Para Luisa Trueba Mira (1958-2021), in memoriam et ad honorem. Nunca habitará en ti nuestro olvido. ¡Arden, queman las pérdidas!
Dos sugerencias (y una nota final de José Luis Martín Ramos sobre confederalismo):
1. Sobre la llamada “mesa de diálogo”: Antonio Santamaría, “Claves para una mesa de diálogo” https://www.elviejotopo.com/topoexpress/claves-para-una-mesa-de-dialogo/
2. Por si se quieren poner de los nervios-nerviosos. De un libro de lengua catalana de segundo de ESO -niños y niñas de 12 y 13 años- de la Editorial Baula: ejemplos de gentilicios de lugares extranjeros: madrileny de Madrid, extremeny d’Extremadura, malagueny de Màlaga,… https://cronicaglobal.elespanol.com/politica/libro-eso-en-cataluna-considera-extranjeros-madrid-extremadura-malaga_540057_102.html).
Como me tienen muy oído-leído, mejor que hablen hoy otras veces. La de María Antonia Pérez Vega [MAPV] que ha sido entrevistada por Peru Erroteta [PE] (¡no se pierden sus entrevistas!, suelen o solían aparecer en El Triangle). Les presento algunas de sus consideraciones, introduzco algún matiz y les señalo al final una paradoja sorprendente para mí, divertida incluso.
MAPV, así reza en la entradilla, “fue una estudiante empedernida (Historia, Tecnología, Psicología), siempre intentando encontrar respuestas a las preguntas que se hacía. Ha trabajado durante dos décadas en el campo de la informática”. Militó en Podemos y se reclama federalista.
1. PE le pregunta inicialmente por las razones de seguir planteando la “cuestión catalana” como un conflicto entre Cataluña y España, cuando, señala, es obvio que, originaria y primordialmente, se trata de un conflicto entre catalanes. La respuesta de MAPV: “Se sigue planteando así, porque al independentismo le interesa. Ellos, que son una parte, se constituyen en el todo para enfrentarse a España y vivir de ese conflicto”. La izquierda alternativa, añade, los Comunes por ejemplo, “en lugar de denunciar y combatir esto, de algún modo e incomprensiblemente, se suma a ese marco.”
Matiz: conflicto entre ciudadanos de Cataluña no natural, azuzado ininterrumpidamente desde décadas y desde muy diversos frentes. Podemos poner el foco ahí, en ese nudo, de acuerdo. Pero no debemos olvidar que la ideología del nacional-secesionismo es marcadamente hispanofóbica, que han abonado y protagonizado congresos bajo el título “España contra Cataluña (1714-2014)” y que han llegado a hablar (Ernest Maragall sin ir más lejos) de “Causa general” de España contra Cataluña. No es sólo un conflicto entre ciudadanos/as que vivimos en Cataluña. Más aún y hablando con la máxima clariad: si fuera estrictamente un conflicto entre catalanes, el nacional-secesionismo nos hubiera barrido, hubiera barrido a los ciudadanos/as que no comulgamos con su liturgia insolidaria.
2. Asunto, señala PE, que a la luz de la historia no es privativa de Cataluña, “sino propia de los nacionalismos, que con el eslogan “un solo pueblo”, niegan la diversidad, se imponen al conjunto social y construyen un enemigo externo…”
Para MAPV esa simplificación se hace deliberadamente, “porque no es que se niegue solo el conflicto, sino que al negar a la otra parte ya no hay conflicto”. Es decir, aclara, “se niega la propia existencia de los otros [los no nacional-secesionistas] que, en el caso de Cataluña, es por añadidura claramente mayoritaria”.
No es solo cosa del nacionalismo, añade, “sino que se extiende a personas y colectivos ajenos a él, que comparten la opinión, reforzada por los medios de comunicación dominantes, de que el problema es entre España y Cataluña. Algo que, de manera generalizada, ocurre en la propia España, y hasta fuera de ella”. Nadie se para a pensar en el conflicto civil entre catalanes, concluye. “Se apela constantemente y de manera victimista al reconocimiento de la comunidad que se expresa en catalán, soslayando la existencia de los demás.”
Matiz: no es exactamente la comunidad que se expresa en catalán (yo me expreso en catalán; en su jerga, como recordó y vindicó Paco Frutos, soy un botifler) sino la comunidad (una parte del todo) que se identifica y reconoce en los ideales, símbolos, relatos y aspiraciones nacionalistas. El verdadero poble català, desde su cosmovisión.
MAPV tiene toda la razón del mundo cuando señala la incomprensible simplificación de la situación por parte de muchos colectivos, organizaciones e instancias españolas y extranjeras que dicen ser no nacionalistas. Recordemos, por ejemplo, las declaraciones de Pablo Iglesias, no rectificadas hasta el momento, sobre el Vivales y los suyos, y el exilio republicano.
3. En consecuencia, prosigue PE, “se está debatiendo sobre bases falsas, en torno a una irrealidad.”
Para MAPV se recurre “a la historia (tergiversada), inventándose agravios, refugiándose en la identidad…, acaba construyéndose un “supremacismo”, no exento de xenofobia, no solo hacia España y los españoles, sino hacia los propios ciudadanos de Cataluña. Cosa que ha emergido ahora, con el procés, pero que sospecho viene de lejos”. No se quiere entender “que tan catalán es comunicarse en lengua catalana como en castellano. Aquí se está negando la existencia de la mitad de la población de Cataluña, su razón de ser, en el mejor de los casos. Porque la cosa, más grosera e insultante, va de “ñordos” y fachas”, que es todavía peor”.
Los partidos que podían salir en defensa de esa parte “ignorada”, señala MAPV, “no lo hacen, en algunos casos, con suficiente firmeza. Contaminados por la ideología y la comunicación dominante, se suman a la hegemonía nacionalista”. Hegemonía que, apunta con razón, “se construye a base de poder, de todo un aparato mediático que apela a los sentimientos. Cosa que no siempre se escribe en positivo, porque hay sentimientos que son deleznables, como el “supremacismo”, que antes era cosa de cuatro descerebrados y ahora está en las instituciones.”
Matiz: no estoy seguro de que fuera solo cosa de cuatro descerebrados y que antes estuviera totalmente fuera de las instituciones. Recordemos las declaraciones y reflexiones profundamente xenófobas de Heribert Barrera (ex presidente del Parlamento de Cataluña), recientemente homenajeado por cierto, con presencia de Quim Torra y Laura Borràs.
La consideración, más que razonable, de que en Cataluña “tan catalán es comunicarse en lengua catalana como en castellano”, lo que vivimos en las calles y encuentros día tras día sin conflicto alguno (o con muy pocos), es, desde el punto de vista nacional-secesionista, una peligrosa herejía, la más inadmisible tal vez. El castellano es lengua impropia para ellos, un axioma. Recordemos el Manifiesto Koyné, firmado por la actual presidenta del Parlamento de Cataluña.
4. Resulta también llamativo, comenta PE, “el sentido de la propiedad del que hacen gala los nacionalistas y compañía. Mi país, mi lengua, mi patria, mi pueblo…”
La cosa, para MAPV, pone de manifiesto que la fiebre también puede ser colectiva, y contagiosa. “Cuando salen miles a las calles, no son todos privilegiados, o tratan de sacar provecho de ello. Quien lo hace es la élite corrupta, tan corrupta como la que más. Se habla mucho de populismo, pero más populista que lo que ha hecho el “procesismo” no hay nada.”
Matiz: Esta es otra las razones, por si faltara alguna, para tener todo el cuidado del mundo en la vindicación del populismo como teoría, como cosmovisión, una reivindicación que se ha realizado no sólo desde posiciones de derecha sino también de izquierdas.
5. También se podría hablar largo y tendido, señala PE, de la ausencia del análisis de clase en el procés, por parte de la izquierda “alternativa”.
Salta a la vista, comenta MAPV, “que, mayoritariamente, el independentismo en más bien cosa de clases medias. En Cataluña, las clases bajas son castellanoparlantes. Claro que se deja el conflicto de clase, porque hay una identificación de la izquierda alternativa con el nacionalismo. Esa es la tragedia. Los que la vemos, tenemos una responsabilidad, porque hemos dejado huérfana de representación política a la mitad de Cataluña.”
Matiz: No son “clases bajas”, son clases trabajadoras. Y efectivamente, esa es la tragedia: la identificación de una buena parte de la izquierda que se autodenomina alternativa (y que a veces tiene muy poco de tal) con valores del nacionalismo. Unidas Podemos, los Comunes, con todas sus ambigüedades y movimientos calculados, son claros ejemplos de ello. Recordemos los lazos amarillos.
6. PE apunta la pregunta del millón: “¿Esta complacencia, cuando no glorificación, del pasado, que se hace del PSUC, no impide una necesaria autocrítica sobre la relación de la izquierda con el nacionalismo, en Cataluña?”
Sí, responde MAPV, cuesta reconocer que las personas que formaban estos partidos eran parte de las élites. “No era casual que Maragall, Pujol y otros muchos fueran a los mismos colegios. Evidentemente, eran élite, que queda muy bien reflejada en los apellidos que han hegemonizado el poder en la Generalitat y otras instituciones a lo largo de décadas, La famosa frase adjudicada a Pujol de que “catalán es todo aquel que vive y trabaja en Cataluña”, tenía una coletilla que decía “y que quiere serlo”. Algo que venía a decir que si no te opones a los que se adjudican la propiedad de pertenencia. Perdonando la vida. La ley de 1983, decía que nadie puede ser discriminado por razones de lengua en Cataluña, ha derivado en lo de “ñordos”, por usar el castellano.”
Matiz: Y en apenas 40 años. Por detrás: la tergiversación histórica nacionalista de lo que ha significado la inmersión lingüística, presentándola como una vindicación de las clases trabajadoras, básicamente del extrarradio barcelonés cuando, de hecho, lo que se vindicaba (por ejemplo, en Santa Coloma de Gramenet) era que sus hijos también aprendieran catalán en la escuela y en institutos, lo que, como es obvio, no es equivalente a la inmersión.
No es momento para hablar de “todo el pasado” del PSUC en este asunto, pero no creo que PE vaya desencaminado en su comentario.
7. Por otra parte, señala PE, “el mestizaje, que, como en cualquier comunidad moderna, es lo que más define Cataluña, experimenta cada día más vueltas de rosca con la llegada de los nuevos emigrantes…!”
La tribalización que promueve el nacionalismo catalán es completamente anacrónica para MAPV. “Solo responde a privilegios de muy pocos, aunque haya gente que se ha dejado fanatizar. Seguir cerrando CAP’s para pagar los gastos del procés tiene tela. Eso es algo que debería abrir los ojos a quienes sin conciencia crítica siguen apoyando el procés. Y si algo debería distinguir a la izquierda en este camino, es la visión autocrítica. Un impulso capaz de dar la vuelta a la sociedad catalana, llevándose por delante el viejo constructo de mitos, tergiversaciones, supuestos…, que se ha instalado en Cataluña. Cosa que pasa, ineludiblemente, por un cambio de visión total, por un reconocimiento, de su parte invisibilizada. Por la innovación radical de las cosas, de los derechos de ciudadanía… No se entiende que las planas mayores de la izquierda catalana no hayan salido en tromba a defender a la gente que está siendo insultada por utilizar el castellano.”
Matiz: No se entiende (lo criticó hace muchos James Petras)… pero se entiende. Basta pensar en la red de relaciones sociales y de amistad de una buena parte de los cuadros y dirigentes de la izquierda de Cataluña. Pensando así, actuando así, conviviendo así, divirtiéndose así, sintiendo así incluso, se vive mejor, más cómodamente, con más privilegios.
Por lo demás, el constructo mítico-tergiversador que se ha instalado en Cataluña no ha caído del cielo. Tienes nombre, apellidos y beneficiados. Lluvia fina incesante.
8. La última pregunta de PE no es menos interesante: “¿Está de moda en parcheo ideológico, refiriéndose por ejemplo al confederalismo, para eludir un debate claro sobre el desarrollo del federalismo en España?”
La respuesta de MAPV está a la altura: “Eso me repatea. Hablar de confederación es una forma de engañar al personal, y la gente que no entiende mucho de esa jerga lo acepta y así van las cosas. Para confederarse, primero hay que ser independiente. Cosa en la que coinciden con los que directamente se reclaman independentistas. O sea, de lo que se trata es de seguir cociéndose en la misa salsa. De adherirse al espíritu de campanario dominante, haciendo de cada menudencia casera un castillo. Ignorando realidades tan determinantes como, por ejemplo, nuestra pertenencia a Europa que, objetivamente, constituye nuestro horizonte vital. La pandemia de Covid ha contribuido a impulsar el federalismo en España y en Europa, y la izquierda sigue autista, si no abducida. Discutir si Cataluña es o no una nación, con la que está cayendo (pandemia, cambio climático, ascenso del fascismo, etc), resulta, pura y simplemente, una frivolidad de vía estrecha.”
Matiz: Dejo que hable por mí el historiador José Luis Martín Ramos:
“Las cosas son lo que son y no lo que dicen ser. La llamada confederación helvética es en realidad un estado federal. La llamada República federal yugoslava estaba en realidad confederalizada, también el partido comunista que era una Liga, y así les fue cuando desapareció la autoridad unificadora, Tito.
Ponerle apellidos [como asimétrico] al federalismo es un mal negocio. La simetría remite a las proporciones y relaciones de partes que son iguales. La asimetría sugiere la desigualdad. Federalismo asimétrico es un oxímoron, en realidad es un artefacto semántico que remite al confederalismo, el único sistema que puede aceptar un pacto entre desiguales que por ser asimétrico puede ser rechazado por una u otra parte.
Para mí es tan legítimo defender el federalismo como el confederalismo (como defender el independentismo o el centralismo); lo que no se vale es enredar y confundir. Cuando [Pasqual] Maragall y [Antoni] Castells hablaron de federalismo asimétrico estaban pensando en lo mismo que pensaba Prat de la Riba, en el Estado dual austro-húngaro, de hecho un imperio confederal. No hablaron claro, creo que por cálculo político, no por ignorancia.”
Sobre lo de la legitimidad: como no entiendo muy bien qué se quiere decir cuando se habla de que “tan legítimo es defender…” nada comento sobre este punto.
La paradoja que les señalaba: leída la entrevista, ¿dónde situarían políticamente a día de hoy a la entrevistada, a María Antonia Pérez Vega?
Me da que no lo han adivinado. Pérez Vega forma parte del Consejo Nacional de Catalunya en Comú.
Como han leído, sin desinformación ni errata por mi parte. ¡La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida…! ¿A qué sí?
PS. Unos amigos (Amaya, Carlos) me regalaron el pasado sábado un libro que me permito recomendarles: Pedro Lemebel, Tengo miedo torero, Barcelona: Las afueras, 2021. ¡Cómo escribía Lemebel!
En la misma editorial, se anuncia otro libro, no leído por mí hasta el momento, que puede ser también de interés: Jane Lazarre, El comunista y la hija del comunista.