(Página herida) Trias (Junts) no debe ser alcalde de Barcelona

Espero no marearles mucho con números y porcentajes. Antes de ello y a manera de desahogo:

1. Un amigo, de esos que nunca hablan por hablar, asistió el sábado 20 por la tarde a Literal 2023, la feria del libro alternativo que se celebró en Barcelona ese sábado y el domingo 21. Le interesaba una mesa redonda sobre Gramsci (que, de nuevo, no contó con la participación -no fue invitado- de una de las personas que más y mejor conoce la obra del filósofo y revolucionario sardo; hablo de Joaquín Miras, innecesario es decirlo). Paseando por la Feria y haciéndose “el tonto”, mi amigo preguntó a tres editoriales por la parada de El Viejo Topo; no la encuentro, les dijo. La respuesta, la misma en los tres casos: este año los del Topo han decidido no asistir. ¡Han decidido! ¿Qué cabe inferir? ¿Colijo mal si señalo que es altamente probable que la coordinadora-responsables de Literal acordaran contar ese cuento a las editoriales asistentes o, peor aún, hubo acaso un falsario acuerdo general para dar esa explicación si se preguntaba por el tema? ¡Un veto impuesto transformado en libre voluntad de no asistencia! ¿Feria alternativa, libro alternativo? ¡Venga ya!

2. Nuevo ejemplo de la hegemonía y dominio del nacional-secesionismo, de su mando en plaza, de un país a su servicio, de redes alimentadas que dan privilegios: un “nuevo puesto de trabajo” (muy bien remunerado, por supuesto) para Jordi Sánchez, ex dirigente de Junts, ex presidente de la ANC: nuevo director de Derechos Sociales (¿Derechos sociales, Junts, ANC?) del Síndic de Greuges, el “defensor del pueblo” de Cataluña, después de haber sido indultado y exonerado de su inhabilitación por las rebajas gubernamentales del Código Penal. ¿A qué no resulta difícil entender y compartir el enfado, el “cabreo”, de una parte de la ciudadanía? (Por cierto, ¿cuántos años de “ocupación institucional” del nuevo director general? ¿Cuántos años de curro, de trabajo real?).

3. En un documento interno de Sumar, no sé si es público en el momento en que escribo, se apuesta por “desbordar el autonomismo” (tengo conjeturas sobre su autoría) con otro “contrato territorial” donde se consagrará un sistema “a diferentes ritmos”, en función de las “particularidades” de cada comunidad autónoma (que se consideran homogéneas, unidades unitarias de destino en lo universal). Es decir, confederalismo asimétrico con soberanía ciudadana dividida.

¿Este es un planteamiento de izquierdas o es más bien un ejemplo de manual de la ininterrumpida penetración de la ideología nacionalista en la autodenominada izquierda alternativa? ¿Estas son realmente las “propuestas territoriales” de una izquierda que se dice transformadora? ¿Qué se quiere transformar? ¿Con qué finalidad?

***

Xavier Trias no debe ser (no es simple pensamiento desiderativo, aunque también) el nuevo alcalde de Barcelona. Por razones básicas de democracia y representatividad en el sentido usual de estos términos (no hago referencia aquí a la noción de democracia en su sentido fuerte, como poder del demos, de los pobres, de los más desfavorecidos).

De hecho, su candidatura ha sido un ejemplo claro de engaño, de estafa política. Trias y su equipo han ocultado las siglas del partido por el que se presentaba (Junts), nada ha dicho nada sobre el asunto del secesionismo, y, sin embargo, en la fiesta de celebración de su resultado, podía vérsele al lado de Jordi Turull y Laura Borràs, que en la mañana de este martes 30 han vuelto hablar del punto básico y esencial de su programa (que es también el de Trias, aunque ahora lo oculte): levantar un muro-Estado que separe a su Cataluña del resto de España.

Socioeconómicamente, lo aclaro para ciudadanos no barceloneses no informados, Trias representa más o menos lo mismo que Almeida en Madrid: los poderes empresariales, las clases más adineradas, la cultura del coche, la inactividad frente al cambio climático, los “disparates” de clase. La Barcelona rica, consistentemente, se ha volcado en él. Trias ha sido el más votado en los 10 barrios con rentas más altas de la ciudad y sólo fue superado en 3 de los 24 barrios con rentas por encima de la media de la ciudad. Ha sido la lista más votada en 99 de las 100 secciones censales más ricas. Por el contrario, en los 49 barrios barceloneses con rentas por debajo de la media obtuvo resultados por debajo del global y en 9 de aquellos, con rentas más bajas, apenas obtuvo la mitad del apoyo que logró en la media de la ciudad. [1]

Las razones (numéricas, de representatividad) a las que aludía por las que Trias-Junts no debería ser, no debe ser alcalde de Barcelona:

1. Resultados generales en Cataluña: Junts, 18,42% (554.115); ERC: 17,29% (519.833); CUP: 4,43% (133.403). Participación: 55,55% (9,26 puntos menos, -14% respecto a la participación en 2019, 64,81%). Sumando otras fuerzas secesionistas con menor apoyo (algunas de ellas de extremísima derecha y marcadamente xenófobas, la alcaldesa de Ripoll es un ejemplo destacado), el porcentaje global del nacional-secesionismo ha debido aproximarse al 42% (o algo menos).

2. Redondeando, la abstención (más votos nulos y en blanco) en Barcelona ha alcanzado el 40% (el 34% en 2019, 6 puntos más ahora, un 17% más): 450.000 ciudadanos han tomado esas opciones. Los votos emitidos han sido 671.880.

3. Trias-Junts ha obtenido 149.235 votos, el 22,42% de los votos (¡y el 13,5% del censo barcelonés!).

4. Usemos ahora dos criterios: derecha y nacionalismo:

4.1. Sumado los votos de Junts con las otras derechas (PP: 61.355 y VOX: 37.937) que han superado la (injusta por elevada) frontera del 5% (las fuerzas por menor porcentaje suman aproximadamente el 11% de los votos emitidos en el caso de Barcelona) representan el 37,33% (muy lejos del 50%).

4.2.Sumando los votos de Trias-Junts de las otras fuerzas secesionistas (ERC: 74.720, 11,22%; la CUP no ha alcanzado el 5%, se ha quedado en el 3,8%) representan en 33,54% de los votos emitidos (sumando los de la CUP, 37,3%).

5. Por el contrario, la suma de los votos del PSC (131.735, 19,79%, unos 7 mil votos menos que en 2019) y Comuns (131.594, 19,77%, unos 25 mil votos menos) suman el 39,54%.

5.1. Más que Trias y sus alianzas en los dos casos considerados.

6. Si sumamos los votos del PSC, Comuns y ERC se supera el 50% (50,78%), unos 24 regidores en total.

7. La opción Junts-PSC suma ciertamente 21 regidores, mayoría absoluta (y algo más del 42% de los votos emitidos), pero no hay duda que una nueva socioconvergencia (algunos analistas hablan de ella) no representaría el espíritu de los resultados de la votación del pasado domingo. Los ciudadanos no hemos votado la vuelta al pasado.

En síntesis: un candidato con el 22,42% de los votos emitidos (¡y el 13,5% del censo!) no debe ser alcalde, no puede aspirar (más allá de normas sobre la lista más votada) a la Alcaldía de una ciudad que está lejos, muy lejos, de haberle apoyado mayoritariamente, digan lo que digan Trias, Junts y “la gente rica” de una ciudad que cada día que pasa se aleja más de sus buenos momentos democráticos y ecosocialistas (ecosocialistas y democráticos en serio).

PD1: Uno de los escenarios que se abren tras las elecciones de julio es un gobierno PP-VOX más pequeños aliados. Si fuera así, el efecto en .Cat puede ya anunciarse (ya hay síntomas): incremento de la agitación nacionalista, el “España no tiene arreglo” y, de nuevo, política del victivismo.

PD2: Corre una conjetura sobre quién puede ser el nuevo secretario general de la OTAN que pone todos los pelos de punta. Mejor no pensar en ello… por el momento.

PD3: Sin reducir todo a esta arista, hay más factores desde luego, parece razonable pensar que los años de procesismo y la política de acuerdos del gobierno con ERC (y fuerza afines) durante esta legislatura han jugado su papel en el resultado general de las elecciones del 28M, especialmente en algunas autonomías, ciudades y pueblos.

Notas.
1) Marc Almodóvar, “La Barcelona rica se vuelca en Trias”. https://elpais.com/espana/catalunya/2023-05-31/la-barcelona-rica-se-vuelca-en-trias.html

Autor: admin

Profesor jubilado. Colaborador de El Viejo Topo y Papeles de relaciones ecosociales.

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