizaban registros, y las órdenes se daban de palabra, o bien eran robadas o destruidas[7].
Un ejemplo citado en el informe del Grupo Asesor Internacional revela hasta qué punto llegaron los funcionarios de la era de Yanukóvich para ocultar los tiroteos de Maidán después de que sus líderes hubieran huido del país. En la noche del 2 al 3 de abril de 2014, los investigadores de la Fiscalía General de Ucrania consiguieron detener e interrogar a un comandante de Berkut y a dos oficiales de Berkut. En ese momento, hombres armados de Berkut rodearon el edificio y amenazaron con asaltarlo si los investigadores no liberaban a los detenidos. Tras las negociaciones, los investigadores liberaron a los tres oficiales de Berkut. Un cuarto agente de Berkut pidió quedarse y responder a las preguntas para evitar la prisión preventiva.
En un momento de esa noche, este agente de Berkut recibió una llamada a su teléfono móvil de la oficina de Berkut de Kiev en la que le decían que no debía prestar declaración y que, en su lugar, esperara a que le proporcionaran un abogado. El agente de Berkut se negó y dijo que estaba dispuesto a decir la verdad. Los investigadores de la Fiscalía General de Ucrania grabaron la llamada. Sin embargo, cuando solicitaron el registro de la llamada al proveedor de telefonía móvil, la entrada del registro había desaparecido, lo que sugiere que alguien del Ministerio del Interior podría haberla eliminado ilegalmente. Los investigadores de la Fiscalía General de Ucrania aportaron otras pruebas que sugerían que los superiores del Ministerio del Interior, así como los jueces de los tribunales, habían actuado en connivencia para proteger a los oficiales de Berkut de ser procesados y permitir que casi todos ellos, así como su comandante, huyeran del país. El Consejo Consultivo Internacional expresó su especial preocupación por el hecho de que funcionarios del Ministerio del Interior obstruyeran a los fiscales en su investigación sobre el papel de Berkut en los tiroteos del 20 de febrero. Acusó a los agentes de Berkut de actuar con impunidad en abril de 2014 y a sus superiores del Ministerio del Interior de permitir que se salieran con la suya[8].
A pesar de todos estos problemas a los que se enfrentaron los investigadores gubernamentales, el Grupo Asesor Internacional hizo hincapié en que esto no era una excusa para las deficiencias de la investigación. Los fallos del gobierno en la investigación de los crímenes relacionados con Maidan no fueron un resultado inevitable de estas circunstancias. Por lo tanto, está justificada una crítica de estas investigaciones del gobierno y del tratamiento que les han dado los medios de comunicación[9].

El fracaso de la teoría de Katchanovski
El problema es que el propio intento de Katchanovski de reconstruir y explicar los tiroteos de Maidan tampoco es de gran calidad. Cuando los activistas de extrema derecha se quejan de que Iarosh y Poroshenko les hicieron escoltar a francotiradores hasta un lugar seguro, no indican si estos francotiradores eran del bando gubernamental o del bando del Maidán. Katchanovski concluye automáticamente que tenían que haber venido del lado del Maidan. El hecho de que los tribunales no aporten pruebas más allá de toda duda razonable de que las fuerzas de Berkut cometieron crímenes no significa que los cometiera el bando del Maidán. Los tiradores desconocidos que dispararon desde distintas direcciones, incluidos los tejados de los edificios de la zona, siguen siendo desconocidos.
Katchanovski insinúa que los políticos del partido Svoboda (Libertad) estaban detrás de los tiroteos del Maidan porque controlaban el Hotel Ucrania. Cita declaraciones de dos de sus políticos a los hermanos Kapranov, Vitaliy y Dmytro, en las que se quejaban de que los socios occidentales no tenían previsto intervenir en los sucesos de Maidan hasta que habían muerto más de 100 personas. Su argumento había sido que Occidente era indiferente a los manifestantes de Maidan, un tema que se repite a lo largo del libro de los hermanos Kapranov y de los activistas y líderes del partido Svoboda que los hermanos Kapranov citan tan generosamente[10]. Katchanovski infiere algún tipo de plan maestro para matar a Yanukóvich aquel día, basándose en lo que Ivan Bubenchyk había contado en un documental de Babylon ’13: «Él [Bubenchyk] también dijo que Yanukóvich iba a ser asesinado el 20 de febrero». De hecho, en ese segmento del documental, Bubenchyk se lamenta de que deberían haber disparado y matado a Yanukóvich como a un perro ese día, porque, dos años después, quedaban muchas cosas sin terminar en lo que respecta a la revolución del Maidán[11].
Katchanovski desestima un largo vídeo realizado por un antiguo secretario de prensa del Consejo Regional de Lviv, dirigido entonces por un miembro del partido Svoboda, que había filmado los acontecimientos de la calle Instytutska durante casi una hora. Dado que el vídeo se filmó desde una ventana del Hotel Ucrania, en la esquina del edificio, donde supuestamente se habían visto francotiradores, y dado que había cortes en el vídeo, Katchanovski insinúa que los partidarios del Partido Svoboda estaban utilizando esa ventana tanto para filmar la matanza como para contribuir a ella. De hecho, el vídeo, a pesar de sus cortes, graba a un hombre que maldice y jura repetidamente, y llora, mientras las fuerzas de Berkut, desde detrás de la barricada de la calle Instytutska hecha de bloques de hormigón y camiones, disparan contra los manifestantes, matándolos e hiriéndolos[12].
Al señalar que los testigos presenciales se percataron o les informaron de disparos procedentes del Hotel Ucrania y de otros territorios supuestamente controlados por las fuerzas del Maidán, Katchanovski mencionó el Arkada Bank como uno de ellos[13]. El Arkada Bank era un edificio de varios pisos situado varios metros detrás de la estación de metro de Khreshchatyk. Los manifestantes de la Maidan nunca controlaron este banco, ni siquiera antes de que Berkut y la policía antidisturbios irrumpieran en la Maidan el 18 de febrero. Su barricada estaba en la estación de metro de Khreshchatyk. No ocuparon el banco. El 20 de febrero, lo más cerca que estaban del banco era su letrero de hormigón y metal en la calle Instytutska. Muchos de los que llegaron hasta allí acabaron entre los 48 asesinados aquel día.
Quizás el más engañoso de los argumentos de Katchanovski es que había ciudadanos georgianos, dirigidos por un veterano del ejército estadounidense con conexiones con Sector Derecho, y supuestamente otros ciudadanos de los países bálticos, que habían sido reclutados y desplegados como francotiradores para el bando del Maidán. Katchanovski se limita a repetir lo que habían dicho los supuestos francotiradores georgianos, aunque cita la cobertura que han hecho numerosos medios de comunicación de este testimonio supuestamente demoledor. No ha habido ninguna prueba que corrobore la presencia de francotiradores georgianos, bálticos y estadounidenses en el Maidan.  Sin embargo, esos tipos supuestamente ofrecieron pruebas decisivas de que Andriy Parubiy, líder de las Autodefensas de Maidán, y el ex presidente de Georgia Mikhel Saakashvili, les habían dado órdenes de llevar a cabo los tiroteos[14]. Al parecer, un tiroteo masivo no puede serlo sin un veterano del ejército estadounidense detrás.

Los francotiradores desconocidos
Sin embargo, lo significativo de la crítica de Katchanovski es que saca a relucir un tema a menudo silenciado en los relatos sobre el Maidan, a saber, los francotiradores desconocidos del Hotel Ucrania que dispararon contra manifestantes y policías. Aunque no conocemos sus nombres, sabemos que supusieron un grave problema el 20 de febrero. Dmytro Holubychnyi, un manifestante de 16 años que, junto con su padre, había avanzado por la calle Instytutska esa mañana, recordaba a los francotiradores de «ambos lados» [z obokh storin] que les atrapaban, los francotiradores de la calle Instytutska (los francotiradores de Berkut que iban delante de ellos) y los que iban detrás, desde el Hotel Ucrania. Holubychnyi declaró a una emisora de radio de Lviv que probablemente fue «Dios mismo» la razón por la que sobrevivió[15].
Olha, la doctora del Maidan que había organizado un puesto médico en el vestíbulo del Hotel Ucrania, recordó cuando los voluntarios de las Autodefensas del Maidan entraron en el vestíbulo y dijeron que había un francotirador disparando desde el edificio. La gente corrió hacia ella y le dijo: «Tienes que detener a la autodefensa, porque van a incendiar el Hotel Ucrania, porque hay un francotirador sentado encima de nosotros y está disparando a la gente»[16].
«Vinieron unos tipos», dijo Olha, refiriéndose presumiblemente a los defensores de Maidan, «y les dije: ‘Chicos, necesito 20 minutos para evacuar la estación médica que está justo en la calle. ¡Prendedle fuego! ‘ porque el dolor era simplemente insoportable, y quería gritar al mundo entero, que sólo porque millones de personas estaban en silencio ahora, es decir, personas absolutamente inocentes – estas personas eran inocentes, aquellos cuyos cuerpos yacían allí, estaban sin armas, estaban sin chalecos antibalas, y fueron asesinados intencionadamente, es decir, los francotiradores no les dispararon en las piernas, en los brazos, dispararon en medio de la frente, en los ojos, en las arterias coronarias, y en el corazón»[17].
Entonces bajó una brigada de veteranos de guerra afganos que participaban en la autodefensa del Maidan y dijeron que habían encontrado la habitación donde había estado el francotirador. Habían descubierto casquillos de bala de un rifle, pero no había ningún francotirador cerca.
«Es muy difícil recordarlo ahora, porque no recuerdo las caras de aquella época, e incluso ahora mucha gente, muchos de los heridos a los que había ayudado el día 18, el 20, se me acercan, me abrazan y me dicen: «¿Te acuerdas de mí?», y no puedo recordar sus caras, todo está muy [borroso]… [vse u takomu iakos’ sutsil’nomu…] Recuerdo todo el tiempo que estaba haciendo algo. No había tiempo para las emociones. Mi marido y mi hija estaban en la calle. Mi marido ayudaba a llevar heridos a la estación médica con camillas [Cholovik dopomahav prynosyty z nishamy poranenykh v medpunkt.]. Mi hija también prestó ayuda como enfermera»[18].
Gabriel Gatehouse, de la BBC, fue uno de los que el 20 de febrero presenció cómo alguien con un casco verde de las Autodefensas de Maidán les disparaba, mientras él y su equipo de televisión se encontraban abajo, al otro lado de la calle Instytutska, frente al Palacio de Octubre. Corrieron al interior del Palacio de Octubre por su seguridad. Un año después, Gatehouse informó sobre este incidente, así como sobre otro posterior en el que un francotirador del mismo hotel disparó y mató a Volodymyr Melnychuk. Una fuente confidencial de la Fiscalía General de Ucrania dijo a Gatehouse que había un francotirador en el Hotel Ucrania y que las pruebas sugerían que disparaba a ambos bandos. Esta fuente afirmó que estaba elaborando un caso que indicaba que los tiroteos en la Maidan formaban parte de un complot destinado a sembrar el caos. Sin embargo, sus investigaciones tropezaban periódicamente con obstáculos judiciales[19]. Eso fue en 2015. En 2019, la Fiscalía General de Ucrania se había centrado en los oficiales de Berkut juzgados, no en los francotiradores del Hotel Ucrania[20].
No había pruebas sustanciales de que los políticos de Maidan hubieran dirigido a esos francotiradores desconocidos, pero sí rastros inquietantes de su implicación con personas que podrían haber estado entre esos francotiradores. Además de todas las acusaciones vertidas sobre Poroshenko, estaba Serhiy Pashynskyi, que pronto se convirtió en jefe de la Administración Presidencial del presidente interino Oleksandr Turchynov. Un vídeo captó a Pashynskyi el 18 de febrero acercándose a un coche rodeado de manifestantes en la calle Lypska, durante los enfrentamientos que se produjeron allí ese día. Los manifestantes inspeccionan el maletero de un Honda que lleva la matrícula de un funcionario del Estado – AA 4774 SO -. El maletero resulta contener, en una funda protectora, un fusil con silenciador y visor. A continuación, un hombre parecido a Serhiy Pashynskyi se acerca al coche. Oculta el fusil a la vista de los demás, lo vuelve a meter en el maletero y lo cierra. Habla con alguien que se lleva el Honda.
Un polémico bloguero que fue acusado de trabajar para el Kremlin, un nacionalista ucraniano que respondía al nombre de Stepan Mazura, alegó que Pashynskyi, Turchynov y Arsen Avakov -ministro del Interior de Ucrania tras la destitución de Yanukóvich- habían estado detrás de armar a los manifestantes. Supuestamente habían encubierto quién había disparado y matado a los manifestantes, un encubrimiento que para entonces había durado más de un año. Katchanovski menciona acusaciones similares realizadas por activistas de la Maidan, que afirmaban que Pashynskyi había nombrado al investigador jefe de los tiroteos de la Maidan en la Fiscalía General de Ucrania, para evitar que los políticos de la Maidan fueran identificados como sospechosos. Sin embargo, todo esto siguen siendo especulaciones. Aunque admitió ante Sonia Koshkina que era él quien aparecía en el vídeo, Pashynskyi se negó a decir que había suministrado armas a los manifestantes. Insistió en que el Honda pertenecía a uno de sus activistas, y que contenía un rifle de caza para defensa propia. Pashynskyi, al igual que Turchynov, dijo a Koshkina que los propios manifestantes del Maidán decidieron llevar armas porque las fuerzas gubernamentales habían atacado su Ofensiva Pacífica en el Parlamento y luego el propio Maidán el 18 de febrero[21].
Aunque estos francotiradores y sus patrocinadores siguen siendo desconocidos, al menos Katchanovski y los investigadores ucranianos coincidieron en que no había rusos entre ellos. El juicio de la masacre de Maidan no reveló ninguna prueba de este tipo. Serhiy Horbatiuk, que había sido investigador jefe del caso, declaró a Hromadske TV a principios de 2016 que no había ciudadanos de la Federación Rusa sospechosos de disparar a los manifestantes el 20 de febrero de 2014, aunque estaban revisando las actividades de los emisarios rusos que llegaron a Ucrania y que podrían haber asesorado a los líderes ucranianos entonces[22]. El mito de que los tiroteos del 20 de febrero fueron alguna operación especial rusa se había arraigado en las respuestas de los ucranianos a los acontecimientos, desde Parubiy hablando con la BBC hasta los hermanos Kapranov intentando comprender las contradictorias pruebas forenses y balísticas. Rusia también figura en la comprensión de Mychailo Wynnyckyj de la masacre del 20 de febrero, aunque admite que todavía no existen pruebas de que hubiera una conexión entre los francotiradores y la Federación Rusa, y que puede que nunca se sepa la verdad sobre los francotiradores[23].
Escalada: un Maidan ya al borde del abismo
A pesar de la insistencia de Katchanovski en que los tiroteos del 20 de febrero eran necesarios como operación de falsa bandera para derrocar a Yanukóvich, sigue siendo discutible si para entonces había siquiera necesidad de tal operación de falsa bandera. Ya en la noche del 18 de febrero, hombres con rifles aparecieron en el Maidan por primera vez. La tregua del 19 de febrero era una tregua de facto y podía deshacerse fácilmente, dado que cada vez se sospechaba de más personas que planeaban acudir a la Maidan con armas letales, incluidas bombas de fertilizante, así como armas robadas de lugares como comisarías de policía de Lviv. Al anochecer del 20 de febrero, existía realmente el peligro de que un mar de hombres armados fuera a la guerra si el régimen de Yanukóvich no daba marcha atrás.
Un amigo mencionó que cuando él y otros residentes de Lviv cogieron un autobús para ir a defender la Maidan, esta vez en la noche del 20 al 21 de febrero, uno de ellos llevaba una pistola que había robado de una de esas comisarías. Algunos tenían nuevas armas con las que luchar contra la policía, posiblemente también explosivos. Rodion, un ultra del fútbol que lanzó cócteles molotov contra la policía en la calle Hrushevsky a finales de enero de 2014, me dijo que se había involucrado en lo que, según él, eran planes para idear armas más serias para la autodefensa. Fue justo después de que terminaran los tiroteos de Maidan ese día cuando «nos dijeron que teníamos que utilizar medios más serios de autodefensa.» Dijo: «Así, nos dijeron que organizáramos la producción en el menor tiempo posible, y así estuve un poco ocupado en otra cosa [que no fuera estar en el Maidan el 21 de febrero]». Él les ayudó a empezar a fabricar esas armas, pero entonces terminaron los combates en torno al Maidán y cayó el régimen de Yanukóvich[24].
Los políticos del Maidán utilizaron los levantamientos del 18 y 19 de febrero en el oeste de Ucrania para amenazar con más violencia contra el Estado si Occidente no tomaba más medidas contra Yanukóvich. Parubiy, de Autodefensa Maidan, fue uno de ellos. La noche del 20 de febrero, mientras se reunía con embajadores extranjeros en la embajada alemana mientras intermediarios de Alemania, Francia y Polonia negociaban con Yanukóvich, Parubiy negó las afirmaciones de que las armas que los manifestantes habían incautado en Lviv hubieran llegado a Kiev, pero sugirió que podrían hacerlo si la situación empeoraba: «Les advertí de que si los gobiernos occidentales no tomaban medidas más firmes contra Yanukóvich, todo el proceso podría adquirir una dimensión muy amenazadora.» El embajador de Estados Unidos en Ucrania, Geoffrey R. Pyatt, expresó su temor de que esas armas pudieran provocar una insurrección armada en Kiev, lo que socavaría el apoyo occidental a los manifestantes.
Los rumores sobre armas automáticas de camino a Lviv alarmaron a Andriy Tereshchenko, que comandaba las fuerzas de Berkut desde Donetsk, y que había permanecido en el edificio del Gabinete de Ministros con sus hombres. Ya el 18 de febrero, cuando estalló la violencia, 16 de sus hombres habían sido abatidos. Las armas automáticas de Lviv harían las cosas aún más peligrosas para ellos. «Entendimos por qué se llevaron las armas, para llevarlas a Kiev», declaró al New York Times[25]. La amenaza de que hombres armados de Lviv llegaran a Kiev y provocaran una guerra civil era muy real para los políticos y los órganos de seguridad. Los sucesos del Maidan de la mañana del 20 de febrero parecían presagiar un derramamiento de sangre aún peor.

Conclusión: una revolución ahogada en sangre
El hecho de que los tiroteos del 20 de febrero en el Maidan nunca se saldaran con una condena adecuada, después de que los políticos y activistas del Maidan hubieran tomado el poder y dominado tanto el Gobierno como el Parlamento durante más de cinco años, de 2014 a 2019, fue una acusación abierta a la revolución que el Maidan supuestamente había traído a Ucrania. En lugar de cambiar el sistema, el sistema siguió vivo y convirtió a todo el mundo en rehén de sus injusticias. El hecho de que tantas figuras políticas defensoras del Maidan se convirtieran en sujetos de tan ricas teorías conspirativas demuestra tristemente que la clase política ucraniana -no solo los líderes del Partido de las Regiones, sino también sus amargados oponentes- había fallado a sus ciudadanos en un invierno que cambió a todo el mundo, pero no siempre para mejor.
El fin de semana del 22 de febrero de 2014, el público extranjero y de la diáspora se deleitó con la caída de Yanukóvich del poder. No sabían que los malos no iban a ir a la cárcel. Sin embargo, incluso entonces, estas celebraciones se limitaron a ciertas cámaras de eco de las redes sociales. Las publicaciones en las redes sociales no hablaban por todos los ucranianos, especialmente en aquellas regiones donde el apoyo al Maidán había sido escaso o casi inexistente. En la región de Donetsk, al este, un hombre que observaba desde el ordenador de su casa los mismos acontecimientos que mis amigos de Facebook no experimentó júbilo alguno. Mykhailo, director de una organización benéfica que ayuda a drogadictos y enfermos de VIH/sida en la ciudad de Sloviansk, intuía que se avecinaban más problemas. Cuando su mujer le preguntó por qué estaba tan obsesionado con los acontecimientos de Kiev, le dijo: «Kiev tiene la Maidan, pero nosotros tendremos la guerra» [V Kieve Maidan, a u nas voina budet.][26].
La guerra a la que se refería Mykhailo era la guerra en el Donbass. Esa guerra está fuera del alcance de este artículo.  El papel de Rusia en ella se hizo cada vez más prominente a medida que evolucionaba. Vladimir Putin y sus asesores apoyaron y explotaron un escenario de «guerra civil» en Ucrania como parte de su estrategia geopolítica para recuperar influencia sobre ella.  Sin embargo, los tiroteos de Maidan alarmaron a los residentes de Donbass como Mykhailo. Confirmaron los peores temores avivados por los medios de comunicación y los políticos pro-Yanukóvich, así como por los líderes rusos y las redes de propaganda rusas, durante el invierno de 2013 – 14. Los manifestantes de Maidan habían derrocado al Estado. Habían humillado e incluso disparado y matado a las fuerzas del orden. Ninguno de ellos fue castigado por ello. Peor aún, debido a sus protestas, el Estado se había derrumbado. Yanukóvich y sus socios también fueron responsables de la implosión de su régimen, así como del colapso del Estado, pero en la primavera de 2014, esos matices ya no importaban.
La turbia historia de los tiroteos de Maidan, y el fracaso a la hora de hacer justicia a las víctimas, legitimaron una guerra híbrida que desde entonces se ha convertido en una guerra total contra la existencia de Ucrania como Estado. Esa lucha por la existencia de Ucrania ha dificultado aún más una explicación más compleja de los tiroteos de Maidan. En lugar de traer la justicia y el Estado de derecho a Ucrania, su revolución de 2013-14 parece barrida a un lado, ya que las fuerzas geopolíticas han convertido a los Cien Celestiales en una pequeña gota en un océano de sangre cada vez mayor.

4. Lenin y el futuro.

En la estela de la conmemoración del centenario de Lenin, en LeftEast han publicado este artículo aparecido originalmente en la página de la asociación checa SOK-Socialistický kruh [Círculo socialista].

https://lefteast.org/lenins-

La obra política de Lenin
Por Michael Hauser 29 de febrero de 2024
Nota de los editores de LeftEast: este texto fue publicado originalmente en checo en SOK-Socialistický kruh.
Lenin y la Revolución: nada está cerrado
En la visión contemporánea de Lenin y la Revolución de Octubre predominan sus imágenes históricas, que provocan la impresión de que no son más que trozos de historia sin relación con la actualidad ni con nuestro futuro. Sin embargo, al hablar de Lenin y de la revolución de octubre podemos cambiar la perspectiva y preguntarnos por su relevancia «eterna». Por regla general, el enfoque histórico se limita a describir las circunstancias relevantes que formaron la situación revolucionaria. Nos encontramos con que esta situación fue el resultado del problemático desarrollo de Rusia a partir de principios del siglo XX y reflejaba la posición de Rusia en el sistema mundial. Rusia era un país situado en la semiperiferia del sistema imperial mundial, por utilizar el término de Immanuel Wallerstein. Como muestra el historiador húngaro Tamás Krausz en la entrevista «Reconstruir a Lenin» más allá de las mentiras y las distorsiones», la burguesía democrática rusa era débil y se comportaba de forma subordinada al régimen zarista. A diferencia de la burguesía de los países occidentales, no consiguió actuar como instigadora de la modernización y la emancipación política. La atrasada Rusia se encaminaba a ser una semicolonia de la que los imperios occidentales extraerían materias primas y mano de obra barata. Krausz articula dónde reside la legitimidad general de la Revolución de Octubre: si no se hubiera producido, Rusia probablemente habría acabado siendo una semicolonia de Occidente con un régimen autocrático fascista. Si la burguesía democrática carecía de impulso modernizador y emancipador, la única fuerza que podía llevar a cabo la modernización y sacar al país del sistema imperial occidental era el movimiento socialista organizado como fuerza revolucionaria.
A continuación contamos otras circunstancias históricas que hicieron posible la revolución. Estas fueron la ruptura de la legitimidad del régimen zarista al final de la Primera Guerra Mundial y las pésimas condiciones sociales en las que vivían las amplias capas del campesinado y el proletariado industrial, numéricamente pequeño. Desde principios del siglo XX, habían estallado en Rusia dos revoluciones: la de 1905, brutalmente reprimida, y la de febrero de 1917. En sus coletazos, la sociedad rusa, hasta entonces estancada y conservadora, se puso en marcha con un alcance y una intensidad sin parangón en ningún país europeo de la época.
La mayoría de las personas que se adhieren al enfoque histórico concluyen que las políticas de Lenin y la Revolución de Octubre son cosa del pasado y que su relevancia política se agotó definitivamente con el colapso de la Unión Soviética a principios de la década de 1990. Se supone que el final simbólico de toda esta historia es la última celebración oficial del aniversario de la «Gran Revolución Socialista de Octubre», que tuvo lugar en la Plaza Roja el 7 de noviembre de 1990.
Krausz es un ejemplo de historiador que rechaza esta conclusión y declara que nada está cerrado. Ofrece su análisis histórico de la política de Lenin y de la Revolución de Octubre como modelo para todos los países que se encuentran hoy en la semiperiferia o periferia del sistema mundial.
Los políticos como servidores del Estado de clase
Existe otro enfoque que plantea la cuestión de la relevancia de Lenin y la Revolución de Octubre para el presente o el largo futuro. En la República Checa, esta cuestión ha sido abordada recientemente por el joven politólogo y político de izquierdas Vítek Prokop en su artículo «El siglo de Lenin».
Escribe que Lenin nos llama a expresar las ideas y percepciones que encierran las complejas y terminológicamente sobrecargadas teorías izquierdistas en un lenguaje generalmente comprensible y a difundirlas por todos los medios disponibles, especialmente a través de los medios sociales. Del mismo modo, el filósofo alemán Michael Brie, en su artículo «Siete razones para no dejar a Lenin en manos de sus enemigos», expresó una recomendación dirigida a la izquierda contemporánea, a la que volveré más adelante.
Esta aproximación a Lenin y la Revolución de Octubre está plenamente desarrollada por el filósofo francés Alain Badiou en su opus ontológico La inmanencia de las verdades (Badiou 2018: 640-657). Badiou distingue entre dos tipos de política. En primer lugar, está la política que se ha llevado a cabo a lo largo de la historia humana, comenzando con las primeras civilizaciones que surgieron en diversas partes del mundo alrededor del cuarto milenio antes de Cristo. A lo largo de la historia, las formas de gobierno, la composición de clases, la forma de las jerarquías, la tecnología y muchas otras cosas han cambiado, pero la política ha seguido siendo esencialmente la misma. Principalmente, siempre se ha tratado de controlar y gestionar el aparato del Estado. En todas las transformaciones, la organización estatal tiene la función básica de concretar determinadas relaciones de propiedad y de poder. Los aparatos e instituciones estatales son la forma eficaz de mantener la dominación y la opresión económica y social. Como dice Badiou, esta política se limita a la repetición de unos pocos procedimientos para llevar a cabo el mantenimiento del Estado.
Badiou la llama política de la finitud: se rige por las reglas limitadas del Estado, y esta política tiene prioridad sobre la realización de tal o cual ideal o valor. Un ejemplo es la transformación del cristianismo, que se convirtió en la religión del Estado al final del Imperio Romano. El cristianismo adquirió una función estatal, y esto suprimió sus ideas originales universalmente igualitarias. La función estatal tiene un efecto similar en la política de izquierdas. La izquierda se diferencia de la derecha en la retórica y en diversos énfasis, pero se comporta de la misma manera que la derecha en las funciones estatales. Es fácil imaginar que los políticos que abrazan opiniones radicales antes de las elecciones limitarán su gobierno a lo que el aparato de clase del Estado les permita aplicar. Como sostiene Badiou, una política así es un procedimiento construible. Resulta en la repetición de procedimientos preestablecidos en algunas variaciones.
Lenin, el político del infinito
Según Badiou, ocasionalmente surge otra política, que él denomina la política del infinito. Empezó a cristalizar tras la Revolución Francesa en forma de corrientes socialistas, comunistas y anarquistas. Esto trajo a la sociedad una disputa sobre lo que es realmente la política. ¿Deben los políticos luchar por la mejor gestión posible del aparato de clase-estado o por su transformación revolucionaria? Esta disputa sobre la política conduce a una nueva división de la sociedad. No se trata de una división entre los partidarios del gobierno y las fuerzas de la oposición que, a pesar de todas las diferencias, respetan el Estado de clase. La sociedad se divide en una parte que se adhiere al orden dado y una parte que busca una transformación revolucionaria de la organización del Estado. Badiou señala que estas dos partes son irreconciliables y que su síntesis es imposible. Hay una discusión no consensual de la propia política, que establece el principio del dos. Este principio es una condición de todo procedimiento de verdad, no sólo del procedimiento político.
La política de Lenin en el período crítico después de la Revolución de Febrero de 1917 es un ejemplo de tal política. Lenin introdujo el principio de la división en el Estado en cuestión y buscó una transformación revolucionaria de la organización estatal. En Las Tesis de Abril hizo un llamamiento para que la Revolución de Febrero se convirtiera en otra revolución, ya que la primera sólo había modificado el aparato estatal de clase y avanzaba hacia una democracia parlamentaria oligárquica. En palabras de Badiou, Lenin insertó así en la Revolución de Febrero el principio divisorio del dos: en esa revolución, hay una segunda revolución, que cambiaría completamente la organización estatal de la sociedad y eliminaría la oligarquía económica, que enlazaría con la democracia parlamentaria. El resultado de la Revolución de Febrero sería el «capital-parlamentarismo».
Así interpreta Badiou los puntos relevantes de Las Tesis de Abril. Tomemos las que expresan diversos aspectos de la transformación revolucionaria del aparato del Estado.
– El aplastamiento del viejo aparato del Estado – la sustitución de la república parlamentaria burguesa por un tipo de Estado de la Comuna de París, es decir, una república de soviets, organizada de abajo arriba y sustituyendo a la policía, el ejército y la burocracia por un armamento general del pueblo y de los cargos electos.
– El programa agrario: confiscación inmediata de las tierras de los terratenientes, nacionalización de todas las tierras y transferencia del derecho a disponer de ellas a los soviets de trabajadores agrícolas y campesinos pobres.
– La unión inmediata de todos los bancos en un solo banco nacional y la institución de su control por el Soviet de Diputados Obreros.
– No es nuestra tarea inmediata «introducir» el socialismo, sino sólo poner de una vez la producción social y la distribución de los productos bajo el control de los Soviets de Diputados Obreros.
– La creación de una nueva Internacional revolucionaria.
En esta situación había una lógica política, que Lenin reconoció claramente y sobre la que actuó. Badiou la resume así. Las masas populares están divididas internamente, por lo que es necesaria una organización política que luche por su unificación. De ello se deduce que los activistas comunistas deben vincularse con las masas populares. Los comunistas deben trabajar dentro de las masas y, al mismo tiempo, darles forma desde «fuera». Son indispensables para la revolución por las razones dadas por Marx y Engels en El Manifiesto Comunista: son la parte más decisiva del movimiento de masas; formulan sus demandas; tienen una visión de conjunto; piensan internacionalmente.
La política de Lenin se guiaba por el principio de la igualdad universal independientemente del Estado de clase.  En lugar de repetir un conjunto finito de procedimientos estatales, apareció ante él una perspectiva infinita de desarrollo ulterior, que traería cada vez más posibilidades reales.
La revolución como invención de un nuevo
Consideremos que estamos poco después de la Revolución de Octubre y queremos abandonar el Estado de clase tradicional. ¿Cómo debería ser entonces la forma de gobierno? No será un gobierno autocrático, ni una democracia parlamentaria, ni ninguna de las anteriores. Hay que inventar una nueva forma política: una república de soviets. En lugar de copiar los sistemas políticos occidentales u orientales que se mantienen dentro de los límites del Estado de clase, se ha abierto un nuevo horizonte de pensamiento y acción políticos. La Revolución de Octubre provoca una creatividad social sin precedentes, pero no tiene lugar en un campo verde protegido donde se nos permite crear y experimentar sin ser molestados. Todo ocurre en una época de feroz guerra civil, que impone una disciplina estricta y medidas a menudo duras. Las instituciones políticas posrevolucionarias suelen nacer bajo la presión de las circunstancias y, sin embargo, demuestran ingenio y energía creativa. Se crean varias instituciones nuevas: se suprimen los ministerios y se crean comisarías populares; se forma un sistema de soviets (consejos de obreros, campesinos, soldados, etc.) para combinar la toma de decisiones horizontal y vertical. Los soviets se eligen desde abajo. De los soviets locales o regionales se eligen representantes para los soviets superiores, y de éstos, representantes para los soviets superiores. Estas instituciones se inspiraron en cierto modo en los órganos populares de la Comuna de París y siguieron a los soviets surgidos espontáneamente en las dos revoluciones anteriores.
En Rusia habían existido antes diversas formas colectivas, que adquirieron un nuevo vigor gracias a la Revolución. En la sociedad posrevolucionaria, proliferaron los artels -cooperativas de artesanos, artistas y obreros que vivían en comunas y trabajaban en casa o en talleres compartidos- con igualdad de reparto y a menudo sin contratos legales. En Rusia, las comunas aldeanas (en ruso «obshchina», también llamadas «mir») tenían una antigua tradición. Las comunas de aldea tenían la propiedad común de la tierra, que era la forma rusa de «bienes comunes». En los países occidentales, las tierras comunales fueron en su mayoría cercadas y privatizadas a la fuerza en las primeras etapas del capitalismo. En Rusia, se mantuvieron los bienes comunes. Tras la revolución de 1905, el Primer Ministro Stolypin introdujo una reforma agraria para privatizar los bienes comunales rusos, pero se encontró con la resistencia de la población, que se negaba a abandonar la forma de cultivar y tomar decisiones heredada de sus antepasados. Debido a la oposición conservadora a la privatización de los bienes comunes, el plan de Stolypin fracasó.
En las comunas, a cada persona se le asignaba una tenencia de tierra llamada «naděl», que podía cultivar de forma independiente pero no podía vender ni legar. En teoría, la tierra asignada se devolvía cada quince años a la comuna, que hacía un nuevo reparto equitativo entre todos los miembros varones de la comunidad. Los estudiosos sugieren que las comunas fueron la base para la posterior aparición de los koljoses como unidades principales de la agricultura soviética (Ay 2016: 62). Las comunas se fueron convirtiendo en los koljoses con agricultura colectiva hasta que la colectivización forzosa interrumpió su evolución gradual a finales de 1920. Al día siguiente de la revolución (8 de noviembre de 1917) se promulga el Decreto sobre la Tierra, que refuerza enormemente la importancia política y económica de las comunas. En lugar de la privatización de las comunas que tuvo lugar en los países occidentales, se produce una desprivatización de vastas extensiones de tierra propiedad de la nobleza, los terratenientes y la iglesia. El Decreto sobre la Tierra suprime la propiedad privada de la tierra «para siempre» y «la tierra no se venderá, comprará, arrendará, hipotecará ni enajenará de ninguna otra forma». En adelante, toda la tierra «pertenece a todo el pueblo». «Su distribución entre los campesinos estará a cargo de los órganos locales y centrales de autogobierno, desde las comunas de aldea y ciudad organizadas democráticamente, en las que no hay distinciones de rango social, hasta los órganos centrales de gobierno regional». El decreto de Lenin aplica los principios seculares de las comunas, imbuidos de un ethos modernizador y científico: «el fondo de tierras será objeto de una redistribución periódica, en función del crecimiento de la población y del aumento de la productividad y del nivel científico de la agricultura». Los teóricos contemporáneos del decrecimiento han hecho hincapié en las formas de agricultura precapitalistas, pero hasta ahora han dejado de lado el Decreto sobre la Tierra de Lenin, que les dio una nueva dimensión. Kohei Saito en el libro Marx in the Anthropocene. Towards the Idea of Degrowth Communism (Saito 2023) subraya las reflexiones de Marx sobre los bienes comunes, pero deja de lado las políticas de Lenin que hicieron de los bienes comunes precapitalistas la base del desarrollo socialista.
La revolución de octubre instigó un movimiento similar en el ámbito del arte, especialmente con la ayuda de la vanguardia rusa, que estaba adquiriendo una dimensión masivamente colectiva. En ningún otro lugar los proyectos vanguardistas se transformaron en un arte colectivo tan monumental como en la Rusia posrevolucionaria. Un ejemplo bien conocido es la «Sinfonía de sirenas» creada por Arseny Avraamov para el quinto aniversario de la Revolución de Octubre. Tuvo lugar en varias ciudades y fue interpretada a mayor escala por los habitantes de la ciudad portuaria de Bakú. Toda la ciudad participó en su interpretación, incluidos barcos, locomotoras, tropas militares y sirenas. Toda la ciudad se convirtió en un instrumento musical. La sinfonía debía ser interpretada por todos los habitantes de la ciudad, y la partitura en forma de instrucciones verbales se publicaba en los periódicos la víspera.  Sin las condiciones posrevolucionarias y el ambiente vanguardista de la época, algo así difícilmente habría sido posible. Véanse los festivales revolucionarios en el Moscú y el Petersburgo de la época de la guerra civil. La reconstrucción de la «Sinfonía de las sirenas» fue intentada por los antiguos miembros de «Einstürzende Neubauten» Andreas Ammer y FM Einheit en el Festival de Otoño de Moravia de 2017, pero solo interpretaron la sinfonía de forma insinuante. En las circunstancias actuales, esta sinfonía es prácticamente inviable en su totalidad.
Si nos damos cuenta de todo el ingenio y la creatividad que aportó la Revolución de Octubre, es necesario corregir la opinión generalizada de que esta revolución no fue otra cosa que el amanecer de la dictadura o el totalitarismo. Después de todo, ¿no tenía razón el filósofo checo Milan Machovec cuando señaló en los años 60 que esta revolución fue el mayor logro del marxismo creativo?
La izquierda en la época de las rupturas
Badiou introduce otra dimensión de la política: el pensamiento y la praxis políticos pueden adquirir cualidades que los conviertan en una obra política. La política de Lenin tuvo lugar en un determinado espacio-tiempo histórico e influyó en la historia del siglo XX, pero este hecho no agotó su pertinencia. En la situación actual, descubrimos sus impulsos antes desconocidos. Así procede Michael Brie cuando relaciona la política de Lenin con la época actual de crisis permanentes. La política de Lenin habla de repente a la izquierda, que busca su orientación en un periodo de caos e incertidumbre. Lenin, por supuesto, no podría haber previsto que cien años después de su muerte la izquierda estaría, en cierto modo, de nuevo en el principio, aprendiendo a pensar y actuar políticamente. La política de Lenin puede actuar como catalizador para la izquierda contemporánea: provocará una escisión en la izquierda entre la parte que pretende mejorar los aparatos del Estado de clase y la parte que piensa en una transformación igualitaria y ecosocialista del Estado. El pensamiento y la praxis política, que muchos han considerado como la política que yace en el mausoleo con el cuerpo de Lenin, adquiere de repente nuevos significados. La política con este potencial infinito, según Badiou, constituye una obra política.
¿Cuántos políticos encontramos a los que podamos referirnos después de cien años, o al menos después del final de su mandato? La mayoría de los políticos caen en el olvido en el momento en que cierran la puerta de su despacho. Aparte de gestionar una institución estatal de clase, no suelen conseguir mucho más. No sólo no dejan tras de sí ningún trabajo político, sino que suelen ignorar que la política puede parecerse a un trabajo. Como dice Badiou, el trabajo político es raro. Es más raro que una obra de arte.
¿Y de dónde viene esta potencialidad de la obra política de Lenin? Si un día la izquierda vuelve a ir tan lejos como para no contentarse con declaraciones éticas generales («queremos una sociedad justa/equitativa», etc.) y empieza a pensar en acciones políticas reales que lleven más allá del capitalismo en nombre de estos ideales, tarde o temprano descubrirá a Lenin. No se trata sólo de que la izquierda finalmente invite a Lenin «a la mesa» donde están aquellos «que buscaron una humanidad emancipada antes que nosotros», como escribe Brie. En una situación en la que se abra la posibilidad de una transición real a una sociedad postcapitalista, Lenin dejará de ser un mero comensal que, según Brie, tiene que hacer examen de conciencia por haber coartado «la libertad de los que piensan diferente» (Luxemburg). Vemos entonces en Lenin sobre todo a un político que tuvo que enfrentarse a problemas que atañen al propio ser o no ser de la revolución, y a los que probablemente también nos enfrentaremos nosotros.
Como dice Badiou, cualquiera que intente hacer una transición al socialismo o al comunismo se encontrará con la cuestión del Estado de clase y sus aparatos. Lenin era plenamente consciente de que sin una transformación revolucionaria del Estado, la transición al socialismo es imposible, ya que la organización estatal siempre reproducirá las desigualdades de clase. Es miope imaginar que basta con ocupar las instituciones estatales existentes y operar dentro de ellas social y democráticamente, como sugiere Chantal Mouffe en su libro sobre el populismo de izquierda (Mouffe 2018). Ella articula la opinión liberal generalizada de que las instituciones estatales de la democracia liberal son en sí mismas neutrales y que pueden servir a la mayoría no privilegiada tan bien como sirven a las clases sociales altas y a la hiperburguesía oligárquica. Estas instituciones se originaron en el periodo del «liberalismo autocrático» (término acuñado por Fareed Zakaria) como protección de los privilegios de las clases adineradas frente a las masas «irresponsables». Debido a su construcción de clase, siempre modificarán las demandas de las masas populares para no socavar la dominación económica y política de las clases privilegiadas. Por lo tanto, no basta con abrir estas instituciones a las demandas populares, como sostiene Mouffe, sino que es necesario transformarlas (Hauser 2021b: 164).
Badiou también muestra la relevancia «eterna» de otras ideas de Lenin. Una política de izquierdas que busque la transición a una sociedad postcapitalista provocará necesariamente la división de las masas populares, y sólo una parte de ellas desarrollará espontáneamente esta política. Por lo tanto, no podemos actuar sin una organización política que actúe en el seno de las masas populares y que, al mismo tiempo, formule objetivos más generales y defina una línea de acción estratégica. Cualquiera que vaya más allá se enfrentará a otra cuestión fundamental: ¿cómo defender la revolución? Es ingenuo pensar que todo el mundo estará de acuerdo con la transición al socialismo. La hiperburguesía difícilmente se quedará de brazos cruzados ante la emergencia de un sistema en el que perdería sus extremados privilegios políticos y de propiedad. Gastarán considerables recursos para convencer a la mayoría no privilegiada de que el socialismo es el Mal. La izquierda tendrá que plantearse la misma pregunta que Lenin: ¿cómo organizar una defensa contra estas poderosas fuerzas?
Son preguntas existenciales del posible desarrollo futuro, pero sólo unos pocos se las plantean hoy. El postcapitalismo es deseado por muchos, pero sólo un puñado de «radicales» están pensando en los pasos reales que serán necesarios para establecerlo. Un nuevo movimiento socialista puede estar en sus inicios y el debate sobre sus posibles objetivos y estrategias en el siglo XXI sólo está despegando lentamente. Mientras tanto, se proponen manifiestos que tratan de suscitar este debate (véase El Manifiesto del Movimiento Socialista).

Mucha gente es consciente de que la época actual está llena de crisis y tendencias catastróficas. Algunos piensan que tarde o temprano se producirán rupturas sociales que, al menos hipotéticamente, abrirán una verdadera transición hacia el postcapitalismo. Parece que la relevancia de la obra política de Lenin sólo se comprenderá plenamente en una futura era de rupturas.

Referencias

Ay, Karl-Ludwig (2016): On some Observations by Max Weber about Long-termed Structural Features of Russian Policy. In: Eliaeson, S., Harutyunyan, L., Titarenko, L., (eds.), After the Soviet Empire. Legacies and Pathway. Leiden-Boston: Brill, 54-63.

Badiou, Alain (2018): L’Immanence des vérités. L’être et l’événement, 3. Paris: Fayard 2018.

Hauser, Michael (2021b): The Broken Unity of Liberal Democracy (in Czech, Rozlomená jednota liberální demokracie. In: Feinberg, J. G., Hauser, M., Ort, J., Politika jednoty ve světě proměn. Praha: Filosofia, 95-169.)

Mouffe, Chantal (2018): For a left Populism. London-New York: Verso.

Saito, Kohei (2023): Marx in the Anthropocene. Towards the Idea of Degrowth Communism. Cambridge: Cambridge University Press.

Michael Hauser es un filósofo checo afincado en Praga. Trabaja en el Instituto Filosófico de la Academia de Ciencias, en el Departamento de Filosofía Continental Contemporánea, y da clases en la Facultad de Educación de la Universidad Carolina. En 2002 fundó la asociación cívica Círculo Socialista.

5. Concreto y abstracto en el marxismo

Los que sabéis de filosofía podréis juzgar mejor si el autor sabe de lo que habla.

https://mronline.org/2024/03/

¿Por qué son problemáticas las definiciones para los marxistas?
Publicado originalmente: Midwestern Marx el 28 de febrero. 2024 por Carlos L. Garrido (Publicado Mar 02, 2024)
Este artículo es una respuesta a la pregunta de un lector, que puede leerse AQUÍ.
En Anti-Dühring, Friedrich Engels escribe lo siguiente sobre las definiciones: “Desde el punto de vista científico todas las definiciones tienen poco valor. Para obtener un conocimiento exhaustivo de lo que es la vida, tendríamos que recorrer todas las formas en que aparece, desde la más baja hasta la más alta. Pero para el uso ordinario tales definiciones son muy convenientes y en algunos lugares no se puede prescindir de ellas; además, no pueden hacer daño, siempre que no se olviden sus inevitables deficiencias”.1
Esta cita surge en el contexto del ataque del capítulo a la filosofía de la naturaleza de Dühring. En concreto, Engels quiere señalar la insuficiencia o, en otras palabras, el carácter abstracto de la «definición» de la vida. Para entender esta perspectiva sobre las definiciones debemos comprender la distinción marxista entre lo abstracto y lo concreto, ya que es, propiamente hablando, el carácter abstracto de las definiciones lo que es problemático.
Hoy oímos la palabra abstracto y evocamos imágenes de abstracciones mentales, de generalizaciones que se producen en nuestra mente y son un reflejo inconexo de las cosas sensibles del mundo.
Por lo general, nuestra tradición no entiende así lo «abstracto». Nosotros, por supuesto, vemos un papel necesario para las abstracciones mentales en el proceso de adquisición de conocimientos teóricos. La teoría es, siempre, una forma de abstracción. Sin embargo, esta «abstracción» puede ser en sí misma más o menos abstracta o concreta, en el sentido en que utilizamos específicamente estas palabras.
Etimológicamente, el concretus latino se refiere a lo que está mezclado, compuesto, fusionado. Como han dicho Marx y Hegel, lo concreto es lo que contiene muchas determinaciones.2 Lo concreto es la unidad que contiene muchas, una unidad de opuestos. Es lo más complejo, el todo o la totalidad. Cuando decimos, por ejemplo, que Marx ofrece un estudio concreto del modo de producción capitalista, queremos decir que ha reconstruido lógicamente el modo de producción como un todo, exhaustivamente, sobre la base de ascender desde su germen (la mercancía, el componente integral más abstracto del todo) hasta el todo mismo. En la lógica de Hegel, la idea absoluta se erige como la forma más concreta del concepto, esa última forma que adopta el concepto, precisamente porque contiene autoconscientemente en su interior las muchas determinaciones por las que ha pasado para alcanzar este momento máximo de concreción lógica.
Abstractus, en latín, se refiere a lo que ha sido retirado, removido, extraído, alejado o aislado. Es bastante evidente ver cómo opera esto en el pensamiento abstracto… en las abstracciones mentales abstractas. Como escribe Ilyenkov, «pensar abstractamente significa simplemente pensar inconexamente, pensar en una propiedad individual de una cosa sin comprender sus vínculos con otras propiedades, sin darse cuenta del lugar y el papel de esta propiedad en la realidad».3 Pero lo abstracto no es simplemente este defecto del pensamiento inconexo, también hay abstracciones reales que operan objetivamente en el mundo, abstracciones que en sí mismas pueden ser comprendidas concretamente. Para Marx, por ejemplo, esto es operativo en el intercambio de mercancías, donde la «forma general del valor es la reducción de todos los tipos de trabajo real a su carácter común de ser trabajo humano en general, de ser el gasto de fuerza de trabajo humana».4 Como se puede ver en los cuatro primeros capítulos de El Capital Vol. I, el valor de cambio de las mercancías (que llega a dominar sobre su valor de uso) es un reflejo del tiempo de trabajo abstracto que se invirtió en él. Es una métrica cuantitativa del tiempo de trabajo socialmente necesario para producir una mercancía específica. Para que esta cuantificación tenga lugar, las actividades cualitativamente inconmensurables deben transformarse en cualitativamente conmensurables. El trabajo necesario para fabricar un zapato y el trabajo necesario para fabricar un abrigo deben perder su singularidad y obtener una forma abstracta en la que cada uno sea comparable, como iguales cualitativos, en términos de cantidad. Se trata de una abstracción real5.
Lo más concreto, es decir, los «todo» o las «totalidades» que hay que examinar, no puede estudiarse directamente como un todo. Lo concreto, en otras palabras, no puede ser un punto de partida. Tratarlo como tal te limita a comprometerte con lo que Marx llamó un «concreto imaginado», un objeto de estudio concreto abordado a través del pensamiento abstracto.6 En su lugar, para entender lo concreto concretamente, se requiere una ascensión desde lo abstracto a lo concreto. Marx, por ejemplo, no aborda el modo de producción capitalista como un todo hasta el tercer volumen de El Capital, es decir, hasta que ha llegado al todo a través de un «proceso de concentración», a través de una ascensión a lo concreto.7
Esta ascensión, por tanto, requiere inicialmente el descenso de lo concreto (el todo) a lo abstracto (sus componentes determinados). Existimos, por ejemplo, dentro del modo de vida capitalista como una realidad concreta. Pero para estudiar tal realidad Marx tuvo que descender de la experiencia inmediata de lo concreto a sus componentes abstractos para reconstruirlos lógicamente a través de este proceso de ascensión a lo concreto real. El descenso de lo concreto a lo abstracto es un medio, un momento intermedio de desaparición para el ascenso a lo concreto. Ambos movimientos, el descenso de lo concreto inmediato a lo abstracto para volver a ascender de lo abstracto a lo concreto, reconstruyendo así el todo concreto en la mente, son parte integrante del proceso de abstracción mental concreta… el antídoto contra la unilateralidad y la desconexión centrales en el pensamiento abstracto. Sin embargo, se da primacía a la ascensión a lo concreto. Es, como señala Ilyenkov, «el [movimiento] principal y dominante, que determina el peso y la importancia del otro, el opuesto [el descenso de lo concreto a lo abstracto]», que «emerge como un momento subordinado de desaparición del movimiento global».8
Entonces, ¿qué tiene esto que ver con la visión de la tradición marxista sobre las definiciones?
Bueno, las definiciones, aunque útiles para fines prácticos, se prestan con demasiada facilidad al pensamiento abstracto, es decir, a malinterpretar completamente el mundo. No se pueden dar definiciones de libro de texto de una sola frase para cosas complejas (concretas) del mundo. Incluso para las cosas más elementales del mundo, una definición abstracta básica me dice muy poco sobre ellas. Este enfoque de las definiciones intenta congelar lo que se está definiendo, sacarlo de su contexto espacio-temporal, de la red de relaciones en la que existe, e ignorar cómo ese contexto es el horizonte de la forma que adopta lo definido. En otras palabras, las definiciones obligan a nuestro pensamiento a ver las cosas de forma estática, desconectada y libre de las contradicciones que impregnan la existencia de una cosa como entidad compleja y heterogénea.
Esto no significa que condenemos las definiciones. Al fin y al cabo, son un componente integral de la comunicación. La vida social humana sin definiciones sería imposible. Pero sí significa que, al participar en la investigación científica (como mencionó Engels), o, francamente, en cualquier otra actividad, no debemos tratar las definiciones como esas cosas puras y sacrosantas a las que la realidad debe amoldarse (por ejemplo, cómo la perspectiva del fetichismo de la pureza trata la «idea» pura, o la «definición», del socialismo como algo que podría usarse para mirar a los países socialistas y decir: «eso no es socialismo real porque no es una representación exacta de la idea pura, o definición, que existe en mi mente»). Deberíamos ser conscientes del hecho de que las cosas que definen las «definiciones» están en constante movimiento, plagadas de contradicciones y necesariamente interconectadas con otras muchas cosas dentro de una totalidad dada… todo lo cual debe comprenderse para que el fenómeno, actualmente captado de forma abstracta a través de una definición, pueda entenderse de forma concreta.

Puedo, por ejemplo, hablarte de cómo el capitalismo es un sistema en el que los dueños del capital tienen el poder sobre las fuerzas productivas y los aparatos estatales (ideológicos y represivos) de la sociedad, y en el que tal dominio se utiliza para perpetuar el proceso de acumulación de capital enraizado en la explotación del trabajo de la clase obrera. Esta, por ejemplo, es una «definición» algo útil. Pero, ¿podría decirse que se comprende concretamente esta realidad concreta (esta forma de vida «entera») sobre la base de tal definición? Por supuesto que no. No en vano El Capital de Marx siguió siendo un proyecto abierto, inacabado… su objeto de estudio estaba a su vez inacabado, en continuo desarrollo, obteniendo una mayor concreción. Por lo tanto, aquellos (como Marx y Engels) que intentan reconstruir concretamente el modo de vida en su conjunto por escrito, requieren una apertura en su proyecto intelectual que refleje el dinamismo abierto de su objeto de estudio. Por eso el marxismo (materialismo dialéctico) es creativo hasta la médula. Sostiene como realidad ontológica este desarrollo incesante del mundo, y así entiende que para seguir conociéndolo concretamente (y, por supuesto, para cambiarlo de manera revolucionaria), su pensamiento debe desarrollarse creativamente con él.

Notas

  1.  Friedrich Engels, Anti-Dühring (Peking: Foreign Language Press, 2016), 81.
  2.  G. W. F. Hegel. Lectures on the History of Philosophy Vol. 2. London: Routledge and Kegan Paul, 1974., pp. 13. Karl Marx. Grundrisse. London: Penguin Books, 1973., pp. 101.
  3.  Evald Ilyenkov, The Dialectics of the Abstract and Concrete in Marx’s Capital (Delhi: Aakar Books, 2022), 27.
  4.  Karl Marx, Capital Vol I (Moscow: International Publishers, 1974), 57.
  5.  Esto se explora en Intellectual and Manual Labor de Alfred Sohn-Rothel, que anticipa el argumento de Richard Seaford en Money and the Early Greek Mind de que la abstracción real encontrada en la introducción de la moneda (mercancía monetaria, equivalente universal) en Mileto fue lo que desencadenó el desarrollo de la filosofía, es decir, abstracciones concretas ideales en la cuestión del ser.
  6.  Marx, Grundrisse, 100,
  7.  Marx, Grundrisse, 100.
  8.  Ilyenkov, The Dialectics of the Abstract and Concrete, 139.

Carlos L. Garrido es profesor de filosofía cubanoamericana en la Southern Illinois University, Carbondale. Es director del Midwestern Marx Institute y autor de The Purity Fetish and the Crisis of Western Marxism (2023), Marxism and the Dialectical Materialist Worldview (2022) y de próxima publicación Hegel, Marxism, and Dialectics (2024). Ha escrito para docenas de publicaciones académicas y populares de todo el mundo y dirige varios programas en directo para YouTube del Midwestern Marx Institute.

6. John Bellamy Foster recuerda a Paul Burkett.

En la sección de Notas de la Redacción del último número de Monthly Review, John Bellamy Foster escribe unas líneas de homenaje al recientemente fallecido Paul Burkett -muy crítico con la última obra de Saito, por cierto-. https://monthlyreview.org/

Notas de la Redacción
Marzo de 2024 (Volumen 75, Número 10) por Los editores (01 de marzo de 2024)
Monthly Review Volumen 75, Número 10 (Marzo 2024) De John Bellamy Foster
La muerte de Paul Burkett el 7 de enero de 2024, a la edad de 67 años, significa que el mundo se queda repentinamente sin la figura que desempeñó el papel principal durante las últimas tres décadas en el desarrollo de una economía ecológica marxista frente a la creciente crisis planetaria. Su pérdida deja al marxismo ecológico sin su principal exponente de la crítica ecológica de las relaciones de valor capitalistas. También significa la pérdida de un ser humano cálido y compasivo, y de un querido músico de jazz.
Con respecto a su principal cuerpo de trabajo dirigido al ecosocialismo, Burkett me indicó en varias ocasiones en los últimos años que su análisis de Karl Marx y la naturaleza y la economía ecológica marxista estaba esencialmente completo, presente en su corpus intelectual como un todo. Había producido, como él reconocía con la modestia que le caracterizaba, un rico sistema de pensamiento analíticamente agudo, con una inmensa profundidad, sobre el que otros podían construir. Lo que sigue son algunas notas que pretenden dar una idea del desarrollo de su pensamiento.
Gran parte de los trabajos publicados por Burkett a finales de los 80 y principios de los 90 se centraron en la teoría del capital monopolista, algunos de los cuales se centraron en los primeros escritos económicos de Paul Sweezy. En diciembre de 1990, escribió su primer artículo para Monthly Review titulado «Poverty Crisis in the Third World: Las contradicciones de la política del Banco Mundial». En mi opinión, se trataba de una obra maestra, una crítica tan importante hoy como cuando se escribió. Lo he citado en todos los cursos de economía política y medio ambiente que he impartido en los últimos treinta años. Después publicó otros cinco artículos en MR durante otros tantos años.
A mediados de la década de 1990, Burkett pasó a centrarse en Marx y el medio ambiente. El crecimiento del ecosocialismo en los años ochenta y principios de los noventa condujo al desarrollo del ecosocialismo de primera fase, en el que Marx fue fustigado por sus supuestos puntos de vista antiecológicos y prometeicos. Lo que surgió bajo el nombre de ecosocialismo fue un enfoque híbrido que injertaba la teoría verde liberal estándar, con sus sesgos neomalthusianos, en una crítica de la economía política concebida de forma estrecha. Burkett, que había escrito su tesis sobre economía y medio ambiente, empezó a dedicar sus esfuerzos de investigación a la defensa del materialismo histórico, respondiendo a lo que él consideraba importantes malentendidos del análisis ecológico incluido en El Capital y en muchos otros escritos de Marx y Federico Engels. Yo también me dediqué en aquel momento a contrarrestar las distorsiones ecologistas de Marx, tan comunes por aquel entonces. Burkett y yo entablamos así una extensa correspondencia teórica sobre estas cuestiones, que se prolongó durante años y luego décadas.
En 1996-1999, Burkett y yo ya no intentábamos simplemente corregir graves interpretaciones erróneas de Marx sobre la ecología, sino que estábamos comprometidos de una manera mucho más afirmativa en desenterrar la crítica ecológica del capital de Marx, largamente olvidada. En el desarrollo de este análisis, adoptamos conscientemente una especie de división del trabajo, en la que Burkett se concentraba en los aspectos económico-valorativos, mientras que yo me centraba en las cuestiones histórico-filosóficas-
Marx and Nature, «Marx’s Theory of Metabolic Rift» y Marx’s Ecology iniciaron un enfoque totalmente nuevo de la crítica medioambiental para el siglo XXI, a veces denominado ecosocialismo de segunda etapa, basado en la recuperación de la extensa crítica ecológica de Marx (al tiempo que abarca la noción de una tercera etapa que integre la teoría y la práctica ecosocialistas en nuestro tiempo). A menudo designada como teoría de la grieta metabólica, la forma de análisis estaba igualmente enraizada en el análisis ecológico de la forma-valor que Burkett había rastreado definitivamente a lo largo de la obra de Marx. La tradición marxista ecológica restaurada también se consideraba vinculada a un naturalismo dialéctico en línea con el materialismo histórico clásico. Para esta perspectiva era crucial rechazar cualquier ruptura epistemológica entre el Marx temprano y el Marx maduro (o entre el Marx maduro y el Marx tardío), concibiendo en cambio el análisis de Marx como si hubiera pasado por un proceso dialéctico de continuidad y cambio. Del mismo modo, se rechazó la noción de una ruptura fundamental entre Marx y Engels. Por el contrario, sus análisis, aunque claramente diferenciados, se consideraban complementarios.
Sin embargo, el nuevo enfoque socio-metabólico, puesto que cuestionaba el análisis ecosocialista de la primera etapa al volver a introducir a Marx y Engels en el argumento, provocó profundas divisiones dentro de la teoría ecosocialista. Esto se manifestó más claramente en mi repentina retirada en 1998 del consejo editorial de la revista Capitalism Nature Socialism (CNS), fundada por el economista marxista James O’Connor, donde tanto Burkett como yo habíamos sido miembros activos del consejo editorial y colaboradores. A esto siguió la publicación de cinco extensas polémicas en la revista dirigidas contra la Ecología de Marx. La respuesta de Burkett fue escribir una firme defensa de la Ecología de Marx y dimitir por principios del consejo editorial de la CNS, actuando como siempre con absoluta integridad. El resultado de estos acontecimientos fue el establecimiento de una ecología marxiana de segunda etapa distinta, divorciada de la primera.
En lo que sería el periodo intelectualmente más fértil de su carrera, Burkett pasó a escribir China and Socialism con el economista Martin Hart-Landsberg (Monthly Review Press, 2004), al tiempo que desarrollaba su principal tratado teórico de economía ecológica, Marxism and Ecological Economics: Toward a Red and Green Political Economy (Haymarket, 2006). Este formidable trabajo, que supuso una crítica de la economía ecológica dominante, fue tan poderoso y clarividente que puede considerarse incluso más significativo hoy que cuando se escribió por primera vez, ya que está directamente relacionado con la lucha sobre la financiarización del «capital natural» y la relación de este con la economía ecológica (véase John Bellamy Foster, The Dialectics of Ecology [Monthly Review Press, 2024]). En consonancia con este trabajo, Burkett escribió lo que creo que puede considerarse su artículo emblemático, «Marx’s Vision of Sustainable Human Development», publicado en Monthly Review en octubre de 2005. En este artículo, mostraba que el análisis ecológico de Marx tenía que concebirse como uno de desarrollo humano sostenible, que era la base de toda su concepción de una futura sociedad socialista. Como demostró Burkett, Marx había previsto esto más plenamente en algunas de sus obras posteriores, como la Crítica del Programa de Gotha y sus cartas (y borradores de cartas) a Vera Zasulich.
Burkett sufrió una gran tragedia familiar en sus últimos años, lo que le llevó a apartarse en gran medida de la investigación y la escritura, aunque retomaría su trabajo ecológico en ocasiones, sobre todo cuando el análisis general que habíamos desarrollado con respecto a Marx y la naturaleza parecía estar en peligro. Aunque el ataque ecosocialista de la primera etapa contra Marx como pensador prometeico había sido rotundamente despachado con el auge de la teoría de la fisura metabólica y el ecosocialismo de la segunda etapa, en la economía ecológica y el ecosocialismo persistieron otras afirmaciones relacionadas que pretendían demostrar que Marx era un pensador antiecológico. La más importante de ellas era el mito de que Marx había ignorado (o incluso despreciado) las opiniones de Sergei Podolinsky, a menudo caracterizado como el primer economista ecológico, que había tratado de relacionar la teoría marxiana del valor con la segunda ley de la termodinámica. La segunda acusación era que Engels había rechazado la ley de la entropía. Además, se acusó a los fundadores clásicos del materialismo histórico de haber ignorado el papel de los combustibles fósiles en el proceso de acumulación de capital y de no haber reconocido el valor intrínseco de la naturaleza.
Espoleados por estas otras críticas dirigidas a Marx y Engels, Burkett y yo escribimos Marx and the Earth: An Anti-Critique (Haymarket, 2016). Para refutar el mito de Podolinsky, fue necesario organizar traducciones de las versiones italiana y alemana de su obra al inglés, acceder a las notas inéditas de Marx sobre Podolinsky en sus cuadernos de extractos y emprender una investigación exhaustiva de la historia de la termodinámica del siglo XIX. En todo ello, Burkett desempeñó un papel fundamental. El resultado fue demostrar que las afirmaciones del supuesto rechazo sumario de Marx y Engels a Podolinsky, y por tanto a la economía ecológica, no tenían base alguna, y que la propia obra de Podolinsky adolecía de graves falacias ecológicas. Del mismo modo, se demostró que la idea de que Engels había rechazado la segunda ley de la termodinámica era falsa, ya que se había limitado a rechazar el cuestionable corolario de la muerte por calor del universo. Tampoco, se descubrió, Marx y Engels habían descuidado las cuestiones de los combustibles fósiles y el valor intrínseco. El análisis de Marx y la Tierra completaba así la respuesta a la primera etapa del ecosocialismo. La reciente publicación de las notas de Marx sobre Podolinsky en la Marx-Engels-Gesamtausgabe no ha hecho sino reforzar estas conclusiones.
Burkett volvió a salir de su retiro autoimpuesto a instancias mías para escribir conmigo «El valor no lo es todo» (Monthly Review, noviembre de 2018). Aquí, la cuestión eran los persistentes ataques a la teoría del valor de Marx como antiecológica, basados en la incapacidad de entender que la ley del valor para Marx no era un gran concepto idealista-moral, sino más bien la base para entender cómo funcionaba realmente el capitalismo, incluyendo cómo no valoraba el medio ambiente. Irónicamente, los intentos de algunos pensadores de la izquierda de aplicar el concepto de valor económico a todo en la existencia material, desde las piedras hasta las estrellas, ha tenido el efecto de eliminar la especificidad histórica del capitalismo, incluyendo las causas de sus depredaciones medioambientales. El análisis de Burkett sobre el análisis del valor ecológico de Marx en Marx and Nature puede considerarse como el análisis crítico más sofisticado en este ámbito, al que es necesario volver una y otra vez si queremos avanzar en este terreno.
La última gran preocupación de Burkett, expresada en 2023, se refería al libro de Kohei Saito
Marx in the Anthropocene (Cambridge, 2023). Había sido muy elogioso con el libro de Saito Karl Marx’s Ecosocialism (Monthly Review Press, 2017-véase su «Some Notes on Kohei Saito’s Karl Marx’s Ecosocialism», Climate and Capitalism, 8 de enero de 2018). Pero, como me escribió en junio de 2023 con respecto a la obra más reciente de Saito, «en el pasado he sido demasiado blando con las rarezas textuales de Saito. Parece querer crear un producto diferenciado para aumentar su notoriedad. Es decepcionante verle abrazar el viejo mito de Engels contra Marx». Tal declaración emanada de Burkett parecía presagiar una nueva crítica de las distorsiones ecologistas de Marx, que sin duda habría tenido el efecto de sacarle de nuevo de su retiro autoimpuesto. Pero no fue así. Esta vez estaba demasiado enfermo. Hoy, la defensa de una ecología marxiana creíble tendrá que depender de que otros se apoyen en su obra.
En sus últimos años, Burkett, alias PapaPatty, pasó todo el tiempo que pudo tocando el saxofón en su banda de jazz, así como en solitario. Para él, se trataba de una práctica social. Es en esta capacidad, en consonancia con todo lo que representó en vida, en la que sin duda más querría ser recordado. Le recordaremos. (…)

7. Declaración Conjunta de las Organizaciones de Izquierda del Sudeste Asiático sobre Palestina

Manifiesto de solidaridad con Palestina desde el sudeste asiático.

https://thinkleft.net/2024/02/

Declaración Conjunta de las Organizaciones de Izquierda del Sudeste Asiático:
¡Acabemos con el genocidio! ¡Solidaridad con Palestina!
(Esta declaración conjunta fue iniciada por la Red de la Izquierda del Sudeste Asiático y respaldada por grupos de dentro y fuera de la región del Sudeste Asiático).
Nosotros, las organizaciones abajo firmantes, condenamos enérgicamente al régimen sionista de Israel por cometer crímenes genocidas contra el pueblo palestino.
El Estado sionista de Israel está llevando a cabo actualmente una invasión y colonización continua de Palestina, que no sólo tiene como resultado la privación de los derechos fundamentales del pueblo palestino a la independencia, la dignidad, la justicia y la prosperidad, sino que también perpetúa e incluso refuerza el imperialismo global que actualmente sigue atrincherado en diversas partes del mundo.
Sin el respaldo militar y político de Estados Unidos no sería posible la ocupación por Israel de Cisjordania, Gaza y los territorios palestinos ni el genocidio en curso en Gaza. Estados Unidos y las potencias imperialistas occidentales son totalmente cómplices del genocidio del pueblo de Gaza. Incluso la propia existencia de Israel sería imposible.
El régimen fascista sionista israelí dirigido por el primer ministro Benjamin Netanyahu ha cometido crímenes atroces contra la humanidad, crímenes de guerra y genocidio a escala masiva con la ayuda de armas y financiación de las potencias imperialistas occidentales dirigidas por Estados Unidos. Desde el comienzo del bombardeo israelí de Gaza, las astutas acciones de ordenar a la población que evacue, bombardear después la ruta de escape de los refugiados y asesinar a periodistas y equipos médicos, han causado la muerte de al menos 30.000 personas, entre ellas más de 12.000 niños, y más de 70.000 heridos. Más de 1,9 millones de palestinos están desplazados en la Franja de Gaza.
La invasión, la colonización, los crímenes contra la humanidad y otras atrocidades cometidas por el régimen sionista israelí, a pesar de la miríada de excusas y falsedades propagadas, tienen como objetivo fundamental aniquilar la lucha por la independencia palestina, expulsar al pueblo palestino, apoderarse de sus tierras y ampliar el control territorial israelí.
Nosotros, como movimiento popular progresista, estamos unidos en nuestra lucha contra el imperialismo, el sionismo y el genocidio. Reiteramos nuestro apoyo a la lucha palestina por la liberación nacional.
Por la presente, pedimos:
El fin del genocidio sionista en los territorios palestinos;
El fin de todas las agresiones del ejército sionista israelí contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza y Cisjordania;
Castigo contra todos los perpetradores que cometieron crímenes contra la humanidad, incluidos el gobierno de Netanyahu, el presidente estadounidense Biden y los gobiernos de Estados Unidos y el Reino Unido por su complicidad en el genocidio de Gaza;
Apoyo total al derecho del pueblo palestino a la autodeterminación y a resistir la ocupación israelí;
Apoyo a la creación de un nuevo Estado democrático basado en la solidaridad entre todos los pueblos, independientemente de su etnia o religión.
¡Palestina libre ya!
Firmado por:
Parti Sosialis Malaysia (PSM), Malasia
Partido Lakas ng Masa (PLM), Filipinas
Partido Popular de Liberación (PPR), Indonesia
Unión Socialista (Perserikatan Sosialis), Indonesia
Partai Rakyat Pekerja (PRP), Indonesia
Socialist Workers Thailand (SWT), Tailandia
Partido Comunista de la India (Marxista-Leninista) Liberación, India
Papuan Student Alliance, Papúa/Indonesia
PEMBEBASAN, Indonesia
Praxis, Indonesia
Gabungan Marhaen, Malasia
#GegarAmerika, Malasia
Jentayu, Malasia
Sekolah Merdeka, Malasia
Partido Haqooq Khalq, Pakistán
Partido Manggagawa, Filipinas
Front Line Socialist Party, Sri Lanka
DinDeng, Tailandia
Alianza Socialista, Australia
Europe solidaire sans frontières (ESSF), Francia
(Las organizaciones pueden firmar esta declaración conjunta aquí).
Esta declaración conjunta también está disponible en otros idiomas: Malayo, Chino.

8. Resumen de la guerra en Palestina, 3 de marzo.

El resumen de Mondoweiss.

https://mondoweiss.net/2024/

Día 149 de la «Operación Al-Aqsa»: Los niños palestinos mueren de desnutrición mientras Israel bloquea la entrada de ayuda en Gaza
Los lanzamientos aéreos estadounidenses de alimentos y ayuda en Gaza han sido calificados de «BS performativa» que «no engaña a nadie». Mientras tanto, la delegación de Hamás ha llegado a El Cairo para mantener conversaciones sobre el alto el fuego, ya que el Ramadán comenzará el próximo domingo.
Por Mustafa Abu Sneineh 3 de marzo de 2024

Bajas

Más de 30.410 muertos* y al menos 71.700 heridos en la Franja de Gaza.
Más de 380 palestinos muertos en Cisjordania ocupada y Jerusalén Oriental.
Israel revisa a la baja su estimación de víctimas mortales del 7 de octubre, de 1.400 a 1.147.
585 soldados israelíes muertos desde el 7 de octubre y al menos 3.221 heridos.
*El Ministerio de Sanidad de Gaza confirmó esta cifra en el canal de Telegram. Algunos grupos de derechos humanos sitúan la cifra de muertos en torno a los 35.000, si se tienen en cuenta los presuntos muertos.
** Esta cifra ha sido divulgada por el ejército israelí, mostrando los soldados cuyos nombres «se permitió publicar».

Acontecimientos clave

  • Al menos 15 niños palestinos murieron el domingo por la mañana de desnutrición y deshidratación mientras Israel bloquea la entrada de ayuda a Gaza.
  • CNN informa de que las fuerzas israelíes han establecido «criterios arbitrarios y contradictorios» en relación con los artículos que pueden entrar en Gaza, bloqueando la entrega de máquinas de anestesia, bombonas de oxígeno, ventiladores y sistemas de filtración de agua.
  • En febrero, Israel permitió la entrada en Gaza de la mitad de camiones de ayuda que en enero.
  • Un funcionario de la ONU afirma que «la única manera de acabar/prevenir esta hambruna es un alto el fuego inmediato. Y la única manera de conseguir un alto el fuego es sancionar a Israel».
  • Los críticos afirman que Estados Unidos debería obligar a Israel a permitir la entrada de suficientes camiones de ayuda en Gaza en lugar de una operación «teatral» de lanzamiento desde el aire.
  • Las fuerzas israelíes atacan la ciudad de Hamad, al noroeste de Jan Yunis, y amenazan a 5.000 residentes con evacuarlos.
  • Amihai Eliyahu, ministro de Patrimonio de extrema derecha que pidió «bombardear Gaza», dice: «El llamado mes de Ramadán debe ser aniquilado, y nuestro miedo a este mes también debe ser aniquilado».
  • El portavoz de las Brigadas Al-Quds, Abu Hamza, pide a los países árabes y musulmanes con ejércitos, aviones y artillería «que movilicen sus armas, siguiendo los pasos de los pueblos libres de Yemen, Líbano e Irak.»
  • Fuerzas israelíes disparan mortalmente y matan a Muhammad Khaled Zaid, de 13 años, en el campo de refugiados de Al-Jalazoun, al norte de Ramala.

El hospital Kamal Adwan dice que 15 niños murieron de desnutrición
Al menos 15 niños palestinos murieron el domingo por la mañana de desnutrición y deshidratación mientras las fuerzas israelíes impedían el acceso de suficiente ayuda humanitaria al enclave.
El Ministerio de Sanidad de Gaza informó de que los niños murieron en el hospital Kamal Adwan, en el norte de Gaza, mientras que otros seis, aquejados de desnutrición y diarrea, siguen en la unidad de cuidados intensivos con sus vidas en peligro.
La capacidad del hospital para hacer funcionar generadores eléctricos y bombonas de oxígeno se ha agotado en los últimos cinco meses de bombardeos israelíes, que han dañado equipos médicos y ambulancias y han dejado fuera de servicio decenas de hospitales y centros de salud de Gaza.
Las fuerzas israelíes han negado sistemáticamente la entrada en Gaza de dispositivos médicos vitales para el funcionamiento de las salas de los hospitales y para salvar la vida de los pacientes.
Durante la noche, los paramédicos llevaron los cadáveres de 20 mártires palestinos al hospital Kamal Adwan tras un bombardeo israelí de dos viviendas en el campo de refugiados de Jabalia y en la zona de Saftawi, al norte de la ciudad de Gaza.

Israel bloquea la entrada de máquinas médicas y ventiladores vitales

La CNN ha informado de que las fuerzas israelíes han establecido «criterios arbitrarios y contradictorios» sobre los artículos que pueden entrar en Gaza, bloqueando la entrega de anestésicos y máquinas de anestesia, bombonas de oxígeno, ventiladores y sistemas de filtración de agua.
«Otros artículos que han acabado en el limbo burocrático son dátiles, sacos de dormir, medicamentos para tratar el cáncer, pastillas potabilizadoras de agua y kits de maternidad», añade el informe.
Desde 2007, el bloqueo de Israel sobre la Franja de Gaza prohibió a los palestinos, en periodos variables, importar productos como comino, refrescos, crema de afeitar, café instantáneo y galletas. Otros artículos incluyen sillas de ruedas, balones de fútbol, lentejas y pasta de tomate. En su momento, los palestinos eludieron estas prohibiciones draconianas mediante el uso de túneles subterráneos, que se utilizaban principalmente con fines comerciales.
Funcionarios de la ONU y organizaciones humanitarias vienen advirtiendo de una hambruna en la Franja de Gaza, propiciada por el asedio y los disparos de las fuerzas israelíes contra los palestinos que se reúnen cerca de los camiones de ayuda, tratando de conseguir una parte de los alimentos.
La agencia de noticias Wafa informó de que, desde el jueves, las fuerzas israelíes dispararon y mataron a palestinos que esperaban la llegada de ayuda en la rotonda de Nabulsi, y lo hicieron dos veces en menos de 48 horas, al oeste de la ciudad de Gaza. Al menos 117 personas murieron y cientos resultaron heridas.

La única forma de conseguir un alto el fuego es sancionar a Israel

Funcionarios de la ONU consideran que Israel está llevando a cabo deliberadamente una política de hambruna contra los 2,5 millones de palestinos que viven en la Franja de Gaza, donde uno de cada seis niños menores de dos años sufre desnutrición aguda.
David Cameron, ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, declaró que «Israel tiene la obligación de garantizar que llegue una cantidad significativamente mayor de ayuda humanitaria a la población de Gaza.»
«Hemos identificado una serie de cuellos de botella que deben abordarse: Israel debe abrir urgentemente más pasos fronterizos hacia Gaza; eliminar los obstáculos burocráticos; permitir las operaciones de ayuda en Gaza», añadió.
En febrero, Israel permitió la entrada en Gaza de la mitad de camiones de ayuda que en enero. Michael Fakhri, relator especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación, pidió que se sancionara a Israel por su política de hambruna en la Franja de Gaza.
«Israel lleva matando de hambre intencionadamente al pueblo palestino de Gaza desde el 8 de octubre», escribió Fakhri en X.
«Ahora es muy posible que ya se esté produciendo la hambruna. La única forma de acabar/prevenir esta hambruna es un alto el fuego inmediato. Y la única forma de conseguir un alto el fuego es sancionar a Israel», añadió.
El lanzamiento aéreo de ayuda de Estados Unidos es una «farsa interpretativa que no engaña a nadie».
Estados Unidos fue el último país en lanzar ayuda humanitaria desde el aire a lo largo de la costa de Gaza el sábado, dejando caer 38.000 comidas en una misión conjunta con su aliado más modesto, la Fuerza Aérea jordana.
Los críticos denunciaron la medida como una muestra de la hipocresía de Estados Unidos al entregar a Israel algunas de las bombas más avanzadas del mundo mientras lanza ayuda desde el cielo a cuentagotas a las mismas personas que reciben esas bombas.
Charlie Herbert, general de división del ejército británico, describió el lanzamiento aéreo sobre X como una «total mierda performativa».
«Con una mano Estados Unidos lanza 38.000 paquetes de comida… mientras que con la otra sigue proporcionando a Israel las armas, municiones y fondos necesarios para mantener este conflicto. Es una farsa. No engaña a nadie», añadió.
Los críticos de Estados Unidos también señalaron que la entrega de ayuda por vía aérea es engorrosa e ineficaz y que el gobierno de Biden debe obligar a Israel a permitir que los camiones de ayuda entren en Gaza a través de sus pasos fronterizos terrestres.
La semana pasada, Jordania lanzó desde el aire siete toneladas de alimentos a la población de Gaza, pero un solo camión puede transportar entre 20 y 25 toneladas de alimentos y ayuda esencial.
«Los lanzamientos aéreos son la peor o casi la peor forma posible de distribuir ayuda», declaró a Al Yazira Jeremy Konyndyk, presidente de Refugees International.
«Son muy caros, son peligrosos porque hay muchas cosas que pueden ir mal cuando caen y entregan volúmenes muy pequeños de ayuda», añadió.
Parte de la ayuda lanzada por Jordania la semana pasada acabó en el mar, lo que obligó a los palestinos a adentrarse en las frías aguas para pescarla.
Tamara Nassar y Ali Abunimah describieron estos lanzamientos aéreos en la Intifada Electrónica como «teatro de ayuda humanitaria» que no contribuye en nada a poner fin a los bombardeos israelíes y a la hambruna que sufre la población de la Franja de Gaza.
Añadieron que los países que participan en estas operaciones, como Egipto y los EAU, «pero especialmente Jordania, cuya fuerza aérea las lleva a cabo, están proporcionando cobertura de relaciones públicas a países directamente implicados en el genocidio israelí de palestinos en Gaza», es decir, Estados Unidos.

Fuerzas israelíes atacan la ciudad de Hamad para evacuar a 5.000 residentes

En las últimas 24 horas, las fuerzas israelíes cometieron nueve «masacres» en varias zonas de la Franja de Gaza, según informó el Ministerio de Sanidad de Gaza en Telegram, matando al menos a 90 personas e hiriendo a 177.
Wafa informó de que las fuerzas israelíes lanzaron un ataque militar contra la ciudad de Hamad, al noroeste de Jan Yunis, y amenazaron por megafonía a los residentes para que evacuaran la zona hacia las ciudades de Al-Mawasi y Deir al-Balah.
Las fuerzas israelíes declararon la ciudad de Hamad zona militar y de combate. En diciembre, Israel lanzó ataques aéreos contra edificios residenciales de la ciudad, derribándolos uno tras otro.
Los palestinos se preparan ahora para ser desplazados de nuevo de Hamad City, donde viven 5.000 personas que huyen a pie o hacinadas en automóviles.
Las fuerzas israelíes lanzaron 50 ataques aéreos contra la localidad de Al Qarara, en Jan Yunis. El bombardeo de tres casas de la localidad causó la muerte de 6 palestinos, informó Wafa.
En Deir al-Balah, un ataque aéreo israelí mató a ocho palestinos que escapaban hacia Rafah, el distrito más meridional de Gaza, cerca de la oficina de «Fuerza 17». En Rafah, el bombardeo israelí de la casa de la familia Abu Anza, en el barrio de al-Salam, mató a 14 personas, seis de las cuales eran niños y bebés.
Las fuerzas israelíes bombardearon también los campos de refugiados de al-Bureij y al-Nuseirat, y las localidades de al-Mughraqa y al-Zahra. En la ciudad de Gaza, Israel bombardeó los barrios de al-Zaytoun, Tal al-Hawa y Sheikh Ejleen. Los paramédicos palestinos recuperaron los cadáveres de 29 mártires en las calles de al-Zaytoun durante las últimas 48 horas.
La Media Luna Roja Palestina (MLRP) ha declarado que 14 miembros de su personal permanecen detenidos en Israel desde hace 23 días, tras una incursión en el Hospital al-Amal de Khan Younis.
«La MLRP expresa su profunda preocupación por la seguridad de sus equipos detenidos, cuya suerte sigue siendo desconocida», escribió en X.

«Hay que acabar con el llamado mes de Ramadán»

La suerte de un acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás parece estar en juego cuando el Ramadán va a comenzar el próximo domingo. Se espera que la violencia de los colonos y la probabilidad de que se produzca un asalto al complejo de Al Aqsa provoquen una escalada de las tensiones en la Cisjordania ocupada.
Amihai Eliyahu, ministro de Patrimonio de extrema derecha, que a principios de noviembre llamó a «bombardear Gaza», declaró que «el llamado mes de Ramadán debe ser aniquilado, y nuestro miedo a este mes también debe ser aniquilado».
El comentario de Eliyahu tiene eco en los pasillos del gobierno ultranacionalista de Benjamin Netanyahu, que parece decidido a echar gasolina al fuego.
Itamar Ben-Gvir, ministro de Seguridad Nacional, fue un paso más allá, insultando al Shin Bet, el servicio de inteligencia interior de Israel, por haber liberado a unos cuantos palestinos detenidos administrativamente antes del Ramadán, en un intento de calmar a Cisjordania.
Para Avigdor Liberman, líder de la facción opositora Yisrael Beiteinu, el «gobierno de Netanyahu ha seguido su curso, ya no es capaz de liderarnos ni de unirnos… no tiene derecho a existir».
«Le di crédito al gobierno durante cinco meses, pero después de los últimos diez días, el gobierno no tiene derecho a existir y debemos celebrar elecciones», añadió.
Netanyahu se enfrenta a la creciente presión de los israelíes que protestaron y marcharon sobre Jerusalén para pedir la liberación de los rehenes de Hamás y la convocatoria de elecciones.
Ha empezado a aparecer una importante fisura entre Netanyahu y su ministro del gabinete de guerra, Benny Gantz. Gantz tiene previsto visitar Washington para reunirse con funcionarios estadounidenses. Kan news informó de que el gobierno dijo a la embajada israelí en Washington «que no participara en la visita prevista [de Gantz]».

La delegación de Hamás llega a El Cairo para una nueva ronda de conversaciones

El domingo, Osama Hamdan, portavoz de Hamás, declaró que una delegación había llegado a Egipto para «una nueva ronda de negociaciones [que] comenzará en El Cairo, y estamos deseosos de lograr un resultado que satisfaga a nuestro pueblo.»
Un alto cargo de Hamás declaró a AFP que si «Israel accede a las demandas de Hamás, que incluyen el regreso de los palestinos desplazados al norte de Gaza y el aumento de la ayuda humanitaria, eso allanaría el camino para un acuerdo [de tregua] en las próximas 24 a 48 horas.»
No está claro cuáles son los últimos términos del acuerdo propuesto entre Hamás e Israel, pero el alto el fuego, la entrada de ayuda humanitaria, permitir el regreso de los palestinos desplazados al norte de Gaza, la retirada de las fuerzas israelíes y la liberación de rehenes y prisioneros siguen siendo componentes básicos de las conversaciones.
Abu Hamza, portavoz de las Brigadas Al-Quds de la Yihad Islámica, se dirigió a árabes, musulmanes y palestinos en una declaración grabada el sábado, diciendo: «Que el Ramadán sea un mes de terror y pánico para la entidad israelí».
«Decimos a los árabes y musulmanes que, igual que os volvéis hacia Alá con las oraciones obligatorias y el ayuno [en el mes sagrado de Ramadán], os movilicéis y os volváis hacia Palestina con las armas y el deber de la Yihad», añadió Abu Hamza.
También pidió a los países árabes y musulmanes que poseen ejércitos, aviones y artillería «que movilicen sus armas, siguiendo los pasos de los pueblos libres de Yemen, Líbano e Irak.»

Fuerzas israelíes matan a un niño palestino en el campo de refugiados de Al-Yalazoun

Las fuerzas israelíes dispararon mortalmente contra Muhammad Khaled Zaid, de 13 años, en el campo de refugiados de Al-Jalazoun, al norte de Ramala. Zaid sucumbió a sus heridas el sábado por la noche en el hospital de Ramala. Las fuerzas israelíes detuvieron también a 12 palestinos de las ciudades de Naplusa, Belén y Ramala.
En Qasra, al sur de Nablús, los palestinos tuvieron que sufrir otro ataque de colonos israelíes, que demolieron un invernadero agrícola perteneciente a Thaer Adel Hassan, a 150 metros del centro del pueblo, según Wafa.
En un nuevo informe, el Comité de Resistencia al Muro y los Asentamientos documentó 1.195 ataques de fuerzas y colonos israelíes en febrero.
Las fuerzas israelíes llevaron a cabo 1.066 ataques en forma de asalto a pueblos y barrios y vandalismo contra propiedades palestinas. Yenín fue atacada 212 veces por las fuerzas israelíes, mientras que Hebrón fue atacada 174 veces y Jerusalén 16 veces.
Los colonos israelíes perpetraron 129 ataques contra palestinos en Cisjordania, añadió el Comité de Resistencia.

9. Piratas.

Un curioso repaso a la historia de la piratería británica.

https://www.middleeasteye.net/

Los ataques en el Mar Rojo tienen sus raíces en el colonialismo occidental y la piratería

Hicham Safieddine 2 de marzo de 2024

Los huzíes actúan de acuerdo con la justicia mundial, mientras que el Reino Unido y Estados Unidos se comportan como Estados canallas
Desde la Segunda Guerra Mundial, Gran Bretaña ha seguido siendo el inquebrantable socio menor del imperialismo estadounidense. La última campaña de bombardeos angloamericanos en Yemen no es una excepción.
Sin embargo, la agresión británica contra Yemen es anterior a los designios estadounidenses. Tiene sus raíces en las prácticas gemelas de piratería y colonialismo sobre las que se construyó el propio imperio británico.
Las actitudes actuales de británicos y yemeníes entre sí siguen estando marcadas por el legado de esta violenta historia. Su sombra se cierne sobre las estrategias empleadas por el imperialismo occidental para llevar a cabo la guerra marítima en nuestros tiempos. Las lecciones de esta historia informan la resistencia yemení contemporánea.
Al igual que sus homólogos estadounidenses, los funcionarios británicos están dispuestos a justificar su actual bombardeo de Yemen alegando que protege el transporte marítimo internacional de elementos «deshonestos», como el movimiento Ansar Allah, conocido en los medios de comunicación como los huzíes.
Enfundar sus acciones imperialistas en el lenguaje de la defensa del derecho internacional, la salvaguarda de la estabilidad mundial y la búsqueda de la prosperidad económica es el resultado de un largo proceso histórico de construcción del imperio que comenzó con un comportamiento exactamente opuesto.
En comparación con Estados Unidos, Gran Bretaña tiene una tradición más larga de construcción de imperios. La riqueza y el poder británicos se fundaron en la piratería. Gracias a Hollywood, el escenario más conocido de esta saga es el Caribe. En realidad, la influencia de la piratería en el orden político del imperio se extendió hasta las costas de la península arábiga y el subcontinente indio.
En el siglo XVII, las incursiones marítimas de las potencias europeas emergentes, como los holandeses, los franceses y, sobre todo, los británicos, se convirtieron en un instrumento conveniente para saquear la riqueza española que se había acumulado en el «Nuevo Mundo» mediante la desposesión indígena y la esclavitud africana.

Del corsarismo a la piratería y a la policía
Por aquel entonces, los audaces actos de piratería británica abarcaban desde el saqueo por Henry Morgan del asentamiento español de Panamá hasta la recogida por William Phips de tesoros monetarios de armadas hundidas. Este último financió en parte la fundación del Banco de Inglaterra. Estos piratas eran apoyados y celebrados por la corona británica. Se les llamaba afablemente prospectores o corsarios, no piratas. Los más afortunados, como Morgan y Phips, fueron nombrados caballeros y se les concedieron cargos políticos.
En el siglo XVIII, el poder marítimo británico eclipsó a su rival español y creció a escala mundial. Asegurar el comercio marítimo atlántico en lugar de interrumpirlo se convirtió en un requisito para consolidar el imperio.
Una serie de ordenanzas legales, como la Ley de Premios de 1692 y la Ley de Piratería de 1700, intentaron regular el robo marítimo y juzgar su legalidad en los tribunales de almirantazgo. En consecuencia, la piratería fue perdiendo gradualmente su carácter patriótico, si no romántico. Con el tiempo, el tamaño de la armada británica aumentó, mientras que el número de flotas piratas disminuyó. Ambos fenómenos eran dos caras de la misma moneda de la conquista colonial.
En medio de esta represión, muchos piratas navegaron desde el Caribe hacia rutas más lucrativas en Oriente, a lo largo del Mar Rojo, el Mar Arábigo y el Océano Índico. Gran Bretaña aún no había sometido del todo a sus oponentes árabes y mogoles en esa región. Como consecuencia, la piratería, siempre que fuera contra barcos enemigos, se toleraba y en algunos casos se fomentaba. Sin embargo, la principal fuerza de saqueo de la India seguía en manos de la Compañía de las Indias Orientales, legalmente constituida.
A principios y mediados del siglo XIX, Gran Bretaña se estaba convirtiendo en un imperio mundial líder. Las rutas comerciales marítimas servían en gran medida a los intereses económicos británicos. La piratería, como concepto y como práctica, se adscribió por completo al ámbito de lo ilegal y lo inmoral.
Combatir la piratería era un medio no sólo de asegurar ventajas económicas, sino también de afirmar el dominio británico sobre sus posesiones de ultramar, o de extender ese dominio a nuevas regiones. Las rutas marítimas de Gran Bretaña a su colonia más preciada, la India, se convirtieron en un espacio central para ese dominio. Los puertos situados a lo largo de la ruta, desde Adén hasta la costa de Trucial, adquirieron valor estratégico.
En los 150 años siguientes, la guerra marítima británica en el Mar Rojo, a lo largo de la costa de Omán y a través del Golfo trató de transformar estas regiones en un remanso colonial británico. En la orilla occidental del Golfo, convenientemente bautizada como la costa pirata, los británicos lograron, mediante una serie de campañas navales y tratados, someter y posteriormente cooptar a las familias gobernantes árabes. A mediados del siglo XX, estas potencias locales se habían convertido en jeques clientes del imperialismo británico y, más tarde, estadounidense.

Resistencia anticolonial
En cambio, los persistentes esfuerzos británicos por convertir Yemen en un puesto avanzado similar del imperio tuvieron poco éxito. Un factor clave fue la tradición radical de resistencia anticolonial que surgió en Yemen y que culminó en la resistencia armada en la era de liberación nacional posterior a la Segunda Guerra Mundial. Este legado sigue animando la actual resistencia yemení a la ocupación extranjera y la dominación occidental.
A principios del siglo XIX, Adén se convirtió en un codiciado objetivo de la conquista británica. Su ubicación era ideal para servir de estación de aprovisionamiento a los barcos que navegaban entre la metrópoli y la India. En 1839, las fuerzas marinas de la Compañía Británica de las Indias Orientales ocuparon la ciudad portuaria con el pretexto de combatir la piratería.
La apertura del Canal de Suez en 1869 hizo de Adén una ciudad más indispensable. Gran parte del comercio marítimo entre Europa y Asia Oriental se desvió del Cabo de Buena Esperanza hacia el Mar Rojo. Adén se encontraba en la boca del estrecho de Bab al-Mandab, la puerta de entrada a Suez.
En los 150 años siguientes, Gran Bretaña empleó su arsenal de métodos coloniales, desde tácticas diplomáticas de divide y vencerás hasta la fuerza bruta militar, para mantener su dominio sobre Adén. Sin embargo, no consiguió extender su dominio al interior del país.
Esto condujo a un desarrollo desigual y a un orden político fragmentado en todo Yemen. Desde el primer día, y a pesar de la típica colaboración de ciertas élites locales, la resistencia yemení a la ocupación británica disminuyó y aumentó, pero nunca cesó. Alcanzó su punto álgido en la década de 1960 como parte del auge global de la resistencia anticolonial al imperialismo occidental por parte de los pueblos del Tercer Mundo.
A diferencia de otras luchas de liberación nacional de renombre mundial en Argelia, Vietnam o Cuba, el legado de liberación nacional de Yemen sigue siendo poco apreciado. Para algunos historiadores, Yemen fue el Vietnam británico.
En 1963, el Frente de Liberación Nacional (FLN) del país lanzó una lucha armada con el apoyo rural de la región montañosa de Radfan. Los británicos calificaron al FLN de organización terrorista y respondieron con la quema de pueblos y otros actos de violencia colectiva. Sin embargo, las campañas punitivas británicas apenas sirvieron para aplacar la resistencia yemení.
Las fuerzas radicales de la resistencia de Yemen del Sur adoptaron una ideología marxista-leninista que imaginaba un futuro socialista para un Yemen liberado. Su postura intransigente frente a la ocupación británica condujo a una espectacular victoria en 1967. Los intentos británicos de negociar un papel económico o militar en el Yemen posterior a la independencia, similar al de Francia en Argelia, fueron efímeros y en gran medida infructuosos, y los británicos pagaron más de 15 millones de dólares como indemnización. Esto dejó un doloroso recuerdo entre los funcionarios británicos que perdura hoy en día.

Roles invertidos
El legado colonial británico y la humillante derrota en Yemen no pasaron desapercibidos para el líder de Ansar Allah, Abdel-Malik al-Huzíes. En un reciente discurso televisado, advirtió al Reino Unido contra cualquier ilusión que albergara de recolonizar Yemen. Tales ilusiones, dijo, «son los signos de una enfermedad mental cuya cura está en nuestras manos: misiles balísticos que queman barcos en el mar».
El hecho de que las acciones yemeníes estén motivadas por llamamientos a dejar pasar la ayuda humanitaria a los palestinos y a detener el genocidio de Israel en Gaza marca un giro revolucionario en la historia de la guerra marítima. Como se ha señalado, la piratería nunca fue un acto puramente privado, divorciado del poder político o de la guerra de Estado. Pero casi sin excepción, ha implicado algún elemento de bandidaje y beneficio personal.
El aumento de los asaltos marítimos entre 2007 y 2009 a lo largo de la costa de África Oriental es un ejemplo de ello. Estas incursiones tenían una dimensión política. Al parecer, estaban vinculadas al grupo militante somalí Al Shabab y se produjeron tras un largo periodo de agresión estadounidense contra el pueblo somalí.
Sin embargo, en estas incursiones también se pidieron rescates a los buques comerciales objetivo. En el caso de las operaciones de Ansar Allah no hay indicios de motivación monetaria alguna. Muy al contrario, estas acciones se basan en objetivos políticos y humanitarios explícitos, y hasta ahora no han causado la muerte de ningún civil.
Otra diferencia entre los casos somalí y yemení es la respuesta de los actores internacionales. En el primer caso, más de 20 países enviaron fuerzas navales para contrarrestar las incursiones, entre ellos Estados Unidos, Reino Unido, Francia, India, China y Rusia. Hoy no existe este consenso. El cisma entre Estados Unidos y sus aliados occidentales, por un lado, y Rusia y China, por otro, significa que el resultado de la confrontación entre Estados Unidos y el Reino Unido con los rebeldes de Yemen repercutirá en el futuro de la guerra marítima en alta mar.
En esta batalla, los papeles están invertidos. Los rebeldes actúan para preservar el imperio de la justicia y de acuerdo con la voluntad de su pueblo. Su resistencia militar va acompañada de manifestaciones pacíficas a gran escala.
Por el contrario, las autodenominadas democracias del Reino Unido y Estados Unidos se comportan como imperios canallas, tratando de violar el derecho internacional humanitario y haciéndolo en contra de la voluntad de amplios sectores de sus poblaciones, que reclaman un alto el fuego permanente.
Si la historia sirve de indicador, la vuelta a la piratería es la ruina de los imperios mundiales. La gloria de Gran Bretaña se hizo añicos en las costas de Yemen durante la guerra de independencia de este país. Hoy, Estados Unidos libra en el Mar Rojo su mayor batalla naval desde la Segunda Guerra Mundial. ¿Marcará esta nueva batalla el declive irreversible del sucesor de Gran Bretaña al otro lado del Atlántico – y la desaparición de su aliado colono-colonial en Palestina?
Hicham Safieddine es profesor adjunto de Historia del Oriente Próximo moderno en la Universidad de Columbia Británica. Es autor de Banking on the State: The Financial Foundations of Lebanon (Stanford University Press, 2019).

Autor: admin

Profesor jubilado. Colaborador de El Viejo Topo y Papeles de relaciones ecosociales.

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