Un comentario de la historiadora y miembro de Espai Marx, María Cruz Santos Santos
No sé si visteis ayer la entrevista a la Alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, en el Intermedio. Aparte de que el aire se podía cortar con un cuchillo, la animadversión entre Andrea Ropero y la alcaldesa era palpable, Orriols colocó una y otra vez esos mensajes simplistas de la ocupación de España, de la represión y del derecho de Cataluña a ser Estado, solo «porque yo lo valgo».
No voy a negar ese derecho, pero su empatía por quienes somos catalanes y no compartimos sus ideas, es bastante menor que cero. Los lemas, simples y contundentes, reflejan claramente ese pensamiento único que pretende hacer verdades de falsedades o cuestiones muy matizables. Además esa necesidad de criminalizar el colectivo musulman, es exponente de un racismo claro y contundente. Esos mensajes simples, contundentes y sonoros penetran y. penetran, son absorbidos y asimilados con absoluta facilidad acrítica. Buena parte de ellos, de forma más sutil está escondida en todos los nacionalismos con más o menos evidencia, aunque coloquen, oportunamente, una señora con velo entre los «guardaespaldas» del orador de turno.
Voy a gastarme la herencia en unos Manolos, que no me pondré porque no aguanto los tacones
