Desbordamiento y colapso del sistema de salud en la atención primaria de Cataluña

Del compañero de Espai Marx y médico de familia Antonio Navas.

Queridos amigos:
Este miércoles 29 a las 18 h vuelve a haber sesión del seminario dedicado a Sacristán. Se reemprende la lectura de la entrevista realizada por Munné y Guiu en el pasaje que empieza con la frase: «Así pues, empecé a intentar entender lo que había quedado liquidado en la cuneta…»
No pude asistir a la última sesión y tampoco podré hacerlo este próximo día 29. El motivo es la situación sanitaria que ya conocéis, de desbordamiento y colapso (no es una exageración) del sistema de salud en atención primaria. Tuvimos la semana pasada un brote en mi ambulatorio y tenemos a varios compañeros contagiados y alguno más que se ha sumado tras hacer las PCR. Yo me he librado esta vez. La cuestión es que nos han cambiado los turnos algunos días, y otros nos toca hacer turnos dobles para cubrir las bajas de los compañeros contagiados, sumados a los que ya están de baja por ansiedad, estrés y derivadas diversas de las pandemia. El miércoles me toca trabajar todo el día. Permitidme este pequeño desahogo.
Las previsiones de contagios, como quizás hayáis oído en los medios, son tremebundas; parece que con una clara menor gravedad de la afección en términos porcentuales, pero la cantidad ingente de contagios lo desborda todo. Irán subiendo, según los modelos de escenarios previsibles que se confirman cada día que pasa, para culminar en la segunda quincena de enero. Tenemos recomendación interna de evitar cualquier contacto no imprescindible para no dejar los centros de salud sin personal. En fin… disculpad este desahogo, como os decía. Yo lo llevo muy bien personalmente, la verdad sea dicha. Pero la situación es caótica, incluso violenta en los vestíbulos de muchos ambulatorios de nuestra zona, y creo que de toda España, por lo que nos llega a los oídos. La gente está hasta las narices de que no se la pueda atender con agilidad.
Y de nuevo se vuelve a limitar mucho el acceso a los centros de primaria, básicamente por miedo a que el trasiego de pacientes pueda facilitar contagios que nos dejen sin personal, por un lado, y por otro por la abrumadora cantidad de tests que hemos de hacer a cualquiera que tenga síntomas catarrales, que ahora, por mor de la relajación de restricciones sociales en los últimos tiempos han vuelto como siempre a campar a sus anchas con los virus habituales estacionales; con el agravante de que la creciente cultura consciencia de la gente les hace acudir a los centros en cuanto tienen síntomas catarrales, con muy buen criterio, por supuesto. Si bien sería más práctico que redujesen sus contactos sociales. De otra forma el sistema acabará implotando.
Lo dicho, en enero, aunque no nos obliguen las autoridades, la recomendación es clara: minimizar la interacción social. Perdonad, pero no puedo evitar darle la chapa a todos mis familiares y amigos estos últimos días. Me sale automáticamente.
Espero que nos podamos ver virtualmente en la subsiguiente sesión.
Abrazos y Buen Año 22 para todos.
Antonio

Autor: admin

Profesor jubilado. Colaborador de El Viejo Topo y Papeles de relaciones ecosociales.

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