Sobre Bruno Latour

Del compañero de Espai Marx, Manuel Martínez Llaneza (más una observación de Miguel Candel).

Como sabrás, Salvador, a veces es más difícil resumir que traducir, pero, en esta ocasión, tras el resumen del traductor sobre lo fundamental del disparate, me limito a extraer de Sokal y Bricmont un par de detalles que me parecen muy significativos.
1.- El Sr. Latour modifica el conocido ejemplo de Einstein del tren que pasa por el andén de una estación a una velocidad comparable con la de la luz, añadiendo a las mediciones de los dos observadores (uno en el tren y otro en el andén) la mediación de un tercer observador (se supone que sociólogo, lo llama ‘enunciador’) que intenta superponer las observaciones codificadas que le envían los otros dos. No explica qué es para él “superponer”, pero parece opinar que la realidad física es un asunto de negociación social. Dice luego muchos disparates, sin los cuales, para él, el argumento técnico de Einstein es incomprensible. Y se queda tan contento.
2.- Relacionado con lo anterior, pero mas sutil y menos comprensible, está la opinión de M. Latour de que conocer la física es necesario para la sociología, aunque no sabe cómo ni por qué, por lo que es su propósito ver la obra de Einstein como algo explícitamente social y encontrar cómo podemos aprender de Einstein a estudiar la sociedad. Esto parece un farol para epatar a sus compañeros de disciplina ‘de letras’ que no entienden la ciencia como él (se cree).
Estoy seguro de que es feliz.
Manuel

Observación de Miguel Candel:
Venciendo la infinita pereza que me da transcribir chorradas, he aquí lo esencial del fragmento de Imposturas intelectuales donde se da cuenta de la chorrada en cuestión:
(Pág. 104, nota 75, de Imposturas intelectuales, donde se cita un número de la revista francesa de divulgación científica La Recherche. 1998).
Allí Latour comenta lo que interpreta como el descubrimiento en 1976, por científicos franceses que trabajaban en la momia del faraón Ramsés II, de que su muerte (alrededor del 1213 a.C.) fue debida a tuberculosos. Latour pregunta: «¿Cómo pudo fallecer a causa de un bacilo que Robert Koch descubrió en 1882?» Latour indica, correctamente, que sería un anacronismo afirmar que Ramsés II fue asesinado con una ametralladora o que murió por el estrés que le provocó la caída de los mercados financieros. Entonces Latour se pregunta: ¿por qué la muerte por tuberculosis no es asimismo un anacronismo? Y llega al extremo de afirmar que «antes de Koch, el bacilo no tiene existencia real». Descarta la noción de sentido común de que Koch descubrió un bacilo preexistente diciendo que «tiene sólo la apariencia de sentido común».
No comment.

Miguel

Autor: admin

Profesor jubilado. Colaborador de El Viejo Topo y Papeles de relaciones ecosociales.

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