Miscelánea 6/05/2025

Del compañero y miembro de Espai Marx, Carlos Valmaseda.
1. Crónicas de la coca
2. Informe sobre nuestra dependencia del gas estadounidense.
3. De nuevo sobre Gaza y la prensa basura.
4. Danzas de guerra en Tbilisi.
5. Einstein y los orígenes de Monthly Review.
6. Disuasión norcoreana
7. Testimonio de un médico de origen palestino
8. El futuro de Marwan Barghouti
9. El problema de la subjetividad transformadora

1. Crónicas de la coca

Un repaso a la situación legal de la hoja de coca en la ONU y las actuaciones de Bolivia para protegerla. https://www.tni.org/en/

Crónicas de la coca: Seguimiento de la revisión de la ONU sobre la coca Número 2: Los avances de la hoja de coca en la Comisión de Estupefacientes de la ONU

La prohibición durante décadas de la hoja de coca en los tratados de drogas de la ONU y la oportunidad de reforma que ofrece el reciente proceso de revisión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ocuparon un lugar destacado en el 67º período de sesiones de la Comisión de Estupefacientes (CND) de la ONU, celebrado en Viena del 14 al 22 de marzo de 2024. El primer número de las Crónicas de la Coca trató sobre la actual clasificación de la hoja de coca en la Lista I de la Convención Única de 1961 de las Naciones Unidas sobre Estupefacientes (o su prohibición efectiva) y el inicio por parte de Bolivia del proceso de revisión crítica de la OMS. Este segundo episodio de las Crónicas de la coca destaca tres acontecimientos ocurridos durante la reciente sesión de la CND: (1) el apoyo a la revisión de la coca por parte del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos; (2) el llamamiento de Bolivia para proteger la hoja de coca como recurso genético; y (3) una actualización de los preparativos de la OMS para la revisión.

Autores John Walsh Martin Jelsma

Ilustración de Anđela Janković
«La hoja de coca natural es como un emblema que protege la identidad de los Pueblos Ancestrales Andino-Amazónicos». DavidChoquehuanca, Vicepresidente de Bolivia, Viena, 14 de marzo de 2024

1. Apoyo del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Por primera vez, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, participó en persona en la CND. Türk, que se convirtió en Alto Comisionado en 2022, intervino durante la apertura del segmento de alto nivel de la CND el 14 de marzo, en la que pidió un «cambio transformador en la política mundial de drogas (enlace externo) » y llamó la atención sobre el informe 2023 de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACDH). 1 El innovador informe de la OACDH (enlace externo) hace referencia a la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, que establece que los pueblos indígenas tienen derecho a sus medicinas tradicionales y a mantener sus prácticas de salud. El informe de la OACDH también hace referencia a las Directrices Internacionales sobre Derechos Humanos y Política de Drogas (enlace externo ) que destacan «los derechos de los Pueblos Indígenas a ser consultados y al consentimiento libre, previo e informado en relación con los asuntos que les afectan, incluidas las medidas de control de drogas y los acuerdos que puedan afectar a sus tierras, recursos, culturas e identidades».

Ese mismo día, Türk también intervino en el acto paralelo de alto nivel (enlace externo) sobre «Los derechos humanos en la política mundial de drogas y el caso de la actual clasificación de la hoja de coca en la Convención Única de 1961»,2 organizado por Colombia y Bolivia con el apoyo de Canadá, Chequia, Malta, México, Suiza y la OACDH:

«Los pueblos indígenas han sufrido décadas de profunda discriminación y violaciones de sus derechos humanos: se les han robado sus tierras, territorios y recursos, y muchas de sus culturas han sido destruidas o siguen amenazadas. […] Los pueblos indígenas también han sido objeto de una vigilancia excesiva en prácticas como el cultivo de subsistencia de plantas narcógenas -cultivos que pueden utilizarse como medicinas tradicionales, que son esenciales para sus vidas y medios de subsistencia, y que tienen un profundo significado cultural y espiritual. Desde 1961, la hoja de coca -una planta sagrada para muchos pueblos indígenas- está clasificada como droga de la Lista I, lo que obliga a los países a penalizar su consumo y cultivo».

En ese contexto, el Alto Comisionado agradeció a Bolivia por encabezar el proceso de revisión de la clasificación de la hoja de coca, que señaló «podría marcar un importante punto de inflexión para los derechos humanos de los Pueblos Indígenas en muchos países».3 Esperaba con interés los resultados del Comité de Expertos de la OMS en Farmacodependencia ( enlace externo)(ECDD) que lleva a cabo la revisión, subrayando «la necesidad crítica de asegurar y apoyar la participación significativa de los Pueblos Indígenas en todas las etapas». Según Türk, «cualquier decisión que se tome sobre este asunto debe tener en cuenta las implicaciones en materia de derechos humanos para los pueblos indígenas afectados», animando a la OMS a «aprovechar la experiencia específica de los diversos mecanismos de la ONU para los pueblos indígenas, incluido el Foro Permanente de la ONU para las Cuestiones Indígenas».

Del mismo modo, el vicepresidente boliviano David Choquehuanca, hablando en el mismo evento paralelo (enlace externo), «instó a la OMS a incluir la perspectiva indígena y el conocimiento de la Medicina Tradicional durante el desarrollo del proceso de revisión crítica». En este sentido, señaló la recomendación del Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas de abril de 2023 (enlace externo ) para que la OMS «establezca un órgano consultivo de alto nivel con representantes de los pueblos indígenas para orientar su labor en materia de salud humana y planetaria» y «adopte una política y un mandato relativos a los pueblos indígenas».4 La revisión crítica de la hoja de coca que el Comité de Expertos de la OMS ha iniciado a partir de la notificación de Bolivia (enlace externo) representa «un paso importante para corregir el error histórico de la Convención de 1961 que destinó la hoja de coca al exterminio y un avance hacia la reconciliación del sistema de tratados de control de drogas con los derechos de los Pueblos Indígenas». La revisión, según Choquehuanca, «es una buena oportunidad para que la OMS entable un diálogo con los pueblos indígenas y cree puentes entre la medicina académica y la medicina natural».

2. Bolivia pide proteger la hoja de coca como recurso genético

El discurso de Choquehuanca se centró principalmente en la necesidad de una protección jurídica internacional de la hoja de coca como recurso genético y patrimonio de los pueblos indígenas andino-amazónicos. Señaló dos mecanismos que podrían explorarse con ese fin: el Protocolo de Nagoya del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) y el próximo instrumento jurídico sobre conocimientos tradicionales asociados a los recursos genéticos negociado bajo los auspicios de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).

El Protocolo de Nagoya sobre Acceso a los Recursos Genéticos y Participación Justa y Equitativa en los Beneficios ( enlace externo) contiene disposiciones sobre los derechos de los pueblos indígenas a utilizar de forma sostenible y beneficiarse de la utilización de sus recursos genéticos, incluidas las especies vegetales. Un ejemplo es el acuerdo Rooibos ( enlace externo) con el pueblo sudafricano KhoiSan en el que «la industria detrás del té de hierbas rooibos ha acordado pagar un porcentaje del dinero que se gane a los pueblos indígenas que utilizaban la planta antes de que se industrializara la producción». Gabón ha intentado aplicar las normas de Nagoya para proteger su planta psicodélica autóctona iboga (enlace externo); el acuerdo propuesto podría «poner fin al comercio ilegal de la «madera sagrada» de Gabón y permitir por fin que las comunidades tradicionales también se beneficien equitativamente de los beneficios económicos de este patrimonio nacional ancestral.»

En el caso de la hoja de coca, múltiples pueblos indígenas de la región andino-amazónica comparten usos y conocimientos tradicionales de larga data. En ese contexto, Choquehuanca llamó la atención sobre el artículo 10 del Protocolo, que prevé la opción de «un mecanismo mundial multilateral de participación en los beneficios para abordar la participación justa y equitativa en los beneficios derivados de la utilización de los recursos genéticos y los conocimientos tradicionales asociados a los recursos genéticos que se produzcan en situaciones transfronterizas», como es el caso de la hoja de coca. En la Conferencia de las Partes del CDB y su Protocolo de Nagoya prevista para octubre de 2024 en Colombia, según Choquehuanca, «podríamos discutir la utilidad de un mecanismo multilateral transfronterizo para proteger el sello de la información genética de la hoja de coca.» [SPA 2] El Acta de Ginebra del Arreglo de Lisboa relativo a las Denominaciones de Origen y a las Indicaciones Geográficas (enlace externo), que protege los productos que tienen un vínculo especialmente fuerte con su lugar de origen, también ofrece la posibilidad de una solicitud conjunta, en virtud del apartado 4 del artículo 5, en caso de zona geográfica de origen transfronteriza.

Mientras tanto, también bajo los auspicios de la OMPI, está prevista una Conferencia Diplomática sobre Recursos Genéticos y Conocimientos Tradicionales Asociados (enlace externo) que se celebrará los días 13 y 14 de mayo de 2024 en Ginebra. El objetivo de la conferencia será adoptar un nuevo instrumento jurídico para mejorar la protección de los derechos indígenas dentro del actual régimen de propiedad intelectual. La Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas establece en su artículo 31 que los pueblos indígenas tienen derecho a controlar y proteger la propiedad intelectual sobre su patrimonio cultural, sus conocimientos tradicionales y sus expresiones culturales tradicionales. Sin embargo, el actual régimen de propiedad intelectual no reconoce esos derechos y, en la práctica, los pueblos indígenas se enfrentan a menudo a la explotación, el uso indebido, la apropiación indebida y el robo de sus recursos genéticos y conocimientos tradicionales. Un comité intergubernamental de la OMPI lleva más de dos décadas reuniéndose para abordar esas lagunas del régimen, y en dos ocasiones se ha convocado un taller de expertos indígenas (enlace externo) para contribuir al proceso. El último, en febrero de 2023, aporta comentarios detallados sobre el proyecto de texto y expresa su esperanza de que «este instrumento tenga la oportunidad de corregir la naturaleza discriminatoria del actual sistema de propiedad intelectual y establecer mecanismos para reconocer los derechos de los pueblos indígenas sobre su propiedad intelectual a nivel internacional».6 Los expertos indígenas también llamaron la atención sobre la necesidad de cooperar en asuntos transfronterizos, sugiriendo la creación de un organismo indígena regional para tratar eficazmente los recursos genéticos, los conocimientos tradicionales y las expresiones culturales que se extienden por más de un Estado.

Abordando los retos transfronterizos del Protocolo de Nagoya y las negociaciones de la OMPI, Choquehuanca ha propuesto convocar un taller de expertos de las comunidades indígenas que cultivan la hoja de coca en toda la región andino-amazónica. Un mecanismo para proteger la hoja de coca como recurso genético asociado a usos y conocimientos tradicionales tiene un doble objetivo, dijo Choquehuanca:

«El escenario esperado de que el proceso de revisión crítica llevado a cabo por la OMS resulte en la liberación de la hoja de coca de la Lista I, abriría la posibilidad de un mercado internacional legal para los productos de coca en su forma natural o industrializada. Queremos asegurarnos de que una posible apertura no pueda ser utilizada indebidamente por empresas comerciales extranjeras, impedir la aprobación de patentes relacionadas con la hoja de coca sin el consentimiento informado previo, y garantizar que una gran parte de los ingresos de un futuro mercado legal de productos naturales de la hoja de coca contribuya al desarrollo de los pueblos indígenas transfronterizos andino-amazónicos. Al mismo tiempo, contar con un mecanismo de protección a través de los instrumentos internacionales mencionados, reforzado por la legislación nacional y los acuerdos regionales, ayudaría a prevenir la proliferación del cultivo y la producción de productos de la hoja de coca sin un control adecuado en caso de apertura de los mercados internacionales». 7 [SPA 3]

A este respecto, pueden extraerse valiosas lecciones de los esfuerzos peruanos por proteger la planta de la maca contra la biopiratería y las patentes de empresas extranjeras. Las raíces de la maca también han sido utilizadas por los pueblos indígenas andinos durante miles de años con fines nutricionales y medicinales. El auge del mercado internacional de la maca como «superalimento» y medicina natural ha llevado a su cultivo en China y a que empresas estadounidenses adquieran patentes sobre determinados extractos de maca. Los grupos indígenas no han intentado reclamar la propiedad de la maca mediante patentes : «Evitan designar qué grupos tienen derecho sobre la planta manteniéndola en el ámbito de los conocimientos comunales y la propiedad cultural».8 En su lugar, Perú respondió reforzando la legislación nacional y apelando a los mecanismos de protección internacionales para revocar las patentes extranjeras.

En conclusión, Choquehuanca argumentó en Viena que «la verdad sobre la hoja de coca, como recurso natural y no como droga, está emergiendo gradualmente en la conciencia colectiva» y que la «plena legalización de la producción y el consumo de la hoja de coca en su estado natural proporcionaría grandes beneficios a la humanidad y grandes oportunidades de industrialización y comercialización para los Pueblos Indígenas transfronterizos de Bolivia, Perú, Colombia y Ecuador». [SPA 4]

La globalización de los usos de las plantas psicoactivas desde sus nichos tradicionales originales a nuevos contextos culturales conlleva muchos retos, y se pueden extraer lecciones de las experiencias con la ayahuasca o el kratom, por ejemplo. En el caso de la coca, se ha producido un proceso de diversificación a lo largo de los siglos a medida que el uso de la planta se extendía fuera de las zonas indígenas originales hacia el norte de los Andes, la cuenca occidental del Amazonas y hacia el sur, hasta Chile y Argentina. Han seguido surgiendo nuevas formas de consumo en los entornos urbanos de la región, así como en el extranjero, siguiendo los patrones de migración andina y a través de la venta a pequeña escala por Internet. Como se menciona en el expediente de apoyo (enlace externo) Bolivia presentado con la notificación de revisión, hoy en día ya no es posible «considerar las costumbres ancestrales como el único punto de referencia debidamente válido, y en el proceso descalificar la amplia gama de desarrollos actuales como de alguna manera menos legítimos».9 [SPA 5] Aún así, para evitar la captura corporativa de los mercados internacionales de coca y garantizar que los beneficios apoyarán a los pueblos indígenas y a las comunidades locales de la región, será importante utilizar el Protocolo de Nagoya y los mecanismos de la OMPI para la protección del patrimonio cultural, los recursos genéticos, los conocimientos tradicionales y las indicaciones geográficas (enlace externo).

3. Actualización sobre el proceso de revisión de la coca de la OMS

La secretaría de la ECDD, presente en la sesión de la CND en Viena, proporcionó algunas actualizaciones sobre los preparativos para el proceso de revisión de la coca. Un equipo de autores de diversas disciplinas científicas seleccionados por la secretaría empezará a trabajar en el informe de revisión crítica en mayo. Dada la complejidad de esta revisión en particular, el informe no estará terminado a tiempo para su consideración en la reunión de la ECDD prevista del 14 al 18 de octubre de este año. Sin embargo, la audiencia pública del primer día de esa reunión se aprovechará para que los pueblos indígenas, la sociedad civil y el mundo académico hagan aportaciones a la revisión de la hoja de coca que puedan tenerse en cuenta en la elaboración del informe de revisión crítica. Los detalles sobre la inscripción para esa sesión informativa en línea y algunas notas orientativas para quienes deseen presentar intervenciones estarán disponibles en septiembre. Después de la reunión de octubre de 2024 y siguiendo la práctica habitual, la OMS enviará un cuestionario a los Estados miembros para que presenten la información pertinente que deseen que el CEFD tenga en cuenta. A continuación, se celebrará una segunda audiencia pública en octubre de 2025, una vez que esté disponible el informe de revisión crítica. Para el calendario del proceso, esto significa que los resultados de la revisión de la coca de la OMS no se presentarán hasta finales de 2025. Como resultado, lo más pronto que podría tener lugar una eventual votación de la CND sobre una recomendación de la OMS para cambiar la actual clasificación de la hoja de coca sería la nueva convocatoria del 68º periodo de sesiones de la CND en diciembre de 2025 o -más probablemente- el 69º periodo de sesiones de la CND en marzo de 2026.

La secretaría de la CEPD también había solicitado la opinión de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) sobre si la OMS podía emprender un examen de la hoja de coca únicamente, sin incluir los productos intermedios creados en el proceso de fabricación de la cocaína. La cuestión surgió porque el anexo de la Lista Amarilla de Estupefacientes Sometidos a Fiscalización Internacional (enlace externo) (mantenida por la JIFE) incluye la «base de coca» como sinónimo de «hoja de coca». La ‘base de coca’ (más comúnmente denominada ‘cocaína base’) es un producto intermedio en el proceso de producción de cocaína, tras la extracción inicial de la ‘pasta de coca’, que aparece en la misma lista como sinónimo de ‘cocaína’. En el expediente de apoyo, Bolivia señaló la incoherencia y argumentó que requería una corrección. En una reunión bilateral entre la delegación boliviana y la JIFE que tuvo lugar durante la CND, el Presidente de la JIFE, Jallal Toufiq, explicó que la Junta había debatido el asunto y reconocido que incluir ‘base de coca’ como sinónimo de ‘hoja de coca’ era un error y que la JIFE lo corregirá en consecuencia en la próxima edición actualizada de la Lista Amarilla. La JIFE ha notificado a la OMS su conclusión, despejando el camino para una revisión separada de la hoja de coca.

Todavía no está claro en este momento hasta qué punto la OMS podrá dar cabida a los llamamientos realizados por Bolivia, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos y el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas para garantizar una participación significativa de los pueblos indígenas e incorporar el conocimiento de la medicina tradicional en el proceso de revisión. Las posibilidades para hacerlo podrían incluir la participación del Centro Mundial de Medicina Tradicional de la OMS (enlace externo) ; el enlace con la Sección de Pueblos Indígenas y Minorías de la OACDH (enlace externo), el Mecanismo de Expertos (enlace externo) y el Relator Especial (enlace externo) sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas; solicitar una opinión al Foro Permanente; y facilitar la participación de expertos indígenas en una reunión especial del ECDD para debatir el informe de revisión crítica.


Esta revisión tiene un gran potencial para mejorar las políticas sobre drogas, con el correspondiente impacto en las vidas, los medios de subsistencia y las tradiciones ancestrales de los pueblos indígenas de todo el mundo. -VolkerTürk, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Viena, 14 de marzo de 2024

Otros aspectos destacados

La cuestión de la coca y los derechos de los pueblos indígenas en general surgieron en otras declaraciones y actos paralelos, un signo prometedor de que estas cuestiones están recibiendo más atención en los debates mundiales sobre políticas de drogas. Los intentos de introducir un lenguaje más contundente en defensa de los derechos indígenas en una resolución sobre desarrollo alternativo (enlace externo) desencadenaron horas de negociación en la Comisión Plenaria, pero acabaron en un débil compromiso con muchas salvedades:

[Alentando] a los Estados Miembros a que, incluso en el marco de sus esfuerzos por aplicar los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Alternativo, hagan participar, cuando proceda, a los pueblos indígenas y las comunidades locales afectadas por los cultivos ilícitos para la producción de drogas y otras actividades relacionadas con las drogas ilícitas en la elaboración y aplicación, incluso en el proceso de adopción de decisiones, de conformidad con el derecho interno y el derecho internacional aplicable, de políticas y medidas encaminadas a promover el desarrollo alternativo sostenible, teniendo en cuenta su cultura, conocimientos y tradiciones.

En un acto paralelo sobre la armonización de la política de drogas con los conocimientos y prácticas indígenas (enlace externo) , Scott Wilson, del Aboriginal Drug & Alcohol Council de Australia y participante activo en la formación de la Alianza Internacional Indígena sobre Políticas de Drogas, pidió a la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) que estableciera un Comité Asesor de Expertos Indígenas y propuso que el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas elaborara una posición sobre la política de drogas. En un acto paralelo sobre Prácticas de Plantas Psicoactivas y Derechos Culturales se debatió la relevancia del proceso de revisión de la coca y la defensa de las tradiciones de la hoja de coca en los tribunales españoles (enlace externo). Y el último día de la sesión de la CND, se celebró una Consulta virtual sobre el estatus legal de la hoja de coca (enlace externo) para debatir el proceso de revisión de la coca.

Colombia desempeñó un papel muy activo en muchos frentes en esta sesión de la CND, incluido el liderazgo crítico de la embajadora colombiana en Viena, Laura Gil (enlace externo) , en las negociaciones sobre el documento final y lasresoluciones, que condujeron a una histórica «Ruptura del Consenso deViena (enlace externo)’. El presidente colombiano ,Gustavo Petro (enlace externo ), afirmó en su declaración por vídeo en la sesión de apertura que «malgastamos el dinero, convertimos a indígenas y afrodescendientes en nuestros enemigos y sacrificamos nuestro desarrollo por una guerra que otros querían». «La hoja de coca es parte de nuestra historia», añadió, y «daremos oxígeno a los campesinos que cultivan la hoja de coca», al tiempo que continuaremos la lucha contra las organizaciones criminales que se benefician del tráfico ilícito de cocaína.

Un representante de la Alianza Internacional Indígena sobre Políticas de Drogas, Diego Andrés Lugo-Vivas (enlace externo) de Cauca, Colombia, fue uno de los pocos oradores de la sociedad civil en el segmento de alto nivel. Habló sobre el dramático nivel de violencia contra los defensores de los derechos humanos en Colombia, donde desde 2016 más de 1.200 líderes sociales han sido asesinados, incluidos muchos líderes campesinos e indígenas. «La regulación de la coca», dijo, «debe perseguir la despenalización de los grupos más vulnerables (familias productoras, por un lado, y consumidores, por otro).» En un evento paralelo sobre Usos lícitos de la hoja de coca (enlace externo), Andrés López, ex director del Fondo Nacional de Estupefacientes del Ministerio de Salud de Colombia, explicó las exenciones legales de los tratados para los usos industriales de la coca; y Felipe Tascón, responsable del Programa de Desarrollo Alternativo de Colombia (PNIS), pidió la «necesaria eliminación de la coca del índice de prohibición». [SPA 6]

En general, el proceso de revisión crítica de la hoja de coca estuvo visiblemente presente en la CND de marzo de 2024 y recibió un importante apoyo de diversos actores del sistema de la ONU, así como de la sociedad civil. Sigue habiendo importantes interrogantes sobre cómo y si la revisión de la OMS que se está llevando a cabo puede abarcar las múltiples dimensiones del estatus de la hoja de coca dentro del sistema de tratados de drogas de la ONU. Pero el nivel de compromiso en la reciente sesión de la CND ofreció una señal prometedora para el futuro.

Próximos acontecimientos en 2024:

15-26 de abril, Nueva York, ONU: ONU Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas 23ª sesión (enlace externo) 

27-28 de abril, San Francisco, EE.UU: Conferencia Chacruna Psychedelic Culture 2024 (enlace externo), con un panel sobre la hoja de coca

13-24 de mayo, Ginebra, ONUConferencia Diplomática sobre Recursos Genéticos y Conocimientos Tradicionales Asociados (enlace externo) 

15-19 de mayo, Marrakech, Marruecos18º Congreso de la Sociedad Internacional de Etnobiología (enlace externo)Biodiversity & Cultural Landscapes: Perspectivas decoloniales, indígenas y locales, con un panel sobre la hoja de coca.

14-18 de octubre, Ginebra, ONU47ª reunión del Comité de Expertos en Farmacodependencia de la OMS (enlace externo), incluida una audiencia pública sobre el proceso de revisión de la hoja de coca.

21 de octubre-1 de noviembre, Cali (Colombia): Conferencia de las Partes en el Convenio delas Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (COP-16) (enlace externo), incluida la COP-5 del Protocolo de Nagoya.

Colaboradores

Washington Office on Latin America (WOLA)

  1. Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Türk urges transformative change in global drug policy, Segmento de Alto Nivel de Viena, 67º período de sesiones de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas, Viena, 14 de marzo de 2024. https://www.ohchr.org/en/
  2. Derechos humanos en la política global de drogas y el caso de la clasificación actual de la hoja de coca en la Convención Única de 1961: debatiendo la implementación y efectividad del régimen internacional de control de drogas. https://www.youtube.com/watch?
  3. Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, La «guerra contra las drogas» ha fracasado, afirma el Alto Comisionado, Evento paralelo de alto nivel: 67ª Comisión de Estupefacientes, Viena, 14 de marzo de 2024. https://www.ohchr.org/en/
  4. E/2023/43-E/C .19/2023/7, Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas, Informe sobre el vigésimo segundo período de sesiones (17-28 de abril de 2023), párrafo 37. https://undocs.org/E/2023/43
  5. Ponencia del Vicepresidente de Bolivia David Choquehuanca, Evento Paralelo del Sexagésimo Séptimo Periodo de Sesiones de la 67ma Comisión de Estupefacientes CND, Viena, marzo 2024.
  6. OMPI/GRTKF/IC/47/INF/9 , Anexo I, Taller de Expertos Indígenas sobre Propiedad Intelectual y Recursos Genéticos, Conocimientos Tradicionales y Expresiones Culturales Tradicionales, Ginebra, 22 a 24 de febrero de 2023, Informe del Taller, Ginebra, 1 de mayo de 2023. https://www.wipo.int/edocs/
  7. Ponencia del Vicepresidente de Bolivia David Choquehuanca, Evento Paralelo del Sexagésimo Séptimo Periodo de Sesiones de la 67ma Comisión de Estupefacientes CND, Viena, marzo 2024.
  8. Landon , Amanda J., Bioprospección y biopiratería en América Latina: The Case of Maca in Perú, Nebraska Anthropologist, Vol. 32, 2007. https://digitalcommons.unl.
  9. Bolivia , Examen Crítico de la Hoja de Coca de la Organización Mundial de la Salud – Dossier de apoyo (Anexo a la notificación al Secretario General del Estado Plurinacional de Bolivia para iniciar un examen crítico), junio de 2023, p. 16. https://hojadecoca.

2. Informe sobre nuestra dependencia del gas estadounidense

Hemos sustituido el gas ruso por gas estadounidense procedente del fracking. Un pan como unas hostias… Un informe muy interesante sobre la cuestión en el que ha participado Ecologistas en Acción. https://www.

Un nuevo informe revela los impactos ambientales y sociales provocados por la dependencia europea del ‘fracking’  24/04/2024

Un reciente análisis de Food & Water Action Europe y la red Gas No es Solución, de la que forma parte Ecologistas en Acción, revela una tendencia preocupante: la abrumadora mayoría del gas «natural» licuado (GNL) importado a Europa desde Estados Unidos en 2023 procede de operaciones de fracking.

Según el Departamento de Energía estadounidense (DOE), el 88% del gas fósil extraído en Estados Unidos en 2023 procede del fracking.

Aplicando este porcentaje al volumen total de las importaciones estadounidenses de GNL en la UE, el gas estadounidense obtenido mediante fracturación hidráulica satisfizo más del 17% de la demanda total de gas en la Unión Europea (UE) de los 27 en 2023.

El informe ‘Europa, presa del fracking: La verdad tóxica tras la obsesión europea por el GNL’ saca a la luz los costes medioambientales y sociales asociados a la dependencia europea del gas estadounidense procedente del fracking. Las operaciones de fracking y GNL no solo agravan la crisis climática, sino que también se cobran un alto precio en las comunidades de primera línea (grupo de personas que viven a diario diferentes impactos climáticos específicos de su región) de EE UU que residen cerca de los emplazamientos de fracking y de las terminales de GNL.

De 2021 a 2023, las importaciones estadounidenses de GNL se triplicaron. Las importaciones del año pasado en la UE-27 ascendieron a 64.000 millones de metros cúbicos, lo que representa casi la mitad de las importaciones totales de GNL del bloque. Los Países Bajos, Francia y España se convirtieron en los principales importadores, con más de 38.000 millones de metros cúbicos de gas, lo que representa más del 60% de todas las importaciones estadounidenses de GNL a la UE. En particular, la mayor parte del gas de fracturación hidráulica procede de terminales de exportación de la costa del Golfo, sobre todo de Texas y Luisiana.

«El voraz apetito de la UE por el GNL tiene un grave coste para los derechos humanos, perpetúa la degradación medioambiental y exacerba las desigualdades sociales. Al encerrarnos en contratos de GNL a largo plazo e invertir en nuevas infraestructuras de gas, traicionamos tanto nuestros compromisos climáticos como el imperativo de abandonar los combustibles fósiles», ha declarado Enrico Donda, responsable de la campaña de gas de Food & Water Action Europe.

Aunque la decisión de la administración Biden de poner en pausa los nuevos proyectos de GNL es un paso adelante, no detendrá la construcción en curso ni reducirá la capacidad actual de exportación de GNL. A pesar de ello, las empresas de combustibles fósiles y algunos responsables de la toma de decisiones a ambos lados del Atlántico están realizando esfuerzos preocupantes para presentar la expansión del GNL como crucial para la seguridad energética, al tiempo que ignoran el daño desproporcionado que sufren las comunidades afectadas y dejan de lado las pruebas cada vez más numerosas de un futuro exceso masivo de capacidad de GNL. Cabe señalar que, en 2023, las tasas de utilización de las terminales de GNL de la UE estaban por debajo del 60%.

El informe también expone la paradoja de los países de la UE: mientras seis de los 13 países importadores de GNL de la UE han prohibido la fracturación hidráulica en su territorio por motivos medioambientales y sanitarios, siguen importando gas fósil de fracturación hidráulica. Mientras la UE asegura las importaciones de gas, hace la vista gorda ante las violaciones de los derechos humanos y apoya a regímenes autoritarios mediante nuevos contratos de gas. La solución a los elevados precios de la energía y a la crisis del coste de la vida pasa por una transición rápida y justa hacia energías 100% limpias, no por seguir profundizando en la dependencia de los combustibles fósiles sucios, que solo empeoran las injusticias sociales y el cambio climático mientras enriquecen a la industria de los combustibles fósiles.

«Necesitamos alejarnos de los combustibles fósiles de forma rápida, justa y para siempre con el fin de lograr la justicia climática y social. Y especialmente los países europeos que prohíben la extracción de gas mediante fracking en sus territorios, como el Estado español, deben prohibir las importaciones de este gas desde terceros países, para no externalizar sus graves impactos», ha concluido Marina Gros Breto, coordinadora del Área de Energía de Ecologistas en Acción y activista de la red Gas No es Solución.

Informe completo  Europa, presa del fracking  (Castellano) :

Informe completo  Europa, presa del fracking  (Inglés) :

3. De nuevo sobre Gaza y la prensa basura

Aunque no ofrece grandes novedades, Cook sigue escribiendo sobre el triste papel de la prensa basura en la guerra de Palestina. Entiendo que le preocupe que su profesión se encuentre en ese cenagal aunque, en realidad, me temo que no es nada nuevo, que siempre ha sido básicamente así. https://jonathancook.substack.

Por qué los medios de comunicación han fracasado en Gaza

El trabajo de los medios de comunicación es crear la impresión de incertidumbre, duda y confusión. Nuestro trabajo es hacer estallar esa mentira, negándoles a ellos y a la clase política que protegen una coartada

Jonathan Cook 05 de mayo de 2024

[Esta es una transcripción de mi discurso completo para la Marcha contra la parcialidad de los medios de comunicación de la Alianza Palestina de Bristol en College Green, Bristol, el sábado 4 de mayo].

Ayer fue el Día Mundial de la Libertad de Prensa, y es apropiado que lo celebremos destacando dos cosas.

En primer lugar, debemos rendir homenaje a los valientes periodistas de Gaza que han pagado un precio espantoso por hacer visible al público occidental la experiencia palestina de genocidio durante los últimos siete meses.

Israel ha matado a una décima parte de ellos -un centenar de periodistas- para impedir que se conozca la verdad de sus atrocidades. La de Israel ha sido la erupción de violencia contra periodistas más mortífera jamás registrada.

En segundo lugar, debemos avergonzar a los medios de comunicación occidentales -en especial a la BBC- que han traicionado a sus colegas palestinos al no informar adecuadamente de la destrucción de Gaza ni calificarla de genocidio.

La BBC sólo emitió en enero una brevísima cobertura del devastador caso de Sudáfrica contra Israel en el Tribunal Internacional de Justicia, un caso tan poderoso que el tribunal ha juzgado a Israel por genocidio. Un hecho que apenas se sabría por los reportajes de la BBC.

Por el contrario, la corporación despejó los calendarios para presentar en su totalidad la hueca respuesta jurídica de Israel.

El doble rasero de la BBC es aún más flagrante si recordamos cómo informó sobre Ucrania, también invadida por un ejército hostil: el de Rusia.

Hace sólo dos años, la BBC dedicaba sus principales titulares a los ciudadanos de Kiev que fabricaban en masa cócteles molotov con los que recibir a los soldados rusos que se acercaban a su ciudad.

El redactor de la BBC para Oriente Próximo, Jeremy Bowen, se atrevió a publicar -aparentemente con aprobación- un diagrama en el que se mostraban los puntos débiles en los que los explosivos improvisados causarían más daño a los tanques rusos y a los soldados que se encontraban en su interior.

Dos años después, en su cobertura del asalto israelí a Gaza, la misma BBC ha dado un giro de 180 grados.

Es bastante imposible imaginar a Bowen o a cualquier otro periodista británico publicando instrucciones sobre cómo los palestinos podrían quemar vivos a soldados israelíes en sus tanques -aunque esos soldados, a diferencia de los rusos, han estado ocupando y robando tierras palestinas durante décadas, no dos años.

Los soldados israelíes, a diferencia de los rusos, aplican ahora activamente una política genocida de hambruna.

Pero el doble rasero de los medios de comunicación establecidos, como la BBC, no se dirige sólo a la población de Gaza. También se dirigen a nosotros, el público.

Los mismos medios de comunicación que celebraron que las familias acogieran a refugiados ucranianos han conspirado voluntariamente para difamar a aquellos cuyo único delito es que desean detener la matanza de más de 15.000 niños palestinos en Gaza.

Por lo visto, oponerse al genocidio de Israel no tiene nada de heroico, aunque oponerse a la invasión rusa siga considerándose una insignia de honor.

Los medios de comunicación dan carta blanca a los políticos para vilipendiar como antisemita a cualquiera que se indigne porque se estén utilizando armas británicas para ayudar a matar, mutilar y dejar huérfanos a muchas, muchas decenas de miles de niños palestinos. Esa acusación supone que todos los judíos apoyan esta matanza, y borra a todos los judíos que están hoy junto a nosotros en esta protesta.

En Estados Unidos, las fuerzas policiales están golpeando y deteniendo a estudiantes que han pedido pacíficamente a sus universidades que dejen de invertir en el armamento del genocidio de Israel. Cuando la policía se retiró en UCLA, fue sólo para permitir que matones pro-Israel agredieran a los estudiantes – de nuevo muchos de ellos judíos.

Se está librando una clara guerra contra el derecho a protestar contra un genocidio. Y paralelamente, los medios de comunicación han declarado la guerra a la lengua inglesa.

Se han invertido los papeles de agresor y víctima. La BBC acusó a los estudiantes, acampados en los terrenos de la universidad, de «enfrentarse» a grupos proisraelíes que invadieron el campus para atacarlos violentamente.

¿Qué explica estas flagrantes incoherencias, este gigantesco fracaso de unos medios de comunicación que se supone deben actuar como vigilantes de los abusos de poder?

Parte de la respuesta es racismo de la vieja escuela. Los ucranianos se parecen a nosotros, como dejaron caer algunos periodistas, y por tanto merecen nuestra solidaridad. Los palestinos, al parecer, no.

Pero hay otra respuesta más importante. Los medios de comunicación establecidos no son realmente un perro guardián del abuso de poder. Nunca lo han sido. Es una fábrica narrativa, que crea historias que hacen posible esos abusos de poder.

Los medios de comunicación estatales y multimillonarios logran este objetivo mediante diversos juegos de manos.

En primer lugar, omiten historias que podrían perturbar la narrativa central.

El guion de los medios de comunicación es sencillo:

Lo que hacen Occidente y sus aliados es siempre bienintencionado, por horribles que sean sus resultados.

Y lo que hace Occidente, por provocador o temerario que sea, nunca puede citarse como explicación de lo que hacen nuestros «enemigos».

Sin causa ni efecto. Ellos, quienquiera que seleccionemos, son simplemente salvajes. Son malvados. Quieren destruir la civilización. Hay que detenerlos.

Durante semanas he visto todas las noches las noticias de la BBC. Si sólo me basara en ellas, apenas sabría que Israel bombardea a diario los campos de refugiados de Rafah, que supuestamente son una «zona segura».

O que Israel siga provocando una hambruna bloqueando la ayuda, y que los palestinos sigan muriendo de hambre.

O que el Reino Unido ha contribuido activamente a la creación de esa hambruna negando financiación a la UNRWA.

O que las protestas para poner fin al genocidio de Gaza -pintadas como de apoyo al terrorismo y antisemitas- están respaldadas por muchos, muchos judíos, algunos de ellos hoy aquí.

Y, por supuesto, no tendría ni idea de que el encarcelamiento y la matanza de palestinos por parte de Israel no empezaron el 7 de octubre con el ataque de Hamás.

Esto se debe a que la BBC sigue ignorando el asedio de Gaza como contexto del 7 de octubre, al igual que ella y el resto de los medios de comunicación ignoraron en gran medida el asedio de 17 años durante los años en que Israel lo impuso.

Si me fiara de la BBC, no entendería que lo que está haciendo Israel no puede ser ni una «represalia», ni una «guerra». No se puede ir a la guerra, ni tomar represalias, contra un pueblo cuyo territorio has estado ocupando y robando beligerantemente durante décadas.

Y cuando los medios de comunicación ya no pueden omitir, distraen, mediante estrategias de desviación, distracción y minimización.

Así que cuando Gaza aparece en las noticias, como rara vez ocurre ahora, se filtra invariablemente a través de otras lentes.

La atención se centra en las interminables negociaciones, en los planes de Israel para el «día después», en la agonía de las familias de los rehenes, en los temores evocados por los cánticos de protesta, en dónde trazar la línea de la libertad de expresión.

Cualquier cosa con tal de evitar abordar un genocidio que se ha llevado a cabo a plena luz del día durante siete meses.

En su defensa, los periodistas del establishment nos dicen que tienen el deber de ser imparciales. Sus críticos, dicen, no entienden cómo funcionan las operaciones de noticias.

Como periodista que pasó años trabajando en importantes redacciones, puedo asegurarle que se trata de una mentira interesada.

Esta misma semana se ha hecho viral una entrevista dela Norway Broadcasting Corporation al portavoz del gobierno israelí David Mencer. A diferencia de la BBC, las mentiras de Mencer no quedaron sin respuesta.

El periodista noruego dedicó 25 minutos a desenmascarar sus falsedades y engaños, uno por uno. Fue revelador ver cómo las afirmaciones de un portavoz israelí se iban desgranando, capa a capa, hasta que quedó desnudo, con sus mentiras al descubierto.

Se puede hacer, si hay voluntad de hacerlo.

Los periodistas de la BBC y del resto de los medios del establishment entienden, aunque sea implícitamente, que su trabajo consiste en fracasar. Es no investigar el genocidio de Gaza. Es no dar voz a los indefensos. Es no proporcionar contexto y ayudar a la comprensión. Es no mostrar solidaridad con sus colegas de Gaza asesinados por su labor periodística.

Más bien, el papel de la BBC es proteger a la clase política para que nunca tenga que rendir cuentas por su complicidad en el genocidio.

El trabajo de los medios de comunicación establecidos consiste en crear la impresión de incertidumbre, de duda, de confusión, incluso cuando lo que está ocurriendo está meridianamente claro.

Cuando un día el Tribunal Mundial se pronuncie por fin sobre el genocidio de Israel, nuestros políticos y medios de comunicación afirmarán que no podían saberlo, que fueron engañados, que no pudieron ver con claridad porque los acontecimientos estaban envueltos en la «niebla de la guerra».

Nuestro trabajo consiste en reventar esa mentira, en negarles una coartada. Es seguir señalando que la información estaba ahí desde el principio. Lo sabían, aunque sólo fuera porque se lo dijimos.

Y un día, si hay justicia, se sentarán en el banquillo de los acusados, en La Haya, y se les quitarán las excusas.

4. Danzas de guerra en Tbilisi.

Ritter sigue preocupado por la situación en Georgia ante el intento de «revolución de colores». https://scottritter.substack.

Bailando el Khorumi en la avenida Rustaveli

Cómo una danza destinada a celebrar la vida georgiana se ha convertido en un ballet de perdición nacional

Scott Ritter 04 de mayo de 2024

«El Khorumi«, escribió Elene Kintsurashvili, analista de programas de la German Marshall Fund (GMF), en un post en el que comentaba un vídeo de jóvenes georgianos bailando en un parque cercano a la avenida Rustaveli, la principal de la capital georgiana, Tiflis, «es una obra maestra absoluta. Dado que Georgia ha vivido muchas guerras a lo largo de su historia, Khorumi es una llamada del pasado. Sirve de recordatorio de que para tener paz, debemos estar preparados para la guerra».

La última vez que Georgia entró en guerra, en 2008, no le fue muy bien. El ejército georgiano, que contaba con una fuerza de varias brigadas entrenadas y equipadas por Estados Unidos, incluidas docenas de tanques y piezas de artillería respaldadas por una sólida fuerza aérea, entró por la fuerza en el territorio secesionista de Osetia del Sur, después de que el entonces presidente georgiano Mijaíl Saakashvili siguiera el consejo de la entonces Secretaria de Estado Condoleezza Rice de ser más «decisivo». Las fuerzas georgianas atacaron a las fuerzas de paz rusas, que operaban en suelo de Osetia del Sur desde 1993, matando a dos personas e hiriendo a otras cinco. El ejército ruso respondió, derrotando a la fuerza invasora georgiana en cuatro días. Unos 180 soldados y fuerzas de seguridad georgianos murieron, junto con 224 civiles. Otros cientos resultaron heridos.

Nadie bailaba el Khorumi entonces.

El GMF es un think tank estadounidense aparentemente no partidista que afirma promover «la cooperación y el entendimiento entre Norteamérica y la Unión Europea». Pero últimamente parece favorecer la confrontación y el conflicto frente al diálogo y la paz. Este punto quedó patente en el Foro de Bruselas recientemente convocado (un acto patrocinado por el GMF). Allí, Laura Thornton, que supervisa la Alianza para Asegurar la Democracia (ASD) del GMF, a través de la cual el GMF «rastrea y analiza las operaciones malignas de influencia interna y externa dirigidas contra las democracias de todo el mundo y elabora estrategias para frustrarlas», declaró que «el momento de que la democracia pase a la ofensiva ha pasado hace tiempo. Esto va a requerir que las democracias se alíen, como hacen las autocracias. Esto va a requerir disrupción y asunción de riesgos».

Las calles de Tiflis se han transformado en la manifestación literal de la «perturbación y asunción de riesgos» inspirada por la GMF. Los jóvenes georgianos bailan el Khorumi entre estallidos de protestas masivas que se han vuelto cada vez más violentas desde que comenzaron a principios del mes pasado, cuando los partidos políticos de la oposición georgiana, junto con las organizaciones no gubernamentales (ONG) occidentales y las organizaciones de movimientos sociales (OMS) georgianas que patrocinan, salieron a la calle en oposición a la llamada «ley de agentes extranjeros», que obligaría a estas ONG y OMS a declarar las fuentes de fondos extranjeros que ascienden al 20% o más de sus presupuestos.

Dado que estas ONG y OMU son casi exclusivamente el subproducto de las políticas y el dinero de organizaciones como el German Marshall Fund, el impacto de esta ley sería que el público georgiano sería consciente de quién está financiando los programas que están siendo promovidos por las ONG y OMU georgianas y, quizás más preocupante para el GMF y organizaciones similares, cuál es la política real detrás de este dinero.

Thornton trabajó durante más de 20 años en puestos de liderazgo en el extranjero en el Instituto Nacional Demócrata (NDI), que es el brazo operativo del Partido Demócrata de la Fundación Nacional para la Democracia (NED), creada durante la administración del presidente Ronald Reagan para proporcionar una burocracia abierta para gestionar lo que anteriormente habían sido operaciones encubiertas de acción política organizadas y ejecutadas por la Agencia Central de Inteligencia. En resumen, el NDI, junto con su gemelo del Partido Republicano, el Instituto Republicano Internacional (IRI), llevan a cabo operaciones de cambio de régimen de poder blando con el pretexto de «construir la democracia.»

Que no quepa ninguna duda: lo que el GMF, la NED y otras organizaciones de su calaña están haciendo hoy en Georgia es una operación de cambio de régimen diseñada para derrocar al partido gobernante Partido del Sueño de Georgia. Es un ataque frontal a la soberanía georgiana, un insulto a todos los georgianos y una traición flagrante a los principios de autodeterminación que sustentan la comunidad mundial en la era de las Naciones Unidas.

Sueño de Georgia lleva en el poder desde 2012, cuando desbancó al Partido del Movimiento Nacional Unido del expresidente Mijaíl Saakashvili, y aspira a un cuarto mandato. Desde el principio, Sueño de Georgia  dejó claro que perseguía una política en la que Georgia buscaría la adhesión tanto a la OTAN como a la Unión Europea (UE), manteniendo al mismo tiempo buenas relaciones con Rusia, su vecino del norte.

Hasta aquí, todo bien.

El problema, sin embargo, es que el Sueño de Georgia  llevaba el sello «made in Georgia». Para los responsables políticos de Washington DC y Bruselas, cuya misión consistía en garantizar la sumisión global y el cumplimiento del llamado «orden internacional basado en normas», creado por Estados Unidos en la era posterior a la Segunda Guerra Mundial para imponer y mantener la hegemonía estadounidense en el mundo, «Made in Georgia» era una amenaza. Implicaba una soberanía real, que incluía el deseo de vivir en paz con el vecino más grande de Georgia, Rusia. En un momento en el que Estados Unidos estaba utilizando la posibilidad de entrar en la OTAN y la UE como cebo para atraer a las naciones hacia la fuerza gravitatoria del Imperio estadounidense, semejante pensamiento independentista por parte de un socio potencial era fatal para la causa y tenía que ser eliminado.

La metodología de ejecución de Sueño de Georgia  fue un golpe disfrazado de «democracia». En el transcurso de las últimas décadas, Georgia ha recibido enormes cantidades de ayuda financiera occidental, gran parte de ella en forma de subvenciones concedidas por ONG occidentales a organizaciones georgianas. Estas organizaciones se crearon, aparentemente, para ayudar a Georgia a sentar las bases de la «democracia», lo que en este caso significaba cumplir las normas y estándares sociales de la Unión Europea (UE) como forma de facilitar la adhesión de Georgia a la UE.

Sin embargo, desde los primeros días de trabajo de las OMU, se produjo un choque entre la agenda progresista e integradora de la diversidad de las OMU y la sociedad georgiana conservadora tradicional que servía de base política al Partido Sueño de Georgia. Al parecer, los valores tradicionales georgianos no eran tan favorables a la agenda de «diversidad inclusiva» promovida por la UE; en resumen, muchos georgianos se oponían a la integración de las agendas LGTBQ en el espectro político georgiano.

Pero había un plan aún más ambicioso. El fundador de Sueño de Georgia  era Bidzina Ivanishvili, un multimillonario georgiano que hizo su fortuna con los metales y la banca rusos durante la época del salvaje oeste de los años noventa. Debido a sus conexiones empresariales rusas, muchos en Occidente consideraron la intervención de Ivanishvili en la política georgiana como una extensión de la política de seguridad nacional rusa, algo que Ivanishvili y sus partidarios niegan. La verdad, sin embargo, no importa en un mundo gobernado por percepciones. Las percepciones pueden manejarse fácilmente, algo que las Laura Thornton del mundo saben muy bien. Se convirtió en la política oficial de Estados Unidos y la UE desalojar del poder a Bidzina Ivanishvili y al Sueño de Georgia  llevando a cabo un golpe de «poder blando» orquestado por ONG y OMU financiadas por Occidente.

La metodología empleada era sencilla: inundar de dinero el espectro social y político georgiano, comprando el apoyo de base de una juventud georgiana a la que la promesa de riqueza y poder occidentales había alejado de los valores georgianos tradicionales. La juventud georgiana fue literalmente reclutada por el GMF, la NED y otros con el fin de socavar la viabilidad política del Partido Sueño de Georgia y de su patrocinador, Bidzina Ivanishvili. Propagandistas profesionales como Thornton y Elene Kintsurashvili empezaron a pintar a Sueño de Georgia  y a Ivanishvili con los colores rusos, proclamando que cualquier iniciativa política que promulgara la idea de la soberanía georgiana no era más que propaganda rusa. En resumen, cualquier iniciativa georgiana que no se ajustara completamente a los edictos de Washington DC y Bruselas era atacada como si no fuera más que una extensión del diseño imperial ruso. El concepto de una Georgia libre e independiente fue aplastado por las élites occidentales, cuya visión de Georgia se limitaba a la de un Estado vasallo que operaba en apoyo de una política occidental más amplia de contención y subversión de Rusia. El ingreso en la OTAN y la UE nunca fue una propuesta realista. Georgia era simplemente una herramienta a utilizar hasta que se rompiera, tras lo cual sería desechada.

Sin embargo, los georgianos que se habían hecho adictos al opio de la generosidad financiera occidental estaban ciegos ante esta realidad. Permitieron que Georgia se convirtiera en una caricatura de su verdadero ser, una nación definida por una bandera a la que nunca se permitió ondear sola, sino siempre junto a (o debajo de) la de la Unión Europea. La bandera georgiana dejó de ser un símbolo de una nación libre e independiente, para convertirse en un accesorio de vestir, algo que colgarse del hombro, como una bufanda o una capa.

Algo que arrojar al suelo, como una alfombra, para que la ignorante juventud georgiana pudiera degradar su cultura bailando el Khorumi alrededor de sus bordes, con sus pies levantando suciedad y polvo que cubrían los antaño brillantes colores blanco y rojo de su símbolo nacional, apagándolos hasta convertirlos en un gris sucio.

Sueño de Georgia era consciente de estos designios occidentales. Aunque disfrutaba de una cómoda mayoría parlamentaria, la dirección del partido Sueño de Georgia comprendió que esta mayoría podría derrumbarse ante un esfuerzo concertado de Occidente y sus secuaces georgianos a sueldo para socavar la credibilidad del partido Georgia Dream en vísperas de las elecciones parlamentarias previstas para el 26 de octubre de 2024.

La situación para Georgia y el Partido del Sueño Georgiano se volvió desesperada tras la decisión adoptada en febrero de 2022 por el gobierno ruso de iniciar lo que denominó una Operación Militar Especial (OME) contra Ucrania. Al igual que Georgia, Ucrania había recibido una invitación para entrar en la OTAN en 2008. Al igual que Georgia, Ucrania había sido atraída fuera de la órbita rusa con la promesa de ingresar en la UE. Por fin, Occidente consiguió lo que quería con Ucrania: una verdadera guerra a tiros con Rusia en la que la OTAN podría amortiguarse utilizando un proxy no perteneciente a la OTAN. En resumen, la OTAN podría debilitar a Rusia económica y militarmente sin asumir directamente los riesgos normalmente asociados a la guerra. Ucrania se encargaría de morir. Lo único que tendría que hacer la OTAN sería suministrar armas y dinero a Ucrania.

Como futuro miembro de la OTAN y de la UE, se esperaba que Georgia se alineara plenamente con las metas y objetivos estratégicos de sus amos occidentales. Pero el Partido del Sueño de Georgia, siempre consciente de la necesidad de atender ante todo las necesidades del pueblo georgiano, se negó a sumarse a la sanción de la economía rusa. Esta decisión resultó ser extremadamente beneficiosa para la economía georgiana y, por extensión, para el pueblo georgiano: en un momento en que la economía de Europa se estaba contrayendo debido a las consecuencias de las sanciones impuestas a Rusia, la economía georgiana disfrutó de dos años consecutivos de crecimiento del 10%.

A medida que el plan maestro de Estados Unidos, la OTAN y la UE para la derrota estratégica de Rusia se tambaleaba tanto en el escenario económico mundial como en los campos de batalla de Ucrania, Georgia se vio sometida a una presión cada vez mayor para que se uniera a ambos frentes, sancionando a Rusia y abriendo al mismo tiempo un segundo frente contra Rusia para desviar los recursos militares rusos del frente de Ucrania. El Partido del Sueño de Georgia se resistió a ambos, deseando en su lugar mantener un crecimiento económico continuado y evitar al mismo tiempo un conflicto suicida con Rusia que sólo podría acabar en la ruina física de la nación georgiana.

Para el Partido Sueño de Georgia, era más beneficioso para la juventud georgiana bailar el Kartuli, símbolo del romance y el matrimonio georgianos, que el Khorumi.

Para evitar que Georgia se convirtiera en un páramo como Ucrania, Sueño de Georgia pretendía igualar las condiciones políticas dentro del país exigiendo a las organizaciones que se considerara que perseguían los intereses de una potencia extranjera que se registraran como tales con el fin de proporcionar total transparencia en cuanto a los motivos y lealtades de dichas organizaciones al pueblo georgiano. Para fijar el listón de lo que constituía «perseguir los intereses de una potencia extranjera», la ley impulsada por Georgia Dream establecía como referencia que el 20% de los ingresos totales percibidos por una organización determinada a lo largo de un año natural procedieran de fuentes extranjeras. La ley propuesta no restringía en modo alguno las actividades de ninguna organización designada de este modo: el objetivo de la ley era ofrecer total transparencia al pueblo georgiano para que pudiera ser consciente de que los asuntos y programas que perseguían las denominadas ONG y OMU «georgianas» reflejaban en realidad designios extranjeros que podían no coincidir con las políticas del gobierno georgiano.

Tan pronto como el «Sueño de Georgia» presentó esta nueva ley en el Parlamento, los partidos políticos de la oposición financiados por Occidente, respaldados por sus ONG y OMU financiadas por Occidente, tomaron las calles de Tiflis para protestar. Al mismo tiempo, mercenarios georgianos que luchaban en Ucrania bajo el estandarte de la llamada «Legión Georgiana» iniciaron los preparativos para regresar a Georgia, amenazando con añadir una dimensión militar a las protestas que podría desembocar en una guerra civil y en el derrocamiento violento del Gobierno georgiano. Georgia Dream, ante una crisis que no había previsto, retiró la ley de transparencia de su examen.

Esta retirada ante la adversidad puede haber salvado a la República de Georgia de la catástrofe, pero fue vista como un signo de debilidad por la oposición política georgiana y sus pagadores occidentales. Como resultado, empezó a llegar aún más dinero a Georgia con el fin de acelerar la transformación de la sociedad civil georgiana, cuyo objetivo final sería dar poder a la oposición georgiana para que se impusiera en las elecciones de octubre de 2024. Una vez que Georgia Dream fuera desalojada del poder, un nuevo gobierno georgiano se sumaría inmediatamente a las sanciones contra Rusia. Y lo que es más inquietante, las fronteras georgianas se abrirían a la Legión Georgiana y a otros mercenarios respaldados por Occidente, que se unirían al ejército georgiano para abrir un segundo frente contra Rusia atacando las repúblicas separatistas de Abjasia y Osetia del Sur.

Ante esta amenaza, el partido Sueño de Georgia no tuvo más remedio que volver a presentar la legislación sobre la transparencia de la influencia extranjera. Esta vez, sin embargo, Georgia Dream comprendió el alcance y la magnitud de la oposición a la que se enfrentaría. Como todo buen partido gobernante, contó los votos antes de presentar la legislación, asegurándose de que tenía los suficientes no sólo para aprobar el proyecto de ley, sino también para anular cualquier posible veto de la Presidenta georgiana, Salome Zourobichvili, ex diplomática francesa que se había unido firmemente a las metas y objetivos de la oposición política georgiana y sus amos estadounidenses y europeos.

El problema que planteaba la Presidenta Zourobichvili no era menor. Era la comandante en jefe de las fuerzas armadas georgianas, que durante el último cuarto de siglo habían sido entrenadas y equipadas por Estados Unidos y la OTAN. El 30 de abril, se dirigió al ejército georgiano en su33º aniversario. «Me dirijo a vosotros hoy porque fuerzas oscuras están actuando, intentando subyugar a un país que no pudo ser puesto de rodillas alimentando conflictos étnicos, encendiendo la confrontación entre hermanos, o mediante la guerra directa y la ocupación», entonó el Presidente georgiano. «Hoy, una vez más, pretenden dividir a la sociedad».

Durante más de 30 años, este país y su sociedad han estado unidos en torno a un objetivo.

La perspectiva europea es el único camino hacia nuestra independencia, soberanía, identidad, diversidad, tolerancia, paz y desarrollo.

A lo largo de estos 33 años, ha habido muchas crisis, pasiones y diversos movimientos políticos, pero nadie ha cuestionado nunca este único objetivo.

El Ejército georgiano sabe mejor que nadie quién es el enemigo y quién no, quién intentó destruirnos y quién nos ayudó a dar forma a las fuerzas de defensa modernas. El Ejército georgiano sabe por qué participamos en misiones internacionales y qué contribución hicimos a la seguridad mundial.

Hoy en día, algunos quieren retratar a nuestros aliados y socios de 30 años como un desconocido y sin rostro partido de guerra que arrastra a Georgia a la confrontación – esto es un gran daño.

Irakli Kobakhidze, Primer Ministro de Georgia (y miembro del Partido Sueño de Georgia), siguió al Presidente georgiano en el escenario. «Señor Presidente, señor alcalde de la capital, señor ministro de Defensa, señor comandante de las Fuerzas de Defensa, generales, oficiales, sargentos, soldados rasos y cabos, estimados invitados, señoras y señores», dijo, «bienvenidos».

En mi saludo, no he mencionado deliberadamente al anterior orador [presidente]. No permitiré que el ejército georgiano reaccione a sus declaraciones políticas, totalmente impropias de la actualidad y del alto cargo de presidente. La persona que sigue llamándose legalmente presidenta de Georgia es sencillamente una traidora a este país en el sentido más estricto de la palabra. Traiciona directamente los intereses nacionales de Georgia.

En resumen, mientras las calles de Tiflis se llenaban de agitadores pagados en el extranjero que se resistían a una ley que expondría el nivel al que habían vendido la República de Georgia a los amos extranjeros, el Presidente de Georgia apeló al Ejército georgiano para que estuviera preparado para intervenir en nombre de esas mismas partes extranjeras: la llamada «perspectiva europea» y quienes habían ayudado a construir el moderno ejército georgiano.

Y el Primer Ministro georgiano la llamó traidora por pronunciar tales palabras, delante del ejército georgiano.

Georgia nunca ha presenciado un espectáculo tan peligroso.

Afortunadamente para la nación georgiana, los mandos de las fuerzas armadas conocen bien los conceptos de las relaciones cívico-militares y no permitirán que los militares se vean arrastrados a una disputa política interna. El problema, sin embargo, reside en los oficiales subalternos y los soldados rasos, que son más susceptibles al encanto de las promesas y el dinero occidentales. Si las protestas en curso contra la ley de transparencia se intensifican hasta alcanzar el tipo de violencia que se vio en la Maidan de Kiev en febrero de 2014, la tentación de romper filas y unirse a los insurrectos podría ser demasiado fuerte.

Y entonces Georgia volverá a enfrentarse a la horrible realidad de una guerra civil.

Este es, por supuesto, el plan maestro de la oposición georgiana y sus señores occidentales.

Los georgianos nunca deben olvidar su historia.

En abril de 1989, el tramo de la avenida Rustaveli frente al Parlamento se llenó de manifestantes independentistas, muchos de ellos mujeres jóvenes como las que hoybailan el Khorumi . Las protestas comenzaron pacíficamente, pero en pocos días empezaron a descontrolarse. Se llamó al ejército soviético, que en la mañana del 8 de abril dispersó violentamente a los manifestantes. Diecinueve georgianos murieron -17 de ellos mujeres jóvenes- y más de 100 resultaron heridos en lo que se conoce como «la masacre de Tiflis».

Eto Buziashvili forma parte de esta oposición política. Anteriormente había trabajado en el Ministerio del Interior georgiano, donde se ocupaba de cuestiones relacionadas con la confrontación con Rusia. Tras la llegada al poder de Georgia Dream, Buziashvili dejó el gobierno y se instaló en el Atlantic Council, donde, según sus propias palabras, supervisa «las operaciones de influencia, la influencia extranjera y la manipulación de las redes sociales».

Eto Buziashvili volvió a publicar el vídeo de Elene Kintsurashvili de jóvenes georgianos bailando el Khorumi cerca de la avenida Rustaveli. «Nivel de protesta: bailando una danza de guerra», escribió.

Una danza de guerra.

«Jóvenes georgianos interpretan el Khorumi, una danza tradicional de los guerreros georgianos, ondeando banderas de la UE y de Georgia», comentó efusivamente Buziashvili desde la seguridad de su despacho del Atlantic Council. «Francamente, es mi danza georgiana [favorita], ya que incorpora elementos de inteligencia militar, guerra y celebración de la victoria».

Elelevado estatus del Khorumi en la cultura georgiana moderna hizo que en 2013 el Ministerio de Cultura y Protección de Monumentos de Georgia lo nombrara oficialmente «monumento de la cultura inmaterial».

Cuando se representa en el escenario, el Khorumi representa una escena de batalla dividida en episodios que están vinculados a una historia singular: la búsqueda de un lugar para acampar, la vigilancia del enemigo, el ataque y, finalmente, la victoria y la celebración.

El Khorumi es una danza extremadamente complicada que, cuando es interpretada por profesionales entrenados, deja al público embelesado por su majestuosidad y poder.

Es la danza de los guerreros.

Cuando las jóvenes georgianas lo interpretan en la avenida Rustaveli, elKhorumi se convierte en una burla de todo lo que representa la danza y el pueblo y la nación georgianos.

Una danza de guerra georgiana, interpretada por mujeres jóvenes no entrenadas en el arte de la guerra, que hacen genuflexiones ante la bandera de la Unión Europea, mientras deshonran su propia bandera tumbándose en la hierba, como si se hubieran tirado al suelo derrotadas.

Tal y como lo interpretan estos jóvenes descarriados, el Khorumi deja de ser un símbolo de la virilidad nacional georgiana para convertirse en poco más que la danza de los muertos.

5. Einstein y los orígenes de Monthly Review

Con su facundia habitual, John Bellamy Foster recuerda en el número de mayo de Monthly Review los orígenes de esta revista y el mítico primer número con el artículo de Einstein en defensa del socialismo. https://monthlyreview.org/

El «¿Por qué el socialismo?» de Einstein y ‘Monthly Review’: Una introducción histórica Por John Bellamy Foster (01 de mayo de 2024)

Un memorándum de la primavera de 1949 del «Archivo Albert Einstein» de la Oficina Federal de Investigación, que forma parte de la Caja Fuerte de documentos del FBI publicados en virtud de la Ley de Libertad de Información, afirma:

Avisado [por un agente sobre el terreno de que] en abril de 1949, se distribuyó una circular en la zona de Nashua, New Hampshire, anunciando una nueva revista titulada «Monthly Review», «una revista socialista independiente». El primer número estaba fechado para salir en la edición de mayo de 1949. El primer número contendría artículos de Albert Einstein: «¿Por qué el socialismo?»; Paul M. Sweezy: «Evolución reciente del capitalismo estadounidense»; Otto Nathan: «La transición al socialismo en Polonia»; Leo Huberman: «El socialismo y el trabajo estadounidense»; ….. Re: Informe de Nueva York, fechado 3-15-51 Espionaje-CH.1

El resto del mensaje está tachado. Otro memorando que sigue inmediatamente en el archivo Einstein del FBI, y que está igualmente redactado, dice:   Informó a la Oficina de Nueva York de que la «Monthly Review» 66 Barrow Street, Nueva York, autoproclamada «revista socialista independiente» hizo su aparición inicial en mayo de 1949. El primer número contenía artículos de Albert Einstein y otros. Este informe [de investigación] afirmaba además que un estudio de los artículos contenidos en una comprobación de los antecedentes de los editores y colaboradores revelaba que esta revista era de inspiración comunista y seguía la línea aprobada por el Partido Comunista…. Informe de Nueva York, fechado el 1-30-50; Re: Seguridad Interna.2

Albert Einstein, el físico teórico más famoso del mundo y su científico más célebre, había huido de Alemania tras el ascenso de Adolf Hitler, emigrando a Estados Unidos en 1933, donde obtuvo la ciudadanía en 1940. Sin embargo, para el FBI de J. Edgar Hoover, Einstein seguía siendo una figura peligrosa y antiamericana, que amenazaba la seguridad interna de Estados Unidos con su sola presencia en el país. Su publicación en 1949 de un artículo titulado «¿Por qué el socialismo?» para la nueva revista Monthly Review: An Independent Socialist Magazine fue vista así por el FBI como una confirmación directa de sus fuertes «simpatías comunistas».

El FBI había abierto su expediente sobre Einstein en 1932, cuando intentaba emigrar a Estados Unidos, con un largo informe de la Woman Patriot Corporation (WPC), que en su extremo anticomunismo, afirmaba que Einstein era inadmisible en el país. «Ni el propio Stalin«, acusaba la WPC, «está afiliado a tantos grupos internacionales anarco-comunistas para promover… la revolución mundial y la anarquía definitiva, como ALBERT EINSTEIN».3 El FBI siguió recopilando todo lo que pudo sobre las numerosas conexiones socialistas de Einstein durante el resto de su vida.4

Aunque Einstein envió una famosa carta al presidente Franklin D. Roosevelt el 2 de agosto de 1939 sobre la posibilidad de desarrollar una bomba atómica -una carta que a menudo se ha considerado que condujo directamente al Proyecto Manhattan-, el ejército estadounidense lo declaró un riesgo para la seguridad y fue excluido del desarrollo, e incluso del conocimiento, de la fabricación de la bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial, incluida la decisión del presidente Harry S. Truman de lanzarla sobre Hiroshima y Nagasaki.5

A finales de la década de 1940, el miedo a los rojos asociado con el macartismo, llamado así por el senador estadounidense Joseph McCarthy, ya estaba empezando. En abril de 1949, sólo un mes antes de que se publicara «¿Por qué el socialismo?» de Einstein en Monthly Review, la revista Life( publicación hermana de la revistaTime ), incluyó a Einstein en un reportaje fotográfico de dos páginas de cincuenta de los principales «Dupes and Fellow Travelers» del comunismo en el país. El artículo incluía también a figuras tan célebres como el compositor y director de orquesta Leonard Bernstein, el actor Charlie Chaplin, el poeta Langston Hughes, la dramaturga Lillian Hellman, el congresista estadounidense Vito Marcantonio, el profesor de estudios americanos F. O. Matthiessen, el dramaturgo Arthur Miller, el físico atómico Philip Morrison, la escritora Dorothy Parker y el locutor de radio J. Raymond Walsh. El ex Vicepresidente de Estados Unidos Henry A. Wallace fue descrito en la página anterior como un «destacado compañero de viaje».6

Sin duda, a los temores y sospechas del FBI de la época, unidos a la histeria anticomunista general, se sumó el hecho de que «¿Por qué el socialismo?» de Einstein constituía uno de los argumentos a favor del socialismo más sucintos y contundentes jamás escritos. Se trata de un ensayo que ha superado la prueba del tiempo y que es mucho más célebre en todo el mundo hoy, setenta y cinco años después, de lo que era en la fecha de su publicación.

«En este sentido, soy socialista»

En 1949, Einstein no era un recién iniciado en el socialismo. En 1895, a la edad de 16 años, se había trasladado a Suiza para estudiar en la Escuela Politécnica Federal de Zúrich.7 Para Einstein, 1905 iba a ser el «año milagroso», durante el cual se doctoró en la Universidad de Zúrich y publicó cinco artículos revolucionarios sobre física teórica (incluida su tesis doctoral) que le harían mundialmente famoso. Se le veneró en todo el mundo como personificación del progreso y la creatividad humanos.

Pero la creatividad de Einstein como científico y su universalismo nunca estuvieron separados de su compromiso con una sociedad más igualitaria. Era un socialista convencido, vinculado a innumerables grupos y causas radicales, y un firme opositor a toda forma de discriminación. Tras su apertura en 1911, pasó mucho tiempo en el Grand Café ODEON de Zúrich, lugar de encuentro de radicales rusos, entre ellos Alexandra Kollontai y, más tarde, V. I. Lenin y León Trotsky, además de numerosas figuras culturales de vanguardia. No cabe duda de que se vio envuelto en las numerosas y encendidas discusiones político-culturales que allí tenían lugar. Tampoco era el suyo un socialismo tímido. Veía la necesidad de revoluciones en determinadas circunstancias históricas. El 19 de noviembre de 1918, el día en que abdicó el káiser Guillermo II, Einstein puso un famoso cartel en la puerta de su clase: «CLASE CANCELADA: REVOLUCIÓN «8. Un año después escribió: «Abogo por una economía planificada… en este sentido soy socialista «9. En 1929 declaró: «Honro a Lenin como un hombre que se sacrificó completamente y dedicó toda su energía a la realización de la justicia social. No considero que sus métodos sean prácticos, pero una cosa es cierta: los hombres de su tipo son los guardianes y restauradores de la conciencia de la humanidad».10 En un artículo de 1931, «El mundo tal y como yo lo veo», escribió: «Considero que las distinciones de clase son injustificadas y, en última instancia, se basan en la fuerza».11

Aunque posteriormente se distanciaría del carácter soviético de la organización, Einstein, junto con Bertrand Russell, Upton Sinclair y otros socialistas independientes, suscribió la postura general del Congreso Internacional contra las Guerras Imperialistas en 1932.12 En 1945, declaró: «Estoy convencido… de que en un Estado con una economía socialista las perspectivas son mejores para que el individuo medio alcance el máximo grado de libertad que sea compatible con el bienestar de la comunidad».13

Como explicaría Otto Nathan, amigo íntimo y colaborador de Einstein, en Einstein on Peace en 1960:  Einstein era socialista. Creía en el socialismo porque, como igualitario convencido, se oponía a la división de clases en el capitalismo y a la explotación del hombre por el hombre que, en su opinión, este sistema facilitaba más ingeniosamente que cualquier organización económica anterior. Era socialista porque estaba seguro de que una economía capitalista no podía funcionar adecuadamente para el bienestar de todas las personas y de que la anarquía económica del capitalismo era la fuente de muchos males de la sociedad contemporánea. Y, por último, era socialista porque estaba convencido de que, bajo el socialismo, existía una mayor posibilidad de alcanzar el máximo grado de libertad compatible con el bienestar público que bajo cualquier otro sistema conocido por el hombre.14

La Fundación Albert Einstein y el ascenso del macartismo en la enseñanza superior

En 1933, Einstein se incorporó al recién creado Instituto de Estudios Avanzados de Princeton. Allí pasaría mucho tiempo con Nathan, que era profesor visitante en el departamento de economía de Princeton y que, como el propio Einstein, era un refugiado de la Alemania nazi. Nathan, economista socialista, se había doctorado en economía y derecho en Alemania en 1921 y había sido asesor económico del gobierno de Weimar. En Estados Unidos, había formado parte en 1930-31 del Comité de Emergencia para el Empleo del Presidente Herbert Hoover. Dimitió de sus cargos en Alemania en 1933 y fue contratado como profesor visitante en Princeton en 1933-35, tras lo cual enseñó en la Universidad de Nueva York de 1935-42, en Vassar de 1942-44 y en la Universidad Howard de 1946-52. A principios de la década de 1940, Nathan dio una conferencia sobre economía marxista en el Grupo de Estudios Marxistas de Vassar. Trabajó estrechamente con Einstein desde 1933 hasta la muerte de éste en 1955, a menudo también como asesor financiero. Einstein se refería a él como su «amigo más íntimo» y confidente. Nathan fue el único albacea y fideicomisario (junto con la secretaria de Einstein, Helen Dukas) de la herencia de Einstein. Durante su larga colaboración, Einstein trató a Nathan como su representante en cuestiones políticas y educativas, haciendo hincapié en su acuerdo en todas las cuestiones.15

Para Einstein, una educación humana y progresista estaba directamente vinculada al avance de la causa socialista. En 1946-47, desempeñaría un papel destacado, junto con Nathan, en la fundación de la Universidad Brandeis, concebida originalmente como una institución secular de enseñanza superior de base judía que también representaría una concepción nueva y más amplia de una universidad libre. En ella confluirían las ideas de Einstein sobre la reforma educativa y el cambio social radical. La fundación de Brandeis fue una respuesta al sistema de cuotas de las instituciones de la Ivy League estadounidense, así como de casi todas las demás universidades, que restringía el número de estudiantes judíos, junto con los de otras minorías.16 La propuesta original para la nueva universidad consistía en bautizarla con el nombre de Einstein, pero éste se negó y declaró que en su lugar debía llevar el nombre de «un gran judío que también era un gran estadounidense [nativo]», lo que llevó a bautizar la universidad con el nombre del antiguo juez del Tribunal Supremo de Estados Unidos Louis Brandeis.17 No obstante, el apoyo de Einstein fue crucial para poner en marcha la nueva universidad. La principal fuente de financiación de la nueva universidad fue la Fundación Albert Einstein para la Enseñanza Superior, de cuyo consejo formaba parte Nathan. El presidente de la Fundación era S. Ralph Lazrus, un acaudalado hombre de negocios de ideas políticas progresistas, vinculado a la cadena de grandes almacenes Allied Stores y a la Benrus Watch Company. El consejo de administración de Brandeis estaba presidido por George Alpert, un abogado conservador de Boston, presidente del ferrocarril de Boston y Maine y figura destacada de la filantropía judía.18

En enero de 1947, Paul M. Sweezy, uno de los economistas de izquierda más destacados del mundo, autor de The Theory of Capitalist Development: Principios de economía política marxiana (1942), que acababa de dejar su puesto de profesor de economía en Harvard, presentó un informe de ochenta y siete páginas, titulado A Plan for Brandeis University (Un plan para la Universidad de Brandeis), en el que se esbozaba una propuesta de estructura para la nueva universidad.19 El plan de Sweezy fue claramente un encargo de la Fundación Albert Einstein, emanado de Nathan como representante de Einstein. Nathan y su buen amigo, el periodista obrero socialista Leo Huberman, se reunían casi a diario mientras el primero impartía clases en la Universidad de Nueva York. Como resultado, Nathan se había familiarizado con Sweezy, con quien Huberman mantenía una gran amistad y una estrecha relación de trabajo.20

El plan Brandeis de Sweezy pretendía crear una universidad más abierta, accesible y con visión de futuro, diferente a todas las que existían entonces en Estados Unidos. Tenía «dos premisas principales». En primer lugar, «el corazón y el alma de la universidad» sería «su profesorado», que gobernaría la universidad por sí mismo como autoridad última. Todas las normas e incentivos deberían determinarse desde dentro, en lugar de venir de fuera. En segundo lugar, la propia universidad se concebiría como «una comunidad de erudición y aprendizaje». Sweezy indicó que habría que hacer hincapié en establecer una pequeña institución de primer orden, comenzando con un cuerpo docente de cien personas y un alumnado de unas quinientas. El énfasis inicial se pondría en las ciencias sociales y las humanidades, y el profesorado se organizaría en escuelas, no en departamentos. También subrayó que se daría prioridad a «atraer a negros cualificados tanto para el profesorado como para el alumnado» y que se reservaría un cierto número de becas ofrecidas por la universidad «exclusivamente para estudiantes negros». Todas estas propuestas coincidían con los puntos de vista de Nathan y Einstein, y Nathan presentó un esbozo de cinco páginas de la estructura de la nueva universidad con el que encajaba el plan más extenso de Sweezy. Una obra crítica clave destacada en A Plan for Brandeis University de Sweezy fue The Higher Learning in America de Thorstein Veblen.21

Sin embargo, surgió un conflicto entre la Fundación Albert Einstein para la Enseñanza Superior y el Consejo de Administración de Brandeis en torno a los planes académicos progresistas de la Fundación. Este conflicto salió a la luz en el contexto de la selección de un presidente para la nueva universidad. En busca de un posible presidente, y con el apoyo de Einstein, Nathan viajó a Londres para reunirse con Harold Laski, sin duda animado por Huberman y Sweezy, que habían estudiado con Laski en la London School of Economics (LSE).22 Laski, antiguo instructor de Harvard, luego profesor durante muchos años en la LSE y miembro de la ejecutiva del Partido Laborista británico, era ampliamente reconocido como uno de los principales pensadores político-económicos del mundo. En 1939, Laski escribió un artículo, «Why I Am a Marxist» (Por qué soy marxista), publicado originalmente en Estados Unidos en The Nation y reimpreso posteriormente en Monthly Review a su muerte en 1950. En respuesta a la Gran Depresión y al ascenso del nazismo, declaró: «Ha llegado el momento de un ataque central a la estructura del capitalismo. Nada que no sea la socialización total puede remediar la situación. La alternativa en toda la civilización occidental… es, creo, una rápida deriva hacia el fascismo».23

Nathan y Einstein creían que Laski, como uno de los principales pensadores judíos del mundo, comprometido con la educación laica y con fuertes valores socialistas, era la elección ideal para la presidencia de Brandeis, capaz de dar forma a la universidad más libre, abierta y progresista que ellos imaginaban. Einstein, con el apoyo inicial de Alpert, y con lo que Einstein entendía que era la autorización tanto del Consejo de Administración como de la Fundación (aunque esto se cuestionaría más tarde), escribió a Laski, invitándole a considerar la posibilidad de aceptar el cargo de presidente de Brandeis.24 En su carta del 15 de abril de 1947, Einstein decía:
Estimado Sr. Laski,
Como usted ha sabido por mi amigo, el Sr. Otto Nathan, hace unos meses, se está haciendo aquí un esfuerzo muy serio para fundar una nueva Universidad que creemos que se ha hecho necesaria debido al sistema de cuotas utilizado abierta o sutilmente por casi todos los Colegios y Universidades de Estados Unidos. Esperamos que la nueva institución facilite a los jóvenes de fe judía y de otras minorías la obtención de una educación de primera clase. Del mismo modo, esperamos hacer posible que aquellos científicos y eruditos, que en las condiciones actuales sufren una grave discriminación, encuentren un lugar donde poder enseñar y trabajar. La Universidad estará en manos judías, pero estamos decididos a convertirla en una institución animada por un espíritu libre y moderno, que haga hincapié, sobre todo, en la erudición y la investigación independientes y que no conozca la discriminación a favor o en contra de nadie por motivos de sexo, color, credo, origen nacional u opinión política. Todas las decisiones sobre las políticas educativas, sobre la organización de la enseñanza y la investigación estarán en manos del profesorado.
El Consejo de Administración me ha delegado la autoridad de seleccionar al primer presidente de la Universidad. Este hombre tendría la difícil tarea de ayudarnos a determinar los cimientos básicos de la Universidad y a seleccionar y organizar el profesorado inicial, del que tanto depende. Todos pensamos que, entre todos los judíos vivos, usted es el hombre que, aceptando el gran reto, tendría más probabilidades de éxito. No sólo conoce los Estados Unidos y sus instituciones académicas más íntimamente que muchos educadores estadounidenses, sino que su reputación como académico sobresaliente está extendida por todo el país.
Le escribo, por tanto, para preguntarle si estaría dispuesto a considerar talinvitación25.

Laski respondió casi inmediatamente a la oferta de Einstein, indicando que, desgraciadamente, por razones personales y familiares, así como por su compromiso con la lucha por el socialismo en Gran Bretaña, no podía abandonar Londres y, por tanto, no podía aceptar el puesto.26 Sin embargo, a pesar de la carta de Laski declinando el puesto, que ya se había recibido, Alpert vio claramente la oferta de Laski como un asunto potencialmente polémico y una forma de hacerse con el control de la dirección de la universidad. El objetivo era marginar a Nathan y Lazrus, y por tanto a Einstein, anulando el papel de la Fundación Albert Einstein en la determinación de la dirección académica de la universidad. Así, a pesar de su apoyo inicial a la oferta a Laski, Alpert adoptó ahora la postura contraria. De repente afirmó, aunque la acusación era dudosa y sin pruebas claras que la respaldaran, que Nathan y Lazrus (implicando indirectamente al propio Einstein) se habían extralimitado en sus funciones al hacer tal oferta a Laski. Alpert negó que el Consejo de Administración de la Fundación hubiera autorizado la oferta en una reunión, que ahora declaraba que había carecido de quórum.27 Más concretamente, insistió en que la elección de Laski era inaceptable porque reflejaba una política radical y «antiamericana». La respuesta de Einstein fue defender a Nathan y a Lazrus y dejar claro que contaban con su plena confianza y que habían actuado de acuerdo con sus propias opiniones. Hizo hincapié en que había sido él mismo quien había escrito la carta a Laski tras obtener primero la aprobación de Alpert, el Consejo de Administración y la Fundación. Einstein rompió entonces su relación con Brandeis y dispuso que la Fundación Albert Einstein para la Enseñanza Superior pasara a llamarse Fundación Brandeis, y tanto Nathan como Lazarus dimitieron de sus cargos.

Según Alpert, cuyas observaciones sobre el incidente fueron destacadas por el New York Times el 23 de junio de 1947, bajo el titular «Se acusa a la izquierda de parcialidad en una disputa universitaria», los socios de Einstein se habían «arrogado el diseño de la política académica» con el objetivo de dar a la universidad «una orientación política radical», y «subrepticiamente» se habían acercado a una «opción totalmente inaceptable». En palabras de Alpert: «Establecer una universidad patrocinada por judíos y colocar a su frente a un hombre totalmente ajeno a los principios democráticos estadounidenses, marcado con la brocha comunista, habría condenado a la universidad a la impotencia desde el principio….». En la cuestión del americanismo no puedo transigir». Otros periódicos se hicieron eco de la noticia, afirmando que Laski era objetable por ser un «socialista internacional con antecedentes».28 No fue mera coincidencia que las acusaciones políticas de Alpert coincidieran totalmente con las opiniones del Consejo Nacional para la Educación Americana, una organización fervientemente anticomunista fundada en 1946 que puso en marcha el macartismo en las universidades. Con la introducción de las tácticas macartistas, Alpert estaba declarando que era inaceptable que cualquier figura intelectual asociada a ideas socialistas dirigiera una universidad estadounidense.29

Einstein estaba conmocionado por las tácticas de miedo al rojo que se estaban utilizando contra él y sus colaboradores, como indica su borrador de respuesta a las declaraciones públicas de Alpert. Sin embargo, su respuesta pública fue comedida y directa:  Las declaraciones a la prensa que el Sr. George Alpert y otro miembro del Consejo de Administración de la Universidad de Brandeis hicieron públicas con motivo de la retirada mía y de mis amigos, el profesor Otto Nathan y el Sr. S. Ralph Lazrus, me han convencido de que era demasiado pronto para cortar una conexión de la que no se podía esperar nada bueno para la comunidad. Mis socios y yo mismo habíamos llegado a la conclusión, a regañadientes, de que el tipo de institución académica que nos interesaba no podía lograrse en las circunstancias existentes y con la dirección actual.30

Como escribió William Zuckerman en la publicación judía The American Hebrew: «La declaración del Sr. Alpert es… [la] de un político reaccionario de estrecho margen partidista que corresponde a un miembro del Comité de Actividades Antiamericanas, no a un presidente de una universidad que lleva el nombre del difunto juez Brandeis».31

La campaña de Wallace y el nacimiento de Monthly Review

El fracaso, en el clima represivo de la época, de establecer un nuevo tipo de universidad abierta y democrática dedicada a una visión más progresista, en la que el control absoluto de la institución lo ejerciera el profesorado, no hubiera discriminación racial en sus políticas de admisión e incorporara valores socialistas de igualdad, tuvo un profundo efecto en Einstein. En 1948, en medio de la histeria anticomunista que se dirigía entonces contra todos los movimientos de izquierda del país, incluidas las fuerzas radicales-laborales, de derechos civiles y académicas de izquierda que habían formado una coalición durante el New Deal de Roosevelt, Einstein apoyó a Wallace, el candidato del Partido Progresista en las elecciones presidenciales. Wallace contaba con el apoyo de las fuerzas radicales que habían impulsado en gran medida el New Deal de Roosevelt. Su campaña se oponía a la Guerra Fría, apoyaba el control internacional de las armas nucleares y respaldaba los derechos civiles y laborales. Una famosa foto tomada poco antes del lanzamiento oficial del Partido Progresista muestra a Einstein y Paul Robeson junto a Wallace.32 Huberman y Sweezy escribieron el preámbulo de la plataforma del Partido Progresista, que se adoptó en la Convención de Filadelfia en julio de 1948. Sweezy asumiría el cargo de presidente de la campaña de Wallace en NewHampshire33.

Aunque obtuvo más de un millón de votos, Wallace perdió decisivamente las elecciones, en parte debido a la campaña roja dirigida contra él por el candidato presidencial del Partido Demócrata, el entonces presidente Truman.34 Tras la desastrosa derrota de Wallace, Huberman, Sweezy, Nathan y, al parecer, también Einstein, llegaron a la conclusión de que una razón clave de la pésima actuación electoral de Wallace era su incapacidad para articular una visión positiva, que sólo podía provenir del socialismo. Einstein creía que Wallace era «sin duda un liberal», no un socialista.35

En estas circunstancias, Huberman, Sweezy y Nathan estaban convencidos de que lo que se necesitaba en Estados Unidos era una publicación periódica socialista independiente que proporcionara la educación y la visión políticas necesarias, aunque sólo fuera, en el contexto de la época, una mera «acción de contención, una acción de retaguardia».36 En consecuencia, empezaron a trabajar juntos para fundar lo que se convirtió en Monthly Review. Contaron con la ayuda de Matthiessen, que había trabajado con Sweezy en la década de 1930 en la creación del Sindicato de Profesores de Harvard y también era un activo partidario de Wallace. Proporcionó a la revista 5.000 dólares en cada uno de sus tres primeros años.37 Nathan fue un miembro silencioso del equipo editorial fundador de la nueva revista, ya que no quería figurar en la cabecera dados los ataques macarthistas que ya se estaban dirigiendo contra los profesores universitarios. Escribió para los dos primeros números de Monthly Review y participó activamente en su planificación y desarrollo. Sin embargo, su papel fue disminuyendo gradualmente durante el primer año de publicación. Su contribución más duradera a Monthly Review fue animar a Einstein a escribir para el primer número.38

Así, cuando se publicó el número inaugural de Monthly Review en mayo de 1949, Huberman y Sweezy figuraban como editores, mientras que los cuatro autores de los artículos del número (tras dos editoriales) eran Einstein, Sweezy, Huberman y Nathan, en ese orden. Fue el artículo de Einstein en el primer número de Monthly Review el que asumió la tarea principal de articular el significado del propio socialismo y atrajo la atención del FBI hacia la revista.

Había una larga tradición de grandes socialistas que publicaban artículos titulados «Por qué soy socialista».39 Nathan, con el apoyo de Huberman y Sweezy, sugirió a Einstein que escribiera un ensayo de este tipo. Einstein, sin embargo, decidió adoptar un formato totalmente diferente, no basado en sus propias opiniones subjetivas, sino más bien exponiendo argumentos objetivos y directos a favor de la elección de una vía socialista, lo que dio lugar a la calidad tan distintiva de «¿Por qué el socialismo?», que adquirió un carácter científico.40

Einstein y los argumentos objetivos a favor del socialismo

Escrito con desesperada brevedad, «¿Por qué el socialismo?» de Einstein tenía poco más de seis páginas. Aunque era un producto exclusivamente suyo, mostraba la influencia de dos grandes pensadores socioeconómicos: Veblen y Karl Marx. Como escribió C. Wright Mills en una introducción a La teoría de la clase ociosa de Veblen, «Thorstein Veblen es el mejor crítico de Estados Unidos que Estados Unidos ha producido».41 En la década de 1940, Veblen era uno de los autores favoritos de Einstein. En 1944, Einstein escribió: «Debo innumerables horas felices a la lectura de las obras de [Bertrand] Russell, algo que no puedo decir de ningún otro escritor científico contemporáneo, con la excepción de Thorstein Veblen».42 Einstein veía a Marx como un gran pensador, al que situaba junto a Baruch Spinoza como exponente de la libertad humana surgida de la tradición judía. Como declaró: «Incrustado en la tradición del pueblo judío hay un amor por la justicia y la razón que debe seguir trabajando por el bien de todas las naciones ahora y en el futuro. En los tiempos modernos, esta tradición ha producido a Spinoza y a Karl Marx».43

La primera mitad de «¿Por qué el socialismo?» estaba relacionada con las opiniones de Veblen. Einstein comenzó su ensayo con la pregunta y la respuesta: «¿Es aconsejable que alguien que no es experto en cuestiones económicas y sociales exprese opiniones sobre el tema del socialismo? Creo que sí por varias razones». Procedió a explicar que hasta la fecha «en ninguna parte hemos superado lo que Thorstein Veblen llamó ‘la fase depredadora’ del desarrollo humano…. Dado que el verdadero propósito del socialismo es precisamente superar y avanzar más allá de la fase depredadora del desarrollo humano, la ciencia económica en su estado actual puede arrojar poca luz sobre la sociedad socialista del futuro». 44 También se daba el caso de que el socialismo estaba «dirigido hacia un fin ético-social» al que la ciencia, tal y como se entiende normalmente, podía contribuir poco. Por lo tanto, los expertos en las disposiciones económicas actuales no eran «los únicos que tienen derecho a expresarse sobre cuestiones que afectan a la organización de la sociedad».45

La principal ocupación de Einstein en esta época era la lucha por la paz mundial frente a la amenaza existencial que representaban las armas nucleares. La cuestión de la paz estaba directamente relacionada con la relación del individuo con la sociedad. El individuo típico del capitalismo contemporáneo estaba tan alienado y angustiado por las terribles circunstancias entonces imperantes, tanto de origen económico como derivadas de la amenaza de guerra, que a menudo se cuestionaba el concepto mismo de humanidad. Como escribió Einstein: «Hace poco discutí con un hombre inteligente y bien dispuesto la amenaza de otra guerra, que en mi opinión pondría seriamente en peligro la existencia de la humanidad, y comenté que sólo una organización supranacional ofrecería protección contra el peligro. Entonces, mi visitante, con mucha calma y frialdad, me dijo: «¿Por qué se opone usted tan profundamente a la desaparición de la raza humana? «46

Ninguna otra cosa, afirmó Einstein, apuntaba tan claramente a la crisis social y moral contemporánea: «Estoy seguro de que hace apenas un siglo nadie habría hecho tan a la ligera una afirmación de este tipo. Es la afirmación de un hombre que se ha esforzado en vano por alcanzar un equilibrio dentro de sí mismo y ha perdido más o menos la esperanza de conseguirlo. Es la expresión de una soledad y un aislamiento dolorosos que tanta gente padece en nuestros días. ¿Cuál es la causa? ¿Existe una salida? «47 La propia negativa a enfrentarse a la crisis existencial a la que se enfrenta la humanidad, llegando incluso a negar la importancia de la continuación de la existencia humana, dramatizaba la desesperación y la alienación que entonces, como ahora, estaban muy extendidas, haciendo necesaria la búsqueda de una salida.

«El hombre», observó Einstein en «¿Por qué el socialismo?», «es al mismo tiempo un ser solitario y un ser social». El carácter del ser humano es, por tanto, producto de impulsos tanto individuales como sociales, reflejo de fuerzas internas y externas.48 Cada persona tiene tanto una «constitución biológica» heredada como una «constitución cultural» adoptada de la sociedad, que juntas afectan a su desarrollo. No obstante, los individuos pueden influir en sus propias vidas hasta cierto punto gracias a la conciencia, la comunicación y las acciones que cada uno decide emprender dentro de las limitaciones que presenta la sociedad, que a su vez está sujeta a cambios. «El comportamiento social de los seres humanos puede diferir enormemente, dependiendo de los patrones culturales imperantes y de los tipos de organización que predominan en la sociedad. En esto pueden basar sus esperanzas quienes se esfuerzan por mejorar la suerte del hombre: los seres humanos no están condenados, por su constitución biológica, a aniquilarse unos a otros o a estar a merced de un destino cruel y autoinfligido».49

Esta firme convicción llevó a Einstein a abordar en su ensayo la estructura de la sociedad actual. La dependencia del individuo de la sociedad actual, escribió, es tal que el individuo «no experimenta esta dependencia como… un vínculo orgánico, como una fuerza protectora, sino más bien como una amenaza para sus derechos naturales, o incluso para su existencia económica». Esto se debe a que la estructura de la sociedad es tal que acentúa «las pulsiones egoístas» y al mismo tiempo debilita las «pulsiones sociales» en la constitución del individuo, «que son por naturaleza más débiles», yendo así contra el hecho insuperable de que «el hombre sólo puede encontrar sentido a la vida, por corta y peligrosa que sea, dedicándose a la sociedad».50

Basándose en Marx para gran parte de su argumentación en este punto, Einstein hizo hincapié en que, si bien existe «una enorme comunidad de productores» en la «sociedad capitalista» actual, la gran mayoría de éstos se ven privados «de los frutos de su trabajo colectivo», ya que «toda la capacidad productiva de la sociedad» es «en su mayor parte… propiedad privada de los individuos». Aquí, esbozó «en aras de la simplicidad» (es decir, a un alto nivel de abstracción), las principales características de una sociedad de clases capitalista. En tal sistema, «los ‘trabajadores’… [o] todos aquellos que no participan en la propiedad de los medios de producción» se ven obligados a vender su «fuerza de trabajo» al «propietario de los medios de producción».51 El propietario está así en condiciones de apropiarse de todo el excedente (valor) generado más allá de lo que se paga primero al trabajador para satisfacer las «necesidades mínimas» de este último. «Es importante comprender», escribió, «que incluso en teoría la remuneración del trabajador no está determinada por el valor de su producto «52.

Las principales contradicciones de la sociedad de clases capitalista, según Einstein, derivaban de su fomento de la desigualdad. En lugar de tender hacia condiciones igualitarias, «el capital privado tiende a concentrarse en pocas manos» a través del funcionamiento normal del proceso de acumulación, por el que «la formación de unidades de producción más grandes» se produce «a expensas de las más pequeñas». Esto genera «una oligarquía del capital privado» que es tan poderosa que «no puede ser controlada eficazmente ni siquiera por una sociedad organizada democráticamente.» Tanto más cuanto que los políticos electos y los partidos a los que pertenecen están «en gran parte financiados o influidos de otro modo por capitalistas privados» que se interponen entre el electorado y la mayor parte de la población. «Además, en las condiciones existentes, los capitalistas privados controlan inevitablemente, directa o indirectamente, las principales fuentes de información (prensa, radio, educación)», que median entre los que gobiernan la sociedad y el conjunto de lapoblación53.

El capitalismo, explicaba Einstein, es un sistema en el que «la producción se lleva a cabo por el beneficio, no por el uso», dejando a muchos desfavorecidos y desatendidos. El sistema se sustenta en «un ejército de desempleados», de modo que el trabajador teme constantemente ser devuelto al ejército de reserva de mano de obra. Los nuevos avances tecnológicos a menudo provocan que los trabajadores se queden sin trabajo, lo que aumenta aún más el ejército de desempleados y el poder relativo de los propietarios.54 «El afán de lucro», junto con la competencia desenfrenada, son responsables de graves crisis económicas, de un «enorme despilfarro de mano de obra» y de la «paralización de la conciencia social de los individuos». Este último es «el peor mal del capitalismo», ya que permite que la sociedad se vuelva contra la población. «Todo nuestro sistema educativo» cultiva tales valores alienados y, por tanto, «padece este mal».55

«Estoy convencido de que sólo hay una forma de eliminar estos graves males», declaró Einstein, «a saber, mediante el establecimiento de una economía socialista, acompañada de un sistema educativo orientado hacia objetivos sociales. En una economía así, los medios de producción son propiedad de la propia sociedad y se utilizan de forma planificada» de acuerdo con las necesidades sociales e individuales. «La educación del individuo, además de promover sus propias capacidades innatas, intentaría desarrollar en él un sentido de responsabilidad para con sus semejantes en lugar de la glorificación del poder y del éxito en nuestra sociedad actual.»56 Aquí vemos la importancia que concedía, tal y como expresaba en su carta a Laski, a la creación de una institución educativa libre de «discriminación a favor o en contra de nadie por razón de sexo, color, credo, origen nacional u opinión política», una institución en la que «todas las decisiones sobre las políticas educativas, sobre la organización de la enseñanza y la investigación estarán en manos del profesorado», no de consejos de administración llenos de magnates empresariales.

«Una economía planificada», insistía Einstein, «no es todavía socialismo». No significa necesariamente el fin de «la esclavitud del individuo». El logro real del socialismo significaba abordar cuestiones cruciales como las de extender la democracia en lugar de limitarla, combatir la burocracia y proteger los derechos del individuo. Terminaba su artículo refiriéndose a Monthly Review, cuya fundación apoyaba firmemente: «La claridad sobre los objetivos y los problemas del socialismo es de la mayor importancia en nuestra época de transición. Dado que, en las circunstancias actuales, la discusión libre y sin trabas de estos problemas se ha convertido en un poderoso tabú, considero que la fundación de esta revista es un importante servicio público».57

El «poderoso tabú» era el macartismo que dominaba entonces todo el discurso de la sociedad estadounidense. El propio Einstein había sentido su fuerza directamente en sus intentos de crear una universidad nueva y más libre en Brandeis, que cayó presa de las acusaciones de antiamericanismo; en su papel en la campaña de Wallace, que le llevó a ser castigado como «incauto y seguidor» del comunismo; y en los ataques al estilo de la caza de brujas contra muchos de los socialistas y radicales con los que estaba más estrechamente relacionado. Aunque la reputación y el estatus mundial de Einstein le hacían prácticamente intocable, no ocurría lo mismo con los demás autores que escribieron para el primer número de Monthly Review. Huberman, Sweezy y Nathan fueron llamados ante la inquisición macartista y amenazados con ir a la cárcel por negarse a dar nombres y a cooperar, amparándose en la Primera Enmienda, como recomendó Einstein.58

«¿Por qué socialismo?» o «¿Por qué liberalismo?»

Tal es el poder del nombre de Einstein y la fuerza de sus opiniones que incluso hoy, setenta y cinco años después de la publicación de «¿Por qué el socialismo?», se hacen esfuerzos para negar o restar importancia a su compromiso con el socialismo, y para argumentar que «¿Por qué el socialismo?» era de poca importancia, no decía lo que parecía decir, fue contradicho por su propio desarrollo intelectual, y no tiene ningún significado real para nuestros tiempos. La mayoría de los tratamientos biográficos de Einstein simplemente ignoran por completo su política por considerarla de poca importancia.59 En realidad, esto tiene que ver con el hecho inconveniente de que Einstein era un radical político, a menudo visto como un tribuno de la izquierda.

Sin embargo, en los últimos años, el interés por las opiniones políticas de Einstein ha aumentado enormemente a raíz de la publicación por Fred Jerome en 2002 de The Einstein File, que registraba la persecución del FBI por sus opiniones políticas de izquierdas. En 2007, los autores David E. Rowe y Robert Schulmann, ambos destacados estudiosos de Einstein, publicaron la colección editada Einstein on Politics con Princeton University Press. El libro fue rápidamente reconocido como un recurso inestimable, ya que reunía materiales procedentes de numerosas fuentes, algunas de ellas inéditas. Rowe y Schulmann no sólo ofrecieron una introducción general, sino también extensos comentarios sobre los diversos artículos incluidos en su colección.

La deficiencia más obvia del libro de Rowe y Schulmann era la exclusión de los numerosos tratamientos del racismo por parte de Einstein fuera de las cuestiones del judaísmo, el sionismo, Israel y Palestina. «Sólo después de la [Segunda Guerra Mundial]», escribieron, Einstein empezó a «hablar con más insistencia sobre el legado perdurable de la esclavitud manifestado en los sentimientos de superioridad de los blancos estadounidenses hacia los negros». Sin embargo, se vieron obligados a matizar esta afirmación reconociendo que Einstein ya había escrito sobre el racismo en Estados Unidos entre 1931 y 1932, aunque omitiendo el hecho crucial de que el artículo clave al que se referían fue escrito para la revista The Crisis bajo la dirección de nada menos que W. E. B. Du Bois.60 Sólo Robeson, y no Du Bois, aparece en el relato de Roe y Schulmann sobre la política de Einstein, e incluso así, Robeson sólo se menciona en relación con la famosa fotografía en la que aparece con Einstein y Wallace.61

Sin embargo, hay otra deficiencia más sutil en Einstein on Politics, relacionada con la agenda política del libro, que está diseñada para transformar a Einstein de socialista a liberal. Aquí, Rowe y Schulmann intentan darle la vuelta a la declaración más famosa de Einstein sobre el socialismo, «¿Por qué el socialismo? De hecho, el «¿Por qué el socialismo?» de Einstein, afirman Rowe y Schulmann, a pesar de su título, no era en realidad un alegato a favor del socialismo en absoluto, sino más bien a favor de una especie de liberalismo de izquierdas. Esto lleva implícita la idea de que «¿Por qué socialismo?» debería haberse titulado «¿Por qué liberalismo?». Así, critican duramente a Nathan, el amigo y confidente más íntimo de Einstein y el albacea/fideicomisario de su herencia, por haber malinterpretado completamente a Einstein al describirlo como socialista.62 «¿Por qué socialismo?», se nos hace creer, puede parecer un alegato a favor del socialismo, pero esto se disipa pronto si se «contextualiza adecuadamente».63

Una parte de esta «contextualización adecuada«, aparentemente, deriva de la observación de que Einstein criticaba con frecuencia a la Unión Soviética, y había indicado en una carta que algunas teorías bolcheviques eran «ridículas» -como si esto significara en sí mismo el rechazo total del socialismo.64 Además, una «contextualización adecuada» de «¿Por qué el socialismo?»argumentan inverosímilmente los editores de Einstein on Politics, incluye el reconocimiento de que, al criticar «la oligarquía del capital», la intención de Einstein era, en sus palabras, «no tanto promover el socialismo como sistema económico, sino abogar por una economía planificada como instrumento significativo para alcanzar fines ético-sociales». En este punto, eluden la opinión claramente expresada por el propio Einstein de que una economía planificada era un primer paso «socialista» necesario, si no suficiente, en el proceso general de creación de un socialismo completo.65

Como Einstein creía en los derechos humanos y en la democracia, los editores de Einstein on Politics presumen extrañamente que, por lo tanto, no podía haber sido socialista. Así, se nos dice que sus argumentos en «¿Por qué el socialismo?» contra «la desigualdad de ingresos y la explotación de los económicamente vulnerables», que atribuyó al sistema capitalista, si se «contextualizan adecuadamente«, podrían verse como pertenecientes «al objetivo liberal tradicional de la autorrealización del individuo», relacionado con los derechos democráticos, en lugar de constituir, como pensaba el propio Einstein, argumentos a favor del socialismodemocrático66.

Volviendo a la cuestión de los intelectuales y la clase obrera, los defensores de una «contextualización adecuada» de la política de Einstein proclaman que, como intelectual, no tenía experiencia directa con las condiciones de la clase obrera ni con la propia clase obrera, y que por tanto necesariamente «depositaba su fe en los llamamientos a la razón de una intelligentsia liberal», como si la fe en los llamamientos a la razón de una intelligentsia socialista estuviera simplemente fuera de su alcance.67 Aunque Einstein no estaba directamente relacionado con la clase obrera, estaba rodeado de socialistas, muchos de los cuales sí lo estaban.

En un nuevo intento de dar la vuelta a la política de Einstein, la directa declaración de Nathan de que Einstein era socialista debido a su profundo compromiso con el igualitarismo es objeto de un feroz ataque por parte de Rowe y Schulmann. Afirman que Nathan, a pesar de su estrecha amistad con Einstein, confundió el verdadero carácter del gran hombre, que en realidad era propenso a un «ferviente elitismo «68.

Por último, se sugiere sutilmente que una «contextualización adecuada» de las opiniones de Einstein en «¿Por qué el socialismo?» le vería como un «filósofo moral» ingenuo, incapaz de encontrar su camino en el mundo real de la política, lo que le llevaría a su utópica defensa de un futuro socialista al tiempo que desmentía sus propias tendencias liberales innatas.69

No sólo se somete así a Einstein (junto con Nathan) a la «contextualización adecuada» de Rowe y Schulmann, sino también a la publicación en la que apareció «¿Por qué el socialismo?», Monthly Review. Rowe y Schulmann alegan que los editores de Monthly Review, Huberman y Sweezy (y Nathan entre bastidores) «intentaron apropiarse» de Einstein para sus propios fines izquierdistas publicando «¿Por qué socialismo?» «a bombo y platillo» en mayo de 1949. Sin embargo, lejos de la «gran fanfarria», el único comentario sobre Einstein o su artículo en el número inaugural de Monthly Review en el que apareció su artículo fue una sola línea que identificaba al autor: «Albert Einstein es el físico más famoso del mundo «70. Su artículo no ocupó un lugar destacado dentro de la revista, ya que iba seguido de dos importantes editoriales, ni fue destacado en la portada. En lugar de apropiárselo «a bombo y platillo», se podría criticar razonablemente a los editores de Monthly Review por haber subestimado la importancia capital del ensayo de Einstein.

La sensación que los distinguidos editores de Einstein on Politics querrían sin duda transmitir es que Einstein estaba lejos de ser un participante voluntario en todo esto. Sin embargo, esta opinión queda desmentida por sus estrechas relaciones con Nathan; sus conexiones indirectas con Sweezy en la planificación de Brandeis; el papel destacado que desempeñaron Huberman, Sweezy y Einstein en la campaña de Wallace; y el párrafo final de su artículo, que indica un fuerte apoyo a la nueva revista.

No contentos con estas acusaciones, Rowe y Schulmann declaran, como si quisieran poner en entredicho la «apropiación» de su ensayo, que el artículo de Einstein había sido reimpreso por Monthly Review «todos los años» a lo largo de su historia. Sin embargo, a lo largo de los cincuenta y ocho años de publicación de la revista mensual, en el momento en que Rose y Schulmann escribían, el artículo de Einstein sólo se había reimpreso en sus páginas ocho veces, aproximadamente una vez cada sieteaños71.

La lucha política constante por el socialismo

La defensa del socialismo por parte de Einstein era totalmente incompatible con sus posiciones sobre la educación, el racismo, el colonialismo y la paz. Las críticas en relación con sus planes para la Universidad Brandeis, sus compromisos socialistas y su carta a Laski han continuado en este siglo.72 Sin embargo, en general, Brandeis ha preferido restar importancia al conflicto político, presentando a Einstein como una figura magnánima que participó en la fundación de la universidad y dando a entender su apoyo continuo para utilizar mejor su nombre.73

Einstein casi siempre declinaba educadamente las ofertas de universidades para concederle títulos honoríficos, no sólo porque eran muy numerosas, sino también porque se sentía incómodo con la naturaleza de la enseñanza superior en Estados Unidos.74 Pero cuando el primer presidente de Brandeis, Abram L. Sachar, le ofreció tal título honorífico en mayo de 1953, no envió su educada respuesta habitual, sino que explicó airadamente que «lo ocurrido en la etapa de preparación de la Universidad de Brandeis no se debió a un malentendido», sino que fue engañoso e inconcebible «y ya no se puede reparar». En una respuesta anterior, en julio de 1949, a una insinuación de Sachar, se refirió a «la desconfianza y falsedad de algunos miembros del Consejo de Administración», que le habían llevado a cortar toda relación con la universidad.75

Sin embargo, aunque Einstein deploraba la forma en que las universidades de Estados Unidos, incluida Brandeis, estaban gobernadas por intereses empresariales y políticos elitistas, estaba dispuesto a aceptar ese título honorífico en 1946 de la pequeña Universidad Lincoln de Pensilvania, históricamente negra, que, cuando se fundó en 1854, fue la primera institución de su clase. En su discurso de aquella ocasión, recogido por el Baltimore Afro-American (la gran prensa en general ignoró su discurso), Einstein dijo: «Mi viaje a esta institución fue en nombre de una causa que merece la pena. En Estados Unidos existe una separación entre la gente de color y los blancos. Esa separación [segregación] no es una enfermedad de la gente de color. Es una enfermedad de los blancos. No pienso quedarme callado al respecto». En un artículo estrechamente relacionado en enero de 1946 sobre «La cuestión negra», Einstein declaró: «La perspectiva social de los estadounidenses… su sentido de la igualdad y la dignidad humana se limita a los hombres de piel blanca….. Cuanto más americano me siento, más me duele esta situación. Sólo puedo escapar a la complicidad en ella denunciándola». En respuesta a la oleada nacional de linchamientos de ese año, se unió a Robeson como copresidente de la American Crusade to End Lynching (Cruzada Estadounidense para Acabar con los Linchamientos), a pesar de que el FBI la consideraba una organización de frente comunista.76

En 1951, el gobierno federal acusó a Du Bois, entonces presidente del Centro de Información para la Paz con sede en Estados Unidos, junto con otros cuatro directivos del Centro, por no haberse registrado como «agentes extranjeros». El Centro de Información para la Paz fue acusado de haber difundido el Llamamiento de Estocolmo de 1950 del Consejo Mundial por la Paz, que fue clasificado por las autoridades estadounidenses como una organización de fachada soviética.77 El Llamamiento de Estocolmo tenía como objetivo prohibir las armas nucleares y fue firmado por varios millones de personas. En el tribunal federal, Du Bois fue defendido por el fogoso abogado radical y congresista Marcantonio.78 Einstein había aceptado testificar a favor de Du Bois, pero Marcantonio, para conseguir el máximo efecto, retuvo esta información hasta el último momento, cuando estaba a punto de llamar a los testigos de la defensa. Como la esposa de Du Bois, Shirley Graham Du Bois, recordó ese día en el tribunal:  La fiscalía presentó su caso durante la mañana del 20 de noviembre…. Marcantonio… dijo al juez que sólo se presentaría un testigo de la defensa, el Dr. Du Bois. [Pero] Marcantonio añadió casualmente al juez: «El Dr. Albert Einstein se ha ofrecido a comparecer como testigo de carácter del Dr. Du Bois». El juez [Matthew F.] McGuire miró fijamente a Marcantonio y levantó la sesión para almorzar. Cuando el tribunal se reanudó, el juez McGuire… concedió la moción de absolución.79

Estaba claro que la publicidad internacional que habría supuesto subir a Einstein al estrado en defensa de Du Bois era demasiado para el juez, que desestimó el caso por falta de pruebas, incluso antes de que Einstein pudiera subir al estrado.80

Einstein deploraba el imperialismo estadounidense. Como escribió a la Reina Madre de Bélgica, Elisabeth, en 1955: «No puedo librarme de la idea de que ésta, la última de mis patrias, ha inventado para su propio uso un nuevo tipo de colonialismo, menos llamativo que el colonialismo de la vieja Europa. Consigue dominar a otros países invirtiendo capital estadounidense en el extranjero, lo que hace que esos países dependan firmemente de Estados Unidos. Cualquiera que se oponga a esta política o a sus implicaciones es tratado como enemigo de Estados Unidos». Creía firmemente que Estados Unidos era el principal responsable de la tragedia de la guerra de Corea.81

El conocido compromiso de Einstein con el sionismo se utiliza a menudo como una forma de negar o eludir sus opiniones radicales y socialistas. Un artículo de Time titulado «La complicada relación de Einstein con el judaísmo», de Samuel Graydon, publicado el 19 de diciembre de 2023, en medio de la continua guerra israelí contra Gaza, afirmaba que Einstein era un sionista declarado y que «superó sus objeciones instintivas al elemento nacionalista inherente al movimiento, es decir, la creación de un Estado judío». Esto, sin embargo, es un mito creado casi inmediatamente después de su muerte, diseñado para ocultar laverdad82. En lugar de explorar a fondo la cuestión, lo que plantearía preguntas difíciles, el artículo de Time se desviaba rápidamente hacia los detalles de la inmigración de Einstein a Estados Unidos y su supuesto americanismo patriótico, a pesar de los ataques de McCarthy contra él, vinculando este americanismo de fábula con su «compromiso con la causa sionista», en la que, se nos dice, «no vaciló en sus últimos años.»83 De hecho, Einstein se opuso sistemáticamente a la creación de un «Estado judío» en Israel, abogando en su lugar por un Estado «binacional» que incluyera tanto a judíos como a palestinos, y por tanto era lo que se ha denominado un «sionista cultural» en contraposición a un «sionista político». Defendía que la inmigración judía debía limitarse a lo que fuera compatible con la integración pacífica de judíos y palestinos en una patriacomún84.

En el artículo de Time faltaba por completo cualquier referencia a la carta del 8 de diciembre de 1948 al New York Times, firmada por Einstein, Hannah Arendt, Sidney Hook, Seymour Melman y otros intelectuales judíos, en la que advertían del ascenso en Israel del Partido Herut («Libertad») de Menachem Begin, el progenitor del actual Likud de Benjamin Netanyahu. La carta de Einstein y sus cosignatarios caracterizaba al Partido de la Libertad de Begin como «un partido político estrechamente afín en su organización, métodos, filosofía política y atractivo social a los partidos nazi y fascista.»85 La destrucción casi total de Gaza por las Fuerzas de Defensa israelíes tras el diluvio de Al-Aqsa el 7 de octubre de 2024, que ha provocado, a fecha de abril de 2024, más de cien mil víctimas, entre ellas más de treinta mil muertos -la mayoría mujeres, niños y otros no combatientes- y un número varias veces superior de muertos por inanición, ha atraído de nuevo la atención mundial hacia la advertencia de Einstein sobre la evolución del Estado israelí.86

La principal preocupación de Einstein en sus últimos años fue la amenaza de aniquilación humana debida a las armas nucleares. En 1946 se convirtió en presidente del Comité de Emergencia de Científicos Atómicos (ECAS). Aparte de Einstein, todos los miembros del comité habían trabajado en el desarrollo de la bomba atómica. Muchos habían recibido el Premio Nobel. Sin embargo, el FBI incluyó al ECAS en la lista de grupos de fachada comunista, debido a sus esfuerzos por retirar el desarrollo atómico del ámbito militar y ponerlo bajo control internacional en un momento en que Estados Unidos aún tenía el monopolio de las armas nucleares.

6. Disuasión norcoreana

Creo que no os había pasado este artículo de Ritter. Aprovecho que lo publican traducido en La Haine para hacerlo. Un poco preocupante hablar con tanta tranquilidad de las posibilidades de un «ataque preventivo» norcoreano -lo que me recuerda aquella canción de la Movida: «qué harías tú en un ataque preventivo de la URSS«. Hoy doblete de Scott. https://www.lahaine.org/mundo.

Corea del Norte se desata
Scott Ritter
El desarrollo de una capacidad operativa de misiles hipersónicos de alcance intermedio por parte de Corea del Norte cambia drásticamente el equilibrio del poder occidental en la zona
A lo largo de la última década, Corea del Norte ha desarrollado una sólida capacidad autóctona de producción de misiles balísticos que ha dado lugar a una amplia gama de sistemas avanzados de armamento, incluidos misiles balísticos intercontinentales (ICBM) de corto y medio alcance, misiles lanzados desde submarinos y, más recientemente, misiles hipersónicos.
Armados con armas nucleares, estos misiles constituyen una disuasión creíble para los posibles adversarios regionales, incluidos EEUU, Corea del Sur y Japón. Aunque el principio de destrucción mutua asegurada impide a Corea del Norte aplicar una política de ataque nuclear preventivo, los avances en la tecnología de misiles, combinados con las nuevas capacidades de vigilancia por satélite de Corea del Norte, confieren a Pyongyang una capacidad de ataque convencional que muy probablemente podría derrotar a las actuales defensas estadounidenses contra misiles balísticos. EEUU y sus socios regionales deben tener en cuenta ahora la posibilidad de un ataque preventivo norcoreano que podría alterar el equilibrio estratégico de poder de un modo nunca previsto por Occidente.
Corea del Norte ha realizado algunos progresos significativos en su programa de misiles en los últimos meses. El 14 de enero realizó un lanzamiento de prueba de un misil balístico de combustible sólido de alcance intermedio de dos etapas cargado con una ojiva controlada de maniobra hipersónica. El objetivo de la prueba era verificar las características operativas de la ojiva y la fiabilidad de los motores cohete, que se cree que están compuestos por las dos primeras etapas del ICBM norcoreano de tres etapas Hwasong-18 de combustible sólido.
Posteriormente, el 20 de marzo, Corea del Norte realizó una prueba estática de un motor cohete de segunda etapa destinado a ser utilizado en el misil hipersónico Hwasong-16B. Esta prueba pretendía confirmar el rendimiento de su segunda etapa. A diferencia de un misil balístico convencional, que utiliza las características del movimiento parabólico definido por el efecto de la gravedad terrestre sobre un objeto para alcanzar un objetivo designado (a menudo a velocidades varias veces superiores a la velocidad del sonido), un misil hipersónico utiliza la potencia de su sistema de propulsión, independiente de las fuerzas gravitatorias, para alcanzar velocidades superiores a cinco veces la velocidad del sonido (el límite inferior de lo que puede clasificarse como velocidad hipersónica).
A continuación, el 2 de abril, se lanzó un misil de alcance intermedio Hwongsong-16B equipado con la ojiva hipersónica maniobrable controlada que se había probado en vuelo el 14 de enero. Este misil utilizó el cohete propulsor sólido del ICBM Hwongsong-18, la segunda etapa con capacidad hipersónica que había sido probada estáticamente el 20 de marzo y la nueva ojiva maniobrable que, combinadas, confieren a Corea del Norte una capacidad operativa de misiles hipersónicos de alcance intermedio.
UN LOGRO IMPRESIONANTE
Aunque EEUU y Corea del Sur han cuestionado algunas de las características de rendimiento citadas por Corea del Norte en relación con la prueba del Hwasong-16B, lo cierto es que el rápido ritmo de las pruebas en cuestión y la capacidad de Corea del Norte para integrar a la perfección los sistemas en una plataforma operativa es un logro impresionante; de hecho, tan impresionante que cabe preguntarse si Corea del Norte recibió ayuda externa de Rusia, China o ambas.
Aunque Corea del Norte ya había probado un misil hipersónico de alcance intermedio en 2021, ese sistema utilizaba combustible líquido. El combustible líquido, debido a su naturaleza altamente corrosiva, no puede cargarse en la célula de un misil hasta justo antes del lanzamiento. Esto aumenta el tiempo de reacción del arma y la hace vulnerable a la detección e interdicción durante el proceso de carga de combustible. Los misiles de combustible sólido no tienen este problema, pueden lanzarse sin preparación previa, lo que aumenta la amenaza que suponen estas armas y su capacidad de supervivencia en un campo de batalla moderno.
A lo largo de más de una década, Corea del Norte ha desarrollado una serie de misiles balísticos, incluidos sistemas de alcance corto, intermedio e intercontinental, así como misiles que pueden lanzarse desde submarinos. La principal amenaza que suponen estos misiles para cualquier adversario potencial, como EEUU, Japón y Corea del Sur, es su papel como vector de un arma nuclear norcoreana.
Sin embargo, la capacidad nuclear de Corea del Norte es ampliamente reconocida como parte de una política más amplia de disuasión, en lugar de representar una amenaza de primer ataque. Corea del Norte es consciente de la capacidad nuclear de EEUU y de que cualquier uso de armas nucleares por parte de Corea del Norte provocaría una respuesta nuclear que la destruiría como nación viable.
El aspecto de destrucción mutua asegurada de este equilibrio de poder pretende prevenir cualquier primer ataque no nuclear por parte de EEUU y sus aliados regionales destinado a «decapitar» a los dirigentes norcoreanos, algo que EEUU y Corea del Sur no sólo han anunciado que forma parte de su abanico de opciones militares respecto a Corea del Norte, sino que también se pone a prueba regularmente en ejercicios de entrenamiento conjuntos.
EQUILIBRIO DE PODER
El desarrollo de una capacidad operativa de misiles hipersónicos de alcance intermedio por parte de Corea del Norte cambia drásticamente este equilibrio de poder. La capacidad de lanzar con poca antelación un sistema de armas que puede alcanzar su objetivo en cuestión de minutos, eludiendo al mismo tiempo los sistemas de defensa contra misiles balísticos existentes, combinada con las capacidades de vigilancia por satélite de Corea del Norte que permiten una rápida identificación del objetivo, da a Corea del Norte la posibilidad de lanzar su propio ataque preventivo convencional.
Un ataque de este tipo, si se lleva a cabo contra aeródromos, puertos e instalaciones de mando y control, podría paralizar las capacidades militares de EEUU, Corea del Sur y Japón antes de una posible invasión de Corea del Sur. El arsenal nuclear de Corea del Norte impediría una respuesta nuclear estadounidense, creando un posible escenario en el que Corea del Norte podría derrotar a las fuerzas estadounidenses y surcoreanas en la península coreana.
EEUU ha restado importancia a la amenaza que suponen los misiles de Corea del Norte -incluida su nueva arma hipersónica- citando las capacidades de defensa contra misiles balísticos que tiene en la región, junto con las de Corea del Sur y Japón. La arquitectura de defensa contra misiles balísticos que EEUU ha desplegado en la región incluye avanzados radares terrestres, entre ellos el radar de banda X AN/TPY-2, y los más modernos interceptores de misiles del arsenal estadounidense, como el THAAD y el Patriot 3. A estos sistemas se suman los buques de la armada estadounidense y japonesa equipados con sistemas Aegis, radares avanzados de banda S y modernos interceptores de misiles SM-3. Estos sistemas están conectados a una arquitectura global de defensa contra misiles balísticos que incorpora satélites y otras tecnologías para proporcionar a EEUU, Corea del Sur y Japón la capacidad de detectar cualquier lanzamiento de misiles norcoreanos, rastrear el misil en vuelo y supuestamente destruirlo antes de que pueda alcanzar el objetivo previsto.
LECCIONES SOBRE MISILES EN ORIENTE MEDIO
El problema de la postura estadounidense es que el reciente ataque con misiles de Irán contra Israel ha demostrado que la arquitectura de defensa contra misiles balísticos en la que confía EEUU para la defensa de la península de Corea y la región circundante es falible. En Israel, EEUU desplegó una arquitectura de defensa contra misiles balísticos que incorporaba todos los sistemas de que dispone en Corea del Sur, Japón y las regiones circundantes. La arquitectura israelí se reforzó aún más con un amplio escudo de defensa balística desarrollado conjuntamente por EEUU e Israel.
El número de misiles iraníes que atravesaron el escudo antimisiles para alcanzar objetivos dentro de Israel es indeterminado en este momento, pero superior a los cinco reconocidos oficialmente. Los misiles iraníes -aunque a una generación de distancia del nuevo misil hipersónico norcoreano- empleaban ojivas de maniobra y ojivas equipadas con señuelos para burlar la arquitectura estadounidense-israelí de defensa contra misiles balísticos. Los planificadores militares estadounidenses, y los de sus aliados que confían en los sistemas de defensa antimisiles estadounidenses para su protección, deben reevaluar los supuestos operativos basados en la noción de una protección que no puede garantizarse.

7. Testimonio de un médico de origen palestino

Aprovecho este artículo de Abu-Sitta para recordar que a este doctor, que acaba de ser elegido rector de la Universidad de Glasgow, se le ha prohibido la entrada en Alemania y Francia -de hecho, en toda la zona Schengen-. Lo que sucede cuando un testigo incómodo coincide con una escalada represiva en Europa. https://www.aljazeera.com/ La vergüenza para Alemania, que es quien ha impulsado la prohibición, es ya infinita. https://www.aljazeera.com/

Pasé 43 días en los hospitales de Gaza, ahora destruidos. Mi mente sigue allí.
A pesar de estar a miles de kilómetros de distancia, pienso constantemente en mis pacientes de Gaza y me pregunto: ¿Habrán sobrevivido? ¿Estarán vivos?
Ghassan Abu-Sitta

El Dr. Ghassan Abu-Sittah es codirector del Programa de Medicina de Conflictos de la Universidad Americana de Beirut. Publicado el 3 de mayo de 2024

Llegué a Rafah en la madrugada del 9 de octubre y me dirigí a la casa de mi familia en la ciudad de Gaza en medio de intensos ataques aéreos israelíes. Al día siguiente, caminé con mi primo hasta el Hospital al-Shifa para empezar a trabajar, sin darme cuenta de que sería el comienzo de una pesadilla de 43 días.
Durante esos 43 días, pasé de un hospital a otro, incluido el Hospital al-Ahli (Bautista). Fundado en 1882, es uno de los hospitales más antiguos de Gaza y está gestionado por la Iglesia Anglicana.
Israel amenazó con atacar el centro, pero los médicos y el resto del personal sanitario decidieron desde el principio que no evacuaríamos ni abandonaríamos a nuestros pacientes.
El 17 de octubre, me encontraba entre intervenciones quirúrgicas cuando oí el chirrido de un misil que se acercaba, seguido del fuerte y cacofónico sonido del impacto.
Cuando salí al pasillo, vi el patio del hospital envuelto en un infierno; las ambulancias y los coches estaban ardiendo. Un hombre sangraba profusamente por el cuello y tuve que aplicarle presión hasta que llegó la ambulancia para llevarnos a al-Shifa. Más tarde, mientras caminábamos por el patio, vi cadáveres y partes de cuerpos por todas partes, incluido un pequeño brazo que pertenecía claramente a un niño.
A pesar de su conexión con Gran Bretaña y de las garantías dadas por el obispo de Inglaterra de que se salvaría de la destrucción, el Hospital al-Ahli fue alcanzado.
Este incidente sirvió como prueba de fuego para lo que estaba por venir: La guerra total de Israel contra la infraestructura sanitaria de Gaza.
Tras el ataque contra Al Ahli, del que nadie rindió cuentas, las piezas del dominó empezaron a caer rápidamente. Los hospitales fueron atacados uno tras otro. Se hizo evidente que los ataques eran sistémicos.
Rápidamente nos quedamos sin morfina ni ketamina y recurrimos desesperadamente al paracetamol intravenoso como analgésico, ya que no había nada más disponible. Las víctimas de la guerra genocida de Israel contra Gaza, entre ellas decenas de miles de niños, fueron sometidas a procedimientos extremadamente dolorosos sin anestesia; parecía un crimen realizar estos procedimientos. Es indescriptiblemente desgarrador oír a los niños gritar por el dolor que les estás causando, incluso cuando sabes que sólo intentas salvarles la vida.
Una niña en particular, de sólo nueve años, tenía el cuerpo cubierto de heridas de metralla. Yo la había operado, pero por el tipo de herida había que desinfectarla cada 36 horas para mantenerla con vida. Hablé con su padre y le expliqué que su temperatura estaba subiendo y que la infección se estaba extendiendo a su sangre y matándola lentamente. Sin morfina ni ketamina, la única opción era desinfectar las numerosas heridas que tenía cada 36 horas sin suficiente analgésico. Ella gritaba de dolor, su padre lloraba y yo también lloraba.
He tratado muchas lesiones causadas por bombas químicas, que convierten el cuerpo humano en un queso suizo. Las partículas químicas siguen ardiendo a través de la piel mientras pueden acceder al oxígeno, y vuelven a encenderse cuando se exponen de nuevo al oxígeno. El primer niño de 13 años que traté en el actual ataque a Gaza tenía quemaduras químicas hasta los huesos. Desde el principio tuve que aceptar que, debido a las condiciones en las que nos encontrábamos y a las lesiones que estábamos tratando, las tasas de supervivencia entre los heridos serían muy bajas.
Tomar la decisión de marcharme fue una de las decisiones más difíciles que he tenido que tomar, psicológica y físicamente, en toda mi vida. Cuando ya no pudimos realizar operaciones en el norte, decidí dirigirme al sur, con la esperanza de que los quirófanos de allí siguieran funcionando. Caminé durante seis horas y vi escenas inimaginablemente horribles de destrucción masiva, cadáveres y partes de cuerpos. Cuando llegué al campo de Nuseirat, me di cuenta de que la situación no era mejor. No faltaban cirujanos, pero sí equipos médicos y electricidad. Al darme cuenta de que los hospitales no podían funcionar, tuve que aceptar que no podía hacer nada más por Gaza mientras estuviera allí.
Ahora estoy a miles de kilómetros, pero mi mente sigue atrapada en Gaza. Pienso en mis pacientes todo el tiempo. Pienso en sus caras, sus nombres y las conversaciones que compartimos. Ocupan mis pensamientos con regularidad, y me pregunto: ¿Siguen vivos o sucumbieron a sus heridas o al hambre? Estoy atrapado en el día en que tuve que amputar a seis niños. Estoy atrapado en los días que tuve que trabajar tras recibir la noticia de que habían matado a compañeros a los que había visto o con los que había trabajado horas antes.
Después de más de 200 días de este genocidio, sigo pensando «seguramente ya lo hemos visto todo», y entonces se descubre una nueva atrocidad. Los hospitales se han convertido en escombros. Se han convertido en fosas comunes de palestinos asesinados a sangre fría por las fuerzas israelíes, con las manos atadas a la espalda. Los atroces crímenes cometidos en los hospitales Al Shifa y Nasser se retransmitieron en directo a nuestras pantallas, pero el mundo observó en silencio. Israel no ha tenido que rendir cuentas. Los países y las instituciones académicas siguen apoyando y defendiendo a Israel. Muchos siguen proporcionándole armas.
Completé mis estudios de medicina en la Universidad de Glasgow, irónicamente uno de los mayores inversores académicos en empresas que siguen vendiendo armas a Israel. Decidí volver a mi alma mater y presentarme a las elecciones para el cargo de rector porque sabía que la postura de la universidad respecto a Israel no reflejaba las opiniones de sus estudiantes, que en su inmensa mayoría querían poner fin a la complicidad de la institución en la matanza masiva de palestinos. Gané las elecciones con un aplastante 80% de los votos, y los estudiantes me dieron la bienvenida a mi nuevo cargo con una avalancha de amor y apoyo.
A raíz de mi victoria, mis apariciones en los medios de comunicación y mis llamamientos a la rendición de cuentas y la justicia, he sido objeto de varias campañas de desprestigio y objeto de varios artículos que hacen afirmaciones infundadas sobre mí. Incluso me negaron la entrada en Alemania, me detuvieron durante tres horas y finalmente me deportaron. Iba allí simplemente a hablar en una conferencia.
No puedo comprender el horror del momento en que vivimos. Se está produciendo un genocidio en directo por televisión, un genocidio del que son cómplices muchos Estados, políticos e instituciones respetadas.
Más de 34.000 palestinos han sido asesinados por Israel, muchos más han quedado mutilados y Gaza ha sido bombardeada hasta quedar reducida a escombros. Israel afirma que seguirá adelante con su proyectada invasión terrestre de Rafah, que será desastrosa para cientos de miles de personas refugiadas allí. Se han abierto múltiples causas contra Israel y sus aliados en el Tribunal Internacional de Justicia. Sin embargo, Israel sigue actuando con una sensación de total impunidad.
Israel ha desmantelado todos los aspectos de la vida en Gaza: destruyendo panaderías, escuelas, mezquitas e iglesias; bloqueando la ayuda humanitaria y restringiendo la electricidad. Lo ha hecho para garantizar que Gaza sea inhabitable incluso después de un alto el fuego. Cuando los soldados israelíes irrumpieron por primera vez en el hospital Al Shifa, destruyeron los equipos médicos y la maquinaria para asegurarse de que el hospital no pudiera funcionar. Ahora, poco queda del propio hospital.
A pesar de estar a miles de kilómetros de distancia, mi corazón y mi mente permanecen en Gaza y, para consternación de los animadores del genocidio, nunca dejaré de defender la justicia y la rendición de cuentas.

8. El futuro de Marwan Barghouti

Según Middle East Eye, mientras Hamás insiste en incluir a Marwan Barghouti en el intercambio de rehenes que está negociando con Israel, la Autoridad Palestina -la OLP- se opone. Ver para creer. https://www.middleeasteye.net/

Funcionarios de la Autoridad Palestina se oponen a la liberación de Marwan Barghouti, según una fuente

Majid Faraj y Hussein al-Sheikh habrían solicitado que se excluya al líder de Fatah del posible acuerdo de canje entre Israel y Hamás, según una fuente.

Altos cargos de la Autoridad Palestina (AP) han solicitado a los mediadores que el líder de Fatah, Marwan Barghouti, sea excluido de un posible acuerdo de canje de prisioneros entre Israel y Hamás, según ha informado una fuente a Middle East Eye.

Una fuente familiarizada con las negociaciones dijo a MEE el domingo que la petición fue hecha por Majid Faraj, director de la inteligencia general palestina, y Hussein al-Sheikh, secretario general del comité ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

La fuente añadió que altos dirigentes de la AP creían que la liberación de Barghouti amenazaría el liderazgo del presidente de la AP, Mahmoud Abbas.

Según la fuente, Estados Unidos, uno de los tres mediadores que participan en las negociaciones indirectas de alto el fuego en Gaza, habría acordado eliminar el nombre de Barghouti de las posibles listas que se espera que presente Hamás.

Citando fuentes anónimas, el sitio de noticias Arabi21, con sede en Londres, informó en marzo de que tanto Estados Unidos como Israel se oponían a la liberación de Barghouti.

MEE se puso en contacto con la Casa Blanca y el Departamento de Estado para saber si se oponían a la excarcelación de Barghouti o a la de otros funcionarios palestinos condenados en tribunales israelíes por asesinar a israelíes, pero no recibió respuesta al cierre de esta edición.

Barghouti, encarcelado por Israel desde 2002, es una de las figuras más populares de Al Fatah en Cisjordania y Gaza. Según una encuesta reciente del Centro Palestino de Investigación de Políticas y Encuestas, Barghouti, de 64 años, ganaría con claridad unas elecciones contra Abbas, de 88 años.

Barghouti cumple actualmente cadena perpetua por su participación en mortíferos actos de resistencia armada contra Israel durante la Segunda Intifada que comenzó en 2000.

La fuente declaró a MEE que Hamás había dicho que insistiría en la liberación de Barghouti y de otras destacadas figuras palestinas encarceladas. Sin embargo, las conversaciones no han llegado a la fase en la que se intercambian nombres y listas, añadió la fuente.

En medio de las conversaciones sobre la tregua, el líder de Hamás, Ismail Haniyeh, declaró que el grupo palestino estaba deseoso de alcanzar un alto el fuego general que pusiera fin a la «agresión» israelí, garantizara la retirada de Israel de Gaza y lograra un acuerdo serio de intercambio de rehenes.

Sin embargo, a primera hora del domingo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, endureció su rechazo a las exigencias de Hamás de poner fin a la guerra, afirmando que eso mantendría al grupo en el poder y supondría una amenaza para la seguridad de Israel.

En su declaración, Haniyeh culpó a Netanyahu de «la continuación de la agresión y la ampliación del círculo del conflicto, y de sabotear los esfuerzos realizados a través de los mediadores y diversas partes».

Abusos contra Barghouti

Estados Unidos, Egipto y Qatar llevan meses mediando en las negociaciones indirectas entre Israel y Hamás para lograr un alto el fuego en Gaza y un acuerdo de intercambio de prisioneros.

Hamás ha insistido en que cualquier posible acuerdo debe incluir el fin permanente de la guerra, mientras que Israel sólo busca una pausa temporal.

El 7 de octubre, el grupo palestino lanzó un ataque por sorpresa contra Israel que se saldó con unos 1.200 muertos y 240 cautivos, según las autoridades israelíes.

En respuesta, Israel lanzó una devastadora campaña de bombardeos, invasión terrestre y asedio de Gaza, matando al menos a 34.500 personas y provocando una crisis humanitaria, según funcionarios palestinos y de la ONU.

Desde el comienzo de la guerra, Israel también ha emprendido una represión masiva en Cisjordania ocupada, matando a cientos de personas y deteniendo a miles.

Según grupos de derechos humanos, al menos 9.500 palestinos están recluidos actualmente en cárceles israelíes, mientras que otros 5.000 palestinos fueron detenidos en Gaza y trasladados a lugares no revelados.
También se ha acusado a las autoridades penitenciarias israelíes de intensificar las medidas punitivas contra los presos palestinos desde el 7 de octubre, incluida la
aplicada a Barghouti.

Las medidas incluían torturas, palizas y negación de alimentos. Al menos 10 palestinos han muerto bajo custodia en esas circunstancias.

A principios de este año, hubo informes de que Barghouti, que fue trasladado a régimen de aislamiento tras los atentados del 7 de octubre, había recibido fuertes palizas en su celda de la prisión de Ayalon-Ramla.

Al parecer, Estados Unidos pidió a Israel que investigara las denuncias, lo que el servicio penitenciario israelí negó.

La familia de Barghouti también ha afirmado que en los últimos meses se ha enfrentado a un aumento de los malos tratos. Su hermano menor, Muqbel, declaró el viernes al Globe and Mail que, a pesar de los malos tratos denunciados, Barghouti no sufriría intentos de intimidación.

«No es una opción electiva para ellos: los israelíes se verán obligados a liberarlo», dijo, refiriéndose a las negociaciones de alto el fuego.

Añadió que su hermano tiene intención de regresar a Cisjordania ocupada y que no aceptaría un acuerdo por el que se le exiliara.

MEE se puso en contacto con la AP y la OLP para solicitar comentarios, pero no recibió respuesta en el momento de la publicación.

9. El problema de la subjetividad transformadora

Doctores tiene esta pequeña iglesia nuestra, así que espero que quizá podáis iluminarme un poco sobre las posibilidades de agencia de este juego de la contingencia y la necesidad que propone este autor, y he de reconocer que no entiendo muy bien qué significa. https://jacobinlat.com/2024/

Más allá de la «lógica del capital»

Facundo Nahuel Martín

Para algunas corrientes marxistas, el capital es una relación social que engloba dentro de sí al conjunto de la sociedad, la historia y la subjetividad. En un concepto tal, ¿cuál es el papel de la crítica o la acción humana? ¿Cómo es posible el cambio histórico? En realidad, es necesario entender de otra forma la caracterización marxista del capitalismo.

El artículo que sigue pertenece al #8 de Revista Jacobin, «Economía política de la crisis». El número completo está disponible aquí.
A menudo se acusa al marxismo de negar el rol de la agencia y la subjetividad en la historia. El marxismo ortodoxo, sobre todo bajo la forma del diamat soviético, fue un determinismo económico (o tecnológico) fuerte, basado en una filosofía de la historia eurocéntrica con una idea problemática del progreso. Para esta versión del materialismo histórico, en efecto, todas las sociedades deberían atravesar la misma evolución temporal, moviéndose inevitablemente desde el comunismo primitivo hasta el socialismo, pasando por los modos de producción esclavista y feudal en una serie ascendente y preordenada. Esta visión «teleológica» no solo excluía la diversidad cultural y la singularidad social, sino que minimizaba el papel de la acción humana en la historia. Si el desarrollo histórico está decidido, y la venida del socialismo es una necesidad histórica objetiva, ¿para qué pelear por la revolución?

Al menos desde los años ‘60 del siglo pasado, aparece una serie de nuevas lecturas de Marx que rompen con la filosofía progresista de la historia. Estas nuevas teorías se concentran, en cambio, en la especificidad histórica del capital como forma social. Corrientes como la Neue-Marx Lektüre (Backhaus, Reichelt, Heinrich, Elbe) y la Wertkritik (Kurz, Trenkle, Scholz, Jappe) alemanas, la «lectura categorial» desarrollada por Postone, la «nueva dialéctica» de Arthur, entre otras, enfatizan que las formas sociales capitalistas son históricamente determinadas y no estaban llamadas a surgir por una necesidad histórica previa. En el capitalismo, las personas somos «dominadas por abstracciones», o el nexo social está constituido por las formas abstractas, ciegas e impersonales del capital, el valor y la mercancía. Solo bajo la égida del capital aparece una lógica social objetiva que estructura lo social en sentido de totalidad. Pero el surgimiento de esas formas sociales abstractas fue contingente: podría no haber ocurrido. Las nuevas lecturas de Marx, con todas sus diferencias, tienen un denominador común: estudian la «lógica del capital» como un sistema sincrónico de conexiones fundamentalmente internas como las que encontramos entre el valor, la mercancía y el capital. Un rasgo de estas lecturas es que leen a la sociedad moderna como el «sistema del capital», como un plexo de relaciones internas entre categorías sociales abstractas fuertemente articuladas en un orden lógico-estructural.

Ahora bien, el problema de la agencia y la contingencia reaparece también en el contexto de las nuevas lecturas marxianas, aunque planteado en términos de especificidad histórica. Si la lógica del capital como «sujeto automático» configura un sistema cerrado, ¿cómo es posible criticarla y, eventualmente, superarla?

¿Cómo es posible la crítica del capitalismo?
En otras palabras, en las nuevas lecturas reaparece un viejo debate marxista sobre cuán «internamente compleja» es la sociedad capitalista. ¿Todo lo que pasa en la sociedad capitalista tiene que derivarse «dialécticamente» de la forma valor y la acumulación? ¿Todas las dimensiones objetivas y subjetivas de nuestra realidad presente son momentos mediatos de la lógica del capital? Hay aspectos muy importantes de la realidad que no parece que admitan una derivación dialéctica semejante. Dramáticos procesos en curso, como el calentamiento global o la extinción de especies, no surgen solamente de la dinámica del capital y sus mediaciones internas. Para explicarlos necesitamos, entre otras cosas, una teoría interdisciplinaria sobre cómo interaccionan procesos realmente diferentes, como el ciclo del capital y la estabilidad biosférica o ecosistémica. Cuando el capital choca con la estabilidad ambiental, nos enfrentamos a «contradicciones» muy diferentes de las que caracterizan a la caída de la tasa de ganancia o la sobreproducción. Las crisis ambientales son causadas por el choque exterior, la oposición real, entre el capital y la naturaleza.

Se suele decir que Marx no nos legó una teoría de la política, la acción y la transformación social de la magnitud, densidad conceptual y articulación intelectual de su crítica madura de la economía política. Esta «falta en el origen» de la tradición no se refiere solamente a la teoría del estado, sino también al más fundamental problema de la subjetividad. Sin una teoría del sujeto, la crítica del capitalismo permanece en el plano estructural. Las estructuras sociales delimitan posibilidades y constricciones histórico-objetivas para la acción humana. Las posibilidades reales, efectivas de la acción no son producto de una agencia subjetiva abstracta, separada del mundo, sino de determinaciones objetivas que enmarcan y constituyen al sujeto. La idea misma de subjetividad es materialista en este sentido. Cuando hablamos de subjetividad nos referimos a un sujeto descentrado, que no tiene soberanía pura sobre sí mismo porque es constituido por contextos estructurales (sociales, simbólicos, técnicos y hasta biológicos) que lo enmarcan o exceden.

Ahora bien, en la propia tradición marxista no hemos logrado una posición superadora sobre el problema de cómo se constituye y de dónde surge la subjetividad transformadora. Falta explicar el paso de la dimensión estructural-objetiva a la acción efectiva. En otras palabras: ¿cómo se constituye la subjetividad crítica, transformadora y potencialmente revolucionaria? ¿Cómo es posible el cambio histórico en la sociedad capitalista?

La crítica antagónica del capitalismo
Desde mi punto de vista, existen dos grandes respuestas a la pregunta de arriba en el marxismo contemporáneo: la respuesta antagónica y la respuesta inmanente estricta. Para las corrientes antagónicas, como el marxismo abierto (Bonefeld, Holloway), el operaismo (Negri) y parte del marxismo latinoamericano (Dussel, Echeverría), el punto de vista de la crítica social se explica porque existe un elemento parcialmente externo al capital. Este elemento externo, no del todo subsumido, tiene varios rostros posibles: la subjetividad proletaria, las formas de sociabilidad comunitaria que resisten la desposesión, la política de los sectores subalternos y, también, la vida en contradicción con el capital. Estas corrientes afirman que la forma valor y el capital no totalizan a la sociedad. Existen elementos subordinados a la forma valor, pero que no son producidos por ella. Esos elementos solo se amoldan en la totalidad capitalista de manera incompleta y abierta a disputa.

Llamo a esta perspectiva crítica antagónica del capital porque se funda en el antagonismo irreductible entre el capital y ese otro (no del todo) subsumido. Casi toda la crítica marxiana es inmanente en un sentido muy amplio. Es una crítica que parte de sociedad capitalista constituida, y no de postulados normativos formales o ajenos a las condiciones encarnadas de la práctica. Sin embargo, para estos teóricos hay dimensiones de la subjetividad que son parte de la sociedad capitalista pero son externas al capital, no son meros atributos de la acumulación y no son constituidas por la forma valor. Esta clase de crítica es inmanente en relación con la sociedad capitalista compleja y abierta, pero se funda en «entidades» parcialmente externas a los mecanismos de la valorización. Antonio Negri es tal vez el marxista que más enfatizó esta exterioridad parcial: «insistamos una vez más en la autonomía de los factores que se presentan en la síntesis. La separación del trabajo como capacidad, como valor de uso inmediato, es radical: su relación con el valor, es decir, con el mando, la propiedad, el capital, es inmediatamente forzada» (1991, p. 68).

La autonomía de clase es una cuestión ontológica, de independencia existencial entre el trabajo y el capital. Por usar la terminología de Enrique Dussel (1988), el «trabajo vivo» es exterior al valor y no se identifica con el trabajo asalariado, el trabajo subordinado al capital. La subjetividad incorporada del trabajo vivo no es creada por el capital y debe ser subsumida por él cada vez. En los términos más universales de la economía feminista, hay una contradicción fundamental entre vida y capital (como dice Amaia Pérez Orozco). Por decirlo con Bolívar Echeverría, la forma natural de producción, el trabajo concreto que crea valores de uso, está subordinada a la forma valor, pero no es creada por ésta. Subsumir es imponer una norma sobre una exterioridad: no es crear ni producir, sino subordinar y obligar. Las resistencias a la subsunción son, entonces, lo que hace posible la crítica del capital, en términos teóricos, y su eventual superación, en términos prácticos.

La crítica inmanente estricta
Existe un segundo grupo de teóricos, que podríamos llamar críticos inmanentes estrictos. Esta crítica es inmanente en sentido estricto porque no solo explica sus categorías analíticas a partir de la objetividad de la sociedad capitalista (este punto es compartido por las dos corrientes), sino que también atribuye las potencias de transformación social a la subjetividad subsumida por el capital. Las potencias del cambio social no se basan en restos de subjetividad no subsumida, sino en la subjetividad subsumida por el capital. Moishe Postone es particularmente claro al respecto:

El enfoque que esbozaré no niega la existencia o la importancia de las tendencias no capitalistas residuales, que pueden introducir cierta heterogeneidad en el orden dominante y promover una distancia crítica hacia él; pero sí proporciona la base para una crítica de aquellos intentos teóricos que se centran exclusivamente en tales tendencias porque consideran el capitalismo como un todo unitario. Mientras que tales enfoques del problema de la resistencia y la oposición conciben a la sociedad capitalista solo como cosificada y deformante, y tratan el pensamiento y las prácticas críticas como históricamente indeterminadas, el análisis del capitalismo como una sociedad contradictoria busca indicar que las posibilidades para la distancia crítica y la heterogeneidad son generadas socialmente desde el marco del propio capitalismo. Sienta las bases para una teoría histórica de la subjetividad (que incluye formas oposicionales de subjetividad) que, a mi juicio, es mucho más poderosa que los esfuerzos teóricos que presuponen un simple antagonismo entre el orden social existente y formas críticas de subjetividad (1993, p. 38, cursivas agregadas).

Guido Starosta, siguiendo a Juan Iñigo Carrera, elogia esta posición: «cualesquiera poderes transformativos que tengan los trabajadores (…) deben ser una determinación inmanente engendrada por el movimiento alienado del capital como sujeto, y no externos a él» (2004, p. 46). Postone y Starosta proponen una teoría de la constitución social (capitalista) de necesidades subjetivas capaces de trascender al capitalismo. El primero se refiere a los nuevos movimientos sociales, el segundo, a la lucha de clases. En ambos casos se proponen explicar la génesis de la agencia transformadora como un resultado de las dinámicas estructurales propias de la propia sociedad capitalista.

¿Es posible una posición superadora?

Desde mi punto de vista, la posición antagónica es, en lo fundamental, ontológicamente correcta, pero por razones completamente explicables en términos materialistas, es decir, sin apelar a visiones míticas de la libertad o la subjetividad humanas como algo indeterminado. La subjetividad humana no puede reducirse a los mecanismos de la socialización, sean los del capital u otros. El sujeto nunca encaja con su posición en la estructura, por lo que la subjetividad proletaria tiene (en parte) autonomía ontológica con respecto al trabajo alienado. No defiendo esta posición desde ninguna clase de subjetivismo abstracto o expresivo, como encontramos a veces en el marxismo abierto (Bonefeld) y también en Dussel. El sujeto no es un nodo de agencia inefable e indeterminada, una pura potencia ajena a órdenes de objetos. En cambio, voy a defender la tesis de la autonomía de la subjetividad proletaria sobre la base de un materialismo naturalista y por lo tanto de un objetivismo ampliado.

Hablo de una posición superadora porque también tengo acuerdos importantes con la posición de la crítica inmanente estricta. Comparto que es preciso explicar la agencia subjetiva a partir de determinaciones objetivas. Pero esas determinaciones objetivas que constituyen la subjetividad son irreductibles al capital o el valor. Dependen de un conjunto enmarañado de mecanismos y procesos (biológicos, psíquicos, sociales) complejos y múltiples que estructuran a la sociedad como sistema abierto. La subjetividad humana, al igual que la producción material, es transformada o moldeada, pero no constituida, por el capital y la forma valor. Esto lleva a pensar la contradicción entre el capital y el trabajo en términos a la vez antagónicos e inmanentes.

Lucha de clases y crítica inmanentemente
Las contradicciones de clase, desde mi punto de vista, tienen dimensiones internas y externas con respecto a la dinámica del capital. Son a la vez inmanentes y antagónicas. En su aspecto interno, incluyen lo que podíamos llamar las contradicciones normativas de la acumulación. El capital como relación social presupone estándares normativos legitimadores que, sin embargo, niega –o realiza muy mal– en la práctica. La igualdad y la libertad jurídicas están presupuestas en el contrato de trabajo, donde tienen a la vez una realización distorsionada. Adrián Piva (2017), en una importante discusión con Ernesto Laclau, muestra que la relación de clase en la sociedad capitalista es objetivamente contradictoria, porque presupone la igualdad y la libertad, pero las desmiente en el acto de realizarlas.

La relación de explotación capitalista es objetivamente contradictoria en la medida que supone y constituye a los pares opuestos igualdad–libertad / desigualdad–coacción como polos de la misma relación, esto es, para decirlo en los términos de Laclau, en la medida que constituye simultáneamente la relación de subordinación y la perspectiva normativa (categoría) desde la que es posible mirarla como relación de opresión (Piva 2017, p. 209).

El capital presupone la igualdad y la libertad en términos no solo de legitimación sino también funcionales, ya que son condiciones formales del contrato de trabajo y por lo tanto de la explotación (y sin explotación, no hay acumulación). Al mismo tiempo, el capital niega esos principios y normas sociales, que presupone como lógica social. El contrato de trabajo da pie a formas de subordinación y coacción en la producción y la conducción de la vida económica. Esto posibilita su crítica inmanente. La forma social del capital niega los principios normativos que presupone de manera necesaria y constante. Es preciso hacer una crítica inmanente estricta del capital, y mostrar que esta forma social denega, de manera sistemática, estructural y necesaria, los principios normativos que enarbola, no solo para legitimarse sino también para funcionar.

Ahora bien, la oposición entre clases es también un antagonismo entre mecanismos, o regímenes de la realidad, exteriores entre sí. También es el caso que la subjetividad proletaria tiene una historia, necesidades, deseos, etc., otros que los puestos por el capital, en el simple sentido de que la dinámica del capital no es el único mecanismo que gobierna la subjetividad humana o la historia social de la clase trabajadora. Esa subjetividad surge de la densidad compleja de la biología y la historia social, transidas por temporalidades múltiples, transformadas pero no producidas por el capital. La dinámica de la acumulación siempre se enfrenta a y se articula con estructuras preexistentes, biológicas, culturales, sociales, cuya operatoria modifica pero no crea. La autonomía de clase no se refiere a la imaginaria unidad total de los sujetos proletarios, que resistirían al capital desde una intimidad incontaminada por lo social. En cambio, remite a dimensiones y procesos contradictorios en la subjetividad, que expresan en parte necesidades y potencialidades propias, diferentes de las gobernadas por el capital.

Variables parcialmente independientes
El marxista belga Ernest Mandel, desde mi punto de vista, abordó los problemas de arriba de manera muy productiva ya en los años ‘80. Mandel dice que el capitalismo se explica por «variables parcialmente independientes», con desarrollos causales y temporales diferentes, no siempre armónicos, pero que componen un sistema abierto. El capital tiene una lógica interna que se puede formalizar. Es correcto, hasta un punto, construir esa lógica interna como un sistema «total», donde los diferentes elementos (el valor, la mercancía, el capital) son momentos de una totalidad orgánica integrada. Pero esa «lógica pura» del capital se implanta en un medio social, histórico e incluso biosférico preexistente, que no fue construido por el valor y la mercancía, y que hasta un punto los resiste. La implantación efectiva de la lógica del capital depende de elementos parcialmente externos, que no pueden derivarse como mediaciones dialécticas de la dinámica de la acumulación.

La lógica del capital es el aspecto principal de ese sistema agregativo complejo que llamamos sociedad capitalista. Ante todo, como decía arriba, esa lógica social impone constricciones muy fuertes a la acción. Por ejemplo, un Estado capitalista no puede obstruir la acumulación o interferir con la tasa de ganancia por mucho tiempo, o entra en crisis como Estado (sufre problemas de legitimación social y solvencia fiscal, etc.). Esa constricción estructural explica que muchos gobiernos progresistas, en momentos de ciclo económico a la baja, se vuelvan «ajustadores» más por el peso ciego del contexto que por voluntad perversa de los dirigentes. La dinámica estructural que impone esas políticas es irreductible a la correlación de fuerzas entre clases. Mandel resume las determinaciones estructurales del capital en diez «leyes», de las cuales la última es hoy rechazada por casi todo el mundo (el mismo Mandel ya dice, en su tiempo, que muchos marxistas no la aceptan). 

  1. la ley del valor
  2. la ley de acumulación de capital
  3. la ley de la plusvalía
  4. la ley de igualación de la tasa de ganancia
  5. la ley de concentración y centralización del capital
  6. la ley de la tendencia al alza de la composición orgánica del capital
  7. la ley de la lucha de clases en la determinación de los salarios
  8. la ley de tendencia a la disminución de la tasa media de ganancia
  9. la ley de la naturaleza cíclica de la producción capitalista y de la inevitabilidad de las crisis de sobreproducción
  10. la ley del colapso inevitable del sistema (Zusammenbruchs-Theorie)

Estas «leyes de Mandel» pueden parecer demasiado ligadas al marxismo ortodoxo, y seguramente les falta una comprensión más precisa del carácter históricamente determinado del valor y el capital como formas sociales. Con todo, la idea de una articulación discordante entre momentos necesarios y contingentesinternos y externos a la lógica social, me parece adecuada. Algunas determinaciones básicas de nuestra vida social son impuestas por la lógica interna del capital (por ejemplo, a largo plazo la baja de la tasa de ganancia es inevitable). Pero esas determinaciones solo operan efectivamente en un medio externo a esa lógica, en relación con variables parcialmente independientes de cualquier dinámica sistémica. Estas variables se explican por la inserción del capitalismo en un medio social y natural preexistente, parcialmente externo a la «ley del valor» y las categorías asociadas.

El sistema capitalista y el entorno en el que opera pueden, a su vez, verse como una «unidad» superior (menos pura, menos homogénea que el «capitalismo puro», pero sin embargo una unidad), en la que ambos lados –el sistema y el medio ambiente– no pueden separarse mecánicamente uno del otro (Mandel 2022, p. 115).

Esta manera de pensar es, de hecho, defendida por varios marxistas vinculados a las «nuevas lecturas de Marx», como el ya citado Chris Arthur, Richard Westra, Robert Albritton e incluso Kozo Uno. La dinámica de totalidad gobernada por un sujeto alienado (el capital) no se realiza nunca en la realidad histórica concreta. Solo se da en el nivel modélico de la abstracción teórica. Explicar la lógica del capital como si no tuviera exterior es necesario para abstraer el mecanismo de la acumulación del conjunto de factores contextuales que operan de manera concurrente en la vida histórica. Pero, en sistemas abiertos (es decir, en el mundo real), el capital no es el único poder causal operante (Estra 2018, p. 16). Volviendo a Mandel, la lucha de clases está entre esas variables parcialmente independientes:

La experiencia confirma lo que sugiere el análisis teórico: el nivel y la intensidad de la lucha de clases en un país determinado en un momento determinado está en una relación mucho más directa con la militancia acumulada por la clase obrera como resultado y efecto de las fases previas del ciclo económico, que de los niveles de desempleo vigentes (Mandel 202, p. 118).

Hay un desfasaje temporal entre la lucha de clases y el ciclo del capital. La razón es simple: la subjetividad proletaria no es un mero atributo de la acumulación, porque surge de una historia (social, biológica, cultural, psíquica) abierta y compleja, transformada por la acumulación pero irreductible a ella. Puede decirse algo similar de la naturaleza extrahumana. Como enfatiza la tradición ecomarxista preconizada por John Bellamy Foster, la naturaleza es externa al capital, que puede subsumirla pero no crearla. El medio ambiente, como la subjetividad humana, porta dinámicas y necesidades propias que no se deducen de la lógica social. Esto no significa que el capital se enfrente a una naturaleza prístina, no modificada por la tecnología y la sociedad. Significa que, cuando el capital subsume la naturaleza, ésta conserva su autonomía ontológica frente a la sociedad, y por lo tanto «devuelve el golpe» en una serie de efectos disruptivos o «rupturas metabólicas» (deterioro de los suelos, cambio climático, deforestación, extinción de especies, etc.).

Lo anterior significa que las formas del antagonismo social no se pueden derivar inmediatamente de la lógica del capital, aunque ninguna opera separada de la otra. El factor subjetivo desencaja temporalmente con las constricciones estructurales de la acumulación. No es su simple resultado interno. Los análisis que ponen todo el poder causal en la «correlación de fuerzas» entre clases son parciales, unilaterales, porque ignoran el factor estructural, las constricciones y posibilidades sociales impuestas por la «lógica del capital». Esos análisis desconocen que la lucha de clases (y la política en general) no opera en un vacío de determinaciones sociales, sino en un contexto atravesado por la compulsión a acumular como determinación social fundamental. Al mismo tiempo, los análisis que buscan deducirlo todo del movimiento del «capital como sujeto» son unilaterales porque reducen el elemento subjetivo o agencial al estructural, sin prestar atención al desfasaje temporal y causal entre ambos. Lo interesante es pensar siempre la interacción dinámica, llena de loops imprevisibles, entre las dos dimensiones, tanto a nivel nacional como internacional.

La lógica del capital y su afuera
El capital, por todo lo anterior, se enfrenta a «contradicciones» intrínsecas (niega sus presupuestos normativos y/o funcionales) y extrínsecas (subsume trozos de realidad no puestos por él mismo, se enfrenta con realidades otras, que gobiernan al trabajo y la naturaleza). Teorizar el capitalismo (o mejor la sociedad capitalista, como dice Omar Acha) exige ir más allá de la lógica del capital, pero sin remitir a ningún misticismo del sujeto. Las contradicciones de clase, en particular, tienen a la vez determinaciones inmanentes y externas, articuladas en la intersección tensa entre los sujetos encarnados y su socialización.

Desde un punto de vista materialista, la sociedad no es una totalidad autocontenida al modo de las estructuras simbólicas, donde todos los elementos son constituidos por relaciones internas. Es un sistema abierto, compuesto de múltiples mecanismos, una «desunidad descentrada», tanto como los sujetos. En un sistema abierto hay tanto relaciones internas (articuladas en una lógica de relaciones que se remiten entre sí), como relaciones externas entre elementos preexistentes, que conservan autonomía frente a la totalidad. La crítica del capitalismo, entonces, debe articular múltiples niveles de análisis, estudiar estructuras diversas, heterogéneas y recíprocamente irreductibles, prestar atención a la apertura y a la complejidad. La propia subjetividad transformadora debe ser explicada en términos objetivos, pero que contemplen la complejidad real de estructuras que organiza lo social, y que es irreductible al capital.

Estas consideraciones sugieren una corrección importante de las perspectivas puramente inmanentes, que reducen la sociedad capitalista a la dinámica del capital y sus mediaciones lógico-dialécticas. Los sistemas sociales son realmente emergentes y abiertos, por lo que implican siempre múltiples mecanismos en interacción (y no solo mecanismos sociales, también biológicos, biosféricos, etc.). La lógica del capital probablemente tenga más eficacia causal que otras dinámicas estructurales de la sociedad, pero afirmar que es la única estructura generativa sería caer en el reduccionismo social (¡y capitalista!). En el sistema abierto de lo social, la lógica del capital y la subjetividad humana se acomodan precariamente, pero desencajan.

Finalmente, creo que este modo de pensar la lógica del capital es el único que hace posible la razón estratégica. La estrategia política solo tiene sentido si hay posibilidades de agencia reales, pero estructuradas en un marco objetivo. La razón estratégica se opone tanto a la autonomía radical de la política como al determinismo estricto. Si la agencia subjetiva es un mero momento de la lógica social, se la puede descontar como un epifenómeno del mecanismo del capital, y entonces no tiene sentido hablar de estrategia política (en todo caso, el cambio llegará cuando la necesidad objetiva lo dicte, con independencia de nuestra agencia). A la inversa, si la subjetividad transformadora expresa un «momento político» de «contingencia radical», como se suele decir en los contextos posmarxistas, entonces tampoco es posible la racionalidad estratégica. La reemplaza, en ese marco, la idea mítica de la pura ruptura, la irrupción sin condiciones o el «acontecimiento». En un caso, el mecanismo objetivo secuestra la política. En el otro, la política aparece como ajena a toda determinación, como ruptura abstracta. Lo primero lleva a negar la acción, lo segundo, a mitologizarla. Entre ambas perspectivas, la posibilidad de la razón estratégica se enmarca en el juego de la contingencia y la necesidad, en la articulación compleja de estructuras discordantes y el arte del contratiempo y la tensión.

[*] Este trabajo es un adelanto del libro Ensayo de ilustración sensible. Para un giro materialista en las teorías críticas, de próxima aparición.

Bibliografía

Acha, O. (2019) «Karl Marx y la crítica de la historia universal: el lugar de los Grundrisse», en Acha, O. (et. al.), La soledad de Marx, Buenos Aires: Ragif, pp. 81-115.

Bhaskar, R. (1998) The Possibility of Naturalism. A Philosophical Critique of the Contemporary Human Sciences, Londres: Routledge.

Echeverría, B. (2018) El discurso crítico de Marx, México: FCE.

Mandel, E. (2022) «Variables parcialmente independientes» en Antagónica. Revista de investigación y crítica social, 3:5, pp. 109-125.

Negri, A. (1991) Marx beyond Marx, Nueva York: Autonomedia.

Piva, A. (2017) «Clase y estratificación desde una perspectiva marxista. La clase como relación social objetiva» en Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social, 10:17, pp. 170-220

Postone, M. (1993) Time, Labor and Social Domination. A Reinterpretation of Marx’s Critical Theory, Cambdridge MA: Cambridge.

Pérez Orozco, A (2021) Subversión feminista de la economía, Marat: Buenos Aires.

Starosta, G. (2004) «Editorial Introduction: Rethinking Marx’s Mature Social Theory» en Historical Materialism, 12:3, pp. 45-52.

Facundo Nahuel Martín

Doctor en filosofía por la Universidad de Buenos Aires y autor de Teoría crítica de la modernidad. Marxismo, movimientos sociales y proyecto emancipatorio (Herramienta, 2020), entre otros libros.

Autor: admin

Profesor jubilado. Colaborador de El Viejo Topo y Papeles de relaciones ecosociales.

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