Del compañero y miembro de Espai Marx, Carlos Valmaseda.
1. La posición de Rusia hacia Palestina.
2. ¿Quienes son los dueños de las minas españolas?
3. Cómo van las cosas por Ucrania
4. El estado de Judea, el estado de Israel, y los palestinos.
5. El delicado equilibrio egipcio.
6. Otra entrevista a Villepin en televisión
7. Llamamiento a la solidaridad árabe (observación de José Luis Martín Ramos)
8. Se disuelven estructuras zapatistas.
9. Situación militar, política y diplomática en la guerra de Palestina, 7 de noviembre.
1. La posición de Rusia hacia Palestina
Pepe Escobar analiza los discursos de los últimos días de las autoridades rusas para argumentar que se ha producido un claro alineamiento de ese país con la posición mayoritaria de la comunidad internacional -la verdadera-. El final es un poco sorprendente: todos queremos una Palestina unida con los mismos derechos para judíos, musulmanes y demás comunidades. La discusión es si un paso previo debe ser la creación de dos estados. Escobar es de los que cree que esta solución está muerta.
El pivote público de Rusia hacia Palestina
A medida que el apoyo de Occidente a la guerra de Israel contra Gaza se hace indefendible, Moscú se alinea con la mayoría mundial en defensa de Palestina.
Pepe Escobar 7 DE NOVIEMBRE DE 2023
La compleja y matizada cuestión de la neutralidad geopolítica de Rusia en la tragedia palestino-israelí quedó finalmente aclarada la semana pasada, en términos inequívocos.
La prueba A es el discurso que el Presidente ruso Vladimir Putin pronunció el 30 de octubre ante el Consejo de Seguridad de su país, altos funcionarios del gobierno y directores de agencias de seguridad.
Entre otras personalidades, entre los asistentes se encontraban el Primer Ministro Mikhail Mishustin, el Presidente de la Duma Vyacheslav Volodin, el Secretario del Consejo de Seguridad Nikolai Patrushev, el Ministro de Asuntos Exteriores Sergei Lavrov, el Director del FSB Alexander Bortnikov y el Director del SVR (inteligencia exterior) Sergei Narishkin.
Putin no tardó en ir al grano detallando la postura oficial de la Federación Rusa en la actual incandescencia geopolítica de dos guerras entrelazadas, Ucrania e Israel-Palestina. Se dirigió tanto a su público de alto nivel como a los dirigentes políticos del Hegemón occidental».
«No hay justificación para los terribles acontecimientos que están teniendo lugar ahora en Gaza, donde cientos de miles de personas inocentes están siendo asesinadas indiscriminadamente, sin tener dónde huir o esconderse de los bombardeos. Cuando ves a niños manchados de sangre, niños muertos, el sufrimiento de mujeres y ancianos, cuando ves a médicos asesinados, por supuesto, hace que aprietes los puños mientras se te llenan los ojos de lágrimas».
La coalición del caos liderada por Estados Unidos
Luego vino un anticipo del contexto: «Debemos entender claramente quién está en realidad detrás de la tragedia de los pueblos de Oriente Próximo y de otras regiones del mundo, quién ha estado organizando este caos letal y quién se beneficia de él».
En términos inequívocos, Putin describió a «las actuales élites gobernantes de Estados Unidos y sus satélites» como «los principales beneficiarios de la inestabilidad mundial que utilizan para extraer su sangrienta renta». Su estrategia también está clara. Estados Unidos como superpotencia mundial se está debilitando y está perdiendo su posición, y todo el mundo lo ve y lo comprende, incluso a juzgar por las tendencias de la economía mundial».
El presidente ruso estableció una conexión directa entre el afán estadounidense por extender «su dictadura global» y la obsesión política por promover un caos sin fin: «Este caos le ayudará a contener y desestabilizar a sus rivales o, como ellos dicen, a sus oponentes geopolíticos, entre los que también sitúan a nuestro país, que en realidad son nuevos centros de crecimiento global y países soberanos independientes que no están dispuestos a doblegarse y desempeñar el papel de sirvientes.»
De manera crucial, Putin hizo hincapié en «repetir de nuevo», tanto a su público interno como al del Sur Global, que «las élites gobernantes de Estados Unidos y sus satélites están detrás de la tragedia de los palestinos, de la masacre en Oriente Medio en general, del conflicto en Ucrania y de muchos otros conflictos en el mundo: en Afganistán, Irak, Siria, etc.».
Es un punto de vital importancia. Al mezclar a los perpetradores del conflicto de Ucrania y de la guerra contra Gaza – «Estados Unidos y sus satélites»- el presidente ruso ha metido efectivamente a Israel en el mismo saco que el Hegemón occidental y su agenda de «caos».
Moscú se alinea con la verdadera «comunidad internacional»
Esencialmente, lo que esto nos dice es que la Federación Rusa se alinea inequívocamente con la abrumadora mayoría de la opinión pública del Sur Global/Mayoría Global – desde el mundo árabe a todas las tierras del Islam y más allá, en África, Asia y América Latina.
Curiosamente, Moscú se alinea con los análisis del líder iraní Ayatolá Jamenei -socio estratégico de Rusia- y del secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrallah, en su mordaz y sofisticado discurso teñido de Sun-Tzu del pasado viernes, sobre «la araña que intenta enredar en su telaraña a todo el planeta y al mundo entero».
La prueba B sobre la posición oficial de Rusia, específicamente sobre Israel-Palestina, vino del representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasily Nebenzya, en una sesión especial de la Asamblea General de la ONU sobre Palestina dos días después del discurso de Putin.
Nebenzya dejó muy claro que Israel, como potencia ocupante, no tiene «derecho a la autodefensa», un hecho respaldado por una sentencia consultiva de la Corte Internacional de la ONU de 2004.
En aquel momento, el tribunal también estableció, en una votación judicial de 14 sobre 15, que la construcción por parte de Israel de un enorme muro en la Palestina ocupada, incluido Jerusalén Este, era contraria al derecho internacional.
Nebenzya, en términos jurídicos, anuló el argumento del «derecho a la autodefensa», invocado sin cesar por Tel Aviv y toda la galaxia de la OTAN. El Hegemón, protector de Tel Aviv, vetó recientemente el proyecto humanitario de Brasil para el Consejo de Seguridad de la ONU sólo porque no mencionaba el «derecho de legítima defensa» de Israel.
Aunque subrayó que Moscú reconoce el derecho de Israel a garantizar su seguridad, Nebenzya subrayó que este derecho «sólo podría garantizarse plenamente en caso de una resolución justa del problema palestino basada en resoluciones reconocidas del Consejo de Seguridad de la ONU».
Los antecedentes demuestran que Israel no respeta ninguna resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Palestina.
Las prioridades de Lavrov en la Palestina ocupada
La prueba C sobre la postura de Rusia respecto a Israel/Palestina la proporcionó el ministro de Asuntos Exteriores Sergei Lavrov en una conferencia de prensa con el ministro de Asuntos Exteriores kuwaití Sabah Al-Sabah, dos días después de la intervención de Nebenzya en la ONU.
Lavrov reiteró las prioridades de Moscú ya subrayadas por Putin y Nebenzya: alto el fuego urgente, corredores humanitarios y vuelta a la mesa para negociar «un Estado palestino independiente, como prevé el Consejo de Seguridad de la ONU dentro de las fronteras de 1967, que coexista en paz y seguridad con Israel».
Lavrov subrayó una vez más que se están empleando varias tácticas de distracción estadounidenses-israelíes «encaminadas a retrasar (si no enterrar) la decisión del Consejo de Seguridad de la ONU de establecer un Estado palestino».
Esto, dice el ministro de Asuntos Exteriores ruso, implica condenar a los palestinos «a una existencia eterna sin derechos. Esto no garantizará ni la paz ni la seguridad en la región, sólo ahondará el conflicto. Y no se conseguirá ahondarlo. Se sembrarán las próximas ‘uvas de la ira’, que rápidamente ‘brotarán'».
El análisis de Lavrov, tanto como el de Putin, converge con el de Jamenei y Nasralá: «No se trata de Gaza, sino del conflicto israelo-palestino. El Estado de Palestina es parte integrante de esa solución».
Rusia está sembrando las semillas para ejercer el papel de mediador de confianza para todas las partes en Israel/Palestina, un papel totalmente inadecuado para el Hegemón, especialmente después de la aprobación tácita de la actual limpieza étnica israelí de Gaza.
Todo está aquí, claramente formulado por Lavrov: «Será fundamentalmente importante para nosotros conocer la opinión unánime del mundo árabe». Es un mensaje dirigido específicamente a los regímenes suníes vasallados por Washington. Entonces, cuando se pongan las pilas, «apoyaremos la solución árabe a esta cuestión tan difícil».
Requisito previo de la multipolaridad: Paz en Palestina
Examinadas en conjunto, las pruebas A, B y C muestran cómo Moscú va muy por delante. El mensaje general -que se está descodificando minuciosamente en todo el Sur Global/Mayoría Global- es que, incluso considerando las continuas tácticas del Imperio del Caos, el inmutable y excluyente Proyecto Sionista está muerto en el acto.
La solución menos mala hasta ahora es la Iniciativa de Paz Árabe de 2002, suscrita por todos, desde las tierras del Islam hasta Rusia, Irán y China: un Estado palestino independiente, de vuelta a las fronteras de 1967, con Jerusalén Este como capital.
El problema es cómo convencer al sionismo fuera de control para que dé marcha atrás. Los hechos imperativos sobre el terreno tendrían que incluir cortar el cordón umbilical armamentista/securitizado Washington-Tel Aviv – y expulsar del espectro geopolítico a la matriz neoconservadora sionista cristiana de Estados Unidos, que resulta estar profundamente atrincherada en silos a través del Estado Profundo.
Ambos imperativos son imposibles – a corto, medio e incluso largo plazo.
Mientras tanto, un simple vistazo al mapa muestra que, a efectos prácticos, la solución de dos Estados -de Cisjordania a la Franja de Gaza- está muerta. Puede que a los líderes de la multipolaridad les duela admitirlo. Hará falta algún tiempo, y cambiar el discurso público, para reconocer que la única solución viable es un anatema supremo para el proyecto sionista: un Estado único con judíos y árabes viviendo juntos en paz.
Todo ello nos lleva a una dura formulación: sin una solución justa para Palestina, la paz tangible en todo el espectro de la multipolaridad emergente sigue siendo inalcanzable. El actual horror habilitado en Gaza demuestra que la paz sigue sin ser una prioridad para el Imperio del Caos, y hará falta una Rusia -con quizás una China- para cambiar el juego.
2. ¿Quienes son los dueños de las minas españolas?
En vista de un futuro en el que quizá sea más difícil seguir saqueando al sur global a la par que se necesita una cantidad ingente de nuevos materiales no solo para mantener el sistema, sino también para la transición energética, es fácil que se recurra cada vez más al extractivismo interno, en nuestros propios países. Es interesante conocer quiénes son los dueños actualmente de las principales minas españolas. https://www.infolibre.es/
Blackrock, el Estado chino o un expresidente boliviano: quién controla el negocio de las nuevas minas en España.
Uno de los pocos multimillonarios españoles que ha entrado en el sector es el dueño de Festina Lotus, accionista en una mina de litio de Extremadura.
Empresarios venezolanos salpicados por ‘los papeles de Panamá’ buscan enriquecerse con yacimientos en Galicia
Investigate Europe analiza el accionariado de las 23 empresas clave de la nueva minería en España. infoLibre publica en exclusiva esta investigación periodística
3. Cómo van las cosas por Ucrania
La visión de un exdiplomático australiano de cómo está evolucionando la situación en Ucrania. Hay algunos signos de descomposición en el gobierno ucraniano: un muy cercano colaborador de Zaluzhy fue asesinado con un regalo de cumpleaños -unos vasos para chupitos en forma de granada (sic) https://twitter.com/El_Doomer/-, Arestovich insinua su oferta como presidente https://twitter.com/Ramon_, etc.
¿Se vislumbra el final del juego para Ucrania?
7 de noviembre de 2023
Las ilusorias conversaciones sobre un «punto muerto» y los tanteos de Estados Unidos sobre conversaciones de paz ponen de manifiesto que a Ucrania no le quedan opciones y que a Rusia le sobran, escribe Tony Kevin.
Por Tony Kevin Especial para Consortium News
En la última semana, los medios de comunicación occidentales han hablado de un supuesto «punto muerto» en el frente de batalla ucraniano, lo que ha llevado a un informe que cita a funcionarios estadounidenses diciendo que es hora de que Ucrania acepte que ha perdido y negocie con Rusia.
Sin embargo, otro informe occidental afirma que el «delirante» presidente ucraniano Volodymyr Zelensky es el único que resiste y se niega a aceptar la derrota.
La definición del Diccionario Oxford de punto muerto -ya sea en el ajedrez, la política o la guerra- no se aplica a Ucrania: «Una situación en la que parece imposible que las partes enfrentadas o competidoras sigan actuando o progresando».
Como Scott Ritter resumió excelentemente en Consortium News recientemente: «La guerra en Ucrania no está, según esta definición, en punto muerto. La guerra ha ido definitivamente a favor de Rusia militar y políticamente desde septiembre de 2022, según todas las medidas relevantes.»
Rusia tiene supremacía militar sobre Kiev en términos de hombres, equipamiento, reservas de mano de obra, liderazgo, moral nacional y capacidad de movilizar armas. Rusia decide ahora si lanza una ofensiva de otoño, si espera a una ofensiva de invierno o si simplemente espera a que se derrumbe la moral en Kiev para generar allí los cambios políticos deseados por Moscú. En resumen, Putin controla ahora el ritmo del juego.
En los puntos calientes de Avdiivka y Kupiansk, a lo largo de las líneas del frente, Rusia ha moldeado el campo de batalla en «semicalderas» mediante las cuales, como señala Ritter: «El objetivo ruso es poner al mando ucraniano en un dilema, en el que abandonar Avdiivka podría provocar el colapso de la moral entre los defensores ucranianos, y quedarse podría provocar una pérdida masiva de vidas debido a las dificultades asociadas con el refuerzo de la guarnición.»
Valerii Zaluzhnyi, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, intenta sensatamente preservar las fuerzas restantes, inexpertas e incapaces, pero está sometido a la presión política de Zelensky y la OTAN para que no ceda ningún territorio. No es casualidad que el bombardeo de la ciudad de Donetsk desde la cercana Avdiivka, que ha durado años, haya cesado prácticamente. Los suministros a Avdiivka se han visto asfixiados por el semicaldero que hay allí.
A los militares ucranianos no les quedan opciones: Rusia tiene muchas. Se trata de una situación en la que dos combatientes evidentemente desiguales esperan un final, esperan una resolución militar o política de esta guerra.
¿Por qué espera Putin?
Principalmente por la destitución de Zelensky y para ver qué sigue en Kiev. Sigue dando importancia a intentar minimizar los daños y las pérdidas de personal que sufre Ucrania, que sigue formando parte, según él, del mundo ruso.
Un blog de Telegram llamado UKR LEAKS_eng, del ex oficial de los servicios especiales ucranianos Vasily Prozorov, ofrece a diario abundantes detalles sobre cómo la política en Kiev está entrando en un estado bastante fluido, a medida que la moral en el frente se derrumba y mientras Washington prepara un posible caso para arrojar a Zelensky a los lobos.
La situación en Kiev parece requerir un chivo expiatorio y cierto grado de cambio de régimen. Pero, ¿negociará el sucesor una paz realista con Rusia o intentará proseguir la guerra de una nueva forma? No tendrá nuevas opciones militares, los recursos están agotados y la moral por los suelos.
El armario occidental de armas milagrosas está vacío. Las opciones terroristas, por ejemplo, otro ataque en el puente de Kerch o un intento de asesinato político de alto nivel en Rusia, siempre son posibles, pero ahora son menos probables. Seguramente, las personas más sensatas de Kiev, como Oleksiy Arestovych, ex asesor de medios de Zelensky, ya están enviando discretos mensajes de paz a Moscú.
Se habla de que Biden preferiría mantener el statu quo hasta las elecciones presidenciales estadounidenses de dentro de un año. Sin embargo, sólo un optimista con ojos de estrella podría esperar que esta inestable situación política y militar se mantenga dentro de 12 meses. Algo tiene que ceder.
Los informes de NBC y TIME
Según funcionarios estadounidenses citados por NBC News, Estados Unidos ha empezado a abordar el tema de que Ucrania acepte que perderá territorio a manos de Rusia y que debería considerar seriamente entablar conversaciones de paz con Moscú. El informe dice: “Las conversaciones son un reconocimiento de la dinámica militar sobre el terreno en Ucrania y política en Estados Unidos y Europa, dijeron los funcionarios.Comenzaron en medio de la preocupación entre los funcionarios estadounidenses y europeos de que la guerra ha llegado a un punto muerto y sobre la capacidad de seguir prestando ayuda a Ucrania, dijeron los funcionarios. Los funcionarios de la administración Biden también están preocupados de que Ucrania se está quedando sin fuerzas, mientras que Rusia tiene un suministro aparentemente interminable, dijeron funcionarios. Ucrania también está luchando con el reclutamiento y recientemente ha sido testigo de protestas públicas sobre algunos de los requisitos de reclutamiento abierto del Presidente Volodymyr Zelenskyy.
Y en el gobierno de Estados Unidos existe malestar por la menor atención pública que ha suscitado la guerra en Ucrania desde que comenzó la guerra entre Israel y Hamás hace casi un mes, dijeron los funcionarios. Los funcionarios temen que ese cambio pueda dificultar la obtención de ayuda adicional para Kiev. …
Los funcionarios también han dicho en privado que Ucrania probablemente sólo tiene hasta el final del año o poco después antes de que las discusiones más urgentes sobre las negociaciones de paz deben comenzar. Funcionarios estadounidenses han compartido sus puntos de vista sobre este calendario con los aliados europeos, dijeron los funcionarios».
Pero, ¿está Rusia interesada en negociar en este momento, dada la ventaja que disfruta en el campo de batalla? La NBC dice: «La administración Biden no tiene ningún indicio de que el presidente ruso Vladimir Putin esté dispuesto a negociar con Ucrania, dijeron dos funcionarios estadounidenses. Los funcionarios occidentales dicen que Putin todavía cree que puede ‘esperar a Occidente’, o seguir luchando hasta que Estados Unidos y sus aliados pierdan el apoyo interno para financiar a Ucrania o la lucha para suministrar armas y municiones a Kiev se vuelva demasiado costosa, dijeron los funcionarios. «
Según la revista TIME, a estas sugerencias de estar dispuestos a entablar conversaciones de paz sólo se resiste en la cúpula ucraniana el propio Zelensky.
“Zelensky se siente traicionado por sus aliados occidentales. Le han dejado sin los medios para ganar la guerra, sólo los medios para sobrevivir a ella.
La obstinación de Zelensky, dicen algunos de sus ayudantes, ha perjudicado los esfuerzos de su equipo por idear una nueva estrategia, un nuevo mensaje. Mientras han debatido el futuro de la guerra, una cuestión ha seguido siendo tabú: la posibilidad de negociar un acuerdo de paz con los rusos. A juzgar por encuestas recientes, la mayoría de los ucranianos rechazaría tal posibilidad, especialmente si implicara la pérdida de cualquier territorio ocupado.»
Ya no es «el tiempo que haga falta»
Sin duda, ampliar la guerra ya no es una opción para la OTAN, a pesar de toda la retórica anterior sobre «el tiempo que haga falta». A su manera, cada vez más gobiernos y poblaciones de la UE están dejando constancia de su agotamiento y desencanto con esta guerra perdida.
Los dirigentes de la UE y la OTAN, Ursula von der Leyen, Josep Borrell y Jens Stoltenberg, ya son mercancía dañada. Viktor Orban en Hungría tiene cada vez más peso y prestigio, y Eslovaquia tiene un nuevo gobierno antibélico. Polonia, los países escandinavos y los bálticos han enmudecido.
La otra gran razón por la que Putin puede querer esperar es la peligrosa inestabilidad en Oriente Medio. Por extraño que pueda parecer, sospecho que Putin puede estar preocupado por no sobrecargar peligrosamente a los débiles y erráticos responsables de la toma de decisiones en Washington.
Puede que quiera dar a Biden y a sus asesores cierto espacio político para intentar frenar al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y poner la crisis humanitaria de Gaza, ahora en trágica caída libre, bajo algún tipo de control estadounidense. Como prácticamente los únicos adultos en la sala, los rusos y los chinos deben tratar a Biden con consideración y cuidado.
El supuesto estancamiento en Ucrania es, por tanto, una ilusión. Por tanto, tanto a Rusia como a China les conviene dejar a Ucrania a la deriva durante un tiempo.
Mientras tanto, la estatura de Putin en el Sur Global sigue creciendo. El 4 de noviembre hizo pública una declaración del Consejo de Seguridad Nacional de Rusia, en la que campan a sus anchas la arrogante y temeraria desestabilización global de Washington, a pesar de su debilitada posición geoestratégica.
Estos extractos dan una idea: «Se están utilizando contra Rusia diversos medios e instrumentos, entre ellos mentiras, provocaciones y sofisticadas tecnologías de agresión psicológica y de información, con el fin de desestabilizar y polarizar nuestra sociedad multinacional y multiconfesional.
Estados Unidos está perdiendo su control como superpotencia, está perdiendo impulso, el mundo con un solo hegemón se está derrumbando. Pero Estados Unidos no está dispuesto a aceptar este hecho; al contrario, pretende extender su dominio, su dictadura global. Provocando el caos, quieren contener y desestabilizar a sus oponentes.
Las élites gobernantes de Estados Unidos y sus satélites están enviando armas y dinero a las zonas de conflicto, incluidas Ucrania y Oriente Próximo. Al no conseguir resultados en el campo de batalla, buscan dividirnos, dividir a Rusia desde dentro, debilitar a nuestro país y sembrar la discordia.
Cuanto más fuerte sea Rusia, más consolidada estará nuestra sociedad y más eficaces serán nuestros esfuerzos por defender nuestro propio interés nacional y los intereses de los pueblos que fueron víctimas del neocolonialismo occidental».
Quienes desean una paz realista y duradera en Ucrania quizá deban armarse de paciencia un poco más.
Tony Kevin es un antiguo diplomático australiano de alto rango, que ha sido embajador en Camboya y Polonia, además de estar destinado en la embajada de Australia en Moscú. Es autor de seis libros publicados sobre política pública y relaciones internacionales.
Joe Lauria ha contribuido a este reportaje.
4. El estado de Judea, el estado de Israel, y los palestinos
Otra gran aportación del historiador israelita Ilan Pappé. Es la transcripción de una conferencia que quizá ya circuló por aquí en el original.
“El origen de la violencia en Gaza está en la ideología racista de la eliminación del nativo”
El historiador israelí Ilan Pappé repasa los casi cien años de historia de la lucha anticolonial palestina
Ilan Pappé 7/11/2023
El siguiente texto es una transcripción de la charla que ofreció el historiador israelí Ilan Pappé en la Universidad de Berkeley, California, el pasado 19 de octubre de 2023. Pappé es director del Centro Europeo de Estudios Palestinos en la Universidad de Exeter y autor de diversos libros en los que trata la cuestión de la ocupación israelí.
Les agradezco mucho que nos dediquen su tiempo en este momento tan crucial y doloroso de la historia de Israel y Palestina. Antes del 7 de octubre de 2023, la mayor parte de la sociedad judía israelí observaba con cierto temor y aprensión la situación creada durante las últimas semanas de este mes, y el principal debate en Israel versaba sobre su futuro. Las manifestaciones semanales de cientos de miles de israelíes formaban parte de un movimiento de protesta contra el intento del Gobierno de cambiar la legislación constitucional en Israel y de crear un nuevo sistema político mediante el cual los poderes políticos tendrían un control total sobre el sistema judicial y la esfera pública estaría mucho más controlada por grupos judíos mesiánicos y religiosos.
En uno de mis artículos describo esa lucha particular por la identidad de Israel –que era el tema principal hasta el 7 de octubre de 2023– como una lucha entre el Estado de Judea y el Estado de Israel. El Estado de Judea lo establecieron los colonos judíos en Cisjordania y era una combinación de judaísmo mesiánico, fanatismo sionista y racismo que se convirtió en una especie de estructura de poder que se hizo mucho más notoria e importante en los últimos años –especialmente bajo el gobierno de Netanyahu– y que estaba a punto de imponer su forma de vida al resto de Israel más allá de lo que llamamos Judea y, en cierto sentido, más allá de Cisjordania o del espacio judío en Cisjordania. En su contra se alzó el Estado de Israel o, si se quiere, la ciudad de Tel Aviv, su mayor exponente. La idea de que Israel es pluralista, democrático, laico –y lo más importante, occidental o europeo– y que está luchando por su vida contra el Estado de Judea parecía ser el foco de atención de lo que podríamos llamar, si no una verdadera guerra civil, al menos una guerra civil fría, sin duda una guerra cultural entre los judíos israelíes, entre ellos mismos.
Cuando algunas personas preguntamos a los dos bandos de este conflicto interno israelí si, por ejemplo, la ocupación de Cisjordania no debería formar parte del debate sobre el futuro de Israel, se nos respondió que no, que ninguna de las partes debía mencionar la ocupación, que es irrelevante para el futuro de Israel. De hecho, a cualquiera que intentara introducir el tema de la ocupación en las protestas semanales contra la reforma judicial o “revolución judicial”, como les gusta llamarla, se le pidió que se marchara y que no se dejara ver con el grupo más numeroso de manifestantes que ondeaban la bandera israelí. Sin duda, si alguien llevara la bandera palestina a esa manifestación, recibiría una paliza y le echarían, del mismo modo que si alguien mencionara el hecho de que tal vez el futuro de Israel también son las condiciones y la situación de los casi dos millones de ciudadanos palestinos de Israel que en el último año han atravesado un proceso de persecución por parte de bandas criminales que aterrorizan sus vidas. Por todo Israel hay bandas criminales fuertemente armadas –muchas de ellas formadas por antiguos colaboradores de Israel en Cisjordania y la Franja de Gaza que fueron sacados de estos territorios tras el Acuerdo de Oslo y que son totalmente inmunes a cualquier tipo de persecución policial o acción penal efectiva–, lo que supone que, como muchos de ustedes sabrán, los palestinos que viven en el propio Israel, me refiero a ciudadanos israelíes, tienen miedo de salir por la noche debido a la nueva realidad en sus calles y espacios. Tampoco se permitía que este tema formara parte del debate público sobre el futuro de Israel.
Si se intentaba mencionar Jerusalén Este y la limpieza étnica de los barrios árabes de Jerusalén, los manifestantes y sus líderes declaraban, de nuevo, que no era un tema importante. O como dijo Amira Hass, la valiente periodista de Haaretz, por lo que respecta a los israelíes, hasta el 7 de octubre de 2023, la ocupación no existía, lo que significaba que ya no existía como problema. Está resuelto; hay una enorme presencia de asentamientos judíos en Cisjordania, ya nadie tiene que ocuparse de ello. De hecho, en las últimas cuatro campañas electorales en Israel, y hubo una cada año, nadie mencionó el tema, la cuestión u ocupación palestina, como quieran llamarlo. No se le pidió a los israelíes que votaran sobre este tema porque ya no existía como problema. Si alguien mencionaba la Franja de Gaza y se volvía a hablar del asedio, le respondían: ¿de qué estás hablando? Se trataba de una cuestión que ya no preocupaba a nadie, del mismo modo que la matanza diaria de palestinos en los últimos dos años en Cisjordania. Pero la constante y recurrente invasión de Al-Aqsa no pasa desapercibida, y el hecho de que las débiles autoridades palestinas sean incapaces de proteger a los palestinos de la violencia ejercida por los colonos, el ejército israelí y la policía fronteriza israelí, no significa que no haya grupos dispuestos a defender a los palestinos, no sólo en la Franja de Gaza, sino también en otras partes de la Palestina histórica. Esto se ha comunicado una y otra vez a la opinión pública israelí, a los responsables políticos, a los jefes del ejército y de los servicios secretos israelíes, pero todos sostenían que no había ningún problema. El único problema era la reforma legal, nos gustase o no.
Y estaba muy claro por qué no se trataban todas estas otras cuestiones. Porque, en esencia, lo que teníamos en Israel era una lucha entre dos formas de apartheid. Por una parte, estaba el apartheid israelí laico, en el que los judíos israelíes sin duda disfrutan de la vida en una democracia plural, al estilo occidental. Por otra parte, tenías la versión contraria del apartheid, la mesiánica, la religiosa, la teocrática. De modo que la lucha era una cuestión interna judía sobre el tipo de vida judía en la esfera pública, sin ninguna referencia a la vida de los palestinos, ya fueran palestinos sometidos a la ocupación en Cisjordania, al asedio en la Franja de Gaza o a un sistema discriminatorio dentro de Israel, por no hablar de los muchos millones de refugiados palestinos: todo esto no estaba allí.
La mañana del 7 de octubre, todo esto explotó en la cara de los israelíes. Y ahora existe la ilusión óptica de que, debido a la conmoción que sin duda sufrió Israel esa mañana, todas estas grietas del edificio sionista han desaparecido porque el ataque de Hamás fue tan brutal, tan devastador, que todos los debates internos se han olvidado, y todo el mundo está unido en torno al ejército y su plan actual para invadir la Franja de Gaza y comenzar con lo que ya estaba en marcha: las políticas genocidas sobre el terreno. Creo que es una ilusión óptica, que el conflicto interno israelí no va a desaparecer. Volverá. No sé cuándo, pero volverá. Sin embargo, lo más importante es que como activistas, como académicos, cualquiera que de un modo u otro esté relacionado con Palestina y la lucha palestina, independientemente de cómo entendamos y enfoquemos los acontecimientos del 7 de octubre desde un punto de vista humano, estratégico, moral, como quiera que lo hagamos, no caigamos en la trampa de descontextualizar y eliminar la perspectiva histórica de estos acontecimientos –y parece que hay bastante gente buena en este país que está cayendo en ello–. Esto es algo que no va a cambiar en las próximas semanas. La realidad básica sobre el terreno sigue siendo la misma que existía antes del 7 de octubre.
El pueblo palestino está inmerso en una lucha por la liberación probablemente desde 1929. Es una lucha contra sus colonizadores y, como toda lucha anticolonial, tiene sus altibajos, sus momentos de gloria y sus difíciles momentos de violencia. La descolonización no es un proceso farmacéutico y estéril, es un asunto desordenado. Y cuanto más duren el colonialismo y la opresión, más probable será que el estallido sea violento y desesperado en muchísimos sentidos. Es sumamente importante recordar a la gente la historia de las rebeliones de los esclavos en este país y cómo se acabó con las revueltas de los nativos americanos, las rebeliones de los argelinos contra los colonos en Argelia, la masacre de Orán durante la lucha del ELN (Ejército de Liberación Nacional) por la liberación. En ocasiones se pueden cuestionar algunas de las ideas estratégicas, se puede tener momentos de inquietud, y con razón, sobre la forma en que se están haciendo las cosas; sin embargo, si no se descontextualiza, si no se elimina la perspectiva histórica del propio acontecimiento, nunca se pierde la brújula moral.
Parece que estemos luchando contra una cobertura típica –tanto por parte de los medios de comunicación como del mundo académico de este país, de Occidente y del hemisferio norte en general–, que tiene esa capacidad de tratar un acontecimiento como si no tuviera historia ni consecuencias. Incluso los relatos sobre el festival que fue atacado el 7 de octubre no mencionan el hecho de que se trataba de un festival sobre el amor y la paz: a kilómetro y medio del gueto de Gaza, la gente estaba celebrando el amor y la paz mientras la población gazatí estaba siendo sometida a uno de los asedios más brutales de la historia de la humanidad, que se prolonga desde hace más de 15 años. Los israelíes deciden cuántas calorías entran en la Franja de Gaza, quién entra y sale, y retienen a dos millones de personas en la mayor cárcel a cielo abierto del planeta.
Todos estos contextos permiten navegar con moralidad sin perder esa brújula; sin embargo, mucho más importante que el contexto inmediato e incluso el contexto del asedio –y en esto me gustaría centrarme hoy– es el hecho de que uno de nuestros mayores retos como activistas en defensa de Palestina, o estudiosos de Palestina comprometidos, es que no podemos desafiar décadas de propaganda e invención, enfrentarnos a esa narrativa, con frases cortas. Creo que este es nuestro principal problema. Necesitamos espacio y tiempo para explicar la realidad ante la enorme cantidad de canales, fuentes de información e instituciones culturales que han proyectado una imagen y un análisis de Palestina falso, inventado, que se ha construido a lo largo de los años con la ayuda del mundo académico, los medios de comunicación, Hollywood, las series de televisión, etcétera. Todo esto influye en las mentes y las emociones de la gente y crea una historia determinada que no se puede cuestionar con una sola frase. Ni siquiera se puede desafiar únicamente con el sentido de la justicia, sino con un sentido de la justicia basado en un profundo conocimiento de la historia, con un análisis profundo y preciso de la realidad mediante el uso del lenguaje adecuado, porque el que utilizan incluso las fuerzas liberales, llamadas progresistas, es un lenguaje que inmuniza a Israel y no permite que la lucha anticolonial palestina se justifique, se acepte y se legitime. Y, ya saben, en el panteón de la lucha anticolonialista, en el que mucha gente pondría a un montón de héroes –desde Nelson Mandela a Gandhi y a otros importantes líderes del movimiento por la liberación–, no encontrarán a ningún palestino. Siempre serán tratados como terroristas, cuando en esencia es un movimiento anticolonialista. Y para emplear el lenguaje adecuado, conocer la historia del lugar y llevar a cabo un análisis correcto se necesita, como he dicho, espacio; no puedes llegar y decirle a alguien: tú estás equivocado y yo tengo razón. Y es un enorme reto para todos nosotros en un momento como el que se está viviendo estos días en Estados Unidos, por ejemplo, donde parece haber un apoyo incondicional a Israel y una postura hipócrita ante el sufrimiento de los israelíes que no se mostró ante el sufrimiento de los palestinos en ningún momento de la historia de Palestina.
Las lecciones de Historia, por así decirlo, son el antídoto a la eliminación de la perspectiva histórica de los acontecimientos del 7 de octubre y los que se están desarrollando ante nuestros ojos hoy –y probablemente en las próximas semanas, si no meses–. El contexto histórico tiene dos niveles, dos pilares básicos sobre los que deberían apoyarse el ámbito académico o el de los medios de comunicación y que considero muy importantes para cualquiera que participe en debates públicos a título individual o institucional. Uno es no dejar nunca de insistir en una definición precisa del sionismo, esto es muy importante: no se debería permitir ninguna discusión sobre lo que ocurre hoy en Israel o en Palestina sin hablar del sionismo. Israel y sus partidarios han invertido mucho esfuerzo en equiparar el antisionismo con el antisemitismo para que, si alguna vez mencionas la palabra “sionismo”, estés pisando el peligroso terreno de ser considerado antisemita, y por lo tanto, seas silenciado. Sin embargo, eso no significa que esta no sea la única manera correcta de iniciar el relato, que comienza con una ideología que es racista y muy dura. El sionismo pertenece a la genealogía del racismo, no a la historia de los movimientos de liberación –que es como se enseña en la mayoría de las universidades estadounidenses–, no a la historia de los movimientos nacionales –que es como se enseña en la mayor parte del hemisferio norte o de la que hablan o cubren los medios de comunicación occidentales–. No, pertenece a la historia del racismo, que originalmente no era una ideología, sino que se manifestó como tal en la tierra de Palestina.
Y este racismo forma parte de la naturaleza colonialista del movimiento sionista, que no es excepcional y con la que ustedes también están familiarizados en este país de europeos que no eran aceptados como tales, que fueron expulsados de Europa y tuvieron que encontrar un lugar diferente. Y encontraron países en los que vivían otras personas y, como dijo el difunto Patrick Wolf, en ese encuentro se activó la lógica de la eliminación del nativo, en el momento en que esos colonos se encontraron con los indígenas. Y eso también es cierto en el caso de Palestina. Las políticas de eliminación forman parte del ADN sionista desde el inicio mismo del movimiento a finales del siglo XIX. Para decirlo con palabras menos académicas, se quería la mayor parte posible de Palestina con el menor número posible de palestinos. Siempre existieron la dimensión demográfica y la geográfica, la de la población y la del espacio: cuanto más espacio tienes, menos quieres a la población indígena que hay en él.
Las políticas de eliminación pueden ser el genocidio, la limpieza étnica o el apartheid. Adoptan formas diferentes en lugares diferentes o en el mismo lugar según la capacidad, las circunstancias históricas y la situación. Sin embargo, no se puede separar lo que pasa en Gaza de estas políticas israelíes de eliminación del nativo, que tienen su origen en el pensamiento sionista –en los dibujos de los pintores sionistas, en la escritura de los intelectuales sionistas–, y que en 1930 se convirtieron en una estrategia que se implementó por primera vez en 1948, con la limpieza étnica que terminó con la expulsión de la mitad de los palestinos y la destrucción de la mitad de los pueblos de Palestina. Por cierto, muchos pueblos israelíes están construidos sobre las ruinas de aquellos; algunos kibutz que fueron ocupados por Hamás durante unas horas se construyeron sobre las ruinas de esos pueblos palestinos de 1948, y una cantidad considerable de los palestinos que entraron en los kibutz eran una tercera generación de refugiados de estos mismos pueblos destruidos no lejos de Gaza. Esto también forma parte de la historia. No estoy justificando lo que se hizo, sino que trato de ofrecer un contexto histórico, sin el cual no se llega al origen de la violencia y sólo se abordan sus síntomas. Hay que ir al origen de la violencia, que es una determinada ideología racista que, en su esencia, es la idea de la eliminación del nativo y, como digo, no es algo exclusivo del sionismo.
Hubo otros movimientos coloniales europeos que, sin duda, estaban motivados e inspirados por la idea de la eliminación del nativo. De modo que, si observamos esa historia de un modo superficial, se infiere que lo verdaderamente importante de un movimiento ideológico que está motivado por la idea de poseer la mayor cantidad posible del nuevo territorio con la menor cantidad posible de su gente nativa es el período histórico en el que fue concebido y en el que se promulgaron sus políticas de eliminación. Ahora bien, si esas políticas de eliminación se promulgan en el siglo XIX, como se hizo en Estados Unidos, estamos hablando de un mundo bastante indiferente al colonialismo, al racismo y a otros derechos humanos o derechos civiles colectivos. Sin embargo, si te paras un minuto a pensar, te das cuenta de que esto se hizo después de la Segunda Guerra Mundial, el año que se promulgó la Declaración de los Derechos Humanos que el hemisferio norte estaba tan orgulloso de mostrar al mundo para manifestar que ya teníamos las bases morales que aseguraran que la matanza masiva de personas y el racismo que habíamos visto en tantos lugares serían erradicados, porque existía un consenso moral. Cuando te das cuenta de que, ese mismo año, Sudáfrica promulgó la ley del apartheid e Israel ejerció la limpieza étnica de Palestina, empiezas a comprender el mensaje que, en 1948, recibieron tanto el régimen del apartheid en Sudáfrica como, lo que es más importante, el Estado sionista por parte de la comunidad internacional: sí, anunciamos con orgullo la Declaración de los Derechos Humanos, pero también les decimos que a ustedes no se les aplica. El mensaje del mundo era que la limpieza étnica de Palestina era aceptable principalmente por una razón –esta era la propaganda, yo no creo que fuera la verdadera razón–, que era, como dijo un intelectual estadounidense, tolerar una pequeña injusticia para corregir una injusticia mucho mayor. Concretamente, los palestinos tenían que compensar a los judíos por mil años de antisemitismo europeo y cristiano. El trato estaba muy claro, y por eso Israel fue el primer Estado en reconocer una nueva Alemania. La gente en Europa y en Occidente dudaba mucho si aceptar a Alemania Occidental como miembro de las naciones civilizadas tan pocos años después del régimen nazi. Israel pretendía, y no con razón, representar tanto a los supervivientes como a las víctimas del Holocausto. Como máximos representantes del Holocausto, los israelíes dijeron: reconoceremos una nueva Alemania y, a cambio, queremos la no injerencia de Occidente en lo que estamos haciendo en Palestina. Se habría esperado que Israel fuera, como mínimo, el tercer país que reconociera una nueva Alemania, no el primero. Pero llegar a este acuerdo era muy importante para ellos. También implicó que la nueva Alemania proporcionara a Israel una enorme ayuda financiera que contribuyó a construir el moderno ejército israelí a principios de la década de 1950.
Ahora bien, como el mensaje que lanzó el mundo fue que, en el caso del Estado de Israel, la limpieza étnica era un método aceptable de estrategia para la seguridad nacional, no es sorprendente que la limpieza étnica continuara. Israel expulsó a 36 pueblos entre 1948 y 1967 dentro de Israel, Israel expulsó a 300.000 palestinos de Cisjordania y la Franja de Gaza durante la guerra de junio de 1967. Desde 1967 hasta hoy, Israel ha expulsado a casi 700.000 palestinos de Cisjordania y la Franja de Gaza. Y mientras hablamos, Israel continúa la limpieza étnica en lugares como Maghazi, Gaza, el sur, las montañas de Hebrón, la zona del Gran Jerusalén y otros lugares de Palestina. La limpieza étnica se ha convertido en el ADN de la política israelí hacia los palestinos, y emplea a cientos de miles de personas para llevarla a cabo, porque no se trata de limpiezas étnicas masivas como en 1948, sino de limpiezas étnicas graduales. A veces es la expulsión de una persona o de una familia, a veces es el cierre de un pueblo o el cerco de la Franja de Gaza, que también es una forma de limpieza étnica, porque si creas el gueto de Gaza, no tienes que incluir a esos dos millones de palestinos dentro del balance demográfico de árabes y judíos, porque estos palestinos no tienen voz ni voto en el futuro de la Palestina histórica.
Este es el único pilar histórico necesario para responder cuando alguien nos diga que si ondeamos la bandera palestina estamos apoyando el terrorismo o emplee ese vil lenguaje que la gente utiliza ahora contra los palestinos. Si la gente compara lo que ocurrió el 7 de octubre por la mañana con el Holocausto –y con ello tergiversan totalmente el Holocausto, su memoria–, o no lo entienden o no saben lo que hacen. Pero incluso si insisten y tratan de dar lecciones de moralidad, es muy importante situar este acontecimiento concreto en la historia más amplia de la Palestina moderna, y en la historia particular del asedio inhumano de dos millones de personas en Gaza que comenzó en 2007 –probablemente el más largo que jamás haya sufrido un número tan grande de personas en lo que respecta a alimentos, agua, libertad de movimiento y otras necesidades básicas de la vida–, y que, en 2020, llevó a las Naciones Unidas a considerar que la vida en la Franja de Gaza es insostenible para los seres humanos. Hace ya tres años pensaban que ya habíamos cruzado la línea roja en Gaza, así que no se sorprendan cuando la gente se desborde: hay indignación, hay venganza, hay violencia, por supuesto que la hay.
Esto mismo ocurrió con las rebeliones de los esclavos, de los indígenas americanos, de los pueblos colonizados desde la India hasta el norte de África. La lucha anticolonial, como he dicho antes, no es cosa de cuáqueros y pacifistas. Puede ser muy violenta o muy pacífica, y en gran parte depende de hasta qué punto el colonizador, el limpiador étnico, esté dispuesto a asumir el hecho de que las personas a las que colonizaron u oprimieron no van a desaparecer y no van a abandonar su lucha. Cuanto antes lo entiendan, más probabilidades habrá de que se produzca una transformación mucho más pacífica de una realidad colonialista a una realidad poscolonialista. Si se niegan a entenderlo, les golpeará en la cara una y otra vez, y el 7 de octubre no será el último momento de dicha circunstancia.
Sin embargo, también hay otro pilar histórico sobre el que me gustaría poner el foco. Es muy importante porque en todo el discurso que acompañó la cobertura de los medios de comunicación y de los políticos de este país, y de Occidente en general, era muy fácil ver cómo se tiende a generalizar sobre los palestinos. Lo hemos oído antes sobre los musulmanes en general después del 11-S, contra cualquier pueblo que se atreviera a desafiar a los imperios durante el período colonialista. No hay nada nuevo en ello, pero es importante recordar a la gente que el sionismo fue un desastre que destruyó una Palestina que habría sido diferente sin el sionismo. Es muy importante recordar a la gente cómo era Palestina antes de 1948: un lugar donde musulmanes, cristianos y judíos coexistían, cuando la coexistencia no era una idea imaginaria de vive y deja vivir, sino que era una forma genuina de convivir. No hay que idealizarla, por supuesto que tuvo su tensión y sus momentos de crisis, pero era un mosaico de vida que, en particular en Palestina, permitía a la gente disfrutar también de lo que la tierra ofrecía, algo que hoy no existe, como por ejemplo, abundancia de agua. Únicamente las personas que recuerdan la Palestina anterior a 1948 saben que cada pueblo palestino tenía un arroyo de agua dulce. Esa fábula sionista que acaba de repetir la presidenta de la Comisión Europea al afirmar que el sionismo hizo florecer el desierto, es una tremenda invención. En muchos lugares, el sionismo convirtió un país floreciente en un desierto. Hay que recordarlo, pero sólo se puede hacer si, con la ayuda de historiadores, se reconstruye la Palestina anterior a 1948 en lo que respecta tanto a las relaciones humanas como a la ecología; la conexión que había entre los palestinos y las hierbas, por ejemplo, en la naturaleza que el sionismo destruyó y que formaba parte de la calidad de vida que tenían los palestinos. O, como dijo el difunto Emil Habibi: “Cuando vivía en la calle Abbas de Haifa, antes de 1948, no sabía quién era cristiano o musulmán en mi calle”. Y creo que no es una mera cuestión nostálgica; si se quiere, se trata de una historia alternativa, en el sentido de que existía la posibilidad de una Palestina diferente.
Y en esa historia hay que incluir también el hecho de que el movimiento nacional anticolonialista palestino, desde el momento en que el sionismo puso un pie en la Palestina histórica, fue fiel a dos principios –y esto está tan bien documentado que no hay que esforzarse mucho para encontrarlo–, que comunicaron a los americanos porque fueron estos los que llevaron estos principios al mundo árabe a través del presidente Woodrow Wilson, especialmente al Mediterráneo oriental en 1919, y después fue Naciones Unidas la que, de algún modo, insistió sobre estos principios. Uno de los principios era el derecho de autodeterminación de los pueblos. Los palestinos dijeron que también merecían el derecho a la autodeterminación, como los iraquíes, los libaneses, los egipcios. El otro principio era la democracia. Si nos apartan del dominio otomano, bajo el que estuvimos 400 años, y quieren que decidamos nuestro futuro posotomano cabe preguntarse cuál será la naturaleza de nuestro régimen, de nuestro Estado, de nuestra existencia política, razonaron. Queremos decidir democráticamente, a través del voto de la mayoría, si queremos formar parte de la Gran Siria, ser una Palestina árabe independiente o formar parte de una república panárabe federada. En cualquier caso, depende de nosotros. Y todas las delegaciones estadounidenses que fueron a Palestina desde 1918 hasta 1948 respondieron a los palestinos que, aunque los principios de democracia y autodeterminación eran apreciados por el mundo occidental y los consideraban los pilares sobre los que construir el nuevo mundo árabe posotomano, no podían aplicarse a Palestina. El Imperio británico había prometido que Palestina se convertiría en un Estado judío, y como los judíos son una minoría tan pequeña, el principio de autodeterminación no podía aplicarse a los palestinos. Y, por supuesto, el principio de elección mayoritaria o democrática estaba descartado para ellos. Esto también es importante en el contexto de nuestro viaje histórico al pasado, para contextualizar el tipo de opresión, el tipo de historia o genealogía del racismo que fue respaldado y apoyado por Occidente en el caso de Palestina.
Ahora bien, este otro pilar no sólo es importante para recordarnos lo que hizo el sionismo o lo que podría haber sido Palestina. Es la base sobre la que construiremos una Palestina posliberada, poscolonial, son los cimientos. Y hay que pensar en los elementos de este pasado y en cómo se relacionan con una realidad diferente de la que tuvimos, y no hay que dejar que el actual ataque a la Franja de Gaza, las políticas genocidas de Israel, impidan seguir pensando en la liberación de Palestina y en cómo sería la Palestina liberada. Y hay que hablar con los palestinos que no sólo piensan en el movimiento táctico de mañana, sino que visualizan una Palestina liberada. Eso es lo que hice en el libro que escribí con Ramzy Baroud: hablamos con cuarenta intelectuales palestinos y les preguntamos cómo visualizaban una Palestina liberada. Y su visión de la liberación no sólo incluye cómo luchar por ella, sino lo que traerá consigo, que es todo lo que tenían en Palestina antes de 1948: una sociedad que no discrimina por motivos de religión, secta o identidad cultural, una sociedad que respeta la democracia y el principio de vive y deja vivir. Y lo que es más importante, tal vez más que cualquier otra cosa, una sociedad que devuelva Palestina al mundo árabe, al mundo musulmán, que le permita volver, de forma natural, al lugar del que fue extraída por la fuerza.
Ahora bien, formar parte del mundo árabe no es un escenario fácil para mucha gente, y con razón. Pero es imposible ser parte de la solución, o de escenarios más positivos para el mundo árabe, si no se forma parte de los problemas del mundo árabe. No se puede debatir sobre los derechos humanos en Irán o los derechos civiles en Egipto sin incluir los derechos humanos y civiles de los palestinos. Estos debates no tienen sentido porque siempre se llega a la excepcionalidad de los palestinos por esa falta de derechos, y a una posición de inferioridad si, desde fuera, se pretende ayudar al mundo árabe a tratar estas cuestiones de derechos humanos y civiles. Y únicamente cuando la Palestina del futuro forme parte del mundo árabe, será parte de sus problemas, pero también será parte de su solución.
Terminaré diciendo, sólo para insistir en el punto principal que realmente quiero plantear hoy, que siempre hay un espejismo dentro del drama, y no se puede subestimar el drama que estamos viendo. Desgraciadamente, creo que sólo es el principio: Israel va a imponer una catástrofe humana no sólo en la Franja de Gaza, sino lamentablemente también en Cisjordania, porque van a utilizar lo que está ocurriendo como pretexto para cambiar también las políticas en Cisjordania. Por supuesto, lo más urgente es intentar pararlo desde Occidente con todos los medios a nuestro alcance, presionar para que haya una intervención internacional que ponga fin a estas políticas genocidas que, mucho me temo, se extenderán también a Cisjordania. Sin embargo, también tenemos que elaborar estrategias para el futuro, porque las cuestiones básicas seguirán ahí después de que este momento concreto termine de un modo u otro. Y, en mi opinión, este tipo de debate es el que garantiza que no perdamos nuestra brújula moral. No nos disuade el modo en que la gente intenta decirnos, sin duda después de lo que ocurrió el 7 de octubre, que no podemos mantener nuestras antiguas posturas sobre moralidad. Y debemos recordarles que nadie cuestiona el derecho de Argelia, Kenia e India a liberarse del colonialismo a pesar de los incidentes que hubo en la lucha por la liberación, de cualquier nivel de violencia que hubiera allí o de cualquiera que fuera el modo en que se produjera el enfrentamiento entre las fuerzas anticolonialistas y las fuerzas colonialistas, nunca cuestionamos el derecho básico a la liberación y la independencia, y tampoco deberíamos hacerlo en el caso de Palestina: si queremos una Palestina en paz, hay que hablar, ante todo, de una Palestina libre. Gracias.
Traducción de Paloma Farré.
5. El delicado equilibrio egipcio
Un repaso a cómo se ve desde Egipto el conflicto palestino.
https://www.middleeasteye.net/
Guerra entre Israel y Palestina: Enfurecido por los planes israelíes para Gaza, Egipto contraataca.
Egipto dijo a Estados Unidos que el objetivo de Israel de expulsar a Hamás de la Franja de Gaza no es realista, ya que se resiste al desplazamiento forzoso y a los acuerdos de seguridad.
Por Sean Mathews Fecha de publicación: 6 de noviembre de 2023 22:12 GMT
Egipto está diciendo a EE.UU. que el objetivo declarado de Israel de expulsar a Hamás del gobierno de la Franja de Gaza es un objetivo de guerra poco realista, según fuentes familiarizadas con el asunto.
Los funcionarios egipcios lanzan estas advertencias con regularidad, mientras El Cairo rechaza las propuestas de Estados Unidos de asumir un posible papel de seguridad en el futuro en el enclave asediado y los llamamientos israelíes a aceptar un desplazamiento forzoso de palestinos.
Las advertencias ponen de manifiesto el deseo de Egipto de poner fin rápidamente a la guerra que asola su frontera, pero también que El Cairo ha adoptado una postura más firme ante el conflicto de lo que algunos funcionarios israelíes y occidentales habían previsto.
Los expertos afirman que las presiones de Israel para obligar a los palestinos a desplazarse de Gaza han alimentado el rechazo porque han cristalizado los temores egipcios de que una guerra prolongada en la zona pueda desestabilizar la región del Sinaí, con repercusiones internas entre una población que apoya ampliamente la causa palestina.
«La guerra y las acciones y declaraciones más agresivas de Israel han hecho que Egipto… y la mayoría de los países árabes se replanteen su política hacia Israel», declaró a Middle East Eye Ayman Zaineldine, ex alto diplomático egipcio.
«El impulso para expulsar a los palestinos de Gaza demostró que Israel puede ser una amenaza directa para la seguridad nacional de Egipto».
Egipto trabajó rápidamente para aplastar el plan.
El presidente Abdel Fattah el-Sisi, que mantiene un férreo control sobre Egipto, amenazó con desatar a sus ciudadanos que, según dijo, «saldrán a protestar por millones… si se les pide que lo hagan» contra el desplazamiento forzoso.
Sisi dijo este mes que su país «afirmaba y reiteraba su total rechazo al desplazamiento forzoso de palestinos y su éxodo a tierras egipcias en el Sinaí, ya que esto no es más que una liquidación final de la causa palestina».
Externalizar la seguridad de Gaza
Según los expertos, aceptar una afluencia de refugiados sería lucrativo para el gobierno egipcio, que se encuentra en una situación de escasez de liquidez. Se ha informado de que Israel está planteando un plan para condonar las deudas internacionales de Egipto a través del Banco Mundial y de que la Unión Europea se está reservando un posible acuerdo de ayuda a los refugiados.
«Puedes apostar a que si Egipto hubiera aceptado lo que Israel quería, no estaría en la grave situación económica en la que se encuentra hoy», dijo a MEE Mirette Mabrouk, directora del programa sobre Egipto del Instituto de Oriente Medio.
«Pero Egipto se opuso con fuerza. No creo que los incentivos económicos vayan a convencerles», afirmó.
Egipto también ha rechazado un plan del que ya informó MEE en el que funcionarios estadounidenses e israelíes hablaban de que Egipto gestionara la seguridad de la Franja de Gaza hasta que la Autoridad Palestina (AP) pudiera hacerse cargo, siempre y cuando Hamás fuera derrotado.
«No me cabe duda de que Egipto no permitirá que Israel externalice la seguridad de la Franja de Gaza… Eso convertiría a Egipto en cómplice de la ocupación ilegal israelí», añadió Zaineldine, quien reiteró que el plan supondría una «amenaza directa» para la seguridad nacional de Egipto.
El Sinaí es una línea roja
Khaled Fahmy, experto en Egipto de la Universidad de Tufts, dijo que el rechazo de Egipto a nuevos enredos en la Franja de Gaza exponía un malentendido en Israel y en las capitales occidentales sobre cómo El Cairo veía sus prioridades en Gaza.
Egipto tiene una red de intereses en el enclave mediterráneo, que ocupó en dos etapas entre 1948 y 1967. En el pasado, las tensiones en Gaza han precedido a un estallido de violencia entre Egipto e Israel, incluida la Crisis de Suez de 1956.
En la actualidad, Egipto teme que una afluencia de palestinos pueda desestabilizar el Sinaí, donde el gobierno lleva años luchando contra una enconada insurgencia que incluye a afiliados locales del grupo Estado Islámico.
El Cairo también se resiste a permitir una afluencia de refugiados que podría hacer que los combatientes palestinos establecieran bases para atacar a Israel como han hecho en Líbano, lo que podría llevar a una acción militar israelí directa en la desértica península.
«El rechazo al desplazamiento forzoso al que se enfrenta Sisi procede, en primer lugar, del seno del ejército», dijo Fahmy a MEE. «Para los militares egipcios, el Sinaí es una línea roja».
Las protestas de Egipto han resonado en Washington.
El Cairo obtuvo una promesa pública del presidente Joe Biden de que los palestinos de Gaza no serán desplazados. Pero el guiño presidencial a las preocupaciones de Egipto fue también un reconocimiento del papel de El Cairo en la guerra que ya ha entrado en su quinta semana, según los expertos.
Egipto controla el paso fronterizo de Rafah, la única entrada a Gaza no controlada directamente por Israel. Es el principal corredor para introducir ayuda internacional en Gaza y sacar a los extranjeros atrapados. Egipto ha vinculado su cooperación en la extracción de extranjeros a la entrega de ayuda.
«La máxima prioridad para Egipto en estos momentos es lograr un alto el fuego y aumentar la ayuda humanitaria a Gaza para evitar posibles desplazamientos forzosos», declaró a MEE Karim Haggag, profesor de la Escuela de Asuntos Mundiales y Políticas Públicas de la Universidad Americana de El Cairo.
El expediente de Gaza
La inteligencia militar egipcia dirige el «expediente Gaza» y mantiene vínculos con Hamás, que Estados Unidos y la UE consideran una organización terrorista. Egipto mantiene una delicada relación con el grupo, cuyas raíces se encuentran en la prohibida Hermandad Musulmana egipcia.
«Egipto ha sido capaz de compartimentar su relación con Hamás», declaró Haggag a MEE. «Hay una aceptación de facto de Hamás como entidad gobernante en Gaza».
Sisi, que gestionó el expediente de Gaza como ex jefe de la inteligencia militar es probablemente tan versado en el grupo como cualquiera de los antiguos líderes de Egipto, dicen los expertos. Llegó al poder en un golpe respaldado por los militares en 2013 que derrocó al primer presidente egipcio elegido democráticamente, Mohamed Morsi.
Uno de los primeros actos de Sisi fue reprimir la apertura a la frontera bloqueada que se había permitido bajo el mandato del ex presidente Morsi.
Su gobierno desalojó a decenas de miles de personas en su lado de la dividida ciudad de Rafah para ampliar su zona de seguridad con Gaza. Desde 2015, Egipto ha destruido más de 3.000 túneles que conducen al enclave. Y construyó un muro de hormigón armado de 6 metros para bloquear la construcción de más.
Pero Fahmy dijo que el estallido de la guerra se produjo en un momento en que el gobierno de Sisi se había inclinado hacia la gestión de los lazos con Hamás.
«Ahora que los Hermanos Musulmanes básicamente han desaparecido, la retórica que el gobierno egipcio utiliza contra Hamás es más matizada», dijo. «Los militares egipcios saben que Hamás tiene una presencia en Gaza que trasciende a los combatientes».
A medida que los combates en Gaza se transformen en una prolongada campaña de guerra urbana, Israel necesitará la cooperación egipcia para asfixiar a Hamás.
A pesar de la represión egipcia de los túneles, Hamás ha seguido utilizando la ruta egipcia para el contrabando de cohetes de largo alcance, según sus dirigentes. En el pasado, el grupo dependía de misiles que, según se cree, pasaban de contrabando desde Yemen, Sudán y Egipto.
Aunque esos envíos se han agotado, el ejército israelí afirma que los túneles estuvieron activos en el periodo previo al ataque del 7 de octubre y que Hamás puede intentar lanzar nuevos ataques contra Israel colándose en el país desde el lado egipcio de la frontera.
El papel de Egipto en la seguridad no ha generado la misma atención que los convoyes de ayuda, pero los expertos dicen que es una razón clave por la que la administración Biden dio una pausa a la presión de Israel para el desplazamiento forzoso.
«Creo que la gente ha empezado a darse cuenta de que es absurdo presionar a Egipto», declaró a MEE Mabrouk, del Middle East Institute. «Todo lo que Egipto tiene que hacer es simplemente no ser tan amistoso con Israel en materia de cooperación en seguridad y la vida se volverá extremadamente difícil para los israelíes».
Preparados para sacrificar millones
Por ahora, Egipto ha sabido aprovechar sus lazos tanto con Hamás como con Israel para ganarse el aplauso de ambas partes.
El mes pasado, Israel agradeció a Egipto su «papel clave» en la liberación de dos rehenes israelíes retenidos por Hamás. Se cree que el grupo tiene 242 rehenes, pero afirma que más de 60 están desaparecidos debido a los ataques aéreos israelíes.
Mientras tanto, el líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, «elogió» a Egipto por rechazar el desplazamiento forzoso de palestinos.
Por su parte, Egipto sigue necesitando a Hamás para mantener la seguridad en la frontera.
En 2008, Hamás abrió agujeros en la valla con Egipto y permitió que miles de palestinos entraran en el Sinaí en una muestra de desafío al asedio israelí del enclave.
El entonces presidente de Egipto, Hosni Mubarak, respaldado por los militares, dijo que había dado la orden de «dejarles entrar para comer y comprar comida, y luego que se vuelvan, siempre que no lleven armas».
La semana pasada, el primer ministro egipcio, Mostafa Madbouly, dijo a los líderes tribales y militares del Sinaí que el gobierno está «dispuesto a sacrificar millones de vidas para garantizar que nadie invada nuestro territorio».
El enfoque de El Cairo en llevar ayuda a Gaza está directamente motivado por la preocupación de evitar que se repita lo de 2008, según los expertos, lo que podría poner al ejército de Sisi en la incómoda posición de enfrentarse a palestinos hambrientos por el asedio israelí.
Hasta ahora sólo ha permitido cruzar la frontera a algunos palestinos heridos. El sábado se cerró el paso después de que una ambulancia en la Franja de Gaza fuera alcanzada por un ataque israelí.
Noches de insomnio en El Cairo
Al igual que otros dirigentes árabes, Sisi ha intentado alinearse con la posición de su pueblo respecto a Israel. Tomó la rara decisión de permitir las protestas. En una señal de los riesgos, algunos manifestantes se dirigieron a la plaza Tahir de El Cairo coreando el lema de las protestas de la Primavera Árabe de 2011: «pan, libertad y justicia social».
«Independientemente del nivel de egipcio con el que hables -incluido el presidente-, existe una genuina simpatía por los palestinos», dijo Mabrouk.
«Pero las protestas son un producto desconocido. Lo que empieza como algo en apoyo de Palestina puede cambiar mucho. Estoy seguro de que alguien está pasando muchas noches en vela gestionando esto».
Haggag, de la AUC, dijo que El Cairo estaba sufriendo «presiones contradictorias» por parte de Israel, Estados Unidos, Hamás y la opinión pública. «Es un baile delicado para Egipto, pero hasta ahora el gobierno ha logrado encontrar el equilibrio adecuado».
La guerra plantea riesgos para Sisi, pero también posibles recompensas a medida que el líder egipcio se acerca a unas elecciones el mes que viene en medio de una crisis económica vertiginosa y vergüenzas diplomáticas en el extranjero.
Egipto busca beneficios económicos
Antes del conflicto, Egipto se vio implicado en una investigación por corrupción en la que se acusaba al ex presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, Robert Menéndez, de aceptar sobornos a cambio de influir en la ayuda militar a El Cairo.
En medio del revuelo causado por el caso y el historial de Egipto en materia de derechos humanos, su sucesor, Ben Cardin, bloqueó 235 millones de dólares en ayuda de seguridad.
Pero la semana pasada, los críticos con Egipto en el Congreso, incluido el senador demócrata Chris Murphy, tomaron medidas para apuntalar las relaciones entre El Cairo y Washington, impulsando lo que un ex funcionario estadounidense calificó de confirmación «excepcionalmente rápida» del nuevo embajador de Washington en Egipto.
«La relación entre Estados Unidos y Egipto ha tenido sus altibajos, pero cada vez que estallan las tensiones en Gaza, Estados Unidos mira hacia Egipto», declaró a MEE Jonathan Cohen, ex embajador de Estados Unidos en Egipto.
«La guerra, y el objetivo de Washington de contener el conflicto, han subrayado la centralidad de Egipto para la política estadounidense en la región».
Riccardo Fabiani, del International Crisis Group, afirma que Egipto parece estar bien situado para obtener acuerdos económicos de Occidente, a pesar de haber rechazado aceptar refugiados palestinos.
Fabiani cree que Estados Unidos y Europa podrían presionar al FMI para que flexibilice sus exigencias de reforma económica en Egipto, ya que El Cairo pretende aumentar su préstamo de 3.000 a 5.000 millones de dólares.
Egipto ya ha obtenido beneficios económicos en el contexto de las guerras de Oriente Próximo. En 1991, consiguió que se le condonara la mitad de la deuda de 20.200 millones de dólares que tenía con Estados Unidos y sus aliados a cambio de unirse a la coalición contra Irak en la segunda guerra del Golfo.
Según Fabiani, esta vez gran parte de la deuda egipcia es privada, por lo que El Cairo buscaría ventajas en la mejora de su crédito y en un acuerdo de ayuda a los refugiados con la UE. Los países del Golfo también podrían refinanciar sus depósitos en el banco central egipcio.
«Egipto trazó sus líneas rojas y las vio respetadas», dijo Fabiani. «Y ahora todo el mundo está flipando con la desestabilización de Egipto».
«De una forma retorcida y extraña, Egipto se ha beneficiado de la guerra», afirmó.
6. Otra entrevista a Villepin en televisión
Es tan raro ver a políticos burgueses diciendo cosas sensatas que Villepin acaba brillando con luz propia. O tempora. El tuitero francés en China, Arnaud Bertrand, ha vuelto a traducir al inglés otra de sus entrevistas en televisión, y yo paso a su vez su texto por el traductor automático. Los énfasis son del propio Villepin al hablar. Si preferís el original con subtítulos en francés, está en el tuit: https://twitter.com/
«El gobierno israelí, Benjamin Netanyahu, fracasó el 7 de octubre y fracasó doblemente. En primer lugar, en su capacidad para garantizar la protección del pueblo israelí al permitir que se produjeran masacres que son una abominación. Él es el responsable directo de lo ocurrido. Y su segundo fracaso es haber alentado una política de ocupación y colonización, que continúa en este momento en Cisjordania y constituye otra amenaza para Israel si se abriera un segundo frente en Cisjordania.
¡La fuerza no garantiza la seguridad de un pueblo! Esto es lo que todos los israelíes deben comprender hoy. Y lo importante es que, desde el 7 de octubre, la opción del gobierno israelí ha sido intensificar el uso de la fuerza. Ni la fuerza ni la venganza garantizan la paz y la seguridad. Lo que garantiza la paz y la seguridad es la justicia. Y hoy no se está haciendo justicia.
El razonamiento del gobierno israelí para los bombardeos que se están produciendo hoy es erróneo, y toda la comunidad internacional puede verlo. El principio es: «atacamos a terroristas y, desgraciadamente, también hay población civil», lo que en lenguaje militar se llama eufemísticamente «daños colaterales». Hay que entender que estos daños colaterales no son accidentales. Es decir, es perfectamente previsible y plenamente aceptado.
[Anfitrión: «Pero una vez más, la responsabilidad no es únicamente israelí»].
Pero, una vez más, ¡dejemos de preguntarnos por la responsabilidad; veamos la realidad de lo que ocurre sobre el terreno! Asignar la culpa, permítanme que les diga, se lo dejaremos a los historiadores. Lo que queremos es detener esta violencia, detener estas masacres. Israel se está poniendo en peligro, aún más hoy, con este tipo de guerra y este tipo de ataques.
En esencia, estamos ante una política de venganza del gobierno de Netanyahu. Israel tiene derecho a la autodefensa, pero la autodefensa no da derecho a matar indiscriminadamente a la población civil. Cuando se ataca a una ambulancia, siempre se puede imaginar que había un terrorista en una de las ambulancias, o no. Pero el resultado es que hay niños, mujeres que mueren. Cada niño, cada mujer muertos, son más terroristas. Por lo tanto, el objetivo de Israel, lo que Israel consigue, es exactamente lo contrario de lo que desean. Por lo tanto, hoy es esencial cambiar esta lógica y volver a una estrategia que sea sólida.
Rehenes, hay que hacer todo lo posible para conseguir su liberación. Pero no lo olvidemos: el pueblo palestino también es rehén, de Hamás y de Israel. Y a Hamás, todos lo sabemos, poco le importa el pueblo palestino. Así que decirle a Hamás: «no levantaremos el asedio, no habrá tregua humanitaria hasta que los rehenes sean liberados», es un diálogo de sordos.
Benjamin Netanyahu está librando una guerra para hacer todo lo posible para que la solución política no llegue a la mesa. Y aquí es donde la comunidad internacional, Europa, Estados Unidos, deben decirle a Benjamin Netanyahu que esta guerra no es aceptable. No es aceptable porque nos lleva directamente [a una escalada] -porque podemos verlo bien, de Hamás pasaremos a Irán, de Irán pasaremos a otros objetivos, y entonces entramos en la lógica de un choque de civilizaciones. Cuando el Sr. Benjamin Netanyahu dice que en un lado está el pueblo de la luz y en el otro el pueblo de las tinieblas, podemos ver el tipo de espiral en la que estamos entrando.
Todas las guerras de los últimos veinte años son guerras que empiezan y no acaban. Son conflictos congelados. Sabemos cómo empezar una guerra; no sabemos cómo terminarla. Y el Sr. Benjamin Netanyahu podría controlar Gaza, no cambiaría nada. Seguirá habiendo ataques terroristas, los israelíes seguirán viviendo con miedo. Debemos salir de esto. La segunda razón por la que ésta es la guerra de ayer es que la guerra contra el terrorismo nunca se ha ganado en ningún sitio. La fuerza no es la respuesta, una vez más. La venganza no es la respuesta. La respuesta es la justicia, y eso es lo que reclaman todos los pueblos del mundo, todos los que hoy observan lo que está ocurriendo.
Hoy la dirección que debemos seguir es impedir que Benjamin Netanyahu continúe con su lógica suicida que convertirá a Israel en un Estado asediado. Pueden asediar Gaza, pero ellos serán asediados. Y no crean que mañana volveremos a tener un discurso pacificado con Arabia Saudí, con los Estados árabes que normalizará la situación: ¡no! Las heridas de la historia están despertando.
El interés de Israel es tener a su lado un Estado responsable. Y este Estado responsable, dejémonos de divagaciones, debe ser claramente Cisjordania, toda Cisjordania. Debe ser Gaza, con acceso entre los dos territorios, y Jerusalén Este. El problema, y este es todo el sentido de la escalada de Benjamin Netanyahu, es que Benjamin Netanyahu no lo quiere. Y la política de separación debe ser digna. Es decir, debe conferir a los palestinos un Estado donde puedan vivir, un Estado viable, un verdadero Estado, que pueda construirse a sí mismo y que esté tanto más en paz…
[Anfitrión: «¿Eso significa que hay que eliminar los asentamientos en Cisjordania?»]
Bueno, cuando salimos de Argelia, hubo un millón de franceses que abandonaron Argelia. Hoy hay 500.000 israelíes colonizando Cisjordania, y hay 200.000 en Jerusalén Este.
[Anfitrión: «¿Deben dejar Cisjordania?»]
Sí. ¡Sí, eso es historia, eso es responsabilidad, ese es el precio! Se lo digo solemnemente, ¡es el precio de la seguridad para Israel! Y todos los que hoy consideran que nunca será suficiente siguen la peor política».
7. Llamamiento a la solidaridad árabe
A pesar de lo que pide este autor palestino sea lógico desde su punto de vista, no parece que de momento los regímenes vayan a cambiar de actitud. Ojalá lo que hubiese fuese cambio de regímenes, pero tampoco parece.
https://www.middleeasteye.net/
Guerra entre Israel y Palestina: Los regímenes árabes han traicionado a Gaza. Es hora de cambiar de rumbo
Muhannad Ayyash
5 de noviembre de 2023 10:19 GMT | Última actualización: hace 15 horas 20 minutos
Romper todos los lazos con Israel es un paso que los regímenes totalitarios deben dar para enfrentarse a Israel y recuperar la legitimidad ante el pueblo que gobiernan.
Las palabras no bastan. No bastan las resoluciones de la ONU. No bastan las condenas oficiales. No basta con un pequeño goteo de ayuda. Todo esto son palabras vacías y acciones sin sentido.
Mientras el pueblo palestino se enfrenta a un genocidio, con Israel matándolo indiscriminadamente, desplazándolo y destruyendo sus pueblos y ciudades, los Estados árabes deben actuar de forma significativa. Es hora de que el mundo árabe, incluida la Autoridad Palestina, rompa inequívocamente los lazos diplomáticos y económicos con el Estado israelí.
Todos los Estados, por su propio diseño, sólo responden al interés propio, no a súplicas morales. Aunque siempre me comprometeré a defender una causa basada en la justicia, quiero centrarme aquí en por qué a los Estados árabes les interesa cortar inmediatamente los lazos con Israel.
Por dos razones principales, los regímenes árabes consideran actualmente que su propio interés está ligado al statu quo, en el que Israel sigue adelante con su proyecto colonial de colonos y los Estados árabes ignoran la causa palestina.
En primer lugar, temen el poder militar israelí, incluido el hecho de que sea una potencia nuclear. Los Estados árabes no creen que una confrontación con Israel sea lo mejor para sus intereses, ya que Israel y sus aliados occidentales podrían destruir los ejércitos árabes.
En segundo lugar, estos regímenes no quieren enfrentarse a las potencias occidentales. Todos ellos comprenden que Israel es un puesto avanzado imperial de Occidente y, puesto que han calculado que no pueden oponerse al poder estadounidense, han decidido trabajar dentro de estos confines, lo que también les reporta beneficios económicos.
En realidad, los beneficios económicos derivados de este enfoque se concentran en gran medida en manos de una minoría de élites políticas y económicas. Puede que algunos lleguen a las clases medias, pero, en general, la mayoría de los pueblos de la región no se benefician de este sistema y consideran, con razón, que sus élites gobernantes son corruptas. De esto trataron los levantamientos árabes de 2011.
Espíritu revolucionario
Aunque los regímenes árabes lograron derrotar los levantamientos y mantener su poder mediante la violencia de Estado -incluidos el encarcelamiento, la tortura, el asesinato, la censura y la vigilancia total-, el espíritu revolucionario no ha sido derrotado. Inevitablemente resurgirá y exigirá la caída de estos regímenes.
Aunque las élites políticas y económicas pueden considerar que se trata de un problema manejable al que pueden hacer frente con «medidas de seguridad», al igual que hicieron en la década de 2010, yo advertiría del peligro de confundir los resultados a corto plazo con la estabilidad a largo plazo y, lo que es más importante, de confundir la riqueza con la dignidad, la verdadera libertad y la soberanía.
La población de toda la región apoya mayoritariamente a Palestina por varias razones, entre ellas porque considera que la lucha palestina es un reflejo de su propia situación y de su deseo de dignidad y libertad. Se sienten alentados al ver que el pueblo palestino, con pocos recursos y sin un Estado oficial, hace frente a todo el poderío militar de Estados Unidos e Israel.
Estos pensamientos se vuelven rápidamente contra los regímenes que dicen representarlos. Empiezan a preguntarse por qué los regímenes egipcio y jordano no han actuado para aliviar el sufrimiento de los palestinos de Gaza, o por qué Arabia Saudí no ha utilizado la influencia de su suministro de petróleo para presionar a Estados Unidos para que ponga fin a su apoyo a la guerra de Israel.
La forma más rápida de que estos regímenes desarrollen una conexión orgánica con sus pueblos sería emprender acciones concretas que planten cara a Israel y Estados Unidos.
Aunque estos regímenes puedan impedir que su pueblo exprese colectivamente estas cuestiones como exigencias populares al régimen, las cuestiones siguen estando en el corazón y la mente de la gente, y se están debatiendo en comunidades de todo el mundo árabe.
Entonces, ¿qué interés tienen estos regímenes en cambiar de rumbo ahora? En pocas palabras, la respuesta es la legitimidad.
Los regímenes totalitarios no disfrutan de una conexión orgánica con el pueblo al que gobiernan, sino más bien de una conexión basada en el miedo. Aunque la legitimidad de un régimen gobernante puede mantenerse mediante la fuerza durante largos periodos de tiempo, es una forma de legitimidad muy ineficaz e inestable.
La forma más rápida de que estos regímenes desarrollen una conexión orgánica con su pueblo sería emprender acciones concretas que planten cara a Israel y Estados Unidos. De hecho, la lucha palestina puede ofrecer a estos Estados una legitimidad orgánica ante las masas. Sólo entonces podrán llegar a ser verdaderamente liberados y soberanos.
Tomar la antorcha
Hay un lugar especial en la historia esperando a ser ocupado; a que surjan verdaderos líderes que tomen la antorcha de la liberación palestina.
El enfoque actual de los Estados árabes los convertirá en meras notas a pie de página en la historia; en una idea de último momento, porque sus palabras y acciones no son más que una expresión de su incapacidad para oponerse a las exigencias imperiales del imperio estadounidense. Para entrar en el texto principal, deben transformar radicalmente su pensamiento y adoptar una postura más audaz contra Israel y el poder imperial estadounidense.
Esto no significa necesariamente una guerra con EEUU o Israel. La presión económica y política puede funcionar muy eficazmente, quizás ahora más que nunca.
Los Estados árabes tienen una importante influencia económica y, aunque este camino sería largo y difícil, no lo emprenderían solos. Bahréin y Bolivia ya han cortado sus lazos oficiales con Israel, mientras que Chile y Colombia han retirado a sus embajadores. Muchos otros países apoyarían este planteamiento de aumentar la presión política y económica sobre Estados Unidos e Israel.
Una coalición mundial de naciones puede convertirse en una fuerza poderosa si se enfrenta colectiva, abierta y directamente al poder imperial estadounidense, con el objetivo de expulsarlo de la región. Del mismo modo, se puede presionar a Israel para que abandone su proyecto colonial de colonos.
Si se toman medidas de este tipo, los Estados árabes pueden pasar de ser una línea en las notas a pie de página de la historia a escribir un libro completamente nuevo. Las condiciones ya están dadas, con personas de todo el mundo -especialmente en el Sur Global, pero también en Norteamérica y Europa- cada vez más hartas del imperialismo euroamericano.
¿Están preparados los líderes del mundo árabe para dar un paso al frente y cumplir la promesa de una verdadera descolonización? La gente está preparada. Sólo necesitan a sus dirigentes electos, que no se interpongan en su camino, sino que ayuden a la lucha de liberación del pueblo palestino. El momento es ahora, y puede empezar con la ruptura de los lazos con Israel por parte de todos los Estados árabes.
Muhannad Ayyash es autor de A Hermeneutics of Violence (UTP, 2019), y analista político en Al-Shabaka, la Red Política Palestina. Nació y creció en Silwan, Al-Quds, antes de emigrar a Canadá, donde ahora es profesor de Sociología en la Universidad Mount Royal.
Observación de José Luis Martín Ramos:
Es una exposición de deseos, no un análisis. Por cierto, ¿ha desaparecido el análisis de clase? ¿Han desaparecidos las clases en el Mundo árabe? ¿No hay mercado ni salario en el mundo árabe? Es obvio que sí. Esa es una de las cuestiones que oscurece el nacionalismo -lo sabemos muy bien en Cataluña- incluso cuando el nacionalismo sea un movimiento de liberación; y todavía más lo oscurece el islamismo. Añoro a Maxime Rodinson (1915-2004). Sin ese análisis de clase todas esas constataciones sobre el comportamiento de los estados y de las poblaciones árabes me parecen superficiales. Sus conclusiones son impotentes.
He de repetirme. La previsión de la reacción árabe, de los gobiernos y de los pueblos, debería haber estado en la evaluación previa de la acción del 7 de octubre. Desconocemos si lo hicieron y cómo; pero, por los datos que sabemos, las organizaciones palestinas lideradas por Hamas-Yihad lo desencadenaron por propia cuenta, sin ni siquiera avisar a Hezbollah por ejemplo. Lo más parecido que nos ha llegado sobre alguna evaluación regional -de condiciones y consecuencias- de la acción del 7 de octubre fueron las declaraciones del responsable militar de Hamas, el 8 de octubre creo, sobre la expansión de un levantamiento islamista hasta Siria e Irak, que desde luego no creo que hiciera muy feliz al gobierno de la República Árabe Siria, aunque sí puede haberlo hecho a las organizaciones de la Yihad siria que recientemente habían reactivado su movilización contra la RAS.
Sí, esperemos que en el futuro haya revolución y no solo en el mundo árabe, aunque me gustaría saber en qué revolución está pensando Muhannad Ayyash; pero eso no es el presente, ni parece el futuro inmediato. No creo que por ahora vaya a haber ni un cambio sustancial de las posiciones de los gobiernos árabes ni una revuelta general de las masas árabes por la cuestión de Palestina que desborde a esos gobiernos en una suerte de «primavera islamista». La guerra actual va a seguir cociéndose en su propia salsa, con características de guerra de desgaste en ambos sentidos. Sin retaguardias para los palestinos y sin apoyos exteriores determinantes; y con la Sexta flota anclada en el Mediterráneo oriental. Podría ser que la mayor ayuda a los palestinos procediera de la política interior en EEUU, que en dos meses entra en año electoral con muchos frentes abiertos, aunque no nos hagamos ilusiones sobre cual es la posición republicana, o al menos la de Trump, sobre la cuestión de Israel, más importantes para ellos que la cuestión de Palestina.
8. Se disuelven estructuras zapatistas
https://enlacezapatista.ezln.org.mx/2023/11/05/cuarta-parte-y-primera-alerta-de-aproximacion-varias-muertes-necesarias/
Lo vi en un hilo de Emilio Santiago, más bien largo como de costumbre y enlazando a un artículo todavía más largo. Curiosamente él, antiguo anarco, lleva el agua a su molino de la importancia de conseguir el poder estatal y los riesgos de la descentralización «comunalista». https://twitter.com/E_
Según él, «Pues, según la noticia, lo que ha empujado al declive los municipios autónomos del EZLN es precisamente la proliferación de lógicas sociales mafiosas en la región de Chiapas. Amarguísima victoria de la descentralización política realmente existente en este mundo terrible.»
9. Situación militar, política y diplomática en la guerra de Palestina, 7 de noviembre
El resumen del día 7 de Rybar y el mapa de Suriyak.
Lo que está ocurriendo en Palestina e Israel: cronología del 7 de noviembre
7 de noviembre de 2023 Rybar
La situación en la zona de conflicto palestino-israelí sigue siendo tensa. En la Franja de Gaza continúan los ataques masivos de las FDI, que acompañan los intentos de avance hacia el norte de la capital del enclave. Hay enfrentamientos en la zona costera de Beit Lahiya, así como en la frontera del barrio de Al-Shati.
En la frontera libanesa, las IDF y Hezbolá intercambian ataques. A lo largo de casi toda la frontera, desde Labouneh hasta la localidad de Meis al-Jabal, la artillería israelí quemó bosques y olivares, y en la zona de An Naqoura, un UAV de las IDF atacó un campo de tiro de las Fuerzas Armadas libanesas.
En Cisjordania volvieron a producirse detenciones masivas de periodistas, manifestantes activistas y otros posibles colaboradores de Hamás. Además, las fuerzas del orden palestinas bajo control del Gobierno de la autonomía llevaron a cabo una operación para detener a traficantes de drogas en el campo de Jalazun, cerca de Ramala. Como resultado, se produjo un tiroteo a gran escala, que algunos medios de comunicación hicieron pasar por un intento de asesinato del presidente palestino Mahmud Abbas.
Mapa de alta resolución en inglés https://rybar.ru/piwigo/
Desarrollo de las hostilidades
Franja de Gaza
Continúa la operación terrestre de las IDF. En el norte, continúan los combates en la frontera del campo de Al-Shati, donde el portavoz de Kataib Izz ad-Din al-Qassam afirmó haber destruido varios tanques y alcanzado un centro de mando de las IDF en la fábrica Pioneer.
Además, los canales de Hamás publicaron imágenes de combates en la zona costera de Beit Lahiya. Probablemente, como suponíamos, se trataba de un ataque desde la retaguardia a través de los túneles.
Las IDF, a su vez, publicaron imágenes de la voladura de uno de los túneles de Hamás en Beit Hanoun. Pudimos localizar el lugar de la explosión, lo que confirma, en el mejor de los casos, la presencia de las IDF en las afueras de Beit Hanoun.
Al sur de Gaza no parecía haber muchos combates hoy. Los medios de comunicación israelíes publicaron imágenes de una columna de refugiados caminando por la carretera de Salah al-Din portando banderas blancas. El vídeo muestra un tanque de las IDF y registra la ausencia de disparos. Más tarde, tras el cierre del corredor humanitario, «Kataib Izz ad-Din al-Qassam» disparó morteros contra posiciones de las IDF al sur de la intersección de la ruta 10 y la autopista Salah ad-Din.
Dirección sur
No ocurrió nada en la dirección sur, salvo otra declaración sobre lanzamientos de UAV desde Yemen, que no terminó en nada.
Por la noche, representantes del movimiento Ansarallah publicaron imágenes de los lanzamientos de UAV de ayer sobre territorio israelí. Hacia dónde volaron sigue siendo un misterio.
La frontera con Líbano
En la frontera entre Líbano e Israel, todo sigue como siempre. «Hezbolá ha lanzado varios ataques PTRK contra instalaciones militares de la guardia fronteriza de las IDF cerca de Aramsh, Birkat Risha y Shomer.
En respuesta, los tanques y la artillería de las fuerzas israelíes bombardearon los bosques de la zona de Labouneh, al sur de An Naqoura, así como los pueblos de Yarin y Al-Bustan y el barrio de Meis Al-Jabal. Según informan los medios de comunicación locales libaneses, drones israelíes asaltaron la zona del campo de entrenamiento del Ejército libanés al sur de An-Naqura.
Además, dos misiles Cúpula de Hierro aterrizaron en la zona de Al-Tiri, volando hacia Líbano a casi diez kilómetros de la frontera por razones desconocidas. Es posible que esto se debiera al desabastecimiento y uso de SAM caducados o expirados.
Por la tarde, se lanzaron varios cohetes desde territorio libanés hacia el norte de los Altos del Golán ocupados. Los sistemas de defensa antiaérea se activaron en Ain Kiniya y sus alrededores. No se registraron heridos ni víctimas. En respuesta, las IDF lanzaron ataques en los alrededores de la localidad de Al-Qalia y Deir Memas. El ejército libanés bloqueó la carretera entre Nabatiyah y Marjayoun.
Cisjordania
Continúa en Cisjordania una campaña a gran escala de arrestos y detenciones de palestinos antiisraelíes. En Yenín y Tulkarm se produjeron los tradicionales enfrentamientos por las acciones de las IDF.
En el pueblo de Al-Raba se lanzó un artefacto explosivo improvisado contra las fuerzas del orden durante las protestas, pero nadie resultó herido. En el puesto de control de Qalandia, cerca de Jerusalén, fue detenida a punta de pistola una mujer palestina que, según los guardias fronterizos israelíes, pretendía llevar a cabo un atentado terrorista. Se le encontraron un cuchillo y una bandera de Hamás.
Otro intento fallido de atentado terrorista tuvo lugar en el barrio del kibutz de Ofra. Un joven palestino se acercó a la puerta con un cuchillo, pero fue ahuyentado por disparos y escapó.
Cabe destacar el tiroteo en el campo de Jalazun, donde resultaron heridas varias fuerzas de seguridad.
Según un informe del portavoz de seguridad Talal Duikat, seis miembros de las fuerzas de seguridad resultaron heridos, uno de ellos de gravedad, durante una operación de detención de narcotraficantes. Algunos medios de comunicación consideraron que se trataba de un atentado contra el presidente palestino, Mahmud Abbas. Sin embargo, las autoridades locales lo desmintieron posteriormente.
Acciones de las milicias proiraníes en Oriente Próximo
Los grupos proiraníes continúan mostrando una actividad limitada pero realmente formal. Se enviaron varios UAV contra bases de Aldea Verde en Siria, así como contra el aeropuerto de Erbil y la base de Harir en Irak. Además, se dispararon misiles contra posiciones del ejército estadounidense cerca de la refinería de petróleo de Conoco en Siria. No se informó de víctimas mortales ni heridos.
Trasfondo político y diplomático
Sobre incidentes en concentraciones proisraelíes y propalestinas
Un anciano judío local murió en Estados Unidos tras un altercado en una concentración proisraelí a la que asistieron activistas propalestinos. Paul Kessler, de 65 años, fue atacado con un megáfono y sufrió un traumatismo craneoencefálico, falleciendo a causa de una hemorragia cerebral.
Diversas organizaciones judías han declarado en repetidas ocasiones que los delitos antisemitas están aumentando en países de todo el mundo. Y el 6 de noviembre, la Comisión Europea declaró que el aumento de incidentes antisemitas en toda Europa había alcanzado un nivel extraordinario en los últimos días. Dadas las prohibiciones de apoyo a Palestina y el predominio de imágenes de niños muertos en los medios de comunicación, los incidentes no son en absoluto sorprendentes.
Sobre la evacuación de ciudadanos rusos de Gaza
Según una fuente de TASS, se espera que los ciudadanos rusos sean evacuados de la Franja de Gaza en los próximos días. Por el momento, ni un solo ruso ha abandonado el territorio del enclave.
«Hay razones para creer que los rusos serán evacuados de la Franja de Gaza en uno o dos días», declaró el interlocutor de la agencia.
Manifestaciones por la dimisión de Netanyahu en Israel
Se celebraron manifestaciones en Kiryat y Haifa, exigiendo la dimisión del primer ministro por el fracaso, así como un alto el fuego y el inicio inmediato de un intercambio de prisioneros.
El mapa de Suriyak
Durante las últimas horas, las IDF consiguieron capturar una serie de manzanas a lo largo y al sur de la calle Salah Khalaf, lo que desplazó la línea del frente a la calle Omar Bin Al-Khattab, marcando así el comienzo de los enfrentamientos terrestres en los límites del campo de refugiados de Al-Shati.
Mapa:[Gaza – Google My Maps