Por lo que a nosotros se refiere, no nos engañamos respecto a la naturaleza de ese espíritu maligno que se manifiesta constantemente en todas las contradicciones que acabamos de señalar. Sabemos que para hacer trabajar bien a las nuevas fuerzas de la sociedad se necesita únicamente que éstas pasen a manos de hombres nuevos, y que tales hombres nuevos son los obreros. Éstos son igualmente un invento de la época moderna, como las propias máquinas. En todas las manifestaciones que provocan el desconcierto de la burguesía, de la aristocracia y de los pobres profetas de la regresión reconocemos a nuestro buen amigo Robin Goodfellow [Robin el Bueno, Puck; Sueño de una noche de verano, William Shakespeare] al viejo topo que sabe cavar la tierra con tanta rapidez, a ese digno zapador que se llama Revolución.
Karl Marx, abril de 1856
La lucha contra el fascismo es la lucha por atraer la gente que simpatiza con el fascismo a la democracia, en evitar que se constituya en movimiento de masas, además, armado y protegido por el poder.
Joaquín Miras, 2023
Cultura de la cancelación. Concepto muy en boga que procede del inglés cancel culture, que define la condena al ostracismo y al olvido de aquellos que hayan infringido los códigos de la corrección política según la cultura progresista actual. De la noche a la mañana, alguien que podía ser admirado pasa a ser boicoteado, negado y perseguido. De hecho, aunque con lo digital las formas de llevarlo a cabo se han multiplicado, no es una práctica nueva. Se usó abundantemente en la Alemania nazi en relación con los judíos o en la URSS con Stalin.
Josep Burgaya, 2023.
Les recuerdo la situación que hemos explicado y comentado críticamente en las dos últimas “páginas heridas”: Literal 2023 ha prohibido la presencia de El Viejo Topo en la Feria del libro alternativo que se celebrará este fin de semana en Barcelona; se expulsa al Topo del ágora. Hay, además, una “nota antifascista” publicada esta misma semana que merece comentario (He sabido, después de cerrar esta página herida, que el autor, él me lo ha comunicado, ha publicado una segunda nota explicativa de la primera. Les copio el enlace: “L ‘altre Fumanchú es fa l’autocrítica i algunes coses més” http://lallibertatdelsantics.blogspot.com/2023/05/l-altre-fumanchu-es-fa-lautocritica-i.html)
A pesar de las cartas enviadas a la coordinadora de la Feria (sin respuesta alguna en los casos de los que estoy informado); a pesar de las argumentadas peticiones de rectificación en Manifiesto público [1]; a pesar de las numerosas firmas recogidas criticando la decisión; a pesar de alarmados artículos críticos (el de Rosa Cañadell por ejemplo[2]); a pesar de la posición contraria, por lo que parece, de la periodista que coordina Literal 2023; a pesar de los comentarios contrarios de responsables de otras editoriales que han asistido normalmente al encuentro (como era el caso de El Viejo Topo), se ha impuesto el silencio (en absoluto alternativo) por respuesta. Nada de debate informado, franco y público. El viejísimo, y conservador donde los haya, “sostenella y no enmendalla”. No hay más, ninguna revisión en el horizonte. Donde se ha dicho NO se sigue diciendo NO aunque se apunten decenas de argumentos que deberían llevar a reconsiderar la decisión tomada.
No tengo mucha información complementaria (la información dada por la Feria brilla por su ausencia como les decía), pero permítanme una conjetura: creo altamente probable que la censura-veto haya sido ideada, impulsada y protagonizada por personas relativamente jóvenes que apenas conocen la historia del Topo, que probablemente hayan seguido sus publicaciones desde una distancia muy distante, personas que se creen “profunda y consistentemente antifascistas” (ellas sí, no los demás), personas que tienen una mirada muy marcada por coordenadas nacionalistas .Cat y que se han quedado con el nombre de un filósofo que no les cae bien (Diego Fusaro, al que tal vez no hayan leído; tienen todo el derecho del mundo a no simpatizar con él, por supuesto) y han fijado su atención en determinados artículos y acciones que no son de su agrado, olvidándose de miles de nudos, caras y aristas de un gran poliedro, el del Viejo Topo, que ha sido y sigue siendo esencial para la formación cultural, política, histórica, filosófica, humana e incluso científica de miles y miles de ciudadanos (de nuestro país y también de otros países).
Quedan muchas preguntas pendientes que pueden añadirse a las formuladas en la anterior ‘página herida’: ¿cómo hemos podido llegar aquí, a un caso de clara censura? ¿Tienen las editoriales asistentes a Literal 2023 buena información puntual sobre lo sucedido? ¿Han llamado solidarizándose a El Viejo Topo? ¿Y los potenciales ciudadanos asistentes? ¿Conocerán la situación, sabrán del veto? ¿Quién les dará cuenta de la prohibición? ¿Es la primera vez que Literal veta editoriales o presentaciones o ya ha ocurrido en años anteriores?
Pero además, como les decía, hay un nuevo nudo que no puede pasar desapercibido. Es una nota que lleva por título: “Amb el feixisme no es dialoga, se’l combat i, quan sigui possible, se l’esclafa” [Con el fascismo no se dialoga, se le combate y, cuando sea posible, se le aplasta] y que se ha publicado en este enlace: http://lallibertatdelsantics.blogspot.com/2023/05/amb-el-feixisme-no-es-dialoga-sel.html?m=1. Aquí pueden leer el texto que les copio a continuación (La nota no está firmada, pero está publicada en un blog de Joan Tafalla y, según veo en la segunda nota, es él el autor. Joan Tafalla, como seguramente ya saben, es un historiador y militante político de larguísima trayectoria, muy en activo siempre, que, conviene recordarlo, ha publicado en diversas ocasiones en El Viejo Topo; yo mismo le he entrevistado para la revista):
“Una cosa: si Fusaro, Armesilla i els seus amics arribessin al poder, els comunistes, els republicans, els socialistes, els anarquistes, el [els] jueus, els gitanos, els negres, els homosexuals, el [els] magrebins i molta més gent estaríem als camps de concentració, seríem torturats, desapareguts, fusellats [afusellats] o assassinats pels esquadrons de la mort.
Totes les editorials i medis d’esquerres no estarien censurats: estarien clausurats.
TOTS els seus editors estarien a la presó, serien torturats, desapareguts o bé assassinats.
Sense distinció de cap tipus.
No organitzar la guerra cultural contra el feixisme en totes les seves variants; no donar la batalla en tots els fronts, inclós el front editorial [,] significa cedir terreny davant del monstre i preparar la derrota de TOTS.
Amb el feixisme no es dialoga, se’l combat i, quan sigui possible, se l’esclafa.”
La traducción castellana comentada:
1. “Una cosa: si Fusaro, Armesilla y sus amigos llegaran al poder…”
¿Una cosa…? Fusaro y Armesilla han publicado ambos en El Viejo Topo. La inclusión del segundo hace pensar que no es Fusaro el único filósofo que molesta, que hay más “molestias” que se suman a las señaladas en correos enviados al Topo por Literal 2023 (con copia a Tigre de paper).
Entiendo que entre esos amigos de Fusaro y Armesilla a los que se hace referencia, el autor no pretende incluir a El Viejo Topo. Si fuera el caso, que no lo es, lo apuntado sería peor.
2. “… los comunistas, los republicanos, los socialistas, los anarquistas, judíos, gitanos, negros, homosexuales, magrebíes y mucha más gente estaríamos en los campos de concentración, seríamos torturados, desaparecidos, fusilados o asesinados por los escuadrones de la muerte.”
Más allá de nuestros acuerdos o desacuerdos con su obra y hacer (el conjunto de los segundos no es vacío en mi caso), nada hace pensar que Fusaro [3] y Armesilla tengan ninguna intención de torturar o asesinar a comunistas o a republicanos (o al resto de colectivos citados). Entre otras razones, porque ambos se declaran comunistas y republicanos.
3. “Todas las editoriales y medios de izquierdas no estarían censurados: estarían clausurados.”
El paso es importante porque parece que aquí se intenta quitar importancia al veto sufrido por el Topo. El autor viene a decir que hay otros escenarios peores, que una clausura es mucho peor que una censura (sin decir nada sobre ella), que los autores citados no tendrían ningún miramiento en hacer barbaridades, etc.
4. “TODOS sus editores estarían en prisión, serían torturados, desaparecidos o asesinados. Sin distinción de ningún tipo.”
En la misma línea que el comentario anterior: Literal 2023 no ha torturado ni asesinado al editor de El Viejo Topo, pero lo ha censurado, ha vetado su presencia en el encuentro, lo ha expulsado del ágora, y este no es un asunto al que se pueda restar importancia hablando de escenarios aún peores que den pie a comparaciones positivas.
5. “No organizar la guerra cultural contra el fascismo en todas sus variantes; no dar la batalla en todos los frentes, incluido el frente editorial, significa ceder terreno frente al monstruo y preparar la derrota de TODOS.”
Admito que la frase permite varias interpretaciones, pero la idea que transmite parece coincidir con la finalidad de los muñidores (próximos a la editorial cupista Tigre de paper en mi opinión) del veto. Ellos han incluido el “frente cultural” en “la batalla en todos los frentes” y han arremetido contra el Topo acusándole de editar autores fascistas (o roji-pardos). ¿Por qué no han hecho lo mismo con otras editoriales que acuden a la Feria que han publicado pensadores nazis (cosa que no son ni Fusaro ni Armesilla) de la talla de Heidegger y Schmitt, o con Siglo XXI que también ha publicado a Fusaro?
6. “Con el fascismo no se dialoga, se le combate y, cuando sea posible, se le aplasta.”
Dejando aparte el tono, la contundencia izquierdista de la frase, el rovell de l’ou es no confundirnos en lo que consideramos fascismo y, por otra parte, ¿no es a veces el diálogo con las bases del fascismo una forma de combate? ¿No se trata también de conversar, de dialogar con votantes de VOX, por ejemplo (también hay fascismo .Cat que ahora no cito), y atraerles al ámbito de la democracia? ¿No es eso también combatir el fascismo? En cuanto a aplastar, ¿qué significa exactamente?
Por lo demás, y este es un punto que no puede pasar desapercibido, ¿alguien, sea quien sea, escribe una nota antifascista como la comentada, la publica en su blog el 15 de mayo y no hace ninguna referencia al autoritario veto al Viejo Topo, a su expulsión, impuesto por Literal 2023? ¿Se está de acuerdo entonces con el veto?
El autor de la nota comentada afirma en su segunda nota que no, que no está de acuerdo. Perfecto. Pero lo dice así: “Considero que esta medida es un error político. Así lo he expresado privadamente, en vivo y en directo, a un compañero de la dirección de la Feria”.
¿Sólo un error político? ¿Y ya está? ¿No es algo más, no es una prueba clara de sectarismo, de censura, de manifestación del “mando en plaza” y aquí no tose nadie que yo no quiera que tosa?
¿Privadamente? ¿Y por qué privadamente? ¿Por qué no se ha dicho nada hasta ahora públicamente? ¿Por compañerismo, por amistad? ¿Por cuidar las relaciones políticas con los organizadores del veto y la organización u organizaciones a las que pertenecen? ¿Pero no era amarga la verdad y había que echarla de la boca? ¿O los versos de Quevedo no rigen en este caso?
En síntesis: tristeza, mucha tristeza e incomprensión. Y lo que todos sabemos: digan lo que digan, veten lo que veten, se justifiquen como quieran justificarse, el topo seguirá ahí, haciendo su trabajo de zapa.
Añado: el director de El Viejo Topo, Miguel Riera, que está a punto de cumplir 80 años y ha sido premiado, reconocido y homenajeado en repetidas ocasiones por fuerzas de izquierda por su grandísima labor político-cultural (junto con Elisa y el resto de trabajadores/as de la editorial), en absoluto se merece este inconmensurable acto de descortesía, esta desconsideración, este oprobio.
Amigo, compañero Miguel: ¡ni caso! No ofende quien quiere sino quien puede. Y ellos no pueden. ¡A seguir cavando, queda mucha tarea por hacer!
Notas
1) https://espai-marx.net/?p=13709. Se siguen recogiendo firmas.
2) Rosa Cañadell, “No vamos bien (A propósito de la prohibición a El Viejo Topo de participar en la Feria del libro Literal).” https://elcomun.es/2023/05/11/no-vamos-bien-a-proposito-de-la-prohibicion-a-el-viejo-topo-de-participar-en-la-feria-del-libro-literal/
3) En un libro reciente (e interesantísimo, lleno de deslumbrantes desarrollos) de Josep Burgaya (Tiempos de confusión) publicado por El Viejo Topo (insisto: El Viejo Topo, la editorial supuestamente vetada por editar a Fusaro) podemos leer pasos como el siguiente: “El discurso emancipador de la izquierda desaparecía a los ojos de las clases populares. Ante la disyuntiva entre el cosmopolitismo progresista y el populismo patriótico, eligió esto último (también en Europa). La defensa de “valores postmateriales” desvinculó al votante socialdemócrata de la izquierda. En el mismo punto de vista estaría lo que se llama el “rojipardismo”, es decir, ideas que combinan planteamientos de extrema derecha con el marxismo, que acusa a la izquierda tradicional de haber convergido con el cosmopolitismo liberal. La división social se polizaría, ahora entre los que ven el mundo desde “ningún lugar” y los que lo ven desde “algún lugar”. Pensadores de referencia en este campo, como el filósofo italiano Diego Fusaro [*], creen que la izquierda ataca a un fascismo que es inexistente mientras que acepta de manera plena el totalitarismo del mercado”.
Y en nota al pie de página sobre Fusaro, una nota crítica, escribe Burgaya: “Este ensayista italiano formado entre otros con Giovanni Vattimo, se presenta como vinculado a la izquierda marxista y seguidor del pensamiento de Antonio Gramsci. Forma parte de una corriente de pensamiento que se considera trasversal y que pretende dinamitar los ejes izquierda-derecha. Se ha vinculado a pensadores muy ubicados en la extrema derecha y que practican lo que se denomina el “atrápalo todo”, haciendo del relativismo un dogma, como el francés Alain de Benoist o el ruso Alexander Duguin. Provocan una cierta duda sobre su honestidad intelectual.”
BONES REFLEXIONS!!
Quim Boix