Perú (4/III/2023)

Del historiador y miembro de Espai Marx, José Luis Martín Ramos.

Ayer viernes [3/III/2023] se inició el nuevo período de sesiones del congreso, y empezó examinando la conveniencia o no de volver a debatir el adelanto de elecciones, la cuestión había quedado pendiente porque Renovación Popular presentó una moción in extremis, al acabar el anterior período, para que se desestimase dicho debate. La moción del grupo derechista fue derrotada por 41 a favor de ella y 63 en contra; votaron en contra los grupos de izquierda, la mayoría de los fujimoristas -que quieren adelanto, aunque con reformas previas que puedan marcar el desarrollo de las elecciones- y lo poco que queda del centro-derecha peruano.

De manera que el Congreso volverá a plantear el adelanto electoral, que en cualquier caso ya no será para 2023, sino para marzo-abril de 2024. La respuesta popular a los sucesos del 7 de diciembre, con la destitución de Pedro Castillo después de su extravagante maniobra, no han permitido consolidar la nueva presidencia del Perú y el gobierno encabezado por Otárola, pero finalmente no tuvieron fuerza suficiente para desbordar la mayoría de derechas del Congreso imponiendo el adelanto ya u obligar a Dina Boluarte a dimitir. La presidenta y su gobierno nunca han conseguido tampoco el apoyo mínimo para tener autoridad, por lo que su gestión aparece como meramente represiva y autoritaria. En la misma sesión del Congreso de ayer se aprobó una moción exigiendo que el Ministro del Interior se presente ante la cámara para dar explicaciones sobre la represión. La crisis sigue, sin que haya una salida clara.

No la hay en el espectro partidario.Los dos campos políticos principales se mantienen en sus posiciones a la espera de que unas nuevas elecciones modifiquen la correlación de apoyo social y de representación institucional, pero es muy aventurado adelantar qué puede producirse. El fujimorismo puede ganar en términos relativos, pero no obtendrá el apoyo de las derechas tradicionales, que lo desprecian; las actuales formaciones de izquierda, fragmentadas y enfrentadas, no dan señal de aproximación entre ellas y la legislación actual dificulta que pueda surgir una nueva formación de izquierda que pueda ser reconocida legalmente tiempo antes de las elecciones adelantadas. La invocación al centro no deja de ser una ilusión de quienes pueden sentirse representados por el diario La República; la esperanza puesta en el regreso del Partido Aprista Peruano no parece tener mucho fundamento, a juzgar por el poco popular intento de promover a un empresario como candidato de un partido que querría recuperar el socioliberalismo de Alan Garcia.

Por otra parte aunque la movilización de enero y primeras semanas de febrero se haya frenado, no ha desaparecido. La semana de viaje de los diputados a sus circunscripciones ha sido un calvario para muchos de ellos, abucheados en sus distritos electorales, sobre todo los de la derecha pero también alguno de la izquierda. El rechazo al congreso es absoluto, pero sin solución política viable puede convertirse en una piedra lanzada al aire. Un comentarista peruano dijo el otro día que menos mal que en estos momentos no hay en Perú nadie con aspiraciones de dictador. Esperemos que siga así, pero…

Decía que la movilización no ha desaparecido y hay signos de que pueda relanzarse a partir de la rebeldía de Puno. Cuando parecía que habían desaparecido los bloqueos de carreteras, también en Puno, la semana ha acabado de nuevo con una cifra importante, más de cuarenta; la prensa de derechas exige «una nueva estrategia» para impedir que los bloqueos levantados por la policía y el ejército se reproduzcan tan pronto como las fuerzas armadas dejan el lugar. Este final de semana se reúne el congreso de rondas campesinas de la macrorregión norte. Habrá que estar atentos a sus acuerdos y su implementación. Las nuevas delegaciones del Sur ya han ido llegando a Lima -son grupos de decenas de representantes de diversas localidades- y han empezado a protagonizar algún salto de manifestación en el centro de Lima, a pesar de la prohibición municipal; pero la policía los disuelve a bombazos lacrimógenos, sin mayor trascendencia por el momento. No tengo ninguna información sobre el efecto de la huelga de una de las asociaciones de transportistas; la prensa no da ninguna información. La última noticia es la convocatoria de una huelga de enseñantes convocada por le Federación Nacional de Trabajadores de la Enseñanza del Perú para el día de la reanudación de las clases tras el fin de las vacaciones , el 13 de marzo. La FENATEP se asocia en los medios de comunicación al Moavadef, al PCP-Sendero Luminoso, pero la realidad puede ser más compleja; por ejemplo, Pedro Castillo fue un dirigente sindical de los enseñantes vinculado a la FENATEP. Sea como fuere la convocatoria de huelga no es unánime, por el momento la descarta el SUTEP, el sindicato de enseñantes mayoritario vinculado a la CGTP, que prioriza el comienzo de las clases y deja para más adelante la toma de decisiones sobre el cómo y el cuándo de sus movilizaciones.

Autor: admin

Profesor jubilado. Colaborador de El Viejo Topo y Papeles de relaciones ecosociales.

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