A favor del comunismo decrecentista

Reseña de: Kohei Saito, El capital en la era del Antropoceno, Madrid, Sinequanon, 2022, 334 páginas (traducción de Víctor Illera Kanaya).

Más allá de acuerdos y desacuerdos, más allá de puntuales observaciones críticas (también coincidencias) sobre algunas arriesgadas interpretaciones que pueden parecer muy osadas de la obra marxiana, El capital en la era del Antropoceno es un magnífico libro para un seminario que introduzca a los participantes en el marxismo-comunista ecologista.

Casi medio millón de lectores en Japón”. “Premio Asian Book Award 2021 al mejor libro del año”. Los reclamos publicitarios de la contraportada no deben ser obstáculo (para todos aquellos que sigan pensando, con razón, que la publicidad es unas peores aristas del modo de civilización capitalista) para una lectura sosegada del nuevo libro de Kohei Saito, profesor asociado de filosofía en la Universidad de Tokio, uno de los editores de la NUEVA MEGA y autor de La naturaleza contra el capital, libro, basado en su tesis doctoral de 2017, por el que fue ganador del premio Deutscher Memorial en 2018.

Componen El capital en la era del Antropoceno una introducción (¡los OPS (objetivos de desarrollo sostenible) son el “opio el pueblo”!), ocho capítulos, el epílogo (“Para que no sea el fin de la historia”) y las notas (correctamente ubicadas al final del volumen). Los capítulos estaban divididos en apartados de dos o tres páginas (algunos de ellos referidos específicamente a la situación nipona) lo que facilita la lectura (y los resúmenes y toma de notas) del lector/a. Algunos de sus títulos: 1. El cambio climático y el modo de vida imperial. 3. Contra el decrecimiento bajo el capitalismo. 6. Capitalismo de las carencias, comunismo de la abundancia. 8. La “palanca” de la justicia climática.

Más directamente político que en su anterior ensayo (incluyendo tesis de rectificación-matización sobre el ecosocialismo marxiano), El capital en la era del Antropoceno está dirigido a la ciudadanía en general, no, específicamente, al mundo académico. El filósofo nipón abre con fuerza: “¿Estás tomando alguna medida contra el calentamiento global? ¿Has comprado bolsas ecológicas para reducir el uso de las de plástico? ¿Llevas siempre una cantimplora para evitar comprar bebidas en envases PER? ¿Has cambiado tu viejo coche por uno híbrido? Te lo diré claramente: solo con esta clase de conductas bienintencionadas no llegarás a nada; es más, podrían ser hasta contraproducentes. ¿Por qué? Porque creyendo que estamos adoptando medidas contra el cambio climático, no daremos el paso definitivo para actuar con mucha más audacia, que es lo que realmente se necesita” (p. 9). Los ODS de los que hacen bandera la ONU y promueven los Estados y las grandes empresas son cortadas. “Lo único que hacen en el fondo es apartarnos de los problemas más acuciantes” (10). Los ODS son la versión moderna de la metáfora marxiana del opio del pueblo. “Y la realidad que debemos afrontar, sin buscar refudio en el opio, son los cambios casi irremediables a los que estamos sometiendo el planeta Tierra” (10). Para evitar el desastre (“La emergencia climática no es algo que vaya a comenzar lentamente alrededor de 2020. La crisis ya ha comentado. Estamos en ella” (16)), no debemos dejar solo en manos de los políticos y expertos la respuesta a la gravísima situación en la que estamos inmersos: “para construir un futuro mejor, debemos ser todos y cada uno de nosotros quienes nos levantemos como los primeros interesados, alcemos la voz y actuemos”. Pero actuando ciegamente, nos advierte Saito, “no haremos más allá que dilapidar nuestro precioso tiempo. Es fundamental avanzar en a dirección correcta” (11). Para saber hacia dónde debemos dirigirnos es necesario conocer las causas primigenias del cambio climático. Y la causa fundamental “no es otra que el capitalismo” (12). El libro “analizará la relación entre el capital, la sociedad y la naturaleza, haciendo referencia, en distintos momentos, a El Capital de Marx” (12). Su objetivo es “descubrir” y desarrollar una nueva faceta de las ideas de Marx que, en opinión del autor, ha permanecido en el letargo durante aproximadamente 150 años.

Sin poder entrar en detalles en esta breve reseña, llamo la atención sobre la importancia (y atrevimiento) teórico de los capítulos 4º (“Marx en el Antropoceno”, apartado: “La investigación ecológica posterior a la publicación del tomo I de El Capital” y siguientes, especialmente el titulado “Una reinterpretación [de muy alta tensión] de la Crítica del programa de Gotha”) y 7º (“El comunismo decrecentista salvará el mundo”) y apunto que Barcelona, “la ciudad sin miedo” la llama Saito, una Barcelona muy, pero que muy idealizada (como ocurre cuando el autor describe la situación del cooperativismo en Mondragón), es la protagonista del octavo capítulo.

Autor: admin

Profesor jubilado. Colaborador de El Viejo Topo y Papeles de relaciones ecosociales.

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