Resumen (comentado) de El capital en la era del Antropoceno de Kohei Saito (XXIV)

Seguimos en el capítulo IV, en el apartado “Los problemas del determinismo de las fuerzas productivas”.

Unas sugerencias previas:

1. Richard Every, “Extinción masiva de aves en Europa” . Europa ha perdido 500 millones de aves en 40 años. ¿La principal causa singular? Plaguicidas y fertilizantes. “El goteo de estudios que advierten de que la enorme variedad de seres vivos en la Tierra está menguando ya se ha convertido en una riada. La realidad de estas pérdidas a escala regional y planetaria es innegable. Sin embargo, los datos sobre biodiversidad y la causa de su declive siguen siendo fragmentarios, limitándose a algunas causas, algunos lugares y algunas especies. De todos modos, este no es el caso de las aves en Europa.” https://vientosur.info/extincion-masiva-de-aves-en-europa/

2. John Bellamy Foster, “Engels y la segunda fundación del marxismo” Este artículo (¡no se lo pierdan!) se basa en la conferencia en memoria de Engels presentada en la Marx Memorial Library de Londres, Inglaterra, el 30 de noviembre de 2022. Se ha revisado aquí, incluyendo la adición de un extenso epílogo, a partir de la versión anterior publicada en la revista Theory and Struggle de la Marx Memorial Library (mayo de 2023), marx-memorial-library.org.uk/publications/theory-struggle. Fuente: Monthly Review 2023, Volume 75, Number 02 (June 2023) (https://monthlyreview.org/2023/06/01/engels-and-the-second-foundation-of-marxism/) https://espai-marx.net/?p=13887

3. “Cuando la gente come y bebe plástico” por Sergio Ferrari. Pubicado en rebelión, 14/VI/2023. Los 50 lugares más contaminados de la Tierra. Sólo el 10% de la basura plástica logra reciclarse.Un maremoto tóxico envenena los océanos: entre 19 y 23 millones de toneladas de residuos plásticos acaban anualmente en lagos, ríos y mares. Constituyen solo una parte de los 400 millones de toneladas de basura de este tipo, resultado de productos diseñados para utilizarse una sola vez. Menos del 10% de este gran total llega a reciclarse. De seguir así, hacia 2040 estas cifras se habrán duplicado.”

3. Boletín de principios de junio del Tricontinental, sobre el pequeño campesinado argentino. https://thetricontinental.org/Para los pequeños agricultores argentinos la tierra es predecible, los mercados no | Boletín 23 (2023)”

4. Reseña-crítica-propuesta (extensa) al libro de Apilánez Los vicios del ecologismo publicadoen Kaos en la red. https://kaosenlared.net/los- “Los “vicios” del ecologismo” libro de A. Apilánez. Debatiendo. Por Aurora Despierta. “Trampolín para un debate urgente ante una situación con riesgos existenciales. Esto debiera ser el libro de Apilánez. Otra oportunidad para hacer bien lo que tantas veces hacemos mal. Pues sin teoría correcta es imposible una práctica correcta. Y sin práctica correcta, ante los peligros que nos acechan, el resultado pudiera ser hasta nuestra extinción como especie, acompañando a otros miles más. Así de serio es el asunto, así de seria debe ser nuestra actitud.”

5. Entrevista a Yayo Herrero sobre la propuesta de Sumar https://ctxt.es/es/20230601/. “Hay que generar marcos políticos que imaginen y construyan horizontes de utopía alcanzables” Vanesa Jiménez/Miguel Mora “En el diagnóstico abordamos la crisis ecosocial y también la situación de precariedad, pobreza y despojo de condiciones de vida en el vive una parte no pequeña de personas en el Estado español (¡del Estado español!). A partir de ese diagnóstico, que evidencia que la crisis ecosocial, la precariedad y la explotación están fuertemente correlacionadas, hemos tratado de establecer prioridades para poner en marcha una Transición Ecológica Justa y una propuesta de la gobernanza de alcanzarla. Entregamos el trabajo en enero. Después, Sumar ha abierto el proceso a la participación de cualquier persona que lo desee. Cualquiera podía sugerir propuestas en la plataforma de Sumar, previa inscripción, que no necesariamente tienen que estar sujetas a lo que plantea este documento.”

6. Entrevista a Jason Hickel. «Los partidos verdes son burgueses. Les importa la política ambiental, pero no tanto la gente». Este investigador de origen africano se ha convertido en una de las voces más respetadas entre los teóricos del decrecimiento. En su nuevo libro habla de la revolución poscapitalista. Por Guillermo Cid https://www.elconfidencial. “Tenemos que darle alternativas a la gente. No puedes decir que vas a poner un impuesto a los automóviles sin proporcionar transporte público alternativo que garantice el acceso a la movilidad. Y debería haber un transporte público de alta calidad, no un transporte público de mierda. La mayor parte de la gente conduce automóviles porque no tienen otra opción… Es clave prestar atención a qué sistemas de aprovisionamiento alternativos se ofrecen a las personas para que no sufran algún tipo de pérdida. Piensa en la gente trabajadora a la que les quitas el coche, les dañas su casa, su sustento. Antes de hacer nada, debes garantizar que todo el mundo tenga acceso a los bienes y servicios que necesiten.”

Cojo el hilo de Saito.

El determinismo de las fuerzas productivas, observa el filósofo japonés, “ignora por completo los efectos destructivos de la producción sobre el medio ambiente y persigue el dominio de la naturaleza para la liberación de la humanidad” (Manuel Sacristán acuñó el concepto de fuerzas productivo-destructivas en los años ochenta [1]). Desde esta perspectiva “se minusvalora el evidente papel del incremento de la capacidad productiva como la causa de la crisis climática”. Debido a esa mala concepción teórica, “en la segunda mitad del siglo XX el marxismo se convirtió en el blanco de sucesivas críticas de los movimientos ecologistas.” Saito no da ejemplos de ellas.

Por supuesto, asegura, Marx es también responsable de ellas. “Entre otras cosas porque en un famoso pasaje del Manifiesto comunista dice lo siguiente: “En su dominio de clase, que cuenta apenas con un siglo de existencia, la burguesía ha creado fuerzas productivas más masivas y colosales que todas las generaciones pasadas juntas. Sometimiento de las fuerzas de la naturaleza, maquinaria, aplicación de la química a la industria y a la agricultura, navegación de vapor, ferrocarriles, telégrafos eléctricos, roturación de continentes enteros, apertura de los ríos a la navegación, poblaciones enteras como surgidas de la tierra -¿qué siglo anterior pudo sospechar siquiera que tales fuerzas productivas dormitaran en el seno del trabajo social?”

Si se tomara solo esta declaración, prosigue Saito, no resulta extraña la crítica. “Muchos pensarán que Marx aplaudió sinceramente el desarrollo de las fuerzas productivas alcanzado por el avance del capitalismo, y que creía que una mayor productividad brindaría las condiciones necesarias para una sociedad rica y llevaría a la emancipación de la clase trabajadora.” El desarrollo de las fuerzas productivas posibilitaría “el dominio de la naturaleza por el ser humano y, si este fuera el requisito para el advenimiento de la sociedad del futuro, las limitaciones naturales no serían sino obstáculos que sortear”. Pero esto significaría, “despojar al pensamiento de Marx de cualquier elemento ecologista: el origen, por lo tanto, de la incompatibilidad entre lo verde y lo rojo”.

Aquí se encuentra, en opinión de Saito, otra de las razones de la decadencia del marxismo.

El siguiente apartado se titula “El nacimiento de la teoria del metabolismo: el cambio teórico ecologista en El capital”.

Sin embargo, comenta nuestro filósofo japonés, esto no puede ser así. “El lector ya sabe que Marx había analizado con perspicacia y profundidad la relación entre el capital y la naturaleza (véase el capítulo 1). En El capital también abogaba por la gestión de la Tierra como lo común (véase p. 119)”. Entonces, pregunta Saito, “¿cuándo abandonó el determinismo de las fuerzas productivas y se transformaron sus ideas? Liebig, a quien me he referido en el capítulo 1, fue esencial en este cambio teórico de Marx. La crítica de la agricultura del saqueo, desarrollada en la séptima edición de la Química agrícola (1862) por Liebig, causó una profunda impresión en Marx. Esto sucedió entre 1865 y 1866”. Es uno de los temas que Saito domina en profundidad.

Marx incorporó inmediatamente su elaboración en el primer libro de El capital (1867). “Habían pasado casi veinte años de la publicación del Manifiesto comunista. Una de las ideas clave aquí, que Marx desarrolló en El capital, y cuya pista se encuentra en su lectura de Liebig, fue la teoría del metabolismo”. Saito presenta así la noción: “El ser humano recurre constante e incesantemente a la naturaleza para producir, consumir y desechar todo tipo de cosas mientras vive en este planeta. Marx llamó a esta interacción circular con la naturaleza «metabolismo que se da entre el hombre y la naturaleza».

Por supuesto, nos recuerda Saito, “en la naturaleza existen procesos circulares que son independientes del hombre: la fotosíntesis, la cadena alimentaria o el ciclo de nutrientes del suelo.” Su ejemplo: “el salmón remonta el río para desovar. Después, su cadáver se descompondrá y, junto con los nutrientes de origen marino que transporta en su cuerpo, funcionará como elemento nutritivo, río arriba o para la tierra. Quizá sea devorado por osos, zorros o águilas antes de cumplir su misión reproductora. En tal caso, el salmón alimentará a estos depredadores y, a través de sus heces, se trasformará en nutriente para las plantas del bosque, cuyas hojas caídas, asimismo, nutrirán el suelo, y una parte fluirá a los ríos para convertirse en alimento de insectos acuáticos, crustáceos u otros organismos diminutos, o, tal vez, en refugio para peces pequeños en proceso de desarrollo. Tal sería el ciclo metabólico que media el salmón.”

Marx llamó a este proceso cíclico de la naturaleza «metabolismo natural». Como parte integrante de la naturaleza, “los seres humanos también participan en el metabolismo con su mundo exterior. La respiración, la alimentación y la excreción también son parte del metabolismo”. El ser humano “solo puede vivir en la Tierra dentro de este proceso circular y continuo en el que recurre a la naturaleza, absorbe de ella todo tipo de sustancias y evacua sus restos al medio natural”.

Este es un requisito existencial dictado biológicamente e ininterrumpido en la historia, sostiene Saito. “La alteración del metabolismo causada por el capitalismo” es el título del siguiente apartado.

Pero la cosa no queda ahí, observa Saito. Según Marx, “el ser humano establece su relación con la naturaleza de una forma muy especial que no se ve en otros animales. Esta forma es el trabajo. El trabajo es una actividad exclusiva del hombre, que controla y media el metabolismo que se da entre el hombre y la naturaleza.La clave en este punto, prosigue, “es que la naturaleza del trabajo varía según el periodo histórico. Dichos cambios afectan de una manera harto significativa al metabolismo que se da entre el hombre y la naturaleza”.

Sobre todo en el capitalismo el metabolismo se conforma de una manera muy especial. “Esto se debe a que el capital prioriza la multiplicación del valor de cambio a cualquier otra consideración. Y el capital reconfigura el metabolismo que se da entre el hombre y la naturaleza, de tal forma que este quede al servicio de la consecución del objetivo de la multiplicación del valor de cambio”.

En este proceso, el capital explota sistemáticamente a los seres humanos y a la naturaleza: “somete a los trabajadores a jornadas interminables y saquea los recursos naturales de todo el orbe. Por supuesto, se desarrollan e incorporan las innovaciones tecnológicas como medio para mejorar la eficiencia del expolio humano y natural. El resultado es que, gracias a la mejora del rendimiento, la vida de las personas se enriquece hasta cotas insospechadas en el pasado”

Sin embargo, superado cierto nivel de desarrollo, “los efectos negativos comienzan a aflorar y a superar los positivos” El capital no solo busca obtener el máximo valor de cambio “sino que pretende hacerlo en el menor tiempo posible, y esto altera considerablemente el metabolismo entre el hombre y la naturaleza”.

Las dolencias físicas y psíquicas derivadas de jornadas laborales maratonianas en condiciones leoninas son también una manifestación de esta alteración, observa Saito con razón, como lo son también “el agotamiento de los recursos naturales o la destrucción de los ecosistemas”. El metabolismo natural es, en realidad, un proceso ecológico independiente del capital, “pero en el capitalismo se fuerza su transformación a conveniencia del capital”.

Al final, se evidencia de una manera dolorosa “la incompatibilidad entre el ejercicio infinito del capital para la multiplicación del valor de cambio y los ciclos de la naturaleza”. Tesis que argumentó con detalle en su tesis doctoral: La naturaleza contra el capital. El ecosocialismo de Karl Marx, Barcelona, Tigre de paper, 2021). El Antropoceno es la consecuencia de este funcionamiento, que a su vez constituye la causa fundamental de la actual crisis climática, afirma Saito.

Un desgarramiento insanable en el metabolismo” es el título del siguiente apartado.

Notas

1) En “¿Qué Marx se leerá en el siglo XXI?”, Pacifismo, ecologismo y política alternativa, p.128, señalaba Sacristán:
Queda la lectura más fiel al sistema de Marx y a su estilo intelectual, la que se orienta por la perspectiva dialéctica articulada por vez primera en el manuscrito de 1857-1858, aunque anticipada en el Manifiesto Comunista: la tensión entre la creación y la destrucción, causadas ambas por el desarrollo capitalista de las fuerzas productivo-destructivas, así como la tensión entre las ideologías correspondientes, no puede resolverse más que con el socialismo. En lo que se refiere a las sociedades conocidas, o en la medida en que se niega, la tesis suena realista y los hechos parecen concordar con ella. Pero no da ni una tenue pista para hacerse una idea de por qué y cómo se van a superar esas tensiones en el socialismo. Se puede sospechar que el logicismo de origen hegeliano, «enderezado» y convertido en confianza en las «leyes de la historia» y en la «racionalidad de lo real», es la causa de esa laguna. (Hasta después de muerto Marx no empezará a sospechar Engels, cuando contesta a preocupaciones de Kautsky, que a lo mejor Malthus tenía un poco de razón y sólo entonces deja de confiar en la dialéctica de las leyes históricas y se pone a investigar y argumentar por qué el problema demográfico, «si se presenta», será más fácil de resolver en el socialismo que en el capitalismo)”.

Autor: admin

Profesor jubilado. Colaborador de El Viejo Topo y Papeles de relaciones ecosociales.

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