Elogio del Manifiesto (II)

Observaciones iniciales:
1. Nada digo sobre Pasqual Maragall (enfermo, como saben, de Alzheimer) y no les oculto mi opinión sobre Ernest Maragall (que ha utilizado la figura política de su hermano sin muchos miramientos en más de una ocasión): un secesionista neoliberal que fue un más que nefasto conseller de Educación durante el tripartido (me discutí con él cuando visitó el Instituto Puig Castellar, después de aniquilar el nocturno en ciudades trabajadoras como Santa Coloma de Gramenet), uno de los peores y más ambiciosos políticos profesionales catalanes de estas últimas décadas. Pero nada puede disculpar ni justificar los abyectos carteles que se colgaron en Barcelona el pasado fin de semana. No se conocen los responsables, no están firmados, pero hay que ser muy indigno, mequetrefe y repugnante, molt fill de p., un cabronàs destacat, para dirigir/abonar/apoyar/ financiar una campaña así.

2.“¡Vivan los mineros!”. Ese fue el grito (no he traducido) que se pudo oír en Súria el viernes pasado al conocer la muerte de tres mineros. ¡Lo gritamos también nosotros! ¿Cuántos trabajadores/as muertos en accidentes laborales en estos diez últimos años en Cataluña (incluidas las muertes aplazadas por amianto)? ¿No debería ser este un “tema de país”?

3. Barça: no tengo tiempo (ni ganas) para seguir todas las informaciones sobre un asunto que huele entre muy mal y peor y por muchas aristas. Recuerdo eso sí unas palabras que mi memoria, espero correctamente, atribuye a Joan Brossa: “Cataluña no será un país normal hasta que el Barça no baje a segunda”. Pues eso…Y de nuevo, era de esperar, la misma historia y los mismos engaños: ¡es una conspiración contra nosotros, contra los culés, contra los catalanes! ¡Estamos a 9 puntos del Madrid y ahora nos vienen con estas!

(Algunos de los insultos vertido en la red contra Sigue Rodríguez, el periodista y culé empedernido que habló del tema en la Cadena SER de Cataluña: «Basura», «hijo de puta», «idiota», «traidor», «puto subnormal», «tonto útil», «mamarracho», «comemierda», «Judas», «Figo», «escoria», «caraculo», «imbécil» o «lameculos”. También amenazas: “cuanto más escucho hablar al tonto este más ganas tengo de romperle la cara», «Judas, te llegará la hora malnacido»).

4. Un ejemplo de campaña nacional-secesionista. “Municipios de Girona promueven hablar solo en catalán durante 21 días para evitar la “mala costumbre” de pasarse al castellano”. ¿Mala costumbre? La campaña está fomentada por el Consorcio Para la Normalización Lingüística, participado por la Generalitat y otras entidades públicas [1]. ¿Una forma de estimular la convivencia? ¿Se imaginan que alguien promoviera una campaña para hablar solo en castellano durante dos días y cinco horas? ¿Qué diríamos? ¿VOX, neofranquistas? Por cierto, ¿que harán esos ciudadanos solo-catalán cuando alguien les pregunte una dirección o la ubicación de un monumento en inglés? ¿Explicarán en clases la literatura española en catalán también?

5. De la Cataluña realmente existente: 1. Alfonso L. Congostrina: “En diciembre me compré esta tienda de campaña. Me costó 29,90 euros en el Decathlon. Fueron muchos días de recoger y recoger chatarra hasta que conseguí ahorrar todo ese dinero. Ahora, por la noche, la monto y por la mañana la recojo. Siempre llevo la casa a cuestas”, asegura el sintecho Pedro Cuevas. Tiene 60 años y vive en las calles de Barcelona desde hace cinco. Antes sobrevivía durmiendo sobre cartones pero desde diciembre ha mejorado –según sus propias palabras- “mucho” su situación y se estira cada noche en los porches del paseo de Picasso de la capital catalana dentro de su tienda de campaña de 29,90 euros. Cada día, a las 5.00, se levanta. Recoge sus bártulos dentro de un carrito que un día perteneció a Mercadona y comienza a andar buscando chatarra. “Poco, lo suficiente para ganar tres o cinco euros””. 2. Francesc Valls: “La afirmación de que el salario mínimo (SMI) está tres euros por encima del alquiler medio de un piso en Barcelona es demagógica. Es cierto que entre 1.077 euros y 1.080 solo hay tres euros de diferencia, pero establecer la comparación es de mal gusto. En una sociedad libre cada uno puede vivir donde le plazca. Por ejemplo, si te trasladas a Badalona y cobras el SMI podrás disponer de 241 euros para gastos suntuarios, como comida, agua y luz… Son las inexorables leyes del mercado, razonan quienes afirman que los pobres lo son por elección, dejadez o mala cabeza.”

Cojo el hilo de nuestro tema. Nos habíamos quedado en el siguiente punto del Llamamiento federal por el entente lingüística:

Sin embargo, con el paso de los años y los cambios que hemos vivido, aquel impulso se fue agotando. El ascensor social dejó de funcionar. Las desigualdades se enquistaron y han ido agravándose con las sucesivas crisis”. El catalán, se señala, “ha perdido atractivo como lengua asociada a la promesa de un futuro mejor para las nuevas generaciones”. La segregación escolar “ha significado, no sólo un distanciamiento según los niveles de renta, sino también una pérdida de mixtura entre alumnos catalanohablantes, castellanohablantes o hablantes de las múltiples otras lenguas que las oleadas migratorias de la globalización han llevado a Cataluña”.

El mal denominado “ascensor social” hace muchos años que está estropeado en Cataluña (y en el conjunto de España por supuesto). De hecho, pensándolo con calma (y con buenos datos), no sé si funcionó alguna vez. Tal vez un “poquito” y durante algunos años.

Sea como fuere, el interés de muchos trabajadores/as recién llegados a Cataluña porque sus hijos estudiasen el y en catalán (sin menospreciar ni olvidar su propia lengua, el castellano en la mayoría de los casos en aquellos años), no se ubicaba en esas coordenadas, sino en una cuestión de justicia (había que aprender un idioma que había estado perseguido por el franquismo, por solidaridad, por fraternidad, porque era justo) y también en una cuestión de igualdad (nunca del todo conseguida): sus hijos e hijas, si sabían catalán, también podrían acceder a determinados trabajos u ocupaciones.

No estoy seguro, por otra parte, de la existencia de esa falta de mixtura a la que hace referencia el llamamiento. Tal vez así ocurra en algunas ciudades y pueblos de Cataluña, no en otros. Yo no he observado nunca esa falta de mixtura a la que se alude en mis 35 años de profesor (de varias materias) en Santa Coloma de Gramenet. Ni en el Instituto ni en la UNED.

El llamamiento prosigue así: “Y mientras esto sucedía, una idea iba permeando toda una franja de la sociedad: la ensoñación de una identidad nacional catalana definida en torno a una sola lengua”. La noción de «lengua propia», señalan, fue tiñéndose de exclusión. “En lugar de, simplemente, designar al catalán como la lengua conformada históricamente en un determinado territorio, ha pasado a sobreentender que el castellano, presente desde hace siglos en Cataluña, sería una lengua ajena a su cultura. Un mero idioma de imposición”. La Generalitat y muchos medios públicos, incluidos ayuntamientos e instituciones de la sociedad civil nacionalista “han abonado durante años ese sentimiento.”

Conviene destacarlo. El paso es importante porque da en la diana y porque no se acostumbra a hablar con tanta claridad y verdad en muchos ambientes próximos al PSC y a los Comunes (ya pueden imaginarse lo que ocurre en ambientes nacional-secesionistas donde nos han tachado de ser colonos lingüísticos).

No creo que haya ninguna duda en que para el grueso del nacional-secesionismo .Cat, así lo han manifestado en ocasiones (cuando se han sentido fuertes), el castellano debía quedar relegado a una lengua familiar, a una lengua de la casa de cada uno, inexistente o nulo en ámbitos institucionales.

Esa identidad nacional catalana a la que alude quedaba definida exclusivamente por una sola lengua. Nada ha cambiado a este respecto. Incluso en ambientes que dicen ser no nacionalistas la idea es predominante, hegemónica. Por ejemplo, en el Ayuntamiento barcelonés, donde se considera al catalán lengua preferente, lo que equivale a tratar al castellano como si fuera un idioma extranjero (como si fuera el inglés, aunque con mucho menos prestigio). Un ejemplo: ¿qué idioma rige en las relaciones entre el consistorio y la ciudadanía barcelonesa? Otro ejemplo: los atriles de memoria histórica (una excelente idea) que se van colocando en diferentes lugares de la ciudad priorizan el catalán y tratan al castellano (no es lengua propia) al mismo nivel que el inglés (en tamaño de la letra y en posición), por no hablar de la única lengua usada en el monumento que recuerda los asesinados en el Camp de la Bota desde 1939 hasta 1953 (muchos de ellos castellanohablantes).

Dirán ustedes: no seas tontín, no seas tan tiquismiquis, ¡qué importancia tiene el tamaño de la letra! Se lo compro, aceptémoslo: no tiene importancia. Pero si es así, si no la tiene, ¿por qué entonce es tan importante para el consistorio que la letra de mayor tamaño sea siempre en catalán?

Sigue así el llamamiento: “Sin embargo, su traslación al ámbito educativo ha tenido el efecto contrario: el catalán se ha convertido en antipático para un número creciente de alumnos”. La lengua de Pompeu Fabra, afirman, “reina en las aulas…y el castellano es la lengua franca del patio y los grupos de amigos”. La que llaman crisis política de los últimos años “ha acentuado esa dinámica”.

No sé si la palabra es antipático. Tal vez lejanía… que no sentirían seguramente si vieran que su idioma familiar (o el otro idioma familiar) tuviera otra consideración, no fuera menospreciado.

Y no está tan claro, afortunadamente en mi opinión, que a pesar de las imposiciones legales el catalán reine en todas las aulas de Cataluña y en todo momento. Sí en muchas escuelas e institutos donde el nacional-secesionismo tiene una enorme hegemonía política y cultural, y el castellano es casi una lengua clandestina. Pero no en todas las escuelas e institutos del extrarradio barcelonés, por ejemplo. De hecho, en determinados institutos, profesores de marcada ideología nacional-secesionista, usan en ocasiones el castellano en sus clases y no se les cae ningún anillo ideológico. La vida y la realidad se imponen, no puede ser de otro modo.

Tampoco es generalizable, en mi opinión, que el castellano sea lengua franca del patio, del recreo, de la diversión, y entre los grupos de amigos. Más bien, afortunadamente, hay de todo en la viña catalana del Señor. .

Eso sí, el llamamiento lleva razón: la situación política de estos últimos años ha acentuado esa dinámica excluyente, de separación, de marginación, de frontera, no de cercanía. No hay búsqueda de convivencia lingüística ni de bilingüismo. Para muchos, el bilingüismo es una posición neofranquista, colonizadora.

Addenda. Una nota del profesor Martín Alonso que creo que puede ser de su interés:

«Aprovecho la alusión a la mano de obra de S. para recordar unos notas viejas sobre el funcionamiento del empresariado catalán. Escribe Esteban de las Heras (L’empresari català, Barcelona, Edicions 62, 1967: 124-125) que el empresario catalán disfrutó de unas cuantas diferencias basadas en factores externos que condicionaron un desarrollo particular: 1) La inmigración de trabajadores de otras partes de España en cantidad suficiente para mantener niveles salariales bajos, 2) escaso volumen de capital necesario para las actividades empresariales debido al uso extensivo de trabajo femenino, 3) la expansión de la demanda debida a sucesivos conflictos bélicos (guerras carlistas, crisis de 1854, guerras coloniales españolas, IGM, IIGM), 4) la política inflacionaria durante el franquismo y 5) la política proteccionista contra las importaciones. Para la anécdota, Pinilla de las Heras está en el equipo fundador de la Revista Española de Sociología y formó parte del consejo de redacción en el que estaban (ojo que solo se salva Elías): Raúl Morodo, Salvador Giner, Ramón Tamames y Elías Días. Fue clausurada tras la publicación del segundo número. Su obra (murió en 1994) me parece injustamente olvidada. (La edición de este libro en catalán y muchos otros en fechas anteriores, creo que limita un poco el tópico de la prohibición).”

Notas.

1) https://elpais.com/espana/catalunya/2023-03-07/municipios-de-girona-promueven-hablar-solo-en-catalan-durante-21-dias-para-evitar-la-mala-costumbre-de-pasarse-al-castellano.html#?prm=copy_link.

2) https://elpais.com/espana/catalunya/2023-03-12/la-vida-dentro-de-una-tienda-de-campana-en-mitad-de-barcelona.html.

3) https://elpais.com/espana/catalunya/2023-03-12/vivir-de-alquiler-con-el-salario-minimo.html

Autor: admin

Profesor jubilado. Colaborador de El Viejo Topo y Papeles de relaciones ecosociales.

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