Sobre el Papa Francisco.

Del filósofo y miembro de Espai Marx, José Sarrión

Hemos perdido al mejor Papa desde Juan XXIII.

Evidentemente, no puede pedirse a un Pontífice que vaya mucho más lejos de lo que él ha podido ir. Y, lejos de las acusaciones de “comunista” o “peronista” que la ultraderecha le lleva lanzando desde que asumió el cargo (demostrando así que para los poderosos no hay más fe que el dinero), la realidad es que Francisco ha sido sencillamente un cristiano coherente y dialogante, dentro de los esquemas de la Doctrina Social de la Iglesia. 

Esto no es poca cosa.

Durante una década caracterizada por la brutal derechización de Europa y EE.UU., Francisco ha denunciado repetidamente las desigualdades generadas por el sistema económico global, calificando al capitalismo como «estructura de pecado» y defendiendo un modelo redistributivo. En sus encíclicas Laudato Si’ y Fratelli Tutti, abogó por una economía al servicio del bien común, criticando la acumulación de riqueza en manos de pocos . 

Francisco ha mantenido encuentros con organizaciones sociales, sindicatos y líderes de izquierda latinoamericanos, promoviendo una Iglesia que prioriza a los marginados, y ha rehabilitado a miembros de la teología de la liberación históricamente perseguidos por Roma, corriente que históricamente ha sido asociada con el socialismo en América Latina .  

Francisco ha condenado con fuerza la matanza de Gaza. Ha criticado el neocolonialismo económico, argumentando que los países ricos explotan los recursos de las naciones pobres. Incluso ha sostenido una salida dialogada a la crisis de Ucrania, en un contexto en el que el escenario dominante en occidente solo se contemplaba la confrontación unilateral contra Rusia y avivar el peligroso fuego de la guerra.

Ha defendido impuestos progresivos, regulación estatal de mercados y derechos laborales. Su encíclica Laudato Si’ enfatiza la responsabilidad humana en la crisis ambiental y critica el consumismo, un enfoque que coincide con la visión marxista de la explotación irracional de los recursos naturales.

Lógicamente, estas posiciones se mueven dentro de unos límites. Aunque critica el capitalismo, Francisco no cuestiona la propiedad privada ni propone su abolición. Mantiene posturas tradicionales sobre el aborto, el matrimonio homosexual y los roles de género, aunque ha sido mucho más dialogante que sus predecesores.

Diez papas anteriores, desde Pío IX hasta Benedicto XVI, condenaron explícitamente el comunismo como «intrínsecamente perverso» . Francisco evita este lenguaje, llegando incluso a reconocer la importancia que tuvieron los comunistas para su comprensión de la Doctrina Social De la Iglesia.

El Papa Francisco ha representado un avance significativo en la crítica a las injusticias del capitalismo global, acercándose a posturas anticoloniales y ecologistas. Todo, evidentemente, desde un conservadurismo moral y una adhesión a un reformismo basado en la caridad.

Siempre quedará su discurso de denuncia.

Me temo que el futuro va a ser más feo.

Autor: admin

Profesor jubilado. Colaborador de El Viejo Topo y Papeles de relaciones ecosociales.

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