Buenas tardes, querido Salvador!
Efectivamente, los resultados no son esperanzadores… Y no veo que en 13 días -los días que hay para presentar en plazo coaliciones electorales…- esté en marcha una estructura que aúna a toda la izquierda del PSOE.
Personalmente, creo que es en el trabajo de los ayuntamientos, en la calle y en el contacto directo con la ciudadanía donde se gestiona el futuro… Tengo claro que el PP eso no lo hace, pero tiene otras prácticas para lograr votos (aquí el caciquismo se palpa en el ambiente…, hay muchas definiciones de caciquismo…, pero para mí la mejor es la que me dijo un alumno hace años: ‘tenemos que votar al alcalde porque gracias a él tenemos asfaltado el camino que lleva a nuestra casa’), el PP no necesita la cercanía a la gente -que la tiene, en la Galicia rural los alcaldes del PP se pasan por las casas de los vecinos a preguntarles si necesitan algo…, ¿por qué crees que el PP tiene tan difícil entrar en los ayuntamientos de las ciudades gallegas? -aclaración en Vigo y Pontevedra hace tiempo que no sabe lo que es gobernar el ayuntamiento; na Coruña, en Ferrol y en Santiago, van y vienen, sobre todo por debilidades del PSOE, el BNG y la izquierda del PSOE; en Lugo y en Ourense a pesar de que el caciquismo funciona, por eso tienen tantos años en el poder, últimamente no saben lo que es tener la alcaldía…-, pero la izquierda sí. A la derecha se le perdonan las corruptelas, los engaños, los recortes…. quien vota al PP lo hace contra viento y marea. El votante de la izquierda y sobre todo de la izquierda del PSOE quiere notar esa cercanía y no sentirse engañado… y sobre todo, creo que quiere que le hablen de sus problemas y por mucho que yo defienda la igualdad de las personas trans y homosexuales…, creo que hace falta un discurso de clase, de lo contrario la ultraderecha tiene muy fácil con su discurso populista, homófobo, xenófobo, »del esfuerzo» -me gustaría saber que entienden por esfuerzo esos crápulas que nunca hicieron nada…-, de defensa de los privilegios -que están para todos, incluidos los miserables…-, atraer el descontento… Siempre lo dije: cuando la rabia se queda en eso, cuando la rabia y la indignación no se transforma en rebeldía organizada… el resultado es el fascismo, no el socialismo. Este país necesita mucha pedagogía desde un discurso de clase…, necesita organizar el descontento y el malestar de las clases populares, necesita discursos que con la fuerza de las grandes utopías y el contacto con la realidad fomenten la esperanza en un proyecto transformador de largo recorrido… El PCE entendió eso en la República y en la Transición, en los dos casos la forma de desplazarlo del imaginario colectivo fue con estrategias violentas (piensa en lo que relata el libro de Carlos Portomeñe…), tiene que recuperar esa capacidad de organizar a la gente!!!
Decía Galeano que en una ‘carta al señor futuro’, que se dirigía a él sin el convencimiento de que estuviese hay para leer su carta, porque es posible que nos carguemos el mundo y el futuro… si no hacemos algo para evitarlo y ese algo, ese freno de la locomotora sin frenos, como decía Benjamin, es el socialismo. Y nuestra tarea es fomentarlo en nuestra cotidianidad, en nuestro quehacer diario…
Corto el rollo.
Un fortísimo abrazo,
Alfredo