Sobre la situación peruana

Del historiador José Luis Martín Ramos, miembro de Espai Marx.

Sigo como puedo la situación peruana. Se hace más difícil porque los medios de aquí han dejado de informar, La Jornada o Página 12 informan muy poco, y youtube ha suspendido la difusión de telesur, aprovechando una intromisión de hacker. Así que las fuentes son las peruanas que cazo al vuelo e internet y youtube. Os hago un resumen de lo que he deducida de ellas:

La crisis sigue abierta y sigue lejos de solución. Dina Boluarte no controla la situación y no parece tener apoyo real de nadie. Tras una tregua navideña se han reactivado las huelgas, bloqueos de carreteras y manifestaciones, que mantienen una reivindicación política unánime, no tanto libertad de Pedro Castillo como disolución del congreso y elecciones a constituyente. La protesta está muy extendida en la mirad meridional del Perú, entre las comunidades campesinas quechuas y aymara, pero también entre sectores urbanos organizados sindicalmente, sindicatos de enseñantes, la CGTPeruana,…

Está por ver los efectos políticos definitivos y, de entrada, si progresarán en el Norte, en Trujillo y la costa septentrional. Si lo hace Lima, en donde hay aparente normalidad, se verá en una pinza. Ayer ya se hablaba de casi un 20% menos de entradas en los mercados de abastos (aunque los medios de derecha suavizaban la información diciendo que días anteriores habia entrado un 11% de más) lo cierto es que el bloqueo de carreteras -medio centenar de puntos de bloqueo en el centro-sur- y la movilización campesina está empezando a generar problemas de abastecimiento urbano. Efectos económicos ya los tiene: han caído un 80% de los ingresos turísticos por el momento y se teme que el sector turista, que se centra precisamente en el sur, pueda llegar al colapso.

En ese panorama está claro que la protesta tiene una orientación política, pero no está clara la dirección política. Intelectuales como Héctor Béjar hace una lectura algo luxemburguista, hablando de la súbita madurez política del pueblo peruano -que reconoce que él mismo negaba hace dos meses- y de algo así como la autoorganización y la autodirección de las masas. Puede estar confundiendo deseos con realidades. No aparece de manera pública una dirección, pero si aparece organización preexistente: sindicatos, rondas campesinas, comunidades indígenas. Puede ser que haya hoy por hoy una pluralidad de direcciones. Pero los lemas y los objetivos son únicos, incluso el de una marcha sobre Lima desde lis cuatro “suyos”. El gobierno y los medios de la derecha dicen que lo tienen claro: han ido acusando sucesivamente de los movimientos a la “minería informal” (algo que también se da en Bolivia); a los terroristas de Sendero Luminoso, señalando, a sus plataformas afines -el fenate, sindicato de enseñantes, y el movadef, un organismo de asistencia a presos y represaliados-; a los narcotraficantes; a Evo Morales por su ascendente ante los aymará. Me parecen intentos de estigmatizar la protesta ante el Perú urbano y sus clases medias. Lo de la minería informal y el narcotráfico no explican la difusión y firmas de la protesta. Sendero Luminoso puede haberse activado, pero no parece dirigir la protesta. Los promotores de las de estos días insisten en mantener un carácter pacífico y en dejar a Dina Boluarte y a la derecha como lis violentos, los causante de treinta muertos en el ciclo de protestas iniciales.

Tengo tres incógnitas: que está haciendo Perú Libre, el principal protagonista político hasta diciembre y qué hacen los fujimoristas, más allá de su actual acción parlamentaria, irrelevante. Me parecería extraño que en el desarrollo futuro de los acontecimientos no estuvieran presentes de manera importante. Y qué hace o va a hacer Antauro Humala, que en los últimos meses del año pasado habría estado recorriendo el Sur, organizando adeptos para una supuesta accion en marzo de 2023. Antauro metió mucho la pata en los primeros días de la crisis, reconociendo al gobierno de Dina Boluarte, su derecho legal, institucional. El comportamiento represivo de DB lo dejó temporalmente fuera de juego; pero Héctor Béjar no lo da por acabado. Lo cierto es que, en algún momento, la movilización habrá de tener referentes nacionales. Hasta aquí lo que he podido saber de cómo están las cosas.


Autor: admin

Profesor jubilado. Colaborador de El Viejo Topo y Papeles de relaciones ecosociales.

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