Del compañero y miembro de Espai Marx, Carlos Valmaseda
1. Resumen de Rybar del 6 de julio.
2. Mi imagen del día: Prigozhin y sus pelucas.
3. Discrapancias en la OCS.
4. La mayoría global.
5. Coches y ciudad feliz.
6. La erradicación de la pobreza en China.
7. La resistencia de Yenín
8. Abordar de forma serena.
9. Si Alemania estornuda…
1. Resumen de Rybar del 6 de julio.
Ya han publicado el vídeo resumen de ayer, 6 de julio: https://twitter.com/
Aprovecho para comentar que parece que disminuye la tensión en la central de Energodar. Budanov, al que se le ve muy bien para estar muerto, dice que el nivel de amenaza está disminuyendo: https://en.interfax.com.ua/
El jefe de la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania, Kyrylo Budanov, ha declarado que el nivel de amenaza en la central nuclear de Zaporizhia (ZNPP), actualmente controlada por las fuerzas de ocupación rusas, está disminuyendo gradualmente.
«Estamos llevando a cabo ciertas acciones en esta zona, tanto públicas como no públicas, y creo que, ahora, el peligro de una catástrofe tecnogénica artificial está bajando poco a poco», declaró en una entrevista a The Times.
Anteriormente, el jefe de la inteligencia ucraniana había declarado que las fuerzas de ocupación rusas se habían preparado para un acto terrorista en la ZNPP y habían colocado material militar con explosivos junto a cuatro de las seis unidades de potencia de la central.
2. Mi imagen del día: Prigozhin y sus pelucas.
Hace un par de días registraron la casa de Prigozhin en San Petersburgo. Junto a lo normal en estos casos: lingotes de oro, una habitación-hospital, coches llenos de fajos de billetes…, ha llamado bastante la atención la colección de pelucas que guardaba. Se supone que las usaba para las actividades de Wagner en el extranjero, pero no veo como disfrazarse de Sacha Baron Cohen puede engañar a nadie. Un personaje peculiar, sin duda.
Fuente: https://twitter.com/GazetaRu/
3. Discrepancias en la OCS
No es fácil construir una alternativa contra Occidente, entre otras cosas, porque los países que lo intentan tienen sus propios problemas entre ellos. El caso más claro es el de China e India, que han estado a punto de un conflicto armado en más de una ocasión en los últimos años por sus conflictos fronterizos y el acercamiento de India a EEUU, etc. Tampoco sus relaciones con Irán, un nuevo socio, han sido fáciles. Bhadrakumar dedica su última entrada en su blog a este tema.
Publicado el 6 de julio de 2023 por M. K. BHADRAKUMAR
El descontento de la India con la OCS
La cumbre virtual de la Organización de Cooperación de Shanghai celebrada el 4 de julio dio la bienvenida a Irán como décimo miembro.
Estar fuera de sincronía con la vida contemporánea en cualquier lugar y en cualquier momento se convierte de hecho en una situación desesperante. Ese fue el trágico predicamento del escritor austriaco del periodo de entreguerras Stefan Zweig, que una vez escribió: «Hay que estar convencido para convencer, tener entusiasmo para estimular a los demás», en alusión a la creciente ola de fascismo en la Europa de los años veinte y treinta que culminó en la Segunda Guerra Mundial.
Zweig no pudo conciliar su contradicción interior, que finalmente le llevó a quitarse la vida en el lejano Brasil, escapando a duras penas de la cacería nazi de la burguesía judía de Viena a la que pertenecía su acaudalada familia, tras entregar al editor sus grandes memorias El mundo de ayer, considerado aún hoy un libro de lo más evocador sobre el Imperio de los Habsburgo.
La tragedia de Zweig no debería ser el destino de la India, ya que huye de las complejidades de la actual situación mundial. Por este motivo, la importancia de la cumbre virtual de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) presidida por India el martes resulta muy inquietante. ¿Hacia dónde se dirige la política de India en la OCS?
El discurso de apertura del primer ministro Narendra Modi en el evento de la OCS no logró convencer, y mucho menos estimular, a los demás países miembros, especialmente a Rusia y China, que inventaron el «espíritu de Shanghai» hace casi tres décadas, que se convirtió cinco años más tarde, en 2001, en la directriz de la cooperación de la OCS.
Lo más triste es que Modi parece desconocer el espíritu de Shanghái, aunque su gobierno cosechó fortuitamente la iniciativa de política exterior del anterior gobierno de Manmohan Singh de buscar la adhesión de India a la OCS. Los discursos de Modi en las plataformas multilaterales han adquirido ya un rasgo familiar: atacar con insinuaciones a Pakistán y China. Entusiasman a los grupos de presión antimusulmanes y sinófobos de India, pero no servirán de nada al colectivo de la OCS.
La moralidad es un tema complejo en el mundo de la diplomacia, pero hay que lidiar con sus matices. Los buenos juicios morales implican en realidad discernir cuándo es necesario hacer excepciones en consideración de un resultado perdurable más amplio. ¿La insistencia de la India en el terrorismo «en todas sus manifestaciones» ha hecho mella en la comprensión de la comunidad mundial sobre la disputa de Cachemira, como se refleja en las declaraciones de la OCI o en la articulación ocasional de los funcionarios de la ONU?
¿Se ha paralizado la iniciativa china de la Franja y la Ruta debido a la interesada cuestión de la soberanía que la India utiliza como metáfora para adornar su discurso sobre la disputa fronteriza en el Himalaya? La respuesta es un rotundo «no», una vez más. De hecho, los países miembros de la OCS están adoptando grandes proyectos de conectividad que eluden a India debido a sus diferencias y disputas irresolubles con China y Pakistán.
La OCS y el orden mundial
La cumbre de la OCS de 2023 se celebró en un contexto de acontecimientos trascendentales en el ámbito de la seguridad internacional. Podría decirse que el carácter histórico de la cumbre de la OCS de este año se debe en gran medida a los acontecimientos trascendentales que se están produciendo en la actualidad y que determinarán en gran medida la naturaleza del orden mundial en el siglo XXI. Los presidentes tanto de Rusia como de China se centraron en sus discursos en este leitmotiv de la situación internacional contemporánea y adoptaron perspectivas sobre el papel de la OCS en un mundo en transición.
Citando el discurso del Presidente ruso Vladimir Putin, «Creemos que es importante que todos los miembros de la asociación [OCS] compartan sus planteamientos sobre la situación en la política mundial, la seguridad y las esferas social y económica. Al mismo tiempo, nuestra organización está firmemente comprometida con la creación de un orden mundial verdaderamente justo y multipolar, un orden basado en el derecho internacional y en principios comunes de cooperación mutuamente respetuosa entre Estados soberanos con el papel central y coordinador de las Naciones Unidas. Y lo que es más importante, este es el fundamento constructivo que subyace a la actividad práctica de la OCS…».
En su discurso, el Presidente chino Xi Jinping también hizo un llamamiento a oponerse al hegemonismo y a la política de poder, a hacer más justo y equitativo el sistema de gobernanza mundial y a promover la modernización de la sociedad humana mediante esfuerzos concertados y constantes para avanzar en la igualdad de derechos, la igualdad de oportunidades y unas normas justas para todos. Afirmando que la tendencia histórica de paz, desarrollo y cooperación beneficiosa para todos es imparable, Xi pidió esfuerzos para mantener la paz regional y salvaguardar la seguridad común y recordó a su audiencia que mantener la paz y la seguridad en la región de la OCS es una responsabilidad común.
Tanto Putin como Xi se explayaron largamente sobre el tema. Parecen habitar el mismo planeta, el Planeta Tierra. Por el contrario, la declaración india descartó este tema de forma bastante superficial y cortante en dos frases. Modi declaró: «Los tiempos actuales marcan una fase crucial en los asuntos globales. En un mundo rodeado de conflictos, tensiones y pandemias; las crisis de alimentos, combustibles y fertilizantes son un reto importante para todas las naciones». ¡Y punto!
Así de simple. ¿Acaso India tiene alguna opinión sobre esta «fase crucial de los asuntos mundiales»? En su lugar, el discurso de Modi dio un rodeo, vagando sin rumbo por Venus y Marte – Startups e Innovación; Medicina Tradicional; Empoderamiento de la Juventud; Inclusión Digital; Patrimonio Budista Compartido; Combustibles Emergentes; Descarbonización en el Sector del Transporte; Infraestructura Pública Digital y así sucesivamente – que, irónicamente, habría hecho el negocio de la moribunda SAARC.
Esto empieza a ser hilarante, pues India finge que ni siquiera es consciente de que la OCS es, por excelencia, una plataforma de seguridad. En realidad, Delhi parece sentirse cada vez más frustrada por el hecho de que cada vez más países del sur de Asia (por ejemplo, Maldivas, Bangladesh, Nepal y Pakistán) encuentren en la OCS una alternativa a la SAARC, a la que India está sometiendo a una muerte lenta.
Del mismo modo, los países de Asia Occidental (Bahréin, Kuwait, EAU, Arabia Saudí, Qatar, Egipto y Turquía, etc.) acuden con avidez a la OCS en busca de alguna o cualquier forma de vinculación con la agrupación. Delhi no puede detener estos procesos y, al mismo tiempo, teme que China sea la beneficiaria y no está segura de que la nueva gravitación del multilateralismo en la vecindad ampliada de India pueda erosionar su autoproyección, alentada por Occidente, como potencia regional número uno en su región y en la región ampliada.
Fundamentalmente, India está corriendo con la liebre y cazando con los sabuesos. Se trata, por supuesto, de un juego arriesgado y peligroso que sólo puede agravar el aislamiento de India a nivel regional. Ciertamente, es decisión del gobierno de Modi poner todos los huevos en la cesta estadounidense cuando se trata de la seguridad de la región del océano Índico. Por otra parte, India también debe estar sabiendo que se trata de una tendencia contraria en la política regional, cuando los Estados de la región se están moviendo abrumadoramente hacia la órbita de la OCS e incluso los aliados más cercanos de Estados Unidos en la región del Golfo se están sacudiendo el papel hegemónico de Occidente en la seguridad regional y buscando refugio en ese condominio único ruso-chino.
En realidad, se trata de un trauma autoinfligido para India, ya que debe atribuirse únicamente a la incomprensible agenda del gobierno de Modi de atar al país al redil estadounidense, totalmente contraria a la tendencia mundial del Sur Global de sacudirse el yugo occidental de forma definitiva y decisiva.
Al final del día, por lo tanto, no va a haber ningún interesado en las cuestiones retóricas planteadas en la declaración del primer ministro indio en la cumbre de la OCS:
«Deberíamos reflexionar colectivamente sobre si somos capaces, como organización, de satisfacer las aspiraciones y expectativas de nuestro pueblo».
“¿Estamos equipados para afrontar los retos actuales?».
«¿Está evolucionando la OCS hacia una organización plenamente preparada para el futuro?».
Es obvio que ninguno de los países miembros de la OCS -o aspirantes a Estados regionales- estará interesado en seguir el ejemplo de India.
La OCS reúne al Sur Global
El descontento de India con la OCS ya no puede ocultarse. Con la vista puesta en el presidente Biden, se trata de una consecuencia natural del bandazo del gobierno de Modi hacia el bando estadounidense. Sin embargo, lo más lamentable es que la actitud indiferente de India hacia la OCS coincide con los planes de Estados Unidos de convertir a la OTAN en el principal proveedor de seguridad en Asia. Sin saberlo o no, la conducta de India debilita de hecho la solidaridad de la OCS cuando más se necesita y, a su vez, sirve de facto a la llamada estrategia Indo-Pacífica de Estados Unidos.
Sin embargo, el doble lenguaje indio está condenado al fracaso. Los principales Estados de Asia Occidental ya se están moviendo a la par en la misma dirección que Irán. Por lo tanto, le guste o no a India, la atracción gravitatoria dentro de la OCS ya se dirige hacia un uso más amplio de las monedas nacionales para los pagos mutuos y la aplicación de la hoja de ruta de la OCS para la transición a las monedas nacionales en el comercio mutuo; medidas coordinadas para eliminar las barreras regulatorias; el establecimiento de la infraestructura de pagos necesaria; y el objetivo final de crear un sistema financiero independiente.
Y lo que es más importante, a pesar de la tibia actitud de India, los países de la OCS darán prioridad a la consideración de toda la importante cartera de solicitudes de otros Estados que deseen cooperar con ellos en el formato regional en una u otra capacidad. Una vez más, mientras que India suaviza la propuesta rusa de «transformar la estructura antiterrorista regional de la OCS en un centro universal responsable de responder a toda la gama de amenazas a la seguridad» -dada la obsesión de Delhi por relacionar a Pakistán con el terrorismo. Pero Putin subrayó que el asunto «requiere el enfoque más atento y constructivo».
Putin lo dice en serio. Esto pone a India en un dilema. Pues, la pasión de India por luchar contra el terrorismo empieza y termina con Pakistán. Al gobierno de Modi no le interesa lo más mínimo que Estados Unidos utilice de forma innovadora el terrorismo como herramienta geopolítica en diversas partes del mundo; el último ejemplo son los ataques con drones el Día de la Independencia de Estados Unidos contra Moscú y la región de Moscú, que, según el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, «habrían sido imposibles sin el apoyo prestado al régimen de Kiev por Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, que siguen vertiendo armas en Ucrania, incluidos drones, entrenan a operadores de drones y proporcionan la información de inteligencia necesaria para tales crímenes, incluidas imágenes de satélite civiles y militares».
Rusia y China tienen especial interés en aumentar la capacidad de resistencia de la OCS para contrarrestar la estrategia de contención de Estados Unidos contra ellos. Es de prever, por tanto, que en la escena internacional, la OCS y los BRICS estén llamados a ser los dos principales vehículos para hacer avanzar las aspiraciones del Sur Global.
Evidentemente, China y Rusia desempeñarán un papel protagonista a la hora de forjar la unidad del Sur Global. Testigo de ello son las iniciativas de paz y reconciliación de China en Asia Occidental o los esfuerzos rusos en África y América Latina o en el funcionamiento de la OPEP Plus. La cuestión es que China y Rusia no están manchadas históricamente como potencias coloniales. Por otra parte, al aferrarse a los faldones estadounidenses, India no hace sino debilitar sus propias pretensiones como líder autoproclamado del Sur Global. Cuanto antes asuma India esta realidad geopolítica, mejor.
Mientras India siga siendo miembro de la OCS, es probable que la tendencia sea la resistencia de otros países miembros a reducir el organismo regional para ventilar sus quejas contra Pakistán y China y viciar el funcionamiento de la organización. Así, cuando se trata del núcleo del territorio de la OCS, Asia Central, se ha creado recientemente (con el apoyo de Rusia) un nuevo formato China-Asia Central a nivel de jefes de Estado, que se reunirá dos veces al año, ya que la región es muy vulnerable a las revoluciones de colores patrocinadas por Estados Unidos y a la agenda de cambio de régimen. Es poco probable que Moscú o Pekín hayan confiado en Delhi para este importante acontecimiento geopolítico en Eurasia. (Véanse mis blogs aquí, aquí y aquí)
Una vez más, cabe esperar una tendencia similar con respecto a la aceleración de la BRI en el panorama de la OCS, con la decisión de ampliar el Corredor Económico China-Pakistán hasta Afganistán, que en la próxima fase conectará Asia Central. Del mismo modo, es perfectamente concebible que la nueva alianza del gas de Asia Central que se está gestando a iniciativa de Rusia acabe conectando también Pakistán por gasoducto con los enormes yacimientos de gas rusos.
En las capitales de la OCS parece estar ganando terreno la idea de que India captará en algún momento el mensaje de que no compensa ser un perro en el comedero. La OCS está decidida a no correr la trágica suerte de la SAARC.
4. La mayoría global.
Casi que lo que más me gusta de este artículo es como define lo que hasta ahora hemos denominado el Sur Global: la Mayoría Global. Pero este artículo de un exdiplomático australiano sobre la próxima cumbre de la OTAN tiene otros elementos interesantes.
La tierra quemada de la OTAN en Ucrania
5 de julio de 2023
La próxima Cumbre de la OTAN en Vilna los días 11 y 12 de julio parece ya infectada por un extraño fatalismo político, escribe Tony Kevin.
Por Tony Kevin. Especial para Consortium News
La esperanza de un avance político en Vilnius, Lituania, hacia la paz en Ucrania, encabezada por los cansados de la guerra europeos del Este, parece haberse agotado.
Hay una aceptación general en la OTAN de que las ofensivas ucranianas del verano en Zaporizhie y ahora en Bakhmut han fracasado a la hora de hacer mella en las defensas rusas, con una horrible mortandad de tropas ucranianas y una enorme destrucción de los equipos suministrados por Occidente.
Occidente parece conformarse con dejar que Zelensky siga malgastando los cada vez más escasos hombres ucranianos en edad militar, en un proceso descrito por el escritor Raúl Ilargi Meijer como el suicidio asistido de la nación ucraniana por parte de la OTAN.
La estrategia tácita de la OTAN parece ser: sabemos que Rusia está ganando inevitablemente en Ucrania, pero nos aseguraremos de que nosotros y nuestros apoderados de Kiev destruyamos la mayor cantidad posible de mano de obra y riqueza nacional de Ucrania antes de que Rusia tome el control del país.
La presa de Kakhovka ha desaparecido, y lo que queda de la central nuclear de Zaporizhie parece cada vez más amenazado por el sabotaje ucraniano con ayuda de Occidente. Estos dos enormes activos eran los pivotes del potencial y la riqueza industrial y agrícola de Ucrania.
Cuando Rusia se haga con el control político de la arruinada Ucrania y rechace las pretensiones occidentales de apropiarse de sus bienes, se enfrentará a un enorme trabajo de reconstrucción, comparable a la situación a la que se enfrentó la Unión Soviética en Ucrania tras las vengativas acciones de tierra quemada de las divisiones nazis en retirada en 1944-45.
Mientras tanto, Alemania, bajo la supina dirección de Scholz, se está desindustrializando, tras la pérdida del gas ruso barato después del sabotaje de los gasoductos del Báltico llevado a cabo por Estados Unidos. Los industriales alemanes se están llevando su capital, su capacidad de gestión y su propiedad intelectual a otra parte. Francia está desgarrada por graves disturbios. La UE está distraída y sin rumbo. La influencia mundial de Europa Occidental disminuye.
En Estados Unidos, sólo al complejo militar-industrial-informático le va bien. Las infraestructuras siguen deteriorándose. La clase media se erosiona y está confundida. Los demócratas son el partido del imperialismo liberal y los republicanos siguen divididos entre los belicistas y los trumpianos nacionalistas America-first. Quién sabe quién será el próximo presidente de Estados Unidos y si podrá detener el declive relativo de Estados Unidos.
Rusia avanza constantemente en reputación en lo que ahora describe como la Mayoría Global (lo que solía ser el Sur Global). Cada vez es más larga la cola de gobiernos que desean unirse a los BRICS y a la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS).
La alianza estratégica entre Rusia y China es el eje de esta ideología de la multipolaridad, cada vez más sólida e intelectualmente segura, que está atrayendo la atención de gobiernos serios de todo el mundo.
La tarea de Rusia es ganar en Ucrania, como está haciendo, pero sin destruir su reputación ante China y la Mayoría Global.
Rusia está bajando el telón de 320 años desde que Pedro el Grande empezó a intentar hacer de Rusia un miembro del Club Europeo-Angloparlante. Rusia nunca volverá a confiar en Occidente.
La historia de la traición diplomática de Occidente durante los últimos 32 años, desde el fin del comunismo soviético en 1991, ha demostrado a los rusos que la agenda de Estados Unidos y el Reino Unido siempre fue mucho más que derrotar al comunismo: se trataba de expandir la hegemonía global estadounidense y desintegrar a Rusia como Estado civilizador mundial competidor.
Ahora hay pruebas suficientes para satisfacer a la Mayoría Global de que el cambio de régimen de Estados Unidos y las operaciones de control en Ucrania desde 2013 han estado sobre todo cínicamente dirigidas a debilitar y desestabilizar a Rusia. Recordando su propia historia colonial vilmente explotada, la Mayoría Global se alegra de que estos esfuerzos occidentales estén fracasando.
La reunión de la OTAN en Vilna no producirá nuevos milagros de salvación para el condenado régimen de Kiev. Habrá un montón de retórica cansina sobre seguir defendiendo la Ucrania democrática.
Nadie -ni oradores ni oyentes- se la creerá.
Tony Kevin es un antiguo diplomático australiano de alto rango, que fue embajador en Camboya y Polonia, además de estar destinado en la embajada de Australia en Moscú. Es autor de seis libros publicados sobre política pública y relaciones internacionales.
5. Coches y ciudad feliz.
Así me gusta, que aprendan desde pequeños qué hay que hacer con esos inventos del demoño: https://twitter.com/
En Alejandría quisieron solucionar de una vez por todas el problema del tráfico, e hicieron esta preciosidad…
Y este es el resultado: https://twitter.com/leoprieto/ (hay que reconocer que es temporada alta y hora punta, probablemente).
Pero como dice este urbanista entrevistado en Climática-La marea, todos los técnicos del mundo saben que ampliar carriles solo amplia el problema -demanda inducida-, pero los políticos no.
https://www.climatica.lamarea.
Charles Montgomery, urbanista: «Cuando diseñamos nuestras ciudades para los coches, perdemos libertad»
En su último ensayo, ‘Ciudad feliz. Transformar la vida a través del diseño urbano’ (Capitán Swing), Charles Montgomery analiza cómo el diseño urbano puede hacer que llevemos vidas más felices y más prósperas y, de paso, más respetuosas con el medioambiente.
5 julio, 2023
Un conductor de Barcelona se pasa 161 horas al año en un atasco, de media. Uno de Madrid, 159 horas, y uno de Valencia, 141 (según datos de TomTom). Eso son más de seis días completos, con sus días y sus noches, o el tiempo equivalente a 20 jornadas laborales. Además del coste en tiempo, esto también tiene un coste en combustible: en Barcelona, el año pasado, cada 10 kilómetros recorridos en hora punta significaron 1,60 euros en gasolina.
También podemos hablar de los costes en salud, por sedentarismo, por estrés y por el aire que respiramos. En España, la contaminación atmosférica nos cuesta más de 1000 euros por persona al año en gastos sanitarios (según la Alianza Europea de Salud Pública). Además, hay costes climáticos – el transporte es responsable del 37% de las emisiones de gases de efecto invernadero – y en pérdida de bienestar asociada al ruido, al exceso de temperaturas que provoca el asfalto o a la falta de espacios públicos.
¿Y qué pasa con nuestra felicidad? Tras un siglo diseñando nuestras ciudades alrededor del transporte en coche privado, somos menos felices, sufrimos más estrés, estamos más segregados, confiamos menos en los demás y nos sentimos menos unidos a nuestros barrios. Pero estamos a tiempo de cambiarlo. El urbanista Charles Montgomery defiende en su último libro, Ciudad feliz. Transformar la vida a través del diseño urbano (Capitán Swing), que si luchamos por la ciudad feliz conseguiremos también ciudades más justas, más cohesionadas y más respetuosas con el medioambiente.
Sé que ha escrito todo un libro sobre ello, pero ¿qué es una ciudad feliz?
Para mí es muy sencillo. Una ciudad feliz es una comunidad que fomenta el bienestar mental y físico de todo el mundo, no solo de unos pocos.
Sin embargo, la mayoría no vivimos en una ciudad así. Vivimos en ciudades que están hechas para los coches y dominadas por los coches.
Nuestra felicidad urbana ha sido corroída por una combinación de avances tecnológicos y la incapacidad humana para maximizar la utilidad a la hora de tomar decisiones. Quiero decir, durante millones de años hemos evolucionado tomando las decisiones sobre riesgos y recompensas de una forma que a veces no nos ayuda a responder a cómo las tecnologías están dando forma a nuestras ciudades.
Para mí, el avance tecnológico que más ha cambiado la ciudad es el automóvil privado. Lo vemos en las ciudades que se construyeron antes de la llegada del coche, como cualquier ciudad europea o española antigua, están bien estructuradas. En su interior tienen una máquina fabulosa para la felicidad humana.
Pero incluso en estos lugares hemos acabado entregando la mayor parte de nuestro espacio público a los coches privados. Me llama la atención que una ciudad como Madrid, por ejemplo, haya entregado el 80% del espacio público a los automóviles privados cuando la mayoría de su población se desplaza a pie, en bicicleta o en transporte público.
En el caso de Madrid está claro. Pero, ¿hay alguna ciudad española que resalte por estar haciendo las cosas en la dirección opuesta, acercándose a eso que llama la ciudad feliz?
Voy a responder algo que puede parecer obvio, pero es que la gente que investiga y promueve el bienestar en la ciudad en todo el mundo mira hacia Barcelona. Gracias al programa de las superilles, Barcelona ha quitado espacio a los automóviles privados y se lo ha entregado a las personas, creando de paso ejes verdes para que la gente tenga más acceso a la naturaleza y disponga de más espacios para socializar. Al final, la prioridad de una ciudad debe ser fomentar las relaciones humanas, aunque parece que lo hemos olvidado.
Cuando recuperas la idea de la ciudad humana, del espacio para las personas, también creas una ciudad más equitativa para los niños, para los ancianos, para los pobres y para las personas con discapacidad. Y de paso vas construyendo sin querer una ciudad que es más eficaz en la lucha contra el cambio climático y la destrucción del planeta.
Más allá de Barcelona, en los últimos años muchas ciudades españolas crearon carriles bicis y peatonalizaron calles, restándole espacio al coche. Sin embargo, tras las últimas elecciones municipales hemos visto cómo algunos de los nuevos gobiernos locales revertían estos cambios. ¿Por qué ideas y acciones que parecen ser buenas para la mayoría acaban perdiendo la batalla política?
Bueno, la batalla no se ha perdido, la batalla continúa. Es verdad que ha habido elecciones locales en España y quienes se benefician de la privatización del espacio público para los coches han obtenido algunas victorias. Pero creo que es importante recordar quién se beneficia de estos cambios y quién se beneficia de las ciudades más inclusivas socialmente.
Es curioso, y pasa en muchas ciudades de todo el mundo, que siempre hay gente y negocios locales que se oponen a la creación de carriles para bicis o a la peatonalización. Pero luego todos los estudios muestran que los nuevos usuarios de la calle gastan más dinero que los conductores de automóviles. Y así es cómo las asociaciones comerciales locales de Vancouver, de Montreal o de Copenhague han acabado apoyando este nuevo modelo de ciudad.
Más comercio local, más salud, aire más limpio, mejores relaciones sociales… La ciudad sin coches nos puede dar mucho, pero ¿qué hemos perdido todos estos años con las ciudades dispersas dominadas por el coche?
Cuando construimos ciudades para coches, o cuando rediseñamos nuestras ciudades para ellos, lo primero que perdemos es nuestra libertad. Perdemos la libertad para movernos como queramos, de muchas maneras diferentes. Perdemos la libertad de ir en bicicleta y de caminar con seguridad y le quitamos esa libertad a los niños. Además, perdemos salud y nuestras vidas se acortan.
Pero, para mí, la gran tragedia es que perdemos la magia de las ciudades, su poder social, el poder de conectarnos. Hay estudios que muestran que las relaciones humanas y la confianza florecen cuando las personas se encuentran cara a cara en entornos seguros y cómodos. Y también que los conductores tienen peor opinión de las personas de su ciudad que los peatones, porque los conductores experimentan comportamientos más incívicos que las personas que caminan.
Así que este es el gran peligro, que la construcción de una ciudad para los coches acabe destruyendo nuestras relaciones con los demás. Y hoy, más que nunca, necesitamos aprender a confiar y a trabajar juntos. De lo contrario, no resolveremos nuestros desafíos colectivos.
Los coches llevan relativamente poco tiempo entre nosotros. A lo largo de la historia, casi siempre hemos vivido en ciudades hechas para las personas. ¿Cuándo empezamos a olvidarnos de sus ventajas?
En Norteamérica, y en Estados Unidos en particular, el movimiento para entregar las ciudades a los coches empezó en la década de 1920. Se creó a través de leyes, cambios de hábitos y subsidios para la infraestructura automovilística. En las ciudades europeas tuvo lugar un poco más tarde, pero también terminó pasando. Pero no hace falta analizarlo históricamente, podemos verlo reflejado en cada uno de nosotros.
Voy a hablar de mí, aunque creo que mucha gente puede verse reflejada en lo que voy a decir. Cuando camino, me muevo despacio y valoro a las personas que me encuentro por la calle y la infraestructura que me ayuda a desplazarme de esa manera lenta y segura. Cuando conduzco, sin embargo, me convierto en un completo imbécil, y no lo digo hipotéticamente. Me vuelvo egoísta y valoro mi habilidad para moverme rápido más que cualquier otra cosa.
Sin embargo, construir más carreteras y construirlas más grandes sigue siendo una de las promesas favoritas de los políticos. Cientos de estudios han demostrado que no funcionan para solucionar la congestión, que solo acaban atrayendo más vehículos y que no sirven para construir mejores ciudades. ¿Por qué las seguimos construyendo?
Seguimos construyendo más carreteras, en gran parte, por una peculiaridad de nuestra psicología conocida como error de enfoque. Cuando tratamos de resolver un problema, como los atascos, tendemos a centrarnos en las soluciones más obvias, como las carreteras más amplias.
Pero las ciudades son sistemas complejos y, ciudad tras ciudad, hemos comprobado que cuando construimos más carreteras lo único que hacemos es inducir más demanda. Es algo que todos los urbanistas y expertos en transporte del mundo saben. Desafortunadamente, nuestros políticos aún no lo han aprendido.
¿Pero no deberían haberlo hecho ya? Quiero decir, no es algo nuevo, hace tiempo que se sabe.
Bueno, esa es tu opinión editorial [risas]. Pero estoy de acuerdo, estoy de acuerdo. Creo que es clave empezar a diseñar las ciudades en base a las evidencias que tenemos y no en base a las corazonadas de alguien o a la experiencia de hombres de mediana edad. Debemos prestar mucha atención a los estudios que relacionan las infraestructuras con el comportamiento humano y el bienestar.
Todavía estamos empezando a aprender cómo el diseño puede acabar modificando por completo nuestro comportamiento. Así que no se puede culpar completamente a los políticos por no haber aprendido todavía sobre ello. Eso sí, hay varios libros que pueden serles de ayuda, incluido el mío.
Se me ocurren unos cuantos alcaldes a los que les podrían ser útiles.
En todo esto hay una historia con un final feliz un poco inesperado. Gran parte del daño causado a las ciudades del mundo nació en Estados Unidos, en un sistema neoliberal de expansión urbana y dependencia del automóvil. Pero en Estados Unidos esta visión también está empezado a ser cuestionada, incluso entre los más capitalistas de los capitalistas.
Acabo de pasar el fin de semana en Phoenix, Arizona. Allí, la construcción de una nueva línea de tren ligero ha motivado a los promotores inmobiliarios a construir el primer barrio sin coches de Estados Unidos. Cuando recorres sus calles, se parece mucho a una ciudad vieja de Europa. Allí, cada residente tiene una bicicleta eléctrica y no hay ninguna plaza de aparcamiento.
Es un modelo impulsado por capitalistas que se han dado cuenta de lo que quiere el mercado. Saben que los estadounidenses pagarán más por vivir en un lugar peatonal, con espacios públicos de uso mixto y sin automóviles.
Ahora que menciona los precios. En muchas ciudades, al menos en las españolas, la transformación de los barrios con más calles peatonales y más espacios públicos para todos ha traído más gentrificación y alquileres más altos. ¿Cómo construimos ciudades felices que sean asequibles para todos?
Le daría la vuelta a eso. Un siglo diseñando ciudades para los coches ha creado tantos lugares terribles en los que vivir que ahora los barrios humanos y bonitos tienen muchísima demanda. La gente que pueda pagará más por vivir en lugares bonitos, sociales, de uso mixto y humanos. Pero quien pueda también irá a esos lugares de vacaciones. Los norteamericanos queremos ir Barcelona, queremos vivir en sus apartamentos y sus barrios y queremos que los barceloneses se vayan para hacernos sitio.
Esta es la situación, y nadie os va a proteger de nosotros más que vosotros mismos. Depende de vuestros gobiernos prohibir los alquileres de estancias cortas, como los de Airbnb, y depende de vuestros gobiernos crear grandes bolsas de vivienda social asequible, como ha hecho Viena, por ejemplo.
Por último, diría que también es fundamental construir más lugares felices. Porque sea difícil pagar un alquiler o comprar una vivienda en una zona céntrica y peatonal no significa que debamos dejar de construir lugares así. Significa que deberíamos construir más.
Llama la atención que, en su libro, asocia las ciudades felices y sin coches a la libertad. Sin embargo, en España, en los últimos años, la idea de que la libertad es poder ir con el coche a donde quieras ha ganado mucha fuerza.
Parafraseando al tío de Spiderman, una gran libertad conlleva una gran responsabilidad. Todos somos responsables de pagar el verdadero coste de nuestros hábitos, nuestro consumo y nuestros movimientos. Hoy, viajar en coche es la forma de viajar más subvencionada que existe. Cada kilómetro que conducimos le cuesta una barbaridad a la sociedad en términos de salud, de desgaste de las infraestructuras y uso del espacio común.
En la actualidad, los conductores de automóviles no pagan por esos costes, los pagamos todos. Así, si creemos en la verdadera libertad, entonces también debemos asegurarnos de que cuando conduzcamos, paguemos el coste total de nuestros hábitos. Podemos repartir el espacio público de manera más justa o podemos cobrar a los conductores por el tiempo que usan la carretera y el espacio que ocupan. Y esto es algo que ya empezamos a ver en algunas ciudades.
Por otro lado, sabemos que, cuando las personas caminan o se desplazan en bicicleta, ahorran dinero a la sociedad. Desgastan menos la infraestructura, reducen la congestión y también reducen su gasto en atención médica a largo plazo.
Está dando hechos y razones, pero los humanos no siempre reaccionamos a ellos. Somos más de reaccionar a emociones. ¿Cómo hacemos que todos los cambios necesarios para construir la ciudad feliz apelen también a las emociones?
Las emociones están conectadas con nuestros valores y creo que, si hablamos de valores, hay cosas que apelan a la mayoría. Por ejemplo, mucha gente lo que quiere es asegurar una buena vida y un buen futuro para sus hijos. En Norteamérica, los niños que crecen en lugares autodependientes viven vidas entre tres y cinco años más cortas que las personas que crecen en lugares caminables. Si realmente te preocupas por tus hijos, entonces deberías hacer todo lo posible para crear un mundo en el que puedan vivir mejor y vivir más tiempo.
Otra emoción fuerte llega desde la experiencia. Creo que quien haya probado la la felicidad de un viaje seguro, tranquilo y alegre en bicicleta por su ciudad no querrá volver atrás. De todas las formas en las que podemos desplazarnos para ir al trabajo, la bici es la que normalmente nos hace más felices.
En este camino para construir ciudades más felices, más inclusivas y más justas, ¿dónde encaja la lucha contra el cambio climático?
La ciudad saludable, la ciudad verde, la ciudad baja en carbono, la ciudad equitativa, la ciudad próspera y la ciudad feliz son todas la misma ciudad. Creo que la acción climática más efectiva no es aquella que se centra en reducir la emisiones de gases de efecto invernadero, es la que nos habla de ciudades en las que sea seguro que los niños vayan caminando o en bici al colegio, en las que las personas tengan suficiente espacio social para encontrarse con sus vecinos y construir confianza. Las ciudades más sostenibles son aquellas en las que no tenemos que estar una o dos horas al día en un coche luchando en un atasco, son aquellas en las que podemos pasar más tiempo moviéndonos de formas que sean más fáciles, más felices y más ecológicas. Y no estoy diciendo que ignoremos el cambio climático. Lo que digo es que todas las acciones que deberíamos tomar para construir ciudades más sanas, felices, alegres e inclusivas también reducen nuestro impacto ambiental y nuestras emisiones de gases de efecto invernadero. Y saber esto nos debe dar esperanza.
6. Servir al pueblo: la erradicación de la pobreza en China
El último boletín del Tricontinental va sobre cómo China ha conseguido sacar a toda su población, toda, de la pobreza.
https://thetricontinental.org/
El cuenco de arroz del pueblo chino está firmemente en sus manos | Boletín 27 (2023)
7. La resistencia de Yenín
Un hilo del periodista Richard Medhurst con imágenes en vídeo de cómo ha sido esta vez la resistencia militar en Yenín contra las tropas ocupantes.
Al ser vídeos, lógicamente creo que es más lógico ir al hilo original, pero os paso aquí la traducción por si acaso.
ISRAEL OBLIGADA A RETIRARSE Con Yenín en ruinas, un resumen de las últimas 48 horas:
Israel lanzó su mayor ataque en Cisjordania en 20 años, arrasando muchas partes del campo de refugiados de Yenín.
Para ello, Israel envió tropas, vehículos blindados, drones, aviones y helicópteros. Un ataque devastador que destruyó hogares, infraestructuras y vidas.
Israel mató a 13 palestinos, muchos de ellos adolescentes. Cientos más resultaron heridos, 20 de ellos en estado crítico.
El campo de refugiados de Yenín apenas tiene 0,5 km² y está poblado por más de 14.000 personas. La idea de que Israel puede atacarlo sin causar víctimas civiles es ridícula.
Observe cómo vehículos y excavadoras israelíes invaden Yenín:
Más de mil soldados israelíes son enviados para atacar el campo de refugiados palestinos, que a lo largo de los años se ha convertido en un símbolo de la resistencia contra la ocupación debido a la incapacidad de Israel para conquistarlo o domesticarlo:
Aviones de guerra israelíes bombardean Yenín:
Las fuerzas israelíes van puerta por puerta, echando a las familias de sus casas a punta de pistola. Otras reciben mensajes de texto de números israelíes que les dicen que se vayan.
Como consecuencia de este último asalto, miles de palestinos se ven obligados a huir de sus casas, literalmente en pijama, sin llevar nada más que a sus hijos:
Palestinos refugiados en su propio país convertidos de nuevo en refugiados:
Combatientes palestinos se enfrentan a la invasión israelí con cócteles molotov. Un vehículo israelí se aleja rápidamente tras ser incendiado:
Momento en que un vehículo israelí es alcanzado por un artefacto explosivo improvisado (IED).
Escucha aquí la intensidad de la batalla entre los combatientes de Yenín y las fuerzas israelíes
Israel ataca abiertamente a los periodistas. Mira cómo este soldado israelí utiliza una cámara como blanco de tiro.
Casualmente abre la puerta de su jeep y sigue disparando al micrófono y a la cámara hasta destruirlos:
Israel arrasa viviendas en Yenín, destruyendo servicios públicos e infraestructuras como el agua, la electricidad y las propias calles:
Otra excavadora destruye las calles de Yenín:
Los daños son devastadores. Palestinos examinan los restos del asalto israelí:
Un palestino cuida de un gato herido:
Israel deja Yenín como un páramo apocalíptico, literalmente:
Más imágenes de los destrozos:
Esta escena de Yenín habla por sí sola:
Yenín tras el ataque israelí
Después de 2 días, Israel no puede completar su objetivo declarado de desarraigar a los combatientes y se ve obligado a abandonar el campo.
Una escena más alegre: los habitantes de Yenín salen a la calle para celebrar la retirada de Israel. Hamás y la Yihad Islámica Palestina (YIP) declaran la victoria.
Durante la noche, Gaza responde al ataque lanzando cohetes contra Israel. Israel procede a bombardear Gaza, mientras Yenín sigue en ruinas.
Esto muestra la nueva realidad a la que Israel es incapaz de enfrentarse: pase lo que pase en Cisjordania, Gaza les apoyará, y viceversa. Las facciones palestinas se han unido en un solo frente, reforzando el Eje de la Resistencia.
En represalia a la agresión israelí, un palestino embiste con su coche a colonos israelíes en Tel Aviv, hiriendo a 8 de ellos.
Se trata de un patrón que ya he observado y del que ya he hablado antes: cada vez que Israel decide atacar Yenín, al día siguiente los lobos solitarios responden a la ocupación.
8. Abordar de forma serena.
Yo estoy de acuerdo con el programa de El Viejo Topo aunque lo hagamos de forma alocada.
Fuente: https://twitter.com/Viejo_
9. Si Alemania estornuda…
El periodista argentino Bruno Sgarzini ha publicado un boletín de pago titulado «Alemania se desindustrializa por Ucrania». Pero ha publicado un resumen bastante amplio en un hilo de Twitter. Es este:
Alemania se desindustrializa por Ucrania; en 2022, las empresas alemanas retiraron más dinero del que invirtieron en la economía por la subida de la energía, según el Instituto Económico Alemán. Salieron 125 mil millones de euros. Y solo se invirtieron 10 mil millones.
Según el ingeniero industrial @FernandoRod_07:
“Lo de la balanza comercial de Alemania es sorprendente. En un año se ha disminuido dos tercios su superávit comercial. Esto debido, en gran parte, al aumento de las importaciones energéticas. Y eso no cambiará en el corto plazo por lo que es predecible que ese superávit, que antes rondaba los 200 mil millones de euros, se reduzca a 50 mil millones con lo que eso supone. En España, el déficit estaba en torno a los 20 mil millones. Y en 2022 se ha triplicado a 60 mil millones.
Los precios industriales de exportación en Alemania han aumentado un 14,6%, en España un 18,6%, en Estados Unidos un 5%, y en China un 4%. Eso es una pérdida de competitividad enorme para la industria europea que hará que los clientes de nuestras empresas busquen otros proveedores que no estén tan afectados por estos aumentos de los precios industriales.
Habrá un cuello de botella entre la oferta y demanda de gas hasta que se relocalice una parte de la industria europea. Y entonces ahí sí estaremos más holgados porque se habrá construido la infraestructura necesarias y el consumo se habrá reducido. Por eso los futuros del gas europeo para 2025 y 2026 tienen precios más bajos».
Uno de los planes del ministro de Economía alemán, Robert Habeck, es sustituir masivamente en las casas las calefacciones térmicas por bombas de calor en base a electricidad. Consulté para mi newsletter, de nuevo, al ingeniero@FernandoRod_07 y dijo esto:
«El plan consiste en sustituir para 2024 todas las calefacciones de gas y diésel en el ámbito residencial por otras que tengan al menos un 75% de generación renovable. Todas las calefacciones posteriores a 1994 tienen que sustituirse. En la práctica lo que hay que reemplazar son seis millones de calefacciones. Fundamentalmente por bombas de calor.
¿Cuáles son los problemas? Lo primero es que no hay la suficiente producción de bombas de calor en Alemania. Por lo que se van importar y aumentar de precio. El segundo problema es que se necesitara más electricidad de la que hay. Las bombas son eficientes, consumen menos energía para calentar los hogares. Pero hay un problema previsible de generación eléctrica.
El jefe de la Agencia de Redes de Alemania dijo que si conectan todas las bombas de calor y los coches eléctricos, es posible que hayan apagones en el futuro. Otro problema para Alemania es que Francia, en los próximos años, dejará de exportarle energía de sus plantas nucleares porque la usara para producir hidrogeno rosa (que se obtiene mediante electrólisis del agua alimentada por energía nuclear).
El desencadenante de esta situación ha sido los aumentos de costes luego de la ruptura de los gasoductos Nord Stream. Esto afectó de lleno a la industria intensiva alemana, en gran manera, a la química, la médula espinal de industria alemana. Emplea a un millón de trabajadores y genera un 70% de los bienes intermedios que utilizan el resto de fábricas del país.
Esos grandes costes produjeron deslocalizaciones y cierres de empresas. El segundo efecto es que no se confía en el suministro del gas natural licuado. Esto hace que los privados se plantee si es viable quedarse en suelo alemán. Algunas incluso han anunciado que se van a España porque sienten que allí es más seguro el suministro energético».
Hoy el gobierno alemán, en el medio de una recesión, anunció un recorte en todo el presupuesto alemán, excepto en defensa. Lo más llamativo es que no se ve que haya reacción en las calle. Sobre las razones de esto, consulté a
@ezequiel, doctor en Ciencias Económicas y Sociales de Universidad de Kassel y autor del canal de Youtube Demoliendo Mitos Ezequiel vive hace varios años en Berlín.
Según él;
«El gobierno alemán y los europeos no responden en este momento a los intereses de sus países. Menos de los pueblos, o las sociedades, europeas. Más allá de las razones de la dirigencia, hay una ausencia total de movilización y participación popular enmarcado en un proceso de décadas de deterioro democrático. Ligado a la imposición del neoliberalismo y el “fin” de la derecha y la izquierda.El fin de la política como un canal de resolución de conflictos.
En definitiva un fin de la democracia que genera una brecha cada más grande entre los ciudadanos de a pie y sus dirigentes. Una traición constante de la clase política contra el mandato popular dado en las urnas. Esta situación en época de bonanza no genera muchos problemas como en el presente.
Pero en este momento, los dirigentes europeos y alemanes coquetean con el inicio de una guerra mundial entre potencias nucleares. Y esto no genera ni discusión, ni apasionamiento, entre los alemanes en la calle. Es como si no estuvieran enterados que tiene que ver con ellos. Casi nadie participa.
Por supuesto, en los medios de comunicación hay un discurso permanente en contra de todo pensamiento crítico. En todos lados se repite que Putin es malo y que la guerra de Ucrania es por la “democracia”. Todas las tonteras a la que también estamos acostumbrados en América Latina.
En Francia y Reino Unido presenciamos movilizaciones populares sobre reivindicaciones materiales como la reforma provisional, impuesta por Emmanuel Macron, o los aumentos de precios en suelo británico. En Alemania todavía no vemos esto porque las consecuencias de esta crisis aparecen amortiguadas por subsidios y políticas estatales porque hay un Estado con más espalda financiera que el británico o el francés».