Del compañero y miembro de Espai Marx, Carlos Valmaseda
1. Tras los drones sobre el Kremlin.
2. Los Grundrisse y la Lógica de Hegel.
3. Reseña del libro de Musto sobre los últimos años de Marx (KALEWCHE, 2/4/2023). https://kalewche.com/resena-de-karl-marx-1881-1883-el-ultimo-viaje-del-moro-de-marcello-musto/
4. El regimiento inmortal.
5. Prigozhin
6. Imagen del día: Conversaciones de esclavos.
7. Algunas medidas concretas del banco de los BRICS.
8. La evolución industrial de Rusia.
9. Otra polémica ecologista.
10. Avance de “Menos es más”.
1. Tras los drones sobre el Kremlin
Así ve la situación Bhadrakumar tras el confuso ataque con aviones teledirigidos sobre el Kremlin:https://www.indianpunchline.
4 de mayo de 2023 por M. K. BHADRAKUMAR
El destino del régimen de Zelensky está sellado
Kremlin de Moscú
Los comentarios crípticos o burlones de Occidente dudando de la declaración del Kremlin sobre el fallido intento ucraniano de asesinar al presidente Vladimir Putin no restan importancia al hecho de que Moscú no tiene ninguna razón en la tierra para fabricar una acusación tan grave que ha provocado la reducción de sus celebraciones del Día de la Victoria el 9 de mayo, que es un momento triunfal en toda la historia de Rusia, especialmente ahora que está luchando contra el recrudecimiento de la ideología nazi en el paisaje político de Europa sin ayuda de nadie de nuevo.
La prontitud con la que el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, desacreditó la acusación del Kremlin, quizás, delata el juego. Está en el ADN neoconservador eludir estos momentos decisivos. Dicho esto, como era de esperar, Blinken también distanció a la administración Biden del ataque del Kremlin.
Anteriormente, el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Marks Milley, también hizo algo similar en una entrevista con la revista Foreign Affairs, negando de antemano cualquier responsabilidad en la próxima «contraofensiva» ucraniana. Este es el nuevo estribillo de la Administración Biden: no oigas lo malo, no hables lo malo. Ya no se habla de apoyar a Kiev hasta el final «cueste lo que cueste», como solía decir Biden hasta la saciedad.
El quid de la cuestión es que la tan cacareada «contraofensiva» de Kiev está luchando en medio de un pronóstico occidental generalizado de que está destinada a ser un fracaso. En realidad, lo más destacado del podcast de Asuntos Exteriores de esta semana con el general Milley fue también su desconfianza sobre el resultado. Milley se negó a afirmar categóricamente que Kiev fuera a lanzar su «contraofensiva».
Hoy se plantea un enorme dilema, ya que toda la narrativa occidental de una derrota rusa ha quedado expuesta como una sarta de mentiras y, al mismo tiempo, el mito de la destreza militar de Kiev para enfrentarse al poderío militar muy superior de una superpotencia se ha evaporado. El ejército ucraniano está siendo sistemáticamente reducido a polvo. En realidad, Ucrania se ha convertido en una herida abierta que se está gangrenando rápidamente, y queda poco tiempo para cauterizar la herida.
Sin embargo, el régimen de Kiev está plagado de faccionalismo. Hay poderosas camarillas que son reacias a las conversaciones de paz con Rusia si Moscú no capitula y que, en cambio, quieren una escalada para que las potencias occidentales sigan comprometidas. E incluso tras la salida de Boris Johnson, tienen partidarios en Occidente.
La camarilla militante instalada en la estructura de poder en Kiev bien podría haber sido la autora de este peligroso acto de provocación dirigido contra el Kremlin con una agenda ulterior para desencadenar una represalia rusa.
Por la vacua observación de Blinken, parece que los neoconservadores de la Administración Biden, encabezados por Victoria Nuland, tampoco están de humor para frenar a los inconformistas de Kiev. En cuanto a Europa, también ha perdido su voz.
Esto probablemente aparecerá en los libros de historia como un fracaso histórico del liderazgo europeo y en su núcleo se encuentra la paradoja de que no es Francia sino el gobierno alemán el que se ha alineado más estrechamente con EE.UU. en la guerra de Ucrania y arriesgándose a una «época de confrontación» intraeuropea.
Incluso en otros casos, estos son tiempos aciagos, en los que el terreno político intermedio ya se está reduciendo en Francia e Italia y está muy debilitado en la propia Alemania a raíz de la pandemia, la guerra y la inflación. Y lo que es más importante, esto es sólo en parte una historia económica, ya que el declive del centro y la desindustrialización de Europa están estrechamente relacionados y el tejido social que sostenía el centro se ha venido abajo.
Alemania, la potencia de Europa, ha tenido relativamente suerte hasta ahora. Se ha beneficiado de la mano de obra barata del este de Europa y del gas barato de Rusia. Pero eso se ha acabado y el declive de la industria alemana es previsible. Cuando la sociedad se fragmenta, el sistema político también lo hace y cada vez costará más gobernar esos países. Alemania e Italia tienen coaliciones de tres partidos; Holanda, de cuatro; Bélgica, de siete.
Por el momento, los partidarios de la línea dura del régimen de Kiev han marcado el ritmo de los acontecimientos y los europeos les seguirán dócilmente. Pero hay un «escalofrío en la habitación», tomando prestadas las palabras de Judie Foster en la película de terror El silencio de los corderos, cuando Anthony Hopkins se transformó en un instante en Hannibal Lecter.
No se equivoquen, este es un punto de inflexión; el torpe atentado contra la vida de Putin sacude el caleidoscopio hasta hacerlo irreconocible. El único pensamiento reconfortante es que los dirigentes del Kremlin no se dejarán llevar por las emociones. La reacción meditada del Kremlin se desprende de las declaraciones del embajador ruso en Estados Unidos, Anatoly Antonov: «¿Cómo reaccionarían los estadounidenses si un avión no tripulado alcanzara la Casa Blanca, el Capitolio o el Pentágono? La respuesta es obvia tanto para cualquier político como para un ciudadano medio: el castigo será duro e inevitable».
El embajador continuó sacando conclusiones: «Rusia responderá a este insolente y presuntuoso ataque terrorista. Responderemos cuando lo consideremos necesario. Responderemos de acuerdo con las evaluaciones de la amenaza que Kiev supuso para el liderazgo de nuestro país».
No cabe esperar reacciones viscerales. No obstante, la reducción de las celebraciones del Día de la Victoria en la propia Plaza Roja debe de haber sido una decisión difícil. El Día de la Victoria, el 9 de mayo, es la fiesta más importante de Rusia, en la que el público y el Estado se unen en una celebración patriótica en la que la gente recuerda a sus familiares que sacrificaron sus vidas para derrotar al nazismo.
Muchas de las características del día -desfiles, canciones y prácticas conmemorativas- se remontan a la era soviética. El Día de la Victoria es la única fiesta pública importante que ha superado la transición a la Rusia postsoviética. En un país que perdió a muchos de sus ídolos y logros heroicos con la disolución de la Unión Soviética, el triunfo sobre el nazismo siguió siendo una fuente de enorme orgullo colectivo y personal.
Pero las manos de Putin están atadas más allá de un punto en el que el país está furioso y exige represalias, como evidencian los comentarios del ex presidente ruso y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev: «Tras el atentado terrorista de hoy, no quedan más opciones que la eliminación física de Zelenski y su camarilla».
En cuanto a Zelensky, simplemente abandonó Kiev rumbo a Helsinki -y a La Haya después, para llegar a Berlín el 13 de mayo en visita de Estado- presintiendo el peligro, tal vez. De hecho, el destino del régimen de Zelensky parece sellado. Zelensky nos recuerda al mítico Judío Errante, que se burló de Jesús en el camino a la Crucifixión y luego fue maldecido a caminar por la tierra hasta la Segunda Venida.
2. Los Grundrisse y la Lógica de Hegel.
Los compañeros de Uno de Dos han publicado Los Grundrisse de Marx y la Lógica de Hegel, del académico japonés Hiroshi Uchida. Como es habitual en estos casos, se puede comprar el libro en papel y descargar directa y gratuitamente la versión digital:
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3. Reseña del libro de Musto sobre los últimos años de Marx
El libro ya tiene unos años, es del 2020, pero acaba de aparecer esta crítica en ALAI. (Publicado inicialmente en KALEWCHE, abril de 2023: https://kalewche.com/resena-de-karl-marx-1881-1883-el-ultimo-viaje-del-moro-de-marcello-musto/.)
Reseña de «Karl Marx, 1881-1883. El último viaje del Moro»
Este 5 de mayo se cumplen 205 años del nacimiento de Karl Marx. Un viaje, poco explorado, a través de los últimos años de quien fue uno de los mayores pensadores y activistas de la historia.
Un 14 de marzo de 1883 fallecía Karl Marx en su casa número 41 de Maitland Park Road, en Londres, a sus 64 años de edad. Este marzo de 2023 se cumplieron 140 años de aquel día. Los aniversarios son propicios a conmemoraciones, y en el caso de un fallecimiento, traen a la memoria momentos de una vida, evocando principalmente su legado. En esta ocasión propongo volver sobre los últimos años de la vida de Marx, a través de la lectura de una biografía intelectual que reconstruye el período que va de 1881 a 1883: el libro de Marcello Musto El último viaje del Moro, editado por Siglo XXI en 2020.
Musto es profesor de Teoría Sociológica en la Universidad de York (Toronto, Canadá) y ha escrito numerosos libros y artículos sobre la vida de Marx, incluyendo diferentes biografías intelectuales y una gran cantidad de textos sobre la actualidad de su pensamiento. Sus trabajos son traducidos a varios idiomas. Además, suele contribuir en periódicos y revistas con análisis y notas de opinión. Sus principales áreas de investigación, además de Marx y los marxismos, incluyen al movimiento obrero, el pensamiento socialista y la política internacional. Para quienes tengan interés en conocer su trayectoria y detalles de su prolífica labor, pueden visitar su página web, un sitio bien nutrido, actualizado y completo.
El último viaje del Moro invita a una hermosa lectura. Es un relato emocionante que, a la vez que atrapa con una reconstrucción íntima de la vida de Marx (abundante en detalles y curiosidades de sus últimos años de vida), está cuidadosamente documentada a partir de los propios textos de Marx, su correspondencia, junto a la de sus familiares y amigos. Cabe preguntarnos por qué volver sobre esos últimos años de Marx. Destaco dos razones, ambas más o menos explicitadas por el autor. La primera, porque básicamente se trata de un período poco visitado. A pesar de que la obra de Marx ha sido abordada desde innumerables aristas, y de que este autor ha contado con institutos enteros dedicados al estudio de su vida y su pensamiento, los últimos años del Moro (uno de los apodos que tenía Marx), no han disfrutado de semejante interés. El propio Musto, en alguna parte, menciona que habría un elemento biográfico que puede resultar relevante para pensar tal descuido: las propias condiciones de escritura de ese período. Entre las décadas de los 40 y los 60, encontramos una infinidad de textos escritos por Marx, libros, artículos, manuscritos y correspondencia (muchos, como sabemos, elaborados junto a Engels). A diferencia de ello, hacia fines de los 70 y primeros años de los 80, encontramos más bien algo muy distinto. Hallamos un Marx sumido en “el fardo de la existencia”, acosado por sus propios problemas de salud y, principalmente, hundido en una profunda preocupación por la enfermedad de su esposa, pasando gran parte del tiempo abocado al cuidado de ella, o atravesando sus propios tratamientos médicos, situaciones que introdujeron en su vida serias dificultades al trabajo de escritura e hicieron imposible la continuidad de su labor intelectual. En efecto, en esa etapa tardía, hallamos manuscritos que no escribía para publicar sino para estudiar, resúmenes de lecturas (con anotaciones en cinco idiomas) y avances que fueron interrumpidos, más o menos dispersos y finalmente inconclusos. Ahora bien, está claro que no por tratarse de un período menos visitado y conocido, por ello resulte menos interesante. Y esta es la segunda razón que motiva el interés por ese período. En torno a esos últimos años de vida del Moro, no solo hallamos un hombre abierto al debate y a nuevos horizontes de interrogación, sino que se trata de una etapa que, para quienes nos inscribimos en la tradición marxista, nos expone a las mismas tensiones, controversias y apuestas teórico-políticas que ha suscitado todo su pensamiento, en cualquiera de sus épocas biográficas, desde los artículos periodísticos de 1842 por el robo de madera, al Programa electoral de los trabajadores socialistas de 1880, redactado junto a Jules Guesde y Paul Lafargue (que aparece publicado como apéndice en la última parte del libro que reseño).
El fardo de la existencia y los nuevos horizontes de investigación
En el primer capítulo, Marcello Musto ofrece una seductora descripción de la vida cotidiana de Marx hacia 1881. En ese tiempo, Marx continuaba trabajando, muy a pesar de ciertos desfavorables sucesos personales. En invierno solía estar enfermo y con frecuencia cansado, débil. La vejez comenzaba a limitar su vigor habitual y la ansiedad por el estado de salud de su mujer lo afligía, cada vez más. Sin embargo, en una habitación ubicada en la periferia de Londres, cada vez que le fuera posible, con la más intensa concentración Marx revisaba libros y anotaba los pasajes que le resultaban más significativos. Musto nos brinda un cuidadoso retrato de aquel espacio de trabajo: un pequeño estudio ubicado en el primer piso, con ventana al jardín, en el que Marx continuaba llevando a cabo “la tarea que había asignado a su existencia: proporcionar al movimiento obrero las bases teóricas para destruir el modo de producción capitalista” (p.19). Además, “su método era el mismo de siempre, increíblemente riguroso e intransigentemente crítico” (p. 20). La hipótesis de Musto, a contrapelo de lo afirmado sobre esos años por gran parte de los biógrafos de Marx –como una etapa en la que se habría apagado su curiosidad intelectual y su capacidad de elaboración teórica–, es que en este período Marx no solo continuó sus investigaciones, sino que incluso las extendió a nuevas disciplinas (p. 32). Veamos.
Entre diciembre de 1880 y junio de 1881, Marx fue absorbido completamente por la antropología. Comenzaría a profundizar en ella, gracias al libro La sociedad antigua del antropólogo estadounidense Lewis Morgan, publicado en 1877 (libro que Marx recibiera dos años después de su publicación de la mano del etnógrafo Maksim Kovalevski). Su lectura se reveló determinante, al punto de alentarlo a redactar un compendio de cien densas páginas, las cuales componen la parte principal de los conocidos Cuadernos antropológicos. No era la primera vez que se interesaba por la antropología. Rastros de su preocupación por las formas socioeconómicas del pasado habían sido desplegadas, por ejemplo, en la primera parte de La ideología alemana y en los Grundisse, así como en el primer volumen de El capital. Pero ahora, tenía una meta bien precisa. Tal como señala Musto, este renovado interés por la antropología lo hallamos en momentos donde Marx todavía ambicionaba completar el segundo volumen de El capital (p. 34). En efecto, quería reconstruir, sobre la base de un correcto conocimiento histórico, la secuencia con la cual se habían sucedido los diferentes modos de producción. Tras ese objetivo, Marx redactó extensos resúmenes y anotaciones sobre la prehistoria, sobre el desarrollo de los vínculos familiares, sobre la condición de las mujeres, sobre el origen de las relaciones de propiedad, las prácticas comunitarias existentes en las sociedades precapitalistas, sobre la formación y naturaleza del poder estatal, etc. (p. 35). De allí que, cuando Engels publica El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, en 1884, no duda en definir ese trabajo como la “ejecución de un testamento”, un modesto sustituto de lo que Marx, su amigo, no había podido llevar a término en vida (p. 37).
Ahora bien, cabe destacar la reflexión que hace Musto sobre esta incursión en el campo de la antropología. Los autores leídos y compilados por Marx habían sido influidos por las concepciones evolucionistas que imperaban en su tiempo; incluso, había entre ellos algunos convencidos sostenedores de la superioridad burguesa. Sin embargo, un análisis de los Cuadernos antropológicos de Marx muestra que “no sufrió influencia alguna de parte de sus impostaciones ideológicas” (p. 43). De las investigaciones realizadas, Marx recopiló informaciones históricas, pero se resistió a compartir los rígidos esquemas sobre la ineluctable sucesión de determinados estadios de la historia humana. En efecto, rechazó las representaciones que vinculaban los cambios sociales meramente a transformaciones económicas y defendió, en cambio, las especificidades de las condiciones históricas, las múltiples posibilidades que el curso del tiempo ofrecía y la centralidad de la intervención humana en la modificación de sus condiciones materiales de existencia (p. 45). Todas cuestiones que, como veremos más adelante, tendrá oportunidad de poner en práctica.
El otro campo de interés que podemos hallar entre los quehaceres del Moro por eso años serían las matemáticas. Quizás poco se conoce el interés del fundador del materialismo histórico por esa disciplina. En 1858, le comunicaba a Engels haber cometido muchos errores de cálculo durante la redacción de los Grundisse, por ello con desesperación se había metido a estudiar álgebra de manera autodidacta. Pero recién hacia fines de los 60, Marx se dedicaría al estudio de un modo más sistemático, lo que fuera editado con posterioridad como los Manuscritos matemáticos. Y durante 1881, principalmente, se concentró sobre las teorías matemáticas de Isaac Newton y Leibniz, quienes habían inventado separadamente el cálculo diferencial y el cálculo integral, dos componentes del cálculo infinitesimal. Sin embargo, resulta crucial la observación de Musto acerca de la torsión que puede observarse, en sus últimos años de vida, en ese interés de Marx por las matemáticas: “devino fuente de interés cultural per se” (p. 46). En varias oportunidades Marx había confesado el placer que las matemáticas eran capaces de procurarle, a punto tal que se convirtieron para él en casi “un lugar físico; quizás un espacio lúdico donde retirarse en los momentos de mayor dificultad personal” (p. 49).
Por último, a partir de la reconstrucción biográfica de Musto, podemos observar que Marx nunca renunció a interesarse por los principales procesos sociales y eventos económicos de la política internacional, incluso en sus últimos años de vida. Era un lector puntual de los principales diarios «burgueses» y recibía, además, la prensa obrera alemana y francesa. Junto con esas lecturas, otra fuente fundamental de información era su correspondencia con dirigentes e intelectuales de distintos países, quienes le consultaban su opinión. Marx mantenía un intercambio epistolar en importantes debates. Como afirma Musto, “todo el mundo estaba contenido en su habitación” (p. 64). Marx observaba constantemente las señales de los conflictos sociales que se desarrollaban en cada latitud del globo y solía decir: “soy ciudadano del mundo (…) y allí donde me encuentro, allí actúo” (ibid.).
La controversia sobre el desarrollo del capitalismo en Rusia
En torno a los últimos dos años de vida de Marx, Marcello Musto se detiene en un asunto que resulta clave: la controversia sobre el desarrollo del capitalismo en Rusia. Y no es una cuestión menor ya que, alrededor de dicha discusión, se juega gran parte de las polémicas sostenidas durante años sobre el pensamiento marxiano, como las querellas sobre el supuesto reduccionismo economicista de su teoría, su concepción determinista de la historia, etc.
A fines de febrero de 1881, Marx recibió “una breve, pero intensa y apasionante” carta de Vera Zasúlich (1849-1919), una militante de la agrupación populista Reparto Negro. Musto cuenta que la mujer tenía hacia Marx una gran admiración y le escribía para ponerlo al tanto de la influencia que él tenía entre los compañeros rusos, principalmente en relación a los debates sobre la cuestión agraria y la comuna rural rusa (obshina). Según ella, la cuestión se dirimía entre dos grandes puntos de vista: o bien la comuna rural era capaz de desarrollarse por la vía del socialismo, o sea de organizar poco a poco su producción y distribución de los productos sobre bases colectivistas (en cuyo caso el socialismo revolucionario debía acompañar y fortalecer su desarrollo); o bien, por el contrario, si la comuna estaba destinada a perecer, no quedaba al socialista, como tal, más que hacer cálculos para averiguar dentro de cuánto tiempo pasaría la tierra de las manos del campesinado ruso a la burguesía, cuánto más habría de pasar para un desarrollo del capitalismo en Rusia semejante al de Europa occidental, y entonces ocuparse de hacer propaganda obrera entre los trabajadores de las ciudades. En su comunicación, Zasúlich interpelaba a Marx sobre la importancia que su valoración podría tener en ese debate, descripta por ella como una situación de vida o muerte. Pues quienes se llamaban discípulos de Marx –«marxistas» por excelencia–, afirmaban que la comuna rural era una forma arcaica que tanto la historia como el socialismo científico y todo cuanto hay de indiscutible, la condenaban a extinguirse. El argumento más poderoso entre quienes sostenían esa posición solía ser: “lo dice Marx” (p. 68).
El llamado desesperado de Zasúlich llegaba en el momento justo. Como vimos, en aquel período Marx se encontraba totalmente inmerso en investigaciones sobre las relaciones comunitarias en la época precapitalista. En efecto, aquella solicitud lo impulsaba a realizar un análisis concreto de una experiencia determinada. En ese recorrido, es crucial destacar lo siguiente: según Musto, la obra entera de Marx se encuentra atravesada por la convicción de que la expansión del modo de producción capitalista resulta una premisa fundamental para el nacimiento de la sociedad comunista (p. 69). Parte de este capítulo estará dedicado a rastrear la transversalidad de esa idea, en textos de diferentes épocas de Marx. Sin embargo, a la vez, Musto retoma pasajes de la obra de Marx en los que denota el cuidado que éste tenía por evitar fórmulas que pudiesen sugerir aquello que consideraba inútil y políticamente contraproducente: delinear un modelo universal de sociedad socialista. En efecto, si Marx no manifestó voluntad alguna para prefigurar cómo debía ser el socialismo, fue porque no consideró que la sociedad humana estuviese destinada a cumplir, en todas partes, el mismo camino y, por añadidura, a través de las mismas etapas (p. 76).
De cualquier modo, al final de su vida, Marx se encontró con la obligación de ajustar cuentas con la tesis, erróneamente atribuida a él, de la fatalidad histórica del modo de producción burgués. En la respuesta a Zasúlich, Marx ensayó tres borradores, todos escritos en francés; y que tuvieron, invariablemente, el mismo inicio.1 La referencia clave fue una cita tomada de la edición francesa de El Capital, en la que remitía “La llamada acumulación originaria” (esto es, el proceso de separación de los productores de sus medios de producción) al camino singular por el que, en Europa occidental, nació el régimen capitalista del seno del régimen económico feudal. Así, en la carta a Zasúlich, agregó: “He restringido, pues, expresamente la ‘fatalidad histórica’ de ese movimiento a los países de Europa occidental” (p. 81). Los constantes llamados a la experiencia europea, señala Musto, fueron acompañados de un cambio de perspectiva respecto de sus propias observaciones de los años 50. Es decir, en 1881 el tema de una posible transición del capital a las formas comunitarias del pasado fue tratado de una manera distinta. La obshina rusa no estaba inevitablemente destinada a seguir un resultado similar al ya visto en Europa (p. 88). Más allá del rechazo teórico a aplicar los mismos esquemas, Marx se preocupó por poner en evidencia las razones derivadas de un análisis histórico. Cabe destacar que en la respuesta de Marx a Zasúlich no se muestra ninguna rasgadura dramática respecto de sus convicciones anteriores. Muestran en cambio una apertura teórica, gracias a la cual tomó en consideración otras vías posibles para el pasaje al socialismo: para salvar a la comuna rusa se requiere una revolución rusa (p. 89). Con posterioridad, en 1882, Marx vuelve sobre el asunto. Lo hace en el prefacio a la nueva edición rusa del Manifiesto comunista, redactado junto a Engels. Allí, el destino de la comuna rusa fue asociado al de las luchas proletarias de los países europeos.
En suma, advierte Musto, las consideraciones desplegadas por Marx sobre el futuro de la obshina son del todo diferentes a la equiparación entre socialismo y desarrollo de fuerzas productivas como muchas veces se le atribuye (p. 92). Las valoraciones de Marx sobre la plausibilidad del desarrollo del socialismo en Rusia no tenían, entonces, como único fundamento la situación económica existente en dicho país. Por esos años, el contacto con los populistas rusos le condujo a madurar una nueva convicción: más allá de la posible sucesión de los modos de producción en la historia, también la irrupción de los eventos revolucionarios y la subjetividad que los determina eran valorados con mayor elasticidad. En su análisis, Marx dedicó más atención a la especificidad histórica y al desarrollo desigual de las condiciones políticas y económicas entre países y contextos (p. 95), considerando posible el estallido de la revolución en condiciones y formas nunca antes consideradas: el futuro estaba en manos de la clase trabajadora.
El último viaje del Moro
En los capítulos finales de El último viaje del Moro, asoma con mayor visibilidad ese perfil del «último Marx» que nos adelantaba Musto en su prefacio: un Marx íntimo, que no esconde su fragilidad frente a la vida, pero continúa, sin embargo, combatiendo (p. 11). En el apartado “Los tormentos del viejo Nick”, podemos observar un Marx contrariado, movilizado por la persistencia de ciertas expectativas que aún guardaba en relación a proyectos intelectuales; a la vez que profundamente afligido por la salud de su esposa, la sorpresiva enfermedad de Tussy –su hija menor– y las complicaciones que comenzaría a mostrar su propia salud, un deterioro que se hacía cada vez más acentuado y frecuente. Todo ello fue limitando enormemente sus relaciones sociales e interrumpiendo en gran medida sus labores intelectuales.
Musto afirma que a comienzos de los 80, Marx había comenzado a ser testigo de un interés en aumento constante por sus obras en varios países europeos, en particular por El Capital. Esa creciente difusión del pensamiento marxiano determinaría reacciones contrastantes (p. 98), que llevaron a Marx a intercambios y debates ideológicos relativos a la interpretación de sus teorías. Por otra parte, Musto relata los problemas de salud que se precipitaron hacia mediados y fines de 1881, y las peripecias por las que debió transitar el viejo Nick –el sobrenombre por el que lo llamaban en su entorno familiar– en relación a los diferentes tratamientos. La enfermedad de Jenny von Westphalen, su esposa, se agravó considerablemente y la terapia no era siempre eficaz. Les aconsejaron alejarse del clima de Londres y decidieron viajar a Eastbourne, una pequeña ciudad de Sussex, a orillas del canal de la Mancha. Pero también la salud del propio Marx se deterioraba: hacía seis meses que sufría tos, enfriamiento y dolores reumáticos que raramente le permitían salir, y que le llevaban al aislamiento (p. 110). En julio, lograrían viajar a Francia, a visitar a su hija Jenny Longuet, en Argenteuil, París. Sin embargo, debieron regresar antes de lo previsto, tras la noticia de que su hija Eleanor se encontraba gravemente enferma. En diciembre de 1881, su esposa Jenny murió de un cáncer de hígado. El delicado estado de salud del propio Marx, con una bronquitis aguda que lo tenía en cama hacía semanas, le impidió hasta concurrir al funeral (p. 117).
Entre el otoño de 1881 y el invierno de 1882, Marx destinó gran parte de sus energías intelectuales a estudios históricos. Preparó una cronología razonada de los principales eventos políticos, sociales y económicos de la historia mundial ocurridos desde el siglo I a.C., resumiendo las causas y características sobresalientes. Su interés era confrontar los fundamentos de sus concepciones con los eventos reales que habían configurado la suerte de la humanidad (p. 119). Marx completó cuatro cuadernos. Sin embargo, una bronquitis que se había vuelto crónica, hacía imperioso que se trasladara a un lugar más cálido y seco. Sus allegados lograron convencerle de viajar a Argel, que por entonces gozaba de buena reputación como refugio para huir de los meses más fríos del año. La motivación por la cual finalmente emprendería Marx ese insólito viaje sería su antigua obsesión: completar El capital (p. 123). Pero las cosas, lamentablemente, no ocurrieron tal como esperaba. El 20 de febrero, después de una travesía de 34 horas, llegó a África congelado hasta la médula, como le confesaría a Engels. Allí, conocía tan solo a una persona, Albert Fermé, un juez de paz seguidor de Charles Fourier. La salud de Marx no mejoró. Contra lo previsto, encontró un clima excepcionalmente frío, lluvioso y húmedo, que favoreció un nuevo ataque de pleuritis (p. 125). Debió dar inicio a dolorosos tratamientos con aplicaciones vesicantes y reducir al mínimo los esfuerzos físicos, sin poder desarrollar ningún tipo de trabajo intelectual. Reducido a condiciones penosas, absolutamente solo, Marx comenzó a arrepentirse de haber viajado a Argel. Sus cartas de la primavera de 1882 muestran lo ansioso que estaba por “volver a estar activo y abandonar aquel estúpido oficio de inválido” (p. 129). Recién después de dos meses de sufrimiento, Marx pudo emprender su regreso a Francia, aunque perseguido por el mal tiempo y el ataque de una nueva pleuritis que lo obligó a permanecer tres semanas en el principado de Mónaco. Marx parangonó su existencia por esos días a la de un “detenido con libertad vigilada”, ya que, como sucede con ese tipo de prisioneros, adonde fuera que fuese, él también debía presentarse ante el médico más cercano. El 11 de enero de 1883, su hija Jenny moría de cáncer de vesícula con 39 años. Según Musto, ese suceso canceló toda esperanza de recuperación para Marx, un hombre ya gravemente enfermo (p. 148). El deterioro final de su cuerpo sería veloz. Falleció tan solo un par de meses después, el 14 de marzo.
Lo único cierto es que no soy marxista
Al comienzo de su libro, Marcello Musto advierte acerca de la renovada vitalidad del pensamiento de Marx, regeneración que tiene lugar a través de una proliferación de estudios y artículos en diarios y revistas que alimentan la actualidad de su pensamiento. Es decir que, en una dirección contraria a las previsiones realizadas alrededor de la caída del Muro hacia fines del siglo XX (que decretaban la muerte y olvido definitivo de Marx), en las últimas décadas más bien hemos asistido a una inusitada revitalización del amplio campo de la tradición marxista, a través de una diversidad de desarrollos sobre un espacio heterogéneo de problemáticas (desde los procesos de financiarización del capitalismo mundializado hasta la crítica feminista, pasando por la cuestión ecológica). Musto lo dice de una manera que resulta elocuente: “se puede afirmar que Marx es, entre los clásicos del pensamiento político y filosófico, el autor cuyo perfil ha cambiado más en los últimos tiempos” (p. 10). Y señala como un factor determinante la publicación, retomada en 1998, de la Marx-Engels-Gesamtausgabe ( Han sido incorporados 26 nuevos textos, y otros tantos se encuentran en elaboración.
Sin dudas, semejante proyecto editorial puede contribuir al trabajo de interpretación del pensamiento marxiano, pero siempre a condición de problematizar lo que entendamos por dicha tarea. Pues, en cierto sentido, podría alimentar una ilusión que ha conducido muchas veces a equívocos, como el obstinado afán por descubrir al «verdadero Marx». Insistente búsqueda que ha llevado a intentar separar sus «verdaderas posturas», frente a diferentes problemas teórico-políticos, respecto de lo que serían «tergiversaciones» de su pensamiento. Así, solemos encontrar una serie de clasificaciones en relación a Marx y su obra, como por ejemplo, aquella que distingue entre el joven Marx (todavía subordinado al idealismo hegeliano) y el Marx maduro (donde habría operado una revolución teórica y científica); entre el Marx político (en el que abundan análisis complejos de una historia que permanece abierta) y el economista (con una mirada reduccionista y determinismos ramplones); o aquel que opone el pensamiento de Marx al de Engels, atribuyendo una perspectiva crítica al primero y adjudicando al segundo rasgos naturalistas y cientificistas. Lo cierto es que ningún descubrimiento de textos inéditos puede zanjar la controversia acerca del verdadero sentido de la obra de Marx, y esto por varias razones.
En primer lugar, porque nos sitúa ante un problema –algo relativo a su propia biografía– que tiene que ver con el motivo por el cual Marx se habría resistido a publicar en vida algunos de los textos que, con posterioridad, revelarían el auténtico sentido de su obra o de ciertas inflexiones clave en la trayectoria de su pensamiento. Por caso, La ideología alemana o los manuscritos conocidos como los Grundisse. El propio Musto, en su libro, advierte que Marx “estaría muy sorprendido y negativamente golpeado” por la difusión de sus manuscritos, ya que nunca publicó “nada que no hubiera reelaborado varias veces, hasta dar con la forma apropiada”, y afirmó que “prefería quemar sus manuscritos antes de dejarlos inconclusos a la posteridad” (p. 24).
En segundo lugar, porque la tarea de recuperación del pensamiento marxiano como tradición teórico-política, la lectura de su obra y eventualmente de textos inéditos, sólo pueden llevarse a cabo desde una perspectiva crítica, una mirada selectiva que permita historizar la lectura de esos textos que han hecho historia y, a su vez, han sido hechos (producidos) por la historia. No existen manuscritos originales porque la misma historia, siempre en tránsito, transforma la orientación general de la interpretación del texto. Pues, si prestamos atención, la producción teórica del mismo Marx contó con sus propios espesores históricos: densidad que quizás, al menos en lo que hace a sus diferentes pliegues teóricos, quedó sintetizada en el clásico título de Lenin, Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo (1913). Al respecto, Edgardo Lander2 señala que esa genealogía de Marx no reenvía a tres corrientes teóricas, sino que en verdad se trata de tres modalidades alternativas de aproximación al conocimiento que conviven al interior del pensamiento marxiano. Esa triple fuente de legitimación estaría en la base del pensamiento teórico de Marx, explicando muchos problemas que ha encontrado el marxismo en su desarrollo, puesto que sus proposiciones se ubican en terrenos que presentan opciones epistemológicas en muchos sentidos enfrentadas.3 Estas tensiones irreductibles, según Lander, ponen de manifiesto que la búsqueda del «verdadero Marx» produce una auténtica distorsión: un ejercicio escolástico que procede siempre a unilateralizar uno de los polos en tensión del pensamiento marxiano.
En suma, las polémicas por las (mal)interpretaciones del pensamiento de Marx han sido, históricamente, una constante. Precisamente, los últimos años de vida que reconstruye Musto fueron el marco en el cual, frente a quienes se declaraban seguidores de sus ideas sin conocerlas, Marx dijo: lo único cierto es que no soy marxista (p. 146). Saber lo que es ser un marxista, es algo que desde el propio Marx resulta controversial, al punto que ni Marx habría sido marxista. Un reconocimiento del conjunto de problemas, tensiones y contradicciones que surcan transversalmente la obra de Marx, pero que sientan las bases de su creatividad y actualidad, es condición imprescindible para una aproximación crítica y un proyecto intelectual que apueste a recrear el marxismo como tradición teórico-política. Esto nos devuelve la pregunta a nosotrxs, como sujetos lectores de Marx. Al decir de Eduardo Grüner,4 dado que no existen lecturas inocentes, cabe preguntarnos más bien ¿de qué lecturas somos culpables? ¿Qué interpretaciones de la obra de Marx habilita –o inhibe– cada época histórica? En tal sentido, El último viaje del Moro nos muestra un Marx que rechaza las definiciones de una identidad más preocupada por sostener la fidelidad dogmática de los marxistas que las condiciones de un pensamiento crítico. La biografía intelectual que nos acerca contribuye a reconstruir una Marx que, incluso hacia el final de su vida, estuvo dispuesto a rever sus propias perspectivas, abierto al debate e interesando en ofrecer consideraciones teóricas que lograran fortalecer, no las categorías científicas y sus propias certezas, sino la crítica de todo lo existente y la elucidación de las posibilidades históricas en los procesos emancipatorios. Así, Musto afirma: “Hoy, al contrario, surge a la luz el Marx que más se necesita: aquel que fue constantemente guiado por el espíritu crítico, aquel de las preguntas y no solo de las respuestas” (p. 12).
NOTAS
1 Se puede acceder a cada uno de esos borradores en el siguiente enlace: Marx-Zasulich Correspondence 1881.
2 Edgardo Lander, Contribución a la crítica del marxismo realmente existente, El Perro y la Rana, 2008.
3 Las tensiones que suponen esos tres modos de aproximación al conocimiento pueden ser brevemente sintetizados, por ejemplo, en torno a la noción de comunismo, que es para Marx, al mismo tiempo, la sociedad que queremos (como opción ética y construcción del futuro por los seres humanos); el fin y el sentido de la historia, aquello de lo cual los seres humanos son portadores desde siempre (lo sepan o no); y por último, aquello que está inscripto en la dinámica de las contradicciones de la sociedad capitalista, demostrable científicamente y muestra irrefutable de que se están gestando las condiciones para su transformación en una sociedad comunista.
4 Eduardo Grüner, “Lecturas culpables. Marx(ismos) y la praxis del conocimiento”, en La teoría marxista hoy: problemas y perspectivas, CLACSO, 2006.
4. El regimiento inmortal.
Un año más se han celebrado manifestaciones para celebrar el triunfo sobre el fascismo en la IIª Guerra Mundial y honrar a los que cayeron combatiendo. En los últimos años se ha impulsado la celebración de este «regimiento inmortal» en el que los participantes llevan fotos de sus familiares que participaron en la guerra. Muchas veces son ciudadanos rusos en el extranjero, aunque con participación de ciudadanos de las ciudades en las que se celebra, que quieren así mostrar su respeto y apoyo. Sé que se ha celebrado en Madrid, por ejemplo, pero no he visto nada sobre Barcelona. Los ucranianos presionan para que se prohiban estas manifestaciones, y este año han ido a alguna a tocar las narices. Algunas imágenes en diferentes lugares:
-en Atenas: https://twitter.com/rianru/
-tropas rusas de artillería en la guerra de Ucrania: https://twitter.com/rianru/
-en Roma: https://twitter.com/
-en Madrid, con fotos de Alexis Castillo, el colombiano criado en España que murió luchando en el Donbás: https://twitter.com/MadresCR/
-en Berlín, con contramanifestación ucraniana: https://twitter.com/
-¡Y en el Congo!:https://twitter.com/ (vídeo)
5. Prigozhin
Quizá habréis visto imágenes del jefe de Wagner, Prigrozhin, ante unos cadáveres de soldados rusos quejándose de la falta de municiones y criticando explícitamente al ministro Shoigú. Parece que los chechenos van a sustituir a los Wagner en Bajmut. Las últimas noticias que he leído sobre este cambio son estas declaraciones de Prigozhin en un canal de Telegram: https://twitter.com/
«Doy las gracias [al líder checheno] Ramzán Ajmátovich [Kadírov] por haber aceptado, teniendo, muy probablemente, la oportunidad de conseguir todo lo necesario y todos los recursos necesarios, tomar nuestras posiciones en Bajmut.
«Ya me estoy poniendo en contacto con sus representantes para empezar a transferir posiciones inmediatamente, de modo que el 10 de mayo, a las 00.00, exactamente en el momento en que, según nuestros cálculos, agotaremos por completo nuestro potencial de combate, nuestros compañeros de armas ocupen nuestros puestos y continúen el asalto al asentamiento de Bajmut. Quedan poco más de 2 kilómetros cuadrados en Bakhmut. Bakhmut será sin duda tomada por las fuerzas de «Akhmat».
Esto es lo que piensa sobre este embrollo Moon of Alabama:
https://www.moonofalabama.org/
Ucrania SitRep: Bakhmut – Prigozhin – Contraofensiva
Alrededor del 10% de Bakhmut/Aryomovsk, con dos zonas diferenciadas, sigue en manos ucranianas.
La zona norte está formada por viviendas unifamiliares entre jardines y árboles. La zona sur está llena de rascacielos con poco verde entre ellos.
Ayer, el jefe de los mercenarios de Wagner, Yevgeny Prigozhin, publicó un vídeo. De pie frente a varios cadáveres, atacó públicamente al ministro ruso de Defensa por una supuesta falta de munición. Afirmó que había causado esas bajas. Un día antes esas tropas habían intentado seguir penetrando en la zona alta y cayeron en una emboscada. Mal por ellos, pero no es motivo de grave preocupación.
A los medios «occidentales» les gusta ver esas diatribas de Prigozhin como una señal de luchas internas en el aparato militar ruso. Hace tiempo que dejé de escuchar a Prigozhin. Militarmente, las tropas Wagner no son más que una parte del ejército ruso y están bajo su mando. La preocupación de Prigozhin es el marketing de su empresa Wagner y la gran parte que recibe de la factura mensual que su empresa envía al Ministerio de Defensa ruso. Políticamente no hay ningún papel para él.
Que sus afirmaciones sobre la falta de munición habían sido sólo un espectáculo quedó demostrado unas 12 horas después de que publicara su vídeo.
Aquí están las imágenes de drones de los rascacielos de Bajmut que siguen en manos ucranianas después de haber recibido la visita de misiles incendiarios
La misma vista en infrarrojos. Los puntos blancos están ardiendo.
El vídeo del ataque puede verse aquí y aquí.
Así que ahí está su falta de munición. Todo lo que estaba fuera de los rascacielos, camiones, soldados y suministros, probablemente fue destruido.
Las tropas Prigozhin han estado en la lucha durante bastante tiempo. Necesitan descansar y pronto se retirarán. El líder checheno Ramzan Kadyrov amonestó a Prigozhin por su maniobra pública. Si es necesario, sus tropas sustituirán a los Wagner y terminarán la lucha contra Bakhmut. Mientras tanto, la atención se trasladará a otro frente.
La tan anunciada contraofensiva ucraniana comenzará probablemente el Día de la Victoria, el 9 de mayo. Un eje del ataque estará en la región de Zaporizhia hacia el sur en un intento de alcanzar el mar. Pero es probable que el primer objetivo importante sea retomar la central nuclear de Zaporizhia, cerca de la ciudad de Enerhodar, al sur de la cuenca del Dniéper. Su importancia económica para Ucrania es inmensa, ya que puede vender fácilmente a Europa la electricidad que generan los seis reactores. Pocos ingresos más le quedan a Ucrania.
El ejército ruso ha pedido a los civiles de 17 ciudades situadas a menos de 50 kilómetros (30 millas) de la actual línea del frente que evacúen la zona. El ejército ruso también ha preparado líneas de defensa y ha desplazado reservas al sur de la región.
El éxito de los ucranianos dependerá de los artilugios que le hayan suministrado sus partidarios «occidentales». Es posible que veamos sobre el terreno algunas armas inesperadas o misiles de mayor alcance. Es probable que también haya nuevos equipos de puentes que ayuden a cruzar el Dniéper en la región de Kherson para un eje secundario. También es posible un tercer eje, o quizás una desviación, en el noreste hacia Soledar.
Los primeros días de la nueva lucha serán confusos, con muchas afirmaciones falsas y propaganda de ambos bandos. Todos tendremos que sentarnos y esperar hasta que la niebla de guerra se levante lo suficiente como para pintar un cuadro de la nueva situación.
6. Imagen del día: Conversaciones de esclavos
-¿Por qué trabajamos y el propietario se lleva la mayor parte del trabajo?
-Es una recompensa por el trabajo empresarial. El propietario creó la plantación e invirtió el capital por su cuenta y riesgo. ¿Crees que es fácil?
Fuente: https://twitter.com/
7. Algunas medidas concretas del banco de los BRICS
Más allá de las declaraciones políticas generales sobre la necesidad de ir hacia la desdolarización, hay que ir viendo que pasos en concreto se van dando desde los BRICS. En este artículo se desglosan algunos a partir de una entrevista a Rousseff.
El Banco de los BRICS se desdolariza y promete un 30% de préstamos en moneda local, según su nueva directora, Dilma Rousseff
La nueva jefa del Nuevo Banco de Desarrollo del bloque BRICS, la ex presidenta izquierdista de Brasil Dilma Rousseff, reveló que se están alejando gradualmente del dólar estadounidense, prometiendo al menos el 30% de los préstamos en las monedas locales de los miembros.
Ben Norton
La nueva presidenta del Banco BRICS ha revelado que el bloque liderado por el Sur Global avanza hacia la desdolarización, alejándose gradualmente del uso del dólar estadounidense.
El Nuevo Banco de Desarrollo prevé conceder cerca de un tercio (30%) de sus préstamos en las monedas locales de los miembros de la institución financiera.
Dilma Rousseff, la expresidenta de izquierdas de Brasil, asumió este mes de marzo la dirección del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), con sede en Shanghái (China).
El NDB fue creado en 2014, por el bloque BRICS de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, como una alternativa orientada al Sur Global frente al Banco Mundial dominado por Estados Unidos, tristemente célebre por imponer reformas económicas neoliberales a los países empobrecidos, que obstaculizan su desarrollo.
En una entrevista concedida al principal medio de comunicación chino, CGTN, el 14 de abril, Rousseff explicó: «Es necesario encontrar formas de evitar el riesgo cambiario y otras cuestiones, como depender de una moneda única, como el dólar estadounidense».
«La buena noticia es que estamos viendo cómo muchos países optan por comerciar utilizando sus propias monedas. China y Brasil, por ejemplo, están acordando intercambiar con el RMB (renminbi) y el real brasileño», afirmó.
«En el NDB nos hemos comprometido a ello en nuestra estrategia. Para el período de 2022 a 2026, el NDB tiene que prestar el 30% en monedas locales, por lo que el 30% de nuestra cartera de préstamos se financiará en las monedas de nuestros países miembros», añadió Rousseff.
«Eso será extremadamente importante para ayudar a nuestros países a evitar los riesgos cambiarios y la escasez de financiación que dificultan las inversiones a largo plazo», subrayó la nueva presidenta del NDB.
Entre los miembros del NDB no sólo figuran los fundadores de los BRICS, sino también Bangladesh, EAU y Egipto. Uruguay también está en proceso de adhesión, y muchos otros países han manifestado su interés.
Argentina, Irán y Argelia han solicitado formalmente su adhesión al bloque ampliado de los BRICS+, y según el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, otras naciones interesadas «son Egipto, Turquía, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Argentina, México y varias naciones africanas».
Nuevos miembros del Banco de Desarrollo
La ministra de Asuntos Exteriores de Sudáfrica, Naledi Pandor, reveló en enero que el BRICS planea «desarrollar un sistema más justo de intercambio monetario» para debilitar el «dominio del dólar».
«Los sistemas actuales tienden a privilegiar a los países muy ricos y suponen un verdadero reto para países como nosotros, que tenemos que hacer pagos en dólares, que cuestan mucho más en nuestras distintas divisas», afirmó.
«Así que creo que hay que desarrollar un sistema más justo, y es algo que estamos debatiendo con los ministros de los BRICS en las discusiones del sector económico», añadió Pandor.
El pasado mes de abril, el actual presidente de Brasil, Lula da Silva, compañero de filas del izquierdista Partido de los Trabajadores de Dilma, realizó un viaje histórico a China, donde llamó a desafiar el dominio del dólar estadounidense.
Durante su estancia en Shanghai, Lula fue el primer jefe de Estado que visitó la sede del NDB, donde asistió a la ceremonia de juramento de Dilma.
Lula afirmó que el objetivo del NDB es «crear un mundo con menos pobreza, menos desigualdad y más sostenibilidad».
Añadió que el banco debe desempeñar un «papel de liderazgo en la consecución de un mundo mejor, sin pobreza ni hambre».
Dilma también comentó: «Como ex presidenta de Brasil, conozco la importancia de la labor de los bancos multilaterales para apoyar a los países en desarrollo, en particular el NDB, en la atención de sus necesidades económicas, sociales y ambientales».
«Convertirme en presidenta del NDB es sin duda una gran oportunidad para hacer más por los BRICS, los mercados emergentes y los países en desarrollo», afirmó.
En su entrevista con CGTN, Rousseff explicó sus objetivos con el Banco de los BRICS:
Es muy importante para mí que el Nuevo Banco de Desarrollo, el banco de los BRICS, actúe como herramienta de apoyo a las prioridades de desarrollo de los BRICS y de otros países en desarrollo.
Necesitamos invertir en proyectos que contribuyan a tres áreas fundamentales:
En primer lugar, debemos apoyar a los países en relación con el cambio climático y los objetivos de desarrollo sostenible.
En segundo lugar, debemos promover la inclusión social en cada oportunidad que tengamos.
Y creo que debemos financiar sus proyectos de infraestructuras más críticos y estratégicos.
Dicho esto, queremos promover un desarrollo de calidad.
Los países en desarrollo todavía no tienen las infraestructuras necesarias. No tienen suficientes puertos, aeropuertos y autopistas para satisfacer sus necesidades. Y muchas veces, las que tienen no son adecuadas.
Todavía tienen que construir alternativas y modelos de transporte más modernos, por ejemplo.
Veo a China, un país que ha desarrollado la capacidad de transporte alternativo a la escala y con la calidad que necesita.
El NDB tiene que apoyar a los demás países para que construyan también sus infraestructuras de calidad, como los trenes de alta velocidad.
Es muy importante invertir en tecnología e innovación, invertir en universidades, por ejemplo.
Nuestros países no superarán la pobreza extrema si no invertimos en educación, ciencia y tecnología».
A la pregunta de a qué retos se enfrentan los BRICS y el NDB, Rousseff respondió:
El mundo está ahora bajo la amenaza de la alta inflación y la política monetaria restrictiva, particularmente en los países desarrollados.
Una política monetaria de este tipo significa un tipo de interés más alto y, por tanto, una mayor probabilidad de reducción del crecimiento y una mayor probabilidad de recesión.
Esto plantea una cuestión importante para los BRICS. Necesitamos un mecanismo, el llamado mecanismo anticrisis, que debe ser anticíclico y apoyar la estabilización.
Es necesario encontrar formas de evitar el riesgo cambiario y otras cuestiones, como la dependencia de una moneda única, como el dólar estadounidense.
La buena noticia es que muchos países están optando por comerciar con sus propias monedas.
China y Brasil, por ejemplo, están acordando intercambiar con el RMB (renminbi) y el real brasileño.
En el NDB nos hemos comprometido a ello en nuestra estrategia. Para el periodo de 2022 a 2026, el NDB tiene que prestar el 30% en monedas locales, por lo que el 30% de nuestra cartera de préstamos se financiará en las monedas de nuestros países miembros.
Esto será extremadamente importante para ayudar a nuestros países a evitar los riesgos cambiarios y la escasez de financiación que dificultan las inversiones a largo plazo.
8. La evolución industrial de Rusia.
Sapir sigue analizando cómo está reaccionando la economía rusa a la guerra y las sanciones. Hace ya meses que dice que en este año ya habrá crecimiento, y las últimas cifras industriales parecen avalarlo. Hay un pequeño caveat, y es que siempre lo hace a partir de las cifras oficiales rusas -y no lo oculta en absoluto, empieza declarándolo-.
I. Pequeño #hilo sobre el crecimiento ruso basado en el Sotsial’no-Yekonomitchesoe Polozhenie Rossii publicado esta mañana por ROSSTAT (FSGS)
II. El PIB crece un 1% interanual. La producción industrial un 1,2%. La producción agrícola un 3,3%. El 1er trimestre de 2023 está a la par con el 1er trimestre de 2022, y al -0,9% para la producción industrial.
III. Sin embargo, si nos fijamos en la industria manufacturera, ésta creció un +6,3% interanual en marzo, y un 1,1% en el conjunto del primer trimestre. El aumento es del +8% y del +2% respectivamente en la metalurgia.
IV.En el sector del automóvil, la producción alcanza ya el 80% del nivel de 2022, frente al 50% anterior. El aumento es espectacular, de 11.000 vehículos/mes a 32.600 en marzo.
V. Para el resto de medios de transporte, el aumento es realmente espectacular, con un +13,1% interanual en marzo y un +15,7% en el primer trimestre.
VI. La industria electrónica también registró fuertes aumentos de producción, +22,5% interanual en marzo y +16,7% en el trimestre.
VII. El transporte de mercancías por ferrocarril aumenta un 0,8%. El comercio al por menor se sitúa en -5% con respecto a marzo de 2022, lo que confirma una recuperación gradual con respecto a 2022, pero también el mantenimiento de una elevada preferencia por el ahorro.
VIII. Los salarios aumentaron un 4,2% (y un 2,6% con respecto a febrero), mientras que el aumento anualizado de los precios fue del 3,5%. La tasa de desempleo bajó al 2,6%.
IX. En general, la economía rusa volvió a su nivel anterior a las sanciones en el primer trimestre. Esto indica que el crecimiento potencial para 2023 podría situarse entre el 1% y el 2%.
X. Quisiera señalar que la cifra del PIB implica una pérdida de productividad del -1,9% (población empleada 72,9M frente a 71,5M con idéntica producción).
9. Otra polémica ecologista.
Además de la ya tradicional entre «newdealistas» y «colapsistas» acaba de surgir otra polémica por la gran cantidad de proyectos de renovables, lo que se conoce como «macrorenovables». Algunos sectores ecologistas han apelado directamente a las cinco grandes organizaciones ecologistas para criticar lo que consideran una cierta falta de apoyo. Me parece un poco injusto, pero yo soy afiliado a una de ellas, Ecologistas en Acción -aunque no participo en sus debates por la distancia-, por lo que no soy objetivo.
Este es el manifiesto que han lanzado: stopmacrorenovables
A la atención de las Juntas Directivas de
Amigos de la Tierra
FreenPeace
Ecologistas en Acción
SEO Birdlife
WWF
Estimadas Asociaciones,
Recientemente las «G-5 ecologistas» habéis publicado un comunicado conjunto (https://www.tierra.org/) criticando las nuevas normativas sobre la autorización de instalación de energías renovables, incluidas en el Real Decreto-ley 20/2022 que finalmente fue aprobado el pasado 24 de enero 2023. Dicho Decreto exime de los procedimientos de evaluación ambiental ordinarios, y elimina la posibilidad de participación ciudadana a través de alegaciones, a los macroproyectos eólicos y fotovoltaicos que tramitados en avalancha constituyen una amenaza sin precedentes al territorio y a la biodiversidad. Aplaudimos vuestra intervención, después de dos años en los cuales nos preguntábamos a qué se debía vuestro silencio.
Con excepción de algunas de vuestras delegaciones o asociaciones territoriales que no han dejado de apoyarnos, os habéis mantenido al margen de la lucha desigual que estamos manteniendo desde pequeñas asociaciones y plataformas vinculadas al territorio, pequeños Davids contra los Goliats, colosos de la industria energética, apoyados por las principales formaciones políticas de todos los colores.
Por favor, explicadnos por qué nos habéis dejado solos. Es evidente que sois muy conscientes del peligro, sin precedentes, que supone para la biodiversidad el despliegue masivo de polígonos industriales eólicos y fotovoltaicos, proyectados sin criterio, ni control, en montañas y zonas rurales. Seguramente conocéis la amplia literatura científica que demuestra los impactos adversos, directos e indirectos, sobre flora y fauna, que tienen estos macroproyectos: destrucción y fragmentación de hábitats, mortalidad directa de aves y quirópteros por colisión contra las infraestructuras eólicas y de evacuación, aumento de zonas degradadas que los animales evitan-reduciendo aún más sus territorios vitales-, cambios en el clima local y global, y así una larga lista que incluye daños tanto a la salud humanacomo al resto de fauna. Sin duda, sabéis que la crisis de la biodiversidad constituye una amenaza igual de importante que el cambio climático y que no se puede paliar una exacerbando la otra. Sois conscientes de que España es el país europeo que más territorio aporta a Red Natura 2000, conservando la mayoría de la diversidad biológica de plantas y animales, y que pronto dejará de serlo. También estáis informados de los efectos adversos que el presente modelo de transición tiene sobre la sociedad humana, a su salud, al abandono de zonas rurales, actividades locales, usos tradicionales del suelo, oficios ancestrales y demostrablemente sostenibles. Entonces ¿por qué en este debate nunca hemos oído vuestra voz? ¿Por qué en muchos casos, no habéis ni siquiera contestado a las consultas previas que se os enviaron en el proceso de tramitación de macroproyectos?
Si creéis que el despliegue desordenado y sin control de macroplantas eólicas y fotovoltaicas es, de verdad, la forma adecuada de llevar a cabo el abandono de los combustibles fósiles, por favor explicadnos claramente el porqué estamos tan equivocados en nuestra defensa al territorio y a su patrimonio natural. Si tenéis dificultades para explicar a vuestros socios que, a pesar de predicarles durante décadas la necesidad de pasar a fuentes de energías renovables, esta no es la manera de hacerlo, no os preocupéis: tenéis a vuestra disposición innumerables estudios científicos en los que os podéis apoyar. Lo van a entender, y si os faltan testimonios, aquí estamos para ayudaros con la experiencia acumulada en estos últimos años. Si os preocupa la reacción del mundo político, con el cual en estas últimas décadas habéis tejido una red de apoyo y colaboración, un mero repaso a DIAs negativas anteriores son una demostración indiscutible de cuanta biodiversidad, patrimonio cultural (entre otros) ha salvado la acción en forma de alegaciones de la Sociedad Civil directamente afectada e inmejorables conocedores del territorio amenazado.
Os pedimos tomar una postura clara en este asunto. En vuestras páginas web, habéis opinado, y de forma tibia, solo en relación con el Decreto. Si compartís nuestra preocupación, os queremos a nuestro lado. Nosotros seguiremos la lucha con nuestros recursos limitados, llegaremos hasta los tribunales y donde haga falta para combatir este expolio que más que querer revertir el cambio climático, está diseñado en pro de los beneficios de las grandes industrias energéticas. En estos años, hemos creado colaboraciones entre colectivos que históricamente habían estado enfrentados. Se están implicando vecinos, agricultores, ganaderos, cazadores, ecologistas, científicos, artistas. Solo faltáis vosotros. Cuando todo esto haya terminado, cuando hayamos podido salvar algo de nuestro patrimonio y perdido la mayoría, cuando la pérdida de hábitat y de biodiversidad sea evidente, ya no habrá marcha atrás. Nosotros podremos decir que hemos hecho todo lo que estaba en nuestras manos.
¿Y vosotros?
Atentamente
[Sigue la lista de firmantes, que no añado para no extenderme demasiado, la podéis encontrar en el enlace inicial]
Y para ver un ejemplo del debate que ha generado, este hilo, en el que básicamente se defiende como «solución» la creación de Asambleas Ciudadanas:
Alguna de las respuestas:
«Fomentar el enfrentamiento y la polarización dentro del ecologismo desde la cuenta oficial de una organización es una idea genial, enhorabuena a la persona que lleva esta cuenta.»
«Hermanas, precaución al usar tuiter para hablar de estos temas, puede resultar doloroso leer según que cosas para la gente que nos dejamos la piel y la salud defendiendo un futuro habitable. Cariño, comprensión, empatía y abrazos.»
«Que XR lo defienda, genial. Pero de ahi a imponer que otras organizaciones lo tengamos que apoyar también, me parece que es pasar una línea roja”.
10. Avance de “Menos es más”
Climática – La Marea publica un avance editorial de la traducción del libro de Jason Hickel Menos es Más: https://www.climatica.lamarea.
Avance editorial: ‘Menos es más. Cómo el decrecimiento salvará al mundo’, de Jason Hickel
El autor apuesta por el decrecimiento –con medidas como desmercantilizar los bienes públicos y acortar la jornada laboral– para lograr un futuro mejor.
Este es un fragmento del libro Menos es más. Cómo el decrecimiento salvará al mundo (Capitán Swing), de Jason Hickel, antropólogo económico y catedrático del Instituto de Ciencia y Tecnología Medioambiental de la universidad Autónoma de Barcelona, que sale a la venta el 8 de mayo en España.
Vías hacia un mundo poscapitalista
«No podemos salvar el mundo siguiendo las reglas.
Lo que hay que hacer es cambiar las reglas».
Greta Thunberg
«[…] Empecemos por el reto más inmediato al que nos enfrentamos. Según el IPCC, si queremos mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 (o incluso 2) grados centígrados sin depender de tecnologías especulativas de emisiones negativas, tenemos que reducir el consumo mundial de energía. ¿Por qué? Porque, cuanta menos energía utilicemos, más fácil será lograr una rápida transición a las renovables. Por supuesto, los países de ingreso bajo aún tienen que incrementar su consumo de energía para satisfacer las necesidades humanas de su población. Por lo tanto, es en los países de ingreso alto en los que tenemos que centrarnos en este ámbito; países que consumen muchísimo más de lo que necesitan.
No se trata solo de modificar las conductas individuales, como apagar las luces cuando salimos de una habitación. Sí, esas cosas son importantes (y, obviamente, tenemos que pasar a utilizar bombillas led, mejorar el aislamiento térmico de las viviendas, etc.), pero lo que tenemos que hacer en realidad es cambiar la forma en que funciona la economía. Pensemos en toda la energía que hace falta para extraer, fabricar y transportar todo lo que la economía produce cada año. Hace falta energía para extraer las materias primas de la tierra y para hacer funcionar las fábricas que las transforman en productos acabados. Hace falta energía para empaquetar esos productos y repartirlos por el mundo en camiones, trenes y aviones, para construir almacenes en los que guardarlos y comercios en los que venderlos, y para procesar todos los residuos que generan cuando se tiran a la basura. El capitalismo es un gigantesco engranaje succionador de energía. Para que disminuya el uso de energía, tenemos que abandonar el crecimiento agregado como objetivo, reducir las formas menos necesarias de producción y colocar la búsqueda de resultados sociales positivos en el centro de la economía.
A eso es a lo que nos referimos con «decrecimiento». El decrecimiento consiste en reducir los flujos de materiales y energía de la economía para volver a ponerlos en equilibrio con el mundo viviente, al tiempo que se reparten los ingresos y los recursos de manera más justa, se libera a las personas del trabajo innecesario y se invierte en los bienes públicos que necesita la gente para disfrutar de una vida próspera. Es el primer paso hacia una civilización más ecológica. Por supuesto, estas medidas pueden hacer que el PIB crezca más despacio, que deje de crecer o incluso que decrezca. Si eso ocurre, no pasa nada, porque lo que importa no es el PIB. En circunstancias normales, esto podría causar una recesión. Pero una recesión es lo que ocurre cuando una economía que depende del crecimiento deja de crecer: es una catástrofe. El decrecimiento es algo completamente diferente. Consiste en llevar a cabo una transición a un tipo de economía totalmente distinta: una economía que no necesite el crecimiento ya de entrada. Una economía que se organice en torno a la prosperidad humana y la estabilidad ecológica, no en torno a la acumulación constante de capital.»
Medida 1. Poner fin a la obsolescencia programada
[…] «Aquí nos encontramos con una paradoja. Nos gusta pensar que el capitalismo es un sistema basado en la eficiencia racional, pero lo cierto es que es exactamente lo contrario. La obsolescencia programada es un tipo de ineficiencia intencionada. La ineficiencia es (extrañamente) racional en el sentido de que permite maximizar los beneficios, pero desde la perspectiva de las necesidades humanas —y desde el punto de vista ecológico— es una locura: una locura por los recursos que desperdicia y una locura por la energía innecesaria que consume. También es una locura en lo que respecta a la mano de obra humana, si pensamos en los millones de horas empleadas en fabricar teléfonos móviles, lavadoras y muebles simplemente para llenar el vacío que crea de forma intencionada la obsolescencia programada. Es como ir echando ecosistemas y vidas humanas en el pozo sin fondo de la demanda. Y el vacío jamás se va a llenar.
En una economía verdaderamente racional y eficiente, las empresas como Apple innovarían para fabricar dispositivos duraderos y modulares (como el Fairphone, por ejemplo), reducirían sus ventas de nuevos productos y mantendrían y actualizarían los productos existentes siempre que fuera posible. Pero en una economía capitalista esto no se contempla. Hay quien puede tener la tentación de culpar a la gente por comprar demasiados móviles o lavadoras, pero eso es no entender el quid de la cuestión. Los individuos se convierten en víctimas de este engranaje. Culpando a las personas apartamos la atención de las causas sistémicas.
¿Cómo podríamos resolver esta ineficiencia? Una opción es hacer que los productos tengan que incluir obligatoriamente extensos periodos de garantía. La tecnología necesaria para que los aparatos duren entre dos y cinco veces más de media y tengan una vida útil de hasta 35 años ya existe, y con un coste adicional mínimo. Con una legislación sencilla, podríamos exigir a los fabricantes que sus productos tuvieran un periodo de garantía de la misma duración que la vida útil máxima posible. Si Apple tuviera que ofrecer una garantía de diez años, está claro que rápidamente se pondría a rediseñar sus productos para hacerlos resistentes y actualizables. También podríamos introducir un «derecho a la reparación«, haciendo que fuera ilegal que las empresas fabricaran productos que no puedan ser reparados por los usuarios corrientes o por mecánicos independientes y con piezas de repuesto asequibles. En varios parlamentos europeos ya se está contemplando aprobar leyes de este tipo. Otra opción sería adoptar un modelo de alquiler con los aparatos y electrodomésticos grandes, que exigiría que los fabricantes se hicieran cargo de todas las reparaciones, con actualizaciones modulares que mejoraran la eficiencia siempre que fuera posible.
Este tipo de medidas garantizarían que los productos (no solo los electrodomésticos y los ordenadores, sino también los muebles, las casas y los coches) duraran mucho más de lo que duran actualmente. Y los efectos serían notables. Si las lavadoras y los móviles duraran cuatro veces más, nuestro consumo de estos productos sería un 75 por ciento menor. Eso supone una reducción importante del flujo de materiales, sin ningún impacto negativo en la vida de la gente. De hecho, si acaso mejoraría la calidad de vida, ya que la gente no tendría que soportar la frustración y el gasto de estar reemplazando sus aparatos constantemente.»