(Página herida) Los Comunes no representan a los comunes

Para Teresa Berganza (1933-2022), in memoriam et ad honorem, por la grandeza de su arte inigualable. Por su Carmen, por sus Rossinis, por su Zerlina, por sus Canciones españolas… y por “Los cuatro muleros” (https://www.youtube.com/watch?v=7ir_Tgsi6Ho.)

No hay camino real en la ciencia, y sólo tienen posibilidad de llegar a sus cimas luminosas los que no temen cansarse ascendiendo por sus senderos escarpados.
Karl Marx, 18 de marzo de 1872

Abro con lo esencial. Una observación de los trabajadores/as de BTV: “Avui [17/05/2022] hem sabut que @sergivicente i el Consell d’Adm. s’han gastat 17.545 €!! en una empresa externa per gestionar els acomiadaments dels companys de @beteve, i la campanya de comunicació per intentar salvar la seva imatge. Prou malbaratament de € públics! #SergiVicenteDimissió» [«Hoy [17/05/2022] hemos sabido que @sergivicente y el Consejo de Administración de BTV [la televisión de Barcelona] se han gastado 17.545€!! en una empresa externa para gestionar los despidos de los compañeros de @beteve, y la campaña de comunicación para intentar salvar su imagen. ¡Basta desperdicio de € públicos! #SergiVicenteDimisión»]. La responsabilidad de la televisión de Barcelona, si no ando errado, está en manos del PSC, que forman gobierno de coalición con los Comunes en el Ayuntamiento. ¿Estas son prácticas de izquierdas, formas de «gestión altermativa» de «los nuestros»?

A manera de aviso-sugerencia: si no quieren desengañarse, desanimarse o enrabietarse más, déjenlo aquí, no sigan leyendo. Escuchen a Teresa Berganza (cualquier ópera vale, también el “Don Giovanni” de Joseph Losey) o deslúmbrense con esta magnífica (iba a escribir sensacional) conferencia del profesor Víctor Méndez Baiges (el autor de La tradición de la intradición) sobre Filosofía y universidad dictada en la Fundación Gustavo Bueno el pasado 9 de mayo: https://fgbueno.es/efo/efo270.htm.
(La cita -prólogo a la primera edición francesa de Das Kapital, carta al ciudadano Maurice La Châtre- no viene a cuento, tienen razón. Pero, ¡spita!, ¡qué bien pensaba y escribía el compañero de Jenny von Westphalen!).

Por si siguieran aquí y sin olvidarnos del tema que sigue estando en el centro de nuestras preocupaciones [1] ni de historias de espionaje, estas sin autorización judicial (María Jesús Cañizares, “Yo fui espiado por los Mossos sin autorización judicial”. Siete constitucionalistas sometidos a seguimiento por parte de los Mossos explican a CG su experiencia pendientes de que el Tribunal de Estrasburgo se pronuncie. https://cronicaglobal.elespanol.com/politica/yo-fui-espiado-por-mossos-sin-autorizacion-judicial_669674_102.html. ¡Ellos gritan, se enfurecen, exigen dimisiones, acusan a la maldita España autoritaria y montan cirios victimistas porque les espían!):
Les copio el enlace de la intervención de Jéssica Albiach [JA], la portavoz de los Comunes en el Parlamento de Cataluña, del pasado jueves 12 de mayo: https://twitter.com/jessicaalbiach/status/1524315744292552705. Se trata de una interpelación al gobierno de la Generalitat de .Cat a propósito de la sentencia del 25% y del truco-estrategia de su grupo, ERC y también el PSC (Junts se descolgó finalmente por razones partidistas) para incumplir la sentencia. No es una crítica desde la izquierda al gobierno nacional-secesionista. Nada de eso. Es una “bronca entre colegas”, entre gente próxima con finalidades similares, una observación al gobierno nacionalista por inconsistencia o lentitud, por no hacer los deberes acordados.
Las palabras del tuit de JA, donde se incluye el enlace [las cursivas son mías]: “Tras la infame sentencia del TSJC sobre el catalán, estamos en tiempo de descuento. El blindaje del catalán en la escuela no puede esperar más, por eso es urgente aprobar en este pleno la ley de política lingüística. Sólo así protegeremos las escuelas de las garras de los tribunales.” ¿Lenguaje nacionalista en estado puro? Efectivamente. Les comento luego algunas de las expresiones empleadas.
Los subtítulos de la intervención están en catalán. Comprenderán que me dé mucha pereza transcribir sus palabras. Les apunto y comento [en rojo] algunas de sus afirmaciones: 1. Rechazo a la interlocutoria del TSJC que quiere poner fecha de caducidad a nuestro modelo de inmersión lingüística [observen: nuestro modelo]. 2. Un modelo que es garantía de igualdad de oportunidades, de cohesión social [Un mantra cien mil veces repetido, un hablar por hablar cien mil veces refutado en la teoría y en la práctica], que además fue levantado a pulso por las clases populares de nuestro país [JA habla de oídas: se refiere a las movilizaciones de familias trabajadoras del extrarradio barcelonés a principios de los ochenta del siglo pasado, de Santa Coloma de Gramenet por ejemplo, vindicando la enseñanza del catalán y en catalán, pero, por supuesto, sin excluir al castellano; nada que ver con la LGC que postula el catalán como única lengua vehicular ni con la actual inmersión lingüística involuntaria, la que defiende JA y los suyos]. 3. La interlocutoria, no por infame, era inesperada [infame es término usado repetidamente por JA; infame (adjetivo): que es propio o característico de la persona infame; infame (persona): que es muy malvado y carece de honra, crédito y estimación. ¿Encaja con la interlocutoria?]. 4. El 24 de marzo acordamos un pacto para modificar la política lingüística y blindar el catalán, y, sobre todo, al profesorado y a los centros educativos de las injerencias judiciales [Blindar el catalán es otra usual expresión nacionalista. ¿Qué significa blindar el catalán? ¿Por qué una metáfora militar? ¿Qué entiende JA por “injerencias judiciales”? ¿Aboga acaso porque los gobiernos puedan hacer lo que les dé la gana? ¿Acuerdos entre los poderes legislativos y ejecutivos sin control del poder judicial?]. 5. Desde entonces ha pasado un mes y medio esperando que Junts aclare sus posiciones y esperando su posicionamiento que seguimos desconociendo. Y esperando y esperando lo que ha pasado es que no ha llegado ese acuerdo y lo que ha llegado ha sido la interlocutoria [Recordemos que para ella es infame]. 6. Cita JA [con pleno acuerdo] unas palabras de la portavoz de ERC, Marta Vilalta: “Es necesario acelerar esta ley porque la defensa de la lengua no puede esperar que Junts se ponga de acuerdo.” [Por detrás: cosmovisión idéntica a la de ERC y el “sueño eterno” de los Comunes: gobierno “alternativo” de ERC, PSC y Comuns]. 7. A pesar de eso, cuando nosotros intentamos modificar el orden del día del pleno para poder activar esta ley, nos encontramos con su negativa [¡Más papistas que el Papa!]. 8. Nuestra pregunta es muy sencilla: ¿a qué estamos esperando par activar esta ley de política lingüística y proteger nuestras escuelas de las garras de los tribunales? [Urpes, garras, es otra de las palabras usadas por JA. De nuevo la misma “idea”: los gobiernos deben hacer lo que les dé la gana, ¡a tomar por saco las sentencias de los tribunales!]. 9. Cada día que pasa es un día de angustia e incertidumbre para los centros educativos y es un día más de oxígeno para estos señores, que ya escuchamos diciendo estas barbaridades como ha dicho hace un momento el señor Carrizosa de Ciudadanos [No he escuchado la intervención de Carrizosa, pero para JA cualquier posición crítica respeto al modelo lingüístico que defienden los nacionalistas, el mismo que los Comunes, es una barbaridad]. 10. Hemos de acabar de una vez por todos con esta pesadilla [¡Otra aportación lingüística de JA! ¡La pesadilla es que se imparte una asignatura -¡una!- troncal en castellano! En absoluto les importaría que se impartiera en inglés]. 11. Los centros educativos no pueden seguir así y hemos de protegerlos esta misma semana [¿Qué piensan de verdad los centros educativos? ¿Con quiénes hablan, qué voces escuchan? ¿No saben JA y Comunes que muchos enseñantes, la inmensa mayoría catalanes, están hasta el moño de la catalanización forzosa (con la ideología secesionista anexa) que quieren implantar en el sistema educativo?].
(Dicho sea entre paréntesis: si JA, si los Comunes, fueran consistentes con su uniformismo lingüístico .Cat, exigirían que en todos los centros de enseñanza, también en los privados, rigiera la inmersión lingüística obligatoria, cosa que no hacen, y puestos, como JA es valenciana, deberían defender también que en la comunidad valenciana, tan bilingüe como la catalana, rigiera también la inmersión involuntaria en catalán, cosa que de momento tampoco hacen).
En su información sobre la sesión y la comparecencia posterior de Albiach (que no he escuchado), Ricard López añade otros elementos a tener en cuenta [2]: “Albiach ha expresado de este modo su defensa de la actual inmersión lingüística monolingüe obligatoria en catalán y su rotundo rechazo a este mínimo de horas lectivas en la lengua cooficial de la autonomía. Tanto es así que, en su comparecencia ante los medios, ha llegado a equiparar al castellano con el inglés[Una de las tesis defendidas por el nacional-secesionismo cuando hablan de puertas para adentro; más aún, como antes les decía, no les importaría en absoluto que en todos los centros educativos catalanes se impartiera una asignatura troncal en inglés (o más incluso), pero rechazan en cambio que sea en castellano. Lo primero es moderno y educativo; lo segundo es una agresión a la “verdadera lengua del país y a la nación oprimida]”.
Sigo con la información de Ricard López. “La líder de En Comú Podem en el Parlament ha expresado su repulsa a las cuotas dictadas por la justicia y ha dejado claro que la reforma de la Ley de Política Lingüística acordada junto a socialistas y republicanos el mes pasado tiene, según ella, «una misión y una función: dar un paraguas jurídico para que los centros educativos no sean perjudicados por los tribunales» [Es decir, reconocimiento del truco-estrategia y no aceptación e incumplimiento de la sentencia]. Así, Albiach ha explicado que dicho acuerdo «mantiene el catalán como única lengua vehicular de la escuela y no habla de cuotas, porque nos negamos a que las haya» [¿Y por qué se niegan? Pues porque sí, porque a nacionalismo lingüístico no les gana nadie!]. «Además, mantiene blindadas [de nuevo la metáfora militar] a las direcciones de los centros de los tribunales. Y al castellano lo deja, sencillamente, como una lengua de aprendizaje igual que está el inglés, igual que está recogido en la Ley de Educación de Cataluña de 2009″, ha enfatizado”.
¿Ha quedado claro? ¿Retendremos en nuestra memoria la posición de los Comunes que, por supuesto, en nada representan en este asunto la opinión de la inmensa mayoría de los ciudadanos comunes? Defensa del actual modelo de inmersión (nada que ver con la LNL de 1983), defensa del catalán como única lengua vehicular en la enseñanza (para muchos sectores del profesorado nacional-secesionista: junto con el inglés), hispanofobia más que evidente y claro ataque al bilingüismo educativo en una sociedad marcadamente bilingüe, este es el programa lingüístico-cultural defendido por los Comunes.
¿Es esa la opinión de las clases trabajadoras catalanas a las que los Comunes dicen representar?

Por si quisieran seguir. Como deben necesitar aire, sensatez, prudencia, les presento y (apenas) comento dos intervenciones de estos días, llenas de buena información y de excelente sentido común crítico.
Veamos en primer lugar las consideraciones, publicadas el 13/5/2022, al comunicado de la ACUP (Associació Catalana d’Universitats Públiques) sobre la Sentencia del TSJC acerca del 25% de enseñanza en castellano de “Universitarios por la convivencia” [3]:
Conocido el “Comunicado de los rectores y la rectora de las universidades públicas catalanas ante la Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña”, la plataforma Universitaris per la Convivència realiza las siguientes consideraciones (las cursivas son mías).
La primera: “A raíz de diferentes comunicados políticos como este, que parecen querer dibujar una especie de pensamiento único en nuestros campus sobre temas que, además, resultan extraordinariamente controvertidos, son ya varias las universidades públicas catalanas condenadas judicialmente por vulnerar los derechos fundamentales a la libertad ideológica y a la libertad de expresión de sus miembros. Ni los claustrales ni los rectores pueden arrogarse la representación política de profesores, alumnos y personal de administración y servicios. Sencillamente, no la tienen. Nadie los ha elegido para tal fin ni este se encuentra, como es obvio, entre sus competencias”.
La segunda: “A la vez, produce sonrojo el nulo nivel argumentativo del referido comunicado, sustentado en una realmente desafortunada selección de mantras del nacionalismo lingüístico que carecen por completo de base científica. El contenido del comunicado es hiriente para los prestigiosos profesores de diferentes disciplinas (lingüistas, pedagogos, sociólogos, juristas…) que, día a día, en nuestras universidades, analizan con el rigor propio del mundo académico temas de una extraordinaria complejidad. La contribución de la universidad a la formación de una opinión pública ilustrada y crítica ha de ser protagonizada por sus profesores y no por sus órganos de gobierno.”
La tercera consideración, denunciando inconsistencias: “El texto roza el esperpento cuando pide “que la política lingüística en la escuela no se base en porcentajes arbitrarios desconectados de la realidad territorial y se deje de instrumentalizar políticamente algo tan importante como es la enseñanza”. Resulta que los mismos rectores que realizan esta petición firmaron el 30 de junio de 2021 (por iniciativa del denominado Movimiento Estudiantil, que en redes sociales reivindica actos de violencia política en los campus) un “Compromiso contra la crisis educativa”, en el que se fija literalmente, como objetivo, alcanzar un mínimo de un 80% de clases en catalán en la docencia de cada grado, posgrado y máster. En otras palabras, según nuestros rectores constituye una instrumentalización política inaceptable que en una sociedad bilingüe como la nuestra se fije para la escuela un mínimo del 25% de docencia en cada una de las lenguas oficiales mientras que ellos mismos marcan como objetivo avanzar hacia el 80% de docencia en catalán en las universidades. Sencillamente, inaudito”.
La cuarta y última: “En definitiva, queremos alertar una vez más sobre la evidente sumisión de nuestros rectores al poder político y sobre la consiguiente violación de la autonomía universitaria en Cataluña”.
Concluyen este crítico y meritorio colectivo universitario: “A la vez, sirva nuestra réplica para dejar constancia de que somos muchos los profesores catalanes que defendemos unas universidades concebidas como foros de encuentro entre muy diferentes sensibilidades sin que las autoridades académicas hagan prevalecer a ninguna sobre el resto. Pretender uniformizar el pensamiento es absolutamente incompatible con la misión de la Universidad y con la convivencia democrática.”

La segunda intervención es un artículo de Albert Branchadell [AB], “El problema de la educación en Cataluña”, del pasado 13/05/2022, en El País [4]. Les resumo algunas de sus principales ideas:
La obertura: “El pasado otoño la Generalitat dio a conocer los datos de un estudio elaborado por el Consell Superior d’Avaluació del Sistema Educatiu (CSASE), según los cuales el uso del catalán en las aulas de 4º de ESO habría experimentado una bajada drástica en los últimos años. Entre los 3.205 alumnos encuestados, por ejemplo, solo 2 de cada 10 decían utilizar “siempre o casi siempre” el catalán en las actividades de grupo, cuando en 2006 lo habían dicho 7 de cada 10. Y dentro del aula, solo el 40% asegura que se dirige “siempre o casi siempre” al profesorado en catalán, mientras que hace 15 años eran casi el 60%”.
Nada más conocerse los datos, datos que en mi opinión habría que contrastar [¡No me creo lo de 2006 ni los últimos datos!], el Departamento de Educación de la Generalitat se puso en marcha, prosigue AB. “El 4 de noviembre, el consejero Josep González-Cambray [Sus hijos van a un colegio privado no concertado donde no rige la inmersión] montó una aparatosa rueda de prensa, con la participación de la consejera de Cultura y altos cargos de sus respectivos departamentos, para anunciar el lanzamiento de un ambicioso plan en 200 centros educativos de todo el país (de primaria y de secundaria, públicos y concertados) para revertir el presunto retroceso en el uso del catalán en las aulas”.
La Generalitat, de nuevo AB, “dio a conocer el pasado mes de abril los datos de otro estudio del CSASE basado en la misma muestra de 3.205 alumnos de 4º de ESO. Si el estudio antes citado se centraba en los aspectos sociolingüísticos, este segundo estudio complementario pone el foco en el resto de las variables de contexto del alumnado. ¿Qué piensan los alumnos de 4º de ESO del sistema educativo del cual forman parte? A decir verdad, los resultados obtenidos no son especialmente halagüeños”.
Aquí pone el foco AB: “Cuando se les pregunta a los alumnos en qué medida les gusta ir al colegio, la suma de “nada” y “un poco” se dispara casi al 60%. Los que responden que les gusta “mucho” constituyen un exiguo 9%. Con estas cifras no sorprende que más del 57% de alumnos se distraiga en clase y que el 40% no participe en las actividades. En este contexto, el profesorado no parece ser tampoco de mucha ayuda: casi la mitad de los alumnos encuestados manifiestan estar en desacuerdo con la afirmación “el profesorado plantea preguntas que motivan a los alumnos a participar activamente”.”
El revuelo causado por los datos sociolingüísticos revelados en otoño no ha tenido su réplica con estos preocupantes datos de contexto, señala AB. “Nadie ha lanzado ningún plan para recuperar el interés de los alumnos por la escuela ni para desarrollar metodologías activas que aseguren su participación y su implicación en el proceso educativo”. En lugar de ir trabajando en esta línea, “el Departamento de Educación y los sindicatos del sector se encuentran enzarzados en algo que ya supera el rifirrafe para alcanzar la categoría de guerra abierta, precipitada por la razonable decisión de iniciar el curso escolar el día 5 de septiembre como tienen previsto hacerlo otras comunidades autónomas”. En síntesis, concluye el colaborador de El País, “la educación en Cataluña tiene un problema, y este problema no se llama 25%.”
Efectivamente, no se llama 25%. Tiene otros nombres y otros apellidos.
Sin olvidarnos de otras temáticas (por ejemplo: el número de alumnos por clase en la etapa de ESO, la atención especial a alumnos y familias más vulnerables), la enseñanza del 25% en castellano es un pequeño paso en lo que debería ser la apuesta de todos: la convivencia enriquecedora de ambas lenguas en la enseñanza, sin menosprecio alguno de otras lenguas presentes también en la sociedad catalana, en la real, no en la que sueñan los nacional-secesionistas y, por lo que parece, los Comunes, uña y carne con los anteriores en asuntos lingüísticos, culturales e ideológicos, sin diferencias sustantivas.

Notas
1) José A Zorilla, ex embajador español en Georgia: https://twitter.com/Mbabikie/status/1526538731221573632; https://www.youtube.com/watch?v=fQKFa-HNjSc. Intervención en la Universidad del País Vasco, 5/5/2022.
2) https://cronicaglobal.elespanol.com/politica/comuns-quieren-catalan-unica-lengua-vehicular-equiparan-castellano-ingles_665924_102.html
3) http://universitarisperlaconvivencia.org/consideraciones-ante-el-comunicado-de-la-acup-sobre-la-sentencia-del-tsjc/.
4) https://elpais.com/espana/catalunya/2022-05-13/el-problema-de-la-educacion-en-cataluna.html

Autor: admin

Profesor jubilado. Colaborador de El Viejo Topo y Papeles de relaciones ecosociales.

Un comentario en “(Página herida) Los Comunes no representan a los comunes”

  1. Muchas gracias por el envío. En mi opinión, ni el PSOE-PSC, ni Podemos, ni los Comunes representan, en líneas generales, a las clases populares; tampoco son, ni orgánica ni culturalmente, organizaciones de las mismas (lo digo más como descripción valorativa que como crítica). Tengo la impresión de que son organizaciones estructuralmente unidas, sobre todo, a un determinado sector de las clases medias “intermedias”, sobre todo del ámbito del sector público de prestación de servicios que requieren formación universitaria -salud, educación..- y de las profesiones liberales (o una parte de ellas), no nos engañemos (tal vez haya también elementos de edad, generacionales); en el caso de los Comunes, además, son nacionalistas catalanistas. Eso no es incompatible con el hecho de que por razones de convicción ideológica (lo que incluye una cierta actitud de superioridad que tal vez pueda encerrar cierto desprecio elitista de medio pelo hacia quienes no tienen estudios universitarios completos, sin que eso sea óbice a que algunos de sus dirigentes y militantes -pocos, imagino- estén en esa situación), formación cultural y coincidencia parcial de intereses muestren una obvia mayor preocupación por los intereses de las clases populares que los partidos de derechas (y, por tanto, sean preferibles a estos últimos, desde luego). Pero, insisto, son los partidos de las clases medias “intermedias” amenazadas en su posición, venidas a menos o simplemente insatisfechas por el curso de los acontecimientos y las políticas económicas del siglo XXI (que también azotan, por supuesto, y aún más si cabe, a las clases populares), no los de estas últimas y, por consiguiente, en caso de conflicto, sacrificarán los intereses de las clases populares -p.ej.: un trabajador metalúrgico o del súper, un camarero “no ocasional”, un autónomo que malvive de su “curro” o el personal de una empresa de limpieza- a los de las clases medias “intermedias”.
    Lo cierto es que en el área norteamericana-europea las clases populares no tienen quienes les representen ni existen organizaciones surgidas de su propio seno y conectadas a él que las defiendan -los grandes sindicatos actuales, por ejemplo, dan risa por su total y abyecta subordinación a los gobiernos del bloque “progresista”, central y autonómicos, en todo lo que hacen- y esto es muy peligroso, pues las clases populares se dan cuenta de ello y pueden, empujadas por la desesperación debida a su situación y su negro futuro, ser pasto de los odiosos discursos de partidos extremistas de corte neofascista, que parecen ser capaces de ofrecer, al menos, compensaciones psicológicas a través de discursos canalizadores de una rabia puramente destructiva explotando las más bajas pasiones humanas y a través de ideologías ultranacionalistas. Nótese que el partido nazi -mucho más que el fascista italiano- fue ya capaz de explotar políticamente la insatisfacción popular y eso que su impacto electoral sobre la clase obrera quedó muy amortiguado gracias a la existencia de partidos y sindicatos obreros, realmente conectados con la clase obrera -y aún así, los estudios realizados desde los ochenta muestran con claridad que el partido nazi logró simpatías nada insignificantes entre los trabajadores industriales y no fue sólo, antes de la toma del poder, un partido de campesinos con tierras, tenderos, artesanos, empleados y funcionarios medios y bajos-. Imaginémonos ahora lo que podría llegar a pasar en una situación en que las clases populares (en las que, por lo demás, los trabajadores industriales “clásicos” no son más que una minoría), a diferencia de la Alemania anterior a 1933, sencillamente no tienen organizaciones (partidos y sindicatos) propios con los que puedan identificarse sabiendo que sus intereses no serán, sencillamente, sacrificados a las elites “progresistas”.
    Saludos muy cordiales,

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