“El verdadero dominio nunca es abstracto” por SANDRO MEZZADRA

En el debate sobre Marx a nivel internacional, al menos dos novedades se han consolidado en los últimos años. En primer lugar, el progreso de la nueva edición crítica de las obras completas (la MEGA2) ha transformado en profundidad el corpus de los textos marxianos, sacando a la luz miles de páginas de manuscritos y descomponiendo textos como los Grundrisse, las Teorías del plusvalor, el segundo y el tercer libro de El Capital. El diálogo con Marx se enriquece sin duda, aunque a veces sea difícil evitar una impresión de vértigo ante una obra que parece casi desvanecerse.

En segundo lugar, en particular en el mundo anglófono y en Alemania, ha ganado influencia la llamada “Nueva lectura de Marx”, anticipada en los años sesenta y setenta por las obras de Hans-Georg Backhaus y Helmut Reichelt y desarrollada después, entre otros, por Michael Heinrich –cuyo libro más importante, Die Wissenschaft vom Wert (La ciencia del valor), editado por R. Bellofiore y S. Breda en PGRECO, acaba de publicarse en italiano–. Justo la “forma del valor” sería en esta perspectiva –en muchos aspectos en continuidad con los desarrollos de la Escuela de Frankfurt– el centro lógico de la crítica de la economía política marxiana, mientras que la lucha de clases y la explotación quedan relegadas a los márgenes.

Es en este marco donde se entiende la amplia discusión que está suscitando Søren Mau, Mute Compulsion. A Marxist Theory of the Economic Power of Capital (Verso, 2023)1/, con un prólogo firmado por el propio Heinrich. El título hace referencia a un conocido paso de Marx, donde se lee que en el proceso de acumulación originaria, llega el momento en el que la violencia abierta, sin la cual el modo de producción capitalista no podría nacer, cede el paso a una “silenciosa coacción de relaciones económicas” como forma específicamente capitalista de dominio. De este “poder económico” Mau propone una bien articulada teoría, reivindicando su importancia junto a la violencia y la ideología, las dos cuestiones en las que –a su juicio– se ha concentrado principalmente la discusión marxista sobre el poder y el Estado. Fiel al enfoque de la “Nueva Lectura de Marx”, Mau trabaja sobre las obras y los manuscritos marxianos para definir “la esencia del modo de producción capitalista”, su lógica subyacente, que luego encuentra realizaciones histórica y espacialmente diversas.

Del enfoque de intérpretes como Heinrich, sin embargo, Mau se diferencia con decisión precisamente por su intento de dar cuenta de la centralidad del dominio y de la lucha de clases en la crítica de la economía política (y por tanto en toda teoría crítica del capitalismo contemporáneo, que constituye explícitamente el objetivo prioritario del libro). Definido como “capacidad del capital de imponer su lógica sobre la vida social”, el poder económico del que aquí se habla opera a través del mercado y reproduce un doble sometimiento, “el de los proletarios a los capitalistas y el de todos al capital”. Dicho de otra manera, asegura la “relación vertical” en la que se expresa el dominio de clase y disciplina –en particular a través de la competencia– las “relaciones horizontales” dentro de cada campo. Es asumiendo esta doble perspectiva que Mau analiza la reproducción del capital, su unidad continuamente recompuesta frente a múltiples fracturas. Y es a esta altura donde sitúa la explotación, entendida en sus dimensiones sociales ya que –en términos analíticos– el trabajo es siempre “explotado por el capital en cuanto tal y no por los capitalistas individuales”.

Uno de los aspectos más originales de Mute Compulsion consiste en la interpretación de la “ontología social del poder económico”. Mau trabaja sobre la categoría marxiana de “fractura metabólica”, en el centro de muchos trabajos recientes sobre ecología y socialismo, para poner en evidencia la fragilidad constitutiva del “metabolismo humano”, derivado de la plasticidad de la relación que el animal humano mantiene con la naturaleza. A su capacidad de “producción” y de “producir más de cuanto es necesario para la simple supervivencia” corresponde una separación de las condiciones objetivas de la vida en la que se establece, según Mau, el poder económico del capital, una forma “impersonal” de dominio que organiza en forma históricamente inédita el conjunto de la producción y la reproducción social según la lógica de la valorización del capital.

Dividido en tres partes –dedicadas respectivamente a las “condiciones”, a las “relaciones” y a las “dinámicas”– el libro de Mau se enfrenta con los debates marxistas más recientes, pero también con figuras como Michel Foucault y Giorgio Agamben, que incluso dentro de un análisis crítico ofrecen elementos importantes para definir la “fractura biopolítica” determinada por la afirmación de las relaciones capitalistas de producción. El desarrollo de estas últimas es pues analizado a través de un uso decididamente original de la categoría de “subsunción real”, que Mau aplica también a la naturaleza y a las transformaciones capitalistas de la agricultura, al “poder logístico” y a la producción de “superpoblación”. Incluso las crisis recurrentes en el fondo se remontan a este marco interpretativo, considerando que Marx abandonaría progresivamente la idea de la crisis como debilitamiento del poder del capital para llegar a considerarla como un componente esencial del mismo –esto es, un momento de reorganización de las condiciones de acumulación–.

En la crisis, se podría decir, el poder económico del capital se pone al mismo tiempo como presupuesto y resultado: este lenguaje de origen hegeliano es utilizado con frecuencia por Marx. Mau deduce de ello uno de los aspectos constitutivos tanto de su uso del concepto de «subsunción real» como de su obra en general. “Una de las fuentes del poder económico del capital”, escribe como ejemplo, “es su ejercicio”. La circularidad de esta relación está bien demostrada en muchas páginas del libro, y sin embargo –combinada con el énfasis sobre la “esencia” del capitalismo, sobre su lógica– corre el riesgo de ocultar la radicalidad de las transformaciones que marcan la historia del capitalismo, según lo que Marx definió en los Grundrisse como una “revolución permanente”. Mau se enfrenta sin duda a estas transformaciones, pero en el fondo para derivar la extensión de una lógica que confirma su núcleo originario.

Es un problema que emerge también en el capítulo titulado “capitalismo y diferencia”, donde las grandes cuestiones de las relaciones que el capital mantiene con la raza y sobre todo con el género son discutidas con amplias referencias a los debates contemporáneos. No se puede negar que sean cuestiones cruciales a todos los efectos, también por las luchas y movimientos que siguen desarrollándose a su alrededor. Mau de algún modo duda ante ellas, es consciente de su importancia, pero afirma que patriarcado y racismo no pueden remontarse a la “estructura fundamental del capitalismo”. Por tanto, se ve obligado a reconducirlos a “niveles inferiores de abstracción”, definidos por la “integración teórica” de formas sociales que no deben su origen al capitalismo. Me parece que esta jerarquía entre diversos niveles de abstracción es síntoma de una limitación de la insistencia en la “esencia” del capitalismo, evidente también en otros pasajes del libro, por ejemplo –por cita uno particularmente relevante– en la interpretación del concepto marxiano de trabajo abstracto y de su relación con el “trabajo vivo”.

Mau propone en muchas ocasiones una reivindicación de la importancia de una teoría “abstracta” del capital, sosteniendo que de ella no puede verdaderamente derivarse una estrategia de lucha contra el dominio del capital, pero que esta última puede beneficiarse de un trabajo de clarificación lógica y conceptual. No se trata de cuestionar este punto, sino de subrayar la importancia directamente teórica de un trabajo que aborda la forma en que las abstracciones del capital (aquello que Alfred Sohn-Rethel llamaba “abstracciones reales”) están enraizadas en realidades heterogéneas, dando lugar a fricciones, enfrentamientos, resistencias. Mute Compulsion, en cualquier caso, también contribuye de manera importante a la definición de las condiciones de este trabajo.

Traducción: Mario Espinoza Pino

Reseña publicada originalmente en Il Manifesto.

Sandro Mezzadra enseña teoría política en la Universidad de Bolonia. Es profesor adjunto en el Instituto para la Cultura y la Sociedad de la Universidad Western Sydney y en el Centro de Investigación y Desarrollo Cultural de la Universidad Lingnan, Hong Kong. Su trabajo reciente se ha centrado en las relaciones entre globalización, migración y capitalismo, en el capitalismo contemporáneo y en la crítica poscolonial. Participa en los debates “post-operaistas” siendo uno de los fundadores del sitio web www.euronomade.info.

1/ Mau, S. (2023) Compulsión Muda: Madrid, Ediciones Extáticas. Disponible en español en: https://edicionesextaticas.noblogs.org/compulsion-muda/

https://vientosur.info/el-verdadero-dominio-nunca-es-abstracto/

Autor: admin

Profesor jubilado. Colaborador de El Viejo Topo y Papeles de relaciones ecosociales.

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