Miscelánea 17/04/2024

Del compañero y miembro de Espai Marx, Carlos Valmaseda.
1.Resumen de la guerra en Palestina, 16 de abril.
2. Visiones de la izquierda ucraniana.
3. Declaración del Tudeh sobre el ataque a Israel.
4. Otra traición jordana a los palestinos.
5. Ahora quieren moderación.
6. Contra Tories y laboristas.
7. Problemas con la defensa aérea.
8. El enemigo.
9. Entrevista sobre el ataque iraní.

1.Resumen de la guerra en Palestina, 16 de abril

El resumen de Mondoweiss. https://mondoweiss.net/2024/

Día 193 de la «Operación Inundación de Al Aqsa»: Israel «considera» un ataque contra Irán y sigue negando la entrada de ayuda a Gaza

Israel afirma que está considerando un ataque contra Irán «que no desemboque en una guerra», mientras sigue restringiendo el acceso de ayuda a la Franja. Mientras tanto, los colonos de Cisjordania intensificaron los ataques contra pueblos, matando a dos palestinos.

Por Qassam Muaddi 16 de abril de 2024

Bajas
33.843+ muertos* y al menos 76.575 heridos en la Franja de Gaza.
Más de 462 palestinos muertos en Cisjordania ocupada y Jerusalén Oriental**.
Israel revisa a la baja su estimación de muertos del 7 de octubre, de 1.400 a 1.139.
604 soldados israelíes muertos desde el 7 de octubre y al menos 6.800 heridos.
*El Ministerio de Sanidad de Gaza confirmó esta cifra en su canal de Telegram el 9 de abril de 2024. Algunos grupos de derechos humanos estiman que el número de muertos es mucho mayor si se tienen en cuenta los presuntos muertos.
** El número de muertos en Cisjordania y Jerusalén no se actualiza periódicamente. Según el Ministerio de Sanidad de la AP el 5 de abril, esta es la última cifra.
*** Esta cifra la publica el ejército israelí, mostrando los soldados cuyos nombres «se permitieron publicar». El número de soldados israelíes heridos es según los informes de los medios de comunicación israelíes.

Principales acontecimientos

  • Israel mata a 46 palestinos y hiere a 110 en las últimas 24 horas en toda Gaza, lo que eleva el número de muertos desde el 7 de octubre a 33.482 y el de heridos a 76.049, según el Ministerio de Sanidad de Gaza.
  • Israel considera «determinante» una respuesta al ataque iraní que «no conduzca a la guerra».
  • El comisionado de la ONU para los Derechos Humanos afirma que Israel sigue imponiendo restricciones a la entrada de ayuda en Gaza.
  • El ministerio de Sanidad de Gaza dice que los generadores de electricidad que quedan podrían dejar de funcionar.
  • Un tribunal israelí dicta la expulsión de 35 palestinos de sus hogares en Jerusalén.
  • El Programa Mundial de Alimentos afirma que es necesario un alto el fuego humanitario para superar la hambruna en Gaza.
  • Colonos israelíes matan a dos palestinos en Cisjordania.

Israel mata a 46 palestinos en 110 horas.
El Ministerio de Sanidad palestino, con sede en Gaza, anuncia que 46 palestinos muertos en ataques israelíes han llegado a los hospitales que quedan en la Franja de Gaza junto con otros 110 heridos en las últimas 24 horas.

Mientras tanto, en el norte de la Franja de Gaza, el ejército israelí sigue asediando Beit Hanún. El periodista local Imad Zaqout informó de que las fuerzas israelíes llevan desde el lunes intentando vaciar de palestinos Beit Hanún y el este de Yabalia. Zaqout dijo que las tropas israelíes asediaron el barrio de Mahdiyeh al-Shawa, que ha sido utilizado por familias desplazadas como refugio.
En el centro de la Franja de Gaza, las fuerzas israelíes siguieron bombardeando el norte del campo de refugiados de Nuseirat, donde mataron a tres palestinos, y mataron a otros cuatro en un ataque contra una mezquita en el centro del campo. Las tropas israelíes también destruyeron un bloque de viviendas en la aldea de Mighraqa, al norte de Deir al-Balah.
En el sur de la Franja de Gaza, los ataques israelíes mataron a seis palestinos en el barrio de Jneineh, en Rafah. Se informó de otros ataques al este de Khan Younis, donde los equipos médicos recuperaron tres cadáveres.
En el sur de la Franja de Gaza, los equipos médicos palestinos recuperaron 15 nuevos cadáveres en la zona de Jan Yunis que habían muerto en anteriores ataques israelíes, casi dos semanas después de la retirada de Israel de la ciudad. En Rafah, los ataques israelíes mataron a cuatro palestinos en dos ataques diferentes en los barrios de Tel al-Sultan y al-Zuhour.

Israel estudia un ataque contra Irán que «no conduzca a la guerra»
Israel ha informado a funcionarios estadounidenses sobre sus opciones para un ataque contra Irán en respuesta a las represalias de Irán contra Israel el pasado fin de semana por el bombardeo israelí del consulado iraní en Damasco el 1 de abril, informó el martes la cadena NBC.
Según la NBC, fuentes estadounidenses dijeron que Israel podría atacar activos iraníes en la región fuera de suelo iraní. Las fuentes fueron citadas diciendo que Washington no desea tomar parte en las acciones israelíes, pero que Israel se coordinará con Estados Unidos.
Mientras tanto, el Canal 12 israelí dijo que Israel busca llevar a cabo un «ataque determinante» que «no conduzca a la guerra».
El sitio web de noticias israelí «Walla» dijo que «no debemos esperar ataques a gran escala contra activos iraníes», y añadió que los intereses de Irán en la región son muchos, lo que da a Israel «varias formas de actuar.»

La ONU dice que Israel sigue restringiendo la entrada de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza
El comisionado de Derechos Humanos de la ONU afirmó el martes en un informe que Israel sigue imponiendo «restricciones ilegales» a la entrada y distribución de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza. El informe también observó la presencia de una «destrucción generalizada de infraestructuras civiles».
También el martes, el Programa Mundial de la Salud emitió un comunicado en el que afirmaba que es necesario un «alto el fuego humanitario inmediato» para superar la hambruna en la Franja de Gaza.
El martes, una panadería de la ciudad de Gaza funcionó por primera vez en seis meses, después de que un cargamento de ayuda llegara a la ciudad con la ayuda del Programa Mundial de Alimentos. Los medios de comunicación egipcios informaron de que el martes se permitió la entrada en la Franja de Gaza de 56 camiones de ayuda por el paso fronterizo de Rafah, tres días después de que Israel empezara a permitir la entrada de un número limitado de camiones de ayuda. Antes del 7 de octubre, Israel permitía la entrada en Gaza de hasta 500 camiones de mercancías al día.
Poco después del 7 de octubre, Israel impuso un bloqueo total de alimentos, agua, combustible y electricidad a los 2,3 millones de personas que residen en la Franja de Gaza. Desde octubre ya se ha informado de la muerte por inanición de 30 palestinos, en su mayoría niños.
Dos palestinos murieron el martes en la aldea de Aqraba, al sureste de Naplusa, en la serie de violentos ataques que están perpetrando los colonos israelíes contra aldeas palestinas de Cisjordania.
Las víctimas fueron identificadas como Abdel Rahman Bani Fadl, de 30 años, y Muhammad Bani Jamea, de 21, ambos de Aqraba, muertos por disparos de los colonos. El alcalde de Aqraba, Salahadin Bani Fadl, declaró el martes a los medios de comunicación palestinos que la oficina de enlace palestina, organismo de la Autoridad Palestina encargado del contacto con las autoridades de ocupación para asuntos civiles en Cisjordania, le había informado de que habían muerto y de que el ejército israelí había retenido sus cuerpos.
El alcalde dijo que unos 50 colonos atacaron Khirbet al-Tawil, un terreno agrícola de Aqraba que pertenece a las familias del pueblo, y que abrieron fuego contra los palestinos que intentaron enfrentarse a ellos. La Media Luna Roja palestina informó también de que sus equipos trasladaron a tres palestinos al hospital tras haber sido gravemente golpeados por los colonos.
Desde el viernes, los colonos israelíes emprendieron una violenta campaña contra pueblos palestinos, después de que un adolescente colono israelí fuera hallado muerto en una zona montañosa al noreste de Ramala. Los ataques de los colonos se dirigieron contra los pueblos de Mughayyir, Duma, Sinjel, Turmusayya, Mazraa al-Sharqiyyah y Beitin, todos ellos en la línea oriental de las colinas del centro de Cisjordania que dan al valle del Jordán.
Durante los ataques, los colonos incendiaron decenas de coches, casas y barracones de ganado palestinos, según relataron los residentes a Mondoweiss. Los colonos también mataron a dos palestinos durante el fin de semana, Jihad Abu Alia, de 25 años, en Mughayyir, y Omar Hamed, de 17 años, en Beitin, elevando a cuatro el número de víctimas mortales de la campaña de violencia de los colonos desde el viernes.
Con los homicidios de Bani Fadl y Bani Jamea, el número de palestinos muertos por fuerzas israelíes o colonos en Cisjordania desde el 7 de octubre asciende a 468, y a 150 desde el comienzo de 2024.

2. Visiones de la izquierda ucraniana

Os he pasado alguna vez artículos de la revista ucraniana de izquierdas Spilne. En esta entrevista vemos el punto de vista de uno de sus redactores sobre la guerra en Ucrania, en la que participa voluntariamente. Aparte de ideas claramente ilusas como qué hacer cuando recuperen el territorio perdido, y una defensa absurda de un régimen surgido de un golpe de estado -y él mismo participó en el Maidán, lo que para mí lo descalifica ya completamente-, creo que hay que conocer esta perspectiva porque forma parte del panorama político ucraniano.

https://links.org.au/if-we-

«Si no nos uniéramos a las fuerzas armadas, la izquierda de Ucrania dejaría de existir», afirma Taras Bilous
Taras Bilous Polyna Davydenko Lukáš Dobeš 16 de abril de 2024
Publicado por primera vez en checo en 
a2larm.cz.

Entrevista con Taras Bilous, historiador y ensayista ucraniano que ha servido en el ejército ucraniano desde el comienzo de la agresión rusa. Bilous es uno de los representantes más visibles de la izquierda ucraniana, miembro del grupo Movimiento Social (Sociaľnyj ruch) y editor del medio de comunicación en línea Commons (Spiľne). Es conocido en el extranjero por sus ensayos «Carta a la izquierda occidental desde la asediada Kiev» y «Soy un socialista ucraniano. He aquí las razones por las que me resisto a la invasión rusa».
A principios de febrero, viajamos al este de Ucrania para reunirnos con el socialista e historiador ucraniano Taras Bilous. Lleva sirviendo en el ejército ucraniano desde el comienzo de la invasión a gran escala de las tropas rusas. Actualmente se encuentra a unas decenas de kilómetros de la línea del frente.
La entrevista se realizó en el marco de una próxima publicación sobre la escena antiautoritaria ucraniana.
Nos encontramos fuera de la base militar. ¿Son problemáticas las discusiones políticas entre soldados?
El mando no censura las opiniones de los soldados rasos. Sin embargo, sé por experiencia personal que cuando los subordinados hablan con los medios de comunicación, especialmente sobre temas políticos, puede poner nerviosos a los oficiales subalternos. A mí me ha ocurrido que a un mando le preocupaba que le dieran un tirón de orejas por mi entrevista, aunque siendo realistas no existía tal amenaza.
En cualquier caso, intento evitar discusiones innecesarias. No proclamo en voz alta mis opiniones políticas ni el hecho de que soy historiador, para ahorrar fuerzas. Si no, enseguida alguien quiere que hable de la Rus de Kiev o surgen preguntas provocadoras. Si veo que puede haber una posible colaboración en activismo con esa persona en el futuro, entonces empiezo a hablar con ella.
¿Es difícil trabajar con personas que tienen opiniones diferentes?
Las opiniones no me molestan en este contexto. Aquí la gente es muy diferente. De hecho, rara vez se llega a discutir sobre cuestiones políticas generales. Pero en cuestiones que afectan directamente a nuestras vidas y al servicio militar, como la alta dirección, encontramos puntos en común con bastante facilidad.
Un problema mucho mayor en el ejército es el factor humano. Algunos oficiales dan órdenes estúpidas que provocan muertes innecesarias. Cualquier soldado que haya servido al menos seis meses puede contarte más de una historia de este tipo.
En cuanto a los soldados rasos, en los primeros meses de la invasión todos se esforzaron, pero ahora, después de dos años, el cansancio se ha apoderado de ellos. En Occidente, muchos esperan que, con la fatiga, nuestra voluntad de luchar disminuya gradualmente. Sin embargo, que estemos cansados no significa que no sea importante que sigamos resistiendo.
Pero, como ya he dicho, las personas son diferentes cuando luchan en una guerra. Algunos, a pesar de las acciones de los oficiales, entienden que tenemos que seguir trabajando y seguir presionando. Y otros… Una vez serví con un soldado de otra compañía y pasamos cuatro días en una trinchera que se derrumbaba. Empecé a arreglarla y el soldado me dijo: «Deja de joder. Que venga el comandante y arregle la trinchera él mismo».
A pesar de la determinación compartida de seguir resistiendo la agresión rusa, todos se preguntan: «¿Por qué debo ser yo el que se sacrifique?». Si los mandos han calculado mal algo, ¿por qué deben pagarlo con su vida los soldados rasos? Y eso incluye a los civiles, cuya disposición a alistarse está disminuyendo. Incluso algunos de mis amigos que intentaron alistarse en 2022 y no fueron reclutados intentan ahora escapar a la movilización. No se trata tanto de miedo como de ciertas prácticas disparatadas que son habituales en el ejército: todo el mundo las conoce. Podrían haberlas cambiado hace mucho tiempo, pero, salvo algunas excepciones en algunas unidades, no lo hicieron.
En 2022, decidiste alistarte en el ejército a pesar de no tener experiencia de combate desde 2014. ¿Son diferentes para usted estas dos etapas de la guerra?
En 2014, era una guerra por el territorio. Algunas personas realmente querían unirse a Rusia, aunque eran una minoría. Un número bastante significativo de personas con opiniones prorrusas querían permanecer en Ucrania, pero querían la federalización [más autonomía para Donetsk y Luhansk]. Por supuesto, el porcentaje de la población de Donbass que defendía cada punto de vista puede debatirse largo y tendido, y lo que la gente pensaba allí ha cambiado con el tiempo.
En vísperas de la intervención de las tropas rusas en 2022, una encuesta realizada en el Donbass mostró que el bienestar era más importante para la mayoría de las personas que el Estado en el que vivirían: Ucrania o Rusia. Esto es cierto para las personas que viven a ambos lados de la línea del frente. Por supuesto, la diferencia de opinión entre las dos partes del Donbass ha aumentado con los años. Se trata de personas que se han acostumbrado a una doble identidad, por así decirlo. Cuando van a Lviv, se les considera pro-Moscú, y cuando están en Moscú, la gente les mira como pro-ucranianos.
En 2014, un ruso, Igor Girkin, inició la guerra (como comandante militar de la República Popular de Donetsk, nota del autor), y ese mismo año las tropas rusas invadieron el país. Pero ciertamente muchos lugareños, por diversas razones, decidieron unirse a la lucha contra el ejército ucraniano.
En aquella época, la guerra tuvo un efecto completamente distinto en mí. Acabó con cualquier tipo de nacionalismo en mí. Pero en 2022 nos enfrentamos a una invasión abierta, que incluía zonas como Kiev, donde nadie daba la bienvenida al ejército ruso. Una invasión del sur, de las regiones de Kherson y Zaporizhia, donde la mayoría de la gente quiere volver a Ucrania. En ese sentido, ahora es otro tipo de guerra, y todo es mucho más sencillo.
¿Sientes directamente la influencia de esta «doble identidad» entre tus compañeros de combate?
Las opiniones difieren en todas partes, incluso aquí en la escuadra. Por ejemplo, el actual comandante de mi compañía aparentemente apoyó a Anti-Maidan en la primavera de 2014. Tengo una relación tirante con él, así que deduzco más por cómo argumenta en conversaciones con otros oficiales. Según él, a la gente del este de Ucrania no le gustaba Maidan, así que exigieron la federalización, pero el Gobierno no estaba dispuesto a aceptar negociaciones. Sin embargo, desde que el grupo de Girkin (separatistas respaldados por soldados rusos, nota del autor) tomó la ciudad de Slovyansk en 2014, dice que ha sido una operación de la inteligencia rusa. Tampoco le gustan los activistas lingüísticos que quieren que todos nos pasemos al ucraniano. La mayor parte de mi unidad procede de las regiones orientales y, por lo que he oído, no les gustan los nacionalistas. Algunos de mis conocidos también sirvieron en unidades con antiguos «berkutsianos» (miembros de la antigua policía antidisturbios) que defendieron el régimen de Yanukóvich durante el Maidán y no han cambiado de opinión al respecto. Al mismo tiempo, defienden a Ucrania de la agresión rusa.
¿Qué posición militar mantienen?
Durante los dos primeros años de la invasión a gran escala, serví principalmente como señalero. En la práctica, era un trabajo muy variado: a veces detrás de un ordenador, a veces instalando radios y tendiendo cables de comunicación. La mayoría de las veces, como señaleros, permanecíamos en una trinchera a varios kilómetros de la línea «cero» [de contacto]. Proporcionamos un canal de comunicación de reserva para los que estaban en la zona cero. Si, por ejemplo, el canal general de comunicación se cae o no llega la señal, estamos allí para proporcionar un respaldo.
Recientemente mi trabajo ha cambiado, estoy sirviendo en un batallón de reconocimiento, pero lo que hago exactamente prefiero no decirlo públicamente.
En el entorno de la izquierda checa, la solidaridad con los civiles y los refugiados es fuerte, pero sigue habiendo poca comprensión hacia la resistencia armada, un malentendido sobre el ingreso voluntario de los ucranianos en el ejército, y también demandas para detener el suministro de armas [occidentales]. ¿Qué opina al respecto?
Cuando sientes la invasión de primera mano, te cambia. Como dijo uno de nuestros redactores, es mucho más fácil establecer prioridades en momentos tan críticos. Hay muchas cosas que son importantes para ti en la vida cotidiana. Pero cuando tu propia vida está en juego, eso se convierte en lo principal y todo lo demás es secundario. Eso despeja un poco la mente.
En los primeros días de la invasión, comprendí que el futuro del movimiento de izquierda en Ucrania dependía de si participábamos o no activamente en la guerra. Todos somos juzgados en gran medida por nuestras acciones en momentos tan críticos. Nosotros, la izquierda, ya no somos muy influyentes en este país y si no hubiéramos ido a luchar entonces, todo se habría venido abajo. La izquierda dejaría de existir como cualquier tipo de entidad en Ucrania. Por algunas razones, yo era y sigo siendo uno de los representantes más visibles del movimiento de izquierda que ahora sirve en las fuerzas armadas. Y por eso tengo una responsabilidad no sólo conmigo mismo, sino con los demás. También fue más fácil para mí, no estoy casado, ni siquiera tengo hijos.
Por decirlo suavemente, no estaba seguro de si sería un buen soldado. Y esa es una de las razones por las que no me preparé. Siempre pensé que sería más útil de otras formas, como escribiendo artículos. Sinceramente, todavía no soy un buen soldado (risas). Pero estoy aprendiendo poco a poco y luego ya veremos. Aún me queda al menos un año entero por delante.
Desde el comienzo de la agresión rusa a gran escala, ha escrito dos artículos influyentes, «Carta a la izquierda occidental desde la asediada Kiev» y «Soy un socialista ucraniano. He aquí las razones por las que resisto a la invasión rusa», que han sido traducidos a varios idiomas. ¿Es posible seguir escribiendo en condiciones de guerra?
Desde el comienzo de la invasión, sólo pude escribir de forma concentrada en los primeros meses, cuando tenía fuerzas para hacerlo. Había más tiempo. Mi adrenalina estaba completamente fuera de control durante esos primeros meses. Nunca en mi vida me había resultado tan fácil escribir. Suelo torturarme formulando cada frase, pero en aquella época me sentaba y escribía un artículo en medio día. Ahora ya no. No tengo la energía ni la confianza. Ahora soy más crítico y le doy vueltas a las cosas en mi cabeza.
Usted mencionó en una entrevista que no es seguro qué ocurrirá con la población prorrusa de las regiones de Donetsk y Lugansk y de Crimea una vez que estos territorios sean liberados. ¿Cuál será la relación con esta parte de la sociedad? ¿Qué ocurrirá?
Ya tenemos zonas liberadas, es decir, tenemos una práctica que podemos analizar. Por ejemplo, un amigo mío, periodista y antiguo activista de izquierdas que huyó de Crimea en 2014 a Ucrania, se ocupa ahora de cuestiones de colaboración en Lyman. Allí la gente suele ser juzgada injustamente. Por supuesto, hay casos de quienes participaron activamente en la represión, y sin duda deben ser condenados. Sin embargo, también hay casos en los que Ucrania juzga claramente de forma injusta, por ejemplo, a un electricista de los servicios técnicos que mantuvo las condiciones de vida de la gente corriente en Lyman durante la ocupación.
Hay una gran zona gris en la que no está tan claro. El término «Estado de derecho» no se aplica del todo a Ucrania, dados los muchos problemas que hay aquí con el poder judicial. A pesar de todo, el nivel de represión y respeto de los derechos humanos en los territorios ocupados por Rusia y en el resto de Ucrania es incomparable.
La narrativa de la corriente dominante ucraniana sobre las regiones orientales también es algo esquizofrénica en lo que respecta a la población local. Por un lado, la gente los ve como «nuestros», por otro, los ven a todos como «separatistas». No hay una narrativa coherente sobre lo que ocurrió allí en 2014. Además, si te sales de un cierto discurso aceptado, al describir esos acontecimientos, te consideran un separatista. Así que, en ese sentido, realmente no me gusta cómo está funcionando todo esto en Ucrania.
Escribiste sobre el hecho de que el gobierno de Zelensky está aplicando políticas neoliberales durante la guerra. Al mismo tiempo, opinas que Zelensky era el candidato más centrista, o al menos el más alejado de la derecha radical. Nos interesaría saber cómo ha cambiado esto en los dos últimos años. ¿Cómo lo percibe el electorado? ¿Hay cambios a ese nivel?
Sí, hay cambios. En su momento quise decir que de los políticos que tienen posibilidades de convertirse en presidente de Ucrania, Zelensky es el más moderado en términos de nacionalismo. Hasta ahora no ha habido cambios en este sentido. Sin embargo, el consenso general se ha movido hacia un nacionalismo más fuerte. Y Zelensky también se ha movido en esa dirección. También se pueden encontrar políticos más abiertos hacia la población rusoparlante, pero no tienen ninguna posibilidad de ganar las elecciones presidenciales. También me parece que algunos en la izquierda occidental no entienden que una postura abierta en cuestiones lingüísticas no significa una agenda generalmente progresista. Desde mi punto de vista, a menudo se trata sólo de una estrategia de los populistas para ganarse a los antiguos votantes de los partidos prorrusos.
Zelensky pasó el primer año y medio de su mandato intentando lograr la paz en el Donbass, y los adláteres de Poroshenko todavía le culpan de ello. En los primeros meses de la invasión, volvió a dirigirse al público ruso en sus discursos. Como muchos ucranianos, esperaba que la población de la Federación Rusa acabara sublevándose. En algún momento cambió de postura y apoyó la exigencia de que no se concedieran visados a los rusos y se les prohibiera entrar en Europa.
En otoño de 2022, Putin declaró la movilización y Zelensky volvió a hablar a los rusos en ruso. Para entonces, la corriente dominante ucraniana había cambiado lo suficiente como para cruzar la línea de lo permisible. En esos momentos, es evidente que la política de Zelensky es cada vez más inclusiva que la corriente política ucraniana. Así que, sí, en realidad tenemos suerte de que las cosas hayan salido así.
Pero al mismo tiempo, esto no niega el hecho de que Zelensky está siendo un gilipollas en muchas cuestiones. Recientemente, por ejemplo, en la forma en que ha abordado la cuestión de Palestina. Cómo responde a las críticas, cómo compite con sus rivales políticos y cómo concentra el poder mediático. Él y sus colaboradores más cercanos son gente del mundo del espectáculo y adoptan un enfoque muy profesional-técnico para captar el estado de ánimo del público. Por ejemplo, en los primeros días de la invasión rusa, combinaron los informativos de televisión de todos los canales en un telemaratón común. En aquel momento, era adecuado a la situación; nadie podía dar por sí solo esa cobertura de la actualidad. Pero hoy podemos decir que debería haberse abolido hace tiempo, porque limita la libertad de expresión. Pero Zelensky no la suprime. Está rodeado de imbéciles e idiotas. Podríamos hacer una larga lista de sus políticas totalmente inadecuadas.
¿Y la participación de la izquierda en el Maidan? Tú no formabas parte del movimiento de izquierdas entonces. ¿Podría describir el contexto de entonces?
Tengo una relación contradictoria con ese periodo. Estuve en el Maidan, pero no me gusta el patetismo que lo rodea. Yo era activista antes del Maidan. Unos meses antes, intentamos organizar una protesta sobre la educación. Repartimos folletos en el campus, pero la gente se mostró muy pasiva. Pero en cuanto empezó Maidan, las mismas personas que unos meses antes decían que no tenía sentido protestar, o algo igual de cínico, de repente se apasionaron por la causa y pronunciaron discursos tan revolucionarios que me quedé mirándolas (risas). Entonces no me daba cuenta de que la gente cambia de repente en caso de grandes levantamientos.
Maidan es una historia de resistencia al Estado, al aparato represivo, y también de solidaridad. Pero cuando la protesta pasó a una fase violenta, la participación en esa violencia cambió a la gente, lo que me incomodó bastante. Soy de Luhansk, así que desde el primer día estuve observando lo que ocurría allí. Esa fue una de las razones por las que viví Maidan de forma diferente a mis compañeros y amigos de Kiev. Desde el principio me preocupó que todo se convirtiera en algo malo en el Donbass. Por desgracia, se hizo realidad.
Me hice de izquierdas en medio de todo esto en 2014, cuando la izquierda occidental no se mostraba de la mejor manera. Y de hecho, la izquierda ucraniana estaba en decadencia por los mismos problemas que ahora achacamos a Occidente.
La reacción de la izquierda occidental es en general mejor ahora que en 2014, entre otras cosas porque ahora está claro quién es el agresor. Aun así, en los primeros días de la invasión, me pareció necesario aportar alguna ayuda desde aquí para explicar qué y cómo, de modo que pudiéramos acabar enseguida con las reacciones equivocadas. Pensé, a mi manera exagerada, que la gente de Occidente despertaría. Ahora veo lo ingenuo que fui y cómo subestimé la magnitud del problema. Al mismo tiempo, ya tenía la experiencia de 2014, suficiente para no sorprenderme demasiado por la reacción de la izquierda occidental. Pero también tenemos miembros más jóvenes que llegaron al movimiento de izquierda en los últimos años, antes de la invasión, y para algunos de ellos fue un shock.
En uno de tus artículos abordaste el derecho a la autodeterminación y la crítica a los argumentos que sostienen que la invasión de Ucrania es un mero conflicto por delegación. En tu opinión, parte de la izquierda radical adopta incluso una posición más «imperialista» en este asunto que, por ejemplo, los funcionarios estadounidenses. ¿Cómo se manifiesta esto y dónde cree que tiene sus raíces?
Parte de la izquierda occidental se ha tragado los prejuicios contra Ucrania, las percepciones acríticas de Rusia, etcétera. ¿Qué quieren en realidad muchos izquierdistas antibelicistas además de que se detengan los envíos de armas? Quieren que Estados Unidos y Rusia lleguen a un acuerdo sin tener en cuenta las opiniones de los que viven aquí. Tales soluciones no tienen nada que ver con los valores de la izquierda. Tal enfoque implica una cierta aceptación del neorrealismo en las relaciones internacionales.
La izquierda no ha desarrollado ningún enfoque común consensuado sobre estas cuestiones. El único consenso es probablemente sobre el derecho a la autodeterminación de los pueblos, pero en el caso de Ucrania, una parte de la izquierda lo ha olvidado de repente. Cuando se trata de una situación crítica, personas por lo demás razonables de repente escriben auténticas gilipolleces.
En este caso concreto, Estados Unidos está diciendo básicamente que Ucrania puede decidir cuándo y en qué condiciones pondrá fin a su resistencia. Sin embargo, en el caso de muchos otros conflictos armados en todo el mundo, Estados Unidos adopta una postura muy diferente en lo que respecta al apoyo al derecho de autodeterminación. Al menos en los países del Sur global.
Por el momento, la izquierda occidental apoya a Palestina y EEUU a Israel. Los ucranianos también hemos publicado una carta de solidaridad con los palestinos. Sin embargo, la izquierda occidental apoya a Palestina de diversas maneras. Me llama la atención cuando a menudo los mismos izquierdistas occidentales que más han gritado contra la extrema derecha ucraniana durante el último año y medio ahora apoyan acríticamente a Hamás. Así que ya no puedo tomarme en serio ninguna de sus declaraciones sobre la hipocresía de los gobiernos occidentales.
Me parece que hay cierta moralina en esa postura…
Sí, a pesar de que en las últimas décadas ha habido muchas críticas feministas que condenan con razón el descrédito de las mujeres como seres emocionales y no objetivos. En el caso de la guerra, proyectan esta «emocionalidad» sobre nosotros, los ucranianos. Aunque no hay nada malo en ello. Lo contrario de la emocionalidad no es la racionalidad, sino la indiferencia. Y cuando llegan las decisiones difíciles, la izquierda olvida todo esto.
El principal problema me parece obvio, y es la confusión de antiimperialismo y antiamericanismo. Todos los conflictos se ven en términos de oposición a Estados Unidos.
Otra cosa que me sigue sorprendiendo es la confusión entre la Federación Rusa y la Unión Soviética. Aunque podemos discutir sobre la Unión Soviética y cuál debería ser la valoración adecuada de la misma, la Rusia de Putin no es en ningún sentido la Unión Soviética. Hoy en día, es un Estado completamente reaccionario. Uno no puede evitar darse cuenta de cómo muchos escritores de izquierdas deslizan en sus textos comentarios y argumentos que revelan que todavía ven a Rusia como la Unión Soviética. Y ello a pesar de que reconocen racionalmente que el régimen de Putin es reaccionario, conservador, neoliberal, etcétera. Y entonces, boom, de repente sueltan algo en el sentido de que el apoyo de Estados Unidos a Ucrania es una especie de venganza contra Rusia por la revolución bolchevique. Vaya mierda (risas).
¿Qué consejo daría a la izquierda occidental?
Una parte importante de la izquierda ha adoptado una posición absolutamente inadecuada. Los que dedican su tiempo a argumentar en apoyo de Ucrania están, después de todo, haciendo lo correcto. La izquierda está en crisis en todas partes. Sólo que en algún sitio está completamente jodida, como aquí, y en algún sitio está mejor, como en Occidente. Si tuviera que dar algún consejo general, recomendaría prestar menos atención a qué posición abstracta es la correcta, y centrarse más en acciones prácticas que nos ayuden a salir del agujero en el que estamos.
Incluso en nuestra propia organización, hasta 2022, adoptamos distintas posturas sobre la guerra en el Donbass. A veces era difícil conciliar estas sensibilidades. Para no agravar la situación, a menudo nos autocensurábamos. Uno de mis argumentos es que no discutamos sobre cosas en las que no podemos influir. Los izquierdistas se sienten a menudo condescendientes, se consideran los únicos razonables y críticos. Sin embargo, desde dentro, sólo hay que examinar cuánto de esto es palabrería aprendida. Por ejemplo, la forma en que algunos izquierdistas articulan su posición y su estrategia en los debates. En lugar de analizar las condiciones específicas, a menudo se limitan a repetir patrones tomados de un contexto y un tiempo completamente diferentes, que no se ajustan en absoluto a la situación. Tenemos que alejarnos de estas plantillas. El marxismo no es un dogma, pero por alguna razón demasiados marxistas reducen en la práctica el marxismo a una mera repetición de dogmas establecidos. «No hay guerra excepto la guerra de clases», etcétera.
Una situación reveladora se produjo cuando la delegación alemana de Die Linke del Bundestag llegó la primavera pasada. Hasta entonces, su posición sobre el suministro de armas había sido completamente negativa. Cuando se marcharon, el presidente del grupo dijo que habían reconsiderado algunas de sus posturas tras su experiencia en Kiev. Por ejemplo, que los ucranianos necesitan claramente una defensa antimisiles. La misma defensa antimisiles que se habían negado a suministrar hasta entonces, ¡en realidad les estaba protegiendo en Kiev! Y así, más de un año después de la invasión, se dieron cuenta de lo necesaria que era. Tardaron mucho en comprenderlo, y aún les queda mucho por entender (risas). Pero esto es al menos lo mínimo básico.
¿Hay algo que le gustaría decir a la izquierda checa, por ejemplo en relación con el pacifismo extremo que ha mencionado?
La izquierda checa tiene la experiencia histórica de la represión de la Primavera de Praga, así que no entiendo por qué no comprenden mejor nuestra rebeldía. Quizá se deba a una excesiva dependencia de la teoría de la izquierda occidental. Francamente, en nuestro país ocurrió exactamente lo mismo y en algunos aspectos sigue ocurriendo hoy. Después de 1989, la izquierda ucraniana era muy deprimente y nos fijamos cada vez más en los autores occidentales. En la revista Spilne (Commons) también hacemos traducciones. Pero a cierto nivel uno comprende y siente que necesitamos una especie de descolonización de nosotros mismos. El 24 de febrero de 2022, día de la invasión rusa, también se convirtió para nosotros en un momento de emancipación intelectual. Es necesario ser más críticos con lo que escriben los autores occidentales, de quienes hemos aprendido mucho y lo admitimos abiertamente, pero tenemos un contexto algo diferente. No debemos tener miedo a mirarlo desde una perspectiva local. Y esto incluye desarrollar un análisis local de las ideas de los autores de izquierda occidentales.
En el entorno de la izquierda local también nos hemos limitado muchas veces, en detrimento nuestro, a repetir los puntos de vista de la izquierda occidental. Las dos lacras de la política de izquierdas contemporánea son la reconstrucción histórica y la adopción de tendencias. La gente lee a autores centenarios y se proclama marxista o feminista según esos textos clásicos. El mundo ha cambiado mucho y la gente lee los clásicos demasiado literalmente, incluso cuando ya no se ajustan realmente a las condiciones actuales. Y en segundo lugar, la izquierda no puede dejar el hábito de adoptar las guerras culturales o subculturas occidentales de moda. En 2016, dos activistas de izquierda en un acto en Ucrania decidieron corear el lema «Dinero para la educación, no para la guerra». Solo que lo trajeron de un contexto completamente diferente, de Italia, que ha participado en la agresión imperialista. En nuestro caso, Ucrania es, ante todo, víctima de la agresión de otro Estado. En resumen: fue un desastre. Las consecuencias para la izquierda local fueron sencillamente terribles. Ya estábamos en una situación difícil después de 2014, y esta única acción, un eslogan, empeoró mucho las cosas. Así que sí, cometimos muchos errores. Es cierto que algunos de nosotros también sacamos conclusiones equivocadas. También tenemos mucho que aprender. Pero al mismo tiempo, hemos aprendido algunas cosas de nuestra amarga experiencia ucraniana. 

3. Declaración del Tudeh sobre el ataque a Israel.

Como era previsible, el Tudeh critica tanto a Israel como al gobierno iraní.

http://solidnet.org/article/

Partido Tudeh de Irán, El catastrófico juego con fuego del imperialismo y las fuerzas reaccionarias en Oriente Medio, y sus peligros para los pueblos de la región y la paz mundial.
16/4/24 Declaración del Partido Tudeh de Irán:
Según las noticias mundiales, el régimen de la República Islámica [de Irán] inició anoche una nueva fase en la escalada de tensiones peligrosas en la región al lanzar cientos de aviones no tripulados y misiles hacia Israel. Este ataque del régimen teocrático se produce tras el criminal asalto del régimen israelí al consulado iraní en Damasco y el asesinato de varios comandantes y asesores militares del CGRI en Siria. Esto podría dar lugar a contraataques por parte del gobierno racista israelí, creando una situación muy peligrosa y sombría en Oriente Medio.
En los últimos meses, las políticas del imperialismo mundial dirigido por el imperialismo estadounidense en la región han colocado cada vez más a Oriente Medio en el atolladero del riesgo de una confrontación militar generalizada que podría extender la guerra al suelo de Irán, todo ello mientras se defienden injustificadamente las políticas de «crímenes contra la humanidad» del gobierno de Netanyahu, que han llevado a la masacre de más de 33.000 palestinos, entre ellos más de 11.000 niños. La ampliación de la presencia militar estadounidense en la región y el anuncio de la participación directa de la flota naval estadounidense y de las fuerzas aéreas de Gran Bretaña y Francia en la destrucción de aviones no tripulados iraníes indican una peligrosa política aplicada conjuntamente por el imperialismo y las fuerzas reaccionarias locales en la región.
El lanzamiento de trescientos aviones no tripulados y misiles por parte de la República Islámica de Irán, que tardarían horas en llegar a Israel, lo que permitiría a las fuerzas de defensa israelíes y a sus aliados locales derribarlos a todos, sin duda no se considera un ataque por sorpresa para dañar gravemente la infraestructura militar de Israel. Por el contrario, este ataque debe valorarse como una maniobra del régimen [iraní] para mostrar su poder en la región, especialmente a sus aliados. Este ataque con misiles se asemeja al ataque con misiles de Irán contra las bases estadounidenses de «Ain al-Assad» en la provincia iraquí de Anbar, tras el asesinato de Qasem Soleimani, en el que Irán había informado de antemano a las fuerzas estadounidenses del ataque que se iba a producir. Según informaciones publicadas, Hossein Amirabdollahian, ministro de Asuntos Exteriores del régimen iraní, había enviado un mensaje al gobierno estadounidense en relación con las represalias de la República Islámica durante su visita a Mascate, la capital de Omán, y había pedido a Estados Unidos que no tomara ninguna medida de represalia en respuesta.
Mohammad Baqeri, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas iraníes, declaró que el ataque contra Israel «ha logrado sus objetivos y la operación ha terminado desde nuestro punto de vista». Baqeri declaró a la red de noticias iraní IRIB que si Israel ataca Irán o instalaciones militares iraníes en la región, «nuestra próxima operación será mucho mayor».
Yoav Gallant, ministro de Defensa israelí, también declaró en un mensaje de vídeo: «Junto con Estados Unidos y nuestros demás aliados, hemos logrado defender el territorio de Israel. Se han infligido muy pocos daños… La campaña aún no ha terminado. Debemos permanecer vigilantes…».
Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, condenó los ataques con misiles de Irán y pidió a ambas partes que se abstuvieran de intensificar las hostilidades, lo que podría llevar a un enfrentamiento militar generalizado en la región.
Lo que estamos presenciando estos días en Oriente Próximo es un peligroso juego de un infierno masivo de guerra protagonizado por los Estados imperialistas, el Estado criminal y de apartheid de Israel y el régimen islámico antipopular de Irán, cuyas consecuencias podrían ser catastróficas para los pueblos de la región e Irán. El régimen teocrático, que está cada vez más sumido en una crisis política y económica y que, por orden explícita del Líder Supremo, ha intensificado la campaña de represión y ataque a los derechos de las mujeres y los trabajadores en las últimas semanas, pretende superar temporalmente los obstáculos en el camino de su supervivencia aprovechando la escalada de tensiones en la región y las amenazas externas, lo que ha colocado al país en un estado peculiar.
En efecto, la situación del régimen de apartheid de Netanyahu es similar a la del régimen en bancarrota de Irán. Se trata de un gobierno sumido en una profunda crisis política y económica, con un primer ministro perseguido por los tribunales israelíes por corrupción y robo.La continuación de la guerra es una de las vías de Netanyahu y sus aliados para mantenerse en el poder. El gobierno israelí también pretende distraer a la opinión pública mundial de la espantosa catástrofe humanitaria que ha creado en Gaza y acallar las voces del movimiento global que defiende los derechos del pueblo palestino y la paz mundial. Otro punto importante a tener en cuenta son las elecciones presidenciales y parlamentarias en Estados Unidos y Gran Bretaña en los próximos meses, cuando los conflictos militares siempre han sido explotados por las fuerzas reaccionarias y belicistas para engañar a la opinión pública.
Tras los ataques con drones y misiles de la República Islámica de Irán y la posibilidad de ataques de represalia del gobierno de Netanyahu contra Irán, la amenaza de una escalada de guerra y derramamiento de sangre en Irán y en la región es mayor que nunca. La intensificación y expansión de los conflictos militares en la región sólo servirá a las políticas estratégicas del imperialismo mundial para imponer su hegemonía total sobre la región y no servirá a los intereses nacionales de ninguna de las naciones atrapadas en las garras de gobiernos religiosos y antipopulares. El pueblo de Irán, junto con todas las fuerzas amantes de la paz del mundo, pide el fin de todas las guerras regionales, incluidas las guerras de Gaza y Ucrania.
El Partido Tudeh de Irán cree que en estas condiciones susceptibles y peligrosas en Oriente Medio, los esfuerzos de todas las fuerzas patrióticas y amantes de la paz en Irán y en la región deben dirigirse a poner fin a estas tensiones, prevenir el riesgo de guerra, poner fin a los ataques criminales de Israel contra Gaza, reconocer los derechos del pueblo palestino y avanzar hacia el logro de una paz duradera.
«No a la guerra, sí a la paz». Partido Tudeh de Irán 14 de abril de 2024
Para consultar las declaraciones del Partido Tudeh de Irán y su análisis de los principales acontecimientos en Irán, visite: 
www.tudehpartyiran.org

4. Otra traición jordana a los palestinos.

Una de las cosas que más ha llamado la atención del ataque iraní ha sido la participación directa del ejército jordano en la defensa de Israel. Aunque lo venden como un paso necesario para defender la integridad de Jordania, no permitiendo que su cielo sea utilizado por ninguna de las dos partes, habría que ver si derribarían proyectiles o aviones israelíes que volasen hacia Irán desde el país de los ocupantes sionistas. Habrá que ver que repercusiones políticas tiene.

https://thecradle.co/articles/

De la «Batalla de la Dignidad» al escudo de la vergüenza: cómo ha caído Jordania
La colaboración de Ammán con Tel Aviv alcanzó su punto álgido el pasado sábado con su escandalosa defensa de territorio israelí frente a drones y misiles iraníes, una medida que puede resultar fatídica para el futuro del reino hachemí.
Khalil Harb 16 DE ABRIL DE 2024
El acontecimiento más peligroso durante el masivo ataque de represalia del 13 de abril de Irán contra Israel el pasado fin de semana fue la alianza militar defensiva -compuesta por Estados Unidos, Gran Bretaña, Jordania y Francia- que se unió para defender al Estado ocupante.
Jordania ha saltado a la defensa total de Israel en un momento en que los árabes nunca han estado más indignados colectivamente por sus crímenes.
Especialmente notable fue el papel de Jordania a la hora de frustrar la llegada de drones y misiles iraníes. El reino hachemita fue el único Estado árabe o musulmán que actuó como «cortafuegos» de Israel, proporcionando protección militar directa a Tel Aviv dentro de un marco militar multilateral y regional.
A pesar de la prolongada postura proisraelí de Ammán, esta repentina reafirmación de su posición es indicativa de algunos cambios más amplios en las estrategias militares de Asia Occidental.
Las pautas y los cálculos de los enfrentamientos en toda Asia Occidental se reajustarán para adaptarse a esta nueva ecuación y a otras que han surgido en la región a medida que las alianzas se desplazan hacia y desde Occidente.
Eso incluye al Eje de la Resistencia, que probablemente reevaluará la gama de respuestas esperadas en una futura confrontación, dado que las capacidades antimisiles occidentales están bien repartidas por lugares estratégicos -sitios estratégicos desde la base de Ain al-Assad en Anbar, Irak, hasta la base de Al-Tanf en la frontera sirio-jordano-iraquí y desde la base de Mashabim en el desierto del Negev hasta la base del Rey Faisal en el noroeste de Jordania.
Cambios estratégicos
A lo largo de los años, el gobierno jordano ha reducido drásticamente sus compromisos con la causa palestina y el «arabismo».
Esto puede rastrearse desde su «Batalla de la Dignidad» de 1968 contra Israel hasta el 5 de noviembre, cuando el rey Abdullah II se jactó del «éxito» de su país al lanzar desde el aire ayuda médica al hospital de campaña jordano en la Franja de Gaza, y ahora, de forma bastante sorprendente, empleando su fuerza aérea para proteger la seguridad de Israel de los ataques de represalia iraníes.
Este cambio no es una mera medida reaccionaria, sino la culminación de años de amplia coordinación militar y de seguridad con el Estado de ocupación, como destacó un activista jordano de la oposición en declaraciones a The Cradle. Esta profunda integración en las operaciones antimisiles y de aviones no tripulados refleja una evolución estratégica y no una respuesta espontánea.
Testigos presenciales informan a The Cradle de la presencia audible de aviones de guerra sobre la región de Ammán, seguida del sonido de explosiones horas más tarde cuando los proyectiles aéreos eran interceptados y derribados.
Un testigo jordano relata que en el suburbio de Marj al-Hamam se produjeron la mayoría de las interceptaciones contra aviones no tripulados y misiles iraníes, y que se registraron restos por toda la zona.
La escritora y periodista jordana Rania Jabari informa a The Cradle de que «los ciudadanos de Jordania se sienten bloqueados en el GPS desde hace unas dos semanas», es decir, desde después del ataque aéreo israelí contra el consulado de Irán en Damasco.
En medio de la creciente preocupación por un rápido contraataque iraní mediante incursiones de aviones no tripulados, Israel habría iniciado operaciones de interferencia del GPS en varios países de la región, entre ellos Jordania.
Jabari sugiere que esta interferencia electrónica podría haber precipitado la disposición de la Fuerza Aérea jordana a interceptar cualquier objeto aéreo no autorizado en su espacio aéreo, dados los riesgos potenciales para la seguridad nacional de guiar por error drones iraníes hacia territorio jordano.
Sin embargo, el activista de la oposición jordana pone en duda la capacidad de la Fuerza Aérea de Jordania -equipada con sólo unos 60 aviones F-16 y F-5 más antiguos- para gestionar por sí sola la respuesta contra cientos de drones y misiles iraníes destinados a Israel.
Repercusiones regionales
Apoyando estas sospechas, el Canal 12 israelí informó de que aviones de combate israelíes habían interceptado drones lanzados por Irán en el espacio aéreo de Jordania y Siria.
Al día siguiente de la operación iraní Promesa Verdadera, el gobierno jordano emitió una vaga declaración, limitándose a decir que «algunos objetos voladores no identificados que entraron en nuestro espacio aéreo anoche fueron tratados e interceptados para evitar poner en peligro la seguridad de nuestros ciudadanos y zonas habitadas.»
La declaración omitió llamativamente cualquier mención a la magnitud de la participación de la Fuerza Aérea israelí o a la naturaleza y el papel de los aviones de combate estadounidenses que participaron en la operación.
Dadas las limitaciones de la flota aérea jordana y la extensa zona geográfica que deben cubrir estos aviones -un «cortafuegos» que se extiende aproximadamente 1.500 kilómetros desde el oeste de Irán hasta los territorios ocupados de Palestina-, la participación de fuerzas internacionales parece creíble.
Además, fuentes iraquíes informan a The Cradle de que las fuerzas de la coalición habían derribado unos 30 aviones no tripulados y misiles sobre Irak, con explosiones escuchadas en regiones como Erbil, Nayaf, Wasit y Anbar. Esto indica que un número significativo de los drones y misiles atravesaron el cielo jordano, donde fueron interceptados antes de alcanzar sus objetivos previstos en Israel.
El papel de la Fuerza Aérea jordana es tan significativo que la agencia de noticias iraní Mehr citó a una fuente militar iraní diciendo: «Irán vigilará los movimientos jordanos y, si cooperan con Israel, Jordania será nuestro próximo objetivo».
Se dice que la fuente «advirtió a Jordania y a otros países de la región antes del comienzo del ataque contra la cooperación con la entidad ocupante.»
Esta declaración parece haber despertado la ira del gobierno jordano. El domingo, las autoridades convocaron al embajador iraní en Ammán para advertirle contra el «cuestionamiento de la posición de Jordania» por parte de Teherán.
El ministro jordano de Asuntos Exteriores, Ayman Safadi, también emitió un comunicado en el que afirmaba que su gobierno «interceptará cualquier avión no tripulado o misil que irrumpa en nuestro espacio aéreo, ya sea iraní o israelí».
Sin embargo, el opositor jordano cuestiona la exactitud de la declaración de Safadi, especialmente sobre la disposición de su país a enfrentarse a una amenaza similar procedente de Tel Aviv, señalando las numerosas ocasiones en que aviones de combate israelíes se infiltraron en el espacio aéreo jordano para llevar a cabo incursiones en Siria.
Una historia de traición a Palestina  
El antagonismo histórico de Jordania hacia la resistencia palestina se remonta a las masacres de «Septiembre Negro» de 1970, cuyo objetivo era expulsar a la OLP del país, supuestamente con el apoyo del ex rey Hussein bin Talal, que al parecer recibió el respaldo de Israel y Estados Unidos.
Durante la Guerra de los Seis Días de 1967, la Fuerza Aérea de Israel derribó y destruyó decenas de aviones jordanos. Tras el acuerdo de paz de 1994 entre Ammán y Tel Aviv, los dos Estados han firmado múltiples acuerdos de defensa, incluido el suministro por Israel de aviones F-16 y helicópteros Cobra a Jordania.
Desde la década de 1970, cuando Israel apoyó a Jordania durante la revuelta palestina contra el rey Hussein, las dos fuerzas aéreas no han entrado en combate. A pesar de ello, la beligerancia israelí persiste. En vísperas de la Guerra del Golfo de 1991, cuando se le preguntó sobre la posible oposición de la Fuerza Aérea jordana si Israel atacaba Irak, el entonces retirado comandante de la Fuerza Aérea Avihu Ben-Nun declaró audazmente: «No habría más Fuerza Aérea jordana».
Es muy probable, además, que los militares occidentales que participaron en la defensa de Israel el pasado fin de semana utilizaran bases jordanas. Por ejemplo, tropas estadounidenses están estacionadas en la base aérea de Mashabim, en el desierto del Néguev, apoyando operaciones como el sistema Cúpula de Hierro.
Del mismo modo, las fuerzas militares británicas y francesas están presentes en múltiples lugares estratégicos dentro de Jordania, incluida la base aérea Rey Faisal en Al-Jafr y la base Humaymah cerca de Aqaba, donde desempeñan funciones en la defensa regional y dirigen operaciones de inteligencia.
También hay tropas francesas en la base aérea Rey Faisal, conocida como base Al-Ruwaished, que está cerca de Al-Tanf. Desde esta base se llevan a cabo actividades relacionadas con operaciones de espionaje en Siria, Irak, Líbano e Irán a través de un centro de reconocimiento de última generación, y se cree que su aeropuerto es utilizado por aviones no tripulados israelíes y estadounidenses.
Sacrificar la estabilidad de Jordania por la seguridad de Israel
Sin embargo, las relaciones y la colaboración de Jordania con Tel Aviv siguen siendo profundamente impopulares entre la ciudadanía del país, y durante semanas se han concentrado manifestantes cerca de la embajada israelí en Ammán, muchos de ellos sometidos posteriormente a la represión y a fuertes restricciones de seguridad por parte de las autoridades jordanas.
Para aumentar la presión sobre Ammán, la facción de la resistencia iraquí, Kataib Hezbolá, anunció a principios de mes su disposición a armar a «12.000 combatientes con armas ligeras y medianas, lanzamisiles antiblindaje, misiles tácticos, millones de balas y toneladas de explosivos, para que podamos estar unidos para defender a nuestros hermanos palestinos», y añadió que trataría de «cortar la ruta terrestre [jordana] que llega a la entidad sionista».
Al participar en la interceptación de aviones no tripulados iraníes, Jordania ha contribuido de forma significativa a aliviar un poco la presión sobre Israel, pero ello conlleva una consecuencia interna mucho más importante para la estabilidad del reino.
¿Resultará políticamente perjudicial para su monarca el descarado alineamiento de Ammán con Tel Aviv en este contexto? En los próximos años, esta decisión podría considerarse un error estratégico de proporciones gigantescas. Por el momento, el futuro político de Jordania y su posición en la política regional siguen siendo inciertos, sobre todo mientras Tel Aviv y Teherán se preparan para nuevos enfrentamientos.
El rey Abdallah puede lanzarse a la refriega, como hizo el pasado fin de semana, y sufrir nuevas oleadas de indignación nacional y árabe, o puede decidir permanecer neutral y callado -como decidieron hacer muchos vecinos más grandes y poderosos- y dejar que los adversarios iraníes e israelíes libren sus propias batallas.

5. Ahora quieren moderación

La opinión de Jonathan Cook sobre el ataque iraní y la paradoja de que ahora sea Occidente quien pida «moderación». https://jonathancook.substack.

Occidente quiere «moderación» tras meses de alimentar un genocidio en Gaza
Jonathan Cook 16 de abril de 2024

Oriente Próximo está al borde de la guerra precisamente porque los políticos occidentales consintieron durante décadas todos los excesos militares de Israel
De repente, los políticos occidentales, desde el presidente estadounidense Joe Biden hasta el primer ministro británico Rishi Sunak, se han convertido en ardientes defensores de la «moderación», en una lucha de última hora por evitar una conflagración regional.
Irán lanzó una salva de drones y misiles contra Israel el fin de semana en lo que supuso una demostración de fuerza en gran medida simbólica. Al parecer, muchos de ellos fueron derribados por los sistemas de interceptación israelíes financiados por Estados Unidos o por aviones de combate estadounidenses, británicos y jordanos. No hubo muertos.
Fue el primer ataque directo de un Estado contra Israel desde que Irak disparó misiles Scud durante la guerra del Golfo de 1991.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reunió apresuradamente el domingo, y Washington y sus aliados pidieron que se rebajaran las tensiones, que podrían desembocar fácilmente en el estallido de una guerra en Oriente Próximo y más allá.
«Ni la región ni el mundo pueden permitirse más guerras», declaró en la reunión el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres. «Ahora es el momento de desactivar y desescalar».
Israel, por su parte, prometió «exigir el precio» a Irán en el momento que elija. Pero la abrupta conversión de Occidente a la «moderación» necesita algunas explicaciones.
Después de todo, los líderes occidentales no mostraron ninguna moderación cuando Israel bombardeó el consulado de Irán en Damasco hace dos semanas, matando a un general de alto rango y más de una docena de otros iraníes – la causa próxima de la represalia de Teherán en la noche del sábado.
Según la Convención de Viena, el consulado no sólo es una misión diplomática protegida, sino que se considera territorio soberano iraní. El ataque israelí contra él fue un acto desenfrenado de agresión, el «crimen internacional supremo», como dictaminó el tribunal de Nuremberg al final de la Segunda Guerra Mundial.
Por ello, Teherán invocó el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, que le permite actuar en legítima defensa.
Blindar a Israel
Sin embargo, en lugar de condenar la peligrosa beligerancia de Israel -un ataque flagrante al llamado «orden basado en normas» tan venerado por Estados Unidos-, los líderes occidentales se alinearon detrás del Estado cliente favorito de Washington.
En una reunión del Consejo de Seguridad celebrada el 4 de abril, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia despreciaron intencionadamente la moderación al bloquear una resolución que habría condenado el ataque de Israel al consulado iraní, una votación que, de no haber sido bloqueada, podría haber bastado para aplacar a Teherán.
El fin de semana, el ministro británico de Asuntos Exteriores, David Cameron, dio el visto bueno al ataque israelí contra la sede diplomática iraní, afirmando que podía «entender perfectamente la frustración que siente Israel», aunque añadió, sin ningún atisbo de conciencia de su propia hipocresía, que el Reino Unido «tomaría medidas muy enérgicas» si un país bombardeara un consulado británico.
Al proteger a Israel de cualquier consecuencia diplomática por su acto de guerra contra Irán, las potencias occidentales se aseguraron de que Teherán tuviera que buscar una respuesta militar en su lugar.
Pero la cosa no acabó ahí. Tras avivar el sentimiento de agravio de Irán en la ONU, Biden prometió un apoyo «férreo» a Israel -y graves consecuencias para Teherán- si se atrevía a responder al ataque contra su consulado.
Irán hizo caso omiso de esas amenazas. El sábado por la noche lanzó unos 300 drones y misiles, al tiempo que protestaba a gritos por la «inacción y el silencio del Consejo de Seguridad, que no ha condenado las agresiones del régimen israelí».
Los dirigentes occidentales no tomaron nota. Volvieron a ponerse del lado de Israel y denunciaron a Teherán. En la reunión del Consejo de Seguridad del domingo, los mismos tres Estados -Estados Unidos, Reino Unido y Francia- que antes habían bloqueado una declaración de condena del ataque israelí a la misión diplomática iraní, solicitaron una condena formal de Teherán por su respuesta.
El embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzya, ridiculizó lo que calificó de «desfile de hipocresía y doble rasero de Occidente». Y añadió: «Saben muy bien que un ataque a una misión diplomática es un casus belli según el derecho internacional. Y si las misiones occidentales fueran atacadas, ustedes no dudarían en tomar represalias y demostrar su caso en esta sala».
Tampoco se vio ningún tipo de moderación cuando Occidente celebró públicamente su connivencia con Israel para frustrar el ataque de Irán y, de este modo, convertirse en parte directa de esta peligrosa confrontación.
El primer ministro británico, Rishi Sunak, elogió a los pilotos de la RAF por su «valentía y profesionalidad» al ayudar a «proteger a los civiles» en Israel.
En una declaración, Keir Starmer, líder del partido laborista, supuestamente de la oposición, condenó a Irán por generar «miedo e inestabilidad», en lugar de «paz y seguridad», con el riesgo de avivar una «guerra regional más amplia». Su partido, dijo, «defenderá la seguridad de Israel».
La «moderación» que Occidente exige sólo se refiere, al parecer, a los esfuerzos de Irán por defenderse.

Morir de hambre
Dado el nuevo reconocimiento por parte de Occidente de la necesidad de actuar con cautela y de los peligros evidentes de los excesos militares, puede que haya llegado el momento de que sus dirigentes se planteen exigir moderación de forma más general, y no sólo para evitar una nueva escalada entre Irán e Israel.
En los últimos seis meses, Israel ha bombardeado Gaza hasta convertirla en escombros, ha destruido sus instalaciones médicas y oficinas gubernamentales y ha matado y mutilado a muchas, muchas decenas de miles de palestinos. En realidad, tal es la devastación que Gaza perdió hace algún tiempo la capacidad de contar sus muertos y heridos.
Al mismo tiempo, Israel ha intensificado su bloqueo de 17 años del minúsculo enclave hasta el punto de que llegan tan pocos alimentos y agua que la población está presa de la hambruna. La gente, especialmente los niños, se muere literalmente de hambre.
La Corte Internacional de Justicia, el más alto tribunal del mundo, presidido por un juez estadounidense, dictaminó en enero -cuando la situación era mucho menos grave que ahora- que se había presentado un caso «plausible» de que Israel estaba cometiendo genocidio, un crimen contra la humanidad estrictamente definido en el derecho internacional.
Y, sin embargo, los líderes occidentales no han pedido «moderación» mientras Israel bombardeaba Gaza semana tras semana hasta dejarla en ruinas, atacando sus hospitales, arrasando sus oficinas gubernamentales, volando por los aires sus universidades, mezquitas e iglesias y destruyendo sus panaderías.
Por el contrario, el presidente Biden se ha apresurado repetidamente a aprobar ventas de armas de emergencia, pasando por alto al Congreso, para asegurarse de que Israel tenga suficientes bombas para seguir destruyendo Gaza y matando a sus niños.
Cuando los dirigentes israelíes prometieron tratar a la población de Gaza como «animales humanos», negándoles todo tipo de alimentos, agua y energía, los políticos occidentales dieron su visto bueno.
Sunak no estaba interesado en reclutar a sus valientes pilotos de la RAF para «proteger a los civiles» de Gaza frente a Israel, y Starmer no mostró ninguna preocupación por el «miedo y la inestabilidad» que sienten los palestinos por el reino del terror de Israel.
Más bien al contrario. Starmer, famoso como abogado de derechos humanos, incluso dio su aprobación al castigo colectivo de Israel a la población de Gaza, su «asedio total», como parte integrante de un supuesto «derecho de legítima defensa» israelí.
Al hacerlo, invalidó uno de los principios más fundamentales del derecho internacional, según el cual los civiles no deben ser objeto de ataques por las acciones de sus dirigentes. Como ahora resulta demasiado evidente, sentenció a muerte a la población de Gaza.
¿Dónde estaba entonces la «moderación»?

Desaparecida en combate
Del mismo modo, la moderación se esfumó cuando Israel inventó un pretexto para erradicar la agencia de ayuda de la ONU Unrwa, el último salvavidas de la hambrienta población de Gaza.
A pesar de que Israel fue incapaz de ofrecer ninguna prueba de su afirmación de que un puñado de empleados de Unrwa estaban implicados en un ataque contra Israel el 7 de octubre, los líderes occidentales se apresuraron a cortar la financiación de la agencia. Al hacerlo, se convirtieron en cómplices activos de lo que el Tribunal Mundial ya temía que fuera un genocidio.
¿Dónde estaba la moderación cuando los funcionarios israelíes -con un largo historial de mentiras para promover la agenda militar de su Estado- inventaron historias sobre la decapitación de bebés por Hamás o sobre violaciones sistemáticas el 7 de octubre? Todo esto fue desmentido por una investigación de Al Jazeera basada en gran medida en fuentes israelíes.
Esos engaños que justificaban el genocidio fueron amplificados con demasiada facilidad por los políticos y los medios de comunicación occidentales.
Israel no mostró ninguna moderación a la hora de destruir los hospitales de Gaza o de tomar como rehenes y torturar a miles de palestinos que sacó de la calle.
Los políticos occidentales hicieron caso omiso de todo ello.
¿Dónde estaba la moderación en las capitales occidentales cuando los manifestantes salieron a las calles para pedir un alto el fuego, para detener la sangría israelí de mujeres y niños, la mayoría de los muertos de Gaza? Los manifestantes fueron calumniados -y siguen siendo calumniados- por los políticos occidentales como partidarios del terrorismo y antisemitas.
¿Y dónde estaba la exigencia de moderación cuando Israel rompió el libro de reglas sobre las leyes de la guerra, permitiendo a cualquier aspirante a hombre fuerte citar la indulgencia de Occidente con las atrocidades israelíes como precedente para justificar sus propios crímenes?
En cada ocasión, cuando favoreció los malévolos objetivos de Israel, el compromiso de Occidente con la «moderación» desapareció en combate.

Estado cliente de primer orden
Hay una razón por la que Israel ha sido tan ostentoso en su saqueo de Gaza y su pueblo. Y es la misma razón por la que Israel se sintió envalentonado para violar la inviolabilidad diplomática del consulado de Irán en Damasco.
Porque durante décadas Israel ha tenido garantizada la protección y la ayuda de Occidente, sean cuales sean los crímenes que cometa.
Los fundadores de Israel limpiaron étnicamente gran parte de Palestina en 1948, mucho más allá de los términos de partición establecidos por la ONU un año antes. En 1967 impusieron una ocupación militar en lo que quedaba de la Palestina histórica, expulsando a una parte aún mayor de la población nativa. Después impuso un régimen de apartheid en las pocas zonas donde quedaban palestinos.
En sus reservas de Cisjordania, los palestinos han sido sistemáticamente maltratados, sus casas demolidas y se han construido asentamientos judíos ilegales en sus tierras. Los lugares sagrados de los palestinos han sido rodeados y arrebatados gradualmente.
Por otra parte, Gaza lleva 17 años aislada y su población no puede circular libremente, ni trabajar, ni disfrutar de las necesidades básicas.
El reino del terror de Israel para mantener su control absoluto ha hecho que el encarcelamiento y la tortura sean un rito de iniciación para la mayoría de los hombres palestinos. Cualquier protesta es aplastada sin piedad.
Ahora Israel ha añadido la matanza masiva en Gaza -genocidio- a su larga lista de crímenes.
Los desplazamientos de palestinos a Estados vecinos provocados por las operaciones de limpieza étnica y las matanzas de Israel han desestabilizado la región en su conjunto. Y para asegurar su proyecto colonial militarizado de colonos en Oriente Próximo -y su lugar como Estado cliente de Washington en la región- Israel ha intimidado, bombardeado e invadido a sus vecinos con regularidad.
Su ataque contra el consulado iraní en Damasco fue sólo la última de las humillaciones en serie a las que se enfrentaron los Estados árabes.
Y durante todo este tiempo, Washington y sus Estados vasallos no han hecho más que llamamientos ocasionales y de boquilla a la moderación hacia Israel. Nunca ha habido consecuencias, sino recompensas de Occidente en forma de ayuda multimillonaria y un estatus comercial especial.

Algo precipitado
Entonces, ¿por qué, tras décadas de violencia desenfrenada por parte de Israel, de repente Occidente se ha interesado tanto por la «moderación»? Porque en esta rara ocasión sirve a los intereses occidentales calmar los fuegos que Israel está tan decidido a avivar.
El ataque israelí contra el consulado de Irán se produjo justo cuando a la administración Biden se le acababan por fin las excusas para proporcionar las armas y la cobertura diplomática que han permitido a Israel masacrar, mutilar y dejar huérfanos a decenas de miles de niños palestinos en Gaza durante seis meses.
Las exigencias de un alto el fuego y un embargo de armas a Israel han llegado a un punto álgido, y Biden está perdiendo apoyo entre parte de su base demócrata, ya que se enfrenta a la repetición de las elecciones presidenciales a finales de este año frente a un rival resurgente, Donald Trump.
Un pequeño número de votos podría marcar la diferencia entre la victoria y la derrota.
Israel tenía motivos de sobra para temer que su patrocinador pronto tirara de la manta bajo su campaña de matanzas masivas en Gaza.
Pero tras haber destruido toda la infraestructura necesaria para mantener la vida en el enclave, Israel necesita tiempo para que se produzcan las consecuencias: o hambruna masiva allí o una reubicación de la población en otro lugar por motivos supuestamente «humanitarios».
Una guerra más amplia, centrada en Irán, distraería la atención de la desesperada situación de Gaza y obligaría a Biden a respaldar incondicionalmente a Israel, a cumplir su «férreo» compromiso con la protección de Israel.
Y para colmo, si Estados Unidos se viera arrastrado directamente a una guerra contra Irán, Washington no tendría más remedio que ayudar a Israel en su larga campaña para destruir el programa de energía nuclear iraní.
Israel quiere eliminar cualquier posibilidad de que Irán desarrolle una bomba, algo que nivelaría el campo de juego militar entre ambos de forma que Israel tendría muchas menos garantías de poder seguir actuando a su antojo en toda la región con impunidad.
Por eso, los funcionarios de Biden están expresando a los medios de comunicación estadounidenses su preocupación por que Israel esté dispuesto a «hacer algo precipitado» en un intento de arrastrar a la administración a una guerra más amplia.
La verdad es, sin embargo, que Washington cultivó hace tiempo a Israel como su monstruo militar de Frankenstein. El papel de Israel consistía precisamente en proyectar el poder de EEUU de forma implacable en Oriente Medio, rico en petróleo. El precio que Washington estaba más que dispuesto a aceptar era la erradicación por Israel del pueblo palestino, sustituido por un «Estado judío» fortaleza.
Pedir ahora a Israel que ejerza la «moderación», mientras sus atrincherados grupos de presión flexionan sus músculos inmiscuyéndose en la política occidental y unos fascistas confesos gobiernan Israel, va más allá de la parodia.
Si Occidente realmente apreciara la moderación, debería haber insistido en ella a Israel hace décadas.

6. Contra Tories y laboristas

Igual que Galloway, Craig Murray se presenta a las próximas elecciones británicas. Lo hace en unión del propio Galloway y su partido pero también de muchos otros independientes, entre los que destaca Andrew Feinstein, que se presentará por la misma circunscripción que Starmer. Así lo ha hecho público en su blog: https://www.craigmurray.org.

Me presento en Blackburn
abril 16, 2024
Me presento a las elecciones al Parlamento como diputado por Blackburn. Este giro inesperado de los acontecimientos requiere una declaración honesta.
1) Me presento por el genocidio en Gaza.
2) Me presento por la espantosa postura pro-Genocidio del Partido Laborista y el continuo apoyo de Keir Starmer a las exportaciones de armas a Israel.
3) Me presento porque los concejales independientes de Blackburn y el Partido de los Trabajadores me han invitado a hacerlo.
La clase política, incluidos los partidos laborista y conservador, ha seguido ofreciendo su apoyo incondicional a Israel. Los Tories son una causa perdida, irrelevantes en Blackburn y no voy a malgastar palabras con ellos. El Partido Laborista está dirigido por Keir Starmer, un hombre que se ha declarado sionista sin reservas, es miembro de Labour Friends of Israel, que se negó a oponerse al bloqueo israelí de alimentos y agua a Gaza, se niega a reconocer cualquier crimen de guerra cometido por Israel, por no hablar del genocidio en curso, y apoya firmemente la venta continuada de armas a Israel.
Al menos el 40% del gabinete en la sombra laborista está financiado por el lobby sionista.
Starmer también ha expulsado a más judíos del Partido Laborista que todos los anteriores líderes laboristas juntos, con la excusa del «antisemitismo», pero en realidad porque son judíos que se oponen honestamente a la asesina limpieza étnica de palestinos y a los planes del Estado de apartheid de Israel.
Los habitantes de Blackburn, como todos los votantes del Reino Unido, merecen la oportunidad de votar a un candidato que se oponga realmente al genocidio. Los concejales independientes de Blackburn, que han dimitido del Partido Laborista por esta cuestión, me han elegido para ser ese candidato. He aceptado.

https://www.youtube.com/watch? [vídeo del discurso de presentación de Murray]

Tras la victoria de George Galloway en la cercana Rochdale bajo la bandera del Partido de los Trabajadores, también he aceptado el apoyo de ese partido. Espero luchar por el escaño como candidato del partido.

https://www.youtube.com/watch? [Video de Galloway]

Aunque Gaza me motivó a presentarme, no es ni mucho menos la única cuestión en la que los votantes de Blackburn merecen una opción alternativa.
El Partido Laborista ha abandonado a los trabajadores. El fin de semana pasado Keir Starmer dijo que los laboristas aumentarían el gasto en defensa al 2,5% del PIB, un 25% más. Sin embargo, el Partido Laborista ha declarado que estará sujeto a las normas fiscales tories y la austeridad, y no hay dinero para la educación o la salud y otros servicios públicos.
El Partido Laborista ha declarado que será más duro que los conservadores en lo que respecta a las ayudas sociales y los controles de inmigración. Wes Streeting está deseando privatizar el Servicio de Salud, y él y sus colegas de la primera fila están patrocinados para hacerlo. Los planes para renacionalizar el agua y otros servicios públicos han sido abandonados. El partido de Starmer es un partido tory.
Existe una enorme disparidad de riqueza en la sociedad, que crece a un ritmo increíblemente rápido. Las 1.000 personas más ricas del Reino Unido tienen ahora una media de 750 millones de libras cada una, una cifra que se ha duplicado en menos de una década. Sin embargo, millones de niños viven por debajo del umbral de la pobreza.
Esto no ocurre por accidente, ni es un factor de un mercado libre. Es el producto de un sistema de leyes y regulaciones diseñado para producir este resultado antinatural. Sólo puede contrarrestarse mediante una reforma fundamental de las leyes en torno a la formación y propiedad del capital. Por esa razón, me complace aliarme con el Partido de los Trabajadores, que reconoce esta verdad.
El pueblo de Blackburn merece la oportunidad de votar por un cambio social y económico fundamental.
Me presento como parte de un movimiento más amplio en Inglaterra que pretende desafiar al duopolio conservador bipartidista. Esta alianza se está formando e incluirá a candidatos independientes y de otros partidos pequeños. Se está desarrollando una organización informal. Espero que el Partido de los Trabajadores tenga una lista de cientos de candidatos, mientras que Andrew Feinstein habló a mi lado en Blackburn el sábado y desafiará a Keir Starmer directamente en las elecciones. Jeremy Corbyn volverá al parlamento por Islington Norte.

https://www.youtube.com/watch? [Vídeo de Feinstein]

En Escocia, Gales e Irlanda del Norte los partidos nacionalistas han sido mucho mejores en el genocidio de Gaza, reflejando la experiencia de esos pueblos de limpieza étnica y ocupación. También son notablemente más socialistas que los laboristas. Tengo que explicarles a ustedes, y en particular a mis muchos lectores escoceses, por qué no me presento en Escocia.
En primer lugar, es importante dejar claro que mi apoyo a la independencia de Escocia no ha disminuido (lo que sinceramente creo que sería bueno para la gente de Inglaterra también, incluyendo Blackburn, al permitir que un país moderno emerja de las trampas de la decadencia imperial).

En segundo lugar, lo hablé con Alex Salmond antes de aceptar presentarme en Blackburn. No he abandonado el Partido Alba. Alex y yo acordamos mutuamente que en estas elecciones sería mejor para mí no presentarme por Alba en Escocia, ya que eso daría a la prensa unionista la oportunidad de seguir ensuciando la guerra legal a la que habíamos sido sometidos.

En tercer lugar, George Galloway ha declarado que ya no participará en el debate sobre la independencia en Escocia.
También he visto que el Partido de los Trabajadores no presentará candidatos en Escocia. Eso tendrá que ser resuelto, pero como mínimo espero que podamos llegar a un acuerdo de que no se presentarán en ningún sitio contra el Partido Alba, lo que haría imposible mi propia posición. Como Alba sólo tiene previsto presentarse en 16 circunscripciones, no debería ser difícil. Las relaciones de trabajo entre los dos partidos en los Comunes son amistosas, y todo esto se resolverá en las próximas semanas.
Por último, diré que los acontecimientos de las últimas 48 horas han confirmado mi decisión. La destrucción asesina del consulado iraní en Damasco por parte de Israel, estrellándose contra la Convención de Viena, no fue condenada ni por laboristas ni por tories. George Galloway es el único diputado que siquiera lo ha mencionado en la Cámara de los Comunes, una clara indicación de por qué no sólo estoy contento sino orgulloso de estar al lado de George. El ataque de demostración de Irán en respuesta -que no mató a nadie- parece haber restaurado la tambaleante confianza de toda la clase política a la hora de proclamar sus credenciales sionistas. Esperan que ahora todos hayamos olvidado el genocidio.
Les demostraremos que se equivocan.
A partir de mediados de mayo trasladaré mi domicilio a Blackburn. Tres breves visitas al Reino Unido parecen haber confirmado que el Estado ya no tiene intención de detenerme por mi apoyo al derecho legal de los palestinos a la resistencia armada como pueblo ocupado.
Voy a necesitar ayuda: para repartir folletos, hacer campaña electoral, atender oficinas y realizar las innumerables tareas de una campaña electoral. También (lo siento) voy a pedir una vez más a los lectores de este blog que financien la campaña. Estoy animado por el sólido comienzo que tenemos en el apoyo a través de todas las comunidades en Blackburn. No faltará sitio para que duerman los voluntarios. Así que empezad a mirar en vuestras agendas. Vamos a darle una paliza a Starmer, vamos a enfrentarnos al monopolio sionista del poder, ¡y va a ser muy divertido!

7. Problemas con la defensa aérea

Otro artículo de Scott Ritter sobre aspectos técnico-militares del ataque iraní y las posibilidades de defensa de Israel y, más en general, de los EEUU. Como demuestra el título, sigue siendo muy optimista -o pesimista desde el punto de vista estadounidense- sobre las posibilidades de la defensa aérea. https://www.scottritterextra.

Jaque mate Scott Ritter 16 de abril de 2024
Corea del Norte realiza un lanzamiento masivo de misiles balísticos
La derrota iraní de la arquitectura de defensa antimisiles estadounidense-israelí tiene consecuencias para la seguridad mundial.
La atención del mundo se ha centrado, con razón, en las consecuencias del ataque de represalia de Irán contra Israel el 13 y 14 de abril de 2024. El propósito de Irán al lanzar el ataque era establecer una postura de disuasión diseñada para poner a Israel y a Estados Unidos sobre aviso de que cualquier ataque contra Irán, ya sea en suelo iraní o en el territorio de otras naciones, desencadenaría una represalia que infligiría más daño al atacante del que el atacante podría esperar infligir a Irán. Para lograr este resultado, Irán tuvo que demostrar que era capaz de superar los sistemas de defensa contra misiles balísticos tanto de Israel como de Estados Unidos que estaban desplegados en Israel y sus alrededores en el momento del ataque. Irán lo consiguió, ya que al menos nueve misiles alcanzaron dos bases aéreas israelíes que se encontraban bajo el paraguas protector del escudo antimisiles israelí-estadounidense.
La postura de disuasión iraní tiene implicaciones que van mucho más allá de los alrededores de Israel u Oriente Medio. Al derrotar al escudo antimisiles estadounidense-israelí, Irán puso al descubierto la noción de supremacía de la defensa antimisiles estadounidense que sirve de núcleo a los modelos estadounidenses de protección de fuerzas utilizados a la hora de proyectar el poder militar a escala mundial. La postura defensiva de Estados Unidos frente a Rusia, China y Corea del Norte se basa en suposiciones sobre la eficacia de las capacidades estadounidenses de defensa contra misiles balísticos. Al atacar con éxito las bases aéreas israelíes, que contaban con toda la tecnología estadounidense de misiles antibalísticos, Irán puso de manifiesto la vulnerabilidad del escudo antimisiles estadounidense frente a las modernas tecnologías de misiles con ojivas maniobrables, señuelos y velocidad hipersónica. Las bases estadounidenses en Europa, el Pacífico y Oriente Medio, que se creían bien protegidas, se han revelado repentinamente vulnerables a ataques hostiles. También lo son los buques de la US Navy que operan en alta mar.
Scott comentará este artículo y responderá a las preguntas del público en el episodio 151 de Pregúntele al Inspector.
Las defensas antimisiles balísticos de Israel han recibido un fuerte impulso con el despliegue de un avanzado radar de banda X AN/TPY-2 en suelo israelí. El radar, operado por la 13ª Batería de Defensa Antimisiles del Ejército de EE.UU., está situado en Har Qeren, una altura que se eleva sobre el desierto del Néguev, cerca de la ciudad de Be’er Sheva. El AN/TPY-2 es un radar de defensa antimisiles que puede detectar, rastrear y discriminar misiles balísticos, discriminando entre amenazas y no amenazas (es decir, misiles entrantes y basura espacial).
El AN/TPY-2 funciona en dos modos diferentes. El primero, conocido como «modo avanzado», detecta y rastrea misiles balísticos en el momento de su lanzamiento. El segundo – «modo terminal»- se utiliza para guiar a los interceptores hacia un misil que desciende. El AN/TPY-2 está optimizado para trabajar con el sistema de defensa contra misiles balísticos THAAD (Terminal High Altitude Area Defense) guiando el misil THAAD hacia su objetivo.
Estados Unidos había desplegado al menos una, y posiblemente dos, baterías de misiles THAAD en Israel en el momento del ataque con misiles iraní. Además de ayudar a los misiles THAAD a derribar las amenazas entrantes, los datos del radar AN/TPY-2 se integraron con los datos del radar israelí y otra inteligencia técnica recogida por la red de satélites de alerta temprana de la Organización de Defensa contra Misiles Balísticos (BMDO) desplegada con el único propósito de vigilar e informar de los lanzamientos de misiles balísticos iraníes. Este sistema integrado de alerta temprana/vigilancia/
A la capacidad y letalidad de la arquitectura de defensa antimisiles balísticos estadounidense-israelí se sumó la presencia de al menos dos destructores de clase Aegis de la Armada estadounidense con capacidad para sistemas de defensa antimisiles balísticos (BMD), equipados con el radar de banda S SPY-1 y misiles interceptores SM-3/SM-6. Los buques de la Armada con capacidad para sistemas BMD están equipados con el radar de banda S S SPY-1 y misiles interceptores SM-3/SM-6. Los buques de la Armada con capacidad BMD están configurados para conectarse con el radar AN/TPY-2 de banda X basado en tierra, así como con el sistema BMD más amplio a través del sistema de Mando y Control, Gestión de Combate y Comunicaciones (C2BMC). La combinación de radares terrestres e interceptores con el sistema BMD de la US Navy proporciona a los mandos militares estadounidenses protección en todo el teatro de operaciones frente a amenazas hostiles de misiles balísticos. Este sistema integrado está diseñado para detectar, adquirir y rastrear las amenazas entrantes y, mediante complejos algoritmos informáticos, discriminar los objetivos y destruirlos utilizando ojivas cinéticas hit-to-kill (es decir, una «bala que golpea a otra bala»).
El 13 y 14 de abril de 2023, este sistema falló. En resumen, la combinación de las capacidades de defensa antimisiles balísticos estadounidenses e israelíes desplegadas en el desierto del Néguev y sus alrededores convirtió a las bases aéreas israelíes allí situadas en los lugares más protegidos del mundo frente a las amenazas que suponen los misiles balísticos.
Y, sin embargo, Irán atacó con éxito ambos emplazamientos con múltiples misiles.
Las implicaciones estratégicas globales de este asombroso logro iraní cambian las reglas del juego -Estados Unidos lleva mucho tiempo luchando conceptualmente con la noción de lo que se conoce como amenazas «A2/AD» (anti-acceso/negación de área) planteadas por misiles balísticos hostiles. Sin embargo, Estados Unidos había intentado mitigar esta amenaza AA/A2 superponiendo una arquitectura de defensa contra misiles balísticos de teatro de operaciones como la que se había empleado en Israel. El fracaso de los sistemas de defensa combinados estadounidense-israelí frente a un ataque concertado de misiles iraníes puso de manifiesto las deficiencias de las capacidades de defensa contra misiles balísticos de Estados Unidos en todo el mundo.
En resumen, esto significa que las fuerzas de EE.UU. y de la OTAN en Europa son vulnerables al ataque de tecnologías avanzadas de misiles rusos que igualan o superan las utilizadas por Irán para atacar a Israel. También significa que es muy probable que China pueda atacar y hundir buques de la armada estadounidense en el Océano Pacífico en caso de conflicto por Taiwán. Y que Corea del Norte podría hacer lo mismo con buques y fuerzas estadounidenses en tierra en las proximidades de Japón y Corea del Sur.
Hasta que Estados Unidos pueda desarrollar, producir y desplegar sistemas de defensa antimisiles capaces de derrotar la nueva tecnología de misiles que están desplegando naciones como Irán, Rusia, China y Corea del Norte, las capacidades de proyección del poder militar estadounidense se encuentran en estado de jaque mate por parte de los potenciales adversarios de Estados Unidos. 

8. El enemigo

Hace poco escuchábamos en España -en el programa Carne Cruda- que la policía dice que desde que no hay terrorismo etarra, ahora se dedican a los ecologistas «radicales» https://twitter.com/. En Francia y Gran Bretaña tienen ya bastantes amargas experiencias al respecto. Un ejemplo con el caso francés. Parece, por cierto, por esos arietes en la puerta equivocada, que son tan chapuceros como los nuestros.

https://reporterre.net/Dans-

En los sótanos de la lucha antiterrorista, el infierno de los militantes ecologistas
Detenciones brutales, detenciones policiales prolongadas… 17 personas fueron detenidas el 8 de abril en el marco de una acción contra Lafarge en 2023, utilizando los medios «desproporcionados» de la lucha antiterrorista. Nos cuentan sus historias.
Eran las 6 de la mañana del lunes 8 de abril en la región parisina cuando Guillaume se despertó por el ruido de «golpes de ariete», seguidos del «enorme estruendo» de la puerta de uno de sus vecinos al ser «destrozada». Unos minutos más tarde, oyó un segundo intento de forzar la puerta de la casa de otro vecino. Tras dos errores, el equipo de la Brigada de Investigación e Intervención (BRI) llegó por fin a su piso. Al abrir la puerta, Guillaume se encontró cara a cara con un fusil de asalto apuntando en su dirección.
«Date la vuelta y agáchate», le gritaron los agentes encapuchados. En cuestión de segundos, el profesor se encontró boca abajo, con las dos manos esposadas a la espalda. «Empezaron a ponerse salvajes», dice. Puñetazos y patadas en las costillas y el estómago. «Venga, una última», le gritó presuntamente un agente de la brigada, antes de darle un puñetazo en la ceja con un guante. En el informe médico elaborado al día siguiente de su detención, que consultó Reporterre, el médico observó varios hematomas en las costillas y la cara.
«Aturdido», Guillaume escucha los cargos que se le imputan: conspiración criminal, daños en grupo y confinamiento durante una acción contra una planta de hormigón de Lafarge, cerca de Rouen, el 10 de diciembre. Los activistas habían invadido las instalaciones y vaciado sacos de pigmento colorante del hormigón y barriles de arena. A continuación, Guillaume vio cómo registraban su piso. Le precintaron el teléfono y le hicieron varias fotos. Pegatinas, libros, notas, un casco de monopatín y una bufanda. «Cada vez que encontraban algo, preguntaban si era material de protesta», cuenta.

Perfil típico del «activista medioambiental radical
Al mismo tiempo, cerca de Rouen, policías de la BRI irrumpieron en una casa por error, debido a un cambio de dirección. France Bleu informa del «trauma» sufrido por la familia. Un equipo de la BRI llegó finalmente a la casa de Mathilde [*]. «Agentes armados entraron en la casa, donde estaban mis dos hijos, de 4 y 8 años. Me sentí como si me tuvieran secuestrada», describe.
Una vez más, sus dispositivos electrónicos fueron precintados, y los agentes se interesaron por todo lo que pudiera «corroborar el perfil de la ecologista radical que imaginaban». Un cartel sobre el asunto Tarnac (el sabotaje de las líneas de TGV en 2008), otro sobre el zad de Notre-Dame-des-Landes, libros como Comment tout peut s’effondrer, de Pablo Servigne y Raphaël Stevens, o On ne dissout pas un soulèvement.
Con los ojos vendados y metidos en un coche, ocho de las diecisiete personas detenidas fueron conducidas a toda velocidad a las oficinas de la Subdirección Antiterrorista (SDAT) en Levallois-Perret (Hauts-de-Seine). Fueron conducidos al cuarto sótano. Tras ser cacheados, los colocan delante de un espejo sin cristales para «forrarlos». «Nos dan un número y miramos de frente, como en una serie de televisión americana», explica Mathilde. Se les dirige a su celda, iluminada con luces de neón, vigilada por vídeo y en completo aislamiento. «Me sentí claramente como un terrorista», recuerda Guillaume, que no volvería a ver la luz del día hasta la mañana del jueves 11 de abril, tras 74 horas bajo custodia policial. Desde su celda, no podía oír los eslóganes que coreaban algunos simpatizantes ante las oficinas de la SDAT: «¡Lafarge es un terrorista, liberad a nuestros compañeros!
Las jornadas están jalonadas de registros, comidas y audiencias con el oficial de la policía judicial. La primera está dedicada al perfil personal y político de los detenidos. Se les interroga, sin ningún orden en particular, sobre su conocimiento de «las teorías del desarme o el fresco climático», «la Rebelión de la Extinción, Juventud por el Clima o Les Soulèvements de la Terre», su opinión sobre la acción emprendida contra la fábrica de Lafarge en Bouc-Bel-Air en 2022 (donde se llevaron a cabo varios actos de sabotaje) o la política medioambiental del gobierno.
Las siguientes comparecencias están dedicadas a su presunta implicación en la acción del 10 de diciembre en las instalaciones de Lafarge-Holcim en Val-de-Reuil, cerca de Rouen, y a las pruebas recogidas durante los cuatro meses de investigación y los registros. «Tenían una foto mía el día de una concentración contra la disolución de Soulèvements de la Terre», relata Mathilde.

«Asustando a toda una generación de ecologistas».
El jueves 11 de abril, nueve de los detenidos fueron citados a comparecer ante el tribunal penal de Évreux el 27 de junio. Mientras tanto, cinco de los acusados han sido puestos bajo vigilancia judicial, con la obligación de presentarse en comisaría cada quince días, y para algunos de ellos la prohibición de presentarse en Eure y de establecer contacto.
«El uso de medios antiterroristas es una forma de marcar nuestros cuerpos y nuestras mentes, de asustar a toda una generación de ecologistas», afirma Guillaume, que tiene intención de denunciar el asunto ante la Inspección General de la Policía Nacional (IGPN) y de recurrir al Defensor de los Derechos Humanos.
Mathilde fue una de los ocho acusados puestos en libertad sin más trámite. Tras 60 horas «agotadoras y agonizantes» en el sótano de la SDAT, fue puesta en libertad en la noche del miércoles 10 de abril. «Me soltaron, esposada a la espalda y con los ojos vendados, en una calle de París, en plena noche, sin teléfono. Llevaba una bolsa con mis bragas, de las que tomaron muestras de ADN», cuenta la madre.
Según la abogada de Mathilde, Aïnoha Pascual, el uso de estos medios «desproporcionados» pretendía «disuadir e intimidar» a los activistas. «Creo que la verdadera razón es que el Ministerio del Interior se lo está tomando como algo personal y está enviando a sus servicios para lanzar un mensaje: todas las acciones en defensa del medio ambiente recibirán esta respuesta policial y judicial». A los ojos de los activistas interrogados, el mensaje se dirige sin duda también a los industriales: «Contaminad, estáis protegidos». Es absurdo», afirma uno de ellos. Estamos movilizando a agentes antiterroristas en un caso que afecta a una empresa, Lafarge, que a su vez es sospechosa de apoyar a organizaciones terroristas.

9. Entrevista sobre el ataque iraní

Entrevista del medio israelí crítico 972 al director del programa Israel-Palestina del Middle East Institute, radicado en Washington. https://www.972mag.com/

Irán e Israel chocan, ¿pagarán el precio los palestinos?

El riesgo de una guerra regional total aumenta cada día que pasa sin un alto el fuego en Gaza, advierte el experto Khaled Elgindy.

Por Ghousoon Bisharat 15 de abril de 2024

Dos días después, el mundo sigue tratando de entender el dramático ataque de Irán contra Israel. En colaboración con sus socios regionales, el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC) lanzó más de 300 aviones no tripulados y misiles en la noche del 13 de abril, marcando la primera vez que Israel o Irán habían atacado al otro Estado en su propio suelo.
Aunque de carácter inédito, el ataque iraní no fue en absoluto inesperado, ya que se produjo tras el ataque aéreo israelí contra el consulado iraní en Damasco dos semanas antes, en el que murieron siete oficiales del IRGC y dos civiles. La gran mayoría de los proyectiles, algunos de los cuales tardaron varias horas en llegar, fueron interceptados por Israel, con la ayuda de los ejércitos de Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Jordania, y la inteligencia proporcionada por varios Estados del Golfo. Sólo un puñado de misiles logró evadir las defensas de Israel, entre ellos uno que hirió gravemente a una niña beduina de 7 años en un pueblo no reconocido del Naqab/Negev, y otro que causó daños menores en la base aérea de Nevatim.
Para comprender el panorama general de estos sucesos, +972 habló con Khaled Elgindy, director del programa Israel-Palestina del Middle East Institute, con sede en Washington, y autor de «Blind Spot: Estados Unidos y los palestinos, de Balfour a Trump».
Mientras explicaba el «mensaje» que Irán buscaba enviar con su ataque anticipado, Elgindy también compartió sus dudas sobre si Israel haría caso a las presiones de Estados Unidos para evitar una represalia severa, y señaló además cómo los regímenes árabes podrían tratar de «dar vuelta» a su propia participación para tratar de salvar la cara con sus públicos enojados. Pero también subrayó que los palestinos siguen estando en el centro de esta conflagración, y siguen pagando el precio más alto por ello.
«Existe una posibilidad real de que, a cambio de que Israel rebaje la tensión con Irán, Estados Unidos dé a Israel más libertad de acción en Gaza, concretamente en lo que respecta a Rafah», advirtió Elgindy, refiriéndose a una invasión terrestre prevista de la ciudad más meridional de la Franja.
A los ojos de la administración Biden, continuó Elgindy, «mientras los costes sean soportados principalmente por los palestinos, entonces es aceptable. En el momento en que los costes aumentan más allá de Gaza y los palestinos… entonces se vuelve más peligroso». Pero esta línea de pensamiento, añadió, no puede eludir el hecho de que la perspectiva de una guerra regional total «aumenta cada día que pasa sin un alto el fuego [en Gaza].»
La entrevista ha sido editada para mayor claridad.
Acabamos de ver una dramática escalada en lo que esencialmente ha sido una Guerra Fría de décadas entre Israel e Irán. ¿Por qué Irán ha decidido atacar directamente a Israel?
Esa es la pregunta que todo el mundo se hace. El desencadenante inmediato, por supuesto, fue el ataque israelí al consulado iraní en Damasco el 1 de abril, en el que murieron dos generales iraníes. Todo el mundo entendía que habría una respuesta iraní; Teherán lo tenía muy claro. La cuestión era cuándo y cómo.
A la gente le sorprendió que se tratara de un ataque directo contra territorio israelí; esa parte no tiene precedentes. La escala también fue sorprendente: al principio, vimos sólo unas docenas de drones, pero luego vimos misiles de crucero y otros misiles balísticos, lo que superó con creces lo que muchos esperaban.
¿Por qué Irán eligió un ataque directo, y a esta escala, a pesar de saber que la mayoría de sus cohetes serían interceptados? Mi sensación es que está tratando de infundir un efecto disuasorio, de enviar el mensaje de que un ataque como el del consulado en Damasco, o cualquier escalada futura por parte de Israel, provocaría una respuesta importante. Los iraníes fueron muy claros al decir: se acabó, después de esto estamos acabados.
El problema con las escaladas diseñadas para disuadir es que a menudo tienen el efecto contrario: la otra parte se siente obligada a escalar también, y entonces tienes una guerra en toda regla. Creo que Estados Unidos está intentando evitar ese escenario y al menos convencer a los israelíes de que no respondan directamente en territorio iraní, porque eso provocaría una respuesta aún mayor por parte de Irán. Ahora depende de Israel decidir si quiere escalar, sabiendo que provocará esto.
¿Qué nos dice la elección de armas y objetivos por parte de Irán sobre los objetivos de su ataque?
Irán quería demostrar su capacidad y voluntad de utilizar misiles balísticos y de crucero. Apuntó a muchas zonas diferentes de Israel para demostrar lo que puede hacer, pero creo que fue diseñado para no causar muchas víctimas en el lado israelí. Pero puede que la próxima vez no sea así.
¿Cómo interpretar el hecho de que ambas partes reclamen la victoria?
La interpretación más obvia es que sugiere que ninguno de los bandos quiere una escalada mayor, que están satisfechos con el resultado. Están intentando señalar a sus respectivos públicos nacionales que han conseguido lo que querían. Pero la situación es impredecible y hay extremistas en ambos bandos.
El régimen iraní, y especialmente el IRGC, son bastante militantes. En el lado israelí, tenemos una coalición gubernamental extremista y un primer ministro desesperado que durante mucho tiempo ha estado deseoso de ampliar la guerra y de atraer a Estados Unidos a su conflicto con Irán. Y ahora más o menos lo ha hecho: Estados Unidos tiene el pie en la puerta. Así que yo no descartaría la posibilidad, independientemente de lo que afirmen ambas partes, de que esto se intensifique aún más, sobre todo teniendo en cuenta que la guerra de Gaza no está saliendo como quiere el gobierno israelí.
Algunos analistas afirman que Israel ha aprendido que no puede hacer frente a una amenaza de este tipo por sí solo. ¿Está usted de acuerdo?
Después del 7 de octubre ya sabíamos que la idea de que Israel puede defenderse por sí solo era un mito. Incluso con todas las armas, inteligencia y sistemas de defensa antimisiles más sofisticados, así como con todos los miles de millones de dólares que Estados Unidos vertió en Israel, no pudo evitar ni siquiera detectar ese ataque. Justo después del ataque del 7 de octubre, Estados Unidos envió inmediatamente acorazados al Mediterráneo oriental, subrayando hasta qué punto Israel necesitaba apoyo. Y eso sigue siendo cierto.
Así que no se trata sólo de tener las armas más sofisticadas. Lo que realmente se necesita son amigos y aliados dispuestos a dar un paso al frente y ayudar en momentos de necesidad. Y eso sólo se conseguirá a través de un proceso político y diplomático más amplio.
¿Cómo se percibirá en todo el mundo árabe el ataque iraní y la participación de Jordania y otros Estados árabes en la defensa de Israel, especialmente a la luz de la pasividad e inacción de los gobiernos árabes ante la embestida de Israel en Gaza?
En todo el mundo árabe, sabemos que la gente está enfadada con Israel, Estados Unidos y Occidente por su flagrante hipocresía respecto a cómo el derecho internacional y los derechos humanos se han ido completamente por la ventana en los últimos seis meses. Sin embargo, dependiendo del país, hay límites a lo que el público puede expresar. En Jordania, hay protestas regulares contra lo que está sucediendo en Gaza; en Egipto, no pueden protestar porque serían encarcelados.
Al fin y al cabo, la represión es un método muy eficaz para mantener la calma en el país. ¿Por cuánto tiempo? No lo sé. Pero no creo que este atentado, o el papel que desempeñaron los jordanos y otros como los saudíes para frustrarlo, vaya a inclinar la balanza tras seis meses de devastación y genocidio plausible, y a hacer estallar de repente a la opinión pública. Ya han asimilado la conmoción y el trauma de Gaza, y han asimilado el hecho de que sus regímenes son cómplices en el mantenimiento de este horrible statu quo. Esto no va a ser diferente.
Creo que en el caso de Jordania, las autoridades podrán decir que el ataque violó el espacio aéreo jordano y que tenían que responder, independientemente de quién estuviera implicado. Esa podría ser una forma de hacerlo más digerible a nivel nacional. En cuanto a los saudíes, es obvio que no hay amor perdido entre ellos y el régimen iraní. La población de Arabia Saudí es consciente de la amenaza que supone Irán, por lo que creo que el gobierno podría presentar un argumento similar.
En ambos casos, la narrativa será diferente de lo que se comenta aquí en Washington y tal vez en Israel, que es que «los amigos árabes de Israel» dieron un paso al frente y cubrieron las espaldas de Israel. Los jordanos y los saudíes no van a darle ese giro, pero pueden darle otro: que existe una amenaza iraní en la región.
¿Cuáles son los factores que determinarán la respuesta de Israel?
Hay facciones enfrentadas dentro de Israel. Está el ala extremista kahanista de la coalición; está el propio Netanyahu, con su necesidad personal de mantenerse en el poder, y una guerra regional más amplia podría servir a ese propósito si puede controlarse; está el estamento militar, que podría oponerse a que Israel vaya más lejos en su respuesta; y está la opinión pública, y la cuestión de hasta qué punto el público israelí exige una mayor respuesta de represalia. Otro factor será Estados Unidos, que tendrá una enorme influencia en el curso de acción de Israel en los próximos días y semanas. Israel puede optar por no responder inmediatamente, sino más adelante.
¿Qué estará pensando el gobierno de Biden ahora que se ha convertido en un participante más activo en la guerra, a pesar de la bien documentada frustración de Biden con la forma en que Israel está luchando en Gaza?
Imagino que la idea es principalmente evitar que esto se convierta en una guerra abierta directa entre Israel e Irán. Ese es el escenario de pesadilla que Estados Unidos ha estado intentando evitar durante los últimos seis meses, así como el escenario de la apertura de un frente mucho mayor en el norte con Hezbolá.
Ambas posibilidades son ahora mucho mayores que hace 48 horas. Esto hará más urgente que la administración Biden intente cerrar un acuerdo de alto el fuego lo antes posible. Mientras tanto, Biden intenta convencer a Israel de que no responda directamente, al menos en territorio iraní.
¿Podría Biden imponer una mayor presión para evitar una respuesta agresiva de Israel, por ejemplo, aprovechando la ayuda militar?
Ha habido un argumento creciente en Washington, especialmente en la izquierda entre los demócratas, de que el apoyo militar estadounidense a Israel necesita ser condicionado o apalancado. Ese argumento se ha visto afectado tras el ataque de Irán. La gente dice ahora: «No es el momento, Israel necesita toda la ayuda que pueda conseguir», así que creo que eso es aún menos probable ahora que antes. Pero para la administración Biden, y para el presidente Biden personalmente, la retención de armas nunca estuvo sobre la mesa. Consideran que las armas para Israel son sacrosantas e intocables, y más aún tras el ataque de Irán.
En cambio, será como todo lo demás que Estados Unidos ha intentado transmitir a Israel: los israelíes lo verán como una recomendación, pero al fin y al cabo, harán lo que tengan que hacer, y los estadounidenses se adaptarán en consecuencia.
Lo hemos visto desde el principio. Los estadounidenses han intentado disuadir a Israel de emprender una invasión terrestre. Han intentado convencerles de que permitan más ayuda humanitaria. Han intentado que sus ataques sean más selectivos contra Hamás y no contra civiles e infraestructuras civiles. Y los estadounidenses han sido ignorados en todo momento.
No hay razón para suponer que Estados Unidos será más contundente esta vez. La forma en que Estados Unidos ha abordado esta cuestión ha sido decir: «Preferiríamos que no lo hicieran, pero no pasa nada si lo hacen». Creo que esta vez no será diferente.
Se dispararon misiles desde Irán, Irak, Siria, Yemen y Líbano. En el otro bando, Jordania ayudó a derribarlos, mientras que Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos al parecer compartieron información de inteligencia sobre el ataque con Israel. ¿Qué significa todo esto para la estabilidad de la región en su conjunto?
Existe un riesgo real de que se desencadene una gran guerra regional, y esa posibilidad es más probable cada día que pasa sin un alto el fuego. Todo esto era previsible. Todo el mundo entendía que cuanto más durara [la operación de Israel en Gaza], más actores de la región se involucrarían. Y ahora mismo estamos a las puertas de una gran explosión regional.

¿Prevalecerá la cabeza fría y permitirá que las cosas se calmen y avancen hacia un alto el fuego? ¿O la gente calculará mal y decidirá que está justificada una nueva escalada, desencadenando algún tipo de reacción en cadena? Todo lo que sabemos es que la región se vuelve más inestable cada día que no hay un alto el fuego.
¿Cómo afectará esta escalada a la guerra en Gaza y al frente norte con Hezbolá en Líbano?
Este es el gran temor. Creo que existe una posibilidad real de que, a cambio de que Israel rebaje la tensión con Irán, Estados Unidos dé a Israel más libertad de acción en Gaza, concretamente en lo que se refiere a Rafah. Sabemos que Netanyahu y su gabinete de guerra han estado exigiendo con impaciencia que se les permita entrar en Rafah y hacer lo que han hecho en la ciudad de Gaza y en Khan Younis. Quieren repetir ese tipo de destrucción, y Estados Unidos y la comunidad internacional les han dicho que esa es una línea roja. Esa línea roja podría borrarse ahora si es la única manera de que Estados Unidos convenza a Israel de que rebaje la tensión con Irán.
Se trata de una posibilidad concebible porque el cálculo que hizo la administración Biden fue básicamente que, mientras los costes [de la guerra] los asuman principalmente los palestinos, entonces es aceptable. En el momento en que los costes aumenten más allá de Gaza y los palestinos -un frente con Hezbolá, o con Irán o Siria u otros actores- entonces se vuelve más peligroso. Pero en realidad no tienen ningún problema con que los costes los asuman los palestinos.
En cuanto al frente norte, depende de cómo responda Israel. Creo que por el momento, dado que los iraníes han indicado que han terminado con este ataque y que no buscan más escalada, Hezbolá, por supuesto, se atendrá a ello: no van a actuar en contra de los intereses iraníes. Si Israel se intensifica, entonces sí, es posible que Hezbolá se vea arrastrada a una guerra más amplia y a ampliar ese frente.
¿Cómo verán esta escalada Egipto y Qatar, los dos principales intermediarios árabes que intentan mediar en un alto el fuego en Gaza?
Creo que crea una urgencia mucho mayor por parte de todas las partes implicadas en las negociaciones -incluido Estados Unidos, pero especialmente los qataríes y egipcios, que están implicados más directamente- para alcanzar un acuerdo de alto el fuego lo antes posible, y para intensificar sus esfuerzos. Espero que este sea el mensaje que se está recibiendo: que esto podría escalar aún más en cualquier momento, por lo que necesitamos desesperadamente ponerle fin.
Ghousoon Bisharat es redactora jefe de +972 Magazine.

Autor: admin

Profesor jubilado. Colaborador de El Viejo Topo y Papeles de relaciones ecosociales.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *