Del compañero y miembro de Espai Marx, Carlos Valmaseda.
1. Más sobre el Evangelio.
2. Entrevista a una izquierdista palestina de la diáspora.
3. El futuro de Netanyahu -y de toda Asia occidental-
4. Anacronía y distopía.
5. Resistencia.
6. Gaza como distopía.
7. Hopium.
8. Esequibo y ExxonMobil.
9. Resumen de la guerra en Palestina, 5 de diciembre.
1. Más sobre el Evangelio
En realidad este artículo de Jonathan Cook no hace más que parafrasear el que ya vimos de 972 sobre la planificación de los bombardeos en Gaza. Pero me parece tan escandaloso que no me importa repetirlo. El artículo de 972, por cierto, lo acaban de publicar en CTXT, pero como ya os había pasado la traducción automática no lo repito.
https://www.middleeasteye.net/opinion/israel-palestine-war-genocide-programme-ai-obliterate-gaza
Cómo Israel utiliza un programa de genocidio por IA para arrasar Gaza
6 de diciembre de 2023
Según los informantes, el sistema de inteligencia artificial de Israel está generando objetivos tan rápidamente, basándose en datos tan amplios, que todo el mundo en Gaza está en el punto de mira.
5 de diciembre de 2023
La escala de muerte y destrucción infligida a Gaza durante las últimas ocho semanas debería haber puesto ya de manifiesto que Israel estaba aplicando una política de limpieza étnica y genocidio contra los palestinos del enclave asediado.
Ahora, informantes israelíes han proporcionado detalles de cómo se están llevando a cabo estos crímenes contra la humanidad y cómo se están racionalizando internamente en los escalones militares y políticos de Israel.
Una extraordinaria serie de testimonios publicados conjuntamente por las publicaciones 972 y Local Call, con sede en Israel, la semana pasada, demostraron que el enorme número de civiles palestinos muertos es, de hecho, parte integrante de los objetivos de guerra de Israel, no un desafortunado efecto secundario.
Los muertos conocidos hasta ahora se estiman en casi 16.000, con otros 6.000 desaparecidos, presumiblemente aplastados bajo los escombros. Dos tercios de los muertos por Israel son mujeres y niños.
Hace dos años, durante un ataque anterior contra Gaza, los militares israelíes admitieron por primera vez que un ordenador les suministraba objetivos potenciales. La intención parece haber sido eludir las restricciones impuestas por las evaluaciones humanas de las probables bajas subcontratando los asesinatos a una máquina.
Los informantes confirman que, dados los nuevos y generosos parámetros de quién y qué puede ser atacado, el sistema de inteligencia artificial, llamado «Evangelio», está generando listas de objetivos tan rápidamente que los militares no pueden seguir el ritmo.
Las entradas de Israel son ahora tan amplias que permiten bombardear sin previo aviso bloques de apartamentos de gran altura, siempre que se pueda afirmar que se cree que una persona que reside allí tiene conexión con Hamás.
Dado que Hamás no sólo tiene un ala militar, sino que dirige el gobierno del enclave, la nueva política amplía potencialmente el círculo de objetivos para incluir a funcionarios, policías, trabajadores sanitarios, educadores, periodistas y cooperantes.
Esto ayuda a explicar cómo, según cifras de Naciones Unidas, unas 100.000 viviendas de Gaza han sido arrasadas o han quedado inhabitables y al menos 1,7 millones de palestinos han sido desplazados, unas tres cuartas partes de la población del enclave.
Supervivencia básica
Las revelaciones desmienten definitivamente las afirmaciones de políticos occidentales, como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, y el líder laborista de la oposición, Keir Starmer, de que Israel se limita a defenderse e intenta evitar víctimas civiles.
En un reportaje publicado el pasado viernes, The Guardian corroboró la confianza de Israel en el sistema informático Evangelio. El periódico citaba a un antiguo funcionario de la Casa Blanca familiarizado con el desarrollo de sistemas ofensivos autónomos por parte del Pentágono, que afirmaba que la guerra de IA sin cuartel de Israel contra Gaza era un «momento importante».
El funcionario añadió: «Otros estados van a estar observando y aprendiendo».
Quizá lo más significativo de las revelaciones de funcionarios y ex funcionarios israelíes que han hablado con 972 y Local Call es el hecho de que Israel es consciente de que sus miles de ataques aéreos sobre las zonas residenciales de Gaza están teniendo un impacto mínimo en el brazo armado de Hamás.
Esto contrasta con las declaraciones públicas de que Israel pretende erradicar al grupo.
Incluso según las propias afirmaciones del ejército israelí, basadas probablemente en la nueva definición, mucho más amplia, de quién se considera objetivo de Hamás, Israel ha matado entre 1.000 y 3.000 «operativos», lo que significa que, incluso según la evaluación de Israel, los civiles representan entre el 85% y el 95% de los muertos en sus campañas de bombardeo.
Según las fuentes, esto no es accidental.
Israel mantiene su política militar de larga data hacia Gaza -principalmente la denominada doctrina Dahiya, a veces conocida como «cortar el césped»-, pero ha cambiado el enfoque para permitir un derramamiento de sangre mucho mayor entre los civiles.
La doctrina, que ha guiado los repetidos ataques de Israel contra Gaza en los últimos 15 años, debe su nombre a la destrucción de todo un barrio de Beirut en la guerra de Israel contra Líbano en 2006.
La doctrina tiene dos premisas clave: que arrasar una zona enemiga obligará a la población a concentrarse en la supervivencia básica en lugar de en la resistencia y, a largo plazo, animará a la gente corriente a levantarse contra sus gobernantes.
Tradicionalmente, la doctrina Dahiya se centraba principalmente en la destrucción de infraestructuras. Al menos oficialmente, dadas las restricciones del derecho internacional, Israel afirmaba que emitía advertencias previas. Se suponía que eso daba tiempo a los civiles de la zona atacada para evacuar.
Según los oficiales militares, este período de aviso ha terminado en gran parte, colocando a los civiles directamente en el punto de mira de Israel.
No es quirúrgico
Una fuente explicó a 972 los efectos de la nueva política: «Las cifras aumentaron de docenas de muertes de civiles [permitidas] como daños colaterales en el marco de un ataque contra un alto cargo [de Hamás] en operaciones anteriores, a cientos de muertes de civiles como daños colaterales».
Un ex funcionario de inteligencia militar dijo que la política estaba diseñada para convertir en objetivos legítimos la mayor parte de la infraestructura de Gaza: «Hamás está en todas partes en Gaza; no hay edificio que no tenga algo de Hamás, así que si quieres encontrar la forma de convertir un rascacielos en un objetivo, podrás hacerlo».
Según estas fuentes, dado que el brazo armado de Hamás se encuentra bajo tierra en túneles, Israel ha tenido dificultades para identificar objetivos primarios, como emplazamientos de armas, células armadas y cuarteles generales.
En su lugar, se ha centrado en lo que denomina «objetivos de poder» -o más exactamente, objetivos simbólicos-, como edificios altos y torres residenciales en zonas urbanas, así como edificios públicos como universidades, bancos, oficinas gubernamentales, hospitales y mezquitas.
Estos ataques, dicen las fuentes, se consideran un «medio que permite dañar a la sociedad civil», debilitando la capacidad de ésta para organizarse y funcionar, y de las familias para subsistir. Según 972, los ex funcionarios israelíes con los que habló «entendían, algunos explícitamente y otros implícitamente, que el daño a los civiles es el verdadero objetivo de estos ataques».
Refiriéndose al elevado número de muertos entre la población civil, otra fuente declaró: «Todo es intencionado. Sabemos exactamente cuántos daños colaterales hay en cada casa».
Cinco fuentes distintas declararon al 972 que Israel había recopilado archivos de decenas de miles de casas y apartamentos privados de Gaza en los que viven miembros de bajo rango de Hamás. Las casas, así como todos los que viven en ellas, se consideraban un objetivo legítimo en cuanto una persona vinculada a Hamás entraba en el edificio.
Uno de ellos señaló: «Los miembros de Hamás que realmente no importan para nada viven en casas por toda Gaza. Así que marcan la casa, la bombardean y matan a todos los que están allí».
Otra fuente observó sobre esta práctica que su equivalente sería que Hamás bombardeara «todas las residencias privadas de nuestras familias cuando [los soldados israelíes] vuelven a dormir a casa el fin de semana».
Un funcionario que había supervisado ataques anteriores contra Gaza dijo que Israel alegaba que un piso de un rascacielos servía de oficina de un portavoz de Hamás o de la Yihad Islámica para justificar el derribo del edificio. «Tengo entendido que el piso es una excusa que permite al ejército causar mucha destrucción en Gaza».
Si se supiera la verdad sobre lo que está haciendo Israel, añadió la fuente, «esto se consideraría en sí mismo terrorismo. Por eso no lo dicen».
Otra afirmó que el objetivo de Israel era infligir el máximo daño en lugar de golpear la parte del edificio asociada con Hamás. «También era posible alcanzar ese objetivo específico con armamento más preciso. La conclusión es que derribaron un rascacielos por derribar un rascacielos».
Altos cargos israelíes han explicitado este objetivo en las últimas semanas. Omer Tishler, jefe de las fuerzas aéreas israelíes, declaró a los periodistas militares que se habían atacado barrios enteros «a gran escala y no de forma quirúrgica».
Una fuente afirmó que el objetivo a largo plazo de Israel era «dar a los ciudadanos de Gaza la sensación de que Hamás no controla la situación».
Guerra santa
En ataques anteriores contra Gaza, Israel adoptó una estrategia que infligió una destrucción gratuita de infraestructuras y provocó la muerte de un gran número de palestinos. Pero según las fuentes citadas por 972 y Local Call, se han eliminado todas las restricciones, lo que ha aumentado drásticamente las consecuencias para los civiles.
Tishler, el jefe de las fuerzas aéreas, ha confirmado que, en muchos casos, antes de bombardear un edificio, Israel ya no realiza un ataque de advertencia con un pequeño proyectil, lo que se conoce como «golpear el tejado». Esta práctica, ha dicho, es «relevante para las rondas [de combates] y no para la guerra».
El riesgo que esto supone para los civiles se ha puesto de manifiesto al revelarse que el ejército israelí utiliza ahora un sistema de inteligencia artificial, Habsora o Evangelio, para identificar objetivos.
El propio nombre, con su connotación bíblica, confirma las peligrosas influencias del fundamentalismo religioso que ahora están en juego en el ejército israelí, y la creciente suposición de que Israel está inmerso en una guerra santa contra los palestinos.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, considerado tradicionalmente una figura laica, ha adoptado el lenguaje de la extrema derecha de los colonos al calificar el ataque de Israel contra Gaza de guerra contra «Amalek», un enemigo bíblico a cuyos hombres, mujeres y niños Dios ordenó exterminar a los israelitas.
Hablando de la nueva confianza de los militares en el Evangelio, Aviv Kochavi, ex jefe de las fuerzas armadas israelíes, dijo al sitio web israelí Ynet a principios de este año: «En el pasado, producíamos 50 objetivos en Gaza al año. Ahora, esta máquina produce 100 objetivos al día, y el 50% de ellos son atacados».
El objetivo, observó, era resolver un «problema» de anteriores campañas de bombardeos contra Gaza, que consistía en que el ejército israelí se quedaba rápidamente sin objetivos de Hamás y la Yihad Islámica que su personal humano pudiera identificar.
Un antiguo oficial de inteligencia declaró a 972 que la División Administrativa de Objetivos que dirige Gospel se había convertido en una «fábrica de asesinatos en masa». Decenas de miles de personas habían sido catalogadas como «agentes subalternos de Hamás» y, por tanto, eran tratadas como objetivos. El funcionario añadió que «se hace hincapié en la cantidad y no en la calidad».
Una fuente que trabajaba en la división añadió que la mayoría de las recomendaciones de Gospel se aprobaban sin un escrutinio significativo: «Trabajamos deprisa y no hay tiempo para profundizar en los objetivos. La opinión es que se nos juzga en función de cuántos objetivos conseguimos generar».
Plan de limpieza étnica
La importancia de estas revelaciones -y lo que revelan sobre los «objetivos de guerra» de Israel- no debe subestimarse.
Anteriormente, el asedio permanente a Gaza y las incursiones intermitentes de Israel basadas en la doctrina Dahiya se utilizaban como herramientas para gestionar el enclave.
Servían para recordar constantemente a Hamás quién manda. El objetivo era mantener al grupo centrado en tareas administrativas más que en la resistencia armada: reparar la destrucción, idear formas de eludir el asedio y restaurar la legitimidad política de Hamás ante una opinión pública cansada de la batalla.
Ahora, el objetivo de Israel parece mucho más amplio y definitivo. Según un informe publicado la semana pasada en el Financial Times, Israel se encuentra todavía en las primeras fases de una campaña que podría durar hasta un año.
A pesar de la destrucción de vastas franjas del norte de Gaza y de la intensificación de la ofensiva israelí en el sur, un funcionario familiarizado con los planes de guerra de Israel declaró al periódico que a Israel aún le quedaba un largo camino por recorrer.
«Esta será una guerra muy larga… Actualmente no estamos ni a mitad de camino de alcanzar nuestros objetivos».
La mayor parte de la población de Gaza está siendo hacinada en la zona de Rafah, apretada contra la corta frontera con Egipto. Como ya se ha explicado en estas páginas, Israel tiene un plan de limpieza étnica a largo plazo, con el que pretende presionar a El Cairo para que realoje a la población de Gaza en el Sinaí.
La rápida aparición de enfermedades y hambruna en el enclave debido a la intensificación del asedio israelí, que niega a la población alimentos, agua y energía, tiene el firme objetivo de forzar la mano de Egipto.
«Disminuir» la población
Según Israel Hayom, periódico israelí históricamente vinculado al partido gobernante Likud de Netanyahu, se ha presentado a funcionarios de Washington un plan para debilitar aún más la oposición egipcia.
Estados Unidos ofrecería ayuda a otros Estados vecinos a condición de que acepten refugiados de Gaza, aliviando así parte de la carga de Egipto.
Además, la edición hebrea del periódico hace referencia a un plan elaborado a petición de Netanyahu por Ron Dermer, uno de sus principales ministros, para «reducir la población de Gaza al mínimo posible» mediante expulsiones. El periódico se refiere a esto como un «objetivo estratégico» para Netanyahu.
Según los informes, Netanyahu cree que, después de que el mundo haya aceptado a millones de refugiados desplazados de Irak, Siria y Ucrania, ¿por qué Gaza debería ser diferente?
El plan prevé que los palestinos abandonen Gaza a través de la frontera con Egipto o huyan en barco hacia Europa y África.
La destrucción genocida de Gaza por parte de Israel, que la hace inhabitable, es totalmente coherente tanto con los objetivos declarados de sus dirigentes de tratar a los palestinos como «animales humanos» como con las revelaciones de los denunciantes.
Y sin embargo, los políticos y los medios de comunicación occidentales siguen manteniendo la ficción de que los objetivos de Israel se limitan a «eliminar» a Hamás, y que la única cuestión legítima es si Israel está actuando «proporcionalmente».
Esta incapacidad generalizada para distinguir el bosque de los árboles no es casual. Es la prueba de que las élites occidentales son totalmente cómplices de la expulsión israelí de los palestinos de Gaza.
Por muy sólidas que sean las pruebas, Occidente se empeña en hacer la vista gorda incluso cuando personas de dentro revelan las políticas de genocidio y limpieza étnica masiva de Israel.
2. Entrevista a una izquierdista palestina de la diáspora
Una entrevista interesante a una representante de unos de los grandes traicionados en los acuerdos de Oslo: los palestinos en el exilio, a los que se dio por amortizados. Pero la entrevista trata de muchos otros temas, como la traición de la Autoridad Palestina, la desaparición de la izquierda, el derecho a la lucha armada o la repercusión internacional del conflicto.
https://www.elsaltodiario.com/
Jaldía Abubakra: “No es aceptable pedir a los palestinos que no participen en la lucha armada”
La activista Jaldia Abubakra es referente de la lucha palestina en el Estado español. Nacida en Gaza, desde su militancia feminista y anticolonialista, Abubakra ha promovido movimientos que tratan de unir a la diáspora.
Axier Lopez @axierL
Entrevista publicada originalmente en Argia
5 dic 2023 06:00
La historia de Jaldía Abubakra (Gaza, 1967) es la historia de los ocho millones de palestinos que hay en todo el mundo. Nació en una familia que en 1948 fue expulsada de las tierras del sur de Palestina. Se refugiaron en Gaza, luego se fueron a Egipto y desde allí a donde viven actualmente, Madrid. Abubakra es la fundadora del movimiento Alkarama feminista y anticolonialista, también del movimiento Masar Badil (Ruta Revolucionaria Alternativa). De izquierdas y laicos, se trata de movimientos que trabajan para unir a los palestinos de la diáspora. Abubakara estuvo recientemente en Euskal Herria, de la mano de la Casa de Mujeres de Zumaia, es en este marco que se dio esta conversación. Días después de la entrevista, soldados israelíes mataban a dos de sus sobrinas y dos de sus tías que vivían en Gaza, además, hirieron a su hermana y a otra sobrina.
En la víspera de su intervención, un amigo me dijo que no entendía bien lo que ocurre en Palestina, porque los temas geopolíticos son muy difíciles.
Sí, la geopolítica da un poco de miedo, pero en Palestina viven los colonos extranjeros que ocupan el pueblo palestino y nuestras tierras. El gobierno de la ocupación es ayudado por las grandes potencias internacionales, por los intereses políticos y económicos que tiene Occidente. Hay un pueblo ocupado, que nunca se ha inclinado y que lleva luchando 100 años. No han logrado borrarnos, ni hacernos pequeños, porque cada día somos más. De aquí viene el miedo que tiene Israel a la demografía. Golda Meir (la primera ministra en firmar la creación del Estado de Israel) en 1948 dijo (sobre los palestinos). “Se morirán los mayores y los jóvenes olvidarán”. Pero, actualmente, los jóvenes pelean más que sus progenitores o abuelas y abuelos.
Cuando hablamos de palestinos, la mirada, por supuesto, se nos va a Palestina. Pero la mayoría del pueblo palestino vive en la diáspora, como usted.
En la Nakba, en 1948, dos tercios de los palestinos fueron expulsados de sus pueblos. Ahora mismo, más de la mitad de los palestinos vivimos en al diáspora. El mundo entero mira a dos autoridades. Por una lado, a Hamás en Gaza, nadie ha hablado con ellos. Por otro lado, Mahmoud Abbas de la Autoridad Palestina, a quien la comunidad internacional tiene como amigo en Cisjordania, y que acepta todo lo que le piden. Eso es lo que el mundo reconoce como Palestina. Los que estamos fuera de esta ecuación no existimos. No tenemos voz, a consecuencia de los Acuerdos de Oslo. Ahí decidieron excluir a los palestinos de la diáspora. Estos acuerdos rompieron las organizaciones constituidas por el pueblo palestino en el extranjero: el sindicato de trabajadores, estudiantes, mujeres, pertenecientes a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP)… era una organización al estilo de un Estado que se ocupaba de los problemas de todos los palestinos, tanto de la Palestina histórica como de los residentes en el extranjero. Todo eso ha sido destruido.
¿Por eso se están organizando?
Sí, hemos creado el movimiento Masar Badil, el Movimiento Ruta Revolucionaria Alternativa Palestina. Queremos recuperar nuestra voz. La diáspora palestina se está reorganizando, sobre todo la juventud. La juventud nacida fuera de Palestina, que no conoce Palestina, que no habla árabe, tiene cada una su lengua, pero está organizada para defender a Palestina, sobre todo “en el corazón de la bestia”, en Occidente. Aquí mismo, en el Estado español, hay un movimiento de la juventud palestina: Al-yuddur.
Habla de los Acuerdos de Oslo, liderados por Yassir Arafat. Arafat fue un símbolo mundial de la resistencia palestina, pero hoy en día son muchos los que dicen que su partido, Al-Fatah, “es el guardián de Israel en Cisjordania”.
Para nosotros también era un icono, representante de la lucha del pueblo palestino. Era muy carismático, conectaba con la gente y era muy mediático. Pero para muchos palestinos Arafat nos traicionó cuando empezó a negociar con Israel, cuando la situación de los palestinos era débil. Y así, pararon la Primera Intifada, engañaron a la gente y a cambio le dieron migajas. Leyendo los Acuerdos de Oslo, pronto se dará cuenta de que no hay nada a favor de los palestinos. Después de los acuerdos dijeron: “más adelante iremos negociando los puntos”, pero sobre el papel no había nada, ni siquiera el final de las colonias. Es más, estos acuerdos dicen que el 20% de la tierra es para los palestinos y que todo lo demás hay que entregárselo a los sionistas. Evidentemente, la mayoría no está de acuerdo. No hemos olvidado el derecho de retorno de los refugiados, ni los palestinos que viven en tierras de 1948, ni Jerusalén…
Para muchos Arafat se equivocó, el ego se le subió a la cabeza. No escuchaba a los demás. Más tarde, cuando volvió a Cisjordania y se mostró de acuerdo con que la resistencia retomara la lucha, Israel le encerró en su sede, le sitió y murió o fue asesinado poco después. Todavía no se ha demostrado, pero hay indicios de asesinato.
Quizás se habla poco de la lucha de clases en Palestina.
Claro. Más allá de lo dicho sobre Arafat, como en todo el mundo, en Palestina también hay élites y burguesía. Estos agentes del capitalismo sólo quieren tranquilidad para hacer negocios y seguir ganando dinero. Este modelo viene de lejos. Los dirigentes de Palestina paralizaron la rebelión de 1936, una huelga general de seis meses, porque las élites palestinas llegaron a un acuerdo con las autoridades de los países árabes, pues empezaron a perder dinero. Y medio siglo después, al firmar los Acuerdos de Oslo, lo mismo. Desde entonces este modelo está vigente. Por supuesto, todavía hay una autoridad que habla de “paz económica”.
Mientras la gente vive en los guetos, algunas empresas cisjordanas siguen vendiendo, comprando, ganando… además, muchas de ellas hacen negocio ¿Y con quién? con el ocupante. Uno de los miembros del gobierno de Abbas es Husein Al-Sheikh. Este hombre suele ir a Tel Aviv a negociar con los israelíes los permisos de trabajo para que los palestinos de Cisjordania puedan trabajar en los asentamientos. Lo hace a cambio de dinero, porque esos permisos los vende a las familias de los trabajadores que lo necesitan.
El gobierno de Abbas impone “tranquilidad” en Cisjordania. Detiene y castiga a jóvenes que se organizan y manifiestan políticamente en las universidades. Los periodistas que hablan de la corrupción de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) también son encarcelados, torturados y algunos asesinados. Recordemos el caso de Nizar Banat. Era youtuber, hablaba de la red de corrupción de la ANP. Fue encarcelado varias veces y finalmente fue asesinado en su propia casa. 25 agentes de seguridad de la ANP lo golpearon y mataron.
Algunos creen que es mejor no hablar de las miserias y contradicciones propias, en nombre de la unión, porque el “objetivo principal” es la liberación de Palestina. Es decir, hablar de lo que ocurre entre los palestinos ¿favorece la causa?
¡Por supuesto! El hecho de no hacerlo nos ha llevado a la mala situación en la que nos encontramos. La ANP silencia las voces de la resistencia, pisa a los palestinos. El caso del activista Basel Al Araj en Cisjordania. Él escribía, impartía conferencias y realizaba recorridos por su ciudad para difundir la historia de Palestina. Primero fue detenido por la ANP y durante mucho tiempo fue encarcelado. Posteriormente, el ejército sionista lo persiguió y finalmente fue asesinado en Cisjordania por los israelíes. Algunos países dicen reconocer al Estado palestino. ¿Pero qué estado? El ejército israelí entra y sale de Cisjordania, encarcela, mata y tortura a los palestinos. Hace lo que quiere, como quiere.
Los Acuerdos de Oslo, la corrupción y el colaboracionismo. ¿Son las claves para entender la actual hegemonía de Hamás?
¿Qué hace el pueblo cuando ve que la izquierda palestina ha desaparecido, que no tiene influencia y que la derechista y liberal Autoridad Palestina de Fatah es corrupta, oprime a su propio pueblo y colabora con el enemigo sionista? Para muchos Hamás es sinónimo de resistencia, son los defensores de nuestros derechos. Por eso cuenta con el apoyo de tanta gente. Los jóvenes se unen a Hamás y a la Jihad Islámica porque quieren luchar por la liberación de Palestina. Porque los que están al otro lado no solo no hacen nada, sino que dañan la causa palestina.
Hablemos de la izquierda Palestina.
La izquierda internacionalista mantenía una fuerte relación con la izquierda palestina en la década de 1970, pero con los años ha disminuido en la misma medida en que la fuerza de la izquierda ha descendido a nivel internacional. Me gustaría que la izquierda encabezara la lucha de mi pueblo, pero no es así. La lucha del pueblo palestino es una lucha por la liberación nacional y no hay que intentar imponer modelos de nadie. Cuando Palestina sea libre, yo quiero una Palestina socialista. Pero los que ahora luchan, los que están mejor organizados, los que están dándolo todo y los que están logrando el apoyo de la gente son los partidos islámicos. Y no vienen de Marte. Forman parte del pueblo palestino. Yo no puedo estar en contra de ellos. Cuando Al-Fatah luchaba en los años 70, tenía toda el apoyo del pueblo, más que la izquierda palestina que también luchaba. El liderazgo de los partidos de izquierda es decadente, lo que impide la emancipación de sus jóvenes militantes.
El auge del islam es evidente en toda la región.
Nos afecta todo lo que ocurre a nuestro alrededor, y por supuesto el auge del islam. Los partidos islamistas han ido ganando apoyo y poder con la ayuda de los partidos islamistas de los países vecinos. La izquierda no tiene apoyo de nadie, y mucho menos si no se está haciendo nada. Hezbolá e Irán protegen la resistencia palestina, más allá de las diferencias religiosas, que son chiítas y los palestinos son sunitas. También protegen al Frente Popular (FPLP, o PFLP en inglés), pero el FPLP no está organizado para tener una base amplia que se sume a la lucha. Sin embargo, las brigadas Abu Ali Mustafa, brazo armado del Frente Popular, participan en la lucha en Gaza, como siempre lo hacen en todas las confrontaciones con los sionistas. También participan algunos elementos de Fatah. Es gente que quiere luchar.
Se habla de Hamás como una “dictadura islámica”, que reprime a las mujeres, que son como el ISIS… Y de ahí el marco general que Occidente utiliza para justificar el genocidio: la guerra entre Israel y Hamás. Claro. Eso no es nuevo.
Como consecuencia de esta maquinaria difamadora, la islamofobia ha ido creciendo año tras año, sobre todo en Occidente. Y así todo lo que tiene que ver con el islam es peligroso y nos recuerda el 11 de septiembre, el 11 de marzo… La gente de Hamás o de la Yihad Islámica ya no son los que eran al principio. Son mucho más abiertos. Estuve en Gaza hace dos años, y ya no ves a todas las mujeres con el velo. Los chicos y chicas se sientan juntos en las cafeterías, hablan, van juntos… El gobierno de un partido islámico tiene más libertad de la que creen en Occidente.
Por un lado, demonizan a Hamás, a los partidos islamistas, en el imaginario público, y por otro, tienes un Israel que ha construido una imagen de estilo europeo, desde Occidente se ve que unos son de los “nuestros” y los otros son la antítesis de nuestra sociedad. ¿Con quién empatizará la gente de Occidente? Esta es una de las bases para justificar el genocidio. Por eso dicen los medios que los palestinos mueren y los israelíes son asesinados. Al parecer, los palestinos no son asesinados, y en Israel no hay colonos armados hasta los dientes.
La lista de horrores es grande. Por ejemplo, quemaron todo un pueblo: Huwara, en Cisjordania, cerca de Nablus. O cuando quemaron la casa de los Dawabsha de la localidad de Duma, cuando todos estaban dentro, salvándose sólo a un niño. O en Al Khalil, un joven herido en la tierra que fue rematado con un disparo… Estos casos no llegan hasta aquí, si la víctima no es israelí. Pero luego nos dicen que esos colonos son “civiles”. Unos se parecen a los europeos y otros, de piel más oscura, son terroristas islámicos. A pesar de ser alguien de izquierdas, da igual, a las de izquierdas laicas también nos consideran terroristas. Todo se mete en el mismo saco.
Más allá de las discrepancias, existe, por tanto, una coordinación entre las facciones que constituyen la resistencia.
Desde el comienzo del bloqueo en Gaza y desde que gobierna Hamás, con los años han creado un gabinete de organización. Los once partidos con representación en Gaza se reúnen cada mes para tratar temas políticos y administrativos. Claro, Hamás tiene más peso, porque tiene mayoría. Pero también está participando la Yihad Islámica, el Frente Popular, el Frente de Liberación, etc… Y cuando hay ataques militares, los brazos armados se unen para organizar la resistencia. De los partidos políticos, cinco o seis tienen brazo armado y, además, participan milicias que no tienen nada que ver con Hamás.
Más de una vez te habrán preguntado sobre el ataque del 7 de octubre y si lo condenas. Te voy a plantear de otra manera: ¿el fin justifica los medios?
Lanzan miles de toneladas de bombas a hospitales, centros educativos, a una cárcel al aire libre sitiada durante 17 años, nos exterminan… ¿Qué objetivo justifica estos medios? ¿“Acabar con las milicias de Hamás”? Hay más de 6.000 personas encarceladas en Israel, muchas de ellas enfermas. Por ejemplo, Walid Daqqah, líder de la izquierda palestina, tiene un cáncer terminal y necesita atención médica especializada. Aunque la pena está cumplida, se lo niegan. Tienen niños encarcelados, es una tortura sistemática, siguen construyendo asentamientos, ataques en la mezquita de Al-Aqsa, y contra los cristianos de Jerusalén…
La resistencia advirtió hace tiempo de que la situación era insostenible y tendría consecuencias. El resultado es un ataque a unas colonias cercanas a Gaza el 7 de octubre. Y no olvidemos que estas tierras, al otro lado de la valla de Gaza son las tierras de los refugiados que sobreviven en la Franja de Gaza. Estos colonos viven despreocupados, teniendo a la par dos millones y medio de personas encerradas en condiciones infrahumanas.
Fue una sorpresa para todos.
El objetivo de la resistencia en este ataque inesperado era entrar y capturar a militares y colonos para utilizarlos como moneda de cambio para liberar a los prisioneros palestinos. Pero la reacción de los militares israelíes fue mucho más lenta de lo que esperaban, y se llevaron a mucha gente. Hay que destacar también, que muchos de los que murieron en esta acción armada de las colonias fueron asesinados por el propio ejército israelí, disparando a todo lo que se movía desde el cielo. Pero más allá de ese caso concreto, una conocida resolución de las Naciones Unidas dice que los pueblos ocupados tienen derecho a la defensa, incluida la violencia armada. Este derecho va más allá de la posibilidad de defenderse ante los ataques de los ocupantes: los pueblos ocupados pueden tomar iniciativas y atacar al ocupante. Eso es lo que hace la resistencia palestina.
Además de Palestina, Israel ha invadido tres de los cuatro países limítrofes: Siria, Líbano y Egipto. Ante el genocidio, ¿dónde están los países árabes, los países vecinos?
Europa colonizó la región árabe-musulmana del Mediterráneo oriental y del norte de África. Tras la descolonización, el Reino Unido y Francia impusieron a las autoridades, las cuales les debían lealtad para defender sus intereses mutuos. Las familias reales de Jordania y Arabia Saudí son un buen ejemplo. Gente muy rica, con negocios en Occidente, que envía a sus hijos a los internados del Reino Unido desde la infancia para preparar el reinado del futuro. Occidente descolonizó la zona de forma involuntaria, pero no se fueron del todo. El canal de Suez, el petróleo, el gas… Estos intereses son la causa de la creación del Estado de Israel en el corazón de Oriente Medio.
Los pueblos de nuestra región no han podido ejercer el derecho de autodeterminación. Las repúblicas y las que tienen elecciones tampoco son transparentes, ni fiables, ni democráticas, y más aún con la oposición encarcelada. En Egipto, el presidente Al-Sisi tiene presos a 60.000 egipcios por motivos políticos. Las autoridades jordanas temen este tema, ya que el 70% de la población es palestina. Se comportan siempre con mucha moderación, con expresiones “políticamente correctas”. La excusa de estos países son los Acuerdos de Oslo y la “normalización” de las relaciones de ANP con Israel. Es decir, “si lo han hecho ellos, ¿por qué no nosotros? ”, dicen. China no aceptó Israel hasta 1991, hasta la conferencia de paz en Madrid. Las consecuencias de los Acuerdos de Oslo han beneficiado a Israel. Para ellos ha sido un acuerdo excelente. Para los palestinos el resultado es evidente. Nada bueno.
Frente a la posibilidad de que los palestinos vayan a sus tierras, Jordania y Egipto dicen “no podéis entrar”
Sí, por sus intereses. No quieren que los palestinos entren, pues eso pondría en peligro el control sobre su población. Temen la perturbación que causaría la entrada de los palestinos, porque la gente de Gaza es muy rebelde, y podrían levantar al pueblo y caerían estos gobiernos. Autorizar una segunda Nakba es un peligro ante la opinión de sus pueblos. También pueden surgir preguntas incómodas. Por ejemplo, si un pequeño grupo armado de 1.300 personas ha golpeado tanto al ejército israelí y a los todopoderosos servicios de inteligencia, ¿por qué no pueden hacer nada nuestros ejércitos, mucho más armados y preparados que la resistencia palestina?
Una de las razones por las que la resistencia palestina atacó el 7 de octubre podría ser la paralización del proceso de normalización promovido por Israel en los últimos años con países árabes como Bahrain, Egipto, Marruecos, Arabia Saudí…
Ha sido la fecha elegida. En primer lugar, la situación de la Palestina Ocupada ha empeorado exponencialmente en los últimos años y la resistencia había advertido que respondería si Israel no paraba. Así ha ocurrido. En segundo lugar, querían poner el bloqueo de Gaza sobre la mesa. El bloqueo lleva 17 años y nadie hablaba de ello. Y, en tercer lugar, como usted dice, han conseguido detener el proceso de normalización que Arabia Saudí estaba a punto de firmar con Israel.
Arabia Saudí tiene una gran importancia no sólo en toda la región árabe, sino también en el mundo musulmán. Mira la reacción del Gobierno de Turquía. Se trata de un país plenamente normalizado por las relaciones diplomáticas y económicas con la entidad sionista, que también realiza maniobras militares conjuntas. Es un mero cálculo e interés político, Erdogan sabe que la mayoría de su población está totalmente en contra de la masacre de Gaza. Bahrain ha firmado acuerdos de normalización con Israel, pero ahora ha retirado al embajador. En Marruecos también hay manifestaciones masivas. El único que sigue colaborando directamente con Israel, y por supuesto con EE UU, son los Emiratos Árabes. Los negocios son una prioridad allí. El ataque de la resistencia y la posterior masacre israelí han revolucionado el proceso de estos acuerdos.
EEUU, Francia, Alemania, Gran Bretaña… Los principales promotores y justificadores del genocidio israelí son los mismos que proponen una y otra vez la solución de dos estados.
Entre los partidos políticos de Euskal Herria también es este el camino predominante. Porque es la postura más fácil. Es una forma de eliminar la responsabilidad: “Que hablen palestinos e israelíes y que se arreglen”. Yo he estado en contra de esa solución y lo sigo estando. Ellos saben que no es viable. Llevamos 30 años esperando estos dos estados. No quieren renunciar a que Israel esté en territorio palestino porque Israel forma parte de Occidente y seguirá defendiendo sus intereses. Ni siquiera quieren escuchar hablar de la descolonización.
La colonización de Palestina se programó y organizó desde Occidente. No se preocuparon del genocidio contra los judíos, no les dieron derechos, apoyos y facilidades para volver a sus lugares de origen (Alemania, Francia, Inglaterra, Ucrania, Polonia…). Llevaron el “problema” a Palestina, expulsaron a las personas judías de Europa, a Palestina, y decidieron dividir el territorio en Naciones Unidas y facilitar la creación de un Estado judío. Todo esto es responsabilidad de Occidente. Para negarse y justificarse de alguna manera, hablan del Estado de Israel y del Estado Palestino.
Si estuvieran realmente comprometidos con el cumplimiento del derecho internacional y de las resoluciones de las Naciones Unidas, que históricamente han sido injustas para los palestinos, empezando por la partición de Palestina, deberían aplicar en primer lugar la resolución 194: el derecho al retorno. Entonces todos los refugiados palestinos deberían volver a sus lugares de origen, pero saben que eso sería el fin del Estado de Israel. Del mismo modo, dando los mismos derechos a todas las personas, el apartheid y el Estado de Israel, en la forma que ahora conocemos, acabarían. Pero no. Proponen dos estados. Para uno el 80% del territorio robado y para los palestinos el 20%. La solución de los dos estados es decirles a los palestina “Adaptaros de alguna manera”. Pero, sin embargo, si eso es lo que realmente quieren, que dejen de armar, financiar y ayudar a Israel. Que no sean parciales. Y cuando lo hagan, entonces, tranquilos, nosotros mismos nos vamos las vamos a arreglar.
Ante esta situación, más allá de la solidaridad abstracta con el pueblo palestino, ¿qué podemos hacer aquí y ahora?
Si el genocidio no se detiene, deberíamos recurrir a la desobediencia civil. En este sentido, en el Estado español la Ley Mordaza sigue vigente, y por eso hay que pedir al nuevo gobierno que la derogue de una vez. Si los gobiernos siguen sin oír a la gente que dice “¡basta!”, tendremos que ir a donde están, a las sedes de los gobiernos de las comunidades autónomas, a las diputaciones, a las sedes de los partidos políticos, a los ayuntamientos… Tenemos que ir a su puerta para pedir medidas concretas, cuanto antes. En el caso del Estado español, además, parece que tenemos que estar contentos porque nos dejan manifestarnos, viendo lo que ocurre en otros países europeos.
¿Y romper con Israel? ¿Dejar de venderle armas?
Dejar de dar armas es lo mínimo, y el Estado español tiene un gran comercio de armas con Israel.
El antisemitismo es un comodín de Europa e Israel para defenderse ante todas las críticas a la organización sionista.
Nadie debe ser discriminado por sus creencias, por su cultura, por su ideología… pero en muchos países occidentales se utiliza el antisemitismo para silenciar las voces que defienden la causa palestina. No olvidemos que la judeofobia nació en Europa, no en Palestina. En Palestina siempre hemos convivido.
Usted misma trabaja con personas judías.
Trabajamos mano a mano con las compañeras del movimiento judío antisionista. Ellos también se oponen al Estado de Israel y defienden la liberación de Palestina. Estamos en la misma lucha.
¿Hay izquierda en Israel?
Etiquetar es muy sencillo. ¿Ser de izquierdas es defender los derechos de los pueblos y el derecho de autodeterminación, o ser de izquierdas es colonizar otro pueblo para crear su propio estado? No, no hay izquierda israelí. La izquierda no puede defender un estado basado en matanzas. Una persona de izquierdas no puede justificar la invasión de un pueblo basándose en la religión. Se creó el Estado de Israel argumentando que la religión judía y sus seguidores tienen derecho a un Estado en Palestina. No puede ser de izquierdas y defender que un Estado solo debe ser para judíos. La izquierda israelí defiende la democracia y los derechos, pero sólo para los judíos israelíes.
Dicho de otro modo, ¿hay colonos anti-colonialistas?
Eso es. Y no olvidemos, por ejemplo, que cuando ocurrieron las matanzas de Sabra y Shatila, fue con un gobierno “de izquierdas”.
Si miramos a las instituciones políticas palestinas y a los representantes de sus brazos armados, vemos a hombres con corbata, hombres armados, hombres diplomáticos…
La mujer siempre ha sido parte de la resistencia palestina. Puede sorprender, pero el propio Hamás tiene más mujeres militantes que otros partidos de la izquierda palestina. Tienen diputadas, están en grupos armados, en la Policía de Hamás… He tenido contacto con muchas mujeres de Hamás y puedo decir que son mujeres empoderadas y capacitadas.
Jader Adnan, preso político del Yihad Islámico, falleció en mayo en huelga de hambre y la mayor defensa de su caso la ha llevado su mujer: se ha manifestado en la calle, ha hablado en los medios de comunicación… y es una mujer totalmente cubierta. La hemos entrevistado nosotras. Es un tipo de mujer que el mundo occidental no quiere ver. No quiere ver a la mujer cubierta, y mucho menos si está empoderada. La imagen debe ser de mujer sumisa.
Pero está claro que los hombres son la mayoría de los que se desplazan y hablan públicamente. Nadie está a salvo del patriarcado. Las mujeres feministas y las mujeres de izquierda de Palestina estamos luchando por cambiar esto. Nosotras, desde la diáspora, en la misma carta fundacional del movimiento Masar Badil hemos dicho que el movimiento debe ser liderado por mujeres. No hablamos de cuotas o medidas para aumentar la participación de las mujeres. No. Decimos que el liderazgo debe ser femenino y también juvenil. Sin embargo, la mayoría de los que hablan en nombre de Palestina son hombres mayores de 70 años.
¿Dónde está la juventud palestina, casi el 70% de la población? Los medios occidentales no hablan con representantes de resistencia palestina, entrevistan a Mahmoud Abbas y a su lobby, pero nadie habla con la resistencia. Curiosamente, en la resistencia participan muchos más jóvenes que en partidos políticos como Fatah, Frente Popular o Frente Democrático.
Más allá de las diferencias políticas, hoy en día la mayoría de los palestinos esta a favor de la resistencia. Pero las reivindicaciones de las manifestaciones que se hacen en Occidente en solidaridad con Palestina son más difusas y muchas no hablan de resistencia.
Eso es un supremacismo blanco eurocentrista. Desde Occidente queremos imponer “nuestro” modelo. Las izquierdas deberíamos respetar la voluntad de los pueblos y sus movimientos de liberación. La resistencia palestina es un movimiento de liberación, nos puede gustar más o menos, pero es la que ha elegido el pueblo y esa resistencia tiene el respaldo mayoritario. En la resistencia de Vietnam seguramente predominaban los movimientos de izquierdas, pero también había gente de derechas. Y, por supuesto, se les tenía que ayudar. ¿A caso los movimientos de liberación nacional en África han sido de izquierda? No, pero se les tiene que ayudar. La gente de la izquierda podemos ayudar a la izquierda palestina para que crezca y tenga más influencia, pero no podemos imponer nada. Decir “Como son islamistas y de derechas, y nosotros somos de izquierdas, no podemos apoyarles” es pensar que somos mejores que los demás.
La violencia y la lucha armada siempre generan debate.
Todos los pueblos del mundo, nos guste o no, han sido liberados mediante la lucha armada. No hay país que haya sido liberado porque el colonizador un día despertó y se dio cuenta de que tiene ética y decidió dejar vivir en paz a los oprimidos. Ojalá no tuviéramos que luchar porque tanta gente está muriendo. Es cierto que el precio es alto, pero no había otro camino, porque la causa palestina iba quedando en el olvido, mientras los sionistas limpiaban y normalizaban su imagen. Israel hace lo que hace porque tiene impunidad y la protección incondicional del poder político, mediático y económico occidental. Pero el silencio de los pueblos también lo ha garantizado. La matanza del pueblo palestino es continua y se lleva a cabo a fuego lento. Día a día y año a año. Cuando los colonos quemaron a un joven de 16 años en Jerusalén, Mohammed Abu Khdeir, le hicieron beber gasolina y luego le prendieron fuego, la gente no se movió. Este caso es común en Israel, porque era palestino y no pasa nada. A nivel internacional, no se dijo nada. No es aceptable pedir a los palestinos que no participen en la lucha armada, porque nos están matando.
Publicado originalmente en Euskera en Argia
Traducido al castellano por Andrea Lubadeh, del movimiento Alkarama
3. El futuro de Netanyahu -y de toda Asia occidental
Os paso juntos dos artículos, uno de The Cradle y el otro de Middle East Eye, porque creo que son complementarios. Ambos analizan el curso político que puede querer seguir Netanyahu para salvar su pellejo, y las repercusiones que eso puede tener. Lo que me extraña, es que ambos coinciden en que si hubiese elecciones el actual gobierno las perdería de calle, y uno de los partidos fascistas que ahora gobierna, el de Smotrich, podría quedar fuera del parlamento. No me cuadra mucho con las ganas de venganza que parecen predominar ahora en la sociedad israelí.
https://new.thecradle.co/articles/netanyahus-game-of-russian-roulette
El juego de la ruleta rusa de Netanyahu
Con la disminución de los beneficios estratégicos de la guerra de Gaza de Israel y las amenazas internas y externas a su cargo de primer ministro, un asediado Netanyahu puede elegir la guerra con Líbano para prolongar su supervivencia política.
Corresponsal en Líbano de The Cradle
5 DE DICIEMBRE DE 2023
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, obligado a una tregua en Gaza por un público airado que exige el intercambio de prisioneros, se enfrenta ahora a su reto más difícil desde que lanzó ataques aéreos y terrestres contra la Franja de Gaza en octubre.
La frecuencia de sus amenazas tanto a Hamás en Gaza como a Hezbolá en Líbano, en el frente norte de Israel, ha aumentado desde que Netanyahu aceptó a regañadientes la tregua mediada por Qatar.
Aunque los objetivos del primer ministro y de Washington coinciden en librar una guerra contra la resistencia palestina y, por extensión, contra Gaza, sus políticas divergen en cuanto a la estrategia y la duración del conflicto. Frente a sus propias amenazas y a los ataques de las facciones de la resistencia en Asia Occidental, Estados Unidos prefiere emplear un enfoque militar sin una gran implicación sobre el terreno.
Últimamente, la administración Biden ha adoptado un enfoque más severo hacia las acciones de Tel Aviv en el norte de la Franja de Gaza, y ha pedido la coordinación israelí con Estados Unidos en la guerra terrestre. Horas antes de que se pusiera en marcha la tregua, el Secretario de Estado Antony Blinken subrayó que «la pérdida masiva de vidas civiles y los desplazamientos de la magnitud que vimos en el norte de Gaza [no deberían] repetirse en el sur».
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, también ha declarado recientemente a los periodistas que la administración Biden «no apoya las operaciones en el sur a menos o hasta que los israelíes puedan demostrar que han dado cuenta de todos los desplazados internos de Gaza.»
Prolongar la guerra en beneficio propio
Netanyahu, sin embargo, alberga una agenda diferente, tratando de prolongar el conflicto para obtener beneficios personales en lugar de éxito político. La continuación de la guerra significa que permanecerá más tiempo en el cargo y tendrá tiempo para llegar a acuerdos internos y externos que garanticen su supervivencia tras el conflicto.
Por el momento, el «rey Bibi» se enfrenta a la creciente presión de aliados y adversarios. Los llamamientos internacionales para obtener resultados tangibles del conflicto se están intensificando, y los principales medios de comunicación se ven cada vez más obligados -por las redes sociales- a poner de relieve los crímenes de guerra israelíes en Gaza. En el ámbito nacional, Netanyahu se enfrenta casi a diario a peticiones de dimisión o de destitución de ministros extremistas de los partidos Otzma Yehudit y Sionista Religioso.
Tras la Operación Inundación Al-Aqsa, la oposición israelí tentó al partido Likud de Netanyahu con ofertas para destituir al ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, y al ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir -así como la destitución del propio primer ministro- como condición para participar en un gobierno de emergencia.
Estas propuestas pretendían resolver el malestar político y social que vive Israel desde 2019, que ha provocado cinco ciclos electorales consecutivos en cuatro años y frecuentes protestas masivas contra el Gobierno. Un gobierno de unidad nacional también podría reanudar y posiblemente desarrollar los Acuerdos de Abraham, tensos por la presencia de partidos extremistas en el gobierno. Los ministros radicales de Netanyahu han afectado a menudo negativamente tanto a estas incipientes relaciones israelo-árabes como a la relación de Tel Aviv con los demócratas estadounidenses.
En particular, la participación del líder del Campo Nacional, Benny Gantz, y del ex jefe del Estado Mayor, Gadi Azinkot, en el gobierno de emergencia de Israel tras el 7 de octubre depende de la duración de la guerra o de la evolución de las relaciones entre la administración Biden y Netanyahu. Los problemas de confianza entre Netanyahu y Gantz añaden otra capa a una crisis política ya de por sí compleja.
Todos los hombres del rey
Incluso los aliados del «rey» muestran poco apoyo, dando la espalda a Netanyahu en medio de incesantes maniobras políticas. Sus otrora firmes socios de coalición, cansados de sus constantes amenazas e interrupciones del gobierno, amenazan ahora con retirarse de su gobierno a menos que continúe la guerra de Gaza, una medida vinculada a la liberación de prisioneros de ambos bandos.
Durante las negociaciones de la tregua a finales de noviembre, el ministro de Seguridad Nacional, Ben-Gvir, expresó públicamente estas amenazas en la plataforma de medios sociales X, diciendo: «El cese de la guerra equivale a la disolución del gobierno». El ministro de Finanzas Smotrich, también en un post en X, calificó el cese de la guerra a cambio de la liberación de todos los detenidos en Gaza de «plan para eliminar a Israel».
Para Netanyahu, la prioridad no es la guerra en Gaza y sus objetivos genocidas, sino cómo afrontar mejor las luchas internas en medio de sus temores a un golpe de Estado. Siguen circulando informes sobre la inclinación del Likud a deponerle mediante un voto de censura en la Knesset y elegir a otro miembro del partido para formar gobierno, sin tener que celebrar otras elecciones generales.
Estas propuestas han llegado incluso a nombrar posibles sustitutos: uno de esos candidatos es el actual presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores y Seguridad de la Knesset, Yuli Edelstein, que sería nombrado Primer Ministro interino hasta que se elija a un nuevo líder del partido.
El mes pasado, en un último esfuerzo por asegurarse el apoyo de su partido de derechas, Netanyahu habría recordado a los miembros del Likud: «Soy el único que impedirá un Estado palestino en Gaza y [Cisjordania] después de la guerra».
Sacrificar Israel para salvar a Bibi
En esencia, la estrategia de supervivencia política de Netanyahu se centra en presentarse como el único defensor frente a la superficial retórica estadounidense a favor de una solución de dos Estados. Intentando eludir la responsabilidad por los fracasos del Estado de ocupación, Netanyahu se enfrenta ahora a un resurgente Benny Gantz en la oposición. Recientes encuestas israelíes predicen un cambio significativo entre el público en general, favoreciendo a la oposición y a los partidos árabes frente a la actual coalición de derechas. Según los sondeos, una nueva coalición podría obtener 79 escaños, frente a los 41 de los partidos del actual gobierno de extrema derecha del Likud.
La precaria situación política de Israel hace que Netanyahu se resista a cualquier solución, acuerdo o salida que pueda acarrearle consecuencias legales. Socava a su partido amenazando con elecciones inmediatas tras la guerra si no cesan las maquinaciones internas del Likud en su contra, tras haberse negado ya a dimitir de su cargo.
Más preocupante aún es que, a pesar de las devastadoras experiencias bélicas pasadas de Israel en el Líbano, Netanyahu puede considerar una guerra en el norte como su única vía de escape potencial, una forma de reorganizar su fortuna política para evitar cargos de corrupción y hacer frente a sus fracasos militares. ¿Por qué no jugar a la ruleta rusa con el Líbano cuando la única otra opción es una larga temporada en una celda?
Por su parte, Estados Unidos, consciente de las escasas opciones de Netanyahu y de su posible táctica, transmite mensajes matizados a Hezbolá y al gobierno libanés a través de diversos intermediarios, instando a la moderación.
Aunque el ejército israelí no puede librar una guerra para proteger el futuro político y personal de Netanyahu, las filtraciones de las últimas semanas muestran que los militares parecen estar más entusiasmados con librar una guerra contra Líbano que la mayoría de los políticos israelíes.
Nada les gustaría más que destruir la Fuerza Radwan, la unidad de fuerzas especiales de Hezbolá, o al menos alejarla de la frontera. Eso, además de la ambición a largo plazo del ejército israelí de destruir el arsenal de armas estratégicas de la resistencia libanesa y obligarla a retirarse de la zona al sur del río Litani. Es aquí donde los cálculos de Netanyahu se cruzan con los de los altos mandos de su ejército, igualmente amenazados por la rendición de cuentas que deben afrontar al final de la guerra. Los acontecimientos sin precedentes del 7 de octubre dejaron al descubierto profundas lagunas en la inteligencia y preparación militar de Israel, y es casi seguro que el ejército pagará un precio por ello en el futuro.
A pesar de la coincidencia de opiniones entre Netanyahu y sus mandos del ejército, una guerra israelí contra Líbano no es necesariamente inevitable, en principio. En realidad, Estados Unidos y algunos de los responsables de Tel Aviv saben muy bien que los cálculos de una guerra contra Hezbolá son diferentes de los cálculos de una guerra en cualquier otro frente. Ello se debe no sólo a las considerables capacidades militares de Hezbolá y a su experiencia en el campo de batalla, sino también a la estrecha coordinación que existe entre el Eje de la Resistencia de la región: Irán, Irak, Yemen, Siria, Líbano y Palestina.
Aunque Netanyahu y sus generales vean la guerra con Líbano como un camino personal hacia la salvación, se enfrentarán a obstáculos incluso en la línea de salida. Por un lado, Washington se negará casi con toda seguridad a un conflicto que devastará por completo los intereses estadounidenses en toda Asia Occidental.
https://www.middleeasteye.net/news/israel-palestine-war-netanyahu-political-allies-peace-dangerous
Guerra entre Israel y Palestina: Para Netanyahu y sus aliados políticos, la paz es más peligrosa que la guerra
La opinión pública israelí se ha vuelto en contra tanto del primer ministro de Israel como de Bezalel Smotrich, su principal socio de coalición en la extrema derecha. Pero no renunciarán fácilmente a su sueño de una nueva Nakba
Por Meron Rapoport en Tel Aviv, Israel
Fecha de publicación: 5 de diciembre de 2023
Este es un momento decisivo en la guerra de Israel contra Hamás. También es enormemente peligroso para ambas partes.
La reanudación de una brutal campaña de bombardeos sobre el sur de Gaza fue impulsada por un sentimiento abrumador en el gabinete de guerra, los medios de comunicación y entre la mayoría de los israelíes de que la guerra debe continuar, de que hay que asestar a Hamás un golpe final.
El público israelí quiere venganza, y todavía no siente que la haya tenido.
Ante la disyuntiva de un nuevo intercambio de rehenes y prisioneros o volver a la ofensiva terrestre, el gabinete de guerra optó decididamente por la guerra.
Si el gabinete de guerra está muy lejos de reconocer lo que todo el mundo le dice fuera de Israel -que Hamás no puede ser derrotado del todo-, ahora hay una nueva conciencia creciente en Israel, quizás incluso dentro del ejército y ciertamente entre los comentaristas, de que Hamás está lejos de ser derrotado.
Todos los generales, jefes de estado mayor y comentaristas de los medios de comunicación han tenido que tragarse sus palabras sobre la pérdida de control de Hamás sobre el norte de Gaza, después de que durante el alto el fuego vieran a Hamás moverse libremente por la ciudad de Gaza, liberando a los rehenes que habían sido retenidos allí.
El ejército anhela la redención por su enorme fracaso a la hora de proteger a sus ciudadanos en el sur de Israel. Necesita desesperadamente las cabelleras de los líderes de Hamás. Pero al avanzar hacia el sur, se adentra en una completa incógnita.
Sin plan de salida
La primera parte de la ofensiva terrestre se limitó a la ocupación de la ciudad de Gaza. Esa parte está lejos de haber terminado, pero al menos durante la primera fase los objetivos del ejército estaban más o menos claros.
Conducía a la población hacia el sur para apoderarse del norte. Ahora su objetivo dista mucho de estar claro.
Parece que el ejército no sabe realmente el destino de los rehenes restantes. No saben cuán fuerte es Hamás ni cuánto ha reforzado sus posiciones durante la tregua de siete días.
No saben cuánto tiempo seguirá Estados Unidos cubriendo las espaldas de Israel, bombardeando una zona en la que ahora se hacina la mayoría de los 2,3 millones de habitantes de Gaza.
A medida que empujan a la población hacia la frontera, aumenta la probabilidad de que Egipto la abra para permitir la entrada de ayuda y suministros en contra de la voluntad de Israel.
Los palestinos de Gaza no serán expulsados, pero podrían entrar suministros, e incluso armas, desde Egipto a la Franja de Gaza. Así pues, al reanudar la guerra, Israel no tiene una estrategia a corto plazo, y mucho menos un plan de salida.
A nivel interno, el hecho de que 80 rehenes hayan sido liberados sanos y salvos provocará una creciente presión por parte de los familiares de los 134 rehenes restantes, tanto civiles como soldados.
Cuando se rompió la tregua y los rehenes que regresaron denunciaron que los bombardeos israelíes habían puesto en peligro sus vidas, la presión de los familiares no hizo sino aumentar.
Lo más probable es que Israel vaya dando tumbos entre periodos de guerra y pausas en los combates, sin ser capaz de terminar ninguno de los dos.
El hombre más odiado de Israel
Pero aquí los problemas del primer ministro Benjamin Netanyahu no han hecho más que empezar. Hoy es probablemente el hombre más odiado de Israel.
El trauma del 7 de octubre ha añadido una nueva y enorme dimensión a los continuos problemas legales de Netanyahu, como primer ministro acusado de soborno, fraude y abuso de confianza durante su mandato, y a su fallida «reforma legal», que envió a cientos de miles de israelíes a protestar contra él y su gobierno de derechas.
Por todo Tel Aviv han aparecido carteles de Netanyahu con la huella de una mano ensangrentada sobre su rostro.
Se le culpa de presidir el día más mortífero de la historia del Estado. Por toda Tel Aviv han aparecido carteles suyos con la huella de una mano ensangrentada sobre su rostro.
Una vez finalizados los combates, la sabiduría política común es que estos serán sus últimos días en el poder, y todos los demás actores políticos de Israel actúan basándose en esta suposición.
Netanyahu es un buen actor, intenta actuar como si todo fuera normal. Pero políticamente es un hombre muerto caminando. ¿Por qué votaría este pavo por Acción de Gracias? Tiene todos los incentivos personales para mantener la guerra todo el tiempo que pueda.
Una encuesta electoral realizada el 49º día de la guerra reveló un desplome de los votos del partido de extrema derecha Sionismo Religioso de Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas.
Si se celebraran elecciones mañana, no conseguiría el 3,25% mínimo necesario para entrar en la Knesset. Esto supone un descenso respecto a los 14 escaños que obtuvo en las elecciones de noviembre del año pasado junto con Otzma Yehudit, de Itamar Ben Gvir.
La alianza de derechas, que entonces obtuvo 64 escaños, se quedaría en 41 de 120, mientras que la alianza opositora «Cambio», si se combinara con la alianza palestina Hadash-Taal, ascendería a 79.
La proyección de Benny Gantz al poder supone un giro completo, ya que su partido Unidad Nacional cuadruplica sus escaños, pasando de 12 a 43.
¿Por qué?
El golpe constitucional que el gobierno de Netanyuhu intentaba dar privando a los tribunales de su poder último de controlar al ejecutivo se ha fundido en la mente de la mayoría de los israelíes, hasta cierto punto, con el trauma del atentado de Hamás.
Ahora se piensa en los autores del golpe legal como responsables de la dañada unidad de Israel y, en consecuencia, de su dañada seguridad. Y éste es un pecado que no puede perdonarse fácilmente.
Ahora sabemos que el ejército israelí sólo tenía de dos a cuatro batallones a lo largo de la valla con Gaza, mientras que 32 batallones estaban estacionados en Cisjordania, principalmente para proteger a los colonos.
Mientras que Ben Gvir sigue obteniendo buenos resultados en las encuestas, representando al elemento matón de la extrema derecha, Smotrich es mucho más peligroso. Es calculador, un planificador meticuloso y un auténtico ideólogo.
Pero para ambos, y para toda la derecha religiosa-mesiánica, si el gobierno de Netanyahu cayera tras un posible alto el fuego, sería mucho más que una simple derrota política.
Sueños de una nueva Nakba
La derecha religiosa esperó durante décadas una guerra a gran escala contra los palestinos que permitiera a Israel expulsar a un número comparable al de 1948.
Sabían que no podrían hacer realidad sus sueños de plena soberanía desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo sin asestar a la mayoría palestina un golpe demográfico decisivo.
Sí, gran parte del espíritu de Ben Gvir y Smotrich ha calado hondo en el discurso israelí. Basta recordar el número de políticos israelíes del Likud que han pedido abiertamente otra Nakba (Catástrofe), un acontecimiento que Israel se pasó décadas negando que hubiera tenido lugar.
Pero si la guerra termina sin una nueva Nakba, su sueño seguirá sin cumplirse y ellos lo saben. Ben Gvir ya lo dijo: «Sin guerra, no hay gobierno».
En otras palabras, un alto el fuego permanente sería el fin del gobierno. Está claro que el gobierno actual no sobreviviría a un acuerdo con Hamás, en el que todos los prisioneros palestinos fueran liberados a cambio de todos los rehenes.
Ningún líder de la derecha israelí, e incluso el orgullo herido del ejército, podría digerir un final de la guerra en el que Mohammed Deif o Yahya Sinwar salieran del túnel ondeando una bandera palestina en señal de victoria. O que Marwan Barghouti saliera de la cárcel.
Lo que hacía tan peligroso al gobierno actual era la combinación de la derecha laica, como Netanyahu, con la ideología extrema de Smotrich.
Pero hoy, los autores del fallido golpe legal -Simcha Rothman, jefe de la Comisión de Constitución, Derecho y Justicia del Parlamento, del partido de Smotrich, y el ministro de Justicia, Yariv Levin, del partido Likud de Netanyahu- no se atreven a dar la cara, porque son los responsables del desmembramiento del Estado.
Han esperado mucho tiempo su momento en la historia. No van a dejar que el sueño de toda su vida se les escape de las manos tan fácilmente. ¿Volver a Gantz y hablar de una solución de dos Estados? Por encima de sus cadáveres y de los cadáveres de miles de palestinos e israelíes.
Esto no significa que al final no vaya a ocurrir y que la guerra vaya a durar eternamente. Sólo explica lo mucho que está en juego para Netanyahu y sus socios.
Y por eso este momento de la guerra es tan peligroso.
4. Anacronía y distopía
Un impecable, y un poco aterrador artículo de Rafael Poch sobre el actual conflicto palestino y lo que puede indicar sobre el futuro. He de reconocer que me preocupa que la solución «anacrónica» sea todavía factible, al menos temporalmente. Él mismo parece preguntárselo en el título. Y esa salida distópica enlaza con la que preocupa a Nacho García Pedraza en otro de los artículos que os envío.
https://rafaelpoch.com/2023/
La guerra de los cien años en Palestina, ¿una tragedia anacrónica pero con futuro?
En seis semanas de guerra contra Gaza, Israel ha matado a más palestinos que en 106 años de presencia judía en Palestina.
En Oriente Medio tiene lugar una tragedia anacrónica: el intento de resolver con métodos de siglos pasados, una situación que acontece en el siglo XXI. El israelí es un colonialismo muy específico en el que la población colonizada no tiene ninguna utilidad como fuerza de trabajo explotada. Para el colonizador israelí, “el mejor palestino es el que está muerto o se ha largado”, en palabras de Edward Said, citado en el estupendo libro de Rashid Khalidi sobre la guerra de los cien años contra Palestina.
La total eliminación de la población autóctona y su reemplazo fue factible en el pasado, en los siglos XVIII y XIX en América del Norte o Australia, pero Israel llega tarde a esa “solución final” de la que los propios judíos de Europa fueron víctimas en el mayor de los crímenes racistas de la historia moderna. Esa trágica paradoja desemboca en la loca agresividad del sionismo con su amalgama de violencia colonial de la vieja escuela, armas de última generación y una ideología supremacista envuelta en primitivas escenas bíblicas.
Arraigada en una horrible y secular historia de persecución, el ansia de seguridad de un pueblo pequeño de nueve millones de habitantes, sin recursos naturales y rodeado de estados hostiles y poblaciones radicalizadas por décadas de injusticia y doble rasero, se traduce en una suicida política agresiva con todo su enorme entorno, insostenible sin el apoyo de Estados Unidos, un apoyo que no durará eternamente. Toda una sociedad de emigrantes inseguros ha sido educada en esa agresividad. Con sus políticos, militares y su sociedad civil llamando abiertamente y sin tapujos a la masacre de civiles, nunca la evidencia de un suicidio moral había tenido tantos espectadores. (Ver a este respecto el recuento de declaraciones genocidas realizada por responsables israelís confeccionado por Yaniv Cogan y Jamie Stern-Weiner en: Fighting Amalek in Gaza: What Israelis Say and Western Media Ignore (substack.com).
A 4 de diciembre, el reputado historiador palestino Walid Al Khalidy estima que en seis semanas de guerra contra Gaza, Israel ha matado a más palestinos que en 106 años de presencia judía en Palestina. La abrumadora superioridad militar israelí, amplificada por el puente aéreo estadounidense, ha convertido este conflicto en «uno de los más destructivos y mortíferos del siglo XXI». Al Khalidy, fundador del Instituto de Estudios Palestinos, calcula que Israel había matado a casi 20.000 palestinos, la mayoría civiles, en seis semanas de guerra contra Hamás en Gaza, más que en 106 años de presencia judía en Palestina, que comenzó con la Promesa Balfour de crear un «Hogar Nacional Judío en Palestina» en 1917. Por su parte, Haytham Manna, Presidente del Instituto Escandinavo de Derechos Humanos (SIHR) y decano de los opositores políticos sirios, señaló que la guerra para destruir Gaza se había cobrado en 55 días el doble de víctimas civiles que en los dos años de guerra en Ucrania (2022-2023), y que el número de periodistas, médicos y personal de agencias de la ONU que operan en el enclave y han muerto, es infinitamente superior al número de muertos de esos colectivos en 20 años de guerra de Vietnam (1955-1975) o en 8 años de guerra de Irak (2003-2011). Más concretamente, 50 periodistas habían muerto en 45 días en Gaza, 11 de ellos en el ejercicio de sus funciones: una de las cifras de muertos más elevadas de este siglo. (Datos textuales del informe de René Naba en: https://www.madaniya.info/
La actitud de los gobiernos occidentales ante el espectáculo de una masacre apoyada militar y políticamente, justificada y disimulada por sus medios de comunicación y retransmitida en directo, han ensanchado como nunca la brecha existente entre Occidente y el Sur global, incluso en las metrópolis occidentales, en algunas de las cuales se prohíben y criminalizan las manifestaciones de apoyo a los masacrados. De repente ha quedado clara la negación del principio de igualdad entre seres humanos practicada por el Occidente ampliado. Ha quedado clara la compatibilidad de los “valores europeos” y de todo el instrumental semántico sobre la democracia y los derechos humanos con esa negación. La memoria histórica del Sur ha recordado en Gaza que el colonialismo extendió la “civilización” a base de genocidios perfectamente compatibles con la ilustración, la separación de poderes y el parlamentarismo. El espejo de la memoria histórica europea ha recordado también la coexistencia del humanismo renacentista con las guerras de religión, y de Auschwitz con la “gran cultura” alemana. En Alemania y Francia los sucesores y descendientes de Hitler y de Petain, y en el conjunto del establishment de la Unión Europea todo un ejército de políticos, funcionarios y comunicadores, han dado la espalda a la realidad del genocidio de una forma que recuerda al conformismo con la ola genocida de las décadas de 1930 y 1940. En el colmo de la incongruencia, el actual apoyo a Israel y la correspondiente islamofobia, se fundamentan en la responsabilidad por el judeicidio de entonces. Y ese suicidio moral sugiere que la continuación de esa infame serie histórica es perfectamente posible en la actualidad y que tiene futuro.
La actitud de los gobiernos occidentales, sus medios de comunicación y propagandistas, contiene un claro aviso sobre cómo la parte privilegiada de este mundo puede solucionar el callejón sin salida al que en este siglo nos ha conducido el sistema capitalista. A falta de “nuevos mundos” a los que exportar excedentes demográficos y metabolismos vitales insostenibles e incompatibles con el principio de igualdad entre seres humanos, el horizonte que se dibuja es un “Gaza planetario”, crear islas de bienestar y derecho estrictamente protegidas por ejércitos y armadas para, digamos, el 20% de la población mundial, y recluir al resto en zonas humana y ambientalmente desastradas. Como observaba Immanuel Wallerstein ese no es un plan muy diferente al que Hitler y sus coetáneos tenían en mente. Para quien intente escapar de esas zonas, muros, tiros y naufragios. Eso es lo que ilustran, como anticipo de la gran emigración medioambiental que nos espera, los 28.000 muertos registrados solo en el Mediterráneo desde 2014.Si esa pauta funciona política y mediaticamente en Palestina, puede funcionar también en otras latitudes y situaciones que están por venir.
El Presidente colombiano, Gustavo Petro, se ha referido a ello al apuntar que “lo que el poder militar bárbaro del norte ha desencadenado sobre el pueblo palestino es la antesala de lo que desencadenará sobre todos los pueblos del sur cuando por efecto de la crisis climática quedemos sin agua; la antesala de lo que desencadenará sobre el éxodo de las gentes que por centenares de millones irán del sur al norte”. El genocidio de Gaza, ha dicho en Ctxt el filósofo italiano Franco Berardi “es el epicentro de un cataclismo que dividirá la humanidad de manera duradera: el sur del mundo y los suburbios de las grandes metrópolis occidentales rodean la ciudadela blanca con un muro de odio que alimentará la venganza en los meses y años venideros. Este evento inaugura el siglo de enfrentamiento entre la raza colonial y el mundo colonizado”.
5. Resistencia
Tras el repaso habitual a los horrores que están provocando las tropas y los colonos israelíes, en la segunda parte del artículo se plantea una novedad importante: algo está cambiando, porque los civiles palestinos resisten en el territorio, y las milicias le están dando más quebraderos de cabeza de los previstos a los sionistas.
https://www.elsaltodiario.com/ocupacion-israeli/israel-otra-vez-guerra-gaza-algo-se-mueve-oriente.
Israel y otra vez su guerra contra Gaza: algo se mueve en Oriente
Sí, señoras y señores, esto es Israel; y estamos en Oriente Medio, donde un estado matón y facineroso puede hacer lo que le dé la gana. Porque cuenta con la bula de occidente. Pero algo está cambiando.
Ignacio Gutiérrez de Terán Gómez-Benita Arabista en la Universidad Autónoma de Madrid. 5 dic 2023
Tras siete días de tregua, el ejército israelí reanudó los bombardeos sobre la Franja de Gaza el viernes 1 de diciembre. Los ataques están siendo incluso más letales que los que habíamos presenciado entre el 8 de octubre y el 24 de noviembre, con el inevitable reguero de víctimas civiles.
La ofensiva brutal del régimen de Tel Aviv ha dejado hasta el 3 de diciembre un saldo aproximado de 16.000 muertos, que pueden ser muchos más si computamos los miles de cadáveres que siguen sepultados bajo los escombros; más de 40.000 heridos y en torno a un millón y medio de desplazados dentro de la Franja, vagando como almas en pena en busca de un refugio seguro que no existe. Buena parte de los hospitales están fuera de servicio y las escuelas, institutos y universidades, e incluso las guarderías, han sido sistemáticamente bombardeadas.
Resulta ya complicado establecer comparaciones entre las matanzas cometidas por las hordas israelíes y antecedentes históricos pasados o inmediatos. Ni siquiera se puede comparar con la guerra de Ucrania, donde en casi dos años han muerto menos civiles que en Gaza. El elevado número de niños y mujeres asesinados supera a los bombardeos orquestados en su momento en los Balcanes e incluso las campañas militares estadounidenses en Iraq en 1991 y 2003 o en Afganistán en 2001, por citar algunos ejemplos.
La vesania del Gobierno extremista y criminal de Tel Aviv se comprende en toda su dimensión si se recuerda que en 50 días de bombardeos, sin contar la tensa calma impuesta durante la tregua, se han lanzado sobre un territorio de apenas 360 kilómetros cuadrados un total de 40.000 toneladas en bombas y se han realizado, afirman los portavoces del ejército agresor se supone que con sádico orgullo, 10.000 incursiones aéreas. Ya no nos molestamos en hacer números y establecer las comparaciones de rigor con las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, ni con el arrase de Dresde, con sus 3.300 toneladas en bombas, durante la Segunda Guerra Mundial. Los números de la ciudad alemana quedan muy atrás en relación con los de Gaza, también en el uso de armas prohibidas por las leyes internacionales. Armas que la maquinaria exterminadora israelí emplea con la mayor naturalidad del mundo. Una porción considerable de las mismas se las abastecen estadounidenses y europeos, a fondo perdido en algunos casos, y, por supuesto, no vamos a andarnos con disquisiciones sobre cómo y cuándo debe usarlas su aliado prioritario en Oriente Medio. La pregunta que nos hacemos es hasta cuándo vamos a seguir pagándolas los contribuyentes occidentales (o, de forma indirecta, las generosas arcas de los países del Golfo).
La dimensión de la barbaridad que está llevando a cabo este entramado estatal reconvertido en organización criminal alcanza límites nunca vistos en nuestra época contemporánea. “A la vista de la comunidad internacional”, como suelen decir algunos. Y no ha pasado gran cosa, porque continúan con su agenda de bombardeos sin que, parezca, nadie les pueda poner freno. No debe de haber muchos antecedentes en el siniestro historial de los conflictos militares de los siglos XX y XXI en los que un ejército ocupante asedie primero y bombardee después de forma continuada hospitales y centros educativos e incluso expulse a los heridos, algunos moribundos o niños prematuros que se estaban muriendo de hambre, para ocuparlos e instalar sus centros de operaciones. Tampoco que se arrasen barrios enteros —el 60% de las viviendas en la Franja han sufrido destrozos parciales o totales— y se diga a la población que debe dirigirse hacia el sur por una supuesta ruta segura que luego es atacada con alevosía. La última “genialidad” del maquiavélico Estado Mayor de las fuerzas ocupantes se traduce en enviar sms o habilitar aplicaciones para la población con los “cuadrantes” territoriales en los que pueden distribuirse, con la promesa de que no sufrirán agresiones. Al poco, alteran la situación de esos cuadrantes y, alegando los típicos motivos de fuerza mayor tan habituales en su jerga capciosa e insufrible, exigen que se vayan a otro sitio.
Da igual: como interrumpen el servicio eléctrico, las conexiones telefónicas e internet cuando les viene en gana, muy pocos de entre los aterrados gazatíes pueden enterarse de sus aberrantes estupideces. A cualquier persona sensata, además, se le ocurre pensar que cuando estás ocupado las 24 horas del día pensando en dónde llevar a tu familia para que no te masacren no tienes ocasión de lidiar con sutilezas tecnológicas en el teléfono. Ay, pero con Israel, tan especial, ya se sabe.
Sí, señoras y señores, esto es Israel; y estamos en Oriente Medio, donde un estado matón y facineroso puede hacer lo que le dé la gana. Porque cuenta con la bula de occidente y la connivencia tácita de un hatajo de gobiernos árabes aliados de Estados Unidos que de vez en cuando formulan una tímida protesta, pero están deseando que alguien les quite de encima el enojoso problema palestino, que tanto estorba para un verdadero proceso de paz en el que haya rutas comerciales seguras, planes de explotación petrolíferos y gasísticos de futuro y una alianza económica arabo-israelí apadrinada por Washington en el que todos estén a gusto.
El régimen de Tel Aviv, porque llevará a cabo sin grandes sobresaltos la gran aspiración sionista de expulsar al mayor número posible de palestinos de Gaza y, sobre todo, Cisjordania, para asentar y ampliar los asentamientos; y los regímenes árabes porque estarán en disposición de legitimar sus gobiernos represivos y extirpar cualquier atisbo de disidencia. En un caso y otro con la aquiescencia de Washington, que intenta, a cualquier precio, aplazar su declive imperial contrarrestando la expansión financiera, empresarial e industrial de China en los continentes asiático y africano.
Y sin embargo, algo está cambiando en Oriente Medio. No porque algunos dirigentes mundiales se hayan atrevido a acusar a Israel de genocidio o porque Naciones Unidas haya elevado el tono de sus quejas, menos contenidas de lo habitual. Tampoco porque las manifestaciones de apoyo a Palestina en ciudades europeas y estadounidenses hayan sido concurridas ni porque primeros ministros europeos como el español y el belga “hayan osado” decirle a Netanyahu y sus secuaces que deberían respetar “más” la legalidad internacional y evitar infligir tanto dolor y destrucción a los habitantes de Gaza.
El cambio viene producido por dos factores principales en nuestra opinión. El primero, la descarada intención del ejecutivo israelí de utilizar los ataques de Hamás del 7 de octubre para forzar un éxodo masivo de palestinos desde la Franja a territorio egipcio. Tan evidente resultaba el intento que hasta el presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, ha tenido que hacer valer su condición de aliado estratégico de Washington para arrancar un compromiso estadounidense de que no se iba a permitir algo parecido. Está por ver que lo tomen en cuenta, a la vista de la magnitud de las carnicerías israelíes.
Al tiempo, los colonos, con la ayuda de la policía y el ejército israelíes, que están ahí para reprimir cualquier conato de oposición por parte de los palestinos, han conseguido ya vaciar al menos 35 aldeas y barriadas palestinas en Cisjordania, con el objeto de reconvertirlos en futuros asentamientos. Las tierras cisjordanas todavía habitadas por palestinos se han convertido en el gran objeto de deseo de las tendencias neo sionistas preponderantes en buena parte de la sociedad israelí; y las autoridades jordanas, que por proximidad geográfica serían las grandes perjudicadas de un éxodo de cisjordanos, han hecho como los egipcios y se han plantado ante los estadounidenses. Hagan ustedes lo que deseen con Hamás y el resto de grupos armados palestinos, pero no nos obliguen a recibir, de nuevo como en el 48 y el 67, a un número indeterminado de refugiados. También está por ver que la Casa Blanca no les cuele un gol en el último minuto.
En efecto, el plan de los energúmenos ultra ortodoxos y facciosos de pro resulta tan obvio que hasta los aliados árabes de Washington han tenido que unir fuerzas para neutralizarlo. Algo han logrado, porque los insufribles portavoces del sionismo internacional han moderado sus proclamas de que los gazatíes se vayan a vivir al desierto del Sinaí, con el peregrino argumento de que los palestinos son árabes, nómadas por lo tanto, y, en consecuencia, les da igual vivir aquí o en cualquier otro territorio que no esté dentro de la gran colonia israelí, por supuesto. A estos dirigentes árabes, en todo caso, no les importa en exceso el padecimiento de cientos de miles de personas en Gaza: mientras no signifique que “nos los endosan a nosotros” puede valer.
El segundo factor, decisivo, tiene que ver con la resistencia misma de los gazatíes. A pesar de las matanzas, el hambre y la destrucción de sus hogares se han negado a abandonar su territorio y no están presionando, como esperaba la “casta” sionista, para que se les permita salir del infierno. Esta sorprendente capacidad de aguante ha puesto a prueba a la maquinaria propagandística sionista y sus asociados occidentales, quienes suponían que en semanas la insoportable situación de los civiles haría que ni siquiera las facciones armadas palestinas serían capaces de frenar las demandas de una solución negociada, incluida la salida de un porcentaje considerable de civiles.
Luego está la asimismo sorpresiva capacidad militar de la resistencia palestina, que está infligiendo a las hordas israelíes un número elevado de bajas. La propaganda israelí trata de relativizar estas pérdidas, difiriendo cuanto puede el anuncio de muertos y heridos, pero los vídeos publicados por Hamás, a diario, muestran de forma inequívoca la destrucción de tanques, carros de combate y excavadoras, incluidos los ataques a quemarropa a las cada vez menos numerosas patrullas militares que se arriesgan a adentrarse en los escenarios de desolación en que se ha reducido a numerosos núcleos urbanos de Gaza.
Los comunicados del portavoz de las Brigadas de Izz ad-Din al-Qassam, el famoso Abu Ubayda, se han convertido en un noticiario implacable de las desgracias militares israelíes. Si uno le hace caso, ya se han cargado no menos de 200 tanques Merkava desde el inicio de las operaciones terrestres, y los muertos en el ejército ocupante se contarían por miles. Al hombre le han salido imitadores, como el portavoz de las Brigadas de al-Quds, la otra gran organización militar de la Franja, dependiente de la Yihad Islámica, con un deje de voz, nasal, fórmulas —ese “gentes libres del mundo” que no sabemos quiénes son pero tiene un timbre peculiar— y datos apocalípticos parecidos. Mentirán, pero desde luego mienten menos que los charlatanes castrenses israelíes, cuyas “trolas” y sandeces han dejado de creerse incluso medios de comunicación occidentales no ha tanto tiempo dispuestos a creérselas a pies juntillas.
Ahí también reside uno de los grandes cambios promovidos por esta detestable guerra: el Gobierno y el ejército israelíes han dejado de tener por primera vez en mucho tiempo la exclusiva del relato. Y eso que han intentado desarticular el efecto de las imágenes terribles de niños desmembrados y mujeres convertidas en amasijos de carne con recursos infantiles. Un día afirman que las imágenes de un bebé mutilado, mostradas por esta televisión árabe, son en realidad de un muñeco; otro, que los combatientes de Hamás se dedican a hacer vídeos con montajes de víctimas —como si tuvieran tiempo entre combate y combate para estas cosas—; y si las imágenes hablan por sí solas, como cuando destruyen una escuela con cientos de personas refugiadas en su interior, sostienen que han sido los propios palestinos.
Desde que se inventaron lo de los niños introducidos por Hamás en hornos y microondas, o las noticias sobre violaciones colectivas y orgías satánicas en los kibbutzes atacados el 7 de octubre, han metido tantas “bolas” que cuesta un buen trago tomarlos en serio. Y para colmo, los días van dejando sentencia sobre sus burdas manipulaciones, como el hecho, reconocido en la prensa israelí, de que decenas de israelíes muertos en los ataques del 7 de octubre cayeron bajo el fuego “amigo” de los helicópteros israelíes.
En realidad, los mandatarios israelíes decidieron romper la tregua porque Hamás les estaba ganando la batalla informativa. Las imágenes de presos liberados abrazándose a sus satánicos captores palestinos, diciendo “bye” y dando palmaditas cariñosas a los “ninja” de Hamás resultaron insufribles —a ver, cómo vendo yo a mi opinión pública que esos daishíes congenian tan bien con nuestros rehenes—. Incluso se permitieron, los de Hamás, realizar exhibiciones de liberación de prisioneros en el centro de la ciudad de Gaza y en otros lugares que los locuaces portavoces israelíes, decían, estaban bajo control de sus destacamentos. Y luego estaban las celebraciones de júbilo de las mujeres y los muchachos liberados de las cárceles israelíes, a quienes se prohibía, en la Cisjordania controlada directamente por las fuerzas de ocupación, hacer festejos. Hasta les requisaron las cajas de dulces. Todo ello contrastaba con el ambiente de frustración y enojo que se ha instalado en la sociedad israelí. Qué paradoja: las víctimas festejan y los victimarios se culpan unos a otros del extravío del proyecto sionista.
La barbarie del proyecto sionista continúa en Gaza. Y durará lo que tenga que durar, como bien dicen sus líderes y asienten los padrinos estadounidenses. El primer ministro del régimen insiste en que tienen tres grandes objetivos —rescatar a los rehenes, destruir a Hamás y desmilitarizar la Franja— y no cejarán hasta lograrlos. Han cometido el mayor crimen colectivo del siglo XXI y aún no han logrado ninguno de los tres. No debe descartarse que los consigan, incluso el cuarto y principal de expulsar a cientos de miles de gazatíes al Sinaí o cualquier otro lugar. Todavía en occidente les siguen dando crédito. Pero algo está cambiando en Oriente Medio. Estados Unidos empieza a no dar abasto con las crecientes escaramuzas que están surgiendo en la frontera libanesa, la siria, sus bases militares en Iraq, las aguas del Mar Rojo, con los huzíes yemeníes permitiéndose apresar y hostigar mercantes israelíes y hasta barcos militares de Washington, y la nueva intifada en ciernes dentro de Cisjordania.
Los prebostes del capitalismo liberal internacional se están poniendo nerviosos: el negocio se resiente. Y ya se sabe, cuando el business no marcha as usual aquí tienen que rodar las cabezas necesarias. Si el proyecto sionista comienza a agotarse, habrá que cambiarlo. Así funcionan las cosas en el gran mercado de valores neoliberal donde lo humano importa nada. Con independencia de que este proyecto racista y soez llamado sionismo comience a resquebrajarse, o no, en Gaza habrá que reconocerlo: qué grandes son los palestinos manque pierdan.
6. Gaza como distopía
¿Es Gaza un anticipo del mundo que nos espera? ¿Intentarán las élites el proyecto distópico de atrincherarse ante el colapso?
https://www.elsaltodiario.com/ocupacion-israeli/gaza-distopia-presente
Gaza y la distopía en el presente
Cuando se habla del futuro y de escenarios de colapso ecosocial es difícil no pensar en Gaza.
Nacho García Pedraza 4 dic 2023
Desde hace algún tiempo, con otras compañeras de la cooperativa Garúa, nos hemos implicado en la creación de ecotopías que intentan imaginar futuros posibles, realistas y esperanzadores. A nosotras y no solo a nosotras —cada vez hay más gente explorando otras narrativas—, nos nace esta necesidad de la convicción de que para transformar el presente es imprescindible poder soñar con algo que no sea distópico.
La sensación de que no hay futuro posible genera ansiedad, desesperanza y, al menos para mí, dificulta movilizarse para hacer que el presente sea mejor. Cuándo ese “no futuro” me late con fuerza y ocupa mucho lugar en mi pensamiento, me aferro a la dignidad de vivir el ahora de la mejor manera posible, sin pensar en el mañana, como única opción vital en la que me siento cómodo. Pero no siempre el impulso de vivir con dignidad ese presente me basta, y estos días, tristemente, vuelve con fuerza otro recurso que he usado muchas veces: pensar en Gaza cuándo me preguntan por el futuro, por escenarios de colapso ecosocial.
Para responder regresaba a la imagen de la Gaza en la que yo estuve. Entre 2008 y 2011 tuve la suerte de vivir, trabajar y compartir luchas en Palestina, una de ellas con los pescadores de Gaza, creando un servicio civil de paz para monitorear violaciones de derechos humanos en el mar. Era un lugar donde se hacía difícil pensar en el futuro, en el que las restricciones de todo tipo eran la normalidad del presente, pero también un lugar en el que, con sus contradicciones, había felicidad, había celebraciones, había niños y niñas jugando por la calle, había cierta convicción de que algo mejor llegaría.
Recurro a esa imagen como representación de la capacidad del ser humano de sacar lo mejor que tiene en momentos difíciles, como plantea Rebeca Solnit en Un paraíso en el infierno (Capitán Swing). La capacidad de resiliencia, de apoyo mutuo y de creación de momentos felices casi en cualquier circunstancia, no como resignación, no como una postura conformista, ni como lo más deseable para mis hijos, pero sí como una imagen en la que podría seguir viviendo con y por ellos.
Me aferro a esa idea con la convicción de que futuro habrá, seguro, aunque me cueste imaginarlo. Pienso que si en Gaza eran capaces de vivir así un presente tan duro, yo también podría vivir cualquier futuro que viniera. Ahora esta imagen se tambalea. Se han reanudado los bombardeos tras una breve tregua, haciendo casi imposible reconocer en las imágenes de hoy las que tengo de ayer. El desastre que veo no tiene comparación con ninguno anterior desde hace 75 años, desde la Nakba. Al observar con rabia este escenario mi mente me la juega haciendo una de esas conexiones que parecen imposibles, pero que tras un momento, cobran sentido. Relaciona esta distopía presente con una de esas con las que también nos bombardea la industria del cine, fundamentalmente estadounidense. ¿Se acuerdan de Guerra Mundial Z?
Una invasión zombie que acaba con el mundo. En esa película, los únicos que habían anticipado ese colapso eran los israelíes. Resulta que toda la política de muros y apartheid no era sino una estrategia para defenderse de los zombies, la gran amenaza que estaba por venir y que nadie más había visto hasta que ya era tarde, algo que se escapa de toda realidad imaginable, pero que no puedo evitar conectarlo con nuestra realidad. No puedo dejar de pensar que lo que está sucediendo en Palestina, el modelo de creación del Estado de Israel y la forma de someter, ocupar y vejar al pueblo palestino responde a una forma de entender e imaginar el futuro, y de prepararse para dar respuesta a las crisis que vendrán. Es como si se estuviera probando, exportando y generando negocio con un modelo de gestión de crisis —no en balde sacan bastante rédito económico vendiendo su conocimiento y material bélico/represivo—.
Un modelo basado en la tesis de que no se podrá salvar todo el mundo, por lo que se debe asegurar la supervivencia de una parte de la población. Esto solo es posible si por un lado, generamos un entorno sostenible para las personas elegidas —o para quienes han nacido en un lugar o una clase social con ese privilegio— y por otro, si protegemos ese entorno de quienes inevitablemente discutirán ese privilegio.
Es difícil no conectar esta idea con ejemplos ya en marcha, algunos desde una mirada más tecnoptimista y “constructivista” de ese entorno sostenible, como Snailbrook, la ciudad utópica que está impulsando Elon Musk en Texas —¿se acuerdan de Mark Rylance, el magnate de la película Don’t look up?— y otros, como Israel, desde la mirada más “restrictiva y militarizada” para asegurar ese entorno fortificándolo y reprimiendo o eliminando la disidencia. Juntemos ambas y tendremos los nuevos feudalismos distópicos con los que tanto nos insisten en las películas.
Hace poco Varoufakis también lo anticipaba, en su proyección del funcionamiento de la economía mundial, dibujando escenarios en los que coloca a los trabajadores viviendo alrededor del castillo de sus empresas en entornos protegidos, al margen o con un nuevo orden propio. Tenemos servidos los ingredientes para una Guerra Mundial Z ecosocial.
Por lo tanto, ver y consentir lo que está haciendo Israel es seguir alentando y apostando por un futuro en el que sacrificamos a una parte de la población para salvaguardar a la otra. Llevan años experimentando con la pérdida de libertades para algunos sectores de población, con gobiernos cada vez más autoritarios, más extremistas, con sistemas de control cada vez más sofisticados, con la apropiación de recursos naturales (agua) de nuevo para asegurar la supervivencia de la ciudadanía de primera. Hay veces que incluso pienso que se está probando el nivel de tolerancia humana a la barbarie —la firma de la tregua llegó cuándo, de nuevo, se repite el patrón de que el número de víctimas palestinas es diez veces mayor que el de Israelíes, contar hasta diez y parar. Pero esta vez, probemos con una vuelta más.
Es como si presenciáramos en el presente un prototipo de las distopías futuras que inundan el cine, con o sin zombies. Y lo presenciamos con el consentimiento de toda la comunidad internacional; gobiernos y empresas. Desde hace tiempo, observamos que muchos de estos gobiernos y empresas están adoptando un modelo de afrontar la crisis ecosocial que tiene más del que emplea Israel en Palestina que de un modelo en el que se busque construir un futuro mejor para todas. En esta guerra, y las que estamos viviendo en otros lugares, no solo están en juego intereses geoestratégicos, económicos, y por supuesto la vida de mucha gente, sino también está en disputa el modelo de construcción de futuro que queremos. Da vértigo pensarlo.
Afortunadamente, que esté en disputa quiere decir que hay quien lo discute y para sobrellevar este vértigo recurro a las imágenes de toda la gente que no se resigna, a la cantidad de voces que en estos días están surgiendo clamando por otra forma de afrontar esta guerra y todas las guerras. Aunque ahora tiemblen mis recuerdos e imágenes de cuando estaba en Gaza, aunque ahora me cueste más aferrarme a esas risas allí compartidas, no olvido la convicción desde las que nacían; la humanidad de la mayoría, de quienes ríen desafiando a las distopías y queriendo caminar hacia otro lado.
7. Hopium
En las redes «prorrusas» hay un evidente Schadenfreude por los pobres NAFO que últimamente se sienten desesperados por las negras perspectivas para el ejército ucraniano, como muestran las disputas internas del gobierno, el lento avance de las tropas rusas y la decisión de las ucranianas de atrincherarse, y las noticias del abandono por parte de occidente -ayer el Financial Times informaba de que en tres semanas EEUU va a dejar de financiar la guerra ucraniana https://www.ft.com/-. Curiosamente, en Sputnik son más prudentes, y creen que el atrincheramiento ucraniano puede hacer que el conflicto dure más tiempo. El traductor automático ha decidido que la palabra para la primera palabra del título «hopium» es esperanza, pero es un poco más complicado. En las redes en inglés, «copium» es una palabra que ahora se usa mucho para referirse a un optimismo exagerado ante las fuerzas propias -a su vez, uniendo la palabra «opium» con «cope», hacer frente-. En el título del artículo han cambiado la C por H, de «hope», esperanza, y de ahí la palabra «hopium». https://sputnikglobe.com/
«Esperanza y defensa», todo lo que tiene Ucrania para sostenerse mientras se agotan las armas de la OTAN
5-12-2023
Fantine Gardinier
Con su suministro de armas occidentales disminuyendo y pocas señales de cambio por parte de las potencias de la OTAN, Ucrania será incapaz de lanzar otra contraofensiva como el verano pasado, dijo un analista a Sputnik. Sin embargo, salvo motín o crisis política, el colapso del esfuerzo bélico ucraniano no es necesariamente inminente.
La directora de la Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca, Shalanda Young, dijo a los legisladores federales el lunes que EE.UU. estaba «sin dinero para apoyar a Ucrania en esta lucha.»
«No hay una olla mágica de financiación disponible para hacer frente a este momento. Nos hemos quedado sin dinero y casi sin tiempo», escribió Young. «Sin la acción del Congreso, a finales de año nos quedaremos sin recursos para adquirir más armas y equipos para Ucrania y para proporcionar equipos de las reservas militares de EE.UU.».
Según las estadísticas del Pentágono, EE.UU. ha enviado a Ucrania unos 44.000 millones de dólares en ayuda militar desde febrero de 2022, así como 76.000 millones de dólares en otros tipos de apoyo, como financiación presupuestaria y ayuda humanitaria. El presidente estadounidense, Joe Biden, ha pedido que se aprueben miles de millones más, pero la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, ahora liderada por el presidente de la Cámara Mike Johnson (R-LA), escéptico con Ucrania, se ha mantenido fría a la idea sin mejoras en la supervisión.
La noticia llega también cuando el Pentágono ha suspendido su auditoría por sexto año consecutivo.
Mark Sleboda, analista de seguridad en relaciones internacionales afincado en Moscú, declaró el lunes a The Final Countdown, de Radio Sputnik, que el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, tenía razón en cierto modo: Ucrania está entrando de hecho en una nueva fase del conflicto, una fase defensiva, mientras espera y confía en que el tiempo traiga cambios favorables a la situación.
«Justo la semana pasada, el Pentágono anunció que todos los despliegues en Oriente Medio que EE.UU. ha hecho, enviando fuerzas de defensa aérea y portaaviones por todo Oriente Medio para apoyar a Israel en su conflicto con Palestina, y el Pentágono está como ‘bueno, nos hemos quedado sin dinero, no tenemos dinero para pagar esto’. Así que son tiempos bastante interesantes, tal vez ese agujero negro contable de 30 billones de dólares finalmente está volviendo a atormentar al Pentágono, aunque sospecho que el alivio del Congreso está en algún lugar a la vuelta de la esquina, aunque tal vez eso tendrá que esperar hasta después de las fiestas.»
«Pero definitivamente está teniendo un efecto en el campo de batalla en Ucrania. Ya existía una tendencia debido a la incapacidad de EE.UU. y, colectivamente, de la OTAN para aumentar su propia producción industrial para proporcionar a su apoderado el régimen de Kiev con suficientes elementos básicos de guerra como proyectiles de artillería, misiles de defensa aérea, y muchas otras cosas que necesitaba. Y ahora, eso se une al hecho de que Kiev está compitiendo con Israel por muchas de las mismas cosas, que han estado en la lista de demanda … para Israel por lo que necesita para su conflicto. Y Zelensky se está encontrando en un segundo plano, compitiendo no sólo por la atención y los suministros y la financiación» de Estados Unidos y la Unión Europea, que, según él, se han topado con un «obstáculo» al intentar apoyar tanto a Kiev como a Jerusalén a la vez.
«Las fuerzas del régimen de Kiev están experimentando un hambre masiva de proyectiles. Vi un vídeo publicado por ucranianos de un par de ellos en una posición en el este de Ucrania, su asignación de proyectiles para el día había llegado en un camión: dos proyectiles de artillería. Se desternillaron de risa y profirieron insultos muy obscenos en ruso», declaró.
Durante el fin de semana, el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó que la alianza «también debe estar preparada para las malas noticias» procedentes de Ucrania, señalando que las guerras «se desarrollan por fases» y que Occidente debe seguir apoyando a Kiev «tanto en los buenos como en los malos momentos».
«Es una admisión sorprendente», dijo Sleboda sobre las palabras de Stoltenberg. «Es como si los principales medios de comunicación occidentales hubieran dado un giro de 180 grados. Hace sólo un par de meses nos decían que Ucrania seguía ganando y que su victoria en la gloriosa contraofensiva meridional de la OTAN estaba a la vuelta de la esquina y que las fuerzas rusas estaban a punto de romperse, y creo que se nos podría perdonar por pensar que los consumidores de los principales medios de comunicación occidentales deben tener latigazos cervicales por lo rápido que ha cambiado todo». The Economist, el semanario británico de noticias, una de las revistas más virulentamente rusófobas que existen, publicó en su última portada «¿Está ganando Putin?».
«Para Zelensky, esto es realmente un caso de ‘el emperador está desnudo'», dijo Sleboda, señalando que otras figuras también se habían vuelto contra él, incluido el periodista antirruso Simon Shuster, que citó a funcionarios ucranianos llamando a Zelensky «delirante» y afirmando que no oirá hablar de que Ucrania está perdiendo el conflicto, y el comandante de Kiev Vitaly Klitschko había llamado a Zelensky «autoritario».
«Evidentemente, Zelensky y su propio general jefe, [Valery] Zaluzhny, no se hablan, desde hace meses», dijo. «Zelensky está dando órdenes a sus propios generales por debajo de Zaluzhny directamente, diciéndoles lo que tienen que hacer … y las decisiones militares las está tomando un cómico. No es una buena idea».
«Supongo que la propaganda occidental está fallando, y cuando los principales medios de comunicación ya están delante de él, incluso Jens Stoltenberg tiene que darle la vuelta y admitir ciertas cosas, aunque hay que decir que estas admisiones no vienen delante de los medios de comunicación, vienen detrás, simplemente ya no tiene ningún giro propagandístico para maniobrar.»
Sleboda dijo estar de acuerdo con Zelensky en que Ucrania ha entrado en una nueva fase del conflicto.
«Sus días de ofensiva han terminado, no hay ningún nuevo gran paquete ofensivo de Occidente a la vista, ni siquiera hay suficiente ayuda de mantenimiento para continuar con los suministros básicos de nada en este momento. Así pues, el próximo año se centrará en la defensa desesperada, la construcción de líneas defensivas y la tan cacareada movilización total, es decir, el reclutamiento masivo y forzoso, que podría incluir a jóvenes de entre 17 y 70 años y posiblemente a mujeres en funciones de combate. Y, evidentemente, se va a privatizar, los últimos meses de reclutamiento han fracasado estrepitosamente, ahora evidentemente van a recurrir a empresas privadas, lo que literalmente significa que los occidentales vienen y ayudan a sacar a los ucranianos de las calles y ponerlos en las trincheras».
«El plan es simple: el plan es defensa, intentar desesperadamente reclutar en masa a más gente y esperar que algo cambie», dijo Sleboda. «Esperanza y defensa».
Sin embargo, advirtió que la tecnología moderna del campo de batalla hace que la defensa sea mucho menos costosa que el ataque, por lo que «no significa necesariamente un colapso del ejército del Régimen de Kiev», y añadió que el mayor peligro para el gobierno era un motín o una crisis política.
8. Esequibo y ExxonMobil
Se acaba de celebrar el referéndum en Venezuela sobre el Esequibo, y Vijay Prashad escribe este artículo sobre el conflicto y el papel de la petrolera ExxonMobil en él.
ExxonMobil quiere iniciar una guerra en América Latina
Está claro que los venezolanos que acudieron a depositar su voto el 3 de diciembre en un referéndum sobre la región de Essequibo vieron esto menos como un conflicto entre Venezuela y Guyana y más como un conflicto entre ExxonMobil y los pueblos de estos dos países latinoamericanos
05 de diciembre de 2023 por Vijay Prashad
El 3 de diciembre de 2023, un gran número de votantes registrados en Venezuela votó en un referéndum sobre la región del Esequibo que se disputa con la vecina Guyana. Casi todos los que votaron respondieron afirmativamente a las cinco preguntas. Estas preguntas pedían al pueblo venezolano que afirmara la soberanía de su país sobre el Esequibo. «Hoy», dijo el presidente venezolano, Nicolás Maduro, «no hay ganadores ni perdedores». El único ganador, dijo, es la soberanía de Venezuela. El principal perdedor, dijo Maduro, es ExxonMobil.
En 2022, ExxonMobil obtuvo unos beneficios de 55.700 millones de dólares, lo que la convierte en una de las petroleras más ricas y poderosas del mundo. Empresas como ExxonMobil, ejercen un poder desmesurado sobre la economía mundial y sobre los países que tienen reservas de petróleo. Tiene tentáculos en todo el mundo, desde Malasia hasta Argentina. En su Private Empire: ExxonMobil and American Power (2012), Steve Coll describe cómo la empresa es un «Estado corporativo dentro del Estado estadounidense». Los dirigentes de ExxonMobil siempre han mantenido una relación íntima con el Gobierno estadounidense: Lee «Iron Ass» Raymond (consejero delegado de 1993 a 2005) era amigo personal del vicepresidente estadounidense Dick Cheney y contribuyó a dar forma a la política del Gobierno de EEUU sobre el cambio climático; Rex Tillerson (sucesor de Raymond en 2006) dejó la empresa en 2017 para convertirse en secretario de Estado de EEUU con el presidente Donald Trump. Coll describe cómo ExxonMobil utiliza el poder estatal estadounidense para encontrar cada vez más reservas de petróleo y asegurarse de que ExxonMobil se convierta en la beneficiaria de esos hallazgos.
Caminando por los diversos centros de votación en Caracas el día de las elecciones, estaba claro que las personas que votaron sabían exactamente lo que estaban votando: no tanto contra el pueblo de Guyana, un país con una población de poco más de 800.000 habitantes, sino que estaban votando por la soberanía venezolana contra empresas como ExxonMobil. El ambiente de esta votación -aunque a veces impregnado de patriotismo venezolano- era más bien el deseo de eliminar la influencia de las empresas multinacionales y permitir que los pueblos de Sudamérica resolvieran sus disputas y repartieran sus riquezas entre ellos.
Cuando Venezuela expulsó a ExxonMobil
Cuando Hugo Chávez ganó las elecciones a la presidencia de Venezuela en 1998, dijo casi inmediatamente que los recursos del país -principalmente el petróleo, que financia el desarrollo social del país- debían estar en manos del pueblo y no de empresas petroleras como ExxonMobil. «El petróleo es nuestro», era el lema de la época. A partir de 2006, el gobierno de Chávez inició un ciclo de nacionalizaciones, con el petróleo en el centro (el petróleo había sido nacionalizado en los años setenta, y privatizado de nuevo dos décadas después). La mayoría de las multinacionales petroleras aceptaron las nuevas leyes para la regulación de la industria petrolera, pero dos se negaron: ConocoPhillips y ExxonMobil. Ambas empresas exigieron decenas de miles de millones de dólares en indemnizaciones, aunque el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) determinó en 2014 que Venezuela solo tenía que pagar 1.600 millones a ExxonMobil.
Rex Tillerson estaba furioso, según personas que trabajaban en ExxonMobil en ese momento. En 2017, el Washington Post publicó una historia que capturó el sentimiento de Tillerson: «Rex Tillerson se quemó en Venezuela. Luego se vengó». ExxonMobil firmó un acuerdo con Guyana para explorar en busca de petróleo en alta mar en 1999, pero no comenzó a explorar la costa hasta marzo de 2015, después de que llegara el veredicto negativo del CIADI. ExxonMobil utilizó toda la fuerza de una campaña estadounidense de máxima presión contra Venezuela tanto para cimentar sus proyectos en el territorio en disputa como para socavar la reclamación venezolana de la región del Esequibo. Esta fue la venganza de Tillerson.
El mal negocio de ExxonMobil para Guyana
En 2015, ExxonMobil anunció que había encontrado 295 pies de «yacimientos de arenisca petrolífera de alta calidad»; se trata de uno de los mayores hallazgos de petróleo de los últimos años. El gigante petrolero inició consultas periódicas con el gobierno guyanés, incluyendo el compromiso de financiar todos y cada uno de los costes iniciales de la exploración petrolífera. Cuando se filtró el acuerdo de reparto de la producción entre el gobierno de Guyana y ExxonMobil, se puso de manifiesto lo mal que le fue a Guyana en las negociaciones. ExxonMobil recibió el 75% de los ingresos del petróleo para la recuperación de costes, y el resto se repartió al 50% con Guyana; la petrolera, a su vez, está exenta de cualquier impuesto. El artículo 32 («Estabilidad del acuerdo») dice que el gobierno «no enmendará, modificará, rescindirá, terminará, declarará inválido o inaplicable, exigirá la renegociación, obligará a la sustitución o reemplazo, o tratará de evitar, alterar o limitar este acuerdo» sin el consentimiento de ExxonMobil. Este acuerdo atrapa a todos los futuros gobiernos guyaneses en un trato muy deficiente.
Peor aún para Guyana es que el acuerdo se realiza en aguas disputadas con Venezuela desde el siglo XIX. La mendacidad de los británicos y luego de Estados Unidos creó las condiciones para una disputa fronteriza en la región que tenía problemas limitados antes del descubrimiento de petróleo. Durante la década de 2000, Guyana mantuvo estrechos lazos fraternales con el gobierno de Venezuela. En 2009, en el marco del plan PetroCaribe, Guyana compró petróleo a precio reducido a Venezuela a cambio de arroz, lo que supuso una gran ayuda para la industria arrocera guyanesa. El programa de petróleo por arroz finalizó en noviembre de 2015, en parte debido al descenso de los precios mundiales del petróleo. Los observadores, tanto en Georgetown como en Caracas, tenían claro que el programa se vio afectado por las crecientes tensiones entre ambos países en torno a la disputada región del Esequibo.
Divide y vencerás de ExxonMobil
El referéndum del 3 de diciembre en Venezuela y la protesta de los «círculos de unidad» en Guyana sugieren un endurecimiento de la postura de ambos países. Mientras tanto, al margen de la reunión de la COP-28, el presidente de Guyana, Irfaan Ali, se reunió con el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y con el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, para hablar de la situación. Ali pidió a Díaz-Canel que instara a Venezuela a mantener una «zona de paz».
La guerra no parece vislumbrarse en el horizonte. Estados Unidos ha retirado parte de su bloqueo a la industria petrolera venezolana, lo que ha permitido a Chevron reiniciar varios proyectos petrolíferos en la Faja del Orinoco y en el Lago de Maracaibo. Washington no tiene apetito para profundizar su conflicto con Venezuela. Pero ExxonMobil sí. Ni el pueblo venezolano ni el guyanés se beneficiarán de la intervención política de ExxonMobil en la región. Por eso, muchos de los venezolanos que acudieron a votar el 3 de diciembre consideraron que no se trataba tanto de un conflicto entre Venezuela y Guyana como de un conflicto entre ExxonMobil y los ciudadanos de estos dos países sudamericanos.
9. Resumen de la guerra en Palestina, 5 de diciembre
Hoy Rybar vuelve a estar abierto, así que os paso su resume y el de Mondoweiss.
Lo que está ocurriendo en Palestina e Israel: cronología del 5 de diciembre
5 de diciembre de 2023 Rybar
Los ataques israelíes en la Franja de Gaza se han intensificado en todos los frentes. En el noroeste del enclave, las tropas de las IDF han rodeado casi por completo la pequeña ciudad de Beit Lahiya y están combatiendo cerca del hospital Kamal Adwan, así como en la escuela Shadia Abu Ghazala, en la salida sur del asentamiento. Estos lugares se encuentran en los flancos occidental y oriental del control de las IDF en la zona, y la distancia entre ellos es de algo menos de dos kilómetros. Una vez superada esa distancia, se cerrará el cerco en torno a Beit Lahiya.
Además, se están produciendo encarnizados combates en el barrio de Shuja’iyya. El barrio está situado en el sureste de la Franja de Gaza, que los soldados israelíes aislaron del resto del enclave hace un mes. Los combatientes de las IDF avanzan hacia el centro de la ciudad de Gaza y es probable que planeen unirse a otras fuerzas israelíes que operaban cerca del hospital Al-Wafa. Si este plan tiene éxito, la ciudad quedará dividida en varias partes más.
Mientras tanto, en el sur de la Franja de Gaza, las Fuerzas de Defensa de Israel realizaron un fuerte avance hacia Jan Yunis. Consiguieron avanzar en poco tiempo por la carretera de Salah al-Din hasta las afueras orientales de la ciudad. Los combates tienen lugar ahora en Bani Suheila, en las afueras de Jan Yunis. El mando de las IDF afirma que ya ha tomado supuestamente el control del centro de la ciudad, pero aún no hay vídeos ni informes palestinos al respecto. Sin embargo, dada la velocidad del avance israelí, si aún no ha ocurrido, será cuestión de un futuro próximo.
Los palestinos contraatacan en todo el frente, pero no consiguen detener el avance de las IDF. Sin embargo, consiguen infligir daños significativos a las tropas y los equipos israelíes. Por ejemplo, hoy ha circulado activamente por la red una grabación de una emboscada de militantes a un campo de las IDF cerca de Juhr al-Dik. Según representantes de grupos palestinos, hirieron y eliminaron a más de una docena de combatientes y dañaron 24 equipos.
Mapa de alta resolución en inglés https://rybar.ru/piwigo/
Estado de los combates
Norte de la Franja de Gaza
Las Fuerzas de Defensa de Israel siguen fragmentando el enclave palestino en sectores separados, que serán más fáciles de despejar más adelante. En el norte de la Franja de Gaza, los combates se intensificaron en la ciudad de Beit Lahiya y en el vecino distrito de Jabaliya. Los soldados israelíes consiguieron tomar el asentamiento en un círculo, rodeándolo por todos lados excepto por el sur. Las FDI están completando su cerco, con combates cerca del hospital Kamal Adwan, en el extremo oriental del «cuello de botella» resultante, mientras que otro grupo de israelíes avanza desde el oeste, donde hoy se han desatado combates cerca de la escuela femenina Shadia Abu Ghazal. Es probable que Beit Lahiya quede completamente rodeada y aislada del resto de Gaza en cuestión de días.
Además, las tropas de las IDF han penetrado profundamente en la ciudad de Gaza desde el este, en el barrio de Shuja’iyya, abriéndose paso hasta el centro de la capital del enclave palestino. Si los israelíes siguen avanzando hacia el norte, pronto podrían unirse a otro grupo de las FDI que operaba anteriormente cerca del hospital Al-Wafa y dividir el norte de la Franja de Gaza en varias partes más.
Mientras tanto, los grupos palestinos siguen atacando regularmente las posiciones de los soldados israelíes en la zona de Al-Zaytoun, Sheikh Radwan y en las afueras del norte del enclave, pero son incapaces de detener a las IDF. La aviación israelí sigue realizando ataques aéreos rutinarios en esa parte de la Franja.
Además, los israelíes han construido un complejo sistema de bombas frente a la costa mediterránea, con el que planean inundar todos los túneles de Hamás en el enclave. Por el momento, no han comenzado a aplicar este plan, ya que aún no hay una decisión política – las consecuencias de estas inundaciones podrían estropear el suelo y afectar gravemente a la agricultura israelí en el Negev.
Sur de la Franja de Gaza
En el sur de la Franja de Gaza, las Fuerzas de Defensa de Israel han avanzado hacia Jan Yunis y están combatiendo en las afueras orientales de la ciudad, en Bani Suheil. El mando de las IDF afirma que las tropas ya han alcanzado el centro de Khan Younis, pero aún no hay imágenes que lo confirmen ni testimonios palestinos al respecto. Sin embargo, dada la velocidad a la que avanzan los israelíes, es probable que esto se haga realidad en un futuro muy próximo. Paralelamente a la ofensiva militar israelí en curso, los civiles huyen de la ciudad, tratando de llegar a Rafah antes de que se intensifiquen los combates en Jan Yunis.
Las IDF parecen haber avanzado hacia el oeste a lo largo de la carretera de Salah al-Din desde el centro de la Franja de Gaza, donde tomaron nuevas posiciones hace aproximadamente una semana, entrando en el enclave desde la dirección de Kissofim. Además, también se ha observado actividad israelí cerca de las fronteras orientales de la Franja de Gaza con Israel, y fuentes locales han informado de enfrentamientos en el barrio de Huzaa.
Al mismo tiempo, en el sur del enclave, los grupos palestinos resisten con mucha más confianza que en el norte. Por ejemplo, en la zona de Juhr al-Dik, los militantes tendieron emboscadas a combatientes de las IDF acampados en tiendas de campaña en el enclave. En sólo 24 horas, supuestamente consiguieron matar y herir a ocho combatientes y dañar 24 piezas de equipo israelí. En el comando israelí, sin embargo, dijeron que durante toda la operación perdieron 406 combatientes.
Con el telón de fondo de la expansión de las operaciones terrestres de las IDF en esta zona, la aviación israelí también se ha intensificado significativamente, aumentando bruscamente el número de ataques aéreos sobre las ciudades centrales de la Franja de Gaza.
Distrito sur de Israel
Los grupos palestinos siguen atacando tanto las ciudades del sur como las del centro de Israel: hoy Tel Aviv, Ashkelon y varios kibutzim limítrofes con la Franja de Gaza han sido alcanzados por militantes. En Ashkelon, tres civiles resultaron heridos de diversa gravedad, infraestructuras civiles y propiedades de ciudadanos israelíes sufrieron daños.
Frontera con Líbano
La situación en la frontera con Líbano sigue siendo tensa, con Hezbolá atacando regularmente bastiones de las FDI y centros de población, mientras los israelíes responden con ataques masivos a lo largo de la frontera. Hoy, sin embargo, los drones y la artillería israelíes operaron algo más adentro de lo habitual en territorio libanés. Al mismo tiempo, se han avistado UAV israelíes en el cielo de Beirut.
Además, se produjo un incidente cerca de la aldea de Odeysa, que fue bombardeada por tanques israelíes. Varios proyectiles alcanzaron a soldados libaneses (no de Hezbolá), hiriendo a cuatro de ellos de diversa consideración. Según informaciones no confirmadas, uno de ellos murió. Oficialmente, Israel no ha hecho comentarios sobre el incidente, pero los portavoces locales siguieron afirmando que los israelíes sólo respondían a los ataques de Hezbolá y que el ataque no fue deliberado.
Cisjordania
Sin cambios en Cisjordania: las incursiones israelíes y los enfrentamientos masivos siguen sin disminuir en toda la región. Los enfrentamientos más encarnizados estallaron en el campo de Yenín, donde un lugareño intentó presuntamente robar armas a un soldado de las IDF. Los israelíes lo calificaron de terrorista, pero fuentes palestinas locales afirmaron que el joven padecía una enfermedad mental y apenas se daba cuenta de lo que hacía. En cualquier caso, estallaron violentos enfrentamientos en el asentamiento, con un número considerable de víctimas. Además, continuaron los enfrentamientos en Qalqilya, Tubas, Tulkarm, el barrio de Ramala, Belén, Hebrón y otras localidades.
Acciones de las milicias proiraníes en Oriente Próximo
Mapa de alta resolución https://rybar.ru/piwigo/
El lunes por la noche, la Fuerza Aérea israelí intentó atacar la provincia siria de Homs, pero las autoridades sirias aseguraron que todos los misiles fueron interceptados por los sistemas de defensa antiaérea. No hay detalles del incidente disponibles en Internet, pero lo más probable es que el objetivo de las FDI fueran de nuevo infraestructuras o bastiones utilizados por los proxies iraníes que operan en la RAE.
Además, drones desconocidos atacaron cuatro instalaciones militares en Yemen, que están bajo el control de los Houthis. Los objetivos fueron las bases de Jebel Aiwan y Sabah, así como la base aérea de Ad-Dyalmi, cerca de la capital, Saná. Los representantes del movimiento Ansarallah, por su parte, afirman que ningún objetivo penetró en el espacio aéreo yemení. A pesar de que se desconoce la identidad del dron que atacó los objetos, está casi garantizado que pertenece a las Fuerzas de Defensa de Israel o a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, cuyos representantes acusaron hoy directamente a los huzíes de atacar buques militares y comerciales en el Mar Rojo.
Así, el asesor presidencial estadounidense Jake Sullivan afirmó que se están llevando a cabo negociaciones para crear una coalición que garantice la seguridad de la navegación. Pero las palabras del funcionario estadounidense no deben tomarse al pie de la letra. Lo más probable es que se refieran a la coalición ya existente en el Cuerno de África: en esta zona operan las Fuerzas Marítimas Combinadas-153, actualmente dirigidas por Estados Unidos.
La CTF-153 es responsable del Mar Rojo, el estrecho de Bab El-Mendab y el Golfo de Adén. Y ello a pesar de que en el Golfo de Adén ya operan dos destructores estadounidenses, el 45º destacamento de buques de guerra de la Marina china, con las mismas tareas, así como buques iraníes (según medios franceses). Así que hay alguien para cumplir estas tareas en la región, y con tales declaraciones Washington crea una bonita imagen para demostrar sus capacidades. Aunque en realidad será muy difícil para EEUU arrancar otro conflicto activo a estas alturas, teniendo en cuenta los costes de Ucrania e Israel.
Trasfondo político y diplomático
Reunión de Netanyahu con los familiares de los rehenes
El primer ministro Benjamin Netanyahu se ha reunido hoy con los rehenes liberados, sus familiares y las familias de los que siguen detenidos. En la reunión, Netanyahu dijo sin rodeos a los asistentes que no será posible que el ejército israelí libere a todos los cautivos. Se rumoreaba que la reunión era un conflicto entre los que apoyan la continuación de la operación terrestre y los que se oponen a ella.
Interrogantes sobre el futuro control de Gaza
Los periodistas de Politico escriben que la administración del presidente estadounidense Joe Biden considera que la mejor opción es transferir el control de la Franja de Gaza tras la guerra a una Autoridad Nacional Palestina renovada. Al mismo tiempo, las autoridades estadounidenses supuestamente temen un nuevo conflicto con el gobierno ultraderechista y ultraortodoxo dirigido por Netanyahu, que espera destruir por completo el enclave palestino y, en el mejor de los casos para ellos, expulsar de la tierra a toda la población autóctona.
Día 60 de la «Operación Al-Aqsa»: Israel rodea el hospital Kamal Adwan y «dispara a todo lo que se mueve».
Israel cortó las señales de Internet y teléfono en la Franja de Gaza mientras bombardeaba zonas de toda la Franja. Las fuerzas israelíes han rodeado el hospital de Kamal Adwan, en el norte, disparando «a todo lo que se mueve».
Por Mustafa Abu Sneineh 5 de diciembre de 2023
Bajas
Más de 15.899 muertos*, entre ellos 6.150 niños, y 42.000 heridos en la Franja de Gaza.
260 palestinos muertos en Cisjordania ocupada y Jerusalén Oriental.
Israel revisa a la baja su estimación de muertos del 7 de octubre, de 1.400 a 1.147.
*Esta cifra fue confirmada por el Ministerio de Sanidad de Gaza el 4 de diciembre. Sin embargo, debido a las averías en las redes de comunicación dentro de la Franja de Gaza (especialmente en el norte de Gaza), el Ministerio de Sanidad de Gaza no ha podido actualizar con regularidad y precisión sus cifras desde mediados de noviembre. Algunos grupos de derechos humanos sitúan la cifra de muertos más cerca de los 20.000.
Acontecimientos clave
- Los palestinos se quedaron sin Internet ni señal telefónica por cuarta vez desde que Israel comenzó a bombardear la Franja de Gaza el 7 de octubre.
- 108 mártires palestinos murieron y llegaron al hospital de Kamal Adwan, en el norte de Gaza, el martes por la mañana. El personal médico advirtió de una inminente incursión israelí en el hospital y de la falta de suministros para realizar cirugías, informó Al Yazira.
- 400 heridos viajaron el martes a Egipto a través del paso fronterizo de Rafah para recibir tratamiento médico, según el director general del Ministerio de Sanidad.
- Las fuerzas israelíes planean bombear agua de mar en los túneles de Gaza para forzar la salida de Hamás, según un informe del Wall Street Journal, a pesar de que se cree que algunos cautivos israelíes están retenidos en su interior.
- Presidente de la Asamblea General de la ONU, Dennis Francis: «Estoy profundamente alarmado y entristecido por la reanudación de las hostilidades en Oriente Próximo».
- Israel llegó a la conclusión de que Hamás pasó años planeando el ataque sorpresa del 7 de octubre, y elaboró mapas detallados de las bases militares y los asentamientos basándose en la información que le pasaban los espías.
- Muhammad Yousef Hassan Manasra, de 25 años, murió y su hermano fue detenido cuando las fuerzas israelíes asaltaron el martes el campo de refugiados de Qalandia.
- El ayuntamiento de Jerusalén, controlado por Israel, impide que los niños palestinos liberados de las cárceles israelíes en el marco del acuerdo de intercambio de rehenes vuelvan a la escuela.
Fuerzas israelíes bombardean las inmediaciones del hospital de Kamal Adwan y bombardean el sur de Gaza.
Al menos 50 palestinos murieron durante la noche en ataques aéreos israelíes que bombardearon la ciudad de Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza. Los palestinos de la Franja de Gaza se vieron obligados a soportar la campaña de bombardeos durante la noche sin acceso a Internet ni señal telefónica, después de que Israel cortara los servicios en Gaza por cuarta vez desde el 7 de octubre.
En las últimas 24 horas, Israel bombardeó viviendas en el campo de refugiados de Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza, matando al menos a 10 personas, informó Wafa news.
Los alrededores del hospital Kamal Adwan de Beit Lahiya, en el norte de Gaza, también fueron bombardeados durante la noche, sembrando el pánico entre los miles de civiles palestinos, pacientes heridos y personal médico refugiados en el hospital.
Al Yazira informó de que más de 100 personas habían muerto en las inmediaciones del hospital, lo que indica un recrudecimiento de los ataques de Israel contra la zona. Atacar hospitales y sus inmediaciones ha sido una de las principales tácticas empleadas por Israel en la actual guerra contra Gaza para presionar a la población civil a huir del norte de Gaza hacia el sur, donde Israel también está bombardeando.
El personal médico ha advertido de una inminente incursión israelí en el hospital. Munir Al-Bursh, director general del Ministerio de Sanidad, ha declarado que francotiradores y tanques israelíes están «disparando a cualquiera que se mueva» mientras rodean el hospital.
Hay 7.000 personas refugiadas en Kamal Adwan, estimó Bursh, y añadió que 400 heridos salieron el martes por el paso fronterizo de Rafah para recibir tratamiento médico. Sin embargo, desde el 7 de octubre ha habido más de 40.000 heridos.
«Tememos que se produzca una masacre dentro del hospital Kamal Adwan, como ocurrió en el [hospital Al-Shifa] y en el [hospital Indonesio]», dijo, refiriéndose a dos hospitales que las fuerzas israelíes asaltaron y de los que obligaron a salir al personal médico y a los pacientes el mes pasado bajo la premisa de buscar centros de mando de Hamás, que aún no han sido revelados.
El personal del hospital ha declarado que se enfrentan a una escasez extrema de suministros y a la imposibilidad de realizar operaciones quirúrgicas debido a los cortes de electricidad y a la falta de combustible. Actualmente hay cuatro hospitales que funcionan al mínimo de su capacidad en el norte de la Franja de Gaza.
El martes por la mañana se reanudaron las comunicaciones y los servicios de Internet, con la noticia de que los tanques y aviones de guerra israelíes bombardeaban el campo de refugiados de Nuseirat y el barrio de Sheikh Radwan de la ciudad de Gaza, en el norte, así como la ciudad de Jan Yunis.
Desde que finalizó la tregua temporal el viernes por la mañana, las fuerzas israelíes lanzaron una incursión en la zona sur de la ciudad de Gaza, cerca de la localidad de Al-Qarara. Israel intenta dividir la Franja de Gaza en cuatro zonas: Ciudad de Gaza en el norte, Dier Al-Balah en el centro de la Franja de Gaza, Khan Younis en el sur y la zona fronteriza más meridional de Rafah.
Sin embargo, se ha informado de que, en los últimos días, las fuerzas israelíes se han enfrentado a una creciente resistencia de los combatientes palestinos en Beit Hanún, Al-Qarara y Sheikh Radwan, todas ellas en el norte de la Franja.
Las incursiones israelíes destruyeron una mezquita en Al-Batn al-Sameen, una zona empobrecida al oeste de Jan Yunis, y bombardearon la zona costera de la ciudad. El martes por la mañana, al menos 40 personas murieron y fueron trasladadas al hospital Nasser de Khan Younis. También se informó de que las ambulancias no pudieron llegar a muchas zonas del sur de la ciudad de Gaza para atender y evacuar a los heridos debido a los bombardeos israelíes.
Las fuerzas israelíes también bombardearon la ciudad de Deir Al-Balah, los campos de refugiados de Al-Bureij, Al-Nuseirat y Al-Maghazi, y las inmediaciones del hospital Al-Mamadani. La semana pasada, el portavoz militar afirmó que las fuerzas israelíes habían disparado 90.000 proyectiles y misiles contra la Franja de Gaza desde el 7 de octubre.
El martes, el Ayuntamiento de Gaza advirtió de que los pozos de agua podrían dejar de bombear agua potable en las próximas horas. La destrucción de infraestructuras por parte de Israel en la Franja de Gaza ha provocado que las aguas residuales se filtren en las aguas subterráneas y en las calles y contaminen los pozos y el sistema de abastecimiento de agua.
Informe: Israel planea inundar los túneles de Hamás con agua de mar
Las fuerzas israelíes planean ahora bombear agua de mar en los túneles de Gaza para obligar a Hamás a salir de ellos, según un informe del Wall Street Journal, a pesar de que se cree que hay algunos cautivos israelíes retenidos en su interior.
WSJ afirma que las fuerzas israelíes instalaron cinco bombas de agua de mar cerca del campo de refugiados de Al-Shati en noviembre para inundar los túneles utilizados por Hamás con miles de metros cúbicos de agua de mar. El plan, que aún no se ha puesto en marcha, amenaza con dañar el suelo de Gaza.
«No estamos seguros del éxito que tendrá el bombeo, ya que nadie conoce los detalles de los túneles y del terreno que los rodea», cita WSJ a un funcionario estadounidense familiarizado con el plan.
«Es imposible saber si será eficaz porque no sabemos cómo drenará el agua del mar en túneles en los que nadie ha estado antes», añadió el funcionario.
El Ministerio de Sanidad actualiza la cifra de muertos y aumenta la de periodistas fallecidos
El lunes por la noche, el Ministerio de Sanidad actualizó las cifras de muertos en la Franja de Gaza. Al menos 15.899 mártires han muerto y 42.000 personas han resultado heridas desde el 7 de octubre.
Algunos grupos de derechos humanos han cifrado la cifra mucho más alta, y el Observatorio Euromediterráneo de Derechos Humanos ya el mes pasado la situaba cerca de los 20.000 muertos.
Debido al colapso del sistema sanitario de Gaza, a los cortes en las comunicaciones y a la incapacidad de los equipos médicos y de emergencia para acceder a los edificios bombardeados y recuperar todos los cadáveres atrapados bajo los escombros, al Ministerio de Sanidad de Gaza le resulta cada vez más difícil actualizar periódicamente la cifra de muertos.
Mientras tanto, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) ha declarado que entre el 7 de octubre y el 4 de diciembre murieron 56 periodistas palestinos, tres libaneses y cuatro israelíes. El Sindicato de Periodistas Palestinos ha declarado que, desde el 7 de octubre, han muerto 67 periodistas y trabajadores de los medios de comunicación palestinos.
Hassan Farajallah, que trabajaba en Al-Quds TV, fue el último periodista palestino asesinado el domingo. Shima Al-Gazzar, periodista de la cadena Al-Magedat, murió junto a sus familiares en Rafah en un ataque aéreo israelí.
«El CPJ insiste en que los periodistas son civiles que realizan una importante labor en tiempos de crisis y no deben ser objetivo de las partes beligerantes», ha declarado Sherif Mansour, coordinador del programa de Oriente Próximo y Norte de África del CPJ.
«Los periodistas de toda la región están haciendo grandes sacrificios para cubrir este desgarrador conflicto. Los de Gaza, en particular, han pagado, y siguen pagando, un peaje sin precedentes y se enfrentan a amenazas exponenciales.»
OMS: Las fuerzas israelíes nos avisaron para vaciar los almacenes médicos en 24 horas
El presidente de la Asamblea General de la ONU, Dennis Francis, renovó el martes sus llamamientos a un alto el fuego duradero en la Franja de Gaza.
«Estoy profundamente alarmado y entristecido por la reanudación de las hostilidades en Oriente Medio», escribió en la plataforma X.
«Reitero mi llamamiento a un alto el fuego humanitario a más largo plazo; a la liberación incondicional de todos los rehenes que quedan y al acceso sin trabas de la ayuda humanitaria a los palestinos», añadió.
A finales de octubre, la Asamblea General de la ONU aprobó por mayoría de 193 votos una tregua humanitaria. Catorce países votaron en contra y 45 se abstuvieron.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo el lunes por la noche que había recibido una notificación de las fuerzas israelíes «de que debemos retirar nuestros suministros de nuestro almacén médico en el sur de Gaza en un plazo de 24 horas, ya que las operaciones terrestres lo pondrán fuera de uso».
Tedros Adhanom Ghebreyesus, jefe de la OMS, escribió en la plataforma X: «Hacemos un llamamiento a Israel para que retire la orden y tome todas las medidas posibles para proteger a los civiles y las infraestructuras civiles, incluidos los hospitales y las instalaciones humanitarias».
Se produjo una disputa online en X entre la OMS y funcionarios israelíes, en la que Israel negó haber emitido tal orden.
El organismo del Ministerio de Defensa que supervisa los asuntos palestinos, COGAT, escribió en X: «La verdad es que no os pedimos que evacuarais los almacenes y también se lo dejamos claro [y por escrito] a los representantes pertinentes de la ONU.»
Las fuerzas israelíes rodean el campo de refugiados de Yabalia, la resistencia palestina sigue luchando contra las fuerzas terrestres
Las fuerzas israelíes anunciaron el martes la muerte de cinco soldados en combates armados con combatientes de la resistencia palestina en Gaza. Esto eleva el número de militares muertos en Israel a 406 soldados y policías desde el 7 de octubre.
El portavoz militar declaró que las fuerzas israelíes están rodeando completamente el campo de refugiados de Yabalia, en el norte de la Franja de Gaza. Junto con Beit Lahia y Beit Hanún, Jabalia fue una de las primeras zonas del norte de Gaza en sufrir la incursión terrestre israelí a finales de octubre.
El martes, las fuerzas israelíes bombardearon varias zonas del sur de Líbano, mientras que el movimiento Hezbolá atacó varias bases y emplazamientos militares israelíes el lunes y el martes por la mañana.
El brazo armado de la Yihad Islámica, las Brigadas Saraya Al-Quds, declararon haber atacado dos tanques israelíes con proyectiles RPG-29 el martes por la mañana en el barrio de Al-Shuja’iyya, al este de la ciudad de Gaza.
Añadió en un comunicado el martes: «Hemos atacado un vehículo militar sionista con proyectiles RPG-29 en el eje de Al-Taqadum, en el barrio de Al-Zaytoun, al este de Gaza».
Las Brigadas Izz El-Din Al-Qassam de Hamás afirmaron el martes que atacaron vehículos militares israelíes en el este de Jan Yunis con Al-Yaseen de 105 mm, un proyectil antitanque de fabricación palestina.
Las Brigadas Al-Qassam también lanzaron una andanada de cohetes sobre la ciudad de Beer Al-Saba’ (Beersheva), en el desierto de al-Naqab (Negev), al este de la Franja de Gaza. Al Yazira informó de que sonaron sirenas en la ciudad y que la Cúpula de Hierro interceptó siete misiles.
Durante el fin de semana, Israel llegó a la conclusión de que Hamás pasó años planeando el ataque sorpresa del 7 de octubre y elaboró mapas detallados de las bases militares y los asentamientos basándose en información pasada por espías, informó The Guardian.
Hamás también disparó un cohete el 7 de octubre contra la base militar de Sdot Micha, donde las fuerzas israelíes almacenan misiles balísticos Jericó, que podrían transportar cabezas nucleares, informó Ynet.
Decenas de detenidos en redadas en Cisjordania, niños liberados a los que se impide volver a la escuela en Jerusalén
En Cisjordania ocupada, 40 palestinos fueron detenidos durante la noche. En total, 3.580 personas han sido detenidas y 260 asesinadas desde el 7 de octubre.
En el campo de refugiados de Dheisheh, al sur de Belén, cuatro personas resultaron heridas con balas reales durante una redada nocturna israelí. Las fuerzas israelíes detuvieron a 12 personas, algunas de ellas trabajadores gazatíes, de Doha, Artas y Wadi Al-Nis, en las zonas de Belén.
Mahmoud Jawabra, director de la escuela Al-Khulafa Al-Rashidun de la ciudad de Doha, fue detenido. En Artas, Louay Shalash fue detenido en su domicilio, informó Wafa.
Las fuerzas israelíes también detuvieron a palestinos de Jerusalén, Hebrón, Yenín, Ramala y Nablús.
El martes por la mañana, Muhammad Yousef Hassan Manasra, de 25 años, murió y su hermano fue detenido cuando las fuerzas israelíes irrumpieron en el campo de refugiados de Qalandia, en el centro de Cisjordania.
Testigos presenciales dijeron a Wafa que Manasra estaba de pie detrás de la puerta de su casa cuando las fuerzas israelíes la volaron en Qalandia, lo que provocó la desintegración de su cuerpo.
Otro palestino, Ali Alqam, también murió ayer en Qalandia durante una redada israelí.
El municipio de Jerusalén, controlado por Israel, impide que los niños palestinos liberados de las cárceles israelíes en el marco del acuerdo de intercambio de rehenes vuelvan a la escuela.
El Centro de Información Wadi Hilweh de Jerusalén declaró que las escuelas financiadas por Israel se negaron a dejar entrar en las aulas a varios estudiantes de los barrios de Silwan, Al-Issawiya y Sur Baher tras el ataque.