(Página herida). ¿El catalán como lengua reina excluyente de .Cat?

Increíblemente, Qatar será la sede del mundial de fútbol de este año. Obtuvo la nominación utilizando la cartera y comprando voluntades. Que partidos de fútbol en pleno verano sobre la arena parecen impensables, pues no hay problema, se traslada la competición en invierno y ya está. ¡El mundo del fútbol siempre tan adaptable! En la campaña previa colaboraron convencidos algunos mitos del Barça como Guardiola o Xavi, que no han tenido reparos a la hora de justificar el régimen. Josep Guardiola mientras criticaba en el 2017 las «limitaciones» de la democracia española se deshacía en elogios del sistema político dictatorial del estado del Golfo. En la apresurada construcción de los estadios de tan magno evento han muerto muchísimos trabajadores porque las condiciones en las que están obligados a trabajar no son de las que se enseñan. El diario inglés The Guardian ha publicado que los fallecidos en las obras serán unos siete mil.
Josep Burgaya (2022)

No se puede hablar de todo. Discúlpenme. Dejo para la semana que viene comentar la nueva ley de lenguas en las escuelas catalanas, una estrategia (ERC, Junts, Comunes, PSC) para no cumplir la sentencia del 25%. Un apunte de Ana Losada (AEB) sobre lengua vehicular y lengua curricular: “La proposición de ley no aporta nada nuevo ni saca al castellano de su condición de lengua secundaria. La Lengua Castellana ya era curricular, igual que lo es la Gimnasia o la Historia. Una lengua vehicular, en cambio, es aquella en la que se estudian los contenidos, y esos contenidos tienen que ser troncales”. En la nueva ley, el castellano no tiene condición vehicular.

Mil y una críticas son posibles a la praxis corrupta, a las ilegalidades, chulerías e inmoralidades del que llaman Rey emérito (¡pobres eméritos!), a la Monarquía borbónica, a la Casa Real, a la Monarquía como forma de Estado, al actual (¡e inviolable!) Jefe de Estado, pero tiene su qué que sea el nacional-secesionismo .Cat quien se ubique en posiciones de vanguardia en esas críticas teniendo como tienen en casa un virrey intocable tan o más corrupto, el capo de una familia toda ella acusada de varios delitos, paseando por las calles de la ciudad con toda la tranquilidad del mundo, asistiendo a “homenajes ciudadanos” en su honor y editando memorias, virrey y capo corrupto al que además, por si fuera poco, se despedirá cuando llegue la hora con grandes honores de hombre de Estado (catalán), como personaje histórico, como gran patriota y gran “home de país” y con media Cataluña, la que ellos consideran “la verdadera”, entristecida, desolada, llorosa. Ven mucha paja en ojos que consideran ajenos (y que es mucho más que paja, desde luego) y no ven, porque no quieren verla, una enorme viga en el propio.

El profesor Josep Burgaya da en la diana, sobre Qatar, las muertes obreras y las apologías qatarianas de algunos “grandes nombres” de .Cat. ¡Recordemos que el Barça llevó durante años en su camiseta publicidad del Estado que describe Burgaya en su artículo! ¡Recordemos la reciente visita del Emir a nuestro país y las condecoraciones otorgadas!

Sobre un nodo central del procesismo (no he podido leer el libro hasta el momento): Miquel Macià y Pep Martí, Els que manen (Saldonar, 2022). Ayuda esta entrevista de María Jesús Cañizares, “Las apuestas políticas de la burguesía catalana han sido un auténtico desastre” Los periodistas Miquel Macià y Pep Martí analizan en el libro ‘Els que manen’ la influencia económica y política de las 50 familias más poderosas de Cataluña [1] (Les copio también el enlace al artículo de Burgaya sobre Qatar y a un informado y crítico comentario de Juan Torres López [2]).

Sobre lo que sigue estando en el centro de nuestras preocupaciones: Rafael Poch de Feliu, “Putin y el giro de Rusia” [3]. ¡No se lo pierdan! Añado en la nota informaciones complementarias.

El tema de hoy: otra vez la lengua en el centro del debate político-cultural.
Joan Burdeus [JB] publicó el pasado 18/05 en El País-Catalunya un artículo que tituló: “El grosor de la inmersión” [4]. Sugiere y defiende un nuevo concepto nacional-lingüístico, el de lengua reina. Resumo y comento los fragmentos de su escrito:
La inmersión, señala JB, es una idea que muere y deja un cráter en el que el catalán retrocederá. “Todos los problemas del catalán han sido ampliamente explicados, y repetir las cifras es agotador. No pasa nada por hacerlo con algunas sacadas de la encuesta de usos lingüísticos, que certifica que en Barcelona el catalán es la lengua de uso habitual en menos de un 19% de los jóvenes, o que, en todo el país, medio millón menos de catalanes lo hablan habitualmente hoy que hace quince años”. Es agotador, afirma, repetir cifras, pero JB saca las que le conviene para defender su tesis-cosmovisión inmodificable: el catalán está en retroceso y peligro. Hace décadas que lo venimos oyendo. Sin dar por buenas las cifras que nos facilita (no me creo esas encuestas), ¿no habría que preguntarse qué razones explican ese supuesto retroceso entre los jóvenes? ¿No tendrá algo que ver con ese “medio millón de menos”, además de temas migratorios, los años que hemos vivido-sufrido de procesismo e hispanofobia? ¿No ha oído JB hablar de rechazos ciudadanos en .Cat a “todo lo catalán” por sentirse menospreciados e insultados? ¿No han llamado colonos lingüísticos a millones de personas que han hecho los trabajos más duros (mis padres entre ellos)? ¿Qué esperaban? ¿Qué siguiéramos sumidos y balando?
Pero los datos objetivos, prosigue JB, no podrán nada ante un problema político. “La gracia de la inmersión no era la ciencia que había detrás, que la había, sino la fuerza con la que sublimaba consensos en forma de sentido común”. ¿La ciencia que había detrás de la inmersión? ¿Qué ciencia era esa? ¿La inmersión lingüística involuntaria como corolario científico? ¿De qué teoría? ¿Anticientíficas las escuelas privadas donde no rige? ¿La inmersión como sublimación de consensos de sentido común? ¿A qué sentido común alude JB? ¿Al de los propios partidarios de la inmersión? ¿Sentido común de los que tienen ese común sentido? Conviene recordar a JB que la inmersión, como el Ser aristotélico, se conjuga en plural y de muchas maneras, algunas de ellas (Ley de Normalización, 1983) en armonía con el castellano.
En cambio, frente a la inmersión, sostiene JB, 75% – 25% es una cifra apolítica sobre la que nada se puede construir. ¿Cifra apolítica sobre la que nada se puede construir? ¿Y eso por qué? ¿No se puede construir un sistema educativo en que el castellano juegue un papel (¡hablamos por el momento de una asignatura troncal!, ¡del 25%!), sin ser menospreciado y considerado una lengua extranjera?
De todas las inacciones de los distintos gobiernos de la Generalitat que han acabado en la actual situación, prosigue JB, “quizás de lo que menos se ha hablado es del comunicativo; de la deserción en la imaginación política”. La inmersiónno es un concepto que pueda sustituirse por una modificación de la ley de política lingüística”. La inmersión, tomen nota, “como la seguridad social o el matrimonio” (¡como el matrimonio, como la seguridad social!), forma parte de lo que “se conoce como “conceptos gruesos”, palabras que tienen al mismo tiempo un contenido descriptivo y una carga valorativa”. ¿Y qué carga valorativa tiene la inmersión según JB? La siguiente: “La inmersión normalizaba la condición anormal del catalán y la necesidad de remediarla con una imagen que incluso un niño podía entender”. ¿Condición anormal del catalán en 2022? ¿Cuarenta y tantos años después seguimos exactamente en lo mismo? Sea así si JB lo quiere, pero, ¿qué puede dañar al objetivo de extender y profundizar en el conocimiento del catalán, punto en el que todos estamos, que el castellano no sea menospreciado en el sistema educativo? ¿Por qué siempre catalán versus castellano? ¿Quiénes fomentan ese enfrentamiento? ¿Por y para qué?
Sobre “la necesidad de remediarla con una imagen que incluso un niño podía entender”, permítanme señalar mi estupor. ¿Qué podrían entender los niños con la imagen de la “inmersión lingüística”? ¿Que lo que toca, porque es natural, es sumergirse siempre en “aguas catalanas”, menos algunas horas de salida a la superficie contaminada en castellano y pura en inglés (o en otros idiomas)?
Es ese grosor, prosigue JB, “lo que Ciudadanos finalmente han derrotado con una victoria zombi”. ¿Ciudadanos? ¿La sentencia sobre el 25% es un éxito de Ciudadanos? ¿Ha oído hablar el autor de la Asamblea por la Escuela Bilingüe, de Escuela para todos? ¿Ha leído sus prudentes y razonables manifiestos a favor del bilingüismo?
Se trata, añade, “de la misma falacia del derecho individual a elegir con que el neoliberalismo ha exterminado tantos derechos de las clases medias”. ¿Quién ha hablado del derecho individual a elegir? ¿Qué eligen las familias en Aula, escuela europea, donde no se practica la inmersión (en ninguna de sus variantes) y las familias no eligen? ¿Qué sentido tiene esa comparación con el neoliberalismo? Por lo demás, la referencia a los derechos perdidos de las clases medias dice mucho de la cosmovisión del autor. No es que sostenga que las clases medias no han sido afectadas, lo han sido y fuertemente, pero ¿es el sector social más castigado por el neoliberalismo en estas últimas décadas?
Prosigue JB en la misma línea. “Igual que los cínicos hablan de los impuestos como un ataque a la libertad para disfrazar de conflicto de valores lo que en realidad es la defensa de un privilegio, el anticatalanismo logró equiparar al poderoso al indefenso”. ¿De qué anticatalanismo habla? ¿De dónde casa JB que los partidarios del 25%, me cuento entre ellos, y del bilingüismo en general, seamos anticatalanistas? ¿Quién equipara al poderoso con el indefenso? ¿Es el castellano la lengua de poder en el sistema educativo .Cat y en la sociedad catalana? ¿Por qué se habla en términos de poder cuando hablamos de lenguas?
Añade JB en la misma línea: “La idea de que el derecho de un rico a no pagar impuestos (que tiene todo el interés en evitarlo) tiene el mismo valor moral que el derecho de un pobre (que los necesita), es tan aberrante como que un castellanohablante y un catalanohablante deben tener la misma libertad lingüística dentro del territorio catalán que fuera de él”. ¿Los castellanohablantes no deben tener libertad lingüística entonces? ¿A obedecer y punto? Por lo demás, ¿quién niega el derecho de la ciudadanía a poder expresarse en catalán en cualquier circunstancia de su vida cívica, social y política?
El vacío que deja la inmersión necesita un concepto alternativo, apunta JB sacando un último conejo de su chistera. El siguiente: “En una entrevista, Francesc Xavier Vila, actual Secretario de Política Lingüística, soltó el único que he escuchado hasta ahora. La idea de “lengua reina” del filósofo Philippe van Parijs, dice que “cada lengua debe ser la lengua reina en su territorio”. La lengua reina añade, “es la que la población local utiliza en relaciones anónimas y públicas, que no impide que haya otras lenguas, pero que ya no son la reina, sino princesas o duquesas””. Reconozco mi ignorancia: desconozco el concepto definido y defendido por Van Parijs, y admito que no me suena nada bien eso de lengua “reina”.
En cualquier caso, si cada lengua debe ser lengua reina en su territorio (¿qué territorio?, ¿para siempre jamás y sin alteraciones? ¿La historia no cuenta?) y esa lengua reina es la “la población local utiliza en relaciones anónimas y públicas”, ¿cuál sería entonces a día de hoy la lengua o lenguas propias del “territorio catalán”? ¿La población local no puede usar en sus relaciones anónimas y públicas más de una lengua de manera mayoritaria? ¿Qué axioma es ese de que hay una única lengua por territorio?
Al igual que “inmersión”, para JB, la lengua reina “es un concepto grueso, sugerente, fácil de entender y que estiliza el sentido común”, sin aclararnos a qué sentido común hace referencia. Y también el nuevo concepto, como la inmersión, “liga los derechos lingüísticos al territorio y no a los individuos”. ¿Y la lengua de los territorios no tiene nada que ver con la lengua (o lenguas) de las personas que viven en esos territorios? ¿Es un etiqueta territorial fijada para siempre? ¿Los territorios tienen derechos lingüísticos? ¿Qué tipo de entidad es un territorio para tener derechos?
Yo no sé si será con esta idea o con otra, concluye finalmente JB, “pero el vacío que deja la inmersión no podrá llenarse hasta que aparezca un concepto alternativo con la misma fuerza”. Añade: “Como es necesario repetir una y otra vez a los privilegiados lingüísticos, el lenguaje sirve para muchas más cosas que comunicarse”. ¿Para muchas más cosas? ¿Para qué por ejemplo? ¿Para diferenciarnos? ¿Para sacar pecho? ¿Para el enfrentamiento? ¿Para abonar identidades excluyentes? ¿Para usar la lengua como muro de separación entre nosotros y entre nosotros y el resto de conciudadanos españolas?
Duda final: ¿piensa JB en verdad que los privilegiados lingüísticos en la Cataluña de mayo de 2022 son los castellanohablantes? ¿En qué Cataluña vive JB?

Notas
1) https://cronicaglobal.elespanol.com/politica/apuestas-politicas-burguesia-catalana-han-sido-autentico-desastre_672152_102.html

2) Josep Burgaya, ”Qatar” https://jburgaya.com/2022/05/21/qatar/. Juan Torres López, “El lado espantoso del fútbol… y del mundo.” https://juantorreslopez.com/el-lado-espantoso-del-futbol-y-del-mundo/

3) https://rafaelpoch.com/2022/05/19/putin-y-el-giro-de-rusia/#more-966. Del mismo autor: “Lo que nos van explicando sobre la guerra” https://rafaelpoch.com/2022/05/24/lo-que-nos-van-explicando-sobre-la-guerra/#more-971. También Higinio Polo: “Estados Unidos indaga en Ucrania la guerra contra China.” https://rebelion.org/estados-unidos-indaga-en-ucrania-la-guerra-contra-china/; Augusto Zamora R., “De historias, histerias y misiles sin zanahorias” https://rebelion.org/de-historias-histerias-y-misiles-sin-zanahorias/

4) https://elpais.com/espana/catalunya/2022-05-18/el-grosor-de-la-inmersion.html

Autor: admin

Profesor jubilado. Colaborador de El Viejo Topo y Papeles de relaciones ecosociales.

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