Del historiador y miembro de Espai Marx, José Luis Martín Ramos.
Trump ha ganado de calle las elecciones; todas las especulaciones sobre un empate se han desvanecido; Kamala Harris ha confirmado que no era una gran candidata -todavía no se conocen sus propuestas concretas aparte de criticar a Trump- y que no podía revertir el gran fracaso del Partido Demócrata de Joe Biden. Toda la izquierda de los Socialistas Democráticos que ha votado a Kamal ha perdido la ocasión de reforzar una tercera fuerza para empezar a tener protagonismo en la nueva etapa republicana que se avecina y el giro más a la derecha de la política interior en EEUU. Todos los que como Ritter han votado a Trump, y han defendido ese voto, con el argumento de que él pondría fin a la guerra de Ucrania -y al riesgo de escalada militar- podrán ver como se pone fin a ese riesgo en Europa, pero no se pone fin al riesgo general, sino que puede ser todo lo contrario. Pan para hoy, para algunos, hambre para hoy para otros y veremos si hambre para todos mañana. El objetivo de Trump es reforzar el imperialismo de EEUU, sacándolo de la trampa en que se ha metido en Ucrania. para poder poner todos los esfuerzos contra el enemigo principal, China, y en el instrumento preferido del imperialismo a la defensiva, que es el de nuestra época, el proteccionismo. Me aventuro a algunas predicciones sombrías en el ámbito internacional.
El fin de la guerra de Ucrania pasa por un acuerdo Trump-Putin, que los dos han anunciado en el curso de la campaña electoral; es decir, un nuevo acuerdo EEUU-Rusia; ese acuerdo no necesariamente pasa por la adopción común de una política de seguridad colectiva general, de momento tiene suficiente con establecer un nuevo status quo en el que las demandas de seguridad colectiva de Rusia pase por la neutralización de Ucrania. Si esto acaba así, los costes de la derrota de Ucrania no los pagará la OTAN, que se tendrá que acomodar a la nueva política norteamericana, sino los partidos de la guerra en Europa: el SPD, los Verdes, los liberales franceses; en tanto que la derecha y la extrema derecha que no se ha quemado en esa guerra se reforzarán, también por el triunfo del «trumpismo» en EEUU: la CDU y AFD, Rassemblement National…..La nueva izquierda europea en ascenso, BSW, Francia Insumisa, los comunistas belgas… tendrán que profundizar más en sus propuestas internas y adaptarse al nuevo escenario en que se va a dirimir la disyuntiva entre guerra y paz.
El triunfo de Trump es pésima noticia para los palestinos. Neta queda reforzado y en EEUU se refuerza el sionismo extremo, el que sueña ya no solo solo con el «Hogar Judío» sino con el Gran Israel, que se les presenta como la única garantía de supervivencia futura (sea eso cierto o no). Para mí se abre la cuestión de cuál será la actitud de Rusia en este conflicto, en el que no ha estado posicionada tan inequívocamente como se ha pretendido. En el acuerdo entre Putin y Trump puede haber una tentación explícita de cambiar cromos: la neutralización de Crimea y la retrocesión de Crimea más el Dombás a Rusia a cambio de manos libres a Israel; y si no esa tentación explícita, puede haber la renuncia implícita a no poner en peligro el acuerdo en Europa entre ambas potencias por causa del conflicto palestino, que para Rusia no es una cuestión central pero puede serlo para EEUU (Israel sigue siendo la baza estratégica del imperialismo EEUU en Asia sudoccidental).
Si Trump quiere hacer «América más grande», el tamaño se mide por lo que miden los demás. Con Biden, EEUU se ha hecho más pequeña al ponerse a remolque de la cuestión de Ucrania, que no ha aislado a Rusia sino que ha aislado a EEUU de las potencias emergentes en el mundo. Resuelta la cuestión de Ucrania y el enfrentamiento con Rusia, el objetivo de «frenar» a China pasa por frenar a los BRICS, por dividirlos explotando su heterogeneidad -es lo que ya se hizo con el Movimiento de los No alineados- antes de que puedan consolidar un sistema alternativo al bloque imperialista central encabezado por EEUU; India es la pieza a cazar por parte de Trump y si hay una buena oferta tengo pocas dudas de lo que Modi hará.
Respecto a América Latina el objetivo de Trump está claro: apretar las tuercas a México y conseguir el sueño húmedo de los gobiernos norteamericanos, el fin de la disidencia cubana aprovechando el pésimo momento de Cuba. Milei y Bolsonaro ganan. Los vientos que giran hacia la derecha en Latinoamérica arreciarán.